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DRA.

MARTHA MOGOLLON DE FABER


AURA ZULAY LIZCANO ALVAREZ
CONSULTORIO JURIDICO-PRIVADO

ANALISIS JURISPRUDENCIAL
1. ANALISIS CONCEPTUAL.
 IDENTIFICACIÓN DE LA PROVIDENCIA:
Sentencia T-917/11, Referencia: expediente T- 3.146.065, Magistrado Ponente: JORGE
IGNACIO PRETELT CHALJUB, Bogotá D.C. siete (7) de diciembre de dos mil once (2011)

 HECHOS:
El sujeto activo A solicita al juez de tutela la protección de sus derechos fundamentales
al debido proceso, a la administración de justicia y a la igualdad, presuntamente
vulnerados por la Sala de Familia del Tribunal Superior de Bogotá y el Juzgado Trece
de Familia de la misma ciudad, al no reconocer su calidad de heredero dentro de la
sucesión de su hijo José María Ospina, bajo el argumento de que dentro del proceso de
filiación natural en el cual se le declaró padre del causante no se vinculó al Instituto
Colombiano de Bienestar familiar. Relata el accionante que el día 14 de septiembre de
2005, presentó a través de apoderado judicial demanda de filiación natural contra los
herederos indeterminados del señor José María Ospina Contreras, correspondiendo su
conocimiento al Juzgado Décimo de Familia de Bogotá, quien mediante proveído del
29 de marzo de 2007 reconoció al accionante como padre biológico del fallecido José
María Ospina Contreras. Sostiene que dentro del mencionado proceso se hizo parte el
Instituto Colombiano del Bienestar Familiar (ICBF), notificándose por conducta
concluyente durante el término de ejecutoria de la sentencia de filiación. De esta
manera, el ICBF contestó la demanda y presentó excepciones, siendo encontradas
improcedentes por el juez de conocimiento al ser interpuestas extemporáneamente.
Contra la anterior decisión, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar interpuso
recurso de reposición, obteniendo su revocatoria y en consecuencia, su reconocimiento
como parte dentro del proceso de filiación. Por otra parte, el ICBF había iniciado
proceso de sucesión de su hijo José María Ospina Contreras ante el Juzgado Trece de
Familia de Bogotá, el cual declaró abierto el proceso de sucesión mediante providencia
del 14 de septiembre de 2006. Proceso en el que mediante memorial del 25 de mayo de
2007 se presentó el accionante y con fundamento en la sentencia de filiación, inició
incidente con el fin de ser reconocido como heredero de mejor derecho del causante
José María Ospina Contreras. El Juzgado Trece de Familia de Bogotá no aceptó el
incidente presentado, pues consideró que el proceso de filiación natural había sido
fallado a espaldas del Bienestar Familiar. Específicamente señaló que según lo
dispuesto por el art. 10° de la Ley 75 de 1968, las sentencias que declaren la
paternidad sólo producen efectos patrimoniales contra quienes fueron parte en el
juicio de sucesión; y en la medida que el ICBF no fue vinculado al juicio filiatorio, pese a
que, de conformidad con el art. 83 del C. de P. Civil, su vinculación era obligatoria, y
por tanto no se le notificó de la demanda dentro de los dos años siguientes a la muerte
del señor José María Ospina Contreras, los cuales vencieron el 29 de octubre de 2006,
porque su deceso ocurrió el 29 de octubre de 2004, no podían oponerse los efectos de
la decisión al mismo y por tanto, no podía reconocerse el derecho alegado, pues ello
sería sorprender al ICBF con un proceso definido a sus espaldas, lo cual vulnera el
derecho de contradicción, defensa y el debido proceso. Contra la anterior decisión se
presentó recurso de apelación ante la Sala de Familia del Tribunal Superior de Bogotá,
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quien confirmó la decisión sin tener como prueba el expediente de filiación donde se le
reconoció como parte al ICBF y se le declara padre biológico de José María Ospina
Contreras. En esta oportunidad, el Tribunal Superior de Bogotá afirmó que analizadas
las circunstancias fácticas que rodean el caso concreto, a la luz de lo dispuesto por el
art. 10° de la Ley 75 de 1968 se concluye, que efectivamente al no ser vinculado el
Instituto Colombiano de Bienestar familiar, al proceso ordinario de filiación natural,
pese a que por disposición del art. 81 del C. de P. Civil debía ser citado, la sentencia de
fecha 29 de marzo de 2007 le es inoponible, por lo que no podía en consecuencia
reconocerse al señor Jorge Enrique Contreras Pinzón como heredero de José María
Contreras en calidad de padre del mismo, por lo que la providencia apelada está
llamada a ser confirmada. En esta misma providencia, el Tribunal refutó lo señalado
por el accionante en el sentido de que el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar fue
parte dentro del proceso ordinario de filiación, en la medida en que contestó la
demanda y propuso excepciones. Al respecto, sostuvo que estudiado el trámite que se
le dio al proceso de filiación se encuentra, que lo acontecido fue que el apoderado de
dicha Institución voluntariamente compareció al proceso después de haberse proferido
y notificado el fallo por el juzgado 10° de Familia de esta ciudad, situación que es
completamente diferente a la afirmada por el recurrente y de donde no puede
concluirse que ese Instituto hubiera sido legalmente vinculado al proceso, para que
respecto del mismo surta efectos patrimoniales la decisión. Considera el accionante
que de haberse apreciado y valorado la prueba por él aportada, se hubiera concluido
que la sentencia proferida dentro del proceso de filiación sí genera efectos
patrimoniales dentro de la sucesión de su hijo José María Ospina Contreras. Con
fundamento en las circunstancias expuestas, solicita al juez de tutela revocar las
decisiones proferidas por los despachos judiciales accionados dentro del proceso de
sucesión de José María Ospina Contreras y, en consecuencia, se le reconozca dentro de
la sucesión referida como único y legítimo heredero del causante.

 ASPECTO JURIDICO CONSIDERADO


-Derecho al debido proceso

 IDENTIFICACIÓN DE LAS PARTES:


Sujeto activo: A
Sujeto Pasivo: C

 PROBLEMA JURIDICO
¿Es jurídicamente viable que el Sujeto C establezca si la Sala de Familia del Tribunal
Superior de Bogotá y el Juzgado Trece de Familia de Bogotá Transgredieron los
derechos fundamentales del Debido Proceso, Administración de Justicia y la Igualdad
del Sujeto A, incurriendo en una vía de hecho al reconocerle su calidad de heredero.?

 METODO
Sistemático

 TESIS
Corte Constitucional: Si
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 EXPLICACIÓN DE LA TESIS

La Corte en la sentencia T-231 de 1994 delineó cuatro defectos que, analizado el caso concreto, permitirían
estimar que en una providencia judicial se configuró una vía de hecho, a saber:
 Defecto sustantivo, cuando la decisión se adopta en consideración a una norma
indiscutiblemente inaplicable;
 Defecto fáctico, cuando el juez falla sin el sustento probatorio suficiente para aplicar las
normas en que funda su decisión.
 Defecto orgánico, cuando el juez profiere su decisión con total incompetencia para ello.
 Defecto procedimental que se presenta en aquellos eventos en los que se actúa desconociendo
el procedimiento o el proceso debido para cada actuación.
Las sentencias judiciales pueden ser atacadas mediante la acción de tutela por causa de otros defectos
adicionales, y que, dado que esos nuevos defectos no implican que la sentencia sea necesariamente una
decisión arbitraria y caprichosa del juez.
En la Sentencia C-590 de 2005 y SU-913 de 2009, sistematizó y unificó los requisitos de procedencia y las
razones o motivos de procedibilidad de la tutela contra sentencia. Actualmente no sólo se trata de los casos
en que el juez impone, de manera grosera y burda su voluntad sobre el ordenamiento, sino que incluye
aquellos casos en los que se aparta de los precedentes sin argumentar debidamente y cuando su
discrecionalidad interpretativa se desborda en perjuicio de los derechos fundamentales de los asociados
(arbitra
Los requisitos generales de procedencia de la acción de tutela contra sentencias, según lo expuso la
sentencia C-590 de 2005, son:
 Que la cuestión planteada al juez constitucional sea de relevancia constitucion;
Las cuestiones que el tutelante discute son de evidente relevancia constitucional, en la medida
que la controversia versa sobre la protección de sus derechos fundamentales al debido
proceso, a la igualdad y a la administración de justicia.
 Que se hayan agotado todos los mecanismos de defensa judicial, previstos en el ordenamiento
jurídico, a menos que se trate de un perjuicio irremediable.
Advierte la sala que el accionante interpuso recurso de apelación contra la decisión del
Juzgado Trece de familia de Bogotá, alzada que fue resuelta adversamente a sus pretensiones.
Y en la medida en que se encuentra en curso el proceso de sucesión de su hijo José María
Ospina Contreras, y se le ha negado su derecho de ser parte dentro del mismo, es procedente
la acción de tutela. En consecuencia, el demandante no dispone de otros mecanismos
judiciales de defensa de sus derechos fundamentales, más idóneos y eficaces que la acción de
tutela para controvertir las decisiones adoptadas por el Juzgado Trece de Familia de Bogotá y
la Sala de Familia del Tribunal Superior de la misma ciudad.
 Que la acción de amparo constitucional, haya sido interpuesta oportunamente, es decir que se
cumpla el requisito de inmediatez; La Sala observa que la acción de tutela fue interpuesta
dentro de un término razonable, pues la decisión proferida por la Sala de Familia del Tribunal
Superior de Bogotá que confirmó la decisión del Juzgado Trece de Familia de Bogotá, fue
proferida el dieciséis (16) de diciembre de dos mil diez (2010), y la demanda de tutela fue
presentada el quince (15) de marzo de dos mil once (2011), esto es, tres meses después. Por lo
tanto, se cumple el requisito de inmediatez.
 Que en el evento de tratarse de una irregularidad procesal, se indique que la misma tiene un
efecto decisivo o determinante en la decisión que se impugna y que afecta los derechos
fundamentales de la parte actora.
 Que la vulneración reclamada en sede de acción de tutela, haya sido alegada en el proceso
judicial respectivo, siempre y cuando hubiera sido posible.
 Que no se trate de tutela contra tutela.
La acción de tutela se dirige contra un auto proferido por la Sala de Familia del Tribunal
Superior de Bogotá, el cual resolvió el recurso de apelación interpuesto contra un auto
proferido por el Juzgado Trece de Familia de Bogotá en el cual se negó el incidente
presentado por el accionante en el curso de un proceso sucesorio, y no contra un fallo de
tutela.
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Los requisitos específicos de procedibilidad aluden a la concurrencia de defectos en el fallo atacado que, en
virtud de su gravedad, hacen que el mismo sea incompatible con los preceptos constitucionales. estos
defectos son los siguientes:
 Defecto orgánico, que se presenta cuando el funcionario judicial que profirió la
providencia impugnada, carece, absolutamente, de competencia para ello .
 Defecto procedimental absoluto, que se origina cuando el juez actúa completamente al
margen del procedimiento establecido.
 Defecto fáctico, que surge cuando el juez carece del apoyo probatorio que permite la
aplicación del supuesto legal en el que se sustenta la decisión.
 Defecto material o sustantivo, como son los casos en que se decide con base en normas
inexistentes o inconstitucionales, o en que se presenta una evidente y grosera
contradicción entre los fundamentos y la decisión.
 Error inducido, que se presenta cuando el juez o tribunal fue víctima de un engaño por
parte de terceros y ese engaño lo condujo a la toma de una decisión que afecta derechos
fundamentales
 Decisión sin motivación, que implica el incumplimiento del deber de los servidores
judiciales de dar cuenta de los fundamentos fácticos y jurídicos de sus decisiones, en el
entendido de que precisamente en esa motivación reposa la legitimidad de su órbita
funcional.
 Desconocimiento del precedente.
 Violación directa de la Constitución.
Ahora, en cuanto a las dimensiones que puede revestir el defecto fáctico, esta Corporación ha precisado que
se pueden identificar dos:
1. La primera corresponde a una dimensión negativa que se presenta cuando el juez niega el
decreto o la práctica de una prueba o la valora de una manera arbitraria, irracional y
caprichosa u omite su valoracióny sin una razón valedera considera que no se encuentra
probado el hecho o la circunstancia que de la misma deriva clara y objetivamente. En esta
dimensión se incluyen las omisiones en la valoración de las pruebas determinantes para
identificar la veracidad de los hechos analizados por el juez.
2. La segunda corresponde a una dimensión positiva que se presenta cuando el juez aprecia
pruebas esenciales y determinantes de lo resuelto en la providencia cuestionada que no ha
debido admitir ni valorar porque, por ejemplo, fueron indebidamente recaudadas y al hacerlo
se desconoce la Constitución.
Defecto fáctico por omisión y por acción
Con fundamento en las situaciones anteriores, la Sentencia T-902 de 2005 realizó el análisis jurisprudencial
de los casos que antecedieron al mismo y estableció algunos eventos que darían lugar a la interposición de
acciones de tutela contra providencias judiciales por configurarse una vía de hecho por defecto fáctico.
Dichos eventos son:
 El primero, por omisión: sucede cuando sin razón justificada el juez se niega a dar por probado un
hecho que aparece claramente en el proceso el defecto fáctico por acción se presenta cuando a
pesar de que las pruebas reposan en el proceso hay:
-Una errada interpretación de ellas, ya sea porque se da por probado un hecho que no aparece en
el proceso, o porque se examinan de manera incompleta.
-Cuando las valoró a pesar de que eran ilegales o ineptas.
-Fueron indebidamente practicadas o recaudadas, de tal forma que se vulneró el debido proceso y
el derecho de defensa de la contraparte.
Vocación sucesoral y prueba de la calidad de heredero dentro del proceso de sucesión.
El artículo 673 del Código Civil la señala como uno de los modos de adquirir el dominio. De esta manera, el
artículo 1019 y siguientes del Código Civil establecen que dicha capacidad corresponde a toda persona que
exista o cuya existencia se espera, como lo prevén el artículo 90 y 91 del Código Civil. Tal capacidad se
extiende inclusive a personas jurídicas que pueden ser instituidas como legatarios en el caso de la sucesión
testamentaria.
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Análisis de los requisitos especiales de procedibilidad de la acción de tutela contra providencias judiciales
A continuación, procede la Sala a examinar el cargo formulado por la demandante, a la luz de las precisas
reglas que ha establecido la jurisprudencia para el efecto.
El Juzgado Trece de Familia de Bogotá y la Sala de Familia del Tribunal Superior de Bogotá incurrieron en
un defecto fáctico por omisión al no valorar adecuadamente las pruebas aportadas por el accionante y en
consecuencia, negaron el reconocimiento de su calidad de heredero de mejor derecho dentro de la
sucesión de su hijo, haciendo nugatoria su legitimidad para actuar dentro del referido proceso.
Tal como se expuso precedentemente, el defecto fáctico por omisión se presenta, entre otras circunstancias,
cuando sin razón justificada el juez se niega a dar por probado un hecho que aparece claramente
demostrado en el proceso.
En el sub examine, el demandante considera que los despachos judiciales accionados incurrieron en un
defecto fáctico en sus decisiones, al no reconocer su condición de heredero de mejor derecho dentro de la
sucesión de su hijo José María Ospina Contreras, argumentando para ello que el proceso de filiación
extramatrimonial se realizó sin la participación del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, quien debió
haber sido vinculado como heredero determinado.
En sentir de esta Sala de Revisión, el Juzgado Trece de Familia de Bogotá y la Sala de familia del Tribunal
Superior de la misma ciudad incurrieron en un defecto fáctico al no reconocer al accionante como heredero
de mejor derecho dentro de la sucesión de su hijo, por las razones que a continuación se explican:
 En primer lugar, y tal como se expuso en la parte motiva de esta providencia, las condiciones para
suceder por causa de muerte son la capacidad y la vocación sucesoral, las cuales le dan a un sujeto
determinado la calidad de heredero, calidad que se encuentra estrechamente ligada al parentesco o
estado civil. De esta manera, se encuentra demostrado que el accionante posee la calidad de
heredero requerida en el proceso de sucesión puesto que a través de proceso de filiación
extramatrimonial se le reconoció como padre biológico del señor José María Ospina Contreras.En
este punto, es necesario precisar que la sentencia que declara la paternidad o maternidad produce
efectos personales y efectos patrimoniales.De conformidad con la 75 de 1968, por medio de la cual
se dictan normas sobre filiación y se crea el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, la sentencia
de filiación tiene efectos personales relativos al parentesco, en cuanto declara un estado civil. En
este orden de ideas, y bajo el presupuesto de que la calidad de heredero se demuestra con la prueba
del respectivo estado civil, es claro que el peticionario tiene legitimación para actuar dentro del
proceso de sucesión de su hijo y, ello es así, toda vez que mediante proveído del 29 de marzo de
2007, el Juzgado Décimo de Familia de Bogotá declaró su estado civil de padre del señor José María
Ospina Contreras.
Ahora bien, en lo que respecta a los efectos patrimoniales de la sentencia de filiación, el artículo 10 de la ley
75 de 1968 establece que la sentencia que declare la paternidad no producirá efectos patrimoniales sino a
favor o en contra de quienes hayan sido parte en el juicio, y únicamente cuando la demanda se notifique
dentro de los dos años siguientes a la defunción. Con fundamento en esta norma, los despachos judiciales
accionados niegan el reconocimiento de la calidad de heredero del accionante dentro del mencionado
proceso de sucesión, pues consideran que la sentencia de filiación es inoponible al ICBF, quien realizó la
apertura de la sucesión, en tanto no estuvo vinculado al proceso de filiación.
Difiere la Sala de lo argumentado por el juzgado y por el tribunal, con fundamento en lo siguiente:
 Por una parte, se observa en el expediente que el Juzgado Décimo de Familia de Bogotá al resolver el
recurso de reposición interpuesto por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar contra el auto
del 9 de mayo de 2007 proferido por este mismo despacho judicial, reconoció como parte
interesada dentro del proceso de filiación al ICBF. En un primer plano, encuentra la Sala que la
intervención del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar dentro del proceso de filiación, se
produjo durante el término de la ejecutoria de la sentencia, estadio en el cual no era procedente la
presentación de excepciones previas sino la solicitud de nulidad por indebida notificación. En este
orden, advierte la Sala que el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar se equivocó en su
intervención dentro del proceso, toda vez que lo indicado era alegar la nulidad prevista en el
numeral 8 del artículo 140 del Código de Procedimiento Civil. En efecto, de acuerdo con esa
disposición, el proceso es nulo, en todo o en parte, cuando no se practica en legal forma la
notificación al demandado o a su representante. Por su parte, el artículo 143 del Código de
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Procedimiento Civil dispone que la parte que alegue una nulidad deberá expresar su interés para
proponerla, la causal invocada y los hechos en que se fundamenta, y que la nulidad por indebida
representación o falta de notificación o emplazamiento en legal forma, sólo podrá alegarse por la
persona afectada.En esta medida, el Juzgado Décimo de Familia de Bogotá no podía decretar de
oficio la mencionada nulidad, por lo que actuando congruentemente con lo pretendido y ante la
circunstancia de no encontrarse ejecutoriada la providencia, reconoció al ICBF como parte dentro
del referido proceso, quien bajo esa condición pudo haber interpuesto los recursos de ley en contra
de la decisión de filiación. En este contexto, si bien la demanda de filiación no se dirigió en contra
del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar como heredero determinado, la eventual nulidad
que esto generaría por no practicarse en legal forma la notificación al demandado o a su
representante legal, se subsanó, de conformidad con lo establecido por el numeral tercero del
artículo 144 del Código de Procedimiento Civil, ya que la persona indebidamente representada,
citada o emplazada, en este caso, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, actuó en el proceso
sin alegar la nulidad correspondiente durante la oportunidad pertinente.
A propósito del saneamiento de las nulidades procesales, esta Corporación ha señalado: si bien es cierto que
la omisión de notificar constituyó una irregularidad, ésta quedó saneada en virtud de lo que al respecto
dispone la ley. Según el numeral primero del artículo 144 del Código de Procedimiento Civil, la nulidad
quedará saneada cuando la parte que podía alegarla no lo hizo oportunamente. Dicha oportunidad es, o
antes de dictarse la sentencia, o durante la actuación posterior a ésta si las causales ocurrieron en ella,
según el inciso primero del artículo 142 del mismo Código.
Para esta Sala es evidente entonces, que el proceso de filiación se llevó a cabo con la participación del
Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, quien incluso presentó excepciones dentro del mencionado
proceso. Por lo tanto, mal podría concluirse, cómo así lo hicieron los despachos judiciales accionados, que el
proceso de filiación se realizó a espaldas del ICBF.
Lo anterior, muestra palmariamente que las decisiones proferidas por el Juzgado Trece de Familia de Bogotá
y por la Sala de Familia del Tribunal Superior de Bogotá, incurrieron en una causal de procedencia de la
acción de tutela contra providencias judiciales por defecto fáctico, pues es evidente que no tuvieron en
cuenta la prueba de la calidad de heredero, dada por la sentencia de filiación, en la cual se reconoce como
padre biológico del causante al señor Jorge Enrique Contreras Pinzón. Siendo éste, sin lugar a dudas,
heredero de mejor derecho frente al Instituto Colombiano de Bienestar familiar, quien se encuentra dentro
del quinto orden sucesoral y que obtiene vocación sucesoral tan sólo cuando los órdenes precedentes se
encuentren vacantes, condición que no se cumple en el presente caso, pues en el segundo orden,
conformado por los ascendientes del causante, se encuentra el accionante.
Con fundamento en las consideraciones expuestas, la Sala concluye que negar la calidad de heredero y, por
consiguiente, no permitir la participación del accionante dentro del proceso de sucesión de su hijo, es una
evidente vulneración a sus derechos fundamentales y, por ende, en causal de procedencia de la acción de
tutela contra providencias judiciales por defecto fáctico.

 SALVAMENTO DE VOTO

Magistrado Humberto Antonio Sierra Porto


No comparto la decisión final a la cual llegó la Sala Séptima de Revisión en la sentencia T-917-2011
por las siguientes razones:
 No se cumplen los requisitos generales de procedencia de la acción de tutela contra
providencias judiciales, en especial el referente a las relevancia constitucional
 no se ve el cumplimiento requisito de revistir relevancia constitucional , pues los hechos
materia del mismo son competencia de la jurisdicción ordinaria, ya que temas como los
aquí tratados, filiación y sucesión, deben ser estudiados por el juez Civil y de Familia al ser
quien posee la preparación y los conocimientos pertinentes para resolverlo.
DRA.MARTHA MOGOLLON DE FABER
AURA ZULAY LIZCANO ALVAREZ
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2. ANALISIS CRITICO:

Después de haber llevado a cabo un exhaustivo y profundo estudio del caso, que aquí nos ocupa,
he llegado a la conclusión de compartir la misma decisión de la Corte Constitucional, en razón de
que al seguir los lineamentos jurisprudenciales y doctrinarios se evidencia una notable vía de
hecho donde se demuestra una transgresión y vulneración de los derechos fundamentales del
señor Jorge Enrique Contreras Pinzón en su calidad de heredero de su difunto hijo José María
Ospina.

A mi parecer y en concordancia a la ley no me parece valido el argumento de la no vinculación del


Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) en el proceso de filiación en el cual se declaró al
señor Jorge Enrique Contreras como padre del causante, ya que claramente hay certeza en la
notificación del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), la cual se llevó acabo en el
término de la ejecutoria de la sentencia, lapso de tiempo en el cual este contesto la demanda y
presento excepciones, las cuales fueron declaradas como improcedentes.

Además el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF); inicio proceso de sucesión del
causante, en el cual se presentó el señor Contreras; interponiendo incidente con fundamento en la
sentencia de filiación, buscando que se le reconociera como heredero de mejor derecho, para lo
cual la Sala de Familia del Tribunal Superior de Bogotá confirma la decisión y no tiene en cuenta
como prueba el expediente de filiación.

Por lo anterior y en la mayoría de los casos, es cuando uno se pregunta, ¿Dónde está la Justicia? Y
si la justicia, es darle a cada quien lo que se merece, ¿Por qué, aquí no se falló con justicia?
Ademas durante el transcurso de la carrera siempre hemos escuchado, “Dame las Pruebas y te
daré el Derecho”, ¿Pero qué hacemos, si aun con las pruebas y acorde a la ley; no podemos
obtener el derecho?

En miras de darle respuesta a las anteriores incógnitas y después de analizar la justicia en todas su
dimensiones llegamos a la conclusión de que la justicia no es totalmente injusta y el accionante
contaba con un último recurso para hacer valer sus derechos: la tutela que no era mas que su
ultimo mecanismo de defensa.

Es así como la TUTELA presentada, cumple con todos los requisitos exigidos por la ley, para su
presentación y efectúa el ataque al defecto factico que desencadena el fallo injusto del Juez al no
contar con el apoyo probatorio que le impidió fallar en derecho, puesto a que el error factico que
nos incumbe se trata de un error factico por omisión, ya que no valoro en debida forma el
expediente de filiación donde claramente se evidenciaba que el señor contreras era el heredero
de mejor derecho y que todo se había hecho con forme a la ley, en lo que respecta al Instituto
Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).Por tanto manifiesto nuevamente mi acuerdo con la
Corte en conceder la tutela y revocar los fallos emitidos por el Tribunal Superior y Juzgado de
familia de Bogotá; ya que de esta manera, una vez comprobamos que la justicia si existe y que
tarde o temprano llega, como en el caso anterior, de tal modo considero que la Corte ha
fallo en derecho, de acuerdo con la pruebas suministradas por el accionante, cumpliendo
el adagio popular que reza “ dame las pruebas y te daré el derecho”, el suministro las
pruebas y por ende se le otorgo el derecho.
DRA.MARTHA MOGOLLON DE FABER
AURA ZULAY LIZCANO ALVAREZ
CONSULTORIO JURIDICO-PRIVADO

ANALISIS JURISPRUDENCIAL

DOCTORA:
MARTHA MOGOLLON DE FABER

ALUMNA:
AURA ZULAY LIZCANO ALVAREZ

UNIVERDIDAD DE PAMPLONA
CONSULTORIO JURIDICO-PRIVADO
PAMPLONA
2013

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