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sucesiones
Derecho
Privado VII
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Sucesiones
Derecho de las sucesiones
Definición
Con la denominación “derecho de las sucesiones” o “derecho sucesorio” se hace
referencia a la rama del derecho privado que regula la sucesión a título universal y
las adquisiciones a título particular que se originan con la muerte de una persona.
Es dable señalar que el fenómeno sucesorio no sólo tiene un claro interés familiar,
sino también social; es decir, no sólo protege al individuo y a la familia, sino que
además el Estado resulta beneficiado por el estímulo que el derecho sucesorio
representa para el trabajo y la producción, pues el derecho de propiedad
constituye el presupuesto del derecho de sucesiones, ya que para que éste exista,
tiene que existir la propiedad privada e individual.
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En el derecho sucesorio, debemos tener presentes los principios generales
contenidos en el Libro Primero del Código Civil y Comercial, los principios
sucesorios expuestos en el capítulo 1 del título 1 del Libro Quinto, y los principios
específicos de las partes generales de las distintas instituciones sucesorias. A
modo general, podemos señalar los siguientes:
2277 al 2531. Este libro está integrado por once títulos, los que en su mayoría se
subdividen en capítulos, y algunos de éstos últimos, en secciones.
Título 1: Sucesiones
2
Título 6: Estado de indivisión
Título 8: Partición
3
Título 10: Porción legítima
Pérez Lasala (2014) expresa que “la sucesión en sentido técnico-jurídico no es más
que la sucesión universal mortis causa, es decir, la del heredero y no la del
legatario que es un simple adquirente” (p. 17). Por ello, desagrega la sucesión
para referirse a la de tipo universal por oposición a las adquisiciones mortis causa,
que son las particulares. Esta es una de las posiciones doctrinarias; sin embargo, la
mayoría de los autores utilizan el término sucesión para referirse tanto a la
universal como a la particular.
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En definitiva, la sucesión entre vivos es aquella en la que la fuente de la
transmisión es un acto jurídico realizado por el titular del derecho, mientras que
en la sucesión por causa de muerte, el hecho jurídico generador de la
transferencia de los derechos es la muerte de su titular.
1) apertura de la sucesión;
2) la vocación del sucesor;
3) la aceptación.
En tal sentido, el art. 2280 prescribe que “desde la muerte del causante, los
herederos tienen todos los derechos y acciones de aquél de manera indivisa, con
excepción de los que no son transmisibles por sucesión, y continúan en la
posesión de lo que el causante era poseedor”1.
Una consecuencia del principio que el sucesor asume la posición jurídica del
causante es que en la adquisición de la herencia no se altera el título por el cual es
recibida. Esto significa que el heredero sigue siendo comprador, permutante,
etcétera, del derecho que le transfirió el difunto.
1 Art. 2280, relativo a la situación de los herederos. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto,
Título I. Código Civil y Comercial de la Nación.
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En la sucesión universal, se transmite la universalidad o una parte indivisa de la
herencia. Así, podemos distinguir dos aspectos en esta sucesión:
El sucesor particular no ocupa la posición del causante, ni responde por las deudas
de éste, salvo que no haya bienes suficientes en la herencia, en cuyo caso su
responsabilidad se limita al valor de lo que recibe3; asimismo, responde por ellas
en el supuesto que le sean atribuidas como carga del legado.
2 Art. 2278, relativo al heredero y al legatario. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título
I. Código Civil y Comercial de la Nación.
3
Art. 2319, relativo a la acción contra los legatarios. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto,
Título V. Código Civil y Comercial de la Nación.
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La sucesión en la persona tenía antiguamente un fundamento religioso, pues ante
la muerte de un sujeto, era indispensable que alguien ocupara inmediatamente su
lugar para que el culto familiar no se interrumpiese. Además, era fundamental
que alguien ejerciera la autoridad del difunto dentro de la familia.
En los primeros tiempos, los herederos afrontaban esta carga como un deber
moral y religioso. Pero cuando decayó el culto familiar, la repudiación de la
herencia o la aceptación con beneficio de inventario se hicieron comunes. A raíz
de ello, diversas leyes se dictaron para remediar la injusta situación del heredero,
quien sólo recibía cargas.
Cabe aclarar que la idea de la continuación de la persona es ante todo una ficción.
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únicamente en sus bienes y debía pagar las deudas hasta tanto aquellos bienes
alcanzaran a cubrirlas, pero para ello no era necesario recurrir a la ficción de la
continuación de la persona. Por lo tanto, en el sistema de la sucesión de los
bienes, el heredero no ocupaba el lugar del difunto.
El Código Civil y Comercial de la Nación –afirma Pérez Lasala (2014) –ha aceptado
implícitamente la teoría de la sucesión en la posición jurídica del causante, y
explícitamente, la teoría de la adquisición de la totalidad o de una parte indivisa
de los bienes hereditarios. De este modo, el heredero ocupa la posición jurídica
del causante en las relaciones transmisibles; por lo tanto, se le transmiten los
bienes y asume las deudas. Es decir, hay posiciones jurídicas que pasan del
causante al heredero de manera objetivamente idénticas. Son estas en las que se
da realmente la sucesión, porque el heredero ocupa el lugar del autor de la
sucesión. Sin embargo, también hay relaciones jurídicas que no se transmiten al
heredero.
Por último, hay posiciones jurídicas que adquiere el heredero que no existían en el
causante, pero que nacen con motivo de su muerte.
Nuestro sistema legal recepta ambas categorías. Así, el art. 2277 del Código
establece que “la muerte real o presunta de una persona causa la apertura de su
sucesión y la transmisión de su herencia a las personas llamadas a sucederle por
el testamento o por la ley4.
El art. 2424 del Código, cuando define a los herederos legítimos, prescribe que
“las sucesiones intestadas se defieren a los descendientes del causante, a sus
ascendientes, al cónyuge supérstite, y a los parientes colaterales dentro del
cuarto grado inclusive, en el orden y según las reglas establecidas en este
4Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título I. Código Civil y Comercial de la Nación.
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Código”5. El fundamento de este tipo de sucesión está basado en el respeto a la
voluntad presunta del difunto, dado por el reconocimiento del orden natural de
sus afectos y la protección del interés familiar.
Respecto a las sucesiones testamentarias, el art. 2462 establece que “las personas
humanas pueden disponer libremente de sus bienes para después de su muerte,
respetando las porciones legítimas…”6. Su fundamento reposa en el respeto a la
libre voluntad del causante expresada en su testamento, que en nuestro
ordenamiento jurídico se encuentra limitada en caso de existir legitimarios, pero
que alcanza su plena expresión a falta de éstos.
En consecuencia, los sucesores pueden ser llamados por la ley, por la voluntad del
causante o en parte por la ley y en parte por voluntad del causante. Esta
compatibilidad entre ambos tipos de sucesiones ha sido receptada por el art.
2277, que establece: “Si el testamento dispone sólo parcialmente de los bienes, el
resto de la herencia se defiere por la ley…”7.
Dentro del llamamiento hecho por la ley, hay que hacer una distinción, a saber:
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Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título IX. Código Civil y Comercial de la Nación.
6
Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título XI. Código Civil y Comercial de la Nación.
7 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título I. Código Civil y Comercial de la Nación.
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Existe también un llamamiento supletorio que tendrá vigencia a falta
de legitimarios y a falta de herederos instituidos por el causante en su
testamento. Los herederos llamados supletoriamente se denominan
legítimos; de allí la posible confusión, ya que se designa legítimo al
heredero llamado a la sucesión por la ley -que constituye el género- y
asimismo, una especie dentro de ellos recibe el mismo nombre.
En primer lugar, hay que verificar si existen herederos designados por la ley que
tengan un llamamiento imperativo, es decir, que existan legitimarios, pues de ser
así, el causante sólo podrá testar sobre la porción disponible. A falta de
legitimarios, el causante podrá designar como heredero a quien quiera, y
entonces se encuadrará dentro de la sucesión testamentaria. Luego, a falta de
legitimarios y testamentarios, volverá a aplicarse el llamamiento deferido por la
ley en forma supletoria y recibirán la herencia los parientes colaterales hasta el
cuarto grado.
8 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Tercero, Título II. Código Civil y Comercial de la Nación.
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Lo que se persigue con la excepción prevista en la norma es la protección de una
unidad de negocios, especialmente, la familiar.
Encontramos otra especificación con respecto a esta regla en el art. 2302, que
regula el momento a partir del cual produce efectos la cesión de herencia10.
Partición de bienes por parte del ascendiente: el art. 2411 del Código
Civil y Comercial autoriza a la persona que tiene descendientes a
efectuar la partición de sus bienes entre ellos por medio de la donación
o testamento11.
Transmisión de bienes a legitimarios: el art. 2461 prescribe que si por
acto entre vivos a título oneroso, el causante transmite a alguno de los
legitimarios la propiedad de algunos de sus bienes bajo reserva de
usufructo, uso, habitación o bajo renta vitalicia, se presume iuris et de
iure la gratuidad del acto y la intención de mejorar al beneficiario. El
valor de los bienes debe ser imputado a la porción disponible y el
exceso debe ser colacionado12.
Si la donación o el testamento otorgara dispensa o estableciera una
cláusula de mejora, el cónyuge y los descendientes del causante están exentos del
deber de colacionar el valor de los bienes recibidos13.
9 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título II. Código Civil y Comercial de la Nación.
10 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título III. Código Civil y Comercial de la Nación.
11 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título VIII. Código Civil y Comercial de la Nación.
12 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título X. Código Civil y Comercial de la Nación.
13 Art. 2385, párr. 1. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título VIII. Código Civil y
Comercial de la Nación.
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Referencias
Borda, G. (1994). Tratado de Derecho Civil – Sucesiones, Tomo I. Buenos Aires:
Abeledo Perrot.
Pérez Lasala, J. L. (2014), Tratado de Sucesiones. Santa Fe: Rubinzal Culzoni, Tomo
1.
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