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CURSO DE CAMPIMETRÍA COMPUTARIZADA
INTRODUCCIÓN
El espectacular avance que han experimentado en las últimas décadas los medios
diagnósticos en la especialidad de oftalmología, como consecuencia del progreso
tecnológico, en el que la informática ha tenido un papel destacado, ha
revolucionado el estudio del campo visual. El resultado de esta evolución ha
significado la obtención de pruebas cada vez más fiables en períodos más cortos de
tiempo. Gracias a estas circunstancias el interés por la valoración del campo visual
se ha extendido considerablemente y en la actualidad representa una prueba
imprescindible en el diagnóstico y seguimiento de un gran número de
enfermedades oculares, que todo oftalmólogo debe dominar.
El director del curso Dr. Gustavo Vincent Pérez, viene utilizando desde hace casi
20 años la campimetría computarizada como prueba diagnóstica habitual en el
diagnóstico y seguimiento de diversas patologías oftalmológicas dentro de la que
destaca el glaucoma. En el año 1994 publicó el libro Atlas de Perimetría
Computarizada patrocinado por la casa farmacéutica Allergan que posteriormente
lo distribuyó a todos los oftalmólogos españoles. De este libro y de diversas
publicaciones realizadas en los últimos años se ha obtenido una buena parte de los
contenidos del curso.
TEMARIO
El campo visual
Técnicas perimétricas
- Prueba de confrontación
- Pantalla tangente
- Perimetría cinética y estática
2. Campimetría computarizada
Iluminación de fondo
Tamaño del estímulo
Intensidad del estímulo
Duración del estímulo
Control de la fijación
Determinación del umbral visual
Índices de fiabilidad
- Pérdidas de fijación
- Falsos positivos
- Falsos negativos
- Fluctuación
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4. Análisis estadístico del campo visual
- Desviación total
- Desviación patrón
- Test del hemicampo
- Campos comprimidos o múltiples
Índices globales
- Defecto o desviación media
- Desviación estándar patrón o variación de pérdida
- Fluctuación a corto plazo
- Desviación estándar patrón corregida o variación de pérdida corregida
La retina
Disco óptico
El nervio óptico
Quiasma óptico
Cintillas ópticas
Cuerpo geniculado lateral
Radiaciones ópticas
Corteza occipital
Depresión generalizada
Depresión localizada
Contracción del campo visual
Escotomas
8. Glaucoma
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9. Enfermedades de la retina
Lesiones vasculares
Lesiones inflamatorias
Lesiones degenerativas
Enfermedades prequiasmáticas
Enfermedades del quiasma óptico
Enfermedades de la vía óptica posquiasmática
Bibliografía
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EL CAMPO VISUAL
Cuando miramos hacia un objeto que está delante de nosotros, somos capaces de
apreciar la presencia de otros objetos que están alrededor, sin necesidad de modificar la
dirección inicial de la mirada. Todos estos detalles que podemos captar simultáneamente
manteniendo la fijación en un punto determinado, están comprendidos en un espacio que
denominamos campo visual.
La amplitud del campo visual se mide en grados, y se realiza a partir del punto de
fijación. Hacia el lado nasal se extiende unos 60º, hacia el lado temporal alrededor de
90º, la porción superior se extiende alrededor de 60º, y la inferior unos 70º (Fig. 1.1).
Estas medidas pueden sufrir modificaciones en función de las peculiaridades anatómicas
del paciente (puente nasal, órbita, etc.).
La sensibilidad visual es mayor en la porción central del campo visual, este punto de
máxima agudeza visual se corresponde con la fóvea y va disminuyendo en la medida que
se aleja de ella hacia las zonas más periféricas (Fig.1.2). Si como Traquair comparamos
el campo visual con una colina situada en una isla, la porción mas alta se corresponderá
con la fóvea, y al descender hacia la orilla nos acercamos a las zonas más periféricas,
hasta que llegamos al mar que será el límite del campo visual. Por esta razón pequeños
objetos situados sobre la cima de la colina o cerca de ella, se verán con mayor nitidez, y
mientras más nos alejamos de la cima mayor deberá ser el tamaño de los objetos para
que puedan ser percibidos.
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A pesar de producirse una percepción simultánea de los objetos en ambos campos
visuales, estos se verán como únicos, gracias a una perfecta superposición de las áreas
correspondientes de ambas retinas determinando la binocularidad y la estereopsis.
Fig. 1.2. Isla normal de la visión. La sensibilidad visual es mayor en la fóvea zona que se corresponde con la
parte más alta de la isla.
TÉCNICAS CAMPIMÉTRICAS
Prueba de confrontación
Es una técnica campimétrica rudimentaria que bien realizada, nos puede proporcionar
una información fiable y rápida sobre el estado del campo visual. Con esta prueba sólo
podemos detectar defectos importantes situados en el campo periférico, no tiene ningún
valor para defectos pequeños o centrales.
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Fig. 1.3. Prueba de confrontación
Pantalla tangente
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La técnica consiste en mover unos estímulos, en forma de pequeños discos de color
blanco, a través de una pantalla negra situada a 1 ó 2 metros de distancia del paciente.
Cuanto más alejada está la pantalla, más eficaz es la prueba para detectar pequeños
escotomas. La gran ventaja de esta técnica es que en un período relativamente corto de
tiempo podemos realizar un examen efectivo de esta región del campo visual.
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Fig. 1.5. Perímetro de Goldmann
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CAMPIMETRÍA COMPUTARIZADA
La exploración del campo visual por métodos manuales tenía como principal
inconveniente, la gran cantidad de tiempo que debía emplearse para realizar la prueba y
por otro lado la falta de reproductibilidad. La necesidad por parte del oftalmólogo de
economizar tiempo y a la vez obtener resultados fiables propició el advenimiento de la
campimetría computarizada.
Fig. 2.1. Octopus y Humphrey dos de los campímetros de uso más extendido.
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ILUMINACIÓN DE FONDO
La campímetría nunca debe realizarse con una luz ambiental intensa, sin embargo,
cuando el instrumento tiene una buena iluminación de fondo, es posible mantener una luz
tenue en la habitación para permitir una movilidad adecuada del personal.
Fig. 2.2. Diferentes tamaños de estímulos. La hilera de pequeños círculos superpuestos a la mancha ciega se
corresponde con un estímulo III (4mm). Un estímulo V tiene un diámetro de casi la mitad de la mancha ciega.
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estímulos más pequeños como el tamaño I de Goldmann que aún con su máxima
intensidad luminosa no es suficiente para detectar defectos profundos, por lo que casi
nunca se utilizan.
Tabla 2. 1. Tabla de unidades de medida de la intensidad de los estímulos. Los Apostilbios son unidades de
medida absolutas y serán las mismas para cualquier aparato. Los dB y las unidades logarítmicas son unidades
relativas y dependerán de los estímulos máximos de cada instrumento.
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Las unidades logarítmicas y los dB, son unidades relativas, y dependerán de si coinciden
o no con los estímulos máximos de cada aparato. Cuando nos expresamos en Apostilbios
(Asb), la medida de la intensidad del estímulo la estamos realizando en unidades
absolutas y será la misma en cualquier perímetro.
El tiempo que un estímulo es mostrado durante la prueba resulta fundamental para una
correcta valoración de los resultados. Su duración debe ser lo suficiente como para
minimizar las variaciones en las respuestas del paciente. Sin embargo, deberá ser más
corta que el tiempo de latencia de los movimientos oculares, que es de unos 0.25
segundos, de esta manera el paciente no tendrá tiempo de desviar la mirada para
intentar localizar el estímulo.
CONTROL DE LA FIJACIÓN
Una gran parte de los campímetros automáticos tienen una videocámara conectada a un
monitor que se encuentra incorporado al aparato. De esta manera el perimetrista puede
comprobar constantemente si la colaboración del paciente es adecuada (movimientos
oculares, parpadeos, etc.) o no. Además de esta forma de control, existen otras técnicas
más sofisticadas.
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Otros perímetros como el Octopus, además de incorporar una videocámara y un monitor
de control, constan de un sistema automático que interrumpe el proceso de examen
cuando detecta cualquier anomalía en la fijación. Este sistema evita la acumulación de
errores, pero tiene el inconveniente de que podría alargar excesivamente la prueba
cuando se producen falsas pérdidas de fijación.
El umbral visual se define como el mínimo de brillantez que el paciente puede percibir en
una localización determinada del campo visual. La sensibilidad visual varía
constantemente, por esta razón los valores del umbral son fluctuantes y no pueden ser
medidos de una forma absoluta.
Estrategia de umbrales
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Fig. 2.3. Impresión de un campo visual representando el valor de los umbrales en cada punto. Los números
entre paréntesis representan la segunda medida del umbral que es la más válida.
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También tenemos la estrategia relacionada a umbrales. En esta, la intensidad del
estímulo supraumbral se modifica dependiendo de si los puntos que se están
explorando están más cerca o más lejos de la fijación, los que exploran la región
central del campo visual serán más tenues que los de la periferia. Esta modificación en
la intensidad del estímulo se conoce como compensación por excentricidad.
Estas dos estrategias son de uso muy limitado en campimetría computarizada debido a la
poca información que ofrecen. Por esta razón todos los campos visuales que
estudiaremos estarán basados en la estrategia de umbrales.
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Fig. 3.1. Formato de impresión “3 en 1”. En el encabezado se incluye toda la información relacionada con la
prueba, datos del paciente, programa utilizado, tamaño del estímulo, tipo de fijación, estrategia, índices de
fiabilidad y corrección óptica entre otras.
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profundidad del defecto en dB. Además de normalidad, el símbolo redondeado nos indica
que los valores del umbral en ese punto están dentro de los 4 dB del valor esperado. Por
esta razón no aparecerá ningún punto explorado con un valor inferior a 4 dB (Fig. 3.2).
La mancha ciega debe estar localizada en los cuadrantes temporales hacia los 15º y en
los formatos numéricos está representada por triángulo.
Fig. 3.2. Formato de impresión “3 en 1”, incluye tres gráficos, arriba la escala de grises, y debajo, la
profundidad de los defectos (izquierda) y valor de los umbrales (derecha).
El formato numérico nos proporciona el valor del umbral en todos los puntos examina
dos. Los puntos que tengan un valor de 5 dB o menos de lo esperado son examinados en
una segunda oportunidad y el valor obtenido aparece debajo del primero dentro de un
paréntesis. Este segundo valor del umbral es considerado más fiable que el primero y nos
ayudará a diferenciar entre posibles errores del paciente y verdaderos defectos en el
campo visual.
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Junto a cada cuadrante del formato numérico se imprimirán unos valores que
representan la suma de los umbrales de cada punto explorado en ese cuadrante
(sensibilidad total), y pueden ser de gran valor para comparar varias pruebas del mismo
paciente en fechas diferentes. Otro parámetro no menos importante es el nivel de
referencia central, se determina al inicio de la prueba y representa la altura de “la colina
de la visión” del paciente.
INDICES DE FIABILIDAD
Al interpretar los resultados de un campo visual, debemos evaluar los índices de fiabilidad
de la prueba. Cualquier modificación de estos parámetros puede condicionar los
resultados dificultando una correcta valoración de la información obtenida.
Los índices de fiabilidad más frecuentemente utilizadas son, pérdidas de fijación, falsos
positivos, falsos negativos y fluctuación a corto plazo.
Pérdidas de fijación
Una buena fijación es una condición fundamental para que un campo visual sea fiable.
Cuando la fijación es deficiente existen dos razones que podrían provocarla. Una de ellas,
que el paciente tenga dificultad en mantener la mirada en el punto de fijación del
aparato, habitualmente por una falta de atención o fatiga. En esta situación pueden pasar
desapercibidos pequeños defectos y los más grandes y profundos ser subestimados,
debido a que el paciente verá el estímulo con una parte de la retina más sensible a la que
correspondería si la fijación fuera correcta.
Otra razón para que la fijación sea deficiente se presenta cuando la mancha ciega no está
bien delimitada. En esta situación hay que comprobar la impresión numérica de los
umbrales en esa zona y verificar si está presente el defecto absoluto que representa la
mancha ciega, si este defecto no está presente, puede ser indicativo de una mala fijación.
En el analizador de Humphrey, cuando las pérdidas de fijación alcanzan una cifra superior
al 20 % de las veces en que se ha controlado, existe la posibilidad de que influya en la
interpretación de los resultados y el símbolo XX aparecerá en pantalla y también se
imprimirá junto con los demás parámetros, indicando que está fuera de los límites
normales (fig. 3.3).
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Fig. 3.3. Índices de fiabilidad alterados. El paciente cometió 8 pérdidas de fijación en 33 controles y 12 falsos
negativos en 19 controles. Estas cifras superan el 20%, por lo que el símbolo xx aparece en la impresión de los
resultados. La fluctuación también es muy elevada, 4,64 dB. La fiabilidad de la prueba es cuestionable.
Falsos positivos
Los perímetros computarizados de proyección suelen emitir un ligero zumbido cada vez
que el proyector se mueve para presentar un estímulo en un punto determinado del
campo visual. La mayoría de estos instrumentos son capaces de producir estos sonidos
sin proyectar ningún estímulo y lo repiten varias veces en el transcurso de la prueba. Si el
paciente colabora mal o está ansioso, puede responder al zumbido del aparato aunque el
estímulo no se haya presentado, esta respuesta será recogida como un falso positivo (fig.
3.4).
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Fig. 3.4. Elevado número de pérdidas de fijación y falsos positivos en un paciente de los denominados “happy
trigger” (gatillo alegre). En un gran número de los puntos explorados el valor de los umbrales era muy superior a
lo esperado. En el formato de profundidad de los defectos aparecen con signos negativos y en la escala de grises
como manchas blancas.
Falsos negativos
Durante la prueba se presentan en varias ocasiones estímulos mucho más brillantes que
el umbral (supraumbrales), en un área cuya sensibilidad había sido determinada
previamente. Si el paciente no responde a ese estímulo supraumbral la respuesta será
recogida como un falso negativo. Valores elevados de respuestas falsos negativos
sugieren fatiga o falta de atención del paciente.
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En el perímetro de Humphrey, si el número de falsos positivos o negativos supera el 33%
del total de las comprobaciones puede aparecer el símbolo XX en la pantalla y también en
los formatos de impresión indicando que los resultados tienen una baja fiabilidad.
Fluctuación
El valor del umbral visual en un punto determinado del campo visual no es fijo, la
sensibilidad en dicho punto varía constantemente aún en circunstancias normales. A esta
variabilidad del umbral que se produce en el transcurso de la prueba se conoce como
fluctuación a corto plazo.
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Fig. 3.5. La fluctuación a corto plazo (FC) en las tres pruebas impresas están dentro de la normalidad lo que
indica que las respuestas del paciente son consistentes y por lo tanto las pruebas son fiables.
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Los resultados se imprimen en un formato estándar que incluye el mapa con el valor
numérico de los umbrales en cada punto explorado, el mapa de grises que nos
proporciona una idea inmediata del estado del campo visual, la prueba del hemicampo
para el glaucoma con información adicional de los resultados de la prueba, la
desviación total y la desviación del modelo, y finalmente, se imprimen los índices
globales (fig. 4.1).
DESVIACIÓN TOTAL
La prueba está ponderada en el centro, lo que significa que un punto deprimido dentro
de los 10º centrales tiene más relevancia que un punto periférico aunque el umbral
tenga el mismo valor. En otras palabras, mientras más central está el punto
deprimido mayor será la significación estadística de la anormalidad, pues los puntos
centrales son más reproducibles y sensibles que los periféricos.
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La desviación total nos informa hasta que punto el campo visual se desvía de unos
valores normales condicionados por la edad, mientras que la desviación del modelo
corrige cualquier depresión generalizada haciendo posible la detección de escotomas
en presencia de una opacidad de medios (Fig. 4.1).
Fig. 4. 1. Análisis estadístico del campo visual. El formato de impresión incluye el gráfico con el valor de los
umbrales y el mapa de grises. Se aprecia una depresión generalizada moderada que se confirma en la
PHG. La desviación total aparece alterada mientras que la sensibilidad del modelo se presenta normal debido
a que se ha corregido la altura de la isla de la visión. Todas estas alteraciones se deben a que la prueba
corresponde a un paciente diagnosticado de opacidad moderada de medios (cataratas).
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PRUEBA DEL HEMICAMPO PARA EL GLAUCOMA (PHG)
Fig. 4.2. Las 5 zonas numeradas que aparecen en el hemicampo superior son comparadas con las zonas
correspondientes (imagen en espejo) en el hemicampo inferior.
Los resultados del test se imprimen con cinco conclusiones diferentes dependiendo de
los defectos detectados (fig. 4.3).
PHG - Caso dudoso (en el límite), cualquier zona superior que difiera de su
correspondiente inferior en un nivel p<3%, pero por encima del nivel p<1%.
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PHG - Sensibilidad anormalmente elevada, la totalidad de la altura de la “isla de la
visión” está inusualmente elevada p<0.5%. Cuando se presenta esta situación las
zonas superior e inferior no son comparadas.
Fig. 4.3. PHG fuera de límites normales. Casi todos los puntos de las cinco zonas analizadas en el
hemicampo inferior difieren en un nivel de p<0.5% con respecto a las zonas correspondientes en el
hemicampo superior.
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Fig. 4.4. Formato de impresión de campos múltiples (Resumen). La prueba del hemicampo para el
glaucoma (PHG) está dentro de límites nórmales en los tres campos analizados.
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INDICES GLOBALES
Nos aportan una información muy importante para valorar adecuadamente una
campimetría, miden por separado las pérdidas difusas y localizadas del campo visual y
nos facilitan una información numérica rápidamente valorable.
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Fig. 4.5. Análisis Estadístico del campo visual. El aumento de los valores de la DM o MD (8,82 dB) lo produce
la depresión generalizada. Sin embargo, la DSM (PSD) se mantiene en límites normales (2,60 dB) debido a
que no existen irregularidades profundas (escotomas absolutos). También la DSPC (CPSD) se mantiene
normal por la misma causa (2.02 dB).
FC: Fluctuación a corto plazo, es un índice que mide la consistencia en las respuestas
del paciente durante la prueba y se obtiene midiendo dos veces diez puntos
preseleccionados del campo visual (Humphrey). Si la FC es elevada, pero la fiabilidad
de la prueba es considerada como buena, y la colaboración del paciente es adecuada,
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debemos tener presente la posibilidad de cambios en la función retiniana ó patología
incipiente. En otras palabras una FC elevada en muchas ocasiones constituye la única
alteración perimétrica detectable en determinadas patologías como puede suceder en
el glaucoma (fig. 4.6).
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Fig. 4.6. Análisis estadístico del campo visual. A diferencia de la figura anterior la DSM (PSD) está elevada
(6,04 dB) por la presencia de escotomas absolutos en los cuadrantes superiores. También está alterado el
DSPC (CPSD) por la misma razón. La PHG (GHT) se presenta fuera de límites normales y la FC (SF) dentro
de la normalidad (0.64dB).
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Para una correcta comprensión de las alteraciones del campo visual es imprescindible
el conocimiento de la organización anatómica y funcional del sistema visual. Este
sistema aferente transporta los estímulos visuales desde la retina hasta la corteza
occipital y en su trayecto se relaciona con estructuras vasculares y óseas de la base
cerebral. Cuando se produce una alteración en cualquiera de sus porciones es posible
detectarlas mediante un estudio perimétrico que nos proporciona información sobre la
magnitud de la lesión y su ubicación dentro de la vía óptica (fig. 5.1).
Fig. 5.1. Esquema de la anatomía de la vía óptica y trayecto de las fibras nerviosas desde la retina
hasta la corteza occipital. Ubicación de lesiones y su repercusión campimétrica.
LA RETINA
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provienen de la retina nasal y se introducen en el disco óptico por el borde nasal (figs.
5.2 y 5.3).
Fig. 5.2. Distribución de (as fibras nerviosas en la retina. Nótese el trayecto diferenciado del haz
papilomacular, de las fibras nerviosas arciformes y de las fibras radiales nasales.
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Las mitades nasal y temporal de la retina están divididas por una línea imaginaria que
atraviesa verticalmente la fóvea. El rafe horizontal divide a su vez la retina en dos
porciones superior e inferior, estas dos líneas se proyectan en el campo visual y
representan los meridianos vertical y horizontal, quedando de esta manera dividido en
cuatro cuadrantes.
DISCO ÓPTICO
Representa el lugar por donde salen los axones de las células ganglionares de la
retina. Se localiza a unos 3 ó 4 mm por dentro de la fóvea y mide aproximadamente
1.5 mm de ancho por 2 mm de altura. El disco óptico ó papila carece de elementos
receptores, por esta razón se proyecta en el campo visual como un escotoma absoluto
que recibe el nombre de mancha ciega (fig. 5.4).
FASCÍCULO ÓPTICO
Los axones de las células ganglionares después de superar el disco óptico se agrupan
en fascículos y abandonan el globo ocular a través de la lámina cribosa de la esclera.
A continuación aumentan su diámetro hasta 3 ó 4 mm como consecuencia de la
mielinización de estas fibras nerviosas.
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Fig. 5.5. Las fibras nerviosas abandonan el globo ocular a través de la lámina cribosa de la esclera, luego se
mielinizan y aumentan su diámetro hasta 3 ó 4 mm y constituyen el nervio o fascículo óptico.
QUIASMA ÓPTICO
CINTILLAS ÓPTICAS
Las cintillas ópticas se inician en la parte posterior del quiasma, en este tramo las
fibras nerviosas de las zonas correspondientes de ambas retinas están mas
estrechamente unidas. Una línea imaginaria que separa las fibras superiores de las
inferiores sufre una rotación de 45º y próximo al cuerpo geniculado lateral vuelve a
girar adoptando la posición original. Cada cintilla contiene fibras visuales y
pupilomotoras directas en el lado temporal del mismo ojo, y cruzadas en el lado nasal
del ojo opuesto (fig. 5.6).
En esta estructura terminan las fibras aferentes de la vía óptica anterior, las fibras
homolaterales se separan de las contralaterales y terminan en capas separadas. Se
distinguen seis capas celulares grises. Las fibras retinianas cruzadas terminan en las
capas 1, 4 y 6; y las directas en las capas 2, 3 y 5. Las fibras maculares terminan en
una zona amplia en las capas 4 y 6, y en las 3 y 5. Las capas 1 y 2 reciben solo fibras
de la retina periférica (fig. 5.6).
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Fig. 5.6. Esquema de la vía óptica, se aprecia la ubicación de la papila, nervio óptico, quiasma y cintilla
óptica, cuerpo geniculado lateral, radiaciones ópticas y la corteza occipital.
RADIACIONES ÓPTICAS
Las fibras nerviosas que componen las radiaciones ópticas se originan de cada una de
las capas del cuerpo geniculado lateral. A continuación estas fibras se abren en forma
de abanico rodeando el hasta temporal del ventrículo lateral (fig. 5.6). Las fibras que
representan la retina superior se dirigen hacia atrás siguiendo un trayecto casi directo
hacia la corteza estriada.
Las de la retina inferior se dirigen hacia el lóbulo temporal y antes de girar hacia atrás
forman una acodadura denominada asa de Mayer. Ambos fascículos convergen hacia
el lóbulo occipital, el superior termina a lo largo del borde superior de la cisura
calcarina y el inferior a nivel de su borde inferior. En la profundidad del lóbulo parietal
las radiaciones ópticas pasan por fuera del trígono y terminan en la superficie interna
del lóbulo occipital a nivel de la corteza estriada ó calcarina.
CORTEZA OCCIPITAL
La corteza visual primaria o estriada está situada en la cara interna de ambos lóbulos
occipitales en la hendidura interhemisférica (fig. 5.7). La zona de proyección macular
puede extenderse hacia afuera y ocupar 1 ó 2 cm. de la superficie posterior del lóbulo
occipital. La corteza visual se extiende anteriormente hasta rodete del cuerpo calloso,
dividiéndose en dos porciones por la cisura calcarina, una superior y otra inferior.
La región macular tiene una amplia representación en la corteza occipital, por lo tanto
es muy difícil que una lesión que la afecte pueda abarcar toda el área macular cortical.
Mientras más periféricas están ubicadas las áreas retinianas más alejadas del polo
occipital será su representación en la corteza.
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En la organización retinotópica de la corteza visual los siguientes puntos deben ser
destacados por su importancia en la interpretación de los resultados perimétricos;
1) el campo macular incluyendo la zona de fijación foveal tiene una representación
unilateral; 2) la parte central del campo visual se halla representada en la región
caudal de la corteza, pero su correspondencia exacta es incierta; 3) el meridiano
horizontal del campo visual se halla representado en la profundidad de la cisura
calcarina; 4) el meridiano vertical está representado en la corteza estriada; y 5) el
creciente temporal de un ojo se halla representado en la porción anterior de la cisura
calcarina.
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Fig. 6.1. Representación tridimensional de un campo visual normal. Se puede observar la topografía de la “isla
de la visión” vista desde un plano superior y otro de perfil. La zona más prominente es la de mayor sensibilidad
y se corresponde con la fóvea y la más deprimida con forma de foso a la mancha ciega.
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La presentación de los campos visuales se realiza mediante gráficos o mapas que
representan la «isla de la visión» vista desde arriba. Estarán divididas, por dos líneas, una
vertical y otra horizontal que se cruzan en el punto de fijación en cuatro cuadrantes, dos
temporales y dos nasales, superior e inferior, respectivamente (fig. 6.2). A pesar de que
en los resultados perimétricos los cuadrantes se presentan casi iguales, la mitad nasal y
la temporal son muy diferentes debido a la situación excéntrica del punto de fijación. Esta
excentricidad del campo visual viene determinada por las peculiaridades anatómicas de la
cara del paciente (órbita, puente nasal y ceja), dando como resultado que los cuadrantes
temporales sean de mayor tamaño que los nasales.
Fig. 6 .2. Campo visual normal de un sujeto e 36 años. La sensibilidad es normal en todos los cuadrantes y el
nivel de referencia central es de 38 dB.
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La mancha ciega se localiza en los cuadrantes temporales a unos 15° de la fijación y a
1,5° por debajo del meridiano horizontal. Habitualmente su ubicación y tamaño son
constantes aunque en muchos pacientes puede sufrir ligeras variaciones y ubicarse entre
dos puntos explorados resultando una mancha ciega con poco o ningún contraste en la
escala de grises y con el valor del umbral casi normal en el punto de localización habitual
donde debería aparecer un defecto absoluto (fig. 6.3).
El diámetro medio de la mancha ciega es de unos 5,5° y su altura de 7,5°, suele estar
rodeada por una zona con sensibilidad disminuida de aproximadamente 1° de ancho. El
conocimiento exacto de su medida es importante para determinar en cuáles situaciones
se produce un verdadero incremento de su tamaño.
Fig. 6.3. La mancha ciega está ubicada entre dos puntos explorados, por esta razón no se contrasta en la escala
de grises y el valor del umbral en ese punto no se corresponde con el defecto absoluto esperado en esa
localización.
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FACTORES QUE AFECTAN UN CAMPO VISUAL
Para considerar un campo visual como normal, existen una serie de parámetros que
debemos valorar adecuadamente, entre ellos tenemos, la edad del paciente, el tamaño
pupilar, el estado de los medios transparentes del ojo y la refracción. Cualquier
modificación en cada uno de estos parámetros puede generar defectos en el campo visual
aunque se trate de ojos completamente normales.
Edad
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Fig. 6.4. Campo visual normal en un paciente de 19 años. El nivel de referencia central y la sensibilidad en todos
los cuadrantes se corresponden con su edad.
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Fig. 6.5. Campo visual normal en un sujeto de 67 años. El nivel de referencia central 34 dB y la sensibilidad en
los cuatro cuadrantes son las normales para la edad. Si este campo correspondiese a un sujeto de 20 años
podría representar una depresión generalizada moderada.
Tamaño pupilar
Opacidad de medios
Cualquier opacidad en los medios transparentes del ojo, córnea, cristalino y vítreo,
producirá una dificultad en la percepción retiniana del estímulo, dando como resultado un
campo visual deprimido (fig. 6.6).
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Fig. 6. 6. Depresión generalizada en una paciente diagnosticada de cataratas. La DM era de -15.49 dB y la
agudeza visual de 0,05 con dificultad. La siguiente prueba se realizó después de practicársele una cirugía
extracapsular de catarata con implante de LIO en saco capsular. Los niveles de sensibilidad total mejoraron en
todos los cuadrantes, también la DM mejoró a -4.21 dB y la agudeza visual a 0.9.
Una de las causas más frecuentes de opacidad de medios corresponde a las cataratas. El
examen del campo visual en estos pacientes adquiere mayor interés cuando se asocia a
otras patologías oculares como el glaucoma. En estos casos es preciso realizar una
evaluación cuidadosa de los resultados, ya que además de la depresión generalizada se
pueden presentar defectos glaucomatosos superpuestos que harán muy difícil la
interpretación. En muchas ocasiones puede resultar imposible conocer si la disminución
en la sensibilidad es causada por la evolución de la catarata o por los defectos
glaucomatosos (fig. 6.7).
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Fig. 6.7. Campo visual de un paciente con glaucoma y cataratas. Es difícil precisar hasta qué punto la pérdida
de sensibilidad es causada por el glaucoma o por la catarata.
Afaquia
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Fig. 6.8. Miniaturización del campo visual en un paciente afáquico con una corrección esférica de +14.00
dioptrías. La mancha ciega aparece desplazada hacia la fijación y se aprecia un escotoma anular entre los 20 y
30º centrales.
Ametropías
Para que un estímulo pueda ser visto con nitidez es necesario que esté bien enfocado
sobre la retina. Una ametropía no corregida provocará una percepción defectuosa del
estímulo dentro de los 30° centrales, con la consiguiente depresión generalizada del
campo visual (fig. 6.9). Si no existe otra causa que justifique la depresión, esta
desaparecerá cuando utilicemos la corrección adecuada (fig. 6.10). Fuera de los 30°
centrales se debe prescindir de la corrección óptica, pues el borde de la lente puede
interferir con la visualización de los estímulos originando artefactos. De todas maneras el
hecho de no corregir la ametropía para explorar el campo periférico no influye en los
resultados de la prueba, las necesidades de un enfoque adecuado son menores que en el
campo central.
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Fig. 6.9. Depresión generalizada, aumento de la mancha ciega y escalón nasal instaurado en una paciente
miope, diagnosticada de glaucoma. El campo visual se realizó sin corrección óptica.
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Fig. 6.10. Campo visual de la paciente anterior utilizando la corrección óptica adecuada. Destaca la mejoría en
el nivel de referencia central (35 dB) y en la sensibilidad de los cuatro cuadrantes. Los defectos existentes
aparecen menos profundos.
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LENTES CORRECTORAS
Corrección cilíndrica:
Corrección esférica:
ARTEFACTOS
Los artefactos o falsos defectos en el campo visual se presentan con más frecuencia en la
campimetría computarizada que en la manual, por esta razón debemos tenerlos
presentes a la hora de interpretar los resultados.
Una de las causas más frecuentes de artefactos la producen los bordes de las lentes
correctoras cuando están muy separadas del ojo del paciente, el defecto que origina tiene
forma de un anillo periférico de sensibilidad disminuida, que simula una contracción
periférica del campo visual (fig. 6.11).
51
Fig. 6.11. Falso defecto del campo visual que simula una contracción periférica pero realmente está provocado
por el borde de la lente correctora.
52
La anatomía facial también puede provocar interferencias en la percepción de los
estímulos especialmente en los cuadrantes superiores, inferiores y nasales. En los
pacientes con ptosis palpebral o pestañas prominentes aparecen falsos defectos en los
cuadrantes superiores que se confunden con zonas localizadas de sensibilidad disminuida
(fig. 6.12).
Fig. 6. 12. Artefacto en los cuadrantes superiores provocado por el párpado superior.
Es importante la valoración del tamaño de las pupilas, una miosis intensa puede provocar
una depresión generalizada o defectos relativos en determinadas áreas del campo visual
similar a las que se presentan en las ametropías mal corregidas.
53
sobre la retina es diferente al que se necesita para enfocarlo sobre la fóvea. Estas zonas
tendrán una percepción borrosa del estímulo resultando un falso defecto del campo visual
que mejora o se corrige modificando la potencia de la lente. Se presentan con más
frecuencia en pacientes astigmáticos o miopes altos, en estos casos el fondo ocular no es
simétrico, con una curvatura mayor a nivel del disco óptico, como sucede en el estafiloma
posterior miópico (fig. 6.13).
Fig. 6. 13. Escotoma refractivo en una paciente con miopía elevada y astigmatismo.
54
-7-
DEPRESIÓN GENERALIZADA
Para valorar adecuadamente una depresión generalizada hay que tener en cuenta el
nivel de referencia central. Este índice nos informa sobre la altura de la "isla de la
visión" del paciente, que varía dentro de la población normal en función de la edad,
refracción, estado de los medios transparentes etc., determinando finalmente si existe
o no una depresión generalizada (fig. 7.1).
55
Fig. 7. 1. Depresión generalizada en un paciente diagnosticado de cataratas. El signo xx junto al valor del
nivel de referencia centra indica que es menor de 26 dB.
Otras situaciones en las que puede presentarse una depresión generalizada son,
miosis intensa, cataratas, ametropías mal corregidas, neuropatías ópticas, etc. Una
depresión generalizada en ojos anatómicamente fuera de lo normal o francamente
patológicos no debe relacionarse inmediatamente con una depresión generalizada de
origen glaucomatoso, aún cuando se demuestre la presencia de una PIO elevada. Para
que se considere sospechosa de glaucoma deben estar presentes además, un
aumento en la excavación del nervio óptico, factores de riesgo, o la ausencia de las
situaciones mencionadas al principio.
56
DEPRESION LOCALIZADA
Este tipo de depresión se puede confundir con escotomas, pero existe una diferencia
fundamental entre estas dos situaciones, los escotomas están rodeados en su
totalidad por zonas con sensibilidad visual mejor o normal, mientras que la depresión
localizada no (fig. 7.2). Sin embargo en la campimetría estática computarizada los
defectos son representados por los valores del umbral, y la interpretación de los
resultados depende del tamaño, forma, profundidad y localización del defecto y no de
si se trata de un escotoma o una depresión localizada.
57
CONTRACCION DEL CAMPO VISUAL
Si los niveles de sensibilidad a la luz están reducidos en la periferia del campo visual,
hasta el extremo de que los estímulos no son visibles se dice que el campo está
contraído (fig. 7.3). Frecuentemente una contracción se origina a partir de una
depresión severa que va evolucionando hasta convertirse en defectos absolutos.
58
En la actualidad se han clasificado dentro de las contracciones un tipo de defectos
relativamente frecuentes, las hemianopsias. Son siempre bilaterales y afectan total ó
parcialmente la mitad de ambos campos visuales derecho ó izquierdo. Estos defectos
representan una alteración de la vía óptica posquiasmática, a excepción de las
hemianopsias bitemporales donde la localización de la alteración está a nivel del
quiasma óptico.
59
Otro tipo de hemianopsia es la homónima, cuando es total siempre implica una lesión
que destruye completamente una porción de la vía óptica posquiasmática, entre la
cintilla óptica y el lóbulo occipital. Este tipo de defecto es relativamente raro, y no
proporciona información topográfica de la lesión, a pesar de que habitualmente se
produce como consecuencia de una destrucción externa de tejido cerebral, como
sucede en pacientes con traumatismos craneocerebrales o que padecen lesiones
vasculares (fig. 7.5). Cuando una hemianopsia homónima presenta una gran
incongruencia, solo puede ser ocasionada por una lesión de las cintillas ópticas.
60
La hemianopsia homónima parcial puede ser congruente ó incongruente. En las
congruentes la mitad de ambos campos son completamente simétricos. En la
hemianopsia homónima total es imposible determinar el grado de incongruencia, pues
no existe visión en ningún punto de los hemicampos afectados. En las incongruentes
la mitad de ambos campos visuales son diferentes en su forma y tamaño. Tienen
mayor significado para realizar un diagnóstico topográfico, mientras mayor es la
incongruencia más anterior estará ubicada la lesión en la vía óptica y viceversa.
Otro tipo de defectos que se incluyen dentro de las contracciones son las
cuadrantanopsias, se consideran en la actualidad como variantes de la hemianopsia
homónima parcial (fig. 7.7).
ESCOTOMAS
Son áreas de sensibilidad visual disminuida dentro de una región del campo visual,
rodeadas por zonas con una sensibilidad normal o relativamente normal. Si
trasladamos esta definición a la “isla de la visión”, los escotomas representarán una
depresión o desnivel en la superficie de la isla, rodeada de un contorno normal.
Excepto para la mancha ciega cualquier escotoma que detectemos en un campo visual
será anormal.
61
Escotoma Central. Afecta el punto de fijación y el área circundante (fig. 7.8).
62
Escotoma Cecal. Afecta el área de ubicación de la mancha ciega y puede representar
un aumento de la misma (fig. 7.10).
63
Escotoma Arciforme. También llamado escotoma de Bjerrum, del haz de fibras
nerviosas, o de Seidel. Suele iniciarse a partir de la mancha ciega, se arquea
alrededor de la fijación y habitualmente termina en el rafe horizontal del cuadrante
nasal constituyendo un escalón nasal. Su forma arqueada se debe a que siguen el
patrón del haz de fibras nerviosas de la retina que se encuentra alterado. Este tipo de
escotomas no respeta el meridiano vertical pero si el horizontal; es un hallazgo
característico del glaucoma, aunque existen otras patologías en que pueden
presentarse, provocando errores en su interpretación (fig. 7.12).
64
-8-
GLAUCOMA
El glaucoma es la patología ocular que con mayor frecuencia requiere la información que
nos proporciona un campo visual, por esta razón, la historia de la campimetría o
perimetría está estrechamente relacionada con su estudio. Últimamente se ha puesto en
entredicho su capacidad para detectar alteraciones incipientes del nervio óptico y se han
señalado como más efectivas nuevas técnicas de diagnóstico por la imagen como son la
tomografía con láser confocal (HRT) la polarimetría (GDX) y la tomografía de coherencia
óptica (OCT) entre otras. Sin embargo es una creencia generalizada entre los
oftalmólogos que se dedican al glaucoma que la campimetría se mantiene en la
actualidad como una técnica insustituible para el diagnostico precoz y el seguimiento de
esta patología.
A pesar de las enormes posibilidades que nos ofrecen todas estas tecnologías, en muchos
casos ni el examen más simple, ni el más sofisticado, podrá por si solo ser concluyente
para realizar el diagnóstico definitivo. Será necesaria la valoración conjunta de todas
estas pruebas y correlacionarlas adecuadamente.
Los defectos localizados más precoces suelen ser pequeños escotomas relativos que
afectan preferentemente el área de Bjerrum, que se extiende desde los polos superior e
inferior de la papila óptica continuando por encima y por debajo del punto de fijación
entre los 10º y 20º centrales. Esta franja se corresponde con el haz de fibras nerviosa de
la retina y despues de superar los 20º sigue ensanchándose hasta llegar a los cuadrantes
nasales donde termina bruscamente en el meridiano horizontal en forma de escalón,
conocido como “escalón nasal” de Rönne.
65
análisis del campo visual que continúa siendo en la actualidad la técnica diagnóstica más
fiable para detectar los defectos glaucomatosos y valorar su progresión.
Para que se produzca una reducción detectable en los niveles de sensibilidad visual es
necesario una pérdida de aproximadamente la mitad de los axones. A pesar de significar
un deterioro importante en la capa de fibras nerviosas, la depresión generalizada que
origina representa un signo muy inespecífico que por sí solo no tiene ninguna
trascendencia diagnóstica. Sin embargo, si este hallazgo se realiza en presencia de una
PIO elevada podemos interpretar esta depresión como una alteración incipiente de
glaucoma.
66
Fig. 8.1. Depresión generalizada y aumento de la mancha ciega en un paciente diagnosticado de glaucoma.
67
alteración localizada en la capa de fibras nerviosas o bien un escotoma arqueado a
menudo incompleto adyacente al nervio óptico. También se observan aumentos de la
mancha ciega en determinadas situaciones como el papiledema, drusas y fosetas del
nervio óptico.
Fig. 8.2. Aumento de la mancha ciega acompañada d e un escalón nasal incipiente en un paciente diagnosticado
de glaucoma.
68
Defectos localizados
El conocimiento del trayecto de las fibras nerviosas de la retina hacia el disco óptico es
fundamental para valorar los defectos localizados en el glaucoma. Las fibras que
provienen del lado nasal de la fóvea llegan directamente al borde temporal del disco
óptico y se curvan ligeramente por encima y por debajo del meridiano horizontal. Las que
vienen desde el lado temporal siguen un trayecto arqueado alrededor de la fóvea y se
introducen en el disco óptico por sus polos superior e inferior.
Habitualmente las fibras nerviosas que primero se afectan en el glaucoma son los haces
que se introducen a nivel de los polos del disco óptico, originando escotomas
paracentrales en la región arqueada alrededor de la fijación (área de Bjerrum). Estos
defectos a diferencia de la depresión generalizada y el aumento de la mancha ciega,
representan una alteración perimétrica típica del glaucoma (figs. 8.3 a 8.6).
69
Fig. 8.3. Defectos relativos y absolutos localizados en el área de Bjerrum inferior que evolucionan hacia un
escotoma arciforme y a un escalón nasal inferior.
70
Fig. 8.4. Defectos localizados dentro de los 10º centrales en forma de un escotoma centrocecal en evolución
acompañados de zonas deprimidas que afectan especialmente los cuadrantes nasales en un paciente
glaucomatoso de 78 años de edad.
71
Fig. 8.5. Mancha ciega conectada con defectos relativos en el área de Bjerrum superior que evolucionan hacia un
escotoma centrocecal, escalón nasal en progresión.
72
Hg. 8.6. Escotoma centrocecal instaurado, escalón nasal en evolución y una depresión acusada del cuadrante
nasal superior en un paciente de 77 años diagnosticado de glaucoma de ángulo estrecho.
73
Otro de los defectos que se consideran característicos del glaucoma es el escalón nasal.
Su mecanismo de producción se basa en la alteración de las fibras nerviosas que
penetran por los polos superior o inferior del disco óptico. Esta alteración trae como
consecuencia la aparición de escotomas ó depresiones localizadas, que afectarán los
cuadrantes nasales respetando el meridiano horizontal. Su detección es bastante fácil
pues solo deben compararse los valores del umbral por encima y por debajo de este
meridiano. Si se demuestra una diferencia significativa entre ambos cuadrantes nasales la
depresión es causada por un daño del nervio óptico y estaremos en presencia de un
escalón nasal (figs. 8.7 y 8.8).
Cuando se realiza una perimetría a un paciente sospechoso de glaucoma, hay que prestar
una especial atención a esta zona. El glaucoma es la causa más frecuente de defectos
perimétricos que se acompañan de escalón nasal, pero debemos tener presente que
existen otras patologías que afectan al nervio óptico capaces de provocar defectos
parecidos pudiendo provocar confusión en su valoración.
Fig. 8.7. Escalón nasal superpuesto a una depresión generalizada en un paciente de 52 años diagnosticado de
glaucoma.
74
Fig. 8.8. Escalón nasal instaurado en una paciente glaucomatosa de 74 años.
75
Defectos tempranos o incipientes:
Para clasificar un defecto como incipiente, el daño no deberá ser en ningún caso ni
extenso ni central, y deberán encontrarse una o varias de las condiciones siguientes
(figs. 8.9 a 8.11):
• En la desviación del modelo, menos del 25% los 76 puntos explorados, es decir,
no más de 18 puntos, podrán presentar una depresión por debajo del nivel 5%, y
como máximo 10 puntos podrán estar por debajo del nivel 1%.
• Ningún punto dentro de los 5º centrales podrá tener una sensibilidad menor de 15
dB.
Fig. 8.9. Defectos glaucomatosos incipientes. La DM es menor de -6 dB, solo hay 8 puntos con una depresión
menor de 5% y ningún punto dentro de los 5º centrales presenta una depresión menor de 15 dB.
76
Fig. 8.10. Defectos glaucomatosos incipientes. Destaca un punto con una sensibilidad de 0 dB ubicado por fuera
de los 5º centrales. La DM es menor de -6 dB y solo 3 puntos presentan una depresión por debajo del nivel del
5%.
77
Fig. 8.11. Defectos glaucomatosos incipientes. Solo 14 puntos presentan una depresión por debajo del nivel del
5% y ningún punto dentro de los 5º centrales presenta una depresión menor de 15 dB.
Defectos moderados:
Estos defectos pueden provocar una alteración significativa del campo visual, pero en
ningún momento el daño podrá ser profundo y central. Una o varias de las cuatro
condiciones siguientes deben presentarse (figs. 8.12 a 8.14):
• En la desviación del modelo, menos del 50%, es decir, menos de 38 de los puntos
explorados podrán presentar una depresión por debajo del nivel del 5%, y un
máximo de 20 puntos podrán estar deprimidos por debajo del nivel del 1%.
78
• Ningún punto dentro de los 5º centrales tendrá una sensibilidad de 0 dB.
Fig. 8.12. Defectos glaucomatosos moderados. Menos del 50% de los puntos explorados presentan una
depresión por debajo del nivel del 5%. Solo 12 puntos presentan una depresión por debajo del 1% y ningún
punto dentro de los 5º centrales tiene un valor menor de 15dB.
79
Fig. 8.13. Defectos glaucomatosos moderados. Los defectos se localizan en el hemicampo inferior, menos de 20
puntos presentan una depresión por debajo del 1%. Los 10º centrales están respetados.
80
Fig. 8.14. Defectos glaucomatosos moderados. Se aprecia un daño significativo en el hemicampo inferior. La DM
está por debajo de -12 dB, menos de 20 puntos presentan una depresión por debajo del 1% y no se observan
valores del umbral por debajo de 15 dB dentro de los 5º centrales.
81
Defectos severos
Cualquiera de los siguientes hallazgos indica una pérdida de severa del campo visual
(figs. 8.15 a 8.18):
• En la desviación del modelo, más del 50% (más de 38) de los puntos explorados
estarán deprimidos por debajo del nivel del 5%, y más de 20 puntos estarán
deprimidos por debajo del nivel del 1%.
• Uno o más puntos dentro de los 5º centrales con una sensibilidad de 0 dB.
• Uno o más puntos dentro de los 5º centrales de ambos hemicampos con una
sensibilidad menor de 15 dB.
Fig. 8.15. Defectos glaucomatosos severos. Más de 20 puntos presentan una depresión por debajo del 1%.
82
Fig. 8.16. Defectos glaucomatosos severos. Destaca un defecto absoluto dentro de los 5º centrales. Afectación
severa del hemicampo superior.
83
Fig. 8.17. Defectos glaucomatosos severos. Tres puntos dentro de los 5º centrales presentan una sensibilidad de
0 dB, y más de 20 puntos presentan una depresión por debajo del nivel del 1%. Afectación severa de ambos
hemicampos.
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Fig. 8.18. Defectos glaucomatosos severos. La DM es mayor de -12 dB. Más del 50% de los puntos explorados
están deprimidos por debajo del nivel del 5% y más de 20 puntos presentan una depresión por debajo del nivel
del 1%. Afectación severa de ambos hemicampos
85
PROGRESION DE LOS DEFECTOS
Fig. 8.19. Escotomas paracentrales que afectan el área de Bjerrum inferior (izquierda). Escalón nasal instaurado
(derecha). Estos defectos se consideran de origen típicamente glaucomatosos.
Hay que puntualizar que la progresión de los defectos glaucomatosos no sigue una
secuencia determinada y dependen de la ubicación del daño axonal. En estadios
avanzados las alteraciones presentes en la capa de fibras nerviosas a nivel de los polos
superior e inferior de la papila suelen progresar originando escalones nasales en ambos
hemicampos. Los escotomas arciformes presentes en el área de Bjerrum superior y/o
inferior, si continúan progresando se "abren" hacia la periferia de los cuadrantes nasales
superponiéndose a las depresiones existentes y originando defectos más amplios y
profundos. Esta progresión trae como consecuencia la abolición de los cuadrantes nasales
conservándose sólo una isla central de visión y un creciente temporal que generalmente
se mantienen hasta muy avanzada la enfermedad (figs. 8.20 y 8.21).
86
Fig. 8.20. Si los defectos continúan su evolución los escotomas arciformes progresan originando escalones
nasales que se “abren” a la periferia y pueden terminar aboliendo estos cuadrantes nasales.
Fig. 18.21. Estadios finales del glaucoma, persistencia de una isla central y un creciente temporal con relativa
conservación de sensibilidad (izquierda). Abolición del creciente temporal y conservación de una pequeña isla
central (derecha).
En estos estadios terminales nos encontramos en ciertas ocasiones con pacientes que
ignoran su pérdida visual. Esta situación se presenta debido a que la mitad temporal de
cada campo puede mantener cierto nivel de sensibilidad, de esta manera el hemicampo
temporal compensa la ausencia del hemicampo nasal del ojo contralateral. El campo
temporal del ojo derecho cubre el área que corresponde a la parte situada a la derecha
de la fijación, y el temporal del ojo izquierdo cubre el área a la izquierda de la fijación. Si
a esta situación añadimos la persistencia de una isla central de visión, obtendremos la
explicación a la sensación del paciente de mantener una función visual aceptable y su
incredulidad cuando intentamos explicarle la gravedad y progresión de su enfermedad.
No obstante si los defectos continúan progresando la isla central y el creciente temporal
87
se hacen cada vez más pequeños hasta que sobreviene la abolición completa del campo
visual y por tanto la ceguera del paciente.
Una de las aportaciones más importantes del estudio del campo visual en pacientes
glaucomatosos, es su valor pronóstico y de decisión sobre las pautas terapéuticas a
emplear, que supera ampliamente la ayuda que nos proporciona desde el punto de vista
diagnóstico.
Estudios recientes han demostrado que pacientes con glaucoma avanzado necesitan
mantener unos niveles tensionales más bajos, esto significa una PIO de 15 mmHg o
menos para conseguir una estabilización del campo visual. Cuando utilizamos tratamiento
médico en estos pacientes es poco probable que un solo fármaco sea capaz de lograr
unos niveles de PIO por debajo de 15 mmHg y casi siempre es necesario recurrir a
determinadas combinaciones para conseguirlo.
Con frecuencia nos encontramos con grandes dificultades para conseguir una constancia
adecuada por parte del paciente en la administración de sus medicamentos. La
trabeculoplastia con láser de argón (TLA) puede ser una opción válida, pero sus
resultados son variables. El tratamiento quirúrgico es el que ha demostrado ser más
adecuado para mantener unos niveles tensionales bajos que garanticen la conservación
del campo visual en estos pacientes con glaucoma avanzado. Recientemente se está
utilizando con notable éxito un nueva modalidad tratamiento, se trata de la
trabeculoplastia selectiva (SLT) que esperamos que en determinas situaciones, asociada
o no a tratamiento farmacológico, sea una alternativa a la cirugía convencional.
88
-9-
ENFERMEDADES DE LA RETINA
El estudio del campo visual en las enfermedades retinianas puede aportar una importante
información relacionada con el grado de severidad y el alcance funcional de la lesión. Las
lesiones retinianas como sucede con todas las afecciones de la vía óptica prequiasmática
puede afectar uno o ambos ojos, estarán localizadas en cualquier región del campo visual
produciendo defectos que no respetan el meridiano vertical ni el horizontal, pueden imitar
casi todos los defectos campimétricos posibles y en especial a las enfermedades
neuro-oftalmológicas y al glaucoma.
LESIONES VASCULARES
Las lesiones vasculares pueden provocar alteraciones severas en la función retiniana, que
en muchas ocasiones se confunden con defectos originados por enfermedades del nervio
óptico. Determinadas patologías de origen vascular como las retinopatía diabética
también producen alteraciones campimétricas cuyas características dependerán de la
zona afectada (fig. 9.1).
Fig. 9.1. Depresión generalizada acompañada de defectos de profundidad variable que afectan el campo visual
sin seguir un patrón determinado en paciente con retinopatía diabética no proliferativa con edema macular.
89
La obstrucción de una rama arterial produce un defecto en sector que se corresponde con
la zona retiniana afectada. Más del 90% de estos pacientes presentan una obstrucción de
la rama temporal, siendo la superior la que se afecta con más frecuencia. El nivel de
pérdida visual depende del lugar de la obstrucción y en especial del grado de compromiso
de los vasos que irrigan la región macular. Si la obstrucción se origina cerca del nervio
óptico, la alteración puede ser similar a un defecto del haz de fibras nerviosas, si afecta
solamente una hemirretina puede simular un defecto altitudinal.
Fig. 9.2. Contracción del cuadrante nasal inferior similar a una cuadrantanopsia en una paciente diagnosticada
de obstrucción de rama de la vena temporal superior del ojo derecho.
Fig. 9.3. Alteraciones perimétricas en los cuadrantes superiores en un paciente fotocoagulado por obstrucción de
rama venosa temporal inferior del ojo derecho.
90
LESIONES INFLAMATORIAS
Fig. 9.4. Defectos absolutos en forma de escalón nasal superior producidos por una coriorretinitis que afectó el
haz de fibras nerviosas inferior.
91
Fig. 9.5. Campo visual y retinografía de un paciente de 54 años de edad con historia de coriorretinitis
toxoplásmica. Destaca un escotoma amplio que compromete la región macular.
LESIONES DEGENERATIVAS
Una de las más frecuentes es la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) que se
caracteriza por escotomas centrales o paracentrales que se hacen más profundos en la
medida que se destruyen las estructuras maculares, convirtiéndose finalmente en
absolutos. La alteración siempre será bilateral aunque no simétrica, habitualmente un ojo
estará mas afectado que el otro. Este tipo de lesión es probablemente el escotoma
retiniano más frecuente y debe evitarse confundirlo con el escotoma central de las
enfermedades del nervio óptico. Sin embargo el diagnóstico diferencial se realiza
fácilmente con una simple oftalmoscopia (figs. 9.7).
Fig. 9.7. Escotoma central amplio en un paciente con degeneración macular asociada a la edad (DMAE).
92
Fig. 9.8. Paciente de sexo femenino, de 23 años de edad, con una agudeza visual de ojo derecho 0,4 y ojo
izquierdo 0,3. El campo visual muestra un escotoma central que afecta la fijación en ambos ojos. El diagnóstico,
después de realizar exámenes electrofisiológicos y fluoresceingrá ficos, fue de enfermedad de Stargardt.
Fig. 9.11 A. Escotomas centrales bilaterales amplios y profundos por maculopatía tóxica en una mujer de 32
años diagnosticada de lupus eritematoso sistémico (LES) tratada con antipalúdicos de síntesis (cloroquina).
93
Fig. 9.11 B. Estudio fluoresceingráfico perteneciente al caso anterior.
Otra enfermedad degenerativa que debemos destacar por su efecto sobre el campo visual
es la retinosis pigmentaria. La lesión se presenta en forma de un escotoma anular que
afecta la media periferia. Se inician como escotomas aislados que evolucionan hasta
unirse y formar un anillo completo. La parte externa de este anillo se extiende
rápidamente con la consecutiva pérdida del campo visual periférico, mientras que el
borde interno progresa más lentamente hacia el punto de fijación. En los estadios finales
se conserva una pequeña isla central de visión similar a la que persiste en los estadios
finales del glaucoma (fig. 9.12).
Fig. 9. 12. Campo visual con una contracción severa y retinografía a color de una paciente de 39 años
diagnosticada de retinosis pigmentaria.
94
En la miopía degenerativa se presentan defectos perimétricos como resultado de las
alteraciones retinianas. Es frecuente un aumento de la mancha ciega que se confunde
con patologías del nervio óptico, aunque la causa real es una atrofia coriorretiniana
cicumpapilar. También se pueden presentar escotomas centrales como consecuencia de
una hemorragia macular (mancha de Fuchs). Otro defecto frecuente en el campo visual
de un miope alto es la depresión generalizada y siempre habrá que diferenciarla de otras
enfermedades que la producen como el glaucoma (fig. 9.13).
Fig. 9.13. Mancha ciega aumentada de tamaño y conectada con defectos profundos debido a amplias zonas
de atrofia circumpapilar. También aparece afectada la región macular en un paciente con miopía elevada.
95
Finalmente, podemos encontrar una gran variedad de alteraciones que afectan la función
retiniana produciendo defectos extensos y profundos en el campo visual, entre estas
alteraciones citamos, los colobomas, la retinosquisis, los desprendimientos de retina y las
tumoraciones entre otras (figs. 9.14 y 9.15).
Fig. 9.14. Defectos de profundidad variable que afectan los cuadrantes superiores en un paciente con un
coloboma retinocoroideo.
Fig. 9.15. Contracción de los cuadrantes superiores similar a una hemianopsia altitudinal en un paciente que
presenta un desprendimiento de retina que afecta los cuadrantes inferiores.
96
- 10 -
ENFERMEDADES NEURO-OFTALMOLÓGICAS
ENFERMEDADES PREQUIASMÁTICAS
El defecto generalmente afecta a un solo ojo. Si detectamos una alteración del campo
visual en un ojo y el otro es normal, la lesión será sin lugar a dudas prequiasmática. Si
efectuamos una oftalmoscopia y no detectamos ninguna patología retiniana, la lesión
deberá estar localizada en el nervio óptico.
Las enfermedades del nervio óptico que causan defectos en el campo visual pueden
clasificarse en dos grandes grupos, las que afectan el disco óptico ó papila, y las que
afectan la porción retrobulbar.
Disco óptico
97
Fig. 10.1. Mancha ciega aumentada de tamaño por papiledema en una paciente de 35 años, diagnosticada de
pseudotumor cerebral.
Fig. 10.2. El campo visual muestra un aumento de la mancha ciega en un paciente de 52 años diagnosticado de
drusas del disco óptico visibles en la retinografía.
98
Fig. 10.3. Mancha ciega aumentada de tamaño en un paciente con fibras de mielina que afectan la papila del ojo
derecho.
Fig. 10.4. Hemianopsia altitudinal inferior en un paciente que refiería pérdida de la visión en la mitad inferior del
campo visual, el diagnóstico fue de neuropatía óptica isquémica.
99
Nervio óptico retrobulbar
Cuando la lesión del nervio óptico se produce en su porción retrobulbar el examen del
fondo de ojo habitualmente no aporta ningún dato que nos ayude a realizar el
diagnóstico. Sin embargo una campimetría y el análisis cuidadoso de los resultados
pueden ser suficientes para realizar el diagnóstico definitivo. También nos permitirá
efectuar un pronóstico sobre la evolución de la enfermedad y las pautas para instaurar el
tratamiento adecuado.
Fig. 10.5. Escotoma centrocecal acompañado de una depresión generalizada del campo visual en un paciente de
22 años con neuritis retrobulbar.
100
ENFERMEDADES DEL QUIASMA OPTICO
En el quiasma óptico se inicia la visión binocular, cualquier lesión que lo afecte producirá
defectos perimétricos en ambos campos visuales. La gran mayoría de las alteraciones
quiasmáticas son producidas por tumoraciones extrínsecas que lo comprimen. Las más
frecuentes son los adenomas hipofisarios, meningiomas y craneofaringiomas
supraselares.
Fig. 10.6. Defecto bitemporal del campo visual en un paciente referido por su neurólogo con diagnóstico de
tumor hipofisario confirmado por RMN. En el OD el defecto está menos evolucionado que en el OI.
101
ENFERMEDADES DE LA VÍA ÓPTICA POSQUIASMÁTICA
Fig. 10.7A. Hemianopsia homónima total izquierda en un paciente diagnosticado de astrocitoma cerebeloso.
102
Las lesiones de las cintillas ópticas presentan defectos del campo visual caracterizados
por una hemianopsia homónima incongruente incompleta con una profundidad variable y
márgenes en declive, la etiología frecuentemente es tumoral.
Las lesiones que afectan el cuerpo geniculado lateral son indistinguibles de las que
afectan la porción posterior de la cintillas ópticas o la porción anterior de las radiaciones
ópticas, estas últimas constituyen la porción de la vía óptica más larga y extensa, por lo
que también es la más vulnerable.
Existe un fenómeno de especial interés en las lesiones de la vía posquiasmática, que está
relacionado con el respeto de la zona macular o más exactamente de la fijación. La gran
mayoría de las hemianopsias homónimas, con independencia de su etiología o
morfología, presentan algún grado de preservación de la visión central que varía de
manera importante según su ubicación. Cuanto más anterior es la lesión menor será el
área de respeto macular y viceversa.
Por último tenemos las lesiones que afectan la corteza occipital, caracterizadas por una
hemianopsia homónima congruente que puede ser completa o incompleta, con márgenes
netos y una profundidad uniforme de los defectos. La etiología generalmente es vascular
y la más habitual es una trombosis de la arteria calcarina o cerebral posterior (figs. 10.8
a 10.10).
Fig. 10. 8. Hemianopsia homónima ligeramente incongruente. En un paciente con diagnóstico neurológico
mediante TAC de atrofia global, con infartos isquémicos en ambos hemisferios cerebrales. Nótese la depresión en
los cuadrantes nasales del ojo izquierdo, debido a una catarata corticonuclear.
103
Fig. 10.9. Hemianopsia homónima parcial congruente, en un paciente joven de 25 años con diagnóstico de masa
tumoral en la corteza occipital.
Fig. 10. 10. Cuadrantanopsia homónima congruente en un paciente diagnosticado de trombosis de rama de la
arteria cerebral posterior derecha. Nótese una aparente incongruencia en el ojo izquierdo que realmente se
corresponde con la mancha ciega.
104
BIBLIOGRAFÍA
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