Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Resumen Ejecutivo
Palabras Claves:
1
Unidad 1.
Objetivo:
Introducción
Es así como retomamos ciertos aspectos de la realidad del estudiante a nivel general y
los diferentes tipos de expresiones que un grupo determinado de esta sociedad tiene para
2
buscar definir su identidad y roles frente a la misma y de esta forma ir profundizando en
un conocimiento personal y social.
Para dar cuenta de este desafío, de su naturaleza y alcance, nos parece que:
Hay que mostrar la relación necesaria que siempre se da entre religión y cultura,
entendida ésta en términos estructurales, o dicho de otra manera, hay que
mostrar la espiritualidad como forma cultural de vivir la fe;
en un siguiente paso, se impone dar cuenta de cuáles son las características
estructurales de nuestra cultura actual, las que necesariamente vehicularán la
nueva espiritualidad cultural; para, finalmente,
poder captar los desafíos y retos que ambas presentan hoy a la espiritualidad
cristiana.
1
1 La frase atribuida a André Malraux es, como se sabe, “el siglo XXI será religioso o no será”;
citación al parecer apócrifa.
3
Uno de los puntos de partida es ahondar en ciertos aspectos que nos sirven de recuerdo
de los contenidos del módulo anterior y para contextualizar la Espiritualidad en un
diálogo permanente con la realidad etarea, cultural y social que la circunda.
1.1 La modernidad
El Siglo XVIII europeo trastocó el orden feudal y, como nunca antes, abrió las puertas
al desorden y al cambio social. No es casual entonces que los pensadores sociales de la
época se preguntaran insistentemente por la posibilidad de un nuevo orden social. El eje
alrededor del cual gira este debate nos remite al tema del ordenamiento político y la
convivencia social, y sus referentes fundamentales son el individuo y la comunidad.
Los acontecimientos históricos que abonan el terreno sobre el cual germinará esta
discusión son:
La Revolución Francesa.
La Ilustración.
2
Marx. “Contribución a la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel” en Marx y el Derecho. Escritos
de Juventud. Bogotá: Argumentos, Febrero-Marzo, Abril-mayo de 1983, p. 130.
4
En el filósofo alemán Immanuel Kant encontramos la estructura de la autorelación del
sujeto cognoscente que se vuelve sobre sí mismo como objeto para aprehenderse a sí
mismo como en la imagen de un espejo. Kant instaura la razón como tribunal supremo
ante el que ha de justificarse todo lo que en general se presente con la pretensión de ser
válido.
La Revolución Industrial.
3
Anthony Giddens. Consecuencias de la Modernidad. Madrid: Alianza, 1993, p.15.
5
El pensamiento Ilustrado, como primera gran manifestación cultural e intelectual de la
modernidad occidental, cuestiona las bases del Antiguo Régimen sustentado en la
existencia de un principio divino que organiza y orienta dicha sociedad: ¿es posible -se
preguntan los ilustrados- construir un orden social a partir de elementos internos, no
teológicos, esto es a partir del individuo, sujeto o actor?. Desde esta perspectiva, “La
modernidad se expresa en una ruptura con esa fundamentación trascendente y la
reivindicación de la realidad social como un orden determinado por los hombres.
Afirmando su autonomía, los individuos se hacen irremediablemente cargo de
organizar su convivencia”4. En este sentido, coincidimos con Lechner en señalar que la
modernidad es ante todo un proceso de secularización: “…el lento paso de un orden
recibido a un orden producido: el mundo deja de ser un orden predeterminado de
antemano y deviene objeto de voluntad humana…”5
4
Norbert Lechner. Los Patios Interiores de la Democracia. Subjetividad y Política. Chile: Fondo de
Cultura, 1988. p.156.
5
Ibíd.
6
Jürgen Habermas. El Discurso Filosófico de la Modernidad. Madrid, Taurus, 1989, p. 16.
6
d) La Conciencia de Ruptura con el Pasado.
La modernidad se entiende a sí misma como una época histórica, en cuanto ésta toma
conciencia, como un problema histórico, de su ruptura con el carácter ejemplar del
pasado. Se trata de una concepción liberadora que enfrenta las formas tradicionales de
organización social y cultural y que pugna por crear un mundo nuevo y un hombre
nuevo.
1.1.2 La Postmodernidad
7
Charles Baudelaire, «The Painter of Modern Life» en C. Baudelaire The Painter of Modern Life and
Other Essays, pag.1, Londres: 1964, citado por David Frisby, Fragmentos de la Modernidad, Madrid:
Visor, 1992, pág.43.
8
El debate postmoderno hunde sus raíces en las discusiones suscitadas en el campo de lo estético a finales
del siglo XIX y comienzos del s. XX. Es en este período cuando las corrientes modernistas cuestionan las
reglas sobre las que el arte se había fundamentado hasta el momento y tratan de mirar el mundo con ojos
nuevos, colocando su acento en la creatividad e imaginación personal: el escritor abandona el relato lineal
y secuencial para dar vida a una narrativa caracterizada por una simultaneidad de experiencias, donde se
entremezclan el pasado, el presente y el futuro; el artista transforma su objeto formal en un juego de
percepciones múltiples, asimilando todos los temas y materiales; El urbanista, modifica las dimensiones
espacio-temporales de la ciudad, propiciando un ambiente de mayor libertad.
7
introductorias, el autor define el postmodernismo como “el estado de la cultura después
de las transformaciones que han afectado a las reglas del juego de la ciencia, de la
literatura y de las artes a partir del siglo XIX” 9. Cabe señalar que es justamente Lyotard
quien acuña el uso del término y generaliza su uso, para referirse en concreto a la “crisis
de los grandes relatos”.
La hipótesis central que plantea Lyotard en su obra es que “el saber cambia de estatuto
al mismo tiempo que las sociedades entran en la edad llamada postindustrial y las
culturas en la edad llamada postmoderna”. Este paso ha comenzado cuando menos
desde fines de los años 50, que para Europa señalan el fin de su reconstrucción.
Para algunos autores ésta se expresa en la superación de valores asociados con las
sociedades modernas y, en particular, un desencanto hacia la idea de progreso que
9
Jean Francois Lyotard. La Condición Posmoderna. México:Planeta, 1993, p. 9.
10
Ibid., p. 16
8
caracterizó el pensamiento Ilustrado. En la práctica, esto supone un reconocimiento del
mundo y de las culturas que fueron negadas y marginadas por el proyecto “civilizatorio”
occidental, pese a encarnar desarrollos diferentes y alternativos a la idea de modernidad
europea, que terminó imponiéndose como dominante en el mundo actual 11. El mundo
postmoderno se concibe así, como un universo plural, multicultural y fragmentado,
donde no existe una historia única, ni “un punto de vista comprehensivo capaz de
unificar todos los demás” sino “imágenes del pasado propuestas desde diversos puntos
de vista12”.
9
la ciencia, la literatura y las artes y, con la crisis de los relatos propios de la ciencia la
cual, a través de la filosofía, legitima su estatuto.
El otro momento, identifica la ciencia bajo la condición posmoderna (crisis de los meta
relatos), como pragmática de las partículas lingüísticas, ello se constituye según Lyotard
en un efecto del progreso de las ciencias a través de combinaciones lingüísticas que no
son ni estables ni comunicables. En la medida en que el saber científico es una clase de
discurso se plantea que desde hace cuarenta años las ciencias y técnicas llamadas de
punta se apoyan en el lenguaje informatizado a través de la fonología y las teorías
lingüísticas, los problemas de la comunicación, la cibernética, las álgebras modernas, la
informática, los ordenadores, sus lenguajes, la búsqueda de compatibilidades entre
lenguajes-máquinas, los problemas de memorización, los bancos de datos, la telemática
y la puesta a punto de terminales inteligentes”16.
15
Lyotard. Op.cit., 1992, p. 9.
16
Ibid, p. 14.
10
poderes. Hace más útil nuestra sensibilidad ante las diferencias, y fortalece nuestra
capacidad de soportar lo inconmensurable.
El enfoque que nos presenta Jameson, nos permite enlazar la categoría de cultura con el
debate modernidad-postmodernidad: sin atribuir a toda la producción cultural
contemporánea el carácter postmoderno, Jameson considera que es “sólo a la luz de un
concepto de lógica cultural dominante o norma hegemónica que se puede apreciar y
medir la verdadera diferencia: Modernismo y postmodernismo”19.
17
Anthony Giddens. Consecuencias de la modernidad, Madrid, Alianzas Unidas, p. 17.
18
Ibid., p. 57.
19
Es evidente aquí la presencia del concepto de cultura de Raymond Williams. El término cultura como lo
entiende Williams está referido a un modo de vida diferenciado, dentro del cual un sistema significante
característico se considera no sólo como esencial, sino como esencialmente implicado en todas las formas
de actividad social, y también como actividades intelectuales y artísticas, definidas con mayor amplitud,
para incluir no sólo las artes y formas tradicionales de producción intelectual, sino también todas las
prácticas significantes (desde el lenguaje, pasando por las artes y la filosofía, hasta el periodismo, la moda
y la publicidad). La reproducción cultural, en su sentido más simple, ocurre esencialmente en el nivel
cambiante de lo dominante. Lo residual (esto es la obra realizada en sociedades y épocas anteriores y a
menudo diferentes, pero todavía accesibles y significativas), aunque sus procesos inmediatos son
reproductivos, es con frecuencia una forma de alternativa cultural a lo dominante en sus formas
reproductivas más recientes. En el extremo opuesto, lo emergente (esto es la obra de diversos tipos
nuevos) está relacionado pero no es idéntico con lo innovador. Algunos tipos de innovación son
movimientos y ajustes dentro de lo dominante, y se convierten en sus nuevas formas. Raymond Williams.
Sociología de la Comunicación y del Arte. Buenos Aires: 1981, p.13 y p. 190.
11
Jameson caracteriza el postmodernismo a partir de la “mengua de los afectos” o la
“reconstrucción de la estética de la expresión”. Esto supone una crisis de la
representación en términos tradicionales de profundidad/superficialidad, trátese del
modelo hermenéutico interior/exterior, el modelo dialéctico de esencia/apariencia, el
modelo freudiano de lo latente/aparente, el modelo existencial de la autenticidad/falta de
autenticidad, alienación/desalienación o la oposición semiótica entre
significante/significado. La profundidad desaparece y es sustituida por la superficie, o
las superficies múltiples (intertextualidad)20.
El pensamiento postmoderno puede verse como una teoría explicativa que ha hecho
contribuciones muy importantes en el campo de la reflexión de la cultura, la ciencia, la
epistemología y las perspectivas de género. Sin embargo -y como bien lo ha puesto de
presente el sociólogo norteamericano Jeffrey Alexander- “El postmodernismo no se ha
mostrado como una teoría de nivel medio[...]el postmodernismo ha confeccionado una
importante y aglutinante teoría general de la sociedad [...] debe concebirse en términos
extracientíficos, no sólo como un recurso explicativo 21”. En este sentido, el
postmodernismo pretende plantear nuevas tendencias en la historia, la estructura social
y la vida moral.
De este modo, por más que la postmodernidad haya anunciado la muerte de los grande
relatos, no ha dejado de formularse así misma como un Gran relato; por más que celebre
la diversidad del mundo, no deja de proclamar la uniformización intelectual de la visión
20
Frederik Jameson, “Postmodernismo: Lógica del Capitalismo cultural” p. 29.
21
Jeffrey Alexander. “Moderno, anti, post y neo: cómo se ha intentado comprender en las teorías sociales
el “nuevo mundo” de “nuestro tiempo”” en Jeffrey Alexander. Sociología Cultural. Formas de
Clasificación en las Sociedades Complejas. Barcelona: Antrhopos, México: Flacso, 2000, p. 84.
12
del mundo, negando las posibilidades de nuevas alternativas económicas, políticas o
culturales. La existencia de problemas globales de la humanidad, los límites de la
expansión capitalista y las inconsistencias de los órdenes políticos basados en la
democracia liberal, restan piso a la visión posmoderna.
Pensamiento débil. Prefiere experimentar las cosas antes que discutir teorías,
recupera el valor de lo cotidiano, el sentido de lo simbólico y de lo ritual, pero
aumenta la fragmentariedad de la vida, dificulta la elaboración de proyecto
globales y favorece la manipulación por la publicidad, las modas, los medios de
comunicación social y las imposiciones culturales.
13
La cultura emergente de las comunicaciones y en especial el Internet implica el
moverse en el mundo de la información como espacio juvenil, pero sin
percatarse que es un ambiente construido por adultos. Es como el espacio
nocturno, en donde las relaciones primarias se vuelvan en identidades de libertad
virtual temporal.
MODERNIDAD Y POSTMODERNIDAD
MODERNIDAD RADICALIZADA POSTMODERNIDAD
1. Identifica los desarrollos institucionales 1. Entiende las actuales transiciones en
que producen la sensación de términos epistemológicos o disolución de
fragmentación. la epistemología
2. Ve la Culminación de la modernidad 2. Se centra en las tendencias centrífugas
como un conjunto de circunstancias en de las transformaciones actuales y su
que la dispersión está conectada con las carácter dislocante.
tendencias de la integración global.
3. Ve al yo como algo más que el punto de 3. Percibe al yo disuelto por la
fuerzas interseccionales. fragmentación de la experiencia.
4. Afirma que los rasgos universales de 4. Discute la contextualización de las
pretensiones a la verdad nos han sido pretensiones a la verdad o las ve como
impuestos. históricas.
5. Analiza la dialéctica de pérdidas y 5. Teoriza la impotencia que sienten los
adquisición de poder en términos de individuos frente a las tendencias
experiencia como de acción. globalizadoras.
6. Ve la vida cotidiana como un complejo 6. Ve el «vaciamiento» de la vida cotidiana
activo de reacciones a los sistemas como resultado de la intrusión de los
abstractos, que implican tanto la sistemas abstractos.
reapropiación como la pérdida.
7. Considera el compromiso político 7. Considera que el compromiso político
coordinado tanto posible como necesario, coordinado queda imposibilitado por la
en el ámbito local como global. supremacía de la contextualizad y
dispersión.
8. Define la postmodernidad como 8. Define la postmodernidad como el final
posibles transformaciones que van más de la epistemología, del individuo y de la
allá de las instituciones de la modernidad. ética.
14
Características principales de la Nueva Era
"New Age" es el movimiento religioso actual (o quizás pseudo religioso) que está
adquiriendo mayor auge en el mundo occidental. No consiste en una organización
unitaria, no profesa un solo credo, y muchos de los adeptos suscriben sólo parte de sus
ideas. Sin embargo, parece tener miles de seguidores, pertenecientes a una amplia
variedad de sociedades y organismos: desde negocios de comida dietética y grupos de
meditación hasta partidos políticos y asociaciones como el partido Ecológico Humano,
los Ciudadanos Planetarios y Buena Voluntad Mundial.
Se ha visto en Europa una primera gran expansión de sectas tras la Segunda Guerra
Mundial. Esta difusión siguió al desembarco de las tropas americanas que estaban
acompañadas por misioneros de grupos religiosos, principalmente Testigos de Jehová y
mormones. Los Testigos de Jehová, movimiento fundado por el presbiteriano americano
Charles Russel (1852-1916), predican una renovación del mundo dominado por
Satanás. Esta renovación se inspira en ciertos textos bíblicos. La Iglesia de Jesucristo de
los Santos de los Últimos Días, fundada por el pastor metodista Smith (1805-1844)
pretende referirse a mormón, rey de Israel, y anuncia el retorno de Cristo. Este anuncio
se hace por medio de una fraseología bíblica.
Estas nuevas religiones tienen una estructura especial: un maestro divino, el gurú, es el
que detenta la autoridad, el jefe, el guía. Él conoce la fórmula de la salvación, la verdad
sobre el hombre, el modo de transmitir el mensaje (llamado también "principios
15
divinos"). Todo se lleva a cabo a través de la iniciación, en grupos que unen a los
jóvenes, ofreciéndoles seguridad y un mundo mejor. La inspiración es oriental: India,
Corea, China, Japón. Las doctrinas derivan del hinduismo, del budismo, del taoísmo,
con algún elemento tomado del Evangelio. Estos últimos sirven, sobre todo, para que la
mercancía (no tenga que pagar la aduana) traspase la aduana a su paso por occidente.
En 1980 en Estados Unidos, Marilyn Ferguson publica un libro que será todo un
acontecimiento, "Los hijos de Acuario", para un nuevo paradigma. Hacia finales del
siglo XIX, los astrólogos habían anunciado la era del Acuario para fines del siglo XX.
Ferguson habla de la puesta en marcha de una revolución planetaria. Sueña con un
nuevo milenio, una época de liberación del espíritu. De la misma forma que el
descubrimiento del fuego, de la rueda, de la escritura y de la imprenta han cambiado la
cultura, la civilización y al hombre; también los espectaculares descubrimientos
modernos cambiarán el mundo, al hombre, al espíritu humano. Será un nuevo marco, un
nuevo paradigma (paradeigma, según el término griego). Estos nuevos individuos serán
los hijos de Acuario, transformados por la ciencia y por la mística, por los hechos
biológicos, por la sociología y por lo sagrado. Esta transformación del hombre viejo en
hombre nuevo será rapidísima, si el movimiento continúa y se amplía. Los medios de
comunicación y distintas fuerzas ocultas actúan en este sentido. Las ideas son
difundidas por círculos ocultistas, por sectas orientales, por teósofos y por antropósofos,
por grupos ecologistas, por movimientos de religiosidad pagana. Estos sueños,
difundidos en primer lugar en el crisol californiano, han conquistado profundamente los
Estados Unidos y han pasado rápidamente a Europa, donde son muchos los adeptos de
la reconciliación de la razón y el corazón, de la inteligencia y la emoción. La lista de
grupos, de asociaciones y de publicaciones que actúan al servicio del New Age aumenta
continuamente. En 1990, existían en Francia 25 periódicos, 15 grupos y un centenar de
libros.
16
precursores está, en primer lugar, el movimiento esotérico-ocultista del espiritualismo y
del teosofismo y el orden rosacrociano Amorc. Citemos dos personajes: Allan Kardec
(1804-1869), Eliphas Lévi (1810-1875). Hay que pensar también en René Guénon
(1886-1951), fundador del esoterismo en la perspectiva de una tradición primordial.
En oposición a todos los dogmas de las demás religiones, la New Age vehicula
doctrinas que sus adeptos consideran como dogmas a los cuales adherirse.
Las distintas técnicas de educación giran en torno a la adquisición de una nueva toma de
conciencia para comprender al hombre y la vida. Se parte de la primacía del espíritu
sobre la materia. El espíritu es el dominio del Ser absoluto y de la inteligencia creadora.
17
El espíritu es creador y fuente de todo que procede de él. El espíritu es la parte interior
de las cosas.
Esta antropología tiene una particular visión de la función del cerebro del que deriva el
potencial humano. Cada uno de los hemisferios cerebrales -se dice- puede trabajar y
desarrollarse independientemente como un centro de conciencia separado. El cerebro
derecho es el del corazón, el del instinto, el de la fantasía, de los sueños y de las
percepciones totalizantes. El cerebro izquierdo es el de la razón, el del lenguaje, el de la
organización. Está mucho más desarrollado en los occidentales. El New Age preconiza
la armonía de los dos cerebros gracias a la meditación, a los encantamientos, a la poesía,
a la espiritualidad que proviene de India.
La antropología del New Age opta por un cuerpo sacralizado, lugar de exploración de
una dimensión que va más allá del cuerpo. Se considera que más de 500 terapeutas
hacen de grandes sacerdotes de las técnicas terapéuticas. Se trata de una terapia
verdadera y apropiada, pero que se prevé onerosa para quien se compromete en ella. El
engranaje es sutil. A estas terapias se sobreponen técnicas para conocerse mejor y para
vivir mejor: bioenergía, psicoterapia, gimnasias de relajación orientadas a la plenitud,
sofropsique o búsqueda de la armonía de la conciencia, meditación zen y disciplinas
orientales. El yoga se usa como método que favorece el equilibrio y la concentración.
Los estados místicos serían explicables por el mero funcionamiento del cerebro. Para
algunos protagonistas, el acceso a la dimensión mística puede realizarse a través de la
droga, considerada como medio de iluminación. Con esto se explica la moda del LSD
en los Estados Unidos.
18
1.1.3.3.2 Una visión inmanentista de Dios
En la New Age no existe teología, es decir, discursos sobre Dios. Dios no es una
persona, sino la "suma de la conciencia que existe en el universo", el Espíritu universal
e impersonal. Dios es conciencia cósmica y cada hombre posee un potencial divino. El
hombre debe conquistar una conciencia interior de su propia divinidad. Dios, el hombre
y el mundo tienen el mismo origen. Presentándose como la era de Acuario, época no
sólo poscristiana sino que acaba con el reinado de todas las religiones, la New Age
elimina el yugo de Dios y hace libre al hombre. La conciencia divina de la que se
beneficiará el hombre debe asegurarle el amor fraterno, la felicidad y la paz.
Así, según la New Age, la futura religión es una universal, en la que cada uno sigue su
camino en un proceso de transformación personal. Cada uno tiene su despertar místico
que es prolongación de la conciencia. Algunos hablan de conciencia crística, de
despertar de la energía universal, de la unidad. Dios es el principio unificador que reúne
a los seres y a las cosas. Los seres excepcionales como Buda, Krishna, Jesús, son
grandes portadores de lo divino.
En una tal visión inmanentista, el culto es la meditación. Se prevén algunas fiestas: por
ejemplo, la fiesta de Navidad. Se mantienen lugares de peregrinación, como Delfos,
Chartres, Stonehenge, Carnac.
Se puede decir que el único credo de la Nueva Era es la primacía del espíritu sobre la
materia. Este rasgo fundamental nos permite colocar este movimiento en la línea
gnóstica en la cual se encuentra la mayoría de las sectas o movimientos llamados
heterodoxos desde hace dos mil años. Por el contrario, la Nueva Era es una dulce
conspiración contra la violencia del paradigma mecanicista. Enseña que para salir de
este mal paso, hay que invertir los valores y volver a poner lo espiritual encima de la
materia.
19
Este acrecentamiento de la conciencia es sumamente importante para los discípulos del
nuevo paradigma. Dicho movimiento empieza por una concentración cuya práctica nos
lleva a la conciencia de nuestra propia conciencia (conciencia trascendental). Poco a
poco, llegando a esta interiorización máxima de su conciencia, el hombre alcanza el
punto extremo en el cual su conciencia ya no se distingue de la conciencia del universo
(conciencia cósmica). En fin, el conocimiento extático con la conciencia del universo se
identifica como experiencia mística, es decir, como encuentro amoroso con la realidad
última, el Espíritu de Dios (conciencia divina).
Una primera idea que puede surgir al respecto es que el factor biológico es el
determinante principal de esta categorización. Sin embargo, no puede ser todo tan fácil.
Cuenta de esto nos lo brinda Margaret Mead, nos da fe del proceso por el que los
varones al llegar a la pubertad son sometidos a diferentes ritos iniciáticos que les
marcan su vida como adultos, atribuyéndoles ciertas obligaciones y deberes
correspondientes. Estas situaciones siguen siendo bastante comunes en los grupos
tribales y constatan que la categoría de “juventud” es inexistente e innecesaria. Así,
habrá que cuestionar por qué en occidente se ha clasificado la evolución y crecimiento
de la persona humana en estratos bien delimitados, al menos en el imaginario colectivo
(niñez, adolescencia, juventud, adultez y senectud).
20
“La segunda mitad del siglo XX, ha presenciado la irrupción de la juventud” 22y de esta
forma, aparece el concepto de “joven” como ahora lo conocemos, la juventud y lo
juvenil son conceptos post industriales, y nacen en una sociedad donde la base
económica es la producción de servicios, aquí el individuo ya no es pasivo, sino es actor
y protagonista en la escena pública.
Según Feixa, cinco son los factores de cambio fundamentales que generan la
modificación profunda de las condiciones sociales para que aparezcan las culturas
juveniles.
Crecer en una sociedad postindustrial, implica sobre todo, crecer en un ambiente lleno
de cambios constantes, los cambios introducidos por el sistema capitalista, la
modernización social, tecnológica e industrial el paso de una sociedad agraria y rural, a
una sociedad industrial y casi inmediatamente una sociedad de servicios, hacen que todo
el ambiente de vida esté en constante cambio. La consecuencia: una crisis socio cultural
que trae consigo profundos cambios de valores que se expresan en conceptos como
“pluralización” o “individualización” de las formas de vida.
Ante esta situación social, el adolescente o el joven, está frente a una fuerte exigencia
con relación a sus propias competencias, se ve obligado a asumir una nueva forma de
responsabilidad ante sus éxitos o fracasos, es decir decisiones como a qué escuela ir,
qué estudiar, a dónde salir, dónde vivir, etc., son libertades que al ser individualizadas,
confrontan a cada individuo con un número cada vez mayor de riesgos, por ello algunos
autores llaman a nuestras sociedades actuales “sociedades de riesgo”.
22
Feixa, 1998
21
La libertad de la que se habló antes se mezcla con el miedo del fracaso, es por eso que
hoy se aprecian corrientes juveniles contradictorias: algunos apasionados actores
sociales, otros eternos desencantados. Es por ello que Feixa define a la generación
actual como “generación X”, y asegura que “la cultura juvenil posmoderna, ya no es el
resultado de la acción de los jóvenes marginales (minorías revolucionarias), sino del
impacto de los modernos medios de comunicación en un capitalismo cada vez más
transnacional”. Más allá de la actitud de los jóvenes hay que comprender quién es joven
hoy. En 1900, una mujer no se consideraba muy joven cuando a los 17 años tenía dos
hijos, como explica Beatriz Sarlo, hoy lo juvenil se puede extender a cualquier edad;
Orson Wells, no era muy joven cuando filmaba El Ciudadano Kane, así como Greta
Garbo y María Felix nunca fueron adolescentes, siempre proyectaron una imagen de
mujeres adultas y maduras.
En cambio hoy parece que cualquiera que viva una cultura de consumo simbólico
juvenil se inscribe dentro de la juventud; Frank Sinatra nunca fue tan joven como los
Beattles, ni Jimmi Hendrix tuvo nunca la juventud de Mick Jagger el vocalista de los
Aerosmith; ser joven es una cuestión de “estilo”
Para ello se ha creado un mercado joven, tiendas, bares, moda, etc., solo para jóvenes;
“…la juventud es más prestigiosa que nunca… es un territorio en el que todos quieren
vivir indefinidamente”23 y sin embargo, las culturas juveniles son elitistas para quienes
no cumplen con sus condiciones y expulsan a los falsificadores, se crea así una guerra
generacional, consagrada en la crisis de las instituciones y de la autoridad.
A este punto, “es el mercado el que toma el relevo de la juventud, después de haberla
instituido como protagonista de la mayoría de sus mitos” 24 La velocidad de circulación
de mercancías para jóvenes, determinan la acelerada obsolescencia, creando consumos
fragmentados y por tanto vidas, estilos e identidades fragmentadas.
23
Sarlo, 1995
24
ibid
22
a) La juventud como categoría etárea
Se define a los jóvenes como las personas que tienen entre 15 y 28 años de edad. Esto
define a las personas que coinciden con la inserción en el mundo adulto con la
obtención de trabajo estable y la fundación de una familia, con lo que tienen un rol y
status en la sociedad.
De forma mas clara y científica Eric Erikson define el problema que tienen los jóvenes
y jóvenes adultos para la consecución de logro que lleven a la madurez personal y social
cuya teoría expresa:
Edad Etapa o crisis Punto de vista de Erikson :
aproximada “psicosocial” de Hechos significativos e influencias
Erikson sociales
Esta es la encrucijada entre la infancia y la
madurez. El adolescente intenta resolver el
interrogante “¿Quién soy?” Los adolescentes
deben establecer identidades sociales y
12 a 20 años Identidad contra ocupacionales básicas o permanecerán confusos
confusión de roles acerca de los roles que desempeñaran como
adultos. El agente social clave es la sociedad de
padres.
20 a 40 años Intimidad contra La tarea primordial en esta etapa es formar
(adulto joven) aislamiento amistades fuertes y lograr un sentido de amor y
compañerismo (o una identidad compartida) con
otra persona. Es probable que experimenten
23
sentimientos de soledad o aislamiento como
resultado de una incapacidad para formar
amistades o una relación intima. Los agentes
sociales clave son novios, cónyuges y amigos
íntimos (de ambos sexos).
Por otro lado debe tomarse en cuenta los que trabajadores precoces, por la razón de sea,
las niñas madres, etc. Además de los que desarrollan retrocesos, escondiéndose en los
grupos como refugios afectivos, un espacio infantilizado para ser querido. Hay que
reconocer con Coleman (1985) la existencia de identidades múltiples en los jóvenes y
en la construcción de identidad estados o condiciones distintas.
Se asocia a modos de pensar, sentir y percibir y actuar que atraviesan las actividades de
un grupo y lo distinguen de otros, lo que desde ya ubica a la juventud en coordenadas
espacio-temporales, en un tiempo histórico específico y en una realidad socioeconómica
particular. Dentro de la cultura juvenil se pueden encontrar numerosas expresiones
culturales propias por lo que se les denomina culturas juveniles.
24
Por otro lado se acentúa lo que se denomina Tribus urbanas. Que compensan la
atomización y la disgregación de las grandes urbes, ofreciendo pertenencia a grupos,
principalmente para quienes no logran la integración social, a través de la educación y el
trabajo. Los tópicos de asociación pueden ser (siguiendo a Juan Claudio Silva 2002):
Energía subterránea, lo que se refiere a las resistencias y las prácticas alternativas que se
oponen a la pasividad e hiper receptividad;
Hay una fuerte tendencia a aumentar la influencia de esta cultura sobre los valores y
comportamientos de los jóvenes. Esta cultura es propagada por los medios electrónicos
de comunicación y por la industria de la música.
Los valores y también los antivalores son transmitidos a través de tres elementos
importantes:
25
Revista Medellín Vol XXIV No 94 Junio de 1998 ITEPAL P. Jorge Borán, cssp. “Las grandes
tendencias de la situación juvenil: El futuro de la juventud en el contexto del tercer milenio”. Pp. 178 –
205.
25
los sacrificios exigidos por los adultos. Es el espacio libre donde los jóvenes
tienen control y se sienten libres del control parental.
La moda: es más que las ropas y los adornos, incluye también costumbres,
lenguaje, ideas. Revela una búsqueda pertenecer, de ser reconocido, de tener
legitimidad. Pero es una identidad muy frágil, pues es muy cambiante y está
preocupada con las apariencias externas.
El culto de los héroes: Los jóvenes buscan héroes que sirvan como modelo y
mapas para mostrar por donde caminar en tierra extraña. La industria aprovecha
de esta necesidad profunda presente en el psíquico del joven para presentarle
ídolos, artificialmente producidos, y vender sus productos. Algunos héroes
tienen efectos negativos.
El mito de la juventud homogénea: Hay que tomar como horizonte los diversos
sectores juveniles a los que sus espacios de desarrollo los diversifica. El joven que se
ubica en la extrema pobreza, donde el hacinamiento habitacional, el déficit económico y
de oportunidades, la amenaza de enfermedades infectocontagiosas así como la oferta de
drogas y alcohol implican un sector donde lo arriba expuesto se manifiesta con
características muy propias. La mujer en situación de extrema pobreza tiene solo el
horizonte de ser madre, ser esposa y dueña de casa. Tiene una tendencia a buscar un tipo
de religión que acentúa la resignación y reproduce la dominación.
La tendencia al deterioro social Una juventud con pocas perspectivas para el futuro.
El mundo de cambio del milenio ofrece pocas perspectivas para los jóvenes de
Latinoamérica. Solamente los jóvenes altamente formados y especializados pueden
mirar el futuro con confianza26.
26
“A finales de 1995, en una reunión a puertas cerradas, 500 representantes de las élites mundiales
debatieron las perspectivas del mundo para el siglo 21. La evaluación fue devastadora: bastará un 20% de
la fuerza de trabajo para hacer girar la rueda de la economía. El restante 80% de la fuerza de trabajo
deberá contentarse con un poco de pan y circo” M. Hans – Peter – S. Harald, A armadilha da
globalizacao: o assato a democracia e ao bem-estar social. Sao Paulo, 1996, Globo.
26
La mayoría de los jóvenes en América Latina ve únicamente la perspectiva de
desempleo y sueldos bajos. Por ello se ve otras salidas como la violencia, la
drogadicción, el crimen, el suicidio y fundamentalismos religiosos.
Hay dificultad de formar a los jóvenes para la ciudadanía y para la militancia política ya
que no hay alternativas claras. Los políticos conservadores consiguen estabilidad
económica a expensas de los sueldos y los derechos de los trabajadores. Los políticos de
izquierda están confundidos y no presentan alternativas. Hay una victoria provisional
del capitalismo neoliberal.
Hay necesidad de tiempo, sin embargo, para que las alternativas nazcan a partir de las
luchas sociales concretas y de la confrontación de las ideas. Las tensiones indican un
nuevo mundo en construcción. El desafío es preparar jóvenes que sean protagonista y no
solamente espectadores pasivos delante de un mundo nuevo que está por nacer.
En este contexto por no llamarlo “mercado”, se generan las culturas juveniles, que en
sentido amplio, se refieren a la forma en la que la experiencia social juvenil, se expresa
colectivamente por medio de la construcción de estilos de vida que generan una
diferenciación.
27
Nacen del tiempo libre o de los espacios que quedan fuera de la vida institucional, y se
crean “microsociedades juveniles” que poseen algún grado de autonomía de las
instituciones adultas. Estas sociedades determinan tiempos y espacios y se configuran
especialmente durante procesos de profundos cambios sociales, que nacen de factores
económicos, educativos, laborales, ideológicos, etc.
28
De las tres esferas antes descritas, se generan micro culturas que manejan un flujo de
significados que se dan en la vida cotidiana, las culturas juveniles están tan
influenciadas y condicionadas que se puede afirmar que “…no son homogéneas ni
estáticas, las fronteras son laxas y los intercambios entre los diversos estilos,
numerosos” (Feixa, 1998)
Para el estudio de los jóvenes de hoy, con relación al tema propuesto, se intenta afrontar
la perspectiva propuesta por Feixa, es decir desde el conjunto de atributos ideológicos y
simbólicos de los que se apropian los jóvenes, y que se traducen en estilos, unos más
visibles que otros, que integran elementos materiales e inmateriales heterogéneos como
la moda, música, lenguaje, ritos, etc.
Las culturas juveniles según Reguillo, deben ser enfocadas desde tres niveles: el grupo
juvenil su constitución y su dimensión identitaria, la otredad y sus nexos con las
identidades, y la orientación de las prácticas organizativas de los jóvenes.
29
1.3.2 Identidades Juveniles y Generación.
“El primer gran factor estructurador de las culturas juveniles es la generación” (Feixa,
1998) (este concepto de generación se refiere a la identidad de un grupo de edad
socializado en un mismo período histórico). Los actores se adscriben a una serie de
sucesos y estilos que forman una especie de memoria colectiva y se refleja en
acontecimientos generacionales. Dentro de esta investigación concebimos al tatuaje y al
piercing como unos de esos fenómenos de identificación interpersonal de la presente
generación, uno de los elementos distintivos del estilo juvenil actual y uno de los sellos
distintivos de las culturas juveniles posmodernas, ya que rebasa el límite de las
microculturas, para convertirse en uno de los emblemas de los jóvenes de hoy.
“El estilo puede definirse como una manifestación simbólica de las culturas juveniles,
expresada en un conjunto más o menos coherente de elementos materiales e
inmateriales, que los jóvenes consideran representativos de su identidad como grupo”
(Feixa, 1998) Los estilos implican la emergencia de la juventud como sujeto social, y
encuentran sustento en la difusión de modelos a través de los mass media; los estilos se
diferencian y caracterizan por el vestuario, lenguaje, música, lugares y consumos
sociales.
30
Divino Niño); otra manera en la modificación de objetos producidos o utilizados
en el pasado por otros grupos sociales como es el caso del tatuaje y las
perforaciones (un elemento evidenciado aún más por los estilos “retro”,es decir
que toman elementos del pasado, propuestos en las pasarelas de moda); otra es la
exageración del significado ya dado y finalmente la combinación de elementos
para formar claves, este es el caso del lenguaje (creación de Neologismos como:
“carnal” para decir amigo o hermano; “caleta”, para referirse a la casa;
“camello”, para el trabajo, y las “guitas” son el dinero que permite comprarse la
comida o “ jama”).
Estas prácticas se inscriben dentro de los procesos de identidad que José Valenzuela,
(1998) define como identificaciones gregarias, es decir, aquellas comprendidas en
expresiones y gustos definidos por imitación, conductas de agregados de jóvenes que
participan de elementos comunes sin que existan vínculos entre ellos, estas prácticas
pueden considerarse como procesos rituales de identificación, y es precisamente este
carácter global- personal el que define las prácticas estéticas en cuestión (tatuaje y
piercing), porque van más allá de la conformación de grupos específicos, por ejemplo,
31
roqueros, ravers, hippies, todos aparentemente disímiles, comparten estas prácticas de
tatuado y perforación, sin necesariamente estar vinculados directamente entre ellos o
mantener ningún tipo de relación social. Estos son “rituales” que aparentemente tienen
un amplio carácter generacional más que grupal.
La primera implica la separación de las personas del grupo para comenzar a pasar de un
estado al siguiente y luego reincorporarse con la tercera fase de agregación; pero es la
segunda fase, la de marginalidad o limen la que más se acerca a nuestro tema, en esta, el
individuo transita de un estado a otro, y se trata de una especie de limbo, ya que no
están ni en el estado inicial ni en el final; a esto se le denomina fase “liminar” del rito;
lo más sobresaliente de esto, es el estado emocional-espiritual de la persona, quien en
este proceso ocupa una posición social ambigua.
32
complicados porque “…su condición propia es la de la ambigüedad y la paradoja, una
confusión de todas las categorías” (Turner, V. 1980).
Otra característica de las personas liminares, es que “…no tienen nada. No tienen
estatus, ni propiedad, ni insignias, ni vestidos normales, ni rango, situación de
parentesco, nada que los deslinde estructuralmente de sus compañeros.” (Turner, V.
1980) por ello vive un momento de intenso sentido comunitario, de solidaridad, respeto
e igualdad.
33
En todo este contexto de la juventud se hace necesario rescatar ciertas características
más trascendentales como la espiritualidad que trasciende y trastoca ciertos aspectos e la
vida llegando a cuestionarlos y proyectarlos en una diferente realidad social, cultural,
política, coadyuvando con algunos elementos sustanciales para la construcción de una
sociedad con más esperanza.
34
2.1 Fundamentos antropológicos de la Espiritualidad
35
Hay que establecer definiciones que aclaren y amplíen el significado del concepto para
tener en una visión amplia. A través de la revisión de la literatura se encontró amplias
definiciones del concepto espiritualidad. Se encontró que la palabra espiritualidad se
deriva del latín “espíritu”, que se refiere a aliento, aire, viento. O’Neill (1998), en su
artículo Spirituality and chronic illness, hace referencia a la definición de Domberck
(1995), que plantea que el espíritu es lo que anima o da vida a una persona. El
diccionario de la Lengua Española lo define como el alma racional, vigor natural y
virtud que alienta y fortifica el cuerpo para obrar. Según Burkhardt (1993), establece
que la espiritualidad es una creencia religiosa o una relación con una fuerza superior,
fuerza creativa o un ser divino o fuente de energía infinita. Espeland (1999), en su
artículo Achieving spiritual wellness, menciona que de acuerdo a Wright (1998), la
espiritualidad es la dimensión de una persona que envuelva su relación con él mismo,
con otros, con un orden natural y con un ser o fuerza superior que se manifiesta a través
de expresiones creativas y envuelve prácticas religiosas.
Todas las personas son espirituales, pero existe descuido por la afiliación a una religión
o devoción. Las creencias religiosas y espirituales son importantes en la vida de los
individuos y pueden influir en los estilos de vida, actitudes, sentimientos acerca de la
enfermedad y la muerte.
36
individuo a aceptar su enfermedad y poder compartir con otras personas sobre su
condición de salud. Otros individuos ven la enfermedad como una prueba de fe y
piensan que si ésta es suficientemente grande van a sentirse mejor. Viéndolo desde otra
perspectiva, la enfermedad es aceptada usualmente por todos, pero no mezclan sus
creencias religiosas. Usualmente las creencias religiosas o espirituales ayudan los
individuos a aceptar sus enfermedades y a planificar su futuro. La religión puede servir
de ayuda al individuo en el proceso de la muerte, y lo ayuda a fortalecerse durante la
vida (Kozier, 1995).
Como tercer atributo está que la espiritualidad es una energía constante pero
dinámica. Esta energía dinámica hace que la persona vaya en busca de bienestar,
propósito y significado de la vida. Esto a su vez hace que se supere la realidad
material.
37
crea incertidumbre y sentido de incomodidad; pero el individuo basado en sus
conocimientos y acciones mira el futuro de forma positiva.
Existen varios factores que están presentes tanto en el concepto espiritualidad como en
el concepto esperanza, aceptación y auto-trascendencia. Estos son la energía,
sentimiento, la relación con otras personas y la relación con la misma persona. En
resumen, el proceso de aceptación y los aspectos de trascendencia del individuo pueden
resultar en un sentimiento de conexión o de relación con la espiritualidad.
El concepto espiritualidad puede ser utilizado para describir otros conceptos del ser
humano. Estos pueden ser una interrelación armoniosa, una fuerza interior, tener
conocimiento, el hacer, ser, bienestar espiritual, trascendencia, salud espiritual. Estos
pueden ser una forma de definir como se sienten los individuos. Estas son diferentes
formas de identificar experiencias y sentimientos de las personas.
Este concepto tiene diversos usos que en conjunto a las creencias religiosas ayudan a los
individuos a movilizarse hacia altos niveles de bienestar. Entre los usos esta el que las
creencias espirituales sirven de guía a los aspectos del diario vivir. Estas creencias son
fuente de soporte y fortaleza interior que promueven al individuo hacia un óptimo nivel
de bienestar. Otro de sus usos es que las creencias espirituales ayudan a resolver
conflictos internos del individuo y aun cuando puede estar influenciado o no por el
aspecto religioso, ayuda a la solución de conflictos en la vida de los seres humanos.
Entre los antecedentes del concepto espiritualidad se encuentran las experiencias que el
individuo haya tenido en la vida, estas pueden ser positivas o negativas que promuevan
38
el desarrollo de destrezas de fortaleza existencial. Un ejemplo de esto son las
enfermedades terminales que hacen que el individuo busque el significado de la vida
para ellos. Un segundo antecedente son las características del individuo y es
determinante el conocimiento que esté tenga. La interrelación de otros sentimientos
tales como el amor, autoestima, sentido de pertenencia es otro de los antecedentes que
fomenta la espiritualidad. Como último antecedente están las cualidades inherentes del
concepto espiritualidad.
Cada uno de estos antecedentes trae como consecuencia que los individuos tengan
propósito y significado en sus vidas. Esto desarrollará un sistema de valores que guíen
los patrones de conducta de los individuos. Esto permite que el individuo desarrolle su
auto-trascendencia (Haase, 1992).
Desde las culturas más antiguas y referentes para el mundo occidental el ser humano ha
expresado su religiosidad de distintas formas, la trascendencia o Dios ha tenido diversas
explicaciones a aspectos fenomenológicos, tales como Zeus, Afrodita y toda la
mitología griega. Este tipo de religiosidad siempre se ha encontrado ligada a aspectos
antropológicamente profundos dada la misma necesidad del ser humano por
comunicarse con un ser superior o por buscar explicaciones a cosas que no entendía.
39
3. El aporte específico de la Espiritualidad Cristiana
La espiritualidad cristiana es una forma en que una persona, que esta animada por la
presencia viva y por la acción del espíritu de Cristo, reacciona y actúa habitualmente de
acuerdo Él. De esta forma la espiritualidad cristiana abarca toda la persona humano
¿Cuerpo y Espíritu? Para san Pablo una persona es espiritual cuando todo su ser y su
vida están ordenados, dirigidos e influenciados por el espíritu de Dios, por su aliento,
que es vida.
Existe una sola espiritualidad cristiana que parte del mensaje cristiano que llama a la
persona; sin embargo el mensaje cristiano se realiza en una persona concreta y en un
40
momento histórico determinado. Es por lo anterior que se habla de diversas escuelas de
espiritualidad cristiana que responden a sus concretizaciones en cristianos conscientes y
en momentos históricos determinados. El conjunto de elementos característicos de la
vida o doctrinas espirituales comunes a un grupo de personas ligadas de cierta manera a
un fundador con una determinada personalidad religiosa. Ejemplos de lo anterior lo
tenemos en las siguientes escuelas de espiritualidad cristiana con sus respectivos
acentos y que no son doctrinas de una existencia personal.
41
Histórico cronológico: Tiene en cuenta el momento de la historia en que se
desarrolla la espiritualidad (paleocristiana, medieval, moderna, contemporánea,
etc.)
Varios autores ofrecen recomendaciones generales sobre como debe ser la Espiritualidad
Cristiana hoy, Joan Sobrino dice que: “Vida espiritual significa: vivir la historia con
espíritu de apertura, de disponibilidad, de fidelidad, siendo que la verdadera vida
espiritual implica un espíritu de santidad, que no es otra cosa que el compromiso real
con los pobres y más necesitado”
Haughey, teniendo en cuenta también los medios de comunicación sostiene que hay tres
tipos de espiritualidad entre los Católicos: la Institucional, que son leales a la doctrina
de la jerarquía y no se fían de fuentes seculares; la pneumática que están preocupados
por su propio crecimiento espiritual y se fían de los libros que trasmiten ciertas
tradiciones y estilos de vida y la; autogénica que estimula de democratización dentro de
la Iglesia y piensan que en general los medios seculares presentan sin prejuicios a la
Iglesia.
Ciertas características deben estar presentes para una espiritualidad que aporte a a la
cultura, tales como:
42
interpretar cada tradición o escuela espiritual y actualizarla.
Existen medios a nuestro alcance que nos pueden ayudar a crecer en la espiritualidad
cristiana, son utilizados desde los orígenes del cristianismo.
43
Unión con Dios y con Jesús.
Retiros y Ejercicios Espirituales. Vida de oración.
Examen o revisión de la oración y de lo sucedido durante el día.
Meditación y lectura espiritual.
Meditación y lectura de la Biblia.
Sacramento de la Reconciliación y de la Eucaristía.
Acompañamiento espiritual con una persona capacitada.
Discernimiento espiritual, para poder actuar en nuestra vida conforme a lo que
Dios nos propone.
Práctica de obras de misericordia espiritual (dar buen consejo, enseñar al que lo
necesite, corregir a los que se equivocan, consolar a los afligidos, perdonar las
injurias, sufrir las debilidades del prójimo, rezar por los vivos y los muertos,
etc.)
Práctica de obras de misericordia corporales (ayudar materialmente al que lo
necesite, hospedar a peregrinos, visitar y consolar a los afligidos, etc.)
Siguen resonando aquellas palabras de Pablo VI en EN, 20: “La ruptura entre Evangelio
y cultura es, sin duda alguna, el drama de nuestro tiempo”. Una fe que no encuentra
medios para poder expresar su contenido a la cultura de su tiempo o que sigue haciendo
uso de unas categorías propias de otro momento histórico, difícilmente podrá ser vivida
como buena noticia. Una cultura “donde la presencia de Dios ya no es una suposición
sostenible y donde Su ausencia ya no es un peso sentido y, de hecho abrumador, ya no
puede alcanzar ciertas dimensiones del pensamiento y de la creatividad”27.
Desde el Vaticano II hasta nuestros días muchos han sido los análisis que, desde
distintas instancias, se han hecho sobre la cultura actual, poniendo de manifiesto los
retos y las posibilidades que dirigen a la evangelización. Aunque siempre hay un riesgo
de olvidar los valores positivos de la cultura actual -que los hay y hay que destacarlos-
conviene enumerar algunos de los retos que nos obligan a entrar en diálogo con ellos.
27
G. Steiner, Presencias reales, Destino, Barcelona 1992, 277-278.
44
Hombre creciente, Dios menguante. ¿Cómo hemos narrado los cristianos el
evangelio para que tantas personas rechacen la fe por temor a verse anulados en
su humanidad? ¿Qué imagen de Dios hemos transmitido, que les impide
acogerlo como buena noticia para su vida? Convendría volver a leer aquí lo que
ya señaló el Concilio Vaticano II en la Gaudium et spes (19-21). Por otro lado, la
autonomía reivindicada por la modernidad se muestra tan autosuficiente que no
sólo tiene problemas para aceptar a Dios en su horizonte, sino también la misma
alteridad.
45
testigos y guías del Misterio, ser testigos de una presencia inverificable, pero
auténtica”28.
46
amplios sectores de nuestra cultura un instintivo rechazo a la misma por lo que
tiene, según ellos, de coacción e intolerancia. El pragmatismo, que no se
pregunta por una verdad o bondad que rebase el éxito, y el nihilismo, por el que
nos sentimos más allá de la verdad, más allá del bien y del mal, son el resultado
de una desconfianza radical en la capacidad de la razón para alcanzar la verdad.
Los retos anteriores tienen un eco especial en el ámbito universitario, al ser éste un
espacio que atiende a la formación integral de la persona por medio de una transmisión
orgánica, sistemática y crítica de la cultura. Esta formación integral exige que la
transmisión de la cultura no se reduzca sólo a aquellos saberes fundamentados en una
racionalidad instrumental, pues así se estaría impidiendo, al menos como pregunta, la
posible relación del hombre con Dios. Es en el marco de esta formación integral donde
hay que situar la necesidad del saber religioso en la universidad, pues ésta no sólo debe
instruir en conocimientos y destrezas, sino también educar, algo que no se puede
realizar sin el cultivo de las diversas dimensiones de la personalidad de los alumnos,
entre las que se encuentra la religiosa. Es esta inculturación del evangelio la que nos
obliga a estar atentos a las claves culturales que definen dicho ámbito, pues sólo así nos
encontramos con los desafíos que nos dirigen cuando queremos presentar el mensaje
cristiano.
a) Frente a los que se empeñan en oponer a Dios y al hombre hay que afirmar que
en la revelación cristiana la Gloria de Dios y la gloria del hombre se suman y
consuman juntas. Lo propio del evangelio no es el aut del ateísmo (Dios o el
hombre) sino el et-et (Dios y el hombre).
b) Frente a la exaltación del conocimiento científico, como hace el cientifismo, hay
que decir con Juan Pablo II que éste “lleva al empobrecimiento de la reflexión
47
humana, que se ve privada de los problemas de fondo que el animal rationale se
ha planteado constantemente, desde el inicio de la existencia terrena” (Fides et
ratio, 88). La mentalidad utilitarista, que se deriva del uso exclusivo de una
razón científica, nos empuja a concebir nuestra relación con Dios desde una
clave funcional, lo que supone hacer de Él un objeto del que disponemos a
nuestro antojo. La recuperación de la dimensión trinitaria de Dios es
fundamental para desterrar el ídolo que hemos levantado en función de nuestros
intereses.
c) La moral en el cristianismo es el resultado de una experiencia religiosa en la que
convergen la llamada de Dios y la respuesta humana. Siendo cierto que del
evangelio emanan una serie de exigencias y de valores que, con el correr del
tiempo, han entrado a formar parte del patrimonio ético común de la humanidad,
sin embargo, conviene preguntarse si la desaparición en el horizonte de Dios no
convierte a la ética en un fardo demasiado pesado para ser cargado por el
individuo.
d) Nos encontramos ante una forma de religiosidad sin un Dios personal. El
regreso o el despertar de lo religioso en Occidente exige sin duda un
discernimiento exigente. Si bien se trata, en la mayor parte, más de un regreso
del sentimiento religioso que de una adhesión personal a Dios en comunión de fe
con la Iglesia, no se puede negar, por otra parte, que muchas personas en número
creciente, vuelven a estar atentos a una dimensión de la existencia humana que
caracterizan, según los casos, como espiritual, religiosa o sagrada30. Pero, frente
al optimismo de algunos, el retorno de lo sagrado no significa, necesariamente,
el retorno de lo cristiano. Más bien, retorna la religión, pero bajo su figura
pagana.
e) El diálogo con los otros no puede llevarse a cabo ocultando la verdadera
identidad de cada una de las partes, en aras de un consenso que oculte las
diferencias. El diálogo, dice Juan Pablo II, no puede basarse en la indiferencia
religiosa, y nosotros como cristianos tenemos el deber de desarrollarlo
ofreciendo el pleno testimonio de la esperanza que está en nosotros. No debemos
temer que pueda constituir una ofensa a la identidad del otro lo que, en cambio,
30
Cf. Consejo Pontificio de la Cultura, Para una pastoral de la cultura, Edice, Madrid 1999, 36.
48
es anuncio gozoso de un don, para todos, y que se propone a todos con el mayor
respeto a la libertad de cada uno: el don de la revelación del Dios-Amor31.
f) El cristiano está convencido de que existe la verdad, que ésta tiene rostro
concreto, Jesucristo, y que en la Iglesia y por la Iglesia se hace Él mismo
presente al mundo. Ahora bien, el ofrecimiento de esta verdad de Dios quedaría
en el vacío si no fuera aceptada en la fe y testimoniada, lo que no invalida el
esfuerzo de la razón por conocerla, pues la tentación fideísta olvida siempre que
la pregunta que el hombre se hace sobre sí mismo es condición de posibilidad
para oír la respuesta cristiana.
g) Una educación que pretenda la formación integral de la persona ha de procurar
humanizar la cultura digital, para lo cual será necesario que a la vez que ofrece
saberes y forma en habilidades técnicas, sea capaz de transmitir sabiduría y
conformar actitudes32. Estar conectados a la red nos puede proporcionar una
cantidad de información nunca soñada; sin embargo, esto no nos hace más
sabios. Como dice U. Eco, “hemos agrandado nuestra capacidades de
almacenamiento en la memoria, pero aún no hemos encontrado el nuevo
parámetro de filtrado”33. La Iglesia, experta en humanidad, puede ofrecer las
claves del recuerdo y la sabiduría que nos permitan procesar esa información en
una cultura de lo efímero (Lipovetsky).
El cristianismo, de una parte por la forma cultural pastoril y agrario-urbana que hereda
del judaísmo, y de otra por la forma cultural dominante, agrario-urbana, en que nace,
aunque en Jesús de Nazareth es fundamentalmente y sobre todo experiencia religiosa,
muy pronto, mediante un proceso de intelectualización y racionalización, ésta pierde en
la práctica el lugar inmediato, primero y específico que tuvo en Jesús, para convertirse
en el objetivo más importante, pero mediato e indirecto, al que prácticamente ya no se
puede llegar directamente sino sólo a través de otros procesos racionalizadores como
son catequesis, doctrina, ministerios sacerdotales y hasta la propia liturgia, actividad que
más directa e inmediatamente debiera ponerle en contacto con la propia experiencia
31
Juan Pablo II, Novo Millennio Ineunte, 56.
32
Cf. J. A. Pérez Tapias, Internautas y náufragos. La búsqueda del sentido en la cultura digital, Trotta,
Madrid 2003, 178-179.
33
U. Eco, “A todos los efectos”, en Vv. Aa., El fin de los tiempos, Anagrama, Barcelona 1999, 238.
49
religiosa. Aunque no han faltado cuestionamientos, éste ha sido el proceso general
dominante a lo largo de sus veinte siglos de existencia.
Hay que aclarar en primer lugar a que se refiere cuando se habla de experiencia. No se
trata de elevar el sentimiento puramente subjetivo y entusiástico de cada quien a la
categoría y nivel de primer predicado, desechando toda la teología bajo sospecha de
racionalización.
En la experiencia religiosa el ser humano tiene que armarse de silencio y pureza interior.
“Sin pureza de corazón no sólo no es posible "ver" a Dios, sino que es igualmente
imposible vislumbrar de qué se trata”(Panikkar s/f: 8).
50
El silencio que aquí se demanda es total, de los sentidos, del intelecto y de la voluntad.
Esto implica que, si bien para hablar, sentir y ser conscientes de Dios, se necesita la
mediación del lenguaje, del sentimiento, de la conciencia, no necesita de mediaciones
para abrirse al misterio de Dios. El único discurso posible es el de todo el ser. “La única
mediación posible es nuestro propio ser, nuestra experiencia desnuda, nuestra propia
entidad entre Dios y la nada” (Panikkar s/f:10).
La consecuencia en este caso es que, bajo los efectos de la razón como función
dominante, todo se racionaliza, y la experiencia religiosa se hace presente, incluso con
51
fuerza y emotividad, pero muy poco diferenciada, poco eficiente, con poco control de sí
misma, en estado muy primario. Es de esta manera como sucede que seamos civilizados
en lo que respecta a nuestra función dominante, y completamente arcaicos y primitivos
en la que resulta ser nuestra función inferior, en nuestro caso la experiencia (Jung 1989:
97-127).
Pues bien, conociendo mejor qué entendemos por experiencia y cómo ésta se desarrolla
y adquiere valor o, por el contrario, se debilita y pierde control sobre sí misma, podemos
comprender mejor lo que ha pasado y el reto de cambio que ahora se presenta.
Ante el mismo reto estamos ahora, solamente que más profundo y radical: hacer al
cristianismo experiencial, hacerlo vida, camino y método de experiencia y de vida. El
reto de la cultura actual en lo que más tiene de matricial a la espiritualidad cristiana es
hacer la experiencia de Jesús. El desafío se nos presenta en estos términos
innegociables: o hacemos la experiencia de Jesús o no somos cristianos. A este objetivo
se subordina todo lo demás, comenzando por la misma fe en Jesucristo, en su divinidad,
en que es el Hijo de Dios hecho hombre. A este mismo objetivo se subordina toda la fe
soteriológica o salvífica y redentora en Jesucristo. Es en la recreación hoy de la
experiencia de Jesús, vivida gracias a El y con El pero por nosotros, que nos
realizaremos como hijos de Dios en Cristo, que seremos salvos y redimidos, y no al
revés. No es el dogma por el dogma, ni la adhesión teórica del mismo lo que nos realiza,
es la realización misma de lo que creemos, es la experiencia. Dicho de otra manera, lo
primero que tenemos que ver en Jesús no es un salvador ni un redentor, frente al cual de
raíz ya nosotros nos sentimos objeto de redención, sino un místico, frente al cual
nosotros nos sentimos sujetos invitados, en igualdad de condiciones, a hacer la misma
experiencia. Experiencia que, como en Jesús, implicará gracia y encuentro personal con
un Dios personal. Nosotros no somos cristianos por conocimiento personal elitista
-gnosticismo, New Age- ni por una experiencia y sentimiento panteísta -New Age-. El
encuentro cristiano con Dios es inseparable del encuentro con el hermano. La
experiencia religiosa de Jesús y, en consecuencia, la experiencia del cristiano, es una
experiencia religiosa de Dios en el otro, la experiencia más grande y comprometedora
que se pueda tener del ser humano. Por ello una experiencia así no le teme a la acción, a
la solidaridad y al compromiso. Contra lo que normalmente creemos, jamás es
sospechosa de traición o dimisión. Si es experiencia cristiana, no puede renunciar a ella
52
misma, a la identificación con el otro, al ágape. La sospechosa es la teoría, que sin
embargo tanta seguridad parece darnos, seguridad teórica por cierto. El reto, como se
ve, supone una relectura en clave de experiencia de todo, comenzando por el evangelio,
la vida y palabra de Jesús, de la transmisión que de ellas nos hicieron las primeras
comunidades. Supone igualmente la relectura profunda en clave de experiencia de la
celebración de la fe. La función teórica ha penetrado la misma celebración haciéndola
racional y abstracta. Y, supone, como ya queda dicho, una relectura crítica en la misma
clave de toda la teología.
Cada quien tiene que hacer la experiencia por sí mismo. Por ello tampoco, aun teniendo
que ser en nuestro caso todos caminos cristianos, no habrá dos iguales, cada quien
tendrá que hacer el suyo.
53
Cuestionario para evaluación de la primera Unidad:
Primera actividad:
De la siguiente lectura del II Congreso Latinoamericano de Jóvenes:
Segunda Actividad:
I. Luego de haber observado el video “La pelota de letras” del cómico colombiano
Andrés López, elabora a manera de síntesis un cuadro comparativo entre las
diferentes generaciones y sus respectivos comportamientos.
Tercera actividad:
Conseguir el Libro “El libro de los detalles”, autor Filman González G.
Gráficas Hernández, escoger un ámbito que puede ser: el personal,
54
conyugal, familiar o social y elaborar presentaciones de powerpoint
pensado como para una charla.
Cuarta Actividad:
55