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E UGENIA V. V INET **
done with Latin-American adolescent samples, a lectivism which reflects shared attitudes, beliefs,
psychometric behaviour different from the one norms, roles and values among people belonging
we shall expect in agreement with Millon’s the- to a specific cultural group. According to
ory. To do this, the data from the MACI’s Chi- Triandis (2001), the central theme shared by col-
lean normative study was revised deeply. A lectivist individuals is the conception of them-
sample of 807 adolescents, aged 13 through 19, selves as aspects of groups or collectivities, on
divided by sex and also divided into a non con- the other hand, the individualism central theme
sulting group (200 males and 206 females), and is the conception of the individuals as auton-
a clinical group (212 males and 189 females), omous from groups. Collectivist adolescents are
was selected. All participants responded the likely to define themselves by giving priority to
MACI and the Minnesota Multiphasic Personal- in-group goals, they pay less attention to internal
ity Inventory for Adolescents (MMPI-A, Butcher than external processes as determinant of social
et al., 1992). With the MACI scales data, a serie behavior, and they define the relationship with
of statistical analysis for diagnostic validity the in-group members as communal. Collectivist
(Hsu, 2002) that included Cohen’s effect size (d), personal traits, affect the personality functioning
a percentage of non-overlap of the two distribu- of adolescents coming from Latin-American
tions (U1), areas under receiver operating charac- countries in two aspects: They are reflected in
teristic (ROC) curves, and sensibility and elevations of the Dramatizing and Egotistic
specificity analysis, were run through successive scales by integrating specific characteristics re-
stages. lated to externalized, affective and warm social
First, results confirmed that the scales Sub- interactions; also they are reflected in elevations
missive, Dramatizing, Egotistic and Conforming of the Submissive and Conforming scales by em-
scored significantly higher in the non-consulting phasizing specific characteristics related to the
groups than they did in the consulting groups, respect for the group norms and rules and keep-
this finding confirmed that Submissive, Dram- ing group harmony. At the end of the study, a
atizing, Egotistic and Conforming scales pre- bipolar clinical interpretation criteria, that in-
sented a counter-theory behaviour. Second, the cludes the possibility of pathological functioning
same set of analysis allowed to determine cutting in very low and very high scores, is offered for
point scores that had the capability for discrimi- each scale to be used as a guide for interpreting
nating among participants coming from the non- these MACI scores in the context of adolescence
consulting and the consulting groups. Later, the within the Latino-American culture.
MMPI-A clinical scales data were analysed
through a set of MANOVAS and ANOVAS Key words: Millon’s model; Latin-American
drawing significant differentiation between the culture; MACI; adolescents.
healthy functioning and disorderly functioning
groups that were created by dividing the sample
on the basis of cutting point scores from each INTRODUCCIÓN
scale. These analyses also confirmed the
counter-theory behavior for the scales Submis- Theodore Millon postula un modelo teó-
sive, Dramatizing, Egotistic and Conforming rico de la personalidad que se origina en los
found in previous studies in Latin-America. planteos del Modelo Biosocial del año 1969
Results showed that healthy functioning groups y se consolida en el Modelo Evolucionista
had higher MACI scores and MMPI-A scores de la Personalidad del año 1990.
around T 50, which indicated a healthy function- El modelo biosocial plantea que la perso-
ing; vice versa disordered functioning groups nalidad se desarrolla y estructura a partir de
presented lower MACI scores and MMPI-A la interacción de tres dimensiones polares
scores around or higher than T 60, which is an presentes en todo ser humano. Estas son:
indicator of pathological functioning. The inter- (a) la dimensión placer - dolor, cuya orien-
pretation of these results was done considering tación natural es buscar y repetir las conduc-
the cultural syndrome of individualism and col- tas placenteras que promueven la supervi-
vencia y evitar las experiencias dolorosas favorecerán su satisfacción personal. Este es-
potencialmente peligrosas para la vida, (b) la tilo de funcionamiento implica flexibilidad
dimensión pasividad - actividad, que repre- y adaptabilidad para establecer equilibrios en-
senta la tendencia a adaptarse o acomodarse tre las tres dimensiones (placer - dolor,
a las condiciones ambientales, o bien, la ten- activo - pasivo, sí mismo - otros). Hay una
dencia a tener una actitud activa para modi- focalización en la maximización de las ex-
ficar el entorno y hacer que se adecue a las periencias de vida placenteras junto a capa-
propias necesidades y (c) la dimensión sí cidades para enfrentar efectivamente las si-
mismo - otros que se refiere al desarrollo de tuaciones dolorosas, hay capacidad para ser
la individualidad y el afianzamiento del sí activo o pasivo dependiendo de los requeri-
mismo como fuente de satisfacción, o bien, mientos de la situación y hay flexibilidad para
a la orientación hacia los otros como prove- transitar entre una orientación hacia sí mismo
edores de satisfacción y reforzamiento. y hacia los otros. Si esto sucede, puede afir-
El modelo evolucionista revisa la con- marse que la persona posee una personalidad
ceptualización biosocial desde una perspec- sana y normal.
tiva más amplia, otorgando a la evolución Por el contrario, si el desarrollo ha estado
humana la calidad de principio ordenador salpicado de infra o hiperestimulaciones en
del desarrollo de la especie y de los seres hu- ciertas etapas, la persona responderá a las de-
manos en particular. La tres dimensiones se mandas cotidianas en forma más rígida o de-
reconceptualizan como tareas evolutivas ficiente, sus percepciones y conductas favo-
vinculadas a la supervivencia, la adaptación recerán el aumento de la molestia personal o
y la replicación. La polaridad placer - dolor reducirán sus oportunidades. En este caso pue-
representa los mecanismos evolutivos rela- de decirse que la persona posee una persona-
cionados con la supervivencia y está orien- lidad patológica o un trastorno de la persona-
tada al incremento y preservación de la vida. lidad.
La polaridad pasivo - activo se asocia a la Los trastornos de la personalidad han
segunda tarea evolutiva y representa los me- sido descriptos a través de estilos o patrones
canismos de adaptación al medio. La pola- de funcionamiento que surgen al combinar
ridad sí mismo - otros se vincula a la tercera cinco tipos de desorganizaciones posibles de
tarea evolutiva al plantear que los estilos ocurrir al considerar conjuntamente las tres
reproductivos masculinos y femeninos se polaridades del modelo biosocial. Estas des-
diferencian por su énfasis en el desarrollo organizaciones son descriptas por Mc Cann
del sí mismo o en el cuidado de los otros (1999):
como estrategias de preservación de la espe- La primera puede surgir en el estilo
cie. instrumental de afrontamiento de la per-
La personalidad es definida como “un sona, llevándola a fijarse en un modo ac-
patrón complejo de características psicológi- tivo o pasivo de afrontamiento.
cas profundamente enraizadas que se expre-
san de forma automática en casi todas las La segunda puede surgir en la fuente
áreas de la actividad psicológica” (Millon & de gratificaciones de la persona cuando
Davis, 2001, p. 2). Tanto su expresión nor- hay una excesiva confianza en sí mismo
mal como la patológica son el resultado de (independiente) o en los otros (depen-
la interacción de las tres dimensiones en el diente) como proveedores de satisfacción
proceso de desarrollo del individuo. y de experiencias positivas en la vida.
Si una persona ha presentado un desarrollo
sano, con estimulaciones adecuadas en cada La tercera desorganización surge cuan-
una de las etapas del desarrollo neuropsico- do la persona no establece vínculos con
lógico, exhibirá una capacidad para enfren- otros, es decir, se desvincula y presenta una
tarse a su medio de modo flexible y apropiado falta de inclinación, desgano o inhabilidad
y sus percepciones y conductas características para experimentar placer en la vida.
la cultura a la que pertenecen los sujetos podría Sumiso y los resultados contrateóricos de las
jugar en sus respuestas al test. Para ello recu- escalas Dramatizador, Egoísta y Confor-
rren a la Dimensión Individualismo - Colec- mista pueden comprenderse mejor al tener
tivismo (Hofstede, 1980, 1999; Triandis, en cuenta este estilo colectivista de interac-
2001) la cual es definida como un síndrome ción social que está presente naturalmente
cultural que implica conjuntos compartidos de en los estilos de interacción personal en los
creencias, actitudes, normas, valores y con- países latinoamericanos. Sin embargo, es
ductas que se organizan en torno a un tema importante señalar que estas características
central (el predominio de los objetivos indi- no son extrañas al modelo de Millon pues
viduales sobre los grupales -individualis- aparecen en las descripciones factoriales de
mo- versus la dependencia de las personas con las escalas desarrolladas por Davis en 1994
respecto a sus grupos de pertenencia - colec- (citado en McCann, 1999).
tivismo-). Este síndrome aparece en grupos Davis informa que en la Escala Sumiso
de personas que comparten un idioma, un pe- aparecen seis dimensiones (Asertividad de-
ríodo de tiempo y una región geográfica es- ficiente, Respeto a la autoridad, Disposición
pecífica; su polo colectivista es especialmente pacífica, Ansiedad de apego, Corrección
alto en sociedades tradicionales y en la ma- social y Búsqueda de guía), todas ellas, ex-
yoría de las culturas de Asia, África y Lati- cepto la de Ansiedad de apego, son valoradas
noamérica; su polo individualista es especial- positivamente en las sociedades latinoame-
mente alto en América del Norte (al norte de ricanas y al ser contestadas en dirección po-
Río Grande) y en el norte y oeste de Europa sitiva caracterizarían a adolescentes con un
(Triandis, 1997). funcionamiento adaptado y saludable.
El término empleado para las tendencias La Escala Dramatizador incluye cinco di-
personales colectivistas es alocentrismo, en- mensiones (Convivencia social, Búsqueda de
tendido como una preocupación por otros, que atención, Autoimagen atractiva, Postura op-
surge a través del desarrollo y que afecta tanto timista y Desinhibición conductual) que en
a la personalidad como a las conductas y cog- el contexto latinoamericano son consideradas
niciones de los individuos (Triandis, Leung, positivamente e identifican a jóvenes que mu-
Villareal & Clark, 1985). Triandis (2001) se- chas veces son líderes populares entre sus
ñala que las personas alocéntricas son carac- iguales.
terizadas en diversos estudios como afiliati- La Escala Egoísta incluye seis dimensiones
vas, no dominantes, atentas, respetuosas, hu- (Autoimagen admirable, Vanidad social,
mildes, deferentes, obedientes, responsables, Confianza en los propósitos, Independencia
sacrificadas, tradicionalistas, conformistas y auto-asegurada, Indiferencia empática y Sen-
cooperativas. Además, pueden ser vergonzo- timientos de superioridad) que de poseer una
sas, con una autoestima basada en el llevarse elevación moderada serían adaptativas y de-
bien, sensibles al rechazo social y tímidas al seables, especialmente si se consideran los di-
entrar a un nuevo grupo. Experimentan más versos intentos del adolescente por llegar a es-
emociones con compromiso interpersonal tablecer una identidad propia en un contexto
(sentimientos de amistad, cercanía y respeto) colectivista.
y son muy interdependientes con su propio Finalmente, para la Escala Conformista,
grupo de pertenencia, el cual les provee un Davis propone cinco dimensiones (Restric-
ambiente social estable al cual adaptarse. La ción interpersonal, Rigidez emocional, Ad-
adaptación al grupo es prioritaria, están dis- herencia a las reglas, Conformidad social y
puestas a ajustar sus comportamientos y a res- Conciencia responsable) que al estar presen-
tringir sus propias necesidades y deseos en tes, podrían facilitar la interacción social
función del grupo de pertenencia y disfrutan adaptativa de los individuos dentro del con-
al hacer lo que su grupo espera de ellos. texto latinoamericano.
De acuerdo a Vinet y Forns (2006), los re- Vinet y Forns (2006) consideraron a las
sultados de no discriminación en la Escala escalas del MACI como pruebas diagnósti-
paña y Chile). Las normas estadounidenses (Vinet & Lucio, 2005). Este estudio ha de-
y españolas están expresadas en Puntajes de mostrado que la muestra normativa mexi-
Tasa Base asociados a tasas de prevalencia cana se asemeja más que la muestra norma-
de trastornos mentales; las normas chilenas tiva estadounidense al perfil de los ado-
(Vinet, 2008; Vinet & Forns, 2008) están lescentes chilenos de población general, re-
expresadas en Puntajes Transformados con comendándose el uso de los baremos mexi-
Puntos de Corte. canos en tanto no se disponga de normas
En este estudio se trabajó con la versión propias. Consecuentemente, en el presente
chilena del MACI (Vinet et al., 1999) y, da- estudio se utilizó la versión chilena del test
da la naturaleza del estudio, sus resultados (Vinet et al., 1999) y los puntajes normati-
son presentados en puntajes directos. vos mexicanos (Lucio et al., 1998).
corte de cada escala en estudio (variable in- En los ANOVAS realizados con los sub-
dependiente) generó dos subgrupos (grupo grupos sobre y bajo los puntajes de corte en
con puntajes MACI menores o iguales al cada escala MACI para hombres y mujeres
puntaje de corte y grupo con puntajes MACI se evidencia que los subgrupos con puntajes
mayores que el punto de corte); estos grupos MACI mayores al punto de corte obtienen
se compararon en función de sus puntajes en puntajes indicativos de funcionamiento nor-
las escalas clínicas del MMPI-A (variable mal en la gran mayoría de las escalas del
dependiente). MMPI-A, avalando los planteos de funcio-
A continuación, los ANOVAS permitie- namiento contra-teórico presentados en los
ron identificar las escalas clínicas del MMPI- antecedentes de este artículo y corroborados
A responsables de las diferencias entre los en los resultados iniciales.
grupos de funcionamiento sano y funciona- La Tabla 5 informa los análisis realizados.
miento alterado creados según la segmenta- Ella muestra para las cuatro escalas del MA-
ción por puntaje de corte de cada escala CI, los puntajes medios de los subgrupos sobre
MACI en estudio. y bajo el punto de corte en las escalas clínicas
del MMPI-A en las cuales se obtienen diferen-
cias altamente significativas (p < .001);
RESULTADOS además se resaltan en negritas las medias con
una magnitud de la diferencia superior a Eta
El cómputo de las pruebas t, los estadís- al cuadrado igual a .20, la cual sería sustantiva
ticos de validez diagnóstica d y U1 y los y clínicamente interpretable.
análisis de curvas ROC de las cuatro escalas Los resultados expuestos en la Tabla 5 in-
en estudio se presentan en la Tabla 2, en dican, en general, que el subgrupo correspon-
tanto que los puntajes de corte seleccionados diente a Funcionamiento Sano (FS), formado
con sus respectivos índices de sensibilidad y por adolescentes con puntuaciones MACI so-
especificidad aparecen en la Tabla 3. bre el puntaje de corte de estas escalas, ob-
En la Tabla 2 se aprecia en primer lugar tiene en el MMPI-A puntajes cercanos a T50,
que, efectivamente, los puntajes medios de el cual está asociado a ausencia de psicopa-
los no-consultantes son mayores que los tología. Por el contrario, el subgrupo corres-
puntajes medios de los consultantes y que pondiente a Funcionamiento Alterado (FA),
estas diferencias son significativas. formado por los adolescentes con puntuacio-
En segundo lugar, en las tablas 2 y 3 se ob- nes MACI bajo el puntaje de corte, obtiene
serva que las puntuaciones de hombres y mu- en las escalas clínicas del MMPI-A puntajes
jeres siguen el mismo patrón, aunque los pun- cercanos o superiores a T60, el cual está aso-
tajes específicos presentan diferencias según ciado a la presencia de psicopatología.
sexo. Además, la Tabla 5 muestra que existen di-
En tercer lugar, en ambas tablas se apre- ferencias en el funcionamiento de hombres y
cia que la Escala Sumiso es la que obtiene mujeres, pues las diferencias observadas en-
los índices de discriminación entre no-con- tre los subgrupos de mujeres alcanzan con ma-
sultantes y consultantes más bajos al compa- yor frecuencia que en los hombres, magnitudes
rarla con las otras tres escalas. superiores a .20. También se constata que la
La Tabla 4 muestra que la segmentación relación entre cada escala MACI y las escalas
de la población total según puntajes de corte, clínicas del MMPI-A es una relación compleja
produce en las cuatro escalas y en hombres donde cada escala del MMPI-A permite expli-
y mujeres, diferencias significativas entre citar diferentes facetas psicopatológicas que
los subgrupos en el conjunto de escalas clí- estarían implícitas en la conceptualización de
nicas del MMPI-A. El estadístico Eta cua- la escala MACI. La interpretación psicológica
drado indica la magnitud de la diferencia clínica de las diferencias observadas entre FS
determinada en cada escala MACI y corro- y FA permite explicitar los siguientes aportes
bora los resultados comentados previamente. de las escalas del MMPI-A0.
respectivamente. Sin embargo, las puntua- del MACI tendrían un comportamiento psi-
ciones elevadas están definidas en gran me- cométrico bidimensional que identifica un
dida a partir de rasgos o características per- área de funcionamiento sano y dos áreas de
sonales que son consideradas en su mayoría funcionamiento patológico ubicadas hacia
saludables y deseables socialmente en el los extremos de la escala de medición. Una
contexto cultural latinoamericano. propuesta con estos tres criterios interpreta-
A continuación, se revisan interpretati- tivos es presentada en el Anexo.
vamente los aspectos saludables y patológi- Aunque Millon (1993) restringe la aplica-
cos posibles de encontrar en los adolescentes ción del MACI al ámbito clínico, su extensión
latinoamericanos al integrar la información a grupos no clínicos está respaldada por la
procedente de la definición de escalas del misma teoría de Millon que señala tanto la
MACI (Millon, 1993), el análisis factorial de continuidad entre normalidad y alteración,
las escalas (Davis,1994, en McCann, 1999), como la estructuración de patrones de funcio-
los aportes del MMPI-A encontrados en este namiento sano y alterado a partir de los mis-
estudio y observaciones de perfiles del MA- mos principios y por los mismos mecanismos
CI en casos clínicos específicos aportados (Millon, 1969, 1990; Millon & Davis, 2001).
por Vinet (2008). En este estudio se ha vinculado la aplicación
El aspecto saludable, presente a través de del MACI a poblaciones no clínicas con el rol
puntajes directos altos, señala que los adoles- que juega el contexto cultural latinoamericano
centes normalmente Sumisos se caracteriza- en determinadas escalas del MACI. Los re-
rían por ser deferentes, amables y preocupa- sultados parecen ofrecer interpretaciones
dos por los otros, los Dramatizadores se plausibles para comprender las variaciones de
destacarían por ser conversadores y con en- puntajes que se observan en los adolescentes
canto social, los Egoístas estarían bastante latinoamericanos cuando se trabaja con gru-
seguros de sus habilidades y de su propio va- pos de poblaciones generales y clínicas. Esta
lor y los Conformistas serían formales, efi- propuesta interpretativa, que incluye dos po-
cientes y respetuosos. sibilidades de alteraciones para cada patrón,
Un aspecto menos saludable señala que, debería ser sometida a escrutinio empírico en
en casos de puntajes extremadamente altos, futuros estudios del MACI en adolescentes la-
los Sumisos tenderían a anularse en el con- tinoamericanos pues es una proposición no-
tacto interpersonal, los Dramatizadores ten- vedosa no reportada con anterioridad.
drían relaciones breves pero intensas y se Como conclusión, se puede señalar que
aburrirían con la rutina y la estabilidad, los en los patrones de personalidad descriptos a
Egoístas serían también arrogantes y explo- través de las escalas 3, 4, 5 y 7 habría una
tadores y los Conformistas serían constreñi- especial sensibilidad a modos de interacción
dos emocionalmente y muy controlados y social que son muy relevantes en la cultura
tensos. Por otro lado, también es posible en- latinoamericana en contraste con la cultura
contrar puntuaciones patológicas en el ex- angloamericana. Los patrones Sumiso y
tremo bajo de la escala de medición. En tér- Conformista (3 y 7) parecen estar focaliza-
minos interpretativos, puntajes directos muy dos en el respeto a las reglas y al grupo de
bajos señalan posibles trastornos ya sea por- pertenencia; por su parte, los patrones Dra-
que los adolescentes serían despreocupados mizador y Egoísta (4 y 5) parecen privile-
de los otros (No-Sumiso), poco expresivos e giar los aspectos afiliativos vinculados a la
inhibidos emocionalmente (No-Dramatiza- sociabilidad y afectividad; ambos aspectos
dor), inseguros y con escasa confianza en sí han sido señalados por Triandis (2001) en la
mismos (No-Egoísta), o irrespetuosos o con descripción de las personalidades alocéntri-
dificultades para adaptarse a las convencio- cas susceptibles de encontrarse en países
nes sociales (No-Conformista). con una orientación colectivista como lo
El análisis realizado permite señalar que son la gran mayoría de los países latinoame-
los patrones de personalidad contra-teóricos ricanos.
TABLA 1
TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD DESCRIPTOS EN EL MODELO TEÓRICO DE MILLON
(ADAPTADO DE MCCANN, 1999)
TABLA 2
ESTADÍSTICOS DESCRIPTIVOS, CONTRASTE DE GRUPOS Y EVALUACIÓN DE LA CAPACIDAD DE DISCRIMINACIÓN EN
LAS CUATRO ESCALAS EN ESTUDIO EN HOMBRES Y MUJERES
No consultantes Consultantes
t d U1 ABC
Escalas M DT M DT o Az
Hombres
3 Sumiso 48.56 7.41 46.03 10.84 2.75** .27 19.5 .59*
4 Dramatizador 41.79 7.39 38.86 9.39 3.52* .35 24.2 .59**
5 Egoísta 38.86 7.55 34.13 8.77 5.81*** .58 37.0 .66***
7 Conformista 51.01 6.33 41.33 10.30 11.50*** 1.13 59.8 .79***
Mujeres
3 Sumiso 54.97 7.23 52.05 10.50 3.17** .33 22.9 .58*
4 Dramatizador 39.82 7.50 30.89 10.20 9.80*** 1.00 55.5 .76***
5 Egoísta 34.61 8.76 26.82 9.82 8.28*** .84 49.1 .72***
7 Conformista 52.47 6.60 40.69 10.98 12.74*** 1.31 65.6 .82***
TABLA 3
SENSIBILIDAD Y ESPECIFICIDAD PARA LOS PUNTAJES DE CORTE DE LAS CUATRO ESCALAS EN HOMBRES Y MUJERES
TABLA 4
MANOVA PARA LAS CUATRO ESCALAS EN ESTUDIO, SEGÚN PUNTAJES DE CORTE Y LAS ESCALAS CLÍNICAS DEL
MMPI-A COMO VARIABLES DEPENDIENTES EN HOMBRES Y MUJERES
Escalas PC λ gl F η2
Hombres
3 Sumiso 48 .852 9. 394 7.61*** .148
4 Dramatizador 42 .710 9. 399 18.08*** .290
5 Egoísta 37 .764 9. 395 13.57*** .236
7 Conformista 48 .703 9. 399 18.71*** .297
Mujeres
3 Sumiso 54 .833 9. 379 8.47*** .167
4 Dramatizador 36 .589 9. 382 29.62*** .411
5 Egoísta 31 .648 9. 379 22.92*** .352
7 Conformista 50 .587 9. 382 29.91*** .413
TABLA 5
MEDIAS OBTENIDAS EN LAS ESCALAS CLÍNICAS DEL MMPI-A AL SEGMENTAR LA MUESTRA EN SUBGRUPOS DE
FUNCIONAMIENTO SANO ( FS ) Y FUNCIONAMIENTO ALTERADO ( FA ) SEGÚN LOS PUNTAJES DE CORTE ( PC ) DE LAS
ESCALAS MACI PARA HOMBRES Y MUJERES
ESCALAS MACI
Escalas
MMPI-A HOMBRES
Hipocondría (Hs) 50 57 50 50 49 58
Depresión (D) 49 57 48 57 50 56
Histeria (Hi) 49 56
Desv. Psicop. (Dp) 50 56 51 55 46 58
Paranoia (Pa) 48 53 48 53 46 55
Psicastenia (Pt) 50 56 50 56 49 57
Esquizofrenia (Es) 49 55 49 55 46 57
Manía (Ma) 50 55 49 56
Introv. Social (Is) 45 55 46 54 49 52
MUJERES
Hipocondría (Hs) 53 61 53 62 52 61
Depresión (D) 50 62 50 62 52 60
Histeria (Hi) 53 58 53 58 52 58
Desv. Psicop. (Dp) 51 59 51 59 47 61
Paranoia (Pa) 49 57 48 58 47 58
Psicastenia (Pt) 50 62 50 62 49 62
Esquizofrenia (Es) 49 54 50 60 49 60 47 61
Manía (Ma) 55 51 46 56
Introv. Social (Is) 47 58 48 58 50 55
Nota:
Se muestran las medias aproximadas en números enteros y sólo en las escalas del MMPI-A en que se encontraron
diferencias significativas entre los grupos (p < .001).
Las medias con diferencias mayores a η2 = .20 aparecen en negrita.
ANEXO
PROPUESTA DE CRITERIOS DE INTERPRETACIÓN PARA LOS PATRONES CONTRA-TEÓRICOS DEL MACI EN
ADOLESCENTES LATINOAMERICANOS
1.- Funcionamiento Sano: para puntajes normativos menores que PT 50, es decir, puntajes directos ma-
yores que el puntaje de corte.
2.- Funcionamiento Alterado según la Cultura Latina: para puntajes normativos mayores que PT 50, es
decir, puntajes directos menores que el puntaje de corte.
3.- Funcionamiento Alterado según el Modelo de Millon: para puntajes normativos extremadamente bajos,
es decir, puntajes directos extremadamente altos.
Escala 3: Sumiso
Funcionamiento Sano: Adolescentes que se caracterizan por ser deferentes, amables y preocupados por
los otros; están dispuestos a sacrificar sus intereses personales en función del bienestar del grupo y de
la mantención de la armonía y las normas.
Funcionamiento Alterado según la Cultura Latina: Adolescentes despreocupados de los otros, que pri-
vilegian los intereses personales, siendo irritables y agresivos, con posibilidades de mostrar conductas
desadaptativas o delictivas.
Funcionamiento Alterado según el Modelo de Millon: Adolescentes con tendencia a anularse en el con-
tacto interpersonal; muestran una fuerte necesidad de apoyo externo y de atención, sienten malestar,
tristeza y ansiedad si experimentan carencia de atención y cuidados.
Escala 4: Dramatizador
Funcionamiento Sano: Adolescentes con rasgos de sociabilidad y apego natural hacia otros, que
buscan la compañía y el apoyo de otros, son conversadores, divertidos, seductores y con encanto so-
cial.
Funcionamiento Alterado según la Cultura Latina: Adolescentes poco expresivos e inhibidos emocional-
mente, que tienden a aislarse experimentando soledad, falta de motivación y desesperanza, con una sen-
sación general de falta de bienestar e incomodidad personal.
Funcionamiento Alterado según el Modelo de Millon: Adolescentes que tienen una insaciable e indiscri-
minada necesidad de estimulación y afecto; son propensos a maniobras de manipulación y seducción,
tienen relaciones interpersonales breves pero intensas, se aburren con la rutina y la estabilidad.
Escala 5: Egoísta
Funcionamiento Sano: Adolescentes con gran seguridad personal, capaces de mostrarse asertivos, se-
guros de sus habilidades a la vez que sociables y de buen ánimo, mostrando un buen nivel de bienestar
general.
Funcionamiento Alterado según la Cultura Latina: Adolescentes aislados, con ánimo depresivo, insatis-
fechos consigo mismos, con sentimientos de inseguridad personal; presentan una baja generalizada del
bienestar general.
Funcionamiento Alterado según el Modelo de Millon: Adolescentes volcados exclusivamente hacia sí mis-
mos; con una imagen sobrevalorada. Despliegan autoconfianza, arrogancia y alto egocentrismo en su
relación con los otros, pudiendo ser despectivos y explotadores.
Escala 7: Conformista
Funcionamiento Sano: Adolescentes con un adecuado control de su impulsividad y con buenas relacio-
nes interpersonales, son formales, eficientes, respetuosos, apegados a las reglas y confiables.
Funcionamiento Alterado según la Cultura Latina: Adolescentes inmaduros, con pobre control de impul-
sos y conflictos interpersonales crónicos; pueden ser irrespetuosos, discutidores y agresivos presen-
tando, además, sentimientos de ansiedad, tensión y nerviosismo.
Funcionamiento Alterado según el Modelo de Millon: Adolescentes muy constreñidos emocionalmente,
hipercontrolados, prudentes y perfeccionistas; anulan sus sentimientos y deseos para adoptar los de los
demás, oscilan entre la agresión reprimida y el miedo y la vergüenza a la desaprobación social.
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Universidad de La Frontera
Temuco - Chile