En una reunión de la dirección de la empresa Metalúrgica Santa Rita, el Director
Pedro Cuencas, se mostró indignado por las pésimas condiciones individuales que mantienen los trabajadores por horas. Siendo estos, los que conforman el mayor contingente de mano de obra directa de la fábrica. Cuencas se preocupaba bastante por los hábitos de alimentación, higiene, vestuario, salud e incluso por el bajo nivel de instrucciones de este personal. Como éstos son los principales aspectos que definen la calidad de vida de las personas, su conclusión parece muy sencilla: Los obreros de la empresa tienen un estándar de vida bastante precario. A partir de esta argumentación, se inició una fuerte discusión cuando el director presidente, Pedro Cuenca, solicitó la presencia del Gerente de Recursos Humanos de la empresa, Alberto Gómez. Después de escuchar el problema planteado por la dirección, Alberto procuró mostrar lo que podría ser la filosofía de beneficios sociales de Santa Rita, fundamentada en las necesidades individuales de los obreros. En Primer Lugar: en secuencia cronológica, se sitúan las necesidades fisiológicas, de alimentación, vivienda, reposo y descanso. La empresa podría ayudar en parte a sus obreros en la satisfacción de algunas de estas necesidades. En Segundo Lugar: están la necesidad de seguridad (física y psicológica): necesidad de protección contra enfermedades y accidentes, protección contra adversidades (desempleo, desamparo, incapacidad personal o invalidez, vejez). Oliveira subrayo que estas dos necesidades- fisiológicas y de seguridad- son cruciales para los empleados de niveles inferiores, es decir, los obreros no calificados. En Tercer Lugar: están las necesidades sociales: necesidades de prestigio, estatus, reconocimiento, consideración y respeto. Las necesidades sociales son más considerables entre los obreros especializados, entre los trabajadores por meses y el personal de supervisión (encargados, capataces, supervisores, jefes, etc.) pero son insignificantes para los obreros no calificados. En Cuarto Lugar: están las necesidades de autorrealización personal. Alberto intentó demostrar a la dirección que estas dos últimas necesidades hacen parte de aquello que se acostumbra a llamar factores motivacionales, en tanto que las otras se llaman factores higiénicos. El director presidente hizo anotaciones mientras Alberto presentaba los fundamentos de una filosofía de beneficios sociales. Cuando Alberto terminó su explicación Pedro Cuenca le pidió que presentara en la próxima reunión de la dirección un esquema inicial de un plan integrado de beneficios sociales que pudiera implementarse en etapas cronológicas (las mismas expuestas por Alberto en la presentación de las necesidades Humanas) y que abarcase los diversos segmentos de personal de la empresa: Trabajadores por Hora, Trabajadores por Mes, Personal de supervisión y Jefatura. Además, quería que Alberto definiese cuáles serían los beneficios que la empresa podría ofrecer y cómo podrían ser costeados por la empresa o compartidos entre la empresa y los empleados). Por último solicitó a Alberto que detallase cómo se ofrecerían, y que indicase cuál sería la secuencia de introducción de estos beneficios. Pedro Cuenca subrayó que, como director presidente de la empresa, necesitaría conocer un plan integrado para poder decidir con el resto de la dirección aquello que la empresa pudiera hacer a corto, a mediano o largo plazo, en términos de beneficios sociales. Alberto Gómez salió de la reunión sin ocultar su alegría por haber hecho tomar conciencia del problema a la dirección, pero a la vez no ocultaba su preocupación por tener que presentar un plan tan complicado.