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054130/2009gla
INDUSTRIA METALURGICA PLASTICA ARGENTINA S/ QUIEBRA S/
INCIDENTE DE ACTUACIONES SEPARADAS
Juzg. 4 Sec. 8
I.-
Los Recursos
Que vienen los autos a esta Alzada a efectos de dar tratamiento a
los recursos de apelación interpuestos por el Gobierno de la Ciudad de Buenos
Aires y la “Cooperativa de Trabajo 22 de Mayo Limitada” contra la
resolución dictada en fs. 255/271, por la que el Señor Juez de Grado declaró la
inconstitucionalidad de la Ley N° 2969 dictada por la Legislatura de esta
Ciudad, a resultas de la cual ordenó poner a disposición de la quiebra el activo
de propiedad de la fallida alcanzado por la norma impugnada y requirió a la
sindicatura que estimara la cifra que deberá abonarse a la masa por la
privación del uso de los bienes, imponiendo las costas a cargo del “GCBA”.-
Que los fundamentos fueron desarrollados en fs.
364/375 y fs. 377/387, siendo respondidos en fs. 392/398.-
Que en fs. 637/643 emitió opinión la Señora Representante del
Ministerio Público actuante ante esta Cámara, quien lo hizo en el sentido que
resulta del dictamen obrante en las citadas fojas.-
II.-
Los antecedentes
1.) El fallo
1.1. A través de la sentencia interlocutoria bajo examen, el Señor
Juez de Grado, a instancias del planteo introducido en autos por la sindicatura,
declaró la inconstitucionalidad de la ley 2969 dictada por la Legislatura de la
de la Ciudad de Buenos Aires por la que, en lo principal, se declaró de utilidad
pública y sujeto a ocupación temporaria por el plazo de dos (2) años el
inmueble de titularidad de la fallida ubicado en la calle Querandíes N° 4248,
Manzana 039, Parcela 004 A, Sección 17, Partida Matriz 178437, así como
sujetos a expropiación la totalidad de los bienes intangibles y muebles
existentes en el predio indicado, destinándoselos al funcionamiento de la
Cooperativa de Trabajo 22 de Mayo Limitada, a resultas de lo cual se ordenó
al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires la inmediata puesta a disposición
del Tribunal de los activos de la fallida involucrados en la ley impugnada.-
1.2. Para adoptar esta solución, el Sr. Juez a quo estimó
dirimentes los siguientes extremos, a saber:
i) No se incluyó en el texto de la ley una explicación sobre las
razones por las cuales se concluyó en que los bienes involucrados en la norma
debían ser declarados de utilidad pública, sin que obste a esta conclusión las
manifestaciones volcadas en la causa por el GCBA en punto a que este medio
permitirá conservar la fuente de trabajo, por cuanto existen otras vías para
cumplir dicho objetivo (vgr. la pronta realización de los bienes, resguardando,
a la vez, los puestos de trabajo de los empleados de la fallida);
ii) En el caso de autos, la necesidad de bien común no se
encuentra dirigida a la satisfacción de la la colectividad, sino, en todo caso, a
satisfacer los intereses personales de aquellos que integran la Cooperativa,
habida cuenta de que no hay utilidad pública cuando se expropian los
principales bienes de la deudora para entregárselos a un tercero -ente
cooperativo- que se dice conformado -a tenor de lo expuesto por el propio
GCBA por aquellas personas que integraban anteriormente IMPA,
perjudicándose así a la totalidad de los acreedores.-
iii) Que si bien resulta loable la intención de preservar las fuentes
de trabajo y la continuidad de la empresa, en el caso, a partir de la acción de
Poder Judicial de la Nación
acreedores de IMPA, pues como toda ley que declarativa de “utilidad pública”,
también prevé la correspondiente indemnización. A su vez, consideró
aplicable al caso la doctrina del precedente de la CSJN "Peralta" que
convalidó la constitucionalidad de los decretos de necesidad y urgencia
dictados en el contexto de una grave crisis económica y social. La
Cooperativa cuestionó, además, la competencia del Juez del concurso para
decidir la suerte del planteo, arguyendo que el planteo de constitucionalidad
relativo a una ley dictada por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires debe ser sometida a conocimiento del Superior Tribunal de
Justicia y mediante una "acción de inconstitucionalidad".-
iv) El Señor Agente Fiscal con actuación en la anterior instancia
se expidió en fs. 135/136 en el sentido de admitir la declaración de
inconstitucionalidad solicitada por órgano sindical. Estimó dirimente la
circunstancia de que no se hubiera cumplido con la indemnización debida,
extremo que, a su entender, vulneró el derecho de propiedad de los acreedores.
Explicó que la indemnización no puede ser desvinculada de su fundamento,
esto es, ser condición de legitimidad del poder expropiatorio del Estado,
máxime cuando, como en el caso, el GCBA se limitó a sancionar la norma
impugnada sin concretar paso alguno a fin de hacer efectiva la indemnización
y, por otra parte, la Cooperativa tampoco ofreció el pago de algún monto
provisorio, hasta tanto se determinara el valor de los bienes, ni dio muestra de
tener capacidad de pago. Por estas razones, concluyó en que un sistema que
importa una demora sine die en el cobro de la indemnización resulta
inconciliable con la exigencia constitucional de pago previo al expropiado y,
por lo tanto, violatorio de las disposiciones contenidas en el art. 17 CN.-
v) En fs. 187/195 se presentaron los diputados de la Legislatura
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires Facundo Martín Di Filippo, Patricia
Walsh, Eduardo Epszteyn y Gonzalo Ruanova en calidad de "amicus curiae".
Alegaron que por aplicación del principio de maiorie ad minus, si el GCBA
tiene la facultad para proceder a la expropiación definitiva del dominio de un
bien, también la tiene para ocuparlo temporalmente. Indicaron que la
"ocupación temporaria" es, en definitiva, un modo de expropiación respecto
del usufructo de un inmueble autorizado por la Constitución Nacional (art. 17)
y por la Carta Magna local (art. 12, inc. 5°). Explicaron que los legisladores
consideraron que resultaba necesario exceptuar al caso involucrado en la ley,
luego impugnada, del régimen general que impone la realización de una
audiencia pública en razón de la urgencia existente en habilitar el inicio del
proceso de ocupación temporaria y posterior expropiación privada.
Sostuvieron que de estimarse incumplido el requisito de la indemnización
previa, correspondería, en su caso, instar al Poder Ejecutivo local para que
avance en el procedimiento administrativo necesario para concretar la
tasación de los bienes en orden a fijar el quantum indemnizatorio, pero que en
modo alguno ese extremo podría determinar la inconstitucionalidad de la
norma que declaró la utilidad pública.-
4.3. Efectuado el relato precedente, y previo a ingresar en el
análisis de las diversas cuestiones propuestas por los recurrentes, cabe
puntualizar que el Tribunal no está obligado a seguir a las partes en todas y
cada una de sus argumentaciones, sino tan sólo en aquéllas que sean
conducentes para resolver el concreto conflicto (conf. CSJN, Fallos: 258:304,
262:222, 291:390; íd. esta CNCom., es Sala A, 09.08.07, "Fine Arts SA s.
incidente de denuncia (actuación del síndico); íd., 20.08.09, "Banco Austral
SA s. quiebra s. incidente de revisión promovido por Porcelli Luis A"; íd, Sala
B, 24.07.06, "DPO c. Caja de Seguros de Vida"; íd. 19.07.06, "Villar Jorge c.
Consorcio de Propietarios Superí 1860/62/64/66/68"), razón por la cual sólo
serán consideradas aquellas alegaciones que se estiman relevantes y
Poder Judicial de la Nación
III.-
La competencia del Juez del concurso para conocer en el
planteo de inconstitucionalidad introducido por el órgano sindical
IV.
Pertinencia del control judicial de constitucionalidad de la ley
2960 CABA en el caso
En el caso, el Señor Juez de Grado declaró la inconstitucionalidad
de la ley 2969 dictada por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires por la
que se declaró de utilidad pública y sujeto a ocupación temporaria por el
plazo de dos (2) años el inmueble de titularidad de la fallida ubicado en la
calle Querandíes N° 4248, Manzana 039, Parcela 004 A, Sección 17, Partida
Matriz 178437, así como sujetos a expropiación la totalidad de los bienes
intangibles y muebles existentes en el predio indicado, destinándoselos al
funcionamiento de la Cooperativa de Trabajo 22 de Mayo Limitada.-
Pues bien, a efectos de esclarecer el thema decidendum
mencionado, ha de analizarse, en primer lugar, la materia relativa al control
judicial de constitucionalidad, para luego continuar con las diversas cuestiones
cuyo examen resulta imprescindible a la hora de emitir pronunciamiento de
mérito respecto de los agravios esgrimidos sobre el particular.-
1.) En primer término, se muestra conducente recordar que todo
orden normativo constituye un sistema, dispuesto de modo tal que las normas
que lo integran deben articularse entre sí como un todo no llamado a
colisionar, si ello ocurriese, se impone una interpretación que restablezca la
armonía del sistema decidiendo, en su caso, cuáles disposiciones resultan
prevalecientes. Este orden está expresamente dispuesto en el texto originario
de nuestra Constitución Nacional - art. 31-, ordenamiento que, por
disposición de los constituyentes resulta ser la ley de leyes, a las que todas las
demás, abstractas y generales, concretas y particulares, deben someterse.
Luego de la reforma constitucional del año 1994, más allá de la inclusión -
con jerarquía constitucional- de las convenciones internacionales señaladas en
el art. 75, inc. 22, 2° y 3° parte, se mantiene la escala jerárquica respecto de la
cual la Constitución Nacional es la norma primera y última de la cual deriva y
en la cual se sostiene el orden jurídico como estructura jerárquicamente
escalonada. De ello se sigue que la Constitución es la fuente primaria de
validez positiva del orden jurídico y habilita la creación sucesiva y
descendente de ese mismo orden en cuanto a la forma y en cuanto al contenido
del sistema normativo y obliga a que el orden jurídico sea congruente y
compatible con ella. En efecto, la Constitución descalifica e invalida
cualquier infracción a su respecto. En suma, el orden jurídico “debe estar” de
acuerdo con la Constitución y no debe transgredirlo. Si la ruptura de ese
Poder Judicial de la Nación
sobre la cual éste recae, sean afectados en garantía del cumplimiento de alguna
prestación a cargo del titular; y iii) que el Estado disponga el traspaso de la
titularidad del derecho (véase Ekmekdjian Miguel Angel, "Tratado de
Derecho Constitucional", T° II, p. 170 y ss.). Cabe también, su restricción en
el tiempo dentro de límites razonables y sin suprimir sus garantías dentro del
marco de los supuestos de emergencia ya delineados por la Corte Suprema de
Justicia de la Nación in re: "Peralta Arsenio Luis c. Estado Nacional
(Ministerio de Economía) s. amparo", Fallos: 313-1513 y ss.) .-
En este contexto, la expropiación aparece como una de las
formas de limitación al derecho de propiedad en el tiempo, susceptible de
afectar el principio de "perpetuidad" que típicamente lo rige (art. 2.510,
CCiv.) .-
Dicho esto, se muestra conducente puntualizar que la
"expropiación" ha sido conceptualizada como el medio jurídico en cuyo
mérito el Estado obtiene que un bien sea transferido de un patrimonio a otro
por causa de utilidad pública, mediante calificación por ley y previa
indemnización integral. En consecuencia, entre los efectos principales de la
expropiación encontramos: i) que opera la transferencia de la propiedad; ii)
que la propiedad del expropiado cambia de especie, por cuanto deja de ser
titular del bien objeto de la expropiación y se convierte en titular de una suma
de dinero -la indemnización previa-; y iii) que tratándose de inmuebles, opera
la indisponibilidad del bien (cfr. Marienhoff Miguel S., "Tratado de Derecho
Administrativo", T° IV, p. 123; Linares Quintana Segundo V., "Tratado de la
ciencia del derecho constitucional argentino y comparado", T° IV, p. 123 y
ss.).-
El instituto expropiatorio aparece entonces, en el ámbito jurídico,
cuando se produce una incompatibilidad entre el interés particular y el interés
del Estado, en tanto representante de la sociedad. Va de suyo que si el derecho
del administrado a conservar la propiedad de un bien con todas las facultades
que ello conlleva choca con el interés del Estado a utilizar esa misma cosa con
fines de utilidad pública, es razonable que el interés individual o particular
ceda ante los requerimientos públicos. Sin embargo, el traspaso de la
propiedad debe obtenerse sin lesión jurídica al derecho de los particulares, de
allí que el ordenamiento legal establezca, a fin de garantizar esta exigencia, la
concurrencia en todo procedimiento expropiatorio dentro del vaso legal, de
dos (2) recaudos cuya omisión resulta inexcusable: a) la calificación por ley de
utilidad pública; y b) la indemnización previa.-
El Estado ejerce, al expropiar, un poder jurídico que le reconoce
la Constitución, pero el ejercicio de ese poder, autorizado por causa de utilidad
pública, supone el sacrificio de un derecho que también tiene base
constitucional y que obliga a indemnizar debidamente al expropiado, toda vez
que la expropiación supone un conflicto que se resuelve por la preeminencia
del interés público y por el irremediable sacrificio del interés del particular.
(CSJN, Fallos: 326 Folio: 2329).
Es decir que los bienes a expropiar deben ser declarados tales por
el Poder Legislativo -ya sea nacional, provincial o municipal, según
corresponda- y afectados a un destino específico que implique la satisfacción
del interés general de la comunidad (Ekmekdjian Miguel Angel, ob. cit., T° II,
p. 175; Ramella Pablo, "Derecho Constitucional", p. 561). A su vez, el titular
de la cosa expropiada debe ser debidamente compensado por la privación del
bien expropiado mediante el pago de una indemnización que debe ser previa
(art. 17 CN).-
Entonces, si la Constitución Nacional asegura la facultad de
disposición y goce de la propiedad, es claro que la "expropiación", como
medio excepcional de limitar ese derecho, debe ser interpretada, tanto en su
Poder Judicial de la Nación
del expediente principal), sólo autoriza a presumir que sus integrantes -salvo
el Sr. Eduardo Manuel Murúa, respecto del cual no surge de autos nexo
alguno con IMPA al inicio del proceso concursal- habrían optado por
desvincularse de la por entonces concursada, o bien, habrían iniciado
actividades paralelas y al margen de las que se cumplían en el establecimiento
de la calle Querandíes N° 4248, donde operaba la concursada, para lo cual
recurrieron a un sistema cooperativista similar al de IMPA. En orden los
antecedentes señalados, resulta harto relevante esta falta de adecuado y
explicado correlato temporal entre los dos entes. En efecto, no surge
acreditado que la hoy expropiante hubiera sido constituida con el objeto de
preservar y/o continuar con la actividad productiva desarrollada por los
trabajadores de IMPA como parece pretenderse como sustento de la
expropiación bajo examen, sino que, por el contrario, su finalidad debería
haber sido iniciar un emprendimiento independiente de esta última; es más, ni
siquiera se abonó con elementos idóneos que esa entidad -hoy por hoy- se
encuentre conformada con los trabajadores cuyos puestos, presuntamente, se
pretendería resguardar con el acto expropiatorio.-
Los extremos referidos ponen en evidencia que las razones
alegadas para justificar la expropiación carecen de correlato en los
antecedentes comprobados en el expediente. Recuérdase que la causa
expropiante constituye una cuestión de hecho que debe verse exteriorizada en
la realidad y que no le es dable a la norma crear. En definitiva, so pretexto de
resguardar las fuentes de trabajo que generaba la concursada en favor de sus
trabajadores, se estaría beneficiando a un sujeto que nació y se desarrolló
paralelamente y al margen de IMPA y ajeno al esfuerzo puesto por sus
trabajadores durante el término de ocho (ocho) años, cuya aptitud para sacar a
la empresa de la crisis desembocó en su quiebra y cuya relación con la fallida
carece de la necesaria evidencia.-
Esta sola circunstancia pone de manifiesto la arbitrariedad
subyacente en la ley analizada.-
4.1.4. Ahora bien, aún si se pretendiera pasar por alto el extremo
apuntado en el considerando precedente y se diera por sentado que los
beneficiarios de la expropiación serían, efectivamente, los trabajadores de
IMPA (supuestamente ahora agrupados en la Cooperativa de Trabajo 22 de
Mayo Limitada), ello no legitima per se la “causa expropiante”.-
Esto es así, a poco que se repare en que una de las claves de la
decisión judicial para declarar la arbitrariedad de una norma reside en la
desmesura de la ley en orden a la falta de proporción entre los fines tenidos en
mira a la hora de ejercer la potestad expropiatoria y los medios empleados
para llevarla a cabo. Ello así, porque la necesidad de armonizar las exigencias
del interés general con los derechos de las personas impone que deba existir
una razonable adecuación proporcional entre los medios empleados y el fin
de utilidad pública que, de no configurarse, ocasiona la falta, ausencia o
ponderación errónea de la causa expropiandi y con ello la violación del
derecho de propiedad del titular de los bienes (Cassagne Juan Carlos,
"Expropiación: Revisión judicial de la declaración de utilidad pública.
Arbitrariedad de la ley que la dispuso", en La Ley, 2009-C).-
En este orden de ideas, cabe aquí reiterar que la expropiación es
un procedimiento extraordinario y de excepción, por lo que aparte de que solo
ha de ser empleada para satisfacer fines de “utilidad pública” stricto sensu,
resulta, además, de aplicación restrictiva, por lo que ha de recurrirse a ella
como última "ratio", de tal suerte que si un determinado objetivo o finalidad
puede lograrse o alcanzarse sin expropiar, la expropiación deberá ser evitada
(Marienhoff Miguel S., ob. cit., p. 125 y ss.).-
Poder Judicial de la Nación
otros elementos que permitan inferir -al menos con un mínimo grado de
probabilidad- que la finalidad esbozada en la exposición de motivos es posible
de alcanzar.-
Además, no resulta aceptable que la “expropiación” -olvidando
que es una medida excepcional- pueda ser utilizada como un mecanismo para
paliar situaciones -transitorias o coyunturales- de la economía del país, como
una herramienta alternativa a los planes sociales, laborales o alimentarios o
como la manera de concretar la esperanza de un grupo de trabajadores de
conseguir y/o recuperar una fuente de trabajo. A tal efecto se cuenta, por
ejemplo, con políticas legislativas cuya actividad fue, en definitiva, la que
consagró a través de la sanción de la ley N° 25.589 -modificatoria de la LCQ-
el régimen de continuación y explotación de empresas quebradas como
respuesta, justamente, al conflicto económico y social suscitado por la pérdida
USO OFICIAL
de puestos de trabajo.-
4.1.5. En este contexto, cabe remarcar que el solo hecho de la
expropiación, por sí, no basta para convertir en dominial un bien, en razón de
que esa calidad adquirida por el bien expropiado, no deriva del acto
expropiatorio, sino de que ese bien, de acuerdo al ordenamiento legal, pueda
ser considerado como dependencia del dominio público por la situación que
tendrá en lo sucesivo y por el fin al que se dirige -procurar la satisfacción del
bien común (art. 1, ley N° 238 CABA)-, más allá de que sea expropiado a
favor del Estado o de un particular, ya sea este último persona física o
jurídica. Conceptualmente, el “bien común” no es el mayor bien para el
mayor número, ni el conjunto de bienes individuales y, menos, el bien
individual de un grupo reducido, como en este caso, pues en esos supuestos el
bien en cuestión no sería común sino particular. Tampoco puede ser algo
susceptible de ser repartido, pues ello dejaría de ser común, el “bien común”,
en cuanto común, tiene que ser pensado como un bien indivisiblemente
participable (Casares Tomás D., “Notas sobre justicia y bien común” en
“Acerca de la justicia”, p. 13).-
En efecto, de los fundamentos expuestos en el dictamen de la
comisión que elevó el proyecto de ley -“Desarrollo Económico, Mercosur y
Políticas de Empleo-Presupuesto, Hacienda, Administración Financiera y
Política Tributaria- surge claro que la télesis de la norma fue asignar o
recuperar puestos de trabajo para un grupo específico de sujetos agrupados a
través de un ente cooperativo. Síguese de ello que la causa expropiatoria aquí
analizada refiere al interés estrictamente particular de un conjunto concreto,
individualizable y reducido -frente al grupo que padece igual situación- de
personas, habida cuenta que se circunscribe -de acuerdo a lo acreditado- a los
individuos que figuran en el estatuto que luce copiado en fs. 46/55 de este
incidente. Por otra parte, al ser la beneficiaria de la expropiación una
cooperativa conformada inicialmente sin correlación temporal con la fallida y,
se reitera, sólo por un número mínimo de ex-empleados de la ésta
conjuntamente con el Sr. Murúa- y con una finalidad presumiblemente ajena a
los intereses de IMPA, teniendo en cuenta que en la época de su constitución
la fallida recién había logrado la homologación del acuerdo, se plantea un
supuesto de clara discriminación respecto de los otros ex-empleados de la
quebrada que continuaron vinculados en forma exclusiva a esta última
poniendo su esfuerzo para lograr el cumplimiento del concordato y que hoy no
forman parte de la Cooperativa de Trabajo 22 de Mayo Limitada (véase
considerando II., 4.1., iii, de la presente).-
4.1.6. En mérito a los fundamentos aquí expresados, cabe
concluir en que, en la especie, no se configura la utilidad pública que la
Constitución Nacional exige para la validez de la expropiación dispuesta por
el legislador, habida cuenta que: a) la expropiación aquí analizada persigue un
interés meramente privado, el de los integrantes de la Cooperativa de Trabajo
22 de Mayo Limitada, sin que se haya acreditado siquiera que aquellos
representan el interés del grueso de los trabajadores de IMPA; b) aún en el
caso de interpretase que, indirectamente, se vería satisfecho un interés de
índole social como es el mantenimiento de una unidad productiva y la fuentes
de trabajo que ella genera, existen otras vías contempladas por el
ordenamiento legal concursal para alcanzarlo.-
No debe olvidarse que la expropiación no constituye un fin en sí
mismo, sino que es instrumental a la finalidad propia del Estado que tiene
carácter permanente y no se agota con la transferencia de la propiedad al
expropiante, por lo que debe descartarse la configuración de utilidad pública
si, como en el caso, bajo la apariencia de un uso público, los bienes
expropiados han de ser destinados o un mero uso privado.-
Poder Judicial de la Nación
Miguel S., ob. cit., p. 233). Esta regla resulta plenamente aplicable a la
"ocupación temporaria", ya que lo dispuesto por la Constitución constituye
un principio general de derecho, aplicable a todas las hipótesis en que un
derecho patrimonial cede por razones de interés público. Sobre el particular,
la Corte Suprema de Justicia de la Nación señaló en el caso "Cía. Azucarera
Tucumana SA c. Estado Nacional s. expropiación indirecta" (CSJN, 21.09.90,
Fallos: 266:34) que es necesario tener presente que los actos de turbación al
derecho de dominio que son considerados en los juicios expropiatorios, no
comprenden solamente los casos de pérdida de posesión strictu sensu, sino
que abarcan también aquellos supuestos en lo que -sin darse esta última-
existen, sin embargo, restricciones, limitaciones o menoscabos esenciales al
derecho de propiedad del titular.-
Indemnizar quiere decir dejar indemne o sin daño, lo que equivale
a dar al expropiado en dinero el mismo valor de los bienes que se expropian.
La expropiación no debe empobrecer ni enriquecer al expropiado: debe dejarlo
en igual situación económica. Esta indemnización debe ser justa, actual y
previa; he aquí la integralidad y oportunidad del resarcimiento expropiatorio
para que sea constitucional y para que cumpla el objetivo de satisfacer al
expropiado el mismo valor que se le quita; de lo contrario, el expropiado será
un damnificado y si indemnizar quiere decir -según lo expuesto- dejar sin
daño, una expropiación que produce un perjuicio patrimonial por no haber
sido indemnizada o, porque el valor fijado es menor al real no es, en rigor, una
expropiación constitucionalmente válida y legítima, sino una confiscación o
un despojo. A contrario sensu, cuando la desposesión y el pago justo
coinciden, el principio constitucional de la indemnización previa puede
reputarse satisfecho; o sea, tanto en el caso de pagarse antes de la desposesión,
como simultáneamente con ella (véase: Bidart Campos Germán J., "Régimen
constitucional de la expropiación", La Ley, 144:953; mismo autor, "Derecho
constitucional", T° II, p. 357 y ss.; Linares Quintana Segundo V., “Tratado
del derecho constitucional argentino y comparado", IV, 158 y ss.).-
En esta línea, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha dicho
reiteradamente que el hecho de la expropiación no puede ser invocado por el
Estado como una fuerza mayor propiamente dicha, que le exima de
responsabilidad respecto de los daños por él causados, pues es un acto suyo
deliberado y voluntario, aun cuando se halle condicionado a una necesidad
pública. La finalidad de bien común a que responde justifica que la
repercusión sobre el patrimonio de quienes son afectados por su ejecución sea
determinada con criterio estrictamente objetivo y concreto, pero no, que se la
considere no susceptible de indemnización. El justo resarcimiento, que es una
de las notas esenciales de la expropiación, no sería tal si excluye algún daño
causado por ella de modo inmediato y directo (CSJN, Fallos: CLXXXI: 250
Y 352; CCIV:205; CCVI:322; CCXII:287, entre muchos otros).-
Ahora bien, la Constitución Nacional -se reitera- exige que la
indemnización sea previa a que se produzca el perjuicio que va a sufrir el
expropiado, es decir, antes que se concrete la privación del bien a expropiar.
En suma, el bien expropiado -como regla- no puede pasar al dominio de quien
lleve a cabo la expropiación, ni tampoco entregársele el uso y goce, sin que
antes tenga lugar el pago de la indemnización en la extensión expuesta ut
supra.-
4.2.2. No desatiende este Tribunal que la necesidad de disponer
de los bienes afectados sin esperar la terminación normal del procedimiento
expropiatorio ha creado una figura especial -que la legislación, la doctrina y la
jurisprudencia han aceptado- denominada expropiación de urgencia. Este
instituto halla fundamento en que la demora en obtener la ocupación del bien
puede entorpecer la satisfacción colectiva que se procura lograr. Tal situación
Poder Judicial de la Nación
obsta a que deba esperarse la terminación del proceso normal para que el
expropiante tome posesión del bien, lo que determinó la previsión de trámites
especiales que permitan la ocupación inmediata, pero -obviamente-
asegurando siempre el derecho a la justa indemnización.-
Estos principios fueron receptados por la ley N° 238 CABA, en
cuanto dispone que el procedimiento expropiatorio se inicia con la
notificación al propietario del bien de la tasación respectiva (art. 11) y que en
caso de no mediar acuerdo sobre el valor fijado, el expropiante debe iniciar el
proceso judicial respectivo, previendo también que "si existe urgencia, junto
con la demanda, el expropiante puede solicitar fundadamente la posesión
inmediata del bien", debiendo en ese supuesto "consignar el importe de la
indemnización de acuerdo con la valuación que al efecto hubiere practicado
el Banco de la Ciudad de Buenos Aires", cumplido lo cual recién el Juez
USO OFICIAL
otorgará la posesión del bien (art. 14, inc. c). Es decir que ni aún mediando
razones de urgencia, el recaudo de la "previa indemnización" puede ser
soslayado.-
Por otro lado, la norma local establece que "cuando por razones
de utilidad pública es necesario el uso transitorio de un bien puede recurrirse
a la ocupación temporaria del mismo", caso en que la "indemnización a pagar
comprende(rá) el valor de uso y los daños ocasionados al bien", como
asimismo que resultan aplicables a esta figura -ocupación o uso temporario-,
en todo lo relacionado con el pago de la indemnización y con el procedimiento
judicial en caso de no existir acuerdo de las partes, las normas que fija esa ley
para la expropiación de bienes (arts. 30, 31 y 32).-
Finalmente, de configurarse un supuesto de "necesidad urgente,
imperiosa y súbita", el Jefe de Gobierno puede disponer la ocupación o uso
temporario de un bien sin indemnización alguna por un plazo no mayor a
cinco (5) días (art. 34).-
4.2.3. En la especie, la ley dictada por la Legislatura porteña -
N° 2.969- declaró de utilidad pública y sujeto a ocupación temporaria en los
términos del art. 30 de la ley N° 238 CABA el inmueble de la fallida allí
individualizado y la expropiación de los bienes intangibles y muebles
existentes en ese predio, con la finalidad de destinarlos al funcionamiento de
la "Cooperativa de Trabajo 22 de Mayo Limitada", estableciendo que la
determinación del precio "de los bienes sujetos a expropiación" se haría de
acuerdo a lo establecido por el art. 10 de la ley N° 238 CABA.-
Despréndese de lo expuesto que en lo que toca inmueble, no se
dispuso la expropiación inmediata, sino su ocupación temporaria por el plazo
de dos (2) años, mas sin efectuarse previsión alguna en el texto legal en punto
al pago de la indemnización respectiva o, al menos, de un canon periódico por
dicho uso, contemplándose tan solo la determinación del precio respecto de
los bienes intangibles y los muebles, ya que en lo relativo al inmueble, la
cuestión quedó circunscripta a una mera autorización para que la Cooperativa
lo expropie una vez transcurrido el plazo fijado para la ocupación.-
Tampoco se acreditó que a la fecha se hubiera hecho efectivo el
pago del precio de los bienes intangibles y muebles existentes en la propiedad,
en rigor, ni siquiera se probó que se hubiera iniciado el procedimiento
expropiatorio en orden a establecerlo.-
No se desatiende que el dictamen emitido por la comisión de
tratamiento del proyecto de ley refirió que la expropiación resultaba de
urgente necesidad, sin embargo, no se indicaron cuáles eran las circunstancias
de hecho configurativas de ese extremo, más allá de la genérica referencia
efectuada a la conservación de las fuentes de trabajo que, en rigor, constituye
una problemática común a toda empresa que cae en quiebra. No obstante ello,
y aún de tenerse por acreditado el estado de urgente necesidad referido, la
ocupación "sin indemnización alguna" debe ser dispuesta por el Jefe de
Gobierno y no podrá extenderse -por expresa disposición legal- por un plazo
mayor “de cinco (5) días" (art. 34, ley N° 238).-
Los diputados de la Legislatura porteña que se presentaron en
calidad de “amicus curiae” expusieron que resultó necesario sancionar la
norma expropiatoria obviando los pasos previstos en el régimen legal general,
por existir suma “urgencia” en proceder a la ocupación temporaria y
posterior expropiación privada, mas ellos tampoco indicaron en esa ocasión
cuáles fueron las circunstancias excepcionales que autorizarían a encuadrar la
situación en el supuesto contemplado por el art. 34, ley 238 CABA
(“necesidad urgente, imperiosa y súbita”). Por lo demás, es obvio que
hallándose los bienes bajo la mano del Tribunal que dirige el proceso judicial
de quiebra (art. 274 LCQ), no cupo en forma alguna obviar su intervención en
Poder Judicial de la Nación
por ley N° 2969 CABA en punto a que la determinación del precio de los
bienes sujetos a expropiación se hará de acuerdo a lo establecido por el art. 10
de la ley 238 CABA (art. 5), en modo alguno satisface -ni podría hacerlo- el
derecho de la expropiada -y sus acreedores- a que se haga efectiva la
indemnización correspondiente, el que, se reitera una vez más, tiene raigambre
constitucional.-
Los apelantes han sostenido que el dictado del pronunciamiento
apelado resultó prematuro, habida cuenta que el quantum indemnizatorio
resultará del procedimiento expropiatorio, sin embargo, ello no se adecua a
los hechos que surgen de la causa, a poco que se repare en que la Cooperativa
de Trabajo 22 de Mayo Limitada se encuentra usufructuando parte del activo
de esta quiebra, cuanto menos desde que la ley fue sancionada -04.12.08-, sin
que esta última ni el GCBA hayan mostrado -mucho menos acreditado- la
voluntad de determinar y, menos aún, pagar la indemnización debida. En
rigor, no se ha realizado ningún paso a los efectos de hacer efectiva la
indemnización que, se reitera, debía ser “previa” a la “ocupación” del
inmueble y a la entrega de la posesión de los bienes muebles.-
En mérito a lo expuesto, conclúyese en que, en el sub examine, el
principio constitucional de que la expropiación debe ser "previamente
indemnizada" (art. 17 CN) tampoco se encuentra satisfecho. Sentado ello, no
ha de olvidarse que la naturaleza de la indemnización expropiatoria no es la
de un crédito de resarcimiento, sino la de una carga que ha de cumplir el
beneficiario interesado en llevar adelante la expropiación, entendiendo por
carga el concepto técnico que impone la necesidad de adoptar un cierto
comportamiento para obtener un resultado ventajoso, de tal modo que si dicho
comportamiento no se realiza, no se sigue de ello ninguna sanción, sino la
simple consecuencia de resultar imposible la obtención del resultado ventajoso
pretendido (esta CNCom., Sala C, 07.04.06, “Maderera Córdoba s.
quiebra”).-
5.) La solución
El análisis hasta aquí efectuado conduce a coincidir con la
posición asumida por el Señor Juez de Grado en punto a que la ley N° 2.969
CABA es inconstitucional por no verificarse, en la especie, ninguno de los
recaudos exigidos por la Carta Magna, dado que no se visualiza configurada
una efectiva y auténtica causa de utilidad pública, ni tampoco se ha
concretado la previa indemnización. En mérito a ello, la solución adoptada en
la anterior instancia debe ser mantenida.-
Es que aunque haya mediado una formal calificación por ley de
utilidad pública, se obviaron todos y cada unos de los pasos procedimentales
previstos en el ordenamiento legal que rige la materia (vgr.: la intervención del
Tribunal y, aún, del Jefe de Gobierno para proceder a la ocupación sin pago
previo de suma alguna, la celebración de la audiencia pública, la notificación
al propietario de la tasación respectiva, la promoción de un proceso judicial en
caso de mediar desacuerdo entre las partes, la consignación del importe de la
indemnización, el otorgamiento judicial de la posesión, etc.).-
En este contexto, señálase que cuando una ley de expropiación es
dictada, como en el caso, en el marco de una quiebra, donde no sólo se
encuentran en juego los derechos de los acreedores sino, además, los intereses
iuspublicísticos reguladores del trámite concursal, cabe exigir del expropiante
una actitud aún más diligente con respecto al cumplimiento de los requisitos
de validez del acto expropiatorio, pues cuanto más alta sea la función ejercida
por los poderes del Estado, tanto más les será requerido que adecuen aquélla a
las pautas fundamentales sin cuyo respeto la tarea del gobierno queda reducida
Poder Judicial de la Nación
V.-
El veredicto
Por todo ello, y oída la Señora Fiscal General, esta Sala Resuelve:
a.) Rechazar los recursos de apelación interpuestos por el GCBA
y la Cooperativa de Trabajo 22 de Mayo Limitada, a resultas de lo cual se
confirma la sentencia interlocutoria dictada en fs. 255/271 en todo lo que
decide y fue materia de agravio.-
b) Imponer las costas de Alzada a los apelantes, dada su
condición de vencidos en esta instancia (CPCC:68, primer párrafo, y 69).-
Notifíquese a la Señora Fiscal General en su despacho.
Cumplido, devuélvase a primera instancia encomendándose al Señor Juez a
quo disponer las notificaciones pertinentes. Alfredo Arturo Kölliker Frers,
Isabel Míguez, María Elsa Uzal. Ante mí: Valeria C. Pereyra. Es copia del
original que corre a fs. de los autos de la materia.
Valeria C. Pereyra
Prosecretaria de Cámara