Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Las políticas "descentralizadas" son aquellas políticas que esencialmente permiten que los
individuos involucrados en un caso de contaminación ambiental lo solucionen por sí
mismos. Considérese de nuevo el ejemplo utilizado en capítulos anteriores acerca de la
calidad del agua de un lago. Supóngase que existen varias plantas industriales alrededor
de éste; una corresponde a una planta procesadora de alimentos, y el agua del lago es un
insumo importante en sus operaciones. La otra fábrica desarrolla una actividad industrial en
la que utiliza el lago para la disposición final de desechos. ¿Cómo se podría equilibrar el
daño por contaminación que sufre la primera empresa con los costos de reducción de la
segunda? Un enfoque descentralizado para hallar el nivel eficiente de calidad del ambiente
del agua en el lago consiste simplemente en hacer que las dos plantas resuelvan la
situación entre sí. Esto podrían llevarlo a cabo bien sea mediante negociaciones informales
o a través de una interacción más formal en un tribunal local. Los enfoques
descentralizados tienen la ventaja de que las personas directamente involucradas son
aquellas que pueden saber más acerca de los daños y los costos de reducción y, en
consecuencia, presumiblemente pueden hallar el correcto balance entre éstos. Algunas
veces los enfoques descentralizados pueden ser muy efectivos; sin embargo, no siempre es
así.
Leyes de responsabilidad
Por consiguiente, un enfoque para los asuntos ambientales consiste en depender de las
leyes de responsabilidad. Esto funcionaría simplemente haciendo responsables a los
contaminadores por los daños que ocasionan. El propósito de estas leyes no consiste
simplemente en compensar a las personas después de que han resultado perjudicadas,
aunque esto es importante. El propósito real es hacer que los potenciales contaminadores
tomen decisiones cuidadosas. Saber que ellos serán responsables de los daños
ambientales, en efecto, ayuda a tomar conciencia de lo que de otra manera serían efectos
externos ignorados.
En forma teórica, este enfoque parece tocar el asunto de los incentivos (hacer que las
personas tengan en cuenta los daños ambientales que puedan ocasionar) al igual que el
problema de compensarFigura 10.1. Opciones
a aquellos de política: enfoques
que son perjudicados. También de responsabilidad
parece solucionar el y
problema de determinarde los derechos
justamente dóndedesepropiedad
encuentra e* a lo largo del eje de emisiones.
Esto se descubriría como resultado de las interacciones ante el tribunal por parte de los
contaminadores y de los perjudicados. Ambas partes presentarían evidencia y exigencias,
las cuales, suponiendo que elr tribunal sea imparcial conducirían a una aproximación al nivel
eficiente de emisiones. Daños
Costos marginales
El requerimiento de que los contaminadoresmarginales
asuman lade responsabilidad por los daños
ocasionados puede formar parte de un código reducción
legal básico para un país, o podría ser
estipulado mediante decretos especiales. En países de leyes comunes, como en EEUU y el
Reino Unido, se han desarrollado doctrinas sobre perjuicios y responsabilidades mediante el
proceso de los fallos por parte
US$ de los tribunales. Esta ley ahora reconoce la diferencia entre
responsabilidad estricta, la cual hace responsables a las personas por los daños
independientemente de las circunstancias, y la negligencia, que los responsabiliza sólo si no
adoptaron medidas apropiadas para evitar los daños. Una empresa que arroja materiales
peligrosos podría hacerse estrictamente responsable por los daños causados por estos
desechos. Así, cualquier daño que resulte,a independientemente del cuidado d que la empresa
0
b c
e* e1
ECONOMÍA Y MEDIO AMBIENTE Lectura 16
DOCENTE: Rosa Ferrín Schettini Página 3
II Semestre: marzo-julio de 2003
haya puesto en la disposición final de los desechos, exigiría compensación. De otra parte,
la negligencia la haría responsable sólo si no realizara los pasos apropiados para asegurar
que los materiales no escaparan al entorno circunvecino.
Otro punto importante para hacer que puedan interpretarse mejor los sistemas de
responsabilidad es mediante la introducción del concepto de costos de transacción. En
términos generales, los costos de transacción son los costos de lograr y ejecutar acuerdos.
Este concepto primero se introdujo en la economía para aplicarlo a los costos que enfrentan
compradores y vendedores cuando realizan exitosamente una transacción: costos de
búsqueda de información, costos de regateo sobre términos y costos de asegurar que en
realidad se lleve a cabo un acuerdo. No obstante, los costos de transacción también se
aplican a los sistemas de responsabilidad en los cuales los demandantes y los acusados
comparecen ante un tribunal a fin de determinar el asunto de responsabilidad y la cantidad
apropiada de compensación. En este caso, los costos de transacción son todos los costos
legales asociados: la recopilación de evidencias, exposición del caso, recusación de los
oponentes, compensación y recaudación sobre los daños, etc.
Si se toman casos sencillos, con las dos partes en conflicto y un caso de daño
razonablemente claro, el sistema de responsabilidad puede funcionar, con un mínimo en los
costos de transacción, para lograr una aproximación al nivel eficiente de emisiones. En el
caso de las dos pequeñas fábricas en un pequeño lago, las dos partes pueden comparecer
ante el tribunal y argumentar los valores económicos que representa para cada una la
utilización del lago para sus propósitos. Y puesto que estos valores son comparables, para
un juez presumiblemente no sería muy difícil determinar el alcance del daño que una
empresa ocasiona a la otra. Sin embargo, los hechos son muy diferentes cuando se
involucran muchas personas en una o en ambas partes de un conflicto. Por ejemplo, en el
caso del derramamiento de petróleo de Exxon Valdez, probablemente miles de personas se
consideran directamente perjudicadas, cientos de abogados las representan en todos los
diversos aspectos y se involucran numerosos grupos ambientales, organizaciones
gubernamentales y grupos de negocios, como expresa claramente el caso 10.1. Al final de
muchas y muy prolongadas batallas en los tribunales se pagará alguna compensación.
Pero los costos de transacción serán enormes, y al final del proceso es probable que la
compensación no refleje exactamente los daños reales. No hay duda de por qué las partes
implicadas intentaron establecer un acuerdo sobre una cantidad fija relativamente al
comienzo del proceso, aunque sin descartar la posibilidad de continuar los procesos.
Se podría depender de los acuerdos privados de responsabilidad para identificar los niveles
eficientes de contaminación cuando se involucran relativamente pocas personas: son claros
los vínculos causales y son fáciles de medir los daños. Estas condiciones pueden darse en
algunos casos de externalidades ambientales, y por esa razón se deben considerar otros
medios de establecimiento de relaciones entre los contaminadores y las personas que ellos
afectan.
reconocer el hecho de que muchas enfermedades ocasionadas por la contaminación pueden no manifestarse
durante muchos años después la exposición. Algunos tribunales también comienzan a permitir vínculos
estadísticos de causa-efecto.
ECONOMÍA Y MEDIO AMBIENTE Lectura 16
DOCENTE: Rosa Ferrín Schettini Página 5
II Semestre: marzo-julio de 2003
Derechos de propiedad
En la sección anterior se analizó el caso de un pequeño lago que una empresa utilizaba
para la disposición final de desperdicios y otra lo empleaba como fuente de agua. Al
realizar un análisis más profundo se llega a un planteamiento fundamental: ¿Cuál de las
empresas en realidad ocasiona daños y cuál se ve afectada? Esto puede parecer
demasiado contrario a la intuición ya que naturalmente se podría pensar que la empresa
que lleva a cabo la disposición final de desperdicios es, por supuesto, la que ocasiona el
daño. Sin embargo, podría argumentarse de igual manera que la presencia de la empresa
procesadora de alimentos causa daños a la fábrica que lleva a cabo la disposición final de
desperdicios, puesto que su presencia hace necesario que ésta última haga esfuerzos
especiales para controlar sus emisiones (en esta situación para efectos prácticos del
ejemplo, supóngase que no existen otras personas, como propietarios o recreacionistas que
utilicen el lago). El problema puede presentarse simplemente porque no es claro quién
tiene el derecho inicial de utilizar los servicios del lago; es decir, quién posee efectivamente
los derechos de propiedad sobre éste. Cuando alguien tiene un recurso, esa persona
posee el gran incentivo de observar que éste sea administrado de tal manera que suministre
el máximo valor. En consecuencia, para solucionar el problema de la contaminación en el
lago simplemente puede ser suficiente especificar con claridad quién tiene los derechos de
propiedad del lago.
Los derechos de propiedad privada son, por supuesto, el acuerdo institucional predominante
en la mayoría de las economías desarrolladas de Occidente. Los países en vía de
desarrollo también se están desplazando en esa dirección, al igual que los antiguos países
socialistas. De tal manera que hay familiaridad con el funcionamiento este sistema
institucional cuando se aplica a los activos elaborados por personas como máquinas,
construcciones y bienes de consumo. La propiedad privada de la tierra también es un
acuerdo con el que se es familiar. Si alguien posee un terreno, esa persona tiene el
incentivo de observar que esa tierra se administre en formas que maximicen su valor. Si
alguien viene y amenaza con arrojar desperdicios allí, el propietario, si lo desea,
posiblemente recurra a la ley para prevenirlo. Mediante este diagnóstico, el problema de la
mala utilización de muchos activos ambientales se genera debido a que los derechos de
propiedad en aquellos activos se especifican incorrectamente.
Tómese de nuevo el caso del lago y las dos empresas. En apariencia se tienen dos
opciones para adjudicar la propiedad del lago. Podría pertenecer bien sea a la empresa
contaminante o a la fábrica que lo utiliza para el suministro de agua. ¿Cómo afectaría esta
opción el nivel de contaminación en el lago? ¿No conduciría a un nivel cero de emisiones si
perteneciera a la primera empresa, y a un nivel no controlado de emisiones si perteneciera
a la otra? No, si se permite que negocien los propietarios y los no propietarios. Por
supuesto, ésta es la esencia misma de un sistema de derechos propiedad. El propietario
decide de qué manera utilizar el activo, y puede detener cualquier uso no autorizado, pero
también puede negociar con cualquier otra persona que desee tener acceso a aquel activo.
Caso 10.1
Mar de litigios de Exxon Valdez
¿Podría un tabernero de Ancorage demandar por daño y perjuicios por las propinas que
habría podido recibir de los pescadores expulsados de su trabajo por culpa de los
ECONOMÍA Y MEDIO AMBIENTE Lectura 16
DOCENTE: Rosa Ferrín Schettini Página 6
II Semestre: marzo-julio de 2003
¿Y qué se puede decir de los conductores de California que tienen que pagar precios más
altos por la gasolina después que la encalladura del Valdez obligó al cierre temporal del
puerto e interrumpió el flujo de petróleo de North Slope dirigido a las refinerías de
California?
¿Y qué se puede decir de los ciudadanos de otros estados que nunca han tenido planes de
visitar Alaska, pero que por culpa de los derramamientos ya no tienen la posibilidad de
visitar una región pura? ¿Qué hay con el “valor legado” que proporcionaría tal conocimiento
a las futuras generaciones?
Estas son algunas de las preguntas legales generadas por la encalladura del Valdez en
Prince William Sound el 24 de marzo y por el derramamiento de 11 millones de galones de
petróleo crudo de Alaska arrojado en sus aguas cristalinas. Los procesos comenzaron a
proliferar a los pocos días del derramamiento cuando los abogados volaron desde todo el
país, al lugar de los hechos.
“Uno de los alcaldes de allí me dijo que algo peor que el oleaje de petróleo en la orilla fue la
oleada de abogados vestidos de gris que llegó inmediatamente”, afirmó T. Barry Kingham,
abogado que trabaja en la empresa New York de Curtis Mallet-Prevost, Colt and Mosie.
Kingham no se encuentra involucrado en los pleitos de Exxon; sin embargo, es uno de los
muchos abogados que espera hacerlo en el próximo siglo. Además él se encuentra en una
posición inmejorable con relación a la mayoría puesto que tiene sus razones. Él representa
a los pescadores y pobladores franceses que entablaron demanda contra Amoco en el aún
no terminado litigio en el tribunal distrital de EEUU en Chicago, que comenzó hace 11 años
cuando Amoco Cadiz encalló en la costa británica. El caso Amoco Cadiz implicó un
derramamiento siete veces superior al de Alaska; sin embargo, éste último podría implicar
fácilmente un mayor daño ambiental e interacciones más complejas entre la ley estatal y
federal. Este ya involucra por un amplio margen muchos más tipos de demandantes y
negociaciones bizantinas entre empresas legales de alto poder en todo el país sobre cómo
compartir el trabajo y el control sobre la estrategia de litigación. “Usted tiene que
preguntarse si el sistema legal está establecido para enfrentar algo como esto”, agregó
Kingham.
“Será un caso divertido, una oportunidad de hacer algo bueno por la gente, pero considero
que no va a ser muy lucrativo para los abogados demandantes”, afirmó Stephen D.
Susman, abogado de Houston, quien fue uno de los primeros líderes entre los abogados de
demandantes de acción de grupo pero que fue forzado a abandonarlo por un conflicto.
“Alaska es un lugar curioso; ellos aman el ambiente pero también adoran la industria del
petróleo y no desearán sancionarla demasiado fuerte”, afirmó Susman. “Los casos de
darramamiento tienden a reflejar su máxima gravedad en los primeros días cuando se
muestran por televisión aves muertas. En este caso se van a plantear cuestionamientos
concretos sobre la manera de medir los daños”.
Ese problema sólo puede dilatar el caso, y demostrar el día de pago de los abogados.
Según Gerry, una solución podría consistir en tratar el derramamiento como un caso de
perjuicios continuos en el cual se reexaminen los daños y nuevos pagos sean hechos cada
tantos años. “No sería justo para Exxon como para los demandantes el hecho de intentar
negociar algo en forma rápida puesto que sería prácticamente especulación”, afirmó Gerry.
Cualesquiera que sean las complicaciones, muchos abogados creen que es improbable que
ECONOMÍA Y MEDIO AMBIENTE Lectura 16
DOCENTE: Rosa Ferrín Schettini Página 7
II Semestre: marzo-julio de 2003
el caso Valdez establezca algún estándar duradero acerca de la cantidad que le cuesta al
sistema legal asumir las responsabilidades después de los desastres ambientales.
“Obsérvese Chernobyl”, afirmó el profesor Schoenbaum, refiriéndose a la devastación
ocasionada por la falla que se presentó en un reactor nuclear soviético en 1987. “Es difícil
imaginar el impacto legal de algo como esto si ocurriera en EEUU. Nosotros no hemos
arañado la tierra”.
Obsérvese de nuevo la figura 10-1. Supóngase que la función de daño marginal se refiere
a todos los daños sufridos por una cervecería; llámese empresa A. Además, que la curva
de costos marginales de reducción se aplica a la fábrica que descarga efluentes en el lago,
llámese empresa B. Se debe hacer el supuesto de quién posee el lago, la empresa A o la
empresa B. Se observará que, teóricamente, se obtendrá la misma cantidad de emisiones
en cualquier caso, dado que las dos empresas pueden reunirse y llegar a un acuerdo con
relación a la manera como debe utilizarse el lago.
En el primer caso, supóngase que la empresa B posee el lago. Por el momento no hay que
preocuparse con relación a cómo se llegó a esta situación, sólo que esto es así. La
empresa B lo puede utilizar como desee. Se puede suponer que las emisiones inicialmente
se encontrarían en e1. La empresa B al comienzo no dedica recursos en absoluto a la
reducción de emisiones. Sin embargo, ¿esta situación seguirá igual en este punto? Aquí
los daños marginales son US$r, en tanto que los costos marginales de reducción son nulos.
En consecuencia, el paso más práctico que la empresa A puede realizar consiste en ofrecer
a la empresa B cierta cantidad de dinero con el fin de reducir su corriente de afluentes; para
la primera tonelada cualquier cantidad acordada entre cero y US$r haría que las dos partes
mejoraran su bienestar. En efecto, ellos podrían continuar negociando sobre la unidad
marginal hasta el punto en que los daños marginales excedan los costos marginales de
reducción. La empresa B mejoraría al reducir sus emisiones a cambio de cualquier pago
por encima de sus costos marginales de reducción, en tanto que cualquier pago menor que
los daños marginales mejoraría considerablemente las condiciones de la empresa A. De
esta manera negociar o regatear entre los propietarios del lago (en este caso la empresa B)
y las personas que son afectadas por la contaminación generaría una reducción de
efluentes hasta e*, es decir, el punto en el cual los costos marginales de reducción y los
costos de los daños marginales son iguales.
Así, como se observa en este pequeño ejemplo, si se define claramente quien tiene el
derecho de propiedad sobre el activo ambiental y luego se permite una negociación entre
ECONOMÍA Y MEDIO AMBIENTE Lectura 16
DOCENTE: Rosa Ferrín Schettini Página 8
II Semestre: marzo-julio de 2003
los propietarios y los usuarios potenciales, se llegará al nivel eficiente de afluentes sin
importar a quién inicialmente se le suministró el derecho de propiedad. De hecho, éste es
un famoso teorema llamado "teorema de Coase", en honor del economista que lo inventó 3.
La mayor implicación es que al definir los derechos de propiedad privada (no
necesariamente derechos de propiedad individual puesto que los grupos privados de
personas podrían tener estos derechos), es posible establecer las condiciones bajo las
cuales las negociaciones descentralizadas pueden producir niveles eficientes de calidad
ambiental. Esto presenta cierto atractivo. La parte positiva consiste en que las personas
que hacen la negociación pueden saber más acerca de los valores relativos involucrados
(costos de reducción y daños) que cualquier otra persona, de tal modo que hay esperanza
en llegar al verdadero punto de eficiencia. Y puesto que sería un sistema descentralizado,
no se necesitaría una organización central burocrática tomando decisiones basadas en su
mayor parte en consideraciones políticas en vez de hacerlo a partir de los verdaderos
valores económicos involucrados. Ideas como ésta han conducido a algunas personas a
recomendar una amplia conversión de los recursos naturales y ambientales hacia la
propiedad privada, como medio para lograr su uso eficiente.
3. Debe haber un conjunto completo de mercados, de tal manera que los propietarios
privados puedan capturar todos los valores sociales asociados con la utilización de un
activo ambiental.
Si la empresa A no puede impedir que la empresa B haga lo que desea, por supuesto, no
funcionará el enfoque de derechos de propiedad. En otras palabras, los propietarios deben
estar física y legalmente capacitados para impedir que los demás usurpen su propiedad.
Los propietarios deben estar en capacidad de vender su propiedad a cualquier comprador
potencial. Esto es importante especialmente en activos ambientales. Si los propietarios no
pueden vender la propiedad, esto debilitará sus incentivos para preservar su productividad a
largo plazo, debido a que cualquier utilización que disminuya su productividad ambiental a
largo plazo no puede ser sancionada mediante la reducción del valor de mercado del activo.
Muchos economistas argumentan que éste es un problema particularmente fuerte en los
países en vía de desarrollo; puesto que los derechos de propiedad a menudo son
"atenuados" (es decir, no cuentan con todas las características exigidas y especificadas
anteriormente), las personas no tienen fuertes incentivos para garantizar que se mantenga
la productividad a largo plazo.
Anteriormente se observó que la utilización eficiente del lago dependía de las negociaciones
y del acuerdo entre las dos partes interesadas. Los costos de negociación, junto con los
3
Véanse las referencias al final del capítulo
ECONOMÍA Y MEDIO AMBIENTE Lectura 16
DOCENTE: Rosa Ferrín Schettini Página 9
II Semestre: marzo-julio de 2003
Para hacer las condiciones peores, supóngase que se remplaza la empresa contaminante
por 1,000 empresas de igual carácter, junto con miles de propietarios de viviendas que no
están todavía conectados con el sistema público de alcantarillado y que por tanto están
utilizando pozos sépticos en las orillas del lago. En este caso las posibilidades de invertir la
propiedad del lago a una sola persona, y esperar negociaciones entre esa persona y los
presuntos usuarios para hallar los niveles eficientes de utilización esencialmente se
desvanecen. Ésta es otra forma de decir que en casos grandes y complejos de
degradación ambiental, en los cuales abundan problemas de usuarios que no pagan (free-
riders) y se presentan costos de transacción muy altos, reducirán seriamente el potencial
del enfoque de propiedad privada para identificar el nivel eficiente de emisiones.
Para que las instituciones de propiedad privada aseguren que se le da el mejor uso a un
activo ambiental, el proceso también debe funcionar de tal manera que el propietario esté
en capacidad de capturar el valor total social del recurso en esa utilización. Supóngase que
alguien posee una pequeña isla en los Cayos de la Florida. Existen dos posibles usos:
construir un centro vacacional o dedicar el terreno a un refugio de vida silvestre. Si se
construye el centro vacacional, se obtiene un flujo directo de riqueza monetaria ya que el
mercado del turismo se encuentra bastante desarrollado en esa parte del mundo y se puede
esperar que los clientes encuentren el centro recreativo y paguen la tasa vigente por sus
servicios. Sin embargo, no existe tal "mercado" comparable para los servicios del refugio de
vida silvestre. El valor de la isla como refugio puede ser mucho mayor que su valor como
centro de recreación, en términos de la verdadera disponibilidad agregada para pagar por
parte de todas las personas en el país y en el mundo. Sin embargo, para ellas no existe
una buena forma de expresar ese valor; no hay un mercado disponible como el del turismo
en el cual ellos en efecto puedan pujar contra los turistas que visitarían la isla. Se creería
que una fundación para la conservación podría comprar la isla si su valor como refugio en
realidad fuese mayor que su valor como hotel. Sin embargo, la fundación para
conservación se mantiene mediante las contribuciones voluntarias, y las islas y otros
terrenos en efecto se consideran bienes públicos. Anteriormente se anotó que cuando se
involucran bienes públicos, es probable que las contribuciones voluntarias para hacer
disponible un activo sean mucho menores que su valor real, debido al comportamiento de
(utilizar sin pagar) free-riding. El resultado es que, mientras que alguien como propietario
evidentemente esperaría recoger el valor total monetario de la isla como lugar recreativo, no
ECONOMÍA Y MEDIO AMBIENTE Lectura 16
DOCENTE: Rosa Ferrín Schettini Página 10
II Semestre: marzo-julio de 2003
estaría en capacidad de llevar a cabo su valor total social si mantiene este terreno como
reserva exclusiva.
En el caso 10.2 aparece un ejemplo de la vida real sobre este problema. Es acerca de una
persona en Kansas que posee un terreno que era uno de las mayores porciones existentes
de tierra virgen en el país. Un terreno de 80 acres que nunca antes había conocido el
arado. Como tal, probablemente tenía importancia ecológica al igual que valor histórico.
Sin embargo, aunque todo el mundo reconoce su validez e importancia, estos valores no
pueden ser bien capturados por un propietario privado de tierras. El problema básico
consiste en que no existe forma para que se hagan evidentes todos los valores ecológicos y
se expresen de manera directa. Aunque un grupo privado se esforzaba por conseguir
terrenos4, sin tener éxito, su presupuesto era limitado por su carácter voluntario, además de
los problemas de free-riding inherentes a la preservación de lo que en efecto son bienes
públicos. Sin embargo, los valores derivados de la urbanización son concretos e
inmediatos. En consecuencia, el propietario privado de tierras optó por la urbanización, no
obstante el valor ecológico e histórico de la propiedad.
Este ejemplo, en realidad, es una versión local de un problema mayor que tiene significado
global. Durante los últimos años gran atención se ha concentrado en la diversidad biológica
y en las reservas de material genético único en sus géneros que aparecen en los millones
de especies de animales y plantas en todo el mundo. Una proporción abismalmente
enorme de estas especies se localiza en los países en vías desarrollo. Sin embargo,
también éstos son países en los cuales las presiones debidas al desarrollo han generado
altas tasas de desmonte de terrenos y destrucción hábitat. Cuando los propietarios de
tierras en estos países estudian sus opciones, ellos sopesan el valor de la tierra para usos
diferentes. Infortunadamente, en la actualidad no existe forma de que puedan capturar el
valor de la tierra dejada como hábitat para las especies. No existen mercados económicos
disponibles en los cuales se puedan vender estos servicios; si así fuera, los dueños podrían
recoger beneficios privados al mantener los terrenos sin construir o utilizarlos en formas que
sean consecuentes con la preservación de especies.
Una función para las autoridades públicas en esta situación podría consistir en generar la
demanda para dicho mercado. Esto podría hacerse al ofrecer el pago a los propietarios de
los terrenos de una cantidad equivalente al mayor valor ecológico de la tierra, siempre y
cuando estos valores ecológicos no sean perjudicados por la utilización de los terrenos por
parte de aquellos. Por supuesto, esto involucraría enormes dificultades al medir estos
valores ecológicos con cierto grado de precisión, al igual que al hallar fuentes de fondos
para pagar por estos servicios. Sin embargo, sin estos tipos de mercado o instituciones de
carácter mercantil, las instituciones de derechos de propiedad privada son incapaces de
suministrar a la sociedad las cantidades totalmente eficientes de conservación y calidad
ambiental5.
Caso 10.2
Un hombre de Kansas penetra llanura virgen e ignora los ruegos de los
ambientalistas
4
El Gupo es el Nature Conservancy, que busca proteger los recursos sensibles al daño al comprarlos en su
totalidad. Durante las últimas décadas ha adquirido más de 5.5 millones de acres de tierras en EEUU y
Canadá; algunos han sido transferidos a otros grupos públicos y privados de preservación; el resto aún
pertenece al Nature Conservancy.
5
Recientemente una compañía privada de medicamentes de EEUU acordó pagar al gobierno de un país
latinoamericano determinada suma de dinero por plantas útiles en la elaboración de medicinas. Esto se
analizará en el capítulo 20.
ECONOMÍA Y MEDIO AMBIENTE Lectura 16
DOCENTE: Rosa Ferrín Schettini Página 11
II Semestre: marzo-julio de 2003
Sin embargo, el propietario, Jack Graham rechazó la oferta y continúo su trabajo. El lunes
pasado sólo quedaba una pequeña franja de la llanura virgen.
“Es descorazonador”, afirmó Joyce Wolf, líder de un grupo que tenía la esperanza de
comprar el terreno para convertirlo en un área de educación ambiental. “Él le ha robado un
recurso a la comunidad”.
Graham, negociante de 39 años que compró el área hace cinco años, rehusó hablar acerca
de su acción. Su abogado, Thomas Murray, dijo que Graham y su familia “simplemente
deseaban hacer más productiva su propiedad”, pero él no entraría en detalles.
El director de preservación de Kansas, Alan Pollom, defendió la oferta, y afirmó que ésta se
basaba en un avalúo. Y agregó: “no podemos enriquecer injustificadamente a alguien
utilizando los fondos de una organización sin ánimo de lucro”.
Durante los últimos años los residentes de Lawrence han intentado equilibrar el crecimiento
ECONOMÍA Y MEDIO AMBIENTE Lectura 16
DOCENTE: Rosa Ferrín Schettini Página 12
II Semestre: marzo-julio de 2003
Filosofía en la autopista
Durante todo el lunes, las personas se reunieron a un lado de la ocupada autopista de dos
carriles de la llanura Elkins, para conversar mientras observaban cómo funcionaba el tractor
desplazándose de ida y vuelta por todo el terreno.
“Cuestiono el juicio de arar una valiosa llanura, pero defendería su derecho a hacerlo”,
afirmó Larry Warren, agricultor y vecino. “Es su tierra; es su prerrogativa”.
“A esta tierra le costó un par de millones de años evolucionar para llegar a este estado en la
actualidad, y sólo tomó 48 horas destruirla”, afirmó el doctor Hoagland.
Persuasión moral
Por “persuasión moral" se quiere significar los programas de persuasión que recurren al
sentido de los valores morales o deber cívico de una persona para hacer que se abstenga
voluntariamente de llevar a cabo actividades que degraden el ambiente. El caso clásico de
esto corresponde al esfuerzo del Oso Smokey del National Forest Service (Servicio Forestal
Nacional de EEUU), una campaña publicitaria tendiente a hacer que las personas sean más
conscientes con relación a botar basura en los bosques y evitar actividades que generen el
riesgo de incendios forestales. Aunque hay multas y sanciones por realizar estas
actividades, la campaña no se fundamentó en amenazas de imposición de sanciones sino
más bien en recurrir al sentido de moralidad cívica de las personas. Las campañas de "no
arroje basuras en las vías públicas" corresponden esencialmente al mismo tipo de enfoque.
El aspecto positivo de la persuasión moral consiste en que puede tener amplios efectos de
dispersión. Mientras que un impuesto sobre afluentes en un solo tipo de contaminantes no
tendrá impacto sobre las emisiones de otras clases de productos de desecho, las peticiones
ECONOMÍA Y MEDIO AMBIENTE Lectura 16
DOCENTE: Rosa Ferrín Schettini Página 13
II Semestre: marzo-julio de 2003
sobre el sentido cívico por determinado problema pueden generar efectos colaterales en
otras situaciones. Las personas que mediante una campaña publicitaria especial son
conducidas a experimentar un mayor sentido del deber cívico cuando se abstienen de
arrojar basuras en casos en los cuales claramente podrían evadirlos, es posible que por sí
mismas tengan deseos similares cuando, por ejemplo, se abstienen de botar
clandestinamente el aceite del auto por la alcantarilla de su casa, o mantienen en óptimas
condiciones los sistemas de control de contaminación en sus automóviles.
Es fácil ser cínico con relación a utilizar la persuasión moral como herramienta para el
mejoramiento ambiental. En esta época de sociedades masificadas y de destrucción
ambiental intensificada, rudos diseñadores de políticas naturalmente son atraídos por
aquellas políticas ambientales que tengan mayor ejecutabilidad. Esto probablemente sería
un error. Posiblemente es cierto que no se pueda depender mucho de la persuasión moral
para generar, por ejemplo, una reducción significativa en la contaminación del aire en la
cuenca de Los Ángeles o producir disminuciones sustanciales en la utilización de los
químicos agrícolas que contaminan las aguas subterráneas. Sin embargo, en la búsqueda
de instrumentos políticos públicos nuevos, efectivos y concretos, a fin de manejar
problemas específicos de contaminación, posiblemente se ha subestimado la contribución
del ambiente general de moralidad pública y sentido cívico. Un clima fuerte en este sentido
posibilita instituir nuevas políticas y facilita administrarlas y ejecutarlas. A partir de esto
también se puede deducir la importancia de la función de los políticos y los diseñadores de
políticas, quienes llevan a cabo actividades que satisfacen este clima moral en vez de
erosionarlo.
6
Muchas organizaciones como la United Way utilizan un gran termómetro rojo para indicar el progreso de las
campañas para recolectar fondos de la comunidad.
7
Este caso puede implicar más que persuasión moral; el artículo menciona la posibilidad de aspectos como
boicoteos y actividades de los accionistas, que tienen implicaciones económicas más directas para las
compañías objetivo.
ECONOMÍA Y MEDIO AMBIENTE Lectura 16
DOCENTE: Rosa Ferrín Schettini Página 14
II Semestre: marzo-julio de 2003
Caso 10.3
Cruzada por el ambiente de Joan Bavaria
La activista social está trabajando arduamente detrás de los Principios de Valdez, un código
de conducta corporativa.
Cuando el buque cisterna Exxon Valdez se resquebrajó contra un arrecife en marzo de 1989
y arrojó millones de galones de petróleo crudo en las cristalinas aguas de Prince William
Sound, el masivo daño en el ambiente de Alaska provocó airadas protestas en todo el
continente,
Una de las angustiadas voces fue la de Joan Bavaria, idealista administradora de Fondos
de Boston quien ha invertido una década al frente de la inversión social buscando
compañías que elaboren productos seguros y persigan importantes metas sociales.
Pocos meses después del derramamiento de Valdez, cuando las airadas protestas se
convirtieron en llamamientos para entrar en acción, la activista social de 47 años surgió
como la fuerza impulsadora de respaldo a una nueva y potente alianza de inversionistas y
ambientalistas que se formó para forzar a que las corporaciones aceptaran mayor
responsabilidad por su conducta ambiental. Los miembros de la coalición, llamada Ceres,
tienen millones de acciones en importantes corporaciones.
Los estrictos estándares de los Principios de Valdez, el creciente interés público sobre la
contaminación y las nuevas leyes federales de descontaminación se han combinado para
hacer de los asuntos ambientales centro de interés en las salas de juntas del continente.
El próximo año, a más de 50 importantes corporaciones les llegarán resoluciones para los
accionistas promulgadas por grupos ambientalistas y eclesiásticos en las cuales se
solicitará a las compañías que firmen los Principios de Valdez. En síntesis, exigen a las
corporaciones que acaben con la contaminación del aire y del agua, conserven la energía,
saquen al mercado productos más seguros, paguen por los daños ocasionados en el
entorno y presenten informes públicos sobre su progreso.
Sin embargo, los principios se ajustan claramente a la visión de Bavaria sobre el futuro, la
cual consiste en que las corporaciones estadounidenses aprenderán a convivir con rígidos
parámetros ambientales, así como ahora están acostumbradas a severos estándares
contables.
“Ceres”, dijo, “propone una prueba de papel de tornasol en la cual una compañía tiene que
decir ‘si’ o ‘no’. Esto no es así de fácil”.
Hasta este punto, Bavaria y sus colegas en Ceres (abreviatura de Coalition for
Environmentally Responsible Economies – Coalición de Economías Ambientalmente
Responsables) han utilizado la persuasión y la amenaza contra los accionistas con el fin de
obtener firmantes para los Principios de Valdez. Bavaria afirmó que cualquier intento de
boicoteo estaría lejano en el futuro.
El año entrante, Ceres solicitará a las 500 compañías que aparecen en la revista Fortune
que respondan un cuestionario de 37 páginas acerca de sus problemas y políticas
ambientales.
Entre los grupos ambientales que pertenecen a Ceres se encuentran Sierra Club, Friends of
the Earth, National Audubon Society, National Wildlife Federation y Wilderness Society.
Una de las mayores exigencias para que las corporaciones firmen los Principios de Valdez
provino del fondo neoyorquino del sistema de pensionados que posee US$16.400 millones.
El fondo solicitó a Exxon Corp., Occidental Petroleum Corp. y Champion International Corp.
que se adhirieran a los Principios de Valdez.
Resumen
Finalmente, se mencionó el concepto de persuasión moral, el cual puede ser útil cuando
sea imposible medir las emisiones provenientes de fuentes particulares. Se analizó el
problema moral de utilizar servicios sin pagar (free-riding), al igual que el problema de
divulgación pública, como medio para estimular el comportamiento ético en los asuntos
ambientales.
1. Los vecinos podrían, en forma relativamente fácil, negociar con cualquier otro para
establecer asuntos de externalidades, como el ruido excesivo o el incompatible
desarrollo urbano de las propiedades. De acuerdo con esto, ¿por qué la mayor parte de
las comunidades depende de leyes y regulaciones locales para administrar estas
externalidades?
8
Este planteamiento se hizo a partir de un asunto similar tomado de Tom Tietenberg. Environmental and
Natural Resource Economics, 3rd ed., Harper Collins, New York, 1992, p. 71.
ECONOMÍA Y MEDIO AMBIENTE Lectura 16
DOCENTE: Rosa Ferrín Schettini Página 17
II Semestre: marzo-julio de 2003
Lecturas recomendadas
Anderson, Terry L.: "The Market Process and Environmental Amenities", in Walter E. Block .
Economics and the Environment: A Reconciliation, The Fraser Institute, 1990, pp.
137-157.
Anderson, Terry L., and Donald R. Leal: Free Market Environmentalism, Pacific Research
Institute, San Francisco, 1991.
Coase, Ronald H.: "The Problem of Social Cost", Journal of Law and Economics, Vol. 3,
October 1960, pp. 1-44.
Dales, J. H.: Pollution, Property and Prices, University of Toronto Press, Toronto, 1968.
Hoffman, W. Michael, Robert Frederick, and Edward S. Petry, jr. (eds.): The Corporation,
Ethics, and the Environment, Quorum Books, New York, 1990.
Kneese, Allen V., and William D.. Schulze "Ethics and Environmental Economics", en Allen
V. Kneese and James L. Sweeney (eds.), Handbook of natural Resource and Energy
Economics, Vol. 1, North-Holland, Amsterdam, 1985, pp. 191-220.
Rothbard, Murray N.: "Law, Property Rights, and Air Pollution”, en Walter E. Block (ed.),
Economics and the Environment: A Reconciliation, The Fraser Institute, 1990, pp.
233-279.
Singer, Steven T.: "An Analysis of Common Law and Statutory Remedies for Hazardous
Waste Injuries”, Rutgers Law Journal, 12, Fall 1980, pp. 117-150.