Sie sind auf Seite 1von 24

El giro identitario en

la poesía de Shirley
Campbell Barr
Silvia Elena Solano Rivera
Escuela de Filología, Lingüística y Literatura
Universidad de Costa Rica

Resumen
En este trabajo parto de los presupuestos teóricos del Análisis Crítico
del Discurso planteado por Teun Van Dijk, complementado con algunos
planteamientos de los feminismos africanos y el concepto de identidad de
Larraín Ibáñez para abordar la construcción de una identidad femenina negra,
en algunos poemas de Rotundamente negra (1994) y de la antología Palabras
indelebles de poetas negras (2011), de la costarricense Shirley Campbell Barr.
Palabras claves: Análisis Crítico del Discurso, feminismos africanos,
identidad, poesía afrocostarricense
Abstract
Based on the approach of Teun Van Dijk’s Critical Discourse Analysis,
the proposals of African feminisms and the concept of identity by Larraín
Ibáñez, I address the construction of a black female identity in some poems
of Rotundamente Negra (1994) and the anthology Palabras indelebles de
poetas negras (2011) by Costa Rican poet, Shirley Campbell Barr.
Key words: Critical discourse analysis, African feminisms, identity,
Afro-Costa Rican Poetry
Me miré la piel con marcas y estrellas
y un color distinto
me miré la piel
con un tono oscuro
con un tono inmenso
descubrí mi sangre
[…]
me entendí mujer
una mujer negra
Shirley Campbell Barr

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 371


Silvia Elena Solano Rivera

E ste trabajo pretende empezar


a subsanar el vacío académico
que hay en torno a la obra de
la poeta afrocostarricense Shirley
Campbell Barr. El corpus seleccionado
centroamericanos, “expresan un de-
seo por la ciudadanía cultural en sus
respectivos estados-naciones mientras
desmitifican y desmantelan discursos
excluyentes de la identidad nacional”.
se compone de los poemas V, VIII
y XIII de Rotundamente negra Específicamente en cuanto a Rotun-
(1994), los poemas “Al llegar”, “Qué damente negra, Mosby solo indica
tienen que decir”, “El encuentro”, que en él la autora “forma enlaces
“Desde siempre”, “Nuestra historia” implícitos con los pueblos afrodes-
y “Liberada”, los cuales aparecen cendientes de las Américas y la Diás-
publicados en la antología Palabras pora a través de temas locales que
indelebles de poetas negras (2011), son también temas globales”, lo cual
editada por la Universidad Nacional es otro modo de nombrar y afirmar
de Costa Rica con motivo del Año “la diferencia étnica y cultural dentro
Internacional de los Afrodescendientes. de las fronteras nacionales”.
El norte que guía este análisis es la
construcción identitaria en relación Asimismo, Mosby se refiere a Campbell
con el cuerpo y la historia en los en su libro Place, Language, and
poemas de Campbell. El silencio Identity in Afro-Costa Rican Literature
de la crítica literaria costarricense, (2003), en el que ubica a Campbell
en el caso particular de Palabras en una cuarta generación de autores
indelebles de poetas negras puede de la diáspora negra en Costa Rica. A
deberse a lo reciente de su publicación; esta cuarta generación pertenecerían
sin embargo, respecto a sus textos Campbell y Dlia McDonald.
anteriores se vincula más bien con la
poquísima difusión de que gozan los La generación se caracteriza por haber
textos escritos por afrodescendientes nacido fuera de Limón, en la capital, en
en el espacio vallecentrista. medio de la cultura hispánica oficial, ra-
zón por la cual la obra de Campbell se
Sobre Rotundamente negra encuentra en su totalidad escrita en es-
pañol. Mosby se ocupa de los dos poe-
En su artículo “‘Nuevos nómadas’: marios de Campbell: Naciendo (1988) y
Negritud y ciudadanía en la literatura Rotundamente negra (1994) y destaca
centroamericana”, DorothyMosby se que revelan un feminismo consciente
refiere a Shirley Campbell como una preocupado por la paridad de género y
de las representantes costarricenses1 por la equidad étnica-racial.
que, junto con un grupo de escritores
1 Para Mosby los otros dos representantes de Cos-
Según la autora, este feminismo se
ta Rica serían Eulalia Bernard y Quince Duncan. manifiesta por medio de una equidad

372 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014


El giro identitario en la poesía de Shirley Campbell Barr

sexual en el uso de lo erótico como permite combatir el aprendido con-


fuente de poder y del empoderamiento cepto de la belleza eurocéntrica. Las
de las mujeres en varios roles sociales, palabras de Campbell trastocan una
como transmisoras de cultura y de un jerarquía racial y de género, para criti-
compromiso con un linaje histórico fe- car los discursos nacionales y ofrecer
menino. Mosby también añade que la una visión de una América transnacio-
voz poética se localiza a sí misma en nal.Si bien mi trabajo no sigue la línea
un largo linaje de generaciones de mu- de Shéree, al pretender instrumentali-
jeres negras, que a partir de ahí inician zar los textos literarios, considero que
su empoderamiento. Para que ella pue- es válido, ya que todo sujeto siente el
da entender su feminidad y su negritud, deseo o la necesidad de verse repre-
lleva su compromiso a la intersección sentado para poder identificarse (Moi,
de la historia, el género y la etnicidad. 2006, 59), ya sea con su grupo étnico
o genérico o con ambos a un tiempo.
Felisha Shéree Davis en su tesis “Con-
fronting the Patriarchy: Luz Argenti- Algo curioso es que al ubicar a
na Chiriboga and Shirley Campbell” Campbell y su Rotundamente negra,
(2008) señala que para Campbell re- Shéree señala que este libro es bien
sulta esencial que las mujeres reco- conocido en la literatura afrohispánica2
nozcan a sus ancestros, especialmente y que, al igual que otros trabajos de
a la mujer del pasado, para así tener Campbell, articula el empoderamiento
un sentido de identidad. Rotundamen- a partir de la autoafirmación.
te negra aparece como el sustento de
la importancia de reaprender la histo- Además, Shéree señala que en ellos
ria, como paso válido y necesario en hay una valoración del cuerpo fe-
confrontar al patriarcado. menino, control de la sensualidad y
sexualidad y uso de lo erótico como
El propósito en dicha tesis es una poder en la expresión poética.
instrumentalización de los textos li-
terarios de Luz Argentina Chiriboga Por su parte, en la ponencia ti-
y Shirley Campbell Barr para ayudar tulada “Las escritoras centroa-
a las mujeres a confrontar el patriar- mericanas: entre el olvido y la
cado; su propuesta es que el valor de autoafirmación” (2009), Magda Za-
la autoestima y autoafirmación puede vala hace referencia a un conjunto de
ser enseñado por medio de estos tex-
tos poéticos que han abierto las puer- 2 Aspecto que llama la atención, pues en el medio
literario costarricense la obra de Campbell, como
tas a las voces ignoradas. Para Shéree la de muchos otros autores negros, está invisibi-
los textos de Campbell resultan idea- lizada. Lo cual podemos observar en este breve
les, pues sirven de modelo para el de- recorrido por la crítica, donde la mayoría de los
trabajos en torno a la obra de Campbell han sido
sarrollo de una conciencia negra que elaborados por estudiosos no costarricenses.

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 373


Silvia Elena Solano Rivera

escritoras centroamericanas entre las Ruiz, sf, p. 41). Es decir esta oralidad
cuales se encuentra Campbell y su Ro- se rescata como vía de retorno a esa
tundamente negra, Zavala señala que distribución de las tareas. De igual for-
el poemario se define por ma, el comentario de Zavala socaba
el carácter reivindicativo del texto de
una línea poética de perspectiva Campbell al atenuarlo con el término
conversacional, apenas distinta parece. No es mi interés demostrar si
al discurso cotidiano, y a veces hay algún contenido autobiográfico o
de una locuacidad desborda- no en el texto, pues encuentro ese pro-
da, donde una voz femenina se ceder poco enriquecedor a la lectura de
asume como tal para contar pe- un texto que habla por sí mismo y no
queñas vicisitudes, casi anecdó- requiere que se le imputen elementos
ticas, de la vida de una mujer, su externos.
propia vida, por lo que la poesía
parece a la vez, autobiográfica Otra autora que se ocupa de Shirley
y reivindicativa como género y Campbell como parte de una serie de
como etnia (p. 21). escritoras es Consuelo Meza Márquez,
quien en su ponencia “La diáspora afro-
Aspectos con los cuales discrepo, pues caribeña en Centroamérica: Identidad
la poesía de Campbell ha sido cuida- y literatura de mujeres” (2010) apunta
dosamente trabajada, y sin tanto apare- respecto a la poesía de Campbell:
jo retórico nombra, expone y denuncia
situaciones de exclusión y racismo, expresa una identidad negra y
que si bien pueden ser muy cotidianas, una nacionalidad costarricense,
no denominaría en ningún caso peque- y expone el conflicto entre ambas
ñas vicisitudes. A su vez, calificar a posiciones culturales intentando
la poesía de Campbell como “apenas comprender lo que el color de la
distinta al discurso cotidiano” o de una piel representa en relación con la
“locuacidad desbordada” evidencia un búsqueda de un lugar en el pro-
desconocimiento sobre los feminismos pio país. En perfecto castellano,
africanos, y la cultura africana en ge- su poesía visibiliza el racismo,
neral, cuya literatura se fundamenta en las desigualdades sociales y las
la oralidad. Dentro de los feminismos contradicciones en la democracia
africanos, la oralidad ha sido medu- costarricense. Su obra se escribe
lar, ya que en las sociedades africanas desde un cuerpo y una conciencia
precoloniales las mujeres “tradicional- femenina y propone imágenes
mente eran quienes contaban historias de la nación como la mano ma-
a los niños en el ámbito familiar”, eran ternal que guía a los niños para
“excelentes narradoras que actuaban que puedan desarrollar su pleno
como tales junto a los hombres” (Pérez potencial como ciudadanos de

374 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014


El giro identitario en la poesía de Shirley Campbell Barr

identidad afrocostarricense. La Shirley y el Afrorrealismo


presencia de un linaje de origen
matrilineal es fundamental: las Si bien Mosby ubica a Campbell en
imágenes de las abuelas y las una cuarta generación con caracterís-
madres hacen las veces de la co- ticas particulares, considero pertinente
lumna vertebral de la familia y de ubicarla también en la corriente estéti-
la comunidad (pp. 4-5). ca que Quince Duncan denomina Afro-
rrealismo. Duncan define esta corriente
Específicamente sobre el poema XIII, como “una literatura afrohispánica con
Meza anota que “expresa la belleza y ribetes, con símbolos y mitos que no
el orgullo de sus rasgos en una socie- corresponden a las definiciones canó-
dad en la que la blancura de la piel es nicas”. En esta tendencia se incluye
exaltada y que en el afán de pertenecer a sí mismo, a Pilar Barrios, a Manuel
obliga a olvidarse de su historia, len- Zapata Olivella y a Carlos Guillermo
gua y tradiciones” (2010: 5-6). Wilson. El Afrorrealismo

Para concluir este breve recorrido no utiliza los referentes


por la crítica literaria en torno a la tradicionales de la literatura del
poesía de Campbell subrayaré algu- ‘mainstream’, como lo hacen los
nos aspectos: escritores del “boom”. No evoca
al mito griego, ni al folklorismo.
a) como se pudo ver, en general la No es literatura negrista ni sigue
obra de Campbell ha sido poco la corriente de negritude. No
estudiada, es realismo mágico. Es una
nueva expresión, que realiza
b) en la mayoría de los casos una subversión africanizante
las menciones de la poesía de del idioma, recurriendo a
Campbell son muy breves y referentes míticos inéditos o
poco profundas en sus análisis, hasta ahora marginales, tales
ya que se estudia dentro de un como el Muntu, el Samanfo, el
conglomerado de escritoras; y Ebeyiye, la reivindicación de las
deidades como Yemayá, y a la
c) sin embargo, el trabajo de Mosby incorporación de elementos del
(2003) ofrece un punto de partida, inglés criollo costeño.
pues señala la intersección de la Estos elementos, no son decora-
historia, el género y la etnicidad tivos en la obra de estos autores,
sino medulares en la búsqueda
en la obra de Campbell, lo cual da
de identidad, reconciliación con
pie a realizar nuestro abordaje con
su herencia cultural arrebatada, y
una perspectiva teórica que con-
asunción de su etnicidad afro his-
temple dichos elementos.
pánica (Duncan).

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 375


Silvia Elena Solano Rivera

Según Duncan, el Afrorrealismo inicia solamente una posición afectiva


a partir de 1996 y posee las siguientes y efectiva de afirmación de una
seis características básicas: identidad y una cultura invisi-
bilizada por el canon literario
• El esfuerzo por restituir la voz oficial, sino también la inserción
afroamericana por medio del uso de sujetos invisibilizados por el
de una terminología afrocéntrica. paradigma cultural hegemónico
de nuestra nación (p. 9).
• La reivindicación de la memoria
simbólica africana. Lo que admite la inclusión de más autores
en esta corriente, uno de los cuales sería,
• La reestructuración informada de a mi criterio, Shirley Campbell Barr,
la memoria histórica de la diáspo- cuya obra presenta las seis características
ra africana. apuntadas por Duncan.
• La reafirmación del concepto de Perspectiva teórica de cara al
comunidad ancestral. discurso patriarcal y racista
• La adopción de una perspectiva Como bien señala Mosby, la poesía
intracéntrica. de Campbell establece intersecciones
entre lo étnico-racial y el género, por
• La búsqueda y proclamación de la
tanto conviene poner de relieve dónde
identidad afro(Duncan).
se intersecan ambas construcciones:
como discursos que involucran rela-
A pesar de que Duncan no incluye ciones de poder, es decir, relaciones
en el corpus de autores afrorrealistas desiguales, el patriarcado y el racis-
a ningún otro autor costarricense, mo descansan sobre bases ideológicas
Mayra Herra en su ponencia “La semejantes: “la creencia en la domi-
presencia de la Africanía en la poesía nación construida con base en nocio-
de dos escritoras afro-costarricenses” nes de inferioridad y superioridad”
(2011) sitúa la obra de Eulalia Bernard (Bairros, 2000, p. 147). Mary Nash
y Dlia McDonald en esta corriente, explicita el paralelo que existe en el
señalando al final de su texto que surgimiento de estos discursos:
junto a ellas también hay
existen similitudes reveladoras
otros escritores afro-costarricen- en el desarrollo del discurso
ses, que ilustran la presencia de sobre la alteridad de etnia y la
estrategias que buscan delibera- alteridad de género, los cuales
damente representar la tradición responden a lógicas semejan-
africana, y lograr con ello no tes en el siglo XIX, momento

376 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014


El giro identitario en la poesía de Shirley Campbell Barr

significativo de expansión colo- (2006, p. 53) y “promovió la aparición


nial europea y de consolidación de una sola categoría universal de la
del sistema de género en Eu- mujer, con una opresión y una lucha
ropa. Estos discursos sobre el común” (2006, p. 53), lo cual excluyó
otro, que modelan la alteridad “a los otros: las mujeres no blancas y no
en términos de raza o género, occidentales” (2006, p. 53). Traigo esto a
se basaban en la representación colación puesto que pone de relieve que
cultural de la diferencia huma- una teoría feminista occidental no sería
na a partir del establecimiento la mejor herramienta para acercarnos a
de una diferencia absoluta de la poesía de la afrocostarricense Shirley
base biológica, transformán- Campbell, dado el sesgo de dicho femi-
dola en característica natural y nismo. Por ello opto por una perspectiva
social (2006, p. 42). teórica más completa que tome en cuen-
ta las variables étnico-raciales y las de
Y añade la estudiosa: género: el Análisis Crítico del Discurso
(ACD) propuesto por Teun Van Dijk.
Las dos representaciones cul- En su libro Racismo y análisis crítico de
turales presentan la diferencia los medios (1997), Van Dijk introduce
de raza y sexo en términos de el ACD como “un planteamiento espe-
diferencia natural irreductible, cial dedicado a estudiar los textos y el
que establece una oposición de habla” (p. 15. El destacado es mío), el
inferior a superior con base na- cual “emerge de la crítica lingüística, la
tural. Se han comportado como crítica semiótica y, en general, del modo
configuradores de prácticas so- sociopolítico consciente y oposicionista
ciales que niegan la categoría de en que se investigan el lenguaje, el dis-
sujetos históricos a algunos gru- curso y la comunicación” (p. 15).
pos identificados como ‘otros’,
es decir, a los no blancos o a las El ACD se caracteriza por el empleo de
mujeres, aquellos que se sitúan los siguientes criterios: a) se dirige a pro-
fuera de la norma distintiva que blemas sociales relevantes como “el se-
define al hombre blanco occi- xismo, el racismo, el colonialismo u otras
dental como único sujeto histó- formas de desigualdad social” (Van Dijk,
rico universal (2006: p. 42). 1997: p. 16), b) se trata de un posiciona-
miento explícitamente crítico, c) suele
Sin embargo, como la misma Nash se- ser interdisciplinario y se fija particular-
ñala, este paralelismo no fue evidente mente en la relación discurso-sociedad,
para lo que se denomina la primera olea- d) forma parte de un amplio espectro de
da del feminismo, ya que este elaboró estudios críticos sobre las humanidades
“una construcción identitaria, con la pre- y ciencias sociales, entre ellos la literatu-
tensión de incluir a todas las mujeres” ra; e) puede fijarse en todos los niveles

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 377


Silvia Elena Solano Rivera

y dimensiones del discurso: fonología, universalización de las experien-


sintaxis, semántica, estilo, retórica, or- cias de todas las mujeres; y fi-
ganización, etc., f) “se centra particu- nalmente, los conceptos binarios
larmente en las relaciones de poder, subyacentes en el discurso femi-
dominación y desigualdad, así como en nista occidental con oposiciones
la manera en que los integrantes de un hombre/mujer (Pérez, sf, p. 11).
grupo social los reproducen o les opo-
nen resistencia a través del texto y el ha- Esto último porque al establecer la di-
bla” (p. 16. El destacado es del original) cotomía hombre/mujer, el hombre “se
y g) su labor se dirige a “subrayar las erige como superior y categoría domi-
ideologías que desempeñan un papel en nante, lo cual resulta ajeno a muchas
la reproducción de o la resistencia a la culturas africanas” (Pérez, sf, p. 11).
dominación o la desigualdad” (p. 16. El Asimismo, entre ambos feminismos
destacado es del original). se presentan diferencias de origen
“Mientras en el mundo occidental los
Es desde esta perspectiva que me inte- movimientos de mujeres comenzaron
resa analizar los textos de Campbell, con un carácter político que, gradual-
en tanto que representan una oposición mente, dieron forma a un discurso
y resistencia a la dominación étnica y intelectual, en África sucedió al con-
de género. Y en atención a dicha pers- trario” (Pérez, sf, p. 13).
pectiva creo pertinente el uso de los
presupuestos teóricos de los feminis- En su trabajo “Otra manera de sentir:
mos africanos, así como el concepto Feminismos negros, género y estu-
de identidad de Jorge Larraín Ibáñez. dios literarios en el África Subsaha-
riana”, Bibian Pérez Ruiz reseña ocho
Los feminismos africanos, aunque se corrientes que se inscriben dentro del
distancian del feminismo occidental, feminismo negro de especificidad
aceptan un punto de encuentro entre africana3, de los cuales retomaremos
ellos: ambos “reconocen la posición los que resultan funcionales para
de la mujer en un segundo plano y este análisis. Por ejemplo Filomina
pretenden transformar esa realidad” Chioma Steady define el feminismo
(Pérez, sf, p. 7). Para las feministas africano con las siguientes caracterís-
africanas tres son sus principales pro- ticas: “autonomía y cooperación fe-
blemas con el feminismo occidental: meninas; énfasis en la naturaleza por
encima de las culturas y centralidad
la asunción de que todas las mu- de los niños así como la multiplici-
jeres constituyen un grupo homo- dad de maternidades” (p. 13).
géneo con intereses idénticos sin
considerar las diferencias de cla- 3 También existe un feminismo afroamericano, que
sin embargo no tiene consciencia de las particula-
se, etnia o localización racial; la ridades culturales que viven las mujeres africanas.

378 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014


El giro identitario en la poesía de Shirley Campbell Barr

Otra autora importante es Chikwenye cual se centra en las experiencias y ne-


Okono Ogunyemi, quien plantea el tér- cesidades de las mujeres de ascendencia
mino African Womanism y para quien africana, prioriza los factores de raza y
clase “como principales a considerar,
diez son los aspectos que una por encima de cuestiones como el géne-
Africanwomanist debe tener en ro” (Pérez, sf, p. 18). Así, para Hudson
cuenta: (1) el capitalismo global
y el consumo que empobrece a Una Africana womanist se ca-
los pobres; (2) las economías racterizaría por los siguientes
políticas de raza; (3) los femi- rasgos: capacidad de autonom-
nismos y otros imperialismos –la brarse y autodefinirse; centra-
postcolonialidad en contubernio da en la familia; genuina en su
con la fraternidad global–; (4) hermandad con otras mujeres;
las escaramuzas y limpiezas in- fuerte; preocupada por la lucha
terétnicas; (5) los fundamenta- masculina; completa, auténtica,
lismos religiosos –las religiones respetada y reconocida; flexible,
tradicionales africanas, el Islam espiritual y compatible con los
y el Cristianismo–; (6) el elitis- hombres; adaptable y respetuo-
mo, militarismo y feudalismo; sa con los mayores; ambiciosa,
(7) el tema del lenguaje; (8) las maternal y nurturing (Arndt,
restricciones de género; (9) la 2002: 48). (Pérez, sf, p. 18).
gerontocracia; (10) finalmente,
la familia política junto con otras Otro aspecto de especial considera-
constricciones culturales (Arndt, ción para Hudson es la comunidad
2002: 39-40). (Pérez, sf, p.17). africana y afroamericana, así como los
niños que las integran.
Para Okono su AfricanWomanism se
diferencia del Womanism propuesto Molara Ogundipe Leslie introduce
por Alice Walker, sobre todo porque el término STIWANISM4y se ocupa
el Womanism solo contempla las ex- de señalar las cargas que impiden
periencias de mujeres blancas occi- el desarrollo de las africanas, entre
dentales y afroamericanas, dejando ellas una que resulta vital para nues-
por fuera a las africanas. Y porque el tra investigación:
Womanism “nunca ha dado a la ma-
ternidad la relevancia tan grande que En primer lugar la opresión ex-
para las africanas tiene el hecho tener terior, en este caso representada
hijos” (Pérez, sf, pp. 17-18). por la dominación colonial. Des-
de el siglo XIV en que Vasco de
Por su parte, Clenora Hudson Weems
4 Acrónimo de Social Transformations Including
crea el término Africana Womanism, el Women in Africa.

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 379


Silvia Elena Solano Rivera

Gama llegó a África –pasando proceso de construcción en la que los


por el comercio de esclavos, el individuos se van definiendo a sí mis-
capitalismo del XIX y el colonia- mos en estrecha interacción simbólica
lismo posterior–, las relaciones con otras personas.” (p. 32). Para La-
entre África y Europa han sido rraín la identidad “es la capacidad de
muy desiguales. Las mujeres considerarse a uno mismo como objeto
africanas han padecido en carne y en ese proceso ir construyendo una
propia las consecuencias direc- narrativa sobre sí mismo” (p. 32). La
tas de este tipo de relación pues identidad “es un discurso o narrativa
se les marginó de los procesos sobre sí mismo construido en la inte-
de producción y se les privó de racción con otros mediante ese patrón
aquellas estructuras sociales en de significados culturales” (Larraín,
las que ellas tenían poder antes 2003, p. 32). Así para Larraín,
de la dominación colonial, susti-
tuyéndolas por otras masculinas El sujeto se define en términos
(Pérez, sf, pp. 19-20). de cómo lo ven los otros. Sin
embargo, sólo las evaluaciones
Otras corrientes como el Motherism y de aquellos otros que son de al-
el Negofeminism propuestas respecti- gún modo significativos para el
vamente por Catherine Obianuju Acho- sujeto cuentan verdaderamente
lonu y Obioma Nnaemeka se articulan para la construcción y manten-
a través de la “resistencia contra el re- ción de su auto-imagen (p. 34).
chazo a la maternidad del feminismo
occidental ya que, para las africanas, la Según Larraín, las identidades son
maternidad no se considera negativa ni individuales y colectivas, pero estas
se percibe como una cuestión ajena al no se pueden desvincular, ya que es-
feminismo” (Pérez, sf, p. 23). tán estrechamente relacionadas, pues
se necesitan recíprocamente, esto por
Como se puede ver, los feminismos cuanto “las personas no pueden ser
africanos surgen a raíz de la exclusión consideradas como entidades aisladas
de las mujeres africanas del feminismo y opuestas a un mundo social concebi-
occidental y por tanto tienen sus carac- do como una realidad externa. Los in-
terísticas, prioridades y propósitos muy dividuos se definen por sus relaciones
particulares, que los modelan y constru- sociales” (p. 36).
yen de manera específica y diferente.
Expuestos los planteamientos teó-
En cuanto a la identidad, seguimos ricos, paso al análisis de los poemas
a Jorge Larraín Ibáñez, quien en su de Campbell, el cual he dividido en
artículo “El concepto de identidad” dos secciones: la primera, en la que
(2003), aborda la identidad como “un abordo los textos que se centran en

380 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014


El giro identitario en la poesía de Shirley Campbell Barr

aspectos como la maternidad, el ser dice: “no reniego de mis ojos/ ni de


mujer y el cuerpo negro. Y la segunda, mis labios” (Campbell, 2006, p. 71). Y
en la que me enfoco en los textos que más adelante: “Aclaro que hoy/ ven-
hacen referencia a la historia. go con pocas palabras/ a despojarme
de mí misma/ a declararme madre y
El cuerpo negra” (Campbell, 2006, p. 71). Esta
declaración de la negritud se convier-
¿Que por qué? te en un acto público de aceptación
Porque me da la gana y porque de sus rasgos físicos que conecta de
me ronca la inmediato con la línea inaugurada por
puta y la reputa gana… Y me da Guillén y su “Negro bembón”. Asi-
la regalada mismo, se evidencia una filiación con
gana. Frantz Fanon, ya que la piel es enarbo-
lada como bandera.
Porque se me cansó la piel y los
ojos y el
Como se puede apreciar en la cita an-
alma. terior y la siguiente, hay una estrecha
Y me cansé de recordar a mi relación entre la declaración de ser
abuela mujer, madre y ser negra: “vengo
doblegada. con todas las palabras/ a entenderme
Y me cansé de volver la mirada negra/ mujer” (Campbell, 2006, p.
y encontrar 71). Esta relación tan entrañable solo
la misma fotografía resulta comprensible a la luz de los
esclavizada. feminismos africanos, los cuales coin-
ciden en resaltar la importancia de la
maternidad dentro de su cultura, sobre
Shirley Campbell Barr todo porque en tiempos precolonia-
les se le otorgaba a la mujer equidad
En este primer apartado analítico pro- respecto al hombre. En este poema la
cederé al análisis de los poemas V, maternidad no es simplemente impor-
VIII y XIII de Rotundamente negra5 tante, sino la faceta más importante de
y “Liberada” y “Descubrimiento” de la mujer: “Hoy acepto el reto/ y me
Palabras indelebles de poetas negras. declaro/ irrevocablemente/ la madre/
Este pequeño corpus presenta a un yo hija/ esposa/ amante/ trabajadora in-
lírico femenino que se asume mujer, cansable/ y más negra/ de este mun-
madre y negra, a través del reconoci- do” (Campbell, 2006, p. 72).
miento y aceptación de su cuerpo. Por
ejemplo en el poema V el yo lírico Este poema, como se verá en otros,
supone que el foco anterior de
5 Todas las referencias a los textos de Rotundamente
negra son tomadas de la segunda edición (2006). autoconocimiento era otro: varón,

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 381


Silvia Elena Solano Rivera

padre, blanco o no-negro y por tanto y blancos, viejos y jóvenes,


exógeno. Frente a ese antes el yo lírico pobres y ricos, médicos y pa-
plantea una ruptura epistemológica, cientes, docentes y estudiantes,
un ahora, un hoy en el que se asume amigos y enemigos, chinos y
como tal desde su propia perspectiva, nigerianos, etc., y en la mayo-
endógena: mujer, madre y negra. ría de los casos en complejas
El yo lírico se libera de la violencia combinaciones de estos roles e
epistémica que ha condenado su forma identidades sociales y cultura-
de ver, percibir y asumir el mundo, al les (Van Dijk, 2000, p. 22).
tiempo que empodera la suya propia.
Con respecto a lo señalado por Ibáñez, Para Van Dijk, “los usuarios del len-
el yo lírico se construye a sí, creando una guaje al mismo tiempo construyen y
narrativa sobre sí misma, narrativa que exhiben activamente esos roles e iden-
lo define en relación con otras personas tidades” (p. 22). En este poema y el
significativas. La narrativa sobre sí, se resto del corpus, el yo lírico exhibe
hace patente con los verbos aclarar y con orgullo sus roles fundamentales
declarar, siempre en primera persona, de madre y negra.
pues es el yo quien se define y se afirma
con sus propias palabras y se tiene a sí En el poema VIII, el yo lírico bus-
mismo, a su endogrupo (“generación / ca llenar su vacío y lo busca en los
que abrió los ojos / a punta de látigo”, rostros de la calle, en otras mujeres,
o parte de un conglomerado que sueña pero estas no la llenan. Continúa sin-
como Martin Luther King). tiéndose vacía hasta que logra objeti-
varse, como indicaba Ibáñez. Y esta
Este yo lírico, como entidad que no pue- objetivación solamente tiene cabida al
de considerarse aislada, se define por mirarse a sí misma, con lo que nueva-
sus relaciones sociales, construyendo y mente se esboza una ruptura epistémi-
exhibiendo simultáneamente sus roles ca. Ella se ve, desde su perspectiva y
sociales, como señala Van Dijk no desde ninguna otra. Más allá de mi-
rarse, consigue reconocerse, asumirse,
los usuarios del lenguaje utili- aprehenderse y entenderse:
zan activamente los textos y el
habla no solo como hablantes, me miré la piel con marcas y
escritores, oyentes o lectores, estrellas
sino también como miembros y un color distinto
de categorías sociales, grupos, me miré la piel
profesiones, organizaciones, con tono oscuro
comunidades, sociedades o con un tono inmenso
culturas […]. Interactúan como descubrí en mi sangre
mujeres y hombres, negros de pronto una abuela

382 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014


El giro identitario en la poesía de Shirley Campbell Barr

a una hembra piel oscura, su alma es blanca” (Man-


y una hilera larga sour, sf, 25), contraste que se sostuvo
de madres cantando hasta el movimiento de poesía negris-
y una tierra negra ta. Tal y como se aprecia en los versos
sembrada por ellas citados por la estudiosa: “Ese que veis
y entonces crecí tiene la piel oscura, el alma blanca y
y me hice grande blanca la conciencia” (Alfonso Ca-
como las estrellas. mín: ‘La corteza’).
Me hice larga
como los caminos En Campbell el yo lírico no necesita te-
me entendí mujer ner un alma blanca porque su alma ne-
una mujer negra gra es buena y libre. El yo lírico sigue la
(Campbell, 2006,p. 79). línea de ruptura trazada por Guillén en el
poema “Qué color”, dedicado a Martin
En el poema V, el yo lírico empezaba a Luther King al romper con la dicotomía
reconocerse por sus ojos, luego la boca arquetípica eurocéntrica y etnofóbica:
y finalmente la piel, en este el reconoci- blanco-bueno/negro-malo:
miento inicia por la piel. La piel oscura
es exhibida orgullosamente. Y es la ob- Qué alma tan poderosa negra
servación de esta piel la que posibilita la del dulcísimo pastor.
el descubrimiento de la sangre oscura, Qué alta pasión negra
es decir, la herencia negra que viene vía ardía en su ancho corazón.
matrilineal. La piel deja de ser un simple Qué pensamientos puros negros
elemento físico y se transforma en un su grávido cerebro alimentó.
elemento cultural: reconocer el cuerpo Qué negro amor,
conlleva a reconocer la cultura. En este tan repartido
poema, lo que es negro en la superficie, sin color.
es negro también bajo ella, no hay en ¿Por qué no,
los textos de Campbell esa aceptación a por qué no iba a tener el alma
medias de la piel negra: en muchos tex- negra
tos latinoamericanosse acepta la piel os- aquel heroico pastor?
cura porque más abajo de ella la persona
posee un alma blanca. Negra como el carbón (Guillén,
1953, p. 317).
Según Mónica Mansour “a partir del
siglo XVII se desarrolla dentro de la Además, es un yo lírico que se sabe
misma tradición un nuevo uso de las única y habla de ese modo, sin pre-
mismas atribuciones respecto de per- tensiones universalizantes de La
sonajes negros y mulatos: se afirmaba Mujer Negra, sino como una mujer
que, a pesar de que el negro tiene la negra que se ha asumido como tal.

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 383


Silvia Elena Solano Rivera

La ruptura esbozada por Campbell en su cuerpo: rostro, boca, nariz y dientes,


este poema, se torna contundente y to- que le permite construir su identidad
davía más fuerte en el poema XIII, el como una mujer negra hermosa, desa-
cual transcribimos íntegramente por fiando, saliéndose del canon de belleza
ser el más emblemático de la poeta: europeo. El yo lírico acepta rotundamen-
te cada rasgo de su rostro6 que ha sido
Me niego rotundamente visto por la mirada occidental como mo-
a negar mi voz tivo de burla y estereotipo: boca, nariz y
mi sangre y mi piel dientes7, y no solo los acepta, sino que
y me niego rotundamente los muestra y los lleva con orgullo por-
a dejar de ser yo que configuran su belleza, que no es la
a dejar de sentirme bien belleza blanca, ni la belleza de aquellos
cuando miro mi rostro en el que callan, que temen y lloran, aquellos
espejo frente a los cuales el yo lírico se distancia,
con mi boca se opone y se autodefine.
rotundamente grande
y mi nariz La fisonomía negra, aquella que
rotundamente hermosa según la cultura occidental es objeto
y mis dientes de estigma y estereotipo, es vista y
rotundamente blancos asumida como propia y bella. Esta
y mi piel asunción que de sí y de su cuerpo
valientemente negra realiza el yo lírico es la que le permite
y me niego categóricamente posteriormente asumir también su
a dejar de hablar cultura: lengua, acento e historia. El
mi lengua, mi acento y mi yo lírico se niega a ser lo que no es y a
historia pertenecer al grupo de los que callan,
y me niego absolutamente temen y lloran. Se niega a asumir
a ser parte de los que callan imposiciones epistémicas acerca
de los que temen de lo que ella es y cómo es, y por el
de los que lloran contrario, acepta lo que ella autodefine
porque que es y cómo es. Este yo lírico
me acepto rotundamente libre femenino se afirma con su propia voz,
rotundamente negra
rotundamente hermosa. (Camp- 6 Contrario a Charles McForbes, personaje prin-
bell, 2006, p.89) cipal de Los cuatro espejos (1973) de Quince
Duncan, escritor afrocostarricense. Charles es un
afrodescendiente, cuyo problema de identidad ra-
Aquí, el yo lírico no solamente lleva su dica en no poder ver su rostro en el espejo, preci-
samente porque es negro y él detesta a los negros.
piel cual estandarte “valientemente ne- 7 Son abundantes en textos literarios y no litera-
gra”, sino que presenta una asunción de rios las referencias a negros “bembones”, “nariz
aplastada” y “macanudos”.

384 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014


El giro identitario en la poesía de Shirley Campbell Barr

en sus propios términos y acepta lo Asimismo, en las citas anteriores se re-


que quiere aceptar: su negritud física, itera la idea del antes y el después. Un
la cual la lleva consecuentemente a antes en el que sí se trataba de expli-
aceptar su negritud cultural. car aquello tildado de feo, monstruoso,
etc., contrapuesto a un ahora en el que
Pasemos ahora al poema “Liberada”de eso ya no tiene cabida. En este poema,
Palabras indelebles de poetas ne- se pone de manifiesto, un primer mo-
gras8. En este, el yo lírico se cons- mento en el que el negro, producto de
truye como femenino desde el título la interiorización del discurso racista,
mismo que supone que ha habido un buscaba blanquearse. Este proceso, el
obstáculo-atadura-cautiverio, lo cual blanqueamiento, podía alcanzarse de
conduce a la pregunta: ¿de qué se ha dos maneras: por el dinero, en cuyo
liberado? El yo lírico asume no solo caso, la persona conservaba su color,
el color de su piel y los rasgos de pero gracias a su capital se le otorga-
su rostro: “Hace ya tiempo que dejé ban ciertos privilegios como los de
de explicar antepasados/ que justifi- los blancos o por vía biológica, para
quen mis labios o mi extraordinaria alcanzar la blancura debían sucederse
nariz/ o la hermosura incólume que seis generaciones en las que el negro
me acompaña desde tiempos inme- o la negra se casara con un blanco o
moriales” (p. 52). Sino también otras alguien más próximo a esta categoría
partes del cuerpo que han sido cons- en el sistema de castas; pero nunca con
truidas desde occidente como fuente un igual, pues esto retrocedería el pro-
de los estereotipos como la sensua- ceso de blanqueamiento. Sin embargo,
lidad e hipersexualidad del negro: el sujeto resultante de este proceso de
“Ya no busco razones para mi piel/ blanqueamiento siempre debía explicar
no busco más excusas ni explicacio- sus facciones y sus costumbres ante el
nes para la redondez/ de mis nalgas/ grupo blanco, a lo que el yo lírico de
o la natural cadencia en mi andar…” Liberada se niega
(p. 52), inclusive el yo lírico explici-
ta su posición: “no justifico más mis Tengo certeza de mí misma y de
sincretismos/ ni mis pasiones, ni mi los míos
sensualidad/ yo ya no otorgo razones no necesito autorizaciones para
para mi ser. / Me convertí en mí mis- ser
ma/ me aprendí/ soy yo” (p. 52). no pido ya permisos para vivir.
Hoy disfruto con sobrada ele-
8 En adelante todas las referencias serán toma-
gancia mi negrura
das de McDonald, Dlia y Campbell, Shirley. la llevo con honor, con garbo y
Palabras indelebles de poetas negras. San José: distinción
Programa de Publicaciones e Impresiones de la
UNA, 2011. Por lo cual solo reportaremos entre
la paseo por parques, mercados
paréntesis la página correspondiente. y plazas

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 385


Silvia Elena Solano Rivera

por escenarios, anfiteatros, En estos poemas podemos ver cómo, el


simples coloquios y grandes yo lírico femenino plantea la construc-
conferencias ción de una identidad femenina negra y
con placer me colma el alma no la identidad femenina negra, pues el
el discurso y la vida. yo lírico se autodefine únicamente a sí
Ya no intento disimularla en mi mismo. El estudio de estos textos deve-
cabello la un discurso claramente oposicionista
en mi tez o en mis distinguidas de cara a problemas sociales como el
alocuciones sexismo, el racismo y el colonialismo.
… la aprendí de memoria Se opone al sexismo, en tanto plantea la
desde adentro, con historia y autoapropiación del cuerpo femenino,
desde el centro del alma el cual es objetivado para construir una
(pp. 52-53). identidad y nunca como objeto sexual
para el hombre. La mujer no es dicha,
La reiteración “Ya no”, vuelve a señalar se dice. Se contrapone al racismo, como
la contraposición de antes y ahora como mencionamos reiteradamente, al tomar
signo de ruptura. Antes el yo lírico te- lo negro, la negritud o la negrura des-
nía un otro significativo exógeno, blan- pojada de todos los vicios y estereotipos
co, al que debía sujetarse. En el ahora creados por Occidente para resemanti-
su otro significativo es su endogrupo, zarla con cualidades positivas que son
frente al cual es libre y no debe justifi- motivo de orgullo en espacios privados
caciones de ninguna clase. Por otra par- y públicos. Y confronta el colonialis-
te, aparece aquí otro elemento corporal mo, al rechazar abiertamente las impo-
importante: el cabello, que también siciones culturales de una lengua, una
se ha tratado de blanquear a partir del historia y unas costumbres ajenas, pues
alisado, a lo que esta mujer negra, her- una vez asumida, aceptada y valorada la
mosa y liberada de la mirada occidental identidad propia, los patrones culturales
se niega rotundamente.Nuevamente, el hegemónicos blancos y ajenos caen.
yo lírico vacía la negrura de la visión
arquetípica, según la cual,a dicho color Se vislumbran en los poemas algunos
le corresponden características morales rasgos de los feminismos africanos
negativas: lo malo, estéticamente feo, como los son: la construcción de una
e higiénicamente sucio, para llenarla identidad, el no intentar tratar a las
con todo lo contrario: “Por eso, ya no mujeres como una masa homogénea,
preciso de razones para ser / porque me la ausencia de una dicotomía mujer/
descubrí limpia / brillante / victoriosa / hombre, la autonomía de la mujer y la
incólume / probada / bendecida / bata- importancia fundamental de la mater-
llada / negra / ya no, no preciso razones nidad. Cabría decir que en los textos
/ hoy soy yo liberada” (p. 53). de Campbell se ve una priorización por

386 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014


El giro identitario en la poesía de Shirley Campbell Barr

los asuntos raciales, lo cual comulga En este apartado analizo los poemas
con el Africana Womanism de Hudson. “Al llegar”, “Qué tienen que decir”,
“El encuentro”, “Desde siempre” y
En resumen, la identidad se constru- “Nuestra historia”, todos contenidos en la
ye en torno a tres ejes fundamentales: antología Palabras indelebles de poetas
la maternidad, la negrura y la cultu- negras, para poner de relieve la función
ra, aspectos todos que se derivan de la asignada a la historia en la construcción
asunción del cuerpo. La maternidad se identitaria. Directamente relacionado con
deriva biológicamente del cuerpo feme- lo planteado en el apartado anterior, aquí
nino, la negrura puede apreciarse úni- me enfoco en ver cómo la asunción de
camente al mirar el cuerpo y la cultura la maternidad y del cuerpo conduce no
también ejerce su poder sobre él, ya sea solo a una asunción de la cultura propia,
insistiendo en la justificación de deter- en general, sino, también a la búsqueda
minadas características o pretendiendo particular de la historia.
eliminarlas. El hecho de no escuchar las
interrogantes de la cultura blanca ni ha- Así en el poema “Al llegar”, el
cer caso a su llamado de eliminar dichas yo lírico se configura de manera
características, propicia la aceptación maternal, y es justamente por
del cuerpo y la belleza de ese cuerpo sus niños por quienes busca
genera un no avergonzarse de la cultura incansablemente develar la historia:
propia, sino enorgullecerse de ella. Es
decir, la asunción del cuerpo conduce a Al llegar, solo recuerdo haber
una asunción de la cultura. Y al asumir corrido
la cultura propia, la construcción identi- por todos las rincones buscándola
taria deja de fundamentarse en los blan- … tenía que encontrarla
cos como otros significativos. … debía estar en alguna parte
yo solo llegué y empecé a
La historia buscarla
y debo confesar que no era ni por
Entendimos juntos mí
que nadie tenía derecho era más bien por los niños (p. 38).
a decirnos cómo debíamos ver
el mundo Debido a ese aspecto de especial con-
que estos poemas desordenados sideración para Hudson: la comunidad
y simples africana y afroamericana, así como
eran más poemas que cualquier los niños que las integran, se desata
otro esta búsqueda de la historia, por las
escrito desde otro rostro. generaciones futuras, para que ellas
Shirley Campbell Barr tengan historia y no retazos: “era por

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 387


Silvia Elena Solano Rivera

ellos/ después de todo les pertenecía/ femenino, que desde el título interroga
desde siempre/ desde el principio/ y a un ustedes acerca de la verdad. Si en
solo habían ido conociéndola en por- “Al llegar” el yo lírico buscaba la his-
ciones/ en retazos/ en breves bocados toria desplazándose físicamente por el
de angustia” (p. 38). En estos versos, espacio y el tiempo, en “Qué tienen que
también se alude a que la historia del decir” el yo lírico adopta otra estrategia:
grupo o comunidad no es nueva ni in- la escucha, pero con el mismo propósi-
ventada, sino que siempre ha existido, to: hacer hablar a la historia. Pese a que
pero en el silencio, escondida. en este poema el término historia no
figura, hay una analogía de esta con la
La historia aparece, en este poema, verdad. En el poema anterior el yo lírico
personificada como un ser capaz de es- buscaba la historia cierta, en este exige
conderse, guardar silencio y finalmente verdades verdaderas: “Hoy no quiero
hablar: “pero finalmente habló/ … y escuchar otras verdades/ que no sean
la historia…/ esa maldita que se nos las verdaderas/ no quiero escuchar otras
ocultó por tanto tiempo/ …habló…” voces/ que no sean las más humanas”
(p. 39). Y es la voz de la historia que (p. 40). De esto último se desprende que
emerge de lo oculto, la que posibilita las voces que no contemplan al yo lírico,
que “ahora podamos amarnos/ sonreír/ que lo excluyen, para ella no son voces
y vivir/ con voces mucho más ciertas/ humanas, pues la voz de la humanidad
con mucha más certeza” (p. 39). Es de- solo puede ser plural, solo puede ser
cir, la historia conocida no sirve como cierta mientras incluya a todas las voces.
discurso para construir la identidad
porque excluye al yo lírico y sus niños. Un aspecto sumamente importante en
Esa historia ha sido excluyente, pues este poema es la exigencia de llamar
desde su lugar de enunciación, patriar- “el nombre de los hechos por su nom-
cado-occidental-blanco-adultocéntri- bre/ el color de mis hijos por su nom-
co, ha excluido a todo aquello que no bre” (p. 41), con lo que el yo lírico se
pertenece a su grupo: mujeres, no occi- defiende del “acto de violencia radi-
dentales, negros, indígenas, chinos, ni- cal” que “consiste en dar nombre de
ños y niñas. Es por este sesgo abismal nuevo, en re-nombrar” (Gómez, 1994,
que esa historia no sirve de base sobre p. 158). El yo lírico actúa de manera
la cual cimentar una identidad. Para ejemplar al despojarse “del rencor/ del
forjar su identidad, el yo lírico requie- odio/ de la vergüenza/ del orgullo” (p.
re de la historia que considera cierta, 41) y prestarse a escuchar.
la que parte de sus otros significativos:
sus iguales, aquella que sí la incluye. En “El encuentro” el yo lírico se enfren-
ta a la historia de una manera muy par-
En el poema “Qué tienen que decir” ticular, no la busca ni la escucha, sino
encontramos nuevamente a un yo lírico que la coacciona: “Después de todo era

388 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014


El giro identitario en la poesía de Shirley Campbell Barr

necesario / desenmascarar la historia / Asistimos en este poema al asesinato


y hacerla escupir con sangre la verdad / de la historia tal como la ha contado
era necesario sentarla frente a los nues- Occidente: “yo la sentí muriendo” (p.
tros / y hacerla hablar / entonces habló” 46), porque, como ha sido contada, no
(p. 43).En este poema la historia es contempla la historia africana. La his-
enjuiciada, golpeada y torturada hasta toria occidental es asesinada porque
entregar la verdad, es decir, la historia solo así emergerá la nueva historia.
nuevamente corporizada y personifica- La construcción identitaria no admite
da es sometida por el yo lírico, incluso verdades a medias, ni falsedades; úni-
a prácticas que aluden a las inquisitoria- camente la verdad, y en la verdad del
les: “… le amarré los brazos/ … la miré yo lírico África es el comienzo de todo:
a los ojos / … la pateé en el vientre / … “… es que no se puede vivir sin his-
le pegué en la cara / … y escupió lloran- toria/ … no se pueden criar hijos sin
do / Toda la verdad…” (p. 43).El título historia” (p. 46). Reaparece la figura
evoca el eufemismo con que se deno- de la madre y sus hijos como motivo
mina el primer choque de culturas que generador de la búsqueda de la verdad
precede a una etapa de colonización. histórica y la figura femenina retoma el
Las colonizaciones occidentales histó- papel de transmisora cultural, forjado-
ricamente han hecho creer que ellas son ra de identidades, pero identidades ba-
las instauradoras de la historia y la cul- sadas sobre el discurso de sus propios
tura y relegan a todas las demás voces otros significativos. Al exigir a la histo-
al silencio. Pero, en este poema ese eu- ria una confesión de este tipo, se exige
femismo es desenmascarado, esa mis- a la humanidad el reconocimiento de
ma historia cuenta entre lágrimas “que su origen. Si todo empezó en África no
la humanidad con certeza/ empezó en hay razón por la cual los blancos sean
África” (p. 43). Este verso es medular, superiores, no es válido un sistema de
ya que se trata de la historia de la hu- castas ni la ideología racista porque
los grandes argumentos en los que se
manidad, no de la historia africana o de
cimentó han sido desmantelados: cien-
la occidental, sino de la historia univer-
tíficamente la historia del ser humano
sal: África es el origen del ser humano,
inició en el continente africano y en
África que había sido excluida de la his-
cuanto a la religión, el poema destaca:
toria no solo merece estar incluida, sino
que por derecho debe estar en ella. Re- me habló del pasado
cordemos aquí que el STIWANISM de de un crucificado llamado Jesús
Molara Ogundipe Leslie señala como me dijo entre súplicas
primera carga obstaculizadora del desa- que buscara en África
rrollo de las africanas, el colonialismo toda la verdad
y las relaciones desiguales que existen que me remitiera a libros
entre África y Europa. enterrados

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 389


Silvia Elena Solano Rivera

a hombres temerosos de ser es como la madre: “siempre la tuve /


descubiertos y crecí sin ella / igual que sin madre /
a falsos testigos a la intemperie/ sola” (p. 48).Esta ho-
que juraron estar mología entre madre e historia se da
sin estar (p. 45). por el papel que, dentro del contexto
africano, desempeña la mujer: respon-
Con lo cual se trae abajo el discurso sable de la formación cultural y por
instaurado por el arzobispo Isidoro de tanto forjadora de la identidad. Crecer
Sevilla, quien en el siglo VIII se refie- sin historia es igual que crecer sin esa
re a Chus como hijo de Cam (hijo de formación sobre la cultura propia que
Noé) rey de los etíopes entrelazando engendra el aprecio por el endogru-
así “la esclavitud de los cananeos con po.La orfandad histórica que se sufre
su color de piel negra como somatiza- provoca un desconocimiento sobre lo
ción del pecado” (Hering, 2007,p. 21). propio y una vulnerabilidad hacia la
aceptación de falsas historias.
El poema “Desde siempre” muestra a
un yo lírico seguro de sí mismo, y con la Finalmente, en el poema “Nuestra his-
certeza de que siempre ha tenido historia, toria” encontramos un nuevo reclamo
pero esta se la habían arrebatado: “La te- del yo lírico que se queja de que su
nía / siempre la tuve / pero ellos llegaron historia le ha llegado fragmentada,
y se la quedaron / la reconstruyeron / con pero sobre todo de que no está con-
sus propias voces / sus propias palabras / templada en la cultura oficial y no es
sus propios colores / sus mismas miradas divulgada por los Aparatos Ideológi-
/ pero no era nuestra” (pp. 47-48). cos de Estado:

El yo lírico denuncia en este poema el La nuestra no nos llegó en


blanqueamiento de la historia de la hu- capítulos
manidad, de lo cual es consciente a tra- ni de menor a mayor
vés de su cuerpo, de su mirada: “La tenía como suele suceder
/ siempre tuve historia / pero lo ignoraba no nos llegó desde el princi-
/ y es solo ahora / cuando descubro / es pio… desde la cuna
precisamente ahora / cuando estoy des- desde los primeros días de
nuda / cuando estoy sin nombre / cuan- escuela
do estoy tan sola / cuando estoy sin nada no nos apareció en los libros
/ cuando me la encuentro” (p. 48).Ver el o en las sorpresas de los cerea-
color de su piel la hace buscarse en la les o
historia para identificarse. esas cosas (p. 50).

Además, este poema nos va a dar una Aquí no solo se hace referencia a
importante clave de lectura: la historia la dosificación de la identidad y de

390 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014


El giro identitario en la poesía de Shirley Campbell Barr

la historia por parte de los Aparatos En síntesis, la historia ocupa un pa-


Ideológicos de Estado, sino que se pel primordial en la construcción de
muestra cómo fue que este yo lírico esta identidad femenina negra, ya que
femenino y negro encontró su his- una madre brinda “ideología, valo-
toria, en qué condiciones: “Ella nos res y literatura” (Pérez, sf, p. 42), es
llegó en lenguajes desconocidos / decir, conocimiento cultural del en-
fragmentada / nos llegó interpretada dogrupo, lo cual favorece el autorre-
por los enemigos / con sus rostros y conocimiento y la autovaloración. El
sus verdades / se nos entregó sucia… factor maternidad mueve al yo lírico
vacía / hecha pedazos / nos llegó en a la búsqueda de su historia, la cual le
harapos / descalza / acribillada / la dará una identidad colectiva, social,
recogimos humillada (p. 50).Lo cual plural. Encontrar su historia la reúne
nos ayuda a entender el modo de pro- con su endogrupo, la hace saberse
ceder del yo lírico hacia la historia parte de una colectividad.
occidental: se desquita, e invierte los
papeles. Pero, una vez más la mujer Conclusión
formadora de identidad cultural apa-
rece rescatando su historia: En estos poemas de Shirley Campbell,
la identidad femenina negra se constru-
Fue necesario que saliéramos ye a partir de la asunción de la materni-
como valientes guerreras a dad, el cuerpo y la piel, lo que propicia
recuperarla a su vez la asunción de la cultura y la
limpiarle las lágrimas historia negras. Sin embargo, para que
las manos tales asunciones se lleven a cabo, pri-
vestirla de nuevo mero se realiza una deconstrucción del
llenarla de orgullo par binario negro / blanco, invirtiendo
lavar sus rodillas la jerarquía establecida por Occiden-
… y cuando estuvo lista te y reinscribiendo el término negro,
la sacamos al sol despojándolo de estereotipos y conno-
y nuestra historia entonces luce taciones peyorativas, devolviéndole el
hermosa (pp. 50-51). privilegio que le había sido arrebatado.
Campbell presenta en sus textos a un
Tal como en las dos citas anteriores, la yo lírico femenino que contracorriente,
imagen de la historia es hallada por el contra la ideología de dominación, da
yo lírico vacía; es este sujeto femenino un giro identitario y se autodefine des-
negro el que se encarga de llenarla, de de su propio cuerpo, su propia piel, sus
manera paralela al cuerpo de la mujer ne- propias historia y cultura.
gra como vimos en el apartado anterior;
no solo hay que reelaborar el cuerpo y la La poeta nos ofrece un valiosísimo
piel, sino también la historia. ejemplo de discurso oposicionista que

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 391


Silvia Elena Solano Rivera

vale la pena rescatar y cuyo principal Guberman, M. “La poética del cuerpo
mecanismo es la erección de un dis- negro en Hispanoamérica”. Re-
curso afrocéntrico a través del “vaciar cuperado de http://cvc.cervantes.es/
esos símbolos, que los niegan, de su literatura/aih/pdf/13/aih_13_3_020.
contenido para llenarlos de imágenes pdfhttp://cvc.cervantes.es/literatura/
positivas, celebratorias y liberadoras” aih/pdf/13/aih_13_3_020.pdf
(Meza, p. 15). La literatura de Cam- Guillén, N. (1953). Las grandes ele-
pbell es cabalmente una “literatura gías y otros poemas. Caracas:
contradiscursiva” -en palabras de Editorial Ayacucho.
Consuelo Meza-, y una importante Herin, M. (2007). “‘Raza’: Variables
veta de estudio para la crítica literaria. históricas”. Revista de Estudios
Sociales 6, 16-27.
Herra, M. “La presencia de la Africa-
Referencias bibliográficas nía en la poesía de dos escritoras
afro-costarricenses”. Recupera-
Bairros, L.(2000). “Nuestros feminis- do de http://www.ciicla.ucr.ac.cr/
mos revisitados”. Política y cul- coloquio/ponencia10.htmlhttp://
tura 014, 141-149. www.ciicla.ucr.ac.cr/coloquio/
Campbell, S. (2006). Rotundamente ponencia10.html
negra. San José: Editorial Larraín, J. (2003 Agosto). “El concep-
Perro Azul. to de identidad”. Revista FAME-
Campbell, S. (1994). Rotundamente COS 21, 30-42.
negra. San José: El Arado. Mansour, M. “Circunstancia e imáge-
Campbell, S. (1988). Naciendo. San nes de la poesía negrista”. Re-
José: EUNED. cuperado de http://132.247.1.5/
Curiel, O. (2007). “Crítica poscolonial rev i st a/ rev ist au m/o j s _ ru m/
desde las prácticas políticas del files/journals/1/articles/9457/
feminismo antirracista”. Nóma- public/9457-14855-1-PB.pdf.
das 26, 92-101. McDonald, Dlia & Campbell, S.
Duncan, Q. “El Afrorrealismo. Una (2011). Palabras indelebles de
dimensión nueva de la literatu- poetas negras. San José: Progra-
ra latinoamericana”. Recupera- ma de Publicaciones e Impresio-
do de http://istmo.denison.edu/ nes de la UNA.
n10/articulos/afrorealismo.html- Meza, C. “La diáspora afrocaribeña
http://istmo.denison.edu/n10/ar- en Centroamérica: identidad y
ticulos/afrorealismo.html literatura de mujeres”. Recupe-
Gómez, A. (1994). “Cómo surge una rado de http://www.hcentroame-
instancia discursiva: Cristóbal rica.fcs.ucr.ac.cr/Contenidos/hca/
colón y la invención del ‘indio’”. cong/mesas/x_congreso/genero/
Imprévue 1-2, 151-175. diaspora-mujeres.pdfhttp://www.

392 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014


El giro identitario en la poesía de Shirley Campbell Barr

hcentroamerica.fcs.ucr.ac.cr/Con- http://istmo.denison.edu/n10/ar-
tenidos/hca/cong/mesas/x_congre- ticulos/afrorealismo.htmlhttp://
so/genero/diaspora-mujeres.pdf istmo.denison.edu/n10/articulos/
Moi, T. (2006). Teoría literaria femi- afrorealismo.html
nista. Madrid: Cátedra. Rivera, A. “El imaginario femenino
Mosby, D. (2003). Place, Language negro en Cuba”. Recuperado
and Identity in Afro-Costa Ri- de http://journal.afroeuropa.eu/
can Literature.Missouri: Uni- index.php/afroeuropa/article/
versity of Missouri Press. viewDownloadInterstitial/18/
Mosby, D. “‘Nuevos nómadas’: Ne- 20http://journal.afroeuropa.eu/
gritud y ciudadanía en la lite- index.php/afroeuropa/article/
ratura centroamericana”. Recu- viewDownloadInterstitial/18/20
perado de http://istmo.denison. Shéree, F. (2008).“Confronting the
edu/n16/proyectos/mosby.html- Patriarchy: Luz Argentina Chi-
http://istmo.denison.edu/n16/ riboga and Shirley Campbell”.
proyectos/mosby.html Tesis. Howard University: De-
Nash, M. (2006). “Identidades de géne- partment of Modern Languages
ro, mecanismos de subalternidad and Literatures.
y procesos de emancipación fe- Van Dijk, T. (2000). El discurso
menina”. Revista CIDOB d’ Afer- como interacción social. Barce-
sInternacionals, 73-74, 39-57. lona: Gedisa.
Pérez, B. “Otra manera de sentir: Van Dijk, T. (1997). Racismo y análi-
Feminismos negros, género y sis crítico de los medios. Barce-
estudios literarios en el África lona: Paidós.
Subsahariana”. Recuperado de Zavala, M. “Las escritoras afrodes-
http://ctli.wikispaces.com/file/ cendientes centroamericanas:
view/FEminismoAfricaBibian- entre el olvido y la autoafirma-
Perez.pdfhttp://ctli.wikispaces. ción”. Recuperado de http://lasa.
com/file/view/FEminismoAfri- international.pitt.edu/members/
caBibianPerez.pdf congress-papers/lasa2009/files/
Perry, F. “Quien tenga oídos para oír… ZavalaMagda.pdfhttp://lasa.in-
que oiga”. Recuperado de http:// ternational.pitt.edu/members/
istmo.denison.edu/n21/articulos/1- congress-papers/lasa2009/files/
perry_franklin_form.pdfhttp:// ZavalaMagda.pdf
istmo.denison.edu/n21/articulos/1- http://lasa.international.pitt.edu/members/
perry_franklin_form.pdf congress-papers/lasa2009/files/Za-
valaMagda.pdf
Quince, D. “El afrorrealismo. Una di-
http://lasa.international.pitt.edu/members/
mensión nueva de la literatura la-
congress-papers/lasa2009/files/Za-
tinoamericana”. Recuperado de
valaMagda.pdf

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 393

Das könnte Ihnen auch gefallen