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Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, diferencias y complementariedad

El derecho internacional de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario (DIH) tienen
en común que ambos son parte del derecho internacional, es decir que tienen principios y características
propias dentro de un sistema integrado de normas. Esto implica que a pesar de sus particularidades, dentro
de cada sub-sistema las normas son creadas por los mismos mecanismos o fuentes tanto convencionales
como consuetudinarias. Asimismo la violación de cualquiera de sus normas hace operativas las reglas del
derecho internacional general relativas a la responsabilidad internacional tanto de estados como de
individuos.

Estando regulados hoy día tanto los derechos humanos como el DIH por el derecho internacional, ambos
sub-sistemas tienden en esencia a limitar o restringir las facultades propias del estado que hacen a su
soberanía. Esos límites a la soberanía estadual se concentran en la necesaria protección del individuo frente
a actos arbitrarios del estado que menoscaben derechos de los individuos o que les infrinjan sufrimientos
innecesarios.

El objetivo primordial de los derechos humanos está directamente relacionado con el goce de las libertades
y garantías individuales del ser humano y con su bienestar y protección en general. Por su parte, el objetivo
central del DIH se relaciona con la protección debida a las víctimas de los conflictos armados.

La convergencia y complementariedad de los derechos humanos y el DIH se concentra entonces en un


interés compartido a través de sus normativas específicas relativas en última instancia a la protección del
individuo en toda circunstancia.

El DIH y las normas relativas a los derechos humanos se aplican durante situaciones fácticas distintas. Los
derechos humanos son exigibles en tiempo de paz, es decir que sus normas son plenamente operativas en
circunstancias normales dentro de un esquema institucionalizado de poderes en el que el estado de
derecho es la regla. El DIH se aplica durante conflictos armados tanto de carácter interno como de carácter
internacional. El DIH es en esencia un derecho de excepción.

Los derechos humanos y el DIH tienen orígenes distintos. Los derechos humanos se gestaron en el orden
interno de los estados. Aparecen hoy día reconocidos en los sistemas jurídicos nacionales, incluso con
rango constitucional. Los derechos humanos continúan siendo materia regida e implementada
primordialmente por cada estado. A partir de la segunda guerra mundial la comunidad internacional
experimentó la necesidad de controlar en el ámbito internacional a aquellos que en principio debían
garantizar la efectiva aplicación de los derechos humanos dentro de sus propias jurisdicciones. En
reiteradas ocasiones fue el propio estado quien, debiendo garantizar y proteger los derechos y garantías de
los individuos reconocidos en su jurisdicción doméstica, terminaba siendo el violador sistemático de esos
derechos.

La internacionalización de la regulación interna de los derechos humanos determinó un quiebre al principio


de la no-intervención en los asuntos de exclusiva jurisdicción doméstica. Las violaciones sistemáticas a los
derechos humanos dentro de un estado podían involucrar un quebrantamiento o amenaza a la paz tanto
regional como internacional.
La evolución de los derechos humanos tanto en el ámbito interno como internacional estuvo y está
relacionada a posiciones político filosóficas que han dado lugar al desarrollo de ideologías contrapuestas en
cuanto al verdadero contenido y alcance de los derechos sujetos a una debida protección estadual y a un
adecuado control internacional.

Por su parte el DIH irrumpe en las relaciones entre estados durante la segunda parte del siglo XIX como una
respuesta de la comunidad internacional a los horrores de la guerra. En este sentido el DIH nace y se
desarrolla como un movimiento no politizado, tomando distancia de las corrientes del pensamiento político
en general. La necesidad de limitar los sufrimientos innecesarios de los combatientes heridos y enfermos
en el campo de batalla fue el eslabón inicial de una cadena de protecciones acotadas a categorías
específicas de individuos afectados por los conflictos armados. La incorporación de nuevas categorías de
víctimas de los conflictos implicó una evolución constante en cuanto a la ampliación del ámbito de
aplicación personal del DIH. A los heridos y enfermos en el campo de batalla le siguió en el tiempo la
regulación de la protección debida a los náufragos, luego la de los prisioneros de guerra y como
consecuencia de las traumáticas experiencias vividas durante la segunda guerra mundial, finalmente se
reguló la protección debida de la población civil afectada por conflictos armados. Existen hoy día nuevas
categorías específicas de personas protegidas, como así también se protege dentro del DIH a determinados
grupos de personas vulnerables (mujeres, niños) dentro de situaciones de conflictos armados.

Este conjunto de normas relativo a la protección de víctimas de los conflictos armados se dio en llamar
Derecho de Ginebra. Este derecho fue tradicionalmente reconocido como derecho internacional
humanitario propiamente dicho.

A partir de fines del siglo pasado, comienzan a codificarse las reglas consuetudinarias relativas a los medios
y métodos de guerra. Este conjunto de normas relativas a los límites específicos impuestos a los estados
beligerantes en cuanto a cómo hacer la guerra, se conoció como el Derecho de La Haya.

En la actualidad el Derecho de La Haya se ha fundido con el Derecho de Ginebra, por lo tanto cuando nos
referimos al Derecho Internacional Humanitario, nos referimos al conjunto de normas que tienden a dar
protección a las víctimas de los conflictos armados y a las normas que restringen el uso de la fuerza por
parte de los estados a partir de la regulación de los métodos y medios de hacer la guerra.

Esta definición ampliada parecería distanciar los objetivos del DIH de los propósitos básicos perseguidos a
través de los derechos humanos. La reglamentación de los métodos y medios de hacer la guerra poco
tienen que ver con los objetivos primarios perseguidos por los derechos humanos. Sin embargo, la
limitación del uso de la fuerza durante los conflictos armados tiende a racionalizar su empleo restringiendo
la potencial generación de sufrimientos innecesarios.

Asimismo, el DIH parte del presupuesto de la legitimidad, por decirlo de alguna manera, de los efectos
colaterales que afectan la vida y los bienes de los civiles durante los conflictos armados en tanto y en
cuanto estos son consecuencia del uso de fuerza que se justifica en una necesidad militar. Idéntica
situación se da respecto de los efectos de las acciones militares sobre el medio ambiente.
Existen a su vez una serie de principios y características propias de cada ordenamiento que determinan una
identidad diferenciada para cada sistema y en su consecuencia fundamentan la necesaria independencia de
sus estructuras. En los hechos, sin embargo, las normas del DIH al igual que las relativas a la protección de
los derechos humanos pueden coincidir en cuanto a sus contenidos.

Respecto a los alcances de unas y otras normas, existen situaciones que quedarían fuera del ámbito de
aplicación tanto de los derechos humanos como del DIH. Las lagunas normativas que se producen en la
práctica ante la falta de reglas que contemplen novedosas situaciones que afectan a la persona humana en
situaciones de conflictos armados u otras situaciones de violencia interna consideradas como de riesgo
potencial, ponen de manifiesto un vacío normativo que requiere de un adecuado tratamiento por parte de
los estados tanto en el ámbito interno como internacional. En la actualidad, los esfuerzos tendientes hacia
una efectiva complementariedad de ambos sistemas no dejan de ser una preocupación eminentemente
académica.

Los derechos humanos permiten ser restringidos y suspendidos. La suspensión de los derechos humanos
está autorizada aún por acuerdos regionales e internacionales en casos de conmoción interior, situaciones
de guerra o en casos de violencia interna. Existen ciertos derechos que han sido definidos y reconocidos
como no sujetos a suspensión. Sin embargo, el estado al declarar la suspensión de ciertos derechos durante
estados de emergencia interna, no necesariamente ha tomado en cuenta los parámetros establecidos para
la efectiva observancia de los derechos no susceptibles de ser suspendidos.

A contrario, las normas del DIH por definición, no admiten restricciones ni suspensiones, por lo tanto ni
siquiera autorizan al estado a intentar una interpretación unilateral respecto a una eventual suspensión o
restricción.

Los derechos humanos han sido definidos en principio como derechos universales e indivisibles. Existe un
grupo de derechos humanos que hacen a la esencia de la persona humana.

Los derechos humanos esenciales han sido agrupados dentro de una categoría conocida como derechos
básicos de la persona humana. Son éstos los derechos que conforman el llamado núcleo irreductible de
derechos de la persona humana ( hard core group ). Estos derechos son los que en principio no están
sujetos a suspensión alguna, por lo tanto el estado debe garantizarlos y respetarlos aun durante estados de
emergencia, incluyendo situaciones de guerra interna o internacional.

Pero estos derechos básicos que conforman el núcleo irreductible de los derechos humanos, han sido
asimismo reconocidos como parte esencial del DIH aplicable a los conflictos armados.

Por lo tanto su observancia durante estas situaciones de excepción dependerá de la efectiva aplicación de
los mecanismos propios de uno y otro ordenamiento. La duplicación del contenido de normas del DIH y de
los derechos humanos es en cierta medida un reaseguro respecto a la potencial observancia de la
protección debida del individuo durante conflictos armados.

Independientemente de haberse reconocido el carácter universal e indivisible de los derechos humanos


básicos o esenciales es posible que cada estado, al implementar estos derechos dentro de su jurisdicción
doméstica, admita una reglamentación discrecional que difiera de la reglamentación admitida por otro u
otros estados.

A esta posibilidad de reglamentación diferenciada de un mismo derecho dentro de los ordenamientos


jurídicos internos de los estados se la ha dado en llamar relativismo cultural. El relativismo cultural no
atenta contra la esencia de un derecho determinado sino que posibilita una implementaron diferenciada,
respetando la existencia de diversas identidades culturales, étnicas o religiosas. Este marco referencial de
diversas aplicaciones internas de un mismo derecho, es desconocido dentro del ámbito del DIH. El DIH no
registra antecedentes relativos a una potencial diversidad de implementaciones internas bajo el
fundamento del respeto a particularidades culturales.

La aceptación de un relativismo cultural tolerable en cuanto a la operatividad de los derechos humanos


dentro del derecho interno del estado ha dado lugar a reiterados cuestionamientos con relación a
eventuales abusos relacionados a una constante politización de la materia. Por su parte el DIH, al preservar
en esencia su carácter universal y neutral, se ha consolidado como un derecho no contaminado por el
discurso político.

El derecho internacional de los derechos humanos genera una relación directa entre el estado y sus propios
nacionales, o más genéricamente, con los individuos que se encuentran dentro de sus jurisdicciones
nacionales. El DIH, por su parte, obliga al estado respecto a comportamientos debidos frente a los
nacionales de otros estados, ya sean esos otros estados beligerantes o neutrales.

En el DIH la relación jurídica se traba entre estados, mientras que en materia de derechos humanos la
relación jurídica se genera entre el estado y el individuo protegido. Si bien es ésta la regla general, existen
normas del DIH que vinculan al estado con sus propios nacionales. (Ver por ej., Art. 3 común a los cuatro
Convenios de Ginebra de 1949).

En cuanto a la responsabilidad por violación por parte del estado de normas del derecho internacional de
los derechos humanos, en general, el individuo afectado podrá después de agotar los recursos internos,
reclamar ante una instancia internacional o regional la terminación de la violación y la satisfacción debida
frente a sus derechos conculcados. Los órganos de control internacional para la observancia por parte de
los estados de los derechos humanos intentarán volver al status quo ante y eventualmente exigirán una
reparación.

En DIH, la responsabilidad por la inobservancia de sus normas queda siempre dentro del ámbito de las
competencias estatales. La presencia de las potencias protectoras o del Comité Internacional de la Cruz
Roja se relaciona con la facultad de controlar la estricta aplicación de las normas más que con la
determinación del grado de responsabilidad del estado violador.

El DIH prevé la obligación de los estados de “respetar” y “hacer respetar” sus normas (art. 1 común a los
cuatro Convenios de Ginebra de 1949). La relación jurídica que se genera convencionalmente, vincula a los
estados entre sí. Cada estado parte en los Convenios de Ginebra de 1949 se obliga a respetar y a hacer
respetar a los demás estados parte la plena vigencia de sus enunciados normativos. En la práctica, los
estados han sido renuentes a manifestar su intención de cuestionar a los estados violadores del DIH. En
este sentido la posición asumida por terceros estados respecto de los conflictos armados ha sido
generalmente la de impulsar la prevención de nuevas o reiteradas violaciones.

Convergen así dos tendencias claramente identificables, la preventiva y la reparadora. La observancia de los
derechos humanos se centraliza en la función reparadora mientras que el DIH cumple una acción
eminentemente preventiva. Por esta razón la difusión del DIH es vital a efectos de diseminar el contenido
de sus normas en protección de potenciales víctimas de los conflictos armados.

En el derecho internacional de los derechos humanos, el individuo afectado tiene capacidad para activar los
mecanismos internacionales de contralor. Esos contralores en el ámbito internacional son generalmente
operativos ex post facto.

La responsabilidad del estado por violaciones tanto al DIH como a los derechos humanos no excluye la
responsabilidad de los individuos. Dentro del DIH, las sanciones a las infracciones graves obligan al estado a
juzgar o a extraditar a los individuos responsables.

El derecho internacional de los derechos hum anos exige a los estados tanto el “garantizar” como el
“respetar” los derechos reconocidos a través de tratados o de costumbres. El “garantizar” implica la
obligación de asegurar que se respeten dentro de la jurisdicción interna del estado los derechos
reconocidos internacionalmente. El “respetar” implica que el estado deberá abstenerse de violentar por
acto u omisión imputable a éste, conculcar esos derechos. Ambas obligaciones implican comportamientos
de un estado respecto a sus propios nacionales. La relación jurídica continua siendo entre estado e
individuo. La actuación de los órganos internacionales de contralor de las acciones u omisiones del estado
no altera el carácter prioritario de la actividad del estado en la implementación de los derechos humanos.
El estado violador deberá reparar el derecho conculcado, volver en la medida de lo posible la situación
al status quo ante y eventualmente reparar a través de una satisfacción adecuada. Los órganos
internacionales de protección exigirán, y finalmente supervisarán, el cumplimiento debido de las
obligaciones internacionales del estado, pero no tienen capacidad para reemplazar a éste en esas
funciones.

Los derechos humanos reconocidos en el ámbito internacional, muchas veces reiteran derechos ya
consolidados en el ámbito nacional. Sin embargo uno de los temas más graves para el derecho
internacional de los derechos humanos es la falta de implementación doméstica adecuada de los derechos
consagrados en el ámbito regional o internacional. Por esta razón, esos derechos han sido formulados con
carácter programático permitiendo a los estados su futura adecuación interna conforme a sus necesidades
y posibilidades. Si bien los tratados internacionales sobre derechos humanos enuncian normas
directamente operativas, la mayoría de esas normas necesita ser internalizada. En alguna medida es este
un contrasentido si partimos de la base de que los derechos humanos se desarrollaron como derecho
interno y luego se internacionalizaron, a diferencia del DIH que a partir de mediados del siglo XIX surge
como parte del derecho internacional que necesita inexorablemente de interalizarse, es decir ser
incorporado como derecho interno de los estados a efectos de su implementación y observancia
(especialmente en materia de sanciones a las violaciones graves al DIH).
En cuanto a los sujetos protegidos por uno y otro derecho, es de hacer notar que los derechos humanos se
aplican sin discriminación, mientras que el DIH protege a determinadas categorías de individuos calificadas
como víctimas o como potenciales víctimas de los conflictos armados. El DIH recepta sin embargo el
principio de no-discriminación en cuanto a la protección de quienes califican como víctimas. Todas aquellas
personas que no encuadran dentro de categorías especiales de protección están de todas formas
amparadas por normas residuales que se aplican también sobre la base de la no-discriminación.

Con relación a la aplicación práctica del DIH, corresponde ésta en principio a los órganos de los estados en
conflicto, es decir a los estados beligerantes, a las potencias protectoras en la eventualidad de que hayan
sido designadas y al Comité Internacional de la Cruz Roja.

Como ya fuera expresado, la aplicación del derecho internacional de los derechos humanos corresponde a
cada estado respecto de sus nacionales o de los individuos que se encuentren bajo su jurisdicción. Las
organizaciones regionales e internacionales de protección de los derechos humanos supervisan,
monitorean y aun determinan los grados de responsabilidad de los estados violadores. En última instancia
serán esos estados los que deberán enmendar o rectificar sus conductas internas violatorias, y
eventualmente reparar daños sufridos por los individuos afectados, a través de una adecuada satisfacción.

Existen en la actualidad áreas no bien definidas de situaciones de violencia dentro del territorio de un
estado, como es el caso de emergencias por conmociones internas, insurrecciones de baja intensidad,
alteraciones del orden en razón de conflictos étnicos, religiosos o raciales y otras formas de insurgencias,
que no califican dentro de los conceptos tradicionales de conflictos armados de carácter interno. Por otra
parte, los derechos humanos exigibles en el ámbito internacional están sujetos a suspensiones
fundamentadas en la existencia de alteraciones al orden público y la seguridad nacional. De esta forma se
generan situaciones no expresamente contempladas por el DIH o que, si bien previstas residualmente por
normas pertenecientes a los derechos humanos, su observancia es en la práctica relativizada.

Se evidencia a su vez un desarrollo progresivo a partir de prácticas estatales que extienden la aplicación de
los principios básicos del DIH a situaciones no necesariamente contempladas convencionalmente en
acuerdos entre estados. Esta evolución ha sido reiteradamente mencionada por el Tribunal Internacional
para la Ex Yugoslavia al minimizar la necesidad de calificar a los conflictos armados como internos o
internacionales en razón de que en determinadas circunstancias el derecho aplicable es coincidente. En
este sentido, el Tribunal Criminal para la Ex Yugoslavia (caso Tadic, sobre Jurisdicción), hizo extensiva la
aplicación del derecho internacional humanitario que regula los conflictos armados internacionales a los
conflictos internos, y aún se manifestó sobre la irrelevancia de esa distinción para determinar
responsabilidades frente a ciertos presupuestos desarrollados en la práctica de los Estados.

En otras situaciones recientes, como es el caso del enjuiciamiento de las cúpulas responsables de la
violación sistemática de los derechos humanos durante los regímenes militares en Argentina, los tribunales
intervinientes reconocieron a la lucha contra la subversión como un conflicto interno asimilándolo dentro
de las llamadas insurgencias revolucionarias a las que debería aplicarse, durante su represión, los principios
básicos del DIH. Sin embargo, los tribunales internos solo invocaron a los efectos de condenar a los
responsables por delitos cometidos durante la lucha contra la subversión, al derecho argentino que en
alguna medida contemplaba sanciones para idénticas o en todo caso similares conductas delictivas
tipificadas por el derecho internacional.

Estas situaciones marcan una evolución consuetudinaria hacia la aceptación de la aplicación del DIH a
situaciones no necesariamente incluidas convencionalmente como reguladas por ese derecho.

Existe asimismo una especie de interacción en cuanto a influencias recíprocas entre uno y otro derecho. Los
desarrollos tendientes a maximizar la protección del individuo en situaciones de conflictos armados
califican potencialmente como evoluciones de ambos sistemas jurídicos.

A partir de la Conferencia de Teherán de 1968 sobre Derechos Humanos se comenzó a hablar de derechos
humanos de los conflictos armados. Esta tendencia se afianza en reiteradas Declaraciones de la Asamblea
General de la ONU relativas a asegurar la vigencia de los derechos humanos elementales durante los
conflictos armados.

Pero el referirse a los derechos humanos de los conflictos armados puede dar lugar a cierta confusión
respecto a la independencia de principios y estructuras entre el derecho internacional humanitario y los
derechos humanos.

Así es que durante un conflicto armado, ciertos derechos humanos pueden ser suspendidos y otros no.
Estos últimos constituyen el núcleo irreductible de derechos humanos no susceptibles de ser suspendidos
bajo ninguna circunstancia. Ese núcleo irreductible de derechos humanos se corresponde con derechos
asegurados convencionalmente como derechos exigibles durante conflictos armados tanto internos como
internacionales, e n razón de normas expresas del DIH (Ver, art. 3 común a los cuatro Convenios de Ginebra
de 1949, art. 75 del Protocolo I y arts. 4 a 6 del Protocolo II).

Esta convergencia en cuanto a la igualdad de contenidos normativos aplicables a una misma situación
plantea el problema de la duplicación o reiteración de normas. Lejos de provocar dicha reiteración
inconvenientes relativos a su correcta aplicación, impone un reaseguro en cuanto a la observancia de
conductas queridas a partir de sistemas jurídicos con esquemas diferenciados de implementación. De esta
manera, las conductas regladas tienen una mayor posibilidad de ser efectivizadas como partes integrantes
de uno u otro esquema normativo.

En este contexto puede afirmarse que en la práctica el DIH y del derecho internacional de los derechos
humanos son complementarios en razón de que, el DIH es directamente operativo a partir del comienzo de
un conflicto armado y su observancia tiende a prevenir sufrimientos innecesarios, mientras que la debida
observancia de los derechos humanos frente a violaciones de esos mismos derechos en situaciones de
conflictos armados, tiende prioritariamente a cumplir una función reparadora. Si bien ambos sistemas se
basan en funciones preventivas y reparadoras, la preeminencia de una u otra función se complementa en
aquellas áreas en donde de hecho se produce una clara superposición normativa.

El problema subsiste en aquellas otras situaciones en las que es posible detectar lagunas normativas
producidas por la inexistencia de reglas aplicables de uno u otro sistema o frente a la falta de un efectivo
control del margen de discrecionalidad con que puede actuar un estado en situaciones de emergencia
(violencia interna, conmoción interior, etc.)
Los recientes intentos de canalizar la ayuda humanitaria a través de la intervención del Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de t oda acción relativa a la
aplicación del DIH por parte de órganos altamente politizados. El contralor de la aplicación del DIH necesita
inexorablemente de un alto grado de credibilidad en cuanto a la neutralidad y transparencia del accionar
de aquellos con responsabilidad sobre su implementación y observancia (potencias protectoras, CICR).

De esta semblanza general relativa a las similitudes y diferencias entre el DIH y los derechos humanos es
posible concluir que cada sistema se ha desarrollado a través de estructuras jurídicas separadas, dentro de
ámbitos de validez y aplicación claramente distinguibles y con esquemas propios relativos tanto a sus
controles internacionales como a sus implementaciones internas.

Existe una convergencia en los intereses y objetivos perseguidos por ambos sistemas en cuanto a asegurar
la protección debida de todos los individuos en toda circunstancia.

Esta convergencia, en los hechos, ha provocado reiteraciones normativas que aparecen reflejadas en el
contenido específico de normas de uno y otro derecho. Esta reiteración de contenidos permite el cumplir
con los objetivos perseguidos desde distintos esquemas de implementación impuestos por el DIH y por el
derecho internacional de los derechos humanos.

Es evidente la necesidad de una coordinación y sistematización que permita, más que solucionar los
problemas de superposición normativa, el contemplar aquellas situaciones no abarcadas por uno u otro
sistema o aquellas otras situaciones en las que se tolera el ejercicio de un desmesurado margen de
discreción por parte del estado. El problema de las lagunas de derecho con relación a situaciones derivadas
de violencia interna, conmociones interiores o estados de excepción, ha comenzado a tener respuesta en
ciertas y determinadas actitudes asumidas por los estados a partir de sus prácticas reiteradas tendientes a
la generación de normas consuetudinarias.

Un claro ejemplo de esta tendencia se relaciona con la extensión de la aplicación de normas convencionales
previstas para conflictos armados internacionales que se aplicarían no solo a los conflictos armados
internos sino que incluso abarcarían situaciones de emergencia interna.

La Declaración final de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Derechos Humanos (Viena 1993), insta
a los Estados a coordinar esfuerzos tendientes a asegurar la observancia de los derechos humanos durante
los conflictos armados. Por nuestra parte nos permitimos llamar la atención sobre la necesidad de
coordinar los avances y desarrollos logrados en un sistema a efectos de provocar su inmediata recepción en
el otro. De la interdependencia entre uno y otro sistema surgirá eventualmente un esquema de control
perfectible frente al potencial ejercicio arbitrario de las facultades inherentes al estado.

En este sentido consideramos que deberían instrumentarse mecanismos que, actuando como vasos
comunicantes, permitan que la extensión y alcance de los logros o avances normativos dentro de un
esquema jurídico, penetren en el otro sistema a efectos de consolidar la debida protección de toda persona
afectada por el uso de la fuerza armada independientemente del grado o intensidad de esa fuerza o de la
eventual definición de una situación particular como conflicto armado.
El derecho internacional de los derechos humanos está hoy día orientado a consolidar el valor universal e
indivisible de sus derechos y garantías básicas. A su vez la evolución natural de los derechos humanos
tiende a perseguir el bienestar del ser humano a través de la observancia de nuevas generaciones de
derechos.

El DIH continúa teniendo como objetivo mediato la generación de nuevas restricciones al poder
discrecional del estado en el uso de la fuerza a efectos de atemperar sufrimientos innecesarios. El equilibrio
entre la necesidad mi litar y la debida protección de las personas afectadas por un conflicto, sigue siendo el
problema central en el que se debate todo avance normativo del DIH.

Si bien estas orientaciones presuponen la utilización de criterios y estrategias diferentes relativas a futuras
implementaciones del DIH y del derecho internacional de los derechos humanos, en la actualidad se
percibe el surgimiento de una filosofía común a ambos sistemas tendiente a consolidar sus valores
intrínsecos relativos a la protección debida a toda persona en cualquier circunstancia.

Una creciente interdependencia en las temáticas comunes del DIH y de los derechos humanos ha logrado
instalar en la comunidad internacional una cierta expectativa sobre la necesidad y conveniencia de
eventuales aplicaciones complementarias, por de pronto dentro de sus respectivos ámbitos de
convergencia normativa y fáctica.

https://www.icrc.org/spa/resources/documents/misc/5tdlj8.htm

Raúl Emilio Vinuesa . Abogado Diploma de Honor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos
Aires, Argentina. Master en Relaciones Internacionales de la Fletcher School of Law and Diplomacy, Tufis
University; Master en Derecho, Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard; Diploma en Estudios
Europeos del Europa Instituut de la Universidad de Amsterdam; Diploma en Derecho Internacional de la
Universidad de Cambridge, Jesus College Fellow.

Profesor Titular por concurso de Derecho Internacional Público y de Derechos Humanos de la Facultad de
Derecho de la Universidad de Buenos Aires; Profesor Tit ular del Instituto del Servicio Exterior de la Nación
(ISEN), Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto; Profesor Titular de Derecho del
Mar de la Escuela de Guerra Naval. Profesor invitado en la Maestría de la Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales (FLACSO). Profesor invitado de las Universidades de San Andrés y Torcuato Di Tella.
Miembro de los grupos de expertos del Comité Internacional de la Cruz Roja sobre Derecho Internacional
Humanitario y Medio Ambiente, sobre Derecho Internacional Humanitario en los Conflictos Armados en el
Mar y sobre Costumbre Internacional. Ex asesor externo del Ministerio de Relaciones Exteriores, de la
Procuración de la Nación y del Ministerio de Justicia. Presidente del Tribunal Arbitral de la Comisión
Administradora del Río Uruguay (CARU). Miembro de la lista de Arbitros argentinos del Tribunal Arbitral
para el MERCOSUR. Apoderado del Estado Argentino ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias
entre Estados e Inversores.

Miembro de la International Law Association; de la Asociación Argentina de Derecho Internacional, de la


Asociación Argentina de Derecho Comparado. Miembro Asociado de la Asociación de Derecho
Internacional Hispano-Luso-Americana. Autor de numerosas obras sobre temas de Derecho Internacional y
Derechos Humanos publicadas en el país y en el exterior.

LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS DE LAS NACIONES UNIDAS

Versión Simplificada
La versión simplificada de los 30 Artículos de la Declaración Universal de Derechos Humanos de las
Naciones Unidas se ha creado en especial para gente joven.

1. Todos Hemos Nacido Libres e Iguales. Todos hemos nacido libres. Todos tenemos nuestras propias ideas
y pensamientos. Todos deberíamos ser tratados de la misma manera.

2. No Discrimines. Estos derechos pertenecen a todos, sin importar nuestras diferencias.

3. El Derecho a la Vida. Todos tenemos el derecho a la vida y a vivir en libertad y con seguridad.

4. Ninguna Esclavitud. Nadie tiene derecho a convertirnos en esclavos. No podemos hacer a nadie nuestro
esclavo.

5. Ninguna Tortura. Nadie tiene ningún derecho a dañarnos o torturarnos.

6. Tienes Derechos Sin Importar a Donde Vayas. ¡Soy una persona igual que tú!

7. Todos Somos Iguales Ante la Ley. La ley es la misma para todos. Nos debe tratar a todos con equidad.

8. La Ley Protege tus Derechos Humanos. Todos tenemos el derecho de pedir a la ley que nos ayude
cuando hemos sido tratados injustamente.

9. Ninguna Detención Injusta. Nadie tiene el derecho de meternos en la cárcel sin una buena razón y de
mantenernos encarcelados o de echarnos de nuestro país.

10. El Derecho a un Juicio. Si se nos lleva a juicio tiene que ser en público. Las personas que nos juzgan no
deben permitir que alguien más les diga qué hacer.

11. Somos Siempre Inocentes hasta que se Demuestre lo Contrario. No se debería culpar a nadie de haber
hecho algo hasta que se haya demostrado. Cuando alguien nos acusa de haber hecho algo incorrecto,
tenemos el derecho de demostrar que eso no es verdad.

12. El Derecho a la Intimidad. Nadie debería tratar de dañar nuestra reputación. Nadie tiene el derecho de
entrar en nuestra casa, abrir nuestras cartas o molestarnos o a nuestra familia sin una buena razón.

13. Libertad de Movimiento. Todos tenemos el derecho de ir a donde queramos en nuestro propio país, y
de viajar a donde nos plazca.

14. El Derecho de Buscar un Lugar Seguro en Donde Vivir. Si tenemos temor de ser tratados mal en
nuestro propio país, tenemos el derecho de irnos a otro país para estar seguros.

15. El Derecho a una Nacionalidad. Todos tenemos el derecho de pertenecer a un país.


16. Matrimonio y Familia. Toda persona adulta tiene el derecho de casarse y formar una familia si así lo
quiere. Hombres y mujeres tienen los mismos derechos, tanto cuando están casados como cuando se
separan.

17. El Derecho a tus Propias Posesiones. Todo el mundo tiene derecho a tener sus propias cosas o a
compartirlas. Nadie debería coger nuestras cosas sin una buena razón.

18. Libertad de Pensamiento. Todos tenemos el derecho de creer en lo que queramos creer, de tener una
religión o de cambiarla si así lo queremos.

19. Libertad de Expresión. Todos tenemos el derecho de pensar por nosotros mismos, de pensar lo que nos
gusta, de decir lo que pensamos y de compartir nuestras ideas con otra gente.

20. El Derecho a Reunirse en Público. Todos tenemos el derecho de reunirnos con nuestros amigos y de
trabajar juntos en paz para defender nuestros derechos. Nadie nos puede obligar a unirnos a un grupo al
que no queremos unirnos.

21. El Derecho a la Democracia. Todos tenemos derecho a tomar parte en el gobierno de nuestro país. A
todo adulto se le debe permitir elegir a sus propios líderes.

22. Seguridad Social. Todos tenemos el derecho a una vivienda decente, a cuidados médicos, educación,
guardería infantil, suficiente dinero para vivir y atención médica si estamos enfermos o somos mayores.

23. Derechos de los Trabajadores. Todo adulto tiene el derecho de trabajar, cobrar un sueldo justo por su
trabajo y a unirse a un sindicato.

24. El Derecho a Jugar. Todos tenemos derecho a descansar del trabajo y a relajarnos.

25. Comida y Alojamiento para Todos. Todos tenemos el derecho a una buena vida. Madres y niños, gente
mayor, personas desempleadas o con limitaciones físicas, todos tienen derecho a recibir cuidados.

26. El Derecho a la Educación. La educación es un derecho. La escuela primaria debería ser gratuita.
Deberíamos aprender acerca de las Naciones Unidas y sobre cómo llevarnos bien con los demás. Nuestros
padres pueden elegir lo que aprendemos.

27. Derechos de Autor. El derecho de autor es una ley especial para proteger la creación de una persona,
ya sea artística o literaria. Nadie puede copiar nuestro trabajo sin permiso. Todos tenemos el derecho a
llevar nuestro propio modo de vida y disfrutar de las cosas buenas que el arte, la ciencia y la enseñanza nos
brindan.

28. Un Mundo Justo y Libre. Debe haber un orden apropiado para que todos podamos disfrutar de
derechos y libertades en nuestro país y por todo el mundo.

29. Responsabilidad. Tenemos un deber hacia los demás, y deberíamos proteger sus derechos y libertades.

30. Nadie Puede Arrebatarte tus Derechos Humanos.


http://es.youthforhumanrights.org/what-are-human-rights/universal-declaration-of-human-rights/articles-
16-30.html

Violación de los Derechos Humanos


Los derechos humanos son derechos que poseen los hombres. Estos privilegios son las pautas que orientan
la convivencia humana y tienen como punto de partida los principios de libertad y de igualdad.A pesar de
existir un amplio dispositivo nacional, regional, e internacional para la defensa de los derechos de los
hombres no hay un respeto absoluto por estos. En muchos países se manifiestan violaciones a los derechos
humanos. El terrorismo, la represión, la censura, la discriminación, la miseria y las transgresiones de los
derechos del niño son las principales violaciones que sufren los derechos humanos y es conveniente
destacar que ninguna de las acciones mencionadas es más importante que otra.

Introducción

Las atrocidades cometidas durante la segunda guerra mundial llevaron a la Organización de Naciones
Unidas a aprobar la Declaración de los derechos de los hombres en 1948. Se incluyen en esta declaración
los derechos a la seguridad de las personas contra el trato arbitrario de los estados; derecho a la libertad
de conciencia; derecho a un juicio justo; derecho a la intimidad y a la familia; derechos políticos,
económicos y los derechos de igualdad ante la ley.

Creemos que los derechos humanos no son debidamente respetados y que se violan en muchos aspectos, y
vamos a tratar de demostrarlo, a lo largo de esta monografía, destacando como violaciones a los derechos
del hombre el terrorismo, la represión, la censura, la miseria y las violaciones a los derechos del niño.

Nos pareció un tema interesante ya que es un asunto del que se habla mucho pero no se hace tanto y que
en muchos casos se trata de esconder.

No nos resulto difícil hallar el material de trabajo, dado que hay varios organismos, la mayoría
dependientes de la ONU, que se ocupan de investigar sobre el tema. Para realizar este trabajo nos basamos
en libros, en algunos artículos periodísticos, en enciclopedias y diccionarios y en publicaciones de Naciones
Unidas.

Capitulo I: Los Derechos Humanos

Los derechos humanos son derechos que poseen los hombres. Estos privilegios son las pautas que orientan
la convivencia humana y tienen como punto de partida los principios de libertad y de igualdad. Estos
principios fundamentan tres tipos de derechos humanos:

*Derechos Civiles.

*Derechos Sociales.

*Derechos políticos.
Los primeros les corresponden a las personas por el solo hecho de serlo. Algunos de estos son los derechos
de propiedad, de profesar libremente su culto, etc.

Los derechos sociales les corresponden a las personas en función de las actividades que desarrollan o por
pertenecer a alguna categoría especial de individuos, ya sea por la edad o por algún otro motivo que sea
tomado en cuenta por la ley. (Derechos a la educación, a una vivienda digna, al trabajo en buenas
condiciones, a la salud, a la seguridad social, etcétera).

Por último, los derechos políticos los poseen las personas que pertenecen a comunidades organizadas,
dado que consisten básicamente en el derecho a elegir a sus gobernantes y a ser elegidos para ocupar los
cargos de funcionarios.

La puesta en practica de los derechos mencionados se lleva a cabo con ayudas gubernamentales. Los
gobiernos que trabajan en conjunto han establecido organismos internacionales, los cuales analizan
los informes de los países sobre su desarrollo y su cumplimiento de los derechos humanos y realizan
informes sobre las violaciones de los mismos.

También existen las Organizaciones No Gubernamentales (ONG), de las cuales hay miles que se ocupan de
los derechos humanos, se centran en estos derechos en general o en cuestiones concretas como por
ejemplo la tortura o los presos por razones de conciencia. El articulo 71 de la carta de las Naciones Unidas
se prevé la participación de las ONG, en la labor del Consejo Económico y Social. Entre las 930 ONG
reconocidas por el consejo con carácter consultivo figuran Amnistía Internacional, la Federación
Internacional de sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, la Comisión Andina de Juristas y el
Regional Council for Human Rights in Asia.

La Declaración Universal de los Derechos del Hombre (anexo 1) fue aprobada en 1948 y esta integrada por
un preámbulo y treinta y tres artículos.

El objetivo de esta declaración no es sólo enumerar los derechos que cada hombre posee, sino que también
se trata del diseño de un modelo o patrón que sirva de inspiración a los pueblos y naciones para la defensa
y promoción de los derechos humanos a través de la enseñanza y de la educación.

La Declaración Universal ha sido seguida por cuatro instrumentos de fuerza legal: el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y culturales; el Pacto internacional de Derechos Civiles y Políticos, y sus
dos Protocolos Facultativos. La Declaración tiene principalmente autoridad moral. Los Pactos
son tratados vinculantes para los estados firmantes. Constituyen un documento que la Asamblea General
de las Naciones Unidas ha dado a llamar Carta Internacional de los Derechos Humanos.

"Es alentador ver el efecto amplio y constructivo que la Carta Internacional de Derechos Humanos ha
tenido en el pensamiento jurídico internacional. Los objetivos y principios que aparecen en esos
instrumentos se reflejan en la actualidad en la constitución y en las leyes nacionales de muchos Estados
Miembros. Al redactar y aplicar esos instrumentos, las Naciones Unidas han desempeñado un papel
fundamental en la empresa de promover el respeto por la dignidad y el valor de la persona humana y
alentar el progreso social y el mejoramiento de las condiciones de vida en una atmósfera de mayor
libertad." (1).
Capitulo II: La violación de los derechos humanos

A pesar de existir un amplio dispositivo nacional, regional, e internacional para la defensa de los derechos
de los hombres no hay un respeto absoluto por estos. En muchos países se manifiestan violaciones a los
derechos humanos.

Se debe afirmar que las transgresiones a los derechos se producen de manera encubierta y solapada, pero
cuando tales transgresiones resultan habituales y permanentes en un lugar determinado siempre existe
alguna manera de enterarse de ellas. La gente no suele ser engañada durante demasiado tiempo.

Un caso típico de violación encubierta de los derechos humanos puede surgir de las mismas desigualdades
que se manifiesten en la sociedad. Cuando una parte de la población no tiene acceso a un mínimo bienestar
quedan coartados los derechos humanos. La libertad posibilita el goce de los derechos cuando convive con
la igualdad. Esta apunta a que todos los habitantes de un país puedan alimentarse, tener una vivienda,
trabajo, educación, salud, etcétera.

El terrorismo, la represión, la censura, la discriminación, la miseria y las transgresiones de los derechos del
niño son las principales violaciones que sufren los derechos humanos y es conveniente destacar que
ninguna de las acciones mencionadas es más importante que otra.

Es justamente en la Declaración Universal donde dice que todos los seres humanos nacen libres e iguales
en dignidad y derechos y que no pueden ser objeto de discriminación por su Opinion política, riqueza o
posición económica.

Las personas deben saber cuales son sus derechos y poder hacer una denuncia cuando estos no se
cumplen.

Capitulo III: Discriminación

En agosto de 1988 el Congreso sancionó la ley 23.592, que establece las garantías contra los actos
discriminatorios.

Desde hace aun más tiempo, las Naciones Unidas han tratado de mejorar la comprensión publica en lo que
se refiere a la discriminación y revertir sus terribles efectos con acciones e instrumentos de derechos
humanos jurídicamente obligatorios relativos a la discriminación racial, el genocidio, el apartheid, los
derechos de la mujer y los grupos más desprotegidos (los refugiados, los niños, los discapacitados, los
enfermos de SIDA, etcétera).

"Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna
de raza, color, sexo, idioma, religión, Opinion política o de cualquier índole, origen nacional o social,
posición económica, nacionalidad o cualquier otra condición."(2)

No son muchos los países donde todos hablan el mismo idioma, pertenecen a la misma raza y comparten la
misma cultura, creencias y tradiciones. Todos estos factores provocan que la convivencia entre los pueblos
no siempre sea pacifica. A continuación enumeraremos y explicaremos algunos casos graves de
discriminación de distintos tipos:
*El apartheid es un claro ejemplo. En Sudáfrica el gobierno, impuesto por la minoría europea (blancos),
adoptó la discriminación como política oficial. Sancionó leyes que controlaban todos aspectos de la vida.
Las personas no podían contraer matrimonio con alguien que no fuera de su raza, no podían trasladarse a
donde quisieran y no podían decidir donde iban a vivir. Los blancos (14% de la población) habitaban el 87%
de las tierras ( por supuesto las mejores y las más fértiles) y tenían uno de los niveles más altos del mundo,
dado que Sudáfrica es un país rico en oro y diamantes, y el resto de la población (el 86%) estaban obligados
a servir a los blancos.

Los que más sufrieron fueron los africanos, a quienes se obligó a vivir en "territorios patrios", los cuales
eran áridos y donde no podían producir alimentos suficientes.

En síntesis, todos los que no eran blancos de origen europeo sufrían la falta de libertad y tenían muy pocas
oportunidades educacionales o de un empleo digno.

Luego de años de lucha entre 1990 y 1994 F. W. de Klerc preparó las elecciones en las que todos los
habitantes iban a elegir su propio gobierno. Además puso en libertad a Nelson Mandela (dirigente del
Congreso Nacional Africano) y recibió ayuda de las Naciones Unidas.

Actualmente en Sudáfrica ha comenzado un proceso encaminado a unirla y hacerla no racial y democrática.

*En el mundo, la mujer tampoco esta en un pie de igualdad. Es sabido que a pesar de el gran progreso
social que ha tenido en los últimos años no es tratada de la misma manera que el hombre. Sufre
de violencia en el hogar (es el delito que menos se denuncia, lo que provoca que sea muy difícil saber a que
parte de la población mundial afecta), discriminación en el trabajo (a las mujeres se les dan empleos de
baja condición y con bajo sueldo, hay un promedio mundial del 30% al 40% menos que el de los hombres),
falta de educación (hay enormes diferencias en la formación de hombres y mujeres, entre 1970 y 1985
aumento un 10% el número de analfabetas, mientras que la cantidad de analfabetos aumento sólo un 1%).

*Las personas infectadas de VIH o que padecen SIDA, las familias y los amigos de los individuos contagiados
del virus y las personas respecto de las cuales se supone que corren riesgos mayores de infectarse a causa
de su raza, nacionalidad, ocupación, orientación sexual o estilo de vida son notablemente discriminados.
Esto no sólo es una violación gravísima a los derechos humanos de los individuos mencionados, sino que
además provoca que las personas ajenas a este grupo crean que no están amenazadas por la enfermedad y
así no tomen las precauciones necesarias.

*También existe la discriminación por la edad. Los ancianos son maltratados en sus hogares, en los asilos y
en la calle y además no se les brinda trabajo en prácticamente ningún lado. Según el centro
de coordinación de las Naciones Unidas para temas del envejecimiento, hacia el año 2025 la población
mundial de ancianos será de 1200 millones de personas.

*Las personas con impedimentos físicos y mentales también son discriminadas.

Cuando son niños no se les otorgan las mismas oportunidades educacionales que a cualquier niño y cuando
llegan a adultos no se les brindan las mismas facilidades laborales que al resto de la población.
Las sociedades no están correctamente estructuradas para ellos. Muchas veces sus limitaciones físicas les
impiden tener acceso a los edificios y transportes públicos. La misma población "sana" los discrimina.

Para ver todo esto no es necesario mas que mirar en nuestra propia ciudad, donde no hay las suficientes
comodidades para que un lisiado pueda trasladarse y donde en muchas esquinas se ven incapacitados
pidiendo limosna.

*Las poblaciones indígenas se encuentran entre los habitantes del mundo que tienen una condición
económica y social más baja. Muchos de ellos se han visto obligados a soportar la pobreza y la
desesperación durante toda su vida, después de que les quitaron sus tierras por la fuerza. Muchos de ellos
han sido excluidos del proceso de toma de decisiones, marginados, explotados, asimilados y sometidos a
represión, tortura y asesinato por expresarse en defensa de sus derechos. Tan grande es la discriminación
que sufren que, por temor a la persecución, pueden tratar de enmascarar su identidad, abandonando su
idioma y sus ropas tradicionales.

"Considero que este premio no me ha sido concedido a mí personalmente, sino que es una de las grandes
conquistas en la lucha por la paz, los derechos humanos y los derechos de las poblaciones indígenas, que...
han sido víctimas del genocidio, la represión y la discriminación." (3)

*El racismo es otra forma de discriminación muy grave. Considerar a la raza como un criterio para
desigualar a los hombres es una grave desviación moral y política.

El nazismo de Hitler ha sido uno de los ejemplos recientes de persecución racial. La falsa creencia en que la
raza aria o germana era biológicamente la predestinada a preservar la pureza de la sangre para cumplir un
destino universal de cultura superior llevó a los extremos de la locura política. De esa manera se
dio muerte a millones de judíos secuestrados en horribles campos de concentración.

El nacionalismo extremo puede llegar al borde del racismo cuando trata de manera diferente a quienes
tienen distinta nacionalidad. Mussolini fue, en la Italia fascista, quien difundió el mito de la nación italiana
como forma superior de vida, llamada a desempeñar un papel histórico que diera continuidad al
viejo imperio romano. Por todo esto, conquistó a Abisinia, enÁfrica.

*El tema de los refugiados es otro ejemplo de discriminación. Un refugiado es una persona que ha
abandonado su país por temor a ser perseguido por su raza, religión, nacionalidad, opinión política o grupo
social. Estas personas también sufren abusos de sus derechos humanos luego de haberse marchado de sus
países, desde actos de piratería y violaciones hasta arrestos, detenciones, tortura y discriminación en el
país al cual han escapado.

Datos d el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) dicen que hay
aproximadamente unos 20 millones de refugiados y se estima que hay 25 millones de personas desplazadas
(que tuvieron que abandonar su hogar pero no su país).

La mayoría de los refugiados provienen de los países en desarrollo, porque es allí donde existen
más conflictos. Por lo menos el 80% son mujeres y niños. Necesitan la ayuda de emergencia que
proporciona el ACNUR, frecuentemente a través de las organizaciones no gubernamentales.
Capitulo IV: Terrorismo

El inicio del fenómeno terrorista, se muestra claramente durante la Revolución Francesa. La decapitación
de Luis XVI, los fusilamientos, ahogamientos, incendios y saqueos que ocurrieron en aquella época le dieron
a la misma el nombre de "Terror". Luego de tres décadas nació lo que se convirtió en el sanguinario "Terror
Rojo". Después de la Primera Guerra Mundial adquirió su principal caracterizaron, que es el
internacionalismo.

El terrorismo es una de las formas de violencia más difíciles de contener debido a que su campo
de acción se extiende más allá de las regiones de conflicto. Es un fenómeno que se caracteriza por:

su violencia indiscriminada, involucrando a víctimas que no tienen nada que ver con el conflicto causante
del acto terrorista.;

su impresibilidad, actúa por sorpresa creando incertidumbre, infundiendo terror y paralizando la acción;

su inmoralidad, produce sufrimiento innecesario, golpeando las areas más vulnerables;

ser indirecto, el blanco instrumento es usado para atraer la atención y para ejercer coerción sobre la
audiencia o un blanco primario, a través del

efecto multiplicador de los medios de comunicación masivos.

A los actos terroristas debe responderse por medio de normas jurídicas que contemplen su prevención y
sanción.

La Organización de las Naciones Unidas ha tomado un rol activo en la lucha y prevención del terrorismo.
Con este fin, se han puesto en marcha diferentes proyectos, convenciones y comités, y se han aprobado
también varias resoluciones.

Podemos encontrar tres tipos importantes de terrorismo:

*Narco-terrorismo. se llama de esta manera a la utilización del trafico de drogas para promover los
objetivos de ciertos gobiernos y organizaciones terroristas. El narco-terrorismo atenta contra los derechos
humanos esenciales como el derecho a la vida y a la integridad física; a la tranquilidad y a la honra; a la
participación política y a la libertad de expresión y comunicación, para mencionar solamente los más
vulnerados.

Los jóvenes constituyen hoy el segmento más afectado de la población por la droga, el delito y la violencia.
Las organizaciones de narcotraficantes los utilizan.

En septiembre de 1989, ante la Asamblea General de la ONU, el representante colombiano propuso un


"Plan de Acción Global contra el narcotráfico

y el narco-terrorismo".
*Terrorismo de Estado. Este consiste en la utilización sistemática de la violencia a través del aparato estatal
con fines de intimidación de los adversarios o disidentes, llegando a afectar a veces a la mayoría de la
población. Otras formas de terrorismo estatal se manifiestan en la instrumentación de determinados
grupos para realizar las acciones violentas. Estas practicas pueden verse mediante la complicidad de
algunos gobiernos con ciertos grupos terroristas que actúan en otros países (ver anexo 2).

El Derecho Internacional considera delitos de terrorismo estatal a los siguientes: el genocidio, los crímenes
contra la paz, de guerra y de lesa humanidad, la tortura y el apartheid. Considera delitos de terrorismo de
oposición: la captura de aeronaves, la toma de rehenes, los atentados contra gobernantes y diplomáticos,
etcétera.

*Terrorismo nuclear. Este tipo de terrorismo será uno de los más preocupantes

en los próximos años.

La ex-Union Soviética es la principal fuente de esta preocupación. Allí se pueden encontrar residuos
de armas nucleares.

Evitar el tráfico ilegal de material radiactivo es muy importante porque a las sustancias con que se trafica se
les puede dar uso militar o terrorista y porque también puede producir un desastre sanitario.

Otros blancos probables de futuros atentados terroristas son las centrales nucleares.

A lo largo de los últimos años, en el mundo se ha incrementado el numero de atentados terroristas (ver
anexos 2 y 3). Tanto es así, que en agosto de 1994, poco después del ataque contra la AMIA en Buenos
Aires, el Instituto de Control Nuclear de los Estados Unidos giró una directiva a todas sus centrales en la que
advertía que debían considerar con seriedad la amenaza terrorista y recomendaba la construcción de
defensas de hormigón y diques contra posibles ataques con coches-bomba.

Capitulo V: Represión

En una democracia sólo pueden utilizar la fuerza quienes se encuentran legalmente autorizados para esto.
Igualmente, lo harán únicamente en las sustracciones que indica la ley y del modo que ella precise.

En este contexto la represión no es atentatoria de ningún derecho humano, sino que por el contrario,
impide que se produzcan conductas violatorias de los derechos de los hombres. Pero la situación cambia
cuando la represión es ejercida sin sostén legal y para fines que no tienen nada que ver con la protección
de la convivencia organizada. Todo esto sucede cuando se desconocen las reglas de la democracia.

Se recurre a la desaparición de personas, a la tortura de detenidos y a la persecución de personas con ideas


que se consideran peligrosas. De ese modo se infunde miedo a la población y se cometen graves injusticias,
pues se castiga a las personas sin juicio previo.

La experiencia vivida en nuestro país sirve de ejemplo en este tema.


Durante la década del 70 la Argentina fue convulsionada. "Miles de personas fueron privadas ilegalmente
de su libertad, torturadas y muertas como resultado de la aplicación de esos procedimientos de lucha
inspirados en la totalitaria Doctrina de Seguridad Nacional" (4).

Las violaciones de derechos que cometen los represores no se acaban en los ataques a la libertad e
integridad física de las personas, otros bienes jurídicos como la propiedad y la fe publica se perjudican
también.

Capitulo VI: Censura

La libertad de expresión es uno de los derechos fundamentales del hombre. Permite que el hombre se
desarrolle como ser pensante, incentiva su capacidad creativa y la comunicación entre los seres humanos.

Los ataques a la libertad de expresión se llevan a cabo a través de la censura. Este es un modo de control
sobre las ideas y otras formas de creación intelectual que desarrolla el hombre.

La censura de prensa es la más común de todas. Es la que se ejerce sobre el periodismo, en general con
anterioridad a la publicación de los artículos.

Pero la censura no sólo afecta a la prensa. Se aplica también a la pintura, la música, el cine, la literatura y a
cualquier forma de expresión. La autocracia la utiliza para impedir la difusión de ideas contrarias al
régimen.

La historia de las dictaduras se caracteriza por la fuerte presión ejercida sobre toda manifestación que
exprese disconformidad contra la ideología oficial.

La censura impide que se pueda crear y pensar libremente y los hombres que viven sometidos a esta sufren
un serio ataque a su dignidad personal. Además genera temor en la sociedad, la cual termina por
autocensurarse. La autocensura consiste en la abstinencia, por parte de los hombres, de expresar
libremente las ideas.

Capitulo VII: Derechos del Niño

Los niños de todo el mundo están expuestos a distintas formas de explotación económica y a malos tratos
físicos y es imposible hacer una enumeración detallada de los mismos. Detrás de las horribles imágenes de
niños a los que sus padres golpean o de los que abusan sexualmente, de niños avejentados por la dureza de
la vida en las calles y el consumo de drogas, de niños lisiados por explosión de minas o convertidos en
asesinos por la guerra, de niños enfermos de SIDA, está la lucha cotidiana contra la enfermedad, las
penalidades y las tradiciones familiares o sociales que comprometen la humanidad de los niños o les hacen
sufrir física y emocionalmente.

El 20 de Noviembre de 1989 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención por los
Derechos del Niño.
En la actualidad, la impresión de la infancia que tiene la gente en el mundo ha cambiado sustancialmente. A
partir estos últimos años, se inicio una nueva era para la infancia, marcada por el reconocimiento
a escala mundial de que los niños poseen derechos humanos inviolables.

En el mundo más de 100 millones de niños y niñas de entre 6 y 11 años no tienen a su alcance la educación
escolar, y para el año 2000 el numero podría duplicarse. Se gastan aproximadamente 20.000 dólares para
entrenar un soldado pero sólo 350 dólares para educar un niño.

El nivel de mortalidad infantil alcanzó cifras muy elevadas durante el ultimo decenio. Una cantidad
numerosa de niños no alcanzan un desarrollo mental o corporal normal debido a
frecuentes enfermedades, desnutrición persistente, carencia de servicios comunitarios básicos, falta de
estímulos tempranos y analfabetismo.

La Declaración Universal reconoce que los niños deben tener cuidados y atenciones especiales. Desde
entonces constituye una de las principales preocupaciones de las Naciones Unidas y por esto Uno de los
primeros actos de la Asamblea General fue establecer el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia
(UNICEF) que hoy es el soporte de la asistencia internacional a los niños.

UNICEF fue creada en 1946 para responder a las necesidades urgentes de los niños al terminar la Segunda
Guerra Mundial. En 1965 recibió el Premio Nobel de la Paz. Tuvo un rol protagonizo en la formalicen de la
Convención y en los esfuerzos por su aprobación y respeto por parte de todos los países de mundo.

En 1990 coordinó la Cumbre Mundial en Favor de la Infancia, en la que más de 150 países adoptaron una
Declaración y un Plan de Acción para la Supervivencia, la Protección y el Desarrollo del niño a lo largo de los
años 90..

El UNICEF opera en 128 de los países en desarrollo del mundo. Trabaja en colaboración con los gobiernos y
las comunidades locales para prestar los servicios básicos esenciales para el bienestar del niño.

Capítulo VIII: Miseria e Ignorancia

La miseria es una situación de carencia y privación de los medios elementales para satisfacer las
necesidades vitales del hombre que las sufre.

La miseria es uno de los peores amigos de la democracia, debido a que sin educación, sin posibilidad de
progreso, sin bienestar, sin igualdad de oportunidades los derechos humanos quedan totalmente
eliminados.

En nuestro país la mayor causa de la miseria es el desempleo. Las personas que no consiguen un trabajo
que les permita ganar lo suficiente para mantenerse a si mismos y a sus familias tampoco contará con
los recursos para enviar a sus hijos al colegio, para atender su salud, para obtener una propiedad donde
vivir, etcétera.

Todo lo mencionado anteriormente sirve también para la ignorancia, el analfabetismo, la falta de


educación y cultura. Un individuo que no goza de estas cosas no está en condiciones de razonar, de discutir,
de formar sus propias ideas y todo esto puede ser aprovechado por ciertas personas para sacar provecho
propio engañando y explotando a estos individuos ignorantes.

Este problema forma otra gran amenaza para la democracia. Pero para solucionarlo no hay sólo que
alfabetizar sino además hay que elevar el nivel cultural de estas personas, las cuales de otra forma no
podrán defenderse en la vida.

Conclusión

Luego de analizar este trabajo podemos confirmar la hipótesis enunciada en el comienzo: Los derechos
humanos son violados.

Muchas de las gravísimas violaciones que hemos examinado son propias de los estados autoritarios, donde
predominan la represión y la censura a toda forma de oposición.

En cambio, violaciones como el terrorismo y la discriminación surgen de la sociedad, quien haciendo


diferencias entre las personas viola la igualdad de todos los hombres y en el primer caso, además, lastima a
gente que no tiene ninguna relación con el conflicto en cuestión.

Los derechos del niño, la miseria y la ignorancia provienen de injusticias sociales de las cuales se puede
culpar tanto a la sociedad como al estado.

Todo esto nos lleva a una conclusión importante. La democracia es la mejor forma de vida. Esta requiere
eliminar toda clase de violaciones a los derechos humanos, ya que se basa en su respeto, defensa y
promoción de desarrollo, de paz y de seguridad para todos los hombres.

Es fundamental destacar que hay miles de programas y planes para el restablecimiento de los derechos
humanos, y que son muchas las organizaciones encargados de llevarlas a cabo.

Creemos que lo que falta es concientizar más a la gente de las violaciones que sus derechos están sufriendo
así esta puede participar en el respeto y la defensa de los derechos humanos.

Leer más: http://www.monografias.com/trabajos/violaddhh/violaddhh.shtml#ixzz4qiQKLVUB

Hablar de derechos humanos es hablar de las responsabilidades que el Estado tiene que
cumplir, para otorgar a cada uno de sus habitantes la protección, física, mental y
económica por el hecho de ser parte de él, pero los derechos humanos son mucho más
que eso, son poderes, beneficios, atribuciones que son inalienables a la persona y que el
Estado tiene el deber de garantizar para la plena realización de la persona humana.

Es desde esta perspectiva de obligatoriedad que el Estado tiene un gran compromiso con
sus habitantes, para asegurar su bienestar, elaborar y hacer cumplir leyes que permitan el
verdadero cumplimiento de los derechos humanos. De esta manera, con la creación del
Constitucionalismo, se adoptó una reglamentación interna en los diversos Estados del
mundo, esto permitió con el tiempo que se tuviera una visión amplia de cobertura de los
derechos humanos, la cual se basó en la concientización que los políticos del mundo
tuvieron respecto a la última conflagración mundial, y que fue el paso decisivo para la
extensión geográfica o internacional de los derechos humanos.

Entendemos por cultura de los derechos humanos las actitudes ético-políticas que se
impulsan desde el Estado y la Sociedad para aplicar las tres generaciones de derechos
humanos en la estabilización de la convivencia política, social y cultural entre los
ciudadanos. Por derechos humanos de las culturas entendemos los derechos de los
colectivos sociales diferenciados (pueblos indígenas, comunidades negras, poblaciones
transeúntes y emigrantes) a preservar su identidad, autonomía y paz. Mientras que la
cultura de los derechos es marcadamente regulatoria por su intencionalidad, los derechos
humanos de las culturas son decididamente emancipa torios por su calidad diversa.

Los derechos humanos no son un invento moderno. El deseo de un mundo más justo,
más libre y más solidario ha sido una aspiración común desde que existe el ser humano.

Las primeras noticias documentadas aparecen en el código de Hammurabi y en el Libro


de los Muertos egipcio.

Más tarde, la cultura griega supuso un avance substancial, estableciendo el nacimiento de


la democracia y un nuevo concepto de la dignidad humana.

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