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cuadernos

Introducción al formalismo
de la Mecánica Cuántica
Pablo García González
José Enrique Alvarellos Bermejo
José Javier García Sanz
INTRODUCCIÓN
AL FORMALISMO
DE LA MECÁNICA CUÁNTICA
CUADERNOS DE LA UNED
Pablo García González
José Enrique Alvarellos Bermejo
José Javier García Sanz

INTRODUCCIÓN
AL FORMALISMO
DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÓN A DISTANCIA


CUADERNOS DE LA UNED (0135196CU01A02)
INTRODUCCIÓN AL FORMALISMO
DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

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Madrid, 2007

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Tels.: 91 398 75 60 / 73 73
e-mail: libreria@adm.uned.es

© Pablo García González, José Enrique Alvarellos Bermejo


y José Javier García Sanz

ISBN: 978-84-362-5456-3
Depósito legal: M. 53.818-2009

SegundaÊjdición: febrero de 2007


Primera reimpresión: diciembre de 2009

Impreso en España - Printed in Spain


Impreso en Fernández Ciudad, S. L.
Coto de Doñana, 10. 28320 Pinto (Madrid)
Índice General

Prólogo iii

1 INTRODUCCIÓN GENERAL 1

2 ESPACIOS DE HILBERT 15
2.1 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
2.2 Espacios vectoriales o lineales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
2.3 Base lineal de un espacio vectorial . . . . . . . . . . . . . . . . 21
2.4 Producto escalar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
2.5 Espacios de Hilbert . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
2.6 Bases ortonormales en espacios de Hilbert . . . . . . . . . . . . 36
2.7 Operadores lineales en un espacio de Hilbert . . . . . . . . . . . 44
2.8 Operaciones con operadores lineales . . . . . . . . . . . . . . . 45
2.9 Operador adjunto. Representación matricial . . . . . . . . . . . 53
2.10 Operadores hermíticos y autoadjuntos . . . . . . . . . . . . . . 56
2.11 Operadores unitarios. Cambios de base . . . . . . . . . . . . . . 60
2.12 Proyectores ortogonales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64
2.13 Espectro puntual. Autovalores y autovectores . . . . . . . . . . 67
2.14 Vectores no normalizables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76
2.14.1 Delta de Dirac . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
2.14.2 La transformación de Fourier . . . . . . . . . . . . . . . 89
2.14.3 Bases ortonormales generalizadas . . . . . . . . . . . . . 93
2.15 Espectro continuo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
2.16 Descomposición espectral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104
2.17 Conjunto compatible de operadores . . . . . . . . . . . . . . . . 111
2.18 Formas lineales. Notación de Dirac(∗) . . . . . . . . . . . . . . 114
2.19 Isomorfismos entre espacios de Hilbert(∗) . . . . . . . . . . . . . 120
2.20 Producto tensorial de espacios de Hilbert(∗) . . . . . . . . . . . 121

3 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA 125


3.1 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125
3.2 Descripción de los sistemas físicos. Estados y observables . . . 125

i
ii ÍNDICE GENERAL

3.3 Probabilidad en las medidas de observables . . . . . . . . . . . 128


3.4 Reducción del estado cuántico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 138
3.5 Compatibilidad. Relación de incertidumbre generalizada . . . . 146
3.6 El espacio de los estados de una partícula con espín . . . . . . 151
3.7 Evolución temporal de los estados cuánticos . . . . . . . . . . . 158
3.8 Evolución temporal relativa a los observables . . . . . . . . . . 165
3.9 Relación de incertidumbre energía-tiempo . . . . . . . . . . . . 169
3.10 Observables posición y momento . . . . . . . . . . . . . . . . . 171
3.11 Ecuaciones de Ehrenfest . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 178
3.12 El problema de la medida en Mecánica Cuántica(∗) . . . . . . . 183
3.13 Introducción a los modelos de variables ocultas(∗) . . . . . . . . 187
3.14 Entrelazamiento(∗) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 192
Problemas Resueltos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 196

4 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES 205


4.1 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 205
4.2 La función de ondas en la representación de posiciones . . . . . 206
4.3 La función de ondas en la representación de momentos . . . . . 217
4.4 Propiedades generales de las autofunciones de la energía . . . . 225
4.4.1 Propiedades de las funciones de onda . . . . . . . . . . . 225
4.4.2 Espectro de energía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 227
4.5 El pozo cuadrado infinito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 237
4.6 Estados ligados en pozos cuadrados finitos . . . . . . . . . . . . 244
4.7 El oscilador armónico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251
4.7.1 Método de operadores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 257
4.8 Reflexión y transmisión por un escalón . . . . . . . . . . . . . . 263
4.9 Reflexión y transmisión por una barrera . . . . . . . . . . . . . 267
4.10 Sistemas separables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 271
Problemas Resueltos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 275

Índice de símbolos y glosario 319

Bibliografía 327
Prólogo

Este libro expone el formalismo de la Mecánica Cuántica al nivel que se exige


en el tercer curso de Ciencias Físicas de la UNED. Aunque, como es obvio, este
texto será de gran utilidad para aquellos alumnos que siguen sus estudios en
dicha Universidad, esperamos que sea también de ayuda a los estudiantes de
otros centros que cursen una Mecánica Cuántica a un nivel parecido.

En la UNED, el curso se articula en dos cuatrimestres, en cada uno de los


cuales se estudia básicamente un libro de texto. En concreto:

- En el primer cuatrimestre de la asignatura se sigue el texto Física Cuánti-


ca de E. Wichman, volumen 4 del Curso de Física de Berkeley (publicado
en español por la editorial Reverté), en el cual se introduce de manera
brillante la necesidad de una nueva formulación de la mecánica para el
estudio de los objetos microscópicos.

- En el segundo cuatrimestre se estudia el formalismo cuántico propiamente


dicho. Es éste el objeto del presente libro.1

Así, en la primera parte del curso, el alumno se familiariza con aquellos


conceptos claves del formalismo cuántico, como pueden ser la función de ondas,
los niveles de energía o la interpretación probabilística. Sin embargo, el rigor
matemático es el mínimo imprescindible. Una vez que el alumno conoce el
mundo cuántico, es cuando se le exponen los principios de la Mecánica Cuántica
desde una perspectiva formal, aunque adecuada a los conocimientos de un
estudiante de tercer curso (o de segundo curso dentro de un programa de cuatro
años) de una licenciatura de Ciencias Físicas.
No podemos olvidar que la Mecánica Cuántica es, para la mayoría de los
físicos, una herramienta necesaria para profundizar en otras disciplinas, como
la Física Atómica y Molecular o la Física del Estado Sólido. Por esa razón,
hemos preferido hacer hincapié en los aspectos metodológicos generales más
1 El libro Introducción a la Mecánica Cuántica de Gillespie (publicado en castellano en

su día por la editorial Reverté, pero actualmente descatalogado) tiene un temario también
adecuado para esa parte del curso.

iii
iv Prólogo

que en las aplicaciones concretas, puesto que éstas serán el objetivo de cursos
posteriores.
Acorde con estas ideas, el libro está estructurado en cuatro capítulos:

- Un pequeño capítulo introductorio, que repasa someramente la necesidad


de un nuevo formalismo para la descripción del mundo subatómico, cuya
fenomenología ya debe ser conocida por el lector.

- Un amplio resumen de la teoría de espacios de Hilbert, con la que el


Alumno ya está familiarizado tras el estudio previo de la asignatura de
Análisis Matemático II de la licenciatura en CC. Físicas de la UNED (o
de otras asignaturas equivalentes en otras universidades). El material que
aquí se presenta pretende establecer una notación matemática consistente
para su uso en el texto. Además, este capítulo permitirá que nos podamos
concentrar en los aspectos conceptuales del formalismo cuántico, sin tener
que introducir digresiones técnicas que dificultarían la comprensión del
mismo.

- En el tercer capítulo se estudia el formalismo de la Mecánica Cuántica


propiamente dicho. Aunque el texto sigue un enfoque postulacional, simi-
lar al que aparece en el ya citado libro de Gillespie, nuestra presentación
considera desde el principio la posible degeneración de los valores espec-
trales de un observable y también la eventual aparición de una parte
continua del espectro. Por otra parte, la formulación de los postulados
de la Mecánica Cuántica que aquí presentaremos será lo más general posi-
ble. Así, no especificaremos una representación concreta de los estados
cuánticos, centrándonos en los aspectos conceptuales fundamentales.

- El cuarto y último capítulo es continuación natural del anterior. En él


dedicamos apartados especiales a las representaciones de posiciones y mo-
mentos para una partícula no relativista que se mueve en una dimensión.
A su vez, aplicaremos la teoría general a varios sistemas simples, gracias
a los cuales profundizaremos en los conceptos teóricos expuestos en el
tercer capítulo.

Además de numerosos ejemplos intercalados a lo largo del texto, al final de


los capítulos 3 y 4 el lector encontrará una colección de problemas resueltos
en detalle. El alumno debe notar que no todos los problemas son una mera
aplicación de lo desarrollado a lo largo de la obra, puesto que en muchos casos
los problemas suponen en sí mismos la presentación motivada de nuevas ideas.
De hecho, algunos problemas constituyen, por sí solos, una presentación de
aspectos de la teoría cuántica, que en otros textos podrían encontrase en los
apartados teóricos. Por eso insistimos en que el lector trabaje especialmente
los problemas y ejemplos resueltos de este libro.
Prólogo v

Igualmente, hemos incluido ejercicios propuestos a lo largo del texto (ex-


cepto en el primer capítulo). Estos ejercicios, de dificultad baja o intermedia,
deberían ser resueltos sin excesivo esfuerzo por parte del lector si ha sido capaz
de entender y asimilar las ideas principales que queremos transmitir.

Los apartados, ejemplos y problemas marcados con un asterisco puede omi-


tirse en un primer estudio del texto, aunque contienen información interesante
sobre algunos puntos importantes del formalismo. También queremos men-
cionar que el capítulo 2 no es completamente imprescindible para la compren-
sión de la teoría cuántica tal y como aquí se expone. Como hemos comentado,
los conocimientos matemáticos que suponemos al lector son los correspondien-
tes a los dos primeros años de una licenciatura en Ciencias Físicas. Ahora bien,
este capítulo puede servir de referencia si el lector encuentra dificultades a la
hora de entender la herramienta matemática que se utiliza habitualmente en la
teoría cuántica a este nivel, pero también al nivel exigible en un curso más es-
pecialidado de segundo ciclo. Por tanto, si el lector cree que sus conocimientos
sobre álgebra de espacios lineales de dimensión infinita o sobre análisis funcional
no es el adecuado, le recomendamos una lectura detallada de este segundo capí-
tulo. Bien es cierto que este capítulo también sirve para entender el porqué del
lenguaje empleado en el formalismo cuántico, debido a la notable correspon-
dencia que hay en este caso entre la abstracción matemática y la información
física. En definitiva, con la inclusión de este complemento matemático relati-
vamente amplio hemos querido facilitar la comprensión de la teoría cuántica,
no entorpecerla. Por tanto, no es nuestro deseo que el alumno dedique una
parte sustancial de su tiempo a asimilar una cantidad excesiva de información,
que rara vez va realmente a necesitar. No está de más el recordar que, para un
físico, las matemáticas son una herramienta que cumple su labor en tanto en
cuanto proporciona el lenguaje requerido para describir con precisión la reali-
dad física. Por ello no hemos incluido aspectos tan interesantes como la teoría
de la medida de Borel, espacios de distribuciones o un tratamiento exhaustivo
de las técnicas de resolución de ecuaciones diferenciales. Todos ellos deben de
formar parte del bagaje intelectual de cualquier licenciado en Ciencias Físicas,
pero su ubicación natural está en otras asignaturas específicas. Por igual mo-
tivo hemos relajado bastante el rigor en la exposición. Así, el lector observará
que hemos omitido muchos detalles formales y que algunas afirmaciones no son
enteramente rigurosas. En otras palabras, la exposición que hacemos sobre la
teoría de espacios de Hilbert en ningún modo debe considerarse como un susti-
tuto de monografías dedicadas al respecto, sino como una ayuda que sirva al
lector a cubrir la distancia que hay entre el planteamiento matemático formal
y su aplicación a la Física.

En esta segunda edición hemos hecho varios cambios con respecto a la


primera edición de esta obra. Además de corregir y reescribir aquellas secciones
que podían resultar confusas o poco detalladas, hemos realizado modificaciones
vi Prólogo

sustanciales que afectan a la estructura general del texto. En primer lugar, el


capítulo dedicado a la teoría de espacios de Hilbert ha sido rehecho por com-
pleto. Algunos aspectos formales han sido eliminados y, por el contrario, otros
que no habían sido comentados suficientemente en la primera edición se abor-
dan ahora con más profundidad. Se ha ampliado la descripción del espectro
continuo de operadores autoadjuntos y la mayoría de los problemas resueltos
que antes aparecían al final del capítulo se han situado ahora intercalados co-
mo ejemplos a lo largo del mismo. La exposición de los fundamentos de la
teoría cuántica se mantiene como tercer capítulo, pero en esta nueva edición
aparece un capítulo dedicado específicamente al estudio de sistemas simples.
Estas aplicaciones del formalismo se abordaban en la primera edición mediante
un enfoque “constructivo” a través de la resolución detallada de problemas.
A su vez, se presta más atención al ejemplo paradigmático de los estados de
espín 1/2 y a la resolución de sistemas en varias dimensiones, aunque separa-
bles en sistemas simples unidimensionales. Aun así, seguimos omitiendo cons-
cientemente un tratamiento completo del momento angular, de la resolución
de problemas tridimensionales con simetría esférica y de los rudimentos de la
mecánica estadística cuántica (tópicos habituales en muchos cursos introduc-
torios a la Mecánica Cuántica). Creemos que dichos temas deben abordarse
detalladamente en cursos especializados de segundo ciclo.

No queremos cerrar esta presentación sin agradecer a todas aquellas per-


sonas que nos han hecho llegar sus comentarios y sugerencias y, sobre todo, a
nuestros compañeros del Departamento de Física Fundamental, especialmente
a los Dres. Elka Koroutcheva, David García Aldea y Miguel Ángel de la Casa,
que nos han ayudado a intentar corregir los errores y las erratas, que son casi
imposibles de evitar en cualquier texto.
Capítulo 1

INTRODUCCIÓN
GENERAL

• A principios del siglo XX diversos fenómenos relacionados con la radiación


y la estructura atómica de la materia plantearon dificultades para ser interpre-
tados por la física clásica. La radiación del cuerpo negro parecía contradecir el
principio de equipartición, y este problema llevó a la idea de la cuantificación
de la energía. Por otra parte, algunas propiedades de la materia (por ejemplo,
algo tan básico como el tamaño de los propios átomos) resultaban inexplicables
para la mecánica y el electromagnetismo clásicos. Una primera aproximación
para tratar de explicar estos fenómenos consistió en complementar las leyes de
la mecánica clásica con ciertos principios de cuantificación, como era el caso de
la teoría del átomo de Bohr. No obstante, y pese a que con esto se obtenían
algunos resultados sorprendentemente buenos, la solución parecía artificiosa e
incoherente: los principios de cuantificación se introducían ad hoc y, además,
resultaban incompatibles con las leyes del electromagnetismo clásico.

• Otros fenómenos, descubiertos posteriormente en relación con el compor-


tamiento puramente mecánico de las partículas subatómicas, no sólo resultaban
inexplicables dentro de la mecánica clásica sino que parecían escapar al propio
marco de descripción de la misma.
Una partícula clásica tiene una trayectoria bien definida en el espacio or-
dinario tridimensional. El estado de la partícula en un instante dado está
determinado por su posición y velocidad. Por ello, es conveniente matemática-
mente representar la partícula por un punto de coordenadas (x, y, z, px , py , pz )
en un espacio abstracto de seis dimensiones (tres de ellas correspondientes a las
componentes del vector posición y tres a las componentes del vector momento
lineal1 ) que se denomina espacio de fases. La evolución temporal del estado de
1 En lo sucesivo, cuando se hable de momento, sin especificar si es lineal o angular, ha de

1
2 INTRODUCCIÓN GENERAL

la partícula viene dada por el movimiento del punto representativo del espacio
de fases (r(t), p(t)), que obedece a un sistema de ecuaciones diferenciales de
primer orden, que a su vez se sigue de las leyes de Newton.
Sin embargo, los fenómenos de difracción de partículas por estructuras pe-
riódicas requieren una explicación basada en conceptos propios de la física on-
dulatoria. Los primeros experimentos de difracción de partículas, que llevaron
a cabo Davidson y Germer en 1927 e, independientemente, G. E. Thomson en
1928, utilizaban haces de electrones que incidían sobre redes cristalinas. Pocos
años más tarde, Estermann y Stern obtuvieron difracción de átomos de helio
y actualmente se ha observado difracción de electrones, protones, átomos y
moléculas, tanto por redes cristalinas como por el campo periódico creado por
una onda electromagnética estacionaria. En todos los casos, las direcciones de
los haces difractados son las que corresponderían a una onda plana incidente
exp (i2πx/λ) de longitud de onda λ = h/p (longitud de onda de De Broglie),
siendo p el momento de las partículas del haz incidente y h ' 6.64 × 10−34 J · s
la constante de Planck. 2

• Consideremos un experimento en el que la estructura periódica “infinita”


(en realidad, basta con que sea mucho mayor que la anchura del haz de partícu-
las) queda reducida a un par de rendijas paralelas.3 Una fuente de partículas
lanza un haz de partículas en el mismo estado (es decir, preparadas de la misma
forma) sobre una pared en la que hay dos rendijas paralelas separadas una dis-
tancia a.4 Tras atravesar las rendijas, las partículas inciden sobre una pantalla
situada a una distancia d, donde son registradas por detectores distribuidos
por la misma (ver figura 1.1). Cuando sólo está abierta la rendija 1, el registro
de las partículas que llegan a los diferentes puntos de la pantalla corresponde
a la curva P1 , que tiene un único máximo frente a dicha rendija. Esto parece
lógico, puesto que todas las partículas que llegan a la pantalla han tenido que
pasar necesariamente por la rendija 1; el ensanchamiento de la curva (mayor
entenderse momento lineal.
2 Estos experimentos de difracción por estructuras periódicas admiten también una expli-

cación alternativa en términos de partículas y principios de cuantificación. En efecto, una


forma de obtener la dirección de los haces difractados consiste en admitir que, en la colisión
con la estructura periódica, se verifica la condición ∆px · a = nh, siendo a el periodo de la es-
tructura difractante y ∆px el cambio de la componente del momento de la partícula paralela
a la estructura. En esta interpretación, defendida por W. Duane en los años 1930, se evita
el considerar a las partículas como si fuesen ondas planas que se difractan. Sin embargo, la
naturaleza ondulatoria de las partículas es necesaria para explicar otros tipos de fenómenos
como los que veremos a continuación.
3 Una exposición especialmente interesante de dicho experimento puede encontrarse en

Seis Piezas Fáciles, de Richard Feynman (editorial Crítica) o el primer capítulo del tercer
volumen de su obra Física (editorial Addison-Wesley Iberoamericana). Véase también el
capítulo quinto del libro Física Cuántica de E. Wichman, volumen 4 del Curso de Física de
Berkeley (editorial Reverté).
4 La anchura de las rendijas también es importante pero, por simplicidad, supondremos

simplemente que es mucho menor que a.


3

Fig. 1.1. Experimento de la doble rendija. Arriba, las probabilidades de llegada


cuando está abierta una u otra rendija (no las dos). Abajo, en línea de trazos la suma
de las probabilidades P1 + P2 ; en línea continua la probabilidad de llegada cuando
ambas rendijas están abiertas simultáneamente.

cuanto más estrecha es la rendija) no sería difícil de explicar teniendo en cuenta


que los bordes de la rendija pueden afectar a algunas de las partículas que la
atraviesan. Una curva similar, P2 , se obtiene cuando sólo permitimos que esté
abierta la rendija 2.
Ahora bien, desde el punto de vista clásico parece claro que la trayectoria de
una partícula que pasa por la rendija 1 no debería verse afectada por el hecho
de que la rendija 2 esté abierta o cerrada. Por consiguiente, cabría esperar
que cuando están abiertas las dos rendijas, la curva que da la distribución
de los puntos de llegada de las partículas fuera la suma de las curvas 1 y 2
(para una misma duración del experimento). Sin embargo, no es esto lo que se
observa cuando ambas rendijas están abiertas; lo que se observa realmente es
una figura con varios máximos y mínimos, similar a los patrones de interferencia
de las ondas. Lo más destacable es que existen puntos en la pantalla a los
que pueden llegar partículas cuando está abierta sólo la rendija 1 o sólo la
rendija 2, pero a los que apenas llegan partículas cuando están abiertas ambas
rendijas. Asimismo, existen puntos para los que el número de partículas que
4 INTRODUCCIÓN GENERAL

llegan cuando ambas rendijas están abiertas es mayor que la suma de las que
llegaban atravesando la rendija 1 (cuando la 2 estaba cerrada) y las que llegaban
atravesando la rendija 2 (cuando la 1 estaba cerrada).
La forma de estas curvas puede explicarse, una vez más, a partir de un
formalismo tomado de la teoría ondulatoria. En efecto, supongamos que p = ~k
es el módulo del momento lineal de las partículas incidentes, donde ~ = h/ (2π)
es la constante de Planck racionalizada. De esta manera, el haz incidente viene
descrito por una onda plana exp (ikx). Si suponemos que la interacción de las
partículas con las rendijas es una colisión elástica, cada rendija se convierte en
la fuente de una onda cilíndrica de vector de onda k, siendo coherentes ambas
ondas emergentes, es decir, que tienen una misma fase bien definida. Para un
instante t, las amplitudes de la onda 1 y la onda 2 en un punto (0, z) de la
pantalla serán respectivamente
A A
ψ 1 (0, z) = √ exp (ikr1 ) ; ψ 2 (0, z) = √ exp (ikr2 ) ,
r1 r2
siendo r1 y r2 las distancias desde cada rendija al punto de la pantalla. Las
intensidades de dichas ondas en dicho punto son

|A|2 |A|2
I1 (0, z) = |ψ 1 (0, z)|2 = =p
r1 d2 + (z − a/2)2
2 2
|A| |A|
I2 (0, z) = |ψ 2 (0, z)|2 = =p ,
r2 d + (z + a/2)2
2

que son, por tanto, proporcionales a las probabilidades P1 y P2 de que una


partícula impacte en un punto (0, z) de la pantalla si sólo la rendija 1 o la
rendija 2 está abierta, respectivamente. Ambas curvas presentan un único
máximo (centrado en z = ±a/2) y decrecen a medida que nos alejamos de él.
Estas expresiones describen a las curvas 1 y 2 que, recordémoslo, son las que se
obtienen cuando sólo la rendija 1 o sólo la rendija 2 está abierta. Por su parte,
cuando ambas rendijas están abiertas la amplitud de la onda en (0, z) sería la
suma de las amplitudes de las dos ondas procedentes de 1 y de 2
A A
ψ 12 (0, z) = ψ 1 (0, z) + ψ 2 (0, z) = √ exp ikr1 + √ exp ikr2
r1 r2
y su intensidad

I12 (0, z) = |ψ 12 (0, z)|2 = |ψ 1 (0, z) + ψ 2 (0, z)|2


2 |A|2
= |ψ 1 (0, z)|2 + |ψ 2 (0, z)|2 + √ cos [k(r1 − r2 )] ,
r1 r2
que es proporcional a la probabilidad P12 de que la partícula impacte el punto
(0, z) de la pantalla si ambas rendijas están abiertas. Si d À a podemos
5

aproximar r2 − r1 ' za/d. Además, a/d ' θ, siendo éste el ángulo subtendido
por las rendijas desde el centro de la pantalla (véase la figura 1.1). Así, pues,
µ ¶
p ka
I12 (0, z) = I1 (0, z) + I2 (0, z) + 2 I1 (0, z)I2 (0, z) cos z . (1.1)
d

Observamos que, superpuesto a la suma de las intensidades de ambas ondas,


hay un término oscilante dependiente de z que da lugar a varios máximos y
mínimos en la curva. La distancia ∆z entre dos máximos sucesivos viene dada
por 5

ka 2πd hd
∆z = 2π ⇒ ∆z = = .
d ka pa
Lo realmente notable es que el formalismo de la teoría ondulatoria explica
exactamente los resultados. Por ejemplo, la figura 1.2 muestra una comparación
de la teoría con los resultados de un experimento con neutrones fríos (de baja
energía) correspondientes a λ = 2 nm. Las rendijas tienen 22 μm de anchura
y están separadas 104 μm (es decir, la separación entre rendijas es 50000 veces
mayor que la longitud de onda asociada a los neutrones). La distancia de las
rendijas a la pantalla es de 5 m.

• Lo único que hemos hecho hasta aquí es utilizar un artificio matemáti-


co basado en ondas para calcular la distribución de puntos de llegada en la
pantalla. ¿Podemos ir más allá y dar algún significado físico adicional a estas
funciones de onda? ¿Quiere esto decir que las partículas se comportan en todos
los aspectos como ondas? Evidentemente, no. Una onda es un objeto extenso
y continuo que cubre todo el espacio, mientras que las partículas se detectan
una a una y en un punto concreto de la pantalla.
Una posible solución consistiría en decir que la onda describe a un conjunto
de partículas que actúan colectiva y simultáneamente en el experimento de
la doble rendija. Sin embargo, esta interpretación queda fácilmente refutada
si podemos asegurar que sólo hay una partícula en vuelo entre la fuente y la
pantalla. Esto es, en esencia, lo que garantiza un experimento llevado a cabo
por Tonomura y col. en 1989. En este experimento, las partículas son electrones
en un microscopio electrónico y la doble rendija es lo que se denomina un
biprisma de Möllenstedt. La particularidad de este experimento es que el ritmo
de emisión de los electrones es muy lento (1000 por segundo) y la velocidad de
los electrones en vuelo es de 0.4c, siendo c la velocidad de la luz, por lo que
cada electrón tarda aproximadamente 10−8 s en llegar a la pantalla. Después
de eso, hay que esperar un tiempo aproximadamente 105 veces mayor hasta
que sea emitido el siguiente electrón. Es decir, sólo durante un cienmilésima
5 Cuando se tiene en cuenta también la anchura finita de las rendijas, hay que introducir

algunas correcciones; la expresión exacta puede encontrase en cualquier libro de óptica.


6 INTRODUCCIÓN GENERAL

Fig. 1.2. Figura de difracción por una doble rendija para neutrones fríos con una
longitud de onda de 2 nm, correspondiente a una velocidad de 200 m/s. Las rendijas
tienen una anchura de 22 μm y están separadas una distancia de 104 μm. Los ángulos
de difracción resultantes son del orden de 10 microrradianes, de modo que el plano
de observación está situado a 5 m de la doble rendija para poder resolver esta figura
de interferencia (de un experimento de Zeilinger y col. Rev. Mod. Phys. 60 (1988)
1067).

parte del tiempo total del experimento hay electrones en vuelo. Es más, si los
electrones no fueran frenados por la pantalla, un electrón se habría alejado cien
kilómetros antes de que saliera el siguiente.6 En estas circunstancias resulta
difícil pensar en que cada electrón puede transmitir a los que le siguen alguna
información de por dónde ha pasado.

Gracias a este ritmo de emisión relativamente lento, puede registrarse la lle-


gada de cada electrón a la pantalla. Así, las fotografías de la figura 1.3 muestran
de arriba a abajo los impactos acumulados tras la emisión de 10, 100, 3000,...
electrones. En la primera fotografía podemos ver que los electrones inciden en
la pantalla de una forma aleatoria. No aparece ninguna pauta discernible y
no hay forma de predecir dónde irá a parar el próximo electrón. No obstante,
a medida que aumenta el número de electrones aparece una pauta clara en la
6 A modo de analogía, esto es similar a una etapa ciclista contra reloj que se recorriera

aproximadamente en 1 hora y en la que los corredores salieran con intervalos de 10 años


7

Fig. 1.3. Evolución temporal de la figura de interferencia de los electrones que


atraviesan una doble rendija. El número de electrones registrados en cada placa
es: (a) 10, (b) 100, (c) 3000, (d) 20000 y (e) 70000. De un experimento de Tonomura
et al (Am. J. Phys. 57 (1989) 117). Nótese que las fotografías están giradas y las
franjas aparecen verticalmente.

pantalla, y cuando el número de electrones acumulado es muy grande, aparece


una pauta de interferencia bien definida que se mantiene estable. En otras pa-
labras, cuando el número de electrones emitidos es muy alto, el cociente entre
el número de electrones N (z) que inciden en un punto determinado de coor-
denada vertical z en la pantalla y el número total de electrones emitidos NT
tiende a un valor constante, es decir

N (z)
lim ≡ Pr(z).
NT →∞ NT

Ésta es precisamente la llamada definición frecuencial de la probabilidad. Nótese


que la existencia de este límite y, por lo tanto, de una probabilidad definida, só-
lo se manifiesta cuando se acumulan muchos sucesos (impactos en la pantalla),
pero la probabilidad se asigna a cada suceso individual. Esto es característico
de las teorías probabilistas, del mismo modo que se habla de la probabilidad de
obtener una determinada cara de un dado cuando lo lanzamos sobre una mesa.
8 INTRODUCCIÓN GENERAL

En resumen, el experimento nos dice lo siguiente:

1. Los electrones se emiten de uno en uno y se detectan en puntos concretos


de la pantalla, es decir, se detectan como partículas puntuales.
2. No es posible predecir el punto de impacto de cada electrón individual.
3. Pese a todo, cuando el número de electrones emitidos es suficientemente
grande existe una probabilidad definida de detectar un electrón en un
punto.
4. La figura global muestra una pauta de interferencia, aunque ésta sea el
resultado de sucesos independientes; esto quiere decir que existe necesa-
riamente una coherencia entre las diferentes partículas en el mismo estado
de preparación.

• El experimento nos sugiere también la interpretación que hay que dar a la


función de onda. A cada estado de preparación de una partícula le corresponde
una función ψ(r), en general compleja, de las coordenadas espaciales; la pro-
babilidad de encontrar la partícula en un volumen infinitesimal d3 r en torno a
un punto r es
2
Pr(r) d3 r = |ψ(r)| d3 r .
2
Podemos, pues, decir que ρ(r) d3 r ≡ |ψ(r)| d3 r simboliza una probabilidad
por unidad de volumen o densidad de probabilidad. Así, las curvas P1 , P2 y
P12 representadas en en la figura 1.1 son, de acuerdo con esta interpretación,
las densidades de probabilidad ρ (0, z) construidas a partir de las funciones de
onda de un electrón cuando sólo la rendija 1 esta abierta, sólo la rendija 2 está
abierta y las dos rendijas están abiertas, respectivamente.
Esta interpretación probabilista de la función de onda ya fue propuesta por
Max Born en 1926, antes incluso de que se realizaran los primeros experimen-
tos de difracción de partículas. No obstante, tal interpretación va acompañada
a menudo de otras hipótesis más fuertes. Por ello, conviene dejar claro que
todo lo que tenemos por el momento es una forma de calcular las probabili-
dades de los diferentes resultados de un experimento. Nada se dice sobre el
comportamiento de las partículas ni antes ni después de ser detectadas. En
este sentido más estricto, la interpretación anterior se suele denominar inter-
pretación mínima.

• Desde luego, el recurso a una teoría probabilista no es privativo de la Mecáni-


ca Cuántica. Sin embargo, hay una diferencia crucial entre las probabilidades
clásicas y las cuánticas. En mecánica estadística clásica, las probabilidades se
obtienen como medidas de volumen del espacio de fases en que evoluciona el
sistema. Por ello, la probabilidad de encontrar un sistema clásico en una u
9

otra región del espacio de fases es la suma de las probabilidades de encontrarlo


en cada región por separado. En otras palabras, la probabilidad de que una
partícula siga una trayectoria u otra es la suma de las probabilidades de ca-
da trayectoria por separado. En el caso concreto de nuestro experimento de la
doble rendija, la probabilidad clásica de detectar partículas en un punto cuando
ambas rendijas están abiertas sería la suma de las probabilidades P1 y P2 . Sin
embargo, las probabilidades cuánticas no se suman, como hemos visto
en la fórmula (1.1). Lo que se suma son las amplitudes de onda o, si
queremos, amplitudes de probabilidad (para distinguirlas de las probabilidades).
Nótese que, como hemos visto al discutir el experimento de la doble rendija, las
amplitudes ψ (r) pueden ser complejas, mientras que las probabilidades |ψ (r)|2
son reales.

• Ésta es una propiedad esencial. Una función de onda que corresponde a


un estado físico del sistema puede construirse como suma de otras funciones de
onda correspondientes a estados diferentes. La suma de dos funciones de onda
admisibles es también una función de onda admisible. Éste es el principio de
superposición, e implica que las funciones de onda deben obedecer a ecuaciones
lineales.
Como bien puede concluirse de la discusión anterior, la función exp (ipx/~)
corresponde al estado físico de una partícula con momento p perfectamente
definido.7 Por tanto, como consecuencia del principio de superposición, el
estado definido por

A exp (ip1 x/~) + B exp (ip2 x/~)

corresponde a un posible estado físico, construido a partir de dos estados con


p1 y p2 bien definidos. En este nuevo estado, sin embargo, el momento lineal
ya no estará bien definido. En general, cualquier superposición
Z ∞
ψ(x) = a(p) exp(ipx/~) dp (1.2)
−∞

es también un posible estado. Más importante incluso es la afirmación recípro-


ca: cualquier función admite un desarrollo de este tipo (salvo excepciones que
no vienen al caso). En otras palabras, podemos construir cualquier función
de onda a partir de una suma de ondas planas a(p) exp (ipx/h), siendo a(p) la
amplitud de la onda correspondiente a un momento p.
La expresión (1.2) es un caso especial de la transformación matemática
conocida como transformada de Fourier. Las propiedades de la transformada
de Fourier nos permiten establecer algunas relaciones sencillas entre la forma
7 En el resto de este capítulo, para simplificar la notación, hablaremos de sistemas unidi-

mensionales, y las partículas vienen descritas por su posición x y su momento lineal p.


10 INTRODUCCIÓN GENERAL

de la función ψ(x) y la función a(p): cuanto más localizada está ψ(x) menos lo-
calizada está a(p), y viceversa. Es decir, cuanto más localizada está la partícula
[esto es, más estrecha es la función ψ(x)] más amplio es el intervalo de valores
de p de las ondas planas que intervienen en la superposición [esto es, más ancha
es la función a(p)] y, en consecuencia, más indeterminado está el momento. El
principio de indeterminación posición-momento de Heisenberg constituye una
formulación cuantitativa de este hecho, y desde un punto de vista matemático
no es más que un resultado inmediato de la transformación de Fourier.8
En definitiva, el principio de superposición nos lleva a que sea imposible
determinar simultáneamente la posición y el momento de una partícula y que,
por consiguiente, no sea posible una descripción de los estados cuánticos en el
espacio de fases que se usa en mecánica clásica. Para una formulación consis-
tente de la Mecánica Cuántica necesitamos, por tanto, otro espacio matemático
en el que sea posible construir estados a partir de otros mediante superposición,
esto es, un espacio lineal.

• La siguiente cuestión es saber cómo vamos a obtener ahora los valores de


las variables dinámicas. En mecánica clásica, a cada magnitud dinámica A le
corresponde una función A(x, p) definida sobre el espacio de fases. Así, el valor
de la magnitud física A en el estado (x0 , p0 ) de un sistema unidimensional es
A(x0 , p0 ). Ahora bien, si los estados cuánticos ya no se definen como puntos en
un espacio de fases (correspondientes a posiciones y velocidades perfectamente
definidas) sino que son funciones de una variable x, ¿cómo se obtienen ahora
los valores de las magnitudes físicas? Para la posición (o cualquier función de
la posición) no hay ningún problema. En efecto, si hemos dicho que ρ(x) dx =
2
|ψ(x)| dx es una densidad de probabilidad de posición, la simple definición
estadística de valor medio es
Z ∞ Z ∞ Z ∞
hxi = x ρ(x) dx = x |ψ(x)|2 dx = ψ ∗ (x) x ψ(x) dx, (1.3)
−∞ −∞ −∞

y para una función f (x) cualquiera


Z ∞ Z ∞ Z ∞
hf (x)i = f (x) ρ(x) dx = 2
f (x) |ψ(x)| dx = ψ ∗ (x) f (x) ψ(x) dx.
−∞ −∞ −∞
(1.4)

Este valor medio nos servirá para asignar valores a la posición o a la magnitud
f (x) en cualquier estado.
Pero, ¿cómo podemos ahora calcular los valores medios del momento? Ya
hemos visto que cualquier función ψ(x) que describa el estado cuántico de
8 En el siguiente capítulo veremos con detalle las propiedades de la transformada de Fou-
rier.
11

una partícula puede escribirse como superposición de ondas planas de la for-


ma (1.2), donde a(p) mide la contribución de la onda plana de momento p
a la función de onda ψ(x). R Además, por R las propiedades de la transformada
de Fourier, sabemos que |ψ(x)|2 dx = |a(p)|2 dp. Así, del mismo modo que
ρ(x) dx ≡ |ψ(x)|2 dx es la densidad de probabilidad de posición, cabría pensar
que ρp (p) dp ≡ |a(p)|2 dp pueda interpretarse como una densidad de probabili-
dad de momento, de manera que tendríamos
Z ∞
2
hpi = p |a(p)| dp. (1.5)
−∞

Ahora bien, la función a(p) es una función cuya variable es el momento p y no la


posición x. Lo que nos interesa realmente es cómo calcular directamente hpi a
partir de la función ψ(x). Evidentemente, dada cualquier función ψ(x) siempre
podríamos calcular su transformada de Fourier y luego utilizar la expresión
(1.5). Sin embargo, no tendría sentido estar pasando continuamente del espacio
de posiciones al de momentos. Además, ¿cómo podríamos calcular entonces
valores medios de magnitudes tales como hxpi?

Notemos que para una onda plana φp0 (x) = exp(ip0 x/~), cuyo momento
lineal p0 está bien definido, se tiene

d
−i~ φ (x) = p0 φp0 (x) ,
dx p0

por lo que
µ ¶
d ¯ ¯2
φ∗p0 (x) −i~ φp0 (x) = p0 ¯φp0 (x)¯ .
dx

De esta forma,si tomamos f (x) = −i~ (d/dx) en el integrando de (1.4), para


una onda plana el valor medio hf (x)i es el momento lineal de la misma. Vamos
a ver que esta relación se puede generalizar para calcular el valor medio de p
para cualquier función de onda ψ(x) en una forma similar a (1.3), es decir,
como:
Z ∞ µ ¶
d
hpi = ψ ∗ (x) −i~ ψ(x)dx. (1.6)
−∞ dx

En efecto, escribiendo la función ψ (x) como un desarrollo de la forma (1.2),


tenemos
Z ∞ Z ∞
dψ(x) d
−i~ = −i~ a(p) exp(ipx/~) dp = p a(p) exp(ipx/~)dp
dx dx −∞ −∞
12 INTRODUCCIÓN GENERAL

y la integral de (1.6) se escribe como


Z +∞ µ ¶
d
ψ ∗ (x) −i~ ψ (x) dx
−∞ dx
Z ∞ µZ ∞ ¶ µZ ∞ ¶
0
= a∗ (p0 )e−ip x/~ dp0 p a(p)eipx/~ dp dx
−∞ −∞ −∞
Z ∞Z ∞ µZ ∞ ¶
∗ 0 i(p−p0 )x/~
= p a (p ) a(p) e dx dp0 dp
−∞ −∞ −∞
Z ∞Z ∞ Z ∞
= δ(p − p ) p a (p ) a(p) dp dp0 =
0 ∗ 0
p |a(p)|2 dp,
−∞ −∞ −∞

con lo que queda demostrada la equivalencia de las expresiones (1.5) y (1.6).9

• Veamos una forma general de expresar todo lo visto hasta ahora. Si defini-
b y Pbx , que actúan sobre ψ (x) de modo que
mos dos operadores, X

b dψ(x)
Xψ(x) ≡ xψ(x) ; Pbx ψ(x) ≡ −i~ , (1.7)
dx

y definimos un producto escalar de funciones en la forma


Z ∞
(φ, ψ) ≡ φ∗ (x)ψ(x)dx,
−∞

podemos escribir las expresiones (1.3) y (1.6) para los valores medios como

b
hxiψ = (ψ, Xψ) ; hpiψ = (ψ, Pbx ψ) ,

es decir, como un producto escalar de ψ y la función resultante de la actuación


b y Pbx .
sobre ella de cada uno de los operadores X
Podemos preguntarnos ahora si estos resultados pueden extenderse: es decir,
si es posible obtener los valores medio de otras magnitudes representadas, en
b mediante el cálculo de productos escalares:
general, por un operador lineal Q,
X
hQiψ = b
qi ρ(qi ) = (ψ, Qψ),
i

siendo ρ(q) una distribución de probabilidad normalizada.


9 Para este cálculo hemos utilizado la delta de Dirac, δ (p − p0 ), que estudiaremos en detalle

en el siguiente capítulo. En realidad, es una pequeña trampa introducir directamente esta


“función”, pues en ella está contenido parte del secreto del formalismo cuántico. En cualquier
caso, el resultado matemático anterior es intuitivo: si multiplicamos dos ondas planas infinitas
de diferentes longitudes de onda, en el producto se alternarán las partes positivas con las
negativas y, en la integral total, unas se cancelarán con otras. La única forma de que no haya
cancelación es que las longitudes de onda sean iguales.
13

Supongamos que existe un conjunto de funciones {φi (x)} tales que el ope-
b actúa sobre ellas de la siguiente manera
rador Q
b i (x) = qi φi (x).

Llamemos a esto condición 1. Supongamos, además, que cualquier función
ψ(x) puede desarrollarse como suma de estas funciones {φi (x)} en la forma
X
ψ(x) = ci φi (x).
i

Llamaremos a esto condición 2. Entonces podemos escribir


⎛ ⎞
X X X ¡ ¢
b =⎝
(ψ, Qψ) b
cj φj (x), Q ci φi (x)⎠ = qi c∗j ci φj (x), φi (x) .
j i j,i

Si, finalmente, exigimos (condición 3) que


½
1 si i = j
(φj (x), φi (x)) = δ j,i =
0 si i =
6 j,
resulta
X
b =
(ψ, Qψ) qi |ci |2 ,
i

que es un valor medio estadístico si interpretamos |ci |2 ≡ ρ (qi ) como una


probabilidad para el valor qi .
En definitiva, para que un operador Q b represente a una magnitud física
y, por tanto, su valor medio para una función de onda ψ (x) pueda calcularse
b
mediante la expresión (ψ, Qψ), debemos de exigirle que tenga un conjunto
de autofunciones (esto es lo que significa la condición 1), que estas funciones
constituyan una base del espacio de funciones que representan estados cuánticos
(condición 2) y que estas autofunciones sean ortogonales (condición 3). Como
veremos más adelante, estas condiciones definen a un operador autoadjunto en
un espacio lineal de funciones.

• Resumamos muy concisamente lo que se ha obtenido en este capítulo. Para


poder trabajar con los estados cuánticos necesitamos un espacio lineal que per-
mita construir unos estados a partir de otros mediante la combinación lineal de
ellos. Además, necesitamos un conjunto de operadores definidos en dicho es-
pacio que representen a las magnitudes físicas. Por consiguiente, el formalismo
matemático apropiado para la Mecánica Cuántica es una teoría de operado-
res lineales en un espacio de funciones con estructura de espacio vectorial o
lineal. En el próximo capítulo expondremos los fundamentos matemáticos de
esta teoría.
Capítulo 2

ESPACIOS DE HILBERT

2.1 Introducción
• La teoría de espacios de Hilbert no es sólo la principal herramienta matemáti-
ca de la Mecánica Cuántica, sino que ocupa un lugar cada vez mayor en
cualquier rama de la Física teórica. En este capítulo presentaremos un am-
plio resumen de la misma que, además de establecer una notación matemática
consistente, sirva para una mejor comprensión del formalismo de la Mecáni-
ca Cuántica. Muchas de las ideas aquí expuestas ya deberían ser conocidas,
puesto que han sido el contenido de la asignatura de Análisis Matemático II
de la licenciatura en CC. Físicas de la UNED1 (u otra equivalente en otros
centros). Sin embargo, el alumno encontrará algunas diferencias, tanto en el
enfoque como en la terminología, con respecto a dicha asignatura. Una bue-
na referencia para profundizar en la teoría de estos espacios es el libro de L.
Abellanas y A. Galindo Espacios de Hilbert (Eudema Universidad).

• Esencialmente, los espacios de Hilbert son espacios vectoriales en los que


se ha definido un producto escalar y en los que, en caso de tener dimensión
infinita, sus propiedades topológicas garantizan la extensión del concepto de
combinación lineal finita a un número infinito de sumandos. Por ello, la parte
más delicada de su formulación, y a la que dedicaremos mayor atención, está en
la generalización de los resultados típicos del Álgebra Lineal para espacios de
dimensión finita a otros conjuntos, como los espacios de funciones, de dimensión
infinita.
En todo caso, el lector no debe preocuparse excesivamente por las “su-
tilezas” propias de una formulación matemática estricta. Éstas no son necesa-
rias para entender los principios básicos de la teoría cuántica, que es el obje-
1 Véase, por ejemplo, el libro de Linés Escardó Análisis Matemático II, publicado por la

UNED en la colección de Unidades Didácticas.

15
16 ESPACIOS DE HILBERT

tivo de este texto. Por ello, aun a nuestro pesar, no seremos completamente
rigurosos. Tampoco discutiremos temas, como el concepto de medida de Borel,
esenciales para una formulación consistente de la teoría. Por último, omitire-
mos las demostraciones o las sustituiremos por meras justificaciones, a no ser
que éstas ilustren resultados importantes, usen técnicas de aplicación habitual
en Mecánica Cuántica, o sirvan para profundizar en algunos conceptos.
• Como comentamos en el Prólogo, a lo largo del capítulo hay intercalados un
número bastante amplio de cuestiones y problemas, bien resueltos en detalle
(“ejemplos”) o bien propuestos al lector (“ejercicios”). Los ejemplos aclaran
la teoría, pero también la complementan. Así, no es en absoluto conveniente
su omisión incluso en una primera lectura.
Muchos de los ejemplos que aparecen en este capítulo están directamente
relacionados con la Mecánica Cuántica. Sin embargo, para facilitar la asimi-
lación por parte del lector de las herramientas matemáticas, estos ejemplos se
presentarán en un sistema de unidades en el que las constantes físicas relevantes
sean igual a uno.2 Evidentemente, como se corresponde a un texto introducto-
rio, en el próximo capítulo recuperaremos el sistema usual de unidades.

• Para terminar esta introducción, es pertinente anticipar algunos detalles


referidos a la notación que vamos a utilizar. En las sumas finitas PN se indicarán
expresamente los valores que toma el índice P del sumatorio: i=1 . Procede-

remos de igual modo para sumas infinitas: i=1 . Ahora bien, en aquellos
resultados válidos indistintamente para sumas P finitas e infinitas omitiremos los
límites del sumatorio, usando simplemente i . Seguiremos el mismo conve-
nio a la hora de denotar conjuntos finitos e infinitos. Así, simbolizaremos un
conjunto finito de N objetos {a1 , a2 , ..., aN } por {ai }N i=1 ; un conjunto infinito

numerable {a1 , a2 , ...}, mediante {ai }i=1 ; y si es irrelevante que el conjunto sea
finito o infinito usaremos simplemente {ai }.
En algunos casos tendremos que nombrar conjuntos continuos, es decir, con-
juntos no numerables de cardinal infinito. Cada elemento del conjunto quedará
entonces caracterizado por un parámetro λ perteneciente a un subintervalo D
de la recta real R y, así, a estos conjuntos los nombraremos mediante {aλ }λ∈D .
Por ejemplo {sin kx}k∈[0,π] representa el conjunto formado por todas las fun-
ciones sin kx con número de onda k dentro del intervalo [0, π].
Por último, el lector sabe que a los elementos de un espacio lineal se les
denomina vectores, por lo que la notación ~v se reservará para los elementos de un
espacio lineal. Cuando sea necesario notar un “vector” del espacio euclídeo n-
dimensional En (por ejemplo el vector de posición de una partícula) o enfatizar
el carácter vectorial de una magnitud física usaremos letras en negrita (así, para
una partícula que se mueve en tres dimensiones usaremos x o r para indicar su
vector de posición y p para expresar su momento lineal).
2 Siempre, claro está, que no se llegue a una inconsistencia dimensional.
2.2 Espacios vectoriales o lineales 17

2.2 Espacios vectoriales o lineales


• Empecemos recordando la definición de espacio vectorial o lineal:
DEFINICIÓN: Un espacio vectorial o lineal complejo 3 U es un con-
junto de elementos, llamados vectores, dotado de dos leyes de composición:

1. Una ley de composición interna (suma de vectores) que denotaremos


por el símbolo “ +”, que asocia unívocamente a cada par de elementos
~u, ~v ∈ U un elemento ~u + ~v ∈ U. Esta ley debe satisfacer, para todo
~u, ~v , w
~ ∈ U, las propiedades siguientes:

(a) Asociativa: ~u + (~v + w)


~ = (~u + ~v ) + w.
~
(b) Conmutativa: ~u + ~v = ~v + ~u.
(c) Existencia de un elemento nulo, denotado por ~0, tal que ~v + ~0 = ~v .
(d) Existencia, para ¡cada¢ ~v ∈ U, de un elemento opuesto, denotado por
~ = ~0.
−~v , tal que ~v + −v

2. Una ley de composición externa (multiplicación por un escalar com-


plejo), que asocia a cada par ~v ∈ U, λ ∈ C un vector λ~v ∈ U.4 Esta ley
debe satisfacer, para todo ~u, ~v ∈ U y α, β ∈ C, las propiedades siguientes:

(a) Distributiva respecto a elementos de U: α(~u + ~v ) = α~u + α~v .


(b) Distributiva respecto a elementos de C: (α + β)~v = α~v + β~v .
(c) α (β ~v ) = (α β) ~v .
(d) 1 ~v = ~v ( 1 es el elemento unidad de C).
(e) 0 ~v = ~0 ( 0 es el elemento nulo de C).

DEFINICIÓN: Un subconjunto W ⊂ U es un subespacio lineal de U si


es cerrado respecto a las dos leyes de composición; es decir, para cualquier par
~u, ~v ∈ W, y α, β ∈ C, se tiene α~u + β~v ∈ W. Como consecuencia, W es un
espacio lineal en sí mismo.5

• Los tres ejemplos siguiente nos servirán para conocer los espacios lineales
más habituales en Mecánica Cuántica.

3O espacio vectorial sobre el cuerpo de los números complejos.


4 En una definición más general de espacio vectorial, el cuerpo usado en la ley de com-
posición externa no tiene por qué ser el de los números complejos C. Así, si sustituyésemos
C por el cuerpo de los números reales R, tendríamos un espacio vectorial real. Supondremos
siempre (como hemos hecho en la definición) que los espacios lineales a los que nos referimos
en este texto son complejos.
5 Nótese que la condición es equivalente a ~u + ~v ∈ W y α~v ∈ W.
18 ESPACIOS DE HILBERT

Ejemplo 2.1. Consideremos el conjunto CN formado por todas las


N -tuplas (conjuntos ordenados de N elementos) ~a = (a1 , a2 , ..., aN ) ≡
{ai }N
i=1 con ai ∈ C. Es sencillo demostrar (inténtese) que C
N
es un
espacio vectorial si definimos la suma y el producto por un escalar
complejo α en la forma usual:

~a + ~b = (a1 + b1 , a2 + b2 , ..., aN + bN )
α ~a = (αa1 , αa2 , ..., αaN )

Demuestre que el subconjunto de CN formado por los vectores de la


forma ~c = (c1 , c2 , 0, 0, ..., 0) es un subespacio vectorial.6
Solución:
Basta aplicar la definición. Sean ~c = (c1 , c2 , 0, ..., 0) y d~ = (d1 , d2 , 0, ..., 0) dos
vectores de este subconjunto y α, β dos complejos cualesquiera. Así:

α~c + β d~ = (αc1 + βd1 , αc2 + βd2 , 0, 0, ..., 0)

que es un vector del subconjunto en cuestión.

Ejemplo 2.2. Consideremos el conjunto L2 (Rn ) formado por todas las


funciones complejas ψ(x1 , x2 , ..., xn ) de n variables reales que cumplen
Z
|ψ (x)|2 dn x < ∞
Rn

(es decir, son de cuadrado integrable), donde hemos usado la no-


tación x ≡ (x1 , x2 , ..., xn ) ≡ x y dn x ≡ dx1 dx2 ...dxn . En dicho conjunto
se define la suma de funciones y el producto por un escalar complejo
α en la forma habitual:

(ψ + η) (x) = ψ (x) + η (x)


(αη) (x) = αη (x) .

a) Demuestre que dadas dos funciones de L2 (Rn ), ψ (x) y η (x), se


verifica la llamada desigualdad de Schwarz
¯Z ¯ sZ Z
¯ ¯
¯ ∗ n ¯
ψ (x) η (x) d x¯ ≤ 2 n
|ψ (x)| d x |η (x)|2 dn x ,
¯
Rn Rn Rn

b) Como consecuencia, demuestre que L2 (Rn ) es un espacio lineal.7


6 Eshabitual escribir la N-tupla en columna (no en fila, como en este ejemplo).
7 Nótese ~ primero para evitar la (improbable) confusión con
que hemos escrito ψ (x) (y no ψ)
una función vectorial y, en segundo lugar, para enfatizar que este espacio lineal está formado
por funciones. Por este segundo motivo, muchas veces usaremos los términos “espacios
funcionales” o “espacios de funciones”.
2.2 Espacios vectoriales o lineales 19

Solución:
a) Definamos la función accesoria φ (x) = ψ (x) + λη (x), donde
Z
η∗ (x) ψ (x) dn x
n
λ=− Z R
.
|η (x)|2 dn x
Rn

Entonces
Z Z Z
2 n 2 2
|φ (x)| d x = n
|ψ (x)| d x + |λ| |η (x)|2 dn x
Rn Rn Rn
Z Z
+λ ψ (x) η (x) d x + λ∗
∗ n
η∗ (x) ψ (x) dn x
Rn Rn
Z ¯R ¯2
2
¯ η (x) ψ (x) dn x¯

n Rn
= |ψ (x)| d x − R 2 .
Rn Rn
|η (x)| dn x
Esta cantidad es mayor o igual que cero, ya que es la integral de una función
estrictamente positiva. Por tanto:
¯Z ¯ sZ Z
¯ ¯
¯ ∗ n ¯
η (x) ψ (x) d x¯ ≤
2 n
|η (x)| d x
2
|ψ (x)| dn x ,
¯
Rn Rn Rn

que es el resultado deseado.


b) Las propiedades de la suma y el producto por un escalar se satisfacen tri-
vialmente porque se reducen a propiedades equivalentes en números complejos.
Así, basta probar que la suma de dos funciones de L2 (Rn ) y el producto de
una función de L2 (Rn ) por un escalar complejo es siempre es una función de
L2 (Rn ). Esto es inmediato para el producto por un escalar, por lo que nos
centraremos en la suma. Así, sean η (x) y ψ (x) dos funciones de cuadrado
integrable. Entonces
Z
2
|η (x) + ψ (x)| dn x
Rn
Z ³ ´
= |η (x)| + |ψ (x)|2 + η∗ (x) ψ (x) + ψ ∗ (x) η (x) dn x
2

Rn
Z Z µZ ¶
2 2
= |η (x)| dn x + |ψ (x)| dn x + 2 Re η ∗ (x) ψ (x) dn x .
Rn Rn Rn

Ahora bien, la parte real de un número complejo es menor o igual que su


módulo. De esta forma
Z Z Z
2 n 2 n 2
|η (x) + ψ (x)| d x ≤ |η (x)| d x + |ψ (x)| dn x
Rn R n R n
¯Z ¯
¯ ¯
+ 2 ¯¯ η (x) ψ (x) d x¯¯ ,
∗ n
Rn
20 ESPACIOS DE HILBERT

y usando el resultado anterior


Z Z Z
2 2 2
|η (x) + ψ (x)| dn x ≤ |η (x)| dn x + |ψ (x)| dn x
Rn Rn Rn
sZ Z
+2 |η (x)|2 dn x |ψ (x)|2 dn x ,
Rn Rn

que es un número finito porque ψ (x) y η (x) son funciones de cuadrado inte-
grable.

Ejemplo 2.3. Sea el conjunto C∞ 2 formado por los conjuntos orde-


nados de cardinal infinito de escalares complejos8 ~a = (a1 , a2 , a3 , ...) ≡
∞ P∞ 2
(ai )i=1 , tales que j=1 |aj | < ∞.9 Definiendo la suma y el producto
por un escalar complejo en la forma

~a + ~b = (a1 + b1 , a2 + b2 , a3 + b3 , ...)
c~a = (ca1 , ca2 , ca3 , ...)

demuestre que C∞ 2 es un espacio vectorial.


Solución:
Las propiedades de la suma de vectores y el producto por un escalar complejo
se cumplen como consecuencia directa de las de la suma y multiplicación de
números complejos. Así, nos limitamos a demostrar que para todo ~a, ~b ∈ C∞
2 y
~ ∞
para todo λ ∈ C, los elementos ~a + b y λ~a pertenecen a C2 . En primer lugar
se puede probar el resultado accesorio
¯∞ ¯ v
¯X ¯ u ∞ ∞
¯ ¯ uX X
¯ a∗n bn ¯ ≤ t |an |2 |bm |2
¯ ¯
n=1 n=1 m=1

P
siguiendo el procedimiento del ejemplo anterior. De esta forma, | ∞ ∗
n=1 an bn |

8 Evidentemente los elementos de C∞ está formado por sucesiones convergentes (no todas)
2
de números complejos. Sin embargo, como verá inmediatamente, no usamos este término al
definir los elementos de C∞
2 para evitar confusiones.
9 Recuerde que una suma infinita debe entenderse como un límite:


X n
X
ζ j = lim ζj .
n→∞
j=1 j=1

O, equivalentemente, como el límite de una sucesión cuyo término general es


n
X
Zn = ζj .
j=1
2.3 Base lineal de un espacio vectorial 21

es finito para todos los vectores de C∞


2 . A continuación evaluamos

X ∞ ³
X ´ ∞
X
2 2 2
|an + bn | = |an | + |bn | + 2 Re an b∗n
n=1 n=1
¯ ∞n=1 ¯
X∞ ³ ´ ¯X ¯
¯ ¯
≤ |an |2 + |bn |2 + 2¯ an b∗n ¯ ,
¯ ¯
n=1 n=1

y, haciendo uso del resultado accesorio ya mencionado,


v
∞ ∞ ∞ u∞ ∞
X X X uX X
2
|an + bn | ≤ 2
|an | + 2
|bn | + 2t |an |2
|bm |2 ,
n=1 n=1 n=1 n=1 m=1

que es finito: ~a + ~b ∈ C∞
2 . Por último,

X ∞
X
2 2 2
|λan | = |λ| |an |
n=1 n=1

también es finito, por lo que λ~a ∈ C∞


2 . Queda así demostrada la afirmación.

Ejercicio 2.1. Demostrar que la intersección de dos subespacios lineales es también


un subespacio lineal. (Nótese que dos subespacios lineales no pueden ser disjuntos
puesto que el vector ~0 forma parte de todo subespacio vectorial. A su vez, {~0} es un
subespacio lineal en sí mismo).

2.3 Base lineal de un espacio vectorial


• En esta sección definiremos los importantes conceptos de base lineal y di-
mensión de un espacio vectorial U, lo que nos permitirá distinguir entre espacios
lineales de dimensión finita e infinita.
DEFINICIONES: Sea U un espacio lineal. Una combinación lineal es
toda suma finita de elementos de U, cada uno de ellos multiplicado por un
escalar complejo:
N
X
αi~vi con αi ∈ C y ~vi ∈ U .
i=1

Un subconjunto finito A, formado por elementos no nulos de U, es lineal-


mente independiente si la única combinación lineal de elementos de A igual
al vector nulo es aquella en la que todos los coeficientes escalares son iguales a
cero, es decir:
N
X
αi~vi = ~0 con ~vi ∈ A ⇒ αi = 0.
i=1
22 ESPACIOS DE HILBERT

Nótese cómo el concepto de combinación lineal está siempre restringido a


un número finito de términos en la suma.

Un subconjunto infinito A, formado por elementos no nulos de U, es li-


nealmente independiente si todo subconjunto finito de A es linealmente
independiente.

Sea W un subconjunto cualquiera (finito o no) del espacio U. Llamamos


lin (W) a la envolvente lineal de W, definida como el conjunto formado
por todos los elementos de U obtenidos mediante una combinación lineal de
elementos de W.

Un conjunto B de vectores linealmente independientes de un espacio


lineal U se denomina base lineal (o de Hamel) si su envolvente lineal, lin (B),
es todo el espacio U.

Un espacio vectorial U tiene dimensión finita si existe una base lineal


formada por un número finito de elementos. Puede demostrarse que, en este
caso, todas las bases lineales tienen igual número de vectores. A este cardinal
se le denomina dimensión del espacio vectorial U, dim (U),

Algunas propiedades para espacios vectoriales U de dimensión finita, que


enunciaremos sin demostración, son las siguientes:

1. Un conjunto linealmente independiente no puede tener un número de


vectores mayor que dim (U).

2. Si el cardinal de un conjunto linealmente independiente es igual a dim (U),


dicho conjunto es una base lineal de U.

3. Si la envolvente lineal de un conjunto W es igual a todo el espacio vectorial


U, el número de vectores de W es mayor o igual que dim (U). En el caso
de que el número de vectores de este conjunto W sea igual a la dimensión
del espacio, W será también linealmente independiente y, por tanto base
lineal.

Como consecuencia de las anteriores propiedades, una base lineal puede


entenderse como un conjunto máximo de vectores linealmente independientes
o, alternativamente, como un conjunto mínimo cuya envolvente lineal sea igual
todo el espacio vectorial. Además, ya tiene sentido la siguiente definición:

DEFINICIÓN: Un espacio vectorial U tiene dimensión infinita si existen


conjuntos linealmente independientes con cardinal arbitrariamente grande.
2.4 Producto escalar 23

Ejemplo 2.4. Sea el espacio vectorial C3 . Demostrar que el conjunto10


⎧⎛ ⎞ ⎛ ⎞ ⎛ ⎞⎫
⎨ 1 0 0 ⎬
B = {~e1 , ~e2 , ~e3 } = ⎝ 0 ⎠ , ⎝ 1 ⎠ , ⎝ 0 ⎠
⎩ ⎭
0 0 1

es una base lineal de C3 .


Solución:
3
El problema es trivial. En primer lugar es evidente que los tres vectores {~ej }j=1
son linealmente independientes. A su vez, un vector cualquiera
⎛ ⎞
u1
~u = ⎝ u2 ⎠
u3

se puede escribir como combinación lineal de los elementos de B en la forma


3
X
~u = uj ~ej .
j=1

Así, el espacio lineal C3 tiene dimensión 3.

Ejemplo 2.5. Demostrar que el espacio de funciones L2 (R), forma-


do por todas las funciones complejas ψ (x) de una variable real de
cuadrado integrable, tiene dimensión infinita.
Solución:
Basta comprobar que existe un conjunto arbitrariamente grande de funciones
linealmente independientes,
¡ ¢ como por ejemplo el formado por las funciones
ψ n (x) = xn exp −x2 con n = 1, 2, 3, ....

Ejercicio 2.2. Demuestre que C∞


2 es un espacio lineal de dimensión infinita.

2.4 Producto escalar


• Empecemos con unas definiciones fundamentales, aplicables tanto a espacios
lineales de dimensión finita como de dimensión infinita.
DEFINICIÓN: Un producto escalar (o producto interno) en un espacio
lineal complejo U es una aplicación U × U → C, que asocia a cada par
~u, ~v ∈ U un escalar complejo, que designaremos por (~u, ~v ), de modo que se
satisfacen las siguientes condiciones para todo ~u, ~v , w
~ ∈ U:

1 0 En este caso (y en general para CN si N es pequeño) sí seguimos el convenio habitual

de escribir la N-tuplas en columna.


24 ESPACIOS DE HILBERT

1. (w,
~ (~u + ~v )) = (w, ~ ~u) + (w,
~ ~v ).
2. (~u, α~v ) = α(~u, ~v ) para todo α ∈ C.
3. (~u, ~v ) = (~v , ~u)∗ (por tanto, (~v , ~v ) ∈ R).
4. (~v , ~v) ≥ 0, y (~v , ~v ) = 0 si y sólo si ~v = ~0.
Se dice entonces que al espacio lineal se le ha dotado de un producto escalar o
que es un espacio pre-Hilbert.
A partir de estas propiedades, se deducen fácilmente las siguientes:
~ = α∗ (~u, w)
5. (α~u, w) ~ para todo α ∈ C .
6. Dado un vector ~u, si (~u, ~v ) = 0 ∀ ~v ∈ U , entonces ~u = 0.
7. Dados dos vectores ~u y ~v , si (~u, w)
~ = (~v , w)
~ ∀w ~ ∈ U, entonces ~u = ~v.
8. Dado w ~ ∈ U, se cumple que
⎛ ⎞
XN XN
⎝w,
~ ⎠
αj ~uj = αj (w,
~ ~uj )
j=1 j=1

N N
para cualquier conjunto {~uj }j=1 ⊂ U y {αj }j=1 ⊂ C. Esto es, la linealidad
del producto escalar (propiedades 1 y 2) se extiende a cualquier combinación
lineal.
Implícitamente, el producto escalar de dos vectores cualesquiera de U ha de
tener módulo finito. En consecuencia, una definición de un producto escalar
tal que existan vectores ~u para los que (~u, ~u) sea infinito no es admisible.

DEFINICIÓN: Un par de vectores ~u, ~v ∈ U son ortogonales (y escribiremos


~v ⊥ w)
~ si (~u, ~v ) = 0.
DEFINICIÓN: Un subconjunto W ⊂ U es un conjunto ortogonal si todos
sus elementos son ortogonales dos a dos.
TEOREMA: Todo conjunto ortogonal W ⊂ U es linealmente independiente.
Evidentemente la recíproca no siempre es cierta. Intente demostrar este
importante teorema. Para ello pruebe la contrarrecíproca, esto es, demuestre
que todo conjunto que no sea linealmente independiente no puede ser ortogonal.
DEFINICIÓN: Dos subconjuntos W1 , W2 ⊂ U son ortogonales ( W1 ⊥ W2 )
si cualquier vector de W1 es ortogonal a cualquier vector de W2 (es decir, si
para todo par ~v1 ∈ W1 , ~v2 ∈ W2 , se cumple que (~v1 , ~v2 ) = 0). A su vez,
dado el subconjunto W ⊂ U, un vector ~v ∈ U es ortogonal a W, escribiéndose
~v ⊥ W, si ~v es ortogonal a todos los vectores de W (esto es, si ~v ⊥ w~ para
todo w
~ ∈ W).
DEFINICIÓN: Dado un subconjunto W ⊂ U, se denomina complemento
ortogonal al conjunto, simbolizado por W ⊥ , formado por todos los vectores que
son ortogonales a W.
2.4 Producto escalar 25

Ejemplo 2.6. Demuestre que el complemento ortogonal de un sub-


conjunto W es un subespacio vectorial.
Solución:
Basta aplicar la definición de subespacio vectorial y demostrar que si ~u y ~v
pertenecen a W ⊥ entonces α~u + β~v ∈ W ⊥ siendo α, β dos complejos cua-
lesquiera. Esto es inmediato, ya que para cualquier w
~ ∈ W:

(α~u + β~v , w) ~ + β ∗ (~v , w)


~ = α∗ (~u, w) ~ =0 ⇒ α~u + β~v ∈ W ⊥

donde hemos usado que ~u, ~v ∈ W ⊥ .

• A partir del producto escalar se puede definir la longitud o norma11 de un


vector y también la distancia entre dos vectores (como haremos a continua-
ción). En rigor, es posible hacer estas definiciones sin recurrir a un producto
escalar. Sin embargo, nos ceñiremos a la construcción mencionada puesto que
será lo habitual en Mecánica Cuántica. Así:
DEFINICIONES: Sea U un espacio pre-Hilbert. Definimos la norma k~uk
de un vector ~u ∈ U como el número real
p
k~uk = (~u, ~u) .

Dados dos vectores ~u, ~v ∈ U, la distancia entre los mismos es la norma de la


diferencia:

dist {~u, ~v } = k~u − ~v k .

Un vector ~u se dice normalizado si su norma es igual a la unidad: k~uk = 1.


Así, todos los vectores del espacio pre-Hilbert son “normalizables”, ya que
basta dividirlos por su norma para obtener un vector normalizado. Por último
un subconjunto {~un } ⊂ U, con un número finito o infinito de elementos, es un
conjunto ortonormal si es ortogonal y está formado por vectores normaliza-
dos, esto es, para todos los pares i, j se cumple que (~ui , ~uj ) = δ ij , siendo δ ij
la delta de Kronecker.
La norma así definida cumple las cuatro propiedades básicas siguientes (prué-
belas como ejercicio). Para todo ~u, ~v ∈ U y para todo escalar α ∈ C:
1. k~uk ≥ 0.
2. k~uk = 0 ⇔ ~u = 0. Por tanto ~u = ~v ⇔ k~u − ~v k = 0
3. kα~uk = |α| k~uk.
4. k~u + ~v k ≤ k~uk + k~v k (desigualdad triangular).

Ejemplo 2.7. Demostrar la desigualdad de Schwarz: |(~u, ~v )| ≤ k~uk k~v k.


Solución:
1 1 Aunque el término módulo sólo debe aplicarse a números complejos, es muy habitual

usar norma y módulo como sinónimos.


26 ESPACIOS DE HILBERT

El lector observará que ya hemos introducido dicha desigualdad, aunque res-


tringida a espacios de funciones, en el ejemplo 2.2. Aquí demostraremos que
es un resultado general aplicable a todos los espacios pre-Hilbert. Para su de-
mostración seguimos un procedimiento completamente similar al del ejercicio
mencionado.
Supongamos primero que ~v 6= ~0. Así, construyamos el vector w ~ = ~u + λ~v ,
donde λ = − (~u, ~v )∗ / (~v , ~v). Entonces

(w,
~ w)
~ = (~u + λ~v , ~u + λ~v )
= (~u, ~u) + λ (~u, ~v ) + λ∗ (~u, ~v )∗ + λλ∗ (~v , ~v )

(~u, ~v ) (~u, ~v )
= (~u, ~u) − .
(~v , ~v )

Como, por definición, (w,


~ w)
~ ≥ 0 tenemos
∗ 2 2 2
(~u, ~u) (~v , ~v) ≥ (~u, ~v ) (~u, ~v ) ⇒ k~uk k~v k ≥ |(~u, ~v )| ,

que es esencialmente la expresión que queríamos demostrar.


Si ~v es igual a ~0, la desigualdad de Schwarz se reduce a la igualdad trivial 0 = 0.

Ejemplo 2.8. Demostrar que la norma definida a partir de un pro-


ducto escalar cumple
a) |k~uk − k~v k| ≤ k~u + ~v k ≤ k~uk + k~v k .
b) |k~uk − k~v k| ≤ k~u − ~v k ≤ k~uk + k~v k .
Solución:
a) Por definición
p p
k~u + ~v k = (~u + ~v , ~u + ~v ) = (~u, ~u) + (~v , ~v ) + (~u, ~v ) + (~v , ~u)
q
= k~uk2 + k~v k2 + 2 Re (~u, ~v ) .

Ahora bien, |Re (~u, ~v )| ≤ |(~u, ~v )|, lo que implica que − |(~u, ~v )| ≤ Re (~u, ~v ) ≤
+ |(~u, ~v )|. Usando ahora la desigualdad de Schwarz |(~u, ~v )| ≤ k~uk k~v k, tenemos
que

− k~uk k~vk ≤ Re (~u, ~v ) ≤ + k~uk k~v k .

Así llegamos fácilmente al resultado deseado:


q
k~u + ~v k ≤ k~uk2 + k~v k2 + 2 k~uk k~v k = k~uk + k~v k ,
q
k~u + ~v k ≥ k~uk2 + k~v k2 − 2 k~uk k~v k = | k~uk − k~v k | .

b) La demostración es idéntica. Basta sustituir ~v por −~v .


2.4 Producto escalar 27

• A partir de ahora consideraremos que en un espacio pre-Hilbert U se ha


definido también la norma asociada a su producto escalar. Diremos entonces
que U es espacio normado. Igualmente, la definición de la distancia asociada
a la norma se da por supuesta, y entonces diremos que U es también un espacio
métrico.

• Terminemos esta sección resolviendo algunos ejemplos importantes en los


que se definen los productos escalares que usaremos a partir de ahora.

Ejemplo 2.9. Consideremos el espacio vectorial C∞


2 , ya definido en el
ejemplo 2.3. El producto escalar de dos vectores ~a, ~b ∈ C∞
2 se define
como:
³ ´ X ∞
~a, ~b = a∗i bi .
i=1

a) Demuestre que, efectivamente, esta definición cumple las cuatro


propiedades de un producto escalar.
b) Compruebe que este producto escalar no es admisible en el espacio
vectorial C∞ , formado por todos los conjuntos ordenados de infinitos
escalares complejos
Solución:
a) En primer lugar cabría preguntarse si el producto escalar está bien definido
en el sentido de que sea finito 12 para dos elementos de C∞ 2 . Ahora bien, como
consecuencia de la definición de producto escalar, los elementos de C∞ 2 son
todos los vectores para los cuales la norma asociada al producto escalar es
finita, es decir, todos los elemento de C∞ normalizables. Así, si se cumplen
las cuatro propiedades básicas de un producto escalar, entonces se cumple la
desigualdad de Schwarz (véase el ejemplo 2.7) y esto garantiza el carácter finito
del producto escalar.
Dicho esto, probemos la propiedad 1. Sean ~a, ~b, ~c ∈ C∞
2 , entonces

³ ´ ∞
X ∞
X
~a, ~b + ~c = a∗i (bi + ci ) = (a∗i bi + a∗i ci )
i=1 i=1

X ∞
X
= a∗i bi + a∗i ci = (~a, ~b) + (~a, ~c)
i=1 i=1

(en este paso hemos usado implícitamente que una suma infinita es un límite
y la propiedad conocida en series de números complejos de que el límite de la
suma es la suma de los límites).

1 2 En rigor no debemos usar la palabra finito para un número complejo, pero se sobrentiende

que un escalar complejo es finito si su módulo lo es.


28 ESPACIOS DE HILBERT

De similar manera se prueban las otras tres:


Ã∞ !∗
³ ´ X ∞ ∞
X X ³ ´∗
~ ∗ ∗
~a, b = ∗
ai bi = (ai bi ) = ∗
ai bi = ~b, ~a .
i=1 i=1 i=1

X ∞
X 2
(~a,~a) = a∗i ai = |ai | ≥ 0, e implica (~a,~a) = 0 ⇔ ~a = ~0 .
i=1 i=1
³ ´ X∞ ∞
X ³ ´
~a, α~b = a∗i (αbi ) = α a∗i bi = α ~a, ~b .
i=1 i=1

b) Es evidente que no es admisible. Baste considerar el vector (1, 1, 1, ....) ∈


C∞ , que no es normalizable.

Ejemplo 2.10. Sea el espacio de funciones L2 (D), formado por to-


das las funciones complejas de una variable real dentro del intervalo
cerrado D que cumplen
Z
2
|ψ (x)| dx < ∞
D

(funciones de cuadrado sumable). En este espacio se define el pro-


ducto escalar como:13
Z
(ψ, φ) = ψ ∗ (x) φ (x) dx .
D

a) Demuestre que el producto escalar cumple las cuatro propiedades


que lo caracterizan.
Limitémosnos ahora al caso particular en el que D es el interva-
lo cerrado finito [a, b]. Además de L2 [a, b], consideremos los con-
juntos P [a, b] (formado por los polinomios de coeficientes complejos
definidos en [a, b]) y C [a, b] (el conjunto de las funciones continuas
definidas en [a, b]).
b) Pruebe que P [a, b] ⊂ C [a, b] ⊂ L2 [a, b] .
c) Demuestre que P [a, b] y C [a, b] son subespacios lineales de dimen-
sión infinita.
Solución:
a) En primer lugar, nótese que al ser D cualquier intervalo cerrado esta defini-
ción también contempla el caso D = R. La resolución de este apartado es
idéntica al ejemplo anterior, excepto que las sumas han de sustituirse por inte-
grales.
b) Si D = [a, b], todos los polinomios (que son una suma finita de monomios)
1 3 Por
el motivo señalado
³ en ´ una nota anterior, en espacios de funciones no escribiremos el
producto escalar como ~ φ, ~η , sino como (φ, η) o también como (φ (x) , η (x)) .
2.5 Espacios de Hilbert 29

son de cuadrado integrable. A su vez, los polinomios son funciones continuas y


toda función continua es de cuadrado integrable en un intervalo cerrado finito.
Queda así probado que P [a, b] ⊂ C [a, b] ⊂ L2 [a, b].
c) La suma de dos polinomios es un polinomio, el producto de un polinomio por
un escalar es un polinomio. Por otra parte, la suma de dos funciones continuas
es continua, y el producto de una función continua por un escalar es continuo.
Así queda probado que P [a, b] y C [a, b] son subespacios lineales.
Un ejemplo© de conjunto ª linealmente independiente en P [a, b] arbitrariamente
grande es 1, x, x2 , x3 , ... , lo que por definición demuestra que P [a, b] es un
espacio lineal de dimensión infinita. Como P [a, b] está contenido en C [a, b],
entonces este espacio lineal es también de dimensión infinita.

Ejercicio 2.3. Consideremos el espacio lineal CN . Sobre este espacio se define el


producto escalar como

³ ´ X N
~a, ~b = a∗i bi .
i=1

Demuestre que, efectivamente, esta definición cumple las cuatro propiedades del pro-
ducto escalar.

2.5 Espacios de Hilbert


• Los espacios de Hilbert son espacios lineales con producto escalar que,
además, cumplen unas determinadas propiedades topológicas que son funda-
mentales para la construcción consistente del formalismo cuántico. Para proce-
der a su caracterización, empezaremos definiendo la convergencia de sucesiones
de vectores de un espacio pre-Hilbert.
DEFINICIÓN: Sea U un espacio pre-Hilbert. Dada la sucesión de vectores

{~uj }j=1 ⊂ U, dicha sucesión es convergente si existe un vector ~u ∈ U tal que

lim k~un − ~uk = 0 .


n→∞

Al vector ~u se le denomina límite de la sucesión, escribiéndose

lim ~un = ~u .
n→∞

De este modo hemos definido el límite (si existe) de una sucesión de vec-
tores relacionando ese límite, a través de la norma, con las propiedades de
convergencia de los números reales.
Se pueden demostrar las siguientes propiedades relativas a sucesiones con-
vergentes de vectores en un espacio pre-Hilbert U:
30 ESPACIOS DE HILBERT

1. El límite de una sucesión, de existir, es único.

2. El producto de un escalar por el límite de una sucesión es igual


al límite del producto de la sucesión con el escalar.

Sea {~un }n=1 ⊂ U una sucesión convergente. Para cualquier α ∈ C,

la sucesión {α~un }n=1 también converge y limn→∞ (α~un ) = α limn→∞ ~un .
Como consecuencia, si α es un complejo no nulo y la sucesión {α~un }∞
n=1 ⊂
U converge, entonces la sucesión {~un }∞
n=1 también converge y, entonces,
limn→∞ (~un ) = α−1 limn→∞ (α~un ).

3. La suma de los límites de dos sucesiones es igual al límite de la


suma de las sucesiones.
Sean {~un }∞ ~ n }∞
n=1 , {w n=1 ⊂ U dos sucesiones convergentes. Entonces la

sucesión {~un + w~ n }n=1 también es convergente y limn→∞ (~un + w
~ n) =
limn→∞ (~un ) + limn→∞ (w ~ n ).

4. El producto escalar del límite de dos sucesiones es igual al límite


del producto escalar de las dos sucesiones.14

Sea {~un }n=1 ⊂ U una sucesión convergente. Entonces, para cualquier ~v ∈

U la sucesión de números complejos {(~v , ~un )}n=1 converge, cumpliéndose
que limn→∞ (~v , ~un ) = (~v , limn→∞ ~un ).
Como consecuencia, dada una segunda sucesión convergente {w ~ n }∞
n=1 ,
entonces limn,m→∞ (w ~ n , ~um ) = (limn→∞ w
~ n , limm→∞ ~um ).

Estas propiedades son importantes, ya que las expresiones del tipo



X
αn ~un , con ~un ∈ U y αn ∈ C
n=1

son muy habituales. Esta expresión no es una combinación lineal sino el límite
1 4 Las
demostraciones formales, aunque sencillas, son siempre algo técnicas puesto que sólo
podemos usar las propiedades que cumple, por definición, el producto escalar (y la norma)
y reglas asociadas a sucesiones de números complejos. Como ejemplo demostremos esta
propiedad:
Sea ~ un }∞
u el límite de la sucesión {~ n=1 . Así,
³ ´ ³ ´
lim (w,
~ ~un ) = lim w, un − ~
~ ~ u + lim ~ um = lim (w, ~ ~
un − ~u) + w,~ lim ~ um ,
n→∞ n→∞ m→∞ n→∞ m→∞

por lo que basta probar que la sucesión |(w,


~ ~ u)| tiende a cero. Usando la desigualdad
un − ~
de Schwarz

0 ≤ |(w,
~ ~un − ~
u)| ≤ kwk
~ k~
un − ~
uk ∀ n ,

un }∞
pero, como la sucesión {~ n=1 es convergente, k~ uk tiende a cero. Entonces
un − ~

0 ≤ lim |(w,
~ ~un − ~
u)| ≤ 0
n→∞

y queda demostrada la propiedad.


2.5 Espacios de Hilbert 31

de una sucesión formada por combinaciones lineales:



X m
X
αn ~un = lim ~sm , con ~sm = αn ~un .
m→∞
n=1 n=1
P
Por tanto, no hay ningún problema en escribir ∞ n=1 αn ~
un si converge a un
vector ~u del espacio pre-Hilbert. Por igual motivo, las igualdades

X ∞
X ∞
X ∞
X ∞
X
α ~un = α~un ; ~un + w
~n = (~un + w
~ n)
n=1 n=1 n=1 n=1 n=1
à ∞ ∞
! ∞
∞ X
X X X
αn ~un , βnw
~n = α∗n β m (~un , w
~ m)
n=1 n=1 n=1 m=1

son válidas siempre y cuando todas y cada una de las sumas converjan por
separado.
Ahora bien, siempre hay que tener cierto cuidado con la manipulación de
sumas infinitas. Por ejemplo, la expresión

X
(~un + w
~ n ) = ~v ∈ U
n=1
P∞ P∞
no garantiza que las sumas n=1 ~un y n=1 w ~ n converjan por separado: puede
ocurrir que al sumar las dos sucesiones, posibles elementos divergentes se can-
celen entre sí. Por igual motivo, si existe un vector w ~ ∈ U para el que la
expresión

X
(w,
~ ~un ) = α ∈ C
n=1
P∞
sea cierta, esto no garantiza que la sucesión n=1 ~
un converja a un vector del
espacio pre-Hilbert.15

• Aun teniendo en mente todas estas precauciones, no todos los espacios


lineales con producto escalar son adecuados para la formulación matemática
¡ ¢ ¡ −2 ¢
1 5 Por ~ = 10 y los vectores ~
ejemplo, en C2 consideremos w un = n
n−1
con n = 1, 2, 3...
Por un lado
X∞ X∞
1 π2
(w,
~ ~un ) = 2
=
n=1 n=1
n 6
pero

X X∞ ³ −2 ´
n
un =
~ −1
n=1 n=1
n
cuya segunda componente diverge.
32 ESPACIOS DE HILBERT

P∞
del formalismo cuántico. Puede suceder que una expresión del tipo n=1 αn~vn
“parezca”
P que converge, en el sentido de que la sucesión de término general
~sm = m n=1 αn~vn tiende a estabilizarse. En este caso, todas las sucesiones de
complejos formadas por productos escalares del tipo (w, ~ ~sm ) convergen. Sin
embargo, si el espacio lineal no es cerrado (en sentido topológico), es posible
que la sucesión {~sm }∞m=1 tienda a un objeto fuera del espacio lineal (y, por
tanto, que no converja en sentido estricto). Ya hemos visto en el capítulo
introductorio que, en Mecánica Cuántica, las propiedades físicas se determinan
mediante productos escalares, mientras que los estados físicos se representan
por vectores. Malo sería que en el formalismo se diesen situaciones en el que las
todas las propiedades que caracterizan un estado estén bien definidas, ¡pero no
el propio estado! Así, es imprescindible que los espacios lineales que representan
los estados físicos sean topológicamente cerrados. Estos son los espacios de
Hilbert, cuya definición formal es la siguiente:
DEFINICIÓN: Sea H un espacio lineal con producto escalar. Una sucesión

{~un }n=1 ⊂ H es una sucesión de Cauchy (o una sucesión que va estabi-
lizándose) si se cumple
lim (~un+i − ~un ) = ~0 , para cualquier i ∈ N .
n→∞

(o, equivalentemente, limn→∞ k~un+i − ~un k = 0 para cualquier i ∈ N).


H es un espacio de Hilbert si y sólo si toda sucesión de Cauchy converge
a un vector ~u del espacio lineal H (es decir, si H es topológicamente cerrado
bajo la métrica asociada a la norma).
Análogamente, si H es un espacio de Hilbert, un subespacio lineal W ⊂ H es
un subespacio de Hilbert si toda sucesión de Cauchy formada por vectores
de W converge a un vector de W.
Veamos algunos ejemplos y ejercicios importantes:
Ejemplo 2.11. Demuestre que todo espacio pre-Hilbert de dimensión
finita N es un espacio de Hilbert.
Solución:
Sean N la dimensión del espacio lineal U, {~e1 , ~e2 , ..., ~eN } una base lineal del

mismo, y {~un }n=1 una sucesión de Cauchy en U. Cada vector ~un puede es-
cribirse como
N
X
~un = un,i ~ei .
i=1

Por tanto, las N sucesiones de números complejos {un,i }n=1 i = 1, 2, ..., N son
sucesiones de Cauchy en C, y por tanto convergentes (el cuerpo de los complejos
es cerrado). Como los N coeficientes de la combinación lineal convergen, la

sucesión {~un }n=1 converge. Nótese que esta demostración exige que N sea
finito.
2.5 Espacios de Hilbert 33

Ejemplo 2.12. Sea U un espacio lineal con producto escalar, no ne-


cesariamente de Hilbert. Dada una sucesión de Cauchy {~un }∞ n=1 ⊂ U,
demuestre que la sucesión de números reales {k~un k}∞ n=1 es conver-
gente.
Solución:
Si {~un }∞
n=1 es una sucesión de Cauchy, para cualquier i:

lim k~un+i − ~un k = 0 .


n→∞

Usando el resultado del ejemplo 2.8

0 = lim k~un+i − ~un k ≥ lim |k~un+i k − k~un k| ,


n→∞ n→∞

de donde no queda más remedio que

lim |k~un+i k − k~un k| = 0 ,


n→∞

que es el criterio de convergencia de Cauchy para una sucesión de números


reales. Por tanto, la sucesión {k~un k}∞
n=1 es convergente.

Ejemplo 2.13. Sea el espacio vectorial C∞


2 con el producto escalar
habitual
³ ´ X ∞
~a, ~b = a∗n bn .
n=1

Demuestre que es un espacio de Hilbert.


Solución:
Consideremos una sucesión de Cauchy {~aJ }∞
J=1 , con ~
aJ = (aJ,1 , aJ,2 , ...). Por
tanto, fijado un I arbitrario

lim (~aJ+I − ~aJ ) = ~0 ⇒ lim |aJ+I,n − aJ,n | = 0 ∀ n = 1, 2, ...


J→∞ J→∞

Todas las componentes de los vectores de la sucesión convergen por separado,


pues cumplen el criterio de Cauchy para sucesiones de números complejos:

lim aJ,n = an ∈ C .
J→∞

Sin embargo esto no basta. Ahora hay que probar que la ∞-tupla ~a = (a1 , a2 , ...)
efectivamente pertenece a C∞2 , para lo que usamos el resultado del ejemplo an-
terior. Así, como la norma de los vectores de una sucesión de Cauchy convergen
a un valor finito, la norma de ~a es finita y esto garantiza, por definición, que
~a ∈ C∞2 .
34 ESPACIOS DE HILBERT

Ejemplo 2.14. Consideremos el espacio de funciones L2 (R) con el


producto escalar habitual
Z +∞
(ψ, φ) = ψ ∗ (x) φ (x) dx .
−∞


Dada¡ la sucesión
¢ de vectores {gn (x)}n=1 con término general gn (x) =
exp −n2 x2 /2 , calcule la norma del n-ésimo elemento de la sucesión.
¿Cuál es el límite de dicha sucesión?
Solución:
Por definición de norma:
sZ s Z
+∞
2 1 +∞ −u2 π 1/4
kgn k = e−(nx) dx = e du = √ .
−∞ n −∞ n

De este modo, puesto que limn→∞ kgn k = 0, el límite de la sucesión es la


función nula de acuerdo con la definición estricta de límite. Ahora bien, si
nos fijamos en los valores que toma gn (x) para cada x, vemos que gn (0) = 1
cualquiera que sea el valor de n. Así, si ahora calculamos el límite a partir de
los valores que toman las funciones de la sucesión en cada punto, el resultado
sería
½
0 si x 6= 0
lim gn (x) = u (x) =
n→∞ 1 si x = 0

que, en principio, no es la función nula. Esta paradoja no es tal. Al definir


un norma estamos también definiendo cuál es nuestro concepto de límite y, en
concreto, la convergencia de una sucesión se entiende siempre como convergen-
cia bajo la norma en cuestión. El segundo cálculo no ha sido entonces correcto,
ya que hemos tomado como criterio de convergencia la “convergencia puntual”
y no la convergencia asociada a la norma.
Aun así, la respuesta no es totalmente satisfactoria, puesto que parece que hay
una diferencia entre la convergencia puntual (aquella que parece ser más in-
tuitiva) y la convergencia asociada a la norma. Esta aparente contradicción
se soluciona acudiendo a la teoría de la medida (desarrollada, entre otros, por
Borel y Lebesgue) y redefiniendo el concepto de integral definida. Sin entrar
en detalles, la norma de la función anterior u (x) debería evaluarse como sigue:
s µZ Z ¶
−ε +∞
kuk = lim |u (x)|2 + |u (x)|2 ,
ε→0 −∞ +ε

límite que, evidentemente, es cero. Luego la función u (x) es la función nula al


ser su norma igual a cero. En rigor, cuando consideramos un espacio de fun-
ciones, dos funciones serán iguales si los valores que toman coinciden
2.5 Espacios de Hilbert 35

excepto para un conjunto de valores aislados de la variable (técnica-


mente, si son iguales salvo en un conjunto de medida nula). Como consecuencia,
un vector de L2 (R) no es realmente una función sino una clase (un conjunto)
de funciones. Esto sugiere que en Mecánica Cuántica la información física de
una función no dependerá de los valores que toma en puntos específicos, sino
de cantidades integradas obtenidas a partir de la función.

Ejemplo 2.15. Dado un intervalo cerrado D ⊆ R, demuestre que L2 (D)


es un espacio de Hilbert.
Solución:
Consideremos una sucesión de Cauchy en L2 (D) formada por las funciones

{ψ n (x)}n=1 . Por tanto, para cualquier i,
ÃsZ !
° ° ¯ ¯
lim °ψ n+i − ψ n ° = lim ¯ψ n+i (x) − ψ n (x)¯2 dx = 0 .
n→∞ n→∞ D

Como el integrando es siempre positivo, necesariamente


¡ ¢
lim ψ n+i (x) − ψ n (x) = 0 , ∀ x ∈ D
n→∞

salvo en puntos aislados. Sin embargo esto no es relevante (recuerde el ejemplo


anterior). Para cada x ∈ D, la anterior igualdad es el criterio de convergencia
de Cauchy para la sucesión de números reales {ψ n (x)}∞ n=1 . Por tanto, existe
una función ψ (x) tal que

lim ψ n (x) = ψ (x) , ∀ x ∈ D


n→∞

salvo en puntos aislados. Así, la sucesión de Cauchy converge a una función


ψ (x) pertenece a L2 (D) puesto que su norma es finita (al ser el límite de una
sucesión de Cauchy de L2 (D)).

Ejercicio 2.4. Considere el subconjunto de C∞ 2 formado por las ∞-tuplas con


un número finito de elementos no nulos. Demuestre que este subconjunto es un
subespacio lineal, pero que no es un subespacio de Hilbert.

Ejercicio 2.5. Sea el subespacio vectorial P [a, b] de los polinomios con coeficientes
complejos dentro del espacio de Hilbert L2 [a, b]. Demuestre que este subespacio vec-
torial no es un subespacio de Hilbert. Pm
Sugerencia: Considere la sucesión de término general sm (x) = n=0 xn /n!. Pruebe
que esta sucesión de polinomios es de Cauchy, pero su límite estricto es la función
exp (x) que no es un polinomio.
Ejercicio 2.6. Sea el subespacio vectorial C [a, b] de las funciones continuas de
L2 [a, b]. Demuestre que C [a, b] no es un subespacio de Hilbert.
36 ESPACIOS DE HILBERT

Sugerencia: Considere la sucesión de término general



⎨ 1 si x ≤ ¡a+b
2 ¢
2n
φn (x) = 1+n− a+b x si x ∈ a+b a+b
2 , 2 +
a+b
2n

0 si x ≥ 2 + a+b
a+b
2n

Pruebe que esta sucesión de funciones continuas es de Cauchy, pero que su límite es
una función discontinua.

2.6 Bases ortonormales en espacios de Hilbert


• En esta sección definiremos el importante concepto de base ortonormal en
un espacio de Hilbert. Sin embargo, en la definición es importante distinguir
entre espacios de dimensión finita e infinita.
DEFINICIÓN: Sea H un espacio de Hilbert de dimensión finita. Un con-
junto ortonormal B = {~e1 , ~e2 , ..., ~eN } es una base ortonormal de H si todo
vector ~u ∈ H puede escribirse como una combinación lineal de los elementos
de B:
N
X
~u = uj ~ej .
j=1

A los números complejos {uj }N j=1 se les denomina coordenadas de ~


u en la
base ortonormal B.
Dada la definición, observamos que una base ortonormal es simplemente una
base lineal (o de Hamel) ortonormal.
En espacios de dimensión infinita, aunque existan, las bases lineales no son
cómodas de usar (y, además, su utilidad práctica es limitada). En su lugar es
preferible utilizar las llamadas bases de Fourier:
DEFINICIÓN: Sea H un espacio de Hilbert de dimensión infinita. Un
conjunto ortonormal BF = {~e1 , ~e2 , ...}, de cardinal infinito, es una base ortonor-
mal o de Fourier de H si todo vector ~u ∈ H puede escribirse como un
desarrollo de Fourier a partir de los elementos de BF , esto es, como
N
X ∞
X
~u = lim uj ~ej ≡ uj ~ej .
N →∞
j=1 j=1

Los números complejos {uj }∞


j=1 son las coordenadas del vector ~
u en la base
de Fourier BF .
Nótese la diferencia. En el caso de dimensión finita la envolvente lineal
de la base ortonormal es todo el espacio de Hilbert, pero no en el caso de
2.6 Bases ortonormales en espacios de Hilbert 37

dimensión infinita. Esta distinción puede parecer artificial, pero gracias a ella
las propiedades de las bases ortonormales son siempre las mismas y el concepto
de base de Fourier engloba, de manera natural, al de base lineal ortonormal en
un espacio de dimensión finita. Así:
TEOREMA: Sea H un espacio de Hilbert y B = {~e1 , ~e2 , ...} una base ortonor-
mal de H. Sean ~u, w~ ∈ H y {un }, {wn } las coordenadas de ~u y w~ en la base
B, respectivamente. Entonces:
1. Las coordenadas de ~u en la base B están dadas por
X
un = (~en , ~u) ⇒ ~u = (~en , ~u) ~en .
n

2. La norma de ~u puede calcularse como


s
X
k~uk = |un |2 .
n

3. Las coordenadas de la suma y del producto por un escalar son:


(~u + w)
~ n = un + wn ; (α~u)n = αun .
4. El producto escalar (~u, w)
~ puede calcularse como
X
(~u, w)
~ = u∗n wn .
n

Demostración: Demostraremos sólo los puntos 1 y 4 (dejando como


ejercicio la de los puntos 2 y 3). Para probar el punto 1, partimos
del desarrollo de Fourier (que se reduce aPuna combinación lineal
si la dimensión del Hilbert es finita) ~u = n un~en . Multiplicando
escalarmente por ~em y usando la linealidad del producto escalar (ya
garantizada incluso para sumas infinitas)
à !
X X
(~em , ~u) = ~em , un~en = un (~em , ~en ) .
n n

Como (~em , ~en ) = δ mn , queda


(~em , ~u) = um .
Para probar el punto 4, basta desarrollar el producto escalar y usar
la ortonormalidad de los elementos de la base:
à !
X X X
(~u, w)
~ = un~en , wm~em = u∗n wm (~en , ~em )
n m n,m
X X
= u∗n wm δ nm = u∗n wn .
n,m n
38 ESPACIOS DE HILBERT

• Naturalmente podemos extender el concepto de base ortonormal a subespa-


cios de Hilbert. De nuevo distingamos los casos de dimensión finita e infinita:
DEFINICIÓN: Sea H un espacio de Hilbert y W ⊂ H un subespacio de
Hilbert.
1. Si W es de dimensión finita N , entonces un conjunto ortonormal B =
{~e1 , ~e2 , ..., ~eN } ⊂ W es una base ortonormal de W si todo vector ~u ∈ W
puede escribirse como una combinación lineal de los elementos de B:
N
X N
X
~u = ui ~ei = (~ei , ~u) ~ei
i=1 i=1

y, por tanto, todo vector que se pueda escribir como combinación lineal de
elementos de B, pertenece a W.
2. Si W es de dimensión infinita, entonces un conjunto ortonormal de cardinal
infinito BF = {~e1 , ~e2 , ...} ⊂ W es una base ortonormal o de Fourier de W
si todo vector ~u ∈ W puede escribirse como un desarrollo de Fourier de los
elementos de BF :

X ∞
X
~u = ui ~ei = (~ei , ~u) ~ei
i=1 i=1

y, por tanto, todo vector que se pueda escribir como desarrollo de Fourier de
elementos de BF , pertenece a W.16
Recordemos que pueden haber subespacios lineales de H que, siendo de
dimensión infinita, no sean subespacios de Hilbert (por ejemplo el subespacio
lineal de las funciones continuas de L2 [0, 1]). Entonces, el concepto de base
de Fourier no tiene sentido (observe la frase con la que hemos cerrado las
definiciones anteriores). Recíprocamente (pruebe a demostrarlo):
TEOREMA:17 Sea H un espacio de Hilbert y Gort = {w ~ n } ⊂ H un conjunto
ortonormal. Definiendo el conjunto
( )
X X 2
lin (Gort ) = ~u ∈ H tal que ~u = un w
~ n con |un | < ∞ ,
n n

entonces
1. lin (Gort ) es un subespacio de Hilbert.
1 6 Esta afirmación es consecuencia inmediata del hecho de que W es un subespacio de

Hilbert.
1 7 Deberíamos haber incluido este teorema al principio de la sección, estableciendo así un

paralelismo entre el proceso de construcción de bases lineales en espacios de dimensión finita


y de bases de Fourier en espacios de dimensión infinita. Sin embargo, el objetivo fundamental
de la sección es la definición de estas últimas, por lo que hemos preferido posponer el teorema
hasta este momento.
2.6 Bases ortonormales en espacios de Hilbert 39

2. un = (w ~ n , ~u) , con n = 1, 2, 3, ...


3. Si el cardinal de Gort es finito, lin (Gort ) = lin (Gort )

• El lector, legítimamente, puede preguntarse si en todo espacio de Hilbert


de dimensión infinita existen bases de Fourier numerables, tal y como las
hemos definido en los puntos anteriores. En todos los casos de interés físico
la respuesta es afirmativa y se dice, entonces, que el espacio de Hilbert es
separable. Puede entonces demostrarse que todas sus bases de Fourier son
numerables y que todos sus subespacios de Hilbert son separables. Nótese
la analogía entre esta afirmación y el hecho de que en un espacio vectorial
finito todas las bases lineales poseen el mismo número de elementos y todos los
subespacios lineales son de dimensión finita. Desde una perspectiva puramente
matemática se admite la existencia de espacios de Hilbert en los que las bases
de Fourier no son numerables, sino continuas, pero puesto que van a carecer de
interés, supondremos sin excepción que el espacio de Hilbert H es separable.
• Consideremos ahora un subconjunto linealmente independiente G de un
espacio de Hilbert H. En muchos casos será importante transformar dicho
subconjunto en otro, Gort , que sea ortonormal y tal que los elementos de Gort
sean combinación lineal de los de G. Ello es posible, siempre y cuando G
sea numerable, gracias al siguiente teorema (cuya demostración, meramente
operativa, dejamos como ejercicio):
TEOREMA: Sea H un espacio de Hilbert y G = {~u1 , ~u2 , ~u3 , ...} = {~un } un
subconjunto numerable de H formado por vectores linealmente independien-
tes. Resulta entonces posible construir un conjunto ortonormal Gort = {w ~ n },
con igual cardinal que el de G, tal que sus elementos son todos combinación li-
neal de los elementos de G. La regla para construir dicho conjunto ortonormal
está dada por el llamado método de ortonormalización Gram-Schmidt,
de modo que los vectores {w ~ n } están dados por:
1
w
~1 = ~u1
k~u1 k
1
w
~2 = [~u2 − (w~ 1 , ~u2 ) w
~ 1]
k~u2 − (w
~ 1 , ~u2 ) w
~ 1k
..
. " #
n−1
X
1
w
~n = °° Pn−1 ° ~un −
° (w
~ i , ~un ) w
~i
°~un − i=1 (w ~ i°
~ i , ~un ) w i=1

..
.

• El método de Gram-Schmidt puede utilizarse para construir bases ortonor-


males a partir de conjuntos linealmente independientes G tales que su envol-
40 ESPACIOS DE HILBERT

vente lineal sea densa en el Hilbert (o todo el Hilbert si éste es de dimensión


finita). Esto es, si dado un vector cualquiera del Hilbert w,
~ siempre podemos
encontrar un vector ~u ∈ lin (G) tal que la norma kw~ − ~uk sea arbitrariamente
pequeña. Aplicando el método de Gram-Schmidt a G tenemos la garantía de
que el conjunto resultante, Gort , es una base de Fourier del Hilbert.
Naturalmente, este comentario también es válido si nos restringimos a un sub-
espacio de Hilbert. Veamos un ejemplo:
2
Ejemplo
© 2
2.16.
3
ª Sea el espacio de Hilbert L [−1, 1] y el conjunto G =
1, x, x , x , ... . Es evidente que lin (G) = P [−1, 1], el subespacio de
los polinomios definidos en [−1, 1]. Como hemos visto, P [−1, 1] no es
un subespacio de Hilbert, pero puede demostrarse que es denso en
L2 [−1, 1]. Usando el método de Gram-Schmidt, construya una base
ortonormal Gort = {P0 (x) , P1 (x) , P2 (x) , ...} del espacio de Hilbert a
partir del conjunto G.
Solución:
Denotemos por un (x) = xn , n = 0, 1, 2, ... los elementos de G.18 Aplicando
Gram-Schmidt:
r
u0 (x) 1
P0 (x) = =
ku0 (x)k 2

Ahora construyamos la función accesoria ξ 1 (x) = u1 (x)−(P0 (x) , u1 (x)) P0 (x),


que una vez normalizada, nos dará P1 (x):
Z 1
1 1
ξ 1 (x) = u1 (x) − (P0 (x) , u1 (x)) P0 (x) = x− √ √ x dx = x
2 −1 2
(lógico, puesto que x y 1 son ortogonales al ser funciones impar y par definidas
en un intervalo simétrico). Así,
r
ξ 1 (x) ξ 1 (x) 3
P1 (x) = =³ ´ = x.
kξ 1 (x)k R +1 2
1/2 2
−1
|ξ 1 (x)| dx

Pasemos ahora a P2 (x). Igualmente, construyamos la función accesoria

ξ 2 (x) = u2 (x) − (P0 (x) , u2 (x)) P0 (x) − (P1 (x) , u1 (x)) P1 (x) .

Como P1 (x) es par y P0 (x) es impar

ξ 2 (x) = u2 (x) − (P0 (x) , u2 (x)) P0 (x)


Z +1
1 1 1
= x2 − √ √ x2 dx = x2 −
2 −1 2 3
1 8 Empezar a contar desde cero o desde uno no es más que un criterio de conveniencia.
2.6 Bases ortonormales en espacios de Hilbert 41

y normalizando esta función,


r
ξ 2 (x) 1 5¡ 2 ¢
P2 (x) = ³ ´1/2 = 2 3x − 1 .
R +1 2 2
−1
|ξ 2 (x)| dx

Análogamente, para obtener P3 (x) usemos la función accesoria ξ 3 (x) dada


por
2
X
ξ 3 (x) = u3 (x) − (Pn (x) , u3 (x)) Pn (x)
n=0

y, operando (sólo hacen falta evaluar las integrales con n impar),


3
ξ 3 (x) = x3 − x,
5
de donde
r
ξ 3 (x) 1 7¡ 3 ¢
P3 (x) = ³ ´−1/2 = 5x − 3x .
R +1 2 2 2
−1
|ξ 3 (x)| dx

Procediendo de igual manera para el resto:


i−1 µZ
X +1 ¶
ξ i (x) = ui (x) − Pn (x) ui (x) dx Pn (x)
n=0 −1
µZ +1 ¶−1/2
Pi (x) = |ξ i (x)|2 dx ξ i (x)
−1

obtenemos
r
1 9¡ ¢
P4 (x) = 35x4 − 30x2 + 3
8 2
r
1 11 ¡ ¢
P5 (x) = 63x5 − 70x3 + 15x
8 2
r
1 13 ¡ ¢
P6 (x) = 231x6 − 315x4 + 105x2 − 5
16 2
etc.

Estas funciones son los polinomios normalizados de Legendre, impor-


tantes en el estudio formal del momento angular en Mecánica Cuántica. Además
de ser una base de Fourier de L2 [−1, 1], tienen una serie de propiedades in-
teresantes.
n
1. Pn (x) = (−1) Pn (−x)
42 ESPACIOS DE HILBERT

q
2. Pn (1) = n + 12
3. Pn (x) tiene n ceros, todos diferentes, en el intervalo (−1, 1) .
4. Pn (x) es solución de la ecuación diferencial
∙ ¸
¡ 2 ¢ d2 d
x −1 + 2x Pn (x) = n (n + 1) Pn (x) .
dx2 dx

5. Pueden obtenerse directamente mediante una “fórmula de Rodrigues”:


r
1 2n + 1 dn ¡ 2 ¢n
Pn (x) = x −1 .
n! 2n 2 dxn

• Terminemos esta sección dando (sin demostración) otros ejemplos de bases


ortonormales en espacios de Hilbert:
1. En un espacio de dimensión N , cualquier conjunto de N vectores ortonor-
males.
2. En C∞ 2 , la base canónica BF = {~
e1 , ~e2 , ~e3 , ...} con ~e1 = (1, 0, 0, ...) , ~e2 =
(0, 1, 0, ...) , ...
3. En L2 [0, L]:
© ª
(a) BF = γ 0 (x) , γ 1 (x) , γ −1 (x) , γ 2 (x) , γ −2 (x) , ... (base exponencial
de Fourier ), con
r
1
γ n (x) = exp (i2πnx/L) .
L
(b) BF = {ζ 0 (x) , ζ 1 (x) , ζ 2 (x) , ζ 3 (x) , ...} (base de cosenos de Fourier ),
con
r r
1 2
ζ 0 (x) = ; ζ n (x) = cos (nπx/L) para n = 1, 2, 3, ...
L L
(c) BF = {χ1 (x) , χ2 (x) , χ3 (x) , ...} (base de senos de Fourier ), con
r
2
χn (x) = sin (nπx/L) .
L
4. En L2 (R+ ), R+ = [0, +∞): BF = {L0 (x) , L1 (x) , L2 (x) , ...} (base de
funciones de Laguerre), con
1 dn (xn exp (−x))
Ln (x) ≡ exp (−x/2) · Ln (x) = exp (x/2) ,
n! dxn
siendo Ln (x) los polinomios de Laguerre.
2.6 Bases ortonormales en espacios de Hilbert 43

5. En L2 (R): BF = {H0 (x) , H1 (x) , H2 (x) , ...} (base de funciones de Her-


mite), con

1 ¡ ¢
Hn (x) ≡ √ 1/2
exp −x2 /2 · Hn (x)
(2n n! π)
¡ ¢
n 1 ¡ 2 ¢ dn exp −x2
= (−1) √ 1/2 exp x /2 ,
(2n n! π) dxn

siendo Hn (x) los polinomios de Hermite.

Debemos mencionar que las bases de senos de Fourier, Laguerre y Hermite


se usan en el tratamiento cuántico del pozo cuadrado infinito, el átomo de
hidrógeno y el oscilador armónico, respectivamente. Igualmente, la base expo-
nencial de Fourier se utiliza en la descripción cuántica de sistemas periódicos.

Ejercicio 2.7. Un conjunto ortonormal G es maximal cuando resulta imposible


encontrar un vector normalizado del espacio de Hilbert ortogonal a G . Demuestre
que una base ortonormal es un conjunto ortonormal maximal y que, recíprocamente,
todo conjunto ortonormal maximal es una base ortonormal.

Ejercicio 2.8. Demuestre que dado un conjunto ortonormal numerable W , siempre


es posible encontrar una base ortonormal B ’ que contenga a W .

Ejercicio 2.9. La base de funciones de Hemite se puede obtener a partir del método
de Gram-Schmidt aplicado al conjunto de funciones linealmente independiente
© ¡ ¢ª∞
G = xn exp −x2 /2 n=0

De acuerdo con esto, obtenga las cuatro primeras funciones de Hermite.


Ayuda: necesitará usar las siguientes integrales:
Z +∞ Z +∞ √ Z +∞ √
2 √ 2 π 2 3 π
e−x dx = π ; x2 e−x dx = ; x4 e−x dx =
−∞ −∞ 2 −∞ 4

Ejercicio 2.10. En el estudio mecano-cuántico del oscilador armónico es necesario


resolver la siguiente ecuación diferencial
∙ ¸
d2 2
− + u − 2n − 1 φ (x) = 0
dx2

Demuestre que su solución es, salvo constante multiplicativa, la n-ésima función de


Hermite.
44 ESPACIOS DE HILBERT

2.7 Operadores lineales en un espacio de Hilbert


• Resulta necesario, como ya se apuntó en el primer capítulo, hablar de los ope-
radores lineales definidos en un espacio de Hilbert. En esta sección y la siguiente
presentaremos unas definiciones generales, válidas para espacios de dimensión finita
o infinita indistintamente.

DEFINICIÓN: Sea H un espacio de Hilbert. Un operador A b es cualquier apli-


b ⊂ H, llamado
cación de un subespacio lineal (no necesariamente de Hilbert) D(A)
b
dominio del operador, en H tal que a cada vector ~v ∈ D(A) le hace corresponder un
b ~v ∈ H.
segundo vector A
El recorrido de A b es el subconjunto R(A)
b ⊂ H definido como
n ³ ´ o
R(A)b = ~ u ∈ H tal que existe w
~ ∈D A b de forma que ~u = Abw~ ,

b a todos los vectores de su


esto es, el conjunto de resultados de la aplicación de A
dominio.
Nota importante: Conviene recordar siempre que para definir un ope-
rador no basta con indicar su regla de actuación, sino que además hay
que establecer su dominio D(A).b Si al definir un operador omitimos es-
pecificar su dominio, implícitamente suponemos que éste es el más amplio
compatible con la regla de actuación.
DEFINICIÓN: Sea A b un operador de un espacio de Hilbert H. Se dice que A b es
un operador lineal si, para todo ~ b y para todo complejo α, se cumple que
u, ~v ∈ D(A),
b (~
A b ~u + A
u + ~v ) = A b ~v y que A
b (α~
u) = α A b~
u.
Nota: Al haber impuesto que el dominio es siempre un subespacio lineal,
la definición es consistente.

• La definición de linealidad de un operador sólo se aplica a combinaciones lineales


b es un operador lineal en un espacio de Hilbert H,
finitas. Es decir, si A

X
N X
N
b
A αn~vn = bvn (N finito) .
αn A~
n=1 n=1

Surge ahora de manera natural la siguiente pregunta. Si P


en un espacio de Hilbert de
u= ∞
dimensión infinita tenemos el desarrollo de Fourier ~ en a partir de una
n=1 un~
base ortonormal ¿podemos afirmar que
X
∞ ³ ´
bu =
A~ un Ab ~en ,
n=1

siendo A b un operador lineal cuyo dominio contiene a la base ortonormal? La respuesta


P b en ) converja, pero la convergencia
es sí, siempre y cuando la expresión ∞ n=1 un (A ~
de esta suma no puede garantizarse a priori. Por tanto la extensión de la linealidad
de un operador lineal a una suma de infinitos términos está siempre condicionada a
2.8 Operaciones con operadores lineales 45

P∞ b ~en ) no
que se cumpla dicha convergencia. Veamos un ejemplo en el que n=1 un (A
converge.

Ejemplo 2.17. Consideremos el espacio L2 [0, 1] y la base de Fourier de senos



BF = {χ1 , χ2 , ...} con χn (x) = 2 sin (nπx). Definimos el operador lineal Pbx =
d
−i dx con dominio el conjunto formado por todas las funciones continuas
definidas en [0, 1] y cuya derivada es de cuadrado integrable en [0, 1]. Dada
la función u (x) = 1 es obvio que

Pbx u (x) = 0

Intente calcular este resultado a partir de las coordenadas de u (x) en la


base de Fourier de senos.
Solución:
Las coordenadas de u (x) en dicha base son:
Z ½
1 √ 23/2 / (nπ) n impar
un = (χn , u) = 2 sin (nπx) dx =
0 0 n par

Así
X

?
X
∞ X
Pbx u (x) = Pbx un χn (x) = un Pbx χn (x) = 4 cos (nπx) ,
n=1 n=1 n impar

expresión que no converge. De hecho¡el resultado


√ √es una¢ función cuyas coordenadas
en la base de Fourier de cosenos son 0, 2 2, 0, 2 2, ... y que, evidentemente, es de
norma infinita. El paso indicado con una interrogación no es correcto.
Dado que en Mecánica Cuántica, el operador Pbx está relacionado con el momento
lineal de una partícula, este resultado parece “preocupante”. Sin embargo, hay que
mencionar otra vez que la información de interés físico se obtiene a partir de productos
escalares. Así, esta “preocupación” no debe ser tal y, además, puede evitarse tal y
como veremos en un ejemplo posterior ( ejemplo 2.25)

b un operador lineal en H. Demuestre que R(A)


Ejercicio 2.11. Sea A b es un subes-
pacio lineal de H.

Ejercicio 2.12. Sea A b un operador en H. Demuestre que A


b es lineal si y sólo si para
b y para todo α, β ∈ C se cumple que
todo ~u, ~v ∈ D(A)

b (α~u + β~v ) = α A
A b ~u + β A
b ~v

2.8 Operaciones con operadores lineales


• En esta sección presentaremos definiciones importantes relativas a operaciones
byB
entre operadores. En general, consideraremos que A b son operadores lineales en
un espacio de Hilbert H y α un número complejo. Ahora bien, supondremos siempre
46 ESPACIOS DE HILBERT

que el dominio de los operadores contiene una base de Fourier de H,1 9 puesto que es lo
que sucede en Mecánica Cuántica. Como consecuencia, el dominio de los operadores
en un espacio de Hilbert de dimensión finita será siempre todo el espacio de Hilbert.

• Empecemos con las operaciones más simples (suma, producto por un escalar,
composición) y con la definición del operador inverso.
b + B,
DEFINICIONES: El operador lineal A b suma de A
b y B,
b se define como
³ ´
b+B
A b ~ bu + B~
u = A~ bu .

b producto de A
A su vez, el operador lineal αA, b por el escalar complejo α, se
define mediante
³ ´ ³ ´
b ~u = α A~
αA bu .

TEOREMA: El conjunto de todos los operadores lineales definidos en un espacio


vectorial U posee estructura de espacio lineal.
Pruebe este importante teorema. Fíjese que implica que para cualesquiera operadores
b B,
lineales A, b C
b y para todo α, β ∈ C se cumple:
b+B
1. A b y αA
b son operadores lineales.
³ ´ ³ ´
2. A b+Bb +C b=A b+ B b +Cb ;A b+B b=B
b + A.
b

3. Existe el operador nulo b


0, tal que b b+b
u = ~0 ∀ ~u ∈ U, y A
0~ b
0 = A.
³ ´
4. Existe el operador −Ab tal que A b + −A b = 0.
³ ´
5. α A b+B b = αA b + αBb ; (α + β) Ab = αA b + β A.
b
³ ´
b = α βA
6. (αβ) A b ; 1Ab=A b ; 0A
b=b 0

b donde Ib
b = αI,
Por otra parte, a todo escalar α ∈ C le corresponde un operador α
es el operador unidad definido como I~bu = ~u, para todo ~
u ∈ H. Aunque pueda llevar
a alguna confusión, es muy habitual escribir αb = α, en lugar de α b
b = αI.

DEFINICIÓN: El operador lineal Ab B,


b producto o composición de los operadores
b y B,
A b se define como
³ ´ ³ ´
bB
A b ~u = A
b B~
bu .

El producto de operadores cumple las siguientes propiedades (pruébense como ejer-


cicio):
³ ´ ³ ´
1. Ab B bC
b = A bB
b C b (propiedad asociativa).

1 9 Se dice, entonces, que los operadores son de dominio denso. Sin embargo, esto no

quiere decir que el dominio del operador sea todo el espacio de Hilbert. Basta pensar en el
operador derivada en L2 (R) con dominio restringido a funciones continuas de L2 (R) pero
que incluye, por ejemplo, la base ortonormal de Hermite.
2.8 Operaciones con operadores lineales 47

³ ´ ³ ´ ³ ´
b αB
2. A b = αAb Bb=α A bB
b .
³ ´ ³ ´
3. A b+Bb Cb=A
bCb+BbC
b;A b B b +C
b =AbB
b+A
b C.
b

Sin embargo, el producto de operadores no es conmutativo, es decir, en general


AbBb 6= B
b A.
b Por tanto, a la hora de manipular productos de operadores es esencial
respetar el orden en el que aparecen
DEFINICIÓN: La potencia n-ésima (siendo n un número natural) del operador
b es el operador lineal A
lineal A b consigo mismo n veces:
bn resultado de componer A

A b A...
bn = A b A b (n veces)

b0 = I.
Por convenio: A b

DEFINICIÓN: Un operador lineal A b se dice invertible si para cualquier par ~u, ~v ∈


b con ~
D(A) bu 6= A~
u 6= ~v , entonces A~ bv . Si Ab es invertible se puede definir el operador
b−1 , con dominio igual al recorrido de A,
inverso A b cuya regla de actuación es

b−1 ~
A u = w, bw
~ donde A ~ =~
u.
b sea
TEOREMA: La condición necesaria y suficiente para que un operador lineal A
invertible es que
bv = 0 ⇐⇒ ~v = 0 .
A~

Intente probar este importante teorema. A su vez, demuestre las siguientes propie-
dades relativas al operador inverso (sin prestar atención a los problemas que puedan
surgir debidos a los diferentes dominios de definición de los operadores):
b−1 es lineal.
1. A
³ ´−1
2. A bB
b =B b−1 .
b −1 A
³ ´−1
3. b−1
A b
= A.
³ ´−1
4. αAb b−1 (si α 6= 0).
= (1/α) A

• El llamado conmutador de dos operadores lineales se utiliza muy frecuentemente en


Mecánica Cuántica. Además de su definición, es muy importante que recuerde una
serie de propiedades relacionadas (que probaremos a continuación de la definición
como ejemplos resueltos).
b y B
DEFINICIÓN: Dados dos operadores lineales A b se define su conmutador
como el operador lineal
b B]
[A, b =A
bBb−B
b A.
b

Se dice que dos operadores A by Bb conmutan o que son compatibles si su conmu-


bB
tador es igual a cero, lo cual implica que A b=B
b A.
b
48 ESPACIOS DE HILBERT

bB,
Ejemplo 2.18. Demostrar la relación [A b C]
b =A b [B,
b C]
b + [A,
b C]
b B.
b
Solución:
Por definición,
h i
bB,
A b C
b =A bBbCb−CbAbB
b

bC
y sumando y restando A bB
b resulta
h i h i h i
bB,
A b C
b ≡A bBbCb−A bC
bBb+A bC
bBb−C
bAbB
b=A
b B, b + A,
b C b C
b B.b

De modo análogo se puede demostrar


h i h i h i
b B
A, bC
b = A,b B
b C b+B
b A,b C
b .

Ejemplo 2.19. Demostrar que, dado un conjunto cualquiera de operadores


bi , B
lineales A bk , sus conmutadores satisfacen la propiedad distributiva; es
decir
"M # N h
X X
N X
M X i
bi ,
A bk =
B bi , B
A bk .
i=1 k=1 i=1 k=1

Solución:
La demostración es inmediata aplicando la propiedad distributiva de los propios ope-
radores lineales
"M # ÃM !Ã N ! ÃN !Ã M !
X X
N X X X X
b
Ai , b
Bk = b
Ai b
Bk − b
Bk b
Ai
i=1 k=1 i=1 k=1 k=1 i=1

X
M X
N X
M X
N X N ³
M X ´ X N h
M X i
= bi B
A bk − bk A
B bi = bi B
A bk A
ck − B bi = A bk .
bi , B
i=1 k=1 i=1 k=1 i=1 k=1 i=1 k=1

• DEFINICIÓN: Sea g (x) una función analítica de variable compleja, siendo


P∞ n b
g (x) = j=0 γ n x su desarrollo en serie de Taylor. Dado un operador lineal A,
b
definimos formalmente el operador g(A) mediante la regla de actuación
³ ´ X
N ³ ´ X
∞ ³ ´
b ~u = lim
g A γn Abn ~
u ≡ γn Abn ~
u
N →∞
n=0 n=0

El dominio del operador g(A)b estará implícitamente compuesto por aquellos vectores
para los que la anterior expresión converja.20
Este tipo de operadores son muy corrientes en Mecánica Cuántica, por lo que
conviene profundizar algo más mediante los siguientes ejemplos.
2 0 En b u es formalmente el límite de la sucesión de término general
este caso tenemos que g(A)~
PN bn u ).
w
~N = n=0 γ n ( A ~
2.8 Operaciones con operadores lineales 49

Ejemplo 2.20. Demuestre que dada la función analítica g (x) el operador


b es lineal.
g(A)
Solución:
b De acuerdo con la definición
Sean ~u, ~v dos vectores del dominio de g(A).
³ ´ X
N h i
b (~
g A u + ~v ) = lim γn Abn (~u + ~v ) =
N →∞
n=0

X
N X
N ³ ´ ³ ´
lim bn ~u + lim
γnA bn~v = g A
γnA b ~ b ~v
u+g A
N →∞ N →∞
n=0 n=0

b (α~u) = αg(A)
Análogamente se demuestra que g(A) b ~u.

Ejemplo 2.21. Sean A b y B


b dos operadores lineales. Demostrar que, en
b B
A b b B
A+ b
general, e e 6= e . ¿Cuándo será cierta la igualdad?
Solución:
Formalmente

b X∞
1 bn
eA = A ,
n=0
n!

b0 = 1. Así,
donde A

b b X∞ X ∞
1 1 bn b m
eA eB = A B .
n=0 m=0
n! m!

Haciendo un cambio en los índices


à !
b B
A b X
∞ X
N
1 1 bN −m b m X∞
1 X N bN −m b m
N
e e = A B = A B ,
N =0 m=0
(N − m)! m! N =0
N! m=0 m

donde aparece explícitamente la fórmula del binomio de Newton. Por otro lado
X 1 ³ b b ´N

b b
eA+B = A+B .
N =0
N!

by B
Sin embargo, en general A b no conmutan, por lo que no podemos afirmar que 2 1
à !
X N bN −m b m ³ b b ´N
N
A B = A+B
m=0
m
2 1 Por ejemplo
³ ´3
b+B
A b b3 + A
=A b +A
b2 B bBbA
b+B
bAb2 + B b+B
b2A bAbB
b +A
bBb2 + B
b3,

que no es igual a
A b2 B
b3 + 3A b + 3A
bB b3.
b2 + B
50 ESPACIOS DE HILBERT

b b b b
b + B)
y, entonces no se cumple que eA eB = eA+B . La igualdad sólo es cierta si (A b N se
PN ¡N ¢ bN −m b m
puede desarrollar usando la expresión del binomio de Newton m=0 m A B ,
by B
lo cual es sólo posible si A b conmutan, ya que entonces podemos reordenar los
términos que aparecen en la expansión directa de (Ab + B)
b N.

• Es bastante habitual la construcción y manipulación de operadores dependien-


tes de un parámetro. Es por ello por lo que la siguiente definición y los ejemplos
que la siguen son importantes.
DEFINICIÓN: Dado un operador A(λ) b que depende de un parámetro λ, se define
la derivada del operador con respecto al parámetro en la forma

b
dA(λ) b + ε) − A(λ)
A(λ b
= lim .
dλ ε→0 ε

b (λ), B
Ejemplo 2.22. Dados dos operadores A b (λ) dependientes del mismo
parámetro λ, demuestre la relación

d ³b ´ b
b (λ) = dA (λ) B
b
b (λ) dB (λ)
b (λ) + A
A (λ) B
dλ dλ dλ
b (λ) es invertible, demuestre que
A su vez, si A

d ³b ´ b
b (λ)−1 dA (λ) A
b (λ)−1
A (λ)−1 = −A
dλ dλ
Solución:
Para demostrar la primera relación partimos de

b + ε)B(λ
A(λ b + ε) − A(λ)
b B(λ)
b
=
ε
b + ε)B(λ
A(λ b + ε) − A(λ
b + ε)B(λ)
b b + ε)B(λ)
+ A(λ b b B(λ)
− A(λ) b
=
h εi h i
b + ε) B(λ
A(λ b + ε) − B(λ)
b b + ε) − A(λ)
A(λ b b
B(λ)
+
ε ε
y tomando el límite ε → 0 obtenemos la relación pedida.
b A(λ)
Consideremos ahora la identidad A(λ) b −1 = Ib y apliquemos la fórmula anterior.
Puesto que el operador identidad no depende evidentemente de ningún parámetro,
resulta
b
dA(λ) b −1
A(λ) b dA(λ)
b −1 + A(λ) = 0,
dλ dλ
b (λ)−1 ,
de donde, actuando por la izquierda con A

b −1
dA(λ) b
b −1 dA(λ) A(λ)
= −A(λ) b −1 .
dλ dλ
2.8 Operaciones con operadores lineales 51

Nótese que no podemos escribir el miembro de la derecha en la forma


h i2 ³ ´
b −1
− A(λ) b
dA(λ)/dλ

b −1 conmute con dA(λ)/dλ.


pues, en general, no está garantizado que A(λ) b Pensemos
b b 2b b b 6= 0. Entonces
por ejemplo, en un operador de la forma A(λ) = B + λ C, con [B, C]
b
dA(λ)/dλ = 2λC,b que evidentemente no conmuta con A,
b pues hemos dicho que C b no
conmuta con B.b

Ejemplo 2.23. Calcular las derivadas con respecto a λ de los operadores


b b b
eλA y eλA eλB .
Solución:
b
El operador eλA se puede desarrollar formalmente en serie de potencias como
³ ´ X ∞
bn
λn A
b =
exp λA
n=0
n!

y, derivando término a término, tenemos

d ³ ´ X∞
nλn−1 A bn X∞
bn−1
λn−1 A
b
exp λA = = Ab
dλ n=0
n! n=1
(n − 1)!
̰ !
X λn A bn ³ ´
= b
A =Ab exp λA b .
n=0
n!

Aplicando ahora la regla de derivada del producto que hemos visto en el problema
anterior

d ³ ³ ´ ³ ´´ deλAb
b exp λBb
³ ´ ³ ´ deλBb
b + exp λAb
exp λA = exp λB
dλ ³ ´ bdλ ³ ´ dλ
b exp λA
=A b eλB + exp λA b λBb
b Be
³ ´ ³ ´ ³ ´
= exp λAb · Ab+B b · exp λBb

Hemos escrito la última


³ ´expresión en forma más³ compacta,
´ teniendo en cuenta que
Ab conmuta con exp λA b y Bb conmuta con exp λB b . Sin embargo, hemos de tener
³ ´
b no conmutará con B
siempre en cuenta que en general A b ni con exp λBb .

Ejemplo 2.24. Suponiendo que A b−1 existe, encontrar una expresión en serie
³ ´−1
de potencias de λ para el operador A b − λB
b . Particularice el resultado
para Bb = I.
b
Solución:
Escribamos
³ ´−1 X

b − λB
A b = bn ,
λn C
n=0
52 ESPACIOS DE HILBERT

donde bn son operadores a determinar. Para ello, multiplicamos a la izquierda por


C
³ ´
b − λB
A b , de modo que

X
∞ ³ ´ X
∞ ³ ´
Ib = λn Ab − λB
b C bC
bn = A b0 + λn AbC bC
bn − B bn−1
n=0 n=0

e igualando ahora los coeficientes de las sucesivas potencias de λ obtenemos

AbC
b0 = Ib ⇒ b0 = A
C b−1
bC
A bC
bn − B bn−1 = 0 ⇒ bn = A
C b−1 B
bCbn−1 ,

de manera que
³ ´−1
b − λB
A b = b−1 + λA
A bA
b−1 B b−1 + λ2 A
b−1 B
bAb−1 B
bAb−1

b−1 B
+λ3 A bAb−1 B
bAb−1 B
bAb−1 + · · ·

b−1 y B
Es importante tener en cuenta el orden en el que aparecen los operadores A b
en cada término del desarrollo, pues en general b−1 y B
A b no conmutan. En el caso
h i
particular en que A b = 0 podemos reordenar los operadores y entonces
b−1 , B

³ ´−1
b − λB
A b b−1 + λB
=A bA b2A
b−2 + λ2 B b−3 + λ3 B
b3A
b−4 + · · ·

b = I,
Si ahora particularizamos al caso B b tendremos

³ ´−1 ∞ ³
Y ´n
b − λIb
A b−1 + λA
=A b−2 + λ2 A b−1
b−3 + ... = A b−1 .
λA
n=0

Ejercicio 2.13. Conscientemente, hemos omitido el dominio de los operadores suma,


producto por un escalar α y composición. Indique cuáles son los dominios máximos
b + B,
posibles de A b αAbyA bB
b en función de los dominios de A
b y B.
b

Ejercicio 2.14. De igual manera que podemos construir un operador dependiente de


un cierto parámetro λ, es posible construir vectores que también dependan de dicho
b (λ) y w
parámetro. De esta forma, si A ~ (λ) son un operador y un vector dependientes
de un parámetro, demuestre que

d ³b ´ b (λ)
dA b (λ) d w
~ (λ)
A (λ) w
~ (λ) = w
~ (λ) + A
dλ dλ dλ

donde

d w(λ)
~ w(λ
~ + ε) − w(λ)
~
= lim .
dλ ε→0 ε
2.9 Operador adjunto. Representación matricial 53

2.9. Operador adjunto. Representación matri-


cial
• Empecemos definiendo el llamado operador adjunto.
DEFINICIÓN: Sea A b un operador lineal en un espacio de Hilbert H. El operador
adjunto de A, al que llamaremos A
b b† , se define mediante la regla de actuación
   
b† ~
~v , A u = A u , ∀ ~v ∈ D(A)
b ~v , ~ b y~u ∈ D(A b† )

o, equivalentemente, tomando complejos conjugados, (A b† ~


u, ~v ) = (~
u, A~
bv ).

Por definición, el dominio del adjunto, D(A
b ), será siempre el más extenso posible
compatible con la regla de actuación.22
Algunas propiedades del operador adjunto son (demuéstrense como ejercicio sin
prestar atención a posibles problemas relacionados con los dominios de definición):
 †
1. αA b = α∗ A
b + βB b† + β ∗ B
b † , donde α y β son números complejos.
 †
2. A bB b =B b† A b† (¡atención al cambio de orden!).
 †  −1
3. A b−1 = A b† .
 †
4. A b† ~v = A~bv , ∀ ~v ∈ D(A).
b

b† ~ P b 
5. A u= n u ~en , con {~en } una base ortonormal contenida en D(A).
A~en , ~ b

• El operador adjunto tiene una importancia especial en Mecánica Cuántica, pero


de momento podemos utilizarlo para obtener una relación sencilla que nos permite
calcular las coordenadas de A~
bu en una base de Fourier en términos de las coordenadas
de ~
u en dicha base. Definamos, en primer lugar, la llamada representación matricial
de un operador y, a continuación, pasaremos a describir el procedimiento.
DEFINICIÓN: Sea A b un operador lineal en un espacio de Hilbert H y BF =
{~e1 , ~e2 , ...} una base ortonormal contenida en D(A). b Definimos los elementos de
matriz del operador lineal A b en la base BF como el conjunto de números complejos
 
Akn = ~ek , A
b ~en

Los complejos Akn definen una “matriz” cuyo elemento en la fila k-ésima y la colum-
na n-ésima es Akn . Esta matriz recibe el nombre de representación matricial del
operador Ab en la base BF .23

22 Para que la definición tenga sentido es imprescindible que A


b sea un operador de dominio
denso en H. Como ya hemos supuesto que este es el caso, no hemos incluido esta importante
restricción en la definición.
23 Hemos entrecomillado matriz porque en un espacio de Hilbert de dimensión infinita

dicha matriz tendrá infinitas filas y columnas. En un espacio lineal de dimensión N , la


representación matricial de un operador lineal será siempre una matriz N × N .
54 ESPACIOS DE HILBERT

TEOREMA: Sea A b un operador lineal en un espacio de Hilbert H y BF = {~e1 , ~e2 , ...}


una base ortonormal contenida tanto en D(A) b como en D(A b† ). Si {uk } son las co-
ordenadas de un vector ~u en la base BF , entonces la n-ésima coordenada de A b~u en
dicha base está dada por
³ ´ X
b ~u =
~en , A Ank uk
k

bek ) el elemento de matriz n, k del operador A


con Ank = (~en , A~ b en la base BF .

Demostración: La idea de la demostración es evitar la actuación del


operador Ab sobre un desarrollo de Fourier, ya que hemos visto en un
ejemplo anterior que esto puede dar lugar a inconsistencias. Así, en un
primer paso, usamos el operador adjunto para “mover” el operador A, b
haciendo que actúe sobre el término de la izquierda en el producto escalar:
à ! à !
³ ´ X X
b~
~en , A u = ~en , Ab uk~ek = A b ~en ,

uk~ek
k k

b† )). Ahora podemos usar la linea-


(fíjese cómo es necesario que ~en ∈ D(A
lidad del producto escalar para transformar el último miembro:
³ ´ X ³ ´
b ~u =
~en , A uk A b†~en , ~ek
k

y usando de nuevo la definición de adjunto “movemos” otra vez el opera-


dor para que, esta vez, actúe sobre el término de la derecha en el producto
escalar:
³ ´ X ³ ´ X
b ~u =
~en , A bek =
uk ~en , A~ Ank uk ,
k k

llegando al resultado deseado.


En definitiva, usando la representación matricial de un operador Ab podemos re-
escribir su regla de actuación sobre un vector ~
u de manera que podamos trabajar con
ella en términos de coordenadas, es decir, usando solamente los escalares Amn y un .
La única condición especial que hemos impuesto es que la base ortonormal pertenez-
ca tanto al dominio del operador como al de su adjunto, lo que siempre sucede en
aplicaciones prácticas.
Enunciemos algunas propiedades de la representación matricial (muy sencillas de
probar) que usaremos en muchas ocasiones:
b + B)
1. (A b nk = Ank + Bnk

b nk = αAnk
2. (αA)
b nk = P Anj Bjk
bB)
3. (A j

b† = A∗kn : la matriz de A
4. A b† es la traspuesta conjugada de la de A.
b
nk
2.9 Operador adjunto. Representación matricial 55

Finalicemos la sección retomando el ejemplo 2.17 en el que vimos que no se podía


extender la linealidad de un operador lineal a un desarrollo de Fourier. Observaremos
en este ejemplo que usando la representación matricial ya no hay problema alguno.
(Debemos indicar que hay algún paso técnico asociado a la manipulación de series
numéricas):
Ejemplo 2.25. Sea el operador lineal Pbx = −i dx d
en el espacio de Hilbert
L2 [0, 1] con dominio las funciones contínuas C [0, 1] tales que su derivada
pertenece a L2 [0, 1].
a) Calcule su representación √ matricial en la base de Fourier de senos BF =
{χ1 , χ2 , ...} con χn (x) = 2 sin (nπx).
b) Calcule Pbx u (x), siendo u (x) = 1, usando dicha representación matricial.
Solución:
a) Los elementos de matriz Pmn se obtienen directamente:
³ ´ Z 1
Pmn = χm , Pbx χn = −2inπ sin (mπx) cos (nπx) dx =
0
½
− m2imn
2 −n2 si n + m es impar
=
0 si n + m es par

y así la “matriz” infinita que representa a Pbx en la base BF es:


⎛ ⎞ ⎛ 4 8 ⎞
P11 P12 P13 P14 ... 0 3i 0 15 i ...
⎜ P21 P22 P23 P24 ... ⎟ ⎜ − 43 i 0 12
i 0 ... ⎟
³ ´ ⎜ ⎟ ⎜ 5 ⎟
⎜ P34 ... ⎟ ⎜ 0 12 24 ⎟
Pbx = ⎜ P31 P32 P33 ⎟=⎜ − 5
i 0 7
i ... ⎟
⎜ P41 P42 P43 P44 ... ⎟ ⎜ 8
− 24 ⎟
⎝ ⎠ ⎝ − 15 i 0 7 i 0 ... ⎠
.. .. .. .. .. .
. .
. .. .. ..
. . . . . . . . . .

b) Las coordenadas de u (x) en la base de senos son


Z 1√ ½ 3/2
2 / (nπ) n impar
un = (χn , u) = 2 sin (nπx) dx = .
0 0 n par

Por tanto, la coordenada k-ésima de Pbx u (x) es



³ ´ ⎪
⎨ 0 si k es impar
X X µ ¶ 3/2

Pbx u = Pmn un = −
2ikn 2
si k es par .
k
n=1

⎩ k 2 − n2 nπ
n impar

Ahora bien, para k par


impar µ ¶ impar ³π ´
X 2ikn 23/2 kπ X 1
− = i8 ¡ πk ¢2 = i tan k ,
n
k2 − n2 nπ 2 n π2 n2 − 4 2
2

donde en el último paso hemos usado el desarrollo en fracciones parciales de la fun-


ción tangente.2 4 Como k es par, i tan (πk/2) = 0 y, como era de esperar, todas las
2 4 Véase, por ejemplo, la obra Fórmulas y tablas de matemática aplicada de M.R. Spiegel,

J. Liu y L. Abellanas (Ed. McGraw-Hill, Serie Schaum, 2000).


56 ESPACIOS DE HILBERT

coordenadas son nulas:


³ ´
Pbx u = 0 , ∀ k .
k

Por consiguiente, Pbx u (x) = 0.

2.10 Operadores hermíticos y autoadjuntos


• De todos los operadores lineales posibles en un espacio de Hilbert, en el formal-
ismo cuántico tienen especial importancia los llamados operadores autoadjuntos, ya
que son estos los que, precisamente, estarán asociados a las magnitudes físicas medi-
bles. Pasemos a definirlos y enunciar algunas de sus propiedades (todas ellas de uso
frecuente en Mecánica Cuántica).
DEFINICIONES: Se dice que un operador lineal Ab es hermítico 25
si
³ ´ ³ ´ ³ ´
bw
~v , A bv , w
~ = A~ ~ , ∀ ~v , w
~ ∈D A b ,

b y su adjunto A
es decir, si las reglas de actuación del operador A b† coinciden para
b
todos los vectores del dominio de A.
Además, un operador hermítico A b es autoadjunto si, además, cumple que
³ ´ ³ ´
D A b =D A b† ,

b=A
lo que implica que A b† (coincidencia de las reglas de actuación y de los dominios)

Como acabamos de decir, los operadores de interés en Mecánica Cuántica son


autoadjuntos. En espacios de dimensión finita, en los que hemos impuesto que el
dominio de los operadores lineales es todo el espacio de Hilbert, los operadores her-
míticos son también autoadjuntos. Sin embargo, en espacios de Hilbert de dimensión
infinita no es difícil encontrar operadores hermíticos que no son autoadjuntos, ya que
el dominio del operador adjunto resulta ser más amplio. Discernir rigurosamente si
un operador es autoadjunto o simplemente hermítico no es a menudo una labor fácil,
ya que requiere un análisis detallado del dominio de definición del operador. Veamos
un ejemplo que ilustra esta situación.
Ejemplo 2.26. Sea el operador Pbx = −i dx d
de L2 [a, b]. Determine si Pbx es
autoadjunto dependiendo de que su dominio D(Pbx ) sea:
a) C1 = {las funciones contínuas C [a, b] tales que su derivada pertenece a
L2 [a, b]}.
b) Las funciones de C1 tales que φ (a) = φ (b).
c) Las funciones de C1 tales que φ (a) = φ (b) = 0.
Solución:
Por definición, el operador Pbx será hermítico si y sólo si se cumple el criterio:
³ ´ ³ ´ ³ ´
φ, Pbx ψ = Pbx φ, ψ , ∀ φ (x) , ψ (x) ∈ D Pbx .

2 5 También se dice hermitiano o simétrico.


2.10 Operadores hermíticos y autoadjuntos 57

Sustituyendo Pbx por su expresión


³ ´ Z b Z b
dψ (x)
φ, Pbx ψ = φ∗ (x) Pbx ψ (x) dx = −i φ∗ (x) dx ,
a a dx
e integrando por partes
³ ´ Z b ∗
dφ (x)
φ, Pbx ψ = i ψ (x) dx − i [φ∗ (b) ψ (b) − φ∗ (a) ψ (a)]
a dx
Z b
d [iφ∗ (x)]
= ψ (x) dx − i [φ∗ (b) ψ (b) − φ∗ (a) ψ (a)]
a dx
Z bµ ¶∗
d [−iφ (x)]
= ψ (x) dx − i [φ∗ (b) ψ (b) − φ∗ (a) ψ (a)]
a dx
Z bh i
= Pbx φ (x) ψ (x) dx − i [φ∗ (b) ψ (b) − φ∗ (a) ψ (a)] .
a

En definitiva
³ ´ ³ ´
φ, Pbx ψ = Pbx φ, ψ − i [φ∗ (b) ψ (b) − φ∗ (a) ψ (a)] ,

independientemente del dominio de definición del operador.


Así, en el caso a) el operador no es hermítico (y, por tanto, tampoco autoadjunto)
ya que el término φ∗ (b) ψ (b) − φ∗ (a) ψ (a) no tiene por qué anularse para todo par
de funciones en su dominio. Sin embargo, en los casos b) y c) dicho término sí se
anula, por lo que el operador Pbx es, como mínimo, hermítico.
Ahora bien, el operador será autoadjunto si todos los vectores η (x) ∈ H que veri-
fiquen las dos condiciones
Z b∙ ¸∗ Z b ∙ ¸ ³ ´
d d
−i η (x) φ (x) dx = η ∗ (x) −i φ (x) dx , ∀ φ (x) ∈ D Pbx
a dx a dx
Z b¯ ¯2
¯ ¯
¯−i d η (x)¯ dx < ∞
¯ dx ¯
a

pertenecen a D(Pbx ).
En este ejemplo, dichas funciones son las funciones continuas con derivada de cuadra-
do integrable y para las que η (a) = η (b), esto es, el dominio del operador Pbx en el
caso b).
En resumen:
caso a): Pbx no es hermítico ni autoadjunto (dominio demasiado extenso).
caso b): Pbx es autoadjunto (y por tanto, hermítico).
caso c): Pbx es hermítico, pero no autoadjunto (dominio demasiado restringido)

Resulta evidente que una preocupación excesiva relacionada con los dominios
de los operadores puede interferir en la comprensión y aplicación de los principios
fundamentales de la teoría cuántica. Esto sólo tiene su importancia en tratamientos
mucho más formales, que están muy por encima del nivel de este libro. Por ello, a
partir de ahora damos por supuesto que el dominio de un operador hermítico
58 ESPACIOS DE HILBERT

es tal que el carácter autoadjunto del operador esté garantizado, por lo


que usaremos indistintamente los términos hermítico y autoadjunto. Empero, hemos
querido incluir el ejemplo anterior como nota de atención: no es excesivamente difícil
plantear situaciones en las que haya una aparente contradicción con algunos de los
importantes resultados que veremos en las siguientes secciones. En definitiva:
CRITERIO PRÁCTICO: En Mecánica Cuántica, un operador A b es autoad-
b=A
junto, es decir A b† , si y sólo si
³ ´ ³ ´ ³ ´
bw
~v , A ~ = A~ bv , w
~ , ∀ ~v , w b .
~ ∈D A

Dicho esto, enunciemos las siguientes propiedades de los operadores autoadjuntos


“en Mecánica Cuántica” (demuéstrense como ejercicio):
byB
1. Si A b son autoadjuntos y a, b ∈ R, entonces aA
b + bB
b es autoadjunto.
b es autoadjunto, entonces A
2. Si A bn , con n un número natural, es también auto-
adjunto.
3. Si BF es una base ortonormal dentro del dominio de un operador autoadjunto
b la representación matricial de A
A, b en esa base cumple Ank = A∗kn . Es decir,
la representación matricial coincide con su compleja conjugada.
4. Si Ab es autoadjunto, (~ bu) = (A~
u, A~ bu, ~ b
u)D∈ ER para todo ~u ∈ D(A). A esta
cantidad, simbolizada muchas veces por A b , se le denomina valor medio o
valor esperado del operador autoadjunto A b para el vector ~
u.
Usando esta última propiedad, se tiene la siguiente definición:
³ ´
DEFINICIÓN: Un operador autoadjunto es positivo si ~u, A~ bu ≥ 0 para todo
b
~u ∈ D(A).

Ejemplo 2.27. Sea el espacio de Hilbert L2 (D), siendo D ⊆ R un intervalo


cerrado. Dada una función real de variable real f (x), definimos el operador
b mediante la siguiente regla de actuación para cualquier función φ (x)
f (X)
perteneciente a su dominio
³ ´
f Xb φ (x) = f (x) φ (x)

En Mecánica Cuántica, estos operadores estarán relacionados con magni-


tudes físicas dependientes de la posición.
a) Probar que f (X)b es un operador lineal.
b) Probar que f (X)b es autoadjunto.
c) ¿Qué condición ha de cumplir f (x) para que f (X) b sea un operador po-
sitivo?
Solución:
a) Nótese que, de acuerdo con nuestro convenio, el dominio de f (X) b es el máximo
posible. Es decir,
³ ³ ´´ ½ Z ¾
D f X b = φ (x) ∈ L2 (D) tal que f (x)2 |φ (x)|2 dx es finito .
D
2.10 Operadores hermíticos y autoadjuntos 59

b y α, β escalares complejos. Entonces,


Sean φ (x) y η (x) dos funciones de D(f (X))
³ ´
f Xb (αφ (x) + βη (x)) = f (x) (αφ (x) + βη (x))
³ ´ ³ ´
b φ (x) + βf X
= αf (x) φ (x) + βf (x) η (x) = αf X b η (x)

por lo que el operador f(X)b es lineal.


b) Por definición, f (x) es real, y esto implica
³ ³ ´ ´ Z
b φ
η, f X = η (x)∗ f (x) φ (x) dx
D
Z ³ ³ ´ ´
= b η, φ ,
[f (x) η (x)]∗ φ (x) dx = f X
D

b es autoadjunto
de donde f (X)
c) Ha de cumplirse, para cualquier φ (x), que
³ ³ ´ ´ Z
φ, f Xb φ = f (x) |φ (x)|2 dx ≥ 0 ,
D

para lo que es necesario y suficiente que f (x) ≥ 0 para todo x ∈ D.

Ejemplo 2.28. Sea el espacio de Hilbert L2 (R). Definimos el operador


Pbx = −i dx
d
, con dominio las funciones continuas con derivada de cuadrado
integrable. Este operador está relacionado la representación del momento
lineal en Mecánica Cuántica. Demuestre que es autoadjunto.
Solución:
Según el criterio práctico, dadas dos funciones η (x) , φ (x) ∈ D(Pbx ) hay que probar
que
³ ´ ³ ´
η, Pbx φ = Pbx η, φ .

Para ello basta tener en cuenta que las funciones de cuadrado integrable necesaria-
mente se anulan en x = ±∞:
³ ´ Z +∞ µ ¶
b ∗ d
η, Px φ = η (x) −i φ (x) dx
−∞ dx
Z +∞ ∗ Z +∞ µ ¶∗ ³ ´
dη (x) d
=i φ (x) dx = −i η ∗ (x) φ (x) dx = Pbx η, φ
−∞ dx −∞ dx

y queda así demostrado que Pbx es autoadjunto.

Ejemplo 2.29. Sean A byB b dos operadores autoadjuntos en un espacio de


Hilbert H. Demuestre que el operador i[A, b B]
b es autoadjunto.
Solución:
b B]
Calculemos el adjunto de i[A, b usando las propiedades del operador adjunto vistas
en la sección 2.9
³ h i´† ³ ´† ³ ´† ³ ´†
b B
i A, b = bB
iA b −iBbAb = iA bB
b − iB bAb
³ ´† ³ ´†
= −i AbB
b +i B bA b†A
b = −iB b† B
b† + iA b†.
60 ESPACIOS DE HILBERT

by B
Como A b son autoadjuntos:
³ h i´† ³ ´ h i
b B
i A, b bA
= −i B b+ iA
bBb=i AbB
b−B
bAb = i A,
b B
b ,

quedando así demostrada la afirmación.

b un operador autoadjunto y
Ejercicio 2.15. Sea A
X
g (x) = γ n xn ; γ n ∈ R
n

b existe, demuestre que también es autoadjunto. Análogamente


Si el operador g(A)
b existe, entonces
demuestre que si el operador g(iA)
³ ³ ´ ´ ³ ³ ´ ´
~ b ~v = g −iA
u, g iA b ~ u, ~v .

2.11 Operadores unitarios. Cambios de base


• En Mecánica Cuántica, los llamados operadores unitarios aparecen al estudiar la
evolución temporal de un sistema físico y también están relacionados con las posibles
simetrías del sistema.
DEFINICIÓN: Un operador lineal U b es unitario si U
bUb† = U
b †U
b = 1 (es decir, el
inverso coincide con el adjunto).

Ejemplo 2.30. Sean Uji los coeficientes de la representación matricial de


b en una base ortonormal {~en }.
un operador unitario U
b es unitario, entonces
a) Demostrar que si U
X
|Uji |2 = 1
j

para todo i.
b es unitario, entonces
b) Probar que si U
° °
°b °
°U~v ° = k~v k

para todo ~v ∈ D (U ).
Solución:
a) La demostración es operativa:
X X ∗ X³ ´∗ ³ ´ X³ ´³ ´
|Uji |2 = Uji Uji = b ei
~ej , U~ b ei =
~ej , U~ U~ b ei
b ei , ~ej ~ej , U~
j j j j
³ ´ ³ ´
= U~ b ei
b ei , U~ b † U~
= ~ei , U b ei = (~ei , ~ei ) = 1.

b) Es consecuencia inmediata de la definición:


° ° r³ ´ r³ ´ p
°b ° b ~v , U
b ~v = b ~v = ( ~v , ~v ) = k~v k .
b †U
°U ~v ° = U ~v , U
2.11 Operadores unitarios. Cambios de base 61

Ejemplo 2.31. Demostrar que si U b1 y U b2 son dos operadores lineales uni-


tarios, entonces U b1 U
b2 es unitario.
Solución:
Evaluemos (U b1 U b1 U
b2 )† (U b2 ). Usando las propiedades del operador adjunto, la propie-
dad asociativa del producto de operadores, y el hecho de que U b1 y Ub2 son unitarios,
³ ´† ³ ´ ³ ´
U b2
b1 U U b2 = U
b1 U b2† U b1 U
b1† U b2† U
b2 = U b2 = 1 .

³ ´³ ´†
De igual forma se demuestra que U b2
b1 U U b2
b1 U = 1.

Ejemplo 2.32. Demuéstrese que si A b es autoadjunto, entonces el operador


b
eiA es unitario.
Solución:
En primer lugar tengamos en cuenta que

b XN
in bn
eiA = lim A
N →∞
n=0
n!

implica que
³ b
´† XN
(−i)n ³ bn ´†
eiA = lim A
N →∞
n=0
n!

b es autoadjunto, A
Como A bn también lo es. Por tanto,

³ b
´† XN
(−i)n bn b
eiA = lim A = e−iA .
N →∞
n=0
n!

b b
b y −iA
b conmutan y, usando
Ahora necesitamos evaluar eiA e−iA . Evidentemente iA
el resultado derivado en el ejemplo 2.21
b b b b
eiA e−iA = eiA−iA = e0 = 1
b iA
−iA b b A
−iA+i b
e e = e = e0 = 1.
b
Como consecuencia, eiA es unitario.

• Por otro lado, los operadores unitarios están relacionados con los cambios de
base. Dadas dos bases ortonormales, existe un operador unitario gracias al cual
podemos obtener las coordenadas de un vector y la representación matricial de un
operador en la segunda base a partir de las coordenadas del vector y la representación
matricial del operador en la primera base, respectivamente. Los siguientes ejemplos
ilustran el procedimiento.
Ejemplo 2.33. Sea {~ei } una base ortonormal de un espacio de Hilbert H y
b un operador unitario tal que su dominio contiene a la base ortonormal
U
{~en }.
62 ESPACIOS DE HILBERT

P b~ P b en .
a) Demostrar que si ~ u = n un~en ∈ H, entonces U u = n un U~
b) Demostrar que, salvo restricciones artificiales, el dominio de un opera-
dor unitario es todo el Hilbert.
c) Si {f~i } es el transformado de la base {~en } mediante la actuación de U, b es
decir f~i = U~b ei , probar que la condición necesaria y suficiente para que {f~i }
sea también una base ortonormal de H es que el operador U b sea unitario.
Solución:
a) Si el espacio de Hilbert es de dimensión finita, la igualdad es simple consecuen-
cia de la linealidad del operador. Si el espacio de Hilbert es de dimensión infinita
debemos probar que la linealidad de un operador unitarioP se puede extender a una
suma infinita. Para ello basta probar que si ~ u = n un~en es un vector cualquiera
P b en converge (ya que de converger lo hace al vector “correcto”).
del Hilbert, n un U~
Tomemos las sucesiones {w ~ I }∞ sI }∞
I=1 y {~ I=1 de término general

X
I X
I X
I
~I =
w un~en ; bw
~sI = U b
~I = U un~en = b en .
un U~
n=1 n=1 n=1

b es unitario, para todo I, J


Como U
° °
°b °
~I − w
kw ~ J k = °U (w ~ J )° = k~sI − ~sJ k .
~I − w

Ya que (evidentemente) w~ es una sucesión de Cauchy, la anterior igualdad implica


P I b
que la sucesión ~sI = In=1 un U~
en también es de Cauchy, y por tanto convergente.2 6
b) Es consecuencia inmediata de lo anterior.
c) Veamos primero la condición suficiente. Supongamos que U b es unitario, entonces
³ ´ ³ ´ ³ ´
b ei , U~
f~i , f~j = U~ b ej = ~ei , U b ej = (~ei , ~ej ) = δ ij ,
b † U~

y el conjunto {f~i } es ortonormal. Probemos ahora que {f~i } es una base de Fourier.
b †~v pertenece al dominio
Para ello consideremos un vector cualquiera ~v ∈ H; entonces U
de Ub que, acabamos de ver, es todo el Hilbert. Por consiguiente, el desarrollo de
Fourier
X
b †~v =
U ci~ei .
i

b a esta igualdad y usando el resultado del apartado a):


existe. Aplicando U
X X X
bU
~v = U b
b †~v = U ci~ei = b ei =
ci U~ ci f~i .
i i i

Esto es, cualquier


n o vector ~v ∈ H puede expresarse como desarrollo de Fourier con los
vectores de f~i , por lo que este conjunto es una base ortonormal.

Veamos ahora la condición necesaria, es decir, demostremos que si {f~i } es una base
2 6 Nótese que en ningún momento hemos extendido la linealidad de U b a una suma infinita
(ya que es lo que, precisamente, queremos demostrar). Por otra parte, este ejemplo demuestra
cuan importante es la necesidad de que el espacio lineal sea de Hilbert.
2.11 Operadores unitarios. Cambios de base 63

ortonormal, entonces U b debe ser necesariamente unitario. Para ello basta demostrar
bU
que (~ei , U b †~ej ) = (f~i , U b †U
b f~j ) = δij pues entonces U bUb† = Ub †Ub = 1. Esto es
inmediato:
³ ´ ³ ´ ³ ´
b † U~
~ei , U b ej = U~ b ej = f~i , f~j = δij
b ei , U~
³ ´ ³ ´ ³ ´ ³ ´
bU
f~i , U b † f~j = f~i , U bU bU
b †U b −1 f~j = f~i , U
b ~ej = f~i , f~j = δ ij .

Ejemplo 2.34. Sean {~en } , {f~n } dos bases ortonormales de un espacio de


Hilbert y U b el operador unitario que transforma la base {~en } en la base
{f~n }. Relacionar las coordenadas de un vector en ambas bases.
Solución: P P 0 ~ 0
Sea un vector ~v = n vn~
en = n vn fn . Para obtener las coordenadas {vn } en
función de las coordenadas {vn } escribamos
à !
³ ´ X X³ ´ X³ ´∗
vn0 = f~n , ~v = b en ,
U~ vi~ei = b en , ~ei vi =
U~ b en vi .
~ei , U~
i i i

³ ´
b en llegamos al resultado pedido:
Introduciendo el elemento de matriz Uin = ~ei , U~

X X
vn0 = ∗
Uin vi = †
Uni vi ,
i i

b †.
donde hemos usado también la representación matricial de U

Ejemplo 2.35. Sean Aij los coeficientes de la representación matricial de


un operador A b en la base {~ei } . Obtener la representación matricial A0ij de
dicho operador en una base {f~i } relacionada con la anterior mediante el
operador unitario U b (es decir f~i = U~
b ei ).
Solución:
Los coeficientes de la representación matricial en la nueva base son
³ ´ ³ ´ ³ ´ ³ ´
bf~j = U~
A0ij ≡ f~i , A bU~
b ei , A b ej = ~ei , U
b †A
bU~
b ej = U bU
b† A b
ij

Es decir,
X X
A0ij = †
Uim Amn Unj = ∗
Umi Amn Unj .
m,n m,n

Fíjese, por otro lado, que


³ ´ ³ ´
b ~ej = ~en , f~j ,
Unj ≡ ~en , U

lo que permite obtener rápidamente el operador unitario que conecta ambas bases.
64 ESPACIOS DE HILBERT

2.12 Proyectores ortogonales


• Terminemos nuestra discusión sobre tipos especiales de operadores lineales con los
llamados proyectores ortogonales.
DEFINICIÓN: Un operador lineal Pb con dominio todo el espacio de Hilbert H , es
un proyector ortogonal 2 7 si es autoadjunto y además Pb 2 = Pb Pb = Pb .
Los proyectores están relacionados con el siguiente teorema (imprescindible para
establecer aspectos esenciales del formalismo cuántico):
Teorema (de la proyección ortogonal): Sea H un espacio de Hilbert y W un
subespacio de Hilbert de H. Entonces:
1. El complemento ortogonal de W, W ⊥ , es también un subespacio de Hilbert.
2. Todo vector ~v ∈ H puede escribirse de forma única como

~v = ~vW + ~vW ⊥ ; con ~vW ∈ W y ~vW ⊥ ∈ W ⊥

3. El vector ~vW , denominado proyección ortogonal de ~v sobre el subespacio W,


está dado por
X³ ´
~vW = f~n , ~v f~n ,
n

n o
donde BW = f~1 , f~2 , ... es una base ortonormal de W.

Demostración:
1. Puesto que H es un espacio es de Hilbert, toda sucesión de Cauchy
{w~ n }∞
n=1 ⊂ W

converge en H. Basta demostrar que el vector w~ al
que converge la sucesión pertenece a W ⊥ , lo que es inmediato: si ~v
es un vector cualquiera de W, entonces (~v , w)
~ = (~v , limn→∞ w~ n) =
limn→∞ (~v , w
~ n ) = limn→∞ 0 = 0.
2. Supongamos que hay dos posibles soluciones al problema de la proyec-
ción ortogonal

~v = ~vW + ~vW ⊥
0 0
~v = ~vW + ~vW ⊥,

que es equivalente a escribir


0 0
~vW − ~vW = ~vW ⊥ −~vW ⊥ .
0
¡ 0 ¢
Como, por hipótesis, (~vW − ~vW ) ⊥ ~vW ⊥ −~vW ⊥ , tendremos
° °
0 °2 ¡ 0 ¢ ¡ ¢
°~vW − ~vW 0
= ~vW − ~vW , ~vW − ~vW 0
= ~vW − ~vW 0
, ~vW vW ⊥ = 0
⊥ −~

0
de donde no queda más remedio que ~vW − ~vW = ~0 y la descomposición
~v = ~vW + ~vW ⊥ es única.
2 7 Por abuso del lenguaje, se omite muchas veces el término ortogonal.
2.12 Proyectores ortogonales 65

P ³~ ´ ~
3. Por construcción, el vector ~vW = v fn pertenece a W. Basta
n fn , ~
entonces demostrar que
X³ ´
~vW ⊥ = ~v − ~vW = ~v − f~n , ~v f~n
n

es ortogonal a W. Para ello hay que tomar un vector cualquiera w


P ~ =
wn
~n de W y comprobar que (w,
f ~ ~
v W ⊥ ) = 0. En efecto:
n
à ! à !
X³ ´ X X³ ´
~ ~vW ⊥ ) = w,
(w, ~ ~v − ~ ~
fn , ~v fn = ~
wm fm , ~v − ~ ~
fn , ~v fn
n m n
X ³ ´ X ³ ´³ ´
= ∗
wm f~m , ~v − ∗
wm f~n , ~v f~m , f~n
m m,n
X ³ ´ X ³ ´
= ∗
wm f~m , ~v − ∗
wm f~n , ~v δ mn = 0 ,
m m,n

y queda así demostrada la igualdad.


La proyección ortogonal sobre un subespacio de Hilbert W puede expresarse me-
diante la actuación de un proyector ortogonal PbW . En efecto, definamos un operador
PbW cuyo dominio es todo el Hilbert y su regla de actuación es
X³ ´
PbW ~v = ~vW = f~n , ~v f~n ,
n

donde {f~n } es una base ortonormal de W. Es fácil comprobar (inténtese) que PbW
satisface las condiciones que definen a un proyector ortogonal: es lineal, autoadjunto,
y PbW
2
= PbW .

• A la vista del resultado anterior, podemos finalizar esta sección definiendo el


importante concepto de suma directa de subespacios.
DEFINICIÓN: Sea H un espacio de Hilbert y W1 , W2 ,... un conjunto de sub-
espacios de Hilbert ortogonales entre sí. Se dice que H es suma directa de estos
subespacios de Hilbert (simbolizándose como H = W 1 ⊕ W2 ⊕ W3 ⊕ ...) si cualquier
vector ~u ∈ H puede escribirse como

~u = ~uW1 + ~
uW2 + ~
uW3 + ... ,

donde

uWn = PbWn ~u
~

u sobre Wn .
es la proyección ortogonal de ~
Esta relación entre subespacios se traduce en la relación siguiente para sus proyectores
asociados

Ib = PbW1 + PbW2 + PbW3 + ...

Ejemplo 2.36. Consideremos el espacio de Hilbert L2 (R) y los subespacios


lineales L2+ (R) y L2− (R) formados por todas las funciones pares e impares,
66 ESPACIOS DE HILBERT

respectivamente.
a) Demuestre que son subespacios de Hilbert ortogonales entre sí.
b) Compruebe que L2 (R) = L2+ (R) ⊕ L2− (R), halle el proyector ortogonal Pb+
sobre el subespacio L2+ (R), y el proyector ortogonal Pb− sobre el subespacio
L2− (R)
c) Definamos el operador paridad Π b = Pb+ −Pb− . Obtenga Π b ψ (x) para cualquier
función del Hilbert.
Solución:
a) Si ψ + (x) es una función par y ψ − (x) una impar
Z +∞
¡ ¢
ψ+ .ψ− = ψ∗+ (x) ψ− (x) dx = 0 ,
−∞

ya que el integrando es impar. La igualdad se cumple para todas las funciones pares
e impares y, entonces, L2+ (R) ⊥ L2− (R).
Por otra parte, L2+ (R) es un subespacio de Hilbert ya que toda sucesión convergente
de funciones pares converge a una función par.2 8 Análogamente se ve que L2− (R) es
un subespacio de Hilbert.
b) De acuerdo con un resultado bien conocido de Análisis Matemático, toda función
ψ (x) puede escribirse de forma única como suma de una función par y otra impar:
µ ¶ µ ¶
ψ (x) + ψ (−x) ψ (x) − ψ (−x)
ψ (x) = ψ+ (x) + ψ− (x) = + ,
2 2
lo que demuestra que L2 (R) = L2+ (R) ⊕ L2− (R). Los proyectores respectivos se
obtienen inmediatamente a partir de la igualdad anterior:
ψ (x) + ψ (−x)
Pb+ ψ (x) = ψ+ (x) =
2
ψ (x) − ψ (−x)
Pb− ψ (x) = ψ− (x) =
2
c) Aplicando la definición
b ψ (x) = Pb+ ψ (x) − Pb− ψ (x) = ψ (−x)
Π
Observamos que Πφ b (x) = +φ (x) si y sólo si φ (x) es par. Igualmente, Πη
b (x) = −η (x)
si y sólo si η (x) es impar.

Ejercicio 2.16. Demuestre que el operador paridad es autoadjunto y, a la vez,


unitario.
Ejercicio 2.17. Sea BW una base ortornormal del subespacio de Hilbert W. Como
el complemento ortogonal W ⊥ es también un subespacio de Hilbert, el teorema de la
proyección ortogonal implica que H = W ⊕ W ⊥ . Demuestre que si BW ⊥ es una base
ortonormal de W ⊥ , entonces BW ∪ BW⊥ es una base ortonormal de todo el espacio de
Hilbert. ¿Cuál será la representación matricial del proyector PbW en esta base? ¿Y la
del proyector PbW⊥ = 1 − PbW ? Generalice los dos últimos resultados al caso de una
descomposición del espacio de Hilbert en una suma directa de un número arbitrario
(pero finito) de subespacios de Hilbert ortogonales entre sí.
2 8 Salvo, quizás, para valores aislados de la variable, lo que es irrelevante como ya sabemos.
2.13 Espectro puntual. Autovalores y autovectores 67

2.13 Espectro puntual. Autovalores y autovec-


tores
• Pasemos ahora a definir los conceptos de autovalor y autovector, que tienen una
importancia capital en el formalismo cuántico. Consideraremos, como ya es habitual,
un espacio de Hilbert H y un operador lineal A b cuyo su domino contiene una base
ortonormal de H.
DEFINICIÓN: Sea A b un operador lineal de H. Definimos su espectro puntual,
b
denotándose por σp (A), como el conjunto formado por todos los escalares a ∈ C tales
que el operador (Ab − aI)
b −1 no existe. Por tanto,2 9 existe un vector no nulo ~
u∈H
que es solución de la ecuación de autovalores
³ ´
b − aIb ~u = 0
A

bu = a~
o, equivalentemente, que cumple A~ u.
b y que ~u es un auto-
Diremos que a es un autovalor o valor propio del operador A
b
vector o vector propio de A (o autofunción o función propia si estamos en un
espacio de funciones) con autovalor a.
TEOREMA: Sea un operador lineal A b de un espacio de Hilbert H y un autovalor
a del operador. El conjunto Ea formado por todos los autovectores asociados
al autovalor a es un subespacio lineal.
Demostración: Basta probar que si ~ u, ~v son autovectores de Ab con auto-
valor a, y β, γ dos complejos arbitrarios, entonces β~ u + γ~v también es
autovector de Ab con igual autovalor. Así,

b (β~u + γ~v ) = β A~
A bu + γ A~
bv = βa~
u + γa~v = a (β~
u + γ~v ) ,

quedando demostrada la afirmación.


Consecuencia de este teorema, tenemos las siguientes definiciones:
DEFINICIONES: Dado un operador lineal A, b al subespacio lineal Ea formado por
los autovectores asociados a un autovalor a se le denomina espacio propio 3 0 aso-
ciado al autovalor en cuestión.
A la dimensión g de dicho subespacio lineal se le llama degeneración o multiplici-
dad del autovalor.
Si la degeneración del espacio propio asociado a un autovalor es la unidad, se dice que
el autovalor es no degenerado.31 Por el contrario, si g > 1 se dice que el autovalor
es g-degenerado (o que tiene degeneración o multiplicidad g).
Veamos tres ejemplos interesantes. En el primero relacionamos los autovalores
de un operador lineal g(A)b con los de A.
b En los dos últimos ilustramos el cálculo
de autovalores y autovectores en un espacio funcional y en un espacio de Hilbert de
dimensión finita, respectivamente.
2 9 Recuerde el teorema de caracterización de invertibilidad de un operador.
3 0 Muchas veces se dice “subespacio propio” para enfatizar que estamos hablando de un
subespacio del Hilbert.
3 1 La expresión equivalente “degeneración uno” apenas se utiliza.
68 ESPACIOS DE HILBERT

Ejemplo 2.37. Sea A b un operador lineal en un espacio de Hilbert.


a) Si a es un valor propio de A, b demuestre que an es valor propio de A bn ,
siendo n un número natural.
b) Como consecuencia, dada una función analítica g (x), pruebe que g (a)
es valor propio del operador g(A). b
(No preste atención a problemas derivados del dominio de definición).
Solución: ³ ´
a) Sea a un autovalor de Ab y ~u un vector propio y A
bn ~
u= A b A...
b A b ~u. Aplicando
b al vector ~
sucesivamente A u y teniendo en cuenta el carácter lineal de A,b se obtiene
inmediatamente
bn ~u = an ~
A u,

por lo que, además, ~ bn con autovalor an .


u es vector propio de A
P
b) Dado que g es analítica, g (x) = limN →∞ N n
n=0 gn x y
à ! à N !
³ ´ X
N X
b ~
g A u = lim bn
gn A ~u = lim n
gn a ~u
N →∞ N →∞
n=0 n=0
à !
X
N
= lim gn an ~u = g (a) ~u ,
N →∞
n=0
³ ´
y por tanto ~ b con autovalor g (a).
u es vector propio de g A

Ejemplo 2.38. Sea el espacio de Hilbert L2 [0, 1] y consideremos el operador


Pbx = −i dx
d
. Calcule σp (Pbx ) si su dominio es:
a) El conjunto de funciones continuas C [0, 1].
b) Las funciones de C [0, 1] tales que φ (0) = φ (1).
c) Las funciones de C [0, 1] tales que φ (0) = φ (1) = 0.
Solución:
Recordemos que el ejemplo 2.26 vimos que la definición del dominio de Pbx era fun-
damental a la hora de determinar su carácter autoadjunto. Este segundo ejemplo
continua en la línea de enfatizar la importancia de los dominios de definición, ya que
ilustraremos cómo un cambio en el dominio del operador puede hacer variar comple-
tamente su espectro puntual.
a) Para calcular el espectro del operador planteemos la ecuación de autovalores

d
Pbx ψ p (x) = pψ p (x) ⇒ −i ψp (x) = pψp (x)
dx
Para un p ∈ C dado, su solución general es

ψp (x) = Aeipx

con A una constante arbitraria. Todas las funciones solución de la ecuación de auto-
valores pertenecen al dominio de Pbx , luego no hay restricción alguna y

σp (Pbx ) = C .
2.13 Espectro puntual. Autovalores y autovectores 69

Ası́, el espectro puntual σ p (Pbx ) llena todo el conjunto de los números complejos.32
b) En este caso, la ecuación de autovalores Pbx ψ p (x) = pψ p (x) tendrá como solución
ψ p (x) = Aeipx , pero con la restricción
ψ p (0) = ψ p (1) .
Esto implica que ya no todas las soluciones son válidas, sino sólo aquellas que cumplen
1 = eip
Por tanto, los autovalores han de verificar p = 2πn, con n cualquier número entero:
σ p (Pbx ) = {2πn ; n = 0, ±1, ±2, ...}
Las autofunciones correspondientes (ya normalizadas) son
ψ n (x) = e2πinx
que resultan ser los elementos de la base exponencial de Fourier.
c) En este último caso, ninguna solución ψ p (x) = Aeipx pertenece al dominio del
operador, por lo que σ p (Pbx ) = ∅. Fı́jese que en espacios lineales de dimensión infinita
puede ocurrir que un operador hermı́tico no tenga autovalores, algo completamente
imposible en espacios de dimensión finita.

Ejemplo 2.39. En la descripción del momento magnético intrı́nseco o


espı́n del electrón aparece con frecuencia el operador lineal sby del espa-
cio de Hilbert C2. La representación matricial de este operador en la base
canónica ~e1 = 10 , ~e2 = 01 es
 

 
0 −i
[b
sy ] = .
i 0
Ası́, dado un vector ~
u = u1~e1 + u2~e2, las coordenadas de w ~ = sby ~
u en esta
base están dadas por
      
w1 0 −i u1 −iu2
= = .
w2 i 0 u2 iu1
a) Demuestre que sby es autoadjunto.
b) Obtenga los autovalores de sby y los vectores propios correspondientes.
sy ) ~e1 , con a ∈ R.
c) Evalúe exp (iab
Solución:
a) La representación matricial de sb†y es la traspuesta conjugada de la de sby :
h i  0 −i +  0 −i 
sb†y = = = [b
sy ] .
i 0 i 0

Ası́, las reglas de acutación de sb†y y sby coinciden. Como estamos en un espacio de
dimensión finita no hay problema alguno con los dominios y
sb†y = sby .
32 Esto parece sugerir que el nombre “espectro puntual” es particularmente desafortunado.
70 ESPACIOS DE HILBERT

b) De acuerdo con la definición, λ será un autovalor de sby si el operador sby − λIb no es


invertible. Aplicando resultados típicos del Álgebra lineal, la no invertibilidad de un
operador queda caracterizada por el hecho de que el determinante de su representación
matricial es cero y obtenemos la llamada ecuación característica
½µ ¶ µ ¶¾ ¯ ¯
0 −i 1 0 ¯ −λ −i ¯
det −λ = ¯¯ ¯ = λ2 − 1 = 0.
i 0 0 1 i −λ ¯

Los autovalores son σ p (bsy ) = {−1, +1}.


Llamemos
µ ¶ µ ¶
~ζ = ζ −1 ~ζ = ζ +1
− , +
ζ −2 ζ +2

a los autovectores correspondientes. Así,


µ ¶µ ¶ µ ¶ ½
0 −i ζ ±1 ζ ±1 −iζ ±2 = ±ζ ±1
=± ⇒
i 0 ζ ±2 ζ ±2 iζ ±1 = ±ζ ±2 .

Este sistema de ecuaciones tiene infinitas soluciones, pero todas ellas proporcionales
entre sí. Tomando ζ ±1 = 1, inmediatamente tenemos
µ ¶
~ζ ∝ 1
±
±i

y, normalizando estos vectores,

~ζ = √1 (~e1 − i~e2 ) ; ~ζ = √1 (~e1 + i~e2 ) .


− +
2 2
c) Para calcular exp (iab sy ) ~e1 conviene escribir ~e1 como una combinación lineal de
los autovectores ~ζ ± . A partir del resultado del apartado anterior tenemos que
1 ³ ´
~e1 = √ ~ζ − + ~ζ + ,
2
de modo que
1 1 1 1
sy ) ~ζ − + √ exp (iab
sy ) ~e1 = √ exp (iab
exp (iab sy ) ~ζ + = √ e−ia~ζ − + √ e+ia~ζ +
2 2 2 2

Escribiendo ahora ~ζ ± en términos de la base canónica, llegamos al resultado final:


1 h −ia i
exp (iab
sy ) ~ey = e (~e1 − i~e2 ) + e+ia (~e1 + i~e2 ) = cos (a) ~e1 − sin (a) ~e2 .
2

• La mayoría de los operadores de interés en Mecánica Cuántica son bien autoadjunto


o bien unitarios. Es por ello por lo que, a continuación, procederemos a enunciar
propiedades importantes del espectro puntual de estos operadores.
TEOREMA: Sea A b un operador autoadjunto en un espacio de Hilbert H.
1. Su espectro puntual es real.
2.13 Espectro puntual. Autovalores y autovectores 71

2. Los espacios propios de A b son ortogonales entre sí.


3. Su espectro puntual es numerable 3 3 y, por tanto, los valores propios de un
operador autoadjunto están aislados en la recta real.

Demostración:
1. Es consecuencia inmediata del carácter autoadjunto del operador. Si
b yw
a ∈ σp (A) ~ 6= ~0 es un autovector con dicho autovalor, entonces
³ ´
w,
~ Abw
~ = (w,
~ aw)
~ = a kwk~ 2.

Por otro lado, usando las propiedades del producto escalar y el carácter
autoadjunto de Ab
³ ´ ³ ´∗ ³ ´∗ ³ ´∗
w,
~ Abw~ = A bw,
~ w~ = w, b† w
~ A ~ = w, ~ Abw
~ = a∗ kwk ~ 2.

Como kwk~ 6= 0, no queda más remedio que a = a∗ , de donde a es real:


los valores propios de un operador autoadjunto son reales.
2. Sean w ~a y w
~ b autovectores no nulos de A b con autovalores a y b,
respectivamente. Por un lado
³ ´
~ a, A
w bw~ b = (w
~ a, b w
~ b ) = b (w
~ a, w
~ b) ,

y por otro (usamos A b autoadjunto y a ∈ R)


³ ´ ³ ´
w bw
~ a, A ~b = A bw ~ b = (a w
~ a, w ~ a, w
~ b ) = a (w
~ a, w
~ b) .

Por tanto

~ a, w
b (w ~ b ) = a (w
~ a, w
~ b ) ⇒ (b − a) (w
~ a, w
~ b) = 0

y si a 6= b, entonces (w ~ b ) = 0. Esto es, autovectores asociados a auto-


~ a, w
valores distintos son ortogonales, quedando demostrada la afirmación.
3. Imaginemos que no lo sea. De acuerdo con el punto anterior podemos
construir un conjunto ortonormal sin más que tomar un autovector nor-
malizado asociado a cada autovalor. Así tendríamos un conjunto ortonor-
mal infinito no numerable al que llamaremos Bn.n. , lo que es imposible en
un espacio de Hilbert en el que todas las bases ortonormales (conjuntos
ortonormales máximos) son numerables y, por tanto, todos los conjuntos
ortonormales.

TEOREMA: Sea U b un operador unitario en un espacio de Hilbert H.


b entonces |α| = 1 y α∗ ∈ σ p (U
1. Si α ∈ σp (U), b †)
b
2. Los espacios propios de A son ortogonales entre sí.
3. Su espectro puntual es numerable.
3 3 Por tanto, el nombre espectro puntual sí está plenamente justificado para un operador

autoadjunto.
72 ESPACIOS DE HILBERT

Demostración:
b con autovalor α ∈ C:
1. Sea ~v un vector propio de U
b ~v = α ~v .
U
b es unitario:
Como U
° °
°b °
k~v k = °U ~v °

y entonces
° °
°b °
k~v k = °U ~v ° = kα ~v k = |α| k~v k .

Esto implica necesariamente, ya que k~v k 6= 0, que |α| = 1. Esto es, los
valores propios de un operador unitario tienen módulo unidad.
b con autovalor
Por otro lado, si ~v es un autovector del operador unitario U
α tenemos que
b† U
~v = U b ~v = U
b † (α~v ) = αU
b †~v ⇒ b †~v = α−1~v
U

por lo que α−1 es autovalor de U b † . Ahora bien, como α es un complejo


−1 ∗
de módulo unidad, α = α , y queda demostrada la afirmación.
2. Sean ~vα y ~vβ autovectores no nulos de U b con autovalores α y β,
respectivamente. Entonces
³ ´ ³ ´
b † U~
(~vα , ~vb ) = ~vα , U b vb = U~ b vb = (α~vα , β~vβ ) = α∗ β (~vα , ~vβ )
b vα , U~

La igualdad sólo puede ser cierta si α∗ β = 1 o si (~vα , ~vβ ) = 0. Sin


embargo, ya que |α| = |β| = 1, α∗ β = 1 implica necesariamente α = β.
Así, si tenemos dos autovectores asociados a autovalores diferentes, su
producto escalar es cero, quedando demostrada la afirmación.
3. Idéntica a la del punto 3 del teorema anterior.
Los espectros puntuales de operadores autoadjuntos y unitarios cumplen muchas
otras propiedades, aunque las más importantes son las que hemos enunciado en los dos
teoremas anteriores. Otra propiedad, que tiene su interés en formulaciones matemáti-
cas más estrictas de la teoría de espacios de Hilbert, es la que presentamos en el
siguiente ejemplo (un tanto técnico) que, además, sirve para recordar al lector que
los espacios de Hilbert de dimensión infinita son muy diferentes a los de dimensión
finita.
Ejemplo 2.40. (*) Consideremos un operador lineal A b de un espacio de
Hilbert H de dimensión finita. Si se cumple la siguiente condición:
³ ³ ´ ´ ³ ´
~ 6= ~0 tal que w,
existe w ~ Ab − λIb ~u = 0 para todo ~
u∈D A b ,

b
entonces λ ∈ σ p (A).
a) Demuestre la afirmación anterior.
b) Compruebe que sigue siendo cierta en espacios de Hilbert de dimensión
2.13 Espectro puntual. Autovalores y autovectores 73

infinita si el operador Ab es autoadjunto o unitario.


c) Sin embargo, hay otros operadores en espacios de Hilbert de dimen-
sión infinita para los que tal condición deja de ser suficiente y, aunque se
cumpla, no podemos afirmar que λ sea un autovalor. Un caso tı́pico es el
del operador lineal Tb+ de C∞ 2 , con dominio todo el Hilbert, cuya regla de
actuación sobre una ∞-tupla (u1 , u2 , u3 , ...) es

Tb+ (u1 , u2 , u3 , u4 ...) = (0, u1 , u2 , u3 , ...) .


Demuestre que este operador no tiene espectro puntual, pero que todos
los complejos de módulo menor que uno cumplen la condición dada al
principio del enunciado.
Solución:
a) La condición dada en el enunciado es equivalente a afirmar que λ∗ ∈ σ p (A b† ). En
u ∈ D(A)
efecto, si se cumple la condición tenemos que para cualquier ~ b
     †    
w,
~ A b − λIb ~
u =0 ⇒ b − λIb w,
A u =0 ⇒
~ ~ b† − λ∗ Ib w,
A ~ ~
u = 0.

Ahora bien, estamos suponiendo que siempre existe una base B = {~en } contenida en
D(A).
b Ası́,
  X   
b† − λ∗ Ib w
A ~ = ~en , Ab† − λ∗ Ib w
~ ~en
n
X  †  ∗ X
= b − λ∗ Ib w,
A ~ ~en ~en = 0~en = ~0
n n

y como w ~ 6= ~0, tenemos que λ∗ ∈ σ p (A


b† ). Por tanto, lo que tenemos que demostrar
∗ †
es que si λ ∈ σ p (A ) , entonces λ ∈ σ p (A)
b b para cualquier operador en un espacio
de Hilbert de dimensión finita y, en general, para todos los operadores autoadjuntos
y unitarios.
b la matriz N × N representación
En espacios de Hilbert de dimensión finita N , sea [A]
matricial del operador A en la base ortonormal B. A su vez, la representación matricial
b
de Ab† es la matriz traspuesta conjugada de [A],
b a la que llamaremos [A] b + . Entonces,
∗ † ∗
si λ ∈ σ p (A ), λ es solución de la ecuación caracterı́stica
b
h i h i h i+ 
h i h i +
det A b† − λ∗ Ib = 0 ⇒ det A b − λ∗ Ib = det A b − λIb = 0.

Ahora bien, es conocido que el determinante de una matriz es el complejo conjugado


del de su traspuesta conjugada, por lo que
h i  
det A b − λIb = 0 ⇒ λ ∈ σ p A b

b en un Hilbert de dimensión finita.34


para cualquier A
b) Si ahora suponemos que Ab es autoadjunto, entonces Ab† = A
b e, independientemente
34 Hay una demostración mucho más simple que se basa en la no invertibilidad de A
b − λI.
b
Sin embargo, hemos preferido esta demostración para recordar al lector algunas propiedades
del cálculo matricial en espacios de Hilbert de dimensión finita que, en mucho casos, son
útiles en Mecánica Cuántica.
74 ESPACIOS DE HILBERT

de la dimensión del Hilbert


³ ´ ³ ´
b† ⇒ λ∗ ∈ σp A
λ∗ ∈ σp A b

y como el espectro puntual de un autoadjunto es real, entonces λ∗ = λ y, por tanto,


b
λ ∈ σp (A).
Consideremos ahora un operador unitario U b . Naturalmente, si Ub es unitario, Ub†
∗ b †
también lo es. Entonces si λ ∈ σp (U ) y si w ~ b †
~ 6= 0 es un autovector de U con
autovalor λ∗ :
³ ´ ³ ´ ³ ´
w
~= U bUb† w b U
~ =U b† w
~ =U b (λ∗ w) bw
~ = λ∗ U ~ ⇒ U bw
~ = λw~ ⇒ λ ∈ σp U b ,

donde hemos usado λ = 1/λ∗ ya que |λ∗ | = 1. Nótese, además, que este resultado
muestra que el espectro del adjunto de un operador unitario es el complejo conjugado
del espectro del operador.
c) Veamos que para el operador de C∞ 2

Tb+ (u1 , u2 , u3 , u4 ...) = (0, u1 , u2 , u3 , ...)

el espectro puntual es vacío. Para ello planteemos la ecuación de autovalores

Tb+ ~
u = λ~
u

que implica la siguiente regla de recurrencia para las componentes del vector:

0 = λu1
u1 = λu2
u2 = λu3
u3 = λu4
..
.

Si λ = 0 inmediatamente ui = 0 para todo i. Si λ 6= 0 entonces por la primera


ecuación u1 = 0, por la segunda u2 = λ−1 u1 = 0, por la tercera, u3 = λ−1 u2 = 0, etc.
Es decir, para cualquier λ la ecuación de autovalores tiene únicamente la solución
u = ~0, por lo que σp (Tb+ ) = ∅.
trivial ~
Sin embargo veamos que hay escalares complejos para los que existe un vector w ~ =
(wn )∞ ~
n=1 6= 0 no nulo que satisface la condición
³ ³ ´ ´
~ Tb+ − λIb ~u = 0 para todo ~
w, u ∈ C∞2 .

Para un ~u genérico
³ ´
Tb+ − λIb ~u = (0 − λu1 , u1 − λu2 , u2 − λu3 , ...) ,
³ ³ ´ ´
por lo que ~ Tb+ − λIb ~u = 0 implica que
w,

w1∗ (0 − λu1 ) + w2∗ (u1 − λu2 ) + w3∗ (u2 − λu3 ) + ...


= (w2∗ − λw1∗ ) u1 + (w3∗ − λw2∗ ) u2 + (w4∗ − λw3∗ ) u3 = 0 ,
2.13 Espectro puntual. Autovalores y autovectores 75

Recordemos que la igualdad ha de cumplirse para todo (un )∞


n=1 , por lo que la condi-
ción se cumplirá si la regla de recurrencia

w2∗ = λw1∗
w3∗ = λ∗ w2∗
w4∗ = λ∗ w3∗
..
.

admite soluciones no nulas pertenecientes al espacio de Hilbert. Si tomamos w1 = 1,


entonces
¡ ¢
~ = 1, λ, λ2 , λ3 , ...
w

~ pertenecerá a C∞
y este vector w 2 si

X

¯ n−1 ¯2 X

¡ 2 ¢m
~ 2=
kwk ¯λ ¯ =1+ |λ| ∈ R.
n=1 m=1

La suma infinita es la suma de todos los términos de una progresión geométrica de


razón |λ|2 , la cual converge si y sólo si |λ|2 < 1. En definitiva, la condición se cumple
para todos los complejos

{λ ∈ C tal que |λ| < 1}

que era lo que queríamos demostrar.3 5

• Sin embargo, la diferencia fundamental entre espacios de Hilbert de dimensión


finita y de dimensión infinita es la siguiente. Dado un operador A b en un espacio de
dimensión finita, siempre es posible encontrar una base lineal formada por autovec-
tores de Ab y, en el caso particular de que A b sea autoadjunto (o también unitario),
una base ortonormal. Sin embargo, este importante resultado deja de ser cierto en
espacios de dimensión infinita. Si nos restringimos a un operador A b autoadjunto de
un Hilbert de dimensión infinita H se pueden dar tres situaciones:

1. Hay una base ortonormal de H formada por autovectores de A. b


b
2. Siendo σ p (A) 6= ∅, no es posible construir una base ortonormal de H formada
por autovectores de A.b Se dice entonces que el conjunto de los autovectores no
es completo.
b 6= ∅ y A
3. σp (A) b no tiene autovectores.

3 5 Esta situación ilustra la existencia del llamado espectro residual de un operador lineal
b definido como el conjunto de los escalares complejos λ que, sin pertenecer al espectro
B,
puntual, cumplen la condición:
³ ³ ´ ´ ³ ´
~ 6= ~0 tal que w,
existe w ~ B b − λIb ~
u = 0 para todo ~ u∈D B b

Fíjese, entonces, que en el apartado a) hemos demostrado es que ni los operadores autoad-
juntos ni los unitarios tienen espectro residual.
76 ESPACIOS DE HILBERT

Ahora bien, es esencial para la interpretación adecuada de la teorı́a cuántica que


se cumpla la primera situación. Esto lleva a la necesidad de generalizar el concepto de
autovalor y autovector, para lo que el precio que hay que pagar es la inclusión en el
formalismo de vectores de norma infinita. Esta inclusión puede (y debe) evitarse en un
tratamiento matemático riguroso, pero entonces el procedimiento (que, de por sı́ no es
nada sencillo) resulta mucho más difı́cil de entender. Por ello, en la siguiente sección
“incorporaremos” al formalismo estos vectores de norma infinita, además de introducir
la llamada función delta de Dirac y la transformada de Fourier, de utilización habitual
en Mecánica Cuántica. Hecho esto, ya podremos generalizar el concepto de autovalor
y autovector.

2.14. Vectores no normalizables


• Hasta ahora, buena parte del aparato matemático que hemos desarrollado se fun-
damentaba en el hecho de que un espacio de Hilbert es un espacio lineal con producto
escalar y cerrado bajo la topologı́a asociada al producto escalar. Esto garantizaba que
el producto escalar de dos vectores siempre es un número complejo y que las sucesiones
de Cauchy (las sucesiones que tienden a estabilizarse) siempre convergen a un vector
del espacio de Hilbert. Si no hubiésemos tomado estas precauciones, prácticamente
nada de lo que hemos estado exponiendo se podrı́a sostener.

Sin embargo resulta conveniente para nuestros propósitos “ampliar” el espacio de


Hilbert. Ası́, daremos cabida a otros objetos y extenderemos a los mismos el cálculo
del producto escalar, aunque no exista garantı́a de que éste sea siempre finito. Por
ejemplo, si C∞ es el conjunto formado por todas las ∞-tuplas w ~ = (wn )∞n=1 de
números complejos, el producto escalar entre dos ∞-tuplas cualesquiera w~ y~ u será

X
(w,
~ ~u) = wn∗ un
n=1

Igualmente, si F (R) es el conjunto de todas las funciones complejas de variable real,


tendremos que, para dos funciones de F (R):
Z
(ψ (x) , η (x)) = ψ ∗ (x) η (x) dx ;
R

y, salvo que estemos haciendo un tratamiento muy abstracto, esta ampliación se


podrá hacer siempre sin problemas para un espacio de Hilbert dado.

Ahora bien, vamos a imponer una única condiciones a estos vectores ψ ~ de norma
infinita (o no normalizables), y es que exista una base ortonormal del espacio de
Hilbert tal que el producto escalar de ψ~ con todos los vectores de la base sea finito.
Por tanto, si {~en }∞
n=1 es la mencionada base tenemos que ψ~ es igual a un desarrollo
de Fourier generalizado

X  
~ =
ψ ψ n~en con ~ ,
ψ n = ~en , ψ
n=1
2.14 Vectores no normalizables 77

donde ψ n es, entonces, la n-ésima coordenada del vector en la base ortonormal.3 6


Gracias a esta imposición las propiedades del producto escalar se preservan. Así, si
{η n }∞ ∞ ~ independientemente
n=1 y {ψ n }n=1 son las coordenadas de dos vectores ~
η y ψ,
de que sean de norma finita o no, se cumple que
³ ´ X

~ =
~η , ψ η ∗n ψn .
n=1

• También debemos extender la actuación de un operador A b a vectores de norma


infinita, es decir, ampliar su dominio. Esto será siempre sencillo conocida la regla de
actuación del operador. Sin embargo hemos de tener cuidado al tratar con operadores
autoadjuntos. Dado un vector de norma infinita ψ, ~ aunque la expresión A bψ~ tenga
formalmente sentido, no hay garantía de que estemos manteniendo el carácter del
operador autoadjunto al ampliar su dominio. Por tanto la igualdad
³ ´ ³ ´
~ A
ψ, bw
~ = A b ψ,
~ w ~

no es a priori válida si están involucrados vectores de norma infinita. Afortunada-


mente, si somos cuidadosos al ampliar el dominio de A b siempre podremos garantizar
que la anterior igualdad será cierta si al menos uno de los vectores pertenece al espa-
cio de Hilbert. Esto es, si w ~ A
~ ∈ H, (ψ, b w)
~ = (Ab ψ,
~ w)
~ independientemente de que ψ ~
sea de norma finita o no. Lo que en ningún caso podremos garantizar es la anterior
igualdad si los dos vectores son de norma infinita. Veamos un ejemplo.
Ejemplo 2.41. Sea el espacio de Hilbert L2 (R) y ψ (x) una función de norma
infinita y acotada. Por construcción, el dominio del operador autoadjunto
Pbx = −i dx
d
es el formado por las funciones continuas de L2 (R) con derivada
de cuadrado integrable. Sin embargo, podemos extender la actuación de
Pbx sobre estas funciones de norma infinita simplemente respetando la regla
de actuación:
d
Pbx ψ (x) = −i ψ (x) .
dx

a) Demuestre que si w (x) ∈ L2 (R)


³ ´ ³ ´
ψ (x) , Pbx w (x) = Pbx ψ (x) , w (x) .

b) ¿Sigue siendo cierta la igualdad anterior si w (x) es un vector de norma


infinita?
Solución:
a) Sea w (x) ∈ L2 (R). Entonces
³ ´ Z +∞ µ ¶
d
ψ (x) , Pbx w (x) = ψ ∗ (x) −i w (x) dx.
−∞ dx
3 6 En este caso, la convergencia de la suma infinita no debe entenderse bajo la norma
~ es infinita) sino componente a componente
asociada al producto escalar (ya que la norma de ψ
en C∞ y punto a punto (salvo para valores aislados de la variable) en un espacio funcional.
78 ESPACIOS DE HILBERT

Integrando por partes y operando


³ ´ Z +∞ µ ¶
dψ (x)
ψ (x) , Pbx w (x) = −i w (x) dx
−∞ dx
∙ ¸
∗ ∗
+i lim ψ (x) w (x) − lim ψ (x) w (x) .
x→+∞ x→−∞

Necesariamente limx→±∞ w (x) = 0 al ser ésta una función de cuadrado integrable


pero, además, estamos imponiendo que ψ (x) sea acotada. Por tanto, los dos
límites de la igualdad anterior son cero y, en definitiva,
³ ´ Z +∞ µ dψ (x) ¶ ³ ´
ψ (x) , Pbx w (x) = −i w (x) dx = Pbx ψ (x) , w (x) .
−∞ dx
c) En general no, ya que no hay garantía de que limx→±∞ w (x) = 0 y entonces no
podemos afirmar que

lim ψ ∗ (x) w (x) = lim ψ ∗ (x) w (x) .


x→+∞ x→−∞

Piense, por ejemplo, en el caso limx→+∞ ψ (x) = limx→+∞ w (x) = 1 pero, sin em-
bargo, limx→−∞ w (x) = 0.

• Naturalmente conceptos como independencia lineal y ortogonalidad se aplican


directamente a estos nuevos vectores. Así, dos vectores ~η y ψ ~ son ortogonales si
³ ´
~
~η , ψ = 0; un conjunto de vectores es ortogonal si todos sus elementos son ortogo-
nales dos a dos; etc.
Ejemplo 2.42. Sea el espacio de Hilbert L2 (R) y las “ondas planas”
θk (x) = Ak exp (ikx) con k ∈ R y Ak una constante multiplicativa finita.
a) Demuestre que las ondas planas son funciones no normalizables “ad-
misibles”.
b) Compruebe que el conjunto de todas las ondas planas es ortogonal.
Solución:
a) Que la norma es infinita es obvio, ya que, extendiendo la definición operativa del
producto escalar
Z +∞ Z +∞
(θk , θk ) = |θk (x)|2 dx = |Ak |2 dx = ∞.
−∞ −∞

Para que sean “admisibles” hay demostrar que se pueden escribir como un desarrollo
de Fourier generalizado en una base ortonormal de L2 (R). Si escogemos la base de
Hermite BF = {H0 (x) , H1 (x) , H2 (x) , ...} con
1 ¡ ¢
Hn (x) ≡ √ 1/2
exp −x2 /2 · Hn (x)
(2n n! π)
siendo Hn (x) los llamados polinomios de Hermite, hemos de comprobar que
Z +∞
Hn (x) Ak eikx dx ∈ C , n = 0, 1, 2, 3, ...
−∞
2.14 Vectores no normalizables 79

Ello es inmediato si tenemos en cuenta la siguiente propiedad de las funciones de


Hermite
⎧ √

⎪ +i√2πHn (k) si n = 1, 5, 9, ...
Z +∞ √ ⎨
−i√2πHn (k) si n = 3, 7, 11, ...
eikx Hn (x) = 2πeinπ/2 Hn (k) =
−∞ ⎪
⎪ +√2πHn (k) si n = 0, 4, 8, ...

− 2πHn (k) si n = 2, 6, 10, ...

por lo que
X
∞ ∞ ³
X ´

θk (x) = (Hn , θk ) Hn (x) = 2πAk einπ/2 Hn (k) Hn (x) ,
n=0 n=0

que está bien definido para todo k y para todo n.


b) Hay que demostrar que el producto escalar (θk , θq ) = 0 si k 6= q. Ahora bien, la
integral asociada está indeterminada, por lo que multiplicaremos el integrando por
una función dependiente de un parámetro a que se convierte en la función unidad
cuando a → 0. Una función de este tipo es exp (−a |x|) con a ≥ 0, por lo que
Z +∞
(θk , θq ) = lim A∗k Aq e−ikx eiqx e−a|x| dx
a→0+ −∞
Z +∞
= A∗k Aq lim i(q−k)x −a|x|
e e dx
a→0+ −∞
µZ +∞ Z +∞ ¶
= A∗k Aq lim cos [(q − k) x] e −a|x|
dx + i −a|x|
sin [(q − k) x] e dx .
a→0+ −∞ −∞

La segunda integral es nula, puesto que el integrando es impar, y como el integrando


de la primera integral es par
Z +∞
(θk , θq ) = 2A∗k Aq lim cos [(q − k) x] e−ax dx
a→0+ 0
a
= 2A∗k Aq lim =0
a→0+ a2 + (q − k)2
ya que, por hipótesis, q − k 6= 0.

• Lo que ya no resulta claro es cómo extender el importante concepto de ortonormal-


idad a vectores de norma infinita. Consideremos un conjunto W formado por vectores
de norma infinita “asociados” a un espacio de Hilbert H.3 7 No tiene n sentido deciro
~ ,ψ
que el conjunto W es ortonormal si éste es discreto, es decir, si W = ψ ~ ,ψ
~ , ... .
1 2 3
Sin embargo, supongamos que W no es discreto, pero que sus elementos se pueden
“etiquetar” de acuerdo con un parámetro continuo λ perteneciente a un intervalo
D ⊆ R. Esto es, a cada λ ∈ D le corresponde un vector ψ ~ ∈ W y, recíprocamente,
λ
todo vector de W tiene asociado un valor del parámetro λ. A efectos de notación
escribiremos
n o
W= ψ ~ .
λ
λ∈D

3 7 Está claro que no debemos decir “en” un espacio de Hilbert.


80 ESPACIOS DE HILBERT

De acuerdo con esto,


n o
~
DEFINICIÓN: Sea W = ψ un subconjunto continuo de funciones de norma
λ
λ∈D
infinita asociadas a un espacio de Hilbert H. W es ortogonal si
³ ´
~ ,ψ
ψ ~ 0 = 0 si λ 6= λ0
λ λ

y, además, es ortonormal (en sentido generalizado) si


Z ³ ´
~ ,ψ
ψ ~ 0 dλ = 1 , ∀ λ0 ∈ D.
λ λ
D

38
La definición no es tan extraña. {~vn } ⊂ H es un conjunto ortonormal si se
cumplen simultáneamente las condiciones

(~vn , ~vm ) = 0 si n 6= m
X
(~vn , ~vm ) = 1, ∀m
n

ya que si se cumple la primera, la segunda garantiza inmediatamente que todos los


vectores están normalizados. En el caso que nos ocupa, simplemente hemos tomado
esta definición y la hemos adaptado sustituyendo la suma sobre el índice discreto
por una integral sobre el índice continuo. Sin embargo, el precio que hay que pagar
en esta generalización es que la condición de ortonormalidad depende del método de
asignación, es decir, de la manera en la que relacionamos el parámetro λ con los vec-
tores no normalizables del conjunto W. Como dicha asignación es siempre arbitraria,
si queremos que el conjunto sea ortonormal debemos multiplicar los vectores por un
factor adecuado (llamado constante de normalización) pero que obviamente de-
penderá de la asignación. En otras palabras, definido el producto escalar, el carácter
ortogonal de un conjunto de vectores no normalizables es absoluto pero el carácter
ortonormal es relativo. Ilustremos este hecho mediante el siguiente ejemplo:
Ejemplo 2.43. Sea el conjunto ortogonal W formado todas las ondas planas
Aq exp (iqx) , q ∈ R.
a) Compruebe que W es ortonormal de acuerdo el siguiente método de
asignación:
½ ¾
1
W = θq (x) = √ exp (iqx) .
2π q∈R

b) (*) Si cambiamos el método de asignación hay que cambiar también


la constante de normalización si queremos que el conjunto siga siendo
ortonormal. Obtenga las constantes de normalización Aλ para el caso más
general

W = {θλ (x) = Aλ exp (iq (λ) x)}λ∈D ,


3 8 Naturalmente no hay contradicción con el hecho de que sea imposible construir un con-

junto ortonormal continuo con vectores del espacio de Hilbert, ya que estos vectores de norma
infinita no lo son.
2.14 Vectores no normalizables 81

donde q (λ) es una función creciente y que recorre toda la recta real.
Solución:
Este ejemplo se puede resolver de manera muy sencilla teniendo en cuenta las propie-
dades de la llamada función delta de Dirac, que veremos un poco más adelante. Sin
embargo vamos a seguir aquí un procedimiento más general.
a) Ya hemos visto en el ejemplo anterior que las ondas planas son ortogonales. Para
que sean ortonormales ha de cumplirse
Z µZ +∞ ¶
θ∗q (x) θ q0 (x) dx dq = 1 , ∀ q 0 ∈ R,
R −∞

y en este caso tenemos que comprobar que


Z µZ ¶
+∞
1 £ ¡ ¢ ¤
exp i q 0 − q x dx dq = 1 , ∀ q 0 ∈ R .
R −∞ 2π

La integral en x no está definida, por lo que volvemos a hacer uso de la función


accesoria exp (−a |x|) que permite efectuar la integral como un límite.
Z µZ +∞ ¶ Z
1 0 1 2a
lim e−a|x| ei(q −q)x dx dλ = lim dq
2π a→0+ R −∞ 2π a→0+ R a2 + (q − q 0 )2
Z
1 2a 1
= lim du = lim (2π) = 1.
2π a→0+ R a2 + u2 2π a→0+

El resultado confirma que el conjunto es ortonormal, es decir, que la constante de


normalización adecuada es
1
Aq = √ .

b) Ahora tenemos que hallar Aλ para que


Z µZ +∞ ¶
θ∗λ (x) θλ0 (x) dx dλ = 1
D −∞

esto es, para que


Z µZ +∞ ¶
0
A∗λ Aλ0 ei(q(λ )−q(λ))x dx dλ = 1 , ∀ λ0 ∈ D.
D −∞

Introduciendo, de nuevo, la función accesoria exp (−a |x|):


Z µZ +∞ ¶
θ∗λ (x) θλ0 (x) dx dλ
D −∞
Z µZ +∞ ¶
0
= lim A∗λ Aλ0 e−a|x| ei(q(λ )−q(λ))x dx dλ
a→0+ D −∞
Z
2a
= lim A∗λ Aλ0 2 dλ,
a→0+ D a2 + (q (λ) − q (λ 0 ))
82 ESPACIOS DE HILBERT

y, haciendo un cambio de variables de modo que la variable de integración sea q(λ),


llegamos a
Z µZ +∞ ¶
θ∗λ (x) θλ0 (x) dx dλ
D −∞
Z µ ¶−1
2a dq (λ)
= lim A∗λ Aλ0 2 dq(λ)
a→0+ R a2 + (q (λ) − q (λ 0 )) dλ

(nótese el cambio en los límites de integración, ya que q(λ) recorre todos los posibles
valores del número de ondas).
Ahora bien,
2a
lim 2
a→0+ a2 + (q (λ) − q (λ 0 ))

se hace cero en el momento en que q (λ) − q (λ 0 ) 6= 0, esto es, cuando λ 6= λ0 .3 9 Esto


implica que el integrando sólo contribuye al resultado final cuando λ ' λ0 , lo que nos
permite escribir
Z µZ +∞ ¶
θ∗λ (x) θλ0 (x) dx dλ
D −∞
Z +∞ " µ ¶−1 #
dq (λ 0 ) 2a
= lim |Aλ0 |2 2 dq(λ)
a→0+ −∞ dλ0 a2 + (q (λ) − q (λ 0 ))

y podemos sacar el corchete de la integral, ya que λ0 y q(λ) son variables indepen-


dientes. Basta, por último, hacer el cambio u = q (λ) − q(λ0 ), que no varía los límites
de integración, para llegar a
Z +π/2 µZ +∞ ¶
θ∗λ (x) θλ0 (x) dx dλ
−π/2 −∞
µ 0 ¶−1 Z +∞ µ ¶−1
dq (λ ) 2a dq(λ0 )
= |Aλ0 |2 lim du = 2π |Aλ0 |2 .
dλ0 a→0+ −∞ a2 + u2 dλ0

Como esta cantidad ha de ser uno, la constante de normalización Aλ debe cumplir


s µ ¶
1 dq (λ)
|Aλ | =
2π dλ

En resumen, en la asignación más general posible, las ondas planas escritas como
( s µ ¶ )
1 dq (λ)
W = θλ (x) = exp (iq(λ)x)
2π dλ
λ∈D

forman un conjunto ortonormal.

3 9 Naturalmente no hay dos valores diferentes del parámetro λ que den el mismo número

de ondas, ya que de lo contario el método de asignación sería incorrecto.


2.14 Vectores no normalizables 83

2.14.1. Delta de Dirac


• Lógicamente, las ondas planas no son el único conjunto ortonormal formado por
funciones de norma infinita en L2 (R). Otro ejemplo importante es el conjunto de las
llamadas funciones delta de Dirac, que presentamos en el siguiente ejemplo
Ejemplo 2.44. Sea B = {e1 (x) , e2 (x) , e3 (x) , ...} una base ortonormal del es-
pacio de Hilbert L2 (R). Dado un escalar real a, definamos la “función”
δ a (x), denominada delta de Dirac centrada en a, a partir del desarrollo de
Fourier generalizado

X ∞
X
δ a (x) = (en (x) , δ a (x)) en (x) = e∗n (a) en (x)
n=1 n=1

esto es, a partir del producto escalar (en (x), δ a (x)) = e∗n (a).
a) Demuestre que para cualquier función continua ψ (x), se cumple que
Z +∞
(δ a (x) , ψ (x)) = δ ∗a (x) ψ (x) = ψ (a) .
−∞

b) Como consecuencia del punto anterior, pruebe que δ a (x) es real. ¿Qué
valores toma la “función” δa (x)?
c) Demuestre que, dado un intervalo cerrado D ⊆ R,
Z 
0 si a ∈
/D
δ a (x) dx =
D 1 si a ∈ D.

Solución:
a) Supongamos que la función ψ (x) admite un desarrollo de Fourier

X ∞
X
ψ (x) = (en (x) , ψ (x)) en (x) = ψ n en (x) .
n=1 n=1

Por tanto

X ∞
X
(δ a , ψ) = (δ a (x) , en (x)) (en (x) , ψ (x)) = en (a) ψ n = ψ (a)
n=1 n=1

(no hay problema formal en el último paso puesto que la función ψ (x) es continua).
b) De acuerdo con el punto anterior, para cualquier función real η (x) se tiene
Z +∞
(δ a , η) = δ ∗a (x) η (x) dx = η (a) ∈ R
−∞
Z +∞

(δ a , η) = δ a (x) η (x) dx = η (a) ∈ R
−∞

y restando miembro a miembro


Z +∞
2i Im (δ a (x)) η (x) dx = 0 .
−∞
84 ESPACIOS DE HILBERT

Como esto es cierto para cualquier función real η (x), no queda más remedio que
Im (δa (x)) = 0, por lo que la delta de Dirac es real.
Podemos entonces escribir
Z +∞
δ a (x) ψ (x) = ψ (a) ,
−∞

siendo ψ (x) cualquier función continua. Esta última igualdad implica que los valores
que toma δ a (x) para x 6= a deben ser cero. Por otra parte, δ a (a) no puede ser finito
puesto que entonces el producto escalar anterior sería cero (recuerde la discusión en
la que comparábamos convergencia puntual con convergencia asociada a la norma).
En definitiva,
½
0 si x 6= a
δ a (x) =
∞ si x = a
R +∞
pero un “infinito” que garantiza que −∞ δ a (x) ψ (x) = ψ (a).
A la vista de esta discusión, no es necesario imponer que la función ψ (x) sobre la que
actúa la delta de Dirac se pueda escribir como un desarrollo de Fourier, basta que sea
continua en x = a.
c) Escojamos la función
½
0 si a ∈/D
FD (x) =
1 si a ∈ D
y, de acuerdo con el punto anterior,
Z +∞ ½
0 si a ∈
/D
δ a (x) FD (x) dx = FD (a) =
−∞ 1 si a ∈ D.
Por la propia definición de FD (x)
Z +∞ Z
δ a (x) FD (x) dx = δa (x) dx ,
−∞ D

de donde
Z ½
0 si a ∈
/D
δ a (x) dx =
D 1 si a ∈ D.
Si tomamos D = R, la anterior expresión se transforma en
Z +∞
δa (x) dx = 1 , ∀ a ∈ R .
−∞

Como acabamos de ver, la delta de Dirac δ a (x) no es una función en sentido


ordinario, ya que su valor en x = a no está definido. Sin embargo hemos observado
que los productos escalares en los que aparece δa (x) sí lo están (y esto, recordemos,
es lo que realmente interesa):
Z +∞
δ a (x) ψ (x) dx = ψ (a) .
−∞
2.14 Vectores no normalizables 85

Esta última igualdad es la que se suele tomar como definición de delta de Dirac.
Sin embargo, al escribir en el ejemplo anterior la delta como un desarrollo de
Fourier, hemos preferido presentarla como el límite de una sucesión de funciones.
Siguiendo con esta idea, consideremos la sucesión de término general gn (x)
½
0 si |x − a| ≥ 1/ (2n)
gn (x) =
n si |x − a| < 1/ (2n) ,
que está formada por funciones cuyas gráficas son un rectángulo de base 1/n y altura
n simétrico respecto al punto a y área, evidentemente, la unidad. Dada una función
f (x) continua, se cumple que
Z ∞ Z a+1/(2n) ∙ ¸
1 1
f (a) gn (x)dx = n f (x) dx = f (η), con η ∈ a − ,a + ,
−∞ a−1/(2n) 2n 2n
donde el último paso se sigue del teorema del valor medio para funciones continuas.
Entonces, cuando n → ∞,
Z ∞
lim f (x) gn (x) dx = f (a)
n→∞ −∞

y, de este modo, la sucesión {gn (x)} tiende a la delta de Dirac δ a (x), que puede así
entenderse como el límite de un rectángulo de área unidad cuya base tiende a cero.
Tenemos también que
µ ¶
1 (x − a)2
δ a (x) = lim exp −
σ→0 (2π)1/2 σ 2σ2
(la delta es el límite de una gaussiana de área unidad y cuya anchura tiende a cero)
y que
µ ¶
1 sin [r (x − a)]
δ a (x) = lim
r→∞ π r (x − a)
µ ¶
1 σ
δ a (x) = lim .
σ→0 π (x − a)2 + σ 2
Si a = 0 se omite el subíndice a, por lo que δ (x) simboliza la delta de Dirac
centrada en cero. Evidentemente, δa (x) = δ (x − a) y, aunque δ (x − a) sea la manera
más común de escribir la delta de Dirac centrada en a, nosotros usaremos ambas
formas indistintamente.
Ejemplo 2.45. Demuestre las siguientes propiedades relativas a la delta de
Dirac:
a) δ (x) = δ (−x).
b) δ (kx) = |k|−1 δ (x) con k ∈ R y k 6= 0.
c) (δ a , δ b ) = δ (a − b).
d) g (x) δ (x − a) = g (a) δ (x − a), para cualquier función g (x).
Solución:
a) Hay que demostrar que para cualquier función ψ (x)
Z +∞ Z +∞
δ (x) ψ (x) dx = δ (−x) ψ (x) dx = ψ (0) .
−∞ −∞
86 ESPACIOS DE HILBERT

En efecto, haciendo el cambio de variable u = −x tendremos:


Z +∞ Z −∞ Z +∞
δ (−x) ψ (x) dx = − δ (u) ψ (−u) du = δ (u) ψ (−u) du = ψ (0) .
−∞ +∞ −∞

b) Se demuestra de similar manera haciendo el cambio u = kx.


Si k > 0,
Z +∞ Z ³u´
1 +∞
δ (kx) ψ (x) dx = δ (u) ψ du
−∞ k −∞ k
Z
1 1 +∞
= ψ (0) = δ (x) ψ (x) dx,
k k −∞

de donde δ (kx) = k−1 δ (x).


Si k < 0,
Z +∞ Z ³u´
1 −∞
δ (kx) ψ (x) dx = δ (u) ψ du
−∞ k +∞ k
Z ³u´ Z
1 +∞ 1 1 +∞
=− δ (u) ψ du = − ψ (0) = − δ (x) ψ (x) dx,
k −∞ k k k −∞

y así δ (kx) = −k−1 δ (x).


c) Aplicando la definición de delta
Z +∞
(δ a , δb ) = δ (x − a) δ (x − b) dx = δ (b − a) = δ (a − b) .
−∞

Por consiguiente, el conjunto de todas las deltas de Dirac

X = {δλ (x)}λ∈R

es ortonormal (bajo la asignación que nombra cada delta por su centro), ya que se
cumplen las dos condiciones siguientes:
¡ ¢
(δ λ , δλ0 ) = δ λ − λ0 = 0 si λ 6= λ0
Z Z
¡ ¢
(δλ , δ λ0 ) dλ = δ λ − λ0 dλ = 1 , ∀ λ0 ∈ R.
R R

d) Dada una función arbitraria ψ (x)


Z +∞
[g (x) δ (x − a) − g (a) δ (x − a)] ψ (x) dx
−∞
Z +∞ Z +∞
= g (x) ψ (x) δ (x − a) dx − g (a) δ (x − a) ψ (x) dx
−∞ −∞
= g (a) ψ (a) − g (a) ψ (a) = 0.

Como esto es cierto para cualquier función ψ (x), entonces

g (x) δ (x − a) − g (a) δ (x − a) = 0 ,
2.14 Vectores no normalizables 87

quedando demostrada la propiedad.

Ejemplo 2.46. Aunque al demostrar que


Z +∞
δ (x − a) ψ (x) dx = ψ (a)
−∞

R hemos supuesto que la función ψ (x) es continua en x = a, la integral


+∞
−∞
δ (x − a) ψ (x) dx tiene un valor definido incluso en el caso de que ψ (x)
no sea continua en x = a. Pruebe que, en general,
Z +∞ µ ¶
1
δ (x − a) ψ (x) dx = lim ψ (x) + lim ψ (x) .
−∞ 2 x→a− x→a+

Solución:
Basta recordar que la delta de Dirac es un límite, por lo que es legítimo escribir
Z +∞ Z +∞
δ (x − a − ε) + δ (x − a + ε)
δ (x − a) ψ (x) dx = lim ψ (x) dx
−∞ ε→0 +
−∞ 2
1
= lim [ψ (a + ε) + ψ (a − ε)] ,
ε→0+ 2

que es el resultado al que queríamos llegar.40

Ejemplo 2.47. La derivada usual de una función discontinua en un punto no


está definida en ese punto. Sin embargo, con la ayuda de la delta de Dirac
podemos generalizar el concepto de derivada de manera que contemple
esta situación. Demuestre que si una función es discontinua en x = a
½ 0
d £ψ (x)
¡ ¢ ¡ ¢¤ si x 6= a
ψ (x) =
dx ψ a+ − ψ a− δ (x − a) si x = a,
¡ ¢
donde ψ0 (x) es la derivada en sentido usual y ψ a± ≡ limx→a± ψ (x). Esta
forma de derivar una función se denomina “derivación en sentido de dis-
tribuciones”.
Solución:
Recordemos que dos funciones ψ y η son iguales si, para cualquier otra función g, se
cumple

(g (x) , ψ (x)) = (g (x) , η (x)) .

Así, sea g (x) una función genérica de L2 (R) que vamos a suponer continua, entonces
tenemos
µ ¶
dψ (x) ¡ ¢
g (x) , = −g 0 (x) , ψ (x) ,
dx
4 0 Nótese que no podemos escribir
Z +∞ ∙Z a−ε Z ∞ ¸
δ (x − a) ψ (x) dx = lim δ (x − a) ψ (x) dx + δ (x − a) ψ (x) dx
−∞ ε→0+ −∞ a+ε

porque toda la función delta de Dirac está “concentrada” en el intervalo limε→0+ (−ε, +ε).
88 ESPACIOS DE HILBERT

donde hemos hecho una integración por partes y tenido en cuenta que g (x) se anula
en ±∞. Desarrollando el producto escalar
∙Z a−δ Z +∞ ¸
¡ 0 ¢
−g (x) , ψ (x) = − lim g 0 (x) ψ (x) dx + g 0 (x) ψ (x) dx ,
δ→0+ −∞ a+δ

e integrando por partes cada una de las integrales


∙Z a−δ Z ¸
¡ 0 ¢ +∞
−g (x) , ψ (x) = lim g (x) ψ0 (x) dx + g (x) ψ0 (x) dx
δ→0+ −∞ a+δ
− lim [g (a − δ) ψ (a − δ) − g (a + δ) ψ (a + δ)] .
δ→0+

Como la función g (x) es continua, podemos escribir


µ ¶
dψ (x) ¡ ¢
g (x) , = −g 0 (x) , ψ (x)
dx
∙Z a−δ Z +∞ ¸
£ ¡ ¢ ¡ ¢¤
= lim g (x) ψ 0 (x) dx + g (x) ψ 0 (x) dx + g (a) ψ a+ − ψ a−
δ→0+ −∞ a+δ
∙Z a−δ Z +∞ ¸
= lim g (x) ψ 0 (x) dx + g (x) ψ 0 (x) dx
δ→0+ −∞ a+δ
Z a+δ £ ¡ ¢ ¡ ¢¤
+ lim g (x) ψ a+ − ψ a− δ (x − a) dx,
δ→0+ a−δ

donde hemos introducido la delta de Dirac centrada en x = a.


Este es el resultado que queremos obtener, ya que tomando el límite δ → 0+ la última
expresión es el producto escalar
µ ¶
dψ (x)
g (x) ,
dx
con
½ 0
d £ψ (x)
¡ ¢ ¡ ¢¤ si x 6= a
ψ (x) =
dx ψ a+ − ψ a− δ (x − a) si x = a.

Ejemplo 2.48. Considérese la delta de Dirac δ (x − a). Aunque no sea


una función de L2 (R), evalúe su derivada en sentido de distribuciones e
interprete el resultado.
Solución:
Como hemos visto, la delta de Dirac δ a (x) = δ (x − a) sólo puede interpretarse
cuando aparece dentro de un producto escalar:

(δa (x) , φ (x)) = φ (a) .

De esta manera, δa debe entenderse realmente como una aplicación de L2 (R) en C


tal que a cada función φ (x) le hace corresponder su valor en x = a.
Así, tras esta reflexión, ya tiene algo más de sentido el preguntarse por la derivada
de la delta de Dirac, ya que siempre podremos interpretar el resultado usando los
2.14 Vectores no normalizables 89

d
mismo términos. Así, si dx δa (x) es la derivada de la delta de Dirac en el sentido de
distribuciones del ejemplo anterior, para cualquier función φ (x) podemos escribir
µ ¶ µ ¶ ¯
d d d ¯
δ a (x) , φ (x) = − δ a (x) , φ (x) = − φ (x)¯¯ .
dx dx dx x=a
d
Por tanto − dx δ a es la aplicación de L2 (R) en C tal que a cada función φ (x) le hace
corresponder el valor de su derivada en x = a o, en otras palabras, la “función”
d
δ (x) está definida mediante la expresión
dx a
Z +∞ ∙ ¸ ¯
d d ¯
δ (x − a) φ (x) dx = − φ (x)¯¯ .
−∞ dx dx x=a

• La delta de Dirac nos sirve para escribir de manera más compacta la condición
de ortonormalidad de un conjunto {ψ~ }λ∈D formado por vectores no normalizables
λ
asociados a un espacio de Hilbert H. En efecto, si dicho conjunto es ortonormal
podemos escribir
³ ´ ¡ ¢
~ ,ψ
ψ ~ 0 = δ λ − λ0 ,
λ λ

ya que si λ 6= λ0 el producto escalar es cero y, además,


Z
¡ ¢
δ λ − λ0 dλ = 1 , ∀ λ0 ∈ D.
D

Por ejemplo, el producto escalar de las ondas planas “normalizadas” (en sentido
generalizado) cumple41
Z +∞ µ ¶µ ¶ Z +∞
1 1 1
√ e−iqx √ eikx dx = ei(k−q)x dx = δ (k − q) ,
−∞ 2π 2π 2π −∞

igualdad que usaremos muchas veces en el texto.

2.14.2 La transformación de Fourier


• La última igualdad, equivalente a
Z +∞ √
1
√ e−ikx dx = 2π δ (k) ,
2π −∞
es un caso particular de aplicación de la llamada transformada de Fourier, que defi-
nimos a continuación.
DEFINICIÓN: Dada una función g(x) ∈ L(R), donde L(R) designa a las fun-
ciones complejas de variable real cuyo módulo es integrable (funciones absolutamente
integrables), la expresión
Z +∞
1
ge(k) = √ g(x) exp (−ikx) dx , k ∈ R
2π −∞
4 1 La siguiente igualdad se ha demostrado implícitamente al demostrar que las ondas planas

constituyen un conjunto ortonormal.


90 ESPACIOS DE HILBERT

está siempre bien definida. A ge(k) se le denomina transformada de Fourier de la


función g (x).4 2 .
Si relajamos la definición y consideramos que g(x) ∈ L2 (R), entonces ge(k) está
definida para todo k excepto para valores aislados lo que, como ya sabemos, no debe
preocuparnos. Además:

TEOREMA: Sea el espacio de Hilbert L2 (R). La transformada de Fourier, en-


tendida como un operador lineal que a cada g (x) ∈ L2 (R) le hace corresponder la
función
Z +∞
Fb {g(x)} = √1

g(y) exp (−ixy) dy,
−∞

es un operador unitario.
El operador inverso Fb −1 = Fb† , dominado transformada inversa de Fourier, viene
dado por
Z +∞
Fb† {g(x)} = √1

g(y) exp (+ixy) dy
−∞

Demostración: Sean g (x) y h (x) dos funciones cualesquiera de L2 (R).


Por la definición de producto escalar en L2 (R)
³ ´ Z +∞ µ Z +∞ ¶
b ∗ 1
g(x), F {h(x)} = g (x) √ h (y) exp (−ixy) dy dx.
−∞ 2π −∞
Reordenando el integrando dentro de la integral doble, esto se puede
escribir como
³ ´ Z +∞ µ 1 Z +∞ ¶∗
g(x), Fb {h(x)} = √ g(x) exp (ixy) dx h (y) dy
−∞ 2π −∞
e intercambiando las variables x e y
³ ´ Z +∞ µ 1 Z +∞ ¶∗
b
g(x), F {h(x)} = √ g(y) exp (ixy) dy h (x) dx.
−∞ 2π −∞

Por tanto, el operador adjunto de Fb es


Z +∞
1
Fb† {g (x)} = √ g (y) exp (ixy) dy.
2π −∞
4 2 De una forma intuitiva, aunque no muy rigurosa, la transformada de Fourier puede

entenderse como un paso al límite del desarrollo en serie de Fourier. Hemos visto que una
función g (x) definida en un intervalo finito [−L/2, L/2], puede escribirse como un desarrollo
de Fourier en la base
(r r )∞
1 inπx/L 1 −inπx/L
e , e
L L
n=0
y sabemos que que el desarrollo converge a la función g(x) salvo puntos aislados. Cuando
L → ∞ la suma de la serie se transforma en la denominada integral de Fourier.
2.14 Vectores no normalizables 91

Obtenido el operador Fb† , probemos ahora que Fb es unitario. Dada una


función φ (x) ∈ L2 (R) cualquiera
 Z +∞ 
n o 1
Fb† Fφ
b (x) = Fb† √ φ (y) exp (−ixy) dy
2π −∞
Z +∞  Z +∞ 
1 1
= √ √ φ (y) e−izy dy eixz dz
2π −∞ 2π −∞
Z +∞  Z +∞ 
1 1
= √ √ exp (iz (x − y)) dz φ (y) dy
2π −∞ 2π −∞
Z +∞
1
= √ δ(x − y)φ(y)dy = φ(x),
2π −∞

de modo que Fb† Fb = I.


b De similar forma se demuestra que FbFb† = I,
b de
donde queda probado que Fb es unitario.

• Como consecuencia del teorema anterior, observamos que la transformada de


Fourier conserva la norma:
Z Z
g (k)|2 dk =
|e |g(x)|2 dx
R R

(resultado conocido como teorema de Plancherel).


Otras propiedades de la transformación de Fourier, cuya demostración dejamos
como ejercicio, son las siguientes:

1. Si dg (x) /dx ∈ L (R), entonces F {dg (x) /dx} = ixF {g(x)}.


En general, si dn g (x) /dxn ∈ L(R), entonces
 n 
d g (x)
F = (ix)n F {g(x)} .
dxn

2. Si g(x), xg(x) ∈ L(R), entonces F {xg(x)} = i dF {g(x)} /dx,


En general, si g(x), xn g(x) ∈ L (R) , con n un número natural, entonces

dn
F {xn g(x)} = in F {g(x)} .
dxn

3. Dadas dos funciones g(x), h(x) ∈ L (R) se denomina producto de convolución


a la función (g ∗ h) (x)
Z +∞
(g ∗ h) (x) = g(s) h(x − s) ds.
−∞

Entonces,
F {(g ∗ h) (x)} = F {g (x)} F {h (x)} ,
es decir, la transformada de Fourier de un producto de convolución es el pro-
ducto ordinario de las transformadas de Fourier.
92 ESPACIOS DE HILBERT

4. Algunas transformadas de Fourier sencillas son:

F {θk (x)} = δ k (x),



con θk (x) = exp (ikx) / 2π; es decir, la transformada de Fourier de una onda
plana es una delta de Dirac. Recíprocamente,

F {δk (x)} = θ−k (x)

y la transformada de Fourier de una delta de Dirac es una onda plana.


Por último,

n o Z +∞
2 2 1 2 2 a a2 x2
F e−x /a = √ e−y /a e−iyx dy = √ e− 4 ,
2π −∞ 2

esto es, la transformada de Fourier de una gaussiana de anchura a es una


gaussiana de anchura proporcional a 1/a.
Estos ejemplos muestran que cuanto más localizada está una función g(x),
menos localizada está su transformada ge(x) y viceversa.


• Si θk (x) = exp (ikx) / 2π es una onda plana normalizada,4 3 la transformada de
Fourier de una función g (x) puede entenderse también como
Z +∞
1
ge (k) = √ e−ikx g (x) dx = (θk , g) ,
2π −∞

esto es, como el producto escalar de la onda plana de número de onda k con la función.
Haciendo ahora uso de la transformada inversa de Fourier
Z Z Z
1
g (x) = √ eikx ge (k) dk = ge (k) θk (x) dk = (θk , g) θk (x) dk.
2π R R R

Esto es, cualquier función de L2 (R) puede expresarse como una “especie” de desarro-
llo de Fourier en términos de las ondas planas, sólo que en este caso la suma habitual
se ha sustituido por una integral sobre el parámetro k que etiqueta a las ondas planas.
Por otro lado,
Z Z
g (x) = g (a) δa (x) da = (δ a , g) δ a (x) da,
R R

por lo que sucede exactamente lo mismo con el conjunto formado por las deltas de
Dirac.
4 3 En sentido generalizado, naturalmente. A partir de ahora cuando digamos que un vector

de norma infinita está normalizado daremos por supuesto que forma parte de un conjunto
ortonormal (en sentido generalizado) de vectores de norma infinita.
2.15 Espectro continuo 93

2.14.3 Bases ortonormales generalizadas


Los dos casos anteriores son los dos casos particulares más importantes de bases
ortonormales (de nuevo en sentido generalizado) formadas cada uno de ellos por
vectores de norma infinita. En esta breve subsección hablaremos de la definición más
general de base ortonormal.
DEFINICIÓN: Sea H un espacio de Hilbert y el conjunto ortonormal de vectores de
norma infinita B = {~vλ }λ∈D . Dicho conjunto es una base ortonormal (generalizada)
si todo vector w
~ ∈ H puede escribirse como
Z Z
w
~= wλ~vλ dλ = (~vλ , w)
~ ~vλ dλ.
D D

A los números complejos wλ dependientes del parámetro continuo λ se les denomina


~ en la base ortonormal B.4 4
coordenadas del vector w
De esta manera, dada una función g (x) ∈ L2 (R), su transformada de Fourier ge (k)
es la coordenada k en la base ortonormal de ondas planas {θk (x)}k∈R , mientras que
el valor que toma la propia función g (a) es la coordenada a en la base ortonormal de
deltas de Dirac {δ a (x)}a∈R . A su vez, la transformada de Fourier, entendida como un
operador unitario en L2 (R), es el operador que relaciona ambas bases. Nótense, así,
los evidentes paralelismos con lo que sucede para bases ortonormales “ordinarias”.
Por último, puede haber bases ortonormales mixtas, formadas por vectores del
Hilbert y por vectores no normalizables. Cerremos entonces esta sección con la defini-
ción más general posible de base ortonormal:
DEFINICIÓN: Sean H un espacio de Hilbert, el conjunto B1 = {~en } ⊂ H de
vectores normalizables, y el conjunto de vectores no normalizables B2 = {~vλ }λ∈D . El
conjunto mixto B = B1 ∪ B2 es una base ortonormal (generalizada) de H si se
cumplen las cuatro condiciones siguientes:
1. B1 es ortonormal: para todo ~em , ~en ∈ B1 se cumple (~em , ~en ) = δ mn .
2. B2 es ortonormal: para todo ~vλ , ~vλ0 ∈ B2 se cumple (~vλ , ~vλ0 ) = δ (λ − λ0 ).
3. B1 ⊥ B2 : para todo ~en ∈ B1 y ~vλ ∈ B2 se cumple (~vλ , ~en ) = 0.
4. Todo vector w~ ∈ H puede escribirse como el desarrollo de Fourier generalizado
X Z X Z
w
~= wn~en + wλ~vλ dλ = (~en , w)
~ ~en + (~vλ , w)~ ~vλ dλ,
n D n D

donde {wn } ∪ {wλ }λ∈D son las coordenadas de w


~ en la base B.

2.15 Espectro continuo


• Tras la discusión de las secciones anteriores ya estamos en disposición de explicar
las propiedades del espectro de un operador en espacios de Hilbert de dimensión
4 4 La definición no excluye la posibilidad de que para un λ aislado el producto escalar

~ diverja. Sin embargo lo que tiene que converger es la expresión


(~vλ , w)
Z
(~vλ , w)
~ ~vλ dλ.
D
94 ESPACIOS DE HILBERT

infinita. Empecemos considerando un operador lineal A b de un espacio de Hilbert H y


recordando que a es un valor propio del operador lineal Ab si la ecuación de autovalores
b b ~ ~
(A−aI)~u = 0 admite soluciones ~u 6= 0. Así, dado un vector ~u normalizado, la cantidad
real y positiva
°³ ´ ° ° °
° b ° °b °
∆~u (a) = ° A − aIb ~u° = °A ~u − a ~u°

b con autovalor
nos sirve para cuantificar lo cerca que está ~u de ser un vector propio de A
a ya que, en caso de que lo sea, se cumple que ∆u~ (a) = 0. A su vez, si A b~u no
es exactamente a~ u, pero sí un vector del Hilbert bastante parecido, tendremos que
∆~u (a) es muy pequeño. Por último, si A b ~u y a ~u son muy diferentes, la cantidad
∆~u (a) es netamente distinta de cero. Así, la búsqueda de autovalores y autovectores
se puede hacer fijando el escalar a y buscando vectores normalizados ~ u que anulen
∆~u (a).4 5

En espacios de Hilbert de dimensión infinita es posible que existan escalares α


tales que ∆u~ (α) alcance valores arbitrariamente pequeños, pero sin llegar nunca a
anularse para vectores ~u ∈ D(A)b ⊂ H. Excluida así la posibilidad de que α sea un
autovalor, el hecho de que dentro del espacio de Hilbert “casi” se pueda satisfacer la
ecuación de autovalores sugiere la existencia un elemento no perteneciente al espacio
de Hilbert que sí la satisfaga. Así, se puede decir que α es un “autovalor”, pero en
un sentido generalizado, y que dicho elemento (de existir) es un “autovector” en igual
sentido. Por construcción, el espacio de Hilbert está formado por todos los vectores
de norma finita. Entonces ese “autovector” ha de ser un vector de norma infinita.
Finalmente, ya que la ecuación de autovalores “casi” se satisface para un valor α es
razonable pensar que muy probablemente suceda lo mismo para un valor α + δα,
donde δa es un infinitesimal. Es por este motivo por el que al conjunto formado por
estos autovalores generalizados se le denomina espectro continuo.

DEFINICIONES: Sea A b un operador en un espacio de Hilbert H de dimensión in-


b denotándose por σ c (A),
finita. Se define el espectro continuo del operador A, b como
el conjunto formado por todos los escalares complejos α, no pertenecientes al es-
pectro puntual, tales que existe una sucesión de vectores normalizados 4 6 {~un }∞
n=1 ⊂
D(A)b que cumple
°³ ´ °
° b °
lim ° A − αIb ~un ° ≡ lim ∆~un (α) = 0.
n→∞ n→∞

A los elementos del espectro continuo se les llama autovalores del continuo o im-
propios.
A los autovalores, impropios o no, se les denomina genéricamente valores espec-
4 5 La función ∆~u (a) se puede generalizar inmediatamente a cualquier otro vector del espacio
°³ ´ °
° b °
de Hilbert sin mas que redefinirla como ∆~u (a) = ° A − aIb ~u° / k~
uk. Así, para cualquier
escalar complejo β, ∆~u (a) = ∆β~u (a) .
4 6 Esta sucesión {~un }∞
n=1 no es convergente, ya que en caso de que convergiese, su límite
sería un autovector del operador con autovalor α, en contradicción con la imposición de que
α∈ b
/ σp (A).
2.15 Espectro continuo 95

b = σp (A)
trales. Al conjunto σ(A) b ∪ σ c (A),
b formado por todos los valores espectrales,
se le denomina espectro del operador. 4 7
Veamos dos teoremas que caracterizan el espectro continuo de operadores auto-
adjuntos y unitarios:
TEOREMA: Sea H un espacio de Hilbert y A b un operador autoadjunto de H.
b
De existir, su espectro continuo σc (A) cumple las siguientes propiedades:
b ⊂ R, esto es, el espectro continuo es real.
1. σc (A)
b puede poseer valores no aislados. Esto es, σc (A)
2. σc (A) b es, en general, continuo.

Demostración:
1. Procedamos por reducción al absurdo y supongamos que existe un
b tal que su parte imaginaria Im α es no nula. De acuerdo
α ∈ σ c (A)
con la definición, siempre podemos encontrar un vector normalizado del
b
Hilbert ~u tal que la norma de ~μ = (A−α b u sea arbitrariamente pequeña.
I)~
Evaluemos la cantidad δ = (~μ, ~u) − (~ u, ~μ) usando el hecho de que Ab es
autoadjunto:
³³ ´ ´ ³ ³ ´ ´
δ = b − αIb ~
A u, ~
u − ~u, A b − αIb ~u
³ ´ ³ ´
= −α∗ + ~u, A~ bu + α − ~ bu = α − α∗ = 2i Im (α) .
u, A~

Como la norma de ~μ se puede hacer arbitrariamente pequeña, también


podemos hacer arbitrariamente pequeña δ = 2i Im (α), en contradicción
con el hecho de que Im α es no nula. Por tanto α ha de ser real.
2. Basta con encontrar un operador autoadjunto con espectro continuo
no discreto, y eso lo haremos en un ejemplo posterior.
Análogamente (aunque lo admitiremos sin demostración):
TEOREMA: Sea H un espacio de Hilbert y U b un operador unitario. De existir,
b
su espectro continuo σ c (U ) cumple las siguientes propiedades:
1. Los autovalores del continuo son siempre complejos de módulo unidad.
b puede poseer valores no aislados. Esto es, σc (U)
2. σc (U) b es, en general, continuo.

Estrictamente hablando, hay muchos operadores autoadjuntos y unitarios con es-


pectro continuo que posee una parte discreta, e incluso que tienen espectro continuo
puramente discreto.4 8 Por ello hemos escrito “es, en general, continuo”. Sin embargo,
4 7 Excluimos de la definición el espectro residual, el cual no existe para operadores autoad-

juntos y unitarios.
4 8 Piénsese, por ejemplo, en el operador lineal B b cuya regla de actuación sobre una base
ortonormal {~en }∞n=1 es
½ ¡ 1
¢
b ~en = 2− n ~en si n es par
B 1
n n
~
e si n es impar
A partir de la definición de espectro continuo, no es difícil ver que los dos escalares reales 0
b = {0, 2}. En lenguaje técnico, si un operador
y 2 forman parte del mismo y, de hecho, σ c (B)
b y la sucesión de números
autoadjunto tiene infinitos valores propios (pertenecientes a σp (B))
reales formada estos valores propios tiene uno o varios puntos de acumulación, éstos son
autovalores del continuo.
96 ESPACIOS DE HILBERT

estos autovalores discretos del espectro continuo no van a jugar ningún papel funda-
mental en el formalismo cuántico y, como consecuencia, obviaremos su existencia de
aquí en adelante. Por tanto, la frase “el espectro continuo de un operador autoad-
junto, de existir, es continuo” aunque en rigor no sea correcta, desde una perspectiva
física la podemos dar por válida.
• A la vista de la definición de espectro continuo, puede pensarse que su obtención
para un operador dado va a ser una labor ardua. Veremos que no es así (precisa-
mente para ello introdujimos en la sección anterior los vectores de norma infinita).
Terminemos este punto dando dos teoremas bastante útiles, ya que caracterizan la
existencia del espectro continuo en función de la naturaleza del espectro puntual.
TEOREMA: Sea A b un operador autoadjunto o unitario en un espacio de Hilbert H.
Si existe una base ortonormal del espacio de Hilbert formada por autovalores de A,b
entonces:
1. la representación matricial de Ab en esa base es diagonal.
2. el operador carece de espectro continuo.4 9

Demostración: Nos restringiremos al caso de un operador autoadjunto,


dejando la demostración para un operador unitario como ejercicio.
1. Es inmediato. Sea {~en } la base ortonormal del Hilbert formada por
b de modo que A
autovalores de A, b ~en = an ~en , con an ∈ R.5 0 Entonces,
los elementos de matriz del operador A b serán
³ ´
Amn = ~em , Ab ~en = (~em , an ~en ) = an (~em , ~en ) = an δ nm

y, por tanto, la representación matricial es diagonal. Además, el n-ésimo


elemento de la diagonal es autovalor an . Por abuso del lenguaje se dice,
entonces, que el operador A b es diagonal en esta base.
2. Demos un argumento de plausibilidad. Consideremos P un escalar real
α∈ b Dado un vector genérico normalizado ~
/ σp (A). u = i ui~ei tenemos,
de acuerdo con el punto 1, que
X
Ab ~u = ui ai~ei ,
i

de donde
³ ´ X
b − αIb ~u =
A ui (ai − α) ~ei ,
i

por lo que
°³ ´ ° sX
° b °
∆~u (α) = ° A − αIb ~u° = (ai − α)2 |ui |2 .
i

4 9 Salvo, como veremos en la demostración, una posible parte discreta que ya hemos dicho

que no va a ser físicamente relevante.


5 0 No excluimos la posibilidad de que a = a
n m con m 6= n, ya que el espacio propio asociado
a un autovalor puede ser degenerado.
2.15 Espectro continuo 97

Como α ∈ b la cantidad |ai − α| es estrictamente positiva y, por


/ σ p (A),
tanto, existe un ∆ ≥ 0 tal que |ai − α| > ∆. Así tenemos que
sX
∆u~ (α) > ∆2 |ui |2 = ∆ ,
i

donde hemos usado la condición de normalización de ~u. La función


∆~u (α) está, entonces, acotada inferiormente por ∆, y la única manera de
que α sea un valor del espectro continuo es que ∆ = 0, esto es, que siem-
pre podamos encontrar un valor propio a una distancia arbitrariamente
pequeña de α. Sin embargo, esta es la definición de punto de acumulación
de una sucesión de números reales. En definitiva, si la sucesión formada
por los valores propios tiene puntos de acumulación, el espectro continuo
está exclusivamente formado éstos. Un resultado topológico bien conoci-
do señala que, de existir, los puntos de acumulación de una sucesión son
siempre discretos,5 1 por lo que el único espectro continuo compatible con
la hipótesis es un espectro continuo formado por valores reales discretos.
Como ya hemos señalado, éstos carecen de interés y queda justificada la
afirmación.

TEOREMA: Dado un espacio de Hilbert H, si Pb es un proyector ortogonal no


trivial,5 2 entonces σ p (Pb ) = {0, 1} y σc (Pb ) = ∅. El subespacio propio asociado al
autovalor 1 es el subespacio de Hilbert W sobre el que proyecta Pb , mientras que el
subespacio propio asociado al autovalor 0 es el complemento ortogonal W ⊥ .

Demostración: Es consecuencia directa del teorema anterior y del de la


proyección ortogonal.

• En la discusión previa a la definición de espectro continuo hemos mencionado la


posibilidad de que exista un “autovector” de norma infinita asociado al autovalor del
continuo. Sin embargo esto no es cierto para muchos operadores y, en particular, para
esos valores discretos del espectro continuo que ya hemos descartado. Sin embargo
(afortunadamente) sí podemos generalizar el concepto de autovector a valores espec-
trales del continuo en operadores autoadjuntos y unitarios. Aunque lo admitiremos
sin demostración, tenemos el siguiente teorema.
TEOREMA y DEFINICIONES: Sean A b un operador, autoadjunto o unitario,
b un autovalor impropio
en un espacio de Hilbert H de dimensión infinita, α ∈ σc (A)

y B = {~ei }i=1 una base ortonormal de H. Entonces, es posible encontrar un vector
de norma infinita

X

~ =
Υ Υi ~ei
i=1

5 1 Es intuitivo: sería absurdo pensar que si una sucesión (que por definición es un conjunto

numerable de infinitos elementos) se divide en ramas, entonces el número de ramas fuese


continuo.
5 2 Esto es, excluimos el operador nulo y el operador identidad que, formalmente, son proyec-

tores.
98 ESPACIOS DE HILBERT

que sea, formalmente, solución de la ecuación de autovalores


³ ´
b − αIb Υ
A ~ = ~0.

Se dice, entonces, que Υ~ es un autovector impropio o de norma infinita del ope-


rador Ab con autovalor α.
El conjunto formado por todos los autovectores con autovalor impropio α tiene es-
tructura de espacio lineal, y se le denomina espacio propio asociado al autovalor α,
denotándose por Eα .
Se cumple, además, que espacios propios asociados a autovalores del continuo
distintos son ortogonales entre sí (en sentido generalizado).
Hagamos unos comentarios:
1. Recordemos que en espacios de Hilbert de dimensión finita, el único espectro
de un operador es el puntual.
2. La nomenclatura se suele relajar, denominando “autovalor” a cualquier valor
espectral y “autovector” a todos los autovectores, incluidos los no normaliza-
bles.
3. Podemos extender la definición de degeneración a los espacios propios Eα del es-
pectro continuo sin más que tener en cuenta que en este caso no son subespacios
del Hilbert.
4. La recíproca del teorema no es cierta. Que exista un vector de norma infinita
que satisfaga la ecuación de autovalores (A b − αI)
bΥ ~ = ~0 no implica necesa-
b α es autovalor del continuo si y sólo si satisface la
riamente que α ∈ σc (A).
definición dada al principio de la sección.
5. Dado un operador autoadjunto A, b 5 3 el método práctico de cálculo de autova-
lores y autovectores está basado en la resolución de la ecuación de autovalores:
³ ´
b − aIb ~υ = ~0 ; a ∈ R.
A

Si para un a dado hay un vector de norma finita ~υ que satisface la ecuación,


b Si el vector solución es de norma infinita, a es un candidato
entonces a ∈ σp (A).
a formar parte del espectro continuo, pero habría que confirmarlo buscando una
sucesión de vectores normalizados {~un }∞
n=1 del Hilbert que cumpla la condición:
°³ ´ °
° b °
lim ° A − aIb ~un ° = 0
n→∞

o,
°³equivalentemente,
´ ° comprobando que si ~u es un vector normalizado, la norma
° b °
° A − aIb ~ u° se puede hacer arbitrariamente pequeña. Afortunadamente, con-
sideraciones físicas nos permitirán discriminar las soluciones válidas sin necesi-
dad de hacer un estudio matemático detallado. En concreto, para el espacio de
Hilbert L2 (Rn ) la discusión del capítulo anterior sugiere que las autofunciones
de norma infinita υ (x) con interés físico deben ser acotadas cuando |x| → ∞.
5 3 Sólo en aplicaciones más avanzadas de la Mecánica Cuántica tendremos que obtener el

espectro de un operador unitario, por lo que a partir de ahora nos restringiremos al caso de
un operador autoadjunto.
2.15 Espectro continuo 99

6. Puede hacerse una caracterización completamente rigurosa del espectro de un


operador (consúltese la bibliografía especializada citada al final del libro). Aquí
sólo hemos esbozado los aspectos importantes, aun a costa de sacrificar rigor
matemático.

• Finalicemos esta sección con algunos ejemplos importantes que ilustran el cálculo
del espectro en situaciones de interés.
Ejemplo 2.49. Sea el operador lineal K b = − (1/2) d2 /dx2 del espacio de
Hilbert L2 [0, 1], con dominio las funciones que se anulan en 0 y 1 y con
derivada segunda de cuadrado integrable. Este operador está relacionado
con la energía cinética de una partícula.
a) Demuestre que es autoadjunto.
b) Calcule su espectro y las autofunciones correspondientes.
Solución:
a) Para demostrar que K b es autoadjunto hay que comprobar que para dos funciones
cualesquiera g (x) y h (x) pertenecientes a su dominio se tiene
Z 1 Z 1 ³ ´
b h (x) dx =
g ∗ (x) K b g ∗ (x) h (x) dx .
K
0 0

b por su expresión e integrando por partes


Sustituyendo K
Z 1 Z 1
b h (x) dx = − 1 d2
g∗ (x) K g∗ (x) 2 h (x) dx
0 2 0 dx
Z ¸1
1 1 d g ∗ (x) d h (x) 1 ∗ d h (x)
= dx − g (x)
2 0 dx dx 2 dx 0
Z 1 ∗
1 d g (x) d h (x)
= dx,
2 0 dx dx

donde hemos usado que las funciones del dominio de K b se anulan en los extremos.
Integrando de nuevo por partes y usando la misma restricción
Z 1 Z 1 2 ∗ Z 1³ ´
b h (x) dx = − 1
g ∗ (x) K
d g (x)
h (x) dx = Kb g ∗ (x) h (x) dx ,
2 0 dx 2
0 0

quedando así demostrado que Kb es hermítico. A su vez, K


b es autoadjunto con el
dominio indicado aunque, como señalamos en su momento, el carácter autoadjunto
lo daremos por supuesto.
b) Para obtener su espectro planteemos la ecuación de autovalores:
2
b η (x) = κ η (x) ⇒ − 1 d η (x) = κ η (x) , κ ∈ R,
K
2 dx2
b La solución general de esta ecuación (en el
donde κ es un autovalor real de K.
intervalo [0, 1]) es
√ √
η (x) = Aei 2κx
+ Be−i 2κx
.
100 ESPACIOS DE HILBERT

Ahora bien, η (0) = η (1) = 0, por lo que

A+B = 0
√ √
Aei 2κ
+ Be−i 2κ
= 0.

De esta manera, A = −B y, por tanto,


√ √
ei = e−i 2κ .


Esta última igualdad se cumple sólo si 2κ = nπ con n un número natural. Como
b es
consecuencia, el espectro puntual de K
³ ´ ½ 2 ¾
σp K b = κ = π n2 , n = 1, 2, ... ⊂ R
2

(nótese que n 6= 0 ya que entonces η (x) sería la función nula), con todos los valores
propios no degenerados.
Los autovectores correspondientes son
h i
η κ (x) = A einπx − e−inπx = α sin (nπx) ,

y tomando α = 2, la autofunción η κ (x) está normalizada. Naturalmente, los auto-
b son ortonormales entre sí y, además, constituyen la base ortonormal
vectores de K
de senos de L2 [0, 1]. Por tanto, no es necesario buscar el espectro continuo ya que
tenemos la seguridad de que σc (K)b = ∅ en L2 [0, 1].

Ejemplo 2.50. Sea el espacio de Hilbert L2 (R) y el operador autoadjun-


to Pbx = −i dx
d
, con dominio las funciones continuas de L2 (R) con derivada
de cuadrado integrable. Como ya hemos mencionado, este operador está
relacionado con la representación del momento lineal en Mecánica Cuán-
tica. Obtenga su espectro y las autofunciones correspondientes.
Solución:
La ecuación de autovalores
d
−i η (x) = kη (x) , k ∈ R
dx
tiene como solución

η (x) = A exp (ikx) ≡ θk (x) ,

con A una constante multiplicativa arbitraria. Sin embargo, sea cual sea el valor de
/ L2 (R) (ya que no es normalizable). Por tanto:
k, la función θ k (x) ∈
³ ´
σp Pbx = ∅.

Ahora bien, la onda plana θk (x) es una solución no normalizable a la ecuación de


autovalores con autovalor k. Esto sugiere que σc (Pbx ) = R, con todos los autovalores
k no degenerados y siendo θk (x) la autofunción con autovalor k. Puesto que θk (x)
no crece indefinidamente cuando |x| → ∞, podemos afirmar que lo anterior es
2.15 Espectro continuo 101

cierto. Si normalizamos (en sentido generalizado) las autofunciones tomando como


asignación el propio autovalor k llegamos al resultado:
³ ´
σc Pbx = {k ∈ R} = R
gk = 1 (los valores propios poseen multiplicidad uno)
1
θ k (x) = √ exp (ikx) (las funciones propias son las ondas planas).

Observamos no sólo que las autofunciones con autovalores diferentes son ortogonales
entre sí, sino que además, existe una base ortonormal (generalizada) formada
por autovectores del operador: la base ortonormal de ondas planas.
En todo caso, aunque nunca lo haremos en la práctica, vamos a comprobar que
cualquier k ∈ R es, efectivamente, autovalor del continuo. Para ello tomemos la
función normalizada (compruebe que lo es)
µ ¶1/4 µ ¶
1 x2
gβ (x) = eikx exp − 2 , β > 0,
πβ 2 2β

que es una gaussiana de anchura proporcional a β multiplicada por el término eikx .


Así
∙ ¸
ix
Pbx gβ (x) = + k gβ (x)
β2
y, entonces,
³ ´ ix
Pbx − kIb gβ (x) = 2 gβ (x)
β
°³ ´ ° µ ¶1/4 sZ +∞ 2
° b b ° 1 x −x2 /β2
⇒ ° Px − kI gβ (x)° = 4e dx
πβ 2 −∞ β
sZ
+∞
1 1
= 1/4
u2 e−u2 du = √ ,
βπ −∞ 2β

que puede hacerse arbitrariamente pequeño haciendo que β tienda a infinito (es decir,
aumentando la anchura de la gaussiana).

Ejemplo 2.51. Consideremos el operador autoadjunto X b de L2 (R) cuya


b
regla de actuación es Xη (x) = xη (x) y su dominio todas las funciones
η (x) de L2 (R) tales que xη (x) es de cuadrado integrable. En Mecánica
Cuántica este operador representará la posición de un partícula. Obtenga
su espectro y las autofunciones correspondientes.
Solución:
Planteemos la ecuación de autovalores
b (x) = xη (x) = aη (x) ,
Xη a ∈ R.

La única forma de que se cumpla la misma es que la función η (x) sea nula en todo R
excepto en x = a. Ahora bien, como ya vimos en un ejemplo anterior, dos funciones
102 ESPACIOS DE HILBERT

de L2 (R) son iguales si coinciden excepto para un conjunto de valores aislados de la


variable x. Por tanto la ecuación de autovalores sólo tiene la solución trivial η (x) = 0
y, entonces
³ ´
σp Xb = ∅.

Para calcular el espectro continuo tendremos que contemplar posibles soluciones no


normalizables a la ecuación, y estas van a ser las deltas de Dirac. En efecto, recor-
dando que para cualquier función g (x) se cumple

g (x) δ a (x) = g (a) δ a (x) ,

la delta de Dirac δ a (x) es solución formal a la ecuación de autovalores con autovalor


a:
b δ a (x) = xδa (x) = aδ a (x) .
X

Como, además, lim|x|→∞ δa (x) = 0, podemos concluir que:


³ ´
b = {a ∈ R} = R ,
σc X

que todo autovalor a es no degenerado, y que la autofunción correspondiente es δ a (x).


Al igual que sucedía en el ejemplo anterior, el conjunto formado por las autofunciones,
{δa (x)}a∈R , constituye una base ortonormal (generalizada) de L2 (R).
El lector puede comprobar que, en efecto, cualquier valor real a verifica la definición
de autovalor del continuo. Para ello basta considerar la función normalizada
µ ¶1/4 µ ¶
1 (x − a)2
hβ (x) = exp − , β>0
πβ 2 2β 2

y comprobar que
°³ ´ °
° b °
lim ° X − aIb hβ (x)° = lim k(x − a) hβ (x)k = 0.
β→0 β→0

Ejemplo 2.52. Sea el operador autoadjunto K b = Pbx2 /2 = − (1/2) d2 /dx2 , pero


2
ahora en L (R), con dominio todas las funciones con derivada segunda de
cuadrado integrable.
a) Demuestre que K b es positivo.
b) Calcule su espectro y las autofunciones correspondientes.
Solución:
b Como limx→±∞ φ (x) = 0, se tiene
a) Sea φ (x) una función del dominio de K.
³ ´ Z +∞
b 1 d2
φ, Kφ = − φ∗ (x) φ (x) dx
2 −∞ dx2
Z Z ¯ ¯
1 +∞
dφ∗ (x) dφ (x) 1 +∞ ¯ dφ (x) ¯2
= dx = ¯ ¯
2 dx dx 2 ¯ dx ¯ dx ≥ 0.
−∞ −∞
2.15 Espectro continuo 103

b planteemos formalmente la ecuación de autovalores


b) Para calcular el espectro de K

b (x) = κη (x) ⇒ − 1 d η (x) = κη (x) , κ ∈ R.



2 dx2
La solución general de dicha ecuación es una combinación lineal de dos funciones
√ √
η (x) = A ei 2κx
+ B e−i 2κx
,
donde A y B son constantes arbitrarias. A diferencia de lo que sucedía en L2 [0, 1],
la autofunción η (x) nunca es normalizable. Por tanto
³ ´
σp K b = ∅.

Analicemos
√ ahora las
√ soluciones no normalizables. Si κ < 0, la autofunción es η (x) =
A e− 2|k|x + B e+ 2|k|x que, para cualquier combinación de A y B (excepto A =
B = 0) crece indefinidamente, lo que daría lugar a soluciones de norma infinita no
admisibles. Por tanto
³ ´
σc K b = {κ ≥ 0} = R+ ,

y la forma general de la autofunción correspondiente es


√ √
η κ (x) = A ei 2κx
+ B e−i 2κx
,
que, excepto cuando κ = 0, depende de dos constantes arbitrarias. Así, la multiplici-
dad de cada autovalor impropio κ es igual a dos (excepto, como ya se ha dicho, para
κ = 0, que es no degenerado).
Si ahora establecemos la siguiente asignación para los autovalores del continuo en
términos de un parámetro q
³ ´ ½ ¾
σc K b = κq = 1 q 2 con q ∈ R+ ,
2
entonces las funciones propias η q,j , ya normalizadas (en sentido generalizado), son
⎧ 1

⎪ √ exp (+iqx) si j = 1

⎨ 2π
η q,j (x) =

⎪ 1

⎩ √ exp (−iqx) si j = 2,

donde j es un índice asociado a la degeneración del autovalor. De nuevo, observamos
que podemos construir una base ortonormal (generalizada) del espacio de Hilbert a
partir de las autofunciones del operador autoadjunto.

Ejercicio 2.18. En el ejemplo anterior hemos observado que el espectro del operador
b es positivo. Demuestre que este es siempre el caso, es decir,
autoadjunto positivo K ³ ´
b b ⊆ [0, ∞).
que si A es un operador positivo, entonces σ A
Ejercicio 2.19. Demuestre que las funciones de Hermite son autofunciones del ope-
rador transformada de Fourier. Como consecuencia, pruebe que su espectro puntual
es {0, 1, i, −i} y que carece de espectro continuo.
104 ESPACIOS DE HILBERT

2.16 Descomposición espectral


• En los ejemplos que cerraban la sección anterior hemos visto que resultaba posi-
ble construir una base ortonormal del espacio de Hilbert formada por autovectores
(normalizables o no) de operadores autoadjuntos. Este es un resultado general que,
aunque no demostraremos, conviene analizar en detalle puesto que sobre el descansa
buena parte de la interpretación física de la Mecánica Cuántica.
b en un espacio de
• Para fijar la notación, consideremos un operador autoadjunto A
Hilbert H. Para el espectro puntual:
b = {a1 , a2 , a3 , ...} = {an } es el espectro puntual del operador (es irrele-
1. σp (A)
vante que sea finito o infinito numerable, lo que importa es que es discreto).
2. En ⊂ H es el subespacio propio formado por todos los autovectores de A b con
autovalor an . Llamamos gn a la multiplicidad del autovalor an , es decir, la
dimensión de En .
3. {~un,i }gi=1
n
es una base ortonormal de En . Es decir, ~un,i es un autovector nor-
malizado de A b con autovalor an , siendo i = 1, ..., gn un índice asociado a la
multiplicidad de an . Por tanto, todo autovector ~ ua de Ab con autovalor an
se puede escribir como un desarrollo de Fourier (combinación lineal, si gn es
un,i }gi=1
finito)5 4 de los vectores {~ n
:
gi
X
b ~ua = a ~ua ⇒ ~ua =
A (~un,i , w)
~ ~un,i .
i=1

Por abuso del lenguaje se dice que ~un,i es el i-ésimo autovector de Ab con
autovalor an , aun sabiendo que hay infinitos autovectores para un autovalor
dado.
4. De esta forma, considerando todos los posibles espacios propios

un,i , ~um,j ) = δnm δ ij .


(~

La delta de Kronecker δ nm nos recuerda que autovectores con autovalores dis-


tintos son ortogonales. La segunda delta de Kronecker δ ij señala que hemos
construido una base ortonormal de cada subespacio propio de acuerdo con el
punto anterior.
5. Por último, Pbn es el proyector ortogonal sobre el subespacio En . De acuerdo
con el teorema de la proyección ortogonal
gn
X
Pbn w
~= (~
un,i , w)
~ ~un,i , ∀w
~ ∈ H.
i=1

• Consideremos ahora el espectro continuo, para el que seguiremos el mismo


esquema:
5 4 En ningún momento hemos dicho que la multiplicidad de un autovalor haya de ser fini-
b cuyos autovalores, -1 y +1, tienen
ta. Un ejemplo sencillo es el del operador paridad Π,
multiplicidad infinita.
2.16 Descomposición espectral 105

b son continuos,5 5 podemos


1. Como los autovalores del espectro continuo σc (A)
etiquetarlos de acuerdo con un parámetro λ perteneciente a un intervalo D ⊆ R.
Así
³ ´
σc Ab = {aλ con λ ∈ D} = {aλ }
λ∈D ,

ganando de esta forma mayor flexibilidad. Nada impide, por supuesto, que el
parámetro de asignación sea el propio autovalor (como hemos hecho al carac-
terizar el espectro continuo de Xb y Pbx en L2 (R)). Sin embargo, al describir el
b 2
espectro continuo de K en L (R) en el ejemplo 2.52, asignamos los autovalores
© ª
mediante σc (K)b = λ2 /2 . El motivo era, simplemente, que resultaba
λ∈R+
más sencillo normalizar las autofunciones con esta asignación (véase el ejemplo
2.43).
2. Eλ es el espacio propio (no perteneciente al Hilbert y, por tanto, sin estructura
de espacio de Hilbert) formado por todos los autovectores de norma infinita del
operador A b con autovalor aλ . gλ es la multiplicidad de aλ , esto es, la dimensión
de Eλ , que supondremos finita.
3. {~υλ,i }gi=1
λ
es una base lineal ortogonal de Eλ , en el sentido de que todo autovec-
tor impropio ~ ω ∈ Eλ puede escribirse como combinación lineal de los vectores
{~υλ,i }gi=1
λ
:
gi
X
b~
A ω = aλ ω
~ ⇒ ~
ω= ωi~υ λ,i .
i=1

Al ser {~υλ,i }gi=1


λ
un conjunto ortogonal,
½
0 si i 6= j
(~υλ,i , ~υλ,j ) =
∞ si i = j

y, entonces, ~υλ,i es un autovector de norma infinita de A b con autovalor aλ ,


siendo i = 1, ..., gλ un índice asociado a la multiplicidad de aλ . Por abuso del
lenguaje se dice que ~υ λ,i es el i-ésimo autovector impropio de A b con autovalor
aλ , aun sabiendo que hay infinitos autovectores para un autovalor dado.
© ª
4. Los vectores {~υλ,i }gi=1
λ
λ∈D
están normalizados de acuerdo con la regla de
asignación asociada al parámetro λ. Es decir
¡ ¢
(~υ λ,i , ~υλ 0 ,j ) = δ λ − λ0 δij ,
donde la delta de Kronecker es consecuencia de la ortogonalización previa en
cada espacio propio.
5. Por último, construyamos el operador lineal Pbλ : H → Eλ dado por

X
Pbλ w
~= (~υλ,i , w)
~ ~υ λ,i , ∀w
~ ∈ H.
i=1

5 5 Lo cual no quiere decir que estén contenidos en un único intervalo continuo. Un ejemplo

típico aparece en física del estado sólido en el que los autovalores del operador asociado
a la energía de un electrón forman “bandas”, entendidas como intervalos continuos en R,
separados entre sí por una distancia conocida como “gap” o “banda prohibida”.
106 ESPACIOS DE HILBERT

Pbλ no es un operador lineal del espacio de Hilbert, ya que a cada vector w


~ ∈H
le hace corresponder un vector no normalizable perteneciente al espacio propio
Eλ , por tanto la expresión Pbλ (Pbλ w)
~ no tiene sentido ya que, formalmente, va a
diverger si Pbλ w
~ 6= ~0.
• Establecida la notación tenemos (algunos resultados ya son conocidos):
TEOREMA (de descomposición espectral de un operador autoadjunto):
b un operador autoadjunto en un espacio de Hilbert H. Entonces:
Sea A
1. Los espacios propios asociados a autovalores distintos son ortogonales
entre sí.
2. Cada espacio propio es invariante bajo la acción de A. b Esto es, si ~
u ∈ En
b
entonces A ~u ∈ En , y si ω b
~ ∈ Eλ , entonces A ω
~ ∈ Eλ .
3. Cualquier vector w
~ del espacio de Hilbert puede escribirse como
Ãg ! Z Ãg !
X X n Xλ

w
~= un,i +
wn,i ~ wλ,i~υ λ,i dλ,
n i=1 D i=1

siendo

wn,i = (~
un,i , w)
~ ; wλ,i = (~υ λ,i , w)
~ .

Es decir, existe una base ortonormal generalizada del espacio de Hilbert


formada por autovectores del operador autoadjunto A. b
4. La igualdad anterior puede escribirse en términos de los proyectores ortogonales
Pbn y de los operadores Pbλ como
X Z
w
~= Pbn w
~ + Pbλ w~ dλ,
n D

lo que implica
X Z
Ib = Pbn + Pbλ dλ.
n D

Esta expresión es conocida como descomposición espectral de la identidad.


5. La actuación del operador A b sobre cualquier vector w
~ ∈ H está dada por
Ãg ! Z Ãg !
X X n X λ
b
Aw ~ = b
wn,i A~
un,i + b
wλ,i A~uλ,i dλ
n i=1 D i=1
Ãg ! Z ÃX

!
X Xn

= wn,i an ~un,i + wλ,i aλ ~


uλ,i dλ.
n i=1 D i=1

Es decir, podemos extender la linealidad del operador autoadjunto a


cualquier desarrollo de Fourier (generalizado) construido a partir de
autovectores de Ab puesto que el operador A
b es diagonal en la base de
autoestados.
2.16 Descomposición espectral 107

6. Podemos escribir formalmente


X Z
b=
A an Pbn + aλ Pbλ dλ,
n D

b
igualdad denominada descomposición espectral del operador A.

• El teorema espectral indica la forma natural de tratar operadores autoadjuntos en


Mecánica Cuántica. Dado un operador autoadjunto A b podemos calcular su espectro y
autovectores, y construir una base ortonormal (puede que generalizada si el operador
tiene espectro continuo) en la cual puede expresarse cualquier vector w. ~ En esta base
la actuación del operador Ab es sencilla, y, por ejemplo, el valor medio de A b está dado
simplemente por
Ãg ! Z Ãg !
D E ³ ´ X X n X λ
b
A = w, b
~ Aw ~ = 2
an |wn,i | + 2
aλ |wλ,i | dλ
w
~ D
n i=1 i=1

(donde hemos hecho uso del carácter b


³ ´ ortonormal de la base asociada al operador A).
b
No sólo eso; dado el operador g A se tiene (siempre que se cumplan propiedades
de convergencia que daremos por supuestas)
Ãg ! Z Ãg !
³ ´ X X n X λ
b
g A w ~= wn,i g (an ) ~un,i + uλ,i dλ,
wλ,i g (aλ ) ~
n i=1 D i=1

por lo que
Ãg ! Z Ãg !
D ³ ´E X Xn X λ
b
g A = 2
g (an ) |wn,i | + 2
g (aλ ) |wλ,i | dλ.
w
~ D
n i=1 i=1

A su vez, la norma del vector se expresa fácilmente a partir de sus coordenadas


como
Ãg ! Z Ãg !
2
X X n
2

2
kwk
~ = |wn,i | + |wλ,i | dλ
n i=1 D i=1

y, dado un segundo vector ~η, el producto escalar (~η, w)


~ está dado por
Ãg ! Z Ãg !
X X n

X λ

(~η, w)
~ = η n,i wn,i + η λ,i wλ,i dλ ,
n i=1 D i=1

siendo ηn,i , η λ,i las coordenadas de ~η.


Ejemplo 2.53. Hemos visto que el espectro del operador Pbx = −id/dx
de L2 (R) es toda √ la recta real R y sus autofunciones
√ son las ondas planas
θk (x) = exp (ikx) / 2π, donde el factor 1/ 2π garantiza la relación de ortonor-
malidad generalizada (θk , θq ) = δ (k − q).
a) Dada una función g (x) ∈ L2 (R), halle sus coordenadas en la base de
autoestados de Pbx .
108 ESPACIOS DE HILBERT

b) Usando este resultado obtenga la actuación del operador Pbx y del ope-
rador Pbx2 = −d2 /dx2 sobre dicha función sin necesidad de derivar.
c) Dado el escalar real a, construimos el operador unitario exp(iaPbx ). Evalúe
exp(iaPbx )g (x).
Solución:
a) Como ya sabemos, la coordenada k de la función g (x) en la base de ondas planas
es
Z +∞ Z +∞
1
gk = θ ∗k (x) g (x) dx = √ e−ikx g (x) dx = ge (k) ,
−∞ 2π −∞

esto es, la transformada de Fourier ge (k) .


b) De acuerdo con el teorema espectral:
Z +∞ Z +∞
1
Pbx g (x) = ge (k) Pbx θk (x) dk = √ g (k) eikx dk
ke
−∞ 2π −∞
y, análogamente,
Z +∞ Z +∞
1
Pbx2 g (x) = ge (k) Pbx2 θk (x) dk = √ k2 ge (k) eikx dk
−∞ 2π −∞
³ ´
c) La actuación de exp iaPbx es inmediata:

³ ´ Z +∞ Z +∞
b 1
exp iaPbx g (x) = ge (k) eiaPx θk (x) dk = √ ge (k) eiak eikx dk .
−∞ 2π −∞

Agrupando las exponenciales,


³ ´ Z +∞
1
exp iaPbx g (x) = √ ge (k) eik(x+a) dk ,
2π −∞
pero la integral es la transformada inversa de Fourier siendo la variable x + a. En
definitiva,
³ ´
exp −iaPbx g (x) = g (x + a) ,
³ ´
por lo que el operador exp iaPbx es la traslación de valor a.

• Todo el teorema de descomposición espectral descansa en su punto 3 (la posibili-


dad de encontrar una base ortonormal generalizada), ya que a partir de este punto los
siguientes se demuestran sin problema. Por otro lado, la dificultad principal radica
en los operadores Pbλ que, al escribir la descomposición de la identidad y del propio
operador, siempre aparecen dentro de una integral sobre el parámetro λ. Sin embar-
go, podemos reescribirlos olvidándonos completamente de los autovectores impropios,
como veremos a continuación.
En efecto, consideremos sin pérdida de generalidad que el todo el espectro es no
degenerado y que el parámetro continuo de asignación es el propio autovalor. Así,
2.16 Descomposición espectral 109

escojamos un autovalor del continuo α y un valor positivo ε > 0 todo lo pequeño que
se quiera, pero distinto de cero. Definamos el operador
Z α+ε/2
∆Pbα = Pba da,
α−ε/2

£ ¤
resultado de la integral de Pba sobre el intervalo α − 2ε , α + 2ε ∈ D. Este nuevo
operador es un proyector ortogonal del espacio de Hilbert. En efecto, para cualquier
vector w
~ del Hilbert
Z α+ε/2
∆Pbα w~= (~υa , w)
~ ~υ a da ,
α−ε/2

de manera que
° ° Z α+ε/2
° b °2
°∆Pα w
~° = ~ 2 da < kwk
|(~υa , w)| ~
α−ε/2

ya que, en este caso


X Z
~ 2=
kwk |(~ ~ 2+
un , w)| ~ 2 da.
|(~υ a , w)|
b)
σ c (A
n

Por tanto, ∆Pbα transforma vectores del Hilbert en vectores de norma finita, que son
del Hilbert. A su vez,
³ ´2 Z α+ε/2 ³ ´
∆Pbα w
~ = ~υ a , ∆Pbα w
~ ~υ a da
α−ε/2
Z Ã Z !
α+ε/2 α+ε/2
0
= ~υ a , (~υ a 0 , w)
~ ~υa 0 da ~υa da
α−ε/2 α−ε/2

y agrupando términos y usando la ortonormalidad de los autovectores ~υa


³ ´2 Z α+ε/2 Z α+ε/2
∆Pbα w
~ = ~ (~υ a , ~υ a 0 ) ~υa da 0 da =
(~υa 0 , w)
α−ε/2 α−ε/2
Z Z
α+ε/2 α+ε/2 ¡ ¢
= ~ δ a − a 0 ~υa da 0 da =
(~υa 0 , w)
α−ε/2 α−ε/2
Z α+ε/2
= ~ ~υa da = ∆Pbα w.
(~υa , w) ~
α−ε/2

Por último, no es difícil probar (hágase) que ∆Pbα es autoadjunto. De este modo
podemos construir proyectores ortogonales asociados a un rango, todo lo pequeño
que se quiera pero finito, del autovalor del continuo. El subespacio de Hilbert sobre
el que proyecta ∆Pbα será, en sentido formal,
Z α+ε/2
∆Eα = Ea da
α−ε/2
110 ESPACIOS DE HILBERT

~ que se pueden escribir como


y estará formado por todos los vectores ψ
Z α+ε/2
~ =
ψ ψ a~υa da .
α−ε/2

~ está normalizado, esto es,


Imaginemos ahora que ψ
Z α+ε/2
|ψ a |2 da = 1
α−ε/2

2 √
(si ε es muy pequeño, |ψa | será muy grande, pero siempre finito y de orden 1/ ε).
Si ahora evaluamos la función ∆ψ ~ (α), tenemos
° °
°³ ´ ° °Z α+ε/2 °
° b b ~ ° ° °
∆ψ~ (α) = ° A − αI ψ° = ° (a − α) ψ a~υ a da° =
° α−ε/2 °
sZ sZ
α+ε/2 α+ε/2
1 1 ε
= (a − α)2 |ψa |2 da ' (a − α)2 da = √ ,
α−ε/2 α−ε/2 ε 32
esto es, ∆ψ~ (α) es del orden de ε. Por tanto, podemos interpretar ∆Eα como el
~ (α) es del
subespacio de Hilbert que contiene a todos los vectores para los cuales ∆ψ
orden de ε o menor. Así, podemos escribir la descomposición espectral de la identidad
como
X X
Ib = Pbn + ∆Pbα ,
n b
α∈σc (A)

que es equivalente a escribir el espacio de Hilbert como suma directa de subespacios


M M
H= En + ∆Ea ,
n b)
α∈σ c (A

y donde los autovalores del continuo que escogemos para la suma están separados una
distancia ε. La descomposición espectral del operador será:
X X X Z
b=
A an Pbn + lim α ∆Pbα = an Pbn + a Pba da
ε→0 b)
σ c (A
n b
α∈σ c (A) n

Bajo esta forma de ver las cosas ya podemos entender cómo surgen los autovectores
del continuo. Si consideramos el subespacio de Hilbert ∆Eα y construimos el vector
Z α+ε/2
~α = 1
Υ ~υ a da,
ε α−ε/2
° ° √
°~ °
cuya norma es °Υ α ° = 1/ ε, observamos que la norma del vector crece indefinida-

mente a medida que disminuimos ε. En el límite ε → 0 tendremos, naturalmente


~ a = ~υ a ,
lim Υ
ε→0

esto es, el autovector impropio.


2.17 Conjunto compatible de operadores 111

Ejercicio 2.20. Particularice el teorema de descomposición espectral al


caso de que todos los autovalores sean no degenerados. A su vez, parti-
cularice el teorema espectral para operadores autoadjuntos con espectro
puramente puntual.

2.17 Conjunto compatible de operadores


• En la sección anterior hemos visto que es posible construir una base ortonormal
(puede que generalizada) formada por autovectores de un operador autoadjunto A. b
Si todos los autovalores son no-degenerados dicha base es única salvo cambios trivia-
les (permutación de los elementos de la base y multiplicación de los vectores por un
escalar de módulo unidad). Sin embargo, en la situación más general los autovalores
son degenerados y la base ya no es única, puesto que podemos transformarla me-
diante combinaciones lineales entre autovectores asociados al mismo autovalor. En
Mecánica Cuántica es conveniente obtener bases ortonormales cuyos elementos sean
autovectores a la vez de una serie de operadores autoadjuntos, de manera que cada
elemento de la base quede unívocamente determinado por los autovalores asociados.
En esta sección describiremos el procedimiento para conseguir este objetivo. Para ello
empecemos dando dos teoremas relativos a la conmutabilidad entre dos operadores.
TEOREMA: Dos operadores autoadjuntos A by B b conmutan si y solo si existe una
base ortonormal del Hilbert formada por vectores que son simultáneamente autovec-
b y de B.
tores de A b

Demostración: Para evitar complicaciones adicionales, nos limitaremos


byB
al caso en que los operadores A b tengan espectro puramente puntual
(aunque la extensión al caso general es inmediata). Así supongamos
que existe una base de Fourier de H tal que cada uno de sus elementos
~ei es autovector de Ab y de Bb con autovalores ai y bi respectivamente.
P
Cualquier vector ~v ∈ H puede escribirse como ~v = i vi~ei . Entonces
à !
X X X X
bB~
A bv = AbB
b vi~ei = bB~
vi A b ei = b i~ei =
vi Ab vi ai bi~ei .
i i i i

b A~
bv = P bB~
bv = Bb A~
bv para
Análogamente se tiene B ei ; de donde A
i vi bi ai~
b b b
todo ~v ∈ H por lo que AB = B A. b
h i
Supongamos ahora que A, b B
b = 0 y sea ~ ui un autovector de Ab con
autovalor ai . Entonces
³ ´ ³ ´ ³ ´
b B~
A b ui = B b A~ bui = ai B~ b ui ,

³ ´
de modo que B~ b ui es también un autovector de A b con el mismo auto-
³ ´
valor ai . Si ai no es degenerado es evidente que ~ui y B~ b ui deben ser
b ui = bi ~ui , y así ~
proporcionales; es decir, B~ ui es también autovector de
b
B con autovalor bi .
112 ESPACIOS DE HILBERT

Si ai es gi -degenerado, le corresponderá un subespacio de dimensión gi .


Entonces, B b actuando sobre vectores de este subespacio da vectores del
mismo subespacio. Así pues, habrá gi autovectores de B b que constituirán
una base ortonormal del mismo. La unión de todas estas bases constituirá
una base del espacio total H (c.q.d.).

by B
TEOREMA: Sean A b dos operadores autoadjuntos y sean
X X
b=
A an Pban ; b=
B bm Pbbm
n m

by B
sus formas espectrales. Entonces A b conmutan si y sólo si todo proyector espectral
Pa de A conmuta con todo proyector espectral Pbb de B.
b b b (La demostración es sencilla
y queda propuesta como ejercicio).

• Debe notarse que el hecho de que haya una base formada por autovectores de
by B
A b no quiere decir que todo autovector de A b sea necesariamente autovector de
b
B. Lo que sí es cierto es que si definimos Ean ,bk como el subespacio formado por los
autovectores simultáneos de Ab y B,
b el espacio de Hilbert puede escribirse como suma
directa de todos estos subespacios Ean ,bk .

Puede ocurrir que cada subespacio Ean ,bk tenga dimensión unidad. Esto quiere
decir que, salvo constantes multiplicativas, sólo hay un autovector simultáneo de A b
yB b con autovalores an y bk . Como consecuencia (excepto cambios triviales) la base
ortonormal de autovectores comunes de A by B b es única, y cada vector de la misma
está determinado unívocamente por los autovectores correspondientes a an y bk . Aho-
ra bien, también puede suceder que hayan subespacios Ean ,bk con dimensión mayor
que uno. Entonces, el par de valores an , bk no basta para caracterizar un autovector
común de A b y B. b Para discriminar una de las posibles bases ortonormales de Ean ,b
k
(y, por consiguiente, de todo H) necesitaríamos un tercer operador autoadjunto, C, b
que conmute tanto con A b como con B. b Con este tercer operador podremos construir
subespacios Ean ,bk ,cj formados por autovectores simultáneos de A, b B
byC b con autova-
lores an , bk , cj . Si todos los Ean ,bk ,cj tienen dimensión unidad existe una única base
ortonormal del Hilbert caracterizada por los autovalores de sus vectores referidos a
un conjunto de operadores que conmutan entre sí. Si existe algún Ean ,bk ,cj con di-
mensión mayor que uno, habrá que añadir un cuarto operador, y así sucesivamente.
En resumen:
b B,
DEFINICIÓN: Un conjunto de operadores autoadjuntos {A, b C,
b . . . } es un con-
junto compatible si todos ellos conmutan entre sí.

TEOREMA: Un conjunto de operadores autoadjuntos {A, b B,


b C,
b . . . } es compatible
si y sólo si existe una base de Fourier de H formada por autovectores de A, b B,
b C,
b ...
simultáneamente.

DEFINICIÓN: Un conjunto de operadores autoadjuntos compatibles {A, b B,


b C,b ...}
es completo (CCOC) si la base ortonormal formada por autovectores simultáneos de
todos los operadores es única, salvo permutaciones y multiplicaciones por escalares de
2.17 Conjunto compatible de operadores 113

módulo unidad. Cada uno de los vectores de dicha base queda unívocamente determi-
nado por el conjunto de sus autovalores {a, b, c, . . . } para cada uno de los operadores
del CCOC.
Ejemplo 2.54. En el espacio de Hilbert L2 (R), sean los operadores K b =
− (1/2) d2 /dx2 y el operador paridad Πb cuya actuación sobre una función
b (x) = φ (−x).
φ (x) es, recordemos, Πφ
a) Demostrar que ambos operadores conmutan.
b) Obtener una base ortonormal (impropia) de L2 (R) formada por auto-
funciones de K b y Π.
b
Solución:
a) Empecemos probando que K b y Π
b conmutan. Así, sea una función φ (x) ∈ L2 (R).
Entonces,

b Πφ
b (x) 1 d2
K = − φ (−x)
2 dx2
µ 2 ¶ 2
b Kφ
b (x) = Π b − 1 d φ (x) = − 1 d 1 d2
Π φ (−x) = − φ (−x) .
2 dx2 2 d (−x)2 2 dx2
h i

Como esto es cierto para cualquier función φ (x), entonces K b =ΠbK b ⇒ Π, b K
b = 0.

b) Pasemos ahora a la construcción de la base ortonormal. Sabemos que el operador


b tiene asociada una base ortonormal de autofunciones (en sentido generalizado)
K
dada por
½ ¾
exp (iqx) exp (−iqx)
BKb = √ , √
2π 2π q≥0

siendo el autovalor correspondiente q 2 /2. Esta base


√ no es única puesto
√ que para
cada q podemos combinar linealmente exp (iqx) / 2π y exp (−iqx) / 2π. Nuestro
objetivo es obtener a partir de estas dos funciones otras dos que sean autofunciones
de la paridad. Esto es inmediato, puesto que
1 exp (iqx) 1 exp (−iqx) 1
ψq,+1 (x) = √ √ +√ √ = √ cos (qx)
2 2π 2 2π π
1 exp (iqx) 1 exp (−iqx) 1
ψ q,−1 (x) = √ √ −√ √ = √ sin (qx)
2i 2π 2i 2π π
b con autovalor q 2 /2, pero además
siguen siendo autofunciones normalizadas de K

b
Πψ q,+1 (x) = ψq,+1 (−x) = ψ q,+1 (x)
b q,−1 (x)
Πψ = ψq,−1 (−x) = −ψ q,−1 (x)

(el coseno es una función par y el seno es impar). Así, ψ q,+1 (x) es autofunción de
la paridad con autovalor +1, mientras que ψ q,−1 (x) lo es con autovalor −1. En
definitiva,
½ ¾
1 1
BK,
b Π
b = √ cos (qx) , √ sin (qx)
π π q≥0
114 ESPACIOS DE HILBERT

es una base ortonormal de L2 (R) formada por autovectores de K b y Πb simultánea-


mente. Nótese, además, que el espectro de Πb es {−1, 1}, siendo las funciones propias
las funciones impares y pares, respectivamente.

2.18 Formas lineales. Notación de Dirac(∗)


• El concepto de forma lineal, que definiremos a continuación, sirve para ayudar a
comprender la llamada notación de Dirac, que es la que se utiliza de manera habi-
tual en tratamientos formales de la Mecánica Cuántica. Además, las formas lineales
permiten definir de manera más rigurosa los “vectores no normalizables” que intro-
dujimos en la sección 2.14.
DEFINICIÓN: Sea H un espacio de Hilbert. Una forma lineal o “bra” hψ| es
cualquier aplicación de un subespacio lineal (no necesariamente de Hilbert) D (hψ|) ⊂
H, llamado dominio de la forma lineal, en C, tal que a cada vector ~u ∈ D (hψ|) le
hace corresponder un número complejo hψ| ~ u:
hψ| : D (hψ|) −→ C
~
u −→ hψ| ~
u
que cumple las dos propiedades siguientes:
1. hψ| (~u1 + ~
u2 ) = hψ| ~u1 + hψ| ~u2 , ∀ ~
u1 , ~u2 ∈ D (hu|) .
2. hψ| (α~u) = α hψ| ~u, ∀ α ∈ C y ~ u ∈ D (hu|).
Como consecuencia hψ| ~0 = 0, para cualquier forma lineal. Al igual que hacíamos con
operadores, podemos operar con las formas lineales de la siguiente manera:
Definición: Sea H un espacio de Hilbert. Dadas las formas lineales hψ| , hφ| y el
escalar complejo α, definimos la suma de formas lineales, hψ| + hφ|, y el producto
de una forma lineal por un escalar complejo, hψ| α, mediante las reglas de actuación
siguiente: 5 6
1. (hψ| + hφ|) ~
u = hψ| ~u + hφ| ~
u
2. (hψ| α) ~u = α hψ| ~u
Además, cada vector del espacio de Hilbert ~u tiene unívocamente asociada una
forma lineal hu| construida mediante el siguiente teorema (muy fácil de demostrar):
TEOREMA: Sea ~ u un vector de un espacio de Hilbert H. La aplicación hu| de H
en C definida mediante la regla de actuación
hu| w
~ = (~u, w)
~
es una forma lineal con dominio todo el espacio de Hilbert. A dicha forma lineal se
le denomina forma dual del vector ~u (o asociada a ~u).
Sean ahora dos vectores ~u1 , ~u2 del espacio de Hilbert, hu1 | y hu2 | los correspon-
dientes bras asociados, y un escalar complejo α. Entonces
TEOREMA: El bra hu1 | + hu2 | es el bra dual del vector del Hilbert ~u1 +~
u2 , mientras
que el bra hu1 | α∗ es el bra dual del vector α~
u1 .
5 6 Mientras no sea realmente imprescindible, no prestaremos atención a las restricciones

asociadas a los dominios de definición.


2.18 Formas lineales. Notación de Dirac(∗) 115

Demostración: En efecto, dado un vector w


~ cualquiera del Hilbert

(hu1 | + hu1 |) w
~ = hu1 | w
~ + hu2 | w
~ = (~u1 , w)
~ + (~u2 , w)
~ = (~u1 + ~
u2 , w)
~
(hu1 | α∗ ) w
~ = α∗ hu1 | w
~ = α∗ (~
u1 , w)
~ = (α~
u1 , w)
~ ,

de donde queda demostrada la afirmación.

• El teorema anterior parece sugerir que existe una correspondencia biunívoca entre
vectores del espacio de Hilbert y bras, construida a partir del producto escalar. Sin
57
embargo, pueden existir formas lineales hφ|, incluso con dominio
³ ´denso, pero para
las que no existe un vector del Hilbert ~φ tal que hφ| w
~ = ~φ, w ~ para todo vector
~ del dominio de hφ|. Veremos inmediatamente que esta es una forma más rigurosa
w
de definir los “vectores no normalizables” que ya conocemos. Empecemos con una
definición.
DEFINICIÓN: Sea hψ| una forma lineal delpespacio de Hilbert H. Definimos la
norma de la forma lineal, denotándose por hψ|ψi, como
p |hψ| ~
u|
hψ|ψi = max .
u∈D(hψ|) k~
uk
(Sepexcluye de la definición ~u = 0, ya que en este caso el cociente estápindeterminado).
Si hψ|ψi = 1 diremos que la forma lineal está normalizada; si p ∈ R, que
hψ|ψi
la forma lineal es normalizable (o de norma finita); por último, si hψ|ψi = ∞
(es decir, si |hψ| ~u| / k~uk no está acotada superiormente) diremos que la forma lineal
tiene norma infinita o que no es normalizable.
A partir de esta definición de norma se tiene el siguiente teorema:
TEOREMA: Sea hu| una forma lineal del espacio de Hilbert H con dominio denso.
La condición necesaria y suficiente para que exista un vector ~
u ∈ H tal que hu| sea el
bra dual de ~up
es que la norma de la forma lineal sea finita. En este caso se cumple,
además, que hu|ui = k~ uk.
Demostración:
Veamos la condición necesaria. Supongamos que hu| es el bra dual de un
u ∈ H. Entonces, usando la desigualdad de Schwarz
~
p |hu| w|
~ (~
u, w)
~ k~uk kwk
~
hu|ui = max = max ≤ max = k~uk ,
w∈H
~ kwk
~ w∈H
~ kwk
~ w∈H
~ kwk
~
p
es decir, hu|ui ≤ k~uk, por lo que la norma del bra p es finita. Además,
si hacemos w ~ =~u la desigualdad se satura, de donde hu|ui = k~uk.
p
Demostremos la condición suficiente, suponiendo que la norma hu|ui
es finita. Esto implica que si {~en } es una base de Fourier contenida en el
dominio de hu|
p
|hu| ~en | ≡ |u∗n | ≤ hu|ui.
5 7 Es decir, existe una base ortonormal del Hilbert “no generalizada” perteneciente al do-

minio de la forma lineal.


116 ESPACIOS DE HILBERT

P
De esta manera, dado un vector w
~ = n wn~en ,
X X X
hu| w
~ = hu| wn~en = wn hu| ~en = wn u∗n = (~
u, w)
~
n n n

donde el vector
X X
~
u= un~en = (hu| ~en )∗ ~en
n n

pertenece al Hilbert ya que para cualquier w, ~ es, por hipótesis,


~ hu| w
finito. hu| es, por tanto, el bra dual de ~
u.

La definición de forma lineal es lo bastante general para que pueden existir formas
lineales hψ| que no estén asociadas a ningún vector del espacio de Hilbert y que, de
acuerdo con el teorema anterior, no sean normalizables. En este contexto, estas formas
lineales de norma infinita no son en absoluto patológicas, ya que lo que importa de
una forma lineal es el resultado de su aplicación sobre un vector del espacio de Hilbert.
Veamos un par de ejemplos:
Ejemplo 2.55. Consideremos el espacio de Hilbert L2 (R) y la forma lineal
hθq |, con q un escalar real, definida mediante la expresión
Z +∞
1 e (q) .
hθq | ψ = √ exp (−iqx) ψ (x) dx ≡ ψ
2π −∞
Demostrar que hθq | tiene norma infinita.
Solución:
Dada una función ψ (x), hθq | ψ no es otra cosa que la transformada de Fourier con
número de onda q. Para ver que esta forma lineal es de norma infinita basta encontrar
una función ψ (x) normalizada para la que |hθq | ψ| sea tan grande como se quiera. Si
escogemos la familia de funciones normalizadas
µ ¶1/4 µ ¶
1 iqx x2
ψ β (x) = e exp − ,
πβ 2 2β 2
con β > 0, entonces
Z +∞ µ ¶1/4 µ ¶ µ 2 ¶1/4
1 1 x2 β
hθ q | ψ = √ exp − 2 dx =
2π −∞ πβ 2 2β π
que se puede hacer arbitrariamente grande aumentando β.
Ejemplo 2.56. Consideremos el espacio de Hilbert L2 (R) y la forma lineal
hδa |, con a un escalar real, definida mediante la expresión
hδa | ψ = ψ (a) .
Demostrar que hδa | tiene norma infinita.
Solución:
Observamos que si ψ (x) es una función,
Z +∞
hδa | ψ = δ (x − a) ψ (x) dx = ψ (a) .
−∞
2.18 Formas lineales. Notación de Dirac(∗) 117

Es decir, la delta de Dirac es, en rigor, una forma lineal. Si ahora consideramos
la familia de funciones normalizadas
µ ¶1/4 µ ¶
1 (x − a)2
ψ β (x) = exp − ,
πβ 2 2β 2
con β > 0, tenemos que
µ ¶1/4
1
hδa | ψ β = ,
πβ 2
que se puede hacer arbitrariamente grande a medida que hacemos tender β a cero.
De esta forma, si hΥ| es una forma lineal de norma infinita, uno puede verse
~ pero ya no perteneciente a un espacio de
tentado a intentar encontrar un vector Υ,
Hilbert, tal que se cumpla
³ ´
hΥ| w ~ w
~ = Υ, ~ , ∀w ~ ∈ D (hΥ|) ⊆ H.

Estos son, precisamente, los vectores no normalizables. En el caso del bra hθ q |, la


función no normalizable “asociada” a esta forma lineal es, simplemente, la onda plana
θk (x). Para la forma lineal hδa | la “función” correspondiente es la delta de Dirac
δ (x − a).

• De acuerdo con lo anterior, consideremos ahora un operador lineal A b del Hilbert H,


no necesariamente autoadjunto. A este operador le podemos asignar unívocamente
otro operador, al que llamaremos A b+ pero que en lugar de actuar sobre los vectores
del Hilbert, actúa sobre los bras. Así, dada una forma lineal hw|, independientemente
de que sea de norma finita o no, la forma lineal hw|
~ Ab+ está definida mediante la regla
de actuación
³ ´ ³ ´
hw|
~ Ab+ ~u = hw|
~ A b† ~u ,

donde A b y que resulta válida para cualquier vector del Hilbert


b† es el adjunto de A,
³ ´
para el que la expresión hw|
~ A b† ~
u ∈ C. De acuerdo con esto, si w ~ es un vector del
b b
Hilbert perteneciente al dominio de A, el bra dual de A w
~ es hw| b+
~ A . En efecto, para
cualquier ~
u,
³ ´ ³ ´ ³ ´ ³ ´
b w,
A ~ ~u = w,~ A b† ~
u = hw| Ab† ~
u = hw| ~ Ab+ ~u,

por lo que resulta absurdo distinguir entre Ab+ y Ab† si interpretamos el adjunto de un
operador como el operador asociado a A b (“adjunto de A”)b que actúa en el espacio de
los bras. A su vez, los paréntesis ya no son necesarios y podemos escribir
³ ´ ³ ´
b w,
A ~ ~u = w, ~ Ab† ~u = hw| A b† ~u.

De igual forma
³ ´ ³ ´
b† w,
A ~ ~u = w, bu = hw| A
~ A~ b~u,
118 ESPACIOS DE HILBERT

y podemos interpretar A b como el operador que al actuar en el espacio de los bras


sobre la forma lineal hw| b† w.
~ da, como resultado, la forma lineal dual del vector A ~

• Dirac llamó vectores ket (o simplemente kets) a los elementos de H, y los


representaba en la forma |ui. Es decir, en la notación de Dirac la actuación de la
forma lineal hφ| sobre un vector ~
u ≡ |ui ∈ H se puede escribir como

hφ| ~
u ≡ hφ| |ui ,

y es costumbre escribir una única barra en el medio:

hφ| ~
u ≡ hφ | ui .

A su vez, dados dos vectores del Hilbert |ui y |wi, su producto escalar es

(~u, w)
~ = hu | wi ,

esto es, la actuación del bra hu| dual del vector |ui sobre el vector |wi. Con esta
notación, el elemento de matriz de un operador cualquiera A b se escribe como
³ ´
w, bu = hw| A
~ A~ b |ui

b se puede interpretar indistintamente como un operador actuando hacia


y, entonces, A
la derecha sobre kets (vectores) o hacia la izquierda sobre bras (formas lineales).

• Lo interesante de la notación de Dirac es que todo resulta más compacto. Así,


el desarrollo de un vector de H como combinación lineal de vectores de una base de
Fourier {|ei i} es simplemente
X X
|vi = |ei ihei |vi. = vi |ei i
i i

donde vi es la i-ésima coordenada de |vi en la base ortonormal {|ei i}. Esto sugiere
escribir la descomposición de la identidad
X
Ib = |ei ihei | ,
i

en términos de los kets de una base ortonormal y de sus bras correspondientes.


De igual modo, si W es un subespacio de Hilbert y {|wi i} una base ortonormal
del mismo, la proyección ortogonal de |vi sobre W es
X X
PbW |ui = |wi ihwi |vi ⇒ PbW = |wi ihwi |
i i

A su vez, usando la descomposición de la identidad llegamos fácilmente a la ex-


presión de (~ bv ) en términos de la representación matricial de A
u, A~ b y las coordenadas
de los vectores en la base de Fourier:
X X ∗
b = hu|Ib A
hu|A|vi b I|vi
b = b k ihek |vi =
hu|ei ihei |A|e ui Aik vk .
i,k i,k
2.18 Formas lineales. Notación de Dirac(∗) 119

b con
• En notación de Dirac, se suelen designar a los autovectores de un operador A
el mismo símbolo que el autovalor, esto es,
b |ai = a |ai
A
b con autovalor
y |ai se entiende como el autovector (o autoket) del operador lineal A
a. Análogamente, si ha| es el bra dual de |ai,
b = ha| a
ha| A

independientemente de que Ab sea autoadjunto o no, esto es, el bra dual del autovector
de un operador es “auto-bra” del operador lineal.
Si fuera necesario un índice de degeneración, se añade a la derecha de a:
b |a, ji = a |a, ji ,
A j = 1, 2, ...ga ,

con ga la multiplicidad del autovalor a. De acuerdo con esto, dado un operador auto-
adjunto A,b la descomposición espectral de la identidad se escribe, en el caso más
general, como
ga
X X Z gα
X
Ib = |a, ii ha, i| + |α, ii hα, i| dα,
b)
σ c (A
a∈σ p i=1 i=1

donde ya hemos introducido los kets no normalizables |α, ii entendidos como que sus
b es, por tanto,
bras duales son los hα, i|. La descomposición espectral de A
ga
X X Z gα
X
b=
A a |a, ii ha, i| + α |α, ii hα, i| dα .
b)
σ c (A
a∈σ p i=1 i=1

Así, un vector |wi se puede escribir como


ga
X X Z gα
X
|wi = |a, ii ha, i|wi + |α, ii hα, i|wi dα ,
b)
σ c (A
a∈σ p i=1 i=1

y su norma al cuadrado se obtiene simplemente haciendo actuar el bra dual de |wi


sobre la expresión anterior:
ga
X X Z gα
X
hw|wi = hw|a, ii ha, i|wi + hw|α, ii hα, i|wi dα
b)
σ c (A
a∈σ p i=1 i=1
ga
X X Z gα
X
= |ha, i|wi|2 + |hα, i|wi|2 dα.
b)
σ c (A
a∈σ p i=1 i=1

Análogamente,
ga
X X Z gα
X
b |wi
A ~ = a |a, ii ha, i|wi + α |α, ii hα, i|wi dα ,
b)
σ c (A
a∈σ p i=1 i=1
120 ESPACIOS DE HILBERT

b será
y el valor medio de A
ga
X X Z gα
X
hw|
~ Ab |wi
~ = a hw|a, ii ha, i|wi + α hw|α, ii hα, i|wi
b)
σ c (A
a∈σ p i=1 i=1
ga
X X Z gα
X
2
= a |ha, i|wi| + α |hα, i|wi|2 dα .
b)
σ c (A
a∈σ p i=1 i=1

En general,
³ ´
hw|
~ h A b |wi ~ =
X X ga Z X gα
= h (a) hw|a, ii ha, i|wi + h (α) hw|α, ii hα, i|wi dα
σ c (Ab)
a∈σ p i=1 i=1

X X ga Z Xgα
= h (a) |ha, i|wi|2 + h (α) |hα, i|wi|2 dα .
σ c (Ab)
a∈σ p i=1 i=1

2.19 Isomorfismos entre espacios de Hilbert(∗)


• En esta sección definiremos el concepto de isomorfismo. Siendo bastante técnico,
explica claramente la equivalencia entre la formulación ondulatoria de la Mecánica
Cuántica Ondulatoria de Schrödinger y la Matricial de Heisenberg y colaboradores.
DEFINICIÓN: Sean H(1) y H(2) dos espacios de Hilbert. Se dicen que son iso-
morfos si existe una aplicación biyectiva entre H(1) y H(2) , llamada isomorfismo,
tal que a cada vector ~v (1) ∈ H(1) le hace corresponder un
³ vector(1)único
(2)
´ ³~v ∈ H
(2)
´ de
(1) ~ (2) ~ (2)
forma que se conserva el producto escalar, esto es, que ~v , φ = ~v , φ .

TEOREMA (de Reisz-Fisher): Todos los espacios de Hilbert con igual di-
mensión finita son isomorfos entre sí. Si el espacio de Hilbert es de dimen-
sión infinita y posee bases de Fourier numerables, entones es isomorfo a
C2∞ .
Por ejemplo, consideremos por un lado la base canónica BF = {~e1 , ~e2 , ~e3 , ...} de
C∞ 2
2 y, por el otro, el espacio de funciones L (R) y una de sus bases de Fourier BF =
0

{φ1 (x) , φ2 (x) , φ3 (x) , ...} (por ejemplo, la base de funciones de Hermite). Tomemos
un vector de η (x) ∈ L2 (R) que escribimos como
X

¡ ¢
η (x) = η j φj (x) , siendo η j = φj (x) , η (x) .
j=1

Establezcamos ahora la aplicación


X

η (x) → ~u = η j ~ej ∈ C∞
2 ,
j=1

que nos da un vector ~


u de C∞cuyas componentes en la base BF de C∞
2 , 2 coinciden con
las componentes de η (x) en la base BF0 de L2 (R). Es inmediato comprobar (hágase)
2.20 Producto tensorial de espacios de Hilbert(∗) 121

que esta aplicación cumple las propiedades de isomorfismo (biyección y conservación


del producto escalar).
• A la vista de lo anterior, que dos espacios sean isomorfos no quiere decir que el
isomorfismo que los conecte sea único. En el caso que hemos planteado, el isomorfismo
depende de la base concreta BF0 utilizada pero, una vez construido el isomorfismo, hay
una correspondencia entre vectores de un espacio y otro. Así, la formulación matricial
de la Mecánica Cuántica realizada por Heisenberg y colaboradores trabaja en C∞ 2 .
En cambio, la mecánica ondulatoria de Schrödinger trabaja en L2 (R) que, de acuerdo
con el teorema de Reisz-Fisher, es un espacio de Hilbert isomorfo a C∞ 2 .

2.20 Producto tensorial de espacios de Hilbert(∗)


• Finalicemos el capítulo comentando brevemente una última construcción matemáti-
ca que resulta particularmente útil al estudiar la evolución de partículas con momento
magnético intrínseco (espín).
Imaginemos el conjunto formado por los pares ordenados de funciones de L2 (R)
µ ¶
φ1 (x)
[φ (x)] = ,
φ2 (x)

donde la suma y el producto por un escalar complejo se definen como


µ ¶
φ1 (x) + η 1 (x)
[φ (x)] + [η (x)] =
φ2 (x) + η 2 (x)
µ ¶
α φ1 (x)
α [φ (x)] = .
α φ2 (x)

Se puede introducir el producto escalar definiéndolo como


Z
([φ (x)] , [η (x)]) = (φ1 (x)∗ η 1 (x) + φ2 (x)∗ η 2 (x)) dx ,
R

y puede entonces demostrarse que este conjunto de pares ordenados tiene una estruc-
tura de espacio de Hilbert, llamada producto tensorial de L2 (R) y C2 , simbolizán-
dose por L2 (R) ⊗ C2 . Nótese que cualquier elemento de este espacio de Hilbert puede
escribirse como
µ ¶ µ ¶
1 0
[φ (x)] = φ1 (x) + φ2 (x) ,
0 1

esto es, como suma de productos directos de una función de L2 (R) y de un¡ vector
¢
de C2 . En este caso, existe un cierto paralelismo entre el producto φ1 (x) 10 y el
2
producto de un vector de C por un escalar; sin embargo desde un punto de vista
matemático dicho paralelismo no equivale a una definición de producto directo y es
mejor escribir
µ ¶ µ ¶
1 0
[φ (x)] ≡ φ1 (x) ⊗ + φ2 (x) ⊗ .
0 1
122 ESPACIOS DE HILBERT

¡1¢
Esta es una definición, y el producto directo φ1 (x) ⊗ 0
debe entenderse como un
objeto matemático en sí mismo.

• Tras esta discusión ya es más fácil entender la siguiente definición más general de
producto directo.
[1]
DEFINICIÓN: Sean H1 y H2 dos espacios de Hilbert. Simbolicemos por ~φ los
[2] [1]
vectores de H1 y por ~φ los de H2 . El producto directo o tensorial de ~φ y
~φ[2] es el objeto matemático ~φ[1] ⊗ ~φ[2] perteneciente al espacio de Hilbert H1 ⊗ H2 ,
formado por todos los productos directos de vectores de H1 con vectores de H2 y todas
sus posibles combinaciones lineales.

Evidentemente, para que H1 ⊗ H2 sea un espacio vectorial habría que definir una
suma y un producto por un escalar. Si estas dos operaciones se definen de forman
que verifiquen
³ ´
~φ[1] ⊗ ~φ[2] + ~φ[1] ⊗ ~η [2] = ~φ[1] ⊗ ~φ[2] + ~η [2]
³ [1] [2]
´ [1] [2] [1] [2]
α ~φ ⊗ ~φ = α~φ ⊗ ~φ = ~φ ⊗ α~φ ,

entonces tendremos la seguridad de que H1 ⊗ H2 “hereda” la estructura de espacio


vectorial de H1 y H2 . Para dotarlo de estructura de espacio de Hilbert, el producto
escalar en H1 ⊗ H2 ha de definirse como
³ [1] ´ ³ ´ ³ ´
~φ ⊗ ~φ[2] , ~η [1] ⊗ ~η [2] = ~φ[1] , ~η [1] · ~φ[2] , ~η[2]

supuesto para el mismo las propiedades de linealidad del producto escalar.

Dos comentarios. En primer lugar, seguimos la costumbre de no sim-


bolizar de manera distinta el producto escalar, la suma o el producto
por un escalar de cada uno de los distintos espacios; sólo hemos inclui-
do explícitamente el signo “·” para indicar el producto de dos números
complejos. En segundo lugar, la frase “supuesto para el mismo las pro-
piedades de linealidad del producto escalar” permite definir el producto
escalar de vectores de H1 ⊗ H2 que no sean productos directos, sino una
combinación lineal de éstos.

• La construcción de una base ortonormal de H1 ⊗ H2 es sencilla a partir de


sendas bases ortonormales B1 y B2 de los espacios de Hilbert H1 y H2 . En concreto:
n o
[1] [1]
TEOREMA: Sean H1 y H2 dos espacios de Hilbert, B1 = ~e1 , ~e2 , ... una base
n o
[2] [2]
ortonormal de H1 y B2 = ~e1 , ~e2 , ... una base ortonormal de H2 . Entonces
n o
[1] [2]
B1⊗2 = ~ej ⊗ ~ei ; j = 1, 2, ... i = 1, 2, ...

es una base ortonormal de H1 ⊗ H2 .


2.20 Producto tensorial de espacios de Hilbert(∗) 123

DEFINICIÓN: Los operadores lineales de H1 y H2 de cada uno de los espacios de


Hilbert se incorporan directamente a H1 ⊗ H2 . En efecto, sea A b[1] un operador de
b[1]
H1 ; entonces A opera sobre los vectores de H1 ⊗ H2 de la manera siguiente:
³ ´ ³ ´
Ab[1] ~φ[1] ⊗ ~φ[2] = Ab[1]~φ[1] ⊗ ~φ[2] .

Análogamente, un operador Ab[2] de H2 , opera sobre los vectores de H1 ⊗ H2 como:


³ ´ ³ ´
b[2] ~φ[1] ⊗ ~φ[2] = ~φ[1] ⊗ A
A b[2]~φ[2] .

A partir de la definición anterior, que extiende la actuación de los operadores


de cada espacio de Hilbert al espacio producto tensorial, podemos construir sumas,
productos por un escalar y composiciones de operadores de H1 y H2 . Por ejemplo
³ ´ ³ ´ ³ ´
b[2] ~φ[1] ⊗ ~φ[2]
b[1] A
A = b[1]~φ[1] ⊗ A
A b[2]~φ[2]
³ ´ ³ ´
A b [1] ~φ[1] ⊗ ~φ[2]
b[1] B = b [1]~φ[1] ⊗ ~φ[2]
b[1] B
A
³ ´³ ´ ³ ´ ³ ´
b[1] + B
A b [1] ~φ[1] ⊗ ~φ[2] = b[1]~φ[1] ⊗ ~φ[2] + B
A b [1]~φ[1] ⊗ ~φ[2]
³ ´³ ´ ³ ´ ³ ´
b[1] + B
A b [2] ~φ[1] ⊗ ~φ[2] = b[1]~φ[1] ⊗ ~φ[2] + ~φ[1] ⊗ B
A b [2]~φ[2] .

Por otra parte, para cualesquiera Ab[1] y B b [2] ,


h i
b[1] , B
A b [2] = 0,

[1]
y, además, si ~φ es autovector de A b[1] con autovalor a, se cumple que
³ ´ ³ ´
b[1] ~φ[1] ⊗ ~φ[2] = a ~φ[1] ⊗ ~φ[2]
A

[2] [1] [2]


para cualquier ~φ . Esto es, ~φ ⊗ ~φ es autovector de Ab[1] con igual autovalor a
[1] [2]
(pero ahora ~φ ⊗ ~φ es un vector de H1 ⊗ H2 ). Naturalmente, lo mismo ocurre con
los operadores del espacio de Hilbert H2 .
Capítulo 3

POSTULADOS DE LA
MECÁNICA CUÁNTICA

3.1 Introducción
• En el primer capítulo hemos tratado de justificar brevemente la necesidad de un
nuevo formalismo físico y matemático para la formulación de la Mecánica Cuántica
(M.C.). En el segundo capítulo hemos revisado los conceptos matemáticos básicos
que nos van a servir para establecer los postulados sobre los que se construirá la teoría
formal. Estamos, pues, en disposición de formular la base postulacional de la M.C.
Presentaremos los postulados de la forma más general posible, pero que a la vez
sea claramente asequible para un alumno del primer ciclo de licenciatura con unos
conocimientos matemáticos básicos. Aunque ilustraremos dichos postulados mediante
ejemplos sencillos, la aplicación completa de los mismos se pospondrá al próximo capí-
tulo, donde nos centraremos en el problema de una partícula no relativista sometida
a un potencial unidimensional independiente del tiempo. Sólo en algunos pocos casos
iremos más allá. Pero no nos gustaría que el lector se quedase con la impresión de que
hay que reformular la base postulacional de la M.C. si queremos tratar otro tipo de
sistemas físicos. Estos postulados son generales y se suponen válidos para cualquier
sistema tratable por la M.C., independientemente de su complejidad.
Cerraremos el capítulo con tres secciones dedicadas al problema de la medida en
M.C., los modelos de variables ocultas y el entrelazamiento cuántico, relacionadas con
la interpretación de los postulados de la M.C.

3.2 Descripción de los sistemas físicos. Estados


y observables
• En la Física Clásica, el estado mecánico de una partícula en un instante t queda
unívocamente determinado por los valores, x(t) y p(t), de su posición y de su mo-

125
126 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

mento lineal. En el capítulo 1 hemos visto que esto ya no resulta posible para un
partícula a escala microscópica, y lo máximo a que podemos aspirar es a conocer
sendas distribuciones de probabilidad, ρ(x) y ρp (p), para los valores de x y p. Tam-
bién vimos que para obtener información relevante acerca de las distintas magnitudes
físicas medibles (los observables) necesitamos operadores que las representen. Estas
ideas son las que formalmente establecen los dos primeros postulados de la M.C.

POSTULADO 1. Dado un sistema físico, cualquier estado de


dicho sistema se representa por un vector normalizado ψ de un
espacio de Hilbert H. A dicho vector normalizado se le deno-
mina vector o función de estado. Toda la información relativa
al sistema físico está contenida en el vector de estado. El es-
pacio de Hilbert H es, por tanto, el espacio de los estados del
sistema.1

La exigencia de que el vector esté normalizado se debe a que en postulados pos-


teriores interpretaremos algunas cantidades que se obtienen a partir de dicho vector
como probabilidades. Si queremos que estas probabilidades sean “absolutas”, es de-
cir, que estén comprendidas entre 0 y 1, el vector ha de estar, como hemos indicado,
normalizado. Si no lo está, tampoco lo estarán esas probabilidades, aunque las pro-
babilidades relativas seguirán siendo correctas. Por ello, lo realmente importante es
que el vector sea normalizable. En este caso, siempre podremos encontrar una cons-
tante de normalización adecuada tal que multiplicando el vector por dicha constante
obtengamos un vector ya normalizado. En este sentido amplio, podemos decir que
los vectores ψ, iψ, 13ψ o (5i/7)ψ representan el mismo estado físico, pues todos el-
los dan las mismas probabilidades relativas y pueden ser reducidos al mismo vector
normalizado, salvo un factor de módulo unidad que no afecta a los resultados que
puedan obtenerse.
Los vectores no normalizables introducidos en la sección 2.14 (por ejemplo, la onda
plana exp(ipx/~)) no representan, por tanto, estados físicos admisibles. Sin embargo
tienen su utilidad en el análisis de situaciones ideales límite, además de facilitar la
obtención del espectro continuo de un operador autoadjunto (véase la sección 2.15).2

• Por otra parte, el postulado afirma que al representar el estado por un vector ψ,
toda la información física de ese estado se puede obtener de dicho vector de estado.
Naturalmente, el objetivo del resto de los postulados será determinar cuál es esa
información y cómo se obtiene.
El postulado no dice nada acerca de cuál es el espacio de Hilbert H asociado a un
sistema físico. Principios físicos más generales, junto con el resto de los postulados,
nos dirán cuál es el espacio de Hilbert asociado a un sistema físico concreto, sin olvidar
1 A partir de ahora los vectores de un espacio de Hilbert se simbolizarán por una letra sin

el símbolo de vector. Así identificamos el estado cuántico (ψ) con el vector que lo representa
~
(ψ).
2 Una cuestión distinta es la de si es posible, y cómo, realizar físicamente un estado cuántico

definido por un determinado vector de estado. Por el momento, no entraremos en esta


cuestión.
3.2 Descripción de los sistemas físicos. Estados y observables 127

que si un espacio H sirve para estudiar dicho sistema, también servirá cualquier otro
espacio H0 isomorfo al anterior. No obstante, la mayoría de los ejemplos con los
que trabajaremos aquí se refieren a partículas que se mueven en una dimensión. En
este caso, el espacio de Hilbert adecuado (pero no único) es L2 (R), formado por las
funciones complejas de una variable real de cuadrado integrable.

• Por último, es lógico presuponer que si el estado evoluciona en el tiempo, también


lo haga el vector que lo representa. Así, deberíamos decir que en un instante t, el
estado estará descrito por ψ t , de manera que en la descripción matemática del estado
el tiempo sea un mero parámetro. Por ejemplo: si nuestro espacio de Hilbert es
L2 (R), el estado cuántico en un instante t está descrito por una función de cuadrado
integrable ψt (x). A pesar de ello y para evitar una notación en exceso barroca, el
vector de estado se representa habitualmente como ψ (t) (en el ejemplo concreto que
estamos comentando, como ψ (x, t)). Esto no quiere decir que el espacio de Hilbert
sea el de las funciones de dos variables reales x y t, sino el de las funciones con una
única variable x, siendo t un parámetro externo al espacio de Hilbert al que pertenece
ψ (x, t).
Vale la pena aclarar algo más este punto. Volvamos por el momento a la de-
scripción de un sistema clásico. Hemos dicho que el estado de una partícula clásica
se representa en un espacio de fases cuyos ejes corresponden a las coordenadas de
la posición y del momento lineal de la partícula. En dicho espacio de fases no hay
ninguna coordenada que corresponda al tiempo. En un instante t0 el sistema viene
representado por un punto γ t0 = (x0 , p0 ) de coordenadas x0 = x(t0 ), p0 = p(t0 );
y basta con conocer estos valores x0 , p0 para obtener todas las magnitudes físicas
del sistema en dicho instante. En un instante posterior t1 , el punto representati-
vo del sistema es γ t1 = (x1 , p1 ) de coordenadas x1 = x(t1 ), p1 = p(t1 ). La evolución
© ª
dinámica del sistema se representa por una sucesión de puntos γ t0 , γ t1 , γ t2 , ...γ tn , ...
ordenados por un parámetro t continuo. Esto no es otra cosa que la representación
paramétrica de una curva. Dicho de otra forma: de entre las infinitas curvas que po-
dríamos escoger arbitrariamente en el espacio de fases, sólo una de ellas corresponde
a la evolución real del sistema, y es aquélla cuyos puntos sucesivos, caracterizados por
los valores del parámetro t, satisfacen la ligadura impuesta por la ecuación dinámica
que describe el sistema físico concreto.
Retornemos a la descripción cuántica. Ahora, el estado de una partícula viene
representado por un vector ψ en un espacio de Hilbert. Tampoco el tiempo juega
ningún papel en la estructura de este espacio. La evolución © dinámica del sistema ª
corresponde ahora a una sucesión de vectores normalizados ψ t0 , ψt1 , ψt2 , ..., ψ tn , ... .
Como en el caso anterior, de entre las infinitas colecciones de vectores en el espacio
de Hilbert, sólo una corresponderá a la evolución real del sistema. La condición de
ligadura (esto es, la ecuación dinámica) que deben satisfacer los vectores de esta
colección será objeto del postulado 5.

• Un observable es cualquier variable dinámica A susceptible de ser medida (la


posición, el momento lineal, el momento cinético o angular, la energía mecánica, etc.).
En este sentido, el tiempo t no es un observable sino, remarquemos, el parámetro que
ordena los diferentes estados cuánticos por los que pasa el sistema en su evolución
dinámica. En el primer capítulo ya hemos dado razones por las que cabría esperar
128 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

que los observables deberían venir representados por operadores autoadjuntos. Esto
es precisamente el contenido del segundo postulado.

POSTULADO 2.- Sea un sistema físico cualquiera y H el corres-


pondiente espacio de Hilbert de los estados. Cada observable
A de dicho sistema físico se representa mediante un operador
b que actúa en el espacio de los estados H.
lineal autoadjunto A

Puesto que A b es un operador autoadjunto, existe una base ortonormal del espacio
b 3 La existencia de esta base es fundamental
de Hilbert formada por autovectores de A.
para que la formulación de los siguientes postulados sea consistente.
• Debido a la notable identificación entre conceptos físicos y matemáticos, identifi-
caremos en la terminología estados con vectores y observables con opera-
dores. Por ejemplo, diremos simplemente “el estado normalizado en un tiempo t es
b en lugar de las expresiones más correctas “el estado
ψ (t)” o “sea el observable A”,
en un tiempo t está descrito por el vector normalizado ψ (t)” o “sea el observable A
b
representado por el operador A”.

3.3 Probabilidad en las medidas de observables


• El lector ya debe saber que los valores de algunos observables (la energía de
un electrón ligado en un átomo, el momento cinético de dicho electrón, etc.) están
discretizados (cuantizados). El postulado 3 de la M.C. señala qué valores se pueden
obtener al hacer una medida de un observable en un sistema en un estado cuántico
ψ y con qué probabilidad se pueden obtener esos valores.

POSTULADO 3.- Consideremos un observable A representa-


do por el operador autoadjunto A b que actúa en el espacio de
Hilbert de los estados.
a) Al realizar una medida del observable A en un estado cuánti-
co ψ, los únicos resultados posibles son los autovalores (discretos
o continuos) del operador A. b
b) La probabilidad de obtener en dicha medida un autovalor
discreto4 a está dada por

Prψ (a) = kPba ψk2 (3.1)

donde Pba es el proyector ortogonal sobre el subespacio propio


Ea de autovectores de A b con autovalor a, esto es, Pba ψ es la
proyección ortogonal del estado ψ sobre Ea .

3 En esa base pueden haber, como vimos en el capítulo anterior, autovectores impropios.
4 La probabilidad asociada a un autovalor del continuo será analizada un poco más ade-
lante.
3.3 Probabilidad en las medidas de observables 129

El postulado 3 afirma que al medir un observable A sólo se puede obtener un


autovalor del operador A b (bien del espectro discreto o bien del espectro continuo).
La segunda parte establece el carácter netamente probabilístico del resultado de la
medida: aunque el estado cuántico esté completamente bien definido, no podemos
afirmar a priori cuál va a ser el resultado de una medida sobre el mismo; a lo sumo
podemos establecer cuál es su probabilidad de ocurrencia. Pero puesto que conocer
esta probabilidad es lo máximo a lo que podemos aspirar, el postulado la especifica:
es el cuadrado de la norma de la proyección ortogonal del estado ψ sobre el subespacio
de autovectores con autovalor igual al posible resultado de la medida.
Hay que insistir en que el postulado sólo habla de resultados de medidas realizadas.
El hecho de que el resultado de una medida de A en un sistema cuántico sea a
no quiere decir que, en general, inmediatamente antes de la medida el observable
tuviera un valor a y que, por tanto, al hacer la medida un poco antes hubiéramos
obtenido el mismo valor. No hay ninguna razón para poder decir que un observable
tiene un valor determinado antes de medirlo. Atribuir valores al sistema anteriores e
independientemente de la medida es una extrapolación y un abuso de lenguaje que
conduce a paradojas, como veremos más adelante. (Un caso particular, no obstante,
es el de medidas sucesivas inmediatamente próximas, que se discute en el próximo
postulado).
Es por esto por lo que hay que ser muy rigurosos a la hora de evitar la influencia de
expresiones típicas de la mecánica clásica como “el momento angular de la partícula
evoluciona en el tiempo”. En M.C. el momento angular no evoluciona, sino que es un
operador cuya forma matemática no cambiará sea cual sea el instante considerado. Lo
que sí evolucionará en el tiempo será la probabilidad asociada a un posible resultado
de una medida del momento angular.5
Siguiendo con la identificación entre términos físicos y matemáticos, los autovalo-
b que representa a un cierto observable A se suelen nombrar a partir
res del operador A
del nombre de la propia magnitud física. Así, si el observable fuese una energía, las
expresiones autoenergía, energía propia y energía permitida son moneda corriente a
la hora de nombrar los valores propios del operador asociado. El último término
es especialmente afortunado ya que nos recuerda que los autovalores son los únicos
resultados permitidos al efectuar una medida de un observable.

Ejemplo 3.1. Dado un estado normalizado ψ y un observable A, b escriba


explícitamente la probabilidad de que al medir el observable sobre el es-
tado ψ se obtenga el valor a en los casos:
a) El autovalor a es no-degenerado.
b) El autovalor a tiene multiplicidad ga .
Solución:
5 La presentación que estamos haciendo aquí es la denominada imagen de Schrödinger, en

la que los vectores de estado evolucionan en el tiempo mientras que los operadores que repre-
sentan a observables físicos no dependen explícitamente del tiempo. Existe una formulación
alternativa (la llamada imagen de Heisenberg ) en la que los vectores de estado no cambian
con el tiempo mientras que sí lo hacen los operadores. En cualquier caso, los resultados
físicos que se obtienen son los mismos ya que dichos resultados surgen, como veremos, de la
aplicación de operadores a vectores de estado.
130 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

a) Si el autovalor es no degenerado, el subespacio propio será el subespacio lineal


unidimensional generado por un vector propio normalizado ϕa tal que Aϕ b a = aϕa .
Entonces:

Pba ψ = (ϕa , ψ) ϕa ⇒ Prψ (a) = |(ϕa , ψ)|2 kϕa k2 = |(ϕa , ψ)|2 .

siendo ( , ) el producto escalar en el espacio de Hilbert de los estados


b) En© el caso en que el autovalor
ª a sea degenerado, debemos utilizar una base ortonor-
mal ϕa,1 , ϕa,2 , ..., ϕa,ga del subespacio propio asociado al autovalor a. Aplicando
el teorema de la proyección ortogonal ( sección 2.12) tenemos que:

ga ga
X ¡ ¢ X ¯¡ ¢¯
Pba ψ = ϕa,i , ψ ϕa,i ⇒ Prψ (a) = ¯ ϕa,i , ψ ¯2 . (3.2)
i=1 i=1

Naturalmente, esta fórmula se reduce a la anterior si ga = 1.

b y ψ un estado cuántico dado por


Ejemplo 3.2. Sea un observable A

1 3
ψ= φ + φ + 2iφa2 ,
2 a1 ,1 2 a1 ,2

donde φa1 ,1 y φa1 ,2 son dos autoestados ortonormales de A b con autovalor


a1 degenerado, y φa2 es el único autoestado normalizado (salvo constante
multiplicativa de módulo unidad) de A b con autovalor a2 . Al medir A b en el
estado ψ, ¿qué valores pueden obtenerse? ¿con qué probabilidad?
Solución:
Antes de nada, y como consecuencia lógica de la equivalencia entre estado y vector
que lo representa, hemos usado la palabra “autoestado” en lugar de “autovector”.
Dicho esto, nótese que ψ es una combinación lineal de autoestados normalizados de
Ab y que, según el enunciado, estos autoestados son ortonormales. Siempre que esto
ocurra podremos calcular sin dificultad todas las propiedades relativas al observable
b Por otra parte es inmediato comprobar que el estado ψ no está normalizado, por
A.
lo que hubiese sido más correcto escribir
µ ¶
1 3
ψ=N× φ + φ + 2i φa2 ,
2 a1 ,1 2 a1 ,2

siendo N una constante de normalización adecuada. Por tanto, lo primero que hemos
de hacer es normalizar el estado o, dicho de otra forma, hallar esa constante N.
Teniendo en cuenta la ortonormalidad de los estados propios:
ï ¯ ¯ ¯ !
¯ 1 ¯2 ¯ 3 ¯2 13
kψk2 = |N|2 × ¯¯ ¯¯ + ¯¯ ¯¯ + |2i|2 = |N|2 ,
2 2 2

por lo que
r r
2 2
kψk2 = 1 ⇒ |N| = ⇒ N= exp(is),
13 13
3.3 Probabilidad en las medidas de observables 131

donde s es una fase real cualquiera. Según la discusión posterior al primer postulado,
multiplicar el estado ψ por una constante
p de módulo unidad no tiene trascendencia
física; por tanto escogemos N = 2/13, y
r r r
1 9 16
ψ= φ + φ + iφ
26 a1 ,1 26 a1 ,2 26 a2

es el estado normalizado.
Al medir A b sobre ψ sólo podremos obtener los valores a1 y a2 , puesto que en la
expresión de ψ como combinación lineal de autoestados de Ab sólo aparecen los co-
rrespondientes a estos dos valores.
Las probabilidades se calculan directamente:
r r
1 9 10 5
Pba1 ψ = φ + φ ⇒ Prφ (a1 ) = kPba1 φk2 = =
26 a1 ,1 26 a1 ,2 26 13
y
r
16 16 8
Pba2 ψ = i φ ⇒ Prφ (a2 ) = kPba2 ψk2 = = .
26 a2 26 13

Naturalmente (y sirve de comprobación) Prψ (a1 ) + Prψ (a2 ) = 1.

• Indudablemente, si ψ es autoestado de A b con autovalor a, éste será el único


resultado posible de la medida del observable A. A los autoestados de un operador
Ab se les suele llamar estados con el observable A
b bien definido. Éste es el único caso
en el que es aceptable decir que el observable A toma un valor concreto.

• Puesto que la medida de A sigue una ley probabilística, podemos calcular el


valor medio y la desviación típica de la distribución de probabilidad de obtener los
diferentes autovalores en una medida de A.

El valor medio o valor esperado de A b en el estado ψ es la media aritmética


de un gran número de medidas del observable sobre dicho estado. Bien entendido
que cada una de estas medidas se realiza en un sistema físico cuyo estado es ψ y
no son medidas sucesivas en el mismo sistema puesto que, como veremos en la
próxima sección, la medida afecta al estado. De esta forma, y dado que hemos dicho
que Prψ (a) es la probabilidad de obtener el valor a, el valor medio será (siempre
consideramos, recuerde, estados normalizados)
X
bψ=
hAi a Prψ (a). (3.3)
a

P
donde a debe entenderse como la suma sobre todos los posibles valores de a. Si
ahora usamos (3.1)
X X ³ ´
bψ =
hAi akPba ψk2 = a Pba ψ, Pba ψ .
a a
132 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

Ahora bien, el proyector Pba es autoadjunto, luego en el producto escalar lo podemos


cambiar de lado y usar la propiedad de idempotencia Pb 2 = Pb típica de los proyectores:
X ³ ´ X ³ ´ X ³ ´
bψ =
hAi a ψ, Pba Pba ψ = a ψ, Pba2 ψ = a ψ, Pba ψ .
a a a

Si ahora recordamos que el producto escalar es lineal


à !
X
b
hAiψ = ψ, b
aPa ψ ,
a

b P aPba = A
y usamos la descomposición espectral de A, b (sección 2.16 ), la igualdad
a
(3.3) es completamente análoga a

b ψ = (ψ, Aψ).
hAi b (3.4)

Si nuestro estado ψ está escrito como combinación lineal de autoestados de A, b es


mucho más cómodo usar (3.3) para hallar el valor medio o esperado del operador A. b
La igualdad (3.4), útil cuando el estado ψ no está escrito como combinación lineal de
b se ha deducido para el caso de un espectro puramente discreto o
autoestados de A,
puntual, pero es sencillo comprobar que su validez es general.
La desviación típica de la distribución de probabilidad (de obtener los diferentes
autovalores de la magnitud A) nos da información acerca de la dispersión de los
posibles resultados de la medida del observable A b en un estado ψ. Estadísticamente,
la desviación típica es la raíz cuadrada de la varianza:
v à !2
³ ´ u
uX X
b
∆A = t 2
a Prψ (a) − a Prψ (a) . (3.5)
ψ
a a

Ahora bien, siguiendo un proceso análogo al que nos condujo a la igualdad (3.4), la
desviación típica puede también obtenerse como:
v* +
³ ´ rD E D E2 u µ D E ¶2
u
b
∆A = b2
A b =t
− A b− A
A b , (3.6)
ψ ψ ψ
ψ

donde A b2 es el cuadrado del operador A


b que, lógicamente, representa al observable
2 b
A . A la cantidad (∆A)ψ se le llama también incertidumbre del observable A en
el estado ψ.
Ejemplo 3.3. Consideremos el observable A b del ejemplo 3.2 y el mismo
estado cuántico ψ. Calcule el valor medio de A b y su incertidumbre en el
estado ψ.
Solución:
El estado normalizado era
r r r
1 9 16
ψ= φa1 ,1 + φa1 ,2 + iφ
26 26 26 a2
3.3 Probabilidad en las medidas de observables 133

De esta forma
D E 1 9 16 5a1 + 8a2
b
A = a1 + a1 + a2 =
ψ 26 26 26 13
D E 1 2 9 2 16 2 5a21 + 8a22
b2
A = a + a + a = ,
ψ 26 1 26 1 26 2 13
por lo que
rD E s µ ¶2 √
³ ´ D E2 5a21 + 8a22 5a1 + 8a2 2 10
b
∆A = b2
A b =
− A − = |a2 − a1 | .
ψ ψ 13 13 13

b ψ es del mismo orden que la dispersión |a2 − a1 | de las posibles


Observe como (∆A)
medidas.

• En el enunciado del postulado 3 hemos afirmado que al medir A b se puede obtener


cualquier valor espectral, discreto o continuo. Sin embargo, la igualdad (3.1) sólo es
válida en el caso de que a pertenezca al espectro discreto. Ahora que estamos familia-
rizados con el carácter probabilístico de los resultados de una medida, procedamos a
completar el postulado incluyendo los autovalores del continuo. Físicamente es razo-
nable que al medir una magnitud cuyos posibles valores forman parte de un continuo
no tenga sentido el plantearse si vamos a obtener un valor aislado, independientemente
de lo sofisticado que sea el proceso de medición. Lo que sí tiene sentido es preguntarse
por la probabilidad de obtener un resultado dentro de un intervalo, arbitrariamente
pequeño si se quiere, pero siempre no nulo.
Supongamos que el espectro continuo de A, b σc (A),
b está compuesto por los valores
aλ con multiplicidad gλ , siendo λ un parámetro continuo que sirve para etiquetar
a los elementos de σc (A). b Tomemos una base ortonormal (en sentido generalizado)
© ª
ξ λ,1 , ξ λ,2 , ..., ξ λ,gλ del espacio lineal propio Eλ asociado al autovalor aλ . Si Pbλ es el
“proyector” sobre Eλ ,6 sabemos que

X ¡ ¢
Pbλ ψ = ξ λ,i , ψ ξ λ,i
i=1

o es cero o es un vector de norma infinita. No resulta entonces posible aplicar di-


rectamente (3.1) al caso del espectro continuo. Sin embargo, la expresión (3.2) sí
puede adaptarse directamente pero teniendo en cuenta que ahora no vamos a hablar
de probabilidades, sino de probabilidades por unidad de intervalo. De este modo, el
postulado 3 se completa indicando que la probabilidad de que al medir un observable
Ab se obtenga un valor dentro del intervalo [aλ , aλ+dλ ], con dλ infinitesimal, está dada
por


X ¯¡ ¢¯
Prψ [aλ , aλ+dλ ] = ¯ ξ λ,i , ψ ¯2 dλ (3.7)
i=1


6 Entrecomillamos proyector porque, como hemos visto en la sección 2.16, el operador P

hace corresponder a cada vector de estado un vector que no pertenece al espacio de Hilbert.
134 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

Pgλ ¯¯¡ ¢¯2


Esto es, a diferencia de (3.2), i=1 ξ λ,i , ψ ¯ no es una probabilidad, sino una
probabilidad por unidad de intervalo o densidad de probabilidad. Como consecuencia,
b obtengamos un valor en el intervalo [aλ1 , aλ2 ] es
la probabilidad de que al medir A
Z gλ
λ2 X ¯¡ ¢¯
Prψ ([aλ1 , aλ2 ]) = ¯ ξ λ,i , ψ ¯2 dλ ,
λ1 i=1

que puede escribirse como


°µZ ¶ °2
° λ2 °
Prψ ([aλ1 , aλ2 ]) = °
° Pbλ dλ ψ °
° (3.8)
λ1

Como hemos comentado, el hecho de que al medir una magnitud continua sólo
tenga sentido obtener resultados dentro de un intervalo no debe confundirse con
ningún tipo de limitación experimental. Suponemos que el proceso de medida al que
se refiere el postulado 3 es una medida ideal, en el sentido de que no hay error ni
limitación experimental alguna. Este carácter ideal implica que nuestro aparato de
medida puede discernir intervalos [aλ , aλ+∆λ ] con un valor ∆λ tan pequeño como se
quiera. Sin embargo, el carácter continuo de los posibles resultados de la medida
nos obliga a definir dicho intervalo ∆λ, aunque si ∆λ es lo suficientemente pequeño,
entonces

X ¯¡ ¢¯
Prψ [aλ , aλ+∆λ ] ' ¯ ξ λ,i , ψ ¯2 ∆λ.
i=1

Ejemplo 3.4. En un sistema físico, el observable energía está representado


b El espectro puntual de dicho operador está constituido
por un operador H.
por un único autovalor: σp (H)b = {ε0 }, con ε0 = −E, siendo E = 1 eV; el
b
espectro continuo es σc (H) = [0, ∞). Todo el espectro es no-degenerado,
φ0 es el autoestado normalizado con autovalor ε0 y ξ ε es el autovector
impropio con autovalor ε ≥ 0. Los autovectores impropios son ortonormales
de acuerdo con el criterio
¡ ¢
(ξ ε , ξ ε0 ) = δ ε − ε0

(es decir, el parámetro que etiqueta los autovectores del continuo es el


propio autovalor). Consideremos el estado
Z +∞ √ ∙ ¸
1 ε 1 ³ ε ´2
ψ = √ φ0 − i exp − ξ ε dε
2 0 E 2 E

a) ¿Está la energía bien definida en este estado?


b) Compruebe que está normalizado.
c) Obtenga la probabilidad de que al medir la energía se obtenga un valor
genérico ε.
d) Halle la probabilidad de que al medir la energía se obtenga un valor
menor que E.
e) Calcule el valor medio de la energía en el estado ψ.
Solución:
3.3 Probabilidad en las medidas de observables 135

a) Evidentemente no, ya que el estado está escrito como suma de autoestados de la


energía con autovalores distintos.
Este resultado merece un comentario, ya que a primera vista es sorprendente que
el formalismo contemple estados físicos en los que la energía no esté bien definida.
Podría así pensarse que hay un aparente conflicto con una de las leyes fundamentales
de la Física: la energía se conserva en sistemas aislados. Sin embargo, lo único que
estamos afirmando es que en el estado cuántico ψ hay probabilidades no nulas de
medir distintos valores de la energía. Nada hemos hablado (hay que esperar al postu-
lado 5) de cómo evoluciona el estado, y por tanto las probabilidades de medición. Sí
podemos anticipar (como resulta razonable) que en sistemas aislados las propiedades
relativas a la energía (probabilidades de medición, valor medio, incertidumbre) se van
a conservar en la evolución temporal.
b) Teniendo en cuenta la ortonormalidad de los autoestados:
Z ∙ ³ ´ ¸
1 1 +∞ ε ε 2 1 1
kψk2 = + exp − dε = + = 1
2 E 0 E E 2 2
(la integral es inmediata haciendo la sustitución x = (ε/E)2 ), por lo que el estado
está, efectivamente, normalizado.
Es instructivo, al menos por una vez, evaluar explícitamente kψk2 . Para
descargar la notación definamos el vector
Z +∞ √ ∙ ¸
2ε 1 ³ ε ´2
ζ= exp − ξ ε dε ,
0 E 2 E

por lo que de acuerdo con la definición de norma


µ ¶
1 i 1 i
kψk2 = (ψ, ψ) = √ φ0 − √ ζ, √ φ0 − √ ζ .
2 2 2 2
Desarrollemos ahora el producto escalar:
1 1 1 1
kψk2 = (φ , φ ) + (−iζ, −iζ) + (φ0 , −iζ) + (−iζ, φ0 , )
2 0 0 2 2 2
1 (−i)∗ (−i) −i i
= (φ0 , φ0 ) + (ζ, ζ) + (φ0 , ζ) + (ζ, φ0 )
2 2 2 2
1 1 i i
= + (ζ, ζ) − (φ0 , ζ) + (ζ, φ0 ) ,
2 2 2 2
donde hemos usado que (φ0 , φ0 ) = 1 ya que está normalizado. Además,
ya que autoestados de un operador autoadjunto con autovalores diferentes
son ortogonales, (φ0 , ξ ε ) = 0 y, por tanto, (φ0 , ζ) = 0. De este modo
1 1
kψk2 = + (ζ, ζ) .
2 2
Basta entonces evaluar (ζ, ζ). Sustituyendo ζ por su expresión
µZ +∞ √ Z +∞ √ 0 ¶
2ε −(ε/E)2 /2 2ε −(ε/E)2 /2
(ζ, ζ) = e ξ ε dε, e ξ ε0 dε0
0 E 0 E
Z +∞ Z +∞ √ 0 " µ ¶2 #
4εε 1 ε³ ´ 2 1 ε0
= exp − − (ξ ε , ξ ε0 ) dε dε0
0 0 E2 2 E 2 E
136 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

y ya que (ξ ε , ξ ε0 ) = δ (ε − ε0 ), siendo δ (ε − ε0 ) la delta de Dirac, llegamos


a
Z +∞ Z +∞ √ 0 " µ ¶2 #
4εε 1 ³ ε ´2 1 ε0 ¡ ¢
(ζ, ζ) = 2
exp − − δ ε − ε0 dε dε0
0 0 E 2 E 2 E
Z +∞ ∙ ³ ´ ¸
2ε ε 2
= exp − dε = 1.
0 E2 E

Aquí se demuestra lo cómodo que resulta que el vector esté escrito como
un desarrollo de Fourier, aunque sea generalizado, de vectores ortonor-
males.
c) De acuerdo con (3.2) y (3.7)
1
Prψ (−E) = |(φ0 , ψ)|2 =
2 ∙ ³ ´ ¸
ε ε 2
Prψ [ε, ε + dε] dε = |(ξ ε , ψ)|2 dε = 2
exp − dε.
E E

d) La probabilidad de que al medir la energía se obtenga un valor menor que E es:


Z E
Prψ (ε < E) = Prψ (−E) + Prψ [ε, ε + dε] dε
0
Z E ∙ ³ ´ ¸ Z 1
1 ε ε 2 1 2 1
= + 2
exp − dε = + u e−u du = 1 − ' 0.8,
2 0 E E 2 0 2e

es decir, de un 80% aproximadamente.


e) El valor medio de la energía es inmediato bien a partir del conocimiento que
tenemos de las probabilidades o a partir de la expresión en términos del operador.
En cualquier caso:
D E Z +∞
H b = −E × Prψ (−E) + εPrψ [ε, ε + dε] dε
ε 0
Z +∞ 2 ∙ ³ ´ ¸ Z +∞
E ε ε 2 E 2
=− + 2
exp − dε = − + E u2 e−u du
2 0 E E 2 0

−2 + π
= E ' −0.06 eV,
4
R∞ ¡ ¢ √
donde hemos usado 0 u2 exp −u2 = π/4.
El ejemplo tal y como está planteado puede parecer un mero ejercicio para ilustrar
una situación en la que coexisten espectro puntual y continuo. Nada de eso. El lector
ya debe conocer que de acuerdo con el modelo de Bohr, la energía mecánica de un
electrón en el átomo de hidrógeno sólo puede tomar valores discretos y negativos.
Ahora bien, si la energía del electrón es lo suficientemente grande (resultado, por
ejemplo, de la absorción de un fotón) éste escapa a la atracción del núcleo. En
este caso su energía mecánica puede tomar cualquier valor positivo. El modelo de
Bohr es “semiclásico”, pero a la luz de lo que ya sabemos podemos interpretar lo
que sucede. Si un electrón está sometido a una fuerza de atracción coulombiana, al
3.3 Probabilidad en las medidas de observables 137

medir su energía sólo podemos obtener valores negativos discretos o valores positivos
continuos. En este ejemplo estamos presentando un operador energía que posee estas
características, sólo que su espectro es muy simple.

• A la vista del ejemplo anterior, surgen dos comentarios. El primero está relaciona-
do con la presencia de autoestados no normalizables que, recordemos, representan
a lo sumo situaciones límite. Por ejemplo, ξ ε es un estado con energía ε > 0 bien
definida pero, al no ser normalizable, resulta ser una situación física no realizable.
Ahora bien, es posible calcular, aunque sea de manera formal, la probabilidad de que
al medir otro observable A b en dicho “estado” obtengamos un valor a. Suponiendo
que a pertenece al espectro discreto, la expresión
° °
(A) 1 ° b °2
Prψ (a) = °Pa ξ ε ° , (3.9)
(ξ ε , ξ ε )

puede tomar un valor finito, llamemos α, aunque cada uno de los factores diverja
(hemos incluido un superíndice para indicar que nos estamos refiriendo a este segundo
observable A). El resultado debe interpretarse de la siguiente manera. Si tenemos
un estado con energía media ε y con incertidumbre de la energía prácticamente nula,
entonces α es la probabilidad (con un margen de error infinitesimal) de que al medir
Ab obtengamos el autovalor a. Nótese que (3.9) es una expresión general, que sirve
también para estados no normalizados; aunque conviene insistir que el no normalizar
un vector únicamente complica la aplicación del formalismo.
El segundo comentario viene marcado por el hecho de que, recuperando la analogía
entre el ejemplo 3.4 y el átomo de hidrógeno, el estado cuántico escrito como
1 i
ψ = √ φ0 − √ ζ
2 2
es una superposición de un vector que representa un estado ligado al núcleo (φ0 ) con
otro vector (ζ) que representa un estado que no lo es. Ciertamente parece extraño que
ψ “ni esté ligado” ni “esté no ligado” y que, además, las probabilidades sean iguales
a un 50%. De nuevo conviene insistir en no dejarse influenciar por términos clásicos.
El carácter ligado o no ligado del electrón no deja de ser otro observable y, en este
caso, si lo medimos sólo podemos obtener dos resultados: o está ligado o no lo está.
Cierto es que, justo después de la medida, malo sería que el estado siguiese siendo el
mismo porque entonces, ¡una segunda medida inmediatamente posterior podría dar el
resultado opuesto! Si el resultado de la primera medida dio como resultado “ligado”,
de alguna manera el propio proceso de medición ha de transformar el estado ψ en el
estado φ0 . De lo contrario tendríamos que renunciar a cualquier capacidad predictiva
de la teoría física. Este será el tema que abordaremos en la siguiente sección.

Ejercicio 3.1. Demuestre la equivalencia de las igualdades (3.5) y (3.6).


Ejercicio 3.2. A partir de la igualdad (3.7), demuestre la expresión (3.8)
Ejercicio 3.3. Pruebe que un observable A está bien definido en un estado φ (esto
es, φ es autoestado de Ab ) si y sólo si (∆A)
b φ = 0.
Sugerencia: use la definición directa (3.5).
138 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

Ejercicio 3.4. Sea el observable f (A), donde f es una función real. Este observable
vendrá representado por el operador autoadjunto f (A). b Demuéstrese que la proba-
bilidad de que al medir f(A) obtengamos un valor b es igual a la probabilidad de
que al medir A b obtengamos un valor a tal que f (a) = b. (Fíjese que puede haber
distintos valores a1 , a2 ,... tales que f (a1 ) = f (a2 ) = ... = b. Entonces la probabilidad
pedida será igual a la suma de cada una de las probabilidades asociadas a los aj ). Sin
embargo, demuéstrese que en general hf (A)i b 6= f (hAi).
b

Ejercicio 3.5. Sea un observable A, y φ un autoestado de A b con autovalor a.


b
Demuestre que φ también es autoestado de f (A) siendo el autovalor asociado f (a).
Ejercicio 3.6. Generalizar (3.4) y (3.6) para un estado que no esté normalizado.
Sugerencia: las propiedades físicas han de ser las mismas en los estados ψ y bψ,
siendo b un escalar complejo no nulo arbitrario.

3.4 Reducción del estado cuántico


• En el postulado 3 se ha establecido que los resultados de las medidas no se pueden
predecir con absoluta certeza, sino que sólo se pueden predecir sus probabilidades.
Sin embargo, como anticipamos al final de la sección anterior, dos medidas consecu-
tivas (separadas por un intervalo infinitesimal de tiempo) de una misma magnitud
realizadas en el mismo sistema han de dar el mismo resultado. A la luz del postulado
b obtenemos a, entonces
anterior, la única forma de que esto ocurra es que si al medir A
el estado cuántico ψ cambie bruscamente y que inmediatamente después de la medida
sea autoestado de A b con autovalor a. Así se garantiza que si volvemos a medir A b
transcurrido un tiempo infinitesimal obtengamos de nuevo a. Lógicamente, esto no
tiene que ser cierto tras un intervalo finito de tiempo, puesto que el estado cuántico
puede evolucionar mientras tanto.

Lo anterior justifica el siguiente postulado, que establece que la medida de un


observable A b origina una alteración drástica, incontrolable e irreversible del estado
del sistema.

POSTULADO 4.- Si inmediatamente antes de la medida de un


observable A el estado cuántico es φ = ψ(τ − ), y el resultado
de la medida es el autovalor a de A,b entonces el estado cuán-
¡ ¢
tico del sistema justamente después de la medida, ψ τ + , será
un autoestado de A;b en particular será la proyección ortogonal
normalizada del estado sobre el subespacio de autovectores con
autovalor a:

⎛ ⎞
Medida de A
1
ψ(τ − ) = φ → ⎝ en el instante τ ⎠ → ψ(τ + ) = ° ° b
° b ° Pa φ. (3.10)
da el valor a °Pa φ°
3.4 Reducción del estado cuántico 139

A este proceso se le llama reducción o colapso del estado cuántico. Nótese


que en (3.10) hemos incluido un factor que garantiza que el vector que representa al
estado resultante esté normalizado.

Ejemplo 3.5. Consideremos el estado normalizado del ejemplo 3.2,


r r r
1 9 16
ψ= φ + φ + iφ .
26 a1 ,1 26 a1 ,2 26 a2

sobre el cual se mide el observable A. b Indique cuál es el estado cuántico ψfin


inmediatamente después de dicha medida en función de que el resultado
haya sido a1 o a2
Solución:
La aplicación del postulado 4 es sencilla ya que ψ está escrito como combinación
b
lineal de autoestados de A.
Si el resultado de la medida hubiese sido a1 , el estado cuántico tras la medición será:
r r r r
b 1 9 Pba1 φ 1 9
Pa1 ψ = φ + φ ⇒ ψ fin = ° °
° b ° = 10 φa1 ,1 + 10 φa1 ,2 .
26 a1 ,1 26 a1 ,2 °Pa1 φ°

Si el resultado hubiese sido a2 , el estado cuántico tras la medida sería:


r
b 16
Pa2 ψ = i φ ⇒ ψfin = φa2
26 a2

• El postulado 3 presupone que al medir el observable, nuestro aparato de medida


nos da un valor concreto. Sin embargo este no es el único tipo de medida posible.
Imaginemos que el observable A b tiene autovalores positivos y negativos y que nuestro
aparato de medida sólo es capaz de medir el signo de A. b Ello no quiere decir que la
medida sea imperfecta, sino solamente que es otro tipo de medida igualmente ideal,
en la que el resultado es un valor indeterminado dentro de un intervalo. Entonces, se
puede generalizar el postulado 4 de la siguiente forma:

POSTULADO 4 BIS.- Consideremos una medida de A b cuyo


resultado es un valor dentro del conjunto {a1 , a2 , ..., aN } pero
de tal manera que la medida es incapaz de discernir un valor
concreto del mismo. Entonces, si φ = ψ(τ − ) es el estado cuántico
inmediatamente antes de la medida, el estado inmediatamente
posterior a ésta será

1 XN
ψ(τ + ) = ° N ° Pbaj φ. (3.11)
°X °
° b ° j=1
° Paj φ°
° °
j=1
140 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

Fíjese que (3.11) se puede aplicar directamente a medidas con resultado dentro del
espectro continuo, sin más que sustituir las sumas por integrales. Así, si al medir un
observable Ab obtenemos un valor α del continuo pero dentro de un rango (a, a + ∆a),
tal vez asociado (aunque no necesariamente) a la precisión del aparato, entenderemos
que el dispositivo no discrimina valores en ese intervalo. De este modo, si el estado
cuántico justo antes de la medida es ψ, inmediatamente después será
Z a+∆a
1
ψ(τ + ) = °Z a+∆a ° Pbα ψ dα. (3.12)
° ° a
° Pbα ψ dα°
° °
a

Ejemplo 3.6. Consideremos el estado cuántico normalizado


1 1 exp(iπ/6)
Ψ0 = φ + √ φ2 + φ3 ,
2 1 2 2

donde φj es un autoestado normalizado del observable A b con autovalores


−a para φ1 , a para φ2 y 2a para φ3 .
a) Al medir A b en el estado Ψ0 ¿qué valores pueden obtenerse y con qué
probabilidad?
b) ¿Cuál es el valor esperado de A b y su incertidumbre en el estado Ψ0 ?
c) Si al medir Ab se tiene el resultado a ¿cuál es el estado cuántico ΨF justo
después de la medición?
d) Sin embargo, si se realiza una medida de A b que sólo es capaz de dar
el signo del valor medido ¿cuál es el estado cuántico justo después de una
medida como esta sobre el estado Ψ0 si el resultado es “valor positivo”?
¿Cuál es el valor esperado de A b en este nuevo estado?
Solución:
a) De manera directa
1 1 1
PrΨ0 (−a) = ; PrΨ0 (a) = ; PrΨ0 (2a) = .
4 2 4
b) También directamente:
D E 1 1 1 3
b
A = × (−a) + × (a) + × (2a) = a.
Ψ0 4 2 4 4
Mientras que
D E 1 1 1 7
b2
A = × (−a)2 + × (a)2 + × (2a)2 = a2 ,
Ψ0 4 2 4 4
por lo que
s µ ¶2 √
q
b Ψ0 = b2 iΨ0 − hAi
b2 = 7 2 3 19
(∆A) hA Ψ0 a − a = a.
4 4 4

c) Por aplicación directa del postulado 4 de la M.C., el estado después de la medida


es φ2 .
3.4 Reducción del estado cuántico 141

d) En este caso, de acuerdo con el postulado 4 bis, el estado tras la medida es


µ ¶
1 1 exp(iπ/6)
ΨF = ° ° √1
° √ φ2 +
° φ 3
° 2 φ2 +
exp(iπ/6)
φ3 ° 2 2
2
µ ¶ r
1 1 exp(iπ/6) 2 exp(iπ/6)
r
= ¯ ¯ ¯ ¯2 √ φ2 + φ3 = φ2 + √ φ3 ,
¯ √1 ¯ 2 ¯ exp(iπ/6) ¯ 2 2 3 3
¯ 2¯ + ¯ 2 ¯

y entonces
D E 2 1 4
b
A = × (a) + × (2a) = a.
ΨF 3 3 3

Ejemplo 3.7. Consideremos el estado del ejemplo 3.4


Z +∞ √ ∙ ¸
1 ε 1 ³ ε ´2
ψ = √ φ0 − i exp − ξ ε dε
2 0 E 2 E
de manera que sobre él se efectúa una medida cuyo resultado es “positivo”
(+) si la energía del sistema está en el intervalo [0, E], negativo (−) si la
energía es menor que cero, y “neutro” (n) si la energía es mayor que
E. Obtenga la probabilidad de obtener estos tres resultados y el estado
cuántico inmediatamente posterior a esta medida en función de los mismos.
Solución:
Empecemos con el caso más sencillo que es el de resultado “negativo”, ya que el único
autovalor en este rango es ε0 = −E. El estado cuántico justo después de la medida
es
1 (φ0 , ψ) φ0
ψfin = ° °b
° b ° Pε0 ψ = k(φ0 , ψ) φ0 k = φ0 ,
°Pε0 ψ°

mientras que la probabilidad correspondiente es


° °2 1
° °
Prψ (−) = °Pbε0 ψ° = .
2
En el caso de resultado “positivo”, de acuerdo con (3.12) el estado cuántico tras la
medida es
Z E
1
ψ fin = °Z E ° Pbε ψdε,
° ° 0
° b °
Pε ψdε°
°
0

con
Z Z Z √ ∙ ¸
E E E
ε 1 ³ ε ´2
Pbε ψdε = (ξ ε , ψ) ξ ε dε = −i exp − ξ ε dε.
0 0 0 E 2 E
Por tanto
°Z °2 Z ∙ ³ ´ ¸ Z 1
° E ° E
ε ε 2 −u2 1 − e−1
°
° Pbε ψdε°
° = exp − dε = ue du = .
0 0 E2 E 0 2
142 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

Así tenemos que


√ Z E√ ∙ ¸
− 2i ε 1 ³ ε ´2
ψ fin = √ exp − ξ ε dε
1 − e−1 0 E 2 E
(el factor -i es irrelevante y se puede eliminar), mientras que
°Z E °2
° ° −1
Prψ (+) = ° bε ψdε° = 1 − e
P ' 0.32
° ° 2
0

Por último, el caso con resultado “neutro” es completamente similar al anterior:


Z +∞
1
ψ fin = °Z +∞ ° Pbε ψdε,
° ° E
°
° Pbε ψdε°
°
E

con
Z Z √ ∙ ¸
+∞ +∞
ε 1 ³ ε ´2
Pbε ψdε = −i exp − ξ ε dε ,
E E E 2 E

°Z °2 Z
° E ° ∞ 2 e−1
° b °
Pε ψdε° = ... = ue−u du =
° 2
0 1

y así:
r Z √ ∙ ¸
2 +∞
ε 1 ³ ε ´2 e−1
ψ fin = − i exp − ξ ε dε ; Prψ (n) = ' 0.18.
e E E 2 E 2
Naturalmente, Prψ (+) + Prψ (−) + Prψ (n) = 1.

• Ahora podemos entender por qué este proceso se denomina “colapso del estado”.
b el vector de estado se podía escribir como una combinación
Antes de la medida de A,
lineal (o en el caso más general como un desarrollo de Fourier) de autoestados de
b Después de la medida parte de la información que estaba contenida en elementos
A.
de la combinación lineal desaparece, y el estado queda reducido (colapsado) a las
componentes con autovectores cuyos autovalores son congruentes con el resultado de
la medida.

• Si analizamos con detalle los postulados 3 y 4 podemos ver el cambio epistemológico


radical que supone la M.C. En Física Clásica la indeterminación del valor de una
magnitud A está únicamente debida a un desconocimiento parcial del estado físico o
a limitaciones del dispositivo experimental. En todo caso, el conocimiento completo
del estado y la mejora sistemática del proceso de medida llevarían a la obtención
con la exactitud y precisión deseadas del valor de A. En M.C. esto ya no es posible.
b aun conociendo
Excepto en el caso de que el vector de estado ψ sea autovector de A,
completamente ψ, no podemos predecir cuál va a ser el resultado de la medida de A. b

• La M.C. es la herramienta física más precisa de la que hoy disponemos. Hasta la


fecha no hay ningún experimento que la refute, a diferencia de los múltiples ejemplos
3.4 Reducción del estado cuántico 143

Fig. 3.1. El dispositivo de medida desvía cada partícula en función del resultado−a,
a o 2a de la medida de Ab. El segundo dispositivo mezcla las partículas para las que
la medida de Ab había dado resultado positivo (>0).

que demuestran las limitaciones de la mecánica y el electromagnetismo clásicos. Sin


embargo, la comunidad de científicos que no la consideran una teoría “fundamental”,
aun siendo minoritaria, no es despreciable. El lector puede entender perfectamente
por qué. La indeterminación intrínseca de los valores de las magnitudes físicas da una
imagen de incompletitud al formalismo, sugiriendo la existencia de una teoría aun
más fundamental en la que variables ocultas fijen sin ambigüedad esos valores. A su
vez, si admitimos el carácter netamente probabilístico de la realidad física, el colapso
del estado es la única solución aceptable a la incompatibilidad entre indeterminismo
y capacidad predictiva. Así, ya que no se pueden predecir los valores, al menos
se predicen las probabilidades de ocurrencia. Sin embargo la solución dada por el
postulado 4 no es aceptable al cien por cien. El formalismo no explica el proceso
mediante el cual se produce la reducción del estado físico tras una medida, únicamente
postula su existencia. El lector interesado puede consultar las secciones 3.12 y 3.13,
donde se exponen con más detalle estos problemas fundamentales.

• Tras esta digresión, cerremos esta sección con una breve discusión que ilustra las
diferencias entre estados puros, representados por vectores de estado que pueden ser
superposición coherente de otros vectores, y mezclas estadísticas. Imaginemos un haz
de partículas independientes, todas ellas en el mismo estado normalizado
1 1 exp(iπ/6)
φ0 = φ + √ φ2 + φ3 ,
2 1 2 2
donde la interpretación de los estados φ1 , φ2 , φ3 es la del ejemplo 3.5. Supongamos
que este haz atraviesa un dispositivo que efectúa sobre cada partícula una medida
144 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

Fig. 3.2. El dispositivo de medida desvía ahora cada partícula en función del signo
de la medida de Ab, pero dicho dispositivo no es capaz de discernir valores concretos
b
de A.

de Ab (véase la figura 3.1). El dispositivo es tal que cada partícula sale en un haz
distinto según haya sido el resultado de la medida. De este modo, el único haz
entrante se separa en 3 haces salientes: el primero (no 1) contiene partículas en el
estado cuántico φ1 ; el segundo (no 2) está formado por partículas en el estado φ2 ; por
último, el tercer haz (no 3) contiene partículas en el estado φ3 . Si el haz primitivo
está formado por 10000 partículas, como N = 10000 es un número grande, podemos
afirmar que en el haz no 1 hay aproximadamente N × 1/4 = 2500 partículas, en el
no 2 hay N × 1/2 = 5000 partículas y en el no 3 hay N × 1/4 = 2500 partículas.
Para terminar este experimento, mediante un segundo dispositivo nos limitamos a
reunir las partículas de los haces no 2 y no 3 pero sin modificar sus estados
cuánticos, . En este nuevo haz (no 4) habrá 7500 partículas, de las cuales 2500
estarán en el estado φ3 y las otras 5000 en el estado φ2 . Diremos que este último
haz está formado por una mezcla o superposición incoherente de partículas en los
estados φ2 y φ3 en la proporción 2:1.

Analicemos ahora un segundo experimento. De nuevo tenemos 10000 partículas


en el estado Ψ0 que atraviesan un dispositivo que mide el signo del observable A b
(figura 3.2); si es negativo, desvía la partícula hacia arriba y si es positivo, hacia
abajo. De esta manera, el haz primitivo se rompe en dos haces: las partículas del
haz no 5 estarán en el estado φ1 , mientras que las partículas del haz no 6 están en
el estado ΨF . Naturalmente, hay 2500 partículas en el haz no 5 y 7500 en el haz no
6; pero nótese la diferencia que hay entre los haces no 4 de la figura 3.1 y no 6 de la
figura 3.2. Mientras que en el haz no 4 hay mezcladas partículas en los estados φ2 y
φ3 en la
p proporcióniπ/6 todas las partículas del haz no 6 están en el mismo estado
2:1, √
ΨF = 2/3φ2 + (e / 3)φ3 . Este estado ΨF es una combinación lineal de φ2
3.4 Reducción del estado cuántico 145

y φ3 con unos coeficientes bien definidos: es, pues, una superposición coherente
de los estados φ2 y φ3 . Que los haces no 4 y no 6 no son entonces iguales resulta
evidente. Las partículas de cada uno de estos haces tienen algo en común: al medir el
observable A se obtendrán sólo los valores a y 2a; pero el haz no 4 procede de medidas
filtrantes que dieron como resultado “o bien a o bien 2a”, mientras que el haz no 6
procede de una única medida filtrante en la que el resultado era simplemente a > 0
(esto es, “a o 2a”, pero sin distinción entre ambos valores).
La diferente naturaleza de estos dos haces se puede ver si consideremos un segundo
observable B b tal que BΨb F = bΨF siendo ΨF el único autoestado (salvo constante
multiplicativa) de B b con autovalor b que, por tanto, es no-degenerado. Así, al medir
Bb sobre una partícula del haz no 6 obtendremos siempre el resultado b. Sin embargo,
si medimos este observable sobre las partículas del haz no 4 existe una probabilidad
no nula de que el resultado de la medida no sea b. En efecto, hemos visto que en
el haz no 4 hay partículas con estados bien definidos φ2 y φ3 en proporción 2:1.
Es decir, hay una probabilidad Prcla (φ2 ) = 2/3 de que la partícula que llega al
detector que mide B b esté en el estado φ2 , y una probabilidad Prcla (φ3 ) = 1/3 de
que la partícula llegue en el estado φ3 . Las hemos denominado Prcla ya que estas
probabilidades son totalmente clásicas: hasta ahora se trata de un caso semejante
a sacar una bola negra (o una bola blanca) de un saco en el que hay bolas blancas
y bolas negras en proporción 2:1. Ahora bien, si resulta que la partícula que llega
al detector es una partícula en el estado φ2 , la probabilidad cuántica de obtener
el resultado b en la medida de B b es Pr(B) (b) = |(ΨF , φ2 )|2 = 2/3. Por otra parte,
φ2
si la partícula que llega al detector está en el estado φ3 , la probabilidad de obtener
(B)
b es Prφ3 (b) = |(ΨF , φ3 )|2 = 1/3. Combinando estos resultados tenemos que la
probabilidad global de obtener el resultado b en medidas realizadas sobre el haz no 4
será
³ ´ ³ ´
(B) (B)
Prno 4 (b) = Prcla (φ2 ) × Prφ2 (b) + Prcla (φ3 ) × Prφ3 (b)
µ ¶ µ ¶
2 2 1 1 5
= × + × = .
3 3 3 3 9
resultado bien diferente a la probabilidad uno obtenida para el haz no 6.

En resumen, todos los sistemas (partículas en este caso) en un haz coherente


están en el mismo estado cuántico, que viene descrito por un vector normalizado del
espacio de Hilbert. Por esto solemos decir que el haz está en un estado puro y
podemos describirlo (aunque esto sea también un abuso de lenguaje) por el mismo
vector de estado que describe a cada una de sus partículas. Las probabilidades de
obtener resultados de medidas de cualquier observable para cualquier partícula del
haz se calculan de acuerdo con las reglas ya vistas. Por el contrario, las partículas
en un haz incoherente están en estados cuánticos distintos.7 Por lo tanto, el haz no
está en un estado puro y no pueden describirse por un vector del espacio de Hilbert.
Se dice entonces que el haz está en un estado mezcla, ya que, aunque las partículas
que lo componen están decididamente en un estado o en otro, es imposible discernir
7 Una discusión complementaria sobre la diferencia entre superposición coherente y su-

perposición incoherente de sistemas puede verse en las secciones 6.20 a 6.40 del libro de
Wichmann, volumen 4 del Curso de Física de Berkeley (editorial Reverté).
146 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

a priori cuál es el estado de una partícula escogida aleatoriamente. Para obtener en


este caso las probabilidades de resultados de medidas sobre una partícula del haz,
debemos considerar primero las probabilidades de obtener dicho valor en cada uno de
los estados cuánticos de la mezcla y, entonces, multiplicarlas por el peso estadístico
de cada uno de esos estados en la mezcla. La situación de un estado mezcla es muy
similar a la que ocurre en mecánica estadística para un colectivo en equilibrio térmico.
En este colectivo tendremos N partículas, cada una de ellas está en un estado bien
definido; pero la física estadística sólo nos informa del porcentaje de partículas que
se encuentran en cada estado. En este sentido, las partículas del haz no 4 son una
mezcla estadística de partículas en los estados φ2 y φ3 .8 Ambos tipos de estado, puro
y mezcla estadística, pueden estudiarse mediante un formalismo unificado basado en
la llamada matriz densidad, y que se estudia en cursos más avanzados.

Ejercicio 3.7. Consideremos los haces no 4 y no 6 de la discusión anterior. Se


b cuyos valores espectrales son c1 , c2 y c3 siendo los autoestados
tiene el observable C √ √
normalizados respectivos ϕ1 = φ1 , ϕ2 = (φ2 + φ3 ) / 2 y ϕ3 = (φ2 − φ3 ) / 2.
Calcule la probabilidad de que al medir C b se obtenga el valor c3 en los casos
siguientes:
a) la partícula está en el haz no 4
b) la partícula está en el haz no 6.

Ejercicio 3.8. En un sistema físico realizamos una medida relacionada con el obser-
vable A. ¿Es posible que como resultado de la medida aumente la incertidumbre de
A? En caso afirmativo, de un ejemplo. En caso negativo, demuéstrelo.

3.5 Compatibilidad. Relación de incertidumbre


generalizada
• En esta sección analizaremos uno de los temas más importantes del formalismo
cuántico: el problema de la medición simultánea de dos observables, que dará lugar
a las relaciones de incertidumbre de Heisenberg. Antes de seguir adelante,
le recomendamos que repase la parte dedicada al álgebra de conmutadores en las
secciones 2.8 y 2.17 del capítulo anterior.

Sean dos observables A byB b y un estado cuántico φ. En el instante τ − medimos


el observable A,b obteniendo el autovalor a. Inmediatamente después, en el instante
τ , medimos el observable B b y el resultado es el valor b. Por último, en el instante τ + ,
inmediatamente posterior a τ , volvemos a medir A. b Diremos que A byBb son medibles
simultáneamente si tenemos la seguridad de que, sea cual sea el estado cuántico
primitivo φ, el resultado de esta segunda medida de A b será el mismo valor a que
se obtuvo en la primera medida de A. b Dicho de otra forma, una medida de B b no
b
interfiere en el resultado de una medida de A inmediatamente posterior.
8 No se ha comentado, pero nada impide que una mezcla estadística esté formada por

estados no ortogonales entre sí. Por ejemplo, podríamos reunir dos haces procedentes de
aparatos que miden observables distintos y, en consecuencia, los estados de la mezcla no
tendrían por qué ser ortogonales.
3.5 Compatibilidad. Relación de incertidumbre generalizada 147

Analicemos este proceso de medidas sucesivas usando los dos postulados anteri-
b el estado cuántico φ se ha colapsado convirtiéndose
ores. Tras la primera medida de A,
b
en un autoestado ψ a,1 de A con autovalor a (etiquetamos este autoestado con “a, 1”
porque, en principio, a puede ser degenerado). Por lo tanto

ψ a,1 ∝ Pba(A) φ tal que b a,1 = aψa,1 .


Aψ (3.13)

Inmediatamente después, medimos B b y, tras esta medida, el estado ψa,1 se ha reducido


a un autoestado ϕb,1 de B b con autovalor b. Como el estado no ha tenido tiempo de
evolucionar entre las dos medidas, este nuevo estado está dado por

ϕb,1 ∝ Pbb ψa,1 ∝ Pbb Pba(A) φ b b,1 = bϕb,1 .


(B) (B)
tal que Bϕ (3.14)

Entonces, según la definición, A b y Bb serán medibles simultáneamente si al medir


Ab en el estado ϕb,1 obtenemos con completa seguridad el valor a, esto es, si ϕb,1
es autoestado de Ab con autovalor a. Por el contrario, si A by Bb no fuesen medibles
simultáneamente, entonces ϕb,1 no tendría por qué ser autoestado de A b con autovalor
byB
a. En otras palabras, si los observables A b son medibles simultáneamente entonces
ϕb,1 ∝ Pbb ψa,1 pertenece al subespacio propio Ea ⊂ H asociado al autovalor a del
(B)

b Podemos generalizar esto en la siguiente


operador A.

DEFINICIÓN: Dos observables A byB b son medibles simultáneamente


b
si dado cualquier autoestado ψ a de A, con autovalor a, su proyección
sobre cualquier subespacio de autoestados de Bb o es nula o sigue siendo
autoestado de Ab con igual autovalor.

Puesto que, entonces, ϕb,1 ∈ Ea se tiene Pba ϕb,1 = ϕb,1 , es decir,


(A)

³ ´ ³ ´
Pba(A) Pbb Pba(A) φ = Pbb Pba(A) φ ⇒ Pba(A) Pbb Pba(A) = Pbb Pba(A) ,
(B) (B) (B) (B)
(3.15)

El primer miembro de esta expresión es obviamente autoadjunto (pues cada uno de


los proyectores en el producto es autoadjunto), de modo que también debe serlo el
segundo miembro Pbb Pba . Por tanto
(B) (A)

³ ´† ³ ´† ³ ´†
Pbb Pba(A) = Pbb Pba(A) = Pba(A) Pbb = Pba(A) Pbb ,
(B) (B) (B) (B)

esto es, cualquier proyector espectral Pbb b conmuta con cualquier proyector
(B)
de B
espectral Pba de A.b En consecuencia:
(A)

TEOREMA: Sean A by Bb dos observables. Las dos siguientes afirma-


ciones son equivalentes:
byB
a) A b son dos observables medibles simultáneamente.
b) Cualquier proyector espectral de Ab conmuta con cualquier proyector
b
espectral de B.
148 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

b conmuta con
Si ahora recordamos que si cualquier proyector espectral de A
b entonces A
cualquiera de B b y B
b conmutan (y recíprocamente), obtenemos el im-
portantísimo

TEOREMA (de compatibilidad): Sean A by Bb dos observables.


Todas las afirmaciones siguientes son equivalentes:
by B
a) A b son dos observables medibles simultáneamente.
b) Cualquier proyector espectral de A b conmuta con cualquier
b
proyector espectral de B.
c) Existe una base ortonormal del espacio de los estados forma-
da por autoestados simultáneos de A b y B.
b
b b
d) A y B son compatibles, esto es, conmutan: [A,b B]
b = 0.

• Visto este último teorema, que nos permite caracterizar matemáticamente dos
observables medibles simultáneamente, analicemos ahora con más detalle el concepto
de simultaneidad que hemos introducido.
Sean A by B
b dos observables compatibles. Hemos de tener en cuenta que A byB b
no se pueden medir “a la vez” (excepto en el caso de que A b = f (B)),
b puesto que
la medición de Ab implica la interacción del sistema cuántico con un dispositivo que,
en general, será distinto del dispositivo requerido para medir B. b En consecuencia,
b b
por medida simultánea de A y B entendemos que medimos primero un observable e,
inmediatamente después de que se haya producido el colapso cuántico correspon-
diente, medimos el otro. Supongamos que, en el estado cuántico φ, primero medimos
b obteniendo a, y a continuación medimos B
A, b siendo el resultado b. El estado cuántico
final será

ψ a,b ∝ Pbb Pba φ.

Si hubiésemos cambiado el orden de las medidas, pero con iguales resultados b y a

ψ b,a ∝ Pba Pbb φ,

pero como Pba y Pbb conmutan, en los dos casos el estado final es el mismo. Nuestro
concepto de simultaneidad significa, por lo tanto, que no importa el orden en el que
se midan estos dos observables. Dicho de otra forma, si los resultados de las medidas
son a y b, el estado final es autoestado común de A b y Bb y sólo con este dato no
podemos inferir cuál fue el observable que se midió en primer lugar.
b con total precisión sig-
Según el espíritu del postulado 3, medir un observable B
nifica reducir un estado cuántico a otro que sea autoestado de B.b Por tanto, si Aby
b son compatibles, los podremos medir simultáneamente con total precisión, puesto
B
que siempre podremos obtener un autoestado común de A b y de B.
b

Por otra parte, si A b y B


b no son compatibles, no siempre los podremos medir
simultáneamente (con total precisión, que en este contexto es una redundancia). Peor
aún, si medimos B b en un autoestado ψ a de A,
b ni siquiera tendremos la seguridad de
b
que el valor esperado de A tras esta medida siga siendo a (lo veremos en un próximo
3.5 Compatibilidad. Relación de incertidumbre generalizada 149

b hace que “se


ejemplo). En general, el colapso producido durante esta medida de B
b
pierda” toda la información de la medida previa de A.

• El concepto de compatibilidad que hemos analizado está directamente relaciona-


do con el de preparación de un estado. Supongamos que tenemos un conjunto de
partículas independientes, cada una de ellas en un estado cuántico distinto. Sobre es-
tas partículas realizamos una medida filtrante de un observable A b que selecciona sólo
aquellas partículas para las que el resultado de esa medida haya sido un valor concreto
a. Sabemos que todas estas partículas “filtradas” están en un estado cuyo autovalor
a puede ser degenerado, por lo que no podemos afirmar que todas las partículas estén
en el mismo estado, sino que el vector de estado pertenece al subespacio propio de
Hilbert asociado a dicho autovalor. Para romper esta ambigüedad, efectuamos justa-
mente a continuación una segunda medida filtrante de un observable B, b compatible
con A,b obteniendo el valor b. Las partículas seleccionadas tras las dos medidas es-
tán en un estado que es autoestado simultáneo de A b y de B.b Podemos seguir con
el proceso hasta completar un conjunto de medidas de observables cuyos operadores
constituyen un conjunto completo de observables compatibles (CCOC). Así,
si a, b, c, ... son los resultados de las distintas medidas filtrantes de los observables
b B,
A, b C,
b ... del CCOC, el estado final tras el proceso está unívocamente definido: es
el único autoestado común de A, b B,
b C,
b ... con autovalores a, b, c, ... De esta forma,
tras esta medida maximal hemos preparado un estado cuántico: todas las partículas
que hayan “sobrevivido” a todos los filtros están en el mismo estado, caracterizado
unívocamente por los autovalores a, b, c, ... Nótese que, por una afortunada casualidad,
CCOC significa igualmente “conjunto completo de observables compatibles” y “con-
junto completo de operadores que conmutan”, conceptos que en nuestro formalismo
son equivalentes.

• Estudiemos ahora una situación más general que va a dar lugar a las célebres
relaciones de incertidumbre de Heisenberg. Dados dos observables Ab y B,
b no necesa-
riamente compatibles, consideremos un tercer observable construido a partir de ellos:
Cb = i[A,
b B],
b 9 y un estado normalizado cualquiera ψ. Se tiene el siguiente resultado
fundamental:

TEOREMA (relación de incertidumbre generalizada): Sean A b


y Bb dos observables. Si Cb = i[A,
b B],
b entonces para cualquier
estado ψ se cumple que
¯ ¯
b ψ ≥ 1 ¯¯hCi
b ψ · (∆B)
(∆A) b ψ ¯¯ (3.16)
2
o, equivalentemente,
³ ´ ³ ´ ¯³ h i ´¯
b b 1 ¯ b Bb ψ ¯¯ .
∆A · ∆B ≥ 2 ¯ ψ, A, (3.17)
ψ ψ

9 El observable Cb es, en efecto, autoadjunto (ver ejemplo 2.29):


h i† ³ ´† ³ ´
Cb † = −i A, b B
b = −i A bB
b −BbAb = −i B bAb−A bB
b = C,
b
150 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

La demostración es la siguiente. Dado el estado ψ, definamos los opera-


dores autoadjuntos

A b − hAi
b0 = A bψ ; b0 = B
B b − hBi
b ψ.

Sabemos de la ecuación (3.6) que


³ ´ ³ ´
b
∆A = kAb0 ψk ; b
∆B b 0 ψk
= kB (3.18)
ψ ψ

mientras que, como todo operador conmuta con un escalar (y tanto


b ψ como hAi
hBi b ψ son escalares)

b B]
[A, b = [A
b0 , B
b 0 ]. (3.19)

De esta forma
¯³ h i ´¯ ¯³ h i ´¯ ¯³ ´ ³ ´¯
¯ b Bb ψ ¯¯ = ¯¯ ψ, A b 0 ψ ¯¯ = ¯¯ ψ, A
b0 , B b0 B
b 0 ψ − ψ, B b0 ψ ¯¯ =
b0A
¯ ψ, A,

¯³ ´ ³ ´∗ ¯ ¯ ³ ´¯
¯ b0 b 0 b 0 ψ ¯¯ = 2 ¯¯Im A
b0 ψ, B b 0 ψ ¯¯ .
b0 ψ, B
=¯ A ψ, B ψ − A

Ahora bien, para cualquier número complejo z se cumple la desigualdad


|z| ≥ | Im z|. Por tanto
¯³ h i ´¯ ¯³ ´¯
¯ b Bb ψ ¯¯ ≤ 2 ¯¯ A b 0 ψ ¯¯ .
b0 ψ, B
¯ ψ, A,

Utilizando la desigualdad de Schwarz


¯³ ´¯ ° ° ° °
¯ b0 b 0 ¯ ° b0 ° ° b 0 °
¯ A ψ, B ψ ¯ ≤ °A ψ ° · °B ψ° ,

y usando (3.18)
¯³ ´¯ ³ ´ ³ ´
¯ b0 b 0 ¯ b · ∆B
b ,
¯ A ψ, B ψ ¯ ≤ ∆A
ψ ψ

llegando finalmente a que


¯³ h i ´¯ ³ ´ ³ ´
¯ b Bb ψ ¯¯ ≤ 2 ∆A
b · ∆B
b ,
¯ ψ, A,
ψ ψ

que es la desigualdad (3.17).


La relación de incertidumbre generalizada (3.17) nos informa sobre las propiedades
de las dos distribuciones de probabilidad asociadas a las medidas de los dos observables
b y B
A b en un estado. Ello quiere decir que si conocemos la incertidumbre de un
observable A b en un estado, entonces la incertidumbre de B b en dicho estado está
acotada inferiormente.

• Una situación muy importante es aquella en la que [A,b B]


b = ic, siendo c un
b b
escalar real. En este caso puede demostrarse que A y B tienen espectro puramente
continuo (se demostrará en la sección 3.10, y es muy importante porque es el caso
3.6 El espacio de los estados de una partícula con espín 151

de los operadores de posición y de momento lineal). La relación de incertidumbre


generalizada nos dice entonces que el producto de las incertidumbres de A b y de B b
estará acotado inferiormente para cualquier estado, siendo |c|/2 dicha cota inferior.
Como consecuencia, si ψ a es un autoestado (no normalizable) de A,b no quedará más
b
remedio que la incertidumbre de B en dicho estado sea infinita. Diremos entonces
b está completamente indefinido o indeterminado en el estado ψ .
que el valor de B a

Nota: Es importante el detalle técnico referente a la no normalización


de ψa . En caso contrario podríamos hacer el siguiente desarrollo:
³ h i ´ ³ ´ ³ ´
b B
ψa , A, b ψa = bBψ
ψa , A b a − ψa , Bb Aψ
b a
³ ´ ³ ´
= b , Bψ
Aψ b bb
a a − ψ a , B Aψ a ,

b es autoadjunto. Pero como


donde hemos utilizado el hecho de que A
b a = aψ a

³ h i ´ ³ ´ ³ ´
b B
ψa , A, b a − a ψ a , Bψ
b ψa = a ψa , Bψ b a = 0,

b B]
en contradicción con [A, b = ic. La solución a esta contradicción está
en que, puesto que ψ a no es un vector del espacio de Hilbert, no pode-
mos tratar Ab actuando sobre dicho vector como si fuese un operador
autoadjunto. Recordemos que la igualdad
³ ´ ³ ´
b
φ, Aϕ = Aφ,b ϕ

b que son estados normali-


sólo es válida para vectores del dominio de A,
zables de H.

3.6 El espacio de los estados de una partícula


con espín
• Los espectros energéticos1 0 de átomos sometidos a un campo magnético muestran
ciertas características especiales. Algunas de estas características se pueden explicar
por la existencia de un momento magnético asociado que interacciona con el campo
magnético externo. Este momento magnético es suma de dos contribuciones: la
primera, cuya existencia es explicable clásicamente, está debida a una carga eléctrica
(el electrón, en este caso) que describe una órbita, y es así proporcional al momento
angular orbital; la segunda es un momento magnético intrínseco del electrón que se
escribe como
ge μB
μe = − s, (3.20)
~
1 0 Nos referimos, naturalmente, al espectro experimental resultado de excitaciones o desex-

citaciones en el sistema.
152 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

donde ge ' 2 es un factor adimensional, denominado factor giromagnético del electrón,


s es un momento angular intrínseco o espín del electrón, ~ es (véase el capítulo
1) la constante de Planck racionalizada, h/ (2π), y

e~
μB = ' 6 × 10−9 eV/Gauss (3.21)
2me
es el llamado magnetón de Bohr del electrón (se ha dado su expresión en el sistema
Gaussiano de unidades electromagnéticas).1 1 El signo menos de (3.20) proviene del
hecho de que la carga del electrón es −e. Puesto que el electrón posee un momento
magnético μe , independientemente de su momento angular existe una energía de
interacción con un campo magnético externo B, que viene dada por
μB
E = −μe · B = ge s · B. (3.22)
~
por lo que el espín del electrón ha de detectarse en experimentos de interacción de la
partícula con un campo magnético.

• Imaginemos ahora que un haz lineal muy poco intenso de electrones se hace pasar
por un dispositivo en el que existe un campo magnético no uniforme orientado en una
dirección, que vamos a suponer es el eje Z (este tipo de dispositivos reciben el nombre
general de Stern-Gerlach o, de manera abreviada, S-G).1 2 La energía de interacción
del electrón con el campo (3.22) será, en este caso,
μB
E = −μe · B ' ge sz B (z) ,
~
donde sz es la componente z del vector de espín. A su vez, debido a la no uniformidad
del campo, aparece una fuerza cuya componente en dicha dirección es

μB ∂B(z)
Fz (z) = −ge sz ,
~ ∂z
por lo que si el electrón atraviesa el dispositivo sufrirá una fuerza proporcional a la
componente z de su espín.
Desde un punto de vista clásico la componente sz del espín, es decir, la proyección
del vector s sobre el eje privilegiado definido por el dispositvo S-G, podría tomar
1 1 El protón también tiene este momento magnético intrínseco, pero en su caso el magnetón

de Bohr es de signo opuesto y unas 2000 veces menor ya que la masa del protón es aproxima-
damente 2000 veces mayor. El neutrón, a pesar de ser una partícula neutra, también tiene un
momento magnético proporcional a su momento de espín s. La explicación de este momento
magnético “anómalo” es que el neutrón no es una partícula elemental en sentido estricto,
al estar compuesto de quarks, cada uno de ellos con espín y carga neta. Admitamos, pues,
en general que las partículas tienen un momento magnético intrínseco que es proporcional a
su vector de espín, dependiendo la constante de proporcionalidad de las propiedades de la
partícula. Esto también será cierto para sistemas formados por varias partículas, como un
núcleo o un átomo.
1 2 Téngase en cuenta que, estrictamente hablando, un campo no uniforme no puede tener

una única componente, debido a la relación de Maxwell ∇ · B = 0. Sin embargo, sí podemos


hacer que una de las componentes del campo sea mucho mayor que las otras dos.
3.6 El espacio de los estados de una partícula con espín 153

cualquier valor continuo entre + |s| y − |s|, y el haz de electrones se abriría en un


abanico continuo tras atravesar el campo. Sin embargo, el experimento muestra que
el haz inicial se desdobla a lo sumo en dos haces bien definidos. El análisis de los
resultados muestra que dichos haces corresponden a valores de sz iguales a +~/2 y
−~/2.1 3

• A la luz de los postulados de la M.C. podemos analizar el experimento como sigue.


Al hacer pasar un haz de electrones por un dispositivo de Stern-Gerlach estamos
midiendo una componente de su espín. En función del resultado de la medida, la
partícula se desvía de una forma u otra. Por tanto, debemos concluir que si sbz es
el operador asociado al observable sz , éste sólo tiene dos autovalores: ±~/2. Por
simetría, podemos decir lo mismo de cualquier otra componente del espín s.
Estos resultados nos sugieren que el espacio de los estados del espín de un electrón
(esto es, dejando de lado cualquier consideración relativa al estado mecánico de la
partícula) ha ser un espacio de Hilbert de dimensión 2. Podemos, pues, usar el
espacio C2 formado por el conjunto de pares de números complejos. Por convenio,
asignamos la base canónica de dicho espacio de Hilbert a la de autoestados de sz ,
esto es
à !
(z) 1 ~
ψ+ = representa el estado de espín con sz = bien definido
0 2

mientras que
à !
(z) 0 ~
ψ− = representa el estado de espín con sz = − bien definido,
1 2

En esta base, el operador asociado a sz es


µ ¶
~ 1 0
sbz = (3.23)
2 0 −1

(z) (z)
como se puede ver al verificar de manera directa que sbz ψ ± = ± (~/2) ψ ± .

Supongamos ahora que uno de los dos haces salientes de un Stern-Gerlach orien-
tado en la dirección Z (por ejemplo, el que está formado por electrones en el estado de
(z)
espín ψ+ ) atraviesa otro dispositivo, pero orientado en la dirección X. Se observa
entonces que cada uno de los dos haces salientes tiene igual intensidad. Lo mismo
sucede para el otro haz. Ello quiere decir que el valor esperado de sbx es nulo para los
dos autoestados de sz :
³ ´ ³ ´
(z) (z) (z) (z)
ψ + , sbx ψ + = ψ− , sbx ψ − = 0.
1 3 En realidad, la descripción que estamos dando es una descripción ideal. En la prácti-

ca, es imposible hacer un experimento de Stern-Gerlach con electrones porque la fuerza de


Lorentz sobre una partícula cargada enmascararía la fuerza debida al momento magnético.
El experimento de Stern-Gerlach original (1921) se llevó a cabo con átomos de plata neu-
tros en su estado de menor energía, para los que la situación es completamente similar a la
que aquí estamos tratando. Pocos años más tarde (en 1927), Phipps y Taylor realizaron un
experimento similar con átomos de hidrógeno.
154 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

lo que equivale a afirmar que las probabilidades de obtener ±~/2 al medir sx son las
mismas. Idéntico resultado se tiene para un Stern-Gerlach orientado en el eje Y o
en cualquier otra dirección perpendicular a Z. Podemos concluir que, en general, si
ψ es autoestado de una componente del espín, el valor esperado de cualquier otra
componente perpendicular del espín es nulo. La asignación (debida a Pauli) de los
operadores sbx , sby asociados a los observables sx , sy
µ ¶ µ ¶
~ 0 1 ~ 0 −i
sbx = ; sby = (3.24)
2 1 0 2 i 0

cumple todas estas propiedades (además de otras más generales que se estudian a un
nivel más avanzado).

Ejemplo 3.8. Obtenga los estados propios, en la base de autoestados de


sbz , de los observables sbx y sby .
Solución:
Naturalmente (compruébese) σ (b sx ) = σ (b
sy ) = {−~/2, +~/2}.
(x) (x)
Designemos por ψ + , ψ − los autoestados de sbx con autovalor ~/2 y −~/2, respecti-
vamente. Entonces
µ ¶µ ¶ µ ¶
(x) ~ (x) 0 1 a a
sbx ψ+ = ψ ⇒ = ⇒ a=b
2 + 1 0 b b
µ ¶µ ¶ µ ¶
(x) ~ (x) 0 1 c c
sbx ψ− = − ψ− ⇒ =− ⇒ c = −d
2 1 0 d d

de donde, inmediatamente,
à ! à !
(x) 1 1 1 ³ (z) (z)
´
(x) 1 1 1 ³ (z) (z)
´
ψ+ = √ = √ ψ+ + ψ− ; ψ− = √ = √ ψ+ − ψ−
2 1 2 2 −1 2
(3.25)

con los autoestados ya normalizados.


Procediendo de manera similar para sby , tenemos que
µ ¶µ ¶ µ ¶
(y) ~ (y) 0 −i a a
sby ψ + = ψ+ ⇒ = ⇒ ia = b
2 i 0 b b
µ ¶µ ¶ µ ¶
(y) ~ (y) 0 −i c c
sby ψ − = − ψ− ⇒ =− ⇒ ic = −d
2 i 0 d d

por lo que
à ! à !
(y) 1 1 1 ³ (z) (z)
´
(y) 1 1 1 ³ (z) (z)
´
ψ+ = √ = √ ψ+ + iψ − ; ψ− = √ = √ ψ + − iψ− .
2 i 2 2 −i 2
(3.26)

Ejemplo 3.9. Obtenga el observable sb2 = sb2x +b


s2y +b
s2z e interprete el resultado.
Solución:
3.6 El espacio de los estados de una partícula con espín 155

Es operativo:
µ ¶2 µ ¶2 µ ¶2
~2 0 1 ~2 0 −i ~2 1 0
sb2 = sb2x + sb2y + sb2z = + +
4 1 0 4 i 0 4 0 −1
µ ¶ µ ¶2 µ ¶2
~2 1 0 ~2 1 0 ~2 1 0 3~2 b
= + + = I.
4 0 1 4 0 1 4 0 1 4

El resultado no es sorprendente, ya que indica que el módulo del momento magnético


intrínseco del electrón es constante, independientemente del estado cuántico. Por
simetría, los cuadrados de las tres componentes han de tomar el mismo valor e igual
a 1/3 del de sb2 . En definitiva:

1 2 ~2 b
sb2x = sb2y = sb2z = sb = I. (3.27)
3 4

Ejemplo 3.10. ¿Es posible medir simultáneamente con precisión arbitraria


las componentes x e y del espín de un electrón? En caso negativo indique
una cota inferior para el producto ¡ ¢ de las incertidumbres y compruebe el
(z)
resultado para el estado ψ+ = 10 , autoestado de la componente z del espín
con valor +~/2.
Solución:
De acuerdo con (3.17), debemos analizar los posibles valores medios de [b sx , sby ] =
sbx sby − sby sbx . A partir de su representación matricial:
½µ ¶µ ¶ µ ¶µ ¶¾
~2 0 1 0 −i 0 −i 0 1
sx , sby ]
[b = −
4 1 0 i 0 i 0 1 0
½µ ¶ µ ¶¾ µ ¶
~2 i 0 −i 0 i~2 1 0
= − = = i~b
sz ,
4 0 −i 0 i 2 0 −1

esto es, sbx y sby no son compatibles y, por tanto, no se pueden medir con precisión
arbitraria. Aplicando la relación de incertidumbre generalizada (3.17), para un estado
cualquiera φ

~ ¯¯ ¯
¯
(∆b
sx )φ (∆b
sy )φ ≥ sz iφ ¯ .
¯hb (3.28)
2

(z) ¡ ¢
Si ahora consideramos φ = ψ + = 10 , tenemos hb sz iφ = ~/2 y hb
sx iφ = hb
sy iφ = 0
porque las probabilidades de obtener ±~/2 al medir sbx y sby son 1/2 para cada uno
de los autoestados de sbz . Así
q r
~2 ~
(∆b sx )φ = hb sx i2φ =
s2x iφ − hb − 02 =
4 2
e, igualmente

~
sy )φ =
(∆b
2
156 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

por tanto, aunque se satura, la desigualdad (3.28) efectivamente se cumple.


Este ejemplo se puede generalizar inmediatamente al resto de combinaciones:
~ ¯¯ ¯
¯
sy , sbz ] = i~b
[b sx ⇒ (∆b sz )φ ≥ ¯hb
sy )φ (∆b sx iφ ¯
2
~ ¯¯ ¯
¯
sz , sbx ] = i~b
[b sy ⇒ (∆b sx )φ ≥ ¯hb
sz )φ (∆b sy iφ ¯
2

Ejemplo
¡ γ ¢3.11. El estado del espín de un electrón es, en un instante dado,
φ = cos
sin γ
. Calcule, en función de γ ∈ [0, 2π] :
a) las probabilidades de que al medir la componente x del espín se obtengan
los valores +~/2 y −~/2.
b) la incertidumbre de sby .
Solución:
a) El estado está normalizado. Así, usando (3.2):
¯Ã à ! à !!¯2
¯³ ´¯2 ¯ 1 1 cos γ ¯
(sx ) ¯ (x) ¯ ¯ ¯
Pr φ (~/2) = ¯ ψ + , φ ¯ = ¯ √ , ¯
¯ 2 1 sin γ ¯
1 1 + 2 cos γ sin γ 1 + sin (2γ)
= (cos γ + sin γ)2 = = .
2 2 2
Análogamente:
¯Ã à ! à !!¯2
¯³ ´¯2 ¯ 1 1 cos γ ¯
(s ) ¯ (x) ¯ ¯ ¯
Pr φ x (−~/2) = ¯ ψ− , φ ¯ = ¯ √ , ¯
¯ 2 −1 sin γ ¯
1 1 − 2 cos γ sin γ 1 − sin (2γ)
= (cos γ − sin γ)2 = = .
2 2 2
(s ) (s )
Naturalmente Pr φ x (~/2) + Pr φ x (−~/2) = 1
­ ®
b) Como ya sabemos que para cualquier estado s2y = ~2 /4, evaluemos hb
sy iφ :
µµ ¶ µ ¶µ ¶¶
cos γ ~ 0 −i cos γ
hb
sy iφ = (φ, sby φ) = , =
sin γ 2 i 0 sin γ
µµ ¶ µ ¶¶
cos γ ~ −i sin γ
= , =0
sin γ 2 i cos γ

por lo que
~
sy )φ =
(∆b ,
2
independientemente del valor de γ.

• Como hemos anticipado, el espacio de Hilbert de una partícula en una dimen-


sión espacial es el de las funciones φ (x) de cuadrado integrable. Si dicha partícula
tiene espín s = 1/2 (en referencia a los valores que toma una cualquiera de las com-
ponentes de s) y queremos incluirlo en nuestra descripción, tendremos que usar el
producto tensorial de los espacios L2 (R) y C2 (véase la sección 2.20 ). Por tanto, el
3.6 El espacio de los estados de una partícula con espín 157

estado cuántico de un electrón estará dado por un objeto que es una función de dos
componentes
µ ¶ µ ¶ µ ¶
φ+ (x) 1 0
[Ψ] (x) = = φ+ (x) ⊗ + φ− (x) ⊗ .
φ− (x) 0 1

Este objeto se denomina función espinorial o espinor. Nótese que si el estado está
normalizado, entonces
µ ¶ Z
~ ¯ ¯
PrΨ sz = ± = ¯φ± (x)¯2 dx
2 R

y
Z ³
~ ¯ ¯ ¯ ¯ ´
sz i =
hb ¯φ+ (x)¯2 − ¯φ− (x)¯2 dx.
2 R

Ejercicio 3.9. En principio, para determinar un estado Ψ de espín 1/2 necesitamos


dos números complejos (uno por componente), es decir, cuatro números reales. Ahora
bien, siempre podemos multiplicar el vector de estado por una constante y, además,
el vector de estado está normalizado. Por tanto, realmente necesitamos sólo dos
números reales para determinar sin ambigüedad Ψ.
a) Compruebe que siempre es posible escribir un estado de espín 1/2 en la forma
à !
a
Ψ= √ ; a ∈ [0, 1] , γ ∈ [0, 2π)
1 − a2 eiγ

b) Obtenga, en función de a y γ los valores esperados de las tres componentes del


espín.

Ejercicio 3.10. Demuestre las igualdades

sx , sby ] = i~b
[b sz ; sy , sbz ] = i~b
[b sx ; sz , sbx ] = i~b
[b sy ,

conocidas como reglas de conmutación para las componentes del espín.


A partir de estas tres igualdades, y únicamente a partir de ellas, demuestre que
£ ¤ £ ¤ £ ¤
sbx , sb2 = sby , sb2 = sbz , sb2 = 0.

¡ ¢ 3.11. Un haz de partículas de espín 1/2 se encuentra en el estado de


Ejercicio
espín 10 . Dicho haz atraviesa un dispositivo S-G orientado en la dirección del eje
X. A continuación reunimos los dos haces emergentes pero sin cambiar los estados
cuánticos de espín de cada una de las partículas. Si este nuevo haz atraviesa un
segundo S-G orientado en la dirección Z, calcule las intensidades relativas de los dos
haces emergentes.
158 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

3.7 Evolución temporal de los estados cuánticos


• Los postulados 1 a 4 establecen las bases para la descripción de los sistemas
cuánticos. No hemos dicho nada, sin embargo, de la evolución de dichos sistemas
entre dos procesos de medida separados temporalmente. Necesitamos, por tanto, un
nuevo postulado que nos indique cómo es la dinámica en la M.C.
Recordemos lo que dijimos acerca del tiempo como parámetro tras el postulado
1 y que, para ser consistentes con la notación allí establecida, deberíamos escribir los
estados en la forma ψ t . No obstante, escribiremos ψt ≡ ψ(t) sin peligro de confusión,
pues sólo tratamos de establecer la relación entre los diferentes estados o vectores ψ tn
que constituyen la evolución temporal del sistema. Así

POSTULADO 5.- Para todo sistema físico cerrado existe un


b llamado operador hamiltoniano,
operador lineal autoadjunto H,
tal que:
a) Es el operador asociado al observable energía total del sis-
tema.
b) Determina la evolución temporal del estado ψ t ≡ ψ(t) del
sistema a través de la ecuación:

∂ b
i~ ψ(t) = Hψ(t) (3.29)
∂t

siempre que el sistema no sea perturbado por una medida. La


ecuación (3.29) es la ecuación de Schrödinger en su forma más
general.

Nótese que ésta es la primera vez que aparece en la base postulacional la constante
universal ~. La forma explícita de H b dependerá de cuál sea el sistema físico, que a
su vez “sugiere” cuál va a ser el espacio de Hilbert y la representación (en definitiva,
la interpretación física de la base de vectores) que utilicemos en dicho espacio. Por
ejemplo, si el espacio de Hilbert es un espacio de funciones, el operador H b puede
incluir operadores diferenciales de las coordenadas espaciales o del momento lineal,
de modo que la ecuación (3.29) puede ser una ecuación en derivadas parciales. No
obstante, independientemente de cuál sea esta forma explícita, la ecuación (3.29) es
totalmente general, y por sí sola nos va a permitir obtener una serie de resultados
fundamentales que deben satisfacerse en la evolución temporal de un sistema cuántico
cualquiera.

Al decir que el sistema es cerrado estamos señalando que sobre él no actúan


fuentes exteriores. Naturalmente, no hemos de confundir sistema cerrado con sistema
libre: si sobre una partícula actúa el potencial V (x),1 4 nuestro sistema físico cerrado
estará constituido por la partícula y la fuente de dicho potencial que, en primera
aproximación, supondremos imperturbable por la presencia de la partícula.
1 4 Siendo estrictamente rigurosos con la terminología, el potencial mecánico es la energía

potencial dividida por la masa de la particula. Sin embargo, por simplicidad en la nomen-
clatura, usaremos potencial y energía potencial como sinónimos.
3.7 Evolución temporal de los estados cuánticos 159

Puede ocurrir, por el contrario, que el sistema esté afectado por fuentes externas
cuya evolución temporal sea conocida. Un ejemplo sencillo sería el de una partícula
sometida a la acción de un potencial V (x, t) dependiente explícitamente del tiem-
po. En este caso se puede extender el postulado 5 considerando la existencia de un
b
operador hamiltoniano H(t) que contenga esta dependencia temporal de las fuentes
externas. La ecuación de Schrödinger (3.29) sigue siendo válida, pero ya no podremos
b
decir que H(t) es el operador asociado a la energía total del sistema (entendida la
energía total como aquella magnitud que se conserva en un sistema físico debido a
su invariancia bajo traslaciones temporales). Es por ello por lo que en Mecánica se
prefiere usar el término hamiltoniano en lugar del de energía, aunque en el ejemplo
que acabamos de exponer se cumpla que
b =K
H b + Vb (t)

b es el operador asociado a la energía cinética de la partícula.


donde K

Al igual que puede ocurrir que el observable hamiltoniano dependa del tiempo,
existen otros observables que también pueden hacerlo. Por ejemplo, el momento
lineal o la posición son observables sin dependencia explícita en el tiempo pero el
impulso lineal, definido para una partícula sometida a una fuerza conservativa como
I(t) = −(t − t0 ) × dV (x)/dx siendo t0 un tiempo de referencia, es un sencillo ejemplo
de observable con dependencia explícita temporal. En los planteamientos formales
más abstractos de la M.C., los observables con dependencia temporal son aquellos
asociados a aparatos de medida que evolucionan en el tiempo. Sin embargo, el registro
final de la medida implica un salto discontinuo que no es descriptible mediante la
ecuación de Schrödinger (ver las secciones que posteriormente se dedican al problema
de la medida). Resulta ya ocioso volver a insistir en que, bajo un punto de vista
matemático, el tiempo es un parámetro que no tiene nada que ver con la estructura
del espacio de Hilbert de los estados.

Volvamos a insistir en que el postulado 5 no nos da recetas de cómo es H b para un


sistema físico concreto. Son principios físicos más generales (y el postulado 6) quienes
lo determinan. De hecho, eso es lo que se hace cuando en los textos de Mecánica
Clásica: se “deduce” el lagrangiano de una partícula libre basándose únicamente en
requerimientos de simetría y de invariancia respecto de una traslación temporal.1 5

• La ecuación diferencial de Schrödinger es de primer orden en el tiempo. Por tanto,


si conocemos el estado en el instante inicial ψ (t = 0) (por ejemplo, como resultado
de una preparación a través de una medida maximal), la resolución de la ecuación de
Schrödinger nos permite obtener el estado para cualquier instante posterior (siempre,
b
claro está, que no actúe entre medias una perturbación exterior no englobada en H).
Una forma elegante de expresar esta evolución es mediante el llamado operador de
evolución temporal, que obtendremos a continuación para el caso más sencillo de un
hamiltoniano independiente del tiempo (característica que siempre supondremos salvo
indicación expresa de lo contrario). Este operador tendrá una importancia crucial en
formulaciones más avanzadas de la M.C.
1 5 Véase, por ejemplo, el libro de Landau y Lifshitz Mecánica (Editorial Reverté), primer

volumen de la colección Curso de Física Teórica.


160 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

b (t) como aquel operador


Definimos el operador de evolución temporal U
que actúa en el espacio de los estados de manera que, dado un estado
cuántico en el instante t = 0, su actuación sobre éste nos da el estado
cuántico en el instante t:

b (t)ψ (0) = ψ (t) .


U (3.30)

Si introducimos (3.30) en la ecuación de Schrödinger (3.29)

∂ ³b ´ ³
b U b (t)ψ (0)
´ b (t)
∂U ³
bU
´
b (t) ψ (0)
i~ U(t)ψ (0) = H =⇒ i~ ψ (0) = H
∂t ∂t

y como la anterior igualdad es válida para cualquier estado ψ (0), tenemos la siguiente
identidad entre operadores:

b (t)
∂U
i~ bU
=H b (t) ; (3.31)
∂t
a la que debemos añadir la “condición inicial”

b (0) = I,
U b (3.32)

donde Ib es el operador identidad. Las ecuaciones (3.31) y (3.32) constituyen for-


malmente una ecuación diferencial de primer orden cuya solución (para operadores)
es
µ ¶ X∞ µ ¶n
b (t) = exp − it H
U b = 1

it b n.
H (3.33)
~ n=0
n! ~

b no es un operador autoadjunto, lo que nos indica que no


Evidentemente, U(t)
representa magnitud observable alguna. Sin embargo supone una representación muy
gráfica de la evolución temporal del estado cuántico dentro del contexto matemático
de la teoría de espacios de Hilbert. A partir de la expresión anterior es fácil demostrar
las siguientes propiedades del operador U b (t) para un hamiltoniano H b independiente
del tiempo:
b − τ ) ψ (τ ).
1. ψ (t) = U(t
Esta igualdad muestra la mencionada invariancia bajo traslaciones temporales
de un sistema en el que la energía se conserva. La evolución entre dos instantes
depende únicamente del intervalo de tiempo transcurrido: si φ (0) = ψ(τ ) en-
tonces φ (t) = ψ (τ + t).
b (t1 + t2 ) = U(t
2. U b 1) U
b (t2 ).
b −1 (t) = U
3. U b (−t), como consecuencia U
b (t)U
b (−t) = U(−t)
b b
U(t) = 1.
b † b b b † b b
Por otra parte, U (t) = U(−t), por lo que U (t)U (t) = U † (t)U(t) =1y
b (t) es un operador unitario y la norma del vector de estado ψ (t) se
U
conserva en la evolución temporal.
3.7 Evolución temporal de los estados cuánticos 161

De acuerdo con el último punto, si el vector de estado ψ (0) estaba normalizado


ψ (t) seguirá estándolo mientras el sistema siga su evolución dinámica determinada
b
por el hamiltoniano H.
Este comportamiento contrasta abiertamente con lo que sucede en el proceso de me-
dida descrito en el postulado 4. La interacción entre el aparato de medición y el
sistema se representa mediante una proyección del vector de estado que disminuye su
norma, lo que obliga en la formulación matemática a renormalizar el estado en el que
queda el vector de estado tras la medición.

• Al ser Hb un operador autoadjunto, existe una base completa del espacio de


Hilbert de los estados formada por autoestados de H. b Consideremos uno de estos
estados, ϕn,j , siendo n el índice correspondiente al autovalor del hamiltoniano o
autoenergía1 6 En , y j un segundo índice relativo a la multiplicidad gn de En . Estos
autoestados de la energía han de ser solución de la ecuación de autovalores para
el operador hamiltoniano:

b n,j = En ϕn,j
Hϕ (3.34)

que es la llamada ecuación de Schrödinger independiente del tiempo.


Supongamos que en el instante t = 0, el estado cuántico del sistema es ψ (0) =
ϕn,j . La evolución temporal de dicho autoestado es
µ ¶
it b
ψ (t) ≡ ϕn,j (t) = exp − H ϕn,j = e−iEn t/~ ϕn,j = e−iEn t/~ ψ(0) (3.35)
~

b
Por tanto, si en un instante dado de tiempo el estado cuántico es autoestado de H,
la evolución temporal del mismo se reduce a un cambio en una constante multiplica-
tiva de módulo unidad. Dicho de otra forma, los autoestados de la energía son
estados estacionarios que no evolucionan físicamente en el tiempo. Así, en un
autoestado de H b ninguna de sus características físicas (valores esperados,
probabilidades de medición, etc.) evoluciona en el tiempo.

En general, cuando escribimos ϕn,j nos estamos refiriendo al autovector norma-


lizado del operador H,b mientras que ϕn,j (t) es el vector de estado que representa a
un tiempo t el estado cuántico correspondiente. Esta notación se suele generalizar y,
así, al indicar que el estado del sistema es el vector ψ se sobreentiende que éste es
el estado en un instante de referencia que, por convenio, es el instante t = 0. Como
consecuencia, la evolución temporal dada por (3.30) y (3.33) se escribe como
µ ¶
b ψ = exp − it H
ψ (t) = U(t) b ψ
~
aunque nosotros procuraremos siempre indicar explícitamente las dependencias tem-
porales.
1 6 El lector debe irse dando cuenta de cómo la identificación ya anunciada entre los concep-

tos físicos y los matemáticos continúa sin descanso. Llegará un momento en el que no diremos
“sea un vector de estado que es autovector del operador Pb (que representa el momento lineal)
con autovalor p”, sino simplemente “sea un autoestado de Pb con momento p”.
162 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

• La expresión (3.35) es cierta sólo para estados estacionarios, pero indica cuál es
la mejor forma de obtener la evolución temporal de un estado cualquiera conocida
la condición inicial, esto es, el vector de estado ψ (0) en t = 0. Puesto que, como
acabamos de decir, existe una base de estados estacionarios, podemos escribir el
desarrollo de Fourier de ψ(0) en esta base:1 7
gn gn
XX ¡ ¢ XX
ψ (0) = ϕn,j , ψ (0) ϕn,j = cn,j (0)ϕn,j , (3.36)
n j=1 n j=1

b En un
donde cn,j (0) son las coordenadas de ψ (0) en la base de autoestados de H.
instante cualquiera t, se ha de cumplir que
gn gn
XX ¡ ¢ XX
ψ (t) = ϕn,j , ψ (t) ϕn,j = cn,j (t) ϕn,j . (3.37)
n j=1 n j=1

b
Al aplicar la ecuación (3.29), por la linealidad de ∂/∂t y H,
gn µ ¶ gn gn
XX ∂cn,j (t) XX XX
i~ ϕn,j = b n,j =
cn,j (t)Hϕ cn,j (t)En ϕn,j .
n j=1
∂t n j=1 n j=1

Si dos estados son iguales, son iguales sus coordenadas en una misma base. De esta
manera ha de cumplirse que
∂cn,j (t)
i~ = En cn,j (t), (3.38)
∂t
que tiene como solución
µ ¶
iEn t
cn,j (t) = cn,j (0) exp − . (3.39)
~
Por tanto, la solución general a la ecuación de Schrödinger dependiente del tiempo es

Ã" g # µ ¶!
X X n
iEn t
ψ (t) = cn,j (0)ϕn,j exp − (3.40)
n j=1
~
¡ ¢
con cn,j (0) = ϕn,j , ψ (0) .
Ejemplo 3.12. Consideremos un cierto sistema físico en el que las energías
b son ε1 , ε2 y ε3 .1 8 Una base ortonormal de
permitidas (autovalores de H)© ª
autoestados de la energía es ϕ1 , ϕ2,1 , ϕ2,2 , ϕ3 (el autovalor ε2 es degene-
rado con multiplicidad dos). En t = 0 el estado cuántico del sistema (ya
normalizado) es
1 n √ o
ψ(0) = √ ϕ1 + 2ϕ2,1 − iϕ2,2 − ϕ3 .
5
b sea discreto. La general-
1 7 Por simplicidad nos limitamos al caso de que el espectro de H

ización al caso del continuo es inmediata.


1 8 Aun a riesgo de parecer repetitivos, recordemos al lector cómo los términos

matemáticos y físicos se entremezclan en el lenguaje de la Mecánica Cuántica.


3.7 Evolución temporal de los estados cuánticos 163

Calcular el valor esperado de la energía en t = 0. ¿Cuál el estado del


sistema a un tiempo t? ¿Cuál es, para ese instante de tiempo, el valor
esperado de la energía?
Solución:
De manera directa
¯ ¯ ¯ √ ¯2 ¯ ¯ ¯ ¯
¯ 1 ¯2 ¯ 2¯ ¯ −i ¯2 ¯ −1 ¯2 ε1 + 3ε2 + ε3
hEiψ(0) = ¯¯ √ ¯¯ ε1 + ¯¯ √ ¯¯ ε2 + ¯¯ √ ¯¯ ε2 + ¯¯ √ ¯¯ ε3 = .
5 5 5 5 5

La evolución temporal de ψ (t) se obtiene fácilmente a partir de (3.40):


1 n ³√ ´ o
ψ(t) = √ e−iω1 t ϕ1 + e−iω2 t 2ϕ2,1 − iϕ2,2 − e−iω3 t ϕ3 ,
5
donde ωn = εn /~. De esta forma
¯ −iω t ¯2 ¯ √ −iω t ¯2 ¯ ¯
−iω 2 t ¯2
¯ −iω t ¯2
¯e 1 ¯ ¯ 2 ¯ ¯ ¯ 3 ¯
hEiψ(t) = ¯ √ ¯ ε1 + ¯ 2e√ ¯ ε2 + ¯ −ie√ ¯ ε2 + ¯ −e√ ¯ ε3
¯ 5 ¯ ¯ 5 ¯ ¯ 5 ¯ ¯ 5 ¯
ε1 + 3ε2 + ε3
= = hEiψ(0) ,
5
b no depende del tiempo. Lo mismo puede decirse
esto es, el valor esperado de H
de cualquier otra magnitud relativa a la energía (probabilidades de medición, incer-
tidumbre, etc.) pero no necesariamente de otras magnitudes físicas.

• Un aspecto interesante de la evolución de los sistemas cuánticos es el siguiente.


Consideremos un estado que en t = 0 es combinación lineal de dos autoestados de la
energía correspondientes a dos energías distintas ε1 y ε2 :

ψ (0) = aϕ1 + bϕ2 con |a|2 + |b|2 = 1.

En este caso, la evolución temporal de ψ es inmediata:


µ ¶ µ ¶
iε1 t iε2 t
ψ (t) = a exp − ϕ1 + b exp − ϕ2 .
~ ~
Sacando factor común la primera exponencial temporal
µ ¶ ½ µ ¶ ¾
iε1 t i (ε2 − ε1 ) t
ψ (t) = exp − × aϕ1 + b exp − ϕ2 .
~ ~
Pero escrito el estado de esta forma, la primera exponencial temporal es un simple
factor multiplicativo de módulo unidad que no tiene significación física. Es lícito
entonces reescribir ψ (t) como

ψ (t) = aϕ1 + b exp (−iω12 t) ϕ2 , (3.41)

donde ω12 = (ε2 − ε1 ) /~. Observamos así que la evolución del estado es periódica en
el tiempo con periodo T = 2π/ω12 ; concretamente
2π h
ψ(t) = ψ (t + nT ) ; n = 0, 1, 2, ... ; T = = (3.42)
ω12 ε2 − ε1
164 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

y, naturalmente, todas las propiedades físicas del estado poseen similar evolución
temporal.

• Terminemos esta sección insistiendo de nuevo en que la evolución del estado cuán-
tico de un sistema es completamente determinista siempre que no efectuemos una
medida. Al medir una magnitud en el estado, a no ser que el estado sea autoestado
de la magnitud no podemos predecir el resultado de la medida y, por tanto, cuál va
ser el colapso o reducción que va a sufrir el estado. Hay, entonces, una componente
estocástica en la evolución que no puede extraerse del mero conocimiento del vector
de estado ψ (t). Naturalmente, estamos admitiendo que la interpretación de los ante-
riores postulados es la que hemos dado aquí; pero ya hemos señalado que hay físicos
que defienden otras teorías no ortodoxas, pero no por ello menos consistentes. En es-
tas el conocimiento máximo de un estado cuántico no lo da el vector de estado ψ (t).
El carácter probabilista de las mediciones en M.C. no sería entonces una propiedad
esencial de la naturaleza, sino que vendría dado por un conocimiento incompleto del
estado físico. Existirían así una serie de variables ocultas cuyos valores no pueden
inferirse a partir de la representación ψ (t). Si tuviésemos una forma de conocer
dichas variables ocultas podríamos determinar completamente la evolución del sis-
tema, incluyendo los resultados (no las probabilidades) de una posible medida. Estas
teorías, sobre las que hablaremos brevemente al final del capítulo, no quitan validez
alguna al formalismo cuántico tal como lo estamos exponiendo. Sólo cuestionan su
interpretación.

Ejercicio 3.12. Demuestre (3.35), usando tanto la ecuación de Schrödinger como el


operador de evolución temporal. (Tenga en cuenta el Ejercicio 3.5).
Ejercicio 3.13. Obténgase la igualdad (3.40) utilizando el operador de evolución
b (t).
temporal U
Ejercicio 3.14. Obténgase la igualdad (3.40) a partir de (3.35) y aplicando el prin-
cipio de superposición: si φ(0) = aψ(0) + bϕ(0), entonces ψ (t) = aψ (t) + bϕ (t) (esto
es debido, naturalmente, a la linealidad de la ecuación de Schrödinger dependiente
del tiempo).
Ejercicio 3.15. Generalice (3.40) al caso de un operador hamiltoniano que tenga un
espectro con parte continua.
Ejercicio 3.16. Considérese un estado cuántico que es una combinación lineal de
N estados estacionarios de energías ε1 , ε2 ,..., εN todas ellas diferentes entre sí. De-
mostrar que el estado evoluciona periódicamente en el tiempo si y solo si la razón
entre las energías ε1 , ε2 ,...,εN es conmensurable, esto es si

ε1 : ε2 : ... : εN = n1 : n2 : ... : nN

con todos los nj números enteros. ¿Cuál será entonces el periodo T asociado a dicha
evolución temporal?
Sugerencia: imponer la igualdad ψ (t) = ψ(t + nT ) y a partir de ella deducir que para
que exista una solución T se tiene que cumplir la relación de conmensurabilidad entre
las energías.
3.8 Evolución temporal relativa a los observables 165

3.8 Evolución temporal relativa a los observa-


bles
• En la sección anterior hemos postulado la ecuación relacionada con la evolución
temporal de un estado y obtenido su solución general en términos de las coordenadas
del estado inicial en una base de autoestados de la energía. Consideremos ahora un
observable A b independiente del tiempo.1 9 En esta sección vamos a obtener una ex-
b ψ(t) para cualquier
presión que nos señalará cuál es la evolución del valor esperado hAi
instante t. Ahora bien, como los resultados van a ser ciertos para cualquier estado,
descargaremos la notación y escribiremos hAi b t , dando por supuesto que es el valor
b
medio de A en el mencionado estado genérico ψ (t):
³ ´
b t = ψ (t) , Aψ
hAi b (t)

Por tanto
∂ D bE ∂ ³ b (t)
´
i~ A = i~ ψ (t) , Aψ
∂t t ∂t
b no depende explícitamente de t, esto es ∂ A/∂t
y como A b = 0, podemos escribir
D E µ ¶ µ ¶
∂ b ∂ b b ∂
i~ A = −i~ ψ (t) , Aψ (t) + ψ (t) , Ai~ ψ (t)
∂t t ∂t ∂t
(nótese que hay que tratar los escalares imaginarios correctamente al introducirlos en
un producto escalar: por eso aparece −i en el primer sumando). Utilizando una vez
más el postulado 5,
∂ D bE ³
b (t) , Aψ
´ ³
b (t) + ψ (t) , A bHψ(t)
b
´
i~ A = −Hψ ,
∂t t

b es autoadjunto, luego
pero H
∂ D bE ³ ³
bH
b −H
bA
´ ´
b ψ (t) .
i~ A = ψ (t) , A
∂t t

bH
Como A b −H
bAb = [A,
b H],
b llegamos a la importante ecuación

∂ D bE Dh
b H
b
iE
i~ A = A, (3.43)
∂t t t

que relaciona en cualquier estado ψ (t) la variación temporal del valor medio
de un observable con el valor medio del conmutador del observable con el
hamiltoniano.
1 9 Insistamos otra vez: esto no quiere decir, ni mucho menos, que los valores esperados, o las

distribuciones de probabilidad, de las magnitudes físicas asociadas a A b no varían el tiempo,


pues estas características se obtienen a partir de vectores de estado que sí evolucionan en el
tiempo. Así, el valor medio de A b para el estado cuántico ψ (t) normalizado vendrá dado por
³ ´
b ψ(t) ≡ ψ (t) , Aψ
hAi b (t) ,

que es una cantidad que, en general, cambia en el tiempo.


166 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

b verifica que [A,


• Como primera consecuencia de (3.43), si un observable A b H]
b = 0,
decimos que A b es una constante del movimiento ya que el valor medio de dicho
observable es constante en el tiempo para cualquier estado (sea estacionario o
no), esto es:
h i D E D E
b es constante del movimiento ⇐⇒
A b H
A, b =0 ⇔ A b
b = A (3.44)
t t=0

b es una constante del movimiento.


Evidentemente, la propia energía H

• De acuerdo con el punto anterior, si A b es una constante del movimiento, en-


tonces A byH b son observables compatibles. Así podemos construir una base del
espacio de los estados formada por autoestados simultáneos de A b y H.
b Sea entonces
b y j,
ϕε,a,j esta base, donde ε indica el autovalor de la energía, a el del observable A
como siempre, es un índice adicional que nos informa de las posibles multiplicidades.
De esta forma, cualquier estado puede escribirse para t = 0 como
XX
ψ (0) = cε,a,j ϕε,a,j
ε,a j

y, para un instante de tiempo dado,


XX
ψ (t) = exp (−iεt/~) cε,a,j ϕε,a,j .
ε,a j

Para este instante de tiempo, la probabilidad de que al medir A b se tenga el valor a


será
XX
Prψ (a)|t = | exp (−iεt/~) cε,a,j |2
ε j
XX
= |cε,a,j |2 = Prψ (a)|t=0 ,
ε j

donde los sumatorios se extienden sobre los índices y valores correspondientes. Esto
demuestra un importante resultado adicional: si Ab es una constante del movimien-
to, la probabilidad de que al medir A b se obtenga un determinado valor es
constante en el tiempo para cualquier estado cuántico. Obviamente, la recíp-
roca también es cierta: si para cualquier estado las probabilidades son constantes en
el tiempo, los valores medios también lo son y, por tanto, el observable es constante
del movimiento.
Nota importante: se debe recordar que si la medida de A b se realiza hay
colapso cuántico del estado y éste cambia. Así, tras una medida puede
cambiar el valor esperado de una constante de movimiento. Recuerde que
la ecuación de Schrödinger nos indica la evolución temporal del sistema
siempre y cuando no se vea perturbada por un agente exterior, y una
medida lo es.
La compatibilidad entre H b y cualquier constante del movimiento tiene otra im-
portante conclusión. Si queremos construir un CCOC que contenga al hamiltoniano,
3.8 Evolución temporal relativa a los observables 167

dicho CCOC estará formado por constantes del movimiento. Por ejemplo (no in-
cluimos el espín), en el átomo de hidrógeno un CCOC es el conjunto compuesto por
la energía, el cuadrado del momento cinético y su componente z. Cualquier estado de
la base asociada está unívocamente caracterizado por los autovalores εn , ` (` + 1) ~2
y m` ~ de estos tres observables.2 0 Los índices n, ` y m` son los números cuánti-
cos característicos del átomo de hidrógeno en esta descripción. En general, puesto
que, por conveniencia, siempre trabajamos en una base de estados estacionarios, los
números cuánticos están asociados a los valores que toman las diferentes constantes
del movimiento.

• Conviene hacer notar que hay una confusión bastante extendida relativa a este
punto. Si Ab es una constante del movimiento, hAi b t = const. para cualquier estado
cuántico. Esto no tiene nada que ver con el hecho de que, para cualquier observable
b su valor esperado es constante en un estado estacionario (autoestado de la
B,
energía). El hecho hBib t = const. en un estado estacionario no nos aporta nada,
puesto que esta invariancia temporal es debida al carácter estacionario del estado, no
b (que bien puede no conmutar con H).
a ninguna peculiaridad especial de B b

Ejemplo 3.13. Un electrón se encuentra en el seno de un campo magnético


estático y uniforme B = B ez . Despreciando el movimiento del electrón
obtenga:
a) El hamiltoniano del sistema.
b) Las energías permitidas y sus correspondientes autoestados.
c) En un instante t = 0 medimos la componente x del espín, obteniendo el
valor +~/2. Calcule el estado del sistema para cualquier instante posterior.
En particular estudie cómo evoluciona en el tiempo el valor esperado de
sx y la probabilidad de que al medir sx obtengamos el valor +~/2.
Solución:
a) De acuerdo con (3.22), la energía de interacción entre el espín del electrón y un
campo magnético externo es
μB
E = −μe · B = ge s·B
~
En el caso que nos ocupa, B = B ez , por lo que
gs μB B
E= sz = ωsz
~
donde ω = gs μB B/~ ' 2μB B/~ es una constante con dimensiones de frecuencia. Por
tanto podemos escribir
b = ωb
H sz

es decir, el hamiltoniano es proporcional a la componente z del espín.


b) Como H b es proporcional a sbz , las energías permitidas son ε− = −~ω/2 y ε+ =
(z) ¡ ¢
+~ω/2. Los autoestados respectivos son los de la componente z del espín: ψ− = 01
2 0 La deducción completa del espectro de los operadores del momento angular se hace a un

nivel superior. Baste saber que los autovalores de L2 y Lz tienen la forma indicada en el
texto, con ` un entero no negativo y m` un entero.
168 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

(z) ¡ ¢
y ψ + = 10 .
c) Sea φ (t) el estado cuántico. El enunciado indica que en t = 0 se mide la com-
ponente x del espín obteniendo ~/2. Independientemente de cuál fuese el estado
anterior, debido a la reducción o colapso del estado sabemos que justo tras la medida
(véase (3.25))
à !
(x) 1 1 1 ³ (z) (z)
´
φ (0) = ψ+ = √ = √ ψ+ + ψ− .
2 1 2

Por tanto, aplicando (3.40)


µ µ ¶ µ ¶¶ à √ !
1 (z) iε+ t (z) iε−t exp (iωt/2) / 2
φ (t) = √ ψ+ exp + ψ− exp = √ .
2 ~ ~ exp (−iωt/2) / 2

Así,

sx iφ(t) = (φ (t) , sbx φ (t))


hb
µµ √ ¶ µ ¶µ √ ¶¶
exp (iωt/2) / √2 0 ~/2 2
exp (iωt/2) / √
= ,
exp (−iωt/2) / 2 ~/2 0 exp (−iωt/2) / 2
µµ ¶ µ ¶¶
~ exp (iωt/2) exp (−iωt/2)
= ,
4 exp (−iωt/2) exp (iωt/2)
³
~ −iωt ´ ~
= e + eiωt = cos (ωt)
4 2
mientras que
µ
~
¶ ¯³ ´¯2 ¯¯ exp (iωt/2) + exp (−iωt/2) ¯¯2
¯ (x) ¯
¯ ψ+ , φ (t) ¯ = ¯¯ ¯
(b
s )
x
Prφ(t) + = ¯
2 2
µ ¶
ωt 1 + cos (ωt)
= cos2 = .
2 2

Ejemplo 3.14. Consideremos el mismo sistema físico que en el ejemplo


anterior. En t = 0 la partícula se encuentra en un estado cuántico de espín
φ (0), siendo hb
sx i0 , hb
sy i0 ,hb
sz i0 los valores esperados de las tres componentes
del espín en dicho instante. Obtenga hb sx it , hb
sy it , hb
sz it . para cualquier
instante posterior.
Solución:
El hamiltoniano en este sistema es
b = ωb
H sz

por lo que, inmediatamente,


h i
b = 0 =⇒ sbz es una const. del movimiento
sbz , H

Por tanto

hb
sz it = hb
sz i0 .
3.9 Relación de incertidumbre energía-tiempo 169

Veamos ahora las otras dos componentes. De acuerdo con la ecuación (3.43) y usando
álgebra de conmutadores
∂ Dh iE
i~ hb b
sy it = sby , H = h[b
sy , ωb sy , sbz ]it
sz ]it = hω [b
∂t t

Ahora bien, como vimos en el ejemplo 3.10,

sy , sbz ] = i~b
[b sx

de donde
∂ ∂
i~ hb
sy it = hi~ωb
sx it =⇒ hb
sy it = ω hb
sx it (3.45)
∂t ∂t
Esto no parece ayudar mucho, pero si calculamos la derivada con respecto del tiempo
de hb
sx it tenemos que
∂ 1 Dh b
iE 1 1
hb
sx it = sbx , H = h[b
sx , ωb
sz ]it = sy , sbz ]it = −ω hb
hω [b sy it
∂t i~ t i~ i~
y, por tanto
∂2
sy it = −ω2 hb
hb sy it
∂t2
esto es, hb
sy it evoluciona formalmente como un oscilador armónico de frecuencia ω,
cuya solución es
µ ¶
sy it
1 ∂ hb
hb
sy it = hb
sy i0 cos (ωt) + sin (ωt)
ω ∂t t=0

y teniendo en cuenta ( 3.45)

sy it = hb
hb sy i0 cos (ωt) + hb
sx i0 sin (ωt)

1 ∂
hb
sx it = hb
sy it = hb
sx i0 cos (ωt) − hb
sy i0 sin (ωt) .
ω ∂t

3.9 Relación de incertidumbre energía-tiempo


• Consideremos un cierto observable A b y un estado cuántico ψ (t). Definimos el
tiempo propio de evolución del observable A b en dicho estado como la cantidad
³ ´
∆Ab
τ Ab ≡ ¯¯ D Et ¯¯ . (3.46)
¯∂ A b ¯
¯ ∂t t
¯

La interpretación física de τ Ab es sencilla. Nótese que en primera aproximación (siem-


pre que ∂ 2 hAit /∂t2 sea pequeña) podemos escribir
D E D E D E
Ab ' A b +τ b ∂ A b ,
A
t+τ A
b t ∂t t
170 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

y sustituyendo τ Ab de acuerdo con la definición (3.46), tenemos que


¯D E D E ¯¯ ³ ´
¯
¯ A
b − A b ¯ ' ∆A b .
¯ t+τ A
¯
t t
b

Por tanto, el tiempo propio de evolución τ Ab es el tiempo necesario para que el cambio
en el valor esperado de un observable sea del orden de la incertidumbre del mismo
y, figuradamente, el tiempo que debe transcurrir para que el valor medio de A b varíe
apreciablemente (variación del orden de la incertidumbre del observable en el estado).
Si ahora introducimos en (3.46) la ecuación de evolución temporal de los operadores
(3.43) se tiene que
³ ´
∆Ab
τ Ab = ~ ¯¯Dh t ¯
iE
¯.
¯ A,b H
b ¯
t

Pero, por la relación de incertidumbre generalizada (3.17),


³ ´ ³ ´ ¯Dh iE ¯
∆Ab b ≥ 1 ¯¯ A,
∆H b H
b ¯
¯ (3.47)
t 2 t

de forma que obtenemos

~
τ Ab ≥ . (3.48)
b
2∆H

Esta es la llamada relación de incertidumbre energía/tiempo.2 1 Esta relación no


se establece entre las incertidumbres de dos operadores determinados para un cierto
b en un estado cuántico
estado cuántico, sino entre la incertidumbre de la energía ∆H
y el tiempo propio τ Ab de cualquier observable en ese mismo estado.

Físicamente, si un estado tiene una energía “bastante bien definida” (esto es,
∆H b ' 0) el tiempo propio de evolución de cualquier observable en dicho estado será
grande y, por tanto, el sistema evoluciona lentamente en el tiempo. Recíprocamente,
si existe algún observable para el que τ Ab ' 0 (evolución temporal rápida), necesaria-
mente ∆H b es grande y, en consecuencia, la energía del estado está “mal definida”.
Por último, si el estado es autoestado de la energía, ∆H b = 0, y el tiempo propio de
cualquier observable (no sólo de las constantes del movimiento) es infinito: el estado
no evoluciona de manera alguna y estamos hablando de un estado estacionario.

Ejercicio 3.17. En un sistema físico, las energías permitidas son −ε, 0, +ε. En un
instante t = 0, el estado cuántico (no normalizado) del sistema es

ψ (0) = φ− + 2φ0 + 3φ1

donde φ− , φ0 , φ+ son autoestados normalizados de la energía con autovalor −ε, 0, +ε


respectivamente.
b puesto que H
2 1 Hemos eliminado la dependencia temporal de ∆H b es una constante del
movimiento.
3.10 Observables posición y momento 171

a) Hallar la energía media del estado y su incertidumbre, ¿varían en el tiempo?


b) Sea un observable A representado por el operador autoadjunto A b tal que
b − = φ+
Aφ ; b + = φ−
Aφ ; b 0 = φ0 .

¿Es A una constante del movimiento?
c) Evalúe el valor esperado de A y su incertidumbre en el estado ψ para cualquier
instante de tiempo.
d) Calcule el tiempo propio de evolución del observable A. Compruebe que se cumple
la relación de incertidumbre energía/tiempo.

3.10 Observables posición y momento


• Hasta ahora, los postulados de la M.C. son muy generales, en el sentido de
que no hacen mención alguna a un sistema físico concreto. A pesar de ello hemos
adelantado que el espacio de Hilbert de los estados de una partícula que se mueve en
una dimensión es L2 (R) y, además, hemos visto que C2 es el de los estados de una
partícula de espín 1/2. Así, es el propio físico quien, tras el análisis pertinente, ha de
encontrar la descripción que mejor se adapte al sistema.
Sin embargo, hay un punto que debe postularse: cuál es la relación entre los
observables mecánicos “clásicos” y su descripción a nivel cuántico. Esto último es
esencial, puesto que es preciso salvaguardar el carácter de la mecánica clásica como
“límite” de la Mecánica Cuántica. En el estudio de la Mecánica Analítica2 2 podrá
el lector comprobar el fuerte paralelismo entre algunos resultados de la misma y este
último postulado:

POSTULADO 6.- Si en un sistema clásico las coordenadas carte-


sianas de la posición son x1 , x2 , ..., xN y sus momentos canónicos
conjugados son p1 , p2 , ..., pN , entonces los operadores autoadjun-
b1 , X
tos X b2 , ... y Pb1 , Pb2 , ..., que representan estos observables en
M.C., deben satisfacer las reglas de conmutación canónicas
h i h i
X bj = Pbi , Pbj = 0
bi , X

h i (3.49)
bi , Pbj = i~ δij ,
X

donde δ ij es la delta de Kronecker.

Así, si la expresión clásica de un observable A es


A (x1 , x2 , ..., xN ; p1 , p2 , ..., pN ) ,
el operador correspondiente A b se obtiene a partir de la expresión anterior sustituyendo
las variables xi , pj por los operadores Xbi , Pbj . Nótese que, en general, será necesario re-
escribir convenientemente A en función de las variables xi , pj para que la mencionada
sustitución dé lugar a un operador autoadjunto.
2 2 Vease, por ejemplo, la obra de Landau y Lifshitz citada anteriormente.
172 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

• Analicemos en detalle el postulado 6 para una partícula de masa m que se mueve


en una dimensión espacial. En este caso, la coordenada cartesiana es la posición x y
el momento canónico conjugado es el momento lineal px . Las reglas de conmutación
canónicas (3.49) se reducen entonces a
h i
b Pbx = i~.
X, (3.50)

De acuerdo con la relación de incertidumbre generalizada (3.17), para cualquier estado


cuántico ψ de una partícula se ha de cumplir
³ ´ ³ ´ ~
b
∆X ∆Pbx ≥ . (3.51)
ψ ψ 2

Esta es la célebre relación de incertidumbre de Heisenberg: es imposible medir


simultáneamente la posición y el momento de una partícula con precisión arbitraria.
Puesto que cualquier observable mecánico es función de x y px (y, eventualmente,
del tiempo), entonces

A = A (x, px ) −→ b = A(X,
A b Pbx ). (3.52)

Por ejemplo, la energía cinética vendrá dada por el operador

b = 1 Pbx2 ,
K (3.53)
2m
y la energía potencial V (x) (si la partícula se mueve bajo la acción de una fuerza
conservativa) está representada por

Vb = V (X),
b (3.54)

por lo que el operador energía (el hamiltoniano) será, simplemente,

b = 1 Pbx2 + V (X).
H b (3.55)
2m

En el proceso de asignación marcado por el postulado 6 hay que asegurarse de


que el operador que representa a cualquier observable sea autoadjunto. Por ejem-
plo, consideremos el observable clásico xp. Si efectuamos directamente la asignación
x −→ X b y p −→ Pbx el resultado será un operador no autoadjunto. Sin embargo,
si reescribimos la expresión clásica como (xp + px) /2, entonces (X b Pbx + Px X)/2
b sí
es autoadjunto y éste será el operador que represente a la cantidad clásica xp. No
obstante, la regla anterior para construir operadores cuánticos a partir de magnitudes
clásicas no está libre de ambigüedades. Supongamos que queremos construir el ope-
rador cuántico asociado a la magnitud clásica xxp. Si partimos de x(xp) llegamos
a
1 b[ [ b 1³b bb ´
(X XPx + XPx X) = X(X Px + Pbx X)
b + (X b Pbx + Pbx X)
b Xb
2 4
1 ³ b2 b ´
= X Px + Pbx X b Pbx X
b 2 + 2X b , (3.56)
4
3.10 Observables posición y momento 173

mientras que si partimos de x2 p llegamos a

1 ³ b2 b ´
X Px + Pbx X
b2 , (3.57)
2

y ambas asignaciones son posibles. Ahora bien, recordemos que un observable es


cualquier cantidad susceptible de ser medida. Como X b y Pbx no son compatibles no se
pueden medir simultáneamente. Por tanto, el aparato que ha de diseñarse para medir
el observable (3.56) es necesariamente diferente al que se tendría que construir para
medir (3.57). Estos dos observables son distintos, aunque tengan un único análogo
clásico. En otras palabras, no hay ambigüedad alguna al determinar el límite clásico
de cualquier observable mecánico, pero esto no excluye que existan varios observables
cuánticos con el mismo equivalente clásico.

Por otra parte, ningún postulado nos puede decir cuál es el equivalente clásico
para el espín de una partícula, ya que este es un observable puramente cuántico. La
descripción que hicimos en la sección 3.6 estuvo enteramente basada en considera-
ciones experimentales.

• El postulado 6 no dice cuáles son los operadores que han de representar a x y px .


Simplemente se limita a indicar que los operadores X b y Pbx han de cumplir las reglas
de conmutación canónicas. Toda representación matemática está sujeta a una cierta
arbitrariedad y, por tanto, tenemos la libertad de elegir tanto el espacio de Hilbert
como los operadores representativos, pero siempre y cuando seamos consistentes con
la base postulacional de la M.C. y con los principios físicos más generales.

Aclaremos un poco más qué queremos decir en este punto recordando el caso de
la partícula de espín 1/2. La asignación habitual
µ ¶
~/2 0
sbz =
0 −~/2
¡ ¢ ¡ ¢
es consistente con una representación en la que los vectores 10 y 01 simbolizan, res-
(z) (z)
pectivamente, a los estados ψ+ y ψ− con componente z del espín bien definida. Sin
embargo podíamos haber escogido otros vectores ortonormales para representar a los
(z) (z)
estados ψ+ , ψ − y, entonces, el operador asociado a sbz debería cambiarse de acuerdo
con el nuevo convenio. Lo mismo ocurre para los estados de una partícula sin espín.
Lo que importa no es que se pueda representar ese estado mediante una función ψ (x)
de L2 (R), sino el significado físico de la función ψ (x), esto es, la física subyacente a
la regla que asigna a cada estado un vector del espacio de Hilbert. Establecida esta
regla, los operadores representativos de los observables han de obtenerse de manera
consecuente.

• Así, la primera consecuencia inmediata del postulado 6 es que los operadores que
representan a x y px (y al resto de las componentes de la posición y el momento)
han de tener espectro exclusivamente continuo. El motivo es el siguiente:
b tuviese espectro discreto podemos encontrar un autoestado normalizado de la
si X
posición, φa , con autovalor a. Puesto que φa es un vector perteneciente al espacio de
174 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

Hilbert, los siguientes pasos están justificados:


³ h i ´ ³ ´ ³ ´
b Pbx φa = φa , X
φa , X, b Pbx φa − φa , Pbx Xφ
b a
³ ´ ³ ´ ³ ´ ³ ´
= Xφ b a , Pbx φa − Pbx φa , Xφ
b a = a φa , Pbx φa − a Pbx φa , φa = 0

b Pbx ] 6= i~, ya que el valor medio de un escalar siempre es el propio


por lo que [X,
escalar. Al imponer que [X, b Pbx ] = i~, el desarrollo anterior no es válido, y la única
forma de que no sea válido es que φa no sea un vector normalizable del Hilbert. De
igual manera se ve que hay una contradicción entre el postulado 6 y un operador
Pbx con espectro discreto. Establecido que el espectro de X b y Pbx es continuo, la
homogeneidad del espacio implica que
³ ´ ³ ´
σ X b =R ; σ Pbx = R (3.58)

y lo mismo para el resto de las componentes.

• A partir de la relación de conmutación [X, b Pbx ] = i~ es fácil obtener las relaciones


de conmutación entre operadores que son funciones de X b y de Pbx .
Ejemplo 3.15. Demostrar la relación de conmutación generalizada [X b n , Pbx ] =
in~Xb n−1
.
Solución:
El método más sencillo para demostrar esta relación es por inducción completa. Para
empezar, es obvio, por el postulado 6, que la relación es cierta para n = 1. Para n = 2,
y utilizando las relaciones conocidas para conmutadores de productos de operadores,
resulta
h i h i h i h i
b 2 , Pbx = X
X b X,
b Pbx = Xb X,b Pbx + X, b Pbx Xb = 2i~X.b

Supongamos que la relación [X b n , Pbx ] = in~X b n−1 se cumple para n y probemos que,
entonces, se cumple para n + 1. Usando, de nuevo, relaciones del álgebra de conmu-
tadores
h i h i h i h i
b n+1 , Pbx
X = XbX b n , Pbx = Xb X b n , Pbx + X,
b Pbx Xbn

= bX
ni~X b n−1 + i~X
b n = (n + 1)i~X
b n,
lo que confirma la expresión. ³ ´ ³ ³ ´ ´
Ejemplo 3.16. Demostrar la relación [f X b , Pbx ] = i~ d f X b / dX
b .
Solución:
Supondremos que la función f (x) es regular y se puede desarrollar en serie³de´po-
tencias. Entonces, podemos escribir el desarrollo simbólico del operador f X b =
P b n
n an X . Combinando ahora la propiedad distributiva de los conmutadores con el
resultado del ejemplo anterior tenemos
h ³ ´ i X h n i X ³ ´
f X b , Pbx = an Xb , Pbx = an ni~X b n−1
n=0 n=1
³ ´
X b
df X
= i~ b n−1 = i~
an nX .
b
dX
n=1
3.10 Observables posición y momento 175

h i h ³ ´i
b Pbxn y X,
Ejercicio 3.18. Calcular los conmutadores X, b f Pbx .

• A su vez, las reglas de conmutación canónicas garantizan que las leyes de


conservación de la mecánica clásica siguen siendo válidas en lo esencial en
b es una constante del movimiento
M.C. De acuerdo con la sección 3.8, un observable A
si y sólo si
h i
b H
A, b = 0.

Así, consideremos el caso genérico de un hamiltoniano que es la suma de energía


cinética K y energía potencial V (x, y, z):
³ ´ ³ ´
b =K
H b + Vb = 1 Pbx2 + Pby2 + Pbz2 + V X, b Yb , Z
b . (3.59)
2m
Dada una componente del momento lineal (Pbx , por ejemplo), tendremos la seguridad
de que es una constante del movimiento si y sólo si conmuta con Vb (que conmuta con
Kb es evidente); y para que se cumpla esto último, Vb no puede depender de X:
b
³ ´
Pbx es constante. del movimiento ⇔ Vb = V Yb , Z
b

que es el resultado clásico. De idéntica manera se ve que Pby será una constante del
movimiento si el potencial no depende de Yb y lo mismo para las componentes z.
Existe la misma correspondencia entre las reglas clásicas y cuánticas si consideramos
las leyes de conservación relativas al momento angular, como veremos en los dos
siguientes ejemplos.
Ejemplo 3.17. Para una partícula en tres dimensiones, la componente x
del momento cinético clásico es
Lx = ypz − zpy .
Análogamente, las otras dos componentes son
Ly = zpx − xpz
Lz = xpy − ypx .
De esta forma, los operadores que representan de manera natural a las
componentes del momento angular cuántico son
bx
L = Yb Pbz − Z
bPby
Ly = b b
Z Px − X b Pbz
Lz = b Pby − Yb Pbx .
X
a) Compruebe, explícitamente, que L by y L
bx, L b z son autoadjuntos.
b) Demuestre que se satisfacen las llamadas reglas de conmutación del
momento angular
h i
L by
bx , L = i~L bz
h i
by , L
L bz = i~L bx
h i
L bx
bz , L = i~L by .
176 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

Solución:
a) Por sustitución directa
b †x = Pbz† Yb † − Pby† Z
L b† = Pbz Yb − Pby Z bPby = L
b = Yb Pbz − Z bx,

donde hemos tenido en cuenta que [Pbz , Yb ] = [Pby , Z]


b = 0. De idéntica manera se
b b
comprueba que Ly y Lz son autoadjuntos.
b) Nótese que
h i h i
bx, L
L b y = Yb Pbz − Z bPby , Z
bPbx − X
b Pbz .

Desarrollando y escribiendo solamente aquellos conmutadores que en principio no son


nulos
h i h i h i h i h i
L b y = Yb Pbz , Z
bx , L bPbx + Z b Pbz = Yb Pbz , Z
bPby , X bPbx + Pby Z,
b Pbz X
b .

Aplicando las reglas del álgebra de conmutadores y, de nuevo, eliminando los conmu-
tadores que son nulos tendremos
h i h i h i
L b y = Yb Pbz , Z
bx, L b Pbx + Pby Z,
b Pbz Xb

y, aplicando las reglas de conmutación canónicas, nos queda


h i ³ ´
L b y = −i~Yb Pbx + i~Pby X
bx , L b = i~ X bz .
b Pby − Yb Pbx = i~L (3.60)

Por simple intercambio de índices tenemos que


h i
by , L
L bx
b z = i~L

h i (3.61)
L by .
b x = i~L
bz , L

Esto es, dos componentes diferentes del momento angular no son compati-
bles. Es también muy interesante que observe el paralelismo entre estos resultados y
los obtenidos para el espín de un electrón.
Ejemplo 3.18. Para una partícula en tres dimensiones que se mueve bajo
la acción de una fuerza central, la energía potencial depende únicamente
de x2 + y 2 + z 2 = r2 . Verifique que
h i h i h i
b x , rb2 = L
L b y , rb2 = Lb z , rb2 = 0 .

Solución:
La metodología del cálculo es idéntica a la del ejemplo anterior:
h i h i
b x , rb2 = Yb Pbz − Z
L bPby , Xb 2 + Yb 2 + Z
b2
h i h i h i h i
b2 − Z
= Yb Pbz , Z bPby , Yb 2 = Yb Pbz , Z b2 − Z b Pby , Yb 2
h i h i h i h i
= Yb Z b + Yb Pbz , Z
b Pbz , Z b Z b−Z bYb Pby , Yb − Z b Pby , Yb Yb

= Yb Z
b (−i~) + Yb (−i~) Z
b−Z
bYb (−i~) − Z
b (−i~) Yb = −2i~Yb Z
b + 2i~Z
bYb .
3.10 Observables posición y momento 177

b e Yb conmutan,
Como Z
h i
b x , rb2 = 0.
L

El resto de los conmutadores se obtienen por simple sustitución de índices.


Como el lector podrá comprobar por sí mismo, las tres componentes del momen-
to cinético conmutan con la energía cinética K. b Además, como acabamos de
2
ver, el momento cinético conmuta con rb y, por tanto, con cualquier función de la
coordenada radial r. Por tanto, si la partícula está sometida a una fuerza central,
el operador hamiltoniano será

b =K
H b + V (b
r)

y las tres componentes del momento cinético conmutan con el hamiltoniano, por lo
que son constantes del movimiento, en completo acuerdo con el resultado clásico.

Ejercicio 3.19. Definiendo el observable cuadrado del módulo del momento cinético
como

b2 = L
L b 2x + L
b 2y + L
b 2z ,

comprobar que
h i h i h i
L bx = L
b2, L by = L
b2, L bz = 0
b2, L

e interpretar físicamente el resultado.


Nota: basta comprobar la compatibilidad de L b 2 con una sola componente del mo-
mento cinético, ya que entonces el resto de la relaciones se obtienen por transposición
de índices.

Ejercicio 3.20. Verificar que, para una partícula de masa m que se mueve en tres
dimensiones, el observable energía cinética
³ ´
b = 1 Pbx2 + Pby2 + Pbz2
K
2m

conmuta con todas las componentes del momento cinético. Como consecuencia, para
una partícula que se mueve libremente en tres dimensiones el momento cinético será
una constante del movimiento.

Ejercicio 3.21. Una partícula de masa m en tres dimensiones se mueve bajo la


acción de una energía potencial de la forma

V = V (x2 + y 2 ).

Demostrar que pz es una constante del movimiento. Comprobar que Lz también lo


es.
178 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

3.11 Ecuaciones de Ehrenfest


• En la sección anterior hemos visto que el postulado 6 garantiza que las leyes
mecánicas de conservación clásicas tengan un equivalente cuántico. Además, como
veremos en esta sección, las ecuaciones del movimiento clásicas tienen también equi-
valentes cuánticos que se deducen a partir de las reglas de conmutación canónicas y la
ecuación de Schrödinger dependiente del tiempo (postulado 5). Por simplicidad, nos
restringiremos a una partícula que se mueve en una dimensión espacial. Al final de la
sección generalizaremos nuestras conclusiones al caso de una partícula que evoluciona
en tres dimensiones espaciales.

• Consideremos el hamiltoniano de una partícula que se mueve en una dimensión


bajo la acción de un potencial V (x)

b = 1 Pbx2 + V (X).
H b
2m
De acuerdo con la sección 3.8, la evolución temporal del valor medio de la posición
para cualquier estado φ (t) está dada por:
d D bE 1 Dh b b iE
X = X, H .
dt t i~ t
h ³ ´i h i
Pero X,b V X b = 0 y X, b Pbx2 = 2i~Pbx , de modo que finalmente obtenemos

D E D E
d b = 1 Pbx ,
X (3.62)
dt
t m t

expresión conocida como primera ecuación (o teorema) de Ehrenfest. Por


tanto, en cualquier instante de tiempo el valor medio del momento lineal es
igual a la masa de la partícula multiplicada por la derivada temporal del
valor medio de la posición. Claramente, (3.62) es el análogo cuántico a la relación
clásica px (t) = m (dx(t) / dt).

• Procediendo de idéntica forma, la evolución temporal de hPbx it es


d Db E 1 Dh b b iE 1 Dh b b
iE
Px = Px , H = Px , V (X) .
dt t i~ t i~ t

Utilizando el resultado obtenido en un ejemplo anterior


h ³ ´i b ³ ´
b = −i~ d V ( X ) ≡ i~ Fx X
Pbx , V X b ,
dX b
b es el operador que representa a la fuerza Fx (x) = −dV (x)/dx. Por
donde Fx (X)
tanto
d Db E D ³ ´E
b
Px = F X , (3.63)
dt t t

que es la segunda ecuación (o teorema) de Ehrenfest y que constituye la forma


que toma en el límite cuántico la segunda ley de Newton: la derivada temporal
3.11 Ecuaciones de Ehrenfest 179

del valor medio del momento lineal es igual al valor medio de la fuerza.
Si ahora sustituimos hPbx it de acuerdo con la primera ecuación de Ehrenfest (3.62),
tenemos un resultado completamente equivalente a (3.63):

d2 D b E D ³ ´E
b
m X = F X . (3.64)
dt2 t t

Nótese, sin embargo, que en general


D ³ ´E ³D E´
F X b 6= F b ,
X

por lo que al operar (3.64) no tenemos por qué obtener exactamente la misma relación
entre los valores esperados de la posición y el momento que en el caso clásico. El
siguiente ejemplo lo aclara.
Ejemplo 3.19. Una partícula de masa m se mueve bajo la acción de un
potencial

V (x) = αxn ,

donde n es un entero positivo y α > 0.


a) Obtenga la ecuación de segundo orden en el tiempo que debe satisfacer
el valor medio de la posición. Compare el resultado con su análogo clásico.
Conocidos los valores iniciales hXi b 0 y hPbx i0 ,obtenga los valores medios de
la posición y el momento para cualquier instante posterior en los casos
b) Partícula libre (n = 0)
c) Partícula sometida a una fuerza constante (n = 1)
d) Oscilador armónico (n = 2)
Solución:
a) En el caso general, la fuerza estará dada por

F (x) = −nαxn−1 ,

por lo que
³ ´
b = −naX
F X b n−1 .

En cualquier caso, siempre se cumple en primer teorema de Ehrenfest (3.62):

d D bE 1 Db E
X = Px ,
dt t m t

mientras que, a partir de (3.64), el segundo toma la forma

d2 D b E 1 D ³ b ´E nα D b n−1 E
2
X = F X =− X .
dt t m t m t

La anterior expresión no es exactamente igual que el análogo clásico

d2 x nα n−1
=− x
dt2 m
180 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

puesto que, mientras que esta última ecuación es integrable directamente, la relación
cuántica (3.64) no lo es, ya que en general
D E D En−1
b n−1 6= X
X b .
t t

De hecho, sólo será posible su integración en unos pocos casos que son lo que anali-
zamos a continuación.
b) Partícula libre: n = 0.
La energía potencial es constante y la fuerza es nula. Entonces
d2 b d b
hXit = 0 ; hPx it = 0 =⇒ hPbx it = hPbx i0 = const.
dt2 dt
y la solución general es idéntica a la evolución clásica:

b 0 + 1 hPbx i0 t.
b t = hXi
hXi
m
c) Partícula sometida a una fuerza constante: n = 1.
Escribiendo V (x) = −F x tendremos

d2 b F d b
hXit = ; hPx it = F
dt2 m dt
de donde

hPbx it = hPbx i0 + F t

b 0+
b t = hXi 1 b 1F 2
hXi hPx i0 t + t .
m 2m
d) Partícula sometida a una fuerza armónica: n = 2.
Escribiendo V (x) = mω2 x2 /2, la fuerza es F (x)
p = −kx, donde la relación entre
pulsación ω y constante recuperadora k es ω = k/m. Así,

d2 b b t,
hXit = −ω2 hXi
dt2
cuya solución general es
b t = A sin(ωt + δ).
hXi

El momento lineal está dado por


d D bE
hPbx it = m X = mωA cos(ωt + δ).
dt t

b 0 y hPbx i0 tenemos inmediatamente que


Conocidas las condiciones iniciales hXi

b 20 + 1
hXi hPbx i20 = A2
m2 ω2

b 0
hXi
mω = tan δ,
hPbx i0
3.11 Ecuaciones de Ehrenfest 181

lo que permite hallar las constantes indeterminadas A y δ. Teniendo esto en cuenta,


y operando, obtenemos

hPbx i0
hXi
b t = hXi
b 0 cos ωt + sin ωt.

En estos tres casos, y sólo en estos, la analogı́a con la mecánica clásica es completa.

• La expresión (3.64)
d2 D b E 1 D  b E
2
X = F X
dt t m t
será exactamente igual a la ecuación del movimiento clásica sólo si, como ya hemos
dicho, hF (X)i
b t = F (hXi b t ). Esto sólo sucede en los tres casos discutidos en el ejemplo
anterior. Sin embargo, consideremos el lı́mite clásico, entendido éste como aquel en el
que |∆X|b  hXib t , esto es, cuando la dispersión relativa de la distribución asociada a la
medida de la posición es muy pequeña. En este caso hF (X)i b t ' F (hXib t ) y tendremos
la completa equivalencia entre las ecuaciones del movimiento clásica y cuántica. De
nuevo es interesante que el lector observe que todos estos resultados son consecuencia
directa de las reglas de conmutación canónica dadas en el postulado 6.

• Las ecuaciones de Ehrenfest son válidas para cualquier otra componente de la


posición y el momento lineal. Ası́, podemos escribir las tres primeras ecuaciones de
Ehrenfest (una por componente) de manera compacta como

d 1 DbE
hb
rit = P , (3.65)
dt m t

mientras que las segundas ecuaciones son

d DbE d2
P = m 2 hb
rit = hF (b
r)it (3.66)
dt t dt
con
∂ V (b
r) ∂ V (br) ∂ V (b
r)
r) = −
Fx (b ; r) = −
Fy (b ; r) = −
Fz (b .
∂Xb ∂ Yb ∂Zb

• Naturalmente, el hamiltoniano no tiene por qué tener la forma H b =K b + Vb para


todos los sistemas. Ya mencionamos la posibilidad de que H b dependiese explı́citamente
del tiempo o bien puede ocurrir que la “fuerza” a la que esté sometida la partı́cula
no sea conservativa.23 El estudio completo de sistemas en los que el hamiltoniano
depende explı́citamente del tiempo es extremadamente rico y se estudia a un nivel más
avanzado. Sin embargo merece la pena analizar un ejemplo en el que el hamiltoniano
no es “energı́a cinética más energı́a potencial” y, por tanto, las ecuaciones de Ehrenfest
no serán válidas en la forma dada en (3.62) y (3.63).

23 La evolución de una partı́cula en el seno de un campo magnético es un buen ejemplo, en


el que además tendrı́amos que introducir el espı́n.
182 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

Ejemplo 3.20. Consideremos una partícula sometida a la acción del hamil-


toniano
³ ´
b = 1 Pbx2 + 1 Pbx X
H b +X
b Pbx ,
2m 2τ
donde τ es una constante con dimensiones de tiempo.
a) Conocidos los valores esperados iniciales de la posición y el momento,
evalúe éstos en cualquier instante posterior.
b) Si Ψ es un estado estacionario de la energía, ¿cuánto vale hPbx it ?
Solución:
a) Para este sistema se cumplirá que

d D bE 1 Dh b b iE 1 Dh b b 2 iE 1 Dh b b b iE
X = X, H = X, Px + X, X Px + Pbx X
b .
dt t i~ t 2im~ t 2τ i~ t

El primer sumando del segundo miembro ya lo conocemos, es hPbx it /m. En cuanto al


segundo conmutador se tiene que
h i h i h i
b X
X, b Pbx + Pbx X
b = X,b X b = 2i~X,
b Pbx X
b Pbx + X, b

por lo que
d D bE 1 Db E 1 D bE
X = Px + X .
dt t m t τ t

Por otro lado, la evolución temporal del momento lineal es


d Db E 1 Dh b b iE 1 Dh b b b iE
Px = Px , H = Px , X Px + Pbx X
b .
dt t i~ t 2iτ ~ t

Efectuando el conmutador:
h i
Pbx , X b = −2i~Pbx ,
b Pbx + Pbx X

y nos queda
d Db E 1 Db E
Px = − Px .
dt t τ t

Esta ecuación diferencial admite como solución inmediata


D E D E µ ¶
t
Pbx = Pbx exp − .
t 0 τ

Por tanto, la evolución de la posición está regida por la ecuación


µ ¶
d D bE 1 Db E t 1 D bE
X = Px exp − + X ,
dt t m 0 τ τ t

cuya solución es
D E µ ¶ D E µ ¶
b = a0 exp t − τ Pbx exp − t ,
X
t τ 2m 0 τ
3.12 El problema de la medida en Mecánica Cuántica(∗) 183

siendo
D E D E
b + τ Pbx .
a0 = X
0 2m 0

b) En un estado estacionario ningún valor medio puede evolucionar en el tiempo.


Puesto que, como acabamos de ver,
D E D E µ ¶
t
Pbx = Pbx exp − ,
t 0 τ

no hay más remedio que hPbx it = 0 para el estado estacionario.

3.12 El problema de la medida en Mecánica


Cuántica(∗)
• Recordemos que, según el postulado 4, si el estado cuántico de un sistema es Ψ,
entonces al hacer una medida del observable A que da como resultado el valor ak , el
estado cuántico colapsa transformándose en el autoestado ψ k de A b con autovalor ak .2 4
Ahora bien, más allá de lo que afirma el postulado, es interesante analizar el fenómeno
de la medida desde una perspectiva más completa, centrándonos en el carácter físico
del mismo. Sea S el sistema físico que estamos midiendo y M el aparato de medida
que, al ser un sistema físico en sí mismo, debería estar también sometido a las leyes
de la Mecánica Cuántica. Sean entonces Ψ(S) , Φ(M ) los estados del sistema a medir y
del aparato de medida, respectivamente, antes de la medida (debe entenderse, pues,
que Φ(M ) es el estado cuántico de M cuando todavía no se ha registrado medición
alguna).

Establezcamos ahora cómo se produce la medida. En un instante dado hacemos


interacccionar los sistemas S y M; tras esta interacción, el estado cuántico Φ(M) del
aparato de medida habrá cambiado y, puesto que se supone que éste es más accesible,
su inspección nos dirá cuál ha sido el resultado de la medición. Imaginemos en
(S)
primer lugar que el estado Ψ(S) de S es el autoestado ψk del operador A. b Supuesta
la medida ideal, la M.C. afirma que el resultado de la misma será A = ak con certeza
absoluta (postulado 3) y que la medida no cambiará el estado de S (postulado 4).
Como consecuencia, si el estado inicial (antes de la interacción) del sistema conjunto
(S) (S) (M )
S + M es ψ k Φ(M) ,2 5 tras la medida el estado será ψ k φk , donde el hecho de
que el estado del aparato de medida (que resumimos en la posición de una aguja
2 4 Supondremos, por sencillez, que todos los valores espectrales de A b son discretos y no
degenerados.
2 5 Los vectores de estado con superíndice S y con superíndice M describen sistemas físicos

distintos y, por consiguiente, pertenecen a espacios de Hilbert diferentes. El estado del


sistema total S + M pertenece entonces al espacio producto tensorial de ambos espacios
(véase la sección 2.20 del capítulo 2), por lo que, estrictamente hablando, deberíamos escribir
(S)
ψ k ⊗ Φ(M ) . No obstante, para simplificar la notación, en lo que sigue omitiremos el símbolo
⊗.
184 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

(M )
indicadora, o “puntero”) sea φk permite inferir al experimentador que el resultado
ha sido ak . El proceso ha sido, entonces
(S) (S) (M )
ψ k Φ(M) −→ ψ k φk . (3.67)

Naturalmente, el proceso (3.67) ha de ser similar para todos los posibles autovalores
ak . A su vez hemos de admitir que, si los estados iniciales de S son respectivamente
(S) (S) (M ) (M)
ψk y ψk0 , entonces los estados finales de M, φk y φk0 , han de ser necesariamente
distintos, puesto que de lo contrario la medida no sería efectiva.
Supongamos ahora la situación más común, en la que el estado Ψ(S) no es un
b sino que es de la forma
autoestado de A,
X (S)
X
Ψ(S) = αk ψ k con |αk |2 = 1.
k k

b por ser éste un obser-


(Podemos escribir lo anterior puesto que los autoestados de A,
vable, forman una base completa del espacio de los estados de S). Ya que el sistema
S + M está sometido a las leyes de la M.C. la interacción entre ambos sistemas ha de
bS+M
estar regida por un hamiltoniano, que es un operador lineal (postulado 5). Sea U
el operador de evolución temporal en el sistema S + M asociado al mencionado ha-
miltoniano (prescindamos de la variable temporal). Entonces, la evolución descrita
sucintamente por la ecuación (3.67) puede escribirse como
³ ´
bS+M ψ(S) Φ(M ) = ψ (S) φ(M ) .
U k k k

Si suponemos que el estado inicial de S + M es Ψ(S) Φ(M) , entonces


à !
³ ´ X X ³ ´
bS+M Ψ Φ
U (S) (M )
= U bS+M (S)
αk ψ Φ (M)
= bS+M ψ (S) Φ(M)
αk U
k k
k k
X (S) (M)
= αk ψk φk ,
k

por lo que tenemos la evolución


X (S) (M )
Ψ(S) Φ(M) −→ αk ψ k φk . (3.68)
k

(S) (M )
Esto nos indica que el resultado es una superposición coherente de los estados ψ k φk ,
pero no podemos afirmar que sea uno de ellos en particular. Vemos, pues, que esta
argumentación no nos permite afirmar que podemos medir realmente el observable
b
A.
Para poder afirmar que se ha producido la medida, es precisa la evolución
(S) (M)
Ψ(S) Φ(M ) −→ ψ k φk , (3.69)

la cual sabemos que tiene una probabilidad |αk |2 de producirse. Pero esta evolución,
como acabamos de ver, contradice el carácter lineal del Hamiltoniano del sistema
interactuante S + M. La medida, entendida de esta forma, contradice las leyes de
3.12 El problema de la medida en Mecánica Cuántica(∗) 185

evolución normal de un sistema físico y esto fue lo que obligó a von Neumann2 6 a
postular que en algún momento
P se producía la transición discontinua desde el esta-
(S) (M) (S) (M )
do superposición coherente k αk ψ k φk hasta un estado ψ k φk . Éste es el
postulado 4, que introduce como ya dijimos un cambio discontinuo, irreversible
y aleatorio en el estado Ψ(S) , cambio que, como es evidente, no está regido por
hamiltoniano alguno.
La cuestión que se plantea ahora es cuándo se produce la reducción
X (S) (M) (S) (M )
αk ψk φk −→ ψ k φk , (3.70)
k

esto es, cuándo podemos decir que la medida se ha realizado efectivamente. Von
Neumann parece sugerir que es cuando el observador lee el registro del aparato, esto
es, cuando inspecciona el estado cuántico de M. Es entonces el propio observador
quien al “ver” la indicación de la aguja, “decide” que el aparato M está en el estado
(M ) (S)
φk y, por lo tanto, que el sistema S ha quedado colapsado al estado ψk . La
reducción parece entonces estar desencadenada por un proceso mental del observador,
proceso que no puede seguir las leyes de la M.C. ya que entonces entraríamos en un
proceso de medidas del aparato de medida que no tendría fin. Esta interpretación
aparece todavía más patente en un libro posterior de F. London y E. Bauer, que
confiere a la medida un carácter inequívocamente subjetivo.

• Las extrañas consecuencias de esta concepción de la medida fueron puestas de man-


ifiesto en la famosa paradoja del gato de Schrödinger. Imaginemos un gato encerrado
en una habitación. En la misma habitación hay un átomo de un elemento radiactivo
tal que, al desintegrarse, rompe una ampolla de gas venenoso que hace que el gato
muera envenenado instantáneamente. En este ejemplo, el gato actúa como aparato
de medida M respecto del estado del átomo. Así, si el estado del gato es φ(G) v (vivo),
(A)
el átomo está en el estado ψ 0 (no desintegrado), mientras que si el gato está en el
(A)
estado φ(G)
m (muerto), el átomo está en el estado ψ 1 (desintegrado). Al cabo de un
tiempo correspondiente a un periodo de semidesintegración, la teoría predice que hay
un 50% de probabilidad de que el átomo se haya desintegrado. De esta forma, si el sis-
tema total evoluciona de acuerdo
³ con la ecuación de´Schrödinger, la función de onda
(A) (G) (A)

del sistema gato+átomo será φ(G) v ψ 0 + φm ψ 1 / 2. Entonces, de acuerdo con
la teoría expuesta, no tiene sentido decir que el gato esté vivo o muerto, sino que está
mitad vivo y mitad muerto. Sólo cuando miramos dentro de la habitación y vemos
si, efectivamente, el gato está vivo o muerto, se produce la reducción del estado su-
(A) (A)
perpuesto a uno u otro de sus componentes, φ(G) v ψ0 o φ(G)
m ψ 1 , lo que nos permite
inferir si el átomo no se ha desintegrado o sí se ha desintegrado, respectivamente.

• Veamos ahora otra paradoja, relacionada con esta interpretación de la teoría


de la medida. Supongamos que un observador Oint , entendido éste como el ente
consciente que cierra el proceso físico de la medida, esto es, que realiza medidas
del sistema S con la ayuda del aparato de medida M . Imaginemos ahora que el
sistema Oint +S + M está también sometido a observación por un nuevo observador
exterior Oext . Para este observador no hay cambios discontinuos (colapso cuántico)
2 6 Véase su libro citado en la bibliografía.
186 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

en el estado de S + M mientras él no realice ninguna observación. Sin embargo,


cada vez que Oint hace una medida sobre S se producen cambios discontinuos en
el estado de S. Ahora bien, desde el punto de vista de Oext , ¿cómo es posible que
haya discontinuidades en S sin que las haya en S + M? La reducción depende de
cada observador: para Oint ha habido colapso cuántico, mientras que para Oext no.
Dicho de otra manera, el sistema cuántico carece de realidad física objetiva, pues no
es independiente de cualquier medida desde el exterior.
Para muchos físicos, el apelar a entes conscientes para solucionar el problema del
colapso no es admisible, ya que éstos no siguen las leyes que queremos explicar; pero si
se niega esa independencia al observador Oint , resultará imposible explicar el colapso
cuántico. Este es el gran dilema de la teoría de la medida cuántica. Además, cada vez
que estas consciencias actúan, dotando de sentido físico al sistema bajo estudio, la
evolución determinista que se puede esperar de un sistema cerrado debe desterrarse.
Sólo evoluciona de manera determinista (mediante la ecuación de Schrödinger) un
sistema que no es observado; pero si no lo podemos observar, ¿qué importancia tiene
cómo evolucione?

• Algunas soluciones propuestas al problema de la medida son las siguientes:


1. Puesto que el dilema aparece en su mayor parte por la aceptación del princi-
pio de superposición, esto es, por el carácter lineal del operador de evolución
temporal, algunos físicos como Wigner, Ludwig o Pearle han sugerido que es
necesario introducir leyes de evolución no lineales a la hora de tratar la in-
teracción entre sistemas microscópicos (por ejemplo el sistema S) y sistemas
esencialmente macroscópicos (como el aparato de medida M). De esta manera,
la solución del problema de la medida queda aplazada hasta que se conozcan es-
tas hipotéticas leyes físicas. No obstante, el carácter lineal del mundo cuántico
parece estar muy bien establecido.
2. Una solución más fantástica es la propuesta por Hugh Everett con la llamada
formulación del estado relativo o teoría de los muchos mundos. Básicamente
esta formulación afirma que cada vez que se realiza una medida, el Universo se
desdobla en tantos universos paralelos como posibles resultados pueda dar la
medida.PA cada uno de estos universos corresponde un término de la combi-
(S) (M )
nación k αk ψ k φk (así, habría un universo en el que el gato de Schrödinger
estaría vivo y otro en el que estaría muerto), de modo que todos estos términos
existen simultáneamente aunque en universos no interactuantes (ortogonales)
y no hay colapso de la función de onda, por lo que el postulado 4 puede elim-
inarse. Aunque Wheeler y De Witt han apoyado esta teoría sobre la base de
que es la única consistente con el formalismo cuántico, parece claro que en este
caso es peor el remedio que la enfermedad.
3. Una solución más razonable al problema de la medida afirma que la reducción
del estado es un proceso físico que se produce en el propio aparato de medida.
Según esto, la interacción de S con M (y más concretamente, con su sistema
de registro: placa fotográfica, contador, etc.) desencadena un complejo proceso
(M)
irreversible que lleva finalmente al aparato a uno de los estados φk . Inter-
pretaciones de este tipo, con diferencias de matiz en cuanto al carácter exacto
del proceso, pueden encontrarse en los ya clásicos libros de Landau y Lifshitz
3.13 Introducción a los modelos de variables ocultas(∗) 187

o de Gottfried. En todas ellas, el carácter macroscópico del aparato de medi-


da M (es decir, sus muchos grados de libertad) juega un papel decisivo, y la
relación entre medida e irreversibilidad queda puesta de manifiesto.2 7

• Se ha argumentado que este tipo de interpretaciones de la medida no explica


los llamados experimentos de resultado negativo de Reninnger, también llamados de
no medida de Dicke. Un ejemplo típico es el siguiente: supongamos una partícula
encerrada en una caja. Su función de ondas se extenderá por toda la caja y la partícula
tiene una probabilidad finita de estar en cualquier región de la caja. Introduzcamos
ahora un detector en la mitad izquierda de la caja. Si el detector da señal quiere decir
que la partícula estaba en esa mitad y se produce la reducción del estado. Pero si el
detector no da señal podemos inferir que la partícula está en la mitad derecha de la
caja: de esta forma se ha producido una reducción del paquete de ondas sin que la
partícula haya interaccionado físicamente con el detector. Lógicamente, la validez de
estos argumentos depende de lo que entendamos por interaccionar físicamente o de
si tiene sentido hablar de las mitades izquierda y derecha de la caja separadamente.

• Todas las anteriores propuestas no niegan, como es evidente, la validez esencial


del formalismo cuántico, sino que pretenden clarificar el contenido del postulado 4 de
nuestra teoría física más fundamental. Desgraciadamente, todavía no tenemos una
respuesta definitiva a la pregunta que abría esta sección: ¿cuándo y cómo se produce
el colapso cuántico?; esto es, ¿cuándo la ecuación de Schrödinger deja de actuar y
da paso a la reducción del estado? Otro tipo de argumentos que también pretenden
completar el formalismo cuántico (no negarlo), pero quitándole su carácter esencial,
son los que veremos en la próxima sección.

3.13 Introducción a los modelos de variables


ocultas(∗)
• En la conferencia de Solvay de 1927, Born y Heisenberg proclamaron que “La
Mecánica Cuántica conduce a resultados precisos en lo que concierne a valores medios
[véanse, por ejemplo, las ecuaciones de Ehrenfest], pero no da ninguna información
sobre los detalles de cada suceso individual. El determinismo, hasta hoy considerado
como la base de las ciencias exactas, debe ser abandonado. [...] Mantenemos que la
Mecánica Cuántica es una teoría completa, cuyas hipótesis fundamentales, físicas y
matemáticas, no son susceptibles de modificación”. Einstein, a pesar de ser uno de los
fundadores de la física cuántica, nunca aceptó la M.C. como una teoría definitiva. Tras
un famoso debate científico con Bohr, del que salió “vencido pero no convencido”, tuvo
que admitir que la M.C. era consistente, pero siguió rechazando la base probabilística
de la M.C. como descripción completa de la realidad física.
2 7 Dentro de este tipo de soluciones merece destacarse la propuesta (defendida, entre otros,

por R. Penrose) según la cual la reducción objetiva del estado cuántico sería un proceso de
tipo gravitatorio que implica un desplazamiento de masa dentro del aparato. No obstante,
los detalles de este proceso no podrían determinarse hasta que no exista una unión adecuada
de la mecánica cuántica y la relatividad general.
188 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

En el mencionado debate con Bohr (que tuvo lugar básicamente en la conferen-


cia Solvay de 1930), Einstein presentó un experimento mental que parecía violar la
relación de incertidumbre energía/tiempo: en concreto, se podía establecer la can-
tidad de energía que se emitía por una abertura de una caja y el tiempo exacto de
emisión con precisión mayor que la admitida por el principio de incertidumbre. La
energía emitida se determinaba pesando la caja antes y después de la emisión y apli-
cando la ecuación relativista E = mc2 junto con el principio de equivalencia de la
Relatividad General. Bohr, “tras una noche de insomnio” como él mismo declara,
encontró una refutación del experimento que hacía uso de algunos resultados de la
Relatividad General (teoría que, como todos sabemos, fue concebida por el propio
Einstein).
Desde entonces, Einstein dedicó sus esfuerzos no a mostrar posibles contradic-
ciones de la Mecánica Cuántica, sino a demostrar que, aunque válida, la teoría era
incompleta. En 1935, Einstein en colaboración con Podolsky y Rosen, publicó un
artículo titulado ¿Puede considerarse la Mecánica Cuántica como una descripción
completa de la realidad? 2 8 en el que se exponían estas ideas, usualmente conocidas
desde entonces como el argumento EPR. El artículo comenzaba afirmando que una
teoría física es completa si cualquier elemento de la realidad física tiene su contra-
partida en la teoría. Por realidad física, EPR entienden lo siguiente “Si, sin perturbar
en modo alguno el sistema, podemos predecir con certeza el valor de una magnitud
física, entonces existe un elemento de realidad física correspondiente a dicha mag-
nitud”. Una vez aceptada esta definición, EPR plantean un experimento que, por
comodidad, expondremos en una versión diferente propuesta por D. Bohm. “Supon-
gamos una molécula en reposo compuesta de dos átomos en un estado en el que el
espín total es cero y el espín de cada átomo es ~/2. (Esto quiere decir que el espín
de un átomo apunta en dirección contraria al espín del otro). Supongamos ahora que
la molécula se desintegra mediante un proceso que no cambia el momento angular
total. Los dos átomos empezarán a separarse en direcciones opuestas (el momento li-
neal total también debe conservarse) y pronto dejaran de interaccionar. Sin embargo,
su espín combinado sigue siendo nulo. Como consecuencia, si medimos la compo-
nente z del espín de uno de los átomos (digamos el átomo 1), y su valor resulta ser
+~/2, podemos inferir que la misma componente del momento angular para el átomo
2 vale −~/2, sin necesidad de realizar una medida de sz sobre este segundo átomo.
De acuerdo con el concepto de realidad física EPR antes expuesto, sz tiene realidad
física en el átomo 2, puesto que hemos predicho su valor con certeza absoluta sin
tocarlo (la única medida se ha hecho sobre el átomo 1, que puede estar muy lejos).
Por otra parte, podríamos decir lo mismo para cualquier componente del espín del
átomo 2, por lo que todas las componentes del espín tendrían realidad física, aunque
la M.C. afirme que no se puede hablar de dos componentes simultáneamente pues los
operadores correspondientes no conmutan.2 9
De esta forma, el argumento EPR puede resumirse de la siguiente manera:
2 8 A.Einstein, B. Podolsky y N. Rosen, Physical Review 47, pag. 777 (1935).
2 9 Estosargumentos son impecables, puesto que, efectivamente, si se mide sz en el átomo
2 se obtendrá con total seguridad el valor −~/2. Lo que sí es rechazable es la presuposición
de que la medida sobre el átomo 1 se halla efectuado sólo sobre el primer átomo, cuando
en realidad es una medida sobre el sistema formado por los dos átomos, aunque estén muy
separados espacialmente. (Véase la sección siguiente).
3.13 Introducción a los modelos de variables ocultas(∗) 189

TEOREMA (de Einstein-Podolsky-Rosen): Las dos afirmaciones


siguientes son incompatibles:
a) El vector de estado ψ proporciona una descripción completa de un
sistema físico.
b) Las condiciones físicas reales de dos subsistemas aislados (separados
espacialmente) son independientes (principio de acción local o de locali-
dad einsteniana).
Evidentemente, la existencia de una correlación entre los dos subsistemas era lo
que repugnaba a Einstein. Puestos a elegir, el prefirió la afirmación 2 a costa de
rechazar la 1, esto es, negando el carácter completo de la M.C.

• La solución más sencilla para salvar el principio de acción local es, naturalmente,
suponer que el estado ψ del espín total no contiene la información completa del esta-
do cuántico. Las teorías de variables ocultas van encaminadas en esta dirección.
Tales variables pertenecen a un nivel “subcuántico” inobservable, y las variables ob-
servables del nivel cuántico resultarían de promedios realizados sobre una distribución
de variables ocultas. Según esto, la M.C. no sería la teoría más profunda y completa
de la naturaleza, sino que permanecería en un nivel de descripción más grosero.
Se puede establecer una cierta analogía entre “variables ocultas frente a estados
cuánticos” y “estados coherentes frente a estados mezcla incoherentes” (véase sección
3.4). Como ya vimos, si reunimos dos haces de partículas provenientes de sendas
medidas de sbz con resultados opuestos, sabemos que cada una de las partículas está
(z) (z)
o en el estado ψ + o en el estado ψ− ;3 0 pero puesto que nuestras partículas se han
mezclado, no podemos predecir a ciencia cierta cuál es el estado de una partícula
(z)
en concreto y decimos que su estado es una mezcla incoherente de los estados ψ +
(z)
y ψ− . Este desconocimiento no es debido a un principio físico profundo, sino al
desconocimiento de todos los datos posibles de cada una de las partículas del haz
(esto es similar a nuestro desconocimiento del color de la bola que vamos a sacar de
una bolsa con bolas blancas y negras). Sin embargo, según la mecánica cuántica,
(x)
si la partícula está en el estado ψ + nuestro desconocimiento previo del resultado
de una medida concreta de sbz (puede ser +~/2 o −~/2 con igual probabilidad) sí
es un principio físico fundamental. Las teorías de variables ocultas, por el contrario,
(x)
propugnan que este estado ψ + es también una mezcla estadística de estados definidos
a un nivel más fundamental por los valores que toman las variables ocultas; y, en este
nivel de descripción, no habría ninguna incertidumbre estadística en las medidas.
Así, en el caso propuesto por EPR, al disociarse la molécula cada uno de los átomos
tenía “impreso” en sus variables ocultas cuál iba a ser el resultado de las posteriores
medidas de cualquier componente de sus espines. No existiría entonces la correlación
entre los dos átomos separados espacialmente y el resultado de la medida sobre uno
de ellos no afecta al estado del otro, puesto que todo ya estaba determinado desde el
momento en el que se produjo la disociación.

• La posibilidad de una teoría de variables ocultas ya había sido considerada y


rechazada por von Neumann en 1930. Más exactamente, von Neumann demostró
3 0 Estamos utilizando aquí la notación que introdujimos en la sección 3.6 para los estados

propios de espín de una partícula de espín s = ~/2.


190 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

que ninguna teoría de variables ocultas podía dar lugar a predicciones más precisas
que las de la M.C. Las teorías de variables ocultas serían entonces irrelevantes o
innecesarias. Esta demostración fue aceptada de forma un tanto acrítica durante más
de veinte años, pese a que en los años 50 se propusieron algunas teorías de variables
ocultas que, aunque demasiado simples, contradecían la afirmación de von Neumann.
Pero, en un examen más profundo de la demostración, Jauch y Piron encontraron
una circularidad en el argumento de von Neumann: una de sus hipótesis de partida
suponía parte de lo que se quería probar. Una nueva demostración de Jauch y Piron
en una línea diferente a la anterior fue también objeto de críticas similares. De esta
forma, quedaba abierta en principio la puerta a la formulación de teorías de variables
ocultas.

• Sin entrar en detalles, que exceden con mucho el nivel en el que nos movemos, hay
un primer tipo de teorías de variables ocultas que no pretenden salvar el principio de
acción local, sino justificar las predicciones probabilísticas de la M.C. (esta línea ha
sido seguida, entre otros, por Bohm). El esquema es, en lenguaje figurado, similar al
que se tiene en física estadística, en el que los valores medios macroscópicos se obtienen
como promedios a partir de los estados microscópicos que forman el sistema y que se
distribuyen de manera conocida cuando el sistema está en equilibrio termodinámico.
De esta forma, las propiedades del estado cuántico ψ serían un promedio sobre las
distribuciones de los valores que toman las variables ocultas. Estas variables ocultas
se podrían manifestar experimentalmente justamente después de una medición, si no
ha habido tiempo para que la distribución de variables ocultas se relaje y vuelva a ser
la correspondiente al equilibrio termodinámico. En este caso, una segunda medida
daría un resultado contrario al predicho por la M.C. ya que éste viene dado por
configuraciones de equilibrio de los valores de las variables ocultas. Experimentos
llevados por Papaliolos en 1967, no dieron resultados que violasen las predicciones de
la M.C., pero tampoco sirvieron para desechar definitivamente la idea de Bohm. A
este tipo de variables ocultas se les denomina variables ocultas de primera especie.
Si en lugar de querer justificar las leyes de la M.C. se pone el énfasis en el principio
de acción local se tiene la línea iniciada por J. S. Bell. En primer lugar, demostró un
teorema menos restrictivo que el de von Neumann; a saber que ninguna teoría local
de variables ocultas puede dar resultados más precisos que los de la M.C. La novedad
aquí es la introducción de la hipótesis de localidad. Veamos lo que esto significa.
Supongamos en el ejemplo anterior que hemos medido el espín del primer átomo. Si,
una vez conocido el resultado, se puede enviar una señal con velocidad infinita al
átomo 2, éste, cuyo espín no estaba definida antes de la medida en 1, puede adquirir
el valor necesario para compensar el resultado de la medida del espín en el átomo 1.
En otras palabras, la medida en 1 puede afectar instantáneamente al sistema 2, que
por tanto no se puede considerar separado localmente del primero. Esto es lo que
ocurre esencialmente en la explicación ortodoxa del experimento.
Sin embargo, ninguna señal puede propagarse a velocidad mayor que la de la luz.
De esta manera, si el subsistema 1 se ha medido en un instante t1 , podemos afirmar
que el subsistema 2 no se verá afectado por esta medida al menos hasta el instante t2 =
t1 + d/c, siendo d la separación espacial entre ambos. Entonces, al menos durante el
intervalo (t1 , t2 ) los sistemas 1 y 2 pueden considerarse separados. Matemáticamente
esto quiere decir que, en este lapso de tiempo, las distribuciones de los valores de
3.13 Introducción a los modelos de variables ocultas(∗) 191

las variables ocultas en los dos subsistemas son independientes entre sí. Las teorías
de variables ocultas (de segunda especie) que contemplan este hecho se denominan
locales, aunque sería más correcto decir separables. Siguiendo esta hipótesis, Bell
dedujo unas desigualdades matemáticas entre resultados de medidas realizadas en el
átomo 1 y 2 que tendrían que satisfacerse si una teoría local de variables ocultas fuese
cierta. Los experimentos realizados desde entonces hasta la fecha, en especial los
realizados por Aspect en la década de los ochenta, han mostrado sistemáticamente la
violación de las desigualdades de Bell, dando la razón a la Mecánica Cuántica.

Otra variante de las teorías de variables ocultas se refiere al problema de la contex-


tualidad. Hemos dicho que las teorías de variables ocultas pretenden que cada sistema
cuántico individual tiene valores bien definidos para todos los observables, aunque en
la práctica sea imposible determinar experimentalmente dichos valores y tengamos
que contentarnos con promedios estadísticos en medidas realizadas sobre un número
muy grande de sistemas “semejantes”. Sin embargo, en 1967, Kochen y Specker de-
mostraron un teorema que afirma que, si se quieren respetar los valores medios que
proporciona la teoría cuántica, los valores individuales asignados a los observables
de cada sistema físico deben depender del conjunto de observables compatibles que
se consideren. En otras palabras, consideremos tres observables A, b Bb y C,
b tales que
b B]
[A, b = 0, [A,
b C]
b = 0 y [B,
b C]
b 6= 0. La mecánica cuántica nos dice que podemos medir
simultáneamente A y B, o A y C, pero no podemos medir simultáneamente B y C.
Pero el teorema de Kochen y Specker afirma que para asignar valores bien definidos
para los observables de cada sistema físico individual, de modo que se satisfagan las
predicciones estadísticas, los valores de A deben ser diferentes según estemos con-
siderando simultáneamente el observable B o el observable C. Es decir, los valores
determinados por las variables ocultas dependen del contexto experimental en el que
esté situado el sistema.

Obviamente, el problema de la localidad se puede ver como un caso particular de la


contextualidad. En efecto, si tenemos un par de partículas como las del experimento
EPR, cualquier medida realizada en una de ellas es compatible con cualquier medida
realizada sobre la otra. En particular, la medida de la componente x del espín de
(1)
la primera de ellas (que llamaremos sx ) es compatible con la medida de cualquier
(2) (2) (2)
componente del espín de la segunda (sx , sy o sz ), aunque estas últimas sí sean
mutuamente incompatibles. Sin embargo, los valores individuales (suponiendo que
(1)
existieran) de sx dependerían de qué componente de espín estuviéramos midiendo
realmente sobre la segunda.

• Todo esto no cierra la posibilidad de existencia de variables ocultas, sobre todo


en su intento no tanto de salvar la localidad einsteniana sino de dotar de un marco
determinista a la descripción de los sistemas microscópicos. Así, todas las paradojas
relativas, por ejemplo, al colapso del estado cuántico quedarían explicadas. A efectos
prácticos esto no tendría importancia alguna, puesto que en las situaciones físicas de
interés las variables ocultas quedarían fuera de nuestro control, pero al menos satis-
farían la necesidad de eliminar el azar como característica sustancial en los principios
físicos. En cualquier caso, el problema del determinismo en la naturaleza ya no es
una cuestión cerrada, como lo era antes de inventarse la Mecánica Cuántica, sino
que es un tema abierto con implicaciones que trascienden lo puramente físico, que
192 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

pone en cuestión ideas profundamente arraigadas acerca de la propia naturaleza de


la realidad.

3.14 Entrelazamiento(∗)
• Volvamos al gato de Schrödinger. Vimos al discutir esta paradoja que el estado
del sistema gato+átomo en interacción es
1 ³ (A) (A)
´
ΥI = √ ψ(G) v φ0 + ψ(G)
m φ1 . (3.71)
2
Nótese que esto no es lo mismo que
1 ³ ´ 1 ³ ´
ΥII = √ ψ (G)v + ψ(G)
m √ φ(A)
0
(A)
+ φ1 . (3.72)
2 2
En efecto, el estado ΥII es un producto tensorial de un estado del gato por un
estado del átomo. Uno puede evolucionar independientemente del otro. De hecho,
si viéramos que³el gato estaba ´ vivo, el estado cuántico del sistema gato+átomo co-
(G) (A) (A)
lapsaría a ψv φ0 + φ1 , y el átomo seguiría estando en una superposición de
estados desintegrado y no desintegrado.
Por el contrario, el estado ΥI es una suma de productos tensoriales de estados
del gato por estados del átomo. En este caso, ver que el gato está en el estado ψ (G)
v
(A)
implica que el estado del sistema gato+átomo ha colapsado a ψ (G) v φ0 y el átomo
(A)
está necesariamente en el estado φ0 . Se dice entonces que en ΥI los estados del gato
31
y el átomo están “entrelazados”.
• Como vimos, en este caso el gato jugaba simplemente el papel de un aparato
de medida para el estado del átomo, y ambos estaban interaccionando durante un
cierto tiempo y próximos en el espacio. Sin embargo, el entrelazamiento va más lejos
y los subsistemas entrelazados pueden haber dejado de actuar y encontrarse a gran
distancia unos de otros. Vimos que esto es lo que ocurría con nuestro par de átomos
del experimento EPR. Tras la desintegración de la molécula de momento cinético nulo
tenemos un estado de la forma
1 ³ (1z) (2z) (1z) (2z)
´
Ψ = √ ψ+ ψ− − ψ− ψ+ . (3.73)
2
(1z)
Aquí ψ+ es el autoestado del átomo 1 (el que viaja, por ejemplo, hacia la izquierda)
correspondiente al autovalor positivo del operador de espín en la dirección del eje
(2z)
z, es decir, de sbz ; mientras que ψ− sería el autoestado del átomo 2 (el que viaja
hacia la derecha) correspondiente al autovalor negativo del mismo operador. Así,
3 1 Nótese que ΥII puede escribirse también como
1 ³ (G) (A) (G) (A) (G) (A) (G) (A)
´
ΥII = ψ v φ0 + ψ v φ1 + ψ m φ0 + ψ m φ1 ,
2
que a primera vista puede parecer un estado entrelazado. Que no es así es fácil de ver, pues
(G)
la observación
³ del ´gato vivo elimina los términos en los que aparece ψ m y deja de nuevo
(G) (A) (A)
ψv φ0 + φ1 .
3.14 Entrelazamiento(∗) 193

si realizamos una medida de sbz sobre el átomo 1 y encontramos un valor positivo,


(1z) (2z)
el estado entrelazado colapsa al estado ψ + ψ − , y una medida posterior de sbz
sobre el átomo 2 encontrará con toda certeza un valor negativo. Nótese de nuevo
que la medida sobre el átomo 1 puede haberse hecho cuando ambos átomos 1 y 2
han dejado de interaccionar y están muy alejados; sin embargo, esta medida afecta
también al estado del átomo 2. Es decir, dos sistemas que tienen un origen común
están entrelazados independientemente de la distancia que los separa mientras no se
haga una medida sobre uno de ellos, momento en que colapsa la función de onda del
sistema total. Generalizando este resultado podemos decir que los sistemas que han
estado en interacción en algún momento quedan entrelazados y este entrelazamiento
o correlación cuántica persiste mientras no se haga una medida sobre uno de ellos.
Pero el razonamiento anterior es válido para cualquier número de sistemas que
hayan estado en interacción. Por lo tanto, nunca podríamos hablar del estado cuántico
de un sistema que haya estado en interacción con otros. Evidentemente, conforme
pasa el tiempo cada vez más sistemas entrarán en interacción de modo que todos
estarían entrelazados. Si no hubiera colapso de la función de onda en algún momento,
todos los objetos formarían parte de una gigantesca superposición entrelazada sin
valores definidos para ningún observable. De hecho, éste era el mensaje de Schrödinger
al introducir su paradoja: la indeterminación cuántica de un sistema, por pequeño
que fuera, acabaría por “contagiarse” a todos los sistemas con los que interaccionase,
tanto microscópicos como macroscópicos.
El problema de la medida tiene así un alcance más general. ¿Por qué el mundo
que observamos se comporta “clásicamente”? Es decir, ¿por qué los objetos que
observamos tienen valores definidos para sus magnitudes físicas y, en particular, siguen
trayectorias clásicas? Una salida a este problema (que, por supuesto, es también una
solución al problema de la medida) es la que propusieron Ghirardi, Rimini y Weber en
1986. En su teoría hay que admitir que los sistemas cuánticos pueden sufrir “colapsos
aleatorios espontáneos”. Ahora bien, por el hecho mismo de que los sistemas están
entrelazados, el colapso en uno de ellos se traduciría en un colapso en el sistema
entrelazado global. Por ejemplo, si una sola partícula de un objeto macroscópico
sufriera un “colapso espontáneo”, dicho colapso se trasladaría a las 1023 partículas
que componen el objeto (o del orden de ese número) y están entrelazadas con ella.
De modo que bastaría que una partícula sufriera un colapso cada 1015 segundos
(cien millones de años) para que la función de onda del objeto total colapsara cada
10−8 segundos. Entre colapso y colapso, las variables macroscópicas del sistema (por
ejemplo, la posición y el momento del centro de masas) tienen muy poco tiempo
para evolucionar, de modo que los sucesivos colapsos mantienen al sistema a lo largo
de una trayectoria “clásica”. (Tratándose de objetos macroscópicos, la relación de
incertidumbre no plantea dificultades). El problema con esta propuesta, por supuesto,
es que, por muy infrecuente que sea el colapso de una partícula, hay que introducir
un mecanismo que dé cuenta del mismo, lo que supone una alteración de la ecuación
de Schrödinger.

• Como ya hemos visto, el hecho de que una medida sobre un sistema afecte a
otro sistema “localmente separado” con el que, pese a todo, está entrelazado, nos
lleva a un posible conflicto con la relatividad. En efecto, pensemos de nuevo en
el estado entrelazado (3.73). Si un observador O1 hace una medida de sbz sobre la
partícula 1 y encuentra un valor positivo (es decir, tras la medida la partícula 1
194 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

(1z) (2z)
queda en el estado ψ+ ), la partícula 2 habrá quedado en el estado ψ − , y un
observador O2 que haga una medida de sbz sobre la misma encontrará necesariamente
un valor negativo. Recíprocamente, si O1 encuentra un valor negativo, “sabe” que O2
encontrará necesariamente un valor positivo si mide sbz . Parece entonces que hemos
encontrado un medio de comunicación instantánea entre los observadores O1 y O2
(siempre, claro está, que cada uno de ellos tenga acceso a un miembro de un par
entrelazado, lo que es perfectamente posible en principio). Sin embargo, esto no puede
transmitir ninguna información real: en efecto, O1 “sabe” que si él ha encontrado un
valor positivo, O2 encontrará necesariamente un valor negativo, pero O1 no sabe por
adelantado qué valor va a encontrar él mismo al medir la partícula 1, de modo que
no puede codificar ningún mensaje con sus medidas.
Pero hay otra posibilidad. El par entrelazado puede definirse también mediante
el estado
1 ³ (1x) (2x) (1x) (2x)
´
Ψ = √ ψ+ ψ− − ψ− ψ+ , (3.74)
2

donde ahora utilizamos estados propios de sbx como base.

Ejercicio 3.22. Demuestre la equivalencia entre (3.73) y (3.74). (Recuerde lo que


se vio en la Sección 3.6)

Ahora se plantea una posibilidad importante. Si O1 mide el espín sbz de la partícula


(1z) (1z)
1, el estado de la partícula colapsará a ψ + o a ψ − y, consecuentemente, la partícula
(2z) (2z)
2 colapsará a ψ− o ψ + , respectivamente. Lo importante aquí es que una medida
del espín sbz de la partícula 1 deja también a la partícula 2 en un estado propio de
espín sbz . De la misma forma, una medida de espín sbx sobre la partícula 1 deja a
la partícula 2 en un estado propio de espín sbx . Parece así que O1 podría transmitir
información en código binario a O2 haciendo medidas de sbz o de sbx sobre la partícula
1 y dejando que O2 determine si la medida ha dejado la partícula 2 en un estado
propio de una u otra componente de espín. Pero el problema, una vez más, es que la
medida que haga posteriormente O2 sobre la partícula 2 le dará el estado de espín de
la partícula después de dicha medida, y no antes. En efecto, si O2 hace una medida
de sbz , y obtiene un valor positivo, no puede saber si la partícula 2 antes de la medida
(2z)
estaba en el estado ψ + (con lo que la medida dará necesariamente ³ un valor positivo)
´ √
(2x) (2z) (2z)
o si la partícula antes de la medida estaba en el estado ψ+ = ψ+ + ψ − / 2
(con lo que habría un 50% de probabilidades de encontrar un valor positivo). Por lo
tanto, O2 no puede saber si O1 hizo una medida de sbz o de sbx .
Pero hay todavía otra posibilidad. Supongamos que O2 no hace una medida de la
partícula 2 cuando le llega pero tiene algún medio de hacer muchísimas copias de la
partícula 2. Provisto de estas copias, O2 sí podría saber cuál era el estado cuántico
de dicha partícula antes de la medida. Por ejemplo, si toma 10 de dichas copias,
hace una medida de sbz sobre todas ellas y encuentra para todas un valor positivo
(2z)
puede afirmar casi con seguridad que la partícula original estaba en el estado ψ+ .
(2x)
En efecto, si la partícula hubiera estado en el estado ψ + , la medida de las 10 copias
le habría dado, en general, 5 valores positivos y 5 negativos.
¿Hemos encontrado un medio de transmitir información más rápida que la luz,
violando así la relatividad especial? Parece que sí, siempre que tengamos un medio
3.14 Entrelazamiento(∗) 195

de sacar copias de estados cuánticos. Pero esto está prohibido precisamente por la
mecánica cuántica. Esto es lo que se llama teorema de imposibilidad de clonación.
En efecto, supongamos que existe una máquina M de clonar estados cuánticos.
Inicialmente tenemos la máquina de clonar en un estado Ψ(M ) , un sistema 1 en un
(1) (2)
estado a clonar Φa y otro sistema 2 similar al anterior en un estado “en blanco” Φ0 ,
(2)
que vamos a transformar en Φa (similar a la hoja en blanco en una fotocopiadora
sobre la que queremos hacer la copia de otra hoja).3 2 El estado total del sistema
(1) (2)
máquina+sistema a clonar+sistema en blanco es un producto tensorial Ψ(M) Φa Φ0 .
(1) (2)
Una vez hecha la copia, el original Φa sigue existiendo, el estado Φ0 ha pasado a
(2)
ser Φa y la máquina ha quedado en un estado ψ(M a
)
. Es decir, el sistema total ha
experimentado la evolución
(2)
Ψ(M ) Φ(1)
a Φ0 −→ ψ (M)
a Φ(1) (2)
a Φa .

Si quisiéramos clonar un segundo estado Φb , el estado global de partida sería


(1) (2) (M) (1) (2)
Ψ(M ) Φb Φ0 y el estado global final sería ψ b Φb Φb . Es decir, la evolución cuán-
tica sería ahora
(1) (2) (M) (1) (2)
Ψ(M ) Φb Φ0 −→ ψb Φb Φb .

Pero la evolución cuántica es una evolución unitaria que conserva el valor de los
productos escalares. Es decir, el producto escalar de los estados iniciales debe tener
el mismo valor que el producto escalar de los estados finales
³ ´ ³ ´
(2) (M ) (1) (2) (M) (1) (2)
Ψ(M) Φ(1)
a Φ0 , Ψ Φb Φ0 = ψ (M)
a Φ(1) (2)
a Φa , ψ b Φb Φb ,

y por la definición del producto escalar en espacios de Hilbert que son productos
tensoriales de espacios simples
³ ´³ ´³ ´ ³ ´³ ´³ ´
(1) (2) (2) (M ) (1) (2)
Ψ(M ) , Ψ(M) Φ(1)
a , Φb Φ0 , Φ0 = ψ (M)
a , ψb Φ(1)
a , Φb Φ(2)
a , Φb ,

es decir,
³ ´ ³ ´ ³ ´2
(2) (M ) (2)
Φ(2)
a , Φb = ψ (M)
a , ψb · Φ(2)
a , Φb ,

(M )
igualdad que solo puede cumplirse si Φa = Φb (y, por lo tanto ψ (M) a = ψb ) o si
(Φa , Φb ) = 0 (es decir, si Φa y Φb son ortogonales). Por lo tanto, el carácter lineal y
unitario de la evolución en mecánica cuántica implica que una máquina de clonar sólo
puede clonar un estado dado y estados ortogonales al mismo, pero no puede clonar
con exactitud ningún otro estado cuántico. Nótese, sin embargo, que esto no excluye
la reproducción del estado cuántico de un sistema en otro sistema similar, aunque en
tal caso el estado original del primer sistema queda necesariamente destruido.

3 2 Evidentemente, el clon del original se hace en otro sistema físico idéntico que admita los

mismos estados cuánticos.


196 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

Problemas resueltos
Problema 3.1. Considere un dispositivo de Stern-Gerlach orientado en
una dirección genérica del espacio dada por el versor

n = (sin θ cos φ, sin θ sin φ, cos θ) ,

donde θ y¡φ¢son coordenadas esféricas. Un haz de electrones, cuyo estado


(z)
es ψ+ = 10 , atraviesa el dispositivo. Obtenga, en función de θ y φ, las
intensidades relativas de cada uno de los haces emergentes.
Solución:
En este caso, el dispositivo S-G mide la proyección (euclídea) del vector s sobre la
dirección dada por el vector de módulo unidad n, esto es, el observable

sbn = n·b
s = (sin θ cos φ) sbx + (sin θ sin φ) sby + (cos θ) sbz .

Si ahora sustituimos cada operador por su representación matricial, tenemos que


µ ¶
~ cos θ sin θ cos φ − i sin θ sin φ
sbn =
2 sin θ cos φ + i sin θ sin φ − cos θ
µ −iφ

~ cos θ e sin θ
= .
2 e+iφ sin θ − cos θ

Tenemos ahora que calcular las probabilidades de que al medir sbn obtengamos los
valores ±~/2, para lo que habríamos de obtener los autoestados de sbn . Aunque esto
no es en absoluto difícil, en este caso no resulta necesario ya que para cualquier estado
Ψ se tiene
∙ µ ¶ µ ¶¸
~ ~ ~
hb
sn iΨ = PrΨ + − PrΨ − ,
2 2 2

donde PrΨ (±~/2) es la probabilidad de que al medir sbn obtengamos ±~/2. Como,
además,
µ ¶ µ ¶
~ ~
PrΨ + + PrΨ − =1
2 2

inmediatamente
µ ¶ µ ¶
~ 1 1 ~ 1 1
PrΨ + = + hb
sn iΨ ; PrΨ − = − hb
sn iΨ ,
2 2 ~ 2 2 ~

por lo que basta calcular hb


sn i para calcular las probabilidades. De esta manera,
ÃÃ ! Ã !!
³ ´ ~ 1 cos θ ~
(z) (z)
sn iψ+ = ψ + , sbn ψ + =
hb , iφ = cos θ.
2 0 e sin θ 2

En consecuencia,
µ ¶ µ ¶
~ 1 + cos θ ~ 1 − cos θ
PrΨ + = ; PrΨ − = ,
2 2 2 2
Problemas resueltos 197

que son las intensidades relativas de cada haz.

Problema 3.2. Consideremos dos vectores de estado, ψ (λ) y φ (λ), depen-


dientes de un parámetro λ. Demuestre que
µ ¶ µ ¶
∂ ∂ ∂
(ψ (λ) , φ (λ)) = ψ (λ) , φ (λ) + ψ (λ) , φ (λ) .
∂λ ∂λ ∂λ

Solución:
La utilización del signo de derivada parcial simplemente enfatiza que λ ha de conside-
rarse como un parámetro independiente. Por tanto, si C (λ) es un objeto dependiente
de λ (da igual que sea un escalar, un vector, o un operador) escribimos

∂ C (λ) C (λ + dλ) − C (λ)


= lim
∂λ dλ→0 dλ
para representar la variación relativa que sufre el objeto C (λ) cuando el parámetro
cambia una cantidad infinitesimal dλ. Por tanto,

∂ (ψ (λ + dλ) , φ (λ + dλ)) − (ψ (λ) , φ (λ))


(ψ (λ) , φ (λ)) = lim .
∂λ dλ→0 dλ
Aplicando la definición de derivada a cada vector de estado

∂ ψ (λ)
ψ (λ + dλ) = ψ (λ) + dλ
∂λ
(lo mismo para φ), donde el límite se da por supuesto. Así,
³ ´
∂ ψ (λ) + dλ ∂ ψ(λ)
∂λ
, φ (λ) + dλ ∂ φ(λ)
∂λ
− (ψ (λ) , φ (λ))
(ψ (λ) , φ (λ)) = lim ,
∂λ dλ→0 dλ
y aplicando las reglas de linealidad del producto escalar se tiene, tras simplificar, que
µ ¶ µ ¶
∂ ∂ ∂
(ψ (λ) , φ (λ)) = ψ (λ) , φ (λ) + ψ (λ) , φ (λ)
∂λ ∂λ ∂λ
µ ¶
∂ ∂
+ φ (λ) , φ (λ) lim {dλ} .
∂λ ∂λ dλ→0

El último término es cero y llegamos al resultado que queríamos demostrar.


De similar manera puede probarse que
à !
∂ nb o ∂A b (λ)
b (λ) ∂ψ (λ) ,
A (λ) ψ (λ) = ψ (λ) + A
∂λ ∂λ ∂λ

b (λ) es un operador dependiente del parámetro.


donde A

Problema 3.3. A partir de la ecuación de Schrödinger dependiente del


tiempo, demostrar que la norma de un estado se conserva en la evolución
temporal.
198 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

Solución:
Sea el estado cuántico ψ (t). Su norma al cuadrado es

kψ (t) k2 = (ψ (t) , ψ (t))

y, por tanto (véase el problema anterior),


µ ¶ µ ¶
∂ ∂ ∂ψ (t) ∂ψ(t)
kψ (t) k2 = (ψ (t) , ψ (t)) = , ψ (t) + ψ (t) , .
∂t ∂t ∂t ∂t

No olvidemos que en el espacio de Hilbert de los estados el tiempo es un mero


parámetro.
Recordando las propiedades fundamentales del producto escalar
µ ¶ µ ¶∗ µ ¶
∂ ∂ψ (t) ∂ψ (t) ∂ψ (t)
kψ (t) k2 = ψ (t) , + ψ (t) , = 2Re ψ (t) ,
∂t ∂t ∂t ∂t

e introduciendo el operador hamiltoniano y la evolución temporal (3.29)


µ ¶ ½ ´¾
∂ −i b −i ³ b (t)
kψ (t) k2 = 2 Re ψ (t) , Hψ (t) = 2 Re ψ (t) , Hψ .
∂t ~ ~
³ ´
Pero, puesto que H b es autoadjunto, el valor esperado ψ (t) , Hψ
b (t) es real (de
hecho, es el valor esperado hEit de la energía mecánica en el estado ψ (t) en el
instante t). Como consecuencia, −i hEit /~ es un valor imaginario puro cuya parte
real es nula. Así

∂ ∂ ∂
kψ (t) k2 = 2kψ (t) k kψ (t) k = 0 =⇒ kψ (t) k = 0
∂t ∂t ∂t

b es un hamiltoniano dependiente del tiempo; trate


(el mismo resultado se tiene si H
de demostrarlo).

b
Problema 3.4. Sea H(λ) el hamiltoniano de un sistema que depende de un
parámetro λ, y sea E(λ) el valor propio de la energía correspondiente al
autoestado ψ(λ). Demostrar que E(λ) satisface la relación
* +
∂E(λ) b
∂ H(λ)
= .
∂λ ∂λ
ψ(λ)

Esta relación se conoce como teorema de Hellman-Feynman.


Solución:
b
Escribiendo explícitamente la dependencia en λ tenemos H(λ)ψ(λ) = E(λ)ψ(λ), y
Problemas resueltos 199

 
E(λ) = ψ(λ), H(λ)ψ(λ)
b . Entonces
   
∂E(λ) ∂ψ(λ) b ∂ b
= , H(λ)ψ(λ) + ψ(λ), H(λ)ψ(λ) =
∂λ ∂λ ∂λ
   
∂ψ(λ) b ∂ψ(λ)
= , H(λ)ψ(λ) + ψ(λ), H(λ)
b
∂λ ∂λ
!
∂ H(λ)
b
+ ψ(λ), ψ(λ)
∂λ
   
∂ψ(λ) ∂ψ(λ)
= E(λ) , ψ(λ) + ψ(λ),
∂λ ∂λ
!
∂ H(λ)
b
+ ψ(λ), ψ(λ)
∂λ
!
∂ ∂ H(λ)
kψ(λ)k2 + ψ(λ),
b
= E(λ) ψ(λ) .
∂λ ∂λ

Pero ψ(λ) es un estado normalizado, y por un argumento similar al del problema


anterior obtenemos ∂ kψ(λ)k /∂λ = 0. En definitiva
! * +
∂E(λ) ∂ H(λ)
b ∂ H(λ)
b
= ψ(λ), ψ(λ) =
∂λ ∂λ ∂λ
ψ(λ)

Problema 3.5. Sea un sistema constituido por una partı́cula de masa m


sometida a un potencial V (X)b que no depende de la masa. Demostrar que
los valores de las energı́as de los estados estacionarios del sistema dismi-
nuyen cuando aumenta la masa de la partı́cula.
Solución:
Considerando la masa m como parámetro, y utilizando el teorema de Hellman-
Feynman demostrado en el problema anterior, obtenemos
* + * !+
∂E(m) ∂ H(m)
b ∂ Pbx2 1 D b2 E
= = =− Px < 0,
∂m ∂m ∂m 2m 2m2 ψ(m)
ψ(m) ψ(m)
D E
puesto que Pbx2 es siempre positivo.

Problema 3.6. Sean X b y Pbx los operadores correspondientes a los obser-


vables cuánticos posición y momento, respectivamente. Supongamos una
partı́cula de masa m que se mueve bajo la acción de una energı́a potencial
V (x) que no depende de Pbx .
a) Demostrar que los operadores producto X b Pbx y Pbx X b no son autoadjun-
tos, pero sı́ lo es la suma X Px + Px X.
b b b b
b) Demostrar la igualdad X b = im~−1 [H,
b Pbx + Pbx X b Xb 2 ], donde m es la masa
de la partı́cula.
200 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

c) A partir de esta última relación, demostrar que si ψ es un estado esta-


cionario se tiene h Xb Pbx + Pbx X
b iψ = 0.
Solución:
a) Como X b y Pbx son autoadjuntos
³ ´†
b Pbx
X = Pbx X
b = Pbx X
b −X b Pbx = −i~Ib + X
b Pbx + X b Pbx ,

b Pbx 6= (X
donde hemos usado la regla de conmutación canónica. Puesto que X b Pbx )† , el
b b b b
operador X Px no es autoadjunto. De igual manera se demuestra que Px X tampoco
es autoadjunto. Sin embargo,
³ ´† ³ ´† ³ ´†
b Pbx + Pbx X
X b = X b = Pbx X
b Pbx + Pbx X b +X
b Pbx

de modo que X b sí es autoadjunto.


b Pbx + Pbx X
b) El hamiltoniano del sistema es
³ ´
b = 1 Pbx2 + V X
H b .
2m
b X]
Evidentemente [V (X), b = 0, de modo que

im h b b 2 i i h i
b2 = i
³h i h i´
H, X = Pbx2 , X Pbx2 , Xb Xb +X b
b Pbx2 , X
~ 2~ 2~
i ³ ´
= −2i~Pbx X b − 2i~Xb Pbx = X b Pbx + Pbx X.
b
2~
c) De lo anterior resulta que, para un estado estacionario ψ, esto es, para un autoes-
tado de la energía tal que Hψ b = Eψ:
D E im h³ b b 2 ´ ³ b 2 b ´i
Xb Pbx + Pbx X
b = ψ, H X ψ − ψ, X Hψ
ψ ~
im h³ ´ ³ ´i
= b X
Hψ, b 2 ψ − ψ, X b 2 Hψ
b
~ µD E
im D E ¶
= E Xb2 − X b2 = 0.
~ ψ ψ

Problema 3.7. Consideremos una partícula de masa m que se mueve en


una dimensión espacial, siendo
³ ´
Hb = 1 Pbx2 + V X
b
2m
el hamiltoniano del sistema.
a) Demostrar la identidad Pbx = (im/~)[H,b X].
b
b) A partir de esta relación, probar que para todo estado estacionario
normalizable, se cumple hPbx i = 0.
Solución:
a) La demostración de la primera identidad es inmediata. En efecto, teniendo en
Problemas resueltos 201

b conmuta con cualquier función f (X),


cuenta que X b y en particular con el potencial
b resulta
V (X),
h i h i h i
b X
H, b = 1 Pbx2 , X b + V (X),b X b = − i~ Pbx ,
2m m
que es el resultado buscado.
b) Sea ahora ϕE un vector propio del hamiltoniano correspondiente al valor propio
b E = EϕE . Entonces
E, es decir, Hϕ
D E im ³ h i ´ ³ ´ ³ ´
Pbx = ϕE , H, b ϕE = im ϕE , H
b X b E − im ϕE , X
b Xϕ b Hϕ
b E ,
ϕE ~ ~ ~
b y H:
y usando el carácter autoadjunto de X b
D E im ³ b ´ ³ ´
Pbx = b E − im Xϕ
HϕE , Xϕ b E , Hϕ
b E
ϕE ~ ~
imE h³ ´ ³
b E − Xϕ
´i imE h³
b E , ϕE =
´ ³
b E − ϕE , Xϕ
´i
b E = 0.
= ϕE , Xϕ ϕE , Xϕ
~ ~
Queda así demostrado que el valor esperado de Pbx es nulo. Nótese que esta anulación
para cualquier estado estacionario normalizable es independiente de la forma del
potencial, pues es una simple consecuencia
D E del primer
D E teorema D deE Ehrenfest. En
efecto, en un estado estacionario Xb = cte, y así Pbx = m d X b /dt = 0.

Problema
³ ´ 3.8. Consideremos un sistema con un potencial de la forma
V X b = aX b n , con n entero, y sea ψ un estado estacionario del sistema.
Demostrar que entre los valores esperados de los observables K b (energía
cinética) y Vb (energía potencial) existe la relación
D E n DbE
b
K = V
ψ 2 ψ

que es el equivalente cuántico al teorema del virial clásico.


Solución:
Sabemos que en un estado estacionario los valores esperados de cualquier observa-
ble
D no dependen E del tiempo. Esto es cierto, en particular, para el valor esperado
b b b b
X Px + Px X . (De hecho, hemos visto en un problema anterior que este valor es-
ψ
perado no sólo no depende del tiempo sino que es cero.) Entonces, de la ecuación de
evolución temporal de los valores esperados obtenemos
d Dbb E i Dh b b iE
X Px + Pbx Xb =− b H
X Px + Pbx X, b = 0.
dt ψ ~ ψ

Es fácil calcular el conmutador teniendo en cuenta resultados ya conocidos del álgebra


de operadores
h i h i h i
X b Pbx2 = X
b Pbx + Pbx X, b Pbx2
b Pbx , Pbx2 + Pbx X,
h i h i
= X,b Pbx2 Pbx + Pbx X,b Pbx2 = 4i~Pbx2
202 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

y
h i h i h i
b Pbx + Pbx X,
X b aX bn = a X b Pbx , Xb n + a Pbx X,
b X bn
h i h i
= aX b n + a Pbx , X
b Pbx , X bn X b = −a2i~nX b n.

Así pues
* +
Dh iE Pbx2
b Pbx + Pbx X,
X b Hb = 4i~ bn
− 2i~naX =0
ψ 2m
ψ

o lo que es lo mismo
D E n DbE
b
K = V .
ψ 2 ψ

Problema 3.9. En la teoría del momento angular es conveniente utilizar


b+ y L
los operadores L b − definidos como

L b x + iL
b+ = L by ; b− = L
L b x − iL
by .

Calcular las relaciones de conmutación entre L b− y L


b+, L bz .
Solución:
Teniendo en cuenta la propiedad distributiva de los conmutadores, y las relaciones de
conmutación entre L bx , L
by y L
b z , se tiene
h i h i h i ³ ´
L bz
b+, L = bx, L
L bz + i L b z = −i~L
by , L b y + i i~L bx
³ ´
= −~ L b y = −~L
b x + iL b+ .

b−, L
De modo análogo se obtiene [L b z ] = ~Lb−.
Por otra parte
h i h i
L b−
b+, L = b x + iL
L by , Lb x − iLby
h i h i h i h i
= bx, L
L bx + i L by , L
bx − i Lbx , L
by + Lby , L
by
h i
= −2i L bx, Lb y = 2~L bz .

Problema 3.10. Obtenga la evolución temporal de las incertidumbres de


la posición y el momento para una partícula libre.
Solución:
Ya hemos visto que para una partícula libre, cuyo hamiltoniano es

b = 1 Pbx2 ,
H
2m
los valores esperados del momento y la posición evolucionan en el tiempo como
D E D E D E D E D E
b = X
X b + 1 Pbx t ; Pbx = Pbx .
t 0 m 0 t 0
Problemas resueltos 203

Para hallar la evolución temporal de sus incertidumbres necesitamos obtener hPbx2 it


b 2 it . Lo primero es inmediato, puesto que Pbx2 es una constante del movimiento
y hX
para una partícula libre:
*" #+
d D b2 E i Dh b 2 b iE i Pbx2 D E D E
Px = − Px , H =− Pbx2 , =0 ⇒ Pbx2 = Pbx2 .
dt t ~ t ~ 2m t 0
t

Lo segundo es algo más elaborado. Partamos de

d D b 2E i Dh b 2 b iE
X =− X ,H .
dt t ~ t

Evaluemos el conmutador usando álgebra de conmutadores y las reglas de conmutación


canónicas:
h i h i ³ h i h i ´ ³ ´
X b = 1 X
b 2, H b 2 , Pbx2 = 1 Xb X, b = i~ X
b Pbx2 X
b Pbx2 + X, b
b Pbx + Pbx X
2m 2m m

b Pbx2 ] = 2i~Pbx . De esta manera tenemos que


donde hemos usado [X,

d D b 2E 1 Dbb E
X = X Px + Pbx X
b .
dt t m t

b 2:
Calculemos ahora la segunda derivada temporal del valor medio de X

d2 D b 2 E 1 d Dbb E
X = X Px + Pbx X
b
dt2 t m dt t
i Dh b b iE
= − 2
X Px + Pbx X, b Pbx2 .
2m ~ t

Ya hemos evaluado este conmutador en un problema anterior. Sustituyendo el resul-


tado entonces obtenido, llegamos a

d2 D b 2 E 2 D b2 E 2 D b2 E
X = P x = Px ,
dt2 t m2 t m2 0

puesto que acabamos de ver que Pbx2 es constante del movimiento. Integrando esta
última ecuación:
D E D E µ D E ¶¯
b2 b2 + d X b2
¯
¯ 1 D b2 E 2
X = X ¯ t + Px t
t 0 dt t t=0 m2 0
D E D E D E
= b2 + 1 X
X b Pbx + Pbx Xb t + 1 Pbx2 t2
0 m 0 m 2 0

b 2 it en función de datos iniciales. Por tanto,


llegamos a la expresión general de hX

³ ´ rD E D E2 rD E D E2 ³ ´
∆Pbx = Pbx2 − Pbx = Pbx2 − Pbx = ∆Pbx
t t t 0 0 0
204 POSTULADOS DE LA MECÁNICA CUÁNTICA

(la incertidumbre de Pbx se conserva en el tiempo, como corresponde a una constante


del movimiento) y
³ ´2 D E D E2
∆Xb = X b2 − X b
t t t
D E D E D E ∙D E D E ¸2
b2 + 1 b t+
b Pbx + Pbx X 1 bx2 t2 − X b + 1 Pbx t
= X X P
0 m 0 m2 0 0 m 0
µD E D E2 ¶ µD E D E ¶
b2 − X b 1 2
= X + 2 Pbx2 − Pbx t2
0 0 m 0 0
1 hD b b E D E D E i
+ X Px + Pbx Xb −2 X b Pbx t
m 0 0 0
³ ´2 ³ ´ hD E D E D E i
b + 1 ∆Pbx t2 + 1
2
= ∆X X b Pbx + Pbx Xb −2 X b Pbx t,
0 m2 0 m 0 0 0

de donde
v ³ ´2 D E D E D E
u
³ ´ u³ ´2 ∆Pbx b Pbx + Pbx X
X b b
−2 X Pbx
t
b
∆X = b
∆X + 0
t2 + 0 0 0
t.
t 0 m2 m
Capítulo 4

LA FUNCIÓN DE ONDA.
SISTEMAS SIMPLES

4.1 Introducción
• En el capítulo anterior hemos expuesto la base postulacional de la Mecánica
Cuántica y su interpretación. En este capítulo abordaremos la resolución de proble-
mas sencillos de una partícula que se mueve en una única dimensión espacial.

Comenzaremos con la descripción de los estados de una partícula en las repre-


sentaciones de posición y momento, estableciéndose así la conexión necesaria entre
el formalismo general y la mecánica ondulatoria. A continuación, trataremos sis-
temas unidimensionales con estados estacionarios ligados. El importante caso del
oscilador armónico se resolverá en detalle usando la formulación basada en operado-
res de creación y destrucción, aunque sin perder de vista su enfoque en el lenguaje
de la mecánica ondulatoria. Seguiremos con el análisis de los estados no ligados en
sistemas con barreras de potencial, finalizando con el estudio de sistemas más comple-
jos, pero cuyo hamiltoniano es igual a una suma de hamiltonianos unidimensionales
independientes (problemas separables).

Los ejemplos y problemas que aquí se presentan se resuelven paso a paso, ya


que la comprensión de la teoría sólo se culmina cuando se es capaz de aplicarla a
situaciones específicas. Es un hecho bien sabido que la falta de familiaridad con el
uso de herramientas matemáticas, aun elementales, dificulta e incluso imposibilita
la aplicación de la teoría. Esperamos que, gracias a la resolución detallada de los
problemas, el lector aprenda a utilizar de manera rutinaria manipulaciones algebraicas
que son de enorme utilidad a la hora de simplificar los cálculos. Así, una vez que
se dominen dichas manipulaciones, será mucho más fácil que se preste la atención
requerida a los aspectos realmente importantes de las aplicaciones.

205
206 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

4.2 La función de ondas en la representación de


posiciones
• En la sección 3.10 vimos que el formalismo cuántico impone que los operadores
representativos de la posición y el momento han de cumplir las reglas de conmutación
canónicas (3.49). A partir de estas reglas se dedujo que los operadores de posición
y momento tienen espectro exclusivamente continuo. Por otra parte, en el primer
capítulo se sugirió que, para una partícula que se mueve en una dimensión espacial,
se puede asignar el operador X b = x a la posición, y el operador Pbx = −i~ d/dx al
momento lineal dentro del espacio de Hilbert L2 (R). En esta representación, el vector
de estado Ψ (x) normalizado debe interpretarse como una amplitud de probabilidad:
|Ψ (x)|2 dx es la densidad de probabilidad asociada a la posición de la partícula.
b y Pbx , definidos en el anterior párrafo, cumplen
Es fácil ver que los operadores X
las reglas de conmutación canónicas. También hemos visto en distintos ejemplos del
capítulo 2 (muy en particular los ejemplos 2.50 y 2.51) que el espectro de estos dos
operadores es continuo y cubre enteramente R.1 Como consecuencia, la asignación
estándar:

Espacio de los estados → L2 (R)


Estados → Funciones Ψ(x) de cuadrado integrable
(4.1)
x→X b tal que Xb Ψ(x) = xΨ(x)
d
p → Pbx tal que Pbx Ψ(x) = −i~ Ψ(x)
dx

cumple todas las propiedades requeridas por el postulado 6.

• Sin embargo, vamos ahora a deducir (4.1) sin usar las conclusiones a las que
llegamos al final del capítulo 1. Como ya hemos dicho, las reglas de conmutación
canónicas implican que el espectro del operador posición ha de ser continuo y, por
razones físicas muy generales, igual a todo R. Como consecuencia, el espacio de
Hilbert de los estados de una partícula que se mueve en una dimensión
ha de tener dimensión infinita. La elección L2 (R), no siendo la única posible
(podemos también escoger C∞ 2 ), parece la más natural habida cuenta de cuál es el
sistema físico. De todas modos, no impongamos todavía cuál va a ser nuestro espacio
de Hilbert de los estados y sigamos moviéndonos a un nivel muy general.

Sea η x el autoestado (no normalizable, habida cuenta del carácter continuo del
b con autovalor x. Podemos construir una base ortonor-
espectro) de la posición X
mal (generalizada) formada por los autoestados η x , de manera que dado un estado
cuántico normalizado ψ, sus coordenadas en esta base serán

Ψ (x) = (ηx , ψ) (4.2)

bx obviamente no cambia el
1 La inclusión de la constante ~ dentro de la definición de P

resultado que vimos en su momento para −i d/dx.


4.2 La función de ondas en la representación de posiciones 207

independientemente del espacio de Hilbert y, por tanto, de la forma que escojamos


b como para el vector de estado ψ. Entonces,
tanto para el operador X
Z Z
ψ= (ηx , ψ) η x dx = Ψ (x) ηx dx,
R R

con la condición de normalización


Z
(ψ, ψ) = |Ψ (x)|2 dx = 1.
R

A la función Ψ (x), la coordenada x-ésima del estado normalizado ψ en la base de auto-


estados de la posición, se le denomina función de onda en la representación de
posiciones (o, simplemente, función de onda). De acuerdo con la interpretación
probabilística del postulado 3, la densidad de probabilidad asociada a una medida de
la posición está dada por

ρ(x) = |Ψ(x)|2 , (4.3)

Esto es, ρ (x) dx = |Ψ (x)|2 dx es la probabilidad de encontrar a la partícula en el


intervalo (x, x + dx). Por tanto, el valor medio de la posición en el estado ψ es
D E Z
b
X = x |Ψ (x)|2 dx, (4.4)
ψ R

y de similar manera se evalúa la incertidumbre


³ ´ Z µ D E ¶2
b
∆X = x− X b |Ψ (x)|2 dx. (4.5)
ψ R ψ

Consideremos ahora un autoestado no normalizable η a de la posición. Su propia


función de onda es, de acuerdo con (4.2),

(η x , η a ) = δ(x − a). (4.6)

Nótese que el hecho de que δ(x − a) sea la función de onda del estado η a no es conse-
cuencia de que las deltas de Dirac sean las autofunciones del operador Xb = x (puesto
que todavía no hemos hecho esta asignación) sino de la relación de ortonormalidad
generalizada entre los vectores de una base ortonormal impropia. Por otra parte,
sabemos que en su propia representación (es decir, en la base ortonormal {η x } cons-
tituida por sus autovectores) un operador autoadjunto es diagonal. De este modo, el
operador posición debe cumplir que
³ ´
b η 0 = x0 δ(x 0 − x).
ηx , X (4.7)
x

La coordenada x-ésima del estado X b ψ en la base de autoestados de X b es, por tanto,


³ ´ Z ³ ´ ¡ ¢

ηx , X = ηx , Xb η 0 Ψ x 0 dx 0
x
R
Z
¡ ¢
= x 0 δ(x 0 − x) Ψ x 0 dx 0 = xΨ (x) .
R
208 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

Nótese que estamos trabajando exclusivamente con coordenadas y elementos de matriz.


Esto es, todavía tenemos cierta libertad para escoger el espacio de Hilbert y la forma
b Eso sí, sea cual sea nuestra elección última, la función de onda Ψ (x)
del operador X.
definida en (4.2) ha de ser siempre la misma para un estado cuántico ψ dado, ya que
es aquí donde reside la información física que, insistimos, siempre se obtiene a partir
de los productos escalares del vector de estado ψ con otros vectores de estado.

• Hecho este análisis, ya podemos hacer una asignación consistente con los resultados
del punto anterior. La forma más sencilla de hacerlo es mediante una representación
directa:

1. Espacio de Hilbert de los estados: L2 (R).


2. Vector asociado al estado ψ: la propia función de onda Ψ (x) .
3. Interpretación física de Ψ (x): ρ(x) = |Ψ(x)|2 es la densidad de probabilidad
asociada a la medida de la posición de la partícula.
4. Posición representada por el operador Xb tal que

b Ψ (x) = xΨ (x) .
X (4.8)

Naturalmente, los puntos 3 y 4 son equivalentes. Fijada la interpretación física


del vector o función de estado, el observable posición ha de estar representado por
el operador que multiplica la función de onda por la variable x. Recíprocamente, si
imponemos (4.8), entonces la función de onda Ψ (x) es igual a la coordenada x-ésima
del estado en la base de autoestados de la posición, de donde se sigue la interpretación
física dada en el punto 3.
En esta representación, el operador momento lineal está dado por

d
Pbx Ψ (x) = −i~ Ψ (x) , (4.9)
dx

b y que satisface la regla de con-


ya que es el único operador que no depende de X
b Pbx ] = i~.
mutación canónica [X,
Esta es la llamada representación de posiciones, puesto que equivale a traba-
jar en la base de autoestados de la posición del espacio de Hilbert de los estados. De
hecho (y este es un punto muy sutil), no es estrictamente necesario indicar cuál es
el espacio de Hilbert de los estados de una partícula que se mueve en una dimensión,
sino tan solo tener en cuenta que su dimensión ha de ser infinita. Así, definido el
espacio de los estados a un nivel abstracto, escogemos una base ortonormal “privi-
legiada” (en este caso la de autoestados de la posición). Hecho esto, trabajamos en
lo que sigue con las coordenadas de los estados y con la representación matricial de
los observables en esta base ortonormal. Sin embargo, el lector que se enfrenta por
primera vez a la Mecánica Cuántica en su formulación más general, se puede sentir
más cómodo trabajando en una construcción explícita del espacio de Hilbert de los
estados. Bajo esta última perspectiva, ya no hay motivo para nombrar de manera
diferente el estado cuántico ψ y a su función de onda Ψ(x). Sin embargo vamos a
4.2 La función de ondas en la representación de posiciones 209

mantener la distinción sencillamente porque en la siguiente sección veremos una se-


gunda representación (la representación de momentos), en la que la “base ortonormal
privilegiada” es la de los estados propios del momento lineal.

• Conocida la expresión de los operadores posición y momento, mediante sustitución


directa podemos escribir el operador hamiltoniano en la representación de posiciones
y, por ende, también la ecuación de Schrödinger. Así, si el operador hamiltoniano es
b2
b = Px + V (X)
H b ,
2m
b actúa como
para cualquier función de onda Ψ (x), H
µ 2 2

b Ψ (x) = − ~ d + V (x) Ψ (x) .
H
2m dx2
Consideramos ahora la posible dependencia temporal de la función de onda,
Ψt (x) ≡ Ψ (x, t) ,
y, a efectos de notación, sustituyamos d/dx por ∂/∂x. De este modo, la ecuación
de Schrödinger en la representación de posiciones es:
2 2
∂Ψ(x, t) b Ψ (x, t) = − ~ ∂ Ψ(x, t) + V (x)Ψ(x, t).
i~ =H (4.10)
∂t 2m ∂x2
Observamos que el postulado 5 toma la forma de una ecuación de ondas. Esto
justifica por qué esta implementación de la Mecánica Cuántica sea conocida como
Mecánica Cuántica ondulatoria.

• Ya hemos visto que, en la representación de posiciones, la función de onda de un


autoestado η a de la posición es δ (x − a). Por otra parte, la función de ondas θp (x)
de un autoestado del momento lineal con autovalor p se obtiene inmediatamente a
partir de la ecuación de autovalores
d
−i~ θp (x) = p θp (x) ,
dx
cuya solución es

1
θp (x) = √ exp (ipx/~) , (4.11)
2π~

donde el factor multiplicativo garantiza que se cumpla la relación de ortonormalidad


generalizada2
Z +∞
¡ ¢
(θp (x) , θ p 0 (x)) = θ∗p (x) θ p 0 (x) dx = δ p − p0 .
−∞

2 En efecto:
Z +∞ Z +∞
¡ ¢ 1 0 1 0 −p u ¡ ¢
θp (x) , θp 0 (x) = e−ipx/~ eip x/~
dx = ei(p ) du = δ p − p0
2π~ −∞ 2π −∞
210 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

• Como ya hemos indicado, el valor esperado de la posición se puede calcular


directamente:
D E Z +∞ Z +∞
Xb = xρ (x) dx = x |Ψ (x)|2 dx.
ψ −∞ −∞

Análogamente, el valor esperado del momento lineal es3


D E ³ ´ Z +∞ µ ¶
d
Pbx = Ψ (x) , Pbx Ψ (x) = Ψ∗ (x) −i~ Ψ(x)dx.
ψ −∞ dx

Dado que hPbx iψ es un número real, tomando complejos conjugados en la anterior


igualdad
D E Z µ ¶
d
Pbx = Ψ(x) i~ Ψ∗ (x)dx ,
ψ R dx

y, sumando miembro a miembro y dividiendo entre dos, obtenemos


D E Z +∞ µ ¶
i~ dΨ∗ (x) dΨ(x)
Pbx = Ψ(x) − Ψ∗ (x) dx. (4.12)
ψ −∞ 2 dx dx

A la cantidad
µ ¶
i~ dΨ∗ (x) dΨ(x)
Jx (x) ≡ Ψ(x) − Ψ∗ (x) (4.13)
2m dx dx

se le llama corriente de probabilidad. Podemos entonces escribir que

D E Z +∞
Pbx =m Jx (x) dx, (4.14)
ψ −∞

con lo que Jx (x) adquiere la interpretación hidrodinámica de un campo de velocidades


de la partícula, al igual que mρ(x) sería su campo de densidades. Naturalmente esta
imagen es figurada pero, como veremos a continuación, nos lleva a un resultado que
sí tiene interpretación física real.

• Introduzcamos ahora la dependencia temporal de la función de onda. Sea en-


tonces el estado normalizado Ψ(x, t), la densidad de probabilidad ρ(x, t) = |Ψ(x, t)|2
y la correspondiente corriente de probabilidad Jx (x, t). Veamos cómo es la evolución
temporal de ρ(x, t). Ya que ρ(x, t) = Ψ(x, t) Ψ∗ (x, t), tendremos que

∂ ∂Ψ∗ (x, t) ∂Ψ(x, t)


ρ(x, t) = Ψ(x, t) + Ψ∗ (x, t)
∂t ∂t ∂t
bx Ψ (x)) o (ψ, Pbx ψ). Mediante la primera expresión enfati-
3 Es equivalente escribir (Ψ (x) , P

zamos que estamos trabajando en la representación de posiciones. Con la segunda recordamos


que el valor esperado es una cantidad física en sí misma, independiente de la representación
elegida.
4.2 La función de ondas en la representación de posiciones 211

y, teniendo en cuenta (4.10), resulta


µ ¶∗ µ ¶
∂ 1 ~2 ∂ 2 ∗ 1 ~2 ∂ 2
ρ(x, t) = −Ψ(x, t) Ψ(x, t) − Ψ (x, t) Ψ(x, t)
∂t i~ 2m ∂x2 i~ 2m ∂x2
µ ¶∗ µ ¶
1 1
+Ψ(x, t) V (x)Ψ(x, t) + Ψ∗ (x, t) V (x)Ψ(x, t) .
i~ i~

Ahora bien, V (x) es real, y los dos últimos sumandos se anulan entre sí. Queda por
tanto
µ ¶
∂ i~ ∂ 2 Ψ∗ (x, t) ∗ ∂ 2 Ψ(x, t)
ρ(x, t) = − Ψ(x, t) − Ψ (x, t) ,
∂t 2m ∂x2 ∂x2

expresión que puede ser reescrita (compruébese) como


½ µ ¶¾
∂ ∂ i~ ∂Ψ∗ (x, t) ∂Ψ(x, t)
ρ(x, t) = − Ψ(x, t) − Ψ∗ (x, t) .
∂t ∂x 2m ∂x ∂x

El término entre llaves es, precisamente, la corriente de probabilidad. Queda entonces

∂ ∂
ρ(x, t) = − Jx (x, t), (4.15)
∂t ∂x

expresión conocida como ecuación de continuidad. Si ahora consideramos la pro-


babilidad Pr (x ∈ [a, b]) de encontrar a la partícula en el intervalo [a, b] tenemos
Z b
Prψ (x ∈ [a, b]) = ρ(x, t)dt
a

y, como consecuencia,
∂Prψ (x ∈ [a, b])
= Jx (a, t) − Jx (b, t), (4.16)
∂t
que es la forma integrada de la ecuación de continuidad. Esta última fórmula nos
da la mencionada interpretación física de Jx (x, t), con reminiscencias de la hidrod-
inámica de los medios continuos: si en un intervalo [a, b] el flujo neto de corriente
de probabilidad Jx (a, t) − Jx (b, t) es positivo (negativo), entonces la probabilidad de
encontrar a la partícula en ese intervalo tiende a aumentar (disminuir) en el tiempo.

• Veamos algunos ejemplos concernientes al caso más sencillo: una partícula de


masa m que se mueve libremente:
Ejemplo 4.1. Obtenga la función de onda de los estados estacionarios
de una partícula de masa m que se mueve libremente en una dimensión
espacial.
Solución.
Puesto que la partícula se mueve libremente, V (x) = 0, y el hamiltoniano del sistema
es

b = 1 Pbx2 .
H
2m
212 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

Por tanto, los estados propios de Pbx con momento p, lo son también del hamiltoniano
con energía Ep = p2 / (2m):
2
b θ p (x) = p θp (x) ≡ Ep θ p (x) .
H
2m
Así, la energía propia Ep tendrá degeneración dos, excepto para el caso Ep = 0.
En definitiva: la función de ondas de los estados estacionarios son las ondas planas
1
θp (x) = √ exp (ipx/~)
2π~
con autoenergía Ep = p2 / (2m).
Ejemplo 4.2. En el instante t = 0, la función de onda de una partícula libre
es
µ ¶
α2 (x − x0 )2
Ψ (x, 0) = N exp (ik0 x) exp − ,
2
donde k, α y x0 son constantes y N es una constante de normalización.
a) Para t = 0, obtenga la densidad y la corriente de probabilidad.
b) Halle los valores medios y las incertidumbres de la posición y el mo-
mento para t = 0. Verificar que se satisface la relación de incertidumbre
de Heisenberg.
c) Obtenga el valor medio y la incertidumbre del momento para cualquier
instante de tiempo.
d) Halle el valor medio y la incertidumbre de la posición para cualquier
instante de tiempo.
Solución:
a) En primer lugar hemos de obtener la constante de normalización. Como
Z +∞
1= |Ψ (x, 0)|2 dx
−∞

se tiene
Z Z √
1 +∞ £ ¤ 1 +∞ ¡ ¢ π
= exp −α2 (x − x0 )2 dx = exp −u2 du = .
|N|2 −∞ α −∞ α

De este modo, la función de ondas normalizada es


µ 2 ¶1/4 µ ¶
α α2 (x − x0 )2
Ψ (x, 0) = exp (ik0 x) exp −
π 2
y la densidad de probabilidad es
α ¡ ¢
ρ (x, 0) = |Ψ (x, 0)|2 = √ exp −α2 (x − x0 )2 .
π
Por otro lado,
µ ¶
i~ ∂Ψ∗ (x, 0) ∂Ψ(x, 0)
Jx (x, 0) ≡ Ψ(x, 0) − Ψ∗ (x, 0)
2m ∂x ∂x
4.2 La función de ondas en la representación de posiciones 213

y como

∂Ψ(x, 0) £ ¤
= ik0 − α2 (x − x0 ) Ψ (x, 0) ,
∂x
sustituyendo tenemos que:
i~ ¡£ ¤ £ ¤¢
Jx (x, 0) = −ik0 − α2 (x − x0 ) − ik0 − α2 (x − x0 ) |Ψ (x, 0)|2
2m
~k0
= ρ (x, 0) .
m
b) A partir del resultado anterior
D E Z +∞
Xb = x ρ (x, 0) dx
t=0 −∞
Z +∞ Z +∞
= x0 ρ (x, 0) dx + (x − x0 ) ρ (x, 0) dx
−∞ −∞
Z
α +∞ ¡ ¢
= x0 + √ (x − x0 ) exp −α2 (x − x0 )2 dx
π −∞
Z +∞
1 ¡ ¢
= x0 + √ u exp −u2 du = x0 + 0 = x0 .
α π −∞

Donde hemos usado que ρ (x, 0) está normalizada a la unidad y que la última integral
es cero por ser el integrando impar. De esta manera, el parámetro x0 que aparece en
la función de onda Ψ (x, 0) es el valor medio inicial de la posición.
A su vez,
D E Z +∞ Z +∞
Pbx =m Jx (x, 0) dx = ~k0 ρ (x, 0) dx = ~k0
t=0 −∞ −∞

y, así, ~k0 es el valor medio del momento en t = 0.


³ ´
Ahora podríamos calcular ∆X b utilizando
t=0

³ ´ rD E D E2
b
∆X = b2
X b
− X ,
t=0 t=0 t=0

pero en este caso es mejor usar la definición equivalente


s¿ s¿
³ ´ ³ D E ´2 À ³ ´2 À
∆Xb = b
X− X b = b − x0
X
t=0 t=0 t=0 t=0

ya que
¿³ ´2 À Z +∞
b − x0
X = (x − x0 )2 |Ψ (x, 0)|2 dx
t=0 −∞
Z +∞
α 2 (x−x )2
= √ (x − x0 )2 e−α 0
dx.
π −∞
214 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

Haciendo el cambio de variable u = α (x − x0 ),


¿³ ´2 À Z +∞ √
b 1 2 −u2 1 π 1
X − x0 = 2 √ u e dx = √ 2 2
= 2
,
t=0 α π −∞ πα 2α

por lo que
³ ´ rD E D E2
b b2 b 1
∆X = X − X = √ ,
t=0 t=0 t=0 2α
que nos da la interpretación de la constante α.
Por último, para evaluar la incertidumbre de Pbx observemos que
∂ ¡ ¢
Pbx Ψ (x, 0) = −i~ Ψ (x, 0) = ~k0 + i~α2 (x − x0 ) Ψ (x, 0) ,
∂x
y además que
D E Z +∞ Z +∞ ¯ ¯2
¯b ¯
Pbx2 = Ψ (x, 0)∗ Pbx2 Ψ (x, 0) dx = ¯Px Ψ (x, 0)¯ dx,
t=0 −∞ −∞

donde hemos usado el carácter autoadjunto de Pbx . Así,


D E Z +∞
¯£ ¤ ¯
Pbx2 = ¯ ~k0 + i~α2 (x − x0 ) Ψ (x, 0)¯2 dx
t=0 −∞
Z +∞ ¡ ¢
= ~2 k02 + ~2 α4 (x − x0 )2 |Ψ (x, 0)|2 dx
−∞
Z +∞ D E2 ~2 α2
= ~2 k02 + ~2 α4 (x − x0 )2 |Ψ (x, 0)|2 dx = Pbx +
−∞ t=0 2

e, inmediatamente,
³ ´ rD E D E2 ~α
∆Pbx = Pbx2 − Pbx = √ .
t=0 t=0 t=0 2
Vemos que
³ ´ ³ ´ 1
b
∆X ∆Pbx = ~,
t=0 t=0 2
es decir, el valor mínimo admisible en la relación de incertidumbre de Heisenberg.
A la vista de estos resultados, podemos escribir la función de ondas en t = 0 como
³ p x´ µ ¶
¡ ¢−1/4 0 1 (x − x0 )2
Ψ (x, 0) = 2π (∆x)20 exp i exp − , (4.17)
~ 4 (∆x)0

donde x0 , (∆x)0 y p 0 son los valores esperados de la posición, su incertidumbre y el


valor esperado del momento, respectivamente, para t = 0. A este tipo de funciones
de onda se les denomina “paquetes mínimos”, debido a que el producto de las in-
certidumbres de la posición y el momento toman el mínimo valor compatible con la
relación de indeterminación.
4.2 La función de ondas en la representación de posiciones 215

c) De acuerdo con lo que obtuvimos en el problema 3.9,


D E D E ³ ´ ³ ´ ~α
Pbx = Pbx = ~k0 ; ∆Pbx = ∆Pbx = √
t t=0 t 0 2
d) A su vez, para cualquier estado de partícula libre
D E D E 1 D bE
Xb = X b + P t
t t=0 m t=0

y, en particular, para el estado de este ejemplo


D E
Xb = x0 + ~k0 t.
t m
Por otra parte, en el problema 3.9 vimos también que para una partícula libre
v ³ ´2 D E D E D E
u
³ ´ u³ ´2 ∆Pbx b Pbx + Pbx X
X b −2 X b Pbx
t
∆Xb = ∆X b + 0 2
t + 0 0 0
t.
t 0 m2 m
De esta manera, tenemos que hallar
D E
γ0 ≡ Xb Pbx + Pbx X
b .
0

Recordando que
¡ ¢
Pbx Ψ (x, 0) = ~k0 + i~α2 (x − x0 ) Ψ (x, 0)

tenemos que (de nuevo usamos que Pbx es autoadjunto)


³ ´ ³ ´
γ0 = b Pbx Ψ (x, 0) + Ψ (x, 0) , Pbx XΨ
Ψ (x, 0) , X b (x, 0) =
³ ´ ³ ´
= b Pbx Ψ (x, 0) + X
Ψ (x, 0) , X b Pbx Ψ (x, 0) , Ψ (x, 0) =
³ ´
= 2 Re Ψ (x, 0) , X b Pbx Ψ (x, 0) =
¡ ¢³ ´
= 2 Re ~k0 + i~α2 (x − x0 ) Ψ (x, 0) , X b Ψ (x, 0) =
³ ´ D E D E
= 2~k0 Ψ (x, 0) , X b Ψ (x, 0) = 2 Pbx Xb
0 0

b t se anula para
y así el término que multiplica a t en la expresión general de (∆X)
este paquete mínimo. Por lo tanto,
v ³ ´2
u
³ ´ u³ ´2 ∆Pbx
t
∆Xb = ∆X b + 0 2
t
t 0 m2

y recordando que, en este caso, (∆Pbx )0 (∆X)


b 0 = ~/2

³ ´ ³ ´ v r
u ~2 t2 1 ~2 t2
b b u
∆X = ∆X × t1 + ³ ´4 = √ 1+ 2 4.
t 0 b 2α m α
4m2 ∆X
0
216 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

• En esta sección nos hemos limitado al caso de a una partícula en una dimensión.
Para una partícula en tres dimensiones, la extensión natural de (4.1) es

Espacio de los estados → L2 (R3 )


Estados → Funciones Ψ (r) de cuadrado integrable en R3

x→X b tal que b (r) = x Ψ (r)



y → Yb tal que Yb Ψ (r) = y Ψ (r) (4.18)
z→Z b tal que b (r) = z Ψ (r)

px → Pbx tal que Pbx Ψ (r) = −i~ ∂Ψ (r) /∂x
py → Pby tal que Pby Ψ (r) = −i~ ∂Ψ (r) /∂y
pz → Pbz tal que Pbz Ψ (r) = −i~ ∂Ψ (r) /∂z

que resume la asignación de operadores en la representación de posiciones. En este


caso

ρ (r) d3 r = |Ψ (r)|2 d3 r (4.19)

es la probabilidad de encontrar a la partícula en un entorno de r con volumen


d3 r =dx dy dz.

Ejercicio 4.1. Demostrar que si la función de ondas de una partícula es real, entonces
su corriente de probabilidad es nula. Como consecuencia, probar que el valor esperado
del momento lineal de una partícula cuya función de onda es real es igual a cero. Este
resultado es cierto aunque la función de onda no sea normalizable.
Ejercicio 4.2. Sabemos que si f (x) es una función par y g(x) es impar, el producto
escalar (f, g) es nulo. Demostrar que los operadores X b y Pb x cambian la paridad, esto
es que si f (x) es una función par (impar) entonces Xf b (x) y Pbx f (x) son funciones
impares (pares). De esta manera, demostrar que hXi b ψ = hPbx iψ = 0 para cualquier
estado ψ de paridad bien definida (esto es, para cualquier estado cuya función de
ondas Ψ(x) sea par o impar). Extender este análisis a los operadores X b n y Pbxn ,
siendo n un número natural. En concreto, demostrar que si n es par los operadores
Xb n , Pbxn conservan la paridad y que si n es impar, cambian la paridad.

Ejercicio 4.3. Demostrar que si una partícula está en un estado estacionario


Ψ(x, t) = α(t)φ(x), con |α(t)| = 1, entonces ρ(x, t) es constante en el tiempo. Como
consecuencia, probar que J (x, t) es uniforme en el espacio.
Ejercicio 4.4. El concepto clásico de una partícula en reposo (partícula inmóvil
localizada en un punto del espacio) no tiene sentido cuántico, ya que los operadores
de posición y momento no son compatibles. A pesar de ello, podríamos intentar
definir el estado cuántico de una partícula en reposo como todo aquél para el que
hPbx it = 0. Por la primera ecuación de Ehrenfest, el valor esperado de la posición será
constante en el tiempo, lo que justifica la definición. Ahora bien, ¿implica esto que,
necesariamente, la densidad de probabilidad sea constante en el tiempo?.
4.3 La función de ondas en la representación de momentos 217

Sin embargo, si definimos el estado cuántico de una partícula en reposo como aquel
estado para el que hKib t = 0, siendo Kb la energía cinética ¿cuál será entonces la
función de ondas de la partícula?, ¿dónde estará localizada la misma?
Ejercicio 4.5. Una partícula de masa m está sujeta, en una dimensión espacial,
a la acción de una energía potencial V (x ). La partícula se encuentra en un estado
estacionario de energía E. Si en una región del espacio la energía potencial es uniforme:

V (x) = V0 = cte,

demuestre que, para cualquier instante de tiempo, la forma más general de la función
de ondas del estado estacionario es, bien
p
ϕE (x) = A exp (ikx) + B exp (−ikx) ; A, B ∈ C ; k = 2m (E − V0 )/~

si E > V 0 , o bien
p
ϕE (x) = A exp (αx) + B exp (−αx) ; A, B ∈ C ; α= 2m (V0 − E)/~

si E < V 0 .
b Yb , Z
Ejercicio 4.6. Verificar que los observables X, b y Pbx , Pby , Pbz definidos en (4.18)
satisfacen las reglas de conmutación canónicas.

4.3 La función de ondas en la representación de


momentos
• En la sección anterior escogimos como base ortonormal de trabajo la constituida
por las autofunciones de la posición, en la que la representación de los observables
posición y momento es la dada por (4.1). Las coordenadas de un estado cuántico en
esa base están dadas por la propia función de ondas Ψ(x).
Sin embargo, nada impide que tomemos como base de nuestra representación la
base ortonormal constituida por los autoestados del operador momento Pbx , a los que
designaremos por θp . También ahora el espectro es continuo y los autovalores p llenan
la recta real. Entonces, cualquier vector de estado ψ puede escribirse en la forma
Z
ψ= (θp , ψ) θp dp. (4.20)
R

El conjunto continuo de valores

e
(θp , ψ) ≡ Ψ(p), (4.21)

que representa a las coordenadas del estado ψ en la base de autoestados del momento,
es una función de la variable real p que recibe el nombre de función de onda en
la representación de momentos. Como consecuencia, la función de onda en la
representación de momentos del autoestado θ q con momento q es (θp , θ q ) = δ (p − q).
218 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

Multiplicando escalarmente la expresión 4.20 por el autoestado η x tenemos


Z
(ηx , ψ) = (ηx , θp ) (θp , ψ) dp
R
Z µ ¶
1 e ipx
⇒ Ψ(x) = √ Ψ(p) exp dp, (4.22)
2π~ R ~

de donde
Z µ ¶
e e 1 ipx
Ψ(p) ≡ (θp , ψ) ⇒ Ψ(p) = √ Ψ(x) exp − dx. (4.23)
2π~ R ~

e
Esto es, la función de ondas Ψ(p) en la representación de momentos es la transformada
de Fourier de la función de onda Ψ(x) en la representación de posiciones. En este
contexto, la transformada de Fourier expresa un simple cambio de base.

• En esta representación de momentos, tanto el operador Pbx como cualquier función


de Pbx son diagonales:
³ ´ ³ ´
θp , Pbx θp0 = p δ(p − p0 ) ; θp , f (Pbx ) θp0 = f(p) δ(p − p0 ).

De esta manera, la ecuación de autovalores del operador momento lineal es

Pbx Ψ(p)
e e
= pΨ(p) (4.24)

y, entonces,
¯ ¯
¯ e ¯2
¯Ψ(p)¯ dp = ρP (p) dp (4.25)

es la densidad de probabilidad asociada a la medida del momento lineal. Como


consecuencia, los valores medios del momento lineal y de la energía cinética son:
D E Z +∞ ¯ ¯2 D E Z +∞ ¯ ¯2
¯e ¯ 1 ¯e ¯
Pbx = p ¯Ψ (p)¯ dp ; Kb = p2 ¯Ψ (p)¯ dp.
Ψ −∞ Ψ 2m −∞

En resumen, la representación de momentos se puede describir de acuerdo con los


siguientes puntos:
1. Espacio de Hilbert de los estados: L2 (R).
e (p) .
2. Vector asociado al estado ψ: la función de onda Ψ
e (p): ρP (p) = |Ψ
3. Interpretación física de Ψ e (p) |2 es la densidad de probabilidad
asociada a la medida del momento lineal de la partícula.
4. Momento lineal representado por el operador Pbx tal que
e
Pbx Ψ(p) e
= pΨ(p).
4.3 La función de ondas en la representación de momentos 219

b Pbx ] = i~, la asignación adecuada para el operador X


Con esto, y la condición [X, b
es

b Ψ(p)
e d e
X = i~ Ψ(p). (4.26)
dp

• Obtengamos ahora la forma que toma la ecuación de Schrödinger en la repre-


sentación de momentos. Para ello, partamos de su expresión genérica para un estado
ψ (t)
∙ ³ ´¸
∂ 1 b2 b ψ (t)
i~ ψ (t) = Px + V X
∂t 2m
y multipliquemos escalarmente por el autoestado θp :

d (θp , ψ) 1 ³ ´ ³ ´
i~ = θp , Pbx2 ψ + θp , V (X)ψ
b .
dt 2m
El cálculo del primer término del segundo miembro es inmediato:

1 ³ ´ 1 ³ b2 ´ p2 p2 e
θp , Pbx2 ψ = Px θ p , ψ = (θp , ψ) = Ψ (p) .
2m 2m 2m 2m
El segundo término es algo más complicado, pero puesto que conocemos cómo actúa
b en la representación de posiciones, hagamos un desarrollo de θp y ψ en términos
V (X)
de los autoestados de la posición:
³ ´ µZ Z ¶
b
θp , V (X)ψ = b
(ηx , θp ) η x dx, V (X) (ηx 0 , ψ) η x0 dx0
R R
Z Z ³ ´
= ∗ b x0 (η x 0 , ψ) dxdx0
(η x , θp ) η x , V (X)η
ZR ZR
= (θp , η x ) V (x)δ(x − x0 ) (η x 0 , ψ) dxdx0
R R
Z Z
1
= (θp , ηx ) V (x) (η x , ψ) dx = √ e−ipx/~ V (x) Ψ (x) dx.
R 2π~ R
Si ahora usamos (4.21),
³ ´ Z Z
b 1 0
e 0 )eip x/~ dp0 dx
θ p , V (X)ψ = e−ipx/~ V (x) Ψ(p
2π~ R R
Z Z µ ¶
1 i (p − p0 ) x e 0 ) dx dp0
= exp − V (x) Ψ(p
2π~ R R ~
Z
1
= √ e 0 )dp0 ,
Ve (p − p0 )Ψ(p
2π~
R

donde hemos introducido la transformada de Fourier de la energía potencial,


Z µ ¶
e 0 1 i (p − p0 ) x
V (p − p ) = √ V (x) exp − dx. (4.27)
2π~ R ~
220 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

e t) es
Así, pues, la evolución temporal de Ψ(p,

e t) Z
dΨ(p, p2 e 1
i~ = Ψ(p, t) + √ e 0 )dp0 ,
Ve (p − p0 )Ψ(p (4.28)
dt 2m 2π~ R

que es la ecuación de Schrödinger en la representación de momentos. ³ Tenien-


´
do en cuenta (ver sección 2.14) la definición de producto de convolución Ve ∗ Ψ
e (p),
la ecuación anterior puede escribirse también como:

e t)
dΨ(p, p2 e 1 ³e e´
i~ = Ψ(p, t) + √ V ∗ Ψ (p). (4.29)
dt 2m 2π~

Ejemplo 4.3. Acabamos de ver que, en general, si g(X) b es un observable


dependiente de la posición, su actuación sobre una función de onda en la
representación de momentos es
³ ´ Z
g Xb Ψ e (p) = √ 1 e
ge(p − q) Ψ(q) dq.
2π~
R

Obtenga dicho resultado aplicando directamente la transformada de Fou-


rier.
Solución:
Sea Ψ (x) la función de ondas en la representación de posiciones. Así,
³ ´
g X b Ψ (x) = g (x) Ψ (x) .

El resultado en la representación de momentos es, aplicando (4.23),


³ ´ Z +∞
b Ψ
g X e (p) = √ 1 g (x) Ψ (x) e−ipx/~ dx.
2π~ −∞

e (p) mediante (4.22) y


Si ahora introducimos en la integral la función de onda Ψ
agrupamos términos
³ ´ Z +∞ Z +∞
b Ψe (p) 1 e (q) e−ipx/~ eiqx/~ dx dq
g X = g (x) Ψ
2π~ −∞ −∞
Z +∞ ∙ Z +∞ ¸
1 1 e (q) dq .
= √ √ g (x) e−i(p−q)x/~ dx Ψ
2π~ −∞ 2π~ −∞

El término entre corchetes es la transformada de Fourier ge (p − q). Sustituyendo,


³ ´ Z
g Xb Ψ e (p) = √ 1 e
ge(p − q) Ψ(q) dq,
2π~
R

que es el resultado al que queríamos llegar.


4.3 La función de ondas en la representación de momentos 221

Ejemplo 4.4. En t = 0, la función de onda de una partícula libre de masa


m es

Ψ (x, 0) = Ne−α|x| , con α > 0 real.

a) Calcular la distribución de probabilidad de la posición para t = 0.


b) Calcular la distribución de probabilidad del momento lineal para t = 0.
c) A partir de a) y b) calcular los valores esperados hXi b y hPbx i y las
desviaciones típicas ∆X b y ∆Pbx .
d) Calcular el valor esperado de la energía.
Solución:
a) Nótese, antes de nada, que en el exponente aparece el valor absoluto |x| de la
variable, de modo que la función de onda es una función par. Esto nos va a permitir
simplificar muchos cálculos.
Calculemos primero la constante de normalización N:
Z +∞ Z +∞
N2
1= |Ψ (x, 0)|2 = 2N 2 e−2αx dx =
−∞ 0 α

y así

Ψ (x, 0) = α exp (−α |x|) ,

de donde obtenemos la densidad de probabilidad

ρ (x, 0) = α exp (−2α |x|) .

b) Para calcular ρp (p, 0) necesitamos obtener la transformada de Fourier de Ψ (x, 0)


Z +∞
e (p, 0) = √ 1
Ψ Ψ (x, 0) e−ipx/~ .
2π~ −∞

Como la función de onda es par


r Z +∞
e (p, 0) = 2 α
Ψ exp (−αx) cos (px/~) dx
2π~ 0
s Z µ ¶
2α~ +∞ α~
= exp − u cos (u) du.
πp2 0 p

La integral, a la que llamaremos I, es fácil de hacer integrando por partes. Definiendo


β = α~/p
Z +∞
I = exp (−βu) cos (u) du
0
Z +∞
+∞
= exp (−βu) sin (u)]0 + β exp (−βu) sin (u) du
0
½ Z +∞ ¾
= β − exp (−βu) cos (u)]+∞ 0 − β exp (−βu) cos (u) du
0
= −β (1 + βI) ,
222 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

de donde
β α~/p
I=− 2 = − .
1+β 1 + (α~/p)2

Por tanto,
s r
e (p, 0) = 2α~ α~/p 2 1
Ψ =
πp2 1 + (α~/p)2 π~α p2
1+
α2 ~2
y la distribución de probabilidad del momento es
∙ ³ p ´2 ¸−2
2
ρP (p, 0) dp = 1+ dp.
π~α α~

c) Tanto ρ (x, 0) como ρp (p, 0) son funciones pares, luego


D E D E
b =0
X ; Pbx = 0.

Por otro lado,


D E Z +∞ Z +∞
b2
X = x2 ρ (x, 0) dx = α x2 exp (−2α |x|) dx
−∞ −∞
Z +∞
2 1
= u2 exp (−2u) du =
α2 0 2α2
y
D E Z +∞
4~2 α2
Z +∞
u2
Pbx2 = p2 ρp (x, 0) dp = du = (α~)2 .
−∞ π 0 (1 + u2 )2

Por tanto, las incertidumbres son


rD E rD E
∆Xb= b 2 = √1
X ; ∆Pbx = Pbx2 = α~


b · ∆Pbx = ~/ 2 ≥ ~/2).
(nótese que para este estado se cumple, como debe ser, ∆X
d) Según el enunciado, la partícula está libre, es decir, no está sometida a ningún
potencial.4 Como consecuencia,
D E D E 2 2
b = 1 Pbx2 = ~ α .
H
2m 2m

Nota: pruebe a evaluar hHib en la representación de posiciones, pero en este caso


tenga cuidado, ya que la derivada primera de la función es discontinua en x = 0.
4 Evidentemente, para que en t = 0 la partícula esté en el estado descrito por Ψ (x, 0)

habrá habido que prepararla interaccionando con ella de alguna manera; pero a partir de ese
instante, la partícula queda libre.
4.3 La función de ondas en la representación de momentos 223

• La idea de dualidad onda-corpúsculo, introducida por de Broglie pocos años antes


del desarrollo formal de la Mecánica Cuántica, tiene una explicación transparente bajo
el formalismo que estamos viendo en este capítulo. Si la partícula está muy localizada
alrededor de un punto x0 , tendremos que su función de ondas en la representación de
posiciones es muy similar a una delta de Dirac centrada en x0 . Por el contrario, si
su momento lineal está prácticamente definido, siendo su valor p0 , √el estado cuántico
de la partícula es prácticamente la función de onda exp(ipx/~)/ 2π~, que es una
onda plana cuya longitud de onda es λ = h/p: la fórmula de de Broglie. Ambos
límites no se puedan satisfacer simultáneamente y esto refleja el hecho de que X b y Pbx
no son compatibles. Si aplicamos la relación de incertidumbre generalizada (3.17)
tendremos que, para cualquier estado cuántico,
³ ´ ³ ´ ~
∆Xb ∆Pbx ≥ , (4.30)
ψ ψ 2
que es la relación de incertidumbre posición/momento de Heisenberg. En definitiva,
b → 0, mientras que el carácter
el carácter corpuscular puro está asociado al límite ∆X
ondulatorio puro, incompatible con el anterior, se corresponde al límite ∆Pbx → 0.
Sin embargo, el carácter ondulatorio es algo intrínseco a la partícula, puesto que
su función de onda siempre se podrá escribir como combinación lineal de ondas planas
a través de (4.22). En general, la función de onda de la partícula nunca será ni una
onda plana (con longitud de onda bien definida) ni una delta de Dirac (en la que
la densidad de probabilidad está concentrada en un punto). La función Ψ(x, t) será,
pues, un paquete de ondas dado por (4.22) cuya interpretación física está ligada direc-
tamente a la naturaleza probabilística subyacente al postulado 3. Esta interpretación
probabilista, más general, nos impide afirmar que una partícula es una onda (también
nos impide decir que es un corpúsculo). La función de onda es una representación
válida del estado de la partícula que nos permite extraer toda la información físi-
ca relevante. Si describiéramos el estado a partir de sus coordenadas en una base
discreta del espacio de los estados, tendríamos que el estado está representado por
una sucesión de números complejos (las coordenadas en esa base), ¡pero a nadie se le
ocurriría decir que una partícula es una sucesión convergente de números complejos!

• Merece la pena insistir en el último punto. Hemos visto dos formas alternativas
y equivalentes de representar operadores y estados cuánticos: la representación de
posiciones y la representación de momentos. Estas dos no son las únicas posibles ya
que, como acabamos de decir, siempre podemos expresar un estado cuántico a partir
de sus coordenadas en un cualquier base ortonormal, continua o discreta. Igualmente,
todo observable queda expresado a partir de su representación matricial en esa base.
Es aquí donde reside la ventaja de la notación de Dirac. En dicha notación,
cada estado cuántico se simboliza por un ket |ψi en el espacio de Hilbert abstracto
de los estados. Así, el autoestado de la posición con autovalor xa es |xa i, el cual
satisface la ecuación de autovalores
b |xa i = xa |xa i ,
X
donde Xb es el operador asociado al observable posición en el espacio de Hilbert de los
estados. La ortogonalidad de dos estados distintos |xa i y |xb i se expresa en la forma
hxa |xb i = δ(xa − xb ).
224 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

Ahora, un vector ket cualquiera |ψi puede expresarse en la base constituida por
b mediante
los kets |xi que son autoestados de X
Z
|ψi = hx | ψi |xi dx .
R

Definiendo

hx | ψi ≡ Ψ(x)

como la función de onda correspondiente al ket |ψi en la representación de


posiciones tenemos que
Z
|ψi = Ψ(x) |xi dx
R

b es diagonal en la base ortonormal de autoestados de


y, entonces, como el operador X
la posición
Z Z
Xb |ψi = b Ψ(x) |xi dx =
X x Ψ(x) |xi dx.
R R

Análogamente, un estado con un momento bien definido pa se representa por |pa i


y verifica que

Pbx |pa i = pa |pa i ; hpa | pb i = δ(pa − pb ).

Asimismo, el ket |ψi puede expresarse en la base constituida por los autoestados |pi
del momento lineal:
Z
|ψi = hp | ψi |pi dp,
R

donde el producto escalar


e
hp | ψi = Ψ(p)

es la función de onda correspondiente al ket |ψi en la representación de


momentos. Así, ahora tenemos
Z Z
e
Pbx |ψi = Pbx Ψ(p) |pi dp = e
p Ψ(p) |pi dp.
R R

El paso de una representación a otra se hace mediante un cambio de base:


Z Z µ ¶
1 ipx e
hx | ψi = hx | pi hp | ψi dp =⇒ Ψ(x) = √ exp Ψ(p) dp,
2π~ ~

puesto que hx | pi = (2π~)−1/2 exp (ipx/~) es la función de onda en la representación


de posiciones del estado |pi. Análogamente,
Z Z µ ¶
e 1 ipx
hp | ψi = hp | xi hx | ψi dx =⇒ Ψ(p) = √ exp − Ψ(x) dx ,
2π~ ~
4.4 Propiedades generales de las autofunciones de la energía 225

que son las relaciones ya conocidas entre las coordenadas del estado |ψi en las repre-
sentaciones de posiciones y momentos.

Ejercicio 4.7. Aplicar la transformada inversa de Fourier a cada término de la


ecuación (4.28) y obtener, de esta manera, la ecuación de Schrödinger en la repre-
sentación de posiciones.

4.4 Propiedades generales de las autofunciones


de la energía
• Hemos visto en el Capítulo 3 que los autoestados del operador hamiltoniano son
estados estacionarios cuya función de onda no cambia en el tiempo (salvo en una
constante multiplicativa de módulo unidad). También hemos visto que todo estado
cuántico puede escribirse como combinación lineal de los estados estacionarios, lo que
permite de manera sencilla estudiar la evolución temporal tanto de cualquier estado
como de los valores esperados en dicho estado. Por ello, el análisis de los autoestados
de la energía es esencial a la hora de estudiar un problema bajo el formalismo de
la Mecánica Cuántica. Aquí nos limitaremos al caso sencillo de una partícula que
se mueve en una dimensión espacial. Para otros sistemas físicos habrá que utilizar
técnicas matemáticas distintas, pero muchas de las ideas que vamos a ver seguirán
siendo válidas. Por comodidad, estudiaremos el problema en la representación de
posiciones.

Empezaremos la sección dando una serie de propiedades muy generales de las


funciones de onda de los estados estacionarios (autofunciones de la energía). A con-
tinuación analizaremos con más detalle el espectro del hamiltoniano de una partícula
sometida a la acción de una energía potencial unidimensional V (x) y las correspon-
dientes autofunciones.

4.4.1 Propiedades de las funciones de onda


• Como ya sabemos, el operador hamiltoniano de una partícula de masa m que se
mueve en una dimensión bajo un potencial V (x) está dado en la representación de
posiciones por5
2 2
b = − ~ ∂ + V (x) .
H (4.31)
2m ∂x2
Los estados estacionarios con energía E,
µ ¶
iEt
ΨE (x, t) = ϕE (x) exp − , (4.32)
~
5 Al tratar únicamente funciones dependientes de x, la utilización del símbolo de derivada

parcial ∂/∂x es completamente innecesario, pudiéndose sustituir por d/dx. En cualquier


caso, usaremos indistintamente ambos símbolos.
226 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

poseen una parte no dependiente del tiempo, ϕE (x), que es solución de la ecuación
de Schrödinger independiente del tiempo, que en esta representación es
µ ¶
~2 ∂ 2
− + V (x) ϕE (x) = EϕE (x) . (4.33)
2m ∂x2

De este modo, nuestro objetivo general será resolver la ecuación (4.33).

• Las autofunciones ϕE (x) han de pertenecer al dominio de H, b por lo que han de


ser doblemente derivables. En el caso en que el potencial V (x) no sea singular, por
tanto, la función de onda de todo autoestado de la energía y su primera
derivada espacial han de ser continuas.
Puede pensarse que la condición de continuidad de la primera derivada es dema-
siado estricta y que sea suficiente su continuidad a trozos. Veamos que no es así. Si
escribimos la ecuación de Schrödinger (4.33) como

∂ 2 ϕE (x) 2m
= 2 [V (x) − E] ϕE (x) (4.34)
∂x2 ~
y la integramos entre a − ² y a + ², siendo a una posición genérica, tenemos
Z a+² 2 Z
∂ ϕE (x) 0 0 2m a+²
dx = ϕE (a + ε) − ϕ E (a − ²) = [V (x) − E] ϕE (x) dx.
a−² ∂x2 ~2 a−²

Tomando el límite ² → 0 y usando la continuidad de ϕE (x) ,


Z a+²
¡ ¢ ¡ ¢ 2m
ϕ0E a+ − ϕ0E a− = 2 lim [V (x) − E] ϕE (x) dx
~ ²→0 a−²
2mE ¡ £ ¡ ¢ ¡ ¢¤¢
= ϕ (a) lim 2ε V a+ − V a− = 0, (4.35)
~2 E ²→0

por lo que la derivada de la autofunción es continua en todos los puntos no sólo si V (x)
es continuo, sino también en el caso de que el potencial exhiba una discontinuidad
finita en x = a.6
• El caso de que la energía potencial tenga una discontinuidad infinita merece
una matización. Sea, por ejemplo, el potencial de barrera infinita
½
+∞ si x ≤ a
V (x) = .
v (x) si x > a

Obviamente, esta discontinuidad no es admisible, pero es una aproximación simple


al caso de que la energía potencial sea enormemente grande en la región x ≤ a.
Por tanto, la función de onda de cualquier estado ha de ser nula en el intervalo
(−∞, a), puesto que de lo contrario el valor esperado de la energía sería infinito.
Puesto que la función de onda ha de ser continua, tendremos que ϕE (a) = 0, aunque
la demostración anterior nos dice que la derivada de ϕE ya no tiene por qué ser
6 Una discontinuidad en la energía potencial no es físicamente admisible, pero puede usarse

para simular situaciones en las que la energía potencial sufre una variación finita en un espacio
muy pequeño.
4.4 Propiedades generales de las autofunciones de la energı́a 227

continua en x = a (esto es, la derivada por la derecha en x = a de una autofunción de


la energı́a puede ser distinta de cero) ya que en el segundo miembro de (4.35) aparece
una indeterminación.
Una forma equivalente de imponer que la partı́cula no pueda acceder a la región
x ≤ a es considerar que el espacio de los estados sea L2 [a, +∞). Bajo esta perspectiva
la condición ϕE (a) = 0 es necesaria para preservar el carácter autoadjunto del ope-
rador energı́a cinética K.
b En efecto, si Ψ (x) y Φ (x) son dos funciones normalizables
pertenecientes al dominio de K b
  Z +∞ 
∂2

Ψ (x) , KΦ
b (x) = Ψ∗ (x) −~2 2 Φ (x) dx
a ∂x
Z +∞ ∗

∂Φ (x) ∂Ψ (x) ∂Φ (x)
= ~2 Ψ∗ (a) + ~2

dx
∂x x=a a ∂x ∂x
∗
∂Ψ∗ (x) +∞ 2
  Z 
∂Φ (x) 2 ∂ Ψ (x)
= ~2 Ψ∗ (x) − Φ (x) + −~ Φ (x) dx
∂x ∂x
x=a a ∂x2
∂Ψ∗ (x)
 
∂Φ (x)  
= ~2 Ψ∗ (x) − Φ (x) + Kb Ψ (x) , Φ (x) ,
∂x ∂x
x=a

donde hemos integrado por partes dos veces y tenido en cuenta que Φ (x) y Ψ (x) se
han de anular en x = +∞. Por tanto, para que se cumpla que
   
Ψ (x) , KΦ
b (x) = KΨ b (x) , Φ (x)

bien podemos imponer que las funciones del dominio de K b se anulen en x = a o


bien que lo hagan sus derivadas. Sin embargo esta segunda opción no es fı́sicamente
aceptable ya que hemos visto en el párrafo anterior que las autofunciones de la energı́a
pueden tener, en este caso, derivada no nula en x = a.
• Finalmente, un caso ideal extremo es aquél en el que el potencial tiene una
singularidad en un punto x = a que puede aproximarse por una delta de Dirac,
V (x) = gδ(x). En este caso, un razonamiento similar al que lleva a 4.35 da ahora
Z a+
2m 2m
ϕ0E a+ − ϕ0E a− = 2 lı́m
 
[gδ (x) − E] ϕE (x) dx = 2 gϕE (a) , (4.36)
~ →0 a− ~
de modo que hay un salto en la derivada primera que es proporcional al valor de la
función en el punto singular.

4.4.2. Espectro de energı́a


• Analicemos ahora cómo son las energı́as permitidas E (esto es, los valores
espectrales del operador hamiltoniano) y, con algo más de detalle, las correspondientes
autofunciones ϕE (x). Para ello consideremos un potencial genérico (véase la figura
4.1) y definamos
V0 = mı́n V (x)
V+ = lı́m V (x)
x→+∞

V− = lı́m V (x) .
x→−∞
228 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

Fig. 4.1. Energía potencial genérica para una partícula en una dimensión.

Supondremos, sin pérdida de generalidad, que V0 ≤ V+ ≤ V− .

En primer lugar, si E es una energía permitida ha de cumplirse E ≥ V0 . En


efecto, la energía de un autoestado ϕE (x) es
D E D E D ³ ´E
E= H b = K b + V Xb .
ϕE ϕE ϕE

La energía cinética es estrictamente positiva, ya que para cualquier estado


D E
b 1 D b2 E 1 ³ b2 ´ 1 ³b ´ 1 ° °
° b °2
K = Px = φ, Px φφ = Px φ, Pbx φφ = °Px φ° ≥ 0
φ 2m φ 2m 2m 2m

(donde hemos usado que Pbx es autoadjunto). Así,


D ³ ´E Z +∞
E≥ V X b = V (x) |ϕE (x)|2 dx.,
ϕE −∞

y como V0 es una cota inferior de V (x),


Z +∞
E≥ V0 |ϕE (x)|2 dx = V0 ,
−∞

donde hemos usado la condición de normalización del autoestado.7


Este resultado sugiere dividir las energías permitidas en tres grupos, dependiendo
de que se cumpla E ∈ [V0 , V+ ], E ∈ (V+ , V− ) o E ∈ (V− , ∞), ya que en cada caso las
propiedades de las autofunciones van a ser muy diferentes.
7 Si no fuese normalizable
R +∞ R +∞
D ³ ´E 2 2
b −∞ V (x) |ϕE (x)| dx −∞ V0 |ϕE (x)| dx
V X = R +∞ 2
≥ R +∞ 2
= V0 .
−∞ |ϕE (x)| dx −∞ |ϕE (x)| dx
ϕE
4.4 Propiedades generales de las autofunciones de la energía 229

• Caso E ∈ [V0 , V+ ]
Si hay algún autovalor de la energía en el intervalo [V0 , V+ ], los comportamientos
asintóticos de la autofunción ϕE (x) serán
à p !
2m (V+ − E)
ϕE (x À 0) = A exp − x
~
à p !
2m (V− − E)
ϕE (x ¿ 0) = B exp + x ,
~

como puede comprobarse por sustitución directa en la ecuación de Schrödinger ha-


ciendo V (x) = V+ si x À 0 y V (x) = V− si x ¿ 0.
Observamos que ϕE (x) decae exponencialmente a cero cuando |x| → ±∞. Así,
al resolver la ecuación de Schrödinger podemos fijar una energía E y, salvo constante
multiplicativa, uno de los correspondientes límites asintóticos. Entonces la propia
ecuación de Schrödinger determina cómo va a ser la función de ondas en toda la recta
real. En general dicha función diverge excepto para determinados valores de E, para
los cuales la autofunción permanece acotada y satisface el otro límite asintótico. De
esta forma, las energías permitidas son discretas, no degeneradas y los auto-
estados son normalizables. De acuerdo con la teoría espectral para operadores
autoadjuntos, estas energías permitidas constituyen el espectro puntual σ p (H) b del
operador hamiltoniano.
Por otra parte, puesto que V (x) es real, si ϕE (x) es solución de la ecuación de
Schrödinger independiente del tiempo, su compleja conjugada también lo será. Como
el espectro puntual es no-degenerado no queda más remedio que las autofunciones
ϕE (x) de la energía sean, salvo constante multiplicativa, reales para esta parte del
espectro. Esto implica, entre otras cosas, que la corriente de probabilidad es nu-
la y, por tanto, que el valor esperado del momento lineal es igual a cero para los
correspondientes estados estacionarios.
Los estados estacionarios normalizables se denominan autoestados ligados de la
energía pues, en sentido figurado, la partícula tiende a estar localizada en una región
finita del espacio debido al decaimiento exponencial de la función de ondas.8 Al estado
estacionario ligado de menor energía se le denomina estado fundamental, siendo
la autoenergía correspondiente la energía fundamental del sistema. El resto
de los autoestados de la energía se denominan, genéricamente, estados excitados.
Ordenados de acuerdo con el valor (creciente) de sus autoenergías tendremos el primer
estado excitado, el segundo, y así sucesivamente.
Nada impide que ϕE (x) pueda ser distinta de cero en regiones en las que E <
V (x). En estas regiones es clásicamente imposible encontrar a la partícula (regiones
clásicamente prohibidas), lo que indica una diferencia sustancial entre la mecánica
clásica y la cuántica. Físicamente, este hecho no es otra cosa que una consecuencia
8 En general, diremos que un estado ψ (x, t) es ligado si tanto el valor esperado de la

posición hxit como su incertidumbre permanecen acotados en el tiempo. Estos estados son
los equivalentes cuánticos a los estados clásicos de una partícula ligada por un potencial.
Sin embargo, conviene no confundir los términos de estado ligado y estado estacionario: un
estado ligado no es necesariamente un autoestado de la energía.
230 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

directa de la indeterminación intrínseca del observable posición. Si se efectúa la medi-


da y obtenemos un valor x0 (en rigor un valor x0 dentro de un intervalo) clásicamente
inaccesible, de acuerdo con el postulado 4 el estado cambia bruscamente. El nuevo
estado ya no será, por lo general, autoestado de la energía pero el valor medio de la
energía será necesariamente mayor que la energía potencial en x0 , por lo que a efectos
de realización experimental este hecho no supone problema conceptual alguno.
Una propiedad muy interesante (que no demostraremos) de las funciones de onda
de los autoestados ligados de la energía es la que se conoce como teorema de Sturm.
Definiendo un nodo como un cero aislado de una función, si {E0 , E1 , E2 , ...} es el
espectro puntual de H b y ϕn (x) es la función de ondas del estado estacionario ligado
con energía En , el número de nodos de ϕn (x) es igual a n. Esto es, la función de
onda del estado fundamental no tiene nodos, la del primer estado excitado tiene un
nodo, la del segundo estado excitado tiene dos nodos, y así sucesivamente.
De la forma 4.34 de la ecuación de Schrödinger resulta evidente que en un nodo
la derivada segunda de la función de onda es nula: la función tiene un punto de
inflexión en cada nodo. Además, la función también tiene puntos de inflexión en los
puntos donde V (x) = E, es decir, en los puntos que separan una región clásicamente
permitida de una región clásicamente prohibida.
Entre dos nodos consecutivos debe haber al menos un extremo (un máximo o un
mínimo relativo) donde la derivada se anula. En una región clásicamente permitida,
E > V (x), si la función es positiva (negativa) la derivada segunda debe ser negativa
(positiva); es decir, la función de onda es siempre cóncava hacia el eje X: los extremos
de la función de onda serán máximos si la función es positiva y mínimos si es negativa.
Por el contrario, en una región clásicamente prohibida, E < V (x), la derivada segunda
tiene el mismo signo que la función y ésta es siempre convexa hacia el eje X.
También es fácil ver que la función nunca puede tener un punto de tangencia con
el eje X pues ello implicaría ϕE (x) = ϕ0E (x) = 0 y, por lo tanto, la función sería
idénticamente nula.9

• Caso E ∈ (V+ , V− )
Para un autovalor de la energía en el intervalo (V+ , V− ), esto es V+ < E < V− , los
correspondientes límites asintóticos de la función ϕE (x) son
à p ! à p !
2m (E − V+ ) 2m (E − V+ )
ϕE (x À 0) = A exp i x + B exp −i x
~ ~
Ãp !
2m (V− − E)
ϕE (x ¿ 0) = C exp x .
~

En este caso, ϕE (x) no es normalizable (la autofunción no tiende a cero en el


límite x → +∞), por lo que representa un autoestado no ligado de la energía
(también llamado autoestado de colisión). Puede demostrarse que para cualquier
energía E ∈ (V+ , V− ) siempre existe una solución acotada de (4.33) con los límites
asintóticos que acabamos de describir. Por ello, el intervalo (V+ , V− ) es parte del
9 Para un potencial continuo esto es una simple consecuencia de la unicidad de las solu-

ciones de una ecuación diferencial de segundo orden.


4.4 Propiedades generales de las autofunciones de la energía 231

espectro continuo de H, b y designamos a este intervalo como σc#1 (H). b Por último,
salvo constante multiplicativa, el valor E de la energía determina unívocamente el de-
caimiento exponencial en el límite x ¿ 0 y, por ello, esta parte del espectro continuo,
b es también no degenerada.
σc#1 (H),
Al ser estas autoenergías no degeneradas, el comentario respecto al carácter esen-
cialmente real de las funciones de onda que vimos en el punto anterior sigue siendo
válido. Como consecuencia, las autofunciones de onda para esta parte del espectro
son reales salvo constante multiplicativa, la corriente de probabilidad es nula en toda
la recta real y el valor esperado delpmomento lineal tambiénp es cero.1 0 Debido a
este carácter real, definiendo k+ ≡ 2m (E − V+ )/~ y α− ≡ 2m (V− − E)/~, las
autofunciones de la energía en este rango se comportan como

⎨ Aeiδ exp (ik+ x) + Ae−iδ exp (−ik+ x) si x À 0
ϕE (x) = , A, C, δ ∈ R.

C exp (−α− |x|) si x ¿ 0
De este modo, para x À 0 la función de onda es superposición de dos ondas planas
de igual amplitud con vectores de onda k+ y −k+ , esto es, la función de onda es una
onda estacionaria
ϕE (x) = 2A cos [k+ x + δ] ,
mientras que si x ¿ 0 la función de onda exhibe el decaimiento típico de los autoes-
tados ligados.

• Caso E > V−
Los límites asintóticos de la autofunción son ahora
à p ! à p !
2m (E − V+ ) 2m (E − V+ )
ϕE (x À 0) = A exp i x + B exp −i x
~ ~
à p ! à p !
2m (E − V− ) 2m (E − V− )
ϕE (x ¿ 0) = C exp i x + D exp −i x .
~ ~
De nuevo, ϕE (x) no es normalizable (la autofunción no tiende a cero en ninguno
de los límites ±∞). Igualmente, para cualquier energía E > V− existe solución de la
ecuación de Schrödinger independiente del tiempo y seguimos en la parte continua
b En este caso, sin embargo, ninguno de los límites asintóticos está
del espectro de H.
unívocamente fijado por E. De hecho, para cada valor de la energía E > V− , hay dos
soluciones linealmente independientes, a las que llamaremos ϕE,→ (x) y ϕE,← (x),1 1
que viene fijadas por los límites
à p !
2m (E − V+ )
ϕE,→ (x À 0) = A exp +i x
~
à p !
2m (E − V− )x
ϕE,← (x ¿ 0) = D exp −i .
~
1 0 Recuerde que en la sección 3.3 del capítulo anterior discutimos el sentido de un valor

esperado para un estado no normalizable.


1 1 Naturalmente no es ésta la única pareja de funciones propias linealmente independientes,

pero se eligen por su sencillez de interpretación.


232 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

Estas soluciones corresponden, respectivamente, a ondas planas que se propagan hacia


la derecha cuando x À 0 y hacia la izquierda cuando x ¿ 0. En definitiva, si E > V− ,
los valores espectrales de la energía son doblemente degenerados. En esta parte
b cualquier autoestado es combinación lineal de
del espectro, simbolizado por σc#2 (H),
estos dos autoestados no ligados independientes.
Debido a la doble degeneración de esta parte del espectro, es posible encontrar
estados estacionarios cuyas funciones de onda sean, esencialmente, complejas. Esto
implica que la corriente de probabilidad Jx del autoestado no sea nula, por lo que estos
estados estacionarios no ligados tienen, por lo general, un valor medio del momento
no nulo.1 2
Analicemos más en profundidad la función ϕE,→ (x).1 3 Su comportamiento asin-
tótico es

⎨ A exp (ik+ x) si x À 0
ϕE,→ (x) =

C exp (+ik− x) + D exp (−ik− x) si x ¿ 0,
p
con k± = 2m (E − V± )/~. Podemos escribir este comportamiento asintótico como:

⎨ φtrans (x) si x À 0
ϕE,→ (x) =

φinc (x) + φref (x) si x ¿ 0.
Así, en x À 0 la función de onda se reduce a una onda plana, φtrans (x) = A exp (ik+ x),
que se propaga hacia la derecha y a la que llamaremos onda transmitida. En la región
x ¿ 0 la función de onda es superposición de dos ondas planas: una que se propaga
hacia la derecha, φinc (x) = C exp (+ik− x) y llamaremos onda incidente, y otra que
se propaga hacia la izquierda, φref (x) y denominada onda reflejada. Podríamos estar
tentados a interpretar ϕE,→ (x) como la función de onda que describe a una partícula
que viene desde la izquierda, interactúa con el potencial, y que entonces bien puede
transmitirse hacia la derecha, o reflejarse y volver hacia la izquierda. Sin embargo
esta interpretación no es consistente con el formalismo, ya que ϕE,→ (x) no es nor-
malizable (y, por tanto, no es un estado cuántico físicamente posible) y, además, es
estacionario: no hay aquí nada que dependa del tiempo.
Aun así, la interpretación anterior no está tan lejos de ser correcta. Imagine-
mos que desde la izquierda llega un haz poco intenso de partículas de masa m con
momento p ' ~k− bastante bien definido. (Decimos que el haz es poco denso para
que no haya interacción entre las partículas del mismo). Una vez que el haz interac-
ciona con el potencial se alcanza un régimen estacionario, en el que tenemos el flujo
continuo de partículas incidentes, otro de partículas reflejadas con momento opuesto
−~k− , y otro de partículas transmitidas con momento ~k. Así, podemos usar φinc (x),
φref (x), φtrans (x) para describir estos tres haces, respectivamente. De acuerdo con la
interpretación de la corriente de probabilidad,
µ ¶
i~ dψ∗ (x) dψ (x) ~k−
Jin = ψ in (x) in − ψ ∗in (x) in = |C|2
2m dx dx m
1 2 De ahí que el lector deba tener claro que “estacionario” se refiere siempre a ausencia de

evolución temporal, no a que el valor medio de la velocidad sea cero.


1 3 El análisis para ϕ
E,← (x) es similar y se deja como ejercicio para el lector.
4.4 Propiedades generales de las autofunciones de la energía 233

puede interpretarse como el flujo de partículas incidentes. Análogamente,


µ ¶
i~ dψ ∗ref (x) dψ (x) ~k−
Jref = ψref (x) − ψ ∗ref (x) ref =− |D|2
2m dx dx m

es el flujo de partículas reflejadas (negativo, ya que van hacia la izquierda). Por


último,
µ ¶
i~ dψ ∗trans (x) dψ (x) ~k+
Jtrans = ψtrans (x) − ψ ∗trans (x) trans = |A|2
2m dx dx m

es el flujo de partículas transmitidas hacia la derecha. Así, la corriente de probabilidad


neta es
½
Jtrans si x À 0
Jx =
Jin − |Jref | si x ¿ 0.

Ahora bien, Jx es uniforme en cualquier estado estacionario, ya que, de acuerdo con


la ecuación de continuidad, la derivada espacial de la corriente de probabilidad es
proporcional a la variación temporal de la densidad de probabilidad ρ (x, t) que, en
un estado estacionario, es cero. Por tanto,

Jin = Jtrans + |Jref | . (4.37)

igualdad que sencillamente indica que el número de partículas se conserva. El por-


centaje de partículas transmitidas es

Jtrans
T = (4.38)
Jin

y se conoce como coeficiente de transmisión para un haz incidente con energía E


(bastante bien definido). Igualmente,

|Jref |
R= (4.39)
Jin

es el porcentaje de partículas reflejadas, conocido como coeficiente de reflexión.


A partir de (4.37) tenemos que

R + T = 1. (4.40)

En esta discusión nos hemos fijado en un haz de partículas. Ahora bien, si consi-
deramos una partícula concreta, lo que estamos diciendo es que dicha partícula tiene
una probabilidad R de reflejarse y, por tanto, una probabilidad T = 1−R de transmi-
tirse. La partícula no está, naturalmente, en el estado ϕE,→ (x) pero sí en un estado
en el que su momento lineal inicial era p ' ~k− , bastante bien definido.

• La división del espectro en tres partes que hemos descrito puede generalizarse.
Por ejemplo, si V0 = V+ no puede haber espectro puntual, mientras que si V− = ∞ no
234 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

hay espectro continuo doblemente degenerado, etc. Los resultados pueden resumirse
en la siguiente tabla:
³ ´ ³ ´ ³ ´
σp H b σc#1 H b σc#2 H b
³ ´
V0 < V+ < V− < ∞ σp H b ⊂ [V0 , V+ ] (V+ , V− ) (V− , ∞)
V0 = V+ < V− < ∞ ³ ´ ∅ (V+ , V− ) (V− , ∞)
V0 < V+ = V− < ∞ σp H b ⊂ [V0 , V+ ] ∅ (V+ , ∞)
³ ´
b
V0 < V+ < V− = ∞ σp H ⊂ [V0 , V+ ] (V+ , ∞) ∅
V0 = V+ = V− < ∞ ∅ ∅ (V0 , ∞)
V0 = V+ < V− = ∞ ³ ´ ∅ (V+ , ∞) ∅
V0 < V+ = V− = ∞ σp H b ⊂ [V0 , V+ ] ∅ ∅

donde ∅ denota el conjunto vacío. Nótese que si V− ≥ V+ , simplemente tendremos


que intercambiar V+ y V− en esta tabla, en la que no hemos caracterizado los “valores
frontera” V0 y V± , cuya asignación debe hacerse caso por caso.

Ejemplo 4.5. Se define el operador paridad Π b como aquél que al actuar


sobre una función f (x) da como resultado f (−x), es decir, que cambia el
signo del argumento
b (x) ≡ f (−x).
Πf
a) Hallar los valores propios y las funciones propias de dicho operador.
b) Calcular el conmutador [H, b Π]
b en el caso de que el hamiltoniano H
b
incluya un potencial simétrico V = V (|x|).
Solución:
a) De la propia definición del operador tenemos
³ ´
Πb 2 f(x) = Π
b Πfb (x) = Πf
b (−x) = f (x),

de modo que Πb 2 = Ib es el operador identidad. Si llamamos λi a los valores propios


b
de Π deberá cumplirse entonces
b 2 = Ib
Π ⇒ λ2i = 1 ⇒ λi = ±1.
b tiene así los valores propios λ1 = 1 y λ2 = −1. Las funciones propias
El operador Π
correspondientes a cada valor propio han de cumplir
λ1 = 1 ⇒ b 1 (x) ≡ f1 (−x) = +1 · f1 (x)
Πf
λ2 = −1 b 2 (x) ≡ f2 (−x) = −1 · f2 (x).
⇒ Πf
b con valor propio +1, mientras
Es decir, cualquier función par es autofunción de Π
b con valor propio −1.
que cualquier función impar será autofunción de Π
b) Para calcular el conmutador [H,b Π]
b veamos el resultado de aplicar H
bΠb y Π
bHb a
una función cualquiera
2 2
b · Πf
H b (−x) = − ~ d f (−x) + V (|x|)f (−x)
b (x) = Hf
2m dx2
4.4 Propiedades generales de las autofunciones de la energía 235

y
µ 2 2 ¶
b · Hf
Π b (x) = b − ~ d f (x) + V (|x|)f (x)
Π
2m dx2
~2 d2 f (−x)
= − + V (| − x|)f(−x).
2m d(−x)2

Pero es evidente que ambos resultados son iguales, ya que V (|x|) = V (| − x|) y
también
µ ¶
d2 f (−x) d df (−x) d df (−x) d2 f (−x)
2
= = − − = .
d(−x) d(−x) d(−x) dx dx dx2

Vemos así que el operador paridad conmuta con el hamiltoniano para un potencial
simétrico (par). Esto tiene dos consecuencias importantes. En primer lugar, una
autofunción no degenerada del operador hamiltoniano ha de ser también función
propia del operador paridad (véase la sección 3.5), mientras que si la autoenergía es
degenerada podemos encontrar una base del espacio propio formada por autofunciones
de la paridad. En segundo lugar, puesto que Π b conmuta con el hamiltoniano, la
paridad es una constante del movimiento. Esto significa que aunque el sistema no
b el valor esperado
esté en un estado estacionario (es decir, en un estado propio de H),
b t se mantiene constante en el tiempo.
hΠi

Ejemplo 4.6. a) Demostrar que para cualquier pozo de potencial simétrico


respecto a x = 0, los estados ligados son funciones pares o impares. b) De
acuerdo con esto, ¿cuánto valen hXi b y hPbx i para una partícula en un estado
ligado de tales pozos?
a) Esta afirmación ya ha sido probada en el ejemplo anterior a partir de la conmutabil-
idad del operador paridad con un hamiltoniano con potencial simétrico. Vamos a ver
ahora una demostración ligeramente diferente, en la que partimos directamente de la
ecuación de Schrödinger independiente del tiempo. Si ϕE (x) es una función propia
correspondiente al valor propio E, debe satisfacer

~2 d2 ϕE (x)
− + V (x)ϕE (x) = EϕE (x).
2m dx2
Haciendo el cambio de variable x → −x, la ecuación anterior se transforma en

~2 d2 ϕE (−x)
− + V (−x)ϕE (−x) = EϕE (−x),
2m d(−x)2

que es equivalente a

~2 d2 ϕE (−x)
− + V (x)ϕE (−x) = EϕE (−x),
2m dx2
ya que V (x) = V (−x). Esta última ecuación nos dice que ϕE (−x) también es una
función propia correspondiente al valor propio E. Ahora bien, hemos dicho que los
valores propios del hamiltoniano son no degenerados, de modo que ϕE (x) y ϕE (−x)
236 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

sólo pueden diferir en una constante (que puede ser compleja), es decir ϕE (x) =
cϕE (−x) . Entonces, haciendo de nuevo el cambio x → −x
ϕE (−x) = cϕE (x) = c2 ϕE (−x) ⇒ c = ±1 ⇒ ϕE (x) = ±ϕE (−x),
y ϕE (x) debe ser una función par (signo +) o impar (signo −).
b) Los valores esperados del momento y la posición vienen dados por (re-
cuérdese que ϕE (x) es real)
Z +∞ Z +∞
hXi
b = x|ϕE (x)|2 dx hPbx i = −i~ ϕE (x) ϕ0E (x) dx.
−∞ −∞

Puesto que ϕE (x) sólo puede ser par o impar, la distribución de probabilidad
|ϕE (x)|2 es siempre una función par. Por consiguiente, el integrando x|ϕE (x)|2
que aparece en la primera integral es una función impar y la integral se anula.
Asimismo, si ϕE (x) es una función par (impar), su derivada ϕ0E (x) sera impar
(par), el integrando ϕE (x)ϕ0E (x) que aparece en segunda integral será también
impar y la integral también se anulará. (Nótese, no obstante, que este último
resultado no aporta nada nuevo pues ya hemos visto con toda generalidad que
hPbx i = 0 para todo estado estacionario ligado de cualquier potencial.)

Ejemplo 4.7. Demostrar que la densidad de probabilidad de un esta-


do estacionario sólo puede alcanzar un máximo local en una región
clásicamente accesible.
Solución:
Siendo E la energı́a de la autofunción ϕE (x), lo que queremos probar en este
ejemplo es que si ρE (x) = |ϕE (x)|2 alcanza un máximo local en x = a, en-
tonces V (a) ≤ E.
Si ρE (x) tiene un máximo local en x = a:
d2

d
ρE (x) =0 y 2
ρ E (x) ≤ 0,
dx x=a dx
x=a

y, además,
ρE (a) 6= 0 ⇒ ϕE (a) 6= 0
ya que la densidad de probabilidad es estrictamente positiva: si tiene un máximo
local en x = a necesariamente ha de ser positiva en ese punto. Ası́:
dϕ∗E (x)
 
d ∗ dϕE (x)
ρ (x) = 0 ⇒ ϕE (x) + ϕE (x) =0
dx E x=a dx dx
x=a
dϕ∗E (x)

dϕE (x)
=⇒ = = 0,
dx x=a dx x=a
donde hemos usado ϕE (a) 6= 0. Entonces,
d2 d2 ϕ∗E (x) d2 ϕE (x)
 


ρ (x) ≤ 0 =⇒ ϕ (x) + ϕ (x) ≤ 0,
dx2 E
x=a
E
dx2 E
dx2
x=a
4.5 El pozo cuadrado infinito 237

donde hemos tenido en cuenta ϕ0E (a) = 0. Si ahora escribimos la ecuación de Schrödinger
independiente del tiempo para ϕE (x) y su conjugada ϕ∗E (x)

d2 ϕE (x) 2m
= [V (x) − E] ϕE (x)
dx2 ~2
2 ∗
d ϕE (x) 2m
= [V (x) − E] ϕ∗E (x) ,
dx2 ~2
y sustituyendo,
¯
d2 ¯ 4m
ρ (x)¯ ≤ 0 =⇒ ρ (a) [V (a) − E] ≤ 0.
dx2 E ¯ ~2 E
x=a

Como la densidad de probabilidad es positiva, no queda más remedio que

V (a) − E ≤ 0 ⇒ V (a) ≤ E,

que es el resultado al que queríamos llegar.

4.5 El pozo cuadrado infinito


• Como primer ejemplo de aplicación del formalismo cuántico a sistemas modelo
en una dimensión, consideremos el de una partícula de masa m que se puede mover
libremente entre x = 0 y x = L, rebotando elásticamente en estos dos puntos. La
energía potencial es, entonces,
½
0 si x ∈ [0, L]
V (x) =
+∞ si x ∈ / [0, L]

y decimos (por la forma que tiene) que la partícula está sometida a un potencial de
pozo cuadrado infinito.
De acuerdo con la discusión de la sección anterior, si x ∈
/ [0, L] toda función de
onda es idénticamente nula. Por tanto, nos podemos restringir a la región [0, L], en
la que la ecuación de Schrödinger independiente del tiempo toma la forma

~2 d2 ϕE (x)
− = Eϕ(x), (4.41)
2m dx2
con las condiciones de contorno

ϕE (0) = ϕE (L) = 0. (4.42)

La solución general de (4.41) es


r r
2mE 2mE
ϕE (x) = A sin x + B cos x,
~2 ~2
pero hemos de imponer la condición adicional (4.42). Así,

ϕE (0) = 0 ⇒ B=0
238 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

Fig. 4.2. Primeras cuatro autofunciones de la energía para un pozo cuadrado infinito.

r r
2mE 2mE
ϕ(L) = 0 ⇒ sin L=0 ⇒ L = nπ con n entero.
~2 ~2
De esta manera, los valores propios de la energía son

π 2 ~2 2
En = n con n = 1, 2, . . . (4.43)
2mL2

y las funciones propias correspondientes


nπx
ϕn (x) = An sin
L
(nótese que n = 0 no es admisible, ya que entonces la autofunción sería idénticamente
nula). La constante An se obtiene de la condición de normalización
Z L Z L ³ nπx ´ r
L 2
|ϕn (x)|2 dx = A2n sin2 dx = A2n = 1 ⇒ An = ,
0 0 L 2 L

y, en definitiva
r r r
2 2mEn 2 nπx
ϕn (x) = sin x= sin con n = 1, 2, .. . (4.44)
L ~2 L L

Observamos que, de acuerdo con el teorema de Sturm discutido en la sección


anterior, la función de onda del estado fundamental ϕ1 (x) no tiene ceros aislados,
mientras que la función de onda del n-ésimo estado excitado posee n nodos. Las
autofunciones para los primeros estados estacionarios del pozo están representadas
en la figura 4.2.
4.5 El pozo cuadrado infinito 239

• Nótese que podíamos haber planteado el problema del pozo infinito de anchura
L con paredes situadas en x = ±L/2, en lugar de estar situadas en x = 0 y L. Esto
tiene la ventaja de que entonces el pozo sería simétrico con respecto al origen x = 0,
y podríamos aplicar más fácilmente argumentos de simetría para ciertos cálculos.
Evidentemente, las funciones propias ya no tendrán la misma expresión porque hemos
desplazado en una cantidad −L/2 el origen de coordenadas. Haciendo el cambio
x → x − L/2 es inmediato ver que las funciones de onda en el nuevo pozo son
⎧ q

⎪ 2
cos nπx si n es impar
⎨ L L
ϕn (x) = q


⎩ 2
sin nπx si n es par,
L L

que son alternativamente pares e impares, como debe cumplirse en un pozo simétrico.
Obviamente, los autovalores de la energía son los mismos, ya que las magnitudes
físicas no dependen de la elección del origen de coordenadas.
• Veamos un ejemplo bastante completo:
Ejemplo 4.8. Una partícula de masa m se encuentra en un potencial
cuadrado infinito de anchura L. Su estado inicial es tal que al hacer
una medida de su energía hay un 75% de probabilidades de obtener el
valor E = (π~)2 /2mL2 y un 25% de probabilidades de obtener el valor
E = 2(π~)2 /mL2 .
a) Escribir la función de onda inicial Ψ(x, 0).
b) Escribir la función de onda Ψ(x, t).
c) Calcular el valor medio de la posición hXi b t para cualquier instante.
b
d) Calcular el valor medio del momento hPx it para t.
e) Calcular la densidad de probabilidad |Ψ(x, t)|2 . ¿En qué instantes se
verifica que |Ψ(x, t)|2 = |Ψ(x, 0)|2 ?
f ) Calcular la corriente de probabilidad en los instantes en que se verifica
la condición del apartado anterior.
g) Calcular el valor medio hEit y la desviación típica (∆E)t de la energía.
h) Hallar un límite inferior para el tiempo de evolución de cualquier ob-
servable.
Solución:
a) Teniendo en cuenta que los ¡valores¢ propios de la energía para un pozo cuadrado de
anchura L son En = π2 ~2 n2 / 2mL2 , el enunciado nos está diciendo que la función
de onda que describe el estado de la partícula en t = 0 es una combinación lineal
de las funciones propias ϕ1 (x) y ϕ2 (x), con coeficientes respectivos |c1 |2 = 3/4 y
|c2 |2 = 1/4. Por consiguiente,
r r √
3 1 3 eiδ
Ψ (x, 0) = ϕ1 (x) + eiδ ϕ2 (x) = ϕ1 (x) + ϕ (x) ,
4 4 2 2 2
siendo δ una fase indeterminada. Suponiendo que las paredes del pozo se encuentran
en x = −L/2 y en x = L/2, y utilizando las funciones propias para este caso, tenemos
r r
3 πx 1 2πx
Ψ (x, 0) = cos + eiδ sin
2L L 2L L
240 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

(obviamente, la función de ondas se anula fuera del intervalo (−L/2, L/2)).


b) Puesto que, en general,
X
∞ µ ¶
iEn t
Ψ (x, t) = cn ϕn (x) exp − , cn = (ϕn (x) , Ψ (x, 0)) ,
n=1
~

la evolución temporal es inmediata:



3 eiδ
Ψ (x, t) = ϕ1 (x) e−iE1 t/~ + ϕ (x) e−iE2 t/~
2 2 2
r µ ¶ r µ ¶
3 πx π2 ~ iδ 1 2πx 2π2 ~
= cos exp −it + e sin exp −it .
2L L 2mL2 2L L mL2

c) Para cualquier instante de tiempo, el valor medio de la posición es


D E Z L/2
b =
X Ψ (x, t)∗ x Ψ (x, t) dx
t −L/2

y operando se obtiene
D E 3 ³ b´ 1 ³ b´ 1 √ iE1 t/~ iδ −iE2 t/~ ³ b ´
b
X = X + X + 3e e e X
t 4 11 4 22 4 12
1 √ ³ ´
+ 3e−iE1 t/~ −iδ iE2 t/~
e e b
X ,
4 21

donde
³ ´ Z +L/2
b
X = ϕ∗m (x) x ϕn (x) dx.
mn −L/2
³ ´ ³ ´
b
Como los autoestados del pozo son reales, X b
= X y entonces
12 21

D E ³ ´ √ ³ ´ µ ¶
b = 3 X b 1 ³ b´ 3 b E2 − E1
X + X + X cos t−δ .
t 4 11 4 22 2 12 ~
Por la simetría de las funciones de onda de los estados estacionarios
³ ´ ³ ´
b
X = X b = 0,
11 22

mientras que
³ ´ Z +L/2 ³ πx ´ µ ¶
b 2 2πx 16 L
X = cos x sin dx = − .
12 L −L/2 L L 9 π2

Por consiguiente,
D E √
Xb = − 8 3L cos (ω12 t − δ) ,
t 9π2
¡ ¢
siendo ω12 = (E2 − E1 ) /~ = 3π2 ~/ 2mL2 . La evolución temporal de la posición es
de naturaleza armónica, con centro en x = 0 y periodo de oscilación T = 2π/ω12 =
4.5 El pozo cuadrado infinito 241

4mL2 / (3π~).1 4
d) La evolución del valor medio del momento lineal es fácil de obtener aplicando el
teorema de Ehrenfest:
D E
D E d X b √
8 3mLω12 4~
Pbx = m t
= sin (ω12 t − δ) = √ sin (ω12 t − δ) ,
t dt 9π2 3L
evolución que es igualmente armónica, oscilando hPbx it con el mismo periodo T del
apartado anterior.
e) La densidad de probabilidad está dada por
ρ (x, t) = |Ψ (x, t)|2 = Ψ (x, t) Ψ (x, t)∗ .
Sustituyendo Ψ (x, t)
Ãr r µ ¶ !
3 ³ πx ´ 1 2πx
−iE1 t/~ iδ −iE2 t/~
ρ (x, t) = cos e + sin e e ×
2L L 2L L
Ãr r µ ¶ !
3 ³ πx ´ 1 2πx
iE1 t/~ −iδ iE2 t/~
cos e + sin e e
2L L 2L L

y, operando,
∙ ³ πx ´ µ ¶¸
3 1 2πx
ρ (x, t) = cos2 + sin2
2L L 2L L
√ ³ πx ´ µ ¶
3 2πx
+ cos sin cos (ω12 t − δ) .
L L L
Vemos que ρ (x, t) es suma de un término independiente del tiempo más otro que
evoluciona armónicamente con frecuencia ω12 . Como consecuencia,
ρ (x, 0) = ρ (x, nT ) , n = 0, 1, 2, ...
f ) La corriente de probabilidad es
½ ¾
i~ dΨ (x, t)∗ dΨ (x, t)
J (x, t) = Ψ (x, t) − Ψ (x, t)∗ .
2m dx dx
Sustituyendo Ψ (x, t)
∙µ √ −iE1 t/~ ¶
i~ 3e eiδ e−iE2 t/~
J (x, t) = ϕ1 (x) + ϕ2 (x)
2m 2 2
µ √ iE1 t/~ −iδ iE2 t/~
¶¸
3e e e
× ϕ01 (x) + ϕ02 (x)
2 2
∙µ √ iE1 t/~ ¶
i~ 3e e−iδ eiE2 t/~
− ϕ1 (x) + ϕ2 (x)
2m 2 2
µ √ −iE1 t/~ iδ −iE2 t/~ ¶¸
3e e e
× ϕ01 (x) + ϕ02 (x)
2 2
1 4 El hecho de que la posición y las demás propiedades físicas de este estado varíen armóni-

camente con este periodo se debe simplemente a que este estado es combinación lineal de
solo dos estados estacionarios, como ya se ha visto en la sección 3.8 del capítulo 3.
242 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

y, operando,

3~ ¡ 0 ¢
J (x, t) = ϕ1 (x) ϕ2 (x) − ϕ1 (x) ϕ02 (x) sin (ω12 t − δ)
4m
√ ∙ ³ πx ´ µ ¶
3π~ 2πx
= − sin sin
2mL2 L L
µ ¶ ³ πx ´¸
2πx
−2 cos cos sin (ω12 t − δ) .
L L

Es decir, J (x, t) varía con la misma frecuencia que ρ (x, t), pero con un desfase de un
cuarto de periodo. Por consiguiente, en los instantes nT se cumplirá
√ ½ ³ ´ µ ¶ µ ¶ ³ πx ´¾
3π~ sin δ πx 2πx 2πx
J (x, nT ) = − sin sin + 2 cos cos .
2mL2 L L L L

Por otro lado (hágalo) es fácil comprobar que ρ (x, t) y J (x, t) satisfacen, como debe
ser, la ecuación de continuidad

∂ρ (x, t) ∂J (x, t)
+ = 0.
∂t ∂x

g) Naturalmente, puesto que Hb es una constante del movimiento, ni su valor esperado


ni su incertidumbre varían con el tiempo. En efecto,
D E 3 2 2
b = E1 + 1 E2 = 7 π ~
H
4 4 8 mL2
y
D E µ ¶2
b 2 3 2 1 2 19 π2 ~2
H = E1 + E2 = ,
4 4 16 mL2

de donde
rD s µ ¶2 2 2 √
E D E2 19 7 π ~ 3 3 π 2 ~2
b =
∆H b2
H b =
− H − = .
16 8 mL2 8 mL2

h) Por último, el tiempo τ A de evolución de un observable cualquiera Ab y la desviación


b
típica de la energía ∆H están ligados por la relación de incertidumbre energía/tiempo,
en consecuencia

b ≥ ~ ~ 4 3mL2
τ A ∆H =⇒ τ A ≥ = .
2 2∆H b 9π2 ~

• Es interesante darse cuenta que la energía del estado fundamental del pozo cuadra-
do infinito es estrictamente mayor que cero,

π 2 ~2
E1 = .
2mL2
4.5 El pozo cuadrado infinito 243

A la energía fundamental del sistema se le suele llamar energía del punto cero.
La razón por la que esta energía fundamental no alcanza el mínimo valor posible
(cero, en este caso) puede fácilmente entenderse usando la relación de incertidumbre
de Heisenberg. En un estado estacionario ligado el valor esperado del momento lineal
es cero; por tanto,
rD E r D E
b
∆Px = Pbx2 = 2m K b

b fuese nula entonces ∆Pbx también sería cero. De acuerdo con


y si la energía cinética K
la relación de incertidumbre, si ∆Pbx → 0 entonces ∆X b → ∞, lo que resulta imposible
ya que el movimiento de la partícula está acotado.

Ejemplo 4.9. A partir de las relaciones de incertidumbre, hacer una es-


timación para una cota inferior de la energía del estado fundamental de
una partícula de masa m en un pozo cuadrado infinito de anchura L.
Solución:
La relación de incertidumbre posición-momento es ∆X b · ∆Pbx ≥ ~/2. Ahora bien,
en un pozo simétrico centrado en el origen se tiene hXi b = 0, y sabemos también
b
que para cualquier estado estacionario ligado hPx i = 0. De este modo, (∆X) b 2 =
b 2 b 2 b 2 b 2 b 2
hX i − hXi = hX i y (∆Px ) = hPx i. En resumen, para un estado estacionario de
un pozo simétrico, la relación de incertidumbre equivale a
2
b · ∆Pbx ≥ ~ ⇒ hX
∆X b 2 i · hPbx2 i ≥ ~ .
2 4
b = Pbx2 /2m, y así
El hamiltoniano del sistema dentro del pozo es H

b = hPbx2 i ~2
hHi ≥ .
2m 8mhXb 2i

Evidentemente, si la anchura del pozo es L el valor de hX b 2 i será del orden de L2 ,


2 2
lo que nos daría una cota E ≥ ~ /8mL . Esta cota es bastante pequeña y no limita
mucho los posibles valores de la energía del estado fundamental.
Para obtener una cota algo mejor (más restrictiva) podemos afinar algo más el cálculo
de hXb 2 i. En una aproximación clásica, la partícula tendría la misma probabilidad
de estar en cualquier punto en el interior del pozo, de modo que su distribución de
probabilidad de posición sería ρ(x) dx = (1/L) dx. Entonces,
Z L/2 Z L/2
1 L2
hX 2 i = x2 ρ(x) dx = x2 dx = .
−L/2 L −L/2 12

Con este valor para hX 2 i obtenemos una cota inferior para la energía E ≥ 3~2 /2mL2 ,
que es 12 veces mayor que la anterior, y por lo tanto limita más el intervalo de valores
para la energía
¡ del estado
¢ fundamental. De hecho, en el caso del pozo cuadrado infinito
E1 = π2 ~2 / 2mL2 , que es aproximadamente unas 40 veces mayor que nuestra cota
más tosca pero sólo 3 veces mayor que la cota que hemos obtenido con un cálculo
más aproximado (aunque muy simple).
244 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

4.6. Estados ligados en pozos cuadrados finitos

• En la sección anterior hemos estudiado el caso de una partı́cula que se mueve


libremente dentro de un intervalo [−L/2, +L/2] rebotando elásticamente en los
extremos ±L/2. Es igualmente interesante analizar el problema cuántico de una
partı́cula sometida a un potencial de tipo pozo cuadrado finito

0 si x ∈ [−L/2, +L/2]
V (x) =
V0 si x ∈ / [−L/2, +L/2] ,

donde V0 es una energı́a positiva. En este caso, de acuerdo con el tratamiento


general que vimos en la sección 4.4, el espectro del operador hamiltoniano
cumple
     
σp H b ⊂ (0, V0 ) ; σ c,#1 H b = ∅ ; σ c,#2 H b = [V0 , +∞) .

En esta sección nos limitaremos a obtener las funciones de onda de los estados
estacionarios ligados.

• Planteemos la ecuación de Schrödinger

~2 d2
 
− + V (x) − E ϕE (x) = 0 (4.45)
2m dx2

y busquemos la forma general de las autofunciones con energı́as permitidas


dentro del rango (0, V0 ). Teniendo en cuenta que V (x) − E = V0 − E > 0 si
x∈ / [−L/2, L/2], y que V (x) − E = −E < 0 si x ∈ [−L/2, L/2], entonces la
solución general de (4.45) es

ϕE (x) = si x ≤ −L/2
A exp (+αx) + E exp (−αx) ;
 
L L
ϕE (x) = B exp (+ikx) + C exp (−ikx) ; si x ∈ − , +
2 2
ϕE (x) = D exp (−αx) + F exp (+αx) ; si x ≥ +L/2

donde hemos definido


√ p
2mE 2m (V0 − E)
k= ; α= .
~ ~
Ahora bien, la autofunción ha de estar acotada. Por tanto, E = F = 0. Además,
la función de onda ha de ser real (salvo constante multiplicativa), por lo que
4.6 Estados ligados en pozos cuadrados finitos 245

puede escribirse como15

ϕE (x) = A exp (+αx) ; si x ≤ −L/2


ϕE (x) = B sin (kx) + C cos (kx) ; si x ∈ [−L/2, +L/2]
ϕE (x) = D exp (−αx) ; si x ≥ +L/2

Designemos las energı́a permitidas como E0 , E1 , E2 , ... y las correspon-


dientes autofunciones por ϕ0 (x), ϕ1 (x), ϕ2 (x), etc.16 Puesto que el potencial
es par, las autofunciones ligadas de la energı́a han de ser o bien pares o bien
impares. Además, la función de onda fundamental ϕ0 (x) no tiene nodos, por lo
que ha de ser par. Esto nos permite eliminar uno de los coeficientes, de modo
que:

 An exp (+αn x) si x ≤ −L/2
ϕn (x) = Cn cos (kn x) si x ∈ [−L/2, +L/2] ; n = 0, 2, ...
An exp (−αn x) si x ≥ +L/2


 −An exp (+αn x) si x ≤ −L/2
ϕn (x) = Bn sin (kn x) si x ∈ [−L/2, +L/2] ; n = 1, 3, ...
An exp (−αn x) si x ≥ +L/2

lo que facilita la tarea.


En ningún caso Bn o Cn pueden ser cero, ya que entonces por continuidad
de la función de onda An serı́a también cero y tendrı́amos una función idénti-
camente nula. Por tanto podemos reescribir las autofunciones como

 an exp (+αn x) si x ≤ −L/2 
ϕn (x) = Nn × cos (kn x) si x ∈ − L2 , + L2 ; n par (4.46)
an exp (−αn x) si x ≥ +L/2


 −an exp (+αn x) si x ≤ −L/2 
ϕn (x) = Nn × sin (kn x) si x ∈ − L2 , + L2 ; n impar (4.47)
an exp (−αn x) si x ≥ +L/2

15 En efecto, como ha de ser real en la región central, C = B∗ y, por tanto,


ϕE (x) = B exp (+ikx) + B∗ exp (−ikx) .
Escribiendo B = |B| eiδ , tenemos que
ϕE (x) = |B| [exp (+i (kx + δ)) + exp −i (kx + δ)] . = 2 |B| cos (kx + δ)
Si ahora desarrollamos el coseno de la suma
cos (kx + δ) = cos (kx) cos δ − sin (kx) sin δ ,
llegamos a
ϕE (x) = [−2 |B| sin δ] sin (kx) + [2 |B| cos δ] cos (kx) ≡ B sin (kx) + C cos (kx)

16 A diferencia del pozo infinito, en el pozo finito el estado fundamental es φ0 .


246 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

donde Nn juega, en cada caso, el papel de constante de normalización y se puede


obtener al final de los cálculos. Así, tenemos una única incógnita, an , pero dos
condiciones que han de cumplirse simultáneamente: la continuidad de la función de
onda en x = L/2 y la continuidad de su derivada en ese mismo punto.1 7
Así, si n es par, imponiendo la continuidad en x = L/2 tenemos que
cos (kn L/2) = an exp (−αn L/2)
y, por tanto,
an = exp (αn L/2) cos (kn L/2) ; n par. (4.48)
Por otra parte, la continuidad de la derivada en x = L/2 implica que
−k sin (kL/2) = −αan exp (−αL/2) ⇒ αan = k exp (αL/2) sin (kL/2) .
Vemos así que an no puede ser cero.1 8 En efecto, kn y exp (αn L/2) son estricta-
mente mayores que cero, por lo que si an fuese cero tendríamos que cos (kn L/2) =
sin (kn L/2) = 0, lo que resulta imposible. Por tanto podemos dividir en la última
ecuación por an y sustituir por su valor. Así:
µ ¶
kn L
αn = kn tan ; n par , (4.49)
2
que es una ecuación que nos da las energías permitidas para n par, ya que tanto kn
como αn dependen de la autoenergía En . Siguiendo idéntico proceso tenemos, si n es
impar,
an = exp (αn L/2) sin (kn L/2) ; n impar (4.50)
¶µ
kn L
αn = −kn cot ; n impar. (4.51)
2
√ p
Sustituyamos kn = 2mEn /~ y αn = 2m (V0 − En )/~ en (4.49) y (4.51) para
llegar a
r µ√ ¶ r
En 2mEn L En
tan = 1− ; n par
V0 2~ V0
r µ√ ¶ r
En 2mEn L En
− cot = 1− ; n impar.
V0 2~ V0
Las autoenergías con n par y n impar son las soluciones respectivas de estas
ecuaciones en el intervalo E ∈ (0, V0 ). En este punto conviene definir la cantidad
adimensional
mL2 V0
β= ,
2~2
1 7 Puesto que las autofunciones son pares o impares, si se satisface estas condiciones en

x = L/2, automáticamente se satisfacen en x = −L/2.


1 8 Y, por tanto, V no puede ser una autoenergía del espectro puntual porque si así fuese
0
la función no sería normalizable.
4.6 Estados ligados en pozos cuadrados finitos 247

Fig. 4.3. Resolución gráfica de la ecuación trascendente para las energías de un pozo
cuadrado finito (β = 25)

que depende exclusivamente de los datos del problema, y hacer el cambio de variable
En
εn = .
V0
Así, las ecuaciones (4.49) y (4.51) se escriben de forma más compacta como:
√ ³p ´ √
εn tan βεn = 1 − εn , n par (4.52)

√ ³p ´ √
− εn cot βεn = 1 − εn , n impar (4.53)

que, en todo caso, deben resolverse por métodos numéricos dentro del rango εn ∈
(0, 1). Una vez halladas las energías permitidas En = εn V0 , los coeficientes an , αn y
kn serán
³p ´ ³p ´
an = exp β (1 − εn ) cos βεn , n par
³p ´ ³p ´
an = exp β (1 − εn ) sin βεn , n impar
p p
kn = 2 βεn /L ; αn = 2 β (1 − εn )/L ,
y por sustitución en (4.46) y (4.47), tenemos la forma de las funciones de onda.
• Analicemos ahora la ecuación (4.52), que siempre tiene, al menos, una solución.
En
√ efecto, para resolverla
√ √ numéricamente podemos representar las funciones f (ε) =
1 − ε y g (ε) = ε tan βε en el intervalo ε ∈ (0, 1), ya que las abcisas de los √
puntos
de corte de ambas gráficas son las soluciones de la ecuación.
√ Como√ la función 1 − ε
recorre todos los valores desde 1 hasta 0, y la función ε tan βε empieza a tomar
valores crecientes a partir de cero, las gráficas se cortan al menos una vez. De hecho
(véase la figura 4.3),
√ el número de soluciones pares, Npar , es igual al número de ceros
de la función tan βε en el intervalo [0, 1). Como la función tangente se anula en
múltiplos enteros de π, tenemos que la relación entre el número de soluciones y el
valor de β es
248 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

Npar √ 1 √ 2 √ 3 ...
β ∈ (0, π] β ∈ (π, 2π] β ∈ (2π, 3π] ...
√ ¡√ ¢
Si estudiamos ahora la ecuación (4.53), la función h (ε) = − ε cot βε empieza
su
√ recorrido en −∞. No hay, pues, garantía de que su gráfica llegue a cortar a la de
1 − ε en el ¡√
intervalo
¢ (0, 1). El número de soluciones de (4.53) será igual al número de
ceros de cot βε dentro del intervalo (0, 1) (véase de nuevo la figura 4.3) y, puesto
que la función cotangente se anula en π/2, 3π/2, etc.

Nimpar √ 0 √ 1 √ 2 ...
β ∈ (0, π/2] β ∈ (π/2, 3π/2] β ∈ (3π/2, 5π/2] ...

En definitiva, el número total N de autoestados de la energía ligados en un pozo


de anchura L y profundidad V0 está dado por
µ √ ¶ Ãr !
2 β 2mL2 V0
N = 1 + Int = 1 + Int (4.54)
π π 2 ~2

donde la función Int (u) es igual a 0 si u ∈ (0,


√ 1], a 1 si u ∈ (1, 2], a 2 si u ∈ (2, 3],
etc. Como consecuencia, cuanto mayor sea V0 L2 mayor es el número de estados
estacionarios N .
• Como ejemplo, consideremos el caso β = 25, esto es

50~2
V0 =
mL2
(para hacernos una idea de los órdenes de magnitud, si la partícula es un electrón de
masa m = 9, 1 × 10−31 kg y L = 10a0 (a0 ' 0, 53 Å es el radio de Bohr), entonces
V0 ' 35 eV). De acuerdo con la igualdad (4.54), el número de autoestados ligados es
N = 4, siendo dos pares y dos impares. Representando las funciones f (ε), g (ε) y
h (ε) (las ramas de estas dos últimas van alternándose en la figura 4.3) observamos
que, efectivamente, hay cuatro cortes en los puntos ε1 ' 0.07, ε2 ' 0.27, ε3 ' 0, 59,
ε4 ' 0.96, de modo que las energías de los cuatro estados estacionarios son En = εn V0 .
Obtenidos los valores de εn podemos ya hallar las funciones de onda. Sus parámet-
ros representativos están en la siguiente tabla

n 1 2 3 4
an 30.47 37.06 −18.81 −2. 67
L kn 2.65 5.20 7.68 9.80
L αn 9.64 8.54 6.40 2.00

En la figura 4.4 podemos observar las cuatro densidades de probabilidad ρn (x) =


|ϕn (x) |2 ya normalizadas.

• En el estudio anterior hemos observado que un pozo cuadrado finito siempre tiene
estados ligados (aunque sólo sea uno). Por otra parte, en la sección anterior hemos
estudiado el pozo infinito que, naturalmente, tiene infinitos estados ligados. Podría
así pensarse que un pozo semi-infinito también tendrá estados ligados. Sin embargo
la condición de que la función de onda sea nula en el punto en el que el potencial
4.6 Estados ligados en pozos cuadrados finitos 249

Fig. 4.4. Energías y densidades de probabilidad de los cuatro autoestados ligados de


la energía para un pozo cuadrado finito con β = 25 (véase el texto). Las densidades
de probabilidad se han desplazado verticalmente para facilitar su visión.

toma el valor infinito cambia la situación y, de hecho, un pozo semi-infinito puede


que no tenga estados ligados. Veámoslo con el siguiente ejemplo.

Ejemplo 4.10. Sea V (x) un potencial de la forma (véase la figura 4.5)



⎨ ∞ si x<0
V (x) = 0 si x ∈ [0, a]

V0 si x > a,

siendo V0 una energía positiva.


a) Encuentre que relación ha de existir entre V0 y a para que exista, al
menos, unpestado estacionario ligado.
b) Si a = 25~2 / (mV0 ), calcule las energías de los autoestados ligados.

Fig. 4.5. Potencial de pozo semi-infinito (ejemplo 4.10).


250 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

Solución:
a) El hamiltoniano correspondiente a este problema (en la representación de posi-
ciones) es
2 2
b = − ~ d + V (x).
H
2m dx2
Para x ≤ 0 las funciones propias son idénticamente nulas, de modo que basta con
considerar el problema en el semieje x > 0. Por otra parte, las energías de los estados
ligados van a estar comprendidas en el intervalo (0, V0 ). Teniendo en cuenta que la
autofunción de la energía φE (x) va a ser real, su forma general es
½
A sin (kx) + C cos (kx) x ∈ [0, a]
φE (x) =
B exp (−γx) + D exp (γx) x ≥ a,
con
√ p
2mE 2m(V0 − E)
k= ; γ= .
~ ~
Puesto que φE (0) = 0 y φE (x À 0) = 0, los coeficientes C y D son nulos. Por otra
parte, A no puede ser igual a cero ya que entonces la función de onda sería nula en
todo el espacio (por continuidad de la función de onda en x = a, A = 0 ⇒ B = 0).
Por tanto, podemos escribir φE (x) como
½
sin (kx) x ∈ [0, a]
φE (x) = A ×
b exp (−γx) x ≥ a,

de manera que A es una constante de normalización.


Por continuidad de la función de onda en x = a:
¡ ¢ ¡ ¢
φE a− = φE a+ ⇒ sin (ka) = b exp (−γa)

y por continuidad de la derivada


¡ ¢ ¡ ¢
φ0E a− = φ0E a+ ⇒ k cos (ka) = −αb exp (−γa) .

Si ahora eliminamos b de estas dos ecuaciones, llegamos a

k cos (ka) = −γ sin (ka) ⇒ γ = −k cot (ka) .

Sustituyendo, las energías permitidas en el rango (0, V0 ) son solución de



√ √ 2mE
V0 − E = − E cot a
~
r r r
E E 2mV0 a2 E
1− = − cot .
V0 V0 ~2 V0
Introduciendo la constante adimensional
2mV0 a2
β=
~2
4.7 El oscilador armónico 251

Fig. 4.6. Resolución gráfica de la ecuación trascendente para las autoenergías de un


pozo semi-infinito (ejemplo 4.10).

y la variable ε = E/V0 , llegamos a


r
p 1−ε
cot βε = − ; ε ∈ (0, 1) .
ε

La situación es idéntica a la que vimos para las funciones


√ impares del pozo finito. Esta
ecuación trascendente solo tendrá solución si cot βε tiene un cero en el intervalo
(0, 1), ya que de lo contrario sus valores serían siempre positivos. Por tanto, la
condición para que existan estados ligados es
r
p π 2mV0 a2 π 2 π 2 ~2
β> =⇒ > =⇒ V 0 a > .
2 ~2 2 8m
p
b) Como la anchura del pozo es a = 25~2 / (mV0 ),

2mV0 a2 25~2
β= = 50 ,
~2 mV0
y la ecuación trascendente que tenemos que resolver es
√ √ √
1 − ε = − ε cot 50ε ; ε ∈ (0, 1) .
√ √ √
Representando gráficamente 1 − ε y − ε cot 50ε (véase la figura 4.6), vemos que
las soluciones son ε1 ' 0.15 y ε2 ' 0.58. Por tanto, en función de V0 las energías de
los estados ligados son
E1 = 0.15V0 ; E2 = 0.58V0

4.7 El oscilador armónico


• Consideremos una partícula de masa m sometida a la fuerza elástica
Fx (x) = −kx = −mω2 x,
252 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

donde k es la constante elástica y ω la frecuencia del oscilador. La energía potencial


correspondiente es
1 2 1
V (x) = kx = mω2 x2 ,
2 2
de modo que el operador hamiltoniano en la representación de posiciones es
2 2
H b 2 = − ~ ∂ + 1 mω2 x2 .
b = 1 Pbx2 + 1 mω2 X (4.55)
2m 2 2m ∂x2 2
De acuerdo con la forma del potencial, el espectro será completamente puntual y las
energías permitidas positivas. Además el potencial es simétrico, por lo que la función
de onda del estado fundamental φ0 es par y no tiene nodos, la función de onda del
primer estado excitado φ1 es impar y tiene un nodo (que, por simetría ha de estar
en el origen), la función de onda del segundo estado excitado φ2 es par y tiene dos
nodos, etc.
Usando la relación de incertidumbre podemos, de nuevo, hacer una estimación de
la energía del punto cero E0 . Este ejemplo nos servirá, pues, para ver cuál va a ser el
orden de magnitud de las energías propias del sistema.1 9
Ejemplo 4.11. A partir de la relación de incertidumbre, estimar una cota
inferior para la energía fundamental de un oscilador armónico de frecuen-
cia ω.
Solución:
Como hemos visto en un ejemplo anterior, si la partícula está sometida a un potencial
simétrico se cumple
rD E rD E
∆X b= Xb2 ; ∆Pb = Pbx2 ,

para cualquier estado estacionario ligado. De esta manera,


³ ´2 ³ ´2 D ED E
∆Pbx ∆X b ≥ ~/2 ⇒ ∆Pbx b = 2m K
∆X b b 2 ≥ ~2 /4.
X

Es decir,
D E 2
b ≥ ~ D 1 E.
K
8m Xb2

Por otro lado,


D E 1 D E
b + mω2 X
E0 = K b2
2
y de acuerdo con la desigualdad anterior
~2 1 1 D E
E0 ≥ b2 .
D E + mω2 X
8m Xb2 2

1 9 Sin embargo, que las energías vayan a ser del orden ~ω puede también obtenerse tras un

simple análisis dimensional del problema.


4.7 El oscilador armónico 253

La cota buscada se puede obtener entonces mediante el cálculo del mínimo valor que
puede tomar la función

~2 1 1
g (u) = + mω2 u ; u > 0.
8m u 2
Derivando,

~2 1 1 ~ 1
g 0 (u) = − + mω2 = 0 =⇒ u = =⇒ gmin = ~ω,
8m u2 2 2mω 2
y por tanto,
1
E0 ≥ ~ω.
2
De hecho, veremos que la desigualdad se satura y que la energía del punto cero es
~ω/2.

• Planteemos ahora la ecuación de autovalores para el oscilador


µ ¶
~2 ∂ 2 1 2 2
− + mω x − E n φn (x) = 0, (4.56)
2m ∂x2 2

con la condición

φn (x) → 0 si |x| → ∞,

que es necesaria para que el estado sea normalizable. Resulta conveniente definir una
posición adimensional
r
1 ~
u= x ; α=
α mω
(a esta cantidad α se le denomina longitud característica del oscilador ), de manera
que la ecuación de Schrödinger independiente del tiempo (4.56) es equivalente a
µ ¶
1 ∂2 1 2
− + u − ε n φn (u) = 0, (4.57)
2 ∂u2 2

siendo εn = En / (~ω).
La ecuación (4.57) es una ecuación diferencial conocida como ecuación de Hermite.
Su solución es acotada y tendente a cero cuando |u| → ∞ sólo si
1
εn = n + ; n = 0, 1, 2, ...
2
Esto es, las energías permitidas del oscilador son
µ ¶
1
En = n+ ~ω ; n = 0, 1, 2, ... (4.58)
2
254 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

Fig. 4.7. Primeras autoenergías y autofunciones de un oscilador armónico. Las


autofunciones están desplazadas verticalmente para facilitar su visión.

La función propia correspondiente a un valor permitido de En es la solución de la


ecuación (4.57) con εn = n + 12 :
µ ¶
∂2 2
− + u − 2n − 1 φn (u) = 0.
∂u2

Dicha solución es la n-ésima función de Hermite:

1 ¡ ¢
φn (u) = Hn (x) ≡ √ 1/2
exp −u2 /2 Hn (u),
(2n n! π)

siendo Hn (u) el n-ésimo polinomio de Hermite.2 0 Deshaciendo el cambio de variable


y teniendo en cuenta la condición de normalización, las funciones propias del oscilador
armónico son, entonces,

1 ¡ ¢ ³ ´
x2
φn (x) = √ Hn αx = n √1 1/2 exp − 2α 2 Hn ( αx ) (4.59)
α (2 n! πα)

Las funciones de onda de los primeros estados estacionarios están representadas en la


figura 4.7.
2 0 Véase en el libro de Spiegel, Liu y Abellanas citado en la bibliografía una brevísima

discusión de las soluciones de esta ecuación diferencial. (También hemos visto en la sección
2.6 que las funciones de Hermite constituten una base ortonormal de L2 (R)). Los primeros
polinomios de Hermite son
H0 (u) = 1
H1 (u) = 2u
H2 (u) = 4u2 − 2.
El resto pueden hallarse gracias a la relación de recurrencia
Hn+1 (u) = 2uHn (u) − 2nHn−1 (u) .
4.7 El oscilador armónico 255

Ejemplo 4.12. Un oscilador armónico de masa m se encuentra inicialmente


en un estado dado por la función de onda
1 1
Ψ(x, 0) = √ φ0 (x) + √ φ1 (x),
2 2
siendo φ0 (x) las función propia del estado fundamental y φ1 (x) la del primer
estado excitado del oscilador.
a) Calcule la función de ondas para cualquier instante de tiempo.
b) Obtenga, para cualquier instante de tiempo, el valor esperado de la
posición y del momento.
c) Si nos restringimos al instante inicial ¿Cuál es la probabilidad de en-
contrar el valor p en una medida del momento? ¿Cuál es el valor p más
probable?
Solución: √
a) Sabemos que φn (x) = α−1 Hn (x/α), donde Hn es la n-ésima función de Hermite
y α la longitud característica del oscilador. En concreto,

1 2 2u 2 √
H0 (u) = 1 /4 e−u /2 , H1 (u) = 1 /4 e−u /2 = 2uH0 (u) .
π π
Para un instante de tiempo cualquiera
µ ¶ µ ¶
1 E0 t 1 E1 t
Ψ(x, t) = √ φ0 (x) exp −i + √ φ1 (x) exp −i ,
2 ~ 2 ~
¡ ¢
con En = n + 12 ~ω. De esta forma,
³ µ ¶
1 −iωt/2
√ x −iωt ´ x2
Ψ(x, t) = p √ e 1+ 2 e exp − 2 .
2α π α 2α

b) El valor esperado de la posición para un instante t genérico es


D E Z +∞
b =
X x |Ψ (x, t)|2 dx
t −∞

y sustituyendo
D E Z ¯ ¯2 µ ¶
1 +∞
¯ √ x ¯ x2
b
X = √ x ¯1 + 2 e−iωt ¯ exp − 2 dx
t 2α π −∞ α α
Z +∞ ∙ 3 √ 2 ³ ´¸ µ ¶
1 2x x x2
= √ x+ 2 + 2 eiωt + e−iωt exp − 2 dx.
2α π −∞ α α α

Por paridad del integrando, sólo el tercer término del corchete contribuye. Intro-
duciendo cos (ωt):
D E r Z µ ¶
b 2 cos (ωt) +∞ 2 x2
X = x exp − dx
t π α2 −∞ α2
r Z +∞ r
2 2 ¡ 2¢ α cos (ωt) ~
= α cos (ωt) u exp −u du = √ = cos (ωt) .
π −∞ 2 2mω
256 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

El valor esperado del momento lo podemos obtener a partir del teorema de Ehrenfest:
D E r
b ∂ D bE ~mω
Px = m X =− sin (ωt) .
t ∂t t 2
c) A partir de
³ µ ¶
1 √ x´ x2
Ψ(x, 0) = p √ 1+ 2 exp − 2 ,
2α π α 2α

la función de ondas en la representación de momentos es


Z +∞ ³ √ x ´ −x2 /(2α2 ) −ipx/~
e (p, 0) = √ 1
Ψ p
1
√ 1+ 2 e e dx.
2π~ −∞ 2α π α

Haciendo los cambios de variable u = x/α y q = pα/~, nos queda


r Z +∞ ³
1 α √ ´ 2
e (p, 0) ≡ χ
Ψ e (q) = 1 + 2u e−u /2 e−iqu du.
2π 3/4 ~ −∞

Ya que exp (−iqu) = cos (qu) + i sin (qu), y teniendo en cuenta la paridad del inte-
grando, obtenemos
r Z +∞
1 a 2
e (q) =
χ 3/4
e−u /2 cos (qu) du
π ~ 0
r Z +∞
i 2a 2
+ 3/4 ue−u /2 sin (qu) du.
π ~ 0

Las dos integrales son


Z +∞
r
−u2 /2 π −q2 /2
e cos (qu) du = e
0 2
Z +∞ Z +∞ r
2 /2 d 2 π −q2 /2
ue−u sin (qu) du = − e−u /2 cos (qu) du = qe ,
0 dq 0 2

por lo que
r
1 α ³ √ ´ 2
e (q) =
χ 1 + i 2q e−q /2
π1/4 2~

y así
1 α ¡ ¢ 2
χ (q)|2 = √
|e 1 + 2q 2 e−q .
π 2~

Deshaciendo los cambios de variable, la distribución de probabilidad asociada a una


medida del momento es
¯ ¯2 µ ¶ µ ¶
¯e ¯ α α2 p2 α2 p2
¯Ψ (p, 0)¯ = √ 1+2 2 exp − 2 .
2~ π ~ ~
4.7 El oscilador armónico 257

Esta distribución alcanza su máximo valor (medida más probable) en aquellos valores
pmax que anulen su primera derivada. Realizando los cálculos
1 ~
pmax = ± √ .

Nótese que |Ψe (p, 0) |2 es par. Así hPbx it=0 = 0, en completo acuerdo con lo obtenido
en el apartado anterior.

4.7.1 Método de operadores


• Hay una forma mucho más elegante de obtener el espectro de energías y las
autofunciones del oscilador armónico y que vamos a explicar a continuación en detalle.
Este método, además de ser bastante útil al abordar problemas específicos, tiene un
interés añadido porque se usa de manera rutinaria en aplicaciones más avanzadas de
la Mecánica Cuántica.
a† , y “aniquilación” (o “destrucción”), b
Definamos los operadores “creación”, b a,
como

Ãr r !
1 mω b 1 b
b
a ≡ √ X +i Px (4.60)
2 ~ mω~
Ãr r !
1 mω b 1 b
a†
b ≡ √ X −i Px . (4.61)
2 ~ mω~

Estos operadores lineales no son autoadjuntos, pero son adjuntos uno de otro.
Nótese que

r r
b= ~ ¡ † ¢
b mω~ ¡ † ¢
X b
a +b
a ; Px = i b
a −b
a , (4.62)
2mω 2

a†
por lo que podemos escribir el hamiltoniano (4.55) en términos de los operadores b
yba:
³ ´
b = ~ω b
H a† b
a+ba† .
ab
2
Ahora bien, a partir de las reglas de conmutación canónicas, es sencillo probar que
h i
b a† = b
a, b a† − b
ab a† b
a=1 (4.63)

y entonces
µ ¶
b = ~ω b 1
H a† b
a+ . (4.64)
2
258 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

Si ahora evaluamos los conmutadores [H,b b b b


a† ] y [H, a], usando las dos igualdades
anteriores, llegamos a:
h i
bω , b
H a† = ~ωb a†

h i
bω , b
H a = −~ωb
a.

Estas relaciones son importantes, puesto que implican que si φn es función propia del
hamiltoniano H b con energía En , entonces b
aφn es función propia de H b con valor
propio En − ~ω y b a† φn es función propia de H b con valor propio En + ~ω. En
efecto, haciendo actuar el hamiltoniano sobre b aφn , tenemos que
h i
Hb (b
aφn ) = Hb b aφn = H, b ba φn + b b n
aHφ
= aφn + b
−~ωb aEn φn = (En − ~ω) (b
aφn ) .

De similar manera,
³ ´ h i
Hb b a† φn = bb
H b b
a† φn = H, a† φn + b b n
a† Hφ
³ ´
= a† φn + b
~ωb a† En φn = (En + ~ω) ba† φn .

De este modo, si somos capaces de hallar el estado fundamental φ0 y su energía E0 , por


aplicación del resultado anterior podemos obtener todo el espectro y las autofunciones
correspondientes.
Para hallar φ0 basta tener en cuenta que no hay ningún estado estacionario con
energía menor que E0 . Entonces, no queda más remedio que

b
aφ0 = 0 .

Esta ecuación se puede escribir en la representación de posiciones como


Ãr r !
1 mω ~ d
√ x+ φ0 (x) = 0 ,
2 2~ 2mω dx

que es una ecuación diferencial de primer orden integrable directamente. La solución


es
³ mω ´1/4 ³ mω ´
φ0 (x) = exp − x2 ,
π~ 2~
donde hemos ya incluido una constante de normalización que garantiza que kφ0 k = 1.
Nótese que esta función de onda es, naturalmente, la que se tiene de la igualdad (4.59)
con n = 0, sólo que la hemos obtenido mediante un método mucho menos complicado.
Sólo nos falta ahora calcular la autoenergía, lo que es inmediato sin más que aplicar
Hb a φ0 y recordar que baφ0 = 0:
µ ¶
b 0 = ~ω b 1 1 1
Hφ a† b
a+ a† (b
φ0 = ~ωb aφ0 ) + ~ωφ0 = 0 + ~ωφ0 .
2 2 2
4.7 El oscilador armónico 259

Deducimos así que E0 = ~ω/2 es la energía del estado fundamental del oscilador.
Como hemos anticipado, aplicaciones sucesivas del operador creación nos van a ir
dando los distintos autoestados, cada uno con una energía mayor en ~ω respecto del
anterior. Es decir
µ ¶
1
En = n + ~ω ; φn+1 = An+1 b a† φn ,
2
donde An+1 es una constante que garantiza que φn esté normalizado.
Además, puesto que ya conocemos En podemos hallar la actuación explícita de
los operadores b
ayba† sobre los estados propios normalizados evaluando esa constante
de normalización An+1 . Como
µ ¶ µ ¶
b † 1 1
H φn = ~ω b a ba+ φn = n + ~ω φn
2 2
tenemos que
³ ´
ba† b
a φn = n φn ,
¡ † ¢
a es diagonal en la base de autoestados del oscilador.2 1 Por otro lado,
a b
es decir, b
³ ´ ³ ´
b
aba† φn = b a† − b
ab a† b a† b
a+b a φn = (1 + n) φn ,

donde hemos usado la regla de conmutación (4.63). Usando esta última relación y
a† φn como φn están, por hipótesis, normalizados:
que tanto φn+1 = An+1 b
° °2 ¡ ¢ ³ ´
1 = °φn+1 ° = φn+1 , φn+1 = |An+1 |2 b a† φn , b
a† φn
³ ´
= |An+1 |2 φn , b a† φn = |An+1 |2 (n + 1) kφn k2 = |An+1 |2 (n + 1)
ab

de modo que An+1 = (n + 1)−1/2 . En consecuencia,



φn+1 = (n + 1)−1/2 b
a† φn ⇒ b
a† φn = n + 1φn+1 (4.65)

y de manera similar se demuestra que



b
aφn = nφn−1 . (4.66)

Una vez que conocemos la relación entre los autoestados normalizados φn medi-
ante los operadores b a† , partiendo del estado fundamental φ0 , obtenemos
ayb
φ1 = a† φ0
b
1 † 1 ³ † ´2
φ2 = √ b a φ1 = √ b a φ0
2 2
1 † 1 ³ ´3
φ3 = √ b a φ2 = √ ba† φ0
3 2×3
1 † 1 ³ ´4
φ4 = √ b a φ3 = √ a† φ0
b
4 2×3×4
etc
21 A este operador, por motivos evidentes, se le denomina operador número.
260 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

y, en resumen,

¡ † ¢n ¡ ¢
φn = (n!)−1/2 b
a φ0 ; En = n + 12 ~ω. (4.67)

Las ventajas del formalismo basado en los operadores b a† y b


a son evidentes, puesto
que podemos calcular los elementos de matriz de todos los observables mecánicos en la
base de autoestados {φn }∞
n=0 simplemente a partir de las expresiones (4.65) y (4.66).
Veamos un ejemplo de cómo hacerlo:

Ejemplo 4.13. Sea {φn }∞ n=0 la base ortonormal constituida por los vectores
propios del hamiltoniano de un oscilador armónico de frecuencia ω.
a) Obtener la representación matricial de b a† , b b y Pbx en dicha base.
a, X
b) Obtener la representación matricial de X b 2 y Pbx2 .
b hPbx i, ∆X
c) Calcular hXi, b y ∆Pbx para el n -ésimo estado estacionario de un
oscilador armónico y verificar que se satisface el principio de incertidum-
bre.
Solución:
a) Aplicando (4.65), (4.66) y la ortogonalidad de los vectores de la base

³ ´ ³ ´ √ ¡ ¢ √
a†
b a† φs = s + 1 φr , φs+1 = s + 1 δ r,s+1
≡ φr , b
r,s

√ ¡ ¢ √
a)r,s ≡ (φr , b
(b aφs ) = s φr , φs−1 = s δ r,s−1

De este modo, los elementos de matriz de la posición y el momento son

³ ´ r r
b ~ ³ † ´ ~ ¡√ √ ¢
X = b
a +b
a = s + 1 δ r,s+1 + s δ r,s−1
r,s 2mω r,s 2mω

³ ´ r r
mω~ ³ † ´ mω~ ¡√ √ ¢
Pbx =i b
a −b
a =i s + 1 δ r,s+1 − s δr,s−1 .
r,s 2 rs 2

Podemos escribir los resultados anteriores en forma matricial:

⎛ ⎞ ⎛ √ ⎞
√0 0 0 0 ··· 0 1 √0 0 ···
⎜ 1 ⎟ ⎜ ⎟
³ ´ ⎜ √0 0 0 ···
⎟ ⎜ 0 0 2 √0 ··· ⎟
⎜ 0 2 ⎟ ⎜ ⎟
√0 0 ··· 0 0 0 3 ···

b
a =⎜ ⎟ a) = ⎜
(b ⎟
⎜ 0 0 3 0 ··· ⎟ ⎜ 0 0 0 0 ··· ⎟
⎝ ⎠ ⎝ ⎠
.. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
. . . . . . . . . .
4.7 El oscilador armónico 261

⎛ √ ⎞
√0 1 √0 0 ···
r ⎜ 1 ··· ⎟
³ ´ ⎜ √0 2 √0 ⎟
b ~ ⎜ 0 2 √0 3 ··· ⎟
X = ⎜ ⎟
2mω ⎜ 0 0 3 0 ··· ⎟
⎝ ⎠
.. .. .. .. ..
. . . . .
⎛ √ ⎞
√0 − 1 0
√ 0 ···
r ⎜ 1 √0 − 2 0 · ·· ⎟
³ ´ mω~ ⎜ √ ⎟
⎜ 0 2 ⎟
Pbx = i ⎜ √0 − 3 ··· ⎟.
2 ⎜ 0 0 3 0 ··· ⎟
⎝ ⎠
.. .. .. .. ..
. . . . .
b) Por la regla de multiplicación de matrices
³ ´ X³ ´ ³ ´
Xb2 = b
X b
X
r,s r,l l,s
l
X ~ ³√ √ ´ ¡√ √ ¢
= l + 1 δ r,l+1 + l δ r,l−1 s + 1 δ l,s+1 + s δ l,s−1
l
2mω
³ ´ ~ ³p p ´
b2
X = s (s − 1) δ r,s−2 + (2s + 1) δ r,s + (s + 1) (s + 2) δ r,s+2 .
r,s 2mω
³ ´ X³ ´ ³ ´
Pbx2 = Pbx Pbx
r,s r,l l,s
l
X mω~ ³√ √ ´ ¡√ √ ¢
=− l + 1 δ r,l+1 − l δ r,l−1 s + 1 δ l,s+1 − s δ l,s−1
l
2
³ ´ mω~ ³p p ´
b
Px2
=− s (s − 1) δ r,s−2 − (2s + 1) δ r,s + (s + 1) (s + 2) δr,s+2 .
r,s 2
Nota: estos elementos de matriz se pueden hallar también como sigue.
Si calculamos los elementos de matriz de (ba† )2 y ba2 :
³ ´2 ³ ´ √ ³ ´
a†
b = a† b
φr , b a† φs = s + 1 φr , b
a† φs+1
r,s
√ √ ¡ ¢ p
= s + 1 s + 2 φr , φs+2 = (s + 1) (s + 2)δ r,s+2
√ ¡ ¢
a)2r,s
(b = (φr , b
ab
aφs ) = s φr , b
aφs−1
√ √ ¡ ¢ p
= s s − 1 φr , φs−2 = s (s − 1)δ r,s−2
tendremos que:
³ ´ ~ ³³ † ´³ ´´
Xb2 = b
a +b a b a† + b
a
r,s 2mω rs
µ³ ´ ¶
~ †
2
† †
= b
a +ba ba+b ab
a + (b a)2
2mω rs
~ ³p
= s (s − 1)δ r,s−2 + (2s + 1) δ r,s
2mω ´
p
+ (s + 1) (s + 2)δr,s+2 ,
262 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

De modo análogo se obtendría (Pbx2 )r,s .

A partir de estos resultados observamos que


³ ´
φr , Xb φs 6= 0 sólo si |r − s| = 1
³ ´
φr , Pbx φs 6= 0 sólo si |r − s| = 1
³ ´
φr , Xb 2φ 6= 0 sólo si |r − s| = 2 o r = s
s
³ ´
φr , Pbx2 φs 6= 0 sólo si |r − s| = 2 o r = s.

b Pbx , X
Los valores medios de X, b 2 y Pbx2 en el n-ésimo estado estacionario son, tomando
r = s = n en los elementos de matriz que hemos calculado,
D E ³ ´
Xb = b n =0
φn , Xφ
φ
D E n ³ ´
Pbx = φn , Pbx φn = 0
φn
D E ³ ´ ~ ~
b2
X = b 2 φn =
φn , X (2n + 1) = En
φn 2mω mω2
D E ³ ´ mω~
Pbx2 = φn , Pbx2 φn = (2n + 1) = mEn .
φn 2
De este modo, los valores esperados de las energías cinética y potencial para un
autoestado de energía En cumplen
D E D E 1
b
K = Vb = En , (4.68)
φn φn 2

igualdad conocida como teorema del virial para el oscilador armónico (que es un caso
particular del teorema del virial cuántico; véase Problema 3.8)
c) Inmediatamente, a partir de los últimos resultados
rD E s µ ¶
³ ´ D E2 ~ 1
∆Xb = b
X 2 − X b = n+ ,
φn φn φn mω 2
rD E s µ ¶
³ ´ D E2 1
b
∆Px = b
Px2 − Pxb = mω~ n + .
φn φn φn 2

Por tanto,
³ ´ ³ ´ µ ¶
b 1 1
∆X · ∆Pbx = n+ ~ ≥ ~.
φn φn 2 2

Ejercicio 4.8. Consideremos un oscilador armónico en su estado fundamental.


Obtener la probabilidad de que al medir la posición de la partícula encontremos
a ésta en la región clásicamente prohibida, V (x ) > E 0 .
4.8 Reflexión y transmisión por un escalón 263

Ejercicio 4.9. Sabemos que si midiésemos la energía de un oscilador armónico de


frecuencia ω encontraríamos el 25% de las veces el valor ~ω/2, y el 75% restante el
valor 5~ω/2.
a) Escribir la función de ondas más general compatible con estos datos.
b) Calcular, para cualquier instante de tiempo, la incertidumbre de la posición de la
partícula
Sugerencia: use los operadores de creación y destrucción para calcular los diferentes
elementos de matriz.

4.8 Reflexión y transmisión por un escalón


• Hasta ahora sólo hemos estudiado los autoestados ligados de la energía en sistemas
unidimensionales. Dediquemos esta sección y la siguiente a un breve análisis de
autoestados de colisión en potenciales sencillos y a su interpretación física.
Empecemos considerando una partícula de masa m sometida al potencial escalón
de altura V0
½
0 si x < 0
V (x) = = V0 Θ (x) , (4.69)
V0 si x > 0

siendo Θ (x) la función escalón de Heaviside (es decir, Θ(x) = 0 si x < 0; Θ(x) = 1
si x > 0), el cual está representado en la figura 4.8. La ecuación de Schrödinger
independiente del tiempo puede escribirse como

d2 ψ(x) 2m
= 2 [V0 θ(x) − E] ψE (x). (4.70)
dx2 ~
De acuerdo con las conclusiones de la sección 4.4, las energías permitidas van a ser to-
dos los valores positivos. El espectro será no degenerado si 0 < E < V0 y degenerado,
con multiplicidad dos, si E > V0 .

• Calculemos primero los autoestados con energías en el rango E ∈ (0, V0 ) . La


solución general de (4.70) es
½
A exp (ikx) + B exp (−ikx) si x ≤ 0
ψ E (x) =
C exp (−qx) + D exp (qx) si x ≥ 0,
p p
con k = 2mE/~2 y q = 2m(V0 − E)/~2 . Sin embargo, es evidente que D debe ser
nula pues de lo contrario la función tomaría un valor infinito para x → ∞. Por otra
parte, puesto que no hay discontinuidades infinitas de potencial, la función ψE (x)
y su derivada primera deben ser continuas en toda la recta real, y en particular en
x = 0. Imponiendo estas condiciones de “empalme”, obtenemos
¡ ¢
ψE 0− = ψE (0+ ) ⇒ A + B = C
0 ¡ −¢
ψE 0 = ψ0E (0+ ) ⇒ ik (A − B) = −qC.

Tenemos así dos ecuaciones para calcular las tres constantes A, B y C. Puesto que
las funciones no son normalizables, una de estas constantes (por ejemplo, la A) es
arbitraria, y lo realmente importantes son los dos cocientes B/A, C/A. En definitiva,
264 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

Fig. 4.8. Potencial escalón de altura V0 .

tenemos dos ecuaciones para determinar estos dos cocientes, y esto da una solución
única para cada valor de la energía E: como habíamos anticipado el espectro es no
degenerado. La solución del sistema es
√ √
B 1 − iq/k E − i V0 − E
= = √ √
A 1 + iq/k E + i V0 − E
C 2 2
= = √ √ .
A 1 + iq/k E + i V0 − E
En resumen, la función de onda en la región x < 0 consta de dos componentes super-
puestas: una onda plana incidente A exp (ikx) y una onda plana reflejada B exp (−ikx).
Ambas tienen la misma intensidad puesto que es inmediato ver que |B/A| = 1. En la
región x > 0 la función de onda es una onda penetrante cuya amplitud se amortigua
a medida que x aumenta.
Analicemos esta función de onda usando los argumentos anticipados en la sección
4.4. Si desde √ la izquierda llega un haz poco intenso de partículas de masa m con
momento p = 2mE, E < V0 , bastante bien definido, una vez que el haz es reflejado
por el escalón y se alcanza el régimen estacionario, el estado cuántico de cada partícula
del haz es muy aproximadamente el dado por ψ E (x). Entonces |ψE (x)|2 dx será
proporcional a la densidad (número de partículas por unidad de longitud) del haz en
el intervalo [x, x + dx] .
Nótese que la función de onda para x < 0 puede escribirse alternativamente en la
forma

ψE (x < 0) ∝ cos(kx) − (q/k) sin(kx) = F cos(kx + δ),

con δ = arctan (q/k), que es una onda estacionaria cuyo valor varía periódicamente en
el espacio. Por consiguiente, la densidad del haz también varía con periodo espacial
l = 2π/k. Éste es un fenómeno de interferencia cuántica entre la componente incidente
ψinc (x) = A exp (ikx), que de acuerdo con el párrafo anterior puede interpretarse como
4.8 Reflexión y transmisión por un escalón 265

la función de onda de un haz incidente monoenergético, y la componente reflejada


ψref (x) = B exp (−ikx), que correspondería a un haz reflejado. Puesto que ambos
haces tienen la misma amplitud (en módulo), su interferencia da lugar a la onda
estacionaria F cos(kx + δ), que es esencialmente real (como ya sabemos, siempre
podemos multiplicar la función de ondas por una constante de módulo unidad de tal
manera que la constante F sea real).
La corriente de probabilidad del haz incidente es
µ ¶
i~ dψ∗ (x) dψ (x) ~k
Jinc = ψ inc (x) inc − ψ∗inc (x) inc = |A|2
2m dx dx m

y, análogamente, la correspondiente al haz reflejado es


~k
Jref = − |B|2 .
m
Puesto que hemos visto que |B| = |A|, la corriente de probabilidad neta a la izquierda
del escalón es Jinc + Jref = 0, como corresponde a una función de onda total esencial-
mente real. La función de onda a la derecha del escalón (es decir, para x > 0) también
es esencialmente real y la corriente de probabilidad es también nula. Esto es obligado,
pues, como ya hemos visto en la sección 4.4, en un problema estacionario J no puede
depender de x. Por otra parte, existe una cierta probabilidad de encontrar partículas
dentro del escalón; es decir, un detector situado en un punto x > 0 podría detectar
ocasionalmente alguna partícula. No obstante, en el momento que la detectásemos,
la función de onda colapsaría y desaparecería la interferencia entre el haz incidente y
el reflejado.

• Veamos ahora cómo son los estados estacionarios para E > V0 .


La solución general de la ecuación de Schrödinger es
½
A exp (ikx) + B exp (−ikx) si x ≤ 0
ψ E (x) =
C exp (iqx) + D exp (−iqx) si x ≥ 0,
p p
siendo en este caso k = 2mE/~2 y q = 2m(E − V0 )/~2 . Matemáticamente no
hay ahora ninguna razón para eliminar a priori cualquiera de las constantes que aquí
aparecen, puesto que la función se mantiene siempre finita. No obstante, al imponer
ahora las condiciones de empalme obtendríamos un sistema de dos ecuaciones para
calcular tres cocientes B/A, C/A y D/A. Existe así una indeterminación y la solución
no es única para cada E. Esto corresponde al hecho de que el autovalor E es doble-
mente degenerado. Así, de entre todas las soluciones del sistema podremos escoger
dos linealmente independientes, y todas las demás serán combinaciones lineales de
ellas.
Estas dos funciones independientes pueden escogerse imponiendo ciertas condi-
ciones asintóticas que tendrán su reflejo en la interpretación física. Si, como antes,
interpretamos las ondas planas exp (ikx) y exp (−ikx) como ondas que viajan hacia
la derecha y hacia la izquierda, respectivamente, parece que para x > 0 no debería
haber ninguna onda viajando hacia la izquierda, pues no hay nada en el infinito que
refleje las partículas.
266 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

Por consiguiente, suponemos que si las partículas inciden sobre el escalón desde la
izquierda, tendremos ondas que viajan hacia la derecha (incidente) y hacia la izquierda
(reflejada) para x < 0, pero sólo tendremos una onda que viaja hacia la derecha
(transmitida) para x > 0. Llamaremos ψ E→ a la función de onda correspondiente,
en la que D = 0 y A, B y C son distintas de cero.
Análogamente, ψE← será la función de onda correspondiente a un haz incidente desde
la derecha, y entonces tendríamos onda incidente y reflejada para x > 0 (la discon-
tinuidad del escalón refleja parte de la onda a pesar de que E > V0 ) y sólo una onda
transmitida hacia la izquierda para x < 0. Esto supone que A = 0 y B, C y D son
distintas de cero.
Limitémosnos a calcular ψE→ (x) (la función ψE← se obtiene de idéntica manera).
Haciendo D = 0, las condiciones de empalme en x = 0 son
¡ ¢ ¡ ¢
ψ E→ x = 0− = ψE→ x = 0+ =⇒ A + B = C
0 ¡ −¢ 0 ¡ +¢
ψ E→ x = 0 = ψE→ x = 0 =⇒ ik (A − B) = iqC,

y así
√ √ √
B k−q E − E − V0 C 2k 2 E
= = √ √ , = = √ √ .
A k+q E + E − V0 A k+q E + E − V0
Nótese que ahora |B/A| < 1 y la intensidad del haz reflejado es menor que la
del haz incidente. Por lo tanto, su interferencia no puede dar lugar a una onda
puramente estacionaria y real. Así pues, habrá una corriente neta de probabilidad.
Como ya vimos en la sección 4.4, el cociente entre las corrientes de probabilidad
reflejada e incidente es el coeficiente de reflexión R,
¯ ¯ ¯√ √ ¯
¯ Jref ¯ (~k/m) |B|2 ¯ E − E − V0 ¯2
R = ¯¯ ¯= = ¯√
¯ E+ E−V ¯ .
√ ¯ (4.71)
Jinc ¯ (~k/m) |A|2 0

Análogamente, el cociente entre la corriente de probabilidad transmitida


e incidente es el coeficiente de transmisión T

¯ ¯ √ ¯ √ ¯2
¯ Jtr ¯ (~q/m) |C|2 E − V0 ¯ ¯
¯
T =¯ ¯ = = √ ¯ √ 2 √E ¯
Jinc ¯ (~k/m) |A|2 E ¯ E+ E−V ¯ . (4.72)
0

Nótese que
¯ ¯2 ¯ ¯2
¯B¯ q ¯C ¯
R + T = ¯¯ ¯¯ + ¯¯ ¯¯ = 1,
A k A
que se puede interpretar como sigue: si una partícula incide desde la izquierda con
energía E > V0 , hay una probabilidad no nula R de que la partícula se refleje en
x = 0 (o, equivalentemente, hay una probabilidad T = 1 − R de que la partícula se
transmita). Esto contrasta claramente con el caso clásico en el que, evidentemente
R = 0.

Ejercicio 4.10. Obtenga el estado ψ E← y los coeficientes de reflexión y transmisión


correspondientes.
4.9 Reflexión y transmisión por una barrera 267

Fig. 4.9. Potencial de barrera de altura V 0 y anchura a.

Ejercicio 4.11. Un haz de partículas de energía E incide desde la izquierda contra


un potencial de escalón de altura V 0 . Obtenga la energía que ha de tener el haz para
que el 75% de las partículas se reflejen.

4.9 Reflexión y transmisión por una barrera


• Consideremos ahora el potencial de barrera para una partícula de masa m

½
V0 si x ∈ [−a/2, a/2]
V (x) = (4.73)
0 si x∈/ [−a/2, a/2] ,

representado en la figura 4.9. Veamos cómo son las autofunciones con energía E < V0 .2 2
Para ello, tengamos en cuenta que la solución general de la ecuación de Schrödinger
es

⎨ A exp (ikx) + B exp (−ikx) si x ≤ −a/2
ψ E (x) = C exp (qx) + D exp (−qx) si x ∈ [−a/2, a/2]

F exp (ikx) + G exp (−ikx) si x ≥ a/2,
p p
con k = 2mE/~2 y q = 2m(V0 − E)/~2 . La exponencial real creciente sólo existe
en una región acotada, por lo que la función es siempre finita. Las condiciones de em-
palme (continuidad de la función y de la derivada primera) en x = −a/2 y x = a/2
proporcionan cuatro ecuaciones para calcular los cinco cocientes B/A, C/A, D/A,
F/A y G/A. De nuevo, el sistema está indeterminado y tiene infinitas soluciones
para cada valor E de la energía, que es doblemente degenerado. De estas soluciones,
podemos elegir dos linealmente independientes imponiendo distintas condiciones as-
intóticas. Supongamos ahora que el problema corresponde a un haz de partículas
2 2 El caso E > V0 está resuelto en detalle en uno de los problemas al final del capítulo.
268 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

que inciden desde la izquierda, A exp (ikx). Podemos admitir que a la derecha de la
barrera sólo hay un haz transmitido, F exp (ikx), de partículas que viajan hacia la
derecha y no hay ninguna partícula que viaje hacia la izquierda, es decir, G = 0. De
este modo tenemos la autofunción de onda

⎨ ψ inc (x) + ψref (x) si x ≤ −a/2
ψ E→ (x) = C exp (qx) + D exp (−qx) si x ∈ [−a/2, a/2]

ψ tran (x) si x ≥ a/2

⎨ A exp (ikx) + B exp (−ikx) si x ≤ −a/2
= C exp (qx) + D exp (−qx) si x ∈ [−a/2, a/2] ,

F exp (ikx) si x ≥ a/2.

Las condiciones de continuidad de la función y su derivada en x = −a/2 y x = −a/2


dan lugar al sistema de ecuaciones:
µ ¶ µ ¶ ³ qa ´ D ³ qa ´
ika B ika C
exp − + exp = exp − + exp
2 A 2 A 2 A 2
∙ µ ¶ µ ¶¸ ∙ ³ qa ´ D ³ qa ´¸
ika B ika C
ik exp − − exp = q exp − − exp
2 A 2 A 2 A 2
³ qa ´ D ³ qa ´ µ ¶
C F ika
exp + exp − = exp
A 2 A 2 A 2
∙ ³ qa ´ D ³ qa ´ ¸ µ ¶
C F ika
q exp − exp − = ik exp ,
A 2 A 2 A 2

Su solución puede, por ejemplo, obtenerse mediante el método de Cramer, siendo


ésta:
¡ ¢
B e−ika k2 + q 2 sinh qa C ik (q + ik) e−(q+ik)a/2
= ; =
A 2iqk cosh qa + (k2 − q 2 ) sinh qa A 2iqk cosh qa + (k2 − q 2 ) sinh qa

D ik (q − ik) e(q+ik)a/2 F 2iqke−ika


= ; = .
A 2iqk cosh qa + (k2 − q 2 ) sinh qa A 2iqk cosh qa + (k2 − q 2 ) sinh qa

El coeficiente de transmisión es, entonces,


¯ ¯2
Jtr (~k/m) ¯¯ F ¯¯ 4q 2 k2
T = = =
Jinc (~k/m) ¯ A ¯ 4q 2 k2 cosh2 qa + (k2 − q 2 )2 sinh2 qa
4q 2 k2 1
= = q ,
4q 2 k2 + (k2 + q 2 )2 sinh2 qa 1+
V02
sinh2 2m(V0 −E)
a
4(V0 −E)E ~2

que satisface 0 < T < 1. El coeficiente de reflexión será


¯ ¯2 ¡ 2 ¢2
−Jref − (~k/m) ¯¯ B ¯¯ k + q 2 sinh2 qa
R = = =
Jinc (~k/m) ¯ A ¯ 4q 2 k2 cosh2 qa + (k2 − q 2 )2 sinh2 qa
¡ 2 ¢ 2
k + q 2 sinh2 qa
= =1−T,
4q 2 k2 + (k2 + q 2 )2 sinh2 qa
4.9 Reflexión y transmisión por una barrera 269

Fig. 4.10. Coeficientes de transmisión para un haz de energía E que incide contra
una barrera de potencial de anchura a y altura V 0 , en función de los valores del
parámetro adimensional β (véase el texto).

donde hemos usado la relación cosh2 u − sinh2 u = 1. Por simetría, los coeficientes de
reflexión y transmisión son los mismos para la función de onda ψE← (x).

• Este resultado ilustra el llamado efecto túnel: existe una posiblidad no nula
de que la partícula atraviese una barrera de potencial cuya energía es mayor que la
energía cinética de la partícula incidente. Veamos con más detalle el resultado para
el coeficiente de transmisión, el cual puede escribirse como
µ p ¶−1
1
T = 1+ sinh2 β (1 − ε) , (4.74)
4 (1 − ε) ε

siendo ε = E/V0 y β = 2ma2 V0 /~2 . Como puede observarse en la figura 4.10, para
un valor dado de V0 , a medida que disminuye el valor de β (esto es, a medida que
disminuye la anchura de la barrera a), el coeficiente de transmisión es cada vez mayor.
Por otra parte, cuando la energía de la partícula es prácticamente igual a la altura
de la barrera, E ' V0 , tenemos que
µ ¶−1
β 4
T = 1+ = ,
4 β+4

que es el máximo valor que puede tomar T en este caso.

Cuando β sea muy pequeño (barrera muy poco ancha), la expresión (4.74) puede
simplificarse usando el hecho de que sinh2 u ' u2 para valores pequeños del argumen-
to, resultando en
µ ¶−1
β 4ε
T ≈ 1+ = si β ' 0 .
4ε β + 4ε
270 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

En el caso contrario de una barrera de gran anchura (o, equivalentemente, con


una energía cinética del haz incidente pequeña en comparación con el potencial de la
barrera)
p
β À 0 ⇔ a À ~2 /2m (V0 − E),

el coeficiente de transmisión se puede aproximar por


1
T ≈ h p i,
1
1+ 16(1−ε)ε
exp 2 β (1 − ε)

donde hemos hecho uso de que sinh2 x ≈ e2x /4 si x À 1. Como en el denominador


la unidad es despreciable frente al término con la exponencial, obtenemos con buena
aproximada
h p i
T ≈ 16 (1 − ε) ε exp −2 β (1 − ε) si β À 0 .

El factor preexponencial es máximo para ε = 1/2 (esto es, E = V0 /2), con valor 4. Es
decir, el factor preexponencial es del orden de la unidad, siempre que la energía E no
esté muy próxima a 0 o a V0 . En definitiva, podemos escribir la fórmula aproximada
à r !
√ 8ma2 (V0 − E)
− 4β(1−ε) si β À 0
T ≈e = exp − (4.75)
~2 si E ' V0 /2.

La expresión (4.75) es un caso particular de la llamada fórmula de Gamow. En


general, para una barrera de potencial arbitraria V (x), la fórmula de Gamow indica
que el coeficiente de transmisión de una partícula con energía E que incide contra la
barrera es
µ Z ¶ p
2 x1
T ≈ exp − p(x)dx con p(x) = 2m (V (x) − E), (4.76)
~ x0

siendo x0 y x1 las raíces de la ecuación V (x) = E (esto es, los puntos de retroceso
clásicos).
Ejemplo 4.14. Un haz de partículas con energía cinética E incide contra
una barrera de potencial cuadrada de altura V0 > E. ¿Cuál debe ser la
anchura a de la barrera para que la mitad de las partículas la atraviesen?
Solución:
Ya hemos visto que el coeficiente de transmisión T es, en este caso
1
T = µq ¶.
V02 2 2m(V0 −E)a2
1+ 4(V0 −E)E sinh ~2

Para que sólo la mitad de las partículas atraviesen la barrera debe cumplirse que
T = 1/2. Es decir
Ãr !
V02 2 2m (V0 − E) a2
sinh = 1,
4 (V0 − E) E ~2
4.10 Sistemas separables 271

de donde obtenemos
p
~ 2 E (V0 − E)
a= p arg sinh ,
2m (V0 − E) V0
expresión que tiene una fuerte dependencia en E a través del primer factor y una
dependencia menor en el segundo.

Ejercicio 4.12. Resuelva el ejemplo anterior usando la fórmula de Gamow. Compare


los resultados obtenidos.

4.10 Sistemas separables


• Hasta ahora nos hemos limitado a estudiar sistemas de una partícula que se
mueve en una dimensión espacial. Para el caso general de una partícula sometida a un
potencial V (r) = V (x, y, z), la resolución de la ecuación de Schrödinger independiente
del tiempo requiere la aplicación de técnicas que van más allá del nivel que queremos
mantener en este libro. Sin embargo, hay un caso específico que sí puede resolverse
usando exclusivamente lo que hemos aprendido hasta el momento.

• Consideremos que el potencial al que está sometido la partícula es separable,


esto es, se puede escribir como
V (x, y, z) = V1 (x) + V2 (y) + V3 (z) . (4.77)
En este caso, como la energía cinética de la partícula es, en la representación de
posiciones,
2 2 2 2 2 2
b =−~ ∂ − ~ ∂ − ~ ∂
K
2m ∂x2 2m ∂y 2 2m ∂z 2
y el operador hamiltoniano puede expresarse como suma de tres hamiltonianos uni-
dimensionales, uno por cada una de las direcciones del espacio:
∙ 2 2 ¸ ∙ 2 2 ¸
b = − ~ ∂ + V1 (x) + − ~ ∂ + V2 (y)
H
2m ∂x2 2m ∂y 2
∙ 2 2
¸
~ ∂ b1 + Hb2 + Hb3.
+ − + V3 (z) ≡ H (4.78)
2m ∂z 2
De esta manera, las autofunciones de la energía ΨE (r) pueden escribirse como
un producto de tres funciones, cada una de ellas dependientes únicamente de una
variable espacial:
ΨE (r) = φE1 (x) φE2 (y) φE3 (z) ,
y siendo cada una de estas tres funciones solución de la ecuación de Schrödinger
restringida a la variable espacial correspondiente:
b 1 φE (x)
H = E1 φE1 (x)
1

b 2 φE (y)
H = E2 φE2 (y) (4.79)
2

b 3 φE (z)
H = E3 φE3 (z)
3
272 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

Si ahora hacemos actuar el operador hamiltoniano (4.78) sobre la función de ondas


ΨE (r), tenemos que
H b 1 φE (x) + φE (x) φE (z) H
b ΨE (r) = φE (y) φE (z) H b 2 φE (y)
2 3 1 1 3 2

b 3 φE (z) = (E1 + E2 + E3 ) ΨE (r) ,


+φE1 (x) φE2 (y) H 3

por lo que la energía de la autofunción ΨE (r) es, simplemente, la suma de las energías
parciales:
E = E1 + E2 + E3 . (4.80)
En otras palabras, el problema tridimensional es equivalente a tres problemas unidi-
mensionales. En lenguaje más técnico, el espacio de Hilbert de los estados es igual
al producto tensorial de los tres espacios de Hilbert asociados a cada uno de los tres
hamiltonianos unidimensionales (véase la sección 2.20).

• Veamos dos ejemplos característicos:

Ejemplo 4.15. Una partícula de masa m se puede mover libremente dentro


de un cubo de lado L, rebotando elásticamente contra las paredes. Halle
las energías permitidas, sus degeneraciones y las correspondientes auto-
funciones.
Solución:
Consideramos que las seis paredes del cubo están en los planos x = 0, x = L, y = 0,
y = L, z = 0, z = L. El potencial puede escribirse como suma de tres potenciales de
pozo cuadrado infinito con paredes en 0 y L:
V (r) = Vpci (x) + Vpci (y) + Vpci (z)
con
½
∞ si x ∈
/ (0, L)
Vpci (x) =
0 si x ∈ (0, L)
y lo mismo para Vpci (y) y Vpci (z). Usando los resultados de la sección 4.5, las
autofunciones de la energía son el producto de las autofunciones ψ n del pozo cuadrado
infinito:
Ψnx ,ny ,nz (r) = ψ nx (x) ψ ny (y) ψnz (z)
µ ¶3/2
2 nx πx ny πy ny πy
= sin sin sin ,
L L L L
y las autoenergías correspondientes son suma de las energías En del pozo cuadrado
infinito:
π 2 ~2 ¡ 2 ¢
Enx ,ny ,nz = Enx + Eny + Enz = n + n2y + n2z .
2mL2 x
Así, los autoestados de la energía están caracterizados por tres números cuánticos:
nx , ny , nz . Las energías de cada uno de los niveles de energía, esto es, de cada uno
de los espacios propios formados por estados estacionarios con igual energía, se van
obteniendo asignando valores a los tres números cuánticos nx , ny , nz . El número de
posibles combinaciones que dan como resultado la misma energía será la degeneración
del nivel. Por tanto,
4.10 Sistemas separables 273

Nivel (N ) EN nx , ny, nz Degeneración (gN )


2 2
π ~
1 3× 1, 1, 1 1
2mL2
2, 1, 1
π 2 ~2
2 6× 1, 2, 1 3
2mL2
1, 1, 2
2, 2, 1
π 2 ~2
3 9× 2, 1, 2 3
2mL2
1, 2, 2
3, 1, 1
π 2 ~2
4 11 × 1, 3, 1 3
2mL2
1, 1, 3
π 2 ~2
5 12 × 2, 2, 2 1
2mL2
3, 2, 1
3, 1, 2
π 2 ~2 2, 1, 3
6 14 × 6
2mL2 2, 3, 1
1, 2, 3
1, 3, 2

y así sucesivamente.
Es importante darse cuenta que no todas las autofunciones son factorizables. Por
ejemplo, si consideramos el primer nivel excitado (que tiene degeneración 3), la función
de onda
1
Φ (r) = √ ψ1 (x) [ψ 2 (y) ψ 1 (z) + ψ1 (y) ψ 2 (z)]
2
π2 ~ 2
es autofunción de la energía con autovalor 6 × 2mL2
. Ahora bien, esta función de
onda se puede escribir
1
Φ (r) = √ [Ψ1,2,1 (r) + Ψ1,1,2 (r)]
2
y, en general, toda autofunción de la energía dentro de este nivel será combinación
lineal de las funciones de onda Ψ1,1,2 (r), Ψ1,2,1 (r) y Ψ2,1,1 (r), las cuales constituyen
una base ortonormal del primer nivel excitado.

Ejemplo 4.16. Una partícula de masa m que se mueve en tres dimensiones


está sometida a la acción del potencial
1 ¡ ¢
V (r) = mω2 x2 + y 2 .
2
Obtenga las autofunciones de la energía y las energías permitidas.
Solución:
274 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

En este caso, si nos restringimos a los ejes X ó Y, la partícula está sometida a un


potencial de oscilador armónico de frecuencia ω, mientras que el movimiento a lo
largo del eje Z es libre. Por tanto, las autofunciones pueden escribirse en función de
tres números cuánticos: nx ,ny y kz , de modo que
1
Ψnx ,ny ,kz (r) = ψ nx (x) ψny (z) √ exp (ikz z) ,
2π~
donde ψ n es la n-ésima autofunción de onda del oscilador armónico unidimensional
de frecuencia ω. La energía correspondiente a la función Ψnx ,ny ,kz (r) es
µ ¶ µ ¶
1 1 ~2 kz2
Enx ,ny ,kz = ~ω nx + + ~ω nx + +
2 2 2m
~2 kz2
= ~ω (nx + ny + 1) + ,
2m
y los tres números cuánticos pueden tomar los valores

nx = 0, 1, 2, 3, ...
ny = 0, 1, 2, 3, ...
kz ∈ R

Ejercicio 4.13. Considérese el oscilador armónico isótropo tridimensional, en el que


la energía potencial es
1 ¡ ¢
V (r) = mω2 x2 + y 2 + z 2
2
Demuestre que los niveles de energía son
µ ¶
3
EN = ~ω N + ; N = 0, 1, 2, 3, ...
2

y obtenga la degeneración de los cuatro primeros niveles energéticos.


Problemas resueltos 275

Problemas resueltos
Problema 4.1. Supongamos que la ecuación de Schrödinger dependiente
del tiempo para un potencial V (x) tiene soluciones de la forma

iW (x, t)
Ψ(x, t) = A exp ,
~
siendo A una constante. (Esta es la expresión de una onda plana cuya
longitud de onda varía con x y t.)
a) ¿Qué ecuación debe satisfacer la función W (x, t)?
b) ¿A qué se reduce esta ecuación en el caso en que Ψ(x, t) represente un
estado estacionario?
Solución:
a) De la forma propuesta para Ψ(x, t) se sigue que

∂Ψ (x, t) i ∂W (x, t)
= Ψ (x, t)
∂x } ∂x
∂Ψ (x, t) i ∂W (x, t)
= Ψ (x, t)
∂t } ∂t
y
µ ¶2
∂ 2 Ψ (x, t) i ∂ 2 W (x, t) 1 ∂W (x, t)
= Ψ (x, t) − 2 Ψ (x, t) .
∂x2 } ∂x2 } ∂x
Sustituyendo estas expresiones en la ecuación de Schrödinger

~2 ∂ 2 Ψ(x, t) ∂Ψ(x, t)
− + V (x)Ψ (x, t) = i~
2m ∂x2 ∂t
obtenemos finalmente
µ ¶2
i~ ∂ 2 W 1 ∂W ∂W
− + + V (x) = − ,
2m ∂x2 2m ∂x ∂t

que es la ecuación en derivadas parciales que debe satisfacer W (x, t).


Esta ecuación muestra cómo puede obtenerse la Mecánica Clásica en el límite ~ → 0.
En efecto, para ~ = 0 el primer término se anula y el resto de la ecuación puede
escribirse en la forma
∂W (x, t)
+ H(p, x) = 0
∂t
siendo H(p, x) = p2 /2m + V (x), con p
~=∇ ~ x W (x, t). Ésta es la llamada ecuación de
Hamilton-Jacobi de la mecánica clásica,2 3 que proporciona una vía de unión entre
la mecánica y la óptica. En efecto, así como en óptica los rayos son perpendiculares
a los frentes de onda o superficies de fase constante, también podemos considerar
que las trayectorias de las partículas son ortogonales a superficies de fase W (x, t)
constante, donde la fase W (x, t) obedece a la ecuación de Hamilton-Jacobi.
2 3 Véase, por ejemplo, el libro de H. Goldstein Mecánica Clásica, segunda edición, editorial

Reverté.
276 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

b) En un estado estacionario, la función de onda depende del tiempo sólo a través


de una fase e−iEt/~ . Por lo tanto, W (x, t) debe ser de la forma W (x, t) = Φ(x) − Et.
Sustituyendo esta forma particular en la expresión general para W (x, t), es fácil ver
que la función Φ(x) debe satisfacer la ecuación
µ ¶2
i~ d2 Φ 1 dΦ
− + + V (x) = E.
2m dx2 2m dx

³ ´
Problema 4.2. Calcule el resultado de aplicar el operador exp iaPbx /~ a
una función f (x).
Solución:
Aunque hemos resuelto este problema en el capítulo 2 (Ejemplo 2.53), volvamos
a abordarlo pero de diferente manera. Puesto b d
¡ d ¢ que Px = −i~ dx , el operador en
cuestión puede escribirse en la forma exp a dx . Este operador puede desarrollarse
simbólicamente en serie de potencias. Haciendo esto, y aplicando cada término del
desarrollo a la función f (x), resulta
³ ´ µ ¶
d
exp iaPbx /~ f (x) = exp a f (x)
dx
µ ¶
d a2 d2 an dn
= 1+a + + . . . + + . . . f (x)
dx 2! dx2 n! dxn
a2 00 an (n)
= f (x) + af 0 (x) + f (x) + . . . + f (x) + . . .
2! n!
Pero esto es precisamente el desarrollo en serie de Taylor de f (x + a), de modo que
³ ´
exp iaPbx /~ f(x) = f(x + a).

El efecto del operador sobre una función f (x) consiste en desplazar dicha función una
longitud a a lo largo del eje X.
Problema 4.3. Una partícula libre que se mueve a lo largo del eje X, viene
representada en el instante t = 0 por la función de onda
µ ¶
ip0 x
Ψ(x, 0) = u (x) exp ,
~
siendo u (x) una función real y normalizada. Calcular, para ese instante de
tiempo, el valor esperado hPbx i del momento de la partícula y demostrar
que la desviación típica del momento ∆Pbx no depende del valor de p0 .
Solución:
El valor medio del momento es inmediato:
D E Z +∞ ∙ ¸

Pbx = Ψ∗ (x, 0) −i~ Ψ (x, 0) dx
−∞ ∂x
Z +∞ µ ¶ ½ µ ¶¾
ip0 x d ip0 x
= −i~ u (x) exp − u (x) exp dx
−∞ ~ dx ~
Z +∞ Z +∞
du (x)
= −i~ u (x) dx + p0 |u (x)|2 dx.
−∞ dx −∞
Problemas resueltos 277

Por hipótesis, la función u (x) está normalizada, luego la primera integral es cero
(integre por partes y tenga en cuenta que u (x) se anula en ±∞) y la segunda es uno.
Por consiguiente,
D E
Pbx = p0 .

En cuanto a la incertidumbre, calculemos


D E Z +∞ ∙ ¸2

Pbx2 = Ψ∗ (x, 0) −i~ Ψ (x, 0) dx
−∞ ∂x
Z +∞
∂2
= −~2 Ψ∗ (x, 0)
Ψ (x, 0) dx
−∞ ∂x2
Z +∞ µ ¶ ½ µ ¶¾
ip0 x d2 ip0 x
= −~2 u (x) exp − u (x) exp dx
−∞ ~ dx2 ~
Z +∞ Z +∞
d2 u (x)
= −~2 u (x) dx + p2
0 |u (x)|2 dx
−∞ dx2 −∞
Z +∞
du (x)
−2i~p0 u (x) dx
−∞ dx

y, recordando los argumentos indicados hace un momento,


D E Z +∞
d2 u (x)
Pbx2 = −~2 u (x) dx + p20 .
−∞ dx2

Por tanto,
rD E D E2
∆Pbx = Pbx2 − Pbx
s Z sZ ¯ ¯
+∞
d2 u (x) +∞ ¯ du (x) ¯2
= −~2 u (x) dx = ~ ¯ ¯
dx2 ¯ dx ¯ dx,
−∞ −∞

que, efectivamente, es independiente de p0 .

Problema 4.4. Sea Tba = exp(iaPbx /}) el operador introducido en un proble-


ma anterior, cuyo efecto es desplazar una función f (x) una longitud a a lo
largo del eje X, es decir, Tba f(x) = f(x + a).
a) Demostrar que si el hamiltoniano es periódico con periodo espacial a,
b x) = H(p,
es decir si H(p, b x + a), entonces Tba conmuta con H. b
b) Encontrar la forma general de las funciones propias de dicho hamilto-
niano.
Solución:
b Tba y Tba H
a) Veamos el resultado de aplicar H b a una función f (x).

2 2
b (x + a) = − ~ d f (x + a) + V (x)f(x + a)
b Tba f (x) = Hf
H
2m dx2
278 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

y
µ ¶
~2 d2 f(x)
b (x)
Tba Hf = Tba − + V (x)f (x)
2m dx2
~2 d2 f (x + a)
= − + V (x + a)f (x + a)
2m d(x + a)2
~2 d2 f (x + a)
= − + V (x + a)f (x + a).
2m dx2
b conmutan.
Ambas expresiones son iguales si V (x) = V (x + a), con lo que Tba y H

b) Sea ϕE (x) una función propia de Hb con valor propio E, es decir, Hϕ


b E (x) =
EϕE (x). Entonces, debido a la conmutación de los operadores, tenemos

b E (x + a) = H
Hϕ b E (x) = Tba EϕE (x) = EϕE (x + a),
b Tba ϕE (x) = Tba Hϕ

de manera que ϕE (x + a) es también función propia de H b con el mismo valor propio


E. De modo análogo se puede demostrar que ϕE (x + na) (para cualquier n entero)
es también función propia correspondiente al mismo valor. Entonces, si el espectro
no está degenerado, todas estas funciones sólo pueden diferir en una fase compleja de
módulo unidad

ϕE (x + na) = [eiα(a) ]n ψ E (x)

La forma más general para ϕE (x) es entonces ϕE (x) = eikx uk (x), siendo u una
función periódica uk (x + a) = uk (x). En efecto,

ϕE (x + a) = eik(x+a) uk (x + a) = eika eikx uk (x) = eika ϕE (x).

Además, si el potencial V (x) es real las ϕE (x) pueden escogerse reales, y entonces


eika = 1 =⇒ ka = 2πm =⇒ k= m.
a
Este resultado es una versión simplificada del llamado teorema de Bloch, que tiene
una importancia fundamental en la teoría cuántica de los sólidos. Los electrones
cuasi-libres en un sólido están sometidos a un potencial periódico creado por los iones
dispuestos en una estructura cristalina ordenada: un hipotético cristal unidimension-
al de constante a creará un potencial periódico de periodo a y, por consiguiente, la
función de onda de los electrones será de la forma general ψ(x) = uk (x)eikx ; es decir,
tendrán la forma de una onda plana de longitud de onda 2π/k = a/m cuya amplitud
está modulada por una función periódica uk (x) de periodo a. Tales funciones ψ(x)
se extienden por todo el espacio y no son de cuadrado integrable por lo que, estricta-
mente hablando, no podemos calcular valores esperados del momento. No obstante,
se pueden normalizar las funciones uk (x) en el intervalo (−a/2, a/2) y definir pro-
ductos escalares sobre dicho intervalo2 4 . Entonces podemos definir un cuasimomento
2 4 Estamos, pues, utilizando como región de normalización un intervalo cuya longitud es la

de la periodicidad del potencial cristalino.


Problemas resueltos 279

o momento cristalino para un electrón descrito por una función ψ(x) como el valor
esperado de Px en dicho intervalo
Z +a/2
dψ(x)
hPbx i = −i~ ψ ∗ (x) dx
−a/2 dx
à Z Z a/2 !
a/2
2 du(x)
= −i~ ik |u(x)| dx + u(x) dx
−a/2 −a/2 dx
2π~
= ~k = m.
a
Problema 4.5. Sea una función ψ(x, y, z) escrita en coordenadas carte-
sianas en el espacio tridimensional; los operadores cuánticos correspon-
dientes a las componentes cartesianas del momento son, como es sabido,
Pbx = −i~(∂/∂x), Pby = −i~(∂/∂y) y Pbz = −i~(∂/∂z). Consideremos ahora la
función escrita en coordenadas polares ψ(r, θ, φ). ¿Es −i~ (∂/∂r) el operador
cuántico correspondiente a la componente radial pr del momento?
Solución:
Los operadores cuánticos que corresponden a las magnitudes clásicas deben ser ope-
radores autoadjuntos pues sólo así se garantiza que sus valores propios sean reales.
Sin embargo, el operador −i~(∂/∂r) no lo es. Ello se debe a que las integrales que
aparecen en los productos escalares están extendidas a todo el espacio tridimensional
e incluyen el elemento de volumen dV = r2 dr sin θdθ dφ. Entonces (considerando por
simplicidad sólo la dependencia radial de las funciones) para cualesquiera funciones
f y g
µ ¶ Z ∞
dg(r) dg(r)
f (r), −i~ = −i~ f ∗ (r) 4πr2 dr
dr 0 dr
¤∞
= −i~4π f ∗ (r) g(r)r2 0
Z ∞µ ¶
df ∗ (r)
+i~4π 2rf ∗ (r) + r2 g(r)dr
0 dr
µ ¶
∗ 2 ¤∞ df (r)
= −i~4π f (r) g(r)r 0 + −i~ , g(r)
dr
Z ∞
+i~8π rf ∗ (r)g(r)dr.
0

Así, aunque las funciones f(r), g(r) tiendan a cero lo suficientemente rápido para que
el primer término sea nulo en el infinito, la última integral será en general diferente
de cero y, por lo tanto, no se cumple la condición de hermiticidad. Así, el opera-
dor −i~ (∂/∂r) ni siquiera es hermítico, por lo que no puede representar a ningún
observable.

Problema 4.6. Demostrar que el operador −i~(1/r)(d/dr) sí es un operador


hermítico en el espacio de funciones radiales.
Solución:
Veamos en primer lugar una forma alternativa de escribir el operador. Debemos tener
siempre en cuenta que el operador actúa sobre una función ψ(r). Entonces
µ ¶ µ ¶
1 d 1 dψ 1 d
−i~ rψ = −i~ ψ+r = −i~ + ψ
r dr r dr r dr
280 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

Por lo tanto, para ver si este operador es hermítico tenemos que añadir a los términos
del problema anterior un término adicional
µ ¶ Z ∞ Z ∞
g(r) 1
f (r), −i~ = −i~ f ∗ (r) g(r) 4πr2 dr = −i~4π rf ∗ (r)g(r)dr
r 0 r 0

con lo que resulta


µ µ ¶ ¶ µ ¶
d 1 ¤∞ df (r)
f (r), −i~ + g(r) = −i~4π f ∗ (r) g(r)r2 0 + −i~ , g(r)
dr r dr
Z ∞
+i~4π rf ∗ (r)g(r)dr
0
µ µ ¶ ¶
d 1
= −i~ + f (r), g(r)
dr r

Problema 4.7. Una partícula se mueve bajo la acción de un potencial V (x)


cuyo mínimo absoluto es Vmin . Demostrar que no puede existir un estado
estacionario ligado cuya energía sea, precisamente, Vmin .
Solución:
Si ψ fuera un estado estacionario de energía E = Vmin , se cumpliría que
D E D E D E D E D E
Vmin = H b = K b + Vb ⇒ b
K = Vmin − Vb .
ψ ψ ψ ψ ψ

Ahora bien
D E Z Z
Vb = V (x) |ψ(x)|2 dx ≥ Vmin |ψ(x)|2 dx = Vmin ,
ψ R R

y así
D E D E
b
K = Vmin − Vb ≤ 0.
ψ ψ

Hemos llegado a una contradicción, pues sabemos que hKi b ψ debe ser necesariamente
mayor que cero. Por consiguiente, la hipótesis de partida, E = Vmin , es falsa.

Problema 4.8. A partir de las relaciones de incertidumbre, hágase una


estimación de una cota inferior para la energía del estado fundamental de
una partícula de masa m en un pozo de potencial V (x) = b|x|n , siendo n un
número entero positivo.
Solución:
Antes de nada, podemos ver mediante un análisis dimensional cómo dependerá la
energía de las tres constantes físicas que intervienen en el problema, a saber, ~, m
y b. Evidentemente, ~ y m tienen dimensiones de [energía × tiempo] = ML2 T−1 y
[masa] = M, respectivamente. Sin embargo, las dimensiones de b dependen de n, ya
que el producto b |x|n debe tener dimensiones de energía, y así b tendrá dimensiones
de [energía × L−n ] = ML2−n T−2 . Con esto, es fácil ver que la única combinación de
¡ ¢1/(n+2)
las constantes ~, m y b con dimensiones de energía es de la forma ~2n b2 /mn .
Así, pues, las cotas que obtengamos podrán escribirse en forma de esta combinación,
Problemas resueltos 281

multiplicada por un factor numérico adimensional. D E D E


b = Pbx = 0,
Puesto que el pozo de potencial V (x) es simétrico (pues |x| = |−x|) X
y de la relación de incertidumbre
2
b · ∆Pbx ≥ ~
∆X ⇒ b 2 i · hPbx2 i ≥ ~ .
hX
2 4
El valor esperado del hamiltoniano será

hPbx2 i D¯ ¯n E ~2 D¯ ¯n E ~2 D¯ ¯n E
b = ¯ b¯ ¯ b¯ ¯ b¯
hHi + b ¯X ¯ ≥ + b ¯X ¯ = + b ¯X ¯ .
2m 8mhXb 2i b 2i
8mh|X|

b 2 i = h| X
(Hemos escrito el último paso para dejar claro que hX b |2 i). Clásicamente, la
expresión anterior corresponde a una energía

~2
E≥ + b|x|n ,
8m|x|2

donde el término de la derecha es una función de |x| cuyo mínimo nos dará una cota
inferior para E. Dicho mínimo corresponde a
µ ¶1/(n+2)
dE ~2 ~2
=− + bn |x|n−1 = 0 ⇒ |x| = ,
d|x| 4m|x|3 4mbn

y su valor es
µ ¶−2/(n+2) µ 2 ¶n/(n+2)
~2 ~2 }
Emin = +b
8m 4mbn 4mb
³n ´ µ 1 ¶n/(n+2) µ }2n b2 ¶1/(n+2)
' +1 ,
2 4n mn

que es la cota inferior buscada.


Veamos ahora algunos casos particulares interesantes:
Caso n = 1. Este caso corresponde a un pozo de potencial simétrico con paredes
rectas de pendiente ±b. Entonces,
µ ¶1/3 µ 2 2 ¶1/3 µ 2 2 ¶1/3
3 1 ~ b ~ b
Emin = ' 0.94 .
2 4 m m

Casopn = 2. Este caso corresponde a un pozo de potencial armónico de frecuencia


p La solución exacta para el estado fundamental de este pozo es E =
ω = 2b/m.
~ω/2 = ~ b/2m. La cota obtenida a partir del principio de incertidumbre es
r r
2 b b
Emin = √ ~ =~ ,
8 m 2m

que coincide con el valor exacto.


282 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

Caso n → ∞. Para evitar problemas dimensionales, en primer lugar escribamos el


potencial V (x) como
¯ x ¯n
¯ ¯
V (x) = V0 ¯ ¯ ,
a
donde hemos sustituido la constante b por V0 /an , siendo V0 una constante con di-
mensiones de energía y a otra constante con dimensiones de longitud. Teniendo en
cuenta que limn→∞ |x/a|n es igual a 0 para |x| < a e igual a ∞ para |x| > a, este
caso corresponde a un pozo cuadrado infinito con paredes en x = ±a, es decir, de
anchura L = 2a. Así,
" #
³n ´ µ 1 ¶n/(n+2) µ }2n (V /an )2 ¶1/(n+2)
0
Emin = lim +1
n→∞ 2 4n mn

y, tomando el límite, fácilmente se obtiene la cota

~2 ~2
Emin = = .
8ma2 2mL2
El valor exacto de la energía del estado fundamental es E = π2 ~2 /(2mL2 ).

Problema 4.9. (*) Hacer una estimación, a partir del principio de incer-
tidumbre, de una cota inferior para la energía del estado fundamental de
un ion H− (es decir, un átomo constituido por un protón y dos electrones)
y compararla con la energía del estado fundamental del átomo neutro.

Fig. 4.11. Representación del ion H − (problema 4.9).

Solución:
En rigor, y como sucede con el caso del átomo de hidrógeno simple, deberíamos referir
los movimientos de las tres partículas a su centro de masas común. No obstante,
Problemas resueltos 283

en primera aproximación, y también como se suele hacer en el caso del átomo de


hidrógeno, supondremos que dicho centro de masas coincide aproximadamente con el
protón ya que éste es mucho más pesado que los dos electrones. Entonces podemos
considerar el protón en reposo y escribir la energía total del sistema como
p21 p2 e2 e2 e2
E= + 2 − − + .
2m 2m r1 r2 r12
Aquí, r1 y r2 son las distancias de los electrones 1 y 2 al protón, y r12 es la distancia
entre los dos electrones, que está relacionada con r1 y r2 por la expresión
2
r12 = r12 + r22 − 2r1 r2 cos φ,
siendo φ el ángulo que forman las rectas que unen a los electrones con el protón (véase
la figura 4.11). Los dos primeros sumandos de la energía son las energías cinéticas
de los electrones 1 y 2; el tercero y cuarto sumandos son las energías potenciales de
interacción coulombiana entre el protón y los electrones 1 y 2, y el quinto sumando
es la energía potencial de interacción entre ambos electrones.
Nótese que estamos trabajando­ ® en coordenadas
­ ® esféricas y todavía no sabemos cómo
calcular exactamente hri, r2 , hpi y p2 . No obstante, y puesto que ahora r es
positivo, podemos hacer una estimación2 5 de las incertidumbres máximas: ∆r ∼ r
y ∆p ∼ p. Por consiguiente, las relaciones de incertidumbre estrictas las podemos
aproximar por ∆r1 · ∆p1 ∼ r1 p1 ∼ ~, y ∆r2 · ∆p2 ∼ r2 p2 ∼ ~. Con ayuda de estas
relaciones podemos escribir la energía total en la forma
~2 ~2 e2 e2 e2
E= + − − + p .
2mr12 2mr22 r1 r2 r12 + r22 − 2r1 r2 cos φ
En el estado fundamental dicha energía debe ser mínima. Las condiciones matemáti-
cas para que la función E = E(r1 , r2 , φ) tenga un extremo son
∂E ∂E ∂E
=0 =0 = 0.
∂r1 ∂r2 ∂φ
La tercera condición, junto con la condición ∂ 2 E/∂φ2 > 0 (para que el extremo sea
un mínimo), implica cos φ = −1. Este es un resultado matemático, pero también es
intuitivo desde el punto de vista físico. En efecto, para φ = π, la separación entre los
electrones es máxima r12 = r1 + r2 (para r1 y r2 dados) y su energía de interacción
es mínima. Con esto, las otras dos condiciones quedan
∂E ~2 e2 e2
=− 3 + 2 − =0
∂r1 mr1 r1 (r1 + r2 )2

∂E ~2 e2 e2
=− 3 + 2 − = 0.
∂r2 mr2 r2 (r1 + r2 )2
Estas dos ecuaciones juntas implican r1 = r2 y, así, la condición de mínimo se reduce
a
~2 e2 e2 4~2 4
− 3 + 2 − =0 ⇒ r1 = r2 = = a0 ,
mr1 r1 4r12 3me2 3
2 5 Véase la Nota al final del problema siguiente.
284 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

siendo a0 el radio de Bohr. Es decir, hemos estimado que la distancia de los elec-
trones al núcleo en el ion H − es 1/3 mayor que en el átomo neutro. Ello se debe
evidentemente a la repulsión adicional entre los electrones. Sustituyendo este valor
de r1 y r2 en la expresión de la energía se obtiene

9 e2 9
Emin = − = E0H ,
16 rB 8

que es ligeramente mayor (en valor absoluto) que la energía del estado fundamental
del átomo de hidrógeno neutro, E0H .

Problema 4.10. (*) Hacer una estimación de una cota inferior para la en-
ergía del estado fundamental del átomo de hidrógeno en el caso relativista.
Solución:
La ecuación de Schrödinger es válida en tanto que las partículas a las que se¡ aplica
¢2
tengan una velocidad pequeña comparada con la de la luz. Entonces (pc)2 ¿ mc2
y podemos escribir
p p2
E= m2 c4 + p2 c2 ' mc2 +
2m

que, mediante la correspondencia p ~ → −i~∇, ~ nos da el hamiltoniano cuántico no


relativista.
Para partículas con energías muy grandes esta aproximación no es válida y hay que
utilizar una ecuación de ondas relativista. No obstante, si lo que queremos es simple-
mente obtener pequeñas correcciones a la energía debidas a la variación de la masa
con la velocidad (excluyendo, por supuesto, la posible transformación de partículas en
energía o viceversa), podemos escribir la expresión relativista para la energía cinética.
Entonces, la energía del electrón en el átomo de hidrógeno será (prescindiendo de la
energía en reposo)
p e2
E = Ecin + Epot = m2e c4 + p2 c2 − me c2 − .
r
Siguiendo ahora un razonamiento similar al del problema anterior, tenemos
p e2 p
rp ' ~ ⇒ E= m2e c4 + p2 c2 − me c2 − .
~
Ahora es fácil obtener el mínimo de esta expresión que es sólo función de p:

dE pc2 e2 pc2 me αc
= p − = p − αc = 0 ⇒ p = √ ,
dp 2 4 2
me c + p c2 ~ 2 4 2
me c + p c2 1 − α2

donde α es la constante de estructura fina, α ≡ e2 /~c. De esta manera


µ ¶1/2
m2e α2 c4 2 4 2 me α2 c2
Emin = + m e c − me c − √
1 − α2 1 − α2
h i
2 ¡ 2 ¢1/2
= me c 1−α −1 .
Problemas resueltos 285

Teniendo en cuenta que α ' 1/137 ¿ 1, podemos desarrollar la raíz en serie de


potencias, y así
µ ¶
α2 α4 1 1
Emin = me c2 1 − + − ... − 1 = − me c2 α2 + me c2 α4 − ...
2 8 2 8

El primer término coincide con el valor no relativista y el segundo corresponde a la


corrección relativista de primer orden. Es fácil ver que dicha corrección es del orden
de los 10 −4 eV.
Nota: La utilización del principio de incertidumbre que se ha hecho en
los dos problemas anteriores no es demasiado rigurosa. Si los hemos in-
cluido en esta colección de problemas es por su carácter heurístico. En
realidad, se trata de una combinación de argumentos semiclásicos y una
versión aproximada de las relaciones de incertidumbre. Por ejemplo, se
ha considerado simplemente ∆r ' r y ∆p ' p. Esto parece razonable
puesto que, en un sistema acotado se puede poner que la incertidumbre
máxima ∆rmax en la distancia al núcleo no puede ser mucho mayor que
la propia distancia r (∆rmax ' r). Por tanto, ∆pmin ' ~/∆rmax .
Sin embargo hay otra objeción más seria desde el punto de vista for-
mal. Estrictamente hablando, la relación de incertidumbre afirma que
∆A b · ∆Bb ≥ |h[A,
b B]i|/2,
b by B
siendo A b dos operadores hermíticos. Los
problemas anteriores están planteados en coordenadas polares esféricas y
no sabemos todavía cuáles son los operadores hermíticos correspondien-
tes a las componentes polares del momento, ni cuáles son sus relaciones
de conmutación con r. (De hecho, hemos visto en un problema anterior
que el operador asociado a pr no puede ser −i~∂/∂r).
Por tanto, para resolver el problema de manera más rigurosa deberíamos
conocer dichos operadores. Otra forma de resolver el problema consis-
tiría en plantearlo en coordenadas cartesianas y utilizar la relación es-
tricta ∆X b · ∆Pbx ≥ ~/2, y las análogas para las otras dos componentes.
Evidentemente esto complicaría algo los cálculos.

Problema 4.11. Una partícula en un pozo cuadrado infinito de anchura


L se encuentra, en el instante t = 0, en un estado definido por la función
de onda Ψ (x, 0) = Ax (L − x), siendo A una constante de normalización.
Calcular la distribución de probabilidad ρE (En ) de la energía, su valor
medio hEi y su desviación típica ∆E.
Solución:
Según el enunciado del problema, el pozo se encuentra centrado entre 0 y L, puesto
que Ψ (x, 0) se anula en estos puntos. Empecemos normalizando la función de ondas:
Z L
A2 L5
1 = A2 x2 (L − x)2 dx = ,
0 30
con lo que tenemos
√ r
30 30 x ³ x´
Ψ (x, 0) = 5/2
x (L − x) = 1− .
L L L L
286 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

El valor esperado de la energía es


D E 2 Z L
b =−~ ∂ 2 Ψ (x, 0) 5~2 10
H Ψ (x, 0) 2
dx = = 2 E1 ' 1, 01E1 .
2m 0 ∂x mL2 π
Por otra parte,
D E ³ ´ ³ ´
b2
H = b 2Ψ = H
Ψ, H b Ψ, H

µ 2 ¶2 Z L µ 2 ¶2
~ ∂ Ψ (x, 0) 30~4
= 2
dx = 2 4 ,
2m 0 ∂x m L
y entonces,
s µ ¶2 √ 2 √
b = 30~4 5~2 5~ 2 5
∆H − = = E1 ' 0, 45E1 .
m2 L4 mL2 mL2 π2

Observamos que el valor esperado de la energía hHi b es prácticamente el del estado


fundamental. Esto es lógico, puesto que la función Ψ (x, 0) es muy similar a ϕ1 (x).
Calculemos ahora la distribución de probabilidad ρE (En ) = Pr (En ), esto es, la
probabilidad de que al medir la energía obtengamos el valor n-ésimo del espectro. La
función Ψ (x, 0) es simétrica respecto del centro del pozo, por lo que si llamamos ϕn a
las autofunciones de la energía del pozo, todos los productos escalares (ϕn , Ψ) en los
que la función ϕn sea impar respecto del centro del pozo se anularán, y esto sucede
para todos los n pares ( n = 2, 4, . . . ). Por tanto, tenemos que

Pr (E2n ) = 0

y sólo tendremos que calcular Pr (E2n+1 ) con n = 0, 1, ... Puesto que


r
2 (2n + 1) πx
ϕ2n+1 (x) = sin ,
L L
nos queda
¯Z ¯2
¯¡ ¢¯2 ¯ 1 ¯
Pr (E2n+1 ) = ¯ ϕ2n+1 , Ψ ¯ = 60 ¯¯ u (1 − u) sin [(2n + 1) πu] du¯¯ ≡ 60 In2 ,
0

donde
Z 1
In = u (1 − u) sin [(2n + 1) πu] du.
0

La integral no es excesivamente complicada (un par de integraciones por partes bas-


tan) y el resultado es
4 4
In = = .
π3 (8n3 + 12n2 + 6n + 1) π3 (2n + 1)3
Finalmente
960 1
Pr (E2n+1 ) = , n = 0, 1, ...
π6 (2n + 1)6
Problemas resueltos 287

(Nótese que, en correspondencia a lo que comentamos respecto a la función de onda


anteriormente, hemos encontrado que Pr (E1 ) es prácticamente la unidad, Pr (E1 ) =
960/π6 ' 0, 9986).

Es interesante obtener los valores esperados de Hb y H


b 2 a partir de esta distribución
de probabilidad. Para ello es necesaria la fórmula
¡ 2K ¢
X

1 2 − 1 π2K
= BK ,
n=0 (2n + 1)2K 2 × (2K)!

donde BK son los llamados números de Bernouilli: B1 = 1/6, B2 = 1/30, B3 = 1/42,


... Así, empecemos verificando la condición de normalización de las probabilidades
Pr (E). En efecto,
¡ 6 ¢ 6
X

960 X

1 960 2 − 1 π
Pr (E2n+1 ) = = B3 = 42B3 = 1.
n=0
π6 n=0 (2n + 1)6 π6 2 × 6!

El valor esperado de la energía es


D E X

960 X

1 π2 ~2 (2n + 1)2
b
H = Pr (E2n+1 ) E2n+1 = 6 6
n=0
π n=0 (2n + 1) 2mL2
¡ ¢
480 ~2 X
∞ 4 4
1 480 ~2 2 − 1 π
= = B2
π4 mL2 n=0 (2n + 1)4 π4 mL2 2 × 4!
150 2 5~2
= 2
~ B2 = ,
mL mL2
y

D E X
∞ µ ¶2 X

b2 2 960 π 2 ~2 1
H = Pr (E2n+1 ) E2n+1 = 6
n=0
π 2mL2 n=0
(2n + 1)2
180~4 30~4
= B1 = ,
m2 L4 m2 L4

valores que coinciden (naturalmente) con los obtenidos anteriormente.

Problema 4.12. Una partícula de masa m se encuentra en el n-ésimo


estado ligado de un pozo cuadrado infinito. Determinar la distribución de
probabilidad de momento lineal para dicha partícula.
Solución:
Consideremos un pozo cuadrado infinito de anchura L con paredes en 0 y L. Las
funciones propias son
r µ µ ¶ µ ¶¶
2 nπx 1 inπx −inπx
ϕn (x) = sin = √ exp − exp
L L 2Li L L

para x ∈ (0, L) y ϕn (x) = 0 para x ∈


/ (0, L). Ea representación de momentos, las
288 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

e n (p) son las transformadas de Fourier de las ϕn (x) 2 6


funciones de onda ϕ
Z L µ ¶
1 −ipx
e n (p) = √
ϕ ϕn (x) exp dx
2π~ 0 ~
Z L∙ µ ¶ µ ¶¸ µ ¶
1 inπx −inπx −ipx
= √ exp − exp exp dx.
2i π~L 0 L L ~
Agrupando términos
Z n h ³ nπ
1 L
p´ i h ³ nπ p ´ io
e n (p) =
ϕ √ exp i − x − exp −i + x dx.
2i π~L 0 L ~ L ~
Las integrales son sencillas. En concreto, se tiene que
Z L h ³ nπ p´ i −i n h ³ nπ p´ i o
exp i − x dx = nπ p exp i − L −1
0 L ~ L
−~ L ~

−ie−ipL/~ n inπ o
= nπ p e − eipL/~
L
−~

Z h ³ nπ
L
p´ i i n h ³ nπ p´ i o
exp −i + x dx = nπ p exp −i + L −1
0 L ~ L
+ ~
L ~

ie−ipL/~ n −inπ o
= nπ p e − eipL/~
L + ~

y así
½ ¾
−e−ipL/~ e−inπ − eipL/~ einπ − eipL/~
e n (p) =
ϕ √ p + .
2 π~L

L
+~ nπ
L
− ~p

Dado que exp (±inπ) = (−1)n , operando,


³ ´
r −ipL/~ ipL/~ n
Lπ ne e − (−1)
e n (p) =
ϕ
~ n2 π2 − p2 L2 /~2
r ¡ −ipL ¢ ¡ ¡ ¢ ¡ ¢¢
Lπ n exp 2~ exp ipL
2~
− (−1)n exp −ipL
2~
= .
~ n2 π2 − p2 L2 /~2
Nótese que el resultado se puede simplificar aun más, ya que
µ µ ¶ µ ¶¶ ½ ¡ ¢
ipL −ipL 2 cos ¡pL si n es impar
exp − (−1)n exp = 2~ ¢
2~ 2~ 2i sin pL
2~
si n es par.
26 A primera vista podría parecer que, puesto que la función dentro del pozo es una
combinación lineal de dos√ ondas planas, la√forma de Fourier de ψ n (x) sería ψ e (p) =
n
{δ (p − pn ) + δ (p + pn )} / 2, donde pn = 2mEn . Pero esto no es completamente ex-
acto. En efecto, fuera del pozo la función de ondas es idénticamente nula, mientras que la
combinación lineal de las ondas planas no lo es. Por ello, ψ n (x) no es combinación lineal de
dos autofunciones del momento lineal y esto va a implicar contribuciones a ψ e (p) de valores
n
p 6= ±pn aunque, como veremos inmediatamente, de menor amplitud.
Problemas resueltos 289

Por lo tanto, la distribución de probabilidad en el espacio de momentos es


µ ¶2 ½ ¡ ¢
4Lπ n cos2 ¡ pL si n es impar
ϕn (p)|2 =
|e × 2 pL
2~ ¢
~ n2 π2 − p2 L2 /~2 sin 2~ si n es par.

Podemos estudiar ahora en detalle la forma de esta función de distribución. Consid-


eremos el caso n impar. La función cos2 (pL/ (2~)) presenta máximos para valores
p = 2m (π~/L) con m entero; por tanto |e ϕn (p)|2 también presenta máximos locales
para estos valores. Sin embargo, para estos valores de p, el denominador toma el valor
(n2 − (2m)2 )2 π4 , de modo que la amplitud de los máximos disminuye rápidamente a
medida que aumenta |n2 − (2m)2 |. Por otra parte, la función cos2 (pL/ (2~)) se anula
para p = (2m + 1) π~/L. Sucede, sin embargo, que el denominador también se anula
para p = nπ~/L (recuerde que n es impar). En definitiva, cuando 2m + 1 = n, tanto
el numerador como el denominador se hacen nulos pero su cociente es finito, como
ϕn (p)|2 cuando p → nπ~/L. En realidad, para el
puede verse calculando el límite de |e
valor p = ±nπ~/L la función presenta un máximo absoluto. Un análisis muy similar
se tiene cuando n es par. En la figura 4.12 se han representado esquemáticamente las
distribuciones de momento para los estados n = 1, . . . , 4.

Fig. 4.12. Distribución de probabilidad de momento lineal para una partícula en


los primeros cuatro estados estacionarios de un pozo cuadrado infinito (problema
4.12).
290 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

Resumiendo, la función
√ ϕn (p)|2 presenta dos máximos pronunciados centrados en
|e
pn = ±nπ~/L = ± 2mEn y con anchuras del orden de 2π~/L. Para estados ligados
tales que n À 1, la anchura de los máximos es mucho menor que su distancia al origen
y la distribución de probabilidad
√ de momentos está muy fuertemente concentrada
alrededor de los valores ± 2mEn . Esto justifica que para valores altos de n, las
incertidumbres obtenidas con la distribución (1/2) (δ (p − pn ) + δ (p + pn )), que se ha
sugerido anteriormente, sean muy similares a los obtenidos con la distribución exacta.

Problema 4.13. Una partícula se encuentra inicialmente en el estado pro-


pio más bajo de un pozo cuadrado infinito, cuyas paredes están en x = 0
y x = L. Repentinamente, se mueve la pared derecha hasta la posición
x = 2L:
a) ¿Cuál es la probabilidad de que, tras la expansión, la partícula se en-
cuentre en el estado fundamental del nuevo pozo?
b) ¿Cuál es la probabilidad de que la partícula se encuentre en un estado
genérico n ≥ 2 del nuevo pozo?
c) ¿Se conserva el valor esperado de la energía tras la expansión del pozo?
Solución:
a) Si inicialmente el pozo tiene las paredes en x = 0 y x = L, el estado inicial (para
t = 0− ) de la partícula será
r
(i) 2 πx
Ψt=0− (x) = ϕ1 (x) = sin x ∈ [0, L] ,
L L
donde el superíndice (i) señala que nos estamos refiriendo al pozo inicial. La energía
inicial del mismo es, naturalmente,

(i) π 2 ~2
E0 = E1 = .
2mL2
Tras la expansión súbita, el estado Ψt=0+ (x) se podrá escribir como combinación
lineal de las autofunciones ϕ(f )
n (x) del nuevo pozo, es decir

X

Ψt=0+ (x) = cn ϕ(f )
n (x) ,
n=1

donde
r
2 nπx
ϕ(f )
n (x) = sin x ∈ [0, 2L] .
2L 2L
b) De este modo, la probabilidad de encontrar la partícula en un estado n del nuevo
pozo será P (n) = |cn |2 con
³ ´ Z
1 2 L nπx πx
cn = ϕ(f )
n (x) , Ψt=0− (x) = √ sin sin dx,
2 L 0 2L L

donde la integral sólo se extiende de 0 a L puesto que Ψt=0− (x) es nula en el intervalo
[L, 2L] .
Problemas resueltos 291

Consideremos primero los estados finales tales que n = 2l. En este caso, la integración
anterior es inmediata
Z Z
1 2 L 2lπx πx 1 2 L lπx πx δ l,1
c2l = √ sin sin dx = √ sin sin dx = √ ,
2L 0 2L L 2L 0 L L 2
p
debido a la ortonormalidad de las funciones 2/L sin(nπx/L) en [0, L] . Así pues

c2 = 1/ 2, c4 = c6 = ... = 0

Sin embargo, para n = 2l + 1 hay que calcular la integral


Z L µ ¶ ³ πx ´
1 2 (2l + 1) πx
c2l+1 = √ sin sin dx.
2L 0 2L L

y haciendo el cambio habitual u = x/L


µ ¶ √
√ Z 1
(2l + 1) πu −4 2 (−1)l
c2l+1 = 2 sin sin (πu) du =
0 2 π (4l2 + 4l − 3)
√ (−1)l
= −4 2 ¡ ¢.
π (2l + 1)2 − 4

En definitiva

⎨ 1/2 si n = 2
|cn |2 = 0 si n = 4, 6, ...
⎩ 32 ¡ ¢−2
π2
n2 − 4 si n = 1, 3, 5, ...

Por tanto, la probabilidad de que, al medir la energía, Ψt=0+ (x) colapse al estado
fundamental es
32
|c1 |2 = ' 0, 36
9π 2

c) Inicialmente, la partícula estaba en el estado fundamental de un pozo cuadrado

infinito de anchura L, de modo que la energía inicial del sistema está perfectamente
definida y es

(i) π 2 ~2
Eini = E1 = .
2mL2
En la expansión no cambia la energía. Vamos a comprobarlo utilizando los coeficientes
|cn |2 . En primer lugar, tras la expansión del pozo la partícula ya no está en un estado
estacionario del nuevo pozo, por lo que su energía ya no está perfectamente definida.
El valor esperado de la energía final es
D E X ∞
1 (f ) 32 X En
(f )
b =
Efin = H |cn |2 En(f ) = E2 + 2 ,
n=1
2 π n impar (n2 − 4)2
292 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

(f ) ¡ ¢
y como En = n2 π2 ~2 /[2m (2L)2 ] nos queda

1 22 π 2 ~2 32 π2 ~2 X n2
Efin = 2 + 2
2 2m (2L) π 2m (2L) n impar (n2 − 4)2
2

à !
π 2 ~2 16 X n2
= 1+ 2 .
4mL2 π n impar (n2 − 4)2

Evaluemos ahora la suma


X n2 X n2 − 4 X 4
= 2 +
n impar
(n2 − 4)2 n impar
(n 2 − 4) n impar
(n2 − 4)2

X 1 X 4
= + .
n2 −4
(n 2 − 4)2
n impar n impar

El segundo sumatorio es fácil de evaluar teniendo en cuenta la condición de normal-


ización
X

1 32 X 1 X 1 π2
1= |cn |2 = + 2 ⇒ = .
n=1
2 π n impar (n2 − 4)2 n impar
(n2 − 4)2 64

En cuanto al primero de los sumatorios:


X X ∞ µ ¶
1X

1 1 1 1
= = −
n impar
n2 −4
n=0
(2n + 1)2 − 4 4 n=0 (2n + 1) − 2 (2n + 1) + 2
̰ !
1 X X

1 1
= −
4 n=0 2n − 1 n=0 2n + 3
µ½ ¾ ½ ¾¶
1 1 1 1 1
= −1 + 1 + + + ... − + + ... = 0.
4 3 5 3 5
En resumen
µ ¶
π 2 ~2 16 π2 π 2 ~2
Efin = 1+ = = Eini .
4mL2 π 2 16 2mL2
De esta manera, el valor esperado de la energía de la partícula no ha variado en la
expansión del pozo. Esto es algo parecido a lo que sucede con la expansión adiabática
súbita de un gas perfecto. Si el recipiente que contiene el gas sufre una expansión
súbita (mucho más rápida que la velocidad media de las partículas del gas), durante
dicha expansión no hay interacción de las paredes con el gas y no se realiza trabajo
sobre el mismo; como consecuencia, la energía interna del gas no varía. En nuestro
problema, la expansión del pozo es instantánea y no afecta a la función de onda. En
otras palabras, la pared en expansión no realiza trabajo sobre la partícula.
Por el contrario, en la expansión cuasiestática de un gas perfecto hay una pérdida
de energía interna del gas. Ello se debe a que el gas realiza trabajo sobre la pared
del recipiente. Análogamente, si en nuestro problema la expansión del pozo infinito
hubiera sido muy lenta, la función de onda tendría tiempo de adaptarse a la posición
de las paredes del pozo en cada instante, y la partícula permanecería siempre en el
Problemas resueltos 293

estado fundamental (en cada instante) del pozo. Una vez terminada la expansión, la
partícula estaría
¡ en
¢ el estado fundamental de un pozo de anchura 2L, y su energía
sería ~2 π2 / 8mL2 , es decir la cuarta parte de la energía inicial. La diferencia entre
las energías inicial y final es el trabajo realizado por la partícula sobre la pared.
En el caso de la compresión instantánea de un pozo, no podría tratarse de la misma
forma ya que, desde un punto de vista puramente matemático, la compresión dejaría
parte de la función de onda inicial fuera del pozo. Como esto no es físicamente
posible (la partícula no puede atravesar una pared de potencial infinita), la compresión
instantánea del pozo debe producir una compresión de la función de onda, lo que
equivale a realizar un trabajo sobre la partícula y aumentar su energía.

Problema 4.14. El primer estado excitado de un pozo cuadrado finito de


altura V0 y anchura L tiene una energía E1 = V0 /2. Si una partícula de
masa m se halla en dicho estado, calcular la probabilidad de encontrar la
partícula dentro del pozo.

Solución:
Supondremos el pozo centrado en x = 0 y con paredes finitas en x = ±L/2. El
primer estado excitado corresponde a n = 1 y su función de onda debe ser impar.
Por lo tanto, la función será de la forma

⎨ −A exp(α1 x) si x ≤ −L/2
ϕ1 (x) = B sin k1 x si |x| < L/2

A exp(−α1 x) si x ≥ L/2
con
r r r r
2m(V0 − E1 ) mV0 2mE1 mV0
α1 = = k1 = =
~2 ~2 ~2 ~2
de modo que para este valor de la energía α1 = k1 . La condición de normalización da
una relación entre A y B
Z +∞ Ã Z L/2 Z ∞ !
2 2 2 2
|ϕ1 (x)| dx = 2 |B| sin k1 x dx + |A| exp (−2α1 x) dx =
−∞ 0 L/2

k1 L − sin k1 L exp −α1 L


= |B|2 + |A|2 =1
2k1 α1
Las condiciones de empalme de la función y su derivada en x = L/2 son ahora

ϕ1 (L/2− ) = ϕ1 (L/2+ ) : B sin k1 L/2 = A exp(−α1 L/2)


ϕ01 (L/2− ) = ϕ01 (L/2+ ) : k1 B cos k1 L/2 = −α1 A exp(−α1 L/2),

de donde
k1 L k1 k1 L α1 L 3π
tan = −1 ⇒ = = .
2 α1 2 2 4
Entonces, la primera condición de empalme se reduce a

2 3π
A=B exp
2 4
294 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

y la condición de normalización queda ahora

k1 L + 1 exp 3π exp − 3π k1 L + 2 2k1


1 = |B|2 + |B|2 2 2
= |B|2 =⇒ |B|2 = .
2k1 2 α1 2k1 k1 L + 2

Finalmente, la probabilidad de encontrar la partícula dentro del pozo es


Z +L/2
k1 L + 1
Pr(|x| < L/2) = |ϕ1 (x)|2 dx = |B|2
−L/2 2k1
k1 L + 1 3π/2 + 1
= = ' 0.85.
k1 L + 2 3π/2 + 2

Problema 4.15. A partir de la expresión para las funciones propias de un


oscilador armónico,

(−1)n ¡ ¢ dn ¡ ¢
φn (x) = α(2n−1)/2 exp x2 /2α2 n
exp −x2 /α2 ,
π1/4 (2n n!)1/2 dx

donde α = (~/mω)1/2 , verificar explícitamente que



a† φn (x) =
b n + aφn+1 (x) .

Solución:
Escribiendo el operador de creación y la autofunción φn explícitamente en la repre-
sentación de coordenadas llegamos al resultado pedido:
µ ¶∙ ¸
(−1)n α(2n−1)/2 1 d 2 /2α2 dn −x2 /α2
a† φn (x)
b = x−α ex e =
π1/4 (2n+1 n!)1/2 α dx dxn
∙ ¸
(−1)n α(2n−1)/2 x x2 /2α2 dn −x2 /α2
= e e
π1/4 (2n+1 n!)1/2 α dxn
∙ ¸
(−1)n α(2n−1)/2 2 2 x dn −x2 /α2 dn+1 −x2 /α2
− 1/4 n+1 1/2 ex /2α e + α e
π (2 n!) α dxn dxn+1
(−1)n+1 α(2n−1)/2 x2 /2α2 dn+1 −x2 /α2 √
= αe e = n + 1φn+1 (x).
π1/4 (2n+1 n!)1/2 dxn+1

Problema 4.16. Calcular los valores y vectores propios de los operadores


b
ay b a† .
a) Por resolución directa de la correspondiente ecuación diferencial de
primer orden.
b) Como combinación lineal de estados estacionarios del oscilador armóni-
co.
Solución:
a) Antes de nada hay que tener en cuenta que ni b a† son operadores autoadjuntos
a ni b
y, por lo tanto, sus valores propios no tienen por qué ser reales. Entonces, llamando
Problemas resueltos 295

z ∈ C a un valor propio de b a y ξ z (x) a su vector propio correspondiente, la ecuación


que debe satisfacerse es
r r
~ dξ z (x) mω
b
aξ z (x) = zξ z (x) ⇒ + xξ (x) = zξ z (x) ,
2mω dx 2~ z
cuya solución es inmediata
à r !
mω 2 2mω
ξ z (x) = A exp − x + zx ,
2~ ~

siendo A una constante de normalización. Esta solución ξ z (x) existe para cualquier
z complejo, con lo que ba tiene un espectro continuo que llena todo el campo complejo.
Nótese que en el caso en que z es real, z = z0 ∈ R, la función ξ z0 (x) puede escribirse
de la forma
à p !2
2 x − 2~/mωz0
ξ z0 (x) = A exp z0 exp − p
2~/mω
p p
que es una función gaussiana centrada en x0 = z0 2~/mω y anchura ∆x = 2~/mω.
a† y sea ξ +
Por otra parte, llamemos z+ a un posible valor propio del operador b z (x)
su función propia correspondiente. Entonces,
r r
† + + ~ dξ +z (x) mω +
b
a ξ z (x) = z+ ξ z (x) ⇒ − xξ (x) = z+ ξ +z (x) ,
2mω dx 2~ z
con solución
à r !
mω 2 2mω
ξ+
z (x) = A exp x + z+ x .
2~ ~

Esta función no sólo no es integrable, sino que se hace infinita para x → ±∞. Así,
a† no tiene funciones propias dentro del espacio de Hilbert.
pues, el operador b
b) Escribamos ξ z (x) como combinación lineal de las funciones propias φn del hamil-
toniano del oscilador; es decir
X
∞ X

ξ z (x) = cn φn (x) con |cn |2 = 1.
n=0 n=0

Para que sea autofunción de b


a con autovalor z se ha de cumplir que b
aξ z (x) = zξ z (z),
por lo tanto,
X
∞ X
∞ X

√ X

b
a cn φn (x) = cn b
aφn (x) = ncn φn−1 (x) = z cn φn (x) .
n=0 n=0 n=1 n=0

Cambiando los índices del penúltimo sumatorio tendremos la igualdad


X

√ X

n + 1cn+1 φn (x) = zcn φn (x) .
n=0 n=0
296 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

Pero si dos vectores son iguales, deben coincidir sus coordenadas. Como consecuencia,

n + 1cn+1 = zcn ; n = 0, 1, 2, . . .

o bien
z z
cn+1 = √ cn =⇒ cn = √ cn−1 ,
n+1 n
que nos da una ley de recurrencia para las coordenadas del autovector. Evidentemente
c0 6= 0 puesto que de lo contrario todos los índices serían nulos. Así,

z z2 z3
c1 = √ c0 , c2 = √ c0 , c3 = √ c0
1 2×1 3×2×1
y, en general,
zn
cn = √ c0 .
n!
Imponiendo la condición de normalización de ξ z (x) obtenemos el valor de c0 :

X
∞ X∞
|z|2n ¡ ¢
|cn |2 = 1 ⇒ 1 = |c0 |2 = |c0 |2 exp |z|2 .
n=0 n=0
n!

En definitiva, un autovector normalizado de b


a con autovalor z tiene la forma

¡ ¢X∞
zn
ξ z (x) = exp − |z|2 /2 √ φn (x) ,
n=0 n!

y la serie converge para cualquier valor de z real o complejo. Obtenemos de nuevo que
el espectro del operador b a es continuo y llena el campo complejo. A los autovectores
de ba se les denomina estados coherentes.
Por último si ξ +
z (x) es autovector normalizado de b a† con autovalor z+ y lo escribimos
en la base de las funciones propias φn

X

a† ξ +
b z (x) = z+ ξ +
z (x) = a+ φn (x)
cn b
n=0
X

√ X

= n + 1cn φn+1 (x) = z+ cn φn (x) .
n=0 n=0

Por tanto,
X

√ X

ncn−1 φn (x) = z+ cn φn (x) ,
n=1 n=0

que nunca se cumple a no ser que c0 = c1 = ... = 0. Por tanto, llegamos de nuevo a la
conclusión de que no hay funciones propias (normalizables) del operador ba† . ¡Nótese,
como se ve en este caso, que los autovalores de un operador no tienen por qué ser los
complejos conjugados de los de su adjunto!
Problemas resueltos 297

­ †®
Problema 4.17. Obtener la evolución temporal de los valores medios b a
y hb
ai.
Solución:
A partir de la ecuación para la evolución temporal de los valores medios, obtenemos
­ †®
d ba t i Dh b † iE D E D E D E
= H, b
a = iω b a† ⇒ a† = b
b a† exp (+iωt)
dt ~ t t 0

y, análogamente,
d hb
ait i Dh b iE
= H, b
a = −iω hb
ait ⇒ hb
ait = hb
ai0 exp (−iωt) .
dt ~

b t y hPbx it para un
Problema 4.18. Obtener la expresión explícita para hXi
oscilador armónico.
a) Por aplicación
­ †directa
® del teorema de Ehrenfest.
b) A partir de ba t y hb
ait .
Solución:
a) Aunque ya resolvimos esta parte del problema en el capítulo 3, recordemos el
razonamiento. Por la primera ecuación de Ehrenfest
d D bE 1 Db E
X = Px ,
dt t m t

y derivando una vez más con respecto a t y usando la segunda ecuación de Ehrenfest,
d2 D b E 1 d Db E 2
D E
b .
X = Px = −ω X
dt2 t m dt t t

Tenemos así una ecuación diferencial de segundo orden en el tiempo para el valor
esperado de la posición. Integrando la misma llegamos a
D E
D E D E Pbx
Xb = X b cos ωt + 0
sin ωt ,
t 0 mω
y utilizando la primera ecuación de Ehrenfest,
D E d D bE D E D E
Pbx = m X = Pbx cos ωt − mω X
b sin ωt.
t dt t 0 0

b en función de b
b) Escribiendo X a† y b
a, y usando el resultado del problema anterior

D E r
b ~ D † E
X = b
a +b a
t 2mω t
r ³D E ´
~
= a† exp (+iωt) + hb
b ai0 exp (−iωt)
2mω 0
r r
~ ³D † E ´ ~ ³D † E ´
= b
a + hbai0 cos ωt + i b
a ai0 sin ωt
− hb
2mω 0 2mω 0
D E
D E b
Px
= b cos ωt +
X 0
sin ωt.
0 mω
298 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

De idéntico modo se obtiene hPbx it .

Problema 4.19. Un oscilador armónico cuántico de frecuencia ω se encuen-


tra inicialmente en un estado coherente
2 /2 X∞
zn
Ψ(x, 0) = ξ z (x) = e−|z| √ φn (x) con z ∈ R+
n=0 n!

a) Calcular la función de onda Ψ(x, t) en cualquier instante posterior y


demostrar que es una función propia de b a.
b) A partir del resultado anterior, obtener hXi b t y (∆X)
b t.
c) Calcular hHi b t.
b t y (∆H)
Solución:
a) Ya hemos visto en un problema anterior que el estado ξ z (x) es autoestado de b
a
con valor propio z. Ahora, teniendo en cuenta que los valores de la energía para el
oscilador son En = (n + 1/2)~ω, el estado del oscilador en un instante t será

2 /2 X∞
zn
Ψ(x, t) = e−|z| √ φn (x) e−iEn t/~
n=0 n!
2 /2 X∞
zn
= e−|z| √ φn (x) e−inωt e−iωt/2 ,
n=0 n!

que también puede escribirse


X∞ ¡ ¢n
2 /2 ze−iωt
Ψ(x, t) = e−iωt/2 e−|z| √ φn (x) ≡ ξ z(t) (x) ,
n=0 n!

donde hemos llamado z(t) ≡ ze−iωt . Es decir, Ψ(x, t) ≡ ξ z(t) (x) es función propia de
a con valor propio ze−iωt .
b
b) Por el resultado anterior
³ ´ ³ ´ ³ ´
ait = ξ z(t) , b
hb aξ z(t) = ξ z(t) , z(t)ξ z(t) = z(t) ξ z(t) , ξ z(t) = z(t)

D E ³ ´ ³ ´ ³ ´
a† = ξ z(t) , b
b a† ξ z(t) = baξ z(t) , ξ z(t) = z ∗ (t) ξ z(t) , ξ z(t) = z ∗ (t)
t

D E ³ ´ ³ ´ ³ ´
ba† b a† b
a = ξ z(t) , b aξ z(t) = b aξ z(t) = |z(t)|2 ξ z(t) , ξ z(t) = |z(t)|2
aξ z(t) , b
t

D E Dh i E
b a† = b
ab a† + b
a, b a† b
a = 1 + |z(t)|2 .
t t

Por tanto,
D E r r r
b = ~ D † E ~ 2~
X b
a +b
a = (z ∗ (t) + z(t)) = z cos ωt.
t 2mω t 2mω mω
Problemas resueltos 299

D E D³ ´³ ´E ¿³ ´ À
b2 ~ ~ 2
X = ba† + b
a b a† + b
a = a† + b
b a† b
a+b
aba† + b
a2
t 2mω t 2mω t
~ ³ ´
∗ 2 2 2
= (z (t)) + 1 + 2 |z(t)| + (z(t))
2mω
~ ¡ ¢ ~ D E2
= 1 + 4z 2 cos2 ωt = + X b .
2mω 2mω t

Entonces,
³ ´ rD E D E2 r ~
b
∆X = b2
X b =
− X .
t t t 2mω
Así, pues, el valor esperado de la posición oscila en el tiempo con frecuencia ω pero la
desviación típica permanece constante en el tiempo. La forma de la función de onda
ξ z(t) (x) es una gaussiana y se desplaza como un todo sin cambiar su forma.

c) Evidentemente, basta con calcular hHi b y ∆H b para t = 0, ya que la energía es una


constante del movimiento. Entonces,
D E ³ ´
b
H = bω ξ =
ξz , H z
³ ´ µ ¶
~ω 1
= a† b
(ξ z , ξ z ) + ~ω ξ z , b aξ z = ~ω + |z|2
2 2

D E ³ ´ ³ ´
b2
H = ξz , Hb 2 ξ z = Hξ b z
b z , Hξ
³ ´ ~2 ω 2
= ~2 ω 2 b a† b a† b
aξ z , b aξ z + (ξ z , ξ z )
4
2 2 ³ ´ 2 2 ³ ´
~ ω ~ ω
+ a† b
ξz , b aξ z + ba† b
aξ z , ξ z .
2 2
Pero
³ ´ ³ ´ ³ ´ ¡ ¢
ba† b a† b
aξ z , b aξ z = |z|2 ba† ξ z , b
a† ξ z = |z|2 ξ z , ba† ξ z = |z|2 |z|2 + 1 ,
ab

de modo que
D E µ ¶
b 2 = ~2 ω2 |z|4 + 2 |z|2 + 1
H
4

y, finalmente,
rD E D E2
b =
∆H b2 − H
H b = ~ω |z| .

Nota: En este problema hemos considerado que el parámetro z que


define el estado coherente es real y positivo. Los resultados pueden ge-
neralizarse a cualquier valor complejo z = |z| eiδ . En este caso, es fácil
ver que el argumento del número complejo se transforma en una simple
fase en todas las dependencias temporales armónicas.
300 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

Problema 4.20. Obtener la ecuación para la evolución temporal del estado


cuántico de un oscilador armónico en la representación de momentos a
partir de la ecuación correspondiente en el espacio de posiciones.
Solución:
La evolución en el espacio de posiciones obedece a la ecuación de Schrödinger

~2 ∂ 2 Ψ(x, t) 1 ∂Ψ(x, t)
− + mω2 x2 Ψ(x, t) = i~ ,
2m ∂x2 2 ∂t

que se obtiene a partir del hamiltoniano clásico y la asignación estándar x → X b =


x y p → Pbx = −i~∂/∂x. Multiplicando la ecuación anterior por exp (−ipx/~) e
integrando, obtenemos
Z 2 Z
~2 ∂ Ψ(x, t) 1 2
− exp (−ipx/~) dx + mω x2 Ψ(x, t) exp (−ipx/~) dx =
2m ∂x2 2

Z

= i~ Ψ(x, t) exp (−ipx/~) dx.
∂t
Veamos qué representan cada uno de los términos de esta ecuación. Integrando por
partes el primer sumando y suponiendo que Ψ ∈ L2 (R)
Z 2
∂ Ψ(x, t) −ipx/~
e dx =
∂x2

¸+∞ Z
∂Ψ(x, t) ip ∂Ψ(x, t)
= exp (−ipx/~) − + exp (−ipx/~) dx
∂x −∞ ~ ∂x
¸+∞ µ ¶2 Z
ip ip
= Ψ(x, t) exp (−ipx/~) + Ψ(x, t) exp (−ipx/~) dx
~ −∞ ~
Z
p2
= − 2 Ψ(x, t) exp (−ipx/~) dx.
~
Por otra parte, la integral del segundo sumando es
Z Z ∙ ¸
∂ 2 exp (−ipx/~)
x2 Ψ(x, t)e−ipx/~ dx = Ψ(x, t) −~2 dx
∂p2
Z
∂2 ∂2 e
= −~2 2 Ψ(x, t) exp (−ipx/~) dx = −~2 2 Ψ(p, t),
∂p ∂p
donde hemos escrito
Z
Ψ(p, t) = Ψ(x, t) exp (−ipx/~) dx,

que es la transformada de Fourier de la función Ψ (x, t). En resumen, la ecuación se


puede escribir como

1 2e 1 e t)
∂ 2 Ψ(p, e t)
∂ Ψ(p,
p Ψ(p, t) − mω2 ~2 2
= i~ .
2m 2 ∂p ∂t
Problemas resueltos 301

Esta es la ecuación que buscábamos.


A este mismo resultado habríamos llegado a partir del hamiltoniano clásico y la
asignación x → X b = i~ ∂/∂p y p → Pbx = p.
Nótese que, en este caso concreto de un oscilador armónico, las ecuaciones para Ψ(x, t)
e t) tienen, en esencia, la misma forma. Por lo tanto, todos los resultados que
y Ψ(p,
obtengamos en una representación se pueden traducir directamente a la otra.

Problema 4.21. Una partícula de masa m sometida a un potencial armónico


V (x) = 12 mω2 x2 viene descrita en el instante t = 0 por la función de onda
X∞ µ ¶n
1
Ψ(x, 0) = A √ φn (x),
n=0
2

siendo φn (x) la n−ésima función propia normalizada del oscilador armónico


correspondiente al estado de energía En = (n + 1/2)~ω.
a) Calcular la constante de normalización A.
b) Escribir la expresión de Ψ(x, t) para todo instante t > 0.
c) Demostrar que |Ψ(x, t)|2 es una función periódica en el tiempo y calcular
su periodo.
d) Calcular el valor esperado hEi de la energía de la partícula.
Solución:
a) La constante A se obtiene de la condición de normalización
Z +∞
1= Ψ∗ (x, 0)Ψ(x, 0)dx.
−∞

Como Ψ(x, 0) está escrito como una combinación lineal (infinita) de los autoestados
de la energía del oscilador
X∞ µ ¶2n X∞
1 1
1 = |A|2 √ = |A|2 n
.
n=0
2 n=0
2

La suma es la de una progresión geométrica infinita de razón r = 1/2, cuyo resultado


(1 − r)−1 es bien conocido. Así,
1 1
1 = |A|2 1 = 2A2 ⇒ A= √ .
1− 2 2
b) La expresión de Ψ(x, t) es inmediata:

∞ µ ¶n
1 X 1
Ψ(x, t) = √ √ φn (x) exp (−iEn t/~) ,
2 n=0 2

y recordando que En = (n + 1/2) ~ω


∞ µ ¶n µ µ ¶¶
1 X 1 1
Ψ(x, t) = √ √ φn (x) exp −iωt n +
2 n=0 2 2
µ ¶
e−iωt/2 X e−iωt
∞ n
= √ √ φn (x).
2 n=0 2
302 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

c) De la evolución temporal de las funciones propias


"∞ µ ¶n #" ∞ µ #
2 1 X eiωt X e−iωt ¶m
|Ψ(x, t)| = √ φn (x) √ φm (x)
2 n=0 2 m=0
2

(recuérdese que las funciones propias del oscilador son reales). Así,
µ ¶n+m
2 1X 1
|Ψ(x, t)| = √ φn (x) φm (x) exp (iω (n − m) t) .
2 n,m 2

En esta suma, por cada término n, m hay un correspondiente m, n; por tanto,


reuniendo estos términos dos a dos la suma queda
X µ 1 ¶n+m
|Ψ(x, t)|2 = √ φn (x) φm (x) cos [(m − n) ωt] ,
n>m
2

quedando así de manifiesto que la densidad de probabilidad es real. Toda la depen-


dencia temporal está incluida en los cosenos que aparecen en todos los términos del
sumatorio. Estos factores son de la forma cos Kωt donde K es un número natural.
Cada término del sumatorio tiene un periodo
2π 1
TK =
ω K
y, por tanto, T = 2π/ω será un periodo común de todos ellos y la densidad de
probabilidad oscila con la frecuencia del oscilador ω.
d) El valor esperado de la energía, que naturalmente es independiente del tiempo, es
inmediato:
D E 1X ∞ ¯µ ¶ ¯ X∞ µ ¶n µ ¶
¯ 1 n ¯2
Hb = ¯ √ ¯ En = 1 1
n +
1
~ω.
2 n=0 ¯ 2 ¯ 2 n=0 2 2

Si separamos términos,
D E
Hb ∞ µ ¶n ∞ µ ¶n
1X 1 1X 1
= n+
~ω 2 n=0 2 4 n=0 2

1X n 1X 1
∞ ∞
1 1 3
= n
+ = ×2+ ×2=
2 n=0 2 4 n=0 2n 2 4 2

y, así
D E 3
b = ~ω,
H
2
donde hemos usado el valor que ya hemos obtenido para el segundo sumatorio. En
cuanto al primero, cuyo resultado es 2, hay varias formas de calcularlo. Veamos una
muy general. Consideremos el sumatorio
X∞
n
s (A) = n
; A > 1.
n=0
A
Problemas resueltos 303

Evidentemente,
X∞
n X∞
n−1 X 1
∞ X∞
n−1 1
s (A) = n
= n
+ n
= n
+
n=0
A n=0
A n=0
A n=0
A 1 − (1/A)
X∞
n−1 A
= n
+ ,
n=0
A A −1

y, formalmente, podemos escribir


Z Z ÃX∞
! Z
n−1 A
s (A) dA = n
dA + dA
n=0
A A −1
(∞ Z ) Z
X (n − 1) dA A
= n
+ dA.
n=0
A A −1

Efectuando la primera primitiva,


Z ( ) Z
X∞
1 A
s (A) dA = −A n
+ dA
n=0
A A −1
Z
A2 A
= − + dA.
A−1 A−1
Por tanto,
½ Z ¾
d A2 A
s (A) = −+ dA
dA A−1 A−1
µ ¶
A d A2 A
= − = .
A−1 dA A − 1 (A − 1)2
En nuestro caso s (2) = 2, como ya habíamos anticipado.

Problema 4.22. Hallar las funciones propias y valores propios de la energía


para un oscilador armónico truncado cuyo potencial es
½
∞ x<0
V (x) = 1
2
kx2 = 12 mω2 x2 x > 0.

Solución:
La función de onda en la región x < 0 es idénticamente nula. Por otro lado, en
la región x > 0 la función de onda de energía E ha de verificar la ecuación de
Schrödinger independiente del tiempo de un oscilador armónico de√frecuencia ω. Las
únicas soluciones acotadas son, precisamente, las autofunciones α−1 Hn (x/α) del
oscilador armónico “completo”, donde Hn (u) es la n-ésima función de Hermite y α la
longitud característica del oscilador. Ahora bien, por continuidad en x = 0, sólo son
admisibles las soluciones con n impar, pues se anulan en dicho punto. En definitiva,
los niveles de energía son
µ ¶ µ ¶
1 3
En = 2n + 1 + ~ω = 2n + ~ω, n = 0, 1, 2, ...
2 2
304 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

(esto es, los niveles energéticos impares del oscilador armónico completo) y las auto-
funciones correspondientes
½
0
p x<0
φn (x) =
2/α H2n+1 (x/α) x > 0,

donde el prefactor 2 se incluye a efectos de normalización.

Problema 4.23. Una partícula de masa m se encuentra sometida a un


potencial armónico tridimensional
1 ¡ 2 ¢
V (x, y, z) = k x + 4y 2 + 9z 2
2
Los valores¿ esperados
À de la posición y el momento lineal iniciales de la
³D E D E D E ´ ¿ À ³D E D E D E ´
b b
partícula son R ~ = X , Yb , Z
b b y P ~ = Pbx , Pby , Pbz ,
0 0 0 0 0 0 0 0
respectivamente. Calcularp el valor esperado de la posición y el momento
en el instante tc = (π/2) m/k.
Solución:

El potencial puede escribirse de la forma


1 1 1
V (x, y, z) = mω2 x2 + m(2ω)2 y 2 + m(3ω)2 z 2
2 2 2
p
siendo ω = k/m. Es decir, el potencial es la suma de tres potenciales armónicos uni-
dimensionales desacoplados con frecuencias ωx = ω, ωy = 2ω, ωz = 3ω. Por lo tanto,
los valores esperados a lo largo de cada coordenada evolucionan independientemente
de acuerdo con las expresiones

D E
D E D E Pbx
b
X = Xb cos ωt + 0
sin ωt
t 0 mω
D E
D E D E Pby
Yb = Yb cos 2ωt + 0
sin 2ωt
t 0 2mω
D E
D E D E Pbz
b
Z = Zb cos 3ωt + 0
sin 3ωt
t 0 3mω
p
Para tc = π m/k = π/2ω se tiene ωtc = π/2 y así
D E D E
D E Pbx D E D E D E Pbz
b
X = 0
Yb = − Yb b
Z =− 0
tc mω tc 0 tc 3mω

Problema 4.24. Un haz de partículas libres de energía E inciden desde


la izquierda sobre una barrera de potencial de altura V0 < E y anchura a
Problemas resueltos 305

Fig. 4.13. Barrera de potencial de anchura a y altura V0 (problema 4.24)

(véase la figura 4.13)


a) Obtenga el coeficiente de transmisión para dicho haz.
b) Como consecuencia, ¿existe alguna energía E para la que todas las
partículas superarán la barrera sin que haya partículas reflejadas?
Solución:
a) Planteemos, como es habitual, las ecuaciones que surgen de las condiciones de
empalme del problema. Supongamos que los límites de la barrera están en x = 0 y
x = a. Entonces, las soluciones de la ecuación de Schrödinger en las tres regiones
(región I: x < 0; región II: 0 < x < a; región III: x > a) en que se puede dividir el
potencial son:

x<0: ψ I (x) = A exp(ikx) + B exp(−ikx)


x ∈ [0, a] : ψ II (x) = C exp(iqx) + D exp(−iqx)
x>a: ψ III (x) = F exp(ikx)
√ p
donde k = 2mE/~ y q = 2m(E − V0 )/~.
Las condiciones de empalme son entonces

ψI (0) = ψII (0) ⇒ A+B =C +D


ψ0I (0) = ψ0II (0) ⇒ ik(A − B) = iq(C − D)
ψ II (a) = ψIII (a) ⇒ C exp(iqa) + D exp(−iqa) = F exp(ika)
iq (C exp(iqa) − D exp(−iqa)) =
ψ 0II (a) = ψ0III (a) ⇒
= ikF exp(ika).

A partir de estas cuatro ecuaciones podríamos calcular los cuatro cocientes B/A, C/A,
D/A y F/A. En particular, el coeficiente de transmisión es T = |F/A|2 . Aplicando
la regla de Cramer al sistema de ecuaciones
⎛ ⎞⎛ ⎞ ⎛ ⎞
1 −1 −1 0 B/A −1
⎜ −1 −q/k q/k 0 ⎟ ⎜ C/A ⎟ ⎜ −1 ⎟
⎜ ⎟⎜ ⎟=⎜ ⎟
⎝ 0 eiqa e−iqa −eika ⎠ ⎝ D/A ⎠ ⎝ 0 ⎠
0 qeiqa /k −qe−iqa /k −eika F/A 0
306 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

y, así,
¯ ¯
¯ 1 −1 −1 −1 ¯
¯ ¯
¯ −1 −q/k q/k −1 ¯
¯ ¯
¯ 0 eiqa e−iqa 0 ¯
¯ ¯
F ¯ 0 qeiqa /k −qe−iqa /k 0 ¯ 4qke−ika
= ¯ ¯ = .
A ¯ 1 −1 −1 0 ¯ (q + k)2 e−iqa − (q − k)2 eiqa
¯ ¯
¯ −1 −q/k q/k 0 ¯
¯ ¯
¯ 0 eiqa e−iqa −eika ¯
¯ ¯
¯ 0 qeiqa /k −qe−iqa /k −eika ¯

De esta manera, el coeficiente de transmisión para una energía E > V0 es


¯ ¯2
¯F ¯ 4q 2 k2
TE>V0 = ¯¯ ¯¯ =
A 4q k + (q − k2 )2 sin2 (qa)
2 2 2
µ ³p ´¶−1
1
= 1+ sin2 β (ε − 1) ,
4ε (ε − 1)

donde ε = E/V0 y β = 2ma2 V0 /~2 . En la figura 4.14 representamos TE>V0 para una
barrera de potencial caracterizada por el parámetro adimensional β = 5.

Fig. 4.14. Coeficiente de transmisión para una barrera de potencial con β = 5 y


energía incidente mayor que la energía de la barrera (problema 4.24)

b) A partir del resultado anterior, TE>V0 = 1 si 2 7


³p ´ q
sin2 β (ε − 1) = 0 ⇒ β 2 (ε − 1) = nπ , con n = 1, 2, 3, ...

2 7 El caso n = 0 se excluye, porque


µ ¶ −1
β 4
TE=V0 = 1+ = .
4 4+β
Problemas resueltos 307

esto es,

π 2 ~2 2
E = V0 + n , con n = 1, 2, 3, ...
2ma2
Este resultado puede interpretarse como sigue: si λB = 2π/q es la longitud de onda
de De Broglie de las partículas en la región II (es decir, sobre la barrera), la condición
anterior puede escribirse como a = nλB /2; es decir, la anchura de la barrera a contiene
un número entero de veces media longitud de onda de De Broglie. Si se cumple esto,
la onda reflejada en x = a interferirá destructivamente con la onda reflejada en x = 0
y, en consecuencia, no habrá onda reflejada neta: la totalidad de la onda incidente
pasará a la región III.
Sin embargo, no hay necesidad de usar la expresión general de T para responder a la
pregunta concreta que plantea este apartado del problema. Lo que queremos saber
en realidad es si B puede ser nulo y esto es mucho más sencillo. En efecto, si B = 0
las dos primeras condiciones de empalme dan C = A(q + k)/2q y D = (q − k)A/2q.
Por otra parte, eliminando F de los dos últimas condiciones de empalme obtenemos

C(q + k) exp(iqa) − D(q − k) exp(−iqa) = 0

y sustituyendo los valores de C y D obtenidos en términos de A se llega inmediata-


mente a
nπ nπ~
sin qa = 0 ⇒ a= = p
q 2m(E − V0 )

que es la condición que debe satisfacerse para que no haya partículas reflejadas.

Problema 4.25. (*) Una partícula de masa m se encuentra sometida a


una fuerza constante dirigida en la dirección X − . Como consecuencia, el
potencial que actúa sobre la misma es

~2
V (x) = x,
2ma3
siendo a una constante con dimensiones de longitud. Hallar la función
propia de una partícula con energía E mediante los dos siguientes méto-
dos:
a) Resolviendo directamente la ecuación de Schrödinger en la representación
de posiciones.
b) Tratando el problema en la representación de momentos.
Solución:
a) En la representación de posiciones la ecuación de Schrödinger es de la forma
µ ¶
~2 d2 ~2
− + x φE (x) = EφE (x) ,
2m dx2 2ma3

o bien
µ ∙ ¸¶
d2 x 2mEa2
−a2 + − φE (x) = 0.
dx2 a ~2
308 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

Si llamamos x0 es el punto de retroceso clásico dado por E = V (x0 ) y definimos la


variable adimensional
x − x0 x 2mEa2
u= = − ,
a a ~2
entonces nos queda
µ ¶
d2
− + u φE (x) = 0,
du2
lo que sugiere que la función de ondas depende únicamente de la variable u:

x 2mEa2
φE (x) = ψ (u) ; u= − .
a ~2
Esto es, todas autofunciones son idénticas salvo traslación de la variable u. Ello es
lógico debido a la simetría del problema (piense que la única diferencia entre una
partícula con energía E y otra con energía E 0 es la situación del punto clásico de
retroceso).
Tenemos, por tanto, que hallar la solución de la ecuación diferencial
µ ¶
d2
− 2 + u ψ (u) = 0.
du
La solución general de la misma es

ψ (u) = A Ai (u) + B Bi (u) ,

donde Ai (u) y Bi (u) son las llamadas funciones de Airy, que cumplen

lim Ai (u) = 0 ; lim Bi (u) = +∞.


u→∞ u→∞

Dado que la función de ondas ha de estar acotada, B = 0. En definitiva


µ ¶
x 2mEa2
φE (x) = A Ai − ,
a ~2
siendo A una constante arbitraria.
En la figura 4.15 representamos ρ (x) = |φE (x)|2 para el caso en que E = 0.
Nótese cómo en la región clásicamente prohibida (x > 0) la densidad de probabilidad
disminuye exponencialmente, mientras que en la región clásicamente accesible ρ (x)
posee un comportamiento de onda estacionaria en el que la longitud de onda y la
amplitud disminuyen a medida que |x| aumenta. Esto es acorde con la siguiente
interpretación semiclásica: a medida que x disminuye, la velocidad de la partícula es
mayor, por lo que la longitud de Broglie y la probabilidad de encontrar a la partícula
en x disminuyen.
b) Si ahora planteamos la ecuación de Schrödinger en la representación de momentos,
recordando que la asignación de operadores es Xb → i~d/dp y Pbx → p, tendremos
µ 2 ¶
p i~3 d e e (p)
+ φE (p) = E φ E
2m 2ma3 dp
Problemas resueltos 309

Fig. 4.15. Densidad de probabilidad para un estado estacionario de una partícula de


masa m sometida a una fuerza constante (problema 4.25).

o, lo que es lo mismo,

~ d e a2 ¡ ¢
e (p) .
φE (p) = i 2 p2 − 2mE φ E
a dp ~

Si hacemos el cambio de variable q = ap/~ la ecuación nos queda

de ¡ ¢
φ (p) = i q 2 − ε φe (p) ,
dq E E

donde ε = 2ma2 E/~2 . La solución general de esta ecuación diferencial es sencilla:


½ µ 3 ¶¾
φ e (q) = C exp i q − εq
e (p) = ψ .
E E
3

Como consecuencia,
Z +∞ µ ¶
C e (p) exp ipx
φE (x) = √ φE dp
2π~ −∞ ~
Z +∞ µ 3¶ µ ¶
q iqx
∝ exp i exp − iεq dq.
−∞ 3 a

Pero
iqx ³x ´
− iεq = iq − ε = iqu
a a
por lo que
Z +∞ ½ µ 3 ¶¾
q
φE (x) = ψ (u) ∝ exp i + qu dq.
−∞ 3
310 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

Nótese que el argumento de la exponencial es una función impar en q, luego


Z +∞ µ 3 ¶
q
φE (x) = ψ (u) ∝ cos + qu dq.
0 3
De hecho, puede demostrarse que la última integral es, salvo constante multiplicativa,
la transformada de Fourier de la función de Airy Ai (u), que fue la solución encontrada
en el apartado a).

Problema 4.26. (*) Una partícula de masa m está bajo la acción del po-
tencial

⎨ 0 si x < 0
V (x) = ~2 , con a > 0.
⎩ x si x ≥ 0
2ma3
¡ ¢
Obtenga la función de ondas de una partícula cuya energía es E = ~2 / 2ma2 .
Solución:
Aplicando el resultado de un problema anterior, en la región x ≥ 0 la función de
ondas φE (x) es igual a la función de Airy Ai (u). En concreto,
µ ¶ ³x ´
x 2mEa2
φE (x ≥ 0) = Ai (u) = Ai − 2
= Ai −1 .
a ~ a

Fig. 4.16. Densidad de probabilidad para una partícula en un estado estacionario del
sistema correspondiente al problema 4.26.

Por otro lado en la región x ≤ 0 la evolución de la partícula es libre; por tanto


introduciendo el número de ondas,
1√ 1
k= 2mE = ,
~ a
tenemos
µ ¶ µ ¶
ix −ix
φE (x ≤ 0) = A exp + B exp .
a a
Problemas resueltos 311

Aplicando las condiciones de continuidad de la función de onda y de su derivada en


x=0
i 1
A + B = Ai (−1) ; (A − B) = Ai0 (−1) ,
a a
de donde obtenemos2 8
³x´ ³x´
φE (x ≤ 0) = Ai (−1) cos + Ai0 (−1) sin .
a a

√ la figura 4.16), φE (x ≤ 0) es una onda esta-


Esto es, como era de esperar (véase
cionaria con longitud de onda λ = h/ 2mE.

Problema 4.27. Calcular el valor aproximado del coeficiente de transmisión


T para una partícula de energía E < V0 que incide desde la izquierda sobre
una barrera de potencial de la forma (véase la figura 4.17)
½
0 x<0
V (x) =
V0 − kx x ≥ 0.

Solución:

Fig. 4.17. Barrera de potencial correspondiente al problema 4.27.

Para obtener la solución exacta de este problema deberíamos resolver primero la


ecuación de Schrödinger en la región x ≥ 0,

~2 d2 ψ (x)
− + (V0 − kx) ψ (x) = Eψ (x) ,
2m dx2
que, como hemos visto en los problemas anteriores para el caso de un potencial lineal,
dará una función de Airy. A continuación, tendríamos que empalmar dicha función
en x = 0 la solución en la región x < 0 que, evidentemente, es una superposición de
una onda plana incidente y una onda plana reflejada. Y, finalmente, resolveríamos el
sistema resultante para las amplitudes.
2 8 Las funciones de Airy y sus derivadas están tabuladas. En concreto Ai (−1) ' 0, 5356 y

Ai0 (−1) ' −0, 0102.


312 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

De forma más cualitativa, resulta evidente que entre x1 = 0 (primer punto de


retroceso clásico, que es donde la partícula empieza a penetrar en el potencial) y
x2 = (V0 − E) /k (segundo punto de retroceso clásico) la amplitud de la función de
onda disminuirá, aunque lo hará más lentamente que en una barrera cuadrada pues
también disminuye la diferencia V (x) − E. A partir de x2 la función de onda será
algo similar a una exponencial compleja con longitud de onda variable.
El enunciado del problema pide simplemente un valor aproximado que nos diga cómo
va a depender el coeficiente de transmisión con la energía. Para ello podemos usar
la fórmula de Gamow que se vio en la sección 4.9 al estudiar la transmisión en una
barrera cuadrada:
½ Z ¾
2 x2 p
T ' exp − 2m (V (x) − E)dx .
~ x1

Entonces
( Z )
2 (V0 −E)/k p
T ' exp − 2m (V0 − kx − E)dx
~ 0
½ √ ¾
4 2m
' exp − (V0 − E)3/2 .
3~k

Como se ve, la dependencia del coeficiente de transmisión con la energía es más


fuerte que en p el caso de una barrera cuadrada (donde el coeficiente tiene la expresión
T ∼ exp[− 2a ~
2m (V0 − E)]. La razón para ello es que, en el caso de una barrera
cuadrada, una variación de E implica simplemente una variación de la constante del
decrecimiento exponencial de la amplitud de la función de onda en la región E < V0 ;
pero el tamaño de dicha región no varía. Por el contrario, con el potencial de este
problema, una variación en E supone además una variación en el grosor de la zona
clásicamente prohibida. Asimismo, la dependencia con k se debe también a esta
razón: cuanto mayor sea k, más rápidamente varía el potencial y, por tanto, el punto
de corte x2 .

Problema 4.28. Una partícula de masa m incide desde la izquierda con


energía E < V0 contra una barrera de potencial de anchura a y altura V0
centrada en el origen. Si la barrera se hace infinitamente estrecha (a → 0) e
infinitamente alta (V0 → ∞), pero de forma que el producto aV0 ≡ g se
mantiene constante, el potencial al que está sometida esta partícula será
la “barrera singular” V (x) = g δ (x). Obtener cuál será en este caso el
autoestado de la partícula con energía E, tanto directamente como a partir
del resultado obtenido para la barrera “no singular”.
Solución:
Recordemos (sección 4.9) que la expresión de la función de onda φE (x) para una
barrera de potencial de estas características era


⎨ A exp (ikx) + B exp (−ikx) si x ≤ −a/2
φE (x) = C exp (qx) + D exp (−qx) si x ∈ [−a/2, a/2]

F exp (ikx) si x ≥ a/2,
Problemas resueltos 313

con
¡ ¢
B e−ika k2 + q 2 sinh qa
=
A 2iqk cosh qa + (k2 − q 2 ) sinh qa

C ik (q + ik) e−(q+ik)a/2
=
A 2iqk cosh qa + (k2 − q 2 ) sinh qa

D ik (q − ik) e(q+ik)a/2
=
A 2iqk cosh qa + (k2 − q 2 ) sinh qa

F 2iqke−ika
= .
A 2iqk cosh qa + (k2 − q 2 ) sinh qa
y siendo
√ p
2mE 2m (V0 − E)
k= ; q= .
~ ~
Si a → 0, la función de ondas del autoestado de energía E tendrá sólo dos regiones
½
A exp (ikx) + B exp (−ikx) si x ≤ 0 √
φE (x) = ; k = 2mE/~.
F exp (ikx) si x ≥ 0
Teniendo en cuenta que V0 = g/a, el momento q del caso general será
r
2m ³ g ´
q= 2
−E
~ a
y, en el límite a → 0,
r
2mg 1 γ
q= √ ≡ √ ,
~2 a a
p
donde hemos llamado γ ≡ 2mg/~2 . De esta manera,
√ √ √ γ2
sinh qa → sinh γ a ∼ γ a ; cosh qa → cosh γ a ∼ 1 ; k2 ± q 2 → ±
a
y, por tanto, los coeficientes B/A y F/A resultan ser
¡ ¢
e−ika k2 + q 2 sinh qa
B/A = lim
a→0 2iqk cosh qa + (k 2 − q 2 ) sinh qa

γ2 √
γ a γ2
= lim γk a γ 2 √ =
a→0 2i √ − γ a 2ik − γ 2
a a

2iqke−ika
F/A = lim
a→0 2iqk cosh qa + (k2 − q 2 ) sinh qa
γk
2i √ a 2ik
= lim γ2 √
= .
a→0 γk
2i √ − γ a 2ik − γ 2
a a
314 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

Si resolviésemos directamente la ecuación de Schrödinger independiente del tiempo,

µ ¶
~2 d2
− + g δ (x) − E φE (x) = 0,
2m dx2

tendríamos que la función de ondas es


½
A exp (ikx) + B exp (−ikx) si x ≤ 0 √
φE (x) = ; k= 2mE/~.
F exp (ikx) si x ≥ 0

Por continuidad en x = 0 obtenemos

A + B = F. (*)

Pero el potencial es singular en x = 0, por lo que no podemos imponer la continuidad


en la derivada de φE (x). La segunda condición, que nos permitirá hallar los coe-
ficientes B/A y F/A, se tiene que obtener directamente a partir de la ecuación de
Schrödinger. Así, nos queda
½
dφE (x) ikA exp (ikx) − ikB exp (−ikx) si x ≤ 0
=
dx ikF exp (ikx) si x ≥ 0.

Pero dφE (x) /dx es discontinua en x = 0, por lo que su segunda derivada d2 φE (x) /dx2
ha de obtenerse en el sentido de distribuciones, como se vio en la sección 2.14. Recor-
dando lo que allí se hizo podemos escribir directamente que:
½ 00
d2 φE (x) φE (x) si x 6= 0
=
dx2 ik (F + B − A) δ (x) si x = 0.

Como la delta de Dirac es nula si x 6= a, la ecuación de Schrödinger desarrollada es

~2 00 ~2
− φE (x) − ik (F + B − A) δ (x) + g δ (x) φE (0) − E φE (x) = 0,
2m 2m
donde las deltas han de cancelarse. De esta forma,

~2
ik (F + B − A) = g φE (0) = gF,
2m
y así obtenemos la segunda ecuación que necesitábamos:

γ2
F +B−A= F. (**)
ik
Resolviendo el sistema de ecuaciones formado por las ecuaciones (∗) y (∗∗) obtenemos

γ2
B/A =
2ik − γ 2
2ik
F/A = ,
2ik − γ 2
que coinciden con los valores que ya se habían obtenido antes.
Problemas resueltos 315

Una forma alternativa (de hecho, equivalente) de obtener la segunda ecuación es


mediante el argumento que se vio en la sección 4.4 (expresión 4.36). En nuestro caso,
2m
φE (0+ ) − φE (0− ) = gφE (0) ⇒ ik(F − A + B) = γ 2 F.
~2

Problema 4.29. Consideremos una partícula bajo la acción del potencial


V (x) = −g δ (x), siendo g una constante positiva. Hállense los estados
estacionarios ligados así como sus energías.
Solución:
Este sistema físico puede considerarse como un pozo cuadrado muy estrecho y muy
profundo. Los estados estacionarios ligados podrían obtenerse mediante un método
similar al visto en el problema anterior (calcular los autoestados de un pozo cuadrado
finito y, a continuación, tomar el límite de anchura nula). Sin embargo, es mucho más
sencillo abordar directamente el problema y tener en cuenta que las derivadas han de
realizarse en sentido de distribuciones.
Sea E < 0 la energía de un estado estacionario ligado (si E > 0 nos encontramos con
un autoestado no ligado de H).b Puesto que el potencial es nulo si x 6= 0, la función
de onda la podemos escribir como

φE (x) = C exp (−k |x|) ; k = −2mE/~,

donde la constante de normalización C se obtiene a partir de


Z +∞ Z +∞
C2
1 = C2 exp (−2k |x|) dx = 2C 2 exp (−2kx) dx = .
−∞ 0 k

Por tanto,

φE (x) = k exp (−k |x|) .

Para calcular los valores permitidos de k (y, por ende, de la energía E) tenemos que
ir a la propia ecuación de Schrödinger. Derivando φE (x) una primera vez
½
Ck exp (kx) si x ≤ 0
φ0E (x) =
−Ck exp (−kx) si x ≥ 0,

y, volviendo a derivar,

φ00E (x) = Ck2 exp (−k |x|) − 2Ckδ (x) .

La ecuación de Schrödinger del sistema es entonces

~2 ~2
− Ck2 e−k|x| + Ckδ (x) − gδ (x) φE (x) = EφE (x) .
2m m
Dado que φE (0) = C, al tener que compensarse las deltas de Dirac obligadamente se
cumple que

~2 k
− g = 0.
m
316 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

Por tanto,

gm √ gm g2 m
k= ⇒ −2mE = ⇒ E = − .
~2 ~ 2~2

En definitiva,
¡ sólo
¢ existe un estado ligado φE (x) = k exp (−k |x|), con energía
E = −g2 m/ 2~2 .
De forma alternativa,
¡ ¢ ¡ ¢ 2mg gm
φ0E 0+ − φ0E 0− = −2Ck = − 2 C ⇒ k= .
~ ~2

Problema 4.30. Sea un potencial de la forma



⎨ ∞ si |x| > L/2
V (x) = 0 si a/2 < |x| < L/2

V0 si |x| < a/2,

es decir, un pozo infinito con paredes en x = ±L/2 en cuyo centro hay una
barrera cuadrada de altura V0 y anchura a. Calcular los estados estacio-
narios de este potencial cuando la barrera central se hace infinitamente
estrecha (a → 0) e infinitamente alta (V0 → 0) pero de modo que el pro-
ducto aV0 ≡ g se mantiene constante.
Solución:

Como hemos hecho en un problema anterior, resolveremos este problema de dos


maneras: a partir de la solución general para la barrera central “no singular” y
sustituyendo la barrera por un potencial singular V (x) = gδ(x).
En primer lugar, es evidente que las funciones propias serán idénticamente nulas
fuera del intervalo (−L/2, +L/2). Asimismo, las autoenergías son discretas y con-
b Además, teniendo en cuenta que el potencial es
stituyen el espectro puntual σ p (H).
simétrico, las autofunciones serán alternativamente pares e impares.
Veamos en primer lugar la solución general. Dentro de la región x ∈ (−a/2, +a/2),
la forma de una función propia de energía E dependerá de si E es mayor o menor
que la altura V0 de la barrera central (es decir, de si la región x ∈ (−a/2, +a/2) es
clásicamente permitida o clásicamente prohibida). No obstante, puesto que vamos
a considerar el límite V0 → 0, supondremos siempre E < V0 . Así, las autofunciones
pares serán de la forma

⎨ A sin k(L/2 − x) si a/2 < x < L/2
φE (x) = B cosh qx si − a/2 < x < a/2

A sin k(L/2 + x) si − L/2 < x < −a/2
p p
con k = 2mE/~2 y q = 2m(V0 − E)/~2 . De las condiciones de empalme de la
función y su derivada primera en x = a/2 obtenemos
¾ µ ¶
A sin k(L/2 − a/2) = B cosh qa/2 L a qa
⇒ k cot k − = −q tanh
−kA cos k(L/2 − a/2) = qB sinh qa/2 2 2 2
Problemas resueltos 317

En el caso de las autofunciones impares



⎨ A sin k(L/2 − x) si a/2 < x < L/2
φE (x) = B sinh qx si − a/2 < x < a/2

−A sin k(L/2 + x) si − L/2 < x < −a/2

y las condiciones de empalme dan ahora


¾ µ ¶
A sin k(L/2 − a/2) = B sinh qa/2 L a qa
⇒ k cot k − = −q coth .
−kA cos k(L/2 − a/2) = qB cosh qa/2 2 2 2

√ En el límite a →
p 0, con aV0 ≡ g constante, se tiene q = γ/ a y tanh qa/2 →
γ a/2, siendo γ = 2mg/~2 , y así

kL γ2
k cot =− para autofunciones pares
2 2

kL
k cot = −∞ para autofunciones impares.
2
Vamos a obtener estas mismas ecuaciones suponiendo directamente que en el
centro del pozo cuadrado infinito hay un potencial singular V (x) = gδ(x). Ahora,
una solución par es de la forma
½
A sin k (L/2 − x) si x > 0
φE (x) =
A sin k (L/2 + x) si x < 0

y una solución impar es


½
A sin k (L/2 − x) si x > 0
φE (x) =
−A sin k (L/2 + x) si x < 0.

Aplicando ahora la condición para el salto en la derivada primera


2m
φ0E (0+ ) − φ0E (0− ) = gφE (0),
~2
obtenemos
kL 2mg kL kL γ2
−2kA cos = 2 A sin ⇒ k cot =− autofunciones pares
2 ~ 2 2 2

2mg kL kL
0= A sin ⇒ sin =0 autofunciones impares,
~2 2 2
que coinciden con los resultados ya obtenidos.
Veamos ahora cómo son estas autoenergías y autofunciones. El caso de las auto-
funciones impares es sencillo. En efecto

kL 2nπ 4n2 π2 ~2
sin = 0 ⇒ k2n = ⇒ E2n =
2 µ L¶ 2mL2
2nπ L 2nπ
φ2n (x) = A sin − x = A sin x n = 1, 2, 3, ...,
L 2 L
318 LA FUNCIÓN DE ONDA. SISTEMAS SIMPLES

que coinciden con las autoenergías y autofunciones impares de un pozo cuadrado


infinito sin barrera central infinitamente delgada. Esto es lógico puesto que una
función impar debe anularse necesariamente en x = 0 y, por consiguiente, no será
afectada por la presencia de un potencial singular en este punto.
Por el contrario, las energías de las autofunciones pares deben calcularse numéri-
camente. No obstante, es fácil ver que puesto que cot kL/2 es negativa, kL/2 debe
encontrarse en el segundo o en el cuarto cuadrante, es decir
π kL π (2n − 1)π 2nπ
(2n − 1) < < 2n ⇒ < k2n−1 < n = 1, 2, 3, ...
2 2 2 L L
El valor mínimo de k2n−1 se alcanza cuando γ = 0, es decir, cuando no hay barrera,
y se recuperan así las energías y funciones pares de un pozo cuadrado infinito. Por
su parte, el valor máximo se alcanza para γ = ∞; en este caso, las energías de las
autofunciones pares coinciden con las de las autofunciones impares: los niveles en-
ergéticos están doblemente degenerados. Esto también tiene una sencilla explicación
intuitiva. A medida que crece γ (o g) mayor es la discontinuidad en x = 0 en la
derivada primera de las funciones pares y dichas funciones se curvan cada vez más:
la energía aumenta. Para g → ∞, las funciones deben anularse también en x = 0.
En otras palabras, la barrera central infinitamente delgada es ahora infranqueable y
divide el pozo infinito original de anchura L en dos pozos infinitos de anchura L/2.
Por consiguiente, los niveles energéticos de cada uno de los dos pozos serán ahora

n2 π2 ~2 4n2 π2 ~2
E= 2
= .
2m(L/2) 2mL2
Índice de símbolos y
glosario

CONJUNTOS, NÚMEROS Y FUNCIONES .


∅ : conjunto vacío.
N : conjunto de los números naturales.
R y C : son los conjuntos de los números reales (recta real) y complejos (plano
complejo), respectivamente.
R+ : recta real positiva, esto es [0, ∞).
Re (. . . ) o Im (. . . ) son las partes real e imaginaria de la expresión encerrada entre
los paréntesis.
α∗ es el complejo conjugado de α ∈ C.
δ ij : delta de Kronecker, con valores δ ii = 1 y δ ij = 0 si i 6= j.
hf (x)i es el valor medio o esperado de la función f (x).

Pn (x) son los polinomios de Legendre, definidos en el intervalo [−1, 1], págs. 40 a
43.
Ln (x) son los polinomios de Laguerre, definidos en [0, ∞), págs. 40 a 43.
Ln (x) son las funciones de Laguerre, págs. 40 a 43.
H n (x) son los polinomios de Hermite, definidos en (−∞, ∞), págs. 40 a 43.
Hn (x) son las funciones de Hermite, págs. 40 a 43.
ESPACIOS VECTORIALES O LINEALES .
U es un espacio vectorial complejo, cuyos subconjuntos denotamos por D, R, W, W1 ,
W2 , etc., pág. 17.
En : espacio euclídeo n-dimensional.
Rn : espacio real n-dimensional, R × R × R × . . . R.
P [a, b] es el espacio de los polinomios con coeficientes complejos, definidos en el
intervalo [a, b].
C [a, b] es el espacio de las funciones continuas y acotadas, definidas en el intervalo
[a, b].

319
320 Símbolos y glosario

Cn [a, b] es el espacio de las funciones continuamente derivables n veces, definidas en


el intervalo [a, b].
L (R) R: conjunto de funciones complejas de variable real definidas en R que verifican
R
|φ (x) |dx < ∞ (esto es, las funciones son absolutamente integrables en R).
L2 ([a, b]) : conjunto de funciones complejas
R de variable real definidas en el intervalo
cerrado [a, b] ∈ R que verifican [a,b] |φ (x)|2 dx < ∞ (esto es, las funciones son
de cuadrado sumable en [a, b]).
L2 (Rn ) : espacio de las funciones complejas de variable real (definidas en Rn ) cuyo
cuadrado es sumable o integrable en Rn .
C∞
2 : conjunto de las sucesiones
P convergentes de números complejos ~a = (a1 , a2 , a3 , ...),
con ai ∈ C, tales que ∞ j=1 |aj |2
< ∞.
Combinación lineal : es una suma finita de elementos del espacio vectorial U,
pág. 21.
Subespacio vectorial (o lineal) : es un subconjunto del espacio vectorial U que
es a su vez un espacio lineal.
dim (U) es la dimensión del espacio vectorial U, pág. 22.
lin (W) es la envolvente lineal de W, esto es, el conjunto formado por todos los
elementos de U que son combinación lineal de elementos de W (esto es, se
pueden expresar como una suma finita de ellos), pág. 22.
B es una base lineal de un espacio vectorial U, de dimensión N, pág. 22.
(~u, ~v ) : producto escalar de los vectores ~u y ~v de un espacio vectorial (es un escalar,
en principio ∈ C) , pág. 23.
(φ (x) , ψ (x)) : producto escalar de las funciones φ y ψ (o vectores φ y ψ de un
espacio de funciones) es un escalar ∈ C, pág. 28.
Conjunto ortogonal : es un subconjunto de U cuyos elementos son ortogonales dos
a dos.
W ⊥ : es el complemento ortogonal de un subespacio de Hilbert W, esto es, es el
conjunto de todos los vectores de H que son ortogonales a todos los vectores
del subespacio W ⊂ H, pág. 24.
Espacio pre-Hilbert : espacio vectorial en el que se ha definido un producto es-
calar, pág. 24.
k~uk : norma del vector ~
u de un espacio vectorial (es un escalar ∈ R), pág. 25.
Sucesión de Cauchy : es una sucesión de vectores {~ un }∞
n=1 ⊂ U que cumple
un+i − ~un ) = ~0, para cualquier i ∈ N, pág. 32.
limn→∞ (~
Espacio de Hilbert, H : es un espacio lineal pre-Hilbert en el que las sucesiones
de Cauchy son convergentes, bajo la norma asociada al producto escalar, pág.
32.
Desarrollo de Fourier : Plímite infinitoP
de combinación lineal de elementos de U,
u = limN →∞ N
esto es, ~ ej ≡ ∞
j=1 uj ~ ej .
j=1 uj ~
BF : es una base ortonormal o de Fourier de un espacio de Hilbert H, esto es, todo
vector ~u ∈ H puede escribirse como un desarrollo de Fourier con los elementos
de BF , pág. 36.
Símbolos y glosario 321

H(1) ⊕ H(2) : es el espacio de Hilbert suma directa de los dos subespacios H(1) y
H(2) , pág. 65.
H(1) ⊗ H(2) : es el espacio de Hilbert producto tensorial de los dos subespacios
H(1) y H(2) , pág. 122.

OPERADORES .
b es un operador, esto es, una aplicación de un subespacio D(A)
A b ⊂ H en H tal
b
que a cada vector ~v ∈ D(A) le hace corresponder un segundo vector A b ~v que
pertenece al espacio H, pág. 44.
b es el dominio del operador A,
D(A) b esto es, el conjunto de vectores de H sobre los
que actúa el operador, pág. 44.
b es el recorrido del operador A,
R(A) b esto es, el conjunto de aquellos vectores de H
³ ´
que son el resultado de la actuación del operador sobre los vectores de D A b ,
pág. 44.
Operador lineal es un operador de un espacio de Hilbert H que, para todo ~ u, ~v ∈
b y para todo complejo α, cumple que A
D(A) b (~ b ~u + A
u + ~v ) = A b (α~
b ~v y que A u) =
αAb ~u, pág. 44.
Suma de operadores. Sean A byB b dos operadores lineales de un espacio de Hilbert
³ ´
b b
H. El operador A + B, suma de A b y B,
b se define de la forma A b+B b ~u =
bu + B~
A~ b u, siendo su dominio D(A)
b ∩ D(B),
b pág. 46.
Producto de operadores El operador bb
³ ´ o composición de los ope-
³ A´B, producto
b b b b
radores A y B, se define como AB ~u = A b u y su dominio es el subcon-
b B~
junto de D(B)b formado por aquellos vectores ~ b u ∈ D(A),
u tales que B~ b pág.
46.
Operador inverso A b−1 : es aquel cuya regla de actuación es A b−1 ~ ~ donde
u = w,
b
Aw ~ =~ b
u (su dominio es el recorrido de A), pág. 47.
b† es el operador adjunto de A,
A b pág. 56.

³ matriz´ de un operador lineal : conjunto de números complejos


Elementos de
b ~en , para el operador lineal A.
Akn = ~ek , A b Estos números constituyen una
“matriz” que se denomina representación matricial del operador Ab en la base
BF .
Operador hermítico o autoadjunto : es el que coincide con su adjunto, A b=A b† ,
pág. 56.
Operador unitario es el que, al multiplicarlo por su adjunto, da como resultado el
operador unidad U bU
b† = U b = I,
b †U b pág. 60.
Proyector es un operador Pb hermítico e idempotente (esto es, que Pb 2 = Pb Pb = Pb ),
pág. 64.
Proyector ortogonal PbW es un proyector que nos da la proyección ortogonal de
cualquier vector sobre un subespacio W, pág. 65.
322 Símbolos y glosario

Operadores dependientes de un parámetro se tratan en la pág. 50 y siguien-


tes.

h i
Conmutador de dos operadores A, b Bb =A bB
b−B b A,
b págs. 47 y 165.
h i
Operadores compatibles son los que conmutan, esto es A,b B
b = 0, pág. 47.

CCOC es un conjunto completo de observables (u operadores) compatibles, pág.


112.

Autovector (o vector propio) de un operador A: b se dice que un vector ~


u es un
b
autovector de A (o autofunción si estamos en un espacio de funciones) con
b~
autovalor complejo a si se cumple A u, pág. 67.
u = a~
Autovalor (o valor propio) de un operador A: b el número complejo a es un auto-
b
valor de A si existe un vector ~u (autovector de A)b que verifique la ecuación de
b
autovalores A ~u = a ~u, pág. 67.
³ ´
σp Ab es el espectro puntual (conjunto de autovalores) del operador A, b pág. 67.
³ ´
Autovalor impropio: si existen valores complejos α ∈ / σp A b del operador lineal
Ab para los que, no existiendo ningún vector ~ u que satisfaga estrictamente la
expresión Ab~u = α ~u, es posiblen³
encontrar
´ una
o sucesión de vectores normalizados
un de H tales que la sucesión
~ b−α ~
A un tiende a cero, entonces se dice que
³ ´
el número complejo α ∈ / σp A b es un autovalor impropio, pág. 94.
³ ´
σc Ab es el espectro continuo (conjunto de autovalores impropios) del operador
b pág. 94.
A,
³ ´
σ Ab es el espectro (el conjunto total de los autovalores y de los autovalores im-
propios) del operador A, b pág. 95. A los valores propios del espectro se les llama
valores espectrales.

DELTA DE DIRAC Y TRANSFORMACIÓN DE FOURIER .


δ a (x) o δ (x − a) : función delta de Dirac, pág. 83.
Fb es el operador que efectúa la transformación de Fourier de una función dada,
pág. 90.
ge (k) = Fb {f (x)} es la transformada de Fourier de la función f (x), pág. 90.
Teorema de Plancherel
R : nos dice
R que la transformada de Fourier conserva la nor-
g(y)|2 dy = R |g(x)|2 dx, pág. 91.
ma, esto es, R |e
Símbolos y glosario 323

Producto de convolución, f ∗ g : con dos funciones g(x),R +∞h(x) ∈ L(R) se define


el producto de convolución (g ∗ h) como la función −∞ g(s) h(x − s) ds. Se
cumple que F {g ∗ h} = F {g} F {h}: la transformada de Fourier de un pro-
ducto de convolución es el producto ordinario de las transformadas de Fourier
de las dos funciones, pág. 91.

NOTACIÓN DE DIRAC (secciones 2.18 y 4.3)


Vector ket se representa por |φi, pág. 118 y 223.
Vector bra se representa por hφ|, pág. 114.
Producto escalar se representa por hφ|ηi, pág. 118 y 224.
D E
Elemento de matriz se representa por φ|A|η b , pág. 118.

OPERADORES Y VECTORES CON SIGNIFICADO FÍSICO .


Vector o función de estado : es el que representa un estado de un sistema físico
cualquiera; es un vector de un espacio de Hilbert, pág. 126.
Observable es cualquier variable dinámica A susceptible de ser medida, se repre-
b pág. 126.
senta mediante un operador lineal hermítico A,
Prψ (a) : al medir un observable A, probabilidad de obtener en dicha medida el valor
a, pág. 128.
Reducción o colapso del estado cuántico : es el concepto de que la medida de
un observable A b origina una alteración drástica, incontrolable e irreversible del
estado del sistema, pág. 139.
Estado coherente (o puro), estado incoherente (o mezcla) : págs. 144, 145
y siguientes.
Operador de evolución temporal, U b (t) : es el operador que actúa en el espacio
de los estados de manera que, operando sobre un estado cuántico en el instante
b (t)ψ (0) = ψ (t), pág. 158.
t = 0, nos da el estado cuántico en el instante t: U
b se dice de aque-
Estados con el observable bien definido : para un observable A
b pág. 131.
llos estados que son autoestados de A,
Estados estacionarios : son los que no evolucionan físicamente en el tiempo, pues
su evolución temporal es únicamente un cambio en una fase de módulo unidad,
pág. 161.
Observables medibles simultáneamente : se dice que dos observables A byB b son
medibles simultáneamente si una medida de Bb no interfiere en el resultado de
una medida de Ab inmediatamente posterior, pág. 146.
324 Símbolos y glosario

Conjunto Completo de Observables Compatibles : es el conjunto maximal que,


para un sistema físico determinado, permite preparar un estado cuántico carac-
terizado unívocamente por los autovalores a, b, c, ... de los operadores del con-
b B,
junto, A, b C,
b ..., pág. 149. Los CCOC que contengan al hamiltoniano estarán
formados por las constantes del movimiento, pág. 167
Constante de movimiento es un observable cuyo valor medio es constante en el
tiempo para cualquier estado (sea estacionario o no), pág. 166.
D E
hAi o A b es el valor medio o esperado de la magnitud A (clásicamente) o del
ψ
b (cuánticamente, en el estado ψ), pág. 131.
operador A
∆Ab es la desviación típica o incertidumbre de la magnitud A; nos da información
sobre la dispersión de los resultados de la medida de A, pág. 132.
D E D E
b = A
A b es el valor medio del operador A b para el estado cuántico ψ t = ψ (t),
t ψt
pág. 165.
b es el operador hamiltoniano (los autoestados de H
H b se llaman autoestados de la
energía, que son estados estacionarios).
b es el operador de energía cinética.
K
Vb es el operador de energía potencial.
Xb es el operador de la posición en la variable x (Yb para la variable y, Zb para la
variable z).
Pbx es el operador del momento lineal en la dirección x (Pby para la dirección y, Pbz
para la dirección z), pág. 172.
b L
L, bx, L
b2, L by , L
b z son los operadores del momento angular o cinético, pág. 167.
b es el operador paridad, pág. 216.
Π
Ecuación de Schrödinger : es la que determina la evolución temporal, entre me-
∂ b
didas, del estado cuántico del sistema i~ ψ(t) = Hψ(t), pág. 158.
∂t
Ecuación de Schrödinger independiente del tiempo : es la que, en un sistema
b
físico, da los autoestados de la energía Hϕ n,j = En ϕn,j , , y son estados esta-
cionarios, pág. 161.
Ecuaciones de Ehrenfest : equivalentes cuánticas a las ecuaciones clásicas del
movimiento, que se obtienen a partir de las reglas de conmutación canónicas y
la ecuación de Schrödinger dependiente del tiempo, pág. 178.
Tiempo propio de un observable : es el tiempo τ Ab necesario para que el cambio
en el valor esperado de un observable sea del orden de la incertidumbre del
mismo, pág 169.
Relación de incertidumbre energía/tiempo : se establece entre la incertidum-
b en un estado cuántico y el tiempo propio τ b de cualquier
bre de la energía ∆H A
observable en ese mismo estado, pág. 170.
Relación de incertidumbre de Heisenberg : indica que es imposible medir si-
multáneamente la posición y el momento de una partícula con precisión arbi-
³ ´ ³ ´ ~
b
traria, pues se debe cumplir que ∆X ∆Pbx ≥ , pág. 172.
ψ ψ 2
Símbolos y glosario 325

REPRESENTACIONES DE POSICIONES Y DE MOMENTOS


Representación de posiciones : es la representación en la que se trabaja en la
base de autoestados de la posición del espacio de Hilbert de los estados, pág.
206 y siguientes.
Ψ (x, t) es la función de onda en la representación de posiciones de una partícula
en una dimensión y en el instante t, pág. 207.
Ec. de Schrödinger en la representación de posiciones : es la que está escri-
ta en el espacio de posiciones,
2 2
∂Ψ(x, t) b Ψ (x, t) = − ~ ∂ Ψ(x, t) + V (x)Ψ(x, t), pág. 209.
i~ =H
∂t 2m ∂x2
ρ(x) = |Ψ(x)|2 : densidad de probabilidad asociada a una medida de la posición;
ρ(x)dx es la probabilidad de que al medir la posición de la partícula se tenga
un valor dentro del intervalo (x, x + dx), pág. 206.
J (x) es la corriente de probabilidad, pág. 210.
Representación de momentos : es la representación en la que se trabaja en la
e
base de autoestados del momento lineal (la función de ondas Ψ(p) es la transfor-
mada de Fourier de la función de onda Ψ(x) en la representación de posiciones),
pág. 217 y siguientes.
e
Ψ (p, t) es la función de onda en la representación de momentos de una partícula
en una dimensión y en el instante t, pág. 217.
Ec. de Schrödinger en la representación de momentos : es la que está escri-
ta en esta representación,
e t)
dΨ(p, p2 e 1 ³e e´
i~ = Ψ(p, t) + √ V ∗ Ψ (p), pág. 220.
dt 2m 2π~

OSCILADOR ARMÓNICO
a+ es el operador creación (en el tratamiento operacional del oscilador armónico),
b
pág. 257.
b
a es el operador destrucción (en el tratamiento operacional del oscilador armóni-
co), pág. 257.
Estados coherentes del oscilador : se denominan así a los autovectores de b
a, pág.
296.
Energía del punto cero : pág. 253.

h : constante de Planck h = 6, 64 × 10−34 Js.


~ : constante de Planck racionalizada, h/2π.
e : carga del electrón, e = 1.60 × 10−19 C.
me : masa del electrón, me = 9.11 × 10−31 kg.
326 Símbolos y glosario

μe : momento magnético intrínseco del electrón, pág. 152.


μB : magnetón de Bohr, μB = e~/ (2me ) = 9.27×10−24 J Tesla−1 ' 6×10−9 eV/Gauss,
pág. 152.
g : factor giromagnético, ge ' 2, pág. 152.
α : constante de estructura fina α ≡ e2 /~c, pág. 284.
a0 : radio de Bohr a0 = 4π²o ~2 /me2 ' 0, 53 Å pág. 248.
Bibliografía

Citamos, preferentemente de entre los publicados en español, aquellos textos en los


que se hace una introducción matemática al formalismo de la teoría cuántica. Por
ello, no incluimos en la lista muchos de los textos habituales de Mecánica Cuántica
al nivel de primer ciclo de la licenciatura en CC. Físicas, pues muchos de ellos pasan
casi directamente a las aplicaciones de la teoría.
LIBROS MATEMÁTICOS .
L. Abellanas y A. Galindo Espacios de Hilbert (editorial Eudema, 1988): una
buena referencia para la parte matemática del formalismo de la Mecánica Cuán-
tica.
J. M. Íñiguez Operadores lineales en los espacios métricos (Academia de Ciencias
de Zaragoza, 1946): un libro excelente sobre el tema.
L. Schwartz Métodos matemáticos para las Ciencias Físicas (editorial Selecciones
Científicas, 1969): este texto tiene capítulos sobre la teoría de distribuciones,
convolución y series y transformadas de Fourier.
A. N. Kolmogórov y S. V. Fomin Elementos de la teoría de funciones y del análi-
sis funcional (editorial Rubiños, 1975); Elements of the Theory of Functions
and Functional Analysis (Dover, 1999): un texto completo sobre análisis en
espacios funcionales.

J. von Neumann Fundamentos matemáticos de la Mecánica Cuántica (CSIC, 1991).


P. A. M. Dirac Principios de Mecánica Cuántica (editorial Ariel, 1967); The Prin-
ciples of Quantum Mechanics (cuarta edición, Oxford University Press, 1958).
Dos libros clásicos, con dos soluciones diferentes al problema de los autovalores
continuos. El libro de von Neumann es prácticamente matemático, mientras
que el libro de Dirac contiene aplicaciones físicas.

LIBROS DE MECÁNICA CUÁNTICA .


D. T. Gillespie Introducción a la Mecánica Cuántica. (Ed. Reverté, descataloga-
do): libro conciso y claro, con un tratamiento postulacional semejante a este
texto, aunque tratado de una manera más sencilla.
Luis de la Peña Introducción a la Mecánica Cuántica (UNAM-FCE, México, 3a edición,
2005): texto excelente y moderno.

327
328 Bibliografía

A. Galindo y R. Pascual Mecánica Cuántica. Vol. I y II. (Editorial Eudema):


libro de alto nivel, con un gran rigor matemático que puede resultar difícil
para los alumnos sin los conocimientos requeridos para su lectura (espacios de
Hilbert, teoría de la medida, resolución espectral de operadores). Existe un
volumen adicional con problemas resueltos.
A. Messiah Mecánica Cuántica (2 volúmenes, editorial Tecnos); Quantum Mechan-
ics (Dover, 1999): un texto muy conocido, reeditado recientemente a un precio
asequible en inglés y en un único volumen. Se trata de uno de los textos clási-
cos de la disciplina y hace bastante énfasis en los aspectos matemáticos del
formalismo.
C. Cohen-Tannoudji, B. Diu y F. Lalöe Mécanique Quantique, Tome I et II,
(Hermann, París); Quantum Mechanics, I & II (Wiley, New York): no está
editado en español, pero es sin duda uno de los mejores y más didácticos libros
de texto existentes.

LIBROS DE PROBLEMAS .
R. Fernández Álvarez-Estrada y J. L. Sánchez Gómez 100 problemas de Físi-
ca Cuántica. (Alianza Editorial, 1996): su nivel es intermedio entre el primer
y segundo ciclos.
L. de la Peña y M. Villavicencio Problemas y ejercicios de Mecánica Cuántica
(UNAM-FCE, 2003):˙ complemento del texto de Luis de la Peña.

S. Flügge Practical Quantum Mechanics. (Springer Verlag, Berlin).


F. Constantinescu y E. Magyari Problems in Quantum Mechanics. (Pergamon,
Oxford).
Dos de los libros clásicos de problemas de Mecánica Cuántica. El segundo de
ellos tiene una pequeña introducción teórica en cada capítulo.

TABLAS MATEMÁTICAS .
M.R. Spiegel, J. Liu y L. Abellanas Fórmulas y tablas de matemática aplicada
(Ed. McGraw-Hill, Serie Schaum, 2000).

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