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República De Bolivia

Universidad Mayor De San Andrés


Facultad De Ingeniería

Área física
Materia: Laboratorio de Física Básica III
Nivel: 3

Grupo: “A”

N° de Investigación: 2

Titulo de Investigación: Calor y Capacitancia

Docente: Ing. Humberto Murguía Encinas

Universitario: Boris Plinio Coro Quispe

Carrera: Ingeniería Electrónica

Fecha de entrega: 12 de Marzo de 2012

LA PAZ - BOLIVIA
CALOR

Introducción a la Transferencia de Energía (Calor)


El aislamiento sirve para retardar la transferencia de calor fuera o dentro de un ámbito acondicionado.
En la mayoría de los casos, ese ámbito es la casa. Durante los meses fríos, el objetivo es mantener el aire
caliente dentro y detener o al menos retardar el movimiento del aire frío proveniente del exterior.
Durante los meses de calor, el objetivo se invierte, pero los principios de retardo de la transferencia de
calor se mantienen constantes, independientemente del sentido del flujo de calor.

Sistemas de Unidades Utilizadas.


Q: Taza de flujo calórico [KW]
q: Taza de flujo calórico por unidad de área [KW/m]

El coeficiente de conductividad térmica es una caraterística de cada sustancia y expresa la magnitud


de su capacidad de conducir el calor. Su símbolo es la letra griega λ.
En el Sistema Internacional de Unidades (SI) se mide en Vatio / metro × Kelvin (W/m·K), en kilocaloría
/ hora × metro × Kelvin (kcal/h·m·K), en el sistema técnico y en BTU / hora × pie × Fahrenheit
(BTU/h·ft·ºF), en el sistema anglosajón.
El coeficiente de conductividad térmica expresa la cantidad o flujo de calor que pasa a través de la
unidad de superficie de una muestra del material, de extensión infinita, caras planoparalelas y espesor
unidad, cuando entre sus caras se establece una diferencia de temperaturas igual a la unidad, en
condiciones estacionarias.
Este coeficiente varía con las condiciones del material (humedad que contiene, temperatura a la que se
hace la medición), por lo que se fijan condiciones para hacerlo, generalmente para material seco y 15ºC
(temperatura media de trabajo de los materiales de construcción) y en otras ocasiones, 300 K (26,84 ºC).

Tipos de transferencia de calor: Existen tres métodos para la transferencia de calor: conducción,
convección y radiación. Conocer cada tipo y saber cómo funciona le permite entender mejor cómo los
sistemas de aislamiento y burletes protegen el espacio acondicionado.

Conducción. En los sólidos, la única forma de transferencia de calor es la conducción. Si se


calienta un extremo de una varilla metálica, de forma que aumente su temperatura, el calor se transmite
hasta el extremo más frío por conducción. No se comprende en su totalidad el mecanismo exacto de la
conducción de calor en los sólidos, pero se cree que se debe, en parte, al movimiento de los electrones
libres que transportan energía cuando existe una diferencia de temperatura. Esta teoría explica por qué
los buenos conductores eléctricos también tienden a ser buenos conductores del calor. En 1822, el
matemático francés Joseph Fourier dio una expresión matemática precisa que hoy se conoce como ley
de Fourier de la conducción del calor. Esta ley afirma que la velocidad de conducción de calor a través
de un cuerpo por unidad de sección transversal es proporcional al gradiente de temperatura que existe en
el cuerpo (con el signo cambiado).
El factor de proporcionalidad se denomina conductividad térmica del material. Los materiales como el
oro, la plata o el cobre tienen conductividades térmicas elevadas y conducen bien el calor, mientras que
materiales como el vidrio o el amianto tienen conductividades cientos e incluso miles de veces menores;
conducen muy mal el calor, y se conocen como aislantes. En ingeniería resulta necesario conocer la
velocidad de conducción del calor a través de un sólido en el que existe una diferencia de temperatura
conocida. Para averiguarlo se requieren técnicas matemáticas muy complejas, sobre todo si el proceso
varía con el tiempo; en este caso, se habla de conducción térmica transitoria. Con la ayuda de
ordenadores (computadoras) analógicos y digitales, estos problemas pueden resolverse en la actualidad
incluso para cuerpos de geometría complicada.

Convección. Si existe una diferencia de temperatura en el interior de un líquido o un gas, es casi


seguro que se producirá un movimiento del fluido. Este movimiento transfiere calor de una parte del
fluido a otra por un proceso llamado convección. El movimiento del fluido puede ser natural o forzado.
Si se calienta un líquido o un gas, su densidad (masa por unidad de volumen) suele disminuir. Si el
líquido o gas se encuentra en el campo gravitatorio, el fluido más caliente y menos denso asciende,
mientras que el fluido más frío y más denso desciende. Este tipo de movimiento, debido exclusivamente
a la no uniformidad de la temperatura del fluido, se denomina convección natural. La convección
forzada se logra sometiendo el fluido a un gradiente de presiones, con lo que se fuerza su movimiento de
acuerdo a las leyes de la mecánica de fluidos.

Radiación. Es la transferencia de calor, en forma de energía electromagnética, por el espacio. La


radiación presenta una diferencia fundamental respecto a la conducción y la convección: las sustancias
que intercambian calor no tienen que estar en contacto, sino que pueden estar separadas por un vacío. La
radiación es un término que se aplica genéricamente a toda clase de fenómenos relacionados con ondas
electromagnéticas. Algunos fenómenos de la radiación pueden describirse mediante la teoría de ondas,
pero la única explicación general satisfactoria de la radiación electromagnética es la teoría cuántica.
En 1905, Albert Einstein sugirió que la radiación presenta a veces un comportamiento cuantizado: en el
efecto fotoeléctrico, la radiación se comporta como minúsculos proyectiles llamados fotones y no como
ondas. La naturaleza cuántica de la energía radiante se había postulado antes de la aparición del artículo
de Einstein, y en 1900 el físico alemán Max Planck empleó la teoría cuántica y el formalismo
matemático de la mecánica estadística para derivar una ley fundamental de la radiación.
La expresión matemática de esta ley, llamada distribución de Planck, relaciona la intensidad de la
energía radiante que emite un cuerpo en una longitud de onda determinada con la temperatura del
cuerpo. Para cada temperatura y cada longitud de onda existe un máximo de energía radiante. Sólo un
cuerpo ideal (cuerpo negro) emite radiación ajustándose exactamente a la ley de Planck. Los cuerpos
reales emiten con una intensidad algo menor. La contribución de todas las longitudes de onda a la
energía radiante emitida se denomina poder emisor del cuerpo, y corresponde a la cantidad de energía
emitida por unidad de superficie del cuerpo y por unidad de tiempo. Como puede demostrarse a partir de
la ley de Planck, el poder emisor de una superficie es proporcional a la cuarta potencia de su temperatura
absoluta. El factor de proporcionalidad se denomina constante de Stefan-Boltzman en honor a dos
físicos austriacos, Joseph Stefan y Ludwig Boltzman que, en 1879 y 1884 respectivamente, descubrieron
esta proporcionalidad entre el poder emisor y la temperatura. Según la ley de Planck, todas las sustancias
emiten energía radiante sólo por tener una temperatura superior al cero absoluto. Cuanto mayor es la
temperatura, mayor es la cantidad de energía emitida. Además de emitir radiación, todas las sustancias
son capaces de absorberla. Por eso, aunque un cubito de hielo emite energía radiante de forma continua,
se funde si se ilumina con una lámpara incandescente porque absorbe una cantidad de calor mayor de la
que emite.
Condensadores o Capacitores

Concepto de Capacitor
Los capacitores son componentes que almacenan energía eléctrica en forma de voltaje, es decir
cargas eléctricas. Constan básicamente de dos láminas metálicas llamadas placas, separadas por un
material aislante llamado dieléctrico. La habilidad de un capacitor par almacenar cargas eléctricas se
denomina capacitancia y es una característica intrínseca del dispositivo.
La capacitancia se representa mediante el símbolo “C”. Depende de la separación entre las
placas, del área de las mismas y el material del dieléctrico.
La unidad fundamental de medida de la capacitancia en el sistema internacional es el “farad” o
“faradio” denominado así en honor al físico Michael Faraday, quién descubrió los efectos magnéticos de
las corrientes eléctricas.
En la práctica, el faradio es una unidad demasiado grande para la mayoría de las situaciones reales. Por
esta razón, se utilizan unidades derivadas más pequeñas como el microfaradio y el pico faradio.

Tipos de Capacitores
Los capacitores pueden ser fijos, variables o ajustables, dependiendo, respectivamente, de si su
capacitancia es constante, puede variarse continuamente sobre un rango de valores o se ajusta a un valor
determinado. También pueden ser polarizados o no polarizados, dependiendo de si deben o no
conectarse en un circuito con una polaridad u orientación determinada.

Dieléctrico
Un Dieléctrico es una sustancia que es mala conductora de la electricidad y que amortiguará la
fuerza de un campo eléctrico que la atraviese. Las sustancias conductoras carecen de esta propiedad de
amortiguación. Dos cuerpos de cargas opuestas situados a cada lado de un trozo de vidrio (un
dieléctrico) se atraerán entre sí, pero si entre ambos cuerpos se coloca una lámina de cobre, la carga será
conducida por el metal.
En la mayoría de los casos, las propiedades de un dieléctrico son producto de la polarización de
la sustancia. Al colocar un dieléctrico en un campo eléctrico, los electrones y protones que constituyen
sus átomos se reorientarán a sí mismos, y en algunos casos las moléculas se polarizarán de igual modo.
Como resultado de esta polarización, el dieléctrico queda sometido a una tensión, almacenando energía
que quedará disponible al retirar el campo eléctrico. La polarización de un dieléctrico es similar a la que
se produce al magnetizar un trozo de hierro. Como en el caso de un imán, parte de la polarización se
mantiene al retirar la fuerza polarizadora. Un dieléctrico compuesto de un disco de parafina endurecido
al someterlo a una tensión eléctrica mantendrá su polarización durante años. Estos dieléctricos se
denominan electretodos.
La eficacia de los dieléctricos se mide por su relativa capacidad de almacenar energía y se
expresa en términos de constante dieléctrica (también denominada permitividad relativa), tomando como
unidad el valor del vacío. Los valores de esa constante varían desde poco más de 1 en la atmósfera hasta
100 o más en ciertas cerámicas que contienen óxido de titanio. El vidrio, la mica, la porcelana y los
aceites minerales, que a menudo se utilizan como dieléctricos, tienen constantes entre 2 y 9. La
capacidad de un dieléctrico de soportar campos eléctricos sin perder sus propiedades aislantes se
denomina resistencia de aislamiento o rigidez dieléctrica. Un buen dieléctrico debe devolver un gran
porcentaje de la energía almacenada en él al invertir el campo. Los dieléctricos, especialmente los que
tienen constantes dieléctricas altas, se emplean ampliamente en todas las ramas de la ingeniería eléctrica
para incrementar la eficacia de los condensadores.

Permitividad
La Permitividad es la propiedad de un material que determina la intensidad del campo eléctrico
producido por una distribución de cargas eléctricas. Se define mediante la ecuación F =q1q2/4πr2, donde
F es la fuerza electrostática que actúa entre dos cargas puntuales q1 y q2 separadas por una distancia r, y
ε es la permitividad del medio que las separa. En el Sistema Internacional de unidades, la permitividad
se expresa en faradios por metro, o Fm-1. En el vacío, el valor de ε resulta ser de 8,854 × 10-12 Fm-1,
cantidad que se denota por el símbolo ε 0.
En lugar de indicar las diferentes permitividades de todas las sustancias mediante números poco
manejables como el anterior, es normal indicar sus permitividades relativas, ε r, de modo que la
permitividad de cualquier sustancia se obtiene multiplicando la permitividad del vacío por su
permitividad relativa: ε = ε 0 ( εr. La permitividad relativa es un número sin unidades, antiguamente
conocido como constante dieléctrica. Por ejemplo, la permitividad relativa del polietileno (un plástico)
es de 2,3, lo que significa que la fuerza de atracción electrostática entre objetos cargados separados por
polietileno es menor en un factor de 2,3 que la que existiría en el vacío. La permitividad relativa del
neopreno, una goma sintética, es de 6,7, mientas que la del vidrio ordinario es de 7,0. La permitividad
relativa del aire tiene un valor muy bajo, 1,0006, mientras que la del agua es de 81. El valor
excepcionalmente elevado de la permitividad del agua la convierte en un buen disolvente para
compuestos iónicos, ya que la fuerza de atracción entre los iones es 81 veces menor en el agua que en el
vacío, lo que permite que se separen.
La permitividad relativa de una sustancia depende de alteraciones en sus átomos y moléculas.
Los electrones y núcleos de cada átomo —con carga negativa y positiva, respectivamente— se ven
desplazados en sentidos opuestos una distancia mínima, una fracción del diámetro de un átomo. Los
átomos en su conjunto también se mueven ligeramente. El efecto de estos movimientos es la reducción
del campo eléctrico que pasa a través del material. El valor de la permitividad depende de la distancia
que pueden moverse las cargas. El agua tiene una permitividad tan elevada porque las cargas están muy
separadas en sus moléculas, y éstas pueden rotar, lo que produce un gran efecto sobre el campo
eléctrico.
Para separar las placas de los condensadores —dispositivos para almacenar carga— se emplean
materiales con permitividades relativas elevadas. La presencia del material reduce la intensidad del
campo eléctrico y, por tanto, la diferencia de potencial (que se mide en voltios) entre las placas, con lo
que la capacidad del condensador aumenta proporcionalmente al valor de la permitividad relativa.

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