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ASIGNATURA: ARTE Y PODER EN LA EDAD MODERNA

PRUEBA DE EVALUACIÓN CONTINUA


JOSÉ ALONSO UREBA ANILLO
NIF: 75775021A – GRADO GEOGRAFÍA E HISTORIA –
CENTRO ASOCIADO DE CÁDIZ
La prueba está compuesta de dos partes:
1.- Comentario de las 3 imágenes propuestas (en un máximo de un folio por
imagen).
Esta obra pictórica es denominada Retrato de Isabella d’Este, y representa
a la marquesa de Mantua (1474 - 1539) en un óleo sobre lienzo
confeccionado por el artista Tiziano Vecellio (c. 1477 - 1576) alrededor del
año 1534. Este cuadro, con unas medidas de 102 por 64 centímetros, le fue
encargado directamente por Isabella con la intención de que creara una
imagen más jovial de ella misma, con una edad inferior que la que poseía
realmente en el momento del encargo (por esas fechas encargó también otro
retrato con su edad real, que podría rondar los 60 años), pero sin tener que
posar para él. Al ver el cuadro terminado, la señora escribió al maestro de
Cadore para comentarle que dudaba que hubiera sido tan bella en el pasado.
Para elaborar la imagen, Tiziano se basó en otro retrato suyo pintado por el
artista boloñés Francesco Francia (c. 1450 – 1517), en la que aparecía la
noble señora a la edad de 37 años. Éste se inspiró a su vez en un modelo
ejecutado por Lorenzo Costa, pintor nacido en Ferrara.
El retrato del Renacimiento evolucionó a partir del siglo XV mediante el
estudio de las sombras y el efecto de la mirada. Servía a la vez como marca precisa de poder,
como manifestación del recuerdo del familiar difunto, y como muestra de que el linaje pertenecía,
como en este caso, a la alta nobleza. Durante la segunda mitad del siglo XVI este tipo de
representación artística se popularizó, lo que motivó que muchos escritores defendieran su uso,
para crear una imagen precisa del soberano como referente popular, sólo por grandes personajes.
En el imaginario retrato de tres cuartos de Isabella se muestra un semblante bello y pálido realzado
por la iluminación, en el que se pretende mostrar su inteligencia y delicadeza, a la vez que cierta
sobriedad. Se representa vistiendo sus mejores ropajes (vestido de colores apagados con las
mangas en brocado y adornado con una piel que cruza desde su hombro hasta la cintura) y sus
refinadas joyas (el elegante tocado circular fue inventado por ella misma a partir de hilo de oro y
piedras preciosas) como un medio de exhibición social. El tono oscuro del fondo, método
utilizado por el pintor en numerosas obras, mejora y simplifica notablemente la escena, dando
mayor énfasis a la imagen y más impacto a la claridad de su rostro. En conjunto, Tiziano rinde
homenaje a la juventud perdida de esta dama de alto rango de la corte italiana renacentista.
En esos momentos se desarrollaba en la península la segunda fase de las Guerras de Italia (1516
– 1559), marcada por el enfrentamiento entre los Habsburgo y los Valois para hacerse con los
debilitados estados italianos, que se encontraban políticamente divididos a pesar de su unidad
histórica, cultural y lingüística. En Mantua, Federico II Gonzaga (hijo de Isabella) acababa de
obtener del emperador Carlos V el título de Duque de Mantua (1530), cuya familia hizo prosperar
dicha ciudad-estado bajo su gobierno desde 1328 hasta 1708.
Además, en esa época se desarrollaba la segunda etapa (Cinquecento) del movimiento cultural
originado en Italia denominado Renacimiento, que consistía en la recuperación de los valores
clásicos del Mundo Antiguo (griego y romano) aplicados tanto al arte y literatura como a la política,
religión y ciencia de la época. Mantua también fue uno de los centros esenciales del Humanismo,
cuyo aspecto esencial en arte era el realismo. Esta manifestación intelectual del Renacimiento
defendía el estudio de los escritos de la Antigüedad para desarrollar la inteligencia y lenguaje del
individuo.
Como último apunte, ese mismo año (1534) Enrique VIII se proclamaba cabeza suprema de la
Iglesia en Inglaterra, y los protestantes anabaptistas tomaban el control de la ciudad renana de
Münster, profetizando el apocalipsis.
Actualmente, esta obra puede admirarse en el Museo de Historia del Arte de Viena (Austria).
En la siguiente imagen observamos el
Studiolo de Isabella d’Este, ubicado
originalmente en el piso principal del Castillo
de San Giorgio (Mantua), y desde 1523
trasladado a los apartamentos de Corte
Vecchia. Era un pequeño estudio personal que
surgió a mediados del siglo XV, en el contexto
de la necesidad de erudición humanista, como
un espacio en el que los príncipes podían
dedicarse a estudiar y a guardar sus
colecciones privadas. Éste en concreto fue el
primero en ser utilizado por una mujer, ya fuera
para retirarse a meditar, escribir
correspondencia o dedicarse a las tareas propias de un gobernante durante el arresto de su
esposo Francesco II Gonzaga (1466 – 1519), marqués de Mantua, y tras el fallecimiento de éste.
A partir de 1495, la joven marquesa emprenderá una reforma para renovarla y convertirla en un
espacio de lujo. Para ello diseñó, con la ayuda del humanista Paride Ceresara (1466 – 1532), una
serie de lienzos instructivos que evocaban pasajes mitológicos y alegorías literarias. El proyecto
consistía en comparar a los mejores artistas de su tiempo a través de pinturas de dimensiones
parecidas colgadas en las paredes de la habitación. Finalmente, sólo consiguió que unos pocos
pintores trabajaran para ella: Andrea Mantegna (1431 – 1506), Pietro Perugino (1448 – 1523) y
Lorenzo Costa (1460 – 1535). Además de mostrar el gusto y la cultura de su ocupante, su
propósito principal era ofrecer una lectura moral sobre los valores humanos.
El programa iconográfico del Studiolo original estuvo compuesto por una serie de cinco obras de
formato horizontal y estilos diferenciados que tratan el tema de la victoria de la virtud y la castidad
sobre los vicios:
- El Parnaso, realizado por Andrea Mantegna entre 1495 y 1497, es un óleo sobre tabla de 160
de alto por 192 cm. de ancho, que representa a Venus y Marte rodeados de ninfas y otros dioses
del Olimpo en un precioso jardín.
- El Triunfo de la Virtud (1497 - 1502) fue elaborado también por Andrea Mantegna en témpera
sobre madera, con las mismas medidas que el anterior. En ella aparece la diosa Atenea
expulsando los vicios del jardín de la Virtud.
- El combate entre el Amor y la Castidad (1503 - 1505), óleo sobre lienzo de Perugino. Aquí se
exhibe una alegórica escena de lucha entre los defensores del amor y de la castidad. La obra fue
completada tras muchos desacuerdos y decepciones, debido sobre todo a la insatisfacción del
artista a la hora de dibujar figuras pequeñas y en movimiento. Mide 160 por 191 cm.
- La Alegoría de la corte de Isabella d’Este (1506 – 1507), también conocido como La coronación
de Isabella d’Este, fue pintado por Lorenzo Costa como recuerdo onírico del ilustre suceso, con
una espléndida alegoría de la corte en un paisaje natural muy realista. Es otro óleo sobre lienzo
que mide 164,5 cm. de altura y 197,5 cm. de anchura.
- El reino de Comus, iniciada alrededor de 1507 por Andrea Mantegna y completada por Lorenzo
Costa en 1511. Tiene unas medidas de 152 de alto por 239 cm de ancho, está pintado con témpera
y óleo sobre lienzo, y presenta el reino ideal de Isabella en comparación con el del dios Comus,
protector de la alegría y las fiestas.
Durante esta etapa (1495 – 1511) se desarrollaba la primera fase de las Guerras de Italia (1494
– 1516), iniciada por Carlos VIII de Francia tras invadir la península y provocar la reacción de
Fernando el Católico, el emperador Maximiliano, Suiza y Enrique VIII. En 1503 moría el papa
Alejandro VI Borgia, sustituyéndole Giuliano della Rovere (Julio II); y en 1509 España
conquistaba Orán e iniciaba una campaña para hacerse con las principales bases del norte
africano.
Todos estos lienzos se exponen hoy en el Museo Nacional del Louvre de París (Francia).
La tercera imagen corresponde al ya
mencionado lienzo de Andrea
Mantegna, el Parnaso (1495 – 1497),
que se mostraba originalmente en una
de las paredes del primer Studiolo de la
marquesa de Mantua, frente al Triunfo
de la Virtud. Esta ubicación se repitió
en su segundo Studiolo. Como a los
demás artistas, ésta dio instrucciones
muy precisas sobre la ejecución del
cuadro para crear un programa
pictórico de temática uniforme,
aunque con estilos característicos
según el autor de cada obra.
La interpretación tradicional se basa en
un poema de Bautista Feria de finales
del siglo XV, que gira en torno a la castidad y al amor, tema recurrente de la literatura de aquella
época. La evocación de los amores entre Marte y Venus podría verse como una alusión a la pareja
formada por Francesco II e Isabella, patrona y protectora de las nueve musas, que danzan
alegremente alrededor de ellos acompañadas por la música que toca con su lira el dios Apolo. A
la izquierda de la escena, en la entrada de una cueva, puede verse a Vulcano, marido engañado
de Venus, que gesticula acusando a los amantes y personifica al amor carnal; y a la derecha, a
Mercurio (protector del adulterio) junto a Pegaso, el caballo alado, que golpea con sus cascos el
suelo para impedir el derrumbe de las montañas del fondo por el canto del coro de danzarinas.
Como curiosidad, las escobas que aparecen en el ángulo inferior izquierdo parecen testimoniar
que han sido usadas para barrer la zona donde bailan las doncellas con los pies desnudos. En el
lienzo aparecen detalles que preludian a los coloristas venecianos de principios del siglo XVI.
Todo ello sugiere la elocuencia, determinación y capacidad de persuasión que debe poseer un
líder para lograr un gobierno estable, en alusión a los sucesos acaecidos en aquella época, como
la reconquista de Granada por parte de los Reyes Católicos (1492) o la invasión italiana por parte
del rey francés (1494-1495). Asimismo, la igualdad de proporciones entre los dioses amantes
indica la cooperación de esfuerzos de la pareja en la promoción artística para crear una imagen
de familia unida, al tiempo que conduce a una reafirmación de la estructura patriarcal: Venus
(Isabella) aparece como una reputada joven desnuda que preserva su virginidad, mientras que
Marte (Francesco), vestido como héroe militar, se posiciona como símbolo de la virilidad y protector
de la dama.
Desde 1460, Mantegna trabajó en la corte de los Gonzaga realizando para esta noble familia otros
lienzos como el ciclo de los Triunfos de César (1486 – 1492), obra con la que se ganó su
reputación mundial; o los frescos de la Cámara de los esposos ejecutados en el palacio ducal,
usando para su exaltación histórica los modelos de la antigüedad clásica, tanto romanos como
mitológicos o bíblicos, que apasionaban tanto al propio artista como a sus amigos humanistas.
Fue también autor de dibujos, grabados, manuscritos y esculturas. Todo ello le convirtió en uno
de los mejores artistas de su tiempo y le permitió adquirir un alto prestigio social, tal como
sugieren sus ricas posesiones, como su fabulosa casa y su capilla funeraria de San Andrea en
Mantua, decoradas por él mismo y equiparables a los de un gran señor.
Aunque la fragmentación política condenó a Italia a tres siglos de subordinación a potencias
extranjeras, tuvo consecuencias muy felices en el campo cultural, pues las cortes señoriales y
los mecenas urbanos impulsaron la creación artística en todas sus manifestaciones.
2.- Una vez comentadas debe relacionarlas entre sí para redactar un breve
tema, al que debe dar un título. La extensión debe ser superior a dos folios y
no exceder los cuatro.
LA PRIMERA DAMA DEL RENACIMIENTO
Durante la Alta Edad Moderna (siglos XV – XVII), la mujer tenía cierta dificultad para acceder a los
círculos intelectuales, pero el patronazgo artístico fue un eficaz medio que le permitió introducirse
en la Alta Cultura del Renacimiento, promoviendo así una perspectiva femenina que reflejaría su
historia, status y sus propios intereses. En este contexto, el mejor ejemplo lo representará Isabella
d’Este Gonzaga.
Esta dama fue una de las más destacadas promotoras del arte del Renacimiento italiano,
favorecida en parte por su cómoda situación social, ya que pertenecía a la alta nobleza. Nació en
1474 y era hija de los duques de Ferrara Ercole I d’Este (1431 - 1505) y de Eleonora de Aragón
(1450 - 1493). A la edad de quince años fue desposada con el legítimo heredero del noble
Federico I Gonzaga (1441 - 1484), tal como mandaba la tradición social de la época,
convirtiéndose así en marquesa de Mantua. Sus hermanos, Beatrice y Alfonso I, corrieron más o
menos su misma suerte, al presidir las cortes de Milán y Ferrara, respectivamente.

Se ganó el elogio de sus contemporáneos por su gracia natural y dignidad, pero también por su
dominio y diplomacia. La vida en su refinada corte era extremadamente animada y famosos
intelectuales y poderosos estadistas asistieron a su salón. En este contexto, las cortes italianas
del siglo XV se caracterizaban por el mecenazgo de obras de arte (la marquesa destinaba unos
8.000 ducados al año para apoyar el arte), una estrecha relación entre las armas y las letras, el
uso del modelo de la Antigüedad clásica, y la proyección del poder a través de la imagen y la
arquitectura civil. Este modelo fue imitado rápidamente por las demás cortes europeas.

Desde pequeña fue educada en Ferrara por el humanista Battista Guarino: aprendió a traducir
latín y griego, conocía la historia antigua, y sabía cantar y tocar el laúd. De su padre, promotor de
la ampliación de la ciudad de Ferrara conocida como la Adición Hercúlea, heredó su gran
conocimiento y afición al coleccionismo nobiliario. A la llegada a su residencia en Mantua empezó
muy pronto, y con la ayuda de este último, a crear su propia colección de obras artísticas y
antigüedades, comprando las piezas que le interesaban o encargando directamente a los artistas
más famosos de la época la creación de aquellas obras exclusivas que le interesaba poseer,
permitiéndoles que intercambiaran con ella sus ideas. Junto a su marido, Francesco II Gonzaga
(1466 - 1519), consiguió reunir un fabuloso muestrario, llegando incluso a competir con su propio
padre por la adquisición de determinadas piezas. La reunión de estos bienes artísticos sirvió como
símbolo de identidad familiar, legando a sus hijos esta noble afición. La colección, tal como la
tenía programada Isabella, sería completada en años posteriores por sus descendientes.

Cuando la marquesa de Mantua visitó Roma entre 1514 y 1515 con el deseo de ver sus ruinas y
antigüedades, y apreciar la belleza de aquella ciudad imperial, su entusiasmo fue tal que se le
olvidó de señalar en su carta dirigida a su hija Eleonora Gonzaga della Rovere (1493 – 1550),
duquesa de Urbino, que se acababa de inaugurar en el Vaticano dos obras que transformarían el
arte italiano: la bóveda la Capilla Sixtina de Miguel Ángel (1512), y las Salas de la Signatura y
de Heliodoro de las Estancias de Rafael en los apartamentos papales (1513).
Como impulsora de las artes, fue la única mujer de su época en tener un Studiolo en su palacio
en Mantua (Castello di San Giorgio). Fue uno de los más conocidos de su tiempo, junto al
perteneciente a Federico de Montefeltro (1422 – 1482), señor de Urbino, y sus descendientes.
Este estudio se presenta como una pequeña sala privada reservada para actividades intelectuales,
con una ostentosa decoración. Los techos son de media altura con formas tanto estilísticas como
geométricas, rematados en pequeños pináculos. El espacio de separación entre el techo y las
paredes es ocupado por un friso rematado con elementos ornamentales, así como de paneles de
madera noble utilizados como enlucido en las paredes y decorados en el centro con una serie de
rombos en relieve. Y, por último, existe una ventana sin vidriera decorada o policromada, que crea
un ambiente luminoso. Aquí la señora se dedicaría, tal como cuenta la biógrafa Julia Cartwright,
a participar activamente en “los asuntos públicos, realizando los preparativos para la defensa del
reino, y ejerciendo todo su poder en la diplomacia para obtener la liberación de su marido” cuando
fue secuestrado por los venecianos en plena guerra italiana, desde 1509 a 1511.

Pero lo más importante de la estancia radica en que fue el lugar de una “pinacoteca privada”, de
una serie de cuadros realizados por pintores italianos renacentistas poco conocidos. La primera
serie de cuadros (comenzando en el lateral izquierdo al entrar en la habitación) se correspondería
con el Triunfo de la Virtud de Andrea Mantegna y a continuación, tras pasar una puerta, con El
reino de Comus de Lorenzo Costa. En el lateral derecho, justo enfrente de los anteriores, se
presentaban tres cuadros: el primero es la segunda obra de Mantegna bajo el título el Parnaso, el
segundo es el titulado El combate entre el Amor y la Castidad, de Perugino; y la última de las
imágenes es La coronación de Isabella, realizado por Lorenzo Costa. Esta organización fue
calcada para el segundo studiolo.

Mientras se ocupaba de decorar su studiolo, Isabella d’Este también dedicó su tiempo a su pasión
por los restos antiguos, reuniendo una colección de objetos clásicos de distintos orígenes. Los
236 artículos enumerados en el inventario de sus posesiones son testimonios del gusto estético y
la manía coleccionista de esta Gran Dama del Renacimiento italiano. Este manuscrito fue
preparado por Odoardo Stivini, notario público a la corte de los Gonzaga, quien, en 1542, tres
años después de la muerte de la marquesa de Mantua, fue designado para catalogar los trabajos
guardados en el studiolo del palacio ducal. Entre las muchas piezas de joyería, gemas preciosas,
monedas antiguas y medallas de Pisanello, vidrio decorado y cerámica y telas finas también se
encuentran esculturas griegas y romanas, obras de Miguel Ángel, pinturas de Mantegna, Giulio
Romano, Correggio, Francia y Perugino.

Aunque sus recursos financieros eran limitados y residía lejos de Roma, Isabella quiso formar
parte del mundo de los coleccionistas, formado principalmente por gente adinerada como
cardenales y príncipes, humanistas y nobles romanos, que libraban una feroz competencia entre
sí. Para poder instalar el número cada vez más creciente de objetos de su colección, Isabella hizo
acondicionar otra estancia situada encima del Studiolo. El lugar fue decorado alrededor de 1505
por los hermanos Antonio y Paolo Mola, quienes realizaron paneles de marquetería en las
paredes y el techo con los escudos de armas de Isabella que aún existen. Fue sin duda en este
lugar donde se instalaron por primera vez dos Cupidos durmientes, uno de Praxíteles y otro de
Miguel Ángel. Esta confrontación entre lo antiguo y lo moderno obtuvo un gran éxito y se convirtió
en el tema central de las colecciones de Isabella.

Además de estas esculturas, Isabella compró o recibió como regalo monedas, medallas antiguas
y fragmentos de estatuas, como un brazo de bronce, una cabeza de Júpiter y un jarrón que le
enviaron desde Roma en 1499. Hasta su muerte en 1539, cada año, Isabella realizaba compras
directamente o a través de alguno de sus muchos agentes en Roma, Venecia, Florencia, Nápoles
y otros lugares. El escultor Pier Iacopo Alari Bonacolsi, conocido como il Antico, se había
especializado en la reproducción en pequeñas dimensiones de estatuas célebres de la
Antigüedad. Además de la restauración de los mármoles de Isabella, hizo reproducciones en
bronce del “Espinario” de los Museos Capitolinos, del “Apolo” del Belvedere, una Venus, y
pequeños grupos escultóricos. Isabella recibió lujosas versiones de estas obras, que llevaban
dorados resplandecientes como los que se observan en el “Apolo”, hoy en el Museo de Historia
del Arte de Viena, o con pedestales adornados con antiguas monedas de oro, como en la “Venus”
del mismo museo.

Tras el fallecimiento de su esposo, Isabella decidió trasladar su studiolo a la planta baja de la Corte
Vecchia del palacio de los Gonzaga en 1523, tanto para evitar tener que subir las agotadoras
escaleras, como para poder ceder sus apartamentos a su hijo Federico, quien sucedió a su padre
como marqués desde 1519. La marquesa transfirió a sus nuevos y espaciosos apartamentos todas
las obras de arte que adornaban los que ocupaba anteriormente. Este espacio adicional permitió
a la marquesa enriquecer el ciclo de pinturas que habían decorado su primer studiolo, añadiendo
dos nuevos cuadros que encargó hacia 1530, a uno de los más grandes pintores de la época,
Antonio Allegri alias Correggio. Son la Alegoría de las Virtudes, y la Alegoría de los Vicios,
que debían colocarse a cada lado de la puerta de entrada del nuevo espacio, completando así el
ciclo iniciado treinta años atrás por Mantegna. Hacia 1530, Correggio realizará también para la
corte de Mantua otros encargos importantes, entre ellos la serie con los Amores de Júpiter.

Concebidos originalmente como lugares donde relajarse y meditar, Isabella logró convertir a los
studiolos en auténticos “gabinetes científicos” donde exponer objetos preciosos con carácter
público. Desde principios del siglo XVI, los embajadores y los aristócratas, los artistas, escritores
y coleccionistas que acudían a la corte, eran invitados a visitarlos. Entre sus invitados figuraba
Pietro Bembo, gran coleccionista y uno de los escritores más influyentes del siglo XVI, y en 1519
los visitaron los pintores Tiziano y Dosso Dossi, que llegaron juntos desde Ferrara para ver las
colecciones de arte de los Gonzaga. La fama de las colecciones de Isabella d’Este entre las cortes
italianas, creció todavía más gracias a los numerosos elogios literarios que asociaban
invariablemente la virtud de Isabella a sus colecciones.

En el contexto de la posición jurídica, cultural y económica de las mujeres en la Edad Moderna,


los rastros documentales de su actividad no son equiparables a los masculinos. Aunque Isabella
fue una mujer que estuvo intensamente implicada en los intereses artísticos y gubernativos, y
consiguió diversos logros a través de su prominencia en un momento de superioridad masculina,
no consiguió provocar una ruptura definitiva de género con el modelo patriarcal de patrocinio,
ya que la actividad femenina quedaba a veces fuera del marco institucional.

Parece claro que el impulso de su colección no fue un simple seguimiento de la actividad de su


marido. La extraordinaria documentación que se conserva sobre Isabella d'Este explica gran parte
de su éxito historiográfico. Así lo demuestra el análisis de su espléndido catálogo de piezas y de
la numerosa correspondencia que se conserva (más de 20.000 copias de las cartas que escribió,
y más de 60.000 que recibió) de sus frecuentes contactos con agentes y artistas para conseguir
obras.
Aquí es importante entrelazar la promoción ejercida por las mujeres con aquélla impulsada por
los varones de su entorno. La historiografía ha pasado de limitarse a describir y ensalzar el
patronazgo de Isabella, a preguntarse por qué empleó tantos esfuerzos en la creación de esta
colección, qué réditos esperaba obtener de la misma, por qué se diferenció de otras patronas
nobles de la época dedicándose a tareas “infrecuentemente asociadas con su género”. Parece
que la unión de los esfuerzos de la pareja buscaba la construcción de una imagen conjunta familiar.

Estas negociaciones de la creación y exhibición de identidad son el espacio de análisis más


interesante en este campo de estudio. En el caso de Isabella d'Este, resulta especialmente
interesante poner a prueba los límites del programa de imagen pública que construía con estas
obras. En muchas de ellas se detecta una confirmación de la presencia masculina, a pesar de
su esfuerzo en la defensa y mecenazgo en las diferentes obras en las que estuvo implicada. Su
objetivo principal en las escenas de sus habitaciones privadas era ser recordada por su castidad
y su fidelidad hacia su esposo.

Algunas mujeres como Isabella d'Este podrían haber actuado como patronas; la mayoría, sin
embargo, lo hicieron como matronas. La conciencia artística de Isabella incluso sorprendía a sus
contemporáneos, tan asombrados por la importancia intrínseca de la colección como por el hecho
de que hubiera sido reunida por una mujer. Ella estaba movida por un genuino interés artístico y
anticuario, convertido casi en una compulsión algo obsesiva. Estaban indudablemente reforzados
por la conciencia de que esa actividad contribuía notablemente al reforzamiento de la posición
social y política de su familia y su persona. Isabella se ha convertido en un objeto de debate útil
para analizar las estrategias femeninas de negociación de una esfera autónoma de creación de
imagen.
BIBLIOGRAFÍA:
- Alicia Cámara Muñoz y otros autores. Arte y Poder en la Edad Moderna. Editorial Universitaria
Ramón Areces. 2010.
- Luis Ribot. La Edad Moderna (siglos XV-XVIII). Marcial Pons Historia. 2016.
- Juan Antonio Sánchez García-Saúco y otros autores. Atlas Histórico Universal y de España.
Santillana. 1995.
- Varios Autores. Atlas Ilustrado La Historia del Mundo en Mapas, de la Antigüedad al Presente.
Susaeta. 2014.
- José Enrique Ruiz-Doménec y otros autores. Atlas Histórico de la Edad Media y Tiempos
Modernos. Del fin del Imperio Romano a Napoleón. National Geographic. 2016.
- Beatriz Garrido Ramos. Isabella d'Este y Sofonisba Anguissola: Damas del Renacimiento.
Artículo de ArtyHum, Revista de Artes y Humanidades nº 4. 2014.
- Sara Locci. La correspondencia entre Isabella d’Este y Lucrezia Borgia: Arte, piedad y linaje
en las cortes del Renacimiento Italiano. Tesis doctoral. Universidad de Murcia. 2015.

WEBGRAFÍA:
- Portal de Arte e Historia Aparences:
https://www.aparences.net
- Judith Henning y Tanja Döring. Proyecto de la Biblioteca Electrónica de Warburg como una
herramienta histórica de trabajo artístico (en alemán):
http://www.sts.tu-harburg.de/projects/WEL/welkga/welkga.htm
- Isabel Warleta. Profesora y autora del Blog sobre arte Arte Internacional:
http://arteinternacional.blogspot.com.es
- Varios autores. Portal de Arte, Biología, Historia…La Guía 2000:
https://arte.laguia2000.com
- Web sobre la exposición dedicada a Mantegna en el Museo del Louvre de París (en francés):
http://mini-site.louvre.fr/mantegna/acc/xmlfr/index.html
- Web de imágenes de obras de los museos franceses Images D’Art (en francés):
http://art.rmngp.fr
- Varios autores. Blog sobre noticias de Prehistoria e Historia D&M España y America Magazine:
http://www.deteccionymonedas.com
- Portal sobre Arte y Cultura en España ArteHistoria:
http://www.artehistoria.com
- Portal de historia del Arte ArteEspaña:
http://www.arteespana.com
- Tienda online de ediciones facsímil de antiguos manuscritos iluminados y libros de arte Il Bulino
(en italiano):
http://www.ilbulinoedizionidarte.it
- Plataforma para compartir trabajos de investigación entre académicos Academia.edu:
https://www.academia.edu
- Fundación Dialnet. Hemeroteca de artículos científicos hispanos de la Universidad de La Rioja,
Dialnet:
https://dialnet.unirioja.es
- Versión digital del diario El Mundo:
http://www.elmundo.es
- Michael Kellogg. Web de diccionarios online WordReference:
http://www.wordreference.com
- Traductor y diccionario multilenguaje online Reverso:
http://www.reverso.net
- Darío Villanueva y otros autores. Versión digital del Diccionario de la Real Academia Española:
http://dle.rae.es
- Enciclopedia de contenido libre Wikipedia:
https://es.wikipedia.org
- Plataforma para compartir imágenes en línea Pinterest:
https://www.pinterest.es

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