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Autores:
Adrián Estancona Paolini
Carolina Plaza Colodoro
Judit Hurtado Santos
Virginia Urdaneta Páez
PARTE I
Introducción ...................................................................................................................... 6
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PARTE II
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CAPÍTULO V: Estudio de Casos. .................................................................................. 82
1. La Guerra del Agua................................................................................................... 82
1.1. Origen y evolución de la protesta. ..................................................................... 82
1.2. Principales características de la movilización social de la Guerra del Agua. ... 84
2. La Guerra del Gas. ................................................................................................... 87
2.1. Origen y evolución de la protesta. ..................................................................... 87
2.2. Principales características de la movilización social de la Guerra del Gas. ...... 90
3. Rebelión indígena: antecedentes, su papel en la Guerra del Agua y en la Guerra del
Gas. .......................................................................................................................... 91
3.1. Principales características del movimiento indígena en las protestas de la
Guerra del Agua y la Guerra del Gas. ............................................................... 94
PARTE III
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ÍNDICE DE TABLAS, CUADROS Y GRÁFICOS
TABLAS
CUADROS
GRÁFICOS
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PARTE I
INTRODUCCIÓN
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CAPÍTULO I
DISEÑO GENERAL DE LA INVESTIGACIÓN
1. Objeto de estudio.
Por otra parte, el concepto operativo inicial de Movimiento Social que hemos utilizado es
el siguiente, “Una colectividad que actúa con cierta continuidad para promover o resistir
un cambio en la sociedad (o grupo) de la que forma parte” (Turner y Killian, 1987: 223).
Hablar de los movimientos sociales es hablar de los sujetos que se mueven en una
sociedad. Se habla entonces de la existencia de sujetos sociales que se mueven
políticamente defendiendo sus relaciones de vida. Partiendo de éste concepto, se pueden
identificar numerosos movimientos sociales en todo el mundo a lo largo de la historia. Sin
embargo, para hacer un estudio más profundo y exhaustivo de este fenómeno hemos
delimitado el ámbito geográfico a América Latina, haciendo énfasis en el caso boliviano.
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han jugado un papel primordial en los cambios políticos y sociales, y los acontecimientos
ocurridos llevaron al país a una transformación en las elecciones presidenciales del año
2005. En estas votaciones Evo Morales fue elegido presidente de Bolivia, un indígena
aymara del cantón de Orinoca que había sido el secretario general del movimiento cocalero
en 1985, y que en 1999 había creado el Movimiento al Socialismo (MAS), alzándose como
el segundo presidente de origen boliviano de la República y como el primer jefe de estado
indígena de Bolivia.
Dentro de los movimientos más significativos, hemos incluido como objeto de estudio de
esta investigación, debido a su relevancia en el ámbito político y social de Bolivia, el
Movimiento al Socialismo (MAS) como expresión política de los movimientos sociales
indígenas y motor principal para que Evo Morales llegara al poder. También se estudiará
“La Guerra del Agua” que se inicia en el año 2000, ya que es considerada el origen de una
serie de protestas sociales que durarían hasta el año 2003. Dicho movimiento se originó en
la zona geográfica de Cochabamba y alrededores, y fue desarrollado por indígenas y
campesinos que se vieron afectados por la decisión del gobierno nacional de privatizar el
agua.
Posteriormente, en el año 2003 se inicia “La Guerra Del Gas” con una revuelta popular en
la ciudad El Alto como rechazo a la iniciativa por parte del presidente Sánchez de Lozada
de comercializar y vender gas a Chile. En esta ocasión, cocaleros, campesinos y mineros,
además de sindicatos y federaciones de todo el país se unieron en protesta; fue en éste
momento de la historia de Bolivia cuando surgió la demanda de la nacionalización de los
hidrocarburos como medida para salir de la situación de pobreza en la que se encontraba el
país.
Si bien es cierto que el periodo estudiado se centra en los últimos 10 años, debemos
considerar en nuestra investigación algunos acontecimientos significativos ocurridos en
materia socio-política durante el siglo XX. Los movimientos sociales en Bolivia han
alcanzado logros significativos desde sus comienzos, han demostrado ser la unión real de
voces de los distintos sectores sociales, económicos y políticos del país, en demanda de sus
derechos y de respuesta a sus necesidades. Dichos sucesos son la base y origen de los
acontecimientos más recientes del país, de sus protagonistas, y de su proyección de futuro.
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2. Objetivos.
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12. Definir las estrategias de relación entre las organizaciones de los movimientos
sociales y la estructura política institucionalizada estableciendo una cronología de
acción- reacción entre las acciones de los agentes políticos.
13. Realizar un diagnóstico de situación sobre la capacidad de actuación de los
movimientos sociales en determinadas situaciones políticas.
14. Establecer conclusiones en torno al papel de los movimientos sociales como factor
de cambio social y así determinar en qué medida están representados en la
estructura político-social de Bolivia.
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3. Metodología.
Para alcanzar los objetivos establecidos, el trabajo se ha apoyado en las fuentes y técnicas
de investigación que se detallan a continuación.
La investigación está basada en una perspectiva sociopolítica que nos permite caracterizar
cada uno de los modelos de Movimientos sociales, desde lo social y político a lo
económico, estableciendo así un esquema conceptual para el análisis de los movimientos
sociales basado en las corrientes teóricas a las cuales se acerca esta perspectiva. Además
hemos tratado de integrar lo microsocial con lo macrosocial, es decir, cómo la sucesión de
coyunturas que atraviesan los individuos y grupos son constitutivas de sujetos sociales,
como señala Boaventura de Sousa (1998). Rescatamos además su idea de que la
conformación de organizaciones y movimientos sociales nunca puede verse como algo
producido, sino como una producción permanente en una sucesión de coyunturas.
Este enfoque parte de dos aproximaciones. En primer lugar, las aportaciones micro-
sociológicas, que se centran en los conceptos de organización y movilización de recursos
humanos, y afirman que el individuo se agrupa para defender con unos medios mayores
sus intereses egoístas; en segundo lugar, la escuela macro-sociológica, con un enfoque
estructural y político, afirma que la identidad colectiva es producto de la construcción
social de grupos de personas, lo que implica la presencia de unos fines y unos medios,
diversas visiones consensuadas o divergentes del conflicto y un cierto grado de
compromiso emocional, que posibilita el que sus activistas se sientan parte de una
colectividad que actúa unida.
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procesos complejos de cambio social, económico y político en cada uno de los territorios
donde se han dado, transformando las condiciones de vida de los actores sociales que los
constituyen.
Además, la investigación compara las dinámicas sociales entre si dentro del marco de la
configuración de las estructuras de los diferentes Movimientos Sociales estudiados y de la
transformación de las relaciones entre el estado y la sociedad.
Partiendo de este punto se realizó el diseño de las entrevistas como fuente primaria de
información. Se contactó con los expertos en el tema y políticos, tanto Bolivianos como de
otras regiones, entre ellas España. Se realizaron dos entrevistas, una de ellas a Antonio
Peredo, Senador de la República de Bolivia perteneciente al partido político MAS, y la otra
a Ana Haro, Doctora en Movimientos Sociales.
Por último, los libros de sociología política de referencia para esta investigación han sido,
en primer lugar, la publicación de McAdam, McCarthy y Zald “Movimientos sociales,
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perspectivas comparadas: oportunidades políticas y marcos interpretativos culturales”, en
especial el capítulo “Estado y oportunidades: la estructuración de los movimientos
sociales” de Sidney Tarrow (1999: 71-99). Tampoco podemos dejar de citar a Erik Neveu y
su libro “Sociología de los movimientos sociales”.
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4. Justificación del objeto de estudio.
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CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO
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movimientos anti-globalización y alter-mundista que se están dando en la actualidad en
diferentes partes del mundo, no está sujeta a la rigidez de otro tipo de organizaciones, por
ejemplo, las empresariales o las burocráticas, ya que por lo general existe más de una
organización movimentística, cada una de ellas con formas de actuar diferentes y que
intervienen en distintos ámbitos. Esto no quiere decir que las actuaciones políticas de los
movimientos sociales no sigan una determinada estrategia o no tengan unos determinados
objetivos, ya que éstos siempre están basados y justificados por una ideología o forma de
pensamiento que actúa como marco de significado y es susceptible de ser contagiada poco
a poco entre los diferentes grupos sociales y lugares, extendiendo así la creencia en la
causa por la que la protesta aparece. Para que un movimiento social logre que su nueva
forma de vida colectiva se lleve a cabo es necesaria una mayoría activa que actúe
espontáneamente.
Los estudios sobre los movimientos sociales establecen una brecha entre los movimientos
sociales tradicionales donde se abordaba el estudio en términos de conflictos de clase
siguiendo las teorías de Marx y Engels a principios del siglo XX; y los nuevos
movimientos sociales en los que veremos nuevas formas de lucha a partir de la década de
los 80.
A partir de la década de los 70, los movimientos que empezaron a surgir pondrían de
manifiesto, según explican Della Porta y Diani (1999), las dificultades que tenían para ser
comprendidos por las dos principales corrientes sociológicas de la época: el modelo
marxista y el modelo estructural-funcionalista. Resultaba inexplicable, desde estas teorías,
la reactivación de los movimientos sociales en un momento en el que la mayor parte de las
sociedades occidentales se caracterizaban por un gran crecimiento económico y del
bienestar social.
Las reacciones ante esta dificultad metodológica fueron distintas en Estados Unidos y
Europa. En Estados Unidos dominaba el modelo estructural-funcionalista y el estudio se
orientó hacia los mecanismos que explican cómo los distintos tipos de tensión estructural
pasan al comportamiento colectivo o, como explica Melucci (1994), se orientó hacia el
“cómo” de la acción colectiva. Aparecerían entonces distintas corrientes de estudio como
el interaccionismo simbólico sobre el comportamiento colectivo, la teoría de la elección
racional, la teoría de la movilización de recursos y los que enfatizan en el proceso político
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como contexto de los movimientos sociales. Tarrow (1994) será uno de los mayores
representantes de la tradición anglosajona.
En Europa, donde dominaba la tradición marxista, el interés de estudio fue, como señala
Melucci (1994), el “por qué” de la acción colectiva. Desde esta nueva línea de estudios
europeos destacan autores como Alain Touraine (1995) y Alberto Melucci (1994) quienes
desarrollaron la teoría de los nuevos movimientos sociales.
Diani (1992) señala que esta teoría fue desarrollada por Smelser, Turner y Killian. La
teoría del comportamiento colectivo afirma que los movimientos no son sólo un indicio de
una crisis social, sino actividades que buscan nuevas normas y solidaridades, o lo que es lo
mismo, un cambio en el sistema de valores. Los movimientos sociales son vistos, por tanto,
como motor de cambios.
Según esta teoría, los movimientos sociales nacen a partir de conflictos entre sistemas de
valores diferentes, o entre grupos de la sociedad, siendo así una parte más de la vida social.
De esta forma, cuando el sistema vigente de normas ya no es adecuado, es ineficiente e
ineficaz, y no logra cubrir las necesidades de la sociedad, se generan distintas
manifestaciones en contra del sistema. Por tanto, se podría decir que el desarrollo de un
movimiento social se produce por un sentimiento de insatisfacción al que no se encuentra
respuesta.
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1.2. La Teoría de la Movilización de Recursos.
Esta teoría desarrollada por McAdam et al. (1999) considera la movilización colectiva
como una forma de acción racional. Los movimientos sociales son grupos racionalmente
organizados que persiguen determinados fines y cuyo surgimiento depende de los recursos
organizativos de que disponen.
El objetivo principal no es estudiar por qué surgen los movimientos sociales, sino la
manera en que lo hacen, cómo se desarrollan, y de qué depende el éxito o fracaso de los
mismos. La esencia de este enfoque está en la capacidad organizativa de los grupos, los
procesos internos para la gestión eficiente, y en la estructuración capaz de mantener una
unión de sus participantes y de los recursos. Además, se consideran de gran importancia la
alianza con otros grupos, la dependencia del apoyo externo para lograr el objetivo y las
estrategias de las autoridades para controlarlos o incorporarlos a sus actividades.
Estos autores proponen tres condiciones para el desarrollo de los movimientos sociales: a)
condiciones políticas u oportunidades políticas; b) condiciones económicas, recursos
movilizables para la acción colectiva, y c) las condiciones organizacionales.
Los autores que, como Tarrow, centraron sus análisis en la primera condición, las
oportunidades políticas, desarrollaron la teoría del Proceso Político que se expone a
continuación.
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1.3. Teoría de las Oportunidades Políticas o del Proceso Político.
En este sentido, Tilly (1978) explica que existen dos conceptos fundamentales para
comprender el espacio de los conflictos políticos: a) las reivindicaciones (demandas,
ataques, peticiones...) que consisten en exponer ciertas preferencias respecto al
comportamiento de otros actores; y b) el gobierno, que maneja el medio principal de
contención dentro de un territorio.
Tarrow (1994) se refiere a oportunidades políticas como dimensiones del ámbito político
que estimula la acción colectiva entre la gente. Y las restricciones políticas serían los
elementos que desmotivan la acción colectiva. Esta aproximación es de gran importancia
ya que requiere del estudio y conocimiento del contexto socio-político en el cual ocurren
los movimientos sociales para determinar su eficacia.
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Este mismo autor afirma que la teoría formulada ayuda a entender por qué algunas
movilizaciones logran ejercer una gran presión sobre elites o las autoridades en momentos
determinados. Muchas veces las oportunidades para ejercer presión emergen al hacer
visibles las vulnerabilidades identificables bajo alguna de las dimensiones mencionadas
anteriormente. También es común que los movimientos sociales experimenten cambios en
la estructuras de sus oportunidades, y generen nuevas ambiciones. Un ejemplo de este
último punto es la evolución de movimientos sociales hacia partidos políticos.
Como se mencionó anteriormente, en los años setenta surgió una nueva ola de
movimientos sociales, en un clima relativamente calmado a nivel político y social, de
forma que el origen de dichos movimientos no podía ser entendido por las sociedades de la
época, ni por las teorías desarrolladas anteriormente sobre los movimientos sociales. A este
tipo de movimientos se les denominó nuevos movimientos sociales.
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Así pues, la evolución de las sociedades supuso también la evolución de las demandas, las
cuales dejaban de estar basadas en la riqueza y el bienestar material y pasaban a ser
necesidades culturales y de calidad de vida (De Sousa, 2001).
Quizás el autor más importante de esta teoría es Alain Touraine (2000), quien expone que
los nuevos movimientos sociales no son sólo acciones contra el orden social vigente, sino
fuerzas centrales enfrentadas unas con otras para controlar la producción de la sociedad y
controlar las acciones de las diferentes clases sociales que forman la historicidad.
Para Touraine (2000: 72) en la sociedad industrial, la clase dominante y la clase popular se
contraponen, como sucede en las sociedades agrarias y mercantiles. Sin embargo, sostiene
que también lo harían en una nueva sociedad, donde nuevas clases sociales sustituirían a la
clase capitalista y trabajadora como actores centrales del conflicto.
Schilman (2004: 170) menciona que para Touraine la historicidad como campo de acción
supone acción de actores históricos (sujetos), y depende, a su vez, del poder de dominación
de que dispone cada uno de ellos. Esto explica la transición de un tipo de sociedad a otro;
transiciones marcadas por la actividad de sujetos históricos (movimientos sociales) y
definida como acción organizada con el fin de controlar el proceso de tránsito de un tipo
social a otro.
Los nuevos movimientos sociales son entonces acciones de clases con orientaciones
culturales, y estas relaciones de clases y su interacción permiten definir a las sociedades
como capaces de idear sus normas, y no seguir obedeciendo las de un orden social
preestablecido. El eje central de los nuevos movimientos va a ser la libertad del sujeto,
mediante la protección de la libertad personal y la diversidad cultural.
Todo movimiento social lleva implícita una ambición democrática, y es que trata de
informar e integrar a aquellos que no participan activamente en las decisiones políticas y
económicas (Touraine, 2000).
Las aportaciones de esta teoría, por tanto, son dos: dar relevancia a los determinantes
estructurales de la protesta y, segundo, dar mayor importancia al sujeto.
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En esta línea, Melucci (1994), seguidor de Touraine, señala la importancia de las
estructuras sociales y el poder de las intenciones de los individuos en la formación de los
movimientos sociales.
Para Melucci los movimientos sociales contemporáneos están relacionados con el paso de
la sociedad industrial a la sociedad postmaterial.
A partir de los años 80 surge una nueva oleada de movimientos sociales, las
Organizaciones No Gubernamentales (ONG’s). Son grupos que se organizan para mostrar
su solidaridad y defender a diversos colectivos, y por tanto, se deben incluir en esta
categoría en tanto en cuanto tienen como objetivo la transformación social. Por último
mencionar el surgimiento muy reciente de los movimientos sociales “antiglobalización”,
grupos que desde finales de los 90 se movilizan en contra de las consecuencias de la
globalización.
Los movimientos sociales son definidos, por tanto, bajo múltiples puntos de vista y según
las características que de ellos se quieren destacar. Así, se ha ido evolucionando desde las
teorías de Marx que consideraban que la capacidad de movilización era consecuencia de
las divisiones de la sociedad capitalista a conceptos más evolucionados capaces de dar
comprensión a los nuevos movimientos sociales.
Para De Sousa (2001: 178), “la novedad más grande de los nuevos movimientos sociales
reside en que constituyen tanto una crítica de la regulación social capitalista, como una
crítica de la emancipación social socialista tal como fue definida por el marxismo”.
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La teoría del comportamiento colectivo, como hemos visto, define que los fenómenos
colectivos no son simplemente el reflejo de una crisis social, sino más bien una actividad
que apunta a la producción de nuevas normas y nuevas solidaridades (Della Porta y Diani,
1999). Los movimientos sociales son vistos como motor de cambio.
Todas estas definiciones que ven los movimientos como motor de cambio político y social
son relevantes para el estudio que abordamos ya que veremos como en Bolivia los
movimientos sociales han conseguido transformar una sociedad tanto a nivel político, con
un cambio radical de gobierno, como a nivel social con la inclusión de los derechos de los
pueblos indígenas que hasta este momento permanecían discriminados.
Pero además, la definición que nos da la teoría de los nuevos movimientos sociales, en la
que se enfatiza en nuevas lógicas de acción, la política, la ideología y la cultura, así como
en la importancia de la identidad referida a la etnicidad o el género como bases de acción
colectiva, es también de suma importancia, ya que la cuestión indígena será una de las
reivindicaciones principales en los movimientos bolivianos.
Por último, mencionaremos a uno de los estudiosos más importantes de los movimientos
bolivianos, García Linera, este autor entiende un movimiento social como una
movilización proactiva de la sociedad, es decir, como acción fundada en razones,
estrategias, tácticas, etc. (García Linera, 2006: 98). Las estrategias de protesta y
reivindicación serán claves en el éxito de las movilizaciones objeto de estudio.
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2. El concepto de Identidad en los Nuevos Movimientos Sociales.
En la actualidad los estudios sobre identidad se han dirigido hacia lo colectivo, hacia la
investigación de las consecuencias políticas que resultan de las definiciones colectivas. Las
primeras aproximaciones a la identidad colectiva definían características que compartían
una serie de individuos y que, por ese hecho, formaban parte de una colectividad,
características naturales o esenciales, psicológicas, predisposiciones psicológicas, rasgos
regionales, o las propiedades ligadas a localizaciones estructurales.
Tilly (1998: 33) nos define las identidades como experiencias compartidas de determinadas
relaciones sociales y representaciones de esas relaciones sociales. Es decir, que tenemos
una identidad en cuanto en tanto que nos comparamos con otros.
De esta forma, los estudios realizados permiten establecer que la identidad colectiva logra
unir un individuo a un grupo de personas que tienen ciertas características en común, ya
sean naturales, psicológicas, rasgos u otros. Tilly (1998: 34), quien defiende la teoría del
proceso político, hace especial énfasis en la identidad política y la define como la
“experiencia que tiene un actor de una relación social compartida en la que al menos una
de las partes, incluyendo las terceras partes, es un individuo u organización que controla
medios de coerción concentrados”. Además, añade que la misma es cambiante
dependiendo del entorno, las oportunidades, estrategias políticas, entre otros.
Otros conceptos de Tilly (1978) son los de identidades colectivas asentadas, las cuales
define como “aquellas que forman parte de las rutinas de su vida diaria, raza, género,
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clase, etnicidad, localidad, relaciones de parentesco, etc. (…) las identidades colectivas
asentadas, (…), pueden provocar duros y extensos conflictos”; e identidades colectivas
segmentadas que se definen como “(…) asociaciones voluntarias, grupos nacionales y
categorías legales como “minoría”, “tribu”, (…)”. En este último caso es fundamental el
papel que juegan los líderes políticos. También es importante resaltar que a lo largo de los
años identidades colectivas que iniciaron como segmentadas han terminado convirtiéndose
en identidades colectivas asentadas, o viceversa.
En esta línea Ibarra (2005: 85) explica que la identidad colectiva de los movimientos
sociales es lo que les diferencia de partidos políticos y grupos de interés, y afirma que los
movimientos sociales son un espacio y un proceso de constitución de una identidad
colectiva. Son “un deseo una afirmación y una práctica social, de ver, interpretar, estar, y
comportarse colectivamente de forma diferenciada, en el mundo. Los miembros de un
movimiento social tienden a ver la realidad, y, en muchos casos, a vivirla cotidianamente,
a través del prisma que les otorga su pertenencia al movimiento social en general, y en
particular a la identidad colectiva construida por el mismo.” (Ibarra, 2005: 85).
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3. El Conflicto Político y el Cambio Social.
Tilly (1998) afirma que el cambio social es producido por el conflicto político, y que
ambos se influyen mutuamente. Para el desarrollo de esta tesina es importante explicar este
concepto ya que los movimientos sociales objeto de estudio van estrechamente ligados a la
política y han contribuido a la creación de cambio social en la sociedad Boliviana.
En el mismo sentido, Ibarra (2005: 92) afirma que los efectos del conflicto político van
relacionados a los siguientes aspectos: reorganización, interna, estructural, de objetivos,
actores, contribuyentes, de las relaciones sociales tanto internas como externas;
realineamiento, de las alianzas, rivalidades, aversiones entre gobernantes y entre grupos;
represión, los mecanismo de represión o aceptación de las protestas conllevan a cambios,
directos o indirectos, dentro del movimiento, específicamente en las actividades
relacionadas a vigilancia, gastos policiales, entre otros; realización, o materialización de
las demandas realizada por los movimientos reivindicativos, y de las expectativas que se
han creado. Las características de la Teoría de las Oportunidades Políticas de Tarrow
(1994) se corresponden con las mencionadas por Ibarra, y son consideradas más efectiva
en escenarios donde el sistema político está más abierto a negociar las propuestas de los
grupos, donde las medidas de represión son débiles, las elites están divididas y las
instituciones políticas tengan una alta capacidad de negociación de las reivindicaciones.
4. El concepto de Institución.
Ibarra (1999: 236) define un movimiento social como una institución, y con sus palabras
define como “una institución -cualquiera de ellas, empezando por la familia, pasando por
el lenguaje y terminando por el partido político- es un conjunto de normas
preestablecidas, que se derivan de la sedimentación de una práctica histórica, y que
formal e informalmente constituyen una guía para la acción”. Para este autor las
instituciones generan un sentimiento de seguridad común.
Por otro lado Howarth (1997) entiende que las instituciones son un discurso sedimentado,
y quienes se suman a determinado movimiento social saben la decisión que están tomando,
y que va de acuerdo a una forma cultural, de estilo o de reglas de juego.
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Todos los movimientos sociales, independientemente de sus preferencias, estructura o
evolución, encajan perfectamente en la forma institucional, y para muchos teóricos es esta
característica la que les une. Los movimientos sociales son instituciones sociales, poseen
normas preestablecidas adquiridas históricamente que constituyen los patrones de conducta
y de acción. Es importante resaltar que la capacidad de institucionalización de los
movimientos sociales depende directamente del éxito de los mismos.
Estas instituciones, que tienen legados culturales e históricos, proveen espacio a los
individuos que le conforman para desarrollar y practicar nuevas formas de entendimiento
del mundo, y así mismo de actuación en él. En palabras de Ibarra (1999: 239) “Si a lo
largo de la historia ha habido una institución depositaria y reproductora de la memoria
colectiva al servicio del progreso, esta ha sido constituida por los movimientos sociales”.
Dado que existen numerosos movimientos sociales y que representan una gran variedad, es
muy difícil abarcarlos en su totalidad bajo una única tipología. En las próximas líneas se
clasificarán los movimientos sociales en función de las características identificadas por
Sztompka (1995).
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La estrategia del movimiento social se presenta como la tercera característica, y se basa en
las pretensiones que pueden tener entre sus objetivos los movimientos sociales. Pueden
luchar por el acceso al poder político como agente generador de cambio en las instituciones
y en la sociedad, o luchar por el reconocimiento y aceptación de su identidad, principios e
ideologías.
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6. Tipología de formas de organización ciudadana en los movimientos sociales de
Bolivia.
Los movimientos sociales de Bolivia han sido ampliamente estudiados por los intelectuales
bolivianos, quienes reflexionan y teorizan en torno a los conceptos clave de sus estructuras
y formas de actuación. La tipología de los movimientos sociales que se explica a
continuación está basada en los estudios de Álvaro García Linera (2008). Siguiendo a este
autor, se puede afirmar que los movimientos sociales en Bolivia han presentado diversos
tipos de estructuras en momentos históricos clave de la política boliviana del siglo XX, ya
que han sido configurados en torno a contextos sociales y políticos con características
diferentes. A continuación se describe la tipología propuesta por estos autores para analizar
las principales características de las formas de organización de la sociedad civil que se han
desarrollado en Bolivia. En el capítulo 6 se investigará si esta tipología teórica puede
aplicarse para el análisis de los movimientos sociales que se incluyen como objeto de
estudio de esta tesina.
Existen cuatro elementos que han sido decisivos para la implantación de esta forma de
organización. El primero se trata del comienzo de una época de acumulación de medios y
de fuerza de trabajo que es capaz de producir en masa. El segundo, la consolidación del
contrato indefinido de los trabajadores. Por otro lado, la existencia de una red de
fidelidades internas que permite la asociación por centros de trabajo. Y por último, a partir
de los años 50 el Estado reconoce la legitimidad de la asociación sindical, por lo que se
fusionan los derechos ciudadanos con los derechos laborales (García Linera, 2008: 276-
280).
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(exigencia de ley) y con contrato indefinido (costumbre), por lo que la célula organizativa
es la empresa;-sus demandas son en torno al valor social de la fuerza de trabajo (derechos
sociales), a las demandas políticas y a la gestión del bien público;-tienen una estructura
organizativa sólida que abarca el territorio nacional mediante una red de mandos
jerarquizados por rama de oficio, por departamento y a escala nacional; -existe una masa
movilizable y disciplinada en torno a los mandos jerárquicos por centro de trabajo, oficio y
dirección nacional; -se practica la democracia asambleística y deliberativa en el interior de
cada una de las estructuras jerarquizadas; y, por último, es un modelo de movilización
pactista ya que su estrategia de acción política está sometida al Estado.
Siguiendo a García Linera (2008), podemos afirmar que esta forma de organización e
identidad fue la síntesis de tres economías que formaron la columna vertebral de las
movilizaciones: a) una economía mercantil del valor histórico de la fuerza de trabajo b)
una economía moral de la sumisión y la resistencia y c) una economía política y simbólica
de la autonomía, convirtiéndose así la forma sindicato en un bloque compuesto de clases
sociales.
Las principales demandas de estos tipos de asociación han sido la gestión del agua, el
acceso a la tierra y el precio de los servicios básicos. Esta forma multitud contiene formas
de asociación tradicional o comunal y formas con base asociativa y electiva.
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No hay una identidad exclusiva para los agentes sociales involucrados en esta forma de
colectividad, por lo es el pueblo sencillo y trabajador (García Linera: 2008) que incluye a
vecinos con una variedad de perfiles sociales y profesiones, el que se moviliza.
Esta forma multitud ha venido comportándose como una forma de democracia y soberanía
política. Las prácticas de democracia directa son la base para la consulta y estrategias de
movilización que rigen la organización. Esta movilización solo se considera autoridad a sí
misma.
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En esta forma de organización social se aplica el sistema productivo de la comunidad
indígena a la guerra de movimientos. Por ejemplo, se establece un sistema de turnos, lo que
les permite descansar y dedicarse a sus tareas agrícolas para volver a la movilización en el
próximo turno.
Por otro lado, se produce una ampliación de la democracia comunal al ámbito regional-
nacional, lo que permitió llegar a acuerdos sobre objetivos colectivos, consultar a las bases
acerca de la continuidad de la movilización, consensuar las demandas, coordinar las
estrategias defensivas ante el avance del ejército nacional y controlar la vida política de las
zonas sublevadas.
En cuanto a las demandas, sus reivindicaciones apelan a la política de igualdad entre indios
y blancos basándose en su identidad y al mismo tiempo alteridad de lengua, territorio,
cultura y forma de organizarse socialmente.
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PARTE II
DESCRIPCIÓN
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CAPÍTULO III
EL DESARROLLO DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES EN
AMÉRICA LATINA
1. Introducción.
Para estudiar los movimientos sociales en Bolivia es imprescindible empezar por explicar
la trayectoria y la importancia que estas estructuras han tenido, y tienen, en América Latina
a lo largo de la historia, y que han marcado el nuevo contexto socio-político que vive hoy
la región, con la llegada de nuevos actores políticos de centro-izquierda apoyados por una
gran presión de la sociedad civil y de los movimientos de masas. Así, puede afirmarse que
América Latina se ha caracterizado por la gran diversidad de movilizaciones que su
sociedad civil ha protagonizado, desde la influencia anarquista que recibió a finales del
siglo XIX, hasta las últimas movilizaciones desencadenadas en contra de la globalización.
Todos los estudios sobre movimientos sociales coinciden en que tuvo lugar un punto de
inflexión en los años 80. En este momento se produce un cambio entre los “viejos
movimientos sociales” y los llamados “nuevos movimientos sociales”. Hasta los años 80
los movimientos sociales en la región se habían caracterizado por la influencia marxista y
de la teoría de la lucha de clases. A partir de este momento nuevos conceptos como la
identidad, el género, el medio ambiente o la autonomía entrarían a formar parte del léxico
de los nuevos movimientos sociales.
Fue a finales del siglo XIX, con la llegada de inmigrantes europeos -especialmente
españoles e italianos- cuando la región recibe las primeras influencias anarquistas que
tendrán reflejo en las huelgas generales que se sucedieron entre 1917 y 1919. Ejemplo de
ello son los procesos de huelga general de Brasil en 1917, Argentina en 1918, Perú en 1919
y México en el mismo período.
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Pero es en los años 20 cuando surgen los primeros movimientos sociales. La región
experimentaba su primera fase de industrialización y con ella se asentaron las bases para el
surgimiento del proletariado industrial que se desarrollará plenamente en los años 30. El
movimiento obrero latinoamericano se identificará a partir de este momento con el
pensamiento marxista y la lucha de clases. Sin embargo, en las zonas mineras surgió con
fuerza un proletariado asalariado, con menor influencia anarquista y con reivindicaciones
más colectivas. Perú, Bolivia y Colombia son muestras de ello, así como el surgimiento del
Partido Demócrata Chileno. Una característica común en estos primeros años de la historia
de los movimientos sociales, es que los miembros de estos colectivos que iban surgiendo
se agrupaban por sectores de trabajo o actividad: campesinos, obreros, estudiantes, etc.
Por otro lado, la Revolución mexicana de 1910 fue una referencia fundamental en el
movimiento campesino. La lucha contra la dictadura militar de Porfirio Díaz unió a las
clases medias y al campesinado en la lucha por la tierra. En este momento comienza el
vínculo entre el movimiento campesino y los indígenas, líderes como Zapata estaban
fuertemente vinculados a sus orígenes indígenas aunque en este momento la cuestión
indígena no será centro de las reivindicaciones.
También las protestas estudiantiles serían de gran importancia en este período. Estos
luchaban por una reforma universitaria que tuviera en cuenta los deseos de los estudiantes.
La reforma universitaria de 1918 en Córdoba, Argentina, es uno de los más destacados
logros de este movimiento.
35
3. El populismo y las luchas nacional-democráticas (Años 30 y 40).
Estos fenómenos llevarán a la aparición de nuevos actores políticos conformados tanto por
una burguesía urbana y elites disidentes de las capas oligárquicas, como por las clases
medias, campesinos y obreros urbanos que habían surgido del proceso de industrialización.
Estos nuevos actores sociales formaron los gobiernos llamados populares y populistas que
buscaban dar respuesta a la crisis de la dominación oligárquica. Ejemplo de ello será el
Partido Aprista Peruano (APRA).
36
3.2. El movimiento campesino.
El caso mexicano y boliviano son los más destacados de este período populista. Sus
reivindicaciones conseguirán grandes transformaciones sociales como el voto universal, las
reformas agrarias y el reconocimiento de una identidad campesina e indígena. También se
realizarán reformas agrarias en Chile durante los años de gobierno de Eduardo Frei. Pero la
reforma agraria más profunda se llevaría a cabo entre 1970 y 1973, bajo el gobierno de
Salvador Allende.
En la década de los 60, los gobiernos populistas se fueron haciendo más autoritarios y se
alejaron de la base populista que les había llevado al poder.
Durante la década de los 70 los movimientos sociales irán perdiendo fuerza. La emigración
del campo a la ciudad y el fuerte control de las multinacionales sobre la producción
agrícola provocarán un cambio en la lucha campesina. Sin embargo, esto no ocurrirá en
Brasil dónde el movimiento de los Sin Tierra hará resurgir la protesta por la reforma
agraria.
Para Calderón y Jelín (1987: 20) la caída del Presidente Allende simboliza la pérdida de
proyección histórica de los movimientos sociales de orientación industrial totalizante.
37
5. El cambio del sentido en la lucha campesina: nuevas formas de resistencia
(Años 80 y 90).
Sin embargo, este modelo económico no tendrá en cuenta las necesidades sociales. El
Banco Mundial y el FMI establecerán políticas “compensatorias” para lo que ellos
consideraron que eran sólo efectos negativos “provisionales” debidos a la transición al
libre mercado. Pero los movimientos sociales desaparecerán en gran medida debido al
desempleo y a la situación de crisis de la región.
Entre los 80 y 90 comenzarán a surgir otro tipo de movimientos sociales, como los
movimientos de los barrios marginales, las organizaciones de mujeres, los comedores de
madres y los comités del vaso de leche en Perú, que intentaban cubrir necesidades básicas
como la alimentación.
En la ciudad surgen movimientos urbanos cuya forma de acción colectiva se pueden dividir
en cuatro, según Calderón y Jelín (1987: 30): unidades productivas o reproductivas de
38
pequeña escala como talleres artesanales, pequeños comercios, etc.; organizaciones
sociales urbanas como las juntas de vecinos o centros cívicos; las demandas de renovación
urbana; y, por último, las luchas urbanas.
Los movimientos de género también cobraron gran importancia en esta década destacando,
como dicen Calderón y Jelín (1987: 33), porque muestran una capacidad de democracia y
participación internas que no son usuales en otras formas de organización política. Sus
demandas son internacionales y se refieren a las problemáticas específicas de las mujeres,
cuestionando el orden social establecido en el binomio capitalismo/patriarcado.
La cuestión indígena tomará gran importancia a partir de este momento en toda América
Latina. El movimiento zapatista en México o la lucha guatemalteca son sólo dos ejemplos
de ello. Estos movimientos representaran la lucha contra el capitalismo y el progreso, y
afirmarán una fuerte relación con la naturaleza (Dos Santos y Bruckmann, 2008).
Podemos concluir diciendo que en este período los movimientos sociales tendrán dos
características fundamentales: la reivindicación de la autonomía que da origen a la lucha
por los derechos civiles; y la segunda, la formación de partidos a partir de estos
movimientos como el Partido de los Trabajadores de Brasil (PT) (Dos Santos y
Bruckmann, 2008).
39
6. La globalización: nueva realidad dinámica defensiva y ofensiva.
Podríamos empezar por decir que estos movimientos sociales dieron el protagonismo a los
pueblos indígenas de Suramérica que habían permanecido olvidados durante muchos años.
En 1992, año en el que se conmemoraban los 500 años del Descubrimiento de América,
estos pueblos comenzarían una campaña en contra de estos festejos que les sacarían del
olvido en el que habían permanecido.
40
Tabla N° 2. Población Indígena en América Latina (En porcentaje).
Población Indígena
Código Nombre
(zona rural y urbana, ambos sexos).
2 Bolivia 62.2
3 Brasil 0.4
4 Chile 4.6
6 Costa Rica 1.7
8 Ecuador 6.8
10 Guatemala 41
12 Honduras 7
13 México 6.5
15 Panamá 10.1
16 Paraguay 1.7
20 Venezuela 2.3
Para entender los cambios que los movimientos sociales han logrado en la región se
expondrá seguidamente aquellos que han sido más significativos, destacando algunos de
sus logros.
Los campesinos mexicanos creían que el TLC agudizaría la situación de pobreza que se
vivía en el campo. Además, una enmienda constitucional permitía la venta de la tierra a la
iniciativa privada. Las fuerzas militares del gobierno bombardearon al EZLN, y el 12 de
enero miles de personas se manifestarían para pedir el alto al fuego.
41
En diciembre de 1994, Ernesto Zedillo al frente del Partido Revolucionario Institucional
(PRI) gana las elecciones. Zedillo intentará acabar con el EZLN, no obstante el creciente
apoyo internacional que recibió este movimiento hará que en 1996 se firmen los Acuerdos
de San Andrés Larráinzar, en los cuales se reconocería el derecho a la autonomía de los
pueblos indígenas. Sin embargo, el gobierno mexicano no cumplió con estos acuerdos
asediando a los zapatistas hasta que, en 1997, en la llamada matanza de Acteal, murieron
45 indígenas civiles y la sociedad internacional se echó a la calle en su apoyo. La mayor de
las manifestaciones fue en Roma donde se concentraron 50.000 personas.
Los enfrentamientos continuaron hasta que en las elecciones del año 2000 ganó el Partido
Acción Nacional, con Vicente Fox a la cabeza. La comandancia zapatista comenzó la
Marcha del Color de la Tierra ese mismo día. El 11 de marzo del 2001 llegaron a la capital
donde les recibirían un millón de personas. Pese a todo, siguió sin reconocerse la
autonomía del pueblo indígena.
Las poblaciones indígenas del Chiapas que hoy en día se autogestionan son las que se
indican en el siguiente gráfico.
42
Gráfico N° 1. Territorios Indígenas Autogestionados de Chiapas.
Dos años después, cientos de miles de indígenas se manifestaron contra el presidente Jamil
Mahuad provocando la dimisión de éste. El apoyo indígena ecuatoriano conseguiría que,
en 2002, el Coronel Lucio Gutiérrez ganara las elecciones contra todo pronóstico. Por
primera vez los indígenas van a formar parte del gobierno ecuatoriano y propondrán como
elemento central la formación de un estado plurinacional que demanda no sólo el respeto a
los pueblos indígenas, al reconocimiento de su cultura, sino que va mucho más allá, se trata
de un proyecto nacional, un proyecto que quiere abarcar a todos los ecuatorianos para que
43
todos puedan participar en las decisiones políticas, para redefinir el Estado y participar en
un cambio social y económico que supera las reivindicaciones etnicistas y culturalistas.
El triunfo del Partido de los Trabajadores (PT) en 2002 en Brasil con Luiz Inácio da Silva
(“Lula”) al frente es sin duda otro de los grandes acontecimientos de la última década en la
región. El PT es el partido más novedoso en su relación con los movimientos sociales. Lula
había sido el presidente del Sindicato de Metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo y
Diadema. Las represiones llevadas a cabo por los militares que habían destituido al
presidente Joao Goulart en 1964 dieron paso al comienzo de las movilizaciones obreras
especialmente en San Paulo. Poco a poco este movimiento sentiría la necesidad de unirse
formando una identidad propia mediante la creación del PT en 1980.
1
Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra. Consultado el 15 de Mayo de 2010.
44
A partir de 1989, con el II Encuentro Nacional del MST, la capacitación agraria, la
formación de cooperativas así como el establecimiento de programas educativos
comenzarán a formar parte de las preocupaciones de estos campesinos. Desde 1995 el
MST comenzó a difundir el lema de la reforma agraria a sectores más amplios, y buscaron
el apoyo internacional para reforzar la lucha por la tierra.
Actualmente, el MST está formado por dos millones de miembros divididos en 23 estados.
Cuenta con 500 asociaciones de producción, comercialización y servicios; 49 cooperativas
de producción agropecuaria, 32 cooperativas de prestación de servicios, 2 cooperativas
regionales de comercialización y 3 cooperativas de crédito. Además, sus programas de
educación han acabado con el problema del analfabetismo: cuentan con 1800 escuelas de
enseñanza básica y 30.000 personas alfabetizadas. En el 2005 crearon la Universidad
Popular Florestán Fernández.
Muchos autores han estudiado el fenómeno de los movimientos sociales en América Latina
a partir de la década de los 80, dada la proliferación de éstos en la región desde ese
momento. Paul Almeida (2002) señaló que el aumento de estos movimientos se debía a la
confluencia de una serie de factores, tales como la lucha contra las privatizaciones, la
subida de los precios o la lucha contra instituciones internacionales como el FMI o el BM.
Estas luchas se sostienen por dos motivos: la oportunidad política y la amenaza, combinada
con la estructura de movilización (Almeida, 2002: 180). Es decir, los movimientos sociales
45
no pueden ser explicados o justificados sólo por el contexto que les rodea, sino que es
imprescindible atender también a las características internas de éstos.
Para Almeida (2002: 185) la clase obrera es el actor principal de la batalla. Este autor
elaboró una tabla con datos periodísticos sobre los actores que participaron en las luchas
durante el período de 1996-2001. Como podemos ver en la tabla 2 la clase obrera participó
en el 55,9% de las movilizaciones. También señala que los países con mayor conflictividad
en este mismo período fueron Ecuador, Colombia, Honduras, Nicaragua y El Salvador.
Alrededor de seis millones de personas se movilizaron en Colombia, cinco millones en
Brasil y tres millones en Ecuador.
Número de Porcentaje de
Grupos sociales campañas en las campañas en las Total de campañas
que participó que participó
Clase obrera 157 55,9 281
46
Más adelante veremos como la movilización indígena en Bolivia fue aún más
representativa. Según García Linera (2001) se movilizaron cerca de 500.000 aymaras sólo
en el altiplano.
De Sousa, en un artículo sobre los nuevos movimientos sociales de 2001, señala que la
principal novedad de estas movilizaciones reside en que constituyen tanto una crítica de la
regulación social capitalista, como una crítica de la emancipación social socialista, tal
como fue definida por el marxismo (De Sousa, 2001: 178). Los nuevos movimientos ya no
ven en la producción la única forma de opresión, sino que van más allá reconociendo
nuevas formas de opresión como son la guerra, el racismo o el machismo, y buscarán
nuevos valores la naturaleza, el bienestar social y la cultura dejando de lado el bienestar
material.
Otra característica importante que destaca De Sousa (2001) es que los nuevos movimientos
ya no se organizan en clases sociales sino en grupos sociales, que pueden ser más o menos
grandes, y que pueden albergar diferentes clases sociales, pero que tienen intereses
colectivos y más universales.
Por último, subraya una idea importante en cuanto a la forma en la que los nuevos
movimientos entienden la política. Esta debe ser horizontal, en el sentido de que los
ciudadanos deben participar en ella creando una nueva cultura política basada en la
autonomía y en el autogobierno, en la descentralización y en la democracia participativa
(De Sousa, 2001: 181).
Previamente, Calderón y Jelín (1987) habían indicado que los movimientos sociales en
América Latina no eran puros, o muy definidos, debido a la multidimensionalidad de las
relaciones sociales y de los diversos sentidos de la acción colectiva. Sin embargo, ya
señalaba cuatro características comunes en los nuevos movimientos sociales que estaban
surgiendo en esos momentos. En primer lugar, todos los movimientos tienen una estructura
participativa y, según las formas y niveles de participación las metas de este son más o
menos fuertes. Además, esta participación puede ser de carácter piramidal o más
democrático, y esto tendrá que ver con el contenido de sus reivindicaciones. En segundo
lugar, la temporalidad es un factor determinante. Nos dicen Calderón y Jelín (1987: 24)
que los momentos de crisis y conflicto agudo son los que definen su cualidad. En tercer
47
lugar, los movimientos se desarrollan en función del espacio que les rodea. Y por último,
señala que estos movimientos tienen repercusiones en la sociedad que les rodea, ya que
cambian las relaciones de poder y las relaciones sociales.
Con anterioridad Evers (1984) había señalado que los nuevos movimientos sociales no
eran sólo nuevas formas de hacer política sino que eran potenciales transformadores de la
sociedad y de la cultura y, aunque Evers no pudo detectar aún cuál sería la alternativa que
los nuevos movimientos sociales plantearían, sus estudios fueron decisivos para visualizar
esta nueva oleada de movimientos sociales que irrumpía en la década de los 80.
Para concluir se explicarán las características comunes que Zibechi (2003) estableció para
los nuevos movimientos sociales.
Para Zibechi, según un estudio realizado en 2003, los movimientos más significativos de la
región (indígenas ecuatorianos, campesinos bolivianos, los Sin Tierra en Brasil…)
presentan características comunes, ya que responden a problemáticas también comunes: los
profundos cambios introducidos por el neoliberalismo. En el mismo sentido, Garcés (2003)
señala que precisamente es la lucha contra el neoliberalismo y la búsqueda de alternativas
sociales y económicas, así como la lucha contra los gobiernos inestables de la región, lo
que tienen en común los nuevos movimientos sociales. Así pues, basándonos en las
conclusiones de diversos estudios realizados sobre los movimientos sociales en América
Latina, pueden distinguirse los siguientes rasgos comunes (Zibechi, 2003: 186).
48
c) La revalorización de la cultura y la afirmación de la identidad de sus pueblos y
sectores sociales. Como hemos visto anteriormente muchos de los nuevos movimientos
sociales fueron liderados por los pueblos indígenas que habían permanecido en el olvido y
que ahora reclamaban sus derechos como ciudadanos y el respeto a sus culturas.
d) La capacidad para formar sus propios intelectuales. Los indígenas lucharon por
tener sistemas educativos que les permitieron formar a sus propios líderes. Hasta esa fecha,
la cultura había pertenecido a las elites y los movimientos sociales eran dirigidos por
intelectuales ajenos al movimiento. Los indígenas ecuatorianos han creado la Universidad
Intercultural de los Pueblos y Nacionalidades indígenas y los Sin Tierra dirigen 1.500
escuelas en sus asentamientos (Dávalos, 2003).
Y aunque podemos observar estas similitudes en los casos principales estudiados, también
es cierto que existen diferencias entre ellos. El MST, por ejemplo, es un movimiento que
resurge la protesta por la reforma agraria de la manera en que lo hicieron en Bolivia
49
durante la Reforma de 1952. Esta lucha no destacará la cuestión indígena de la forma que
lo hizo el movimiento zapatista, los indígenas ecuatorianos o los indígenas bolivianos, sino
que la cuestión principal será la lucha por la redistribución de la tierra de la forma en que
lo hacían los viejos movimientos sociales.
Estos movimientos han tenido bases reivindicativas parecidas, así como formas de lucha
similares (marchas, bloqueos,…). Sin embargo, no todos han obtenido el mismo éxito. Así,
mientras los indígenas ecuatorianos a partir de la formación del partido Pachakutik o los
indígenas bolivianos con la formación del MAS han llegado a formar parte del gobierno,
los zapatistas han quedado en el olvido. Quizá esto fue motivado por su decisión de
alejarse de los partidos y de la política.
Sin embargo, cabe destacar, que mientras los indígenas ecuatorianos y bolivianos han
conseguido una serie de logros mediante la formación de partidos, el movimiento zapatista
ha conseguido organizarse de forma independiente administrando educación, salud y
justicia sin ayuda del gobierno. Además, los municipios de Chiapas se organizan bajo una
instancia horizontal, colectiva y rotativa.
Todos ellos están provocando grandes transformaciones en los valores, en las formas de
relación, en las conductas, incluso en la educación, en la vida diaria de América Latina.
Podríamos concluir, por tanto, diciendo que los movimientos sociales buscan el
acercamiento a los valores democráticos que sus gobiernos les han negado, valores que les
permitan una mayor participación política, así como el respeto a una diversidad cultural
que responde a la realidad Latinoamericana. Asimismo, han promovido el cambio social y
también político, derrocando a líderes y llevando a otros al poder y acercando a algunas
zonas de la región a gobiernos progresistas en los que tienen puestas sus esperanzas.
50
Cuadro N° 1. Revolución Mejicana de 1910.
Cambios de
gobierno
nacional
1911. Renuncia
y exilio de
Lucha en Porfirio Díaz
Francisco
contra de la Proclamación de
Madero
dictadura Planes de 1913. Asesinato la Constitución
militar de Revolución Actuación para de Madero de 1917 que
Clases medias y
A partir del Porfirio Díaz y constituciona- la Revolución después de establece el
Partidos campesinos
20/11/1910 la distribución lista (Plan de llegar al poder Control de los
políticos y
hasta 1917 de la riqueza Revolución a Guadalupe de recursos
militares que Pancho Villa,
con la oligárquica escala nacional Lucha por la Carranza, Plan 1914. Renuncia naturales, la
pugnan por el Zapata y
Constitución Revolución tierra y de San Luis de de Huerta y educación
poder Orozco
Mexicana constituciona- reforma Potosí de huida del país gratuita y la
(líderes de las
lista agraria Madero, Plan formación de
revoluciones
de Ayala) 1917. uniones
campesinas)
Lucha de Llega al poder laborales
Militares
poderes Crarranza
Insurrecciones
campesinas que
acaban con la
dictadura de
Díaz
51
Cuadro N° 2. Movimiento de Los Sin Tierra de Brasil (MST).
52
Cuadro N° 3. Levantamiento Zapatista.
Ejército
Zapatista de Demandas de
Liberación justicia y Toma de 7
Nacional reivindicación municipios. Modificación de
(EZLN), de los derechos la constitución
Entrada en vigor
organización de los pueblos Insurgentes para otorgar
del TLC entre
armada mejicana Aproximada- indígenas de tapados con derechos, Diálogo con el
México, EEUU EZLN
de carácter mente 1500 México y de los pasamontañas incluyendo la gobierno que
y Canadá
político militar. combatientes, pobres autonomía, de dura 3 años
Subcomandante
1 de enero 1994 El EZLN además de las Declaraciones los indígenas.
Invisibilidad de Marcos
organiza y comunidades Objetivo: de la Selva Firma de los
los indígenas y (portavoz del
estructura a las que controlan y subvertir el Lacandona Masacre en el Acuerdos de
los pobres en EZLN)
pequeñas les apoyan orden mercado de San Andrés
los gobiernos
comunidades en establecido para Declaración Ocosingo, con
mexicanos
comunidades instalar el oficial de guerra un saldo de 57
autónomas con socialismo y una al gobierno civiles muertos
un papel de sociedad más Mexicano
gobierno justa
paralelo
53
Cuadro N° 4. Levantamiento Indígena en Ecuador.
Disolución de
Crítica radical al
los tres poderes
Estado
del Estado
Constitución de
Participación
mesas de
Indígenas directa de los Constitución de
diálogo Reforma de la
aliados con indígenas en la un gobierno
Organización constitución en
militares de política efímero de
comunitaria Marchas 1998,
rango medio “Salvación
Exclusión, Confederación reconociendo
Más de 20.000 Lucha por la Nacional”
marginación y de las Traspaso de los derechos
1 de enero 1994 personas en las Apoyo de tierra
pobreza de los Nacionalidades cercos militares indígenas
marchas numerosos Participación de
indígenas Indígenas del que cercaban la
grupos sociales Plurinaciona- los indígenas
Ecuador ciudad con Destitución del
(mujeres, lidad en
(CONAIE) falsos pretextos presidente Jamil
ecologistas, el sistema
(ver una virgen, Mahuad (2000)
estudiantes…) Detención de la político
por ejemplo)
dolarización
Bloqueo de
Cambio del
edificios
sistema
oficiales
económico
54
CAPÍTULO IV
MOVIMIENTOS SOCIALES EN BOLIVIA
1. Introducción.
Una vez desarrollados los puntos anteriores se realizará el estudio de la estructura de los
distintos movimientos sociales del siglo XXI, organización y características principales,
para finalmente aplicarlo a los movimientos sociales seleccionados como estudio de caso,
que serán analizados detalladamente al final del capítulo.
55
Según datos de Instituto Nacional de Estadística de Bolivia, en el año 2010 el Estado tiene
aproximadamente 10.426.1542 habitantes, de los cuales cerca de un 60% son Indígenas-
Originarios, descendientes de culturas Aymaras y Quechuas principalmente; un 24% son
mestizos y un 14% son blancos, por lo cual es considerado un Estado Multicultural. En
cuanto al género, la población total se distribuye en 5.201.974 hombres y 5.224.180
mujeres, representando este último grupo poco más de la mitad de la población. El idioma
oficial es el castellano y, debido a la fuerte presencia de cultura indígena, se reconocen
también como oficiales más de 35 lenguas indígenas, entre las cuales las más habladas son
la Quechua, Aymara y Guaraní.
Bolivia está ubicada en la zona central del cono sur del continente americano, limita al
norte y este con Brasil, al sur con Argentina, al sureste con Paraguay, al oeste con Perú y al
suroeste con Chile. Una de las características más relevantes de este país es que no tiene
salida directa al mar, lo cual influye notablemente en la orientación de los sectores
productivos y económicos de la región. El Estado está conformado por nueve
Departamentos Autónomos: Chuquisaca, La Paz, Cochabamba, Oruro, Potosí, Tarija, Santa
Cruz, Beni y Pando. La capital del Estado es Sucre, ubicada en el Departamento de
Chuquisaca, pero la sede del Gobierno se encuentra en La Paz. Siguiendo un proceso de
descentralización, cada uno de estos departamentos está dirigido por una Asamblea
Departamental elegida por votación popular y un Gobernador, que desde 2005 es elegido
en votación popular, directa y secreta por el pueblo de cada departamento boliviano.
2
INE Instituto Nacional de Estadística de Bolivia. Bolivia: Población Total Proyectada, Calendario y Sexo, Según
Edades Simples, 2005 -2010.Consultado el 30 de Abril de 2010.
56
Gráfico N° 2. Mapa Político de Bolivia.
Los poderes públicos del Estado se organizan de la siguiente forma: 1) Órgano Ejecutivo,
constituido por el Presidente de Estado, actualmente Evo Morales; por el Vicepresidente,
Álvaro García Linera; y también consta en este momento de veinte Ministerios. 2) El
Órgano Legislativo, representado por la Asamblea Legislativa Plurinacional; 3) Órgano
Judicial, conformado, entre otros, por el Tribunal Supremo de Justicia y el Tribunal
Constitucional Plurinacional; 4) Órgano Electoral Plurinacional, conformado
principalmente por el Tribunal Supremo Electoral.
Como la mayoría de los países de América del Sur, las actividades económicas básicas del
Estado Plurinacional de Bolivia pertenecen al sector primario, y son la explotación de
hidrocarburos y la minería. En relación a los hidrocarburos, cuyas principales zonas
productoras son Santa Cruz, Cochabamba y Tarija, la explotación de gas representa la
fuente principal de ingresos del país, y su exportación se realiza a Argentina y Brasil.
57
Tabla N° 4. Participación Departamental en el Producto Interno Bruto en 2004, según Actividad
Económica (En porcentaje).
Actividad Santa
Chuquisaca La Paz Cochabamba Oruro Potosí Tarija Beni Pando
Económica Cruz
Agricultura,
Silvicultura, Caza y 7,1 15,26 12,9 1,86 4,85 4,8 43,22 8,21 1,8
Pesca
Extracción de Minas
3,9 7,55 12,43 10,49 10,53 35,72 18 0,61 0,77
y Canteras
Industrias
4,83 21,33 24,4 3,89 1,65 3,66 35,4 4 0,83
Manufactureras
Electricidad, Gas y
3,94 29,81 17,86 6,19 2,67 3,06 34,46 1,64 0,38
Agua
Construcción 7,37 23,11 18,19 4,8 9,1 11,88 21,34 3,07 1,14
Transporte,
Almacenamiento y 5,53 22,18 24,45 6,53 5,06 6,2 28,49 1,39 0,16
Comunicaciones
Establecimientos
Financieros,
Seguros, Bienes
3,52 34,47 16,86 4,04 4 4,62 29,78 2,4 0,32
Inmuebles y
Servicios Prestados
a las Empresas
Servicios
Comunales,
4,02 32,44 20,12 4,45 3,33 2,88 29,28 2,75 0,73
Sociales, Personales
y Domésticos
Restaurantes y
3,93 29,58 17,8 7,31 5,05 4,05 27,06 3,45 1,77
Hoteles
Servicios de la
Administración 7,14 29 16,7 7,03 7,65 6,65 20,67 3,93 1,23
Pública
*Fuente: elaboración propia con datos obtenidos del Instituto Nacional de Estadística de Bolivia.
En cuanto a la actividad minera, los principales metales son la plata, el estaño y el cobre, y
su explotación se concentra especialmente en las zonas de La Paz, Potosí y Oruro. En la
actividad agropecuaria tiene gran relevancia el cultivo de la hoja de coca, ya que ha sido
parte de las culturas indígenas Bolivianas, y de América Latina en general. A partir de los
años ochenta se incrementa su producción, y surge como medio económico de
supervivencia para muchos bolivianos, ya que debido a la baja de los precios de los
minerales muchos indígenas que trabajaban en las minas se quedaron sin empleo y
58
recurrieron a esta actividad ancestral para poder vivir. Después de este acontecimiento nace
el movimiento Cocalero, en el cual se profundizará en los próximos apartados.
Desde febrero de 2009, con la aprobación de una nueva constitución en Bolivia, se inicia
un proceso de transición y de cambio desde una sociedad capitalista hacia una sociedad
socialista comunitaria. El Socialismo Comunitario plantea la desaparición de las clases
sociales asociadas al capitalismo, entre ellas, la clase dominante y poderosa, conformada
por los blancos, descendientes de los extranjeros que, desde épocas de la colonia,
controlaban los medios de producción y el poder, y los tenían los ingresos más altos. Aun
con el paso de los años, y con el poco porcentaje de habitantes que conformaban las elites,
lograron mantener el control político y el poder.
Por otro lado, los mestizos forman una parte importante de la población, y si bien no han
tenido la misma capacidad de acceso al poder que los blancos, han tenido acceso a recursos
y a educación que les ha permitido situarse en la clase “media”, con importantes
intervenciones a nivel social. Son el escalón medio en cuanto a la distribución de los
ingresos del país, a beneficios y a derechos, y están conformados principalmente por
profesionales universitarios con trabajo.
Es importante resaltar que la clase media, si bien es mayor en porcentaje a la clase alta, es
notablemente inferior en porcentaje a la clase baja, lo que hace inmensa la brecha de
desigualdad entre las clases sociales.
59
En el año 2008 el PIB per cápita era de 1.720,1 3 millones de dólares. También es relevante
subrayar que en el año 2007, 5.919.7664 de habitantes se encontraban en situación de
pobreza moderada, equivalente a un 60,10% de la población total. En ese año la
distribución de la renta era la siguiente:
En 2009 Bolivia presentaba una tasa de desempleo de 6.85, con una tendencia de
disminución en los últimos 5 años. A continuación se presenta la distribución del empleo
durante el primer trimestre de 2010:
3
CEPAL. Comisión Económica para América Latina y el Caribe. América latina y El Caribe: PIB por Habitante, a
Precios Corrientes de Mercado. (2008) Consultado el 16 de Abril de 2010.
4
INE Instituto Nacional de Estadística de Bolivia. Bolivia: Indicadores de Pobreza moderada según Área Geográfica,
1997 – 2007. Consultado el 16 de Abril d 2010.
5
CEPAL. Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Consultado el 20 de Abril de 2010.
60
Tabla N° 6. Actividad Económica de la Ocupación Principal por Sexo y Trimestre (En porcentaje).
Respecto a la distribución geográfica del país, existe una subregión denominada la Media
Luna, conformada por los Departamentos de Tarija, Santa Cruz, Beni y Pando, que tiene
especial relevancia en la historia y en el desarrollo político, económico y social de Estado.
La característica más importante de esta subregión es que su mayoría poblacional no es
indígena, sino de blancos y mestizos. En esta zona de la Media Luna se habría concentrado
el poder político durante muchos años, excluyendo de toda participación y derechos a la
mayoría indígena que habita en el país. Adicionalmente, en los departamentos de esta
subregión se concentra gran parte de la producción de hidrocarburos, como se mencionó
antes, y se calcula que su producción total equivale al 42% del PIB del país, lo cual le
otorga notable poder.
Desde la elección de Evo Morales como presidente, y desde el inicio de los movimientos
de reivindicación de los derechos indígenas, la situación de la Media Luna ha cambiado
61
notablemente, y han iniciado un proceso de independización del gobierno central. A este
proceso se hará referencia posteriormente.
Durante los años cincuenta se lleva a cabo la Revolución de 1952, donde movimientos del
sector obrero organizado apoyaron al Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR)
para derrocar el régimen dictatorial de José Ballivián. Esta acción tiene como objeto
reivindicar el lugar de Víctor Paz Estensoro (MNR) como presidente, después de haber
ganado las elecciones del mismo año y que no se le permitiera asumir el poder.
62
En estas movilizaciones, la participación de las organizaciones mineras es de gran
relevancia y a pesar de que, como en los movimientos de 1942, se derramó mucha sangre y
hubo muchos muertos, esta revolución es considerada en Latinoamérica como una de las
más importantes. Después de la toma de poder por parte de Víctor Paz Estensoro se llevan
a cabo grandes cambios, que favorecerían a los sectores hasta entonces marginados del país
mediante la extensión del voto universal y la promulgación del Código de la Educación
Boliviana. Ambas medidas incluirían a las comunidades indígenas del país como
participantes activos de la sociedad. También se promulgo la Reforma Agraria que daría fin
a regímenes de hacendados en numerosas zonas del país. Adicionalmente, se establece la
nacionalización de las minas, donde el mayor porcentaje de ingresos por explotación de las
mismas fue destinado al Estado, y se crea la COMIBOL, empresa minera estatal.
63
c) Las Federaciones de Juntas de Vecinos (FEJUVE), conformadas por vecinos de
diferentes sectores de las ciudades.
Durante las décadas siguientes una serie de gobiernos poco eficientes, golpes de estados y
dictaduras asumieron el liderazgo político del país. Los ataques repetidos a las
organizaciones sociales, las persecuciones y encarcelamiento a los actores y representantes
de movimientos de izquierda en el país, además de enfrentamientos violentos entre
militares del Estado y la sociedad civil, estuvieron presentes durante dos décadas al menos.
En este contexto, se originaron diversas movilizaciones.
64
Cuadro N° 5. Revolución de 1952.
65
Cuadro N° 6. Katarismo.
Inclusión del
sector indígena
Construcción
de un proyecto
Indígenas Ideología
político basado Bloqueo de
Comunidades étnica
Reivindicación Más de 12.000 en la diversidad carreteras Representados
Década de los Alianzas de
del sector comunidades de por partidos de
70 y 80. Sindicatos sectores Lengua y
indígena indígenas organizaciones “Pacto Militar izquierdas
agrarios indígenas con bandera
políticas de los Campesino”
no indígenas propias
pueblos y
culturas del país
Autonomía y
autogobierno
66
4. Antecedentes de los Movimientos Sociales de principios del siglo XXI.
Contexto político, económico y social de Bolivia durante la segunda mitad de
los años noventa.
La nueva ola de movimientos sociales que emergen a principios del siglo XXI son
consecuencia del agotamiento del modelo económico implantado en 1985, a lo que se
suma la crisis del sistema político que fue perdiendo eficacia y legitimidad debido a una
serie de acciones, de las cuales se hablará a continuación.
A finales de la década de los noventa, la escena política boliviana estaba caracterizada por
una serie de acuerdos entre las elites partidistas del Estado, oficialismo y oposición, es
decir, el poder político estaba en manos de una elite a través de una democracia pactada.
Mientras los pocos involucrados en tomar las decisiones tuviesen su beneficio no habría
ningún tipo de inestabilidad política. Esto llevó a que la sociedad empezará a tener sus
dudas acerca de la legitimidad del Estado y su interés por el bienestar social general. Entre
los partidos más poderosos involucrados se encontraban el Movimiento Nacional
Revolucionario (MNR), el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y Acción
Democrática Nacionalista (ADN), quienes de manera alterna iban rotando entre ellos la
presidencia del país.
Entre algunas de las acciones gubernamentales que se llevaron a cabo durante este periodo
estuvo la privatización de empresas públicas, con el fin de atraer a la inversión extranjera,
dinamizar el sector económico, promover su crecimiento y generar nuevas fuentes de
empleo. Esta política netamente neoliberal parecía haber disminuido el papel del Estado en
la economía y la política. Contrariamente a lo planificado, las reformas realizadas no
67
lograron mitigar los problemas más graves del país, no fueron capaces de disminuir la
pobreza, de reducir el alto nivel de inequidad, de fortalecer la economía interna contra los
cambios y volatilidad de los mercados externos, ni mucho menos lograr una situación
fiscal eficiente.
Además, cuando las actividades económicas eran manejadas por el Estado sus ingresos
permitían cubrir un 70% del gasto fiscal, mientras que cuando pasaron a manos de
empresas transnacionales escasamente lograban cubrir un 12% del mismo. Para superar
este déficit presupuestario el gobierno recurre al aumento de la deuda pública interna y
externa, y a la implementación de distintos impuestos a la población; esto se traduce en
repetidas solicitudes de préstamo a organismos internacionales llevando al país a un alto
nivel de vulnerabilidad económica y política, y a una mayor dependencia de la cooperación
internacional6.
En 1998 tuvo lugar otro acontecimiento importante, la aprobación de leyes que establecían
límites estrictos a la producción de la hoja de coca. En tal sentido, se establecieron
cantidades máximas de producción y se atacó a las plantaciones ilegales con fuerzas
militares para erradicar el cultivo ilegal. Esta ley logró diseminar una fuerte aversión
contra el gobierno entre una mayoría abrumadora de la población, campesinos e indígenas,
ya que dicha medida atacaba a una actividad ancestral y religiosa de las culturas indígenas
de Bolivia, y de otros países del continente. En términos económicos supuso una reducción
del 70% de la producción, lo cual afectó directamente los ingresos y beneficios obtenidos
de esta actividad. Para principios del año 2002 eran numerosas las movilizaciones en
contra de las prohibiciones establecidas; la confrontación entre campesinos e indígenas y el
Estado llega a su punto máximo, y los productores de la hoja de coca ya no están
6
Grupo de Apoyo a los Movimientos Sociales (GAMS). Crisis del Estado Neoliberal y Emergencia de lo Nacional
Popular en Bolivia. 2004.
68
dispuestos a negociar la producción de la misma. Finalmente, el Estado revoca las medidas
restrictivas del cultivo y comercio del producto. La participación de Evo Morales, desde la
Asamblea Legislativa, en apoyo de los derechos relacionados a la agricultura de la hoja de
coca sería decisiva para el desarrollo de los acontecimientos que vinieron posteriormente.
Poco a poco las negociaciones entre elites partidistas y la oposición fueron disminuyendo
y, en consecuencia, disminuyeron también los beneficios concedidos a la oposición. Así
todo el poder y los beneficios los mantenía el oficialismo excluyendo a los sectores
representativos del país. El poder público fue distribuido entre un sector poderoso
reducido, y funcionaba principalmente como un mecanismo clientelista selectivo,
fomentando la tolerancia y apoyo a la corrupción. Así la sociedad Boliviana se fue
haciendo consciente de que las reformas adoptadas y el sistema económico vigente no
habían logrado cumplir sus objetivos.
69
Para el siguiente período electoral se hizo patente la disminución del apoyo que habían
tenido los partidos políticos tradicionales, y más notable aún fue la participación e
importancia que cobraron los nuevos partidos políticos MAS y MIP. Desde ese momento la
historia boliviana, y la estructura política, social y económica del país, darían un giro sin
precedente, que tiene sus inicios con la elección de Evo Morales como presidente de
Bolivia en 2005, y en el planteamiento de un nuevo Estado, el Estado Plurinacional de
Bolivia.
La ciudad del Alto es un referente de reivindicación de los ciclos de protesta de los años
2000 y, sobretodo, de 2003, ya que desde los tiempos de la colonización esta ciudad ha
jugado un papel central en el mapa político-económico de Bolivia. Además El Alto tiene
gran importancia estratégica para las protestas callejeras, ya que desde allí se pueden
observar, controlar y obstruir gran parte de los accesos que unen a La Paz (capital
administrativa) con el resto de ciudades.
70
mayoría de sus habitantes funciona como componente homogeneizador7. Esta
heterogeneidad en la identidad alteña está anclada a un conjunto de prácticas políticas
basadas en las experiencias agrarias, mineras, indígenas, sindicales y de los jóvenes, las
cuales son esenciales para explicar la capacidad de movilización de esta ciudad.
Dos de los diez distritos que conforman la ciudad de El Alto son rurales y mantienen por
completo su estructura tradicional de ayllu, siendo la organización comunitaria indígena la
que establece el tejido social y político de este territorio. El ayllu, entre otras cosas,
reconoce la propiedad colectiva de la tierra. Fue esta organización comunitaria indígena la
que permitió la solidaridad entre vecinos, elemento clave que sostuvo los levantamientos
de 2003.
7
Según el Instituto Nacional de Estadística de Bolivia el 81% de los alteños se reconoce indígena. Consultado el 26 de
Abril de 2010.
71
5.1. Protestas en El Alto.
En Mayo del 2000 los habitantes de El Alto, con fuerte presencia de la juventud, se
movilizaron para exigir la creación una universidad pública. De estos altercados cabe
destacar el incendio del ayuntamiento de la ciudad. Las protestas finalmente lograron una
universidad pública con plena independencia del Estado.
A partir de este suceso, entre los años 2000 y 2003, las organizaciones sociales alteñas se
van politizando y tienden a posiciones cada vez más radicales. El 12 y el 13 de Febrero de
2003, lo que se llama el Febrero Negro, comenzaron las “puebladas”, formas de protestas
causadas por un motín policial en contra de un impuesto a la renta de los trabajadores para
reducir el déficit fiscal. Rodearon la Plaza Murillo, una de las más importantes de la
ciudad, y asaltaron la alcaldía y las instalaciones de la empresa Coca Cola para saquearlas
e incendiarlas. Los militares se enfrentaron a los policías dejaron un saldo de 32 muertos,
algunos de ellos civiles.
Las protestas estallaron cuando el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada decidió vender
gas Boliviano a EEUU a través de los puertos chilenos. Los vecinos forzaron a las juntas
vecinales para declarar un paro general, también la FEJUVE rechazó la exportación del gas
por Chile, el ALCA y exigían la distribución justa de la riqueza, siendo la primera vez que
la organización exigía demandas políticas. Las consignas de la lucha que tuvo lugar en los
días siguientes fueron el rechazo a la venta de hidrocarburos y la demanda de la renuncia
del presidente Sánchez de Lozada.
72
Ese mismo mes, los cooperativistas mineros de Huanuni se unieron a las movilizaciones en
El Alto. Los accesos a La Paz se bloquearon y la ciudad quedó desabastecida. Para saciar la
necesidad de combustible de las fuerzas de seguridad, se trasladaron camiones cisterna a la
Paz, matando a los habitantes que se encontraban en los bloqueos de las calles.
Dos días después los alteños se lanzaron en masa a la calle, comenzando oficialmente la
Guerra del Gas. Según García Linera (2005: 59) “la muerte de vecinos, de niños, ha sido
la seña (...) mediante la cual cada familia alteña se ha sentido convocada a poner en
riesgo la vida como única manera de ser digno frente a ella”. La violencia tuvo su auge el
día 12, con un saldo de 25 civiles asesinados. Las crónicas hablan de una rebelión sin líder
ni organizador, donde fue la comunidad la que se autoorganizó para afrontar las rebeliones
sin necesidad de que la junta organizase un plan de acción. Según Mamani (2004) las
decisiones fueron tomadas por los mismos vecinos sin tener en cuenta otro órgano superior,
formando gobiernos microbarriales.
73
Gran parte de las organizaciones que existen en El Alto son de carácter civil y no buscan
un cambio radical en las estructuras, sino que se caracterizan por sus estrategias y
capacidad de negociación.
Desde hace años Bolivia ha estado en el punto de mira de los EEUU, primero por
considerarla una amenaza comunista a partir de la Revolución de 1952 y, después, por sus
cultivos de coca, especialmente desde 1980. En estos años, el consumo de cocaína había
crecido en EEUU y este país comenzó una lucha abierta contra el cultivo de coca en
Bolivia. El aumento de la producción atrajo la migración de los indígenas de las tierras
pobres del altiplano, quechuas y aymaras, a la zona del Chapare que pasó de 24.000
habitantes a cerca de un cuarto de millón. Pero, además, la gran crisis económica que azotó
Bolivia a partir de 1980, y el cierre de la mayor parte de las minas de Potosí y Oruro en
1985 que llevó al desempleo a 25.000 personas, también tuvo mucho que ver en el
aumento del cultivo de la hoja de coca y la migración a esta zona. Se estima que más de
mil mineros se trasladaron al Chapare. Es importante resaltar el hecho de la migración de
los mineros a la zona del cultivo de coca, ya que éstos tienen una larga tradición
sindicalista que trasladarían a los campesinos del Chapare.
EEUU presionó a Bolivia para que erradicara el cultivo de coca. Los gobiernos bolivianos,
condicionados por la necesidad de la ayuda externa, (el 15% del PIB de los últimos años
está representado por la asistencia multilateral, bilateral y las ONG’s (Grebe, 2002),
decidieron en julio de 1988, por la “Ley 1008”, establecer el máximo de producción legal
de coca en 12.000 hectáreas.
Pero sería a partir de 1997, con Hugo Banzer, cuando las campañas antidroga se
recrudecerían con el “Plan Dignidad”, que intentaba acabar del todo con la coca, bajo el
lema político de “coca cero”. El Chapare se militarizó y la violencia de la campaña
ocasionó muertos en ambos lados.
Según Crabtree (2005: 21) el período de mayor confrontación probablemente fue entre
1998 y 2000, pero los enfrentamientos continuaron hasta 2002 y siguen intermitentemente
74
desde entonces. A continuación exponemos un cuadro de principales conflictos que se han
dado en el Chapare hasta 2003, basado en el trabajo de Castillo Gallardo (2004).
*Fuente: Mayarí Castillo Gallardo. Movimiento cocalero en Bolivia. Violencia, discurso y hegemonía. 2004.
75
La gran represión contra los cocaleros no hizo más que fortalecerlos. El movimiento
cocalero, que había nacido en los 80 como un movimiento sindical que trataba de defender
el cultivo de la hoja de coca frente a las políticas de erradicación del gobierno, fueron
ganando en poder durante los 90 convirtiéndose en uno de los sindicatos más fuertes dentro
de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB).
En este período se fundará la Federación Especial del Trópico de Cochabamba (FETCTC)
para unificar las políticas de lucha contra la erradicación del cultivo de coca.
Los cocaleros del Chapare (Cochabamba) y de los Yungas (La Paz), se organizan en torno
a esta federación con 30 centrales sindicales organizadas en seis federaciones. Cómo
hemos mencionado antes, la influencia de los mineros fue decisiva en esta organización ya
que adoptaron los métodos de movilización de los mineros, empezando por la publicación
de demandas y de reivindicaciones y siguiendo por acciones de presión directa como los
piquetes de rutas, las huelgas de hambre, marchas hacia la capital, la búsqueda de apoyo en
otras organizaciones sociales nacionales e internacionales y la movilización de la opinión
pública. Los cocaleros tomaron contacto con ONG’s nacionales e internacionales así como
con sectores de la Iglesia Católica.
Crabtree (2005: 27) explica que las federaciones son las encargadas de repartir las tierras
dentro de las seis subregiones en las que se divide el Chapare, mediante un proceso donde
los miembros de éstas pagan pequeños impuestos para acceder a la tierra, la cual se
distribuye entre las familias cocaleras. Las decisiones que afectan a la comunidad se toman
colectivamente por la federación sindical. Toda la vida de la comunidad pasa por los
cocaleros: la educación, la comercialización de la coca, la organización de eventos
culturales y deportivos, etc. Incluso las federaciones tienen sus propios calabozos y
métodos de castigo. En el documental Cocalero, Leonilda Zurita (senadora suplente del
Departamento de Cochabamba) cuenta que existen calabozos en la sede sindical. La
ideología de estas federaciones queda bien reflejada en su grito: “¡Viva la coca!, ¡muerte a
los yankees!, ¡viva el instrumento político!, que proclaman al final de cada asamblea.
Los cocaleros están formados por un grupo muy heterogéneo, ex mineros, indios aymaras
y quechuas, campesinos, cuyas demandas iniciales eran: la ejecución de programas de
desarrollos alternativos, la suspensión del uso de las fuerzas armadas en la erradicación de
la coca, el respeto de los derechos humanos en las zonas de erradicación y el respeto de los
76
acuerdos firmados (Malá, 2007: 111). A estas demandas se irían agregando las demandas
de sus aliados y adoptaría una dimensión étnica e indígena, especialmente a partir de la
formación del MAS (Movimiento al Socialismo).
Los cocaleros cuentan con varias radios como medio de difusión de su ideario: la Red
Radial del Trópico cochabambino, o la Radio Soberanía autodesignada “voz soberana del
cocalero boliviano”, que fue destruida por el ejército en el 2002 pero se reparó como
condición para firmar la tregua.
Pronto el movimiento cocalero se convirtió en algo más, pasó a encarnar la lucha contra la
soberanía de Estados Unidos, la defensa de la dignidad nacional, la defensa de lo indígena
y ancestral, abarcando no sólo a los productores de coca sino también a los pobres y a los
que no tienen reconocidos sus derechos. Castillo Gallardo (2004) cita a Zegada (2002:
147): "La interpelación de este partido está dirigida a todos los sectores populares, a las
mayorías campesinas, clases medias y pobres de las ciudades que no se sienten
representados".
En 1995 formaron la Asamblea de la Soberanía de los Pueblos (ASP) que, en las elecciones
municipales de ese año, consiguieron casi la totalidad de los votos de los habitantes del
Chapare. Dos años después conseguirían obtener cuatro escaños en el Parlamento, y para
las elecciones municipales de 1999 el ASP se divide en dos ramas. Evo Morales se
presenta como candidato de una de ellas, bajo el nombre: “Instrumento Político para la
Soberanía de los Pueblos” (IPSP) o el MAS (Movimiento al Socialismo) obteniendo un
gran resultado en las regiones productoras de coca y en las andinas.
Este líder indígena aymara de gran popularidad conseguirá algo insólito en la historia de
Bolivia. En el año 2002 se presentaría a las elecciones nacionales consiguiendo un 22,94%
de los votos, obteniendo 8 senadores y 36 diputados al parlamento. Y en las siguientes
elecciones de diciembre de 2005, Evo Morales se convertiría en el Presidente de la
República con el 54% de los votos.
Desde la formación del MAS, Evo Morales ha resaltado la cuestión indígena por encima de
las demandas de los cocaleros. En sus discursos durante la campaña que llevó a cabo antes
de convertirse en presidente afirmaba: “somos cocaleros, pero por encima de cocaleros,
77
somos aymaras, quechuas, guaraníes, dueños de esta noble tierra”.
Durante la campaña electoral, Evo Morales visitó los pueblos de toda la región repartiendo
banderas y propaganda. Las Federaciones del Trópico enseñaban a distinguir en las
papeletas al líder al que debían votar a aquellas personas que no sabían leer ni escribir, e
incluso hacían ensayos para ver cuantas equivocaciones se cometían. Los indios, por
primera, vez se sentían representados y tenían la necesidad de votar. Miles de personas se
movilizaron para escuchar hablar a Evo, bandas de música llegadas de distintas partes de la
región acompañaban al líder en su campaña y todo ocurría por iniciativa propia, el partido
no pagaba a nadie por asistir, no tenían dinero y en palabras de Evo: “si tuviera tampoco
pagaría, porque se trata de una cuestión de conciencia”. Apenas ganaban unos bolivianos
vendiendo camisetas del MAS y en una entrevista en Argentina durante la Cumbre de los
Pueblos de América declaró que no recibía ayuda de ningún gobierno. Cadenas de
televisión de todo el mundo narraban lo que se consideraba un hito en la historia boliviana.
El día de las elecciones algunos indígenas no pudieron votar por no estar en las listas. La
radio Chipiri denunció este hecho exigiendo democracia total, pero nada impidió que el 18
de diciembre del 2005, Evo Morales se alzara con la victoria. Hoy en día existe un
Viceministerio de la Coca que se ocupa de la promoción del uso lícito de la hoja de coca y
de la erradicación de los cultivos considerados ilegales. Existe un plan de compensación
para que los cocaleros abandonen la producción de coca en algunas zonas, y se pretende
revisar la Ley 1008 para otras. Esto ha provocado que no todos los cocaleros estén de
acuerdo y existan divisiones entre los que siguen apoyando al gobierno y los que no.
7. La Asamblea Constituyente.
Cuando en 2005 Evo Morales gana las elecciones debe enfrentarse a sus principales
compromisos: la nacionalización de los hidrocarburos y la creación de la Asamblea
Constituyente. Aunque la demanda de una Asamblea Constituyente viene de muy lejos en
78
Bolivia, es a partir de los acontecimientos de principio de siglo XX cuando tomó una
relevancia significativa.
Es a partir de los años 80 cuando la reforma de la Constitución Política del Estado (CPE)
entrará a formar parte de la agenda política. El “cómo” hacer esta reforma trajo consigo la
idea del referéndum y el “dónde” la idea de una Asamblea Constituyente (Lazarte, 2006).
Entre 1993 y 1997, se dieron reformas importantes como el reconocimiento del carácter
multiétnico y multicultural del país, la elección de diputados uninominales, la creación del
Tribunal Constitucional, la Defensoría del Pueblo y el Consejo de la Judicatura. Pero será
después del año 2000, con las movilizaciones sociales de este período, cuando la Asamblea
Constituyente se convierta en una demanda social de los movimientos de protesta, que
pasaban de demandas sociales a demandas político-sociales.
En el proceso electoral de 2002 la Asamblea Constituyente fue ya parte del debate. Hubo
marchas y huelgas de hambre de originarios e indígenas con el fin de conseguir la
formación de la Asamblea Constituyente. Después de estas protestas se aprobó, en agosto
de 2002, la Ley de Necesidad de Reformas a la Constitución Política del Estado. Ésta no
contempló el tema central de la Asamblea Constituyente, pero aprobó reformas importantes
como el reconocimiento de las Agrupaciones Ciudadanas como alternativas electorales a
los partidos políticos.
79
no estar contemplada la Asamblea Constituyente en la Constitución Política del Estado, se
necesitaba una reforma constitucional previa para constitucionalizarla (Lazarte, 2006).
80
naturales y la promoción de la reforma agraria.
En enero de 2009 la nueva Constitución fue sometida a referendo. 8. Sin embargo, en los
departamentos de Santa Cruz, Tarija, Pando y Beni ganó el no a la nueva Constitución. En
diciembre de ese mismo año, Evo Morales será reelegido presidente por un 63,3 % de los
votos, lo que significa que gobernará hasta el 2015.
8
Corte Nacional Electoral de Bolivia. Consultado el 10 de Junio de 2010.
81
CAPÍTULO V
ESTUDIO DE CASOS: LA GUERRA DEL AGUA, LA
GUERRA DEL GAS Y EL MOVIMIENTO INDÍGENA
DESDE EL AÑO 2000.
La Guerra del Agua es el nombre que se dio a un conjunto de protestas que surgieron en
1999, en el Departamento de Cochabamba, en torno a la privatización del servicio de
distribución del agua. En esta zona de Bolivia se han producido diversos conflictos entre
clases rurales y urbanas relacionados con el aprovechamiento de este recurso natural,
conflictos que han tenido lugar por diferentes motivos que van desde el uso del agua hasta
su distribución.
Desde finales de los años 70, la zona tuvo un aumento notable de población y, a principios
del año 2000, tenía alrededor de 500.000 habitantes, lo cual acentuó los problemas de
abastecimiento. En 1999 el gobierno, presidido por Banzer, toma la decisión de privatizar
el suministro del agua para la región de Cochabamba, y así dar fin a los conflictos sobre el
recurso. El servicio de distribución, que ofrecía la empresa local Servicio Municipal de
Agua Potable y Alcantarillado (SEMAPA), fue vendido a la empresa Aguas del Tunari,
una dependencia de la empresa internacional Betchel. Adicionalmente, se aprobó la Ley
2029 de 1999 que legalizaba la privatización que se estaba llevando a cabo y permitía la
venta de las fuentes de agua, acrecentándose el malestar ya latente en la región. La ley fue
presentada al Congreso excluyendo el debate público sobre la misma, y así se generó una
desconfianza general sobre el proceso, y sobre la nueva empresa, que poco después
anunció un aumento de entre el 100 y el 300 por ciento en el precio del servicio.
Fue en este punto donde los habitantes de Cochabamba, soportando aumentos excesivos en
los precios del agua y restricciones sobre su uso, decidieron manifestar su descontento y
82
luchar contra la privatización. Los habitantes de las zonas rurales y de las zonas urbanas
unieron esfuerzos para evitar que el agua, un recurso natural, estuviera en manos de una
empresa extranjera.
El mes de Febrero de ese año fue de suma importancia, y el día 7 se llevó a cabo una
marcha general, miles de personas tomaron pacíficamente las calles y la plaza principal. La
marcha fue fuertemente reprimida y los enfrentamientos con la policía antidisturbios se
hicieron presentes, generando un gran número de heridos. En marzo, la Coordinadora se
retira de las negociaciones y queda un comité cívico a cargo de las mismas. A finales de
mes, la Coordinadora realizó una consulta popular que duró diez días y que planteaba
preguntas relacionadas con las tarifas, el contrato y las fuentes de agua.
En abril de ese mismo año, la Coordinadora convocó a otro bloqueo, esta vez mejor
organizado y con más alcance. Los cocaleros hicieron su parte en la carretera hacia el
norte, y dentro de la ciudad, huelgas generales de sindicatos perturbaron el orden público y
paralizaron la actividad económica. Solo el primer día de manifestación el Departamento
perdió entre 4 y 5 millones de dólares. Entonces, la Coordinadora decidió iniciar
negociaciones de nuevo con el gobierno, pero sin levantar las medidas de presión.
Durante este periodo se llevaron a cabo acciones como la toma del Comité Cívico y de la
empresa Aguas del Tunari. Hubo revueltas y algunos participantes de las manifestaciones
mostraban indicios de violencia, que finalmente fueron apaciguados por la Coordinadora.
Además, se realizaron detenciones de dirigentes de la oposición a la privatización y de
83
manifestantes. Los bloqueos también se mantuvieron, lo cual generó el desabastecimiento
de alimentos a nivel local.
Dos días después se suman a las demandas sobre el tema del agua, las demandas de la
Policía quienes exigían un aumento salarial del 50 por ciento, motivo por el cual iniciaron
una revuelta. El gobierno declara el estado de sitio, y autoriza la movilización de las
fuerzas militares para la contención de los disturbios. Esta jornada fue de las más violentas,
la suspensión de energía eléctrica por parte del gobierno sacó del aire las transmisiones de
las emisoras radiales y televisivas. Al día siguiente se aprobó el aumento salarial exigido
por los policías y finalizó de esta forma el motín de este colectivo.
La Coordinadora también decidió extender sus demandas, solicitando “el retorno de los
confinados, la libertad de los detenidos, el pago de la curación de los heridos y
damnificados y la indemnización de los caídos, además de la aprobación de las
modificaciones a la Ley 2029” (Daroca, 2009: 10), mientras mantenía las medidas de
presión.
En este apartado se empieza por la descripción de los actores fundamentales que formaron
parte de la protesta. En primer lugar, cabe destacar el papel de la Federación
Departamental Cochabambina de Regantes (FEDECOR) que tenía como líder a Omar
Fernández. En Bolivia, los regantes son los campesinos que utilizan el agua para el riego
84
en la agricultura. A ellos se unió la Central Obrera Boliviana (COB), liderada por Oscar
Olivera, y la federación de los granjeros campesinos. Así, en diciembre de 1999 todos
estos colectivos estaban organizados y lograron formar la Coordinadora para la defensa del
agua y de la vida, organización que sería la base de la oposición al proceso. Además, otros
grupos como los Cocaleros y la Central Obrera Departamental (COD) también formaron
parte de las protestas.
Uno de los aspectos relevantes de estas manifestaciones es que sus actores tenían orígenes
diferentes. Por primera vez se unían distintas clases, rurales y urbanas, y distintos
colectivos, campesinos y profesionales, regantes y la Central Obrera Departamental en una
sola voz y para conseguir un mismo fin.
En este movimiento hubo numerosos actores, y entre los más importante podemos nombrar
a la Coordinadora, que fue la unión organizada de los distintos grupos manifestantes, tanto
naturales como organizaciones, y sus dirigentes fueron los mismos que lideraban las
organizaciones que se unieron. Tuvo el poder suficiente para controlar situaciones
extremas, para movilizar enormes cantidades de personas y de grupos, para unir a distintos
sectores y lograr que se organizaran como un ente articulado, con demandas y exigencias.
No sólo eso, las medidas de presión ejercidas obligaron al gobierno y a Aguas de Tunari a
escucharles y a negociar.
Podemos decir respecto a la naturaleza de las demandas que la lucha por el recurso natural
fue más allá de lo económico, y tuvo una naturaleza cultural. El agua era considerada un
regalo de la naturaleza concedido por millones de años para el cultivo en la región, el
consumo y la supervivencia del hombre, y no podía considerarse la idea de que una
empresa internacional se apropiara de las fuentes superficiales y subterráneas de agua, y
85
con medidas tan extremas en la Ley 2029, como aquella que obligaba a la población a
tener una licencia para recoger el agua de lluvia.
Al finalizar el conflicto, la concesión sobre el servicio del agua volvió a ser de SEMAPA,
y los propios usuarios designaron algunos de sus directivos por elección. Aunque los
problemas sobre las fuentes de agua y las tarifas fueron superados, los inconvenientes para
los usuarios tanto rurales como urbanos continuaron. SEMAPA enfrentaba fuertes
problemas de deterioro de estructuras e infraestructuras lo cual impide ofrecer el mejor
servicio posible. Asimismo, los problemas económicos le impidieron realizar inversiones
para reformas y mejoras en el sistema, lo cual lleva de nuevo al inicio del problema,
servicios deficientes y desiguales entre los usuarios. Algunos usuarios tienen acceso a
sistemas de tuberías y alcantarillados, en algunos sectores es posible distribuir más agua
que en otros, mientras que otros usuarios aún deben obtener el agua a través de
perforaciones superficiales. El consumo también se ve afectado por esta desigualdad y
lleva al derroche, en zonas con mejor distribución del recurso los consumos son
extremadamente altos en comparación con las zonas donde no existe el servicio de agua
potable.
86
2. La Guerra del Gas.
A finales de la década de los años noventa, se descubre una gran reserva de gas natural
situada en el departamento suroriental de Tarija, por sus dimensiones, la segunda más
grande de Latinoamérica. En Bolivia, el gas natural es un recurso económico que
representa la posibilidad de elevar los ingresos del país y el gasto social, por lo tanto su
producción y exportación debe protegerse. Con el aprendizaje adquirido en movilizaciones
previas a la Guerra del Gas, y al existir un nivel tan alto de necesidades básicas
insatisfechas en un país tan rico en recursos naturales, los bolivianos deciden movilizarse
en defensa de este recurso y protegerlo de abusos y errores que se habían cometido antes
con la explotación de la plata, el estaño y otras materias primas que una vez fueron
exportadas sin beneficiar al país.
Tras descubrir las reservas de gas, en julio de 2001, empresas petroleras y de gas como
Repsol YPF, British Petroleum y British Gas presentan al gobierno, un proyecto para
satisfacer la deficiencia energética en la costa oeste de los Estados Unidos, definiendo el
recorrido de un gasoducto, que iría desde su ubicación de origen, Tarija, pasando por la
cordillera de los Andes y desembocando en una compañía fluidificadora en el Pacífico. No
obstante, la desembocadura del gasoducto tenía dos posibles alternativas, el puerto de
Mejillones en Chile o por el puerto de Ilo en Perú, donde el consorcio Pacific LNG,
constituido en Junio de 2001 y conformado por las empresas antes mencionadas, pretendía
que se instalase la desembocadura, lo que ocasiona una gran presión y un problema para el
gobierno de turno, presidido por Jorge Quiroga, y posteriormente al de Sánchez de Lozada.
87
Bolivia y Chile son los únicos países de la Región Latinoamericana que no mantienen
relaciones diplomáticas plenas como consecuencia de la Guerra del Pacífico la cual duró
cinco años (1879 – 1884), dejando a Bolivia sin salida al mar y convirtiéndolo en un
Estado sin litoral. Crabtree (2005) cita a Mercedes Condori, miembro del comité ejecutivo
de la FEJUVE en el Alto, “Hemos crecido con la idea de rencor hacia Chile por el robo
de nuestro territorio, y educamos así a nuestros hijos”.
Se debe mencionar que no sólo la exportación del gas por territorio chileno es el detonante
para que los bolivianos muestren su inconformidad con el proyecto planteado por el
consorcio, también jugó un papel importante la insatisfacción de las necesidades básicas
internas del país.
Sin embargo, los problemas comienzan por otra cuestión, con los disturbios de Febrero de
2003 en La Paz, El Alto y otras ciudades debido a la implementación por parte del
gobierno de medidas impositivas, conocidas como el “impuestazo”. El gobierno en esos
momentos sufría un déficit fiscal en un porcentaje bastante alto con respecto al PIB, y se
veía más viable establecer un impuesto sobre la renta que subir los precios de los
combustibles para disminuir el déficit. Así como en casos anteriores, se produjeron una
serie de disturbios de poca importancia, pero que darían fuerza y generarían la
intensificación del conflicto de Octubre de 2003.
Concretamente en el Alto, la realidad de esta ciudad es que está marcada por la pobreza y,
a sus alrededores, crecen sin control numerosos barrios marginales. Los intentos de
desarrollo industrial de la zona se han visto limitados debido al intenso crecimiento
demográfico, y los puestos de trabajos disponibles resultan escasos para la cantidad de
habitantes que residen allí. Como resultado de esta situación, gran parte de la actividad
88
económica es sumergida y genera pocos ingresos, que a su vez son insuficientes para
mantener viviendas que, casi siempre, están sobrepobladas.
Las muestras de inconformidad y protestas por parte de los colectivos indígenas, y también
de los opositores a la exportación del gas, se unen el 19 de Septiembre de 2003, cuando los
ciudadanos del Alto convocan a una masiva manifestación en contra de los planes del
gobierno para exportar gas, solicitando un referéndum respecto a la futura política
energética, la creación de una Asamblea Constituyente y el fin de las negociaciones con los
Estados Unidos. En este punto fue crucial el apoyo del MAS y otras organizaciones.
Muchas personas se desplazaron hacia la ciudad de El Alto, entre ellos, los mineros de la
mina de Caracoles, respaldados por el Ministro de Defensa. Los mineros, sumados a la
Central Obrera regional (COR) y a las Juntas Vecinales, inician un paro cívico en la
ciudad. También se iniciaron bloqueos de caminos, algunos de ellos convocados por Evo
Morales, que se extendieron por toda la zona para evitar movimientos de entrada y salida a
la ciudad. Finalmente, unos días más tarde, la carestía de las reservas de alimentos y de
combustible propició el recrudecimiento de la confrontación, debido a que el gobierno
intentó entrar a la ciudad por medio de la fuerza ocasionando un gran enfrentamiento
donde muchas personas perdieron la vida.
Después de estos hechos, y de las acciones tomadas por el gobierno en represalia hacia sus
conciudadanos, se incrementaba cada vez más la oposición al mismo y se hacía más visible
89
la debilidad del gobierno antinacionalista de Sánchez de Lozada. El día 17 de Octubre de
2003 el Presidente Sánchez de Lozada decide huir a los Estados Unidos dejando firmada su
carta de renuncia en el Congreso, y toma el poder Carlos Mesa.
Entre los actores más relevantes que participan en los acontecimientos están, como antes se
explicó, los indígenas, quienes motivados por el sentimiento de identidad cultural, supieron
unirse para articular sus acciones, reclamar sus derechos como ciudadanos y el
reconocimiento cultural. También las organizaciones como el Movimiento al Socialismo
(MAS), la Federación de Juntas Vecinales (FEJUVE), la Central Obrera Regional (COR) y
la Central Obrera Boliviana (COB) tuvieron gran importancia. Al unirse como aliados y
dar apoyo a los manifestantes indígenas lograron ensamblar todas las protestas aisladas
para formar una gran masa de manifestantes con más alcance, poder y voz.
Un aspecto relevante en el ciclo de protesta de la Guerra del Gas es que, inicialmente, los
colectivos se movilizaban de manera independiente y por distintos motivos. Un grupo en
defensa de los derechos indígenas, otro en contra de los impuestos establecidos y otros por
la exportación del gas a través de Chile. No había un ente coordinador de las acciones, sino
varias organizaciones que dirigían a diferentes grupos en distintas movilizaciones.
Así como los grupos de manifestantes eran distintos, las demandas también lo eran. Los
grupos de manifestantes de La Paz y el Alto se alzaban en contra del establecimiento de
impuestos sobre la renta y su demanda era la eliminación de los mismos. Por su parte, los
manifestantes del Altiplano exigían el reconocimiento de derechos a favor de los
indígenas. Finalmente, estas movilizaciones se unen en la ciudad del Alto donde también
entran en escena las demandas sobre la exportación del gas, y se exige la nacionalización
de los hidrocarburos y la convocatoria a una asamblea constituyente.
90
información relacionada a las manifestaciones, y también los manifestantes corrían la voz
para convocar las movilizaciones.
Al mismo tiempo que en Bolivia surgieron las protestas a raíz de las políticas de gobierno
referentes a la gestión del agua y los hidrocarburos, el colectivo indígena alzó su voz
aprovechando el clima social de protesta que vivió el país desde el 2000. Desde 1999 los
pueblos indígenas bolivianos han llevado a cabo protestas en demanda de derechos sociales
y políticos que les deberían corresponder como ciudadanos. Cabe destacar que estas
protestas existían desde la década de los 70, cuando se inició el movimiento katarista, pero
es “el aprovechar la ocasión” de estos pueblos lo que nos llama la atención. Los indígenas
han tenido una fuerte presencia en las protestas desencadenadas en la Guerra del Agua y la
Guerra del Gas, aprovechando los momentos de agitación social para hacerse visibles ante
el gobierno y la sociedad boliviana.
Sus características principales están dentro de las explicaciones de los estudios de caso
mencionados anteriormente, ya que sus actuaciones eran conjuntas con el resto de
colectivos sociales, pero hemos creído oportuno configurar específicamente el movimiento
indígena, ya que es un sector social que se moviliza continuamente, pero que sólo en
ocasiones las estructuras gubernamentales tienen en cuenta sus actuaciones y demandas.
En Bolivia existe una realidad de racismo hacía los pueblos indígenas, aunque éstos
representan un porcentaje mayoritario de la población boliviana. La larga dominación de
91
una minoría mestizo-criolla se materializó en una estructura colonial, con diversos grupos
y niveles.
Durante la década actual han tenido lugar diversas movilizaciones indígenas que han
puesto en un primer plano las reivindicaciones de estos pueblos. La última rebelión
indígena en Bolivia comenzó con las marchas cocaleras, que partieron desde el Chapare en
1994 y cuya intensidad crecía con los años a medida que también crecía el liderazgo de
Evo Morales.
El éxito del MAS en las elecciones generales del 2002, en las que Morales queda a menos
de dos puntos de Sánchez de Lozada, marca el inicio de un periodo de radicalización
política y social que atraviesa Bolivia, con los campesinos e indígenas como principales
actores. Primero en la Guerra del Agua en Cochabamba en 2000, luego en las rebeliones
aymaras en 2000 y 2001 en el Altiplano, donde Felipe Quispe se erige como dirigente
nacional y, por último, en las movilizaciones cocaleras en el Chapare contra la política de
Banzer, quién pretende sacar a Bolivia del narcotráfico mediante su política de coca cero.
En 2003 también se consolida la identidad rebelde de El Alto, ciudad aymara que rodea a
La Paz, a través de la Federación de Juntas Vecinales (FEJUVE) y la Confederación
Obrera Regional (COR). Además, con los paros cívicos de mayo y junio del 2005, por
parte de los cooperativistas mineros de Huanuni en Oruro, resurgió el conflicto violento en
la Bolivia minera. Así, el campesinado boliviano se movilizó en defensa de los recursos
naturales (agua, gas) con fuerza desde el año 2000.
Es a partir de las posturas de los dirigentes políticos y la represión de los cultivos de hoja
de coca cuando los militantes del movimiento campesino-indígena comienzan a debatir su
participación política autónoma a través de la configuración de un “instrumento político”
92
de las organizaciones rurales. La creación de este instrumento político es aprobada en el VI
Congreso de la Confederación Sindical Unificada de Trabajadores Campesinos de Bolivia
(CSUTCB) en 1994 y consolidada en el congreso “Tierra, Territorio e Instrumento
político” realizado en Santa Cruz de la Sierra en 1995. En él participaron la CSUTCB, la
Confederación Sindical de Colonizadores de Bolivia (CSCB), la Federación Nacional de
Mujeres Campesinas de Bolivia–Bartolina Sisa (FNMCB-BS) y la CICOB. Este
instrumento para hacer política promueve una participación directa de los militantes
sindicales a través de la afiliación colectiva de sus organizaciones, en principio sin la
creación paralela de una estructura partidaria, ya que la tesis del instrumento político en
sus inicios lo quería evitar, pero que finalmente se traduce en el novedoso partido
Asamblea por la Soberanía de los Pueblos (ASP). En este momento eligen a su líder, el
dirigente campesino del valle de Cochabamba Alejo Véliz.
Mientras tiene lugar esta articulación política del movimiento campesino e indígena, los
cocaleros también se orientan cada vez más hacía su participación en la esfera política.
Frente al consenso que se produce en la clase política en cuanto a la erradicación de la
coca, los cultivadores buscan socios entre los partidos de izquierda. En 1989 se da la
primera alianza a nivel de sindicatos cocaleros en el Chapare y los Yungas con la coalición
Izquierda Unida. En 1993, el conjunto de la CSUTCB formará en otra coalición, el Eje
Pachakuti. El ASP se convierte en un escenario donde se expresan las rivalidades entre los
dirigentes. Así, mientras Evo Morales ostenta el liderazgo dentro del movimiento cocalero
desde 1996 y Alejo Véliz es la cabeza “oficial”, el control del ASP es una competencia
entre el poder de estos dos dirigentes, dividiendo el instrumento político en “alejistas” y
“evistas” (Quispe, 2003).
En 1997 estas organizaciones se unen bajo el nombre Izquierda Unida, lo cual permite la
elección de 4 diputados campesinos, entre ellos Evo Morales. En 1998, este último
encabeza la ruptura, con el apoyo de la mayoría de la CSUTCB, para crear el Instrumento
Político por la Soberanía de los Pueblos (IPSP). En este mismo año la competencia y
rivalidades entre caudillos se expresan nuevamente con la llegada de Felipe Quispe como
dirigente de la confederación campesina. Dos años después, Quispe crea su propio partido,
el Movimiento Indígena Pachakuti (MIP), que se muestra como una organización aymara
implantada en el Altiplano. Hereda el discurso indianista y autonomista de las corrientes
kataristas, de las cuales formó parte. A la vez el ISPS se convierte en el MAS-ISPS a partir
93
de 1999, conquistando 9 alcaldías en las elecciones de ese mismo año, lo que indica la
consolidación de sus bases electorales en el mundo rural, especialmente por la represión
del movimiento cocalero durante la presidencia del dictador Hugo Banzer Suárez (1997-
2001).
La hegemonía neoliberal que imperaba en Bolivia desde hacía más de veinte años se
desmorona con las marchas indígenas de las Tierras Bajas a la sede del gobierno desde los
noventa, los bloqueos y las movilizaciones indígenas de abril y septiembre del 2000, y
junio y julio de 2001, la Guerra del Agua y la acción social frente a los hechos de febrero
de 2003.
A continuación exponemos los momentos de acción colectiva que tienen lugar entre el año
2000 y el 2005 que producen bases para la reconstitución de la política en un momento en
que el gobierno y sus instituciones habían perdido toda legitimidad.
94
3.1.1. Movilizaciones indígenas del altiplano.
En el año 2000 la lucha por el agua estuvo acompañada por una gran movilización
indígena en el altiplano boliviano que se produjo entre septiembre y octubre, y se repitió en
junio y julio del año siguiente. Felipe Quispe en su discurso alude a las “dos Bolivias”, la
indígena y la blanca, lo que establece un nuevo discurso político que acompaña el proceso
de movilización social en torno al cual se ubican las fuerzas nacientes políticas.
En el 2002, los pueblos originarios de las Tierras Bajas protagonizan La Marcha por la
Asamblea Constituyente, por la Soberanía nacional, el Territorio y los recursos naturales.
Aquí es donde se plantea por primera vez la demanda de una reforma estatal profunda a
través de una Asamblea Constituyente. Al mismo tiempo, estas organizaciones se han
erigido como pilares en la lucha por la recuperación de los recursos hidrocarburíferos y han
exigido la participación activa del Estado en la definición de la política energética a través
de la consulta obligatoria en sus territorios de origen.
95
Como ya hemos mencionado, sus demandas giran en torno a la defensa de los recursos
naturales, como el agua y el gas, dando apoyo a las olas de protesta social. Se ha de
mencionar que además de las demandas en las cuales se integran los indígenas como
afectados directos de las protestas, ya que en su mayoría son campesinos o mineros, en
ningún momento se deja de lado la cuestión de la identidad y el reconocimiento de
derechos sociales y políticos.
Los colectivos indígenas logran mantenerse de manera continuada en las protestas a través
del sistema de turnos que utilizan tradicionalmente en sus comunidades, es decir,
autofinancian su estancia en las carreteras. Cada comunidad, cuando le llega el momento
de movilizarse y formar parte del bloqueo, se desplaza junto con los recursos necesarios
para esos días, como son el refugio y el alimento.
La cuestión indígena toma un nuevo sentido a partir de 2005, cuando Morales llega al
poder como el primer presidente indígena del país. Las primeras medidas que adoptó su
gobierno se dirigieron a contentar las dos consignas mayores de los movimientos. Así, el
gobierno recuperó las capacidades institucionales del Estado, asumiendo el control de la
economía en una dirección que puede ser llamada “neodesarrollismo indígena” (Stefanoni,
2007) y convocó la Asamblea Constituyente, donde se plantearon sucesivas controversias.
96
Cuadro N° 7. La Guerra del Agua
Principales
Razones de los Medidas de Clima Social y
Inicio Foco Territorial Causas organizaciones
movilizados Presión Político
ciudadanas
Coordinadora del Bloqueo de
agua y de la vida, carreteras y calles
Enfrentamientos
formada por:
entre
- Cocaleros Marchas
Movimiento en manifestantes y
- COD nacionales
Privatización del contra del policías
- FEDECOR
Departamento de servicio de contrato de gestión
1999 - COB Huelgas generales
Cochabamba distribución y distribución del Violencia
- Federación de de sindicatos
de agua agua con una
los Granjeros
multinacional. Politización de
Campesinos Toma del Comité
los espacios
- Comité Cívico cívico y de la
cotidianos
- Sindicatos empresa Aguas
Cocaleros del Tunari
Prácticas Políticas
Medios de Sectores Sociales
de las Demandas Impactos Justificación Logros
Comunicación Implicados
Organizaciones
Negociaciones con
Repercusión en
el gobierno
los medios de
comunicación Transversalidad
Consulta popular Perturbación de la
nacional de Cancelación del
durante 10 días política nacional
Abolición de la la causa de la contrato de
Ley 2029 Radios locales movilización que Se pone en juego privatización del
Deliberación Paralización de
afines a los llega a campesinos, el control de un agua con
colectiva la actividad
Supresión del movimientos sectores urbanos bien básico como Aguas del Tunari
económica
contrato con sociales e indígenas el agua
Portavoces en vez
Aguas del Tunani Invalidación de
de líderes Declaración de un
Difusión interna Sectores la Ley 2029
Estado de sitio
entre populares
Amplia
organizaciones y
comunicación
movilizados
social
COD: Central Obrera Departamental / FEDECOR: Federación Departamental Cochabambina de Regantes
COB: Central Obrera Boliviana
97
*Fuente: Elaboración Propia.
Cuadro N° 8. La Guerra del Gas
Principales
Razones de los Medidas de Clima Social y
Inicio Foco Territorial Causas organizaciones
movilizados Presión Político
ciudadanas
Debilidad y
disminución de la
popularidad del
Medidas de Movimiento
FEJUVE gobierno
elevación opositor Manifestaciones
de impuestos a la exportación
Ciudad de La Paz COR Enfrentamientos
del gas Paros cívicos
2003 entre el ejército y
Defensa del gas
Ciudad de El Alto Cooperativistas civiles
Movimiento Bloqueos de
mineros de
Derechos Indígena caminos
Huanuni en Oruro Movilización
indígenas reivindicativo
permanente de
organizaciones y
activistas.
Prácticas Políticas
Medios de Sectores Sociales
de las Demandas Impactos Justificación Logros
Comunicación Implicados
Organizaciones
Repercusión en
los medios de
Referéndum sobre comunicación
la ley energética Huida del nacional
presidente
Indígenas
Fin de las Sánchez Radios locales Protección de un
Asambleas con
negociaciones de Lozada afines a los recurso natural Gobierno
participación Mineros
con EEUU movimientos capaz de aliviar la del MAS
directa
Dimisión del sociales pobreza del país
Cocaleros
Anulación del presidente Carlos
impuesto sobre la Mesa Difusión interna
renta entre
organizaciones y
movilizados
98
FEJUVE: Federación de Juntas Vecinal/ COR: Central Obrera Regional / MAS: Movimiento al Socialismo
*Fuente: Elaboración Propia.
Cuadro N° 9. Movilizaciones de indígenas y Cocaleros
Principales
Razones de los Medidas de Clima Social y
Inicio Foco Territorial Causas organizaciones
movilizados Presión Político
ciudadanas
- FEJUVE
- Federaciones de
centrales La clase política en Manifestaciones
Cultivo de la hoja sindicales de su conjunto se
de coca como parte cocaleros posiciona en contra Marchas
de la identidad de - COR del cultivo de la Crisis de los
los pueblos
2000 El Altiplano - CICOB hoja de coca, fuente Paros cívicos partidos políticos
indígenas.
- CSUTCB de trabajo de miles tradicionales
- FNMCB-BS de campesinos y Bloqueos
Lucha contra la Ley
- ASP ex-mineros
1008
- CSCB indígenas. Huelgas de hambre
- MIP
- MAS
Prácticas Políticas
Medios de Sectores Sociales
de las Demandas Impactos Justificación Logros
Comunicación Implicados
Organizaciones
Capacidad de
Repercusión en
autorreprentación Radicalización MAS en el
los medios de
política y social política y social Parlamento
Revalorización de comunicación
las identidades nacional
Creación de un Encuentro y Lucha contra el Primer presidente
indígenas
instrumento articulación de los sistema neoliberal indígena en el país
Radios locales Campesinos
Político / IPSP 34 pueblos que, según su que recupera el
Nacionalización de afines a los indígenas
indígenas con una postura, frenaba el control de las
los hidrocarburos movimientos
Asambleas con postura común desarrollo funciones
sociales Cocaleros
participación generalizado de institucionales del
Constitución de
directa de los Pérdida de validez Bolivia gobierno y
una Asamblea Difusión interna
sindicalizados de la presencia del convoca una
Constituyente entre
estado y las fuerzas asamblea
organizaciones y
Diálogo político de seguridad constituyente
movilizados
con el gobierno
FEJUVE: Federación de Juntas Vecinal / FNMCB-BS: Federación Nacional de Mujeres de Bolivia – Bartolina Sisa
CSUTCB: Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia / ASP: Asamblea por la Soberanía de los Pueblos
CSCB: Confederación Sindical de Colonizadores de Bolivia / MAS: Movimiento al Socialismo / MIP: Movimiento Indígena Pachakutti
99
COR: Central Obrera Regional CICOB: Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano
IPSP: Instrumento Político por la Soberanía de los pueblos
*Fuente: Elaboración Propia.
PARTE III
ANÁLISIS Y REFLEXIONES
100
CAPÍTULO VI
ANÁLISIS DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES EN
BOLIVIA
1. Introducción.
A partir de los casos mencionados, y de los antecedentes antes presentados, es evidente que
en Bolivia muchos de los conflictos pueden definirse como situaciones de acción-reacción,
es decir, las movilizaciones nacen o surgen como respuesta o reacción ante medidas
específicas adoptadas por el gobierno que han afectado directamente a uno o varios
colectivos.
101
Como se explica en la tipología de los movimientos sociales, en el marco teórico, esta es
una característica general de los movimientos sociales objeto de estudio, que permite
clasificarlos como defensivos. Anteriormente se mencionó que en la Guerra del Agua el
conflicto surge por la aprobación de una ley y la privatización de las fuentes de agua y su
distribución, y su origen es, evidentemente, una decisión política muy concreta. De la
misma forma, en la Guerra del Gas el surgimiento de las diferentes movilizaciones deriva
de decisiones políticas específicas sobre una materia, en este caso la exportación del gas a
través de Chile, o el establecimiento de determinados impuestos.
A pesar de las importantes diferencias entre los movimientos que participaron durante la
Guerra del Gas, todos tuvieron un punto de encuentro en la ciudad de El Alto, que les
permitió unirse con diferentes objetivos y demandas, en una sola voz y de esta forma
proyectar de manera más contundente el sentimiento de malestar ciudadano, que es el
aspecto común que realmente está en el origen de todos los conflictos analizados.
Aplicando esta tipología y a partir del análisis de la estructura de los movimientos sociales
estudiados, podemos establecer que durante la Guerra del Agua y la Guerra del Gas las
distintas movilizaciones adoptaron la forma multitud, descrita en la misma.
102
La organización territorial es un aspecto de gran importancia en esta forma de
movilización. En la Guerra del Agua, la Coordinadora funciona como agente organizador
de las movilizaciones dentro de la región de Cochabamba, y como una red de acción
comunicativa horizontal, en la medida en que es un espacio social entre iguales, además de
una red de acción práctica con capacidad de movilización autónoma respecto al Estado, la
Iglesia, los partidos políticos y las ONG’s.
103
En cuanto a la identidad especifica de este tipo de movimientos, el tema del agua y los
servicios involucra a campesinos, obreros, comerciantes, talleristas, artesanos,
desempleados, estudiantes y amas de casa, por lo que este movimiento posibilita un amplio
abanico de autoidentificación que hasta esa fecha no se había dado en Bolivia. No existe un
perfil único de los participantes, lo que permite que casi cualquier persona se una al
movimiento sintiéndose identificado con el mismo. La forma multitud dispone de una
experiencia organizativa y militante heredada de la forma sindicato, y los dirigentes
obreros también han pasado a formar parte de los nuevos movimientos. Asimismo, cuentan
con una red organizativa material compuesta de edificios, publicaciones y vínculos con
otros sectores laborales que provienen de la época de los sindicatos.
Por lo que se refiere a la capacidad de movilización de los grupos estudiados, decir que en
la Guerra del Agua cada convocatoria de movilización era una comprobación de la
vitalidad, continuidad o debilidad de la Coordinadora. Unas veces movilizaba a medio
millón de habitantes y otras no pasan de los 100 miembros activos. También el carácter
regionalizado de la Coordinadora es una traba, ya que no logró proyectarse más allá del
territorio de esa región. Después de la formación de la Coordinadora en Cochabamba se
intentó constituir una organización parecida en otros territorios como El Alto, Santa Cruz o
Tarija, que podían haberle dado un carácter nacional a esta movilización, pero no tuvo
éxito (García Linera, 2008).
104
Pasando a las movilizaciones y rebeliones indígenas, se pueden clasificar en la forma
comunidad de esta misma tipología. Gran parte de las comunidades y ayllus movilizados
de las provincias de Omasuyus, Larecaja, Manco, Cápac, Los Andes, Camacho, Murillo,
Ingavi, Aroma, etc. tienen como precedente el proceso social de la reforma agraria de
1952, por el que estas comunidades recuperaron parte de sus tierras. Se gesta entonces un
sistema de propiedad de la tierra que combina (según la zona) la propiedad individual-
familiar y la posesión comunal de tierras de cultivo, tierras de pastoreo y recursos hídricos
(Albo, 1988).
Las comunidades que han sostenido las movilizaciones son estructuras productivas,
culturales y de filiación, producto de una combinación entre modos de organización
tradicionales y vínculos con el mercado. La comunidad es una entidad social de vínculos
tecnológicos, formas de circulación de bienes y personas, transmisión de herencia, gestión
colectiva de saberes y recursos, etc., es decir, comunidades civilizatorias con sus propios
sistemas culturales, temporales, tecnológicos, políticos y productivos.
Las reformas estructurales de la economía y del Estado que se dieron a partir de 1985 con
Víctor Paz, y posteriormente con Sánchez de Lozada, favorecieron la implantación de la
racionalidad empresarial y de los beneficios relacionados con la fuerza de trabajo, de
mercancía, de dinero y de tierras, lo cual perjudicó gravemente la vida de las comunidades.
A esto se sumó la gran presión demográfica experimentada en la zona occidental del país,
que obligó a miles de familias campesinas a dirigirse hacia el oriente, donde sembraron las
tierras en el modo de auto-subsistencia.
Hasta aquí los antecedentes de las comunidades indígenas. Después siguió la revuelta del
altiplano, donde se dieron procesos de autounificación comunitaria y se presentaron
105
proyectos políticos con alto grado de autonomía basados en una historia colectiva común.
Esa carga política se hace patente en su acción, su simbolismo, en su discurso y en la
manera en que dividen el mundo entre q'aras y aimaras.
Entre las características propias de esta forma comunal está la disolución del sistema
estatal de autoridades como subprefecturas, alcaldías, administración estatal, etc., y la
implantación de un sistema de autoridades comunales, que funcionan bajo la lógica de
responsabilidad pública rotativa ligada a la propiedad familiar-comunal de la tierra. Las
asambleas de la comunidad son la base del movimiento.
El alcance de la democracia comunal permitió que las prácticas democráticas de esta nueva
forma de agrupación se expresaran en los cabildos y las asambleas, de las que nadie queda
excluido, como espacios de igualdad política real y creación de opinión pública. Se respeta
un principio de soberanía de los participantes. Así, en las rebeliones de abril, septiembre y
octubre del 2000 todos los individuos empezaron a actuar colectivamente y crearon una
identidad política de manera consensuada.
106
c. Perfil Sociológico de los Participantes.
El tema del perfil social y laboral de las personas que participan en los distintos
movimientos sociales es muy significativo en el estudio de los movimientos sociales, y
varía notablemente entre cada uno de los movimientos. En particular, la Guerra del Agua
es un caso donde no existe un perfil específico en las personas o grupos que se movilizan,
por el contrario, hay una variedad enorme de sectores que manifiestan su descontento. En
tal sentido, se encuentran individuos pertenecientes tanto a espacios rurales como urbanos,
con distintos niveles de recursos, miembros de asociaciones o personas que participan
individualmente, que poseen distintos niveles de educación, y que proceden de distintas
profesiones.
Por su parte, las movilizaciones indígenas, que también tomaron parte durante la Guerra
del Gas, se caracterizan por su consciencia e identidad de indígenas y, si bien son etnias
heterogéneas, en general se puede apreciar aspectos comunes entre participantes que,
aunque provienen de distintas zonas tienen las mismas características: de orígenes rurales,
aunque algunos se habían desplazado hacia zonas urbanas o a suburbios de grandes
ciudades, pero todos pertenecientes y procedentes de la comunidad indígena. Por encima
de las diferencias internas existe un concepto superior de identidad, que une todas las
etnias y hace desaparecer las diferencias que existen entre ellas, con el fin único de lograr
la unidad y representación global.
107
d. Apoyo Social a las Manifestaciones.
Un aspecto común a todas las movilizaciones fue el éxito del nivel de apoyo con el que
contaron. Por una parte en la Guerra del Gas y del Agua, como se mencionó antes, se logró
agrupar colectivos que en épocas anteriores habían estado en conflicto. Específicamente,
en la Guerra del Gas, los colectivos que se movilizaban por diferentes motivos se apoyaron
mutuamente, asimismo se extendió el apoyo de sus seguidores a todos los movimientos
sociales que participaron en este hecho.
Las movilizaciones indígenas también fueron exitosas, y la clave de ello es que, tal y como
se apuntó, un sesenta por ciento de la sociedad boliviana aproximadamente está compuesta
por indígenas. Esta cifra es de relevancia para entender el nivel de apoyo que tenían los
movimientos sociales indígenas reivindicativos.
e. Demandas.
En cuanto al tipo de demandas de los Movimientos Sociales son también amplias y varían
de acuerdo al movimiento al que se haga referencia. Las demandas pueden cambiar o
evolucionar durante el transcurso del proceso. La Guerra del Agua comenzó con apenas un
108
par demandas iniciales de carácter político, aplicando una serie de medios de presión para
lograrlas, pero el movimiento evolucionó hacia una serie de exigencias que contemplaban
desde la revocación de la Ley 2029 hasta la liberación de presos capturados durante el
conflicto y una indemnización por las muertes ocurridas.
En el caso de la Guerra del Gas las demandas fueron distintas dependiendo del movimiento
social. Por una parte estaban aquellas de las movilizaciones indígenas que eran de
naturaleza socio-cultural, de tipo reivindicativas que pedían el reconocimiento y respeto a
los derechos a favor de los indígenas.
También se organizaron movimientos por la defensa del cultivo de la hoja de coca que
demandaban la revocación de la ley que establecía barreras para su cultivo. A pesar de que
todo se origina por decisiones políticas, las demandas tuvieron un carácter fuertemente
cultural ya que los colectivos exigían continuar con un derecho ancestral porque
consideran que la coca es parte de su cultura. Además, estuvo también presente el aspecto
económico ya que muchas familias y cultivadores obtenían sus ingresos del cultivo.
109
También dentro de las demandas estaba la convocatoria a una Asamblea Constituyente, la
cual se materializaría durante el primer gobierno de Evo Morales. La finalidad de redactar
una nueva constitución fue que en ella se expresaran los derechos y deberes de los
ciudadanos, en su mayoría indígenas, quienes buscaban reconstruir el país dentro de un
marco político donde tuviesen representación y reconocimiento. La iniciativa de conformar
un Estado Plurinacional radica en la necesidad de conciliación interna, donde los grupos
indígenas fueran incluidos y participaran en las consideraciones y decisiones de carácter
político.
Es evidente que existen diferencias entre las demandas de cada movimiento y las
reivindicaciones en ciclo de protesta, pero también es evidente su estrecha relación con el
ámbito político, ya que cuando no es causa del surgimiento de las demandas, termina
siendo parte de las propuestas y soluciones planteadas al gobierno.
f. Formas de Actuación.
En algunos casos, donde las acciones empezaban a tornarse violentas por parte de los
manifestantes, como es el caso de la guerra del agua, el movimiento, en este caso la
Coordinadora, logró estabilizar la situación y calmar a los colectivos. Algún que otro acto
pudo presentar matices de violencia, pero en general las intenciones y las acciones carecían
de dicho elemento.
No puede afirmarse lo mismo de las reacciones por parte del gobierno. En primer lugar,
subrayar la forma en que se llevó a cabo el proceso de privatización de SEMAPA, que
como explicamos antes fue apresurado y no se expuso a discusión pública, por no decir que
casi se realizó a escondidas. Este proceso se realizó de esta manera porque habían
desestimado el poder que había ido adquiriendo la Coordinadora, lo cual los dejaba en
110
situación de desventaja al no poder prever la capacidad que tendrían para conseguir que se
cumplieran sus demandas.
Como es normal, las fuerzas represivas contaban con medios de protección y ataque
efectivos, mientras que las masas ya dispersas debían defenderse con lo que tuviesen al
alcance de sus manos, por lo cual la mayoría de las bajas siempre fueron civiles
manifestantes.
111
conflictos, debido a la escasa representación con la que contaba la sociedad boliviana
dentro de las elites de poder y formas de gobierno.
La relevancia del apoyo social y de los posibles aliados dentro y fuera de los movimientos,
con especial atención a aquellos aliados dentro de los espacios de debate y representación
política, la estructuración del gobierno y sus formas de actuación, fueron decisivas para el
triunfo o fracaso de los movimientos sociales, y el desarrollo de los acontecimientos en el
país posteriores a las manifestaciones.
Si bien es cierto que los problemas del agua no fueron eliminados en su totalidad al
culminar el conflicto de la Guerra del Agua, esta sentó un precedente en la sociedad
Boliviana, quien fue capaz de reconocer sus capacidades y alcance frente al gobierno. De
no ser por estas movilizaciones y sus efectos políticos no se habría logrado el aprendizaje y
conocimiento necesario para enfrentar las situaciones que vendrían posteriormente.
Debido al carácter del ciclo de protestas en la guerra del Agua, donde predominaban las
manifestaciones improvisadas en las calles, bloqueos de las mismas y marchas pacíficas,
no es posible asociar medios de financiamiento definidos para los movimientos sociales.
Además, las fuentes de información consultadas no hacen referencia detallada sobre el
tema económico. Lo que sí es relevante es que tras estudiar las formas de surgimiento y
organización de los movimientos sociales se puede concluir que la falta de recursos no fue
impedimento para que se llevaran a cabo las manifestaciones.
112
Por lo general, colectivos de campesinos, regantes y otros individuos pertenecientes a
zonas rurales no cuentan con más recursos que aquellos para trabajar las tierras, y los
derivados del mencionado trabajo. En cuanto a las zonas rurales es posible establecer que,
de acuerdo a los datos socio-económicos presentados, la mayoría de los habitantes no
cuentan con recursos suficientes como para llegar a ocupar una clase media en la estructura
social de país, lo cual tampoco permite mucho margen para el financiamiento de este tipo
de movilizaciones.
Estudiando el tipo de gestión llevado a cabo durante la Guerra del Agua es posible resaltar
un aspecto importante de la teoría de movilización de los recursos de McAdam et al.
(1999) que explica el alcance del movimiento. Ellos consideran de extrema importancia
que la estructura del movimiento permita mantener la unión organizada de los
participantes, y además surge como decisiva la alianza entre grupos y el apoyo externo. En
este caso la Coordinadora se forma por la unión de distintos colectivos, y logra establecer
un orden dentro del grupo de manifestantes. Como antes se menciona, el apoyo de grupos
ajenos al movimiento, de los manifestantes que libremente se unen a las movilizaciones es
vital para los Movimientos Sociales.
Al igual que en el ejemplo anterior, durante la Guerra del Gas tampoco existían
mecanismos definidos de financiación para la movilización de los manifestantes, los únicos
recursos utilizados por ellos fueron piedras, palos y consignas en rechazo a las acciones
que se estaban llevando a cabo.
h. Métodos de Difusión.
En todos los casos mencionados podemos establecer una característica común a los
movimientos sociales, y es que en cuanto a métodos de difusión y convocatoria no
113
contaban más que con la cobertura de los medios de comunicación sobre los conflictos.
Existen algunos actores que definitivamente establecieron el inicio de sus carreras políticas
partiendo de movimientos sociales. Quizás el más relevante es el caso de Evo Morales,
114
actual presidente de Bolivia, quien ejerce en la actualidad su segundo periodo de mandato.
Desde 1997 Evo Morales ya pertenecía al MAS, partido político con el que ese mismo año
llego al Parlamento como Diputado de Cochabamba, y con el que posteriormente fue
candidato presidencial y representante indígena dentro de los espacios políticos del país.
En la Guerra del Gas su papel de aliado durante las manifestaciones y su participación
directa a través de movilización y bloqueo de carreteras logró fortalecer su posición.
Asimismo, su participación en la lucha contra las políticas de erradicación del cultivo de la
hoja de coca, y su defensa de propuestas como la Nacionalización de los Hidrocarburos y
la convocatoria a una Asamblea Constituyente determinaron su ascenso hacia la
presidencia del país.
Si bien no fue durante los acontecimientos objeto de estudio cuando Evo Morales se
posiciono como figura política pública, fue gracias a éstos que se consagro como candidato
favorito y como máximo representante de la voluntad de la sociedad Boliviana.
Otro actor de gran importancia durante los eventos fue Felipe Quispe. Su trayectoria como
líder social y defensor de los derechos indígenas no comenzó durante ese conflicto, sino en
1978 cuando crea el Movimiento Indio Tupak Katari. Posteriormente, en los años ochenta,
forma la organización política los Ayllus Rojos, y en los noventa participa en la creación
del Ejército Guerrillero Tupak Katari. Cuando éste fracasa es electo Secretario General de
la Confederación Sindical Unificada de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB).
Durante la Guerra de Gas dirigió a los indígenas del Altiplano y después formó el partido
político Movimiento Indígena Pachakuti, presentándose como candidato presidencial en las
elecciones de 2005.
j. Impacto.
Al hablar del impacto que los movimientos sociales han tenido dentro de la sociedad
boliviana es fundamental resaltar la unión social que han creado. Nunca pensaron los
manifestantes de la Guerra del Agua que podrían alcanzar tanto cuando se iniciaron las
protestas, y mucho menos que sentarían un precedente necesario para que las posteriores
manifestaciones por el gas, contra la erradicación de la hoja de coca y por la defensa de los
derechos y de la cultura indígena alcanzaran el éxito que tuvieron.
115
Al hablar de la necesidad de unión social nos referimos al aprendizaje adquirido en el
desarrollo de los conflictos, que hizo que los diferentes movimientos sociales reconocieran
su poder, su capacidad de convocatoria y de movilización de masas mientras exista el
apoyo entre grupos, y que ello les provee de fuerzas para lograr una posición importante,
cara a cara con el gobierno y como frente de negociación.
También se creó una conciencia de bienestar colectivo, donde el bienestar personal único
no es suficiente, sino que la lucha por la solidaridad y la extensión de bienestar a todos los
individuos y estratos sociales son imprescindibles en las nuevas demandas de los
movimientos sociales.
En el ámbito económico las pérdidas fueron cuantiosas para el país durante los conflictos.
En la Guerra del Gas, la paralización de las actividades productivas y los bloqueos
generaban pérdidas diarias de dieciséis millones de dólares. A ello se debe sumar los daños
materiales y pérdidas de vidas humanas. También presentaba un panorama a futuro poco
prometedor ya que, al no poder controlar las manifestaciones, el país pierde credibilidad a
nivel internacional, toma fama de inestable e inseguro y esto sólo genera temor y rechazo
por parte de los inversionistas de capital nacional y extranjero.
Durante la Guerra del Agua la situación no fue diferente, y sólo cuando el gobierno
reconoció que el primer día de paro ocasionó pérdidas entre cuatro y cinco millones de
dólares, se abrió a la posibilidad de negociar con la oposición.
A nivel político no se puede dejar de hacer referencia al hecho de que los gobiernos de
turno se vieron fuertemente afectados por los hechos ocurridos, y en algún caso, las fuertes
presiones por parte de los grupos opositores obligaron al presidente a dimitir de su cargo.
116
Los cambios fueron profundos, desde la reducción de su salario en un 57% hasta la
aprobación de una nueva constitución. Desde entonces han existido programas de
alfabetización, se promulgó la ley de nacionalización de los hidrocarburos, se ha
profundizado en las políticas de descentralización y autonomía de los departamentos, se
creó la Asamblea Constituyente y con una nueva política económica se logró aumentar el
PIB del país.
k. Resultados y Logros.
Al hacer una relación de las demandas de cada uno de los movimientos sociales y de los
resultados obtenidos después de las manifestaciones, es evidente el triunfo de las
movilizaciones como motores de cambio social. En primer lugar, con la guerra del agua,
los resultados excedieron las expectativas que tenía la Coordinadora cuando se inició el
conflicto. El mismo proceso de evolución de las demandas llevó a que las perspectivas de
cambio variaran y, al final del proceso, las negociaciones entre las partes habían quedado
definidas.
No sólo se había logrado revocar una ley, y revertir un proceso de privatización estimulado
por organismos internacionales sino que, además, fue posible reasignar la empresa objeto
de privatización a sus labores anteriores, y esta vez designando como directivos a personas
elegidas directamente por los usuarios del servicio y la Coordinadora, lo que significó un
avance en el proceso de democratización social.
117
supuesto llevadas a cabo por él cuando subió al poder. Nos referimos a la nacionalización
de los hidrocarburos y a la convocatoria a la Asamblea Constituyente. Ambos proyectos
fueron exitosos y contaron con un gran apoyo social, contribuyendo a su consolidación
como presidente y a su reelección en las elecciones presidenciales de 2009. Asimismo,
Morales se ha ocupado de la inclusión y participación activa de las comunidades indígenas
en el desarrollo del país, así como del proceso de descentralización que ha dado autonomía
a las regiones.
Quizá las pretensiones políticas más factibles hoy en día son las que tuvo el movimiento
cocalero. Este movimiento, que surgió en defensa del cultivo de la hoja de coca, acabaría
convirtiéndose en la defensa más fuerte a nivel político de la autodeterminación de los
pueblos indígenas de Bolivia.
Para entenderlo tendríamos que empezar por comprender la desigualdad y marginación que
vivían los indígenas de la región, que hasta 1952 ni siquiera habían sido considerados
personas. Los indígenas vivían en un entorno de olvido, de injusticia y pobreza que no
podían seguir soportando. La situación económica que vivía Latinoamérica durante los
reajustes económicos de los años 80 hacía que la vulnerabilidad de los sectores más pobres
de la sociedad comenzara a ser insostenible. La mayoría de los campesinos tuvieron que
abandonar la tierra y emigrar a las ciudades en busca de nuevas posibilidades aunque, en
realidad, lo que les esperaba, era más miseria. Ante esta situación son comprensibles las
múltiples oleadas de protestas que ha experimentado Bolivia en la última década.
118
Soberanía de los Pueblos (IPSP), más tarde el MAS, era evidente que no sólo buscaban
conseguir el poder a nivel local, sino también a nivel nacional. La creación de este partido
tiene que ver con la aprobación de la Ley de Participación del 94 que ofreció espacios de
participación política a nivel local y permitió a los representantes de los movimientos
entrar dentro de las instituciones y aprender cómo hacer política.
Evo Morales, que se había convertido en una figura carismática dentro del movimiento
cocalero, sería el responsable de encarnar al líder político en el que los indígenas verían
por primera vez representados sus intereses y su lucha. La llegada de Evo a la política no
sucede de la noche a la mañana. Durante años el perfil político de este líder se ira forjando,
primero como líder sindicalista de los cocaleros, después como miembro de la Asamblea
de la Soberanía de los Pueblos (ASP), y más tarde con el Instrumento Político para la
Soberanía de los Pueblos (IPSP) con el que Evo se presenta por primera vez como
candidato a las elecciones municipales. Su éxito se debe a su condición de indígena y a
defender las demandas que durante años los pueblos originarios han reclamado.
Todo esto coincide con una crisis de los partidos políticos clásicos que son vistos por la
sociedad como corruptos e ineficaces, y en este contexto los nuevos movimientos sociales
serán cruciales para la rearticulación política. Hay que señalar que para el gobierno el
MAS no es un partido político sino un “instrumento político” cuyos organismos de base
son las organizaciones sociales. Esto significa que el MAS en sí mismo es el conjunto de
los diferentes movimientos sociales con sus demandas y que es el conjunto de las
decisiones de estos los que hacen política.
Esta situación política y social hace más comprensible que un indígena aymara consiguiera
el apoyo de gran parte de la población de Bolivia, que es, además, mayoritariamente
indígena cuando se presenta por primera vez a las primeras elecciones nacionales.
Sin embargo, dentro del gobierno del MAS son pocos los que vienen del movimiento
campesino e indígena, debido a la falta de cuadros propios capaces de asumir este tipo de
responsabilidades. Los únicos indígenas que ejercen una tarea política en el gobierno son el
ministro de Relaciones Exteriores, David Choquehuanca, el ministro de Educación, Félix
Patzi, y la ministra de Justicia, Casimira Rodríguez. Dentro del MAS los campesinos e
indígenas no son un bloque homogéneo.
119
Muchos estudiosos de la materia han destacado como hechos más relevante la inclusión de
la identidad étnica en otros espacios y esferas, reconociendo que los indígenas son los más
activos, movilizados y quienes están al frente de la defensa de los recursos naturales.
Sea como sea, la población boliviana aprobó en 2009 por referendo la nueva Carta Magna
por lo que no les queda otra que acatarla.
120
Pero el gobierno de Evo no se ha librado de las protestas sindicales. El 30 de abril de este
año, cuatro mil docentes se manifestaron por considerar insuficiente el aumento salarial del
5% que el gobierno había aprobado. En mayo, los campesinos de Caranavi (Los Yungas)
bloquearon una ruta para pedir al presidente la instalación de una planta para procesar
cítricos.
Para el gobierno las protestas son muy aisladas y se les da respuesta. De hecho Evo
Morales se reuniría poco después con los dirigentes de Caranavi para buscar una solución
al conflicto.
Habrá que esperar los acontecimientos venideros para ver hasta dónde llegará el gobierno
de Evo Morales en sus promesas. Si responderá a las grandes expectativas que los
indígenas han puesto en él y si conseguirá hacer de Bolivia un país más justo para todos.
121
CAPÍTULO VII
REFLEXIONES EN TORNO A LOS MOVIMIENTOS
SOCIALES
1. Introducción.
En el presente capítulo se pretende reflexionar sobre los conceptos clave que se han ido
desarrollando a lo largo del estudio y sobre las implicaciones que los movimientos sociales
han tenido y siguen teniendo en el plano político y social, centrándonos en primer lugar en
América Latina, haciendo énfasis en las causas estructurales que han llevado a la región a
ser un espacio de gran movilización social. A continuación reflexionamos sobre los
conceptos que se desarrollan a partir del estudio de las movilizaciones en Bolivia, como el
de identidad y polarización y radicalización política. Por último hacemos una breve
reflexión sobre las implicaciones que han supuesto la llegada al poder de Evo Morales y la
implantación del denominado “Gobierno de los movimientos sociales” en el país.
En primer lugar nos gustaría apuntar que en América Latina han emergido gobiernos
populares que han modificado el escenario político y se han establecido con una posición
más próxima a la población. Este hecho ha provocado que los movimientos sociales hayan
desplazado la construcción social de enemigo o demandado, que habitualmente en la
“década neoliberal” era el gobierno, hacia las clases y sectores políticos tradicionales.
Algunos autores, como Valdés Gutiérrez (2008) hablan de una crisis civilizatoria en la
región a finales del siglo XX y principios del XXI, lo que ha motivado movilizaciones en
post de alternativas reales al capital. En este punto nos parece oportuno asumir la categoría
propuesta por Leis (1992) de Sistema de Dominación Múltiple (SDM) para comprender las
causas de las movilizaciones por parte de los sectores populares en la región
latinoamericana, sin dejar de tener en cuenta sus dimensiones económica, política, social,
122
cultural y simbólica. Todas estas razones que exponemos a continuación han motivado que
los movimientos sociales en América Latina hayan tenido una presencia más activa a partir
de la década de los 90, y se han caracterizado por dirigir sus acciones a la crítica de sus
contextos específicos y a la resolución de problemas.
El SDM está formado por diferentes prácticas. En primer lugar existe una nueva forma de
explotación económica y exclusión social por parte de las empresas transnacionales, a la
vez que se incrementan las prácticas tradicionales de explotación económica y de exclusión
social. Por otra parte, existe una opresión política en el marco de la democracia formal, ya
que la política es percibida por parte de la población como el espectáculo neoliberal, se
cree firmemente en la irrelevancia del voto ciudadano, se da una corrupción generalizada y
el clientelismo político, además del “secuestro” del estado por parte de las élites de poder.
El tercer elemento que compone el SDM es la discriminación sociocultural, tanto étnica,
racial, de género, de edades, de opciones sexuales, diferencias regionales... Además se
advierte una elevada enajenación mediático-cultural, es decir, hay una alta concentración
de los medios de comunicación como forma de dominio del capital sobre la sociedad y
estos se han convertido en espacios de toma de decisiones políticas y de oposición al
pensamiento crítico con el mercado capitalista. El último elemento que compone el SDM
es la depredación ecológica, en el sentido de que la especia humana, como responsable de
la tierra ha implantado modelos utilitarios de intervención en la naturaleza que han
destruido los ecosistemas.
También han sido importantes los movimientos antisistémicos, en contra del capitalismo,
que han motivado la aparición de un elevado número de movimientos sociales diversos. En
los últimos años el movimiento antisitémico latinoamericano cuenta con menos aliados, ya
que parte de aquellos colectivos que les daban apoyo, como ecologistas, indígenas o
mujeres, hoy en día forman parte de la gestión estatal. Además, las viejas clases medias
han acabado aliándose con las élites nacionales. Por último, la globalización y sus
consecuencias han acabado con las burguesías nacionales. Es cierto que la globalización,
sobretodo en América Latina, exige una nueva articulación de las diferentes fuerzas de
resistencia y una nueva estrategia que permita plantear objetivos comunes sin por ello
perder las identidades propias de cada organización.
123
El neoliberalismo y los procesos de privatización de la producción y los servicios, junto
con el crecimiento del trabajo informal y el empobrecimiento masivo han dificultado la
conformación de actores colectivos y han perjudicado a la capacidad movilizadora de las
centrales sindicales latinoamericanas. Sin embargo, las causas que en su momento
desencadenaron las grandes revoluciones no han desaparecido, sino que se han agravado.
En primer lugar nos gustaría resaltar que, generalmente el análisis de los conflictos sociales
se suele centrar en su parte visible, denominada episodios o la superficie, utilizando la
terminología especializada en movimientos sociales, es decir, los bloqueos, los
enfrentamientos, las tomas de tierras, las huelgas o los actos de presión. Sin embargo,
estudios más profundos de la conformación y de las raíces de los conflictos llegan a
identificar causas estructurales o de fondo, denominadas también epicentros. Estos se
caracterizan por ser temas arraigados tanto a nivel histórico como a nivel sociopolítico: la
exclusión, injusticias, demandas por la identidad, la autonomía y la necesidad de un nuevo
pacto social (Monasterios et al., 2007). Los datos sociodemográficos, económicos y
políticos expuestos en el tercer capítulo de la presente tesina nos muestran como las
desigualdades económicas, sociales y culturales que existen entre los bolivianos son la raíz
de las olas de protesta que acontecen periódicamente en Bolivia, incluyendo las estudiadas
en esta investigación.
124
movimientos sociales indígenas en Bolivia, los episodios de autorrepresentación social y
política y las demandas de autonomía de los pueblos originarios nos demuestra que la
construcción de la identidad de los indígenas ha estado relacionada con propuestas
alternativas a los modelos sociales que imperaban en los momentos de manifestación de las
demandas, es decir, este movimiento ostentaba una identidad de proyecto, a la vez que
reivindicativa, debido a la naturaleza de sus demandas. La llegada al poder de Evo
Morales, el primer indígena presidente del gobierno en el mundo, dota al movimiento
indígena de una identidad legitimadora.
Explicar la estructura del conflicto en Bolivia resulta complejo, ya que contiene diferentes
niveles que se han de tener en cuenta para abordarlo como objeto de estudio. El primero de
ellos es aquel en el que se dan las relaciones de dominación que existen y persisten desde
la colonización. También existe un nivel de explotación y de cleavege de clase, además de
los políticos, que actualmente está basados en el sistema de partidos. Estos elementos
estructurales de la sociedad boliviana son los que han excluido de una manera más
explícita a los indígenas del reconocimiento de la ciudadanía. Además, para abordar
plenamente los conflictos contemporáneos en Bolivia, no se puede dejar de lado los
conflictos interregionales, como el que se da entre el Oriente y el Occidente boliviano, la
polarización y las diferencias ideológicas entre las fuerzas políticas organizadas, las clases
y los grupos sociales. En cuanto a las formas de organización es importante considerar la
forma política del país, es decir, la relación entre los gobernantes y los gobernados.
Han sido las protestas sociales de la Guerra del Agua en el 2000, la Guerra del Gas en el
2003 y la llegada al poder de la izquierda indígena lo que ha puesto a Bolivia de nuevo en
el mapa, ya que han creado las condiciones necesarias para transformar la política y los
125
espacios de autoorganización que tanto han llamado la atención a la comunidad
internacional. Bolivia vive un momento de importantes cambios políticos, sociales y
económicos que conllevan la democratización de la sociedad, por los cuales se ha
transformado definitivamente el rol de sumisión que se otorgaba a las mayorías indígenas.
Las rebeliones se han configurado como procesos de movilización política que han
suprimido total o parcialmente la autoridad de las leyes y el gobierno, provocando una
crisis política estatal, por ejemplo en momentos en los que el Estado ha llegado a declarar
el Estado de sitio.
Otro aspecto relevante de las protestas bolivianas de los últimos años es que han
conseguido ampliar el abanico de formas organizativas que juegan un papel importante en
las estructuras de rebelión, respecto a otros periodos de fuertes convulsiones sociales. En el
2000 aparecen los comités de regantes y la Coordinadora, en 2003 las juntas vecinales se
convierten en estructuras de movilización.
Durante las protestas sociales el Estado de derecho se debilita, así como los instrumentos
coercitivos que maneja, ya que éstos son sobrepasados por los acontecimientos y provocan
que los espacios formales no funcionen, lo cual aumenta la ilegalidad y la violencia. En
Bolivia, durante años, la gobernabilidad se mantuvo a través de pactos políticos, alianzas y
coaliciones, lo que actualmente se ha visto modificado debido a las acciones participativas
y movilizaciones de la ciudadanía. Las acciones de participación ciudadana provocan una
pérdida de poder del sistema de partidos tradicionales y cuestionan la utilidad de la
democracia representativa.
126
Los procesos de cambio político y social que ha vivido Bolivia a causa del ciclo rebelde
2000-2005 han implicado la re-definición de los acuerdos básicos de convivencia y de un
proyecto de país, lo que se ha reflejado en la demanda masiva de la Asamblea
Constituyente (Chávez y Mokrani, 2007). Actualmente podemos decir que, entre las
características principales del contexto social actual está la emergencia de nuevos actores
políticos que provienen de sectores de la población indígena y otros sectores excluidos.
Además, los partidos políticos tradicionales han perdido influencia y credibilidad. Esto
lleva a un debilitamiento de la institucionalidad y a una profunda fragmentación social.
El caso de Bolivia nos lleva a pensar que en ocasiones la resolución del conflicto está más
influenciada por la presión de los movimientos sociales que por la negociación entre las
organizaciones y el Gobierno. En este punto nos planteamos que sería necesario estudiar la
lógica de las negociaciones efectivas e identificar las claves para que sean duraderas. El
contexto social de conflictividad y protestas es perjudicial para la gobernabilidad del país,
por lo que es necesario pasar por un proceso de reflexión y diálogo basado en los temas
claves, como la definición del Estado y el modelo económico, la inclusión de los pueblos
indígenas como iguales y diferentes, el acceso y uso de la tierra y la cuestión de los
hidrocarburos, lo que requiere un enfoque transformativo para permitir el encuentro y
reconocimiento de las partes y la posibilidad de alcanzar un pacto social sostenible9.
9
Fundación Unir Bolivia. Informe de Conflictividad 2008. Consultado el 17 de mayo de 2010.
127
4. Reflexiones en torno al Gobierno de Evo Morales.
En los primeros meses de gobierno del MAS-IPSP hay un claro intento por parte de
Morales de inscribirse en la tradición nacionalista popular, así como de reconocer la
diversidad como un elemento propio de la identidad boliviana, por lo que estima inevitable
refundar el país mediante una Asamblea Constituyente y así incluir a las mayorías
excluidas, dando respuesta de esta manera a las demandas de los movimientos sociales. La
clave de este modelo reside en la nacionalización de los hidrocarburos, que es vista por la
población como la recuperación de la autoridad estatal frente al capital extranjero.
128
CONCLUSIONES
129
En esta tesina hemos pretendido analizar los movimientos sociales para conseguir un
conocimiento más profundo de estos y comprender el contexto socio-político en el que
surgen, así como establecer si han tenido y tienen poder para cambiar sociedades y en qué
medida han logrado en América Latina, y más concretamente en Bolivia, formar parte de
las decisiones políticas o de la estructura política en sí misma.
No es, por tanto, una casualidad que justo en ese momento aparecieran multitud de
movimientos sociales. Todos ellos tuvieron también demandas reivindicativas de unos
derechos que por pertenecer a sectores marginales de la ciudadanía no se les había
permitido tener.
Las protestas surgidas en Latinoamérica han sido protagonizadas por grupos de clase baja
y de clase media, y en una gran parte por indígenas, ecuatorianos, mexicanos, ciudadanos
que han permanecido en el olvido durante años, sin ningún tipo de derecho ni privilegio, y
que ya se habían cansado de soportar esa situación de marginación.
130
La confluencia de varias de estas circunstancias y de diversas demandas fue lo que hizo
que las protestas en Bolivia tuvieran una relevancia que no han llegado a tener en otros
lugares: el rechazo a las políticas neoliberales, el alto porcentaje de población indígena, así
como la desconfianza en los partidos tradicionales que se había apoderado de gran parte de
los votantes hizo que Bolivia diera un giro en el transcurso de su historia.
Para comenzar, podemos definir los movimientos sociales bolivianos como defensivos, ya
que siempre son motivados por una decisión política que afecta directamente a varios
colectivos sociales.
El éxito de los movimientos sociales bolivianos reside en que han conseguido poner en
entre dicho la relación de dominación vigente. La diversidad de perfiles sociales que
participaron en los movimientos estudiados dan cuenta del alto grado de identificación con
la causa que se originó con los conflictos, lo que permitió que un gran número de personas
apoyase las movilizaciones y participase en ellas. Las manifestaciones fueron pacíficas en
la mayor parte de los casos, pero las intervenciones de represión estatales crearon un clima
de violencia que no hizo más que aumentar el apoyo social y la fuerza de los movimientos
sociales.
El movimiento indígena presenta una unificación social con un alto grado de autonomía y
autorrepresentación a escala social y política en estas movilizaciones.
Los movimientos sociales que formaron parte de la Guerra del Agua y la Guerra del Gas se
unieron y actuaron bajo la forma multitud. La identidad indígena juega un papel
homogeneizador dentro del movimiento y tiene una estructura interna propia basada en la
forma comunidad.
131
Las medidas de presión que más efectivas resultaron para la consecución de los objetivos,
fueron los bloqueos de carreteras y las huelgas generales, ya que amenazaban
abastecimientos básicos y a la economía del país. Por otro lado, la forma de actuación
pública típica de los indígenas es la marcha.
No se puede negar el impacto político que tuvieron las movilizaciones, tanto por influir en
la agenda del gobierno como por las pérdidas económicas que obligaron al estado a
negociar con las organizaciones sociales.
Las protestas sociales llevan a un clima de inestabilidad política y falta de legitimidad del
gobierno de turno, que obligan a cambios de “gabinete” constantes. El gobierno cede ante
situaciones de ingobernabilidad y concede las demandas a los movimientos sociales, ya
que las acciones de estos superan la capacidad de acción estatal.
Mientras que en la Guerra del Agua se originó un ente coordinador entre las organizaciones
sociales que se movilizaban, en la Guerra del Gas, el conflicto fue el resultado de la
confluencia de 3 movimientos sociales, con demandas independientes entre ellas: uno por
los derechos indígenas, otro en contra de la subida de impuestos, y el tercero por el tema de
la exportación de gas por el viaducto de Chile.
132
En conclusión, Bolivia nos enseña que los cambios son posibles, que ignorar las voces que
reclaman justicia tiene un límite, así como lo tiene la paciencia de los que son oprimidos.
La brecha que divide a los ricos de los pobres no puede ser un abismo insalvable, pues la
inestabilidad y las profundas diferencias sólo pueden llevarnos a conflictos interminables.
Todas estas circunstancias llevaron al poder a un líder indígena aymara, Evo Morales, que
procedía del movimiento cocalero y que conseguiría ganar las elecciones en 2005 bajo el
partido del Movimiento al Socialismo (MAS). Su triunfo, al igual que el del PT no se
entiende sin el apoyo de los sectores subalternos de la población.
Se demuestra, por tanto, que los movimientos sociales son un motor de cambio a nivel
social y a nivel político. A nivel social, han conseguido devolverles los derechos que por
muchos años se les había negado a los indígenas, así como darles un lugar en la historia y
una relevancia a nivel mundial hasta ese momento insospechada. A nivel político, han dado
un giro de ciento ochenta grados llevando al poder a líderes de izquierda y en el caso
boliviano, a un líder de izquierda e indígena.
Pero la característica más importante que queremos resaltar con este trabajo es cómo los
movimientos sociales en Bolivia no solo se han quedado en ser un motor de cambio, sino
que han ido más allá, consiguiendo formar parte activa de la política del país. Por eso, el
MAS no es un partido político, sino que es un “instrumento político”, una manera nueva y
diferente de hacer política. Integrado por todos los movimientos sociales, son el conjunto
de estos los que toman las decisiones políticas.
Además, a través de la convocatoria de una Asamblea Constituyente, han escrito una nueva
Constitución Política del Estado que ha sido sometida a un referendo nacional para lograr
133
su aprobación, lo que demuestra lo importante que es para el nuevo gobierno la opinión de
todos sus ciudadanos y la manera en que entienden qué significa hacer política.
Estas luchas suponen la búsqueda de los valores democráticos, dónde estén representados
los derechos de todos los ciudadanos y dónde estos puedan formar parte de las decisiones
políticas.
134
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139
ANEXO METODOLÓGICO
140
1. Guión de entrevista para los agentes sociales de Bolivia.
¿Cómo se desarrollaron las convulsiones sociales de los últimos diez años (Guerra
del Agua, Guerra del Gas y levantamiento indígena) desde su propia experiencia?
¿Cuál cree usted que ha sido el papel de los movimientos sociales en las
transformaciones políticas del país?
Según su opinión ¿En qué cambios políticos y sociales de los últimos diez años han
jugado un papel fundamental los movimientos sociales?
En base a la información de la cual dispone ¿Cuáles son las diferencias entre los
movimientos sociales en Europa y en Bolivia?
141
A su parecer, ¿Cuál es el proceso por el que surgen los líderes del movimiento?
¿Cómo emergen en el escenario político boliviano? ¿Cuál es la pretensión política
de los líderes? ¿Qué grado de representatividad poseen con respecto a la población
que forma parte del movimiento?
¿Cuáles son los principales instrumentos de financiación con los que cuentan?
Desde su punto de vista ¿Cuáles son los principales objetivos que persiguen los
movimientos sociales en Bolivia en los últimos 10 años?
¿Cuáles son las principales políticas públicas sobre las que pretenden influir?
Por último, ¿podría orientarnos sobre cómo obtener información y datos concretos
sobre movimientos sociales en Bolivia y dónde debemos buscar bibliografía
específica sobre el tema?
142
2. Guión de entrevistas a cargos políticos bolivianos.
¿Qué grado de conocimiento o qué vinculación tiene usted con los movimientos
sociales?
¿Cómo se desarrollaron las convulsiones sociales de los últimos diez años (Guerra
del Agua, Guerra del Gas y levantamiento indígena) desde su propia experiencia?
¿Cuál cree usted que ha sido el papel de los movimientos sociales en las
transformaciones políticas del país?
Según su opinión ¿En qué cambios políticos y sociales de los últimos diez años han
jugado un papel fundamental los movimientos sociales?
¿Cómo se desarrollaron las convulsiones sociales de los últimos diez años desde su
propia experiencia?
Según su punto de vista, ¿Qué relación mantiene el gobierno con los movimientos
sociales actualmente?
Según su parecer, ¿Cuáles son las principales políticas públicas sobre las que
pretenden influir los movimientos sociales de los últimos diez años?
143
¿Cuáles son las estrategias relacionales entre los movimientos sociales y el poder
político?
Desde su punto de vista ¿Por qué nació en Bolivia una institución como el
Viceministerio de Coordinación con los Movimientos sociales?
Por último, ¿podría orientarnos sobre cómo obtener información y datos concretos
sobre movimientos sociales en Bolivia y dónde debemos buscar bibliografía
específica sobre el tema?
144
3. Guión de entrevista investigadores especializados en Movimientos Sociales.
¿Cuál cree usted que ha sido el papel de los movimientos sociales en las
transformaciones políticas que se han dado en América Latina en los últimos
tiempos?
¿Y concretamente en Bolivia?
Según su opinión, ¿cuáles son las diferencias entre los movimientos sociales
bolivianos y los europeos?
¿Qué impacto específico cree usted que han tenido los movimientos sociales de la
última década en el sistema político boliviano?
¿Qué características políticas, económicas, sociales, etc. cree usted que determinan
que en Bolivia los movimientos sociales hayan tenido un papel político y social tan
importante en el período de 1999 hasta hoy?
Según su parecer ¿por qué nació en Bolivia una institución como el Viceministerio
de Coordinación con los Movimientos sociales?
145
Los movimientos sociales en Bolivia se han caracterizado también por la gran
cantidad de población que se movilizaba. Según los datos que usted maneja,
¿cuáles han sido los principales medios de difusión o propaganda que han utilizado
las organizaciones para lograrlo?
Por último, ¿podría orientarnos sobre cómo obtener información y datos concretos
sobre movimientos sociales en Bolivia y dónde debemos buscar bibliografía
específica sobre el tema?
146
4. Plan de trabajo.
TIEMPOS
TAREAS
DICIEMBRE ENERO FEBRERO MARZO ABRIL MAYO JUNIO
Recopilación
de Literatura
Especializada
Diseño de
Entrevistas
Estudio de
Antecedentes
Trabajo de
Campo
Tabulación y
Análisis de
Datos
Elaboración del
borrador de la
tesina
Revisión y
Ajustes del
borrador
Elaboración de
la versión final
de la tesina
147