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Reconociendo a Gabriela Mistral

La mayoría de los chilenos conocemos a Gabriela Mistral por sus rondas infantiles. Y aunque eso
es parte importante de su obra, la poesía de esta Premio Nobel de Literatura chilena va mucho
más lejos. El poeta y ensayista Jaime Quezada nos da aquí algunas pistas para aprender más de
esta importante escritora de la lengua castellana, al cumplirse de su nacimiento

Yo soy Lucila Alcayaga alias Gabriela Mistral primero me gané el Nobel y después el Nacional...

Estos versos del poeta Nicanor Parra grafican la azarosa trayectoria de Gabriela Mistral por las
letras nacionales. Una historia de desencuentros que comenzaba incluso antes de que aprendiera
a escribir, cuando la directora del colegio donde le tocó estudiar le diagnosticara "retraso mental",
y la devolviera a su casa diciéndole a su madre que no serviría para otra cosa que las labores
domésticas

Es que Gabriela Mistral fue más apreciada fuera que dentro de Chile, y para comprobarlo no hay
más que seguir la reflexión propuesta por Parra, comparando las fechas en que recibió los últimos
premios de su vida: en 1945 el Premio Nobel de Literatura concedido por la Real Academia Sueca
de Letras; en 1950 el Premio Sierra de las Américas, otorgado en Washington por The Academy of
American Franciscan History; y finalmente en 1951, el Premio Nacional de Literatura, entregado
por las autoridades culturales chilenas.

No es de extrañar entonces que los escritores Eduardo Anguita y Volodia Teitelboim la dejaran
fuera de la famosa Antología de la poesía chilena nueva, que consideraba según ellos a los 10
autores chilenos más importantes en 1935.

Para entender qué ocasionó este menosprecio por la obra del primer Premio Nóbel
latinoamericano, fuimos a conversar con uno de sus estudiosos más eminentes, el poeta y
ensayista Jaime Quezada.

- Se dice de Gabriela Mistral, que no era muy querida en los círculos intelectuales chilenos ¿qué
nos puedes decir de eso?

-Gran parte de lo que se ha dicho sobre Gabriela en el último tiempo forma parte de la aureola
que la rodea; todas esas anécdotas no ayudan mucho a dimensionar su figura. Lo que hay que
recalcar es que en Chile fueron muy pocos los que conocieron su obra a cabalidad mientras ella
estuvo viva; la imagen que se tenía de ella era la de una poetisa que escribía rondas, canciones de
cuna, pequeñas jugarretas y algunos sonetos. Y esto fue así porque lo más importante de su obra
se publicó en el extranjero: Desolación se publica en Nueva York, Ternura en Madrid y Tala en
Buenos Aires. Todos estos libros llegaban a tardíamente a nuestro país, por eso causó extrañeza
en Chile que le dieran Premio Nobel.
-Gabriela no volvió a radicarse en nuestro país desde su partida a México ¿enojada con Chile?

-Se va porque recibe una invitación formal del gobierno mexicano para ir a trabajar allá. México
venía saliendo de una revolución y tenía un nuevo programa educacional que incorporaba los
valores latinoamericanos; eso era muy tentador para ella. Pero además, esa invitación llegó en un
momento crítico de su historia personal; por aquel entonces Gabriela había sido designada
directora de un liceo de niñas en Santiago, sin tener título universitario, lo que despertaba la
irritación de sus colegas. Ella había sido directora de varios establecimientos educacionales con
antelación, pero era autodidacta. Entonces parte a México, donde recibe muchas muestras de
afecto y donde su trabajo es muy apreciado; pero no se va enojada con Chile sino con la envidia y
el resentimiento de algunas personas. Ella siempre quiso a Chile.

-¿Cómo crees que se le enseña en los colegios?

- Los programas educacionales desde mucho tiempo atrás, vienen considerando sólo los textos de
Gabriela Mistral que tienen que ver con el mundo infantil: sus rondas y canciones de cunas, toda
esa poesía menuda, fácil de aprender. No es raro encontrarse con profesores que obligan a sus
alumnos a memorizar esos poemas, porque a su vez, ellos también tuvieron que memorizarlos
durante su infancia; todo esto se convierte así en un círculo vicioso. No se habla de la Mistral
indigenista, de la Mistral americanista, preocupada de los temas sociales. Pero ahora se está
abriendo un espacio porque hay más obras publicadas y más estudios; eso me parece interesante.

¿Se percibe un influjo de la Mistral en las nuevas generaciones de poetas?

- Hasta hace una década atrás su influencia en la poesía chilena era muy relativa y escasa. Gabriela
es una rara avis en nuestra literatura, una isla. Es cierto que Enrique Lihn y Gonzalo Rojas la
admiran mucho; si buscamos vemos que hay influjo: lo reconocen Nicanor Parra y Miguel Arreche.
Pero a los más jóvenes siempre les pareció un personaje pasado de moda que no estaba en la
vanguardia; todo eso por desconocimiento: si hay una mujer vanguardista en el literatura es
Gabriela Mistral. Las generaciones actuales están recién conociéndola y a medida que la
encuentran se les produce un remezón; está surgiendo una nueva mirada, una revisión de su obra.

¿Cómo se manifiesta el vanguardismo en ella?

- Al revés de Huidobro; te lo voy a explicar: Huidobro incorpora a Latinoamérica toda la visión de


los nuevos movimientos artísticos europeos, llega a Chile proyectando todo ese espíritu
renovador, y lo plasma de esa manera en su poesía. Con la Mistral ocurre lo contrario, ella no va a
Europa a buscar nada, sino a llevar el mundo fascinante que es la América; entre las razones por
las que recibe el Nobel se argumenta que ella le da una voz a las aspiraciones de todo un
continente.

Decías que se está abriendo un espacio para la recuperación de Gabriela Mistral...

-Yo observo y veo que están abriendo nuevos espacios hacia la obra de Gabriela Mistral, por los
estudios que están apareciendo, las editoriales que se preocupan de editarla tanto en chile como
en el extranjero, los nuevos congresos, etc. Se está descubriendo su prosa y su pensamiento.

Como podrás darte cuenta, a Gabriela Mistral le queda aún mucho por recorrer hasta ocupar el
sitial que autores como Nicanor Parra ya le han cedido en su poesía. Terminemos entonces con la
segunda y última estrofa de "Epitafio", el poema citado al comienzo:

"A pesar de que estoy muerta Me sigo sintiendo mal Porque no me dieron nunca El Premio
Municipal".
Al comienzo fue un tema económico ya que Lucila Godoy venía de una familia pobre y
debía trabajar para mantenerse. Ella misma contaría más tarde:

- Empecé a trabajar en una escuela de la aldea llamda Compañía Baja a los 14 años, como
hija de gente pobre y con padre ausente y un poco desasido. Enseñaba yo a leer a alumnos
que tenían desde cinco a diez años y a muchachones analfabetos que sobrepasaban en
edad. A la directora no le caí bien. Parece que no tuve ni el carácter alegre y fácil, ni la
fisonomía grata que gana a las gentes..

Años más tarde al ser hostigada por no tener el título de profesora Gabriela Mistral
escribió: "No no tengo el título es cierto; mi pobreza no me permitió adquirirlo y este
delito, que no es mío sino de la vida, me ha valido el que se me niegue, por algunos, la sal
y el agua. Yo y otros conmigo pensamos que un título es una comprobación de cultura.
Cuando esta comprobación se ha hecho de modo irredargüible, por 18 años de servicios y
por una labor literaria pequeña pero efectiva, se puede pedir, sin que sea impudicia o
abuso..."

Pero a pesar de las dificultades, su entusiasmo y la facilidad de comunicación con los


estudiantes la caracterizarían como poseedora de un "don pedagógico" que quedaría para
siempre ligada a su vocación poética.

Son muchos los escritos de Gabriela Mistral acerca de la educación y la importancia de los
libros. Hay poemas como La maestra rural y La oración de la maestra .

Su pensamiento pedagógico, recoge algo de de su experiencia en la sala de clases. Por


ejemplo:

En relación a la motivación de los alumnos: "(...) El niño llega con gozo a nuestras manos,
pero las lecciones sin espíritu y sin frescura que casi siempre recibe, van empañándole ese
gozo y volviéndole el joven o la muchacha fatigados, llenos de desamor hacia el estudio
que viene a ser lógico. (...) La juventud, esa agua viva, no puede amar al que tiene en la
lengua viva la palabra muerta."

Respecto a la acción pedagógica es enfática: "Para corregir no hay que temer. El peor
maestro es el maestro con miedo(...) Todo esfuerzo que no es sostenido se pierde (...) Nada
más triste que el que la alumna compruebe que su clase equivale al texto (...)".

Y en relación a la vocación del profesor dirá: "El maestro verdadero tendrá siempre algo
de artista; no podemos aceptar esa especie de jefe de faenas o de capataz de hacienda en
que algunos quieren convertir al conductor de los espíritus" .

Itinerario docente

 1904: es nombrada ayudante o (monitora era el término usado en el siglo XIX) en la


Escuela de La Compañía Baja, próxima a La Serena.
 1908: sirve una plaza de maestra en La Cantera, cerca de Coquimbo.
 1909: se desempeña como maestra en la Escuela de Los Cerrillos (Coquimbo).
 1910: Gabriela Mistral obtiene su título de "Propietaria y Preceptora", que la
capacita para desempeñarse en escuelas primarias de 4ª clase. No obtuvo el título de
Normalista, por no haber hecho estudios sistemáticos. Se le reconoció sólo su
práctica. En 1922, la experiencia de Chile, como pedagoga en la dirección y
docencia, la aprovecha en México, país al que fue invitada para poner en marcha las
nuevas reformas educacionales.
 1923: el Consejo de Instrucción Primaria, a propuesta del Rector de la Universidad
de Chile, Gregorio Amunátegui, le concede el título de Profesora de Castellano.
 1909: se desempeña como inspectora del Liceo de Señoritas de La Serena
 1910 rindió examen en la Escuela Normal de Santiago y fue profesora primaria en
Barrancas.
 1911: es profesora de Higiene en Traiguén.
 1912: se trasladó al Liceo de Antofagasta, donde enseñó Historia y además fue
inspectora general. Ese mismo año fue nombrada inspectora y profesora de
Castellano en el Liceo de Los Andes.
 1918: Profesora de Castellano y directora del Liceo de Punta Arenas.
 1921: Se funda el Liceo Nº 6 de Santiago. Es nombrada su primera directora.

Al comienzo fue un tema económico ya que Lucila Godoy venía de una familia pobre y
debía trabajar para mantenerse. Ella misma contaría más tarde:

- Empecé a trabajar en una escuela de la aldea llamda Compañía Baja a los 14 años, como
hija de gente pobre y con padre ausente y un poco desasido. Enseñaba yo a leer a alumnos
que tenían desde cinco a diez años y a muchachones analfabetos que sobrepasaban en
edad. A la directora no le caí bien. Parece que no tuve ni el carácter alegre y fácil, ni la
fisonomía grata que gana a las gentes..

Años más tarde al ser hostigada por no tener el título de profesora Gabriela Mistral
escribió: "No no tengo el título es cierto; mi pobreza no me permitió adquirirlo y este
delito, que no es mío sino de la vida, me ha valido el que se me niegue, por algunos, la sal
y el agua. Yo y otros conmigo pensamos que un título es una comprobación de cultura.
Cuando esta comprobación se ha hecho de modo irredargüible, por 18 años de servicios y
por una labor literaria pequeña pero efectiva, se puede pedir, sin que sea impudicia o
abuso..."

Pero a pesar de las dificultades, su entusiasmo y la facilidad de comunicación con los


estudiantes la caracterizarían como poseedora de un "don pedagógico" que quedaría para
siempre ligada a su vocación poética.

Son muchos los escritos de Gabriela Mistral acerca de la educación y la importancia de los
libros. Hay poemas como La maestra rural y La oración de la maestra .
Su pensamiento pedagógico, recoge algo de de su experiencia en la sala de clases. Por
ejemplo:

En relación a la motivación de los alumnos: "(...) El niño llega con gozo a nuestras manos,
pero las lecciones sin espíritu y sin frescura que casi siempre recibe, van empañándole ese
gozo y volviéndole el joven o la muchacha fatigados, llenos de desamor hacia el estudio
que viene a ser lógico. (...) La juventud, esa agua viva, no puede amar al que tiene en la
lengua viva la palabra muerta."

Respecto a la acción pedagógica es enfática: "Para corregir no hay que temer. El peor
maestro es el maestro con miedo(...) Todo esfuerzo que no es sostenido se pierde (...) Nada
más triste que el que la alumna compruebe que su clase equivale al texto (...)".

Y en relación a la vocación del profesor dirá: "El maestro verdadero tendrá siempre algo
de artista; no podemos aceptar esa especie de jefe de faenas o de capataz de hacienda en
que algunos quieren convertir al conductor de los espíritus" .

Itinerario docente
 1904: es nombrada ayudante o (monitora era el término usado en el siglo XIX) en la
Escuela de La Compañía Baja, próxima a La Serena.
 1908: sirve una plaza de maestra en La Cantera, cerca de Coquimbo.
 1909: se desempeña como maestra en la Escuela de Los Cerrillos (Coquimbo).
 1910: Gabriela Mistral obtiene su título de "Propietaria y Preceptora", que la capacita para
desempeñarse en escuelas primarias de 4ª clase. No obtuvo el título de Normalista, por no
haber hecho estudios sistemáticos. Se le reconoció sólo su práctica. En 1922, la
experiencia de Chile, como pedagoga en la dirección y docencia, la aprovecha en México,
país al que fue invitada para poner en marcha las nuevas reformas educacionales.
 1923: el Consejo de Instrucción Primaria, a propuesta del Rector de la Universidad de
Chile, Gregorio Amunátegui, le concede el título de Profesora de Castellano.
 1909: se desempeña como inspectora del Liceo de Señoritas de La Serena
 1910 rindió examen en la Escuela Normal de Santiago y fue profesora primaria en
Barrancas.
 1911: es profesora de Higiene en Traiguén.
 1912: se trasladó al Liceo de Antofagasta, donde enseñó Historia y además fue inspectora
general. Ese mismo año fue nombrada inspectora y profesora de Castellano en el Liceo de
Los Andes.
 1918: Profesora de Castellano y directora del Liceo de Punta Arenas.
 1921: Se funda el Liceo Nº 6 de Santiago. Es nombrada su primera directora.

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