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LOS CUADERNOS

DEL MAESTRO

SABIDURÍA POCO CONVENCIONAL


PARA UN MUNDO MASCULINO EN CRISIS

por
El Maestro
www.MaestroSeduccion.com
Nota importante:
Las ideas y principios contenidos
en este libro están basados en
una mentalidad de abundancia.
Asegúrate igualmente que estés
leyendo una versión original,
obtenida legalmente.

Cualquier intento de copiar


ilegítimamente o piratear este
material va a resultar
únicamente en beneficios
TEMPORALES.
El fin de este libro es estrictamente proveer entretenimiento, y de ninguna
manera brindar consejos o sugerir ningún curso de acción. El autor no se
responsabiliza por el uso debido o indebido de la información contenida en
este libro.

LOS CUADERNOS DEL MAESTRO. © 2007 por El Maestro. Ninguna sección de


este libro puede ser reproducida sin permiso explícito escrito del autor.

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Introducción, y
Cuadernos 1 y 2

El presente ebook contiene los dos primeros


Cuadernos del Maestro, que constituyen la
base esencial para el trabajo restante de la
obra. El contenido de los demás Cuadernos,
junto con mayor información acerca de la obra
y cómo obtener Los Cuadernos del Maestro en
su longitud total de 287 páginas, se encuentra
en el sitio oficial del Maestro:

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Recuerda visitar el blog del Maestro, que


complementa y expande sobre ideas de Los
Cuadernos:

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TRAMPA AL GENIO

Siempre me fascinó la idea del genio de la botella que concede


deseos a quien lo deja en libertad. Pero más allá del hecho que uno
obtenía lo que deseaba, siempre me pregunté por qué es que en las
historias nunca nadie pidió el deseo de poder tener un número
ilimitado de deseos. ¿Existía alguna cláusula secreta para genios
embotellados que regulara la concesión de deseos? Nunca nadie me
supo dar razón…

De cualquier forma, como va a ser evidente a lo largo de estas


páginas, no es mi intención darte una “línea” o un número finito de
“trucos” o artificios que te ayuden a conseguir mujeres. Es mi más
sincero deseo que puedas evadir la tragedia de vivir bajo los límites
impuestos por el pensamiento (los únicos que existen), y que, más allá
de los recursos lingüísticos, fórmulas, y técnicas contenidas en este
libro, puedas comprender los principios que te permitan liberar al
genio que habita en ti, y obtener un número ilimitado de deseos, no
sólo en el campo de las relaciones con el sexo opuesto, sino en
cualquier meta que te propongas.

El Maestro
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INTRODUCCIÓN

Un maestro, al hablarme una ocasión sobre la forma como uno


puede aprender, y cómo es preferible hacer las cosas de la forma más
orgánica posible, me contó cómo aprendió a nadar: “En esos tiempos
habían dos formas de aprender a nadar. Podías buscar a alguien que
te enseñe, y poco a poco la persona te instruía, de manera que a tu
ritmo podías aventurarte hacia el extremo más hondo de la piscina. O
también tus amigos podían empujarte al agua, de manera que para no
morir ahogado, aleteabas y te movías, y así aprendías a nadar.” Me
pregunto si hubo alguno que no llegó a aprender, siguiendo el segundo
método.

Existen infinidad de formas de aprender sobre comunicación y


seducción. Muchos creen que esto es algo con lo que se nace, o que
uno aprende a lo largo de la vida, o incluso que es algo que está
impreso en nuestros genes, y que unos tienen, y otros no. El
pensamiento al que me adhiero es aquel que dice que la seducción es
un campo del saber humano, como las matemáticas y la música—y
como tal, es algo que obedece ciertos principios, y puede ser
aprendido y enseñado. Y debería serlo, en vista que cuando me inicié
en este camino, no tenía la más pálida idea de dónde o cómo empezar.

Ahí quedaron las chicas que me gustaron pero con las que nunca
pasó nada. Luego algunas con quienes siquiera me aventuré a
acercarme y hablarles, y claro, sin mucho que decir y sin saber qué
hacer, las interacciones casi nunca pasaban de un “mucho gusto” que
terminaba convirtiéndose en “si alguna vez nos cruzamos, no te
preocupes en detenerte a conversar.” He padecido de infatuaciones,
he pagado dinero a florerías y tiendas de dulces, he escrito cartas,
poemas, y canciones de amor, he rogado y suplicado con llanto ante
mujeres indiferentes... y nada de eso ayudó a mi causa. Quise creer
en el único amor verdadero, pero ¿qué puede uno hacer si lo que uno
más quiere se le escapa de las manos como un puñado de arena?

Lo único que me abrió las puertas de la verdadera libertad fue el


encontrar los recursos que me ayudaran a pensar de una forma
distinta. Los resultados que obtienes son el fruto de los pensamientos
que rondan en tu cabeza. Seguro has escuchado cosas así infinidad de
veces, y nunca pudiste descifrar lo que ese tipo de frases crípticas
significaban—sé que en mi momento eso me era tan útil como que me
dijeran que “sólo fuese yo mismo y las mujeres van a venir por sí
solas.” Espero que hacia el final de este libro puedas dar un suspiro,
relajarte, y decir para tus adentros “Ahora sí, todo esto tiene sentido.”

Porque verás, más allá de condiciones naturales, de talento o


“carisma,” o siquiera una buena pinta, aquello que va a hacer la
diferencia en qué tan exitoso eres con las mujeres es la forma como
piensas acerca de las mujeres. En específico, te adelanto la conclusión
que espero sea obvia hacia el final del libro: las mujeres van a
responder a ti en base a la forma como las haces sentir. Haz a una
mujer sentirse incómoda con tu presencia, y te va a evitar como la
plaga; hazla sentir un huracán de emociones, y ella instintivamente va
a querer que le muestres más. Las mujeres son muy perceptivas en
ese sentido, y poseen un instinto emocional sumamente desarrollado:
ellas van a actuar según aquello que se siente bien.

Pero espera, matador, y antes que te lances al mundo a regalar


piropos y cajas de chocolates, porque eso es lo que te han enseñado
que hace que una mujer se “sienta bien,” quiero que consideres
alternativas, principios importantes. A lo largo de estas páginas quiero
invitarte a ser un escéptico, y a dudar, sí, dudar de todo lo que sabes
o crees saber de cómo relacionarte con el género femenino. Si estás
leyendo esto, es lo más probable que lo que has estado haciendo
hasta ahora no ha estado funcionando, o no te ha estado brindando
todos los resultados que quieres para ti mismo. ¿Para qué aferrarse a
formas de pensar ineficientes?

Quiero compartir la forma de pensar que me ha sido más útil, de


todo lo que he aprendido en el camino. Te invito a revisar estas
páginas, pero no sólo intelectualmente, sino en un nivel práctico, de
manera que puedas disfrutar de los resultados que te son posibles
obtener. Este libro está dividido en diez secciones, o Cuadernos; cada
Cuaderno contiene una serie de principios que se relacionan entre sí.
He aquí un bosquejo de lo que los Cuadernos contienen:

Cuaderno I: Actitud, principios generales; características que te


conviene incorporar a tu personalidad; la importancia de saber lo que
quieres para ti mismo.

Cuaderno II: El principio del marco de referencia—cómo establecer el


contexto según el cual tus acciones y palabras van a ser interpretadas
por la mujer; la importancia de activamente buscar aquello que
quieres en las mujeres.
Cuaderno III: Algunas estrategias útiles para salir del patrón mental
en que te encuentras e incorporar cambios útiles en el camino de la
seducción.

Cuaderno IV: Formas para controlar las emociones personales de


excitación asociadas con la nueva aventura de la seducción; ejercicios
prácticos para que puedas iniciar el proceso de interactuar con
mujeres.

Cuaderno V: Cómo bosquejar tu propio mapa para conocer e


interactuar con mujeres; formas eficientes de iniciar una conversación;
lenguaje corporal; humor, juegos, y ejercicios para hacerte un
conversador más interesante.

Cuaderno VI: Proximidad verbal y no-verbal, uno de los temas más


confundidos en el ámbito de las relaciones; cómo lograr una conexión
emocional, de manera que ella sienta que puede confiar en ti, y estar
abierta a tu comunicación. Lectura en frío, el arma secreta de la
Proximidad.

Cuaderno VII: El concepto de “educción,” cómo poder obtener


información práctica y hacer que sus sentimientos afloren—máxima
eficiencia, mínimo esfuerzo; lo que ella en verdad quiere—sus valores,
y las emociones que estos le proporcionan.

Cuaderno VIII: El arte de educir procesos; cómo lograr que, más allá
de encontrarte fascinante o intrigante, ella sienta una atracción
irresistible hacia ti, guiándola a través de su propio mapa mental.

Cuaderno IX: Cómo hacer más intensas las emociones que está
sintiendo contigo. Todos los secretos jedi que necesitas para romper
los esquemas a los que ella está acostumbrada y ayudarla a
experimentar placer contigo como nunca ha conocido; cómo lidiar con
casos de infatuación o amoritis; cómo lidiar con novios o pretendientes
fastidiosos.

Cuaderno X: Números telefónicos, citas, formas de escalar la


interacción a algo más candente en el ámbito físico; formas de
incorporar lo aprendido a tu comunicación habitual; una guía práctica
para utilizar las herramientas aprendidas.

La mayoría de las herramientas contenidas en este libro están


derivadas de la disciplina de Programación Neuro-Lingüística, fundada
por Richard Bandler y John Grinder a mediados de los ‘70 (todo lo que
estos autores han escrito es formidable para poder entender el proceso
de comunicación y cambio personal). En parte conceptos de hipnosis y
psicología aplicada fueron usados para derivar varias de las técnicas y
aplicaciones prácticas en esta disciplina. Pero no te preocupes porque
vayas a estar poniendo a las mujeres en “trance” o cosas por el estilo.
De la forma como quiero que entiendas todo esto es simplemente
cómo poder comunicarte de manera más eficiente—la idea es sazonar
tu comunicación de manera que sea más atractiva al género opuesto.

Varios conceptos e ideas van a tener más de una aplicación, y


van a emerger en más de un Cuaderno. Cuando sea apropiado, voy a
hacer la referencia para que revises el material apropiado en otras
partes del libro. Por lo demás te recomiendo que leas todo el libro de
principio a fin, como una novela, pero que luego regreses y
aprehendas todos los principios, uno por uno de ser necesario. Haz
los ejercicios recomendados. Es imposible que todos los
conocimientos aquí vertidos tengan un fin práctico en tu vida a menos
que practiques hasta que te vuelvas eficiente en el uso del material. A
medida que leas va a ser obvio qué practicar, y cómo. Si no practicas,
no vas a poder mejorar—punto.

El principio guía que usé al redactar este libro es poder aumentar


el número de opciones que tienes en tu vida: el número y tipo de
mujeres con quienes puedes relacionarte eficientemente. De igual
manera siempre busca aumentar los recursos que tienes para ti mismo
(saber algo es siempre mejor que no saberlo). El contenido de estas
páginas está diseñado para brindarte mayor libertad y paz emocional,
al mismo tiempo que puedas ayudar a otras personas a experimentar
la misma sensación de felicidad y bienestar con tu presencia.

La única condición que nos impone el universo, a mi modo de


verlo, es que actúes siempre de forma ética, buscando siempre el
darle más opciones y más libertad a la mujer con quien te comunicas;
más y mejores emociones que las que ningún otro hombre le puede
brindar. Espero que con el tiempo te des cuenta que, en efecto, es
posible que seas tú mismo, que seas buena gente y un caballero, y
que al mismo tiempo puedas usar estos principios y alcanzar la tan
soñada libertad.

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CUADERNO I: El TAO DEL MAESTRO

I.1. MAESTRO— ¿DE QUÉ? ¿PARA QUIÉN?

Maestro de la seducción... una frase muy interesante,


ciertamente difundida hoy en día. Y estoy seguro que si les pregunto a
veinte personas lo que ello significa, voy a obtener, con todo y todo,
veinte respuestas distintas. Claro, obtendremos varias variantes que
incluyen la idea de hacer que una mujer se sienta cómoda; saber
cómo hacer que una mujer sienta fascinación y lujuria; quizás cosas
más simples como saber cómo y en qué momento tomar su mano,
acercarnos, y darle ese primer y mágico beso. Todas cosas válidas, y
todas cosas que como hombres quizás en algún momento nos hemos
preguntado cómo hacer. Visto de este modo, lo de “maestro” está
relacionado al oficio de la seducción: es un gran seductor, es un
maestro.

Otra forma como muchos van a entender el término es según la


habilidad de enseñarle el oficio a alguien que busca alcanzar cierto
nivel competente: Pedro busca las enseñanzas de un maestro, quiere
aprender cómo enamorar a una mujer. En este sentido, el maestro es
aquel que le va a enseñar a otro las herramientas para hacer que la
mujer se sienta cómoda a nuestro lado, o que sienta lujuria en nuestra
presencia, etc.

De la forma como te invito a pensar en esa palabra, que es la


idea generadora según escribí este libro, es el maestro como alguien
que guía y le enseña nuevas realidades y formas de sentir a la
mujer.

Si lo piensas, te vas a dar cuenta que esto es lo que nos trae


aquí, a investigar, leer, y buscar nuevos recursos. No la idea de
aprender conceptos intelectuales, sino la de aprender lo necesario que
nos va a permitir tener la libertad de hacer que una mujer se sienta,
por ejemplo, maravillosamente bien en nuestra presencia.

Cómo, de qué manera, dónde y cuándo... todo forma parte de lo


que voy a compartir contigo. Dejemos de lado la idea de técnicas y
modelos de aprendizaje: considera formas de pensar. Alguien que toca
maravillosamente bien un instrumento musical, sí, está usando
técnicas y músculos específicos, y está pensando si quiere tocar fuerte
o despacio, o con qué matices tímbricos, etc. Pero no es el uso de esas
técnicas lo que lo hace un gran intérprete, sino la forma como piensa
al respecto. El maestro musical no piensa “técnica A, ahora técnica B,
ahora un poco de técnica C,” sino genera a través de un proceso
peculiar una forma como expresar sus ideas de manera coherente,
usando en parte las técnicas aprendidas. La maestría viene cuando
piensas de la forma más útil según el contexto en que te encuentras;
de la forma como mejor te acercas a tus metas.

Es mi propósito en este libro el lograr que pienses de una forma


distinta a como has estado pensando, de manera que obtengas
resultados distintos a los que has estado obteniendo. Te voy a dar
técnicas, pautas, patrones lingüísticos, ejemplos, e infinidad de
analogías a lo largo del libro... pero tómalas como las herramientas
que son. El componente principal, lo que va a dictar la diferencia entre
“una sarta de herramientas inútiles,” y los poderes jedi que estás
buscando, es la forma como piensas, tus estrategias mentales, tus
creencias, y tu voluntad de implementar lo aprendido.

Con eso en mente, y cuando descubras la forma como puedes


llevar estas enseñanzas a tu vida, vas a descubrir cómo guiar a las
mujeres a sentirse de la forma como quieras que se sientan (espero
que sea algún sabor de “extremadamente bien”). No me interesa que
hables como yo hablo, o que camines como yo camino o que digas
siquiera las cosas que yo digo (y espero que tú tampoco quieras tal
cosa): te invito a descubrir al maestro que hay en ti. En estos
momentos, con tu mente tienes todo lo necesario para tener
contigo a la mujer o mujeres que quieres en tu vida. Por ello, vas
a notar que las “líneas” o frases chéveres, los trucos mágicos y los
pequeños poemas que hacen a las mujeres delirar no van a tener un
lugar en este libro. Sí te prometo enseñarte algo que puede ser
infinitamente más útil en las manos hábiles, y es la magia detrás de la
magia—la forma de pensar que te permita crear tus propias líneas y
herramientas de trabajo (por no decir de combate).

Mantén el rumbo, y empieza considerando qué es lo que quieres


que una mujer sienta estando contigo. Vas a ser un maestro, y las vas
a guiar, pero ¿a dónde? El cómo, etc., lo veremos cuando llegue el
momento, pero empieza bosquejando para ti mismo aquello que
quieres que una mujer sienta al estar contigo. Esto es importante:
toma lápiz y papel, y tómate tu tiempo (el libro no se va a ir a ningún
lado). Más allá de “guiar a una mujer del bar a mi departamento”
quiero que pienses en “guiar a una mujer a que se sienta de una
forma X en mi presencia.” Esta dirección te va a ser útil, y cuando el
rompecabezas esté por concluirse, te vas a dar cuenta cómo y en qué
dimensión esta idea resulta la más importante para alcanzar aquello
que quieres.

Éste es un libro repleto de ideas y ejemplos, pero más allá de


todo, es tu libro. Al pensar en las ideas que te voy a dar, quiero que
consideres en todo momento cómo vas a llevarlas en la dirección que
quieres ir, de manera que no vivas mi vida o la vida de los maestros
de quienes aprendí, sino que vivas la vida que tú quieres, y lleves
todas las herramientas e ideas ahí. Será un honor para mí asistirte a lo
largo del camino.

I.2. LO QUE TÚ QUIERES

Empecemos por el principio: ¿Qué quieres? ¿Qué te trae por


aquí? ¿Es pura curiosidad científica, o los ánimos de ganarte el corazón
de la chica linda tu barrio? ¿Quizás estás en una cruzada personal por
convertirte en el más grande maestro de la seducción en la historia de
la humanidad? Todo resulta legítimo, pero tenemos que establecerlo, y
establecerlo claramente—tan claramente, que se convierta en tu
destino, el lugar hacia donde nos dirigimos.

Verás, estoy absolutamente convencido que tú puedes tener


aquello que quieras, siempre y cuando esto represente algo que sea
alcanzable y que caiga dentro de los límites de lo que es orgánico. El
problema hoy en día es que la mayoría de hombres ven la idea de
estar con una mujer (ni qué decir estar con una mujer atractiva) como
algo foráneo, como un juego donde ellos están perdiendo, y tienen por
ende que hacer algún tipo de trampa, o de ser más astuto que la
mujer. En el peor de los casos está la mentalidad que el estar con una
mujer es un evento esporádico, y por ende es imperativo tomar todo
lo que sea posible, sin cuestionar calidad, y sin tomar en cuenta cosas
como preferencias personales. Ello se convierte en un juego de
supervivencia; una vida carente de opciones y libertad.

Considera de otro lado la posibilidad de tener opciones, de poder


decidir entre aquello que te hace muy feliz y aquello que te hace
absolutamente feliz. Estamos hablando de la diferencia entre
hambruna y abundancia, entre estar en cautiverio y estar en libertad.
Lo más grandes maestros no son aquellos que saben decir y hacer lo
necesario para estar con una chica—estos son simplemente
conocedores de las dinámicas sociales, con mentes muy bien
calibradas de manera que puedan decir y hacer lo correcto en el
momento correcto. Los verdaderos maestros son aquellos hombres
que viven el tipo de vida que quieren vivir, rodeados del tipo de mujer
que ellos quieren. Y esto no es un lujo o un evento esporádico, ni
mucho menos un regalo de los dioses: es un estilo de vida, una forma
de pensar.

El primer paso es entonces guiar nuestro pensamiento de


manera que podamos acercarnos a aquello que en verdad queremos.
Dejemos de lado lo que es posible, o siquiera aquello a lo que estás
acostumbrado, y dejemos correr la imaginación. No te preocupes de
cómo o de lo que se necesita para que esto se materialice—eso lo
veremos cuando corresponda. De momento lo único que quiero es que
consideres la siguiente idea:

Cuando tengas todas las herramientas y habilidades


necesarias para que esto ocurra, ¿qué quieres obtener para ti
mismo en términos de mujeres y cómo te relacionas a ellas?

Toma lápiz y papel, y separa un momento donde nadie te


interrumpa, porque este ejercicio representa el inicio de tu libertad.
Detalla todo lo que buscas en una mujer. Considera los aspectos
físicos, en el mayor detalle posible. ¿Tu mujer ideal es alta?, ¿qué tan
alta? ¿Pelirroja y de tez clara? ¿O baja? ¿De qué contextura? Más allá
su aspecto físico, ¿qué rasgos personales debe absolutamente poseer?
¿Qué diferencia lo que quieres, de lo que toleras, de lo que no vas a
aguantar de ninguna manera?

Escríbelo todo, pinta con tus palabras la imagen de la mujer


ideal, que puede no necesariamente ser la misma a la de tu última
enamorada, o a las mujeres que estás frecuentando, o la de la chica
con la que has estado coqueteando últimamente. Esto no se trata de lo
que ha estado ocurriendo, sino de lo que va a ser.

Ten en cuenta que quiero que te libres de cosas como “bueno,


me basta con que __.” Eso no va a funcionar para nada de acuerdo a
esta forma de pensar: tal actitud refleja pobreza, escasez. Peor aún:
refleja que estás dispuesto a comprometer tu propio criterio de
selección por el simple hecho de tener una oportunidad con una mujer.
De acuerdo a como quiero que lo entiendas (y que va a ser más claro
a medida que progresemos), las oportunidades abundan, y para hacer
mejor uso de éstas, es crucial tener en claro cuál es tu criterio de
selección, tu estándar.

Las razones por las que esto es importante abundan.


Principalmente, considero que la clave radica en la honestidad de esta
actitud. Sabes lo que te resulta atractivo, y vas por ello—es honesto, e
implica un gran poder de decisión y un compromiso con aquello que te
hace un hombre. Por otro lado, no es nada justo para con una mujer
estar con ella simplemente porque no puedes conseguir algo mejor, o
algo que sea lo que en verdad quieres. En ese caso te estás
engañando a ti mismo y la estás engañando a ella, todo un circuito
generado por la actitud de pobreza y escasez. Y esto sin contar el
hecho que una mujer respeta y ama al hombre que la quiere por lo
que ella es en verdad, por sus virtudes reales más allá de las que
habitan en la imaginación del hombre.

Traza a detalle el tipo de relación que quieres tener con el tipo


de mujer que has descrito. ¿Quieres tener una relación monógama,
solos tú y ella? ¿O quieres tener una serie de relaciones estables con
más de una mujer, sin que ninguna interfiera con la otra? ¿O prefieres
vivir la vida de momento sin tener ningún lazo, y que la cosa no vaya
más allá de un encuentro casual? Es importante que establezcas todo
eso—la forma de proceder va a variar según lo que elijas. Ten en
cuenta que no estamos echando una moneda al pozo de los deseos
para que tu deseo se haga realidad, estamos estableciendo un destino,
que va a dictar la ruta que hemos de tomar.

Puede que te parezca un tanto surreal escribir acerca de


preferencias en tal detalle, quizás algo como “tener un harem
compuesto únicamente de morochas universitarias.” Considera que
quizás la razón por la que hasta ahora no has encontrado el éxito que
quieres es porque no has tenido este nivel de detalle en mente. Y no
me refiero a cosas como “ah, todos mis amigos creen que Jessica Alba
es la mujer ideal, entonces voy a describir en detalle a Jessica Alba.”
Cosa más absurda y menos útil no puede haber. Piensa en lo que te
hace feliz a ti, en lo que quieres en tu vida, en tus propios valores, en
lo que quieres de todas formas y en aquello que no vas a aceptar para
nada. Algunos hombres sólo quieren una pareja, para estar con ella y
hacer actividades de pareja—cosa totalmente legítima, igual que
aquellos que quieren estar casualmente con mujeres que cuenten con
una serie de características específicas.

Vivir en pobreza hace que uno viva tratando de aferrarse a la


oportunidad—la proverbial “última cantimplora en el desierto.” Cuando
te des cuenta que existe una fuente inagotable cada veinte metros,
¿adivina qué? No va a ser necesario aferrarse a la cantimplora, ni
pensar en robarse el agua del vecino, o atiborrarse de agua por si las
dudas. Puedes beber cuando y cuanto quieras, con la tranquilidad que
siempre va a haber más agua. Aferrarse o perseguir a una mujer es la
mejor forma de hacer que ella trate de correr en dirección opuesta,
mientras que tener ese sosiego que brinda la abundancia es una de las
cualidades que más atractivas les resulta.

Quiero compartir algunas de las cualidades que personalmente


busco en una mujer, más allá de lo físico. He encontrado que una
mujer que es de mente abierta, curiosa y dispuesta a aprender más
acerca de ella misma y del mundo que la rodea es siempre alguien con
quien me gusta pasar tiempo. En vista que me considero a mí mismo
un maestro, un guía en cuanto a como ella se puede sentir y cómo
puede alcanzar mejores emociones, es simplemente eficiente que ella
esté dispuesta a recibir el regalo de este aprendizaje.

También que sea sensual y que disfrute de sentirse bien tanto


física como mentalmente—estar con alguien que ve su propio cuerpo
como algo impuro o como una fuente de malestar emocional no es
muy divertido a largo plazo de la forma como yo lo veo. Es más
divertido pasarla bien que tratar de convencerla de pasarla bien.

Por lo demás me gusta compartir mi tiempo con mujeres con


una autoestima saludable. Esto se manifiesta en parte en la forma
como se trata a ella misma, como me trata a mí, y como trata a otros
(entre conocidos y desconocidos). Si tiene problemas con su familia
y/o todo es un gran drama con sus amigas o conocidas, adivina qué,
pronto vas a ser tú la siguiente fuente de drama.

Hace un tiempo decidí que en lugar de tratar de arreglar a una


mujer con problemas de autoestima, lo ideal es simplemente empezar
con el pie derecho y seleccionar mujeres con una autoestima
saludable. Y sí, soy consciente que en todo momento una mujer va a
querer que le digamos que luce bien en su nuevo vestido, o va a
pensar que está gorda o sentirse insegura, todo normal. La diferencia
radica entre que se comporte de tal manera una vez a las quinientas o
que dé berrinches todos los días. Todo depende del criterio que usas, y
de lo que estás dispuesto o no a tolerar—nuevamente, ¿qué quieres
para ti mismo?

De igual manera (y considero que esto es algo que demasiados


hombres no toman en cuenta), quiero estar con una mujer que me
quiera, y que no se haga bolas al respecto. Muchos hombres se pasan
la vida correteando a mujeres que se hacen las difíciles, sea porque les
gusta jugar de esa manera, o porque no están interesadas. Cuando te
das cuenta que ahí donde una mujer quiere que la persigas dos meses
antes de salir a tomar una taza de café, hay cien chicas que están
ansiosas de saltar a tus brazos... el panorama cambia, y la chica que
gusta de los jueguitos de poder y control deja de ser atractiva.

En el Cuaderno IV vamos a hablar sobre la importancia de hablar


con mujeres—con bastantes mujeres. Quiero que pongas las cosas en
perspectiva, y que tengas en claro que el hecho de tener estándares y
un criterio de selección no implica para nada que no puedas disfrutar
de una amena conversación con una mujer al azar, incluso con
aquellas que no cumplen con tu criterio. Si una lección es importante,
es que ser un amante de las mujeres es algo que te va a ayudar
mucho en este camino. Conócelas, habla con ellas, conoce el deleite
de descubrir poco a poco el misterio de lo que hace que una mujer sea
una mujer. No todas van a ser lo que buscas, ¿y? Quién sabe y ahí
donde conoces a una mujer que no cumple con tu criterio, ella tiene a
dos amigas que sí, y que te puede presentar un día.

El hecho de saber qué quieres te va a dar la dirección para saber


con cuáles mujeres, de todas las que vas a conocer, proceder y usar
las herramientas. ¿Te imaginas lo tedioso que sería, y toda la energía
que perderíamos, si nos dedicáramos a hacer que cada mujer que
cruza nuestro camino se sienta maravillosamente bien? No lo dudo,
sería una industria digna de un santo, pero nada práctica para los
mortales comunes como nosotros. Con esta idea de lo que quieres en
tu vida, todo lo demás va a fluir naturalmente, como piezas de un
rompecabezas que se van juntando por sí solas.

Es cuestión de tiempo en que revises el papel con aquel


bosquejo inicial que trazaste, conteniendo lo que quieres en una mujer
y de qué manera te relacionas a ellas... y notes cómo todo el detalle
que usaste para describir tu ideal pasó a ser una realidad tangible.

I.3. LO QUE ELLAS QUIEREN

Manteniendo tu objetivo (los detalles con que has bosquejado tu


ideal en la sección anterior), quiero ahora que consideres algunas
características importantes para cultivar en tu personalidad, sea cual
sea el destino que has escogido. Verás, muchas personas se rompen
las bolas buscando explicaciones al por qué de las cosas... por qué las
mujeres responden a una cosa y no a otra; por qué es mejor ser de
esta manera o de aquella. Y de las decenas de explicaciones y
modelos, puede que encuentres alguna que te convenza o que te
suene como la más lógica del montón.
En mi experiencia ha sido un tanto agotador buscar el por qué
de muchas cosas. La ciencia que poseemos de momento simplemente
no es suficiente para saber con exactitud algunas cosas de la vida. ¿Y
sabes una cosa? Saber el por qué no es necesario para saber
diferenciar lo que es útil de lo que no. A medida que te adentres en el
camino, y a medida que utilices las herramientas, vas a notar cosas,
aprender nuevas formas de implementar algo, o probablemente
descubrir algo totalmente nuevo. Y vas a notar que algunas van a
serte más útiles que otras. Con esto en mente, quiero discutir algunas
características que me han sido útiles para conocer a las mujeres, y de
algunas cualidades que conviene poseer a nivel general, de manera
que aquello que usamos en nuestra conversación, en nuestras
interacciones, sea lo más orgánico posible.

I.3.1. Emociones

Lo más importante en este camino, la lección por excelencia, se


basa en la forma como una mujer procesa el mundo a diferencia de un
hombre. La clave radica en que las mujeres actúan en base a la
manera como se sienten. Es decir, una mujer actúa de acuerdo a
las emociones que siente en un momento determinado. Puedes
pensar en las emociones que una mujer experimenta como el
combustible que va a impulsar sus pensamientos y acciones.

Como hombres, siempre provistos de buenas intenciones y


planes para el futuro, siempre estamos a la expectativa de lo que
puede o debería ocurrir: salir con ella a un lugar, conversar, darle un
beso, etc. Pero donde muchos pierden el control es en cómo llegar
hasta esas acciones. Algunos creen que es cuestión de guiarlas, casi
ciegamente, solamente con una fuerza alfa invisible y poderosa:
“cuando la veas toma su mano, o dile que van a salir, o agárrala y dale
un beso.” Hacer todas esas cosas sin considerar el estado emocional
por el que ella está atravesando es como pretender manejar un auto
sin reparo alguno al nivel de combustible en el tanque.

Es ésta también la razón por la cual usar argumentos lógicos


para persuadir emocionalmente a una mujer no sirve de nada. La
lógica y la emoción se procesan en distintos lugares del cerebro, y
entender algo de forma lógica no garantiza el tipo de emociones que
vamos a sentir al respecto, o el rumbo que estas emociones van a
tomar. Puedes pensar por ejemplo en un producto que no te interesa:
un vendedor puede darte mil razones y beneficios prácticos y reales
por los cuales comprar su producto va a darte una vida mejor; sin
embargo, si no estás motivado a comprar el producto (ver: si no estás
sintiendo la emoción del deseo de tomar acción y comprar), todos esos
argumentos lógicos van a caer en oídos sordos.

De tal manera, lo peor que puede hacer un hombre al querer


conquistar a una mujer es usar argumentos lógicos. En este caso la
lista es aparentemente infinita: “yo te quiero como nadie más te
quiere; yo soy mejor partido que cualquier otro; me gusta pasar
tiempo contigo; eres lo mejor que me ha pasado,” etc. Para una mujer
cuyas emociones no están comprometidas, tales argumentos bien
podrían estar en un idioma que ella desconoce.

A lo largo del camino, sin embargo, te vas a encontrar con un


fenómeno muy interesante y muy real, la famosa lógica femenina.
Ésta es una estrategia usada por las mujeres para razonar las
decisiones que toman. Por ejemplo, una mujer se ve envuelta en un
torbellino de emociones placenteras y termina besándose o haciendo
algo más con un hombre que, de estar emocionalmente sobria y nada
compenetrada en el momento, no le interesaría mayormente. Es aquí
donde vamos a escuchar frases como “las cosas solamente se dieron,”
o “pasó de la nada,” o “todo fue tan rápido, no sé cómo pasó,” etc. La
mujer, al no saber qué emociones tomaron control de ella, o de qué
manera se vio envuelta en emociones intensas, va a pensar en
razones aparentemente sin sentido para justificar sus acciones, como
“es que él es lindo,” o “tiene un no sé qué...” Lógica femenina.

De esta forma vemos que una mujer puede, y en la mayoría de


casos va a actuar en base a la manera como se siente, y luego de
concluida la acción, regresa mentalmente y busca razones “lógicas”
que puedan justificar su conducta. Tales razones no obedecen
necesariamente a lógica alguna: las mujeres por lo general no saben
cómo funcionan sus emociones—sólo saben lo que se siente
experimentarlas. Y créeme que una mujer va a hacer las cosas más
bizarras y extrañas dado que ella se sienta emocionalmente motivada
a hacerlas. Luego ella va a buscar sus propias razones para justificar
su conducta.

Con esto en mente, el componente principal de este libro se va a


concentrar en hacer que una mujer sienta a tu lado emociones
positivas y placenteras del calibre que no siente con ningún
otro hombre. Si conquistas este componente de tus interacciones con
una mujer, nunca más vas a tener que buscar persuadirla o
convencerla lógicamente de que haga una cosa u otra contigo: ella va
a querer hacerlas, y luego de haberlas hecho, ella va a buscar las
razones que más le acomoden para justificar su comportamiento, para
sí misma y para los demás.

En el best seller Mi Jardín Secreto, Nancy Friday comenta cómo


de las cientos de mujeres que discutieron en entrevistas y encuestas
sus más recónditas fantasías sexuales, la gran mayoría detalló que
todo acto sexual fuera de lo común, todo lo que ellas en verdad
querían de su pareja, partía de la idea que ellas querían sentir la
emoción de abandono. Ellas quieren, dice Friday, que el hombre las
derrita emocionalmente (“que barra el piso con ellas”). Considera la
diferencia, entre hacer que una mujer se derrita emocionalmente, y
contar un chiste para que se ría “ja, ja”; entre hacer que la intensidad
emocional sea tal que no le quede más que abandonarse a sí misma
ante tal carga de emociones, y rogarle que acepte salir a comer, o
pasarse veinte minutos decidiendo qué película llevarla a ver. Gran
diferencia, y una diferencia conceptual.

Las técnicas e ideas que vamos a ver a lo largo de estas páginas


se concentran en gran parte en cómo hacer que ella sea más receptiva
a las emociones que siente contigo; cómo hacer que interprete sus
emociones, de manera que al sentirlas, ella se aliste para tomar acción
y disfrutar de las emociones contigo; cómo guiarla a sentir más y
mejores emociones, etc. Y créeme, las cosas que vas a aprender van a
ser radicalmente distintas al tipo de peinado que te conviene o al color
de rosa que debes regalarle.

Como principio general, quiero que adoptes la creencia que sin


emociones, ella no va a estar motivada a tomar acción junto a ti. Si
ella se siente de manera neutral, o peor aún, si ella te relaciona con
emociones negativas o repulsivas, ella no va a querer estar contigo o
mucho menos relacionarse a ti de manera romántica. Aclaremos que
muchos hombres con apariencia de modelo, con fama y fortuna, etc.,
por el simple hecho de poseer todo eso, logran hacer que la mujer
experimente una serie de emociones que podríamos llamar
placenteras. Por lo demás, si tales categorías no te incluyen a ti
(sorpresa, como el 99% de los hombres), eso no significa que no la
vas a poder hacer sentir como si fueses el hombre más poderoso a
atractivo—o quizás mejor.

Recuerda, la lógica no es el proceso que te va a dar acceso al


corazón de una mujer. No te sorprenda que algunas de las cosas que
vas a aprender van a parecer ilógicas—descuida, con que cumplan su
cometido te vas a beneficiar a ti mismo y a ellas. Si eres nuevo en este
camino quizás requieras algunas rondas de práctica hasta convencerte
que todo lo que explico en estas páginas funciona con mujeres, sin
importar cómo luzcas, la cantidad de dinero que tengas, o tu estilo de
vida. Todo radica en cómo ellas se sienten a tu lado: evita como la
plaga las emociones negativas, la neutralidad, y el aburrimiento.

I.3.2. El hombre

Si bien este libro se concentra en vivir el tipo de vida que


quieres vivir, y obtener el tipo de mujer que quieres obtener, es
necesario ver algunos rasgos de carácter que te van a ser útiles,
cualquiera sea tu camino. Podemos pensar en estas cualidades a nivel
general: a lo largo del libro vamos a ver herramientas que permitan
manifestar este tipo de comportamiento en tus interacciones. De
momento quiero que contemples estas características tanto en el
campo de tu relación con el sexo opuesto como en las demás partes
de tu vida.

Con el tiempo te vas a dar cuenta que vivimos en un mundo


repleto de oportunidades. La mentalidad de abundancia es parte clave
en la filosofía que quiero mostrarte. La forma más elemental de
adoptar esta mentalidad es a través de la actitud de no necesitar a
una mujer. Todos somos hombres aquí, y todos amamos a las
mujeres, y nada en el universo es similar a estar al lado de una mujer
hermosa que nos quiere—mentiría si dijese lo contrario. Sin embargo
existe una diferencia crucial entre amar a las mujeres, entre disfrutar
una vida repleta de mujeres que hacen que tu corazón se acelere... y
necesitar a una mujer en particular.

No sé qué es, pero cuando una mujer nota que la necesitas para
estar bien, que “no puedes vivir sin ella,” algo ocurre en su cabecita
que le anuncia que el torbellino de emociones ya pasó (si es que en
algún momento pasó por ahí) y que puede dejar de lado sus
emociones para contigo. Imagínate qué sería si a medida que vas
leyendo estas palabras, un amigo tuyo está a tu costado murmurando
las palabras, respirando en tu cara, tosiendo, y de cuando en cuando
jalando tu manga para que le pongas atención. No sé tú, pero por
mejor amigo que sea, poco tiempo va a pasar antes que le dé algún
tipo de empujón y decirle que se aleje y vaya a buscar algo que hacer.

OK, eso es lo que una mujer siente cuando un hombre la


persigue, cuando le anuncia a través de mensajes de texto, correos
electrónicos, cartitas y regalitos, que muere por ella, que la necesita,
que no puede vivir sin ella. En este universo las cosas no responden a
una actitud de necesidad. Prácticamente cualquier cosa te va a ser
más útil al cautivar el corazón de una mujer, antes de actuar de esa
manera. Y en vista que detesto decir qué “no hacer” y punto, te diré
que aquello que te va a ser útil va a ser la capacidad de relajarte y
disfrutar de la compañía de una mujer, sin sentir la necesidad que ella
o tú hagan o digan algo para que la interacción sea algo divertido para
ambos.

Parte de lo que quiero que aprendas es disfrutar el proceso de


conquistar a una mujer (de manera que el resultado forme parte
orgánica del conjunto, y no un trofeo aislado). Así que disfrútalo. No
necesites a una mujer: ninguna mujer quiere cargar con la
responsabilidad de ser el centro del universo de ningún hombre.
Todas, sin embargo, quieren que las respeten y hagan sentir
emociones intensas como nunca han conocido. Que esto te de idea de
dónde enfocar tus fuerzas.

Parte de no necesitar a una mujer incluye la actitud de no


buscar excusas ante nuestra forma de ser y pensar. Este es uno de
los cuadros más patéticos que encuentro allá afuera: el chico conoce a
la chica, y están hablando, etc. Luego ella hace una pregunta inocente,
como ¿Te gusta cómo canta Shakira?, y el hombre no sabe si ella
pregunta en base a que a ella le gusta o no, y por su parte Shakira lo
tiene sin cuidado. Entonces él responde algo como “bueno... eh... la
verdad... es que no he escuchado mucho... ¿a ti te gusta?” En efecto,
él está buscando no ofenderla al pensar de manera distinta: si te das
cuenta, esa actitud parte de una posición donde él la necesita a ella y
no quiere sabotearse a sí mismo.

Igualmente tenemos a aquellos que buscan excusas a alguna


condición o aspecto físico. Están por ejemplo los hombres que, cuando
una mujer les pregunta a qué se dedican, dicen cosas como “Bueno...
soy mesero en un restaurante... pero espero pronto establecer mi
propia disquera.” Nota que la percepción propia del chico le dio a
entender que su trabajo actual “no es suficiente” para la mujer con
quien está conversando, y por eso buscó excusas y quiso compensar
estableciendo una cualidad transitoria a su status. (Dicho sea de paso,
considero que cualquier trabajo es digno, éste es sólo un ejemplo).

Un hombre de verdad no busca caminar sobre cristales con tal


de complacer a la mujer. ¿Ella te pregunta qué te gusta, qué no te
gusta, etc.? No tengas reparo alguno en ser honesto (es más, ser
deshonesto te va a perjudicar tanto a nivel interno como externo).
Tienes que entender que tus preferencias, tu físico, aquello a lo que te
dedicas, etc., no representa de por sí un límite para que una mujer se
sienta atraída hacia ti. Al mismo tiempo, si una mujer percibe que
estás contento con tu propia situación y con tu forma de pensar, esa
cualidad le va a resultar atractiva.

De otro lado tenemos la idea de ser un reto para la mujer. Así


como necesitar a la mujer es lo que va a repelerla, ser un reto es lo
que va a motivarla a tomar acción contigo. Vamos a ver más adelante
formas de cómo dejar de lado aquello a lo que estás acostumbrado e ir
tras nuevas metas, nuevos objetivos; igualmente cuando llegue el
momento, vas a tener que retar a la mujer a salir de lo que ella está
acostumbrada, de manera que le puedas mostrar todo el placer que
puede experimentar contigo. Ante tal actitud, y dadas las condiciones
que vamos a tratar a lo largo de este libro, las mujeres van a estar
muy motivadas a tomar acción y probarte que ellas, en efecto, tienen
lo que hace falta para estar a tu lado.

En parte la actitud de ser un reto y no necesitar a una mujer se


refleja en la ausencia de tratamiento preferencial hacia una mujer
o mujeres. Día a día vemos hombres que se ofrecen a hacer favores a
una mujer (en especial si es guapa) que normalmente no harían a un
amigo, por ejemplo. Ser demasiado servicial en ese sentido, para el
común denominador masculino, parte de una actitud de necesidad,
bajo la idea que “si soy un caballero [traducción: si soy servicial], ella
de alguna manera se va a sentir atraída hacia mí.” En efecto, ella va a
pensar que eres un caballero (a menos que sea del tipo
aprovechadora, en cuyo caso va a pensar que eres su nuevo asistente
personal). Lo importante es que el hecho de que ella racionalmente
piense que eres un caballero tiene poco o nada que ver con que ella
sienta emociones hacia ti.

Estudios de psicología han establecido que las personas buscan


agradarle a aquellos que consideran atractivos. Y es normal, uno ve a
una chica bonita, y sonríe, se alegra, siente cosas—somos hombres,
después de todo. Sin embargo, no dejes que esas sensaciones te
impulsen a salirte de tu camino para buscar congraciarte o agradarle a
una mujer. La idea de ser un caballero me parece genial: abrir
puertas, ofrecerle el brazo al caminar por la calle, etc. Pero cuando lo
haces bajo tus términos; porque quieres, porque ella actúa como una
dama, y no porque piensas que eso te va a dar acceso a sus
emociones.

Un principio te va a ser muy útil cuando en tu mente surjan


preguntas como “Me gusta Clara, y Clara me ha pedido que la ayude
con X cosa, ¿es correcto que la ayude?” Piensa, si Clara fuera fea, o
fuera un hombre, o si fuera sólo una compañera más que no te
interesa, y estuvieras por lo demás ocupado... ¿le harías el favor? Si la
respuesta es no, entonces probablemente de hacerle el favor ella va a
notar tu actitud de necesidad, y la vas a repeler en lugar de atraerla.
Lo mismo va para mensajitos, regalitos, detallitos, y demás cositas
cursi: cualquier cosa que hagas desde una actitud de necesidad
va a tener el mismo efecto negativo.

El tratamiento preferencial (recibir el regalo de tu tiempo, de tu


seducción) es algo que una mujer se tiene que ganar a medida que la
conoces y ella demuestra que es merecedora de estar contigo, no algo
que ella obtiene por el simple hecho de ser una mujer guapa.

En este camino va a ser crucial que seas decidido, que puedas


tomar una decisión e ir por ella sin titubeos. En parte estás leyendo
estas páginas porque has tomado la decisión de cambiar tu vida y
hacer las mejoras necesarias en este campo: deja que la actitud que
tuviste cuando abriste este libro por primera vez sea algo permanente
en tu vida. Cosas como trazar y cumplir tus metas (Cuaderno III) o
acercarte a hablar con una mujer atractiva (Cuaderno IV), todas
forman parte de tener un carácter decidido, listo para conquistar el
mundo. (Descuida, vamos a ver más adelante formas de sazonar este
aspecto de tu persona).

Cuando llegue el momento de hacer los avances


correspondientes, como besar a una mujer que está lista para ser
besada, etc., la responsabilidad va a caer en tus manos. Así como tú
esperas que este camino no sea tortuoso y que te resulte orgánico, las
mujeres van a estar esperando que seas hombre suficiente para tomar
las riendas y actuar cuando sea momento de actuar. Esta actitud es en
parte lo que hace que los cretinos y patanes sean tristemente
confundidos muchas veces por hombres hechos y derechos: tienen la
decisión suficiente para ir tras lo que quieren, pero por lo demás no
tienen consideración por los sentimientos de nadie más. Ser decidido
va a representar la diferencia entre obtener los resultados que quieres
y quedarte con la miel en los labios: va a haber un momento donde,
más allá de estrategias o técnicas, simplemente vas a tener que
actuar, con decisión y sin titubeos.

Una cualidad que asocio con ser decidido es la capacidad de


mantener firmeza a lo largo del proceso. Esto se aplica, por ejemplo,
al seguir adelante y no detenerse una vez que uno toma la decisión de
acercarse a hablar con una mujer. También vemos cómo se refleja
esta cualidad cuando hemos decidido salir a algún lado con una mujer,
y luego ella trata de decir cosas como “No, mejor vamos a hacer esta
otra cosa.” Y aquí muchos hombres terminan perdiendo el control,
titubeando, con miedo a ofender, con miedo a expresar su opinión, y
salen con cosas como “sí, mi vida, lo que tú quieras,” reflejando una
actitud de necesidad (“te necesito, y no quiero que te ofendas si no
estoy de acuerdo contigo, por eso me guardo mi opinión”).

Gran diferencia con el hombre que, calmadamente, responde al


intento de cambio de planes por parte de ella con “No, ya hicimos
planes para [ir a X sitio]. Otro día podemos hacer lo otro.” La actitud
no debe ser la de alguien inflexible, o la de un macho súper-alfa que
nunca cede. Eso no es ser firme, eso es estar hecho de piedra. Al
hablar de firmeza me refiero a no tener miedo a estar en desacuerdo,
y ser capaz de guiar a la mujer según consideramos correcto y justo.

Como principio general, si una mujer está total y absolutamente


en desacuerdo con algo que sugieres, ella te lo va a hacer saber
claramente. Entonces usa tu criterio, y mantén tu mente flexible para
hacer lo que la situación requiera (la experiencia te va a enseñar
mucho en este sentido). La idea de tener la flexibilidad de
pensamiento y de conducta es en parte algo que hace al maestro: una
y otra vez vamos a ver por qué es importante no aferrarse al plan,
sino dejar que el plan se desarrolle ante nosotros. No tengo ningún
inconveniente en que cambies o adaptes lo que enseño, de manera
que te sirva en el contexto en que estás (aquí no “gana” quien está en
lo correcto, sino quien obtiene los resultados que busca).

Y no, no puedo evitar notar la paradoja al estilo de acertijo zen


al describir la importancia de ser firme y flexible al mismo tiempo. En
este sentido, mucho de lo que vamos a ver refleja contradicciones y
principios que van a ser claros como el agua una vez que los
experimentes por ti mismo. Y ya que estamos hablando de tao y del
camino en que nos encontramos, quiero terminar esta sección con una
idea usada en la doctrina zen: el concepto de estar compenetrado,
pero no adherido a los resultados. Se podría bosquejar esta actitud
como la idea de estar comprometido con aquello que hacemos, a
buscar obtener lo que nos trazamos de la forma más conveniente y
orgánica posible. Sin embargo, ello no representa que los resultados
sean el todo, o que estén escritos en piedra.

La clave radica en la firmeza de intención junto a la flexibilidad


mental. Es importante que te des cuenta que los resultados son algo
bueno, y el proceso de alcanzarlos es algo que nos motiva día a día.
Pero no veas en los resultados una deidad a la que tienes que
complacer (corres el riesgo de caer en el patrón de necesidad
delineado anteriormente). He encontrado personalmente que hacer el
trabajo y observar lo que pasa es una actitud muy útil: creo que
esperar lo inesperado y estar abierto a que cada mujer pueda
responder como mejor le plazca es a veces la mejor forma de obtener
resultados, que terminan siendo siempre positivos y que contribuyen
al crecimiento personal.

I.3.3. Adolescencias

Antes de proseguir quiero que realices una actividad que te va a


dar el empujón que necesitas para obtener todo el éxito en esto que te
sea posible. Toma lápiz y papel, busca un lugar donde nadie te
moleste y desconecta el teléfono por un momento.

Concéntrate, cierra los ojos. Mentalmente vas a “flotar” fuera de


tu cuerpo por un momento, y te vas a situar de manera que te estés
viendo a ti mismo desde un ángulo externo, puede ser desde arriba,
en frente, o como sea—da igual. Mírate desde esa posición por un
momento; nota aquello que te hace único, aquellas cualidades que te
hacen ser quien eres.

Y en esa posición, contempla la pregunta: Si fueras una mujer,


¿Saldrías contigo? Esto va más allá de que la mentalidad súper-alfa te
haya condicionado a responder que eres la última cantimplora en el
desierto o lo que fuere. Mírate bien: ¿Qué te falta? ¿Qué cambios
internos y/o externos crees que resultarían en que una mujer esté
sumamente motivada a pasar tiempo contigo?

Toma nota de forma escrita, tómate tu tiempo, y sé honesto


(éste no es un papel que vas a publicar o compartir con otros, esto es
para ti mismo). En el Cuaderno III vamos a tratar el tema de
estrategias de cambio, pero desde este momento quiero que pienses
en qué cambios quieres realizar, o qué puedes añadir a lo que tienes,
o qué aspectos de lo que ves al mirarte a ti mismo pueden usar un
retoque. Usa el mismo nivel de cuidado y precisión que usaste al
describir a tu mujer ideal, y recuerda que más allá de la mujer que
quieres, etc., en este caso estamos hablando de ti. ¿Qué puede
merecer mayor cuidado y atención?

Cuando hayas completado la visualización, y hayas escrito lo


acordado en un nivel de detalle que refleje los distintos aspectos que
puedes concebir, traza una línea y haz una lluvia de ideas con las
formas como hoy puedes empezar a acercarte más a tu ideal.
Recuerda, este programa no se enfoca en el futuro, en “mañana” o en
“cuando se den las condiciones necesarias.” El momento de empezar a
moverte en la dirección que te va a traer los frutos que quieres
conseguir es ahora. Conserva la hoja, y ten en cuenta su contenido al
detallar las metas que quieres alcanzar (Cuaderno III).

I.4. EL SANTO

En su clásico libro The Art of Seduction (“El arte de la


seducción”), Robert Greene ilustra con infinidad de ejemplos históricos
y literarios los distintos patrones de carácter y conducta tanto de
famosos seductores como seducidos a través de los tiempos. El libro
representa una lectura fascinante, y más allá de que la titánica obra
no sea un “manual,” los arquetipos a los que el autor hace alusión no
dejan de ser una fuente de inspiración para aquellos interesados en
este arte alrededor del mundo.

Así como hemos visto arriba algunas características que


conviene que asimiles a tu personalidad, quisiera en esta sección
discutir algunos de los arquetipos de conquistador que Greene
menciona, y cómo estos pueden serle útiles a un maestro moderno. Al
revisar esta sección, considera la película The Saint (“El Santo”). El
personaje principal, interpretado por Val Kilmer, es un espía
mercenario que cambia de identidad (mediante astutos disfraces y
maquillaje) de acuerdo al tipo de trabajo que va a realizar y la
situación en que se encuentra.

Lejos de sugerir que tengas una identidad inestable, quiero que


consideres estos arquetipos y te imagines más bien que representan
diferentes ropas que uno se puede poner, como un traje de etiqueta
para un banquete, y una camiseta para ir al parque. La lección es que
cualquier estilo, cualquier modelo o arquetipo puede ser probado; al
contrastar distintos estilos, puedes quedarte con lo que te sirve y dejar
de lado lo que no. Todo modelo es siempre algo bueno, si tienes en
cuenta que representa tan sólo un recurso que puede serte útil
dependiendo del contexto. Veamos algunos tipos interesantes de
“conquistador”:

 El Enamorador: El típico chico malo, que le ofrece a la mujer


una oportunidad única, en la cual ella puede encontrar un escape
al mundo aburrido en que ella vive. Existe siempre la sensación
de adrenalina, de fruto prohibido al estar con él, en vista que
tiene una fama de ser mujeriego. El caso es que su pasión por
las mujeres es tan poderosa, que le resulta imposible estar con
sólo una—él acepta esto como un hecho, y es honesto en el
sentido que no engaña a la mujer acerca de lo que él es: prefiere
tener un encuentro apasionado con una mujer que no tenerla
nunca. Nunca busca excusas ante sus deseos como hombre.

 El Amante Ideal: Representa aquello que la mujer busca;


refleja una idea, como un lienzo sobre el cual la mujer imprime
sus propias fantasías, y encuentra sus propios valores y deseos
más profundos. Le muestra a los demás la grandeza y el
potencial de lo que ellos pueden ser, al mostrarles una imagen
de sí mismos que nadie ha descubierto aún.

 El Presuntuoso: Cansado de seguir las normas convencionales


de la sociedad, busca vivir una vida para experimentar el placer,
buscando más y mejores emociones (reflejadas en su estilo de
vida fuera de lo común). Es una suerte de espejo a través del
cual la mujer se encuentra a sí misma, con sus propios valores y
deseos reprimidos.

 El Coqueto: Jugando al frío/caliente al ser afectuoso un


momento y distante en otro, mantiene a la mujer en un estado
de tensión que se resuelve a manera de atracción; de esta
manera evita aparentar necesidad ante la mujer. Es
independiente, autosuficiente, y no da muestras de celos, cosa
que saca a las mujeres de su cuadro usual. Su habilidad de
retraer su energía y relajarse al estar con una mujer hace que
ella tenga la oportunidad para tomarlo como un reto, y ser ella
quien busca conquistarlo.

 El Engatusador: Tiene la capacidad de prestar atención, de


usar sus ojos y oídos para darse cuenta de las inseguridades,
necesidades, creencias, y adolescencias que una mujer tiene
para sí misma. Con ese conocimiento, puede convertirse en la
fuente que le brinda a la mujer el placer que ella misma busca—
siempre cómodo, calmado, jovial y divertido.

 El Carismático: Siempre tras una causa o ideal más grande que


él o ella, es capaz de cautivar a la mujer con el fuego de una
pasión dirigida hacia algo intrascendente. Impredecible, y
siempre “diciendo las cosas como las son,” cautiva a las mujeres
con un aire de misterio.
Más adelante, al discutir las herramientas en otros Cuadernos, va a
ser evidente cómo hacer que estos arquetipos cobren vida en una
interacción. De momento quiero que consideres en parte qué aspectos
de tu propia personalidad tienen algo de cada arquetipo, y de qué
manera podrías aprehender las cualidades de otro arquetipo.

 Ejercicio: Piensa en los diferentes arquetipos descritos, y busca


algunos ejemplos (trata de tener por lo menos tres) que asemejen de
alguna manera las cualidades descritas. Pueden ser personajes de
ficción, figuras históricas, o gente que conoces. En un papel anota
cualidades adicionales que hacen que ellos personifiquen los
arquetipos descritos: quizás la forma como hablan, o los temas que
tratan frecuentemente, o su manera de expresarse. Usa el mayor
detalle posible, y considera de qué manera los distintos rasgos podrían
ser recursos útiles en diversas circunstancias y contextos.

I.5. EL CAMINO

El mundo en que nos encontramos pone a nuestra disposición


cien mil formas de alcanzar lo que queremos (cortesía de la era de la
información). Tantas opciones, tantos posibles caminos... pero, al
final, ¿cuál es el camino que nos corresponde? Es decir, ¿cómo
encontrar el Tao, el Camino que nos corresponde?

Por mucho tiempo me pasé experimentando, probando cosas,


quizás por momentos viviendo la vida de alguien más. Si hay algo que
he aprendido, es que en el Camino, en el Tao de ser un maestro, no es
posible engañarte a ti mismo. No pretendo que vivas en mis fantasías
o según los planes y criterios personales de alguien más—quien te diga
lo contrario, está actuando en base a ignorancia o malicia.

La única forma de seguir el Camino, de manera que puedas


llegar a donde tú quieres, es actuar bajo aquello que resulta orgánico
para ti. Tienes que ser el hombre que va a tener en su vida al tipo de
de mujer que quieres. Sólo eso es real, como la gravedad. La clave
radica en la Realidad que creas para ti, y la forma como guías a los
demás hacia tu Realidad. A medida que lees estas líneas pueden pasar
por tu mente distintos pensamientos, distintas ideas en base a lo que
quieres, a lo que estás acostumbrado, y a lo que crees que es siquiera
posible o imposible.
Ahora mismo te encuentras en un lugar único, una posición
privilegiada, comparada a los millones de hombres que nunca van a
tener acceso a esta forma de pensar. Puedes leer todo esto y vivir de
una manera digamos “educada”... o puedes tomar lo que aprendes, lo
que te va a ser útil en tu propio Camino, y usarlo de manera que con
tus propios ojos veas cómo tus objetivos se materializan, cómo lo que
en un punto pareció fantástico ahora se siente tan real como las
palabras que ahora lees. Sólo tú vas a saber cuando, más allá de
lectura, técnica o entendimiento, alcances la iluminación.

I.6. EL DORADO

A lo largo de este libro vas a ver una palabra que surge una y
otra vez: abundancia. Piensa en todo lo que vas a aprender de este
libro como un gran cuaderno de canciones para tocar con guitarra. La
guitarra no va a dejar de sonar o se va a “gastar” por más que la
toques—y mientras más practiques, mejor te vas a volver.

Es posible que hayas intentado otros “métodos” de seducción, o


consejos de Internet, o quizás hasta sugerencias de tus amigos o
colegas (que siempre son “expertos” de alguna manera en lo que a
seducción se refiere). Y es lo más probable que todo lo anterior haya
fallado de alguna manera en cuanto a brindarte los resultados que
esperabas. Y va a ser muy tentador pensar que lo que te voy a
enseñar viene con la promesa de que va a funcionar la primera vez
que lo intentas. Antes de leer este libro con la actitud de que te voy a
enseñar una fórmula mágica para conjurar a los espíritus de la
seducción, quiero que entiendas que todas las técnicas y recursos a los
que me refiero funcionan, y como hombre inteligente tienes la
capacidad de hacer que estos recursos funcionen para ti también. Lo
único que va a decidir tu éxito son tus ganas de aprender, el tiempo
que pasas practicando, y la actitud con la que te aproximas a todo
esto.

Es importante que en tu mente siempre tengas presente que con


todos los conocimientos que vas a aprender, no tienes nada que
perder, y todo para ganar. Nunca, jamás te va a perjudicar obtener un
nuevo conocimiento. Por el contrario, no practicar, o peor aún, pensar
“OK, entiendo todo esto” y no hacer nada para implementarlo va a ser
inútil. Sólo vas a terminar con el doble de tu masturbación mental (y
ese tipo de abundancia no le hace falta a nadie).
Quiero compartir contigo la frase que ronda en mi mente
siempre cuando estoy afuera divirtiéndome con todo esto: “Bien,
ahora... ¿qué más?” Siempre busca cómo mejorar, cómo encontrar
más recursos que te sirvan en el contexto en que te desenvuelves.
Más adelante en este libro vamos a ver formas de darle a una mujer
más y mejores emociones de las que ella ha experimentado en su
vida. Todo esto constituye un regalo: un regalo que sólo tú puedes
hacerte a ti mismo; un regalo que sólo tú puedes decidir darle a la
humanidad. La habilidad de hacer a una mujer genuinamente feliz
(obteniendo todos los beneficios que tal hazaña conlleva) es algo muy
poderoso—pocos hombres saben lo que ello significa.

Te invito a darte el placer de compartir este regalo con la mayor


cantidad de mujeres posible. Nunca te van a faltar mujeres que
quieran jugar y experimentar aquello que ofreces. Recuerda que jugar
por un momento (y me refiero a lapsos de tiempo que varían entre
veinte segundos y varios años) no significa más que pasar un buen
rato. En la medida que aprendas a divertirte con todo esto vas a
descubrir que convertirse en un maestro de la seducción no implica
sudar frío o pasarla mal.

No pienses que de aquí a un tiempo indeterminado, el futuro va


a traer los beneficios que quieres, que en el futuro vas a pasarla bien
con mil chicas correteando por tu casa, o quizás al lado de la mujer de
tu vida. El futuro es una ilusión: todo lo que buscas, cada acción que
te va a llevar a vivir la vida que quieres, cada unidad de pensamiento
útil que va a remplazar los años de acondicionamiento social a los que
has estado sujeto (¿por voluntad de quién?)... todo lo bueno, todo lo
que quieres en tu vida...

...empieza AHORA.

www.MaestroSeduccion.com
CUADERNO II: EL MARCO DE ESTE CUADRO

Siempre me fascina la convicción con la que mucha gente me


habla sobre “la inmutabilidad de la realidad,” de cómo algunas cosas
“son, y punto,” y cómo la idea del vaso medio lleno o medio vacío no
es más que una especie de fantasía para aquellos que prefieren evitar
ver las cosas como en verdad son.

Y casi siempre respondo con la misma analogía: Estás


caminando por la calle, y un hombre de aspecto harapiento se acerca
a pedirte algo de cambio. ¿Se lo das? (Aquí la mayoría dice casi
instantáneamente, “No”). A lo que sigo con el siguiente escenario: si
alguien te comenta que ese mendigo es en verdad un multimillonario
excéntrico que necesita una moneda para hacer una llamada de
negocios, y así cerrar un trato en Wall Street, ¿le das la moneda? (Casi
todos dicen aquí que sí).

El contenido de lo que digo, lo tangible, el hecho de que un


hombre desgreñado se acercó a pedirte dinero, es el mismo. Lo único
que cambió fue la interpretación que le diste a lo que veías: el
mendigo pasó de ser “obviamente un vagabundo” a ser un millonario
excéntrico, a quien nuestra moneda va a servir para ganar millones.

Como humanos, nos movemos a través del mundo generalizando


nuestra experiencia. Aprendemos que un objeto de tamaño mediano,
con una plataforma y respaldar elevados por cuatro patas es una
“silla,” y que nos podemos sentar en ella para no tener que
permanecer de pie. Con el concepto de “silla” en tu mente, cada vez
que ves un objeto con tales características, puedes actuar sin tener
que detenerte y descifrar nuevamente su uso y/o propósito. La
habilidad de generalizar hace que la experiencia humana sea posible
de la forma como la conocemos (¿te imaginas lo que sería descifrar el
mundo desde cero día tras día?).

Hay veces, claro, donde poder ver más allá de lo evidente,


donde poder pensar y discernir más allá de las generalizaciones y
patrones de conducta que hemos aprehendido a lo largo de nuestra
vida va a ser más útil para romper con nuestras propias limitaciones,
para romper con las cadenas invisibles que nos atan a formas de
pensar que no sirven un propósito práctico. No es necesario rebuscar
en la literatura e historia mundial para encontrar infinidad de ejemplos
de cómo las personas más influyentes a lo largo de la historia han sido
casi siempre aquellas que simplemente interpretaron las cosas de
manera distintas, de forma consistente con sus ideales, de una forma
útil en el contexto en que se encontraban.

En el Cuaderno IV veremos cómo el lenguaje que usamos puede


alterar la forma como percibimos nuestro mundo interno, de manera
que podamos buscar formas cada vez más eficientes de tomar acción y
añadirle dinamismo a nuestra vida. Antes de entrar en tales detalles,
quiero en este Cuaderno explorar el campo de la interpretación del
mundo que te rodea: la idea que la interpretación que le des a aquello
que ocurre a tu alrededor va a constituir la realidad en la que te
desenvuelves. Al mismo tiempo vamos a ver algunas formas de
“ayudar” a los demás a ver el mundo según tu propia interpretación.

Grábate esta máxima en el lugar más seguro del subconsciente:


en cualquier interacción, el interlocutor con un sentido de la
realidad mejor afianzado va a ser quien pueda influenciar a los
demás. El contenido de este Cuaderno se concentra en buscar las
formas de afianzar tu realidad de manera dinámica, de manera que
puedas ser el factor que influencia, aquel capaz de persuadir y seducir,
en lugar del influenciable (o peor aún, el que no tiene mayor influencia
o relevancia en la realidad de nadie más).

II.1. DON JUAN DE MARCO

Podemos definir el marco de referencia como el contexto


según el cual percibimos los hechos de nuestra realidad (por ejemplo
el caso del millonario excéntrico al principio de este Cuaderno). Puedes
pensar en esto como una pintura cuyo significado cambia según el
marco con el que la encuadras—sólo que en este caso el marco no es
algo tangible, sino un contexto que le asignamos en nuestra mente.

Como principio general, las personas interpretamos la realidad


en base a los marcos que le asignamos a aquello que percibimos con
nuestros sentidos: es nuestra interpretación del mundo lo que causa
un impacto en nuestras vidas, más que el contenido sensorial; no las
imágenes que percibimos con nuestra vista, sino nuestra
interpretación de las imágenes corresponden por ejemplo a nuestras
categorías de “amigos” o “desconocidos,” o los sonidos que
corresponden a las categorías que conocemos como “ruido” o
“música,” etc.

De alguna manera, todas las herramientas de este libro van a


servir de manera que las mujeres que consideras atractivas
interpreten sus interacciones contigo como algo que les resulta
“atractivo,” y que tus interacciones con el sexo opuesto estén siempre
contenidas dentro de un marco que te conceda la libertad de elegir con
quién estar, en lugar de uno de incertidumbre o escasez.

Veamos algunos conceptos importantes de cómo trabajar


activamente con el marco a través del proceso de comunicación y
seducción. Recuerda que estos conceptos e ideas van a sonar un tanto
técnicos, pero el propósito no es que mantengas ese nivel de
“tecnicismo consciente” a lo largo de una conversación, sino que
puedas captar los conceptos y practicarlos activamente, de manera
que te puedan servir a manera de recurso inmediato (y hasta me
aventuraría a decir automático o natural) en el transcurso de una
conversación.

II.2. CAMINO A ROMA

En lugar de ver el marco de referencia como una entidad


impuesta por los dioses a manera de fuerza que gobierna
secretamente el universo, te va a ser útil pensar en los marcos de
referencia de forma decorativa-práctica. Esto quiere decir que los
marcos son algo que podemos cuadrar, modelar, y ajustar, hasta ver
cuál de todos nos va a ser más útil (piensa que a tu diploma de un
taller de dos días no le pones el mismo marco que a un Picasso).

Considera también esta analogía. Dos niños pueden jugar a la


guerra; a la lucha libre, a que se matan y hacen trizas uno al otro. Y
como parte de sus juegos pueden tomar distintos marcos de
referencia: quizás “uno de ellos es el bueno y el otro es el malo,” o
“uno es que salva a la princesa y el otro es el que quiere destruir el
reino”… todos marcos o contextos según los cuales se puede
interpretar cada juego. Sin embargo, si tomamos todos los marcos
individuales y usamos a su vez un marco para catalogar a todos los
demás marcos, podríamos decir simplemente que “están jugando.”
Cuando tenemos un marco que se encarga de establecer el contexto
global de otros marcos, podemos referirnos a éste como un meta-
marco (“meta” en el sentido epistemológico de “marco acerca de
marcos”).

Así como existe el dicho “todos los caminos conducen a Roma,”


podemos decir que si establecemos un meta-marco útil, entonces no
nos vamos a tener que preocupar de establecer marcos individuales:
todas las acciones y marcos sirven para reforzar el contexto general.
Considera que si dos niños actúan bajo el meta-marco que “están
jugando,” entonces lo único que necesitan hacer es relajarse y
disfrutar de la acción del juego, en lugar de preocuparse de definir el
contexto general de cada juego.

Si te das cuenta, de igual manera, si se establece el meta-marco


que alguien es torpe, o raro, entonces todas las demás acciones que la
persona realice en un contexto social (como intentos de hacer
comentarios graciosos, gestos de cortesía, tratar de ser agradable con
los demás, etc.) van a ser percibidas desde este meta-marco, y van a
ser interpretadas desde ese contexto, reforzando el meta marco.
Piensa por ejemplo en la película Frankenstein, donde los gestos de
curiosidad y buena voluntad genuina que la criatura realiza
inicialmente son interpretados desde el meta-marco que “es un
monstruo,” y por ende todos sus actos son horrorosos, nocivos para
las personas.

Podemos establecer de aquí el principio que lo más importante


es asegurarse que el meta-marco sea siempre uno que favorece tus
propósitos, cualesquiera que estos sean. Igualmente, de manera que
podamos regular el meta-marco, debemos siempre en una interacción
establecer los marcos de referencias subordinados. Tenlo por seguro:
si tú no estableces el marco, la otra persona lo va a hacer, y es
muy posible que lo establezca de manera que no seas tú quien sale
favorecido. Tienes que estar un paso adelante de la otra persona en
términos de definir e influenciar el marco.

II.3. TU CUADRO

La clave es darse cuenta que el meta-marco que elegimos es


algo funcional, contingente en la intención que tenemos en manos.
Algunos dicen que un meta-marco eficaz es uno donde ella te busca o
persigue a ti. Sin embargo, ello presupone que ella es el tipo de mujer
que va a perseguir al hombre que le interesa. El tipo de mujer que
persigue al hombre, que lo busca activamente, es algo nada inusual en
un ambiente de desenfreno e independencia. Sin embargo, si estás
leyendo en el idioma original, es probable que tu cultura cargue con
por lo menos quinientos años de tradición y recato católico, y el meta-
marco de “persecución” puede no ser el más útil (o sí—eso lo decides
tú).

Por mi parte prefiero actuar desde un meta-marco que me


otorgue la flexibilidad de ser o no quien necesita actuar activamente, y
que así mismo le conceda a ella la libertad de ser como ella quiera ser,
pero que a la vez nos otorgue a ambos la libertad de poder actuar en
base a nuestras emociones, hacia un resultado final establecido por
mí. De la forma como lo fraseo para mí mismo es: Yo soy el tipo de
hombre en cuya presencia ella puede actuar en base a sus
emociones.

Este meta-marco busca principalmente contener dentro de sí la


libertad, el permiso que ella necesita para actuar de una manera o de
otra. No es novedad que las personas actuamos dependiendo del
contexto en el que nos desenvolvemos: uno actúa al estar con sus
padres de una manera, que es distinta a la forma de comportarse
cuando está con sus amigos, o cuando está en el centro de trabajo,
etc.

De la misma manera, si te das cuenta, el problema para los


hombres que son rechazados por una mujer es en gran parte que ellas
no los perciben como los galanes, o como una suerte de Johnny Depp
en Los Piratas del Caribe, sino más bien como un hermano o un primo
(el término que ellas usan frecuentemente es “te quiero mucho...
como amigo”). Y si esto no es obvio aún, una mujer no va a actuar de
manera sensual o amorosa con un hombre a menos que ella lo perciba
(a través del marco de referencia) como el tipo de hombre con quien
ella puede liberarse y actuar en base a sus emociones.

A través del control del marco, es nuestro propósito generar un


contexto donde sea natural para ella el sentirse atraída; donde ella se
encuentre fascinada y atraída a ti, y que el simple hecho de escuchar
tu voz la haga sentir las emociones más profundas; donde sea “cosa
del destino” que ella quede profundamente enamorada de ti, como por
arte de magia. Y en vista que “tú eres el tipo de hombre en cuya
presencia ella puede actuar en base a sus emociones,” ella va a
empezar a actuar de manera que la puedas conquistar—en caso ella
no esté ya tratando de conquistarte a ti.

Piensa en la imagen de una gota de rocío colgando de una hoja,


a punto de caer. La gota empezó a caer desde el momento que se
formó, por el simple hecho que la gravedad existe y que la gota tiene
cierto peso. La tensión que sujeta la gota a la hoja siempre va a ceder
ante la gravedad, que es mayor y más poderosa. La hoja, con su
superficie lisa y canal para deslizarse, simplemente proveyó un
contexto donde la gota pudiera seguir su cauce natural. No hubo lugar
a resistencia, y todo ocurrió de manera orgánica. Ten esta imagen en
tu mente al generar el marco y meta-marco durante la interacción, y
difícilmente vas a encontrar dudas de qué hacer o de cómo proseguir.

II.4. AHORA LO VES, AHORA LO VES ASÍ

Un principio clave, no sólo para seducción sino para cualquier


tipo de comunicación, es que en una interacción es siempre el
interlocutor más flexible quien puede más fácilmente
influenciar a los demás. La flexibilidad a la que hago alusión
consiste en poder encontrar distintos ángulos a un mismo hecho: en
poder redefinir el marco de referencia de un mismo hecho desde
puntos de vista múltiples.

Así como en la vida las personas con mayor influencia en la


conciencia de los demás son aquellas que son capaces de ver
cualidades y factores donde otros ven vacíos y sombras, la habilidad
de cambiar el marco de referencia de los demás es algo que puede
hacer de tus interacciones una experiencia aparentemente mágica
para los demás. Después de todo, sólo le esperan cosas buenas al
hombre capaz de mostrarle a una mujer que su mundo puede estar
lleno de belleza y placer, en lugar de tedio y apatía. Primero vamos a
ver algunas formas de redefinir el marco, y luego vamos a ver en la
siguiente sección cómo usar este conocimiento para usar el meta-
marco delineado anteriormente.

De las distintas formas que uno puede redefinir el marco de


referencia de una interacción, considero que existen cinco patrones1
esenciales que uno debe conocer y poder usar de manera fluida para
desarrollar esta habilidad. Todo esto va a ser claro luego de ver
algunos ejemplos de conversaciones, y descomponer los patrones
lingüísticos usados.

Estos patrones fueron adaptados del trabajo de Richard Bandler,


por gente como Robert Dilts y Michael Hall. Los cinco que considero
más importantes para nuestros propósitos son:

1) Redefinición del contenido: El marco cambia al cambiar el


significado de un evento.

 ELLA: Llegaste tarde. ¡Eso significa que no me quieres!

1
Fórmulas lingüísticas, independientes de contenido fijo.
TÚ: Llegué tarde... eso significa simplemente que había mucho
tránsito.

Nota cómo el marco pasa de ser “tardanza no me quieres” a


“tardanza demasiado tránsito.” Muchos recomiendan “evitar caer en
el marco de la mujer,” pero o no saben qué significa eso, o cómo se
puede siquiera evitar tal cosa. En este caso nota que ella plantea que
el llegar tarde implica falta de amor; yo por mi parte evito tocar el
tema que entre los dos hay o no amor, y paso de frente a redefinir el
significado del evento. Esto equivale a decir que no caí el marco que
ella planteó inicialmente, sino que establecí uno distinto.

Considera estos otros ejemplos, que emplean el mismo patrón


de redefinición:

 ELLA: Te vi hablando con esas chicas: ¡eres un jugador!

TÚ: Si hablo con gente, es porque me gusta ser social en lugar


de tímido.

 ELLA: Te vi hablando con esa chica: ¡eres un jugador!

TÚ: Su esposo trabaja en mi estudio—acaban de tener un bebé y


no la había felicitado aún.

Nota especialmente que redefinir el marco es algo que uno mismo


puede hacer mentalmente a la hora de enfrentar dudas o titubear:

 PENSAMIENTO INICIAL: Ella está con dos amigas: significa que


no quiere conocer chicos, sino prefiere estar con sus amigas

REDEFINICIÓN: Está acompañada porque prefiere salir a


conocer chicos, seguramente porque es muy tímida.

Con el tiempo te vas a dar cuenta que el poder redefinir el marco


de referencia para uno mismo es una de las claves para alcanzar la
flexibilidad de pensamiento y conducta que constituye una de las
principales habilidades de un maestro de la seducción.

2) Presuposición Inversa: El marco de referencia es algo totalmente


distinto u opuesto a lo que el interlocutor pensaba (presuponía)
inicialmente.

 ELLA: No puedo salir, tengo mucho trabajo.

TÚ: Por eso mismo es que deberías relajarte, y volver con


energías recargadas a terminar tu trabajo.

Este patrón es fácil de recordar si piensas que se puede


implementar estructurando tu respuesta como “sí, y por eso mismo es
que X.” La clave radica en buscar razones convincentes por las cuales
algo puede significar algo totalmente distinto.

 ELLA: No puede pasar nada entre nosotros, tengo novio.

TÚ: Si nada puede pasar, con mayor razón podemos relajarnos y


disfrutar de estos momentos juntos, sin pensar en el qué dirán…

En este caso la presuposición “tengo novio no puede pasar nada”


es invertida de manera que el marco pasa a ser “tienes novio  eso es
razón para relajarnos (quién sabe y quizás luego pase algo).”

Este patrón es un tanto divertido a manera de ejercicio de


creatividad. Imagínate buscar las razones más descabelladas por las
cuales algo equivale a algo totalmente distinto. Considera por ejemplo
el siguiente caso:

 ELLA: No podemos tener sexo, porque tienes sífilis.

TÚ: Y esa es la razón por la que puedes tomar todas las


precauciones de antemano, y relajarte cuando estemos juntos,
en lugar de actuar sin tener idea de mi estado de salud.

Igualmente recuerda que puedes usar este patrón redefiniendo


dudas al momento de enfrentar dudas personales:

 PENSAMIENTO INICIAL: Ella está leyendo un libro, no vale la


pena acercarse a hablar con ella.

PRESUPOSICIÓN INVERSA: Por eso mismo es que debes


acercarte—está leyendo un libro en vista que ningún chico
interesante se ha acercado a hablar con ella.
3) Ejemplo Contrario: Redefine el marco al buscar casos donde el
marco no sea factible, o donde las presuposiciones del marco no
funcionen.

 ELLA: Llegas tarde, ¿acaso no te importo?

TÚ: Todos han estado tarde en alguna ocasión, ¿significa eso


que nada le importa a nadie en el mundo?

 ALGUIEN: Eres feo, olvídate de conseguir a una mujer atractiva.

TÚ: Hay muchos hombres “feos” con mujeres muy guapas: mira
nada más a Seal casado con Heidi Klum.

 ELLA: Te vi hablando con esas chicas. ¿Las estabas tratando de


seducir?

TÚ: Hablaba con ellas así como estás hablando ahora conmigo,
¿estás acaso tratando de seducirme?

Este patrón es uno que las personas utilizan frecuentemente de


manera instintiva. Simplemente convierte el marco en algo universal,
y busca ejemplos donde el criterio que la otra persona sugiere no sea
aplicable.

4) Intención Positiva: Buscamos aquí la intención positiva según la


cual alguien está actuando o diciendo algo. De aquí establecemos el
marco en base a su intención, más allá de la actitud o comportamiento
que la persona muestre.

 ELLA: Llegas tarde, ¿acaso no te importo?

TÚ: Entiendo que te preocupó que me demorase. Lamento no


haberte llamado, estaba sin mi celular—pero descuida, estoy
bien.

 ELLA: Todas mis amigas dicen que eres un jugador...

TÚ: Me alegra que tengas amigas que te cuidan. Eso me hace


pensar que tú eres el tipo de persona a quien le gusta conocer a
los demás por quien en verdad son, y no por rumores.
Nota en estos ejemplos que no acepto el marco que ella presenta
inicialmente (no caigo en su marco), sino simplemente busco una
intención positiva y respondo desde ese marco. Este patrón es muy
efectivo cuando la otra persona está actuando o diciendo algo desde
un punto de vista emocional: al redefinir con la intención positiva, es
más fácil que la otra persona se calme. Después de todo, quizás se
sobresaltó inicialmente debido a que no se sentía comprendida. En el
Cuaderno VI vas a entender cómo demostrar comprensión en este
sentido puede servir para establecer Proximidad emocional con una
mujer.

Así como en el segundo ejemplo (amigas dicen que eres un


jugador), un giro que personalmente me gusta añadirle a este patrón
es el de tomar la intención positiva y usarla con el propósito de retar a
la mujer: le asigno una intención positiva, propia de una mujer
madura, etc., pero ¿es ella capaz de mantener este estándar de
conducta? Ejemplo:

 ELLA: No puede pasar nada entre nosotros—eres muy bajo.

TÚ: Veo que tienes la madurez como para tener preferencias.


¿Eres también lo suficientemente madura como para
experimentar nuevas emociones y nuevas formas de pensar?

Más adelante veremos otras formas de asignarle a la mujer una


percepción de sí misma de acuerdo a nuestro propio criterio, y cómo
retarla a actuar y tomar decisiones en base al estándar que hemos
impuesto nosotros.

5) Marco eterno: Plantea el caso que desde algún momento y lugar


en el futuro ella puede recordar su pasado, y notar cómo este
momento fue el principio de un modo distinto de ver las cosas.

 ELLA: No hablo con gente desconocida (como tú).

TÚ: Desde luego, no me conoces. Sin embargo, si te imaginas de


aquí a un par de años, vas a poder recordar este momento como
el instante donde comenzó nuestra amistad...

 ELLA: No me gustan los chicos bajos.

TÚ: Seguro. Sin embargo, si te imaginas a ti misma de aquí a


varios años, y observas todas las personas interesantes que te
perdiste de conocer por pensar de esa manera, puedes recordar
este momento desde esa perspectiva, y ver cómo fue aquí
cuando empezaste a conocer a las personas más allá de su
estatura.

Este patrón utiliza el principio hipnótico de seudo-orientación


en el tiempo. Esta idea trabaja tomando en cuenta que uno puede
ver las cosas desde distintas perspectivas de espacio y tiempo
(recordar eventos del pasado, o imaginarse cómo van a ser las cosas
en el futuro, etc.), percibiéndolas como reales.

Este patrón puede ser usado en muchos contextos (es usado


extensivamente en publicidad, por ejemplo), en vista que cualquier
momento puede potencialmente ser el principio de algo distinto—es
cuestión de imaginarnos cómo el cambio va a repercutir en nuestro
futuro.

 Ejercicios: Practica los patrones con los siguientes casos. Busca


por lo menos cinco formas distintas de redefinir el marco en cada caso
(mientras más mejor). Ten en cuenta el patrón que estás usando en
cada caso.

1) Redefine el contenido (el significado):

- Ella está hablando con sus amigas: [significa que] no


quiere conocer chicos.
- No me ha devuelto mi llamada: [significa que] me está
ignorando porque ya no me quiere.
- Ella no se detuvo a saludarme: ya no le importo.
- Nunca he tenido una novia—soy una falla.
- Leer libros de seducción significa que el lector es un
incompetente o un inepto social.

(Soy consciente que éstas son dudas que van a plagar la mente
de muchos en algún momento: mejor redefinirlas ahora y acabar con
ellas de una vez por todas).

2) Redefine el marco invirtiendo la presuposición:

- Voy a quedarme en casa, [porque] no tengo ganas de


salir.
- Voy a dejar de practicar esto, [porque] el material se me
hace complicado.
- Ninguno de mis amigos quiere salir, así que me voy a
quedar casa a ver televisión.
- No puedo salir contigo, porque no me gustan los chicos
bajos, etc.
- No puedo hablar de esto contigo, porque no te tengo
confianza.

3) Redefine el marco mediante un ejemplo contrario:

- Si no tienes novia, es porque eres un torpe.


- Tú eres como eres, nunca vas a poder cambiar.
- Conociendo gente en la calle nunca vas a encontrar algo
serio.
- Las parejas se conocen a través de su círculo social.
- Los hombres feos/bajos/calvos no pueden estar con
mujeres guapas, a menos que sean archimillonarios.

4) Redefine el marco asignando una intención positiva:

- No deberías estar estudiando sobre seducción.


- No me gusta que me hables de esa manera.
- Decir cosas así te hace ver como tonto.
- A las mujeres no nos gusta este tipo de cosas.
- No puede pasar nada entre nosotros—no estoy lista
emocionalmente.

5) Redefine mediante un marco eterno:

- Esto es algo diferente, no creo que funcione.


- No te conozco, y no hablo con extraños.
- Me da vergüenza que nos vean hacer esto en público.
- No creo que les caigas bien a mis amigas.
- Esto es lo más raro que he oído en toda mi vida.

Estos son sólo algunos ejemplos para que practiques cada


patrón. Luego de que extingas todas las posibilidades, practica
intercambiar los casos sugeridos para distintos patrones. A medida que
practiques, vas a notar que para poder usar algunos patrones vas a
tener que obtener un poco más de información que la que ofrece el
interlocutor (el por qué, o de qué manera está basando su
presuposición). Ejemplo:

ELLA: Esto es lo más raro que he oído en mi vida.


TÚ: ¿De qué manera?

ELLA: Los hombres que conozco no hablan de manera tan poética.

TÚ: Bueno, eso significa que has conocido a uno especial de entre
tantos. [Redefinición del contenido]

Nuevamente, el propósito de estos ejercicios es ejercitar tu


flexibilidad de pensamiento. No puedo enfatizar esto lo suficiente: la
comprensión intelectual de los patrones no te va a servir de nada,
necesitas desarrollar eficiencia inconsciente en el uso de estos
patrones si es que quieres tener esta habilidad como algo real y útil.
Por lo demás, esta práctica es algo que puedes llevar más allá del
campo intelectual y usar en tu vida diaria (las aplicaciones son
infinitas). Puedes practicar estos patrones al ver televisión o al hablar
con tus amigos—sólo deja que la otra persona “gane” de cuando en
cuando, para que no te agarren antipatía.

 Ejercicio: Con toda la práctica de los casos anteriores, debes haber


afianzado tu manejo del marco de referencia. Pon a prueba tus
habilidades persuadiendo a alguien de que aprender estas habilidades
le va a ser beneficioso—redefine sus posibles objeciones usando los
patrones anteriores. Tómalo como un juego y diviértete (quién sabe, y
quizás más adelante tengas un compañero de aventuras a quien tú
mismo persuadiste con estas artes).

II.5. BIENVENIDA A MI REALIDAD

Veamos ahora cómo todo este negocio de trabajar con el marco


adquiere masa crítica. La clave radica en establecer que todo lo que
ella y tú hacen refuerza el meta-marco, y puede ser reforzado con
marcos contenidos dentro de este marco global. La pregunta viene a
ser, ¿tienes en claro qué meta-marco vas a utilizar?

Pongamos el ejemplo que mi meta-marco es “conmigo, ella es


capaz de actuar en base a sus emociones.”

De ahí podemos decidir con qué emociones queremos que ella


responda: ¿Felicidad, libertad, pasión, lujuria? (Obviamente no va a
ser nada útil que ella actúe en base a nervios, miedo, temor, etc., por
ello la importancia de la distinción).
Con este bosquejo de los marcos que el marco-meta conlleva,
podemos por ejemplo presuponer2 que sus acciones ocurren desde
nuestros marcos. Ejemplo:

TÚ: ¿Qué es lo que más te apasiona de tu trabajo?

ELLA: Poder sentirme libre de hacer lo que quiero cuando quiero.

TÚ: Ah, no hay nada igual. Por ejemplo ¿cuándo es que te sientes más
libre?

ELLA: Diría que cuando estoy en la playa y puedo saltar y bailar sin
preocuparme de nada.

TÚ: Y cuando estemos tú y yo en la playa saltando y gozando de plena


libertad, ¿va a haber más gente alrededor o vamos a estar solos...?

ELLA: [Susurrando] Solos...

En este caso las palabras “cuando” y “o” tienen el efecto que no


entre en cuestión el hecho de que ella y yo vamos a estar en la playa
en algún momento. La pregunta viene a ser si es que vamos o no a
estar solos. Fíjate en el Apéndice 1 para ver varias presuposiciones
que conviene que domines para poder usarlas de esta manera en tu
comunicación. (Las presuposiciones están entre las más poderosas
herramientas de comunicación y persuasión).

En el caso anterior, al presuponer que ella y yo nos vamos a


hallar dentro de un escenario donde ella puede actuar libremente en
base a sus pasiones, estoy estableciendo el marco que ella tiene la
libertad de actuar de esta manera conmigo.

También podemos establecer el marco combinando las


presuposiciones con humor.

 Ejemplo: Ella toma algo de agua y accidentalmente se derrama un


poco encima:

2
Una presuposición es una estructura lingüística que debe ser tomada como cierta de
manera que la oración tenga sentido lógico.
TÚ: Vaya, sólo hemos hablado cinco minutos y ya estás toda mojada.
Imagínate cuando estemos solos... voy a necesitar una camisa de
fuerza para que te controles...

Esto puede parecer que está entrando dentro del campo del
“humor arrogante,” pero ese concepto de por sí es incompleto. Lo
importante es el marco de referencia que queremos establecer con el
humor.

Ten en cuenta que los temas de conversación que desarrollas,


las actividades que realizas junto con ella, el ambiente en tu casa, la
imagen que proyectas... todo debe de alguna forma ser conductivo a
poder establecer de manera orgánica el meta-marco de tu elección.

De este modo si mi meta-marco es que ella puede actuar en


base a emociones positivas estando conmigo, los temas de
conversación que voy a usar van a estar enfocados en emociones, en
instancias donde ella sintió emociones y se sintió libre de actuar sin
reparo a las normas sociales, por ejemplo. Las actividades que
elegiría para realizar junto con ella tendrían que ver con sentir
emociones y poder actuar libremente en base a ellas, como ir a un
parque de diversiones, o tocar instrumentos musicales en mi casa,
jugar al aire libre, etc. (en lugar de sentarse en el cine y quedarnos
quietos viendo una película).

De esta manera el meta-marco, más que una entidad lingüística


o una dirección o contexto de referencia, es una extensión de ti, una
forma de entenderte: una puerta a tu realidad. Mientras más sólido
sea tu propio sentido de la realidad, más fácil va a ser invitar a la
mujer a que experimente la vida desde tu perspectiva. Si tus acciones
y conducta operan desde el meta-marco, tus palabras y
presuposiciones van a fluir naturalmente y de forma orgánica.

Una razón por la cual muchos hombres fallan al querer


implementar “técnicas de conquista” o “frases probadas y
comprobadas” es que resulta prácticamente imposible “fingir” el
sentido de la realidad. Si las creencias y el mapa interno no operan
desde el plano del meta-marco, las palabras van a ser, por definición,
falsas y fingidas. En el Cuaderno III vamos a ver formas de trabajar
con tu mundo interno, para lograr la solidez interior que va a respaldar
tu comunicación verbal y no-verbal.
Recuerda también que al establecer el marco, sea con humor,
con presuposiciones, o con tu conducta, puede que necesites los
patrones de redefinición de la sección anterior.

 Ejemplo: Están en el parque jugando, riéndose. Ella te dice que


éste no es el tipo de cosas que hace usualmente.

ELLA: Usualmente no salgo a jugar al aire libre, y me la paso en casa


viendo televisión o cosas así. Soy medio aburrida...

TÚ: No es que seas aburrida, es simplemente que no se ha presentado


la ocasión [redefiniendo el contenido].

ELLA: Ja... no lo había pensado de esa manera...

TÚ: Es más, si te imaginas un tiempo en el futuro, quizás de aquí a un


mes o quizás un año, vas a poder mirar hacia atrás y ver cómo hoy te
diste cuenta que es posible sentirse libre de disfrutar de todas las
experiencias que pasamos juntos [marco eterno].

ELLA: [Empieza a ruborizarse] Sí, ya me lo puedo imaginar...

TÚ: Oye, pero no te emociones tan rápido [presuposición], vamos


poco a poco... no quiero que te dé algo por pasarla tan bien
[presuposición], Srta. Televidente.

ELLA: Ja, ja... no te falta modestia, ¿no?

TÚ: ...y esa es la razón por la que esta experiencia es diferente a


todas las demás, y por la que puedes sentirte libre de disfrutar de
todas estas emociones [presuposición inversa].

[Nota que todos los patrones han servido para afianzar mi meta-
marco: ella se siente bien, y puede actuar en base a las emociones
placenteras que está experimentando].

Puedes pensar que tu conducta, las presuposiciones dentro de tu


comunicación, y básicamente todo aquello del mundo que te rodea
sirven para establecer el marco. Para deshacerte de cualquier sombra
de duda o punto de vista discordante, o simplemente para afianzar el
marco que estás estableciendo, puedes usar los patrones de
redefinición. Como muestra el ejemplo, no es necesario “educarla” o
dictar cátedra al estilo “terapeuta” (evita como la plaga caer en ese
patrón de conducta); resulta más orgánico y beneficioso a la seducción
usar las herramientas desde un marco lúdico. El propósito no es sonar
“profundo” o trascendental—es pasarla bien y acercarla a tu realidad.

II.6. IL MILIONE

Il Milione (“El Millón”) es el título del libro en el que Marco Polo


narra la abundancia y riquezas que conoció en sus viajes por Asia en el
siglo XIII (en aquel tiempo la cifra tenia cierta resonancia titánica).
Esta percepción de abundancia a la hora de pensar en los marcos es
una que te va a ser útil a nivel práctico, a la hora de traer a la mujer a
tu realidad a través del meta-marco.

De la forma como me gusta pensar al respecto, uno puede


probar distintos marcos, como si se probara ropa en una tienda: te
quedas con lo que te va bien, y dejas de lado aquello que no. (El
lector astuto habrá podido darse cuenta que, pensándolo de esta
manera, los arquetipos de seductor del Cuaderno I vienen a ser
marcos de referencia que podemos establecer para guiar el rumbo de
una interacción)

La pregunta es, ¿cómo bosquejar meta-marcos que puedan


resultar útiles en este camino? Considera de qué manera usarías
presuposiciones, qué tipo de humor sería el que más te convendría
para ser congruente, qué imagen convendría proyectar, en qué
ambiente sería conveniente que te rodees.

Considera por ejemplo estos meta-marcos:

 Ella es como un cachorrito, y todo lo que hace es tierno y


entretenido

 Tú eres el rey, y todos los demás están a tu servicio; todos


buscan entretenerte y complacerte

 Tú eres una oportunidad única en la vida de una mujer; si ella


no te acepta ahora, la oportunidad nunca más se va a repetir.

Tomemos por ejemplo el meta-marco en el que ella es tierna y


entretenida como un cachorrito. Nota las presuposiciones que se
establecen cuando uno lleva a un cachorro recién nacido a casa:
- El cachorro es la cosa más linda del mundo.
- Todo lo que hace, lo hace desde un punto de vista de
ignorancia e ingenuidad.
- Sólo quiere complacer a sus amos; necesita que se le
muestre lo que es correcto y lo que no.
- Es necesario protegerlo de los peligros del mundo que aún
desconoce.
- No sabe nada, por ende no es necesario enfadarse nunca
con él.
- Carece de malicia; sólo quiere jugar y que se le preste
atención.

Si te das cuenta, este marco es uno que utilizaría por ejemplo


alguien como Hugh Hefner (fundador de la revista Playboy y mujeriego
si es que alguna vez existió uno). Con una mansión llena de bellas
jóvenes, ¿crees que el hombre se haría mala leche si alguna de ellas
rompe algo o si alguna entra a un sitio donde no debe? Si alguna vez
miras el programa The Girls Next Door (“Las Chicas de al Lado,” una
serie de televisión que documenta los eventos entre Hefner y algunas
de sus conejitas dentro de la mansión de éste), te podrás dar cuenta
que su actitud para con ellas es como la que tendría alguien para con
un cachorro. Para él, ellas son tiernas criaturas que no hacen más que
brindarle a uno placer. Ese marco funciona para él excelentemente
bien.

Utilizando la idea de redefinición del marco, nota en el siguiente


caso cómo el sentido de la realidad del hombre prevalece, y el marco
no se ve afectado a pesar que ella inicialmente intenta hacer
berrinche. Su meta-marco es que ella es un cachorrito, y todo lo que
ella hace es tierno, etc., por lo que ella es incapaz de fastidiarlo.

 Ejemplo: Ella trata de hacer o decir algo como para llamar tu


atención, o quizás hasta para que te enfades, de manera que le
prestes atención.

ELLA: ¡Ya deja de estar escribiendo! A este paso me voy a ir a vivir


donde el vecino. Me tienes cansada, bla, bla…

TÚ: [Abrazándola] Ay… qué linda, ven aquí, dame un abrazo. [La
besas] Espérame diez minutos y vamos a tomar algo, ¿OK?

ELLA: [Gruñendo] Pero diez minutos nomás, bla, bla…

TÚ: Sí, sí, querida, ahora bájate que estoy escribiendo un mensaje.
[Mientras se baja, le das una palmada en el trasero y ella se sienta a
esperarte; tú sigues escribiendo en la computadora].

Alguien que no sabe lo que está pasando podría decir que ella
tiene al hombre “pisado,” que ella se sale con la suya, que lo controla
emocionalmente, etc. Sin embargo, él está actuando desde el meta-
marco de “la cachorra”: sus intentos de hacerlo enfurecer con
amenazas y demás son interpretados como que ella está haciendo un
tierno berrinche para salir a jugar. Tomando los conceptos anteriores,
podríamos decir que el hombre en este caso capturó el marco a través
de redefinir la intención positiva con la cuál ella actuó.

Lo más importante en este caso es que él está estableciendo el


meta-marco con su conducta, con sus acciones, con su sobriedad
lúdica. Éste es un ejemplo de pocas líneas, pero de elegir este meta-
marco, prácticamente todas sus acciones para con ella serían llevadas
a cabo de manera similar. Establecer el meta-marco es algo que tienes
que hacer de manera activa: si no lo estableces tú, ella lo va a
establecer (y después no te quejes si ese marco no te favorece).

Por otro lado, nota las presuposiciones y conducta relacionadas


con un meta-marco que establece que “tú eres una oportunidad única
y escasa, que ella necesita tomar acción ahora si es que quiere estar
contigo.” Un hombre que es una oportunidad escasa:

- No tiene tiempo para permanecer al lado de la mujer por


un lapso extenso.
- Está en constante movimiento (no se puede plantar con
ella a pasar dos horas en el almuerzo para hablar del
clima, por ejemplo).
- Es un amante de las mujeres, y está constantemente
rodeado de ellas: si ella no toma esta oportunidad, otra
mujer la va a tomar.
- No tiene tiempo ilimitado para que ella decida: si ella
quiere actuar, tiene que ser ya.

 Ejemplo: Él y ella se encuentran, él la invita a dar un paseo ahí


mismo.

ELLA: Me encantaría, pero… ah… esta tarde voy a llevar a mi perro al


veterinario. ¿Qué tal mañana?
TÚ: Sería divertido, pero mi horario va a ser muy caótico por lo
demás.

ELLA: ¿Tanto así? Todos tienen siempre un rato libre...

TÚ: Todos… excepto artistas y poetas locos, entre otros [ejemplo


contrario]. Pero en vista que tú eres de tener ratos libres, puedes
llevar al can al veterinario en otro momento [presuposición inversa].
Más adelante cuando recuerdes este momento, vas a ver lo mucho que
disfrutaste de la brisa de la tarde en el parque [marco eterno].

ELLA: Hmm… OK, ¡vamos!

Nota que el meta-marco que quieres establecer tiene que


conformar una unidad con tu conducta y tu lenguaje; con lo que
aceptas y lo que no aceptas. Si en este caso el joven hubiera dicho
“ah… bueno, entonces nos vemos mañana,” claro, muy probablemente
se hubieran podido encontrar al día siguiente (en caso la propuesta de
ella hubiera sido legítima). Sin embargo, el “marco de oportunidad” se
hubiera ido al tacho. Si tu lenguaje verbal pretende establecer el
marco, pero tu comportamiento, acciones, y decisiones no lo
respaldan, la incongruencia va a sabotear el propósito, y vas a
perder el control del marco.

El mensaje que quiero que captes en esta sección es que la


forma más eficaz de pilotear tus interacciones es a través del control
del marco. Claro, las frases y el lenguaje son importantes, pero están
siempre subordinadas al marco. Querer “memorizar” cien líneas
interesantes, mientras que el marco de referencia en la interacción
queda al azar, es como comprar un automóvil último modelo y hacer
que dos mulas lo jalen como una carreta: puedes pensar que las líneas
te están dando poder y status, pero en verdad estás privándote de
sacarles el máximo provecho, al mismo tiempo que puedes caer en
riesgo de hacer el ridículo si careces del contexto referencial que
respalde tus palabras.

II.7. EL ZORRO

Al trabajar con marcos de referencia, una idea importante es que


quizás la mejor forma de evitar caer en un marco inútil, es
robándonos el marco de la otra persona. Al asumir los criterios y
contexto de referencia que usaría la otra persona (por ejemplo, para
juzgarnos), la dejamos sin espacio para maniobrar—sin la posibilidad
de establecer su marco.

Considera el ejemplo de una ocasión donde me encontraba con


una mujer en casa. Cierta timidez de parte de ella me daba a entender
que en cualquier momento ella estaba lista para patear el tablero y
ofrecer resistencia, diciendo cosas como “vas a pensar que soy una
chica fácil,” etc. Ésta es una forma como las mujeres establecen el
marco, forzando al hombre a asumir la posición del que busca
convencerlas de lo contrario. Y es un marco genial, de verdad: las
mujeres lo vienen usando por siglos.

Esa ocasión decidí tratar algo diferente, y antes de que ella


establezca ese marco, me lo robé, y mientras nos besábamos, me hice
hacia atrás, volteé mi cara hacia un lado, y le dije seriamente “qué
pena... ahora vas a pensar que soy un chico fácil, que hago esto con
todas las mujeres...” Ella empezó a decir cosas como “no, para nada”
mientras buscaba reiniciar el contacto. A esto dije una vez más “sí... le
vas a decir a todas tus amigas que yo hago de todo con todo el
mundo...” y me dijo de manera definitiva “no, deja... ven acá.”

Asunto resuelto—y lección aprendida desde entonces. Al


anticipar un mal marco, y usarlo yo, en efecto me lo robé: no sería
orgánico que, luego de que ella insista que lo que estamos haciendo
no me convierte en un “chico fácil,” que ella sienta vergüenza y me
diga lo mismo. Es mi marco ahora, ya no le sirve resistir de esa
manera.

Es hasta cierto punto humorístico la forma como uno puede


forzar a la otra persona a un marco al establecerlo nosotros primero.
Toma por ejemplo el hecho de que muchos hombres sienten que no
son lo suficientemente atractivos, o que son muy bajos, calvos,
gordos, etc. El día que dejé de preocuparme de lo que una mujer
piensa de mi físico fue cuando descubrí que las mujeres se preocupan
cien veces más de su apariencia que los hombres. Es por esto en parte
que señalar algo acerca de la apariencia de la mujer (comentar acerca
de la combinación de ropa que lleva, peinado, etc.) revierte el marco
usual: ella deja de ser la que te está catalogando a ti, y pasa a ser la
catalogada.

No tiene que ser una “falla” lo que señalas, sino más como un
comentario neutral, como insinuar que “esa cartera queda muy...
interesante con el conjunto.” Mientras ella se pasa el rato
preguntándose qué quieres decir con “interesante,” es casi imposible
que ella te esté juzgando a ti. Usa la paranoia femenina a tu favor.

Lo mismo sirve para el problema de algunos estudiantes de


seducción de ser considerados “raros” o que están actuando de forma
“extraña” (esto ocurre en parte por no calibrar y por no establecer el
marco en las situaciones nuevas en que nos encontramos). Una forma
de robarse el marco para evitar caer en ese patrón es, en algún
momento que la mujer hace un comentario no-gracioso, o cuando
muestra un rasgo de humor bizarro, simplemente mirarla como
diciendo “¿Te sientes bien?,” o decirle algo como “Eso es lo más
extraño que he oído en toda la semana... pero no importa, igual te
quiero...” A la vez que nos robamos el marco, evitando que ella diga
que algo que hacemos es “raro,” reforzamos el meta-marco que
nosotros somos el tipo de hombre con quien ella puede actuar
naturalmente sin ser juzgada.

Igualmente podemos robarnos el marco de forma lúdica, por


ejemplo diciéndole a una chica que nos mire a los ojos al hablar con
ella, y no a la bragueta; o señalar a nuestros ojos y decir “oye,
porsiacaso mis ojos están aquí” (dando a entender que deje de mirar
nuestro cuerpo—objeción frecuente, en especial usada por las mujeres
con grandes atributos y vestidos pequeños).

Ese tipo de comentarios por lo general provoca una risa, y es un


buen punto de partida para establecer un marco lúdico, pero tienes
que tener en cuenta los demás marcos y el meta-marco que quieres
establecer: ser graciosito y hacer que se ría no representa de por sí un
dominio total del marco.

 Ejercicio: Existen escenarios donde los hombres frecuentemente


caen en marcos nada favorables establecidos por las mujeres. Piensa
en distintas formas en las que te puedas robar el marco en las
siguientes situaciones (¿puedes pensar en otros escenarios
similares?):

 El marco en que ella te quiere de manera superficial.


 El marco en que ella está sobreactuando para agradarte.
 El marco en que ella es una jugadora y busca aprovecharse de
ti.
 El marco en que ella está buscando tenerte a solas para
aprovecharse de ti.
Por ejemplo, algo como decirle “Siempre que conozco a una mujer,
por lo general se me quedan mirando como anonadadas, y no se
preocupan de conocerme por quien en verdad soy... espero que tú
seas distinta.”

Ten en cuenta que frecuentemente un efecto de robarse va a ser


provocar una risa, cuando ella reconozca que estás usando un marco
que ella misma usa frecuentemente. Sin embargo, no pienses que
estás contando un chiste, sino que te estás robando su marco de
referencia. Ésta es una excelente forma de evitar objeciones, al
usarlas antes que la otra persona tenga una oportunidad de usarlas
hacia nosotros.

II.8. GRANDES EXPECTATIVAS

Con toda la plática de marcos y meta-marcos, quiero concluir


esta sección con una idea simple, pero importante. El hecho de vivir en
tu propia realidad, afianzada con los marcos que estableces en tus
interacciones con los demás, no implica para nada la idea de ser
alguien que no eres, o de alguna manera “engañar” a los demás.
Como va a ser evidente a través de las demás secciones de este libro,
la idea global consiste en ser quien quieres ser, y dejar que todo fluya
desde ahí.

Un problema con el que muchos se enfrentan al implementar


cambios en su estilo de vida y vivir bajo un marco alternativo, es que
las demás personas muchas veces no van a saber cómo responder o
qué hacer al ser presentados con una realidad diferente. Por ello es
importante que les dejes saber cuál es tu plan, de qué se trata el ser
un invitado en tu realidad: qué pueden y qué no pueden esperar de ti;
qué compromisos puedes tomar para con ellos, y qué aspectos vas a
dejar totalmente de lado. Recuerda, si no estableces activamente
estos marcos de referencia, los demás van a actuar y responder en
base a lo que están acostumbrados.

Tomemos por ejemplo el caso de que no quieres permanecer en


una relación exclusiva con una mujer (ver: sólo ella y tú), y
simplemente quieres vivir la vida y no estar atado a nadie en
particular. Quizás quieres practicar, y no quieres tener que rendirle
cuentas a ninguna mujer sobre con quién interactúas. Simple, y
legítimo si eso es algo que quieres en tu vida.
Ahora, tú sabes que eso es lo que quieres, porque ése es un
objetivo para ti: si es parte de tu realidad, los demás no tienen por
qué juzgarte al respecto. Pero al mismo tiempo, cada mujer con la que
interactúas no tiene la obligación de adivinar eso a menos que se lo
digas. Por eso es que muchos chicos están con una mujer sin antes
haber establecido el marco (el rumbo de la relación), y luego están con
otra, y la otra chica se entera y sufre. Ella esperaba (en vista que el
chico no estableció el marco) que él actuara como actúa la mayoría de
chicos, como si fueran una pareja exclusiva. En los peores casos están
los chicos que no establecen el marco, y tienen que escabullirse de
alguna manera para que las mujeres no se enteren de sus andanzas.
Nada práctico.

Esto es distinto al hombre que establece el marco de antemano.


Si quieres que esto quede como un encuentro único, o si no quieres
formar un compromiso, entonces tienes que establecer el marco:
tienes que dejarle saber a ella cuál es tu plan. La clave radica en
que tienes que establecer este marco desde el principio, de manera
que no se creen falsas expectativas, tanto para ella como para ti.

Un maestro, por ejemplo, tiene el marco que la unión con una


mujer es algo único y exquisito... pero que así como está ella, van a
haber otras, y él no va a poder quedarse con una sola para siempre. Él
establece esto antes de tener relaciones con ella, y lo verbaliza muy
poéticamente también: “No sé qué nos depare el mañana, así que no
te puedo prometer nada más allá de estos momentos. Lo único que sé
es que en este instante tú estás en mis brazos, y eso es todo lo que
me importa...”

Por último, una forma menos poética pero igual de práctica sería
comunicarle que “Antes de que pase algo, tienes que comprender algo
acerca de mí, y es que en estos momentos no estoy buscando una
relación exclusiva...”

Al dejarle a ella saber esto, ella tiene tres opciones básicamente.


Puede aceptar el hecho de que no estás buscando algo más allá de
compartir unos momentos agradables con ella. Es decir, puede
aceptar tu marco y entrar en tu realidad, aceptando que puede
potencialmente no pasar nada más de un encuentro casual. En mi
experiencia, una gran mayoría de mujeres va a aceptar tu marco si se
lo planteas claramente y sin hacerte complicaciones. Al igual que los
hombres, muchas mujeres quieren compartir un momento agradable
con alguien que las va a respetar; esto no implica que todas estén
buscando entrar en una relación estable con alguien.
De otro lado ella puede rechazar tu marco. Puede que ella
entienda que no estás buscando entrar en una relación exclusiva, pero
que a la vez ella sí esté buscando una, y prefiera evitar tener algo
casual contigo. Esta opción es totalmente legítima, y muchas mujeres
te van a querer y respetar por ser el tipo de hombre que otorgó esta
opción. Recuerda, nuestro propósito es siempre brindarle más
opciones que puedan brindarle placer y felicidad, nunca restringirlas.

Por lo demás puede que te encuentres en el camino con alguna


mujer que acepta tu marco inicialmente pero luego pretende
cuestionarlo. Aquí podemos tener, por ejemplo, casos donde le
presentas tu marco, ella lo acepta y decide pasar un rato contigo, pero
luego decide que quiere entrar en una relación estable. Aquí puede
valerse de sortilegios femeninos como suplicar o hasta dejar correr
una que otra lágrima. Es necesario en estos casos que tengas la
firmeza de decirle “Lo siento, pero no va a ser posible. Te dije que no
era mi intención entrar en una relación estable, y tú aceptaste. La cosa
no va a cambiar.”

De más decir que si capitulas y aceptas dejar de lado el marco


que inicialmente estableciste, estás sentando el precedente que tu
marco no es sólido (aunque aparentemente la estés complaciendo, en
efecto ella no te va a respetar por no tener los pantalones bien
puestos como para hacer valer tu palabra). Es en estos casos donde
tienes que mostrar fortaleza interna y adherirte a tu plan—por ende,
nuevamente, la importancia de bosquejar qué quieres en primer lugar.

Es importante que tengas muy en claro tu marco: ¿Qué buscas


en una mujer? ¿Por qué? ¿Qué esperas obtener? (Cuaderno I). Tu
marco, visto de esta manera, no es un capricho de momento, sino un
ideal según el cual piensas vivir (por lo menos parte de) tu vida. Esto
no es algo que se cambia porque “ella te ofrece pasarla bien si cedes”
o porque “no quieres que Elenita sufra.” La mejor forma de evitar que
se generen falsas expectativas, y que nadie se haga ilusiones que no
se van a cumplir, es estableciendo de antemano lo que va y lo que no
va. No tienes que ser agresivo o malo: con que seas firme y claro es
más que suficiente.

Dicho todo esto, ni qué decir si mientes y “pretendes” tener un


marco de referencia falso. Por ejemplo, algunos cretinos pretenden
estar buscando una relación exclusiva con una chica, cuando saben
que esa no es su intención, sólo con el propósito de que la chica se
ilusione y les deje hacer algo con ella. De ser ése el caso, es cuestión
de tiempo en que todo se desbarate como un castillo de naipes, y sea
él quien descubre que es posible engañar a otros, pero no engañarse a
uno mismo. Más allá de moralismos o recato, quiero dejar bien
plasmada mi opinión en este sentido: Engañar abiertamente a una
mujer con el propósito de obtener algo de ella es lo más bajo en que
puede incurrir alguien que ose llamarse “hombre.”

II.9. CALIFICACIÓN

La sección anterior enfocó la idea de establecer el marco de


aquello que buscamos, utilizando el ejemplo de establecer lo que
buscamos en términos de una relación no-exclusiva. Nota que éste es
solamente un ejemplo—un marco de la infinidad de posibles marcos
que un hombre podría tomar como propios, dependiendo de lo que
quiere para sí mismo.

La idea de establecer el marco y quedarnos solamente con las


mujeres que lo aceptan gustosas equivale a la idea de calificar a una
mujer. Calificar implica que vamos a ver si ella tiene lo necesario para
ser una invitada en nuestra realidad. Puedes pensar en esto como
cualquier aplicación a un trabajo: si alguien no cuenta con las
calificaciones necesarias, pues le guste o no, no le van a poder ofrecer
el puesto. El proceso de calificación consiste en limitar el número de
postulantes. Imagínate por ejemplo qué tan pesada (y ridícula) sería la
tarea de admisiones de una universidad si no tuvieran para los
postulantes el requerimiento básico de haber completado la educación
secundaria.

La idea de calificar a una mujer implica igualmente que nos


vamos a ahorrar tiempo y energía al invertir nuestra seducción
solamente en aquellas mujeres que pasan nuestro criterio de
selección. La clave es que si tú no la calificas a ella, ella te va a
calificar a ti (y basados en los estándares irreales que muchas
mujeres asumen como propios, es muy probable que no pases su
criterio de selección). Es aquí donde los estándares que estableces
para ti mismo y para las mujeres que quieres en tu vida (Cuaderno I)
adquieren una dimensión real y tangible.

Muchos creen que calificar a la mujer equivale a hacer una serie


de preguntas a manera de cuestionario, y si responden
“correctamente” pues califican. Aquí están aquellos que tienen como
criterio de calificación cosas como que sea honesta o que sea liberal,
por ejemplo, y durante la conversación le preguntan a la mujer “¿Eres
honesta/ liberal?” Y si ella responde que sí, entonces asumen que ella
califica. (Sin embargo, por definición, todas las personas deshonestas
deberían responder que en efecto son honestas). En este caso la
calificación no fue más que un lapso de masturbación mental: una
respuesta verbal de por sí sola no garantiza que la mujer
califique.

En lugar de ver esto como un cuestionario o examen académico,


te va a ser mucho más útil pensar en calificar como conducir una
audición o el cásting para una película: ella tiene que ser X,
comportarse de manera Y, y actuar de manera Z contigo para obtener
un papel en la película de tu vida. Por tu parte, como productor
ejecutivo de la película de tu vida, necesariamente tienes que tener
una idea en detalle del tipo de mujer que estás buscando para el rol.

En parte la importancia de calificar radica en que una mujer que


no califica bajo tus estándares no va a poder actuar eficazmente bajo
tu marco de referencia—te va a complicar la vida, en lugar de hacerla
más cómoda. Tomemos el ejemplo que mi meta-marco es que las
mujeres que me rodean son cachorritos que se la pasan jugueteando:
si acepto a una mujer que grita, molesta, y busca irritarme todo el día,
mi meta-marco simplemente no va a caminar. Hay elementos en
algunas mujeres que no se van a poder redefinir con humor o con
patrones lingüísticos simples (el ámbito terapéutico no forma parte del
espectro de este libro). Algunas mujeres simplemente no
califican: déjalas ir, y quédate con las que van a cohabitar
orgánicamente con tu marco de referencia.

El mundo es un lugar grande, y actuar con una mentalidad de


abundancia es esencial; si actúas como si alguna mujer es “la última
cantimplora del desierto,” buena suerte al intentar calificarla o
establecer tu marco. Si tienes escasez en tu pensamiento, ellas te van
a ver como el mendigo del ejemplo inicial de este Cuaderno, y la
batalla va a estar perdida. Mi idea de un maestro de la seducción no es
la de aquel que puede conquistar a cualquier mujer, sino la de aquel
que tiene en su vida un número saludablemente abundante del tipo de
mujer que quiere. Rodeándote del tipo de mujer que quieres, tus
marcos van a caer en secuencia como piezas de dominó—máxima
eficiencia, mínimo esfuerzo.

El Principio de Calificación sirve de alguna manera como la


chispa que va a activar el combustible de tus marcos y meta-marcos, y
su poder nunca debe ser arrimado al ámbito de lo idealista o cursi.
Hazañas aparentemente sobrehumanas, como tener una vida sexual
compuesta únicamente de tríos con mujeres bisexuales, o poder tener
relaciones con una mujer en el baño de una discoteca a los veinte
minutos de haberla conocido, todas parten del principio que el hombre
calificó a la mujer. Sus criterios eran que las mujeres sean bisexuales
y que quieren estar con él, por ejemplo, o que las mujeres quieran
tener una experiencia desenfrenada en un bar. Al encontrar mujeres
que calificaban, encontraron candidatas para establecer sus marcos.
Es ahí donde la magia ocurre, y la realidad interna se convierte en una
realidad tangible.

Llevando estas ideas al ámbito práctico, el qué hacer o decir, la


estructura se limita a comparar y contrastar a la mujer que tienes
enfrente con el ideal que has bosquejado para ti mismo. Para aquello
que sólo se puede observar en contexto, tus ojos y oídos te van a
bastar para calibrar (por ejemplo, si acaso requieres que ella sea
cortés con los demás, y notas que ella es amable con el personal de un
restaurante; o si requieres que ella sea alta o pelirroja).

Para ver si ella califica en cosas que no van a ser


inmediatamente aparentes puedes por ejemplo hacer preguntas
directamente (ejemplo “¿Eres bisexual...?”), o indirectamente a través
de ejemplos o presuposiciones (“¿Qué tipo de mujer te gusta?”). Si
ella te pregunta el por qué de tu pregunta, no seas tímido y dile que tú
sales con un tipo de mujer X. No puedo enfatizar esto lo suficiente:
ella te va a respetar por tener estándares y por no hacerla perder el
tiempo. Califícala, o siéntate y mira cómo ella te califica a ti. Si eres
respetuoso y no usas lenguaje vulgar, ella no tiene ninguna razón para
llamarte la atención. Y no lo digas como que es gran cosa o algo fuera
de lo común; si actúas con naturalidad, otros van a responder a tu
comunicación con naturalidad.

Ésta es una etapa donde tus preferencias van a dictar el


contenido de tu lenguaje, y tu creatividad la forma de darle algún giro
humorístico o romántico, en caso decidas que esto es congruente con
tu marco. En este campo he visto hombres salirse con la suya en un
sinnúmero de calificaciones que, por lo demás, otros encontrarían
ridículas. Están aquellos que no aguantan una imperfección facial en la
mujer; aquellos que no toleran manos o uñas descuidadas; los
fanáticos de los pies; los del club de las bisexuales... Puedo recordar
incluso el caso de un amigo que, al no conducir, requería
obligatoriamente que ella tuviera un automóvil—por el simple hecho
que necesitaban algún vehículo para poder salir juntos (dejó pasar a
muchas chicas lindas simplemente porque “no iba a ser práctico tomar
el autobús para encontrarse”). Cada loco con su tema (¿cada seductor
con su criterio calificatorio?).

Entiendo que este tema puede parecer “delicado”: la idea de


dejar pasar una oportunidad con una mujer porque carece de un
requerimiento físico o espiritual. Sin embargo, para poder dejar de
lado la mentalidad de escasez y vivir en abundancia es necesario
establecer parámetros. Vivir en abundancia implica poder dejar pasar
“oportunidades” con una mujer, ya que desde ese punto de vista no se
trata de sobrellevar la cosa o sobrevivir, sino de vivir bien, con lo
mejor que podemos alcanzar.

Un principio que te va a ser útil en este camino es que no todas


las mujeres van a calificar para tener el privilegio de ser seducidas por
ti. Al mismo tiempo es posible que las que no califiquen en ese sentido
valgan la pena conocer como personas: como compañeras, colegas,
amigas, o conocidas. No descartes la posibilidad que una mujer que no
califica no pueda tener amigas, hermanas, o primas que sí califiquen.
Por ello el ser un caballero para con las mujeres como principio
fundamental va a ser tu mejor carta de recomendación. Nunca se
sabe.

El proceso de Calificación, como todos los demás componentes


de la seducción, puede ser algo lúdico y divertido—tan divertido como
quieras que sea. Recuerda, si vives en abundancia no hay razón por la
cuál apresurarse o por la cuál tomar demasiado en serio alguna
interacción en particular. Concéntrate en jugar a lo largo del proceso:
juega a conocerlas; ésta es tu realidad y todas están invitados a tomar
parte en ella, siempre y cuando se adhieran al criterio que has
establecido para recibir la invitación.

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