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MALLA DE TIERRA.
Las barras verticales utilizadas en la construcción de las mallas de tierra reciben el nombre
de barras tipo copperweld y están construidas con alma de acero revestidas en cobre (la
densidad del cobrizado se mide en micras). El valor de la resistencia de una malla de tierra
depende entre otros parámetros de la resistividad del terreno. El método más usado para
determinar la resistividad del terreno es el de Schlumberger, el cual permite determinar
las capas que componen el terreno, como también la profundidad y la resistividad de cada
uno de ellos.
Se deben distinguir dos tipos de mallas en una instalación eléctrica que son:
Ambas mallas deben estar separadas de modo que la inducción de voltajes de la malla de
alta en la de baja sea £ a 125 V, a menos que la resistencia de cada una de ellas, en forma
separada, sea inferior a 1 W , en este caso pueden las mallas conectarse entre sí.
(
Donde:
• 65V : valor de tensión máximo a que puede quedar sometida una persona cuando
sucede un cortocircuito a tierra.
• I : valor máximo de la corriente de falla monofásica, definida por la corriente de
operación de las protecciones.
Una forma ideal de realizar cálculos de resistencia y solicitaciones de voltaje para una
puesta a tierra ubicada en un terreno de 2 o más estratos, sería de disponer de una
resistividad equivalente que transforme un terreno en resistividad ? 1 , ? 2 , …? n y
espesores h 1 , h 2 ,…h n-1 . En un terreno homogéneo de resistividad ? eq ; esto, es un
terreno que produjera los mismos valores de resistencia y las mismas solicitaciones que el
terreno real.
Sobre la base antes expuesta, esta equivalencia aproximada a las primeras “n” capas hasta
una profundidad de “h”, queda determinado por los siguientes parámetros y expresiones
[6]
(5.2)
(5.3)
(5.4)
(5.5)
(5.6)
(5.7)
Finalmente:
(5.8)
Donde:
1
CLASIFICACIÓN DE SUELOS FUENTE FAO Y UNIVERSIDAD DE CHILE. FACULTAD DE CIENCIAS AGRARIAS Y
FORESTALES, DEPARTAMENTO DE INGENIERIA Y SUELOS. “SUELOS, UNA VISION ACTUALIZADA DEL RECURSO
PUBLICACIONES MISCELANEAS AGRICOLAS Nº 38. SEGUNDA EDICION”. SANTIAGO CHILE 1994. Capitulo II.
LOS SUELOS DE CHILE. Walter Luzio L. Ing. Agrónomo M.S. Depto. Ingeniería y Suelos Facultad de Ciencias
Agrarias y Forestales, Universidad de Chile.
conocen localmente como bofedales. Los suelos orgánicos están constituidos por
materiales fíbricos, especialmente en la ringla superior. Aquellos cuyo nivel freÁtico
corresponde a aguas corrientes no evidencian rasgo de reducción, por lo tanto, no tienen
un régimen ácuico. Se clasifican como Cryofibrist y Cryohemist. En el caso de los suelos no
orgánicos, la mayor parte de ellos sÍ tienen régimen Ácuico, con presencia de materiales y
horizontes gley a escasa profundidad. Aun cuando en algunos casos el horizonte
superficial califica como epipedonhÍstico, frecuentemente no posee el espesor suficiente
para ser considerado como tal. El contenido de materia orgánica en superficie es
alrededor de 10% y el de carbonatos puede ser alto (22% en las Vegas de Turi) con
presencia de costras y eflorescencias. Algunos suelos son tambÍÉn altamente salinos con
conductividades que pueden llegar a los 150Â mmho/cm. Se les ha clasificado como
Cryaquents y Cryaquepts.
Finalmente, es necesario mencionar los suelos de los valles cordilleranos. Estos son
estrechos, con un piso relativamente plano y laderas abruptas con abundante
pedregosidad. La mayor parte de los suelos son Cryorthents.
En el caso de las pampas salinas, Éstas constituyen amplias Áreas con elevada
concentración salina cuyo origen está relacionado con importantes procesos de
sedimentación pleistocénicos. En los salares propiamente tales (Pintados, Bellavista,
Zapiga) se encuentra una costra superficial extremadamente dura, no soluble en agua y
sin efervescencia al HC1. Su espesor puede llegar a los 60 cm. En profundidad se suceden
varias estratas de granulometría diversa conformando un perfil A - C. El pH de los suelos
fluctúa entre 8,6 y 9,8 y el porcentaje de Na+ intercambiable puede llegar a 70%. La
mayoría de estos suelos corresponden a Salorthids.
Según FAO, por otra parte sobre la base de las unidades cartográficas identificadas por
Luzio y Alcayaga (1992), pueden distinguirse, a rasgos generales, 10 grandes tipos de
suelos, los que se describen a continuación.
Suelos del desierto (I, II y III regiones): Corresponde a los suelos ubicados entre el límite
internacional con el Perú y las cercanías de Copiapó, dentro de esta zona es posible
distinguir suelos de los órdenes Aridisoles (suelos poco evolucionados debido a la aridez,
en regiones interiores), Entisoles (suelos recientes con poca evolución, preferentemente
situados en la costa) e Histosoles (suelos derivados de tejidos vegetales), con un
predominio de los suelos Aridisoles. En general corresponden a suelos delgados a
moderadamente profundos (50 a 100 cm). En el sector costero los Entisoles son delgados
y muy estratificados, pudiendo presentar una gran pedregosidad en el perfil debido a su
origen coluvial (materiales provenientes de derrumbes). En el Valle Central los Aridisoles
derivan de sedimentos gruesos y en los sectores más costeros y en la alta cordillera se
ubican los salares, en donde se ha producido una fuerte sedimentación debido a la
desaparición de lagos interiores, en consecuencia los suelos originados son muy
estratificados y con altos tenores salinos y pH elevado. En el Altiplano existen suelos sin
desarrollo, de texturas gruesas y muy delgados y suelos poco evolucionados derivados de
materiales volcánicos. En la alta cordillera (sobre los 3.000 m de altitud) se encuentran los
bofedales cuyos suelos son orgánicos (Histosoles) o minerales, muy estratificados, con
altos contenidos de materia orgánica y elevada salinidad.
precipitaciones y la cobertura vegetal. En el sector costero sur de esta zona los suelos son
poco desarrollados debido a la presencia de materiales parentales sedimentarios muy
gruesos, superficiales e inestables y a la falta de agua, los suelos derivados de sedimentos
de texturas medias y finas son delgados a moderadamente profundos, en los suelos más
evolucionados existe un horizonte argílico (horizonte en que ha ocurrido una acumulación
de arcilla en profundidad) que presenta un cambio textural profundo con relación al
horizonte superior.
Vertisoles (RM, VII y VIII regiones): Son suelos pertenecientes al orden Vertisol (suelos que
se invierten por dilatación y contracción de las arcillas) y están ubicados puntualmente en
las cercanías de Santiago y Parral en posiciones planas o casi planas. El origen de estos
suelos lo constituye la depositación de sedimentos finos en condiciones lacustres.
Según AENOR, las Normas Española UNE 21186 – 2011 Ed. 2 y Francesa NFC-17102, en lo
referido a descargas atmosféricas producidas por rayos da una buena relación de la
resistividad dependiendo del tipo de terreno.
Las normas Normas Española UNE 21186 – 2011 Ed. 2 y Francesa NFC-17102, establecen
que la toma de tierra será correcta siempre que su valor sea inferior a 10 Ω.
En este sentido ,sea que se utilice una malla tipo jaula Faraday, reticulada con picas tipo
copperweld, pata de gallina u otra disposición, lo importante es que la disipación cumpla
el valor referido en la norma; más aún en presencia de terrenos rocosos, secos, arenosos y
áridos, la aplicación de componentes mejoradores de la conductividad son una respuesta
eficiente desde el punto de vista de su disipación; sin embargo, se debe tener presente el
impacto ambiental a nivel de subsuelo que puede ocasionar la aplicación de agentes
mejoradores, en especial cerca de napas acuíferas o humedales.
Sin embargo, bentonita sódica, polvo de grafito, sales biodegradables, gel conductor
pueden ser aplicados con impacto minino, o bien impregnando el terreno con cualquier
electrolito como por ejemplo la sal común (NaCl) o carbonato sódico (Na2CO3). Pero la
gran solubilidad de estas sales y la baja absorción del terreno hacen que las sales
desaparezcan en poco tiempo barridas por las aguas filtradas en el terreno, por lo que
tendría un efecto a muy corto plazo.