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La importancia de las bacterias en la agricultura

Los bio-fertilizantes están basados en microorganismos que promueven la


nutrición y el crecimiento de las plantas. Son microorganismos del suelo que se
asocian de manera natural a las raíces.
Ideagro*/TodoElCampo – Ha sido ampliamente demostrado que los
microorganismos del suelo interactúan con las raíces de las plantas y constituyentes
del suelo en la interfase raíz-suelo. Este gran conjunto de interacciones entre suelo,
raíces y microorganismos da lugar al desarrollo de un ambiente dinámico conocido
como rizosfera, donde una variedad de formas microbianas pueden desarrollarse
activamente y en equilibrio.

Los microorganismos juegan claramente un importante papel en procesos que


afectan la transformación del fósforo en el suelo y su disponibilidad para las plantas.
Además, el uso permanente de fertilizantes químicos supone un coste significativo
para la agricultura a nivel mundial. Por tal motivo, el uso de microorganismos como
inoculantes para movilizar fuentes de fósforo pobremente disponibles en el suelo,
constituye una alternativa para reducir la contaminación ambiental y mejorar la
productividad de los cultivos.

Los bio-fertilizantes o abonos biológicos están basados en microorganismos que


promueven y benefician la nutrición y el crecimiento de las plantas. Se trata de
microorganismos del suelo, generalmente hongos y bacterias, que se asocian de
manera natural a las raíces de las plantas de una forma más o menos íntima. Estos
microorganismos pueden facilitar de manera directa o indirecta, la disponibilidad de
determinados nutrientes tales como: el nitrógeno, el fósforo y el agua, además de
producir sustancias denominadas fitohormonas promotoras del crecimiento vegetal.

El fósforo, después del nitrógeno, es el nutriente inorgánico más requerido por


plantas y microorganismos y además, en el suelo es el factor limitante del desarrollo
vegetal a pesar de ser abundante tanto en formas inorgánicas como orgánicas. Las
plantas deben absorberlo del suelo, donde se encuentra en muy baja concentración,
normalmente en niveles que varían entre 5 y 30 mg kg-1. Estos índices bajos del
nutriente se deben a que el fósforo soluble reacciona con iones como el calcio, el
hierro o el aluminio que provocan su precipitación o fijación, disminuyendo su
disponibilidad para los vegetales.

Los fosfatos inorgánicos aplicados como fertilizantes químicos también son


inmovilizados en el suelo y como consecuencia no son solubles para ser
aprovechados por los cultivos. Por lo tanto se considera, que la solubilización de
distintas rocas fosfatadas y de otras fuentes de fósforo inorgánico por los
microorganismos del suelo es una alternativa fundamental para incrementar la
cantidad de nutrientes disponibles para las plantas.
Se han aislado de distintos suelos bacterias solubilizadoras de fosfato
pertenecientes a los géneros Pseudomonas, Bacillus, Rhizobium, Agrobacterium,
Burkholderia, Achromobacter, Microccocus, Aerobacter, Flavobacterium y Erwinia.

Los microorganismos solubilizadores de fósforo constituyen hasta un 40 % de la


población de bacterias del suelo y una porción significativa de ellos son aislados de
la rizosfera. No obstante, aunque muchos géneros bacterianos presentan esta
capacidad para solubilizar fósforo inorgánico, es de particular interés detectar esta
habilidad en grupos que tengan otras propiedades de promoción de crecimiento
vegetal, como por ejemplo, capacidad para fijar nitrógeno atmosférico.

Los microorganismos pueden además relacionarse entre sí, dando lugar, en


muchos casos a interacciones sinérgicas que favorecen el crecimiento de la planta.
Un ejemplo de este sinergismo lo constituye la interacción entre las micorrizas:
simbiosis formada por ciertos hongos del suelo y la raíz y los microorganismos
solubilizadores de fósforo. Las micorrizas poseen estructuras típicas de intercambio
nutricional dentro de la raíz y una abundante red de micelio fuera de ésta, que le
permite a la raíz explorar de forma más extensa el suelo y aprovechar mejor los
elementos de poca movilidad como el fósforo.

Los inoculantes microbianos representan una nueva vía de trabajo en pro de una
agricultura más sostenible y eficiente claramente beneficiosa para la sociedad y los
productores agrícolas. Se trata de una tecnología limpia, alineada con principios de
la agricultura sustentable, y que pretende hacer frente al aumento abusivo de la
utilización de pesticidas y fertilizantes en estos últimos tiempos.

De esta manera, la utilización de microorganismos con capacidad para promover


el crecimiento de las plantas, se presenta como una gran alternativa de
biofertilización. Estudios controlados de laboratorio, invernadero, y de forma más
natural en el campo, han demostrado que la aplicación de estas tecnologías
redunda en claros beneficios.

Durante los últimos años, desde Ideagro, hemos trabajando ampliamente con
bacterias, realizando aislamientos de diferentes cepas de microorganismos y
desarrollando nuevos formulados a base de microorganismos aislados del suelo
que poseen la capacidad de solubilizar fosforo y potasio presente en el suelo, así
como fijar nitrógeno ambiental.

Igualmente, hemos desarrollado numerosos trabajos con bacterias de los géneros


Pseudomonas, Bacillus, Azotobacter y Azospirillum, evaluando la eficacia en
diferentes suelos, climas y cultivos consiguiendo resultados contundentes:
incremento de disponibilidad de fosforo y potasio de aproximadamente un +20/30
%, consiguiendo de forma paralela un incremento en la disponibilidad de Ca y Mg
de un +8/10 %, junto a una reducción de cloruros y boro.

El conjunto de aspectos y mejoras conseguidos se traduce en una planta/cultivo


más sana, con mayor aporte nutritivo consiguiendo además una mayor resistencia
a enfermedades y mayores rendimientos productivos. Actualmente estamos
trabajando con nuevas cepas de rápida implantación para colonizar los suelos con
bacterias tras la desinfección para evitar la posible re-infección con patógenos, así
como desarrollando nuevos formulados y ensayos que nos permitan seguir a la
vanguardia en el uso de bacterias beneficiosas en agricultura.
Si deseas ampliar la información, ponte en contacto con nuestro Director Técnico,
Pedro Palazón mediante email, palazon@ideagro.es No dudes en consultarnos al
respecto! En Ideagro disponemos de un equipo multidisciplinar a tu entera
disposición.

IMPORTANCIA DE LOS MICROORGANISMOS DEL SUELO.

Los microorganismos del suelo, son los componentes más importantes de este. Constituyen su parte viva y son
los responsables de la dinámica de transformación y desarrollo. En un solo gramo de tierra, encontramos
millones de microorganismos beneficiosos para los cultivos.

En desinfecciones severas, como las que se realizan en cultivos bajo plástico, anulamos muchos de estos
microorganismos, que estaban de forma natural en el suelo. En cierta medida, esta idea va paralela a la actual
medicina en el hombre; ¿es bueno tomar un medicamento que nos anule aquellos microorganismos
perjudiciales, pero… a la vez, elimine también aquellos que nos son beneficiosos?.

Estos microorganismos beneficiosos que se encuentran en el suelo, son bacterias, actinomicetos, hongos, algas
y protozoarios. Un suelo fértil es aquel que contiene una reserva adecuada de elementos nutritivos disponibles
para la planta, o una población microbiana que libere nutrientes que permitan un buen desarrollo vegetal.
Cuando se quema un bosque, observamos la importancia de todo lo que estamos diciendo, ya que muere
toda la plantación, pero muere también el suelo de esta, por lo que tardará mucho tiempo en recuperarse.
En la agricultura tradicional, se alternaban las líneas de cultivo en el suelo, o bien se dejaba descansar la
tierra durante un tiempo. Actualmente, en la agricultura intensiva, el suelo apenas está sin cultivo, y se planta
siempre en la misma línea de terreno, por lo degradamos el suelo rápidamente.

Por todas estas razones, se está empleado lo que se denomina “Biofertilización”, que consiste en aumentar el
número de microorganismos de un suelo, para de esta forma, acelerar todos los procesos microbianos,
aumentar la cantidad de nutrientes asimilables por la planta, etc..
Una biofertilización correcta, ayuda a una fertilización tradicional, reduciendo el uso de energía de la planta a
la hora de absorber los distintos nutrientes, disminuye la degradación del agroecosistema y reduce la pérdida
de nutrientes del suelo por lixividados, sobre todo de nitrógeno.

Pero estos microorganismos actúan a la vez como agentes de control biológico, con lo que reducimos
aquellos microorganismos indeseables en el suelo y favorecemos los organismos útiles para los cultivos, con
lo que aumentamos la producción de la planta.
Existen muchos hongos en el suelo que son beneficiosos para las plantas. Un hongo, está constituido por una
serie de filamentos más o menos anchos, que se les denomina hifas. Al conjunto de hifas del hongo, se le
denomina micelio.

La forma de reproducción de los distintos hongos se realiza mediante las esporas, que se producen en los
cuerpos fructíferos. La espora para un hongo, es algo similar a la semilla para una planta.

El ciclo de vida de los distintos hongos que producen enfermedades en las plantas, es muy diferente de unos a
otros. Todos comienzan con una espora que al germinar, produce una serie de hifas, que producirán una serie
de cuerpos fructíferos, generándose nuevas esporas.

En este artículo, nos centraremos en unos hongos que son beneficiosos para el suelo y para la planta, y que se
engloban dentro del Género Trichoderma.
2. HONGOS DEL GÉNERO TRICHODERMA.

El género Tricoderma está compuesto por hongos que se encuentran presentes en forma natural, en casi todos
los suelos y hábitats del planeta.
Es un Deutoromiceto perteneciente al grupo de los Hifomicetos, y se caracteriza porque se desarrolla
rápidamente y emite gran cantidad de esporas verdes.
Es un hongo que frecuentemente se encuentra sobre madera y tejidos vegetales en descomposición. Es un
organismo dominante en los suelos, debido a su naturaleza agresiva y su capacidad metabólica para competir
con la abundante microflora circundante.

Al introducir en el suelo algún producto con este hongo, las cepas de Trichoderma germinarán y desarrollarán
un micelio óptimo y necesario para actuar frente a los patógenos, que estén presentes en el suelo o que pudieran
llegar a aparecer.
Este hongo es fácil de aislar y reproducir, por lo que muchas empresas están apostando por su comercialización,
ya que al aplicarlo al suelo beneficia a la planta como veremos posteriormente, y no la perjudica, ya que no
puede penetrar en las raíces.

3. VENTAJAS DE TRICHODERMA Y FORMAS DE ACTUACIÓN.

La forma más común que tiene el Trichoderma de parasitar a otros hongos, es el parasitismo directo.
Además, Trichoderma secreta enzimas (celulasas, glucanasas, lipasas, proteasas y quitinasas) que ayudan a
disolver la pared celular de las hifas del huésped, facilitando la inserción de estructuras especializadas y el
micelio de Trichoderma, absorbiendo los nutrientes del interior del hongo huésped. Al final el micelio del hongo
parasitado queda vacío y con perforaciones, provocadas por la inserción de las estructuras especializadas de
Trichoderma.

Así como ejemplo, podemos explicar el ciclo biológico de Tricoderma frente a Rhizoctonia, patógeno de raíces
de tomate, mediante micoparasitismo en un cultivo. Una vez que Trichoderma se ha enrollado alrededor de las
hifas del patógeno, libera una batería de enzimas hidrolíticas que degradan la pared celular del patógeno. Se
puede observar posteriormente, la erosión de la pared celular del patógeno y los hoyos por los cuales, ha
penetrado en el interior el hongo Trichoderma. Este proceso permite que Trichoderma penetre dentro del mismo,
degradando su contenido citoplasmático, utilizándolo parcialmente o totalmente como nutriente.
El parasitismo directo no es el único método que tiene Trichoderma para parasitar a otros hongos. También
produce antibióticos que le permiten inhibir el desarrollo de otros hongos o bacterias, que compiten por
nutrientes y espacio.

Cuando la cantidad de patógeno es muy grande, las hifas de Trichoderma lo rodean, emitiendo antibióticos que
paralizan el crecimiento sobre todo del mismo. Posteriormente lo mata por micoparasitismo como vimos
anteriormente.
Podemos mencionar incluso, que este hongo es capaz de detectar la pared celular del microorganismo
patógeno, y emitir un antibiótico específico para este.

Sin embargo, para lograr una competencia efectiva, es necesario que Trichoderma colonice el sustrato primero,
o al mismo tiempo que el patógeno. La competencia a nivel del sistema radicular se produce por las secreciones
de importantes cantidades de nutrientes de las raíces, en activo crecimiento para hongos del suelo.
Es decir, este hongo desarrolla lo que se denomina “nicho ecológico”; ocupa el sitio físico, y en el mismo se
alimenta, se reproduce, etc., en este mismo sitio, por lo que es muy difícil que otro hongo u otro organismo
patógeno, pueda colonizar la misma porción de suelo.
Esta forma de actuación es la que se aplica en semilleros, por lo que en la preparación del sustrato, previa al
tren de siembra, se aplica este hongo para conseguir el efecto anteriormente explicado.
Trichoderma es un hongo que crece relativamente rápido, con un micelio aéreo ligeramente algodonoso, que
desprende un ligero olor a coco. La reproducción se logra a través de abundante formación de conidias de color
verde opaca y ocasionalmente blancas.

También se deben considerar la formación de clamidosporas, que corresponde a hifas (células del hongo) cuyas
paredes son más gruesas de lo normal y pueden actuar como esporas. Las formulaciones comerciales de
Trichoderma normalmente están hechas a base de esporas y/o clamidosporas, dependiendo de la forma de
fabricación.
Pero este hongo tiene también una serie de efectos secundarios en el suelo. Emite vitaminas que absorbe la
raíz, con lo que la planta crece más rápido y emite también gran cantidad de enzimas, que hace que la raíz se
alimente mejor.

Este hongo se alimenta de nitrógeno, fósforo, potasio y microelementos, en caso de que no tenga ningún hongo
para alimentarse , y mejora también la estructura del suelo.
Estos efectos secundarios del hongo en suelo y raíces, se producen de forma simultánea con el ataque del
hongo al patógeno.
Con este hongo se solubilizan también mejor los abonos de la fertirrigación, así como los que se han aplicado
en abono de fondo.

4. INCONVENIENTES.

El problema que se ha encontrado hasta ahora es que no se ha descubierto ningún fijador, que sea capaz de
colocar el hongo Trichoderma en la parte aérea de la planta, por lo que se están desarrollando distintas líneas
de investigación en este sentido. Es decir, podemos controlar las enfermedades de cuello y raíz, pero no las
aéreas.

No obstante, a nivel de laboratorio, el hongo Trichoderma es capaz de anular gran cantidad de hongos
patógenos aéreos como Botrytis. De hecho, si colocamos en un cultivo de laboratorio Trichoderma antes que
Botrytis, este último hongo no es capaz de desarrollarse.
Este hongo no es sistémico, es decir, no entra en ningún momento dentro de la planta.

En caso de que la planta esté infectada por algún hongo patógeno, es aconsejable utilizar cualquier fungicida
químico, para bajar la población del hongo patógeno, y posteriormente utilizar Trichoderma.
Entre una plantación y otra, es aconsejable realizar otro tratamiento con el hongo Trichoderma.

5. APLICACIÓN EN EL SUELO.

La aplicación de este hongo al suelo, es un complemento a las desinfecciones tradicionales, que se suelen
realizar en los suelos en enarenados de los invernaderos.

Se puede realizar una desinfección suave, como es la solarización, y posteriormente aplicar el hongo por el
riego.
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No obstante, en muchas ocasiones cuando realizamos una desinfección
severa de un suelo, el producto desinfectante no llega a puertas del Curso Superior en
invernadero, caminos, etc., y el patógeno se refugia en estas zonas. Productor Hortícola en
Como hemos matado toda la vida del suelo, este se encuentra en Invernadero
estado virgen , por lo que el patógeno se desarrolla más rápido y con Desarrolla y aborda en
mayor virulencia, que antes de la desinfección. profundidad, y de forma
No podemos aplicar excesivos fungicidas químicos ya que matamos el racional, el proceso de
hongo Trichoderma. De todas formas hay que comentar que existen producción de los distintos
algunos que sólo matan un tanto por ciento de este hongo, cultivos hortícolas en
recuperándose posteriormente, si bien hay otros que si lo anulan invernadero, describiendo
totalmente. todos aquellos factores que
condicionan este
Podemos realizar una desinfección con productos químicos, pero a las agrosistema. Se tratan
dos semanas debemos aplicar microorganismos beneficiosos, para que diversos aspectos
estos compitan con los posibles patógenos. tecnológicos incluyendo
El producto lleva el microorganismo en estado latente; es lo que se temas dedicados al riego y
conoce como unidad formadora de colonias. Es por esto, que es fertilización, cultivos sin
conveniente que el suelo esté húmedo cuando se aplica el mismo, para suelo, control fitosanitario,
que se pueda emitir rápidamente el micelio. sistemas de climatización,
gestión de cultivos y un
Una gran ventaja de la aplicación de este hongo, es que al ser un análisis económico y
tratamiento biológico, no deja ningún residuo en el fruto. ambiental de los mismos...
Actualmente se puede aplicar este hongo por el riego, o de forma sólida Más información
con cierto contenido de materia orgánica.
www.infoagro.com
6. PRODUCTOS COMERCIALES CON TRICHODERMA.

Los productos comerciales con este hongo son un biopreparado que contiene microorganismos naturales del
suelo en estado latente, que intervienen en el ciclo de biodegradación de materiales orgánicos y minerales,
convirtiéndolos en nutrientes asimilables por las plantas.
Se recomienda almacenar este producto en frío a una temperatura comprendida entre 4 y 14 grados
centígrados. De todas formas si mantenemos el producto durante 2 o 3 días a temperatura ambiente, no se
alteran las propiedades del producto. A una temperatura comprendida dentro del intervalo anterior, se garantiza
una caducidad de un año, es decir, a partir del año algunas esporas empiezan a morir. A temperatura ambiente,
el producto se conserva bien durante 2 o 3 meses.

Algunos productos comerciales llevan más de una cepa de Trichoderma. Al tener varias cepas del hongo,
tenemos también un abanico grande de actuación del hongo frente a diversas enfermedades.
La apariencia de un suelo con este hongo, es que la planta está más desarrollada, las raíces están más
desarrolladas y con mayor número de pelos absorbentes.
Debemos destacar que los productos comerciales con este hongo no son enraizantes, aunque si mejoran la
actividad de las raíces y mejora las propiedades del suelo.

7. OTROS MICROORGANISMOS DEL SUELO BENEFICIOSOS PARA LOS CULTIVOS.

No solo existen hongos beneficiosos para los cultivos, sino que existen otros seres mucho más pequeños que
los anteriores, que también tienen grandes efectos positivos en la planta.
Algunas bacterias, han demostrado una gran capacidad en la fijación biológica de nitrógeno libre y no simbiótico.

Estas bacterias elaboran una serie de metabolitos como vitaminas, enzimas y otros compuestos beneficiosos
para la planta, que van a ser absorbidos por las raíces. Todos estos nutrientes estimulan el crecimiento y
desarrollo de las plantas. Con la aplicación de productos que llevan estas bacterias, se aumenta también la
porosidad y capacidad de retención del suelo.

La mayor actividad de estos microorganismos se realiza desde la superficie del suelo, hasta unos 20 centímetros
de profundidad. Sus colonias permanecen adheridas en las partículas del suelo y sobre las raíces de las plantas,
ya que así les aportan sustancias orgánicas, que son utilizadas como alimento.

Existen productos compuestos por estos microorganismos y que se caracterizan por su motilidad de los mismos,
ya que están provistos de flagelos, y presentan respuesta a factores quimiotácticos, permaneciendo durante un
largo periodo de tiempo, en la rizosfera de los cultivos.
Así por ejemplo la bacteria denominada Azospirillum, realiza la fijación biológica del nitrógeno, es decir
transforma el nitrógeno molecular del suelo o la atmósfera, en nitrato o amonio.
Esta bacteria también solubiliza mejor el fósforo del suelo, por lo que cuando desciende la temperatura y se
producen las típicas pigmentaciones violetas en las hojas de los cultivos, con esta bacteria, el fósforo está más
fácilmente asimilable por la planta.

La importancia de las bacterias en la agricultura


CREADO EN 02 ENERO 2015

Ha sido ampliamente demostrado que los microorganismos del suelo interactúan con las raíces de
las plantas y constituyentes del suelo en la interfase raíz-suelo. Este gran conjunto de interacciones
entre suelo, raíces y microorganismos da lugar al desarrollo de un ambiente dinámico conocido
como rizosfera, donde una variedad de formas microbianas pueden desarrollarse activamente y en
equilibrio.

Los microorganismos juegan


claramente un importante papel en procesos que afectan la transformación del fósforo en el suelo y
su disponibilidad para las plantas. Además, el uso permanente de fertilizantes químicos supone un
coste significativo para la agricultura a nivel mundial. Por tal motivo, el uso de microorganismos
como inoculantes para movilizar fuentes de fósforo pobremente disponibles en el suelo, constituye
una alternativa para reducir la contaminación ambiental y mejorar la productividad de los cultivos.

Los bio-fertilizantes o abonos biológicos están basados en microorganismos que promueven y


benefician la nutrición y el crecimiento de las plantas. Se trata de microorganismos del suelo,
generalmente hongos y bacterias, que se asocian de manera natural a las raíces de las plantas de
una forma más o menos íntima. Estos microorganismos pueden facilitar de manera directa o
indirecta, la disponibilidad de determinados nutrientes tales como: el nitrógeno, el fósforo y el agua,
además de producir sustancias denominadas fitohormonas promotoras del crecimiento vegetal.

El fósforo, después del nitrógeno, es el nutriente inorgánico más requerido por plantas y
microorganismos y además, en el suelo es el factor limitante del desarrollo vegetal a pesar de ser
abundante tanto en formas inorgánicas como orgánicas. Las plantas deben absorberlo del suelo,
donde se encuentra en muy baja concentración, normalmente en niveles que varían entre 5 y 30
mg kg-1. Estos índices bajos del nutriente se deben a que el fósforo soluble reacciona con iones
como el calcio, el hierro o el aluminio que provocan su precipitación o fijación, disminuyendo su
disponibilidad para los vegetales.

Los fosfatos inorgánicos aplicados como fertilizantes químicos también son inmovilizados en el suelo y
como consecuencia no son solubles para ser aprovechados por los cultivos. Por lo tanto se
considera, que la solubilización de distintas rocas fosfatadas y de otras fuentes de fósforo inorgánico
por los microorganismos del suelo es una alternativa fundamental para incrementar la cantidad de
nutrientes disponibles para las plantas.

Se han aislado de distintos suelos bacterias solubilizadoras de fosfato pertenecientes a los géneros
Pseudomonas, Bacillus, Rhizobium, Agrobacterium, Burkholderia, Achromobacter, Microccocus,
Aerobacter, Flavobacterium y Erwinia.

Los microorganismos solubilizadores de fósforo constituyen hasta un 40 % de la población


de bacterias del suelo y una porción significativa de ellos son aislados de la rizosfera. No
obstante, aunque muchos géneros bacterianos presentan esta capacidad para solubilizar fósforo
inorgánico, es de particular interés detectar esta habilidad en grupos que tengan otras propiedades
de promoción de crecimiento vegetal, como por ejemplo, capacidad para fijar nitrógeno

atmosférico.

Los microorganismos pueden además relacionarse entre sí, dando lugar, en muchos casos
a interacciones sinérgicas que favorecen el crecimiento de la planta. Un ejemplo de este sinergismo
lo constituye la interacción entre las micorrizas: simbiosis formada por ciertos hongos del suelo y la
raíz y los microorganismos solubilizadores de fósforo. Las micorrizas poseen estructuras típicas de
intercambio nutricional dentro de la raíz y una abundante red de micelio fuera de ésta, que le
permite a la raíz explorar de forma más extensa el suelo y aprovechar mejor los elementos de poca
movilidad como el fósforo.

Los inoculantes microbianos representan una nueva vía de trabajo en pro de una agricultura más
sostenible y eficiente claramente beneficiosa para la sociedad y los productores agrícolas. Se trata
de una tecnología limpia, alineada con principios de la agricultura sustentable, y que pretende
hacer frente al aumento abusivo de la utilización de pesticidas y fertilizantes en estos últimos
tiempos.

De esta manera, la utilización de microorganismos con capacidad para promover el crecimiento


de las plantas, se presenta como una gran alternativa de biofertilización. Estudios controlados
de laboratorio, invernadero, y de forma más natural en el campo, han demostrado que la
aplicación de estas tecnologías redunda en claros beneficios.

Durante los últimos años, desde IDEAGRO, hemos trabajando ampliamente con bacterias, realizando
aislamientos de diferentes cepas de microorganismos y desarrollando nuevos formulados a base de
microorganismos aislados del suelo que poseen la capacidad de solubilizar fosforo y potasio
presente en el suelo, así como fijar nitrógeno ambiental.
Igualmente, hemos desarrollado numerosos trabajos con bacterias de los géneros Pseudomonas,
Bacillus, Azotobacter y Azospirillum, evaluando la eficacia en diferentes suelos, climas y cultivos
consiguiendo resultados contundentes: incremento de disponibilidad de fosforo y potasio de
aproximadamente un +20/30%, consiguiendo de forma paralela un incremento en la disponibilidad
de Ca y Mg de un +8/10%, junto a una reducción de cloruros y boro.

El conjunto de aspectos y mejoras conseguidos se traduce en una planta/cultivo más sana, con
mayor aporte nutritivo consiguiendo además una mayor resistencia a enfermedades y mayores
rendimientos productivos. Actualmente estamos trabajando con nuevas cepas de rápida
implantación para colonizar los suelos con bacterias tras la desinfección para evitar la posible re-
infección con patógenos, así cómo desarrollando nuevos formulados y ensayos que nos permitan
seguir a la vanguardia en el uso de bacterias beneficiosas en agricultura.

Si deseas ampliar la información, ponte en contacto con nuestro Director Técnico, Pedro Palazón
mediante email, palazon[arroba]ideagro.es, o por telefono en el 968 118 086. ¡No dudes en
consultarnos al respecto! En IDEAGRO disponemos de un equipo multidisciplinar a tu entera
disposición.

D. Francisco Soriano Pons es Licenciado en Biología y ocupa el cargo de director


técnico de la empresa Biológicas Canarias, empresa de investigación y
desarrollo biotecnológico aplicado a la obtención de fertilizantes y
bioestimulantes de origen natural. Esta fue fundada en 1999 y está asociada
a AEFA desde febrero de 2005.
D. Francisco Soriano ha ocupado el
cargo de secretario de AEFA desde el año 2008 hasta 2012 y actualmente
colabora con la asociación en la Comisión de Fertilizantes. También es profesor
asociado en la Facultad de Veterinaria y Ciencias Experimentales de la Universidad
Católica de Valencia, impartiendo clases en el Grado de Biotecnología.
En agricultura, los microorganismos son imprescindibles para mantener la
fertilidad del suelo, para desarrollar cultivos sanos y vigorosos… y sin saberlo,
además el hombre viene utilizándolos desde hace milenios para beneficio propio,
en sanidad y en la elaboración de alimentos. Desde hace pocos años, los
microorganismos destinados al uso en agricultura están ganando importancia, dado
que se han comprobado los resultados positivos de su aplicación como alternativa
al uso de otro tipo de fertilizantes. En esta entrevista D. Francisco Sorianonos
adentra en el uso de éstos, en la producción agrícola.

¿Qué entendemos por microorganismos cuando son aplicados en agricultura?

Cuando hablamos de microorganismos en general, nos estamos refiriendo a


diversos grupos de organismos como son las bacterias, cianobacterias, microalgas,
protozoos, levaduras y hongos filamentosos. También podríamos incluir a los virus,
aunque no son considerados seres vivos por muchos investigadores, pero tienen
determinadas aplicaciones en agricultura. De todos ellos, las bacterias, levaduras y
hongos filamentosos son los más utilizados en agricultura, tanto para su aplicación
como fertilizantes o como fitosanitarios.

Aunque el número de especies puede variar dependiendo de la fuente consultada,


hay descritas unas 11.000 especies de bacterias y más de 100.000 de levaduras y
hongos.
¿Cómo se encuentran formulados para uso del agricultor?

Como cualquier otro fertilizante, pueden formularse como concentrado soluble,


suspensión concentrada, polvo soluble, polvo mojable o microcápsulas.

¿Cuál es la importancia de los microorganismos en la agricultura?

El hombre viene utilizando microorganismos (aunque sin saberlo), desde hace unos
8.000 años, cuando comenzó la elaboración de la cerveza, el vino, el vinagre y
posteriormente el pan y diversos derivados lácteos. Hace 6.000 años los egipcios
utilizaban cataplasmas con pan enmohecido para curar heridas, también sin
saberlo, estaban aplicando en sus heridas antibióticos producidos por el moho.

Hoy en día obtenemos de los microorganismos multitud de productos: bebidas


fermentadas, derivados lácteos, encurtidos, pan, probióticos, productos cárnicos
fermentados, ácidos orgánicos, alcohol industrial, aminoácidos, vitaminas, enzimas,
biopolímeros, antibióticos, proteínas terapéuticas, insulina, factores de crecimiento
humano, interferón y un largo etcétera.
Aunque muchas especies son causantes de graves enfermedades tanto para el
hombre como para el resto de seres vivos, incluidas las plantas cultivadas, sus
beneficios compensan con creces los problemas causados.

En agricultura, los microorganismos son de gran utilidad para el desarrollo de


cultivos sanos y vigorosos. Son imprescindibles para mantener la fertilidad del
suelo, de hecho, los que carecen de flora microbiana, son suelos pobres y
desequilibrados, a los que es necesario mantener un aporte constante y
desmesurado de fertilizantes de síntesis.
¿Siempre se les ha dado la misma importancia?

Hasta hace poco tiempo, no se les daba la importancia que tienen en agricultura y
existía un gran escepticismo sobre su eficacia. Afortunadamente esto está
cambiando y cada vez son más los productores que utilizan este tipo de preparados
y están comprobando los resultados positivos de su aplicación como alternativa al
uso de otro tipo de fertilizantes.

Aunque los microorganismos en sí no son fertilizantes en el sentido estricto de la


palabra, son necesarios para una óptima fertilización. Sus efectos en el suelo y en
el vegetal son múltiples y complementarios:
 Intervienen en el ciclo biológico de diversos nutrientes. Algunos tienen la
propiedad de solubilizar fosfatos y otros elementos presentes en la fracción
mineral del suelo; otros fijan el N2 atmosférico y ponen estos nutrientes a
disposición de la planta.
 Algunas especies producen sideróforos (compuestos quelatantes del Fe),
haciéndolo disponible para el vegetal.
 Descomponen los restos orgánicos del suelo, humifican la materia orgánica y
liberan los nutrientes haciéndolos asimilables por la planta.
 Los microorganismos de la rizosfera, excretan diversos nutrientes que son
utilizadas por la planta, actuando, así como bioestimulantes.
 Incrementan la eficacia fotosintética y contenido de clorofila.
 Degradan contaminantes del suelo de diversa naturaleza química.
 Los hongos micorrícicos, además de proporcionar fósforo a la planta, aumentan
la captación de agua, haciéndolas más resistentes a la sequía…
Para el uso de microorganismos en agricultura ¿Cuáles son los más adecuados?

En principio habría que distinguir dos tipos según su uso: como fitosanitarios o como
fertilizantes. Entre los primeros estarían, entre otros, Bacillus thuringiensis,
o Paecilomyces lilacinus.
En cuanto a los microorganismos utilizables como fertilizantes, existen multitud
de trabajos sobre bacterias y hongos aplicables para la mejora de los cultivos y cada
vez son más las publicaciones e investigaciones que se están haciendo sobre la
ventaja de su uso, como alternativa a los insumos agrícolas utilizados hasta ahora.
Además, quisiera destacar otra de las características de los microorganismos: su
gran variedad de tipos metabólicos, es decir, cepas diferentes de una misma
especie, pueden tener diversos usos y aplicaciones, aumentando así su potencial.

Entre los candidatos para su uso en fertilización, la lista es bastante extensa y en


constante aumento. En principio destacaría diversas especies de géneros de
bacterias
(Pseudomonas, Bacillus, Lactobacillus, Azotobacter, Azospirillum, Rhizobium…),
levaduras (Saccharomyces, Candida…) y hongos (Glomus, Trichoderma…).
¿Se pueden utilizar los microorganismos en agricultura orgánica?

Cualquier microorganismo, siempre y cuando no esté modificado genéticamente, es


apto como insumo utilizable en agricultura ecológica (si previamente está permitido
por las normativas de fertilizantes). Es más, una de las bases de la fertilización en
agricultura ecológica consiste en fertilizar el suelo, no la planta.

El Reglamento (CE) 834/2007 del Consejo sobre producción ecológica lo deja


bastante claro en su 12ª consideración preliminar: “La producción vegetal ecológica
debe contribuir a mantener y aumentar la fertilidad del suelo, así como a la
prevención de la erosión del mismo. Las plantas deben nutrirse preferiblemente a
través del ecosistema edáfico en lugar de mediante fertilizantes solubles añadidos
al suelo”.
En este mismo Reglamento, en el Artículo 5 (Principios específicos aplicables en
materia agraria) matiza: “…la producción ecológica estará basada en los siguientes
principios específicos: a) el mantenimiento y aumento de la vida y la fertilidad natural
del suelo, la estabilidad y la biodiversidad del suelo, la prevención y el combate de
la compactación y la erosión de suelo, y la nutrición de los vegetales con nutrientes
que procedan principalmente del ecosistema edáfico”.
Hay que recalcar que el componente más importante del ecosistema edáfico, al que
hace referencia, es precisamente su flora microbiana.

¿Qué avances se están produciendo en estos productos?

Como ya he comentado, cada vez son más los centros de investigación y grandes
compañías que dedican gran cantidad de recursos económicos y humanos a
la búsqueda de nuevos productos basados en microorganismos. Llama mucho
la atención que las grandes multinacionales del sector agrícola están focalizando su
atención en este tipo de preparados.
¿Nos puede aportar cifras sobre el volumen de negocio de estos productos?

No puedo dar cifras con rigor sobre el volumen de negocios de estos formulados.
Los datos de los que se disponen sobre ventas de OMDFs, no son válidos, ya que,
en este grupo de formulados, se incluyen productos de diversa naturaleza, por lo
que no se puede conocer con certeza la cantidad correspondiente a
microorganismos.
¿Bajo qué reglamentación se encuentran estos productos?

Hasta la fecha, la comercialización en España de estos formulados se ha hecho


bajo el amparo de la derogada Orden APA 1470/2007, que por el cambio de
normativa y la aprobación del Real Decreto de MDF a finales del 2014, sólo
quedan algunos productos a base de microorganismos aptos para su
comercialización con plazos transitorios en 2017. Una vez anulada dicha Orden y
los plazos de comercialización terminados, quedará un vacío preocupante en
cuanto a su utilización.
El nuevo Real Decreto que modificará el actual RD 506/2013 sobre productos
fertilizantes, con fecha prevista de publicación para mediados de este año 2017,
contemplará el uso de microorganismos.
Los fertilizantes microbianos tampoco están contemplados en la normativa europea
sobre abonos. El futuro Reglamento UE relativo a la comercialización de fertilizantes
CE, cuya fecha de publicación prevista será a partir del 1 de enero de 2018,
autorizará ciertos microorganismos para su uso como bioestimulantes microbianos.
En principio, sólo se autorizarán bacterias de los géneros Azotobacter, Rhizobium y
Azospirillum y hongos micorrícicos. Se supone que se podrá ampliar esta reducida
lista, siempre y cuando se presente la documentación necesaria para su inclusión
como nuevo tipo.

Hasta donde yo conozco, otros países de la UE, como Portugal, Francia, Italia o
Alemania, sí contemplan el uso de microorganismos como fertilizantes. Llama la
atención que España, país al que me atrevo a considerar como la huerta de Europa,
no disponga de una normativa que ampare este tipo de fertilizantes.

En relación a los avances que se están produciendo en este tipo de productos y la


situación reglamentaria en la que se encuentran, me gustaría citar a J. E. Smith,
Catedrático de Microbiología Aplicada de la Universidad de Strathclyde, Glasgow,
en una de sus publicaciones sobre biotecnología que, a mi parecer, define
perfectamente lo que está ocurriendo con los fertilizantes microbianos: “En
biotecnología, las regulaciones gubernamentales representan un determinante
crítico del tiempo y coste total de introducir un producto en el mercado. Las agencias
reguladoras pueden actuar como «guardianes» para el desarrollo y disponibilidad
de nuevos productos biotecnológicos, pero pueden también levantar considerables
barreras para el desarrollo industrial”.
¿Qué se opina desde AEFA sobre el mercado de los microorganismos en
agricultura?

Mi opinión personal es que es un mercado potencial importantísimo. Cada vez se


conoce mejor su utilidad y aplicaciones y lo que es más importante, cada vez se les
va perdiendo el miedo y se está viendo que es posible llevar a cabo cultivos de
calidad con este tipo de formulados.

Cuando este fin de semana nos tomemos una refrescante cerveza, o un buen vino
acompañados de una tapa de queso y pan, acordémonos que no lo podríamos
hacer si no fuera por estos microscópicos seres.

El uso de microorganismos en agricultura evita


emplear fertilizantes y plaguicidas químicos
Expertos de la Universidad de Salamanca que investigan en esta
línea han inaugurado hoy un curso que expone las ventajas
medioambientales de la aplicación de la Microbiología al sector
JPA/DICYT La aplicación de microorganismos en ciertos cultivos evita el uso de sustancias químicas
para la fertilización o el control biológico de plagas. Con esta idea se ha puesto en marcha hoy en la
Facultad de Farmacia de la Universidad de Salamanca un curso que tratará de poner de manifiesto las
ventajas que estas nuevas técnicas pueden traer para la agricultura, sobre todo porque se trata
de alternativas que resultan más ecológicas. Expertos de la institución académica salmantina trabajan en
varios proyectos de investigación que tratan de potenciar esta línea.

Paula García Fraile, investigadora del Departamento de Microbiología y Genética de la Universidad de


Salamanca y una de las organizadoras del curso, denominado Microorganismos y Biotecnología en la
agricultura del futuro, ha señalado en declaraciones a DiCYT que la aplicación de microorganismos
como las bacterias "permitiría reducir el uso de productos químicos, que tienen un impacto negativo,
tanto sobre el medio ambiente como sobre la salud humana".

En este sentido, uno de los principales ejemplos es la utilización de la bacterias Rhizobium (o rizobios)
en cultivos de leguminosas, una técnica muy poco desarrollada en España, pero que en países de
Latinoamérica tiene ya un peso importante, según los expertos. Los rizobios se encuentran en los
suelos y se encargan de "fijar el nitrógeno atmosférico del aire para ponerlo a disposición de las plantas,
ya que se trata de uno de sus principales nutrientes, "señala la experta.

El Departamento de Microbiología y Genética dedica parte de su actividad a la investigación con esta


bacteria y con resultados muy destacados, como lo demuestra la publicación en la revista PNAS de
un artículo sobre el hallazgo de la molécula que permite que Rhizobium penetre en las leguminosas. A
pesar de que la bacteria sólo ayuda, en principio, a las leguminosas, el hallazgo del mecanismo por el
cuál ocurre esto ha abierto la puerta al posible desarrollo de la misma técnica para otros cultivos y, de
hecho, a eso se dedica ahora parte de este grupo de investigación, liderado por Eustoquio Martínez.

Nutrición en tomates y pimientos

"Estamos investigando cómo funcionan este tipo de microorganismos con plantas no leguminosas, ya
que hasta ahora este campo no estaba muy estudiado, puesto que el hospedador natural de estos
microorganismos son las leguminosas", apunta Paula García Fraile, "ahora analizamos cómo favorecen a
otro tipo de plantas, como las hortícolas, que pueden tener más valor añadido", en concreto, uno de los
proyectos se centra en el tomate y el pimiento.

Estas jornadas contarán, precisamente, con los investigadores de la Universiadd de Salamanca, así como
con ponentes del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca (Irnasa), perteneciente al
Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y empresas biotecnológicas que intentan aplicar los
nuevos conocimientos que generan estos estudios.

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