Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Unidad I
Unidad II
UNIDAD I
Psicología Ambiental (COMPLETAR): Es la disciplina que se ocupa de analizar las relaciones recíprocas entre la conducta de
las personas y el ambiente sociofísico, tanto natural como construido. (Aragonés, 2001). A partir de Aragonés se considera el
enfoque de la Psicología Ambiental como bio-psico-físico-social.
La intervención del psicólogo ambiental va orientada a encontrar el equilibrio entre la adaptación a las condiciones de
vida que vienen dadas, las modificaciones no controlables que estas condiciones de vida siempre sufren y la adaptación del
entorno a las propias necesidades. Y ello en la consideración de que el sistema social no es estático sino dinámico. También, el rol
del Psicólogo Ambiental está referido a sensibilizar y concientizar al ser humano , respecto al cuidado de los lugares donde actúa,
sean estos los ambientes naturales, construidos o sociofísicos, porque nosotros influimos en ellos y ellos influyen en nosotros.
La Psicología Ambiental es el estudio del comportamiento humano en relación con el medio ambiente ordenado y definido
por el hombre. Entonces, puede decirse que el objeto de estudio característico de la psicología ambiental es la interacción entre
las personas y sus entornos, esta interacción se enmarca necesariamente dentro de un contexto social (o de interacción social)
por lo que los "productos" de esta interacción entre persona y entorno (incluyendo a la propia persona y al entorno) han de ser
considerados antes que nada como productos "psico-socio-ambientales".
Psicología Ecológica → Barker y Wright crearon el estudio psicológico de Midwist (EUA). Su investigación se basó en el estudio
de la conducta en ámbitos reales (por ejemplo la conducta en una escuela), donde planteaban que para predecir y conocer la
conducta del ser humano no basta con las evaluaciones clínicas hechas en un psicodiagnóstico, sino que también deberíamos
ver el contexto real en donde se desarrolla la persona.
Surgen otros autores como Tolman, que planteó el concepto de los “mapas cognitivos”, donde dice que en nuestra cabeza
vamos creando mapas de la ciudad donde vivimos. Lynch (urbanista y escritor estadounidense) toma el concepto de “mapas
cognitivos” con el diseño de las zonas urbanas.
La Psicología Ambiental se empieza a desarrollar desde lo práctico.
El antecedente más directo es la Psicología Arquitectónica.
Se sigue desarrollando la Psicología Arquitectónica y a la vez aparecen distintas agrupaciones de protección del Medio
Ambiente. Se empiezan a investigar conductas proambientales y proecológicas.
En 1968 se edita la primer revista de Psicología Ambiental, llamada “Environment and Behavior” (Ambiente y
Comportamiento)
En 1970 Proshansky escribe el primer libro específico de Psicología Ambiental, llamado “Psicología Ambiental, el hombre y su
entorno físico”, que resume las investigaciones previas que se venían haciendo.
3º Período: Consolidación y Desarrollo (1980 – actualmente)
En 1980 se empieza a reconocer a nivel académico y a implementarse en los programas de la carrera “Psicología”
En el año 2000 se empieza a reconocer en el ámbito laboral.
Métodos de Investigación
Experimentación de Laboratorio: Busca establecer un alto nivel de Validez Interna, que es importante para la interpretación
de los resultados; pero las cosas que se dan en un contexto experimental carecen de Validez Externa, que es importante para
ampliar las significaciones y aplicaciones potenciales. Este método permite manipular sistemáticamente la variable
experimental (o independiente) y controlar las variables externas (o dependientes).
Estudios Correlacionales de Campo: Posee un alto nivel de Validez Externa y un bajo nivel de Validez Interna. Por lo general se
utilizan dos tipos de técnicas: observación naturalista y encuestas. Este método proporciona información sobre la relación
entre variables. Se utiliza al estudiar la relación entre determinadas condiciones ambientales y ciertos fenómenos sociales y
entre algún cambio ambiental y la conducta humana.
El Psicólogo Ambiental siempre tiene que buscar una manera de equilibrar ambos métodos y debe describir y conocer cómo
se da un fenómeno.
Experimentación de Campo: El investigador manipula sistemáticamente la variable experimental y permite que los factores
externos actúen de forma natural (equilibrio); es decir, se puede usar en situaciones de campo con el fin de obtener un
equilibrio entre la Validez Interna y la Validez Externa. Se caracteriza por su riqueza contextual.
El experimento de los camioneros obesos que comían menos cuando tenían un plato azul es un Experimento de Campo, se
asume que no todas las variables van a estar controladas. Pero contribuyen a ayudar a la sociedad ya que son personas con
obesidad. Todo lo que se hace está destinado a reducir el gasto público. El experimento se va mucho a lo superficial y no a la
causa concreta de porqué comen tanto.
Procesos Psicológicos → Son mediadores entre las condiciones ambientales y la conducta. Se busca comprender cuáles
son los procesos cognitivos que van a intervenir por sucesos del Medio Ambiente. Se lo puede relacionar con los Mapas
Cognitivos de Tolman.
Perspectiva Holística → Ampliamos la mirada en todos los factores que van a influir en que la persona se adapte a un
ambiente específico. Los psicólogos ambientales creen que para entender la conducta humana en forma adecuada, el
ambiente y la conducta deben contemplarse como partes interrelacionadas de un todo indivisible.
Rol Activo → Esta perspectiva lleva al estudio de las formas activas, variadas y creativas que las personas han aprendido
para vivir en determinados ambientes. Se plantean dos modelos los cuales son:
- Modelo Determinista: Según sea la condición ambiental, tal es la conducta de la persona. Las condiciones
ambientales determinan las consecuencias en la conducta.
- Modelo Adaptativo: Afirma que los efectos del ambiente sobre la conducta son mediados por una variedad de
procesos psicológicos adaptativos. Este modelo muestra que el efecto de la relación entre el ambiente y la
conducta es recíproco.
Participación Interdisciplinaria: Una sola disciplina no puede abarcar todos los elementos.
Orientación Aplicada: Se toma el modelo Intervención-Acción, es decir que en la medida en que vamos interviniendo, vamos
creando teoría. (Lewin, 1947)
Hay una Diversidad en Metodología de Investigación (ya que no hay un padre fundador): El Método Experimental se sigue
implementando, el Método Descriptivo también (a partir de la Observación Naturalista y la Participante), y el Método
Correlacional también se sigue usando hoy en día.
Microsistema: Está constituido por los ámbitos físicos inmediatos dentro de los cuales se desenvuelve el individuo,
tales como el hogar, la escuela y el trabajo.
Exosistema: Consiste en las estructuras sociales más amplias, tanto las formales como las informales, que abarcan
los ámbitos inmediatos en donde los individuos realizan sus funciones (el vecindario, dependencia de gobierno,
servicios de comunicación y de transporte).
Macrosistema: Es algo más abstracto que los otros sistemas y representa los patrones culturales y subculturales
generales de los cuales el Microsistema y el Exosistema son manifestaciones concretas. Por ejemplo, el
Macrosistema incluye el plano arquitectónico y cultural de un salón de clases de una escuela, de manera que los
salones dentro de una cultura particular tienden a parecer y a funcionar en forma similar.
El estudio de los diversos procesos psicológicos que determinan las actitudes del individuo hacia el ambiente físico. Se
describe la forma en que los individuos perciben, evalúan y forman imágenes mentales del mundo físico; cómo funcionan en
ambientes normales y en ambientes de stress; cómo logran y mantienen el espacio personal y la privada, cómo controlan su
territorio y cómo conforman su conducta social.
Kenneth Craik (1976) plantea el Paradigma de la Personalidad, que considera a la persona total como la unidad básica de
análisis dinámicamente organizada. El planteamiento de la personalidad reconoce que en las relaciones persona-ambiente
intervienen muchos procesos psicológicos complejos y cambiantes, pero subraya la unidad e integración que el individuo
participante aporta a estos procesos.
La persona y el ambiente forman un sistema integrado, es una relación recíproca; es decir, no solo el ambiente afecta a la
conducta, sino que a su vez, la persona afecta al Medio Ambiente.
1- Interaccionismo (Lewin, 1936) → La conducta humana refleja la interacción de las características de la persona y el ambiente.
Lewin planteó que “La conducta es una función tanto de la persona como del ambiente”. C = F (P,A)
2- Modelo Transaccional (Bandura) Hay una Reciprocidad Tríadica. Donde la interacción entre los Procesos Cognitivos, el
Ambiente y la Conducta es recíproca, una influye en la otra continuamente, lo que pasa en una repercute en la otra.
AMBIENTE
(Ambiente físico,
estructuras
sociales,
CONDUCTA patrones PROCESOS
culturales) COGNITIVOS
(Estrategias
p/enfrentar el (Percepción,
ambiente, actitudes, caract.
reacciones de personales y
cond. hacia éste) culturales)
Determinismo Ambiental → Se caracteriza por entender cómo el clima impactaba en los seres humanos, en cómo los factores
físicos (el clima, el suelo y los recursos naturales) ejercían un efecto definitivo en la conducta humana.
Posibilismo Ambiental → Se centra en el estudio de cómo el ambiente pone ciertos límites en el desarrollo del ser humano. El
medio ambiente establece las limitaciones que el individuo debe vencer equipándose adecuadamente para ello con suficiente
tecnología, capital, destrezas y una organización eficiente. En este sentido, el posibilismo es una apertura para fortalecer la
doctrina del Libre Albedrío.
Probabilismo Ambiental → Postula la vigencia de leyes que regulan las relaciones entre la conducta y el medio ambiente;
dichas leyes otorgan valor determinante al contexto, dependiendo de los otros valores que forman parte del complejo
situacional. Es decir, los estudios se empezaron a centrar en la predicción del comportamiento. Así, dado un individuo A, con
atributos constitucionales y genéticos a, b y c, que actúa en un ambiente X, con características d, e y f, y una motivación
general M, muy probablemente (pues nunca hay certidumbre total) se comportará de manera Z (Porteous, 1977).
A → a, b, c
Z
MA → d, e, f
Diseño Ambiental
El Diseño Ambiental puede entenderse como un área de estudio y aplicación, preocupada por el estudio de las condiciones
necesarias para iniciar y mantener las actividades humanas, así como para desarrollar mecanismos de intervención de tales
condiciones para generar los cambios deseados, tanto mediante la manipulación o configuración de estructuras físicas como
a través de la disposición de procesos de solución de problemas y toma de decisiones. Desde esta perspectiva, medio
ambiente se entiende como aquellas condiciones físicas (incluye el medio natural y el ambiente construido) y sociales en las
que el ser humano se comporta y con las que se relaciona.
Kerpen y Cols. (1976) asumieron que el ambiente físico constituía en sí mismo un instrumento terapéutico y que por lo tanto
puede ser manipulado para cambiar la naturaleza y distribución del comportamiento de un Hospital Psiquiátrico. De esta
manera demostraron que el ambiente físico puede generar nuevos patrones de actividad orientados a estructurar las
interacciones adaptativas entre personas. De la experiencia en el diseño de espacios terapéuticos, surgieron las siguientes
categorías de análisis:
Identidad/Privacidad: que destaca la individualidad y la territorialidad como necesidades humanas básicas y que obliga a
distinguir entre los espacios personales y grupales.
Trabajo/Recreación/Descanso: los pacientes deben alternar entre ambientes de juego o distensión y trabajo que favorezcan
su autoexpresión. Esta diferenciación contraviene las condiciones que prevalecen en instituciones totales.
Estética. Los usos creativos de la forma, el espacio, la escala, el color y la textura, favorecen los ambientes estimulantes y
acogedores.
Seguridad. Los requerimientos de seguridad dependen tanto de la calidad de la respuesta humana como de las condiciones
arquitectónicas. Todo contexto terapéutico necesita de espacios o áreas destinadas a la seguridad de pacientes y personal
especializado.
1- Mapas Cognitivos y Mapas Emocionales
Mapas Cognitivos → es un término acuñado por Tolman a propósito de sus trabajos de aprendizaje con sujetos infrahumanos
y utilizado ampliamente por Lynch (1960). Un Mapa Cognitivo es un constructo que refleja procesos que explican la
adquisición, almacenamiento, codificación, recuperación y manejo de la información proveniente del ambiente físico y de su
estructura espacial; constituye un marco de referencia ambiental.
Los Mapas Cognitivos han sido muy utilizados para estudiar las representaciones urbanas, su configuración espacial y
estructura, tal como son percibidas por los individuos (distintividad, visibilidad, uso y significado simbólico), así como la
orientación durante el desplazamiento.
Elementos Estructurales de los Mapas Cognitivos: Sendas, bordes, barrios, nodos, mojones, distritos, zonas de confluencia,
hitos (obelisco).
Mapas Emocionales → Un grupo de Psicólogos Ambientales brasileños (Rulmira, Ravinovich y Tescara) se empiezan a
preguntar si además de los Mapas Cognitivos existen Mapas Emocionales. Desarrollan una metodología mixta cuali – cuanti:
De ésta manera, los Mapas Emocionales son el estudio de aquellos procesos a través de los cuales el espacio físico adquiere
significado para el individuo (qué es para una persona un lugar determinado). El análisis del significado supone una valoración
personal del ambiente, aspecto íntimamente relacionado con la experiencia emocional. Así, el estudio del significado tiene
como marco de referencia el análisis de los patrones perceptivos que desencadenan respuestas emocionales con respecto a
un contexto físico determinado.
Entendemos por actitud hacia el medio ambiente al proceso Mediacional que agrupa un conjunto de objetos de pensamiento
en una categoría conceptual capaz de evocar un patrón de respuestas valorativas; es decir, se determinan ciertos patrones de
conducta (Eagly y Chaiken, 1992). Consiste entonces, en una valoración del contexto natural que predispone acciones
relacionadas con dicho objeto.
Dos corrientes: Antropocentrismo y Ecocentrismo que expresan claramente creencias que sitúan al hombre y los grupos que
los soportan, como defensores de un sistema de valores.
Antropocentrismo → el ser humano se erige como el centro del universo y rey de la creación, lo que condiciona patrones de
conducta que supeditan la naturaleza a los deseos, intereses y caprichos del hombre.
Ecocentrismo → supone la creencia de que el hombre hace parte del conjunto natural como uno más de los elementos del
ecosistema sin considerarse por lo tanto, el más importante. En consecuencia, es de esperar de quienes comparten este
sistema de creencias, un comportamiento cualitativamente diferente.
UNIDAD 2
Cinco problemas ambientales
Dimensiones psicológicas de la contaminación ambiental y del cambio global
Brotes de violencia en los niveles regionales e internacionales
Impacto de los cambios tecnológicos en el mundo del trabajo y en la vida familiar
Las estrategias fundamentadas en el ambiente para la promoción de la salud comunitaria
Las implicaciones del aumento de la edad media de la población en el diseño ambiental y en la planificación
comunitaria.
Este breve análisis de la psicología ambiental de los tiempos pasados proyecta un futuro próximo en el que la carencia de
investigación básica impedirá dar respuestas más precisas a las relaciones entre el ser humano y el medio ambiente
construido y natural y, por tanto, se asistirá como mínimo al debilitamiento de la psicología ambiental más genuina. Una de
las múltiples causas que llevará a esta posible situación es el intento, casi siempre frustrado, de aplicación con el que se
trabaja en esta disciplina, que lleva a vaciarla de contenidos conceptuales y metodológicos propios.
Conducta Proecológica: Según Stern (2000), los comportamientos pro ambientales son “aquellos comportamientos que
cambian la disponibilidad de materiales o energía del ambiente o alteran la estructura y dinámica de los ecosistemas o de la
biósfera positivamente”.
Estilos de Desarrollo
Desarrollo Sustentable
El Desarrollo Sustentable plantea que se deben respetar las reglas básicas de los ecosistemas:
Interdependencia
Diversidad: Mientras más diverso es un ecosistema, más reciliente es.
Interdependencia Espacial
Interdependencia Temporal
Flexibilidad: El sistema puede ir variando y adaptar a los cambios.
Ciclicidad: Se producen intercambios de energía que responden a ciclos.
Asociación: Los componentes de un sistema pueden cooperar entre sí.
“Nuevo Paradigma Ambiental” (Dunlap y Van Liere, 1978; Dunlap, Van Liere, Mertig y Jones, 2000). Este cambio de
perspectiva ha propiciado, que se pase a considerar al ser humano un elemento más del ambiente, es decir, las personas ya
no son vistas como el “centro de la naturaleza”. Como señala Pinheiro (2004), el interés y la implicación por el futuro de la
vida del planeta, se acrecienta a medida que los daños ambientales se hacen más evidentes. A medida que esto ocurre, las
personas vamos adquiriendo mayor conciencia de las consecuencias que tienen nuestros actos sobre el medio ambiente,
dando lugar a esta nueva visión orientada hacia lo ecológico y relacionada con “el conservacionismo”. Este nuevo paradigma
ecológico (NEP), se centra en el estudio de cinco factores:
El NPA se define como una forma ecologista de entender las relaciones del ser humano con la naturaleza, es decir, recoge las
creencias generales que las personas tienen sobre el medio ambiente.
Variables Disposicionales:
Repercusiones Psicológicas:
Felicidad
Restauración Psicológica
Estilo de Vida Sustentable
Estilos de Vida Sustentables → Son patrones de acción y consumo utilizados por las personas para afiliarse y diferenciarse de
otra gente, los cuales:
Se plantea que la Austeridad es una característica exitosa de los organismos que viven en un mundo incierto, donde no existe
la seguridad de acceso ilimitado de recursos; el ahorro de recursos permite a la humanidad sobrevivir cuando éstos escasean.
Hay tres tipos de individuos austeros: “reductores”, “fuertemente simplificadores” y “simplificadores dedicados y holísticos”
Reductores → Son personas que, tras haber alcanzado un cierto nivel de riqueza, deciden disminuir su ingreso,
cambian su estilo de vida (en el trabajo y obligaciones relacionadas) para estar más tiempo con la familia y para
participar en actividades comunitarias o personales.
Fuertemente Simplificadores → Renuncian a empleos altamente pagados y de status elevados y optan por estilos de
vida muy simples.
Simplificadores Dedicados y Holísticos → Son más radicales, ya que ajustan sus vidas a una visión ética de la
simplicidad, lo que los hace vivir de una manera simple persiguiendo una convicción profundamente enraizada.
Desarrollar la agenda de psicología de la sustentabilidad en el marco del Desarrollo Sustentable → Es necesario que el
psicólogo ambiental tenga una formación básica pero sólida en el campo de las problemáticas ambientales y de los
desafíos y alternativas existentes para el DS. En este sentido, el psicólogo de la sustentabilidad debe poder comprender
el campo ambiental como un sistema socio-ecológico complejo, siempre desde una mirada interdisciplinaria.
Desarrollar una agenda nacional propia, contextuada y políticamente situada → Es necesario establecer cuáles son los
problemas relevantes en cada contexto en que se desenvuelve la psicología de la sustentabilidad en el país. Para no caer
en la tentación o en la ausencia de cuestionamiento crítico y la adopción de metodologías que no siempre son aplicables
en cada contexto.
Orientar la investigación hacia la aplicación, la acción y la intersectorialidad → Lo dicho anteriormente deja
suficientemente clara la necesidad de orientarnos hacia una investigación aplicada (en contexto), o en procesos de tipo
investigación-acción- participación que desarrollen modalidades de conocimiento transformadores de la realidad. Y que
permitan un bagaje de experiencias que puedan luego ser recreadas (no replicadas) en otros contextos similares.
Articular los aspectos psicológicos individuales y subjetivos con los comunitarios, sociales, económicos y políticos → Es
necesario articula las producciones tradicionales provenientes de la psicología ambiental (de la sustentabilidad) con los
aportes de otras áreas de la psicología que están particularmente preocupadas por generar las transformaciones sociales
que el DS requiere. El Desarrollo Sustentable es intrínsecamente democrático, participativo, autogestivo y centrado en la
acción local. Los desarrollos de la Psicología Ambiental Comunitaria son imprescindibles en el marco de esta concepción.
• No se trata de un campo profesional, en tanto no es un área específica de intervención, pues no se puede parcelar la
realidad y pretender que el ambiente es completamente independiente de quien los significa, así como tampoco plantear su
absoluta dependencia.
• Tampoco está la intención de conceptualizarlo como una disciplina o subdisciplina la psicología, pues si bien no niega la
posibilidad de generar conocimiento desde la práctica, sus principales fuentes conceptuales son la Psicología Comunitaria y
Ambiental; por lo tanto, es más bien un campo de análisis que tiene su centro en los procesos sociofísicos, que tienen lugar
en las comunidades y que busca favorecer un cambio social sostenible.
• Abogar por la consideración en ambas disciplinas de la relación entre los fenómenos ambientales y las comunidades
particulares, por lo que no se puede pretender establecer leyes generales ni dictar normas, pues se entiende que los
fenómenos socio físicos están situados material y simbólicamente en un contexto histórico que se expresa localmente.
• Privilegiar el uso de técnicas de investigación cualitativas, para intentar comprender las posiciones de sujeto que articulan
las interacciones que ocurren en los espacios comunitarios, desde los cuales se pueden situar las formas particulares de
apropiación, los procesos de identificación y de cohesión social.
• Enfatizar la necesidad de analizar los espacios públicos, tanto por su incidencia en las condiciones materiales de las
comunidades y las posibilidades de convivencia, como en su dimensión de acción política. • Pensar los procesos de
articulación como una posibilidad de conexión temporal entre distintos agentes que se encuentran en el espacio público y
que asumen posiciones distintas.
• Favorecer los procesos de participación social en las intervenciones urbanas y los planes de desarrollo, propiciando la
modificación de las instancias formales, como la movilización social a partir de procesos de concientización y
desnaturalización de los sistemas de producción humana que sustentan el deterioro ambiental.
• Entender la comunidad como una distinción analítica que favorece la acción de los facilitadores sociales, que debe intentar
articularse con otros para la acción política como reacción colectiva frente a las amenazas ambientales.
UNIDAD 3
INTERVENCIONES DESDE LA PSICOLOGIA
INTERVENCION Y GESTION AMBIENTAL
La PA debe asumir dos retos mayores: la intervención y la gestión ambientales, destinados al bienestar y a la CV del individuo y del
colectivo, dentro de una concepción ortodoxa de desarrollo durable.
- Por intervención ambiental se entiende la aplicación de la PA a los clásicos problemas arquitectónicos de los ambientes
construidos y, por otra parte, a la temática de planeación, con su correspondiente proyección de infraestructuras y de servicios.
La intervención ambiental trae un cambio intencional en las estructuras físicas de un lugar (E. Pol, 1996), que tiene un impacto
directo o indirecto sobre el ecosistema, sobre la interacción de las personas y sobre la percepción de la comunidad. El Impacto
Ambiental se refiere a los efectos producidos por la introducción de esta variable nueva no presente antes en el espacio vital del
individuo. La introducción de esta nueva variable también tendrá un impacto social, es decir que tendrá efectos sobre el sistema
físico-social-comunitario, adquiriendo valores negativos y/o positivos, todo en una dinámica transaccional permanente.
- Estos efectos ecológicos tienen consecuencias sociales considerables sobre comportamientos, percepciones, y actitudes de las
poblaciones y viceversa, ya que las consecuencias sociales actúan sobre las nuevas estructuras físicas del nuevo entorno.
El enfoque de la intervención ambiental para que esta sea exitosa será preferiblemente de carácter transaccional e
interdisciplinario. La PA aporta sus métodos de medición (de opiniones, de actitudes, de preferencias, de representaciones socio
ambientales, de mapas comportamentales) para evaluar los impactos ambientales.
- La gestión ambiental cubre el tema del manejo de recursos, de la toma de decisiones, del control de calidad, del sometimiento
de las leyes ambientales y a la implantación de los mecanismos de comunicación que permitan asegurar la eficiencia de los
proyectos.
Recientes trabajos de psicólogos ambientales (2002), abordan esta temática novedosa, con especial interés en el concepto de
ciudad durable.
DESARROLLO SUSTENTABLE/SOSTENIBLE
Esta PA, aunque interdisiciplinaria y abierta al concepto de una relación compleja del Hombre con micro y hasta macro-entornos
físicos y sociales, no relacionaba sus temas investigativos con la problemática del Desarrollo Sostenible que sin embargo, en
aquella época, ya se planteaba reiteradamente y con claridad en las grandes cumbres mundiales.
Como lo afirma Wiesenfeld, E., en su artículo La Psicología Ambiental y el desarrollo sostenible,… “es muy reciente el interés
sistémico de esa disciplina por el tema del DS…”. En efecto, habrá que esperar publicaciones sobre el tema a partir del año 2002 y
siguientes.
¿Qué ha aportado entonces la PA al DS? El tema de la relación del Hombre con entornos físico-sociales, sea desde el punto de
vista individual, grupal, social, organizacional (Oskamp, 2000), comunitario (McKenzie-Mohr, 2000; Pol, 2002) y hasta cultural,
(Winter, 2000) muestra una falta de hilo conductor en cuanto a temas, intereses, y objetivos. Diversos autores han manifestado
su preocupación por el bajo impacto que han tenido las actividades realizadas y en general por la poca injerencia de la PA en la
temática ambiental, particularmente en el DS (Winter, 2000). En este orden de ideas, es notoria la ausencia de principios
psicológicos en los programas y las campañas ambientales, a lo cual McKenzie-Mohr (2000) Y Zimmermann (2005) atribuyen el
fracaso de las mismas.
”Los resultados de las investigaciones no han trascendido al plano de la aplicación, y en caso de haberlo hecho no estamos
seguros de su efectividad, en virtud de la escasa significación de los mismos.” Wiesenfeld E.
Carencia de sincronización entre el crecimiento de la población y el crecimiento de la infraestructura y los servicios básicos
que a ella han de ser destinados.
Demanda creciente de espacios y servicios consecuencia de la movilidad de la población y el crecimiento del nivel de vida.
Degradación progresiva del medio natural con incidencia especial en:
• Contaminación y mala gestión de los recursos atmosféricos, hidráulicos, geológicos, edafológicos y
paisajísticos.
• Ruptura del equilibrio biológico y de las cadenas eutróficas, como consecuencia de la destrucción de
diversas especies vegetales y animales.
• Perturbaciones imputables a desechos o residuos, tanto de origen urbano como industrial.
• Deterioro y mala gestión del patrimonio histórico-cultural.
En la situación actual, al acometer un proyecto, se hace inexcusable la realización de estudios de Evaluación de Impacto
Ambiental por varias razones, entre ellas:
Pueden añadirse a estas razones otras muchas más, pero la conclusión es clara: los estudios de Evaluación de Impacto Ambiental
son necesarios y con esto, el responsable del Proyecto lo será también de que el mismo cumpla las disposiciones y normas
medioambientales locales, autonómicas, nacionales e internacionales.
Se dice que hay impacto ambiental cuando una acción o actividad produce una alteración, favorable o desfavorable, en el medio o
en alguno de los componentes del medio. Esta acción puede ser un proyecto de ingeniería, un programa, un plan, una ley o una
disposición administrativa con implicaciones ambientales.
Hay que hacer constar que el término impacto no implica negatividad, ya que éstos pueden ser tanto positivos como negativos.
El impacto de un proyectó sobre el medio ambiente es la diferencia entre la situación del medio ambiente futuro modificado, tal y
como se manifestaría como consecuencia de la realización del proyecto, y la situación del medio ambiente futuro tal como habría
evolucionado normalmente sin tal actuación, es decir, la alteración neta (positiva o negativa en la calidad de vida del ser humano)
resultante de una actuación, tal y como queda reflejado en la figura 1, en la que también puede apreciarse la variación del
impacto en función del tiempo.
La EEA es un procedimiento que tiene por objeto la evaluación de las consecuencias ambientales que determinadas políticas,
planes y programas, pueden producir en el territorio, en la utilización de recursos naturales y en definitiva, en el logro de un
desarrollo sostenible y equilibrado, (Estevan Bolea, 1993).
” Se trata básicamente de introducir la variable ambiental en el mismo momento en que se elaboran los planes y programas que
concretan las políticas de desarrollo nacional y regional y se refiere, en todo caso, a las acciones promovidas por los Poderes
Públicos,
El Real Decreto 1.131/1988 de 30 de septiembre, que aprueba el Reglamento sobre Evaluación del Impacto Ambiental, define en
su artículo quinto:
«Se entiende por Evaluación de Impacto Ambiental, el conjunto de estudios y sistemas técnicos que permiten estimar los efectos
que la ejecución de un determinado proyecto, obra o actividad, causa sobre el medio ambiente».
La EIA (y específicamente el EIA que ella incorpora), es un procedimiento analítico orientado a formar un juicio objetivo sobre las
consecuencias de los impactos derivados de la ejecución de una determinada actividad.
Así pues, la EIA es un proceso que atiende a dos vertientes complementarias. Por un lado establece el procedimiento jurídico-
administrativo para la aprobación, modificación o rechazo de un Proyecto o actividad, por parte de la Administración. Por el otro,
trata de elaborar un análisis encaminado a predecir las alteraciones que el Proyecto o actividad puede producir en la salud
humana y el Medio Ambiente (EsIA).
Con el fin de evitar falsas interpretaciones, se hace notar que en la literatura especializada se encuentra frecuentemente la
expresión «Evaluación del Impacto Ambiental», denominando a cuatro conceptos distintos:
OBJETIVO
El objetivo principal es la realización de un estudio del impacto que sobre el Medio Ambiente ocasionará la puesta en marcha de
un proyecto, obra o actividad. A partir de este estudio se intentará predecir y evaluar las consecuencias que la ejecución de dichas
actividades pueda ocasionar en el contexto —entorno— en el que se localiza.
El objetivo básico de las Evaluaciones de Impacto Ambiental es evitar posibles errores y deterioros ambientales que resultan
costosos de corregir posteriormente, entrando de lleno en esta temática el dicho popular «Es mejor prevenir que curar».
ESTRUCTURA
En conclusión, el EsIA es un elemento de análisis que interviene de manera esencial en cuanto a dar información en el
procedimiento administrativo que es la EIA y que culmina con la Declaración de Impacto Ambiental (DIA).
Las fases por las que se desarrolla el EsIA incluido en la EIA, se sintetizan en las siguientes:
Instrumento
Para evaluar el comportamiento proambiental, se empleó la escala de conductas protectoras del ambiente de Corral, Hess,
Hernández y Suárez (2002), validada en la población estudiada. Ésta se compone de 16 reactivos que detallan conductas que
pueden ser catalogadas como "proambientales”. El participante reportaba la cantidad de veces que se involucró en cada una de
esas conductas durante la semana previa a la entrevista. Los comportamientos incluían acciones de reciclaje de productos,
cuidado del agua, consumo de productos no nocivos para el ambiente, monitoreo de la conducta de otros (apagar luces, radios y
aparatos de televisión, cerrar llaves que otros dejaron abiertas), y actos que indicaban conducta basada en normas
proambientales (defender y escuchar temas ecológicos, llamar la atención a quienes desperdician recursos).
Procedimiento
Los participantes fueron abordados por cinco entrevistadores, estudiantes de psicología, en la entrada de centros comerciales,
parques y jardines de la ciudad. A las personas que aceptaban participar se les explicó el propósito del estudio (investigar la
percepción de riesgos ambientales), se les notificó que sus respuestas serían confidenciales.
Introducción
El ser humano enfrenta peligros ambientales de manera cotidiana. Los fenómenos naturales de tipo meteorológico (huracanes,
tornados, inundaciones), los terremotos, las plagas y las epidemias lo han acompañado desde siempre. Además, con sus acciones
y tecnologías actuales, hombres y mujeres son responsables en buena medida de la degradación ambiental.
La psicología ambiental ha dedicado un área de investigación al estudio de las formas en las que los individuos enfrentan los
riesgos. Se examina, por un lado, la percepción que tienen los individuos de esos riesgos y, por el otro, la manera en la cual dicha
percepción afecta las conductas con las que los sujetos afrontan los riesgos.
La percepción de riesgos ambientales es determinante del grado de preparación que los individuos tienen para enfrentar de
manera efectiva los peligros y catástrofes y, por lo tanto, también de las respuestas inadecuadas que esos individuos puedan dar
ante el problema ambiental rea. La percepción del riesgo ambiental se constituye en un importante factor motivacional para
cuidar el entorno y, por lo tanto, para cuidarse a sí mismo y a las personas cercanas a uno. Los testigos de una amenaza
ambiental, como la contaminación, pueden responder de una forma racional (cognoscitiva) o de una manera emocional.
La estrategia de afrontar de manera emocional inhibe la acción proambiental, dado que el individuo se ocupa más en afrontar sus
temores que en buscarle solución a los problemas que lo causan
Resultados
Valores muy altos de la percepción de riesgos, los peligros que las personas más valoran incluyen las armas nucleares,
los derrames químicos, el humo de automóviles, la guerra, la energía nuclear, las armas bacteriológicas, los solventes
químicos, la contaminación del agua, la sequía, el polvo, la emisión de humos en industrias, los confinamientos de
desechos tóxicos y la basura, en las tres dimensiones investigadas (ambiental, social, personal). En cuanto a riesgos para
la sociedad y para uno mismo (personales), se catalogaron dentro de los más intensos el fumar, el alcohol, las armas de
fuego, el terrorismo, los asaltos, la falta de agua, los temblores y los ciclones. Dentro de esta clasificación de riesgos
pronunciados, se consideraron como peligros para el ambiente físico o natural las refinerías de petróleo, los incendios
forestales y la quema de pastos.
Las situaciones que se valoraron como fueron el uso de cosméticos, los colorantes comestibles, las granjas piscícolas y el
boxeo, tanto para el ambiente como para la sociedad y para uno mismo.
Análisis
Los resultados de este estudio revelan que la población investigada percibe diferentes niveles de riesgo para diversas situaciones
presentadas, en términos de tres factores: riesgo para el ambiente, riesgo para la sociedad y riesgo personal. De las calificaciones
a todas las situaciones planteadas y de las correlaciones entre los tres factores de riesgo se deduce que los peligros percibidos en
una dimensión se pueden generalizar a las otras. En muchos de los casos evaluados, un riesgo alto para el ambiente también era
percibido como un riesgo mayor para la sociedad y para el individuo. Esto era más evidente en situaciones que planteaban daños
globales como, por ejemplo, la guerra, las armas nucleares, la contaminación del aire o del agua, etc.
Esto implica que muchas de las situaciones que se consideran riesgosas para una dimensión (ambiente, sociedad, persona) no
necesariamente lo son para otras. Por ejemplo, las armas (no nucleares) o las drogas no son vistas como riesgo para el ambiente,
pero sí para la sociedad y/ o la persona, mientras que algunos riesgos ambientales (refinerías o incendios en los bosques) no se
perciben como amenazas para los seres humanos.
Otros aspectos dignos de considerarse se refieren a los altos niveles de percepción de riesgo asignados a la sequía, al polvo y a la
presencia de confinamientos de desechos tóxicos. Estas situaciones concuerdan con la opinión de expertos en el sentido de que al
menos los dos primeros se encuentran entre los principales problemas ambientales de la comunidad estudiada.
Los resultados de los tres modelos de regresión también señalan que las personas de los estratos económicos más bajos y las de
mayor edad perciben niveles mayores de riesgos ambientales, sociales y personales. En el caso de la percepción de riesgos
ambientales, las personas con un bajo nivel educativo se mostraron más propensas a reportar altos niveles de riesgo. Esto podría
reflejar, por un lado, un mayor estado de indefensión experimentada por individuos de mayor edad y, por el otro, el que los
riesgos de todo tipo los experimenten en mayor medida las personas que disponen de pocos medios económicos para
contrarrestarlos.
Las personas de escasos recursos —como algunas minorías étnicas— usualmente se ubican en zonas más expuestas a amenazas
ambientales como la contaminación, las inundaciones, los terremotos y otras catástrofes, ya sea "naturales" o inducidas por la
actividad humana.
UNIDAD 4
ENRIQUE PARADA TORRES- CAPITULO 1- EL COMPORTAMIENTO HUMANO EN SITUACIONES DE
EMERGENCIA.
Una situación de emergencia en la que una o más personas resultan afectadas, provoca un encuentro con las personas que
acuden a prestarles ayuda: los profesionales de la emergencia.
Tanto los afectados como el personal de ayuda van a emitir comportamientos. Lo van a hacer además en un determinado
contexto –el de la emergencia– y condicionados por toda una serie de elementos o variables, de mayor o menor relevancia, pero
presentes –la historia personal de cada implicado, la experiencia previa en ese tipo de situaciones, el rol adoptado en la situación,
el estado orgánico de la persona, p.e. estar herido, etc.
La relación de ayuda en una situación de emergencia implica un encuentro entre los afectados y el personal de ayuda, en el que
ambas partes emiten comportamientos.
El modelo ABC, de carácter biográfico y transaccional, facilita el análisis, el conocimiento y la comprensión del comportamiento
de la persona afectada, y del nuestro propio en la intervención.
Las letras del acrónimo ABC designan cada uno de los tres componentes estructurales del modelo:
A. Antecedentes: circunstancias del contexto de la emergencia que influyen sobre la persona para que se comporte de una
forma u otra
B. Biografía de la persona: el comportamiento propiamente dicho, refleja cinco dimensiones o niveles de respuesta de la
persona. Estas dimensiones son complementarias y están interrelacionadas (percibir, pensar, sentir, actuar y biología de
la persona). Junto a estas dimensiones, ejerciendo una influencia tenemos la Historia de vivencias de la persona a lo largo
de su existencia, algunas de las cuales pueden tener una relevancia en el episodio de emergencia.
C. Consecuencias: son los resultados que el comportamiento provoca sobre el contexto. Estos resultados, a su vez, dejan
huella sobre la biografía de la persona. También se pueden convertir en antecedentes para una nueva secuencia de
comportamiento.
Los antecedentes y las consecuencias constituyen dimensiones del contexto o situación del episodio de comportamiento o
experiencia de emergencia a la que aplicamos el modelo, mientras que la biografía es un componente propio de la persona.
Dimensiones del modelo ABC
El comportamiento humano, tanto en situaciones de emergencia como de cualquier otro tipo, constituye una experiencia
biográfico-contextual. Tanto las dimensiones biográficas como el contexto, influenciadas por la historia de la persona, pueden
suministrar a ésta –sea emergencista o sea afectado–, recursos o barreras, elementos de protección o elementos de riesgo. (VER
EJEMPLO DEL CUADRO DE PAGINA 44).
Cuando decimos que la persona se comporta de una determinada manera en una determinada situación, hablamos de que ante
esa situación reacciona de manera perceptivo-cognitivo-emotivo biológico-conductual; es decir: actúa.
Cuando atendemos a una secuencia o episodio de conducta, percibimos que estos niveles de respuesta se influyen mutuamente.
Los niveles de respuesta de la biografía influyen y se ven influidos recíprocamente por el resto de los niveles. Ejemplo:
Como agentes de ayuda, podemos influir positivamente en uno o más de los niveles de respuesta, provocando un alivio integral
de la persona.
Las situaciones de emergencia tienen lugar en un contexto específico. Los contextos van a influir en la forma en que la biografía
de la persona (profesional o afectado) se va a manifestar en esas situaciones específicas. Los factores contextuales implican
aspectos como lugares, personas, momentos del día o de la jornada laboral, fechas, tipo de situación, etc. que pueden influir
dificultando o facilitando su afrontamiento; como recursos y/o elementos de protección o como barreras y/o elementos de
riesgo.
Interacción recíproca entre la persona y el entorno en el que se comporta tiene las siguientes características:
La influencia que como agentes de ayuda podemos establecer con las personas afectadas por la emergencia, pasa por trabajar en
la interacción o transacción entre nuestra biografía y el contexto específico.” Es en la transacción en la que nuestra intervención
de emergencia cobra sentido”. Si sólo atendemos a la persona sin tener en cuenta el contexto, o sólo atendemos al contexto o
tipo de situación sin contemplar la vivencia integral de la persona, nuestra labor se puede ver significativamente limitada.
Es necesario que junto al momento que constituye la intervención de rescate, salvamento o auxilio, la persona lleva tras de sí una
historia. “La historia de la persona puede influir significativamente en la vivencia de la situación de emergencia.”
Habitualmente, las personas a las que asistimos van a ser seres anónimos y difícilmente vamos a poder apoyarnos en su historia
personal. A veces nos va a resultar oportuno durante el diálogo con la persona afectada, preguntar cuestiones acerca de
experiencias pasadas. Lo que es aplicable a la persona afectada, también es aplicable a nosotros mismos. Nuestra historia pasada
también influye en nuestras transacciones biográfico-contextuales presentes.
La transacción en acción
Una de las dinámicas clásicas más poderosas que nuestras transacciones establecen, son las asociaciones. Determinados eventos
situacionales o lo que llamamos estímulos del contexto, provocan en nosotros reacciones biográficas muy similares, por ejemplo:
Un ruido intenso y repentino provocará una respuesta de orientación y alerta. A estos estímulos (ruido, calor intenso, daño vital)
en los que no media condición alguna –salvo la de ser seres humanos– para responder como lo hacemos, los llamamos estímulos
incondicionados. Las respuestas biográficas que emitimos ante estímulos incondicionados son respuestas incondicionadas.
Hablamos de estímulos neutros para referirnos a aquellos que por sí mismos no son condición suficiente para generarnos
reacciones concretas y comunes (respuestas incondicionadas). Ejemplo: la mayoría de nosotros no nos “emocionamos” o
sobreactivamos ante el hecho de subir en ascensor. Otras personas, sin embargo, sí pueden tener reacciones emocionales que
nos hagan pensar que estos estímulos no los viven como neutros.
Por ejemplo: Raquel se quedó atrapada en el ascensor como consecuencia de una avería. La sensación de verse incapacitada para
salir la provocó un estado de ansiedad intenso. ¿Por qué este estimulo puede dejar de ser neutro? Estos estímulos antecedentes
del contexto han cobrado ahora un significado que no tenían. Para Raquel lo que antes eran estímulos neutros, ahora son
estímulos condicionados. Habiendo asociado estas condiciones neutras a un estado de ansiedad, dolor, etc., su presencia o
aparición va a tender a provocarles estas mismas respuestas que no son comunes a todas las personas en esas situaciones. A
estas respuestas las llamamos respuestas condicionadas.
2. Transacciones y consecuencias
El efecto que nuestras acciones dejan en el contexto es otra parte muy importante. Nuestra biografía y en concreto
nuestras acciones, condicionan, en algunos casos poderosamente, unas consecuencias sobre el contexto.
Cuando nuestro comportamiento influye sobre el contexto provocando unas consecuencias que valoramos como útiles,
positivas o gratificantes, decimos que este comportamiento queda reforzado. Esto significa que ante una situación
antecedente similar, aumenta la probabilidad de que repitamos el mismo comportamiento.
Cuando percibimos que nuestras acciones tienen unas consecuencias que valoramos como aversivas, estas acciones
quedan debilitadas –no son reforzadas–. En el futuro disminuimos la frecuencia, intensidad o duración de estas acciones
o directamente las sustituimos por otras
Las situaciones críticas, en el contexto que nos ocupa (urgencias, emergencias o desastres), pueden definirse como sucesos con
un gran impacto emocional capaces de paralizar los recursos habituales de personas o grupos que en circunstancias normales se
comportan de manera eficaz. Generalmente suceden de forma imprevista, causan gran impacto, algunas veces de carácter
extremo por la sensación de amenaza objetiva o percibida, que se experimenta.
Tener presente:
Las personas afectadas, en su mayoría, tienen un estado de salud mental normalizada.
Los casos psicológico-psiquiátricos patológicos constituyen una minoría
Toda persona que está envuelta en un desastre, sufre un accidente u otro tipo de situación critica, experimentara
algún tipo de alteración emocional con diferente grado de ajuste funcional a la situación. Hay que tener en cuenta
que nuestro grado de organismo está preparado para responder ante una amenaza. Diversas estructuras cerebrales
se activan con mayor o menor fortuna y contribuyen e influyen sobre el resto de los niveles de respuesta en el
afrontamiento eficaz o ineficaz de la situación.
Nadie elige estar alterado emocionalmente en una situación crítica.
Las “lesiones” emocionales son tan reales y tan serias como las físicas
Las reacciones de estrés agudo ante situaciones de daño o perdida han de ser consideradas inicialmente reacciones
“normales” en personas “normales” que han vivido o estan viviendo en una situación anomala. Su consideración de
“normal” no invalida que hagamos algo para contribuir a su alivio o afrontamiento.
Todos tnenemos “un punto de ruptura” por el cual entramos en crisis (un estado de desestabilizacion, originado por
la vivencia de la situacion critica, en la que nuestros recursos personales de afrontamiento se ven desbordados.
Las personas tiene mas recursos y resistencia psicologica de lo que aprentan
Las personas raramente se encuentran “destrozadas” por la situacion critica o desastre. Pese al estrés sufrido, las
personas se van a desenvolver con lo necesario. Las reacciones de estrés son esperables y en la mayoria lo que
aparentan.
Las personas afectadas responden a la consideracion y el interes de los agentes de ayuda. Mostrar interes y facilitar
apoyo frente a las preocupaciones de las personas proporcionan un sentido de identidad y de afrontamiento
normalizado.
Las personas pueden rechazar la ayuda si esta va acompañada de connotaciones de alteración de la salud mental,
psicopatologías, trastornos, etc. Las batas blancas, las identificaciones como psicólogo o psiquiatras, las
declaraciones en medios de comunicación referidas a síndromes, pueden favorecer esta actitud de rechazo, frente a
acercamientos que brinden apoyo humano, atención a afectados, etc.
Las personas afectadas pueden mostrar emociones y actitudes ambivalentes. Los equipos de ayudan han de esperar
que las personas muestren sentimientos opuestos así como actitudes contrapuestas. La compresión, el respeto y la
actitud de servicio pueden ayudar a ir colocando estos estados.
Cada uno tiene derecho a sentirse como se siente. Este es el principio desde el cual comienza a trabajar con sistemas
de valores distintos o frente de la persona afectada, objetivamente apartadas de la realidad.
Las personas pueden rechazar la ayuda por razones de orgullo y dignidad. Ayudar a las personas tras situaciones de
emergencia o desastre implica, salvo en situaciones de evidente riesgo, colocarse a su disposición y no atornillar una
ayuda que no quieren o no están aún preparadas para recibir. Implica hacer con mas que hacer por y tanto una
como otra acción solo si su actitud muestra que lo desean o lo permiten
¿Por qué luchamos cuando hemos de huir? ¿Por qué huimos cuando hemos de luchar?
En la mayoría de las ocasiones las personas se van a desenvolver en la situación de emergencia con los mínimos deseables para
afrontar la situación. Las transacciones entre los antecedentes y la biografía de las personas, considerando los aspectos
significativos de su historia para ese tipo de situaciones, les va a permitir llevar a cabo acciones (de supervivencia, de ayuda, etc.),
que aumenten la probabilidad de tener consecuencias funcionales en esa situación o contexto. ¿Qué influye en que las personas
afrontemos funcional o disfuncionalmente una situación de emergencia? nuestro cerebro interviene de manera significativa,
como aspecto importante que es, del componente biológico de nuestra biografía.
Ante una dificultad, las personas afectadas por situaciones de emergencia tratan de una forma u otra, con más o menos
conciencia, en el “durante” y/o en el “después”, de hacer frente a la situación problema. (Ver ejemplo página 62).
¿Cuáles son algunos de los más significativos intentos de solución que los afectados (y los emergencistas) ponemos en práctica y
no nos ayudan?
Negar un problema que en realidad lo es. Es preciso actuar pero no se emprende tal acción.
Emprender una acción cuando no se debería emprender Se intenta un cambio para eliminar una dificultad que
desde el punto de vista práctico es inmodificable.
Emprender acciones a un nivel equivocado.
A) Intentar forzar algo que sólo puede ocurrir de manera espontánea.
B) Intentar dominar un acontecimiento temido evitándolo mediante un supuesto aplazamiento.
C) Intentar llegar a un acuerdo mediante una oposición.
D) Intentar conseguir sumisión mediante un acto de libre aceptación. Este intento de solución pasa por
querer que las personas acepten de buen grado nuestros puntos de vista y aún más, que los consideren
buenos, por iniciativa propia.
RECORDAR
1. El comportamiento humano en emergencias implica la puesta en escena del ABC (antecedentes – biografía –
consecuencias) de las personas implicadas.
2. Considerar también la Historia de las personas implicadas, así como los recursos, barreras, factores de protección y de
riesgo, tanto personales como contextuales, es determinante para entender la situación.
3. Son las transacciones entre todos los elementos anteriores, en acción, las que explican y establecen la funcionalidad o
disfuncionalidad en el afrontamiento de la emergencia.
4. Las transacciones se realizan desde la realidad percibida por cada persona implicada.
5. Los intentos de solución que resultan, merecen ser continuados, alentados y reforzados.
6. Los intentos de solución que no sólo no funcionan, sino que crean, mantienen o exacerban el afrontamiento disfuncional
de la situación de emergencia, han de ser modificados evitando el “más de lo mismo”.
CAPITULO 15: PRIMEROS AUXILIOS PSICOLOGICOS EN ACCIDENTES CON MULTIPLES VICTIMAS Y DESASTRES.
ENRIQUE PARADA TORRES
EL APOYO PSICOLOGICO:
Algunos eventos golpean con tanta virulencia el estado de equilibrio de personas, familias o entornos sociales enteros (p.ej.
poblaciones), que dejan tras de sí numerosas pérdidas humanas, pérdidas materiales, y cambios vitales traumáticos. La respuesta
inmediata de los Servicios de Emergencia no se hace esperar y ante la emergencia, se ponen en marcha los recursos sanitarios, de
seguridad y de salvamento para hacer frente a la situación. La respuesta asistencial pretende ser una respuesta integral que
contemple las necesidades físicas, psicológicas y sociales.
Hay diversas formas de clasificar los desastres. Una de ellas, en la tabla siguiente, es en función del carácter natural o de origen
humano y su carácter inesperado o de larga duración. No obstante, además de por tipo de origen del desastre también podemos
encontrar clasificaciones1 en función de:
Consecuencias disfuncionales del impacto psicológico del desastre: la mayoría de estas personas sólo experimentan reacciones
temporales y se recuperan en unas pocas semanas o inician procesos de afrontamiento de pérdidas (duelos) normales. Otras
tienen una curva de recuperación más lenta y unas pocas, pueden entrar en una dinámica personal y situacional que les haga
incapaces de funcionar como lo hacían antes del evento. En estos cuadros estarían trastornos depresivos, de ansiedad y el más
común que sería el trastorno de stress postraumático.
Constituyen intervenciones organizadas y guiadas por objetivos, para las cuales se emplean habilidades, técnicas y tácticas válidas
para este tipo de relación de ayuda. Son intervenciones básicas. Requieren de una formación y de competencias específicas sin
necesidad de ser profesionales.
Constructivo y esperanzador. Colocarse frente a las personas afectadas con una optimista respecto a cómo se encuentra
y a su capacidad de afrontamiento, y esperar una evolución adaptativa a su situación, con el empleo de los recursos
personales, psicosociales y comunitarios oportunos.
Estabilizar el descontrol emocional y falta de raciocinio en el que la persona se puede encontrar y reducir así el riesgo de
daño.
Asegurar el funcionamiento adaptativo básico y autónomo de la persona, grupo o comunidad facilitando ayuda práctica,
o en caso de que no sea posible o no se consiga, enlazar con recursos de apoyo formales y no formales
1. Identificación clara de tu condición de personal de ayuda. Establecer contacto con la persona afectada para ser
“aceptados” como proveedores de Primeros Auxilios Psicológicos.
4. Afrontamiento de su reacción y las necesidades inmediatas. Incitar a la persona al afrontamiento del stress que
pueda estar sufriendo. Motivar y ayudar al abordaje de necesidades básicas e inmediatas por ejemplo, reunirse
o establecer comunicación con familiares, amigos, etc.
5. Restauración de capacidades básicas. Promover comportamientos funcionales para el afrontamiento del futuro
inmediato (horas siguientes). Si el agente de ayuda percibe que el descontrol de la persona es tal, que no se
puede desenvolver por sí misma, debe asegurarse de establecer un enlace entre la persona y algún medio
(familia, amigos, centro sanitario o social, policía, etc.) que se ocupe de ella.
(Ver en el libro las 40 acciones, solo pongo las que nombro en la clase)
FACTORES ESENCIALES PARA UNA RESPUESTA DE APOYO PSICOLOGICO EFECTIVA ANTE DESASTRES
Si por algo se caracteriza una situación de desastre, además de por el daño originado, es por el ambiente de caos que puede
reinar en los momentos iniciales (y en ocasiones, posteriores). Hemos de prevenir que las actuaciones de apoyo psicológico
inmediato tras desastres puedan ser calificadas también de “desastrosas” por no contemplar una serie de factores elementales.
1. Dirección: ejercitar el liderazgo en los equipos de apoyo psicológico. Siempre que sea posible, los servicios de
intervención psicológica deben de trabajar fuera del círculo o la llamada “zona cero” en el que se llevan a cabo las
operaciones de salvamento y rescate de personas y bienes. Los coordinadores de los grupos de apoyo psicológico deben
proveer los Primeros Auxilios Psicológicos al nivel necesario (facilitar, no imponer; prestar apoyo al nivel que la persona
lo necesite y no confundir reacciones de estrés con trastornos).
3. Cooperación: la cooperación y la coordinación de tareas, antes de que tenga lugar la situación crítica. Acuerdos entre los
líderes.
4. Priorización: Las prioridades en un desastre son alcanzar la escena, acceder a los supervivientes, rescatar los atrapados,
atender a los heridos y prevenir riesgos adicionales. No es recomendable que en dicho escenario se planteen acciones de
apoyo psicológico.
5. Autonomía: gestionar la aportación de recursos. En este sentido, la ayuda voluntaria puede no ser bienvenida si no se
aporta de forma organizada, ya que en caso contrario puede incluso hacer más daño que beneficio. Conviene así,
establecer un contacto previo y una confirmación de necesidad, antes de caer en el escenario de la situación crítica como
un “paracaidista”, sin avisar y sin haber sido requerido.
Las características complejas de un desastre, hacen necesario plantearse unas claves tácticas que orienten la organización de la
intervención psicológica. Todas las tareas de apoyo psicológico se van a llevar a cabo dentro de un dispositivo global en el que la
atención debe ir encaminada a dar una respuesta a las diferentes necesidades de los afectados; es decir, una atención biológica o
sanitaria, psicológica y social.
2. Control, sectorización de la asistencia y clasificación
La sectorización de la asistencia es un paso más en la organización. Los tres sectores que se crean en la intervención en el
escenario del desastre son:
Área de salvamento
Área de socorro
Área de base
En todos los sectores, la formación del personal sanitario, de salvamento y de seguridad, en Primeros Auxilios Psicológicos va a
facilitar la labor de los equipos profesionales de intervención psicosocial en desastres. Además del escenario del desastre, hay
otros donde la presencia de los equipos de apoyo psicológico van a ser tanto o más efectivos (hospitales, centros de acogida de
supervivientes, recepción de familiares, etc.).
Cesar San Juan afirma que, uno de los puntos clave en la planificación de la intervención en catástrofes es el establecimiento de
un centro de información y logístico donde se instalen parte de los servicios de asistencia. Las funciones de este centro serían
entre otras:
comunicación de noticias de la forma más rápida posible, reduciendo la incertidumbre en la población general.
La afiliación de afectados no hospitalizados.
Crear un lugar donde los afectados puedan recibir la asistencia necesaria
Establecer un lugar donde puedan llegar los familiares de los afectados
Facilitar las tareas policiales de identificación, personas “diana” para la comunicación de fallecimientos, etc. a través
de las declaraciones de familiares afectados.
Evitar la convergencia de personas en el lugar del desastre ya que podrían dificultar las tareas de rescate, búsqueda
de personas desaparecidas, etc.
Contemplar la posibilidad de desplegar una intervención multimodal en la que desarrollar tanto estrategias de Primeros Auxilios
Psicológicos como procedimientos más elaborados llevados a cabo por varios profesionales. Entre estos procedimientos
avanzados podemos destacar:
Los hechos que van a poner punto final a la asistencia inmediata son:
Quedan encauzados los procesos de rehabilitación, readaptación, duelo, etc. (Regreso de familiares a sus lugares de
origen, finalización de entierros y vuelta a casa)
Se ha facilitado a los afectados el enlace con los recursos de atención a medio plazo (Servicios de Salud, Servicios
Sociales, compañías aseguradoras, etc.).
En todo este proceso, en definitiva, los emergencistas pueden asumir también, junto a su rol de profesional del salvamento,
auxilio y rescate, la tarea complementaria de prestar Primeros Auxilios Psicológicos