Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Resumen
Dentro del marco que caracteriza al maltrato y al abuso físico, el odontólogo tiene la
posibilidad de ver al niño con más frecuencia que el médico de cabecera, pediatra u
otros profesionales de la salud pues, como se sabe, los padres o tutores que
maltratan a los niños no suelen llevarlos al mismo médico o al mismo centro de
salud más de una vez para no ser descubiertos. Al trastorno que se desarrolla
después del abuso sexual y del maltrato físico se le conoce con el nombre de estrés
post traumático.
Hemos querido evaluar la bibliografía de los últimos 10 años referente al tema del
maltrato y manejo de la conducta de los niños víctimas de este fenómeno en el área
dental y psiquiátrica, para resaltar la importancia que tiene conocer el perfil
psicológico del paciente en el momento de aplicar una técnica de manejo de
conducta durante la consulta odontológica. Si bien desde la primera consulta en
odontopediatría se deben suponer una voluntad y predisposición especiales por
parte del profesional, en el caso del niño víctima del maltrato se debe además,
fomentar la seguridad y la confianza.
Palabras clave: Abuso en niños, abuso sexual en niños, trauma infantil, maltrato a
niños, desordenes de Stress postraumático.
Abstract:
Inside the mark that characterizes to the abuse and the physical abuse, the dentist
has the possibility to do the boy with more frequency than the head doctor,
pediatrician or other professionals of the since health, like one knows, the parents
or tutors that mistreat the children don't usually take them to the same doctor or
the same center of health more than once for not being discovered. To the
dysfunction that is developed after the sexual abuse and of the physical abuse it is
known how the post traumatic stress.
We have wanted to evaluate the bibliography of the last 10 years with respect to the
topic of the abuse and handling of the behavior of the children victims of this
phenomenon in the dental and psychiatric area, to stand out the importance that has
to know the patient's psychological profile in the moment to apply a technique of
behavior handling during the dental consultation. Although from the first
consultation in odontopediatrics a will and special bias should be supposed on the
part of the professional, in the case of the boy victim of the abuse it is also, to foment
trust and security
Key words: Child abuse, Childhood sexual abuse, Childhood traumas, Child
maltreatment, Post-traumatic stress disorder.
Introducción
Uno de los problemas sociales que cobra importancia cada día más en la consulta
odontopediátrica es el maltrato infantil, debido al incremento de su frecuencia y a
que el 65% de las lesiones que se producen en los niños como consecuencia del
maltrato y abuso físico, están localizados en la cara y cuello.
Las estadísticas indican que 1000 niños mueren cada año como consecuencia de
alguna forma de maltrato, de estos, el 78% eran menores de 5 años, mientras que el
38% eran menores de 1 años3.
Material y Método
Se ha evaluado la bibliografía de los últimos años referente al tema del maltrato y
manejo de la conducta de los niños víctimas de este fenómeno en el área dental y
psiquiátrica.
Ojetivos
1. Informar sobre la importancia que tiene conocer el perfil psicológico del
paciente en el momento de aplicar una técnica de manejo de conducta en los
pacientes víctimas del maltrato infantil.
2. Describir las técnicas más adecuadas para el manejo y tratamiento de este tipo
de niño de acuerdo al tipo de estrés post traumático que presente.
Discusión
Los primeros años de vida son períodos críticos que comprometen el desarrollo del
niño. Desde la infancia hasta la adolescencia, el niño progresa a través de una
sucesión de etapas del desarrollo.
La etapa que comprende el 1er año de vida es crítica para el apego y el vínculo entre
el niño y su cuidador. La autonomía y la autorregulación se vuelven objetivos
durante el 2do y 3er año de vida, contribuyendo a la independencia en cuanto al
lenguaje, el aseo y la comida. El inicio de la actividad escolar, que conforma también
el inicio de las primeras relaciones, posibilitará que el niño desarrolle sus
habilidades interpersonales necesarias para establecer relaciones sanas y
satisfactorias durante la adolescencia.
En niños que han sufrido abuso o negligencia existe normalmente un retraso, o a
veces peor, una detención de su proceso normal de desarrollo3,
Por desgracia, al contrario del maltrato físico, el abuso sexual no tiene signos tan
evidentes; y solo el observador sutil y preparado sabría reconocerlos.
Por ejemplo, el comportamiento del niño puede ser un claro indicador, siempre y
cuando sepa interpretarse.
Así podemos apreciar:
Existen otros signos de abuso que deben alertar al dentista inmediatamente cuando
el niño llegue al consultorio. El menor con vestidos inapropiados para la temporada,
por ejemplo una camisa de manga larga en días de verano, quizás esconda
hematomas en sus brazos. Un retraso largo para emprender el tratamiento de una
lesión quizás tenga como explicación múltiples heridas viejas o en fase de
cicatrización.
El dentista no está obligado ni conviene que comience sus tareas con quitarle la ropa
al paciente. La exploración de la cabeza, el cuello y las extremidades debe bastar
para confirmar cualquier sospecha de abuso4.
Los malos tratos son una experiencia traumática que produce una gran variedad de
respuestas cognitivas, conductuales, emocionales, psicológicas e interpersonales.
Dutton clasifica esta respuesta en tres tipos y señala que todas ellas deben ser
consideradas como consecuencias de la exposición a los malos tratos:
3. Trastornos relacionales.
En la literatura aparecen una serie de trastornos psicológicos como consecuencia de
esta situación. Síntomas de intrusión, ansiedad, trastornos del sueño, miedo, temor,
dificultades para concentrarse, depresión, suicidio, baja autoestima, falta de
asertividad, conductas adictivas, problemas de salud, etc.
Los cambios en los esquemas congnitivos o en las creencias básicas sobre el mundo
pueden causar un gran impacto en la vida de la persona expuesta a malos tratos,
afectando la manera como viven sus vidas, como se relacionan con la gente y con el
ambiente en general.
En cuanto a los trastornos relacionales, los niños sufren un embotamiento de su
capacidad de respuesta ante el medio externo, una sensación de distanciamiento
respecto a los demás y una constricción del afecto.(5 y 9)
Todo ello forma parte de lo que conocemos como el trauma de la infancia, que
parece ser uno de los factores etiológicos cruciales en el desarrollo de un número de
serios desórdenes.
Surgirá un cuadro clínico cuyos síntomas serán moldeados por el desarrollo ulterior
de un niño.
Su evolución a largo plazo es incierta, pero existen una serie de factores que pueden
tanto predisponer al niño como protegerlo, entre los que podemos mencionar:
La clasificación del estrés post traumático se realiza en función del tipo de trauma:
TRAUMA TIPO I
Es el tipo de trauma que definió Anna Freud.
1. Alteraciones de la memoria.
2. Autocuestionamiento.
3. Alteraciones de la percepción.
El niño parece recordar el acontecimiento con notoria claridad además de poder
contar detalladamente la experiencia. Para él ese es un episodio que nunca olvidará.
El paciente necesita retrospectivamente encontrar una razón para lo ocurrido
planteándose una única pregunta ¿por qué a mí?, empleando en ello una gran carga
de energía psíquica, con lo cual no puede prestar atención alguna a lo que lo rodea.
TRAUMA TIPO II
El niño víctima de un evento brusco, prolongado y repetitivo desarrolla una serie de
operaciones defensivas como son:
1. La negación masiva.
2. La disociación.
4. Ansiedad anticipatoria.
La negación masiva suele ser, junto con el aislamiento emocional, un signo de fallas
en el apego y en el organización de la personalidad:
* Estos pacientes evitan hablar de sí mismos.
* Sensación de tristeza.
* Sensación de rabia.
De ellas unas de las más significativa suele ser la rabia. Esta se puede observar tanto
como en su forma al negativo: la pasividad total extrema, pudiendo ser fluctuante o
alternar de una forma a otra de expresión, otras formas de expresión de la rabia
suele ser:
Conclusiones
La clasificación del estrés post traumático nos muestra como en nuestra consulta
podemos encontrarnos con dos conductas a modelar en el caso del maltrato físico:
Aquella en la que el niño presenta un comportamiento pasivo y con falta de la
atención y de la confianza como resultado de un episodio traumático.
1. Técnica decir-mostrar-hacer.
3. Tratamiento farmacológico.
4. Anestesia general.
Técnica Decir-Mostrar-Hacer: la utilización de un lenguaje sustitutorio y un
vocabulario que el niño pueda reconocer con facilidad, especialmente en la
descripción de los procedimientos a realizar, nos permitirá transmitir seguridad y
obtener la atención y la colaboración del paciente ante el tratamiento propuesto2-
Técnica de control de la voz: se debe utilizar un tono amable con estos pacientes en
todo momento y éste debe ser modulado en el momento oportuno ya que sus
resultados son más efectivos si se aplica al detectar los primeros síntomas de mal
comportamiento2.
Estas dos técnicas son de gran utilidad a la hora de modelar la conducta de un
paciente con las características del trauma de tipo I.
Anestesia general: la literatura refiere que esta técnica es siempre eficaz en todos
aquellos pacientes que podemos clasificar como poco colaboradores. Además de ser
costosa, requiere una serie de medidas que deben ser tomadas en cuenta a la hora
de reducir los riesgos que se conocen de esta técnica. Una historia clínica completa y
detallada del estado de salud general del paciente, un examen radiográfico, la visita
correspondiente al anestesiólogo, exámenes complementarios y la interconsulta con
el pediatra tratante son siempre soporte a este tipo de técnica, que por su
envergadura requiere también una explicación al niño maltratado sobre el
procedimiento que se efectuará para reducir su miedo a lo desconocido.
Es recomendable la aplicación de estas dos técnicas para llevar a cabo la terapéutica
de los pacientes que por tener las características del trauma de tipo II presentan una
conducta predominantemente agresiva, disruptiva y evitativa.
Todas estas técnicas son aplicables en el manejo de la conducta del paciente
maltratado, teniendo en cuenta que las técnicas llamadas de restricción física
pueden repercutir no sólo en el desarrollo del tratamiento que deseamos realizar,
sino también en la salud mental de nuestro paciente, con posibles repercusiones en
su desarrollo emocional y psicológico.
Ante un caso de maltrato y abuso lo prioritario es que si se está produciendo deje de
producirse y que si ya ha sucedido, no vuelva a tener lugar. De esta forma todo lo
que rodea al niño abusado debe contribuir a devolverle la seguridad y confianza
perdidas. Es aquí donde como odontopediatras nuestro aporte es importante y
valioso.
Referencias Bibliográficas
1. Fernández Delgado F. J. y col. “Diagnóstico odontológico-forense en el
reconocimiento del niño maltratado”. Quintessence (ed. esp.) vol. 12, N° 4. 1999. pp:
287-291.
2. López Trujillo J.M. y col. “Manejo y Técnicas en la atención odontopediátrica,
especialmente en niños maltratados. “Avances en odontoestomatología. Vol. 15, N°
5. 1999. pp: 297-301.
14. Terr L. “What happens to the memories of early childhood trauma”. Jam Acad
child adolesc psychiartry. Vol. 27. 1998. pp: 96-104.
15. Mcleer S y cols. “Post-traumatic stress disorder in sexually abused children. Jam
Acad child adolesc psychiartry. Vol. 27. 1988. pp: 650-659.
16. Terr L. “Childhood trauma and the creative product. Psychoanal study chid.
1987. Vol. 42. pp: 545-572.
17. Becker O. y cols. “Child abuse and dentistry: orofacial trauma and its
recognition by dentist. J. Am. Dent. Vol. 97. 1978.