Sie sind auf Seite 1von 7

Artículos de revisión

Rev Med Chile 2014; 142: 204-210

1
Hospital Psiquiátrico El Peral, Neurobiología del trastorno de
2
Santiago de Chile.
PROVISAM, Santiago de Chile. personalidad límite
Recibido el 5 de septiembre de
2012, aceptado el 7 de marzo Simón Guendelman, Loreto Garay1, Viviana Miño2
de 2013.

Correspondencia a:
Simón Guendelman
Del Inca 4446, Depto. 804, Neurobiology of borderline
Santiago de Chile.
simon.guendelman@gmail.com
personality disorder
Borderline personality disorder (BPD) is highly prevalent and associated
with significant dysfunctional behavior and suicide risk. The association with
psychosocial factors is well established, however its neurobiology is not fully
unraveled. According with the revised studies, subjects with BPD have structural
and functional brain alterations, particularly in areas involved in affective and
cognitive regulation and control of impulses. These alterations allow us to un-
derstand the psychopathology of this disorder and partly explain its pathogenesis.
(Rev Med Chile 2014; 142: 204-210)
Key words: Borderline personality disorder; emotional disturbances; Neu-
robiology.

E
l trastorno de personalidad límite (TPL) es borderline personality disorder, affect dysregulation.
una condición psiquiátrica seria y compleja, Buscando integrar coherentemente investigaciones
caracterizada por alteraciones en distintos que han caracterizado este trastorno a partir de los
aspectos psicológicos: desregulación crónica de determinantes genéticos, alteraciones neuroquími-
los afectos, inestabilidad de la auto-imagen y de cas, disfunciones neuropsicológicas y correlatos
la identidad, inestabilidad en las relaciones inter- neuro-anatómicos y neuro-funcionales. Estos
personales y pobre control de los impulsos1. Un hallazgos permitirían concebir de forma inicial
estudio realizado en población general en Estados una fisiopatología particular para este trastorno.
Unidos de Norteamérica estimó que la prevalen-
cia en vida del TPL es de 6%, siendo en hombres
5,6% y en mujeres 6,2%. Esta condición se asocia Hallazgos neurobiológicos
a considerable discapacidad y co-morbilidades
psiquiátricas, siendo las más frecuentes: los tras- Los estudios genéticos en TPL han estimado la
tornos del ánimo (17,2%), los trastornos de an- heredabilidad de este trastorno, mostrando una
siedad (14,8%) y los trastornos por consumo de concordancia de 35% en gemelos monocigóticos
sustancias (9,5%)2. En relación a la etiopatogenia y de 7% en dizigóticos7. Debido a la multipli-
del TPL, estudios longitudinales han permitido cidad de aspectos psicopatológicos y funciones
determinar la importante influencia de los factores cognitivas involucradas, los estudios genéticos
psicosociales, como: diversas formas de disfunción han investigado la asociación entre ciertos genes
familiar3 y violencia intra-familiar4, alteraciones y rasgos dimensionales de este trastorno (por ej.
particulares en la comunicación madre-hijo5 y impulsividad) como forma de entender el impacto
el abuso sexual6. En este artículo presentamos de las variantes genéticas en la conducta humana.
una revisión no sistemática de la literatura sobre Individuos portadores de polimorfismos genéticos
la neurobiología del TPL, utilizando la base de de la enzima MAO-A (monoamino oxidasa A,
datos PubMed, se realizaron búsquedas en inglés enzima metabolizadora de neurotransmisores
utilizando los siguientes términos: neurobioloy, como norepinefrina, dopamina, serotonina) que

204
Artículos de revisión
Neurobiología del trastorno de personalidad límite - S. Guendelman et al

eran abusados en la infancia, tenían una mayor David, existiría una correspondencia entre di-
probabilidad de presentar comportamientos cri- mensiones sintomáticas y determinados sistemas
minales y trastorno de personalidad anti-social, si de neurotransmisión, lo cual a su vez tendría una
tenían una expresión deficiente de esta enzima8. correspondencia con trastornos psiquiátricos pro-
Otros estudios han investigado la influencia del piamente tales. En relación a las dimensiones sinto-
polimorfismo funcional de la región promotora máticas predominantes en el TPL, la desregulación
del transportador de serotonina (PPTS) en mo- del afecto y el descontrol de los impulsos, éstas se
dular el efecto de los eventos vitales estresantes relacionarían a una alteración en la transmisión
en la infancia. En dos estudios longitudinales en colinérgica, noradrenérgica y serotoninérgica; por
poblaciones sanas (Caspi utilizó una muestra de su parte, las alteraciones perceptuales y estados
1.037 niños y Kendler de 549), aquellos sujetos psicóticos transitorios se correlacionarían con
que eran expuestos a eventos vitales estresantes en una alteración en la transmisión dopaminérgica17.
su niñez y que portaban uno o dos alelos cortos Por otra parte, tomando en cuenta los fenómenos
(de 14 repeticiones) del PPTS, aumentaban pro- psicopatológicos y las funciones cognitivas involu-
porcionalmente el riesgo de padecer un trastorno cradas, otros autores han propuesto un rol central
depresivo, trastorno de ansiedad, impulsividad o a las alteraciones en la transmisión de glutamato,
conducta suicida a lo largo de su vida9-10. del receptor tipo NMDA (N-metil-D-aspartato).
Por su parte, al evaluar directamente a un Este receptor está involucrado en los mecanismos
grupo de pacientes con TPL, se estimó que más de de neuroplasticidad, proceso de cambio en la es-
60% tenía al menos una copia del alelo corto del tructura sináptica dependiente de la experiencia.
PPTS, pero no todos los portadores del alelo corto Este sistema de neurotransmisión jugaría un rol
tenía diagnóstico de TPL11. Otro grupo de investi- central en modular la actividad de diversas áreas
gadores, a partir de una población de pacientes con del sistema límbico (hipocampo, amígdala, corteza
trastorno de la conducta alimentaria, determinó cingulada anterior) y corteza pre-frontal, que da-
que el alelo corto del PPTS se asoció fuertemente rían cuenta de diversos fenómenos propios del TPL,
con diagnóstico de TPL e impulsividad en gene- como alteraciones cognitivas (déficit de memoria,
ral12. Otro estudio en pacientes con TPL determinó atención, cognición social), perceptuales, altera-
que los portadores del receptor de serotonina tipo ciones psicóticas, desregulación emocional y de
1B, particularmente el haplotipo 161, tenían una los impulsos18. Últimamente, se ha propuesto que
sobrerrepresentación del alelo 196A del factor los neuropéptidos endógenos (opioides, oxitocina,
neurotrófico derivado del cerebro (BDNF = brain vasopresina) también podrían jugar un rol en la
derived neurotrophic factor), proteína que tiene patogenia del TPL, debido a su conocida función
un rol central en mediar procesos de neuroplas- en regular la conducta social y de afiliación19-20.
ticidad13. El alelo 196A del BDNF determina una Strathearn y cols pudieron determinar que mujeres
sustitución de valina por metionina en la posición con estilo de apego inseguro, un rasgo dimensional
66, lo cual a su vez determina una menor secreción altamente prevalente en TPL, tenían menores ni-
del BDNF15. Wagner y cols observaron en mujeres veles de oxitocina y menor activación del estriado
con TPL expuestas a abuso sexual en la infancia, ventral (área crucial del sistema de recompensas),
un rol modulador-protector del polimorfismo del cuando eran expuestas a fotos de sus hijos20.
BDNF de la posición 66 Val/Val. Estas pacientes Los estudios de imagenología cerebral en
tenían una menor tendencia a la agresión impul- TPL han utilizando distintas técnicas. Utilizando
siva, hallazgos que se contradecirían con otros resonancia magnética (RM) no-funcional, y ex-
estudios en relación a la vulnerabilidad otorgada cluyendo los pacientes con comorbilidades psi-
por la variante Val 66 Val del BDNF15,16. A pesar quiátricas y otros trastornos de personalidad, los
que los hallazgos no son concluyentes, pacientes pacientes con TPL presentaban un lóbulo frontal
con TPL pueden haber nacido con tendencias significativamente más pequeño en 6,2%. Debido
genéticas para sistemas cerebrales deficientes en a las funciones de esta región, daría cuenta de los
regular impulsos y afectos, lo cual explicaría gran síntomas de impulsividad y defectos cognitivos21.
parte de la vulnerabilidad biológica para desarro- Otros autores, utilizando la misma técnica de RM,
llar este trastorno16. encontraron diferencias significativas en ambos
Tomando en cuenta el modelo de Siever y hipocampos, izquierdo y derecho (15,7-15,8%)

Rev Med Chile 2014; 142: 204-210 205


Artículos de revisión
Neurobiología del trastorno de personalidad límite - S. Guendelman et al

y en ambas amígdalas izquierda y derecha (7,9- Goethals y cols, utilizando técnica de tomo-
7,5%). Interesantemente, la media del volumen grafía por emisión de positrón único (SPECT),
del hipocampo se correlacionaba negativamente encontraron en pacientes con TPL y TPA una
con la duración del abuso en la infancia22. Otro reducción en el flujo cerebral regional en la corteza
estudio observó mayor concentración de sustancia temporal lateral derecha, y la corteza pre-frontal
gris en amígdala derecha y menor concentración polar y ventro-lateral derecha34. Esto podría
de ésta en la región sub-genual izquierda, áreas correlacionarse con alteraciones en funciones
directamente involucradas en la respuesta y re- de regulación afectiva, propias del hemisferio
gulación de estados afectivos23. Otros autores han derecho. Otro estudio en TPL con el método de
confirmado la disminución bilateral del volumen SPECT, utilizando el radio-marcador ADAM
del hipocampo y la amígdala24-25-26-27, además de (2-2-dimethylamino-methyl-phenyl-thio) que se
reducciones significativas en el volumen de la une selectivamente al transportador de serotonina
corteza orbito-frontal izquierda (COF) (24%) y la SERT (Serotonin Transporter), observó una dismi-
corteza cingulada anterior (CCA) derecha (26%)27. nución significativa en la intensidad de la señal,
En cuanto a los estudios con resonancia mag- demostrando esto una disfunción serotoninérgica
nética funcional (RMF), un grupo de 15 pacientes en estos pacientes, lo cual podría corresponder a
con TPL al ser expuestos a imágenes con expresio- uno de los mecanismos subyacente a la impulsi-
nes de emociones neutras o negativas, presentaron vidad y desregulación afectiva propia del TPL35.
hiperreactividad de la amígdala izquierda; corre- A partir de las cambios neurobiológicos
lación que tendía a aumentar al asociarse el diag- estructurales y funcionales, estos pacientes pre-
nóstico de trastorno por estrés post-traumático sentarían una serie de alteraciones en distintos
(TEPT)28. Otro estudio al comparar pacientes con dominios de funciones cognitivas. Posner y cols
TPL con y sin TEPT, demostró que las pacientes encontraron en pacientes con TPL alteraciones en
con TPL y con TEPT tenían una menor activación el rendimiento en tareas de control ejecutivo, a
de la corteza órbito-frontal (COF) y otras áreas su vez, estas alteraciones se relacionaban con una
de Broca relacionadas con trauma29. Völlm y cols mayor emocionalidad negativa36. Otros estudios
compararon pacientes con TPL y trastorno de han destacado alteraciones sutiles en la percepción
personalidad anti-social (TPA) en RMF durante visuo-espacial y en tareas de aprendizaje espacial,
tareas de control inhibitorio. Ambos grupos de pa- lo cual se expresaría en una inadecuada capaci-
cientes, durante la tarea de inhibición conductual, dad de distinguir entre información relevante e
mostraron una extensa activación bilateral del giro irrelevante. Estas alteraciones se correlacionarían
frontal superior, medio e inferior, incluyendo la con disfunciones en el procesamiento del lóbulo
corteza cingulada anterior (CCA); comparados parietal37-38. Ruocco realizó un meta-análisis de las
con los controles, quienes mostraban activación alteraciones neuropsicológicas en TPL, destacando
principalmente de la corteza dorso-lateral derecha disfunciones cognitivas en diversos dominios:
y COF izquierda30. Otro grupo de investigadores, atención; memoria de trabajo, memoria semántica
utilizando paradigmas de inducción de miedo y episódica, memoria procedural (incluyendo
y rabia durante una resonancia magnética fun- habilidades sociales, condicionamiento al miedo
cional (RMF) en pacientes con TPL, observaron y habituación); sistemas ejecutivos (planificación,
una respuesta exagerada de la amígdala derecha resolución de conflictos, adaptación a cambios
y mayor desactivación de la CCA sub-genual ambientales); y en dominios de cognición social
rostral bilateral durante el miedo, y una respuesta (reconocimiento emocional, interpretación de las
inversa durante la rabia31. Otro estudio en pa- emociones, mentalización)39. Otros investigadores
cientes con TPL expuestas a imágenes aversivas, han observado un mayor índice de amnesia ante-
encontró un aumento significativo en los niveles rógrada en respuesta a estímulos negativos, efecto
de activación en la amígdala bilateralmente y una que no se producía ante estímulos positivos. Esto
sobre-activación en áreas medial e ínfero-lateral sugiere una hipo-función del hipocampo e hiper-
de corteza frontal32. Estos hallazgos muestran una respuesta de la amígdala ante estímulos negativos,
clara disfuncionalidad de los circuitos cortico- concordante con los hallazgos en neuro-imágenes,
subcorticales durante el procesamiento afectivo y podría corresponder al sustrato neuro-cognitivo
en pacientes con TPL33. de desregulación emocional y de los síntomas

206 Rev Med Chile 2014; 142: 204-210


Artículos de revisión
Neurobiología del trastorno de personalidad límite - S. Guendelman et al

disociativos en pacientes con TPL40. Por su parte, neurales (con RMF) de la empatía y cognición
Williams y cols, utilizando electro-encefalografía social, utilizando el test de empatía multifacético
(EEG) de alta potencia, encontraron en pacientes (MET: Multi-faceted Empathy Test) que permite
con TPL una mayor latencia en la fase posterior disociar la empatía cognitiva y afectiva. Las pacien-
y una reducción en la sincronía de fase gamma tes con TPL mostraron déficit en el rendimiento
en el hemisferio derecho, ambos fenómenos se de ambos tipos de empatía. Durante las pruebas
relacionaron con síntomas cognitivos e impulsi- de empatía cognitiva, las pacientes mostraron una
vidad41. Estos hallazgos apoyan la hipótesis de que menor actividad cerebral en giro y sulcus temporal
en TPL las alteraciones en la integración de “alto- superior izquierdo (GTS/STS); y, durante las prue-
orden” y la regulación de la información, pueden bas de empatía afectiva, las pacientes mostraron
tener consecuencias relacionadas con fenómenos una mayor actividad en la corteza insular central
cognitivos y emocionales. derecha. Según los autores, estas alteraciones
En cuanto a los estudios sobre cognición social representarían mediadores patofisiológicos de
en pacientes con TPL, Fertuck y cols utilizaron la los déficit en empatía y cognición social, como
prueba de lectura de la mente en la mirada (RME: la excesiva hipervigilancia emocional, y el bajo
reading the mind in the eyes), encontrando mejores rendimiento en la empatía afectiva y cognitiva,
resultados en TPL versus los controles, tanto en ca- que pudiesen estar a la base de la inestabilidad
ras con expresiones positivas, negativas y neutras42. en las relaciones interpersonales propias de esta
Otros investigadores utilizando el paradigma de condición48.
morphing (transformación), que consiste en una
serie de caras que expresan distintas emociones
desde neutro en intensidad creciente, encontraron Discusión
que las pacientes con TPL fueron más sensibles
en reconocer más tempranamente y con mayor Al igual que otros trastornos psiquiátricos,
precisión las emociones faciales43. Estos mejores la etiopatogenia del TPL es compleja, en tanto
resultados reflejarían una hipervigilancia emo- no es posible explicar su desarrollo en términos
cional, posiblemente a que desde la infancia han mono-causales, por ejemplo: un solo gen no
debido adaptarse al trauma psicológico, por medio logra explicar todas las alteraciones estructurales
de monitorear y predecir los cambios en el estado cerebrales, o bien una alteración en una determi-
emocional de otros. nada región cerebral no logra explicar todos los
Últimamente, el estudio de las habilidades de síntomas51. Si bien la heredabilidad es baja7, los
empatía ha cobrado importancia como forma polimorfismos genéticos involucrados en sistemas
de complementar el estudio de los procesos de de neurotransmisión (como el de serotonina),
cognición social y conducta interpersonal. Se determinarían rasgos que confieren vulnerabilidad
entiende por empatía a un conjunto de procesos para el desarrollo de este trastorno9-10. Debido a
interrelacionados que permiten tanto saber que la diversidad de las manifestaciones psicopatoló-
está pensando o sintiendo la otra persona, y cómo gicas, más sistemas de neurotransmisión deben
responder adecuadamente ante la experiencia del estar involucrados, por ejemplo el glutamato y
otro44. Actualmente, se reconoce que la empatía su receptor NMDA en fenómenos de aprendizaje
estaría compuesta por dos procesos, uno de tipo y neuroplasticidad18. Actualmente, y a partir de
afectivo, que involucra procesos de “intercam- los hallazgos en TPL, se reconoce que el trauma
bio” afectivo y la preocupación empática por psicológico o social produciría cambios en ciertas
los otros, y otro de tipo cognitivo, que involucra áreas del cerebro, gracias a mecanismos epigenéti-
procesos de toma de perspectiva del otro y de cos y fenómenos de neuroplasticidad del cerebro
la teoría de la mente (ToM)45-46. Harari y cols social52. En este sentido, a partir de alteraciones
utilizando un paradigma que permite disociar la morfo-funcionales de determinadas áreas cerebra-
empatía cognitiva de la afectiva, encontraron que les, a su vez involucradas en funciones cognitivas,
las pacientes con TPL tenían niveles más altos de afectivas y de cognición social, podemos entender
empatía afectiva que cognitiva, mientras el grupo las distintas manifestaciones psicopatológicas del
de controles se comportó justamente de manera TPL. Recientemente, Ruocco y cols realizaron una
inversa47. Dziobek y cols evaluaron los correlatos revisión y meta-análisis de estudios de resonancia

Rev Med Chile 2014; 142: 204-210 207


Artículos de revisión
Neurobiología del trastorno de personalidad límite - S. Guendelman et al

magnética sumando más de 200 pacientes con correlacionan con síntomas en forma directa. In-
TPL, controlando las comorbilidades psiquiátricas tegrando la evidencia de los factores psicosociales,
y los psicofármacos, concluyen que el hallazgo más y de la investigación en neurociencias, se puede
frecuente de encontrar es la disminución bilateral comprender la etiopatogenia del TPL como el
en el volumen de la amígdala y el hipocampo, resultado de un proceso dinámico y multifactorial,
rasgo que constituiría un endofenotipo candi- determinado por el inter-juego de factores tanto
dato para este trastorno53. Sin embargo, la falta genéticos como ambientales.
de estudios longitudinales con neuro-imágenes
en este grupo de pacientes, dificulta la correcta Referencias
ponderación de las alteraciones cerebrales en la
patogénesis de esta condición. 1. American Psychiatric Association. Diagnostic and
Autores como Peter Fonagy y Allan Shore han Statistical Manual of Mental Disorders, 4ª ed, text rev.
planteado modelos bio-psico-sociales complejos, Washington DC, USA: American Psychiatric Publishing
basados en las co-determinación de los eventos Inc; 1994.
sociales (traumáticos) adversos en la infancia 2. Grant BF, Chou SP, Goldstein RB, Huang B, Stinson
temprana, el desarrollo psicológico y el neuro- FS, Saha TD, et al. Prevalence, correlates, disability, and
desarrollo de áreas cerebrales críticas. Fonagy comorbidity of DSM-IV borderline personality disorder:
plantea que el elemento central que subyace a la Results from the Wave 2 National Epidemiologic Survey
psicopatología del TPL es una alteración en las on Alcohol and Related Conditions. J Clin Psychiatry
habilidades de mentalización, proceso mental por 2000; 69 (4): 533-45.
el cual un individuo interpreta (implícita y explíci- 3. Feldman RB, Zelkowitz P, Weiss M, Vogel J, Heyman
tamente) las acciones propias y de los otros, como M, Paris J. A comparison of the families of mothers with
propias de significado a partir de estados mentales borderline and nonborderline personality disorders.
intencionales, por ej.: deseos, motivos, emociones, Compr Psychiatry 1995; 36: 157-63.
deseos, necesidades49. Para ambos autores, a partir 4. MacLean LM, Gallop R. Implications of childhood
de una vulnerabilidad biológica, y los distintos ti- sexual abuse for adult borderline personality disorder
pos de trauma en la infancia temprana, se afectaría and complex posttraumatic stress disorder. Am J Psy-
el desarrollo psico-biológico de las habilidades de chiatry 2003; 160 (2): 369-71.
regulación cognitiva, afectiva y de empatía, dando 5. Lyons-Ruth K, Yellin C, Melnick S, Atwood G. Expan-
como resultado una alteración en la mentalización ding the concept of unresolved mental status: hostile/
y así el subsecuente fenotipo vulnerable para de- helpless states of mind on the Adult Attachment In-
sarrollar TPL propiamente tal50-51. terview are associated with disrupted mother-infant
communication and infant disorganization. Dev Psy-
chopathol 2005; 17 (1): 1-23.
Conclusiones 6. Battle CL, Shea MT, Johnson DM, Yen S, Zlotnick C,
Zanarini MC, et al. Childhood maltreatment associated
Los estudios sobre neurobiología y correlatos with adult personality disorders: findings from the Co-
cerebrales, tanto estructurales como funcionales llaborative Longitudinal Personality Disorder Study. J
en TPL, permiten entender las manifestaciones Pers Disord 2004; 18 (2): 193-211.
psicopatológicas características (desregulación 7. Torgersen S, Lygren S, Oien PA, Skre I, Onstad S, Ed-
afectiva, cognitiva, interpersonal, impulsividad), vardsen J, et al. A twin study of personality disorders.
pero tienen limitaciones debido a diseños de Compr Psychiatry 2000; 41: 416-25.
corte transversal y la gran heterogeneidad en la 8. Caspi A, McClay J, Moffitt TE, Mill J, Martin J, Craig
co-morbilidad de este trastorno. Tomando en IW, et al. Role of genotype in the cycle of violence in
cuenta la evidencia disponible en neurobiología, maltreated children. Science 2002; 297: 851-4.
no es posible concebir la etiopatogenia del TPL 9. Kendler KS, Kuhn JW, Vittum J, Prescott CA, Riley
como resultado meramente de la herencia gené- B. The Interaction of Stressful Life Events and a Sero-
tica, particularmente las áreas cerebrales afectadas tonin Transporter Polymorphism in the Prediction of
son especialmente sensibles al estrés y al trauma. Episodes of Major Depression: A Replication. Arch Gen
Es sabido que ciertos genes proveen riesgo y Psychiatry 2005; 62: 529-35.
vulnerabilidad ante eventos traumáticos, y no se 10. Caspi A, Sugden K, Moffitt TE, Taylor A, Craig IW, Har-

208 Rev Med Chile 2014; 142: 204-210


Artículos de revisión
Neurobiología del trastorno de personalidad límite - S. Guendelman et al

rington H, et al. Influence of Life Stress on Depression: disorder; J Psychiatr Res. 2008 July; 42 (9): 727-33.
Moderation by a Polymorphism in the 5-HTT Gene. 24. Brambilla P, Soloff PH, Sala M, Nicoletti MA, Keshavan
Science 2003; 301: 386-9. MS, Soares JC. Anatomical MRI study of borderline
11. Steiger H, Joober R, Israël M, Young SN, Ng Ying Kin personality disorder patients. Psychiatry Res 2004;
NM, Gauvin L, et al. The 5HTTLPR polymorphism, 131:125-33.
psychopathologic symptoms, and platelet [3H-] par- 25. Schmahl C, Berne K, Krause A, Kleindienst N, Valerius
oxetine binding in bulimic syndromes. Int J Eat Disord G, Vermetten E, et al. Hippocampus and amygdala
2005; 37: 57-60. volumes in patients with borderline personality dis-
12. Goodman M, New A, Siever L. Trauma, genes, and the order with or without posttraumatic stress disorder. J
neurobiology of personality disorders. Ann N Y Acad Sci Psychiatry Neurosci 2009; 34 (4): 289-95.
2004; 1032: 104-16. 26. Schmahl CG, Elzinga BM, Vermetten E, Sanislow C,
13. Tadić A, Elsäβer A, Victor A, von Cube R, Başkaya O, McGlashan TH, Bremner JD. Neural correlates of
Wagner S, et al. Association analysis of serotonin recep- memories of abandonment in women with and without
tor 1B (HTR1B) and brain-derived neurotrophic factor borderline personality disorder. Biol Psychiatry 2003;
gene polymorphisms in borderline personality disorder. 54: 142-51.
J Neural Transm 2009; 116: 1185-8. 27. Tebartz van Elst L, Hesslinger B, Thiel T, Geiger E,
14. Hashimoto K. Brain-derived neurotrophic factor as a Haegele K, Lemieux L, et al. Frontolimbic brain abnor-
biomarker for mood disorders: An historical overview malities in patients with borderline personality disorder:
and future directions. Psychiatry Clin Neurosci 2010; 64 a volumetric magnetic resonance imaging study. Biol
(4): 341-57. Psychiatry 2003; 54: 163-71.
15. Wagner S, Başkaya O, Dahmen N, Lieb K, Tadić A. 28. Donegan NH, Sanislow CA, Blumberg HP, Fulbright
Modulatory role of the brain-derived neurotrophic fac- RK, Lacadie C, Skudlarski P, et al. Amygdala hyperre-
tor Val66Met polymorphism on the effects of serious life activity in borderline personality disorder: implications
events on impulsive aggression in borderline personality for emotional dysregulation. Biol Psychiatry 2003; 54:
disorder. Genes Brain Behav 2010; 9 (1): 97-102. 1284-93.
16. Pally R. The Neurobiology of Borderline Personality 29. Driessen M, Beblo T, Mertens M, Piefke M, Rullkoetter
Disorder: The Synergy of “Nature and Nurture”. Journal N, Silva-Saavedra A, et al. Posttraumatic stress disorder
of Psychiatric Practice 2002; 8: 133-42. and fMRI activation patterns of traumatic memory in
17. Siever LJ, David KL. A Psycho Biological Perspective on patients with borderline personality disorder. Biol Psy-
the Personality Disorders. Am J Psychiatry 1991; 148 chiatry 2004; 55: 603-11.
(12): 1647-58. 30. Völlm B, Richardson P, Stirling J, Elliott R, Dolan M,
18. Grosjean B, Tsai GE. NMDA neurotransmission as a Chaudhry I, et al. Neurobiological substrates of anti-
critical mediator of borderline personality disorder. J social and borderline personality disorder: preliminary
Psychiatry Neurosci 2007; 32: 103-15. results of a functional fMRI study. Crim Behav Ment
19. Stanley B, Siever LJ. The Interpersonal Dimension of Health 2004; 14 (1): 39-54.
Borderline Personality Disorder: Toward a Neuropep- 31. Minzenberg M, Fan J, New A, Tang C, Siever. Fron-
tide Model. Am J Psychiatry 2010; 167 (1): 24-39. tolimbic dysfunction in response to facial emotion in
20. Strathearn L, Fonagy P, Amico J, Montague PR. Adult borderline personality disorder: an event-related fMRI
Attachment Predicts Maternal Brain and Oxytocin Re- study; Psychiatry Res 2007; 155 (3): 231-43.
sponse to Infant Cues. Neuropsychopharmacology 2009; 32. Herpertz SC, Dietrich TM, Wenning B, Krings T, Erb-
34 (13): 2655-66. erich SG, Willmes K, et al. Evidence of abnormal amyg-
21. Lyoo IK, Han MH, Cho DY. A brain MRI study in dala functioning in borderline personality disorder: a
subjects with borderline personality disorder. J Affect functional MRI study. Biol Psychiatry 2001; 50: 292-8.
Disord 1998; 50: 235-43. 33. Schore AN. Effect of Early Relational Trauma on Affect
22. Driessen M, Herrmann J, Stahl K, Zwaan M, Meier S, Regulation: The Development of Borderline and An-
Hill A, et al. Magnetic resonance imaging volumes of the tisocial Personality Disorders and a Predisposition to
hippocampus and the amygdala in women with border- Violence. In: Schore AN, autor. Affect dysregulation and
line personality disorder and early traumatization. Arch disorders of the self. New York: W.W. Norton; 2003, p.
Gen Psychiatry 2000; 57: 1115-22. 266-306.
23. Minzenberg M, Fan J, New A, Tang C, Siever L. Fron- 34. Goethals I, Audenaert K, Jacobs F, Van den Eynde F,
tolimbic structural changes in borderline personality Bernagie K, Kolindou A, et al. Brain perfusion SPECT

Rev Med Chile 2014; 142: 204-210 209


Artículos de revisión
Neurobiología del trastorno de personalidad límite - S. Guendelman et al

in impulsivity-related personality disorders. Behav Brain 45. Davis M. Measuring individual differences in empathy:
Res 2005; 157: 187-92. evidence for a multidimensional approach. J Pers Soc
35. Koch W, Schaaff N, Pöpperl G, Mulert C, Juckel G, Psychol 1983; 44 (1): 113-26.
Reicherzer M, et al. [I-123] ADAM and SPECT in pa- 46. Decety J, Jackson P. A social-neuroscience perspective
tients with borderline personality disorder and healthy on empathy. Curr Dir Psychol Sci 2006; 15 (2): 54-8.
control subjects; MDJ Psychiatry Neurosci 2007; 32 (4): 47. Harari H, Shamay-Tsoory SG, Ravid M, Levkovitz Y.
234-40. Double dissociation between cognitive and affective
36. Posner MI, Petersen SE. The attention system of the empathy in borderline personality disorder. Psychiatry
human brain. Annu Rev Neurosci 1990; 13: 25-54. Res 2010; 175 (3): 277-9.
37. O’Leary KM. Neuropsychological testing results. Psy- 48. Dziobek I, Preibler S, Grozdanovic Z, Heuser I, Hee-
chiatr Clin North Am 2000; 23: 41-60. keren HR, Roepke S. Neuronal correlates of altered
38. O’Leary KM, Brouwers P, Gardner DL, Cowdry RW. empathy and social cognition in borderline personality
Neuropsychological testing of patients with borderline disorder. Neuroimage 2011; 57 (2): 539-48.
personality disorder. Am J Psychiatry 1991; 148: 106-11. 49. Bateman A, Fonagy P. Mentalization-based understan-
39. Ruocco AC. The neuropsychology of borderline perso- ding of borderline personality disorder. In: Bateman A,
nality disorder: a meta-analysis and review. Psychiatry Fonagy P, autors. Psychotherapy for Borderline Persona-
Res 2005; 137: 191-202. lity Disorder: Mentalization-Based Treatment. Oxford:
40. Hurlemann R, Hawellek B, Maier W, Dolan R. Enhan- Oxford University Press; 2004. p. 55-110.
ced emotion-induced amnesia in borderline personality 50. Fonagy P, Gergeley G, Jurist E, Target M. The Social
disorder; Psychol Med 2007 July; 37 (7): 971-81. Biofeedback Theory of Affect-Mirroring: the develo-
41. Williams LM, Sidis A, Gordon E, Meares RA. “Missing pment of Emotional Self-Awareness and Self-Control
links” in borderline personality disorder: loss of neural in Infancy. In: Fonagy P, Gergeley G, Jurist E, Target
synchrony relates to lack of emotion regulation and im- M, autors. Affect Regulation, Mentalization, and the
pulse control. J Psychiatry Neurosci 2006; 31 (3): 181-8. Development of the Self. New York; Other Press; 2002. p.
42. Fertuck EA, Jekal A, Song I, Wyman B, Morris MC, Wil- 145-202.
son ST, et al. Enhanced ‘Reading the Mind in the Eyes’ 51. Kendler K. “A Gene for…”: The Nature of Gene Action
in borderline personality disorder compared to healthy in Psychiatric Disorders; Am J Psychiatry 2005; 162:
controls. Psychol Med 2009; 39 (12): 1979-88. 1243-52.
43. Lynch TR, Rosenthal MZ, Kosson DS, Cheavens JS, 52. Davidson R, McEwen B. Social influences on neuroplas-
Lejuez CW, Blair RJ. Heightened sensitivity to facial ex- ticity: stress and interventions to promote well-being;
pressions of emotion in borderline personality disorder. Nat Neurosci 2012; 15 (5): 689-95.
Emotion 2006; 6 (4): 647-55. 53. Ruocco A, Amirthavasagam S, Zakzanis K. Amygdala
44. Bateson C. These Things Called Empathy: Eight Related and hippocampal volume reductions as candidate en-
but Distinct Phenomena. In: Decety J, Ickes W, editors. dophenotypes for borderline personality disorder: A
The Social Neuroscience of Empathy. USA: MIT Press; meta-analysis of magnetic resonance imaging studies.
2011. p. 3-15. Psychiatry Res 2012; 201 (3): 245-52.

210 Rev Med Chile 2014; 142: 204-210

Das könnte Ihnen auch gefallen