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general, actos de la vida privada, tuvieron la abierta y a veces feroz oposición del
catolicismo. Ello no impedía que la Iglesia continuara unida al Estado y el
catolicismo la religión oficial de la república. 1
1
Gazmuri. Cristian. Historia de Chile 1891-1994. Política, economía, sociedad, cultura, vida privada,
episodios. Santiago. RIL. 2012. P.42
2
Gazmuri. Cristian. Historia de Chile 1891-1994. Política, economía, sociedad, cultura, vida privada,
episodios. Santiago. RIL. 2012. P.96
3
Collier Simón. La construcción de una república. Políticas e ideas. Santiago. Ediciones Universidad Católica
de Chile. 2005. P.57
4
Blancarte, Roberto (2008). Laicidad y Laicismo en América Latina. Revista Estudios Sociológicos. Vol.
XXVI. N°1. P 139-164. México. P.156
que recibía del ambiente y le disponía a adoptar actitudes de mayor tolerancia
en cuestiones políticas y religiosas5.
5
Labarca. Amanda. Historia de la enseñanza en Chile. Santiago. Ediciones U. de Chile.1939. PP., 151.
6
Amunategui, Domingo. El progreso intelectual y político de Chile. Santiago. Nascimiento. 1936. PP., 129.
7
Amunategui, Domingo. El progreso intelectual y político de Chile. Santiago. Nascimiento. 1936. PP., 125.
8
Constitución política de 1833 en González Le Saux. Marianne. De empresarios a empleados. Clase Media y
Estado Docente en Chile. 1810-1920. Santiago. LOM. 2011. P. 274.
9
Barrios Valdés. Marciano. Tendencia de la historiografía chilena durante el siglo XIX (1848- 1918). En El
laico en la Iglesia. Revista Teología y vida. Vol. XXVIII. N° 2-3. Santiago. Facultad de Teología Pontificia
Universidad Católica de Chile. 1986. P. 192.
El Estado Docente fue erigido como un medio para impedir que la Iglesia
reprimiera la posibilidad de hallar la verdad por caminos distintos a los que ella
había ensayado en el pasado…10
Por su parte, la Iglesia se aboco a crear instituciones católicas paralelas a las del
Estado, especialmente en el ámbito educacional. No es casualidad que la
Universidad Católica se haya fundado a los pocos años de aprobadas las leyes
laicas 14
10
Barrios Valdés. Marciano. Tendencia de la historiografía chilena durante el siglo XIX (1848- 1918). En El
laico en la Iglesia. Revista Teología y vida. Vol. XXVIII. N° 2-3. Santiago. Facultad de Teología Pontificia
Universidad Católica de Chile. 1986. P. 193. .
11
Correa Sutil. Sofía (1997). La opción política de los católicos en Chile. Departamento de investigaciones
científicas y tecnológicas (DICYT). Santiago. Universidad de Santiago de Chile. . p. 191
12
Correa Sutil. Sofía (1997). La opción política de los católicos en Chile. Departamento de investigaciones
científicas y tecnológicas (DICYT). Santiago. Universidad de Santiago de Chile. . p. 191
13
Correa Sutil. Sofía (1997). La opción política de los católicos en Chile. Departamento de investigaciones
científicas y tecnológicas (DICYT). Santiago. Universidad de Santiago de Chile. p. 191.
14
Correa Sutil. Sofía (1997). La opción política de los católicos en Chile. Departamento de investigaciones
científicas y tecnológicas (DICYT). Santiago. Universidad de Santiago de Chile. p. 192. .
Desde la última década del siglo XIX, los conflictos entre ambos poderes bajaron
en intensidad y se concentraron en la esfera de la educación, sobre todo con
respecto a la enseñanza religiosa que debían dar los establecimientos públicos, y
en cuanta libertad habrían de tener los colegios de las congregaciones religiosas15
15
Correa Sutil. Sofía (1997). La opción política de los católicos en Chile. Departamento de investigaciones
científicas y tecnológicas (DICYT). Santiago. Universidad de Santiago de Chile. . p. 192.
16
Afirma Juan Pablo II en Memoria e Identidad. Citado en. Carvajal. Jorge (2006). Laicismo político.
Cartagena de Indias. P.1
17
González Le Saux. Marianne. De empresarios a empleados. Clase Media y Estado Docente en Chile. 1810-
1920. Santiago. LOM. 2011. P. 308.
18
González Le Saux. Marianne. De empresarios a empleados. Clase Media y Estado Docente en Chile. 1810-
1920. Santiago. LOM. 2011. P. 276.
Las leyes de secularización fueron cumplidamente obedecidas en toda la
extensión del territorio; pero no sin que el clero dejara de tomar peligrosas
represalias19.
Es verdad que en la superficie de las cosas y hasta muy entrado en siglo XIX, la
religión católica aparecía dominando en Chile sin contrapeso. La sociedad
aristocrática, vinculada estrechamente al alto clero y mejor instruida en los
principios religiosos, continuaba siendo casi en su totalidad católica. La devoción
del bajo pueblo, aunque instintiva y un tanto supersticiosa, no parecía menos
viva. El indiferentismo a la irreligión comenzaba, sin embargo, a hacer prosélito
más o menos declarados, sobre todo en la clase media y entre los artesanos que
habían adquirido cierto barniz de la Ilustración. 20.
Se regulaba la forma en que debían comportarse los alumnos entre una clase y
otra: el reglamento establecía que al “abrirse y cerrarse las clases se cantaba un
himno religioso 21
19
Amunategui, Domingo. El progreso intelectual y político de Chile. Santiago. Nascimiento. 1936. PP., 125.
20
Edwards, Alberto. La fronda Aristocrática de Chile. Santiago. Universitaria. 1928. Pp. 95
21
Reglamento 1883. En González Le Saux. Marianne. De empresarios a empleados. Clase Media y Estado
Docente en Chile. 1810-1920. Santiago. LOM. 2011. P. 277.
22
González Le Saux. Marianne. De empresarios a empleados. Clase Media y Estado Docente en Chile. 1810-
1920. Santiago. LOM. 2011. P. 267.
23
Carvajal. Jorge (2006). Laicismo político. Cartagena de Indias. P.2
Los asuntos de la fe, pertenecen al orden de la creencia personal, son religiosos,
y están en el orden privado; en cuanto al clero, institución dedicada a instruir
conciencias en el plano de la fe, esta debe dedicarse a tratar su misión de manera
autónoma, sin inmiscuirse en los asuntos de la política y de sus instituciones: la
educación pública es una educación política. 24
Los liberales son mostrados como una enfermedad que estaba corrompiendo al
cuerpo social desde las posiciones del Estado y envenenando la vida pública del
país.28
24
Carvajal. Jorge (2006). Laicismo político. Cartagena de Indias. P.3
25
García Naranjo. Francisco (2004). Conservadurismo católico y “maldad liberal” en Chile a finales del siglo
XIX. Instituto de Investigaciones Históricas. Universidad Michoacán. México. P. 2.
26
García Naranjo. Francisco (2004). Conservadurismo católico y “maldad liberal” en Chile a finales del siglo
XIX. Instituto de Investigaciones Históricas. Universidad Michoacán. México. P. 2.
27
García Naranjo. Francisco (2004). Conservadurismo católico y “maldad liberal” en Chile a finales del siglo
XIX. Instituto de Investigaciones Históricas. Universidad Michoacán. México. P. 2.
28
García Naranjo. Francisco (2004). Conservadurismo católico y “maldad liberal” en Chile a finales del siglo
XIX. Instituto de Investigaciones Históricas. Universidad Michoacán. México. P. 14.
La era secular estaba ya instalada en Chile, con todas sus consecuencias, y
estaban tan presentes las ideas del liberalismo en el tono de la época. 29
Los alumnos han sido examinados sobre las dos primeras partes del Catecismo
del Bdo. P. Benítez, i han contestado mui satisfactoriamente, no tan solo las
preguntas contenidas en el libro, sino también a las explicaciones que se les han
pedido. 32
29
García Naranjo. Francisco (2004). Conservadurismo católico y “maldad liberal” en Chile a finales del siglo
XIX. Instituto de Investigaciones Históricas. Universidad Michoacán. México. P. 16.
30
García Naranjo. Francisco (2004). Conservadurismo católico y “maldad liberal” en Chile a finales del siglo
XIX. Instituto de Investigaciones Históricas. Universidad Michoacán. México. P. 22
31
González Le Saux. Marianne. De empresarios a empleados. Clase Media y Estado Docente en Chile. 1810-
1920. Santiago. LOM. 2011. P. 309.
32
Revista Annales. Universidad de Chile. Boletín de Instrucción pública. Informe sobre los exámenes de
catecismo de relijión en el Liceo de Valparaíso. Santiago. Enero de 1863. P. 177.
Quien recuerde la vida de joven en nuestros colejios no muchos años ha,
comprenderá la causa del atraso en los estudios i de la poca contracción de los
jóvenes. Bien raros eran los que estudiaban por convicción, por nobles principios,
con la esperanza de ser útiles a la patria. El mayor número vegetaba en las aulas,
pasaba uno i muchos años sin saber más que traducir maquinalmente alguno
de los clásicos latinos, i toda su aspiración se reducía a salir bien en los
exámenes33.
Los conservadores fueron los más críticos a la expansión del Estado y los más
sensibles a la definición de sus límites, mientras los liberales le dieron al Estado
un rol civilizador y democratizador que los llevo a defender sus prerrogativas.
33
Revista Annales. Universidad de Chile. Boletín de Instrucción pública. Solemne distribución de premios en
el seminario conciliar de la Arquidiócesis el 11 de enero de 1863. Santiago. Enero de 1863. P. 179
34
Revista Annales. Universidad de Chile. Boletín de Instrucción pública. Solemne distribución de premios en
el seminario conciliar de la Arquidiócesis el 11 de enero de 1863. Santiago. Enero de 1863. P. 181-182.
35
Carvajal. Jorge (2006). Laicismo político. Cartagena de Indias. P.7.
Estado respecto de las religiones e Iglesias, ni a favor ni en contra, ni privilegios
ni persecuciones. 36.
Los conservadores, como hemos visto, perdieron esa batalla lo cual los llevó a
consolidar la educación católica dentro de la educación particular37
Para los defensores de la laicidad esta es la mejor garantía para el ejercicio de la libertad
de creencias y de culto, mientras que para sus detractores el laicismo es un régimen de
persecución anticlerical que atenta contra las libertades religiosas. 38
36
Carvajal Muñoz. Jorge. El laicismo como principio indispensable de la democracia. P. 2
37
Serrano. Sol. La estrategia conservadora y la consolidación del orden liberal en Chile. 1860-1890. En
Carmagnani, Marcello. Constitucionalismo y orden liberal. 1860-1890. Roma. Otto editore. P. 140.
38
Blancarte, Roberto (2008). Laicidad y Laicismo en América Latina. Revista Estudios Sociológicos. Vol.
XXVI. N°1. P 139-164. México. P.139
39
Blancarte, Roberto (2008). Laicidad y Laicismo en América Latina. Revista Estudios Sociológicos. Vol.
XXVI. N°1. P 139-164. México. P.140
40
Blancarte, Roberto (2008). Laicidad y Laicismo en América Latina. Revista Estudios Sociológicos. Vol.
XXVI. N°1. P 139-164. México. P.142
Desde mediados del siglo XIX, y hasta la crisis mundial en el presente siglo en
Chile, puede considerarse que el liberalismo lleva un desarrollo ascendente 41.
Desde mediados del siglo están específicamente las influencias europeas del
liberalismo romántico, de los movimientos del 48, tanto liberales como sociales43.
Idea que vemos prevalecer durante el siglo: la del progreso indefinido por acción
del individualismo, que obliga a las naciones a realizar reformas cada cierto
tiempo, que le permitan coordinar progreso y realidad con la doctrina, para ir
acercándose así a un mejor desarrollo de las aspiraciones liberales en economía
y en política. 44.
41
Fariña Carmen. Huerta. María Antonieta. El liberalismo chileno en sus orígenes. Una aproximación a sus
tesis. Revista Estudios Públicos. Santiago. P. 428
42
Fariña Carmen. Huerta. María Antonieta. El liberalismo chileno en sus orígenes. Una aproximación a sus
tesis. Revista Estudios Públicos. Santiago. P. 428
43
Fariña Carmen. Huerta. María Antonieta. El liberalismo chileno en sus orígenes. Una aproximación a sus
tesis. Revista Estudios Públicos. Santiago. P. 429
44
Fariña Carmen. Huerta. María Antonieta. El liberalismo chileno en sus orígenes. Una aproximación a sus
tesis. Revista Estudios Públicos. Santiago. P. 430.
45
Fariña Carmen. Huerta. María Antonieta. El liberalismo chileno en sus orígenes. Una aproximación a sus
tesis. Revista Estudios Públicos. Santiago. P. 430.
La reforma constitucional reconoce la más amplia libertad de conciencia y
asegura y ampara el libre ejercicio de todos los cultos. Ella rompe las barreras
de necesidades, preocupaciones o tradiciones que de otra época levantaron para
embarazar el desenvolvimiento de la igualdad y de la libertad civil46.
46
Discurso presidencial de Domingo Santa María al Congreso Nacional en 1885. En Fariña Carmen. Huerta.
María Antonieta. El liberalismo chileno en sus orígenes. Una aproximación a sus tesis. Revista Estudios
Públicos. Santiago. P. 448
47
Discurso presidencial de Domingo Santa María al Congreso Nacional en 1885. En Fariña Carmen. Huerta.
María Antonieta. El liberalismo chileno en sus orígenes. Una aproximación a sus tesis. Revista Estudios
Públicos. Santiago. P. 449
48
Discurso presidencial de Domingo Santa María al Congreso Nacional en 1885. En Fariña Carmen. Huerta.
María Antonieta. El liberalismo chileno en sus orígenes. Una aproximación a sus tesis. Revista Estudios
Públicos. Santiago. P. 451
Es necesario aplicar las fuerzas vivas del Estado y desterrar de los recintos de la
enseñanza pública, todo espíritu de intolerancia o secta49.
Los hijos de las elites socioeconómicas asistieron al sistema católico; este admitía
niñas solo para enseñarles a tejer, cocinar, rezar, tradición heredada de la
España medieval50.
Los espíritus timoratos i tímidos creen ser en la escuela laica, el gran coloso
destructor de la humanidad. Los principios que ella proclama son inmorales i
sediciosos. Quita al obrero las creencias que su madre le ha enseñado en la
49
Discurso presidencial de Domingo Santa María al Congreso Nacional en 1885. En Fariña Carmen. Huerta.
María Antonieta. El liberalismo chileno en sus orígenes. Una aproximación a sus tesis. Revista Estudios
Públicos. Santiago. P. 451.
50
Illanes. María Angélica. Ausente señorita. Austin Robert. Cap. “Estado y pobladores”. 1842-1952. Santiago.
Biblioteca Nacional. 1991. P. 8
51
Illanes. María Angélica. Ausente señorita. Cap. “Estado y pobladores”. 1842-1952. Santiago. Biblioteca
Nacional. 1991. P. 12
52
Illanes. María Angélica. Ausente señorita. Cap. “Estado y pobladores”. 1842-1952. Santiago. Biblioteca
Nacional. 1991. P. 13.
infancia; i dejándolo abandonado a sí mismo, sin Dios ni leí, pone en peligro la
vida de la sociedad53.
El individuo que no cree en Dios no puede cumplir deberes que no tendrían razón
de existir. I, dejándose llevar de sus pasiones no tendrá más leí que su capricho.
¡Tal es la doctrina que la escuela laica enseña!
¡Predica el ateísmo! ¡El ateísmo es el azote de la humanidad! 54.
Los espíritus exaltados i legados por el fanatismo ven en la escuela laica más que
un enemigo de sus creencias, un enemigo de sus intereses. Se arman contra un
vano fantasma que atormenta su acalorada imajinación; i como el tigre, espían
el momento oportuno para lanzarse contra su presa i consumirla.
- Los espíritus moderados esperan conocer el árbol por sus frutos i sin
pronunciarse en pro ni en contra, tienen fe en la experiencia.
¡Sólo unos pocos la sostienen! 56.
53
La escuela laica i el ateísmo. En “La Escuela”. N°13. Santiago. 25 de junio de 1876. Pp. 8
54
La Escuela. N°13. Santiago. 25 de junio de 1876. Pp. 12.
55
“Las clases sociales” en La Escuela. N°13. Santiago. 10 de julio de 1876. Pp. 2
56
La escuela. N°13. Santiago. 25 de junio de 1876. Pp. 15.
No soi político ni soi literato, pero tengo verdadero amor i respeto por mi país i
por mi relijión, así que no puedo menos de condolerme de la situación a que
hemos llegado. Diviso para Chile, un porvenir bien negro, a la vez que veo el
catolicismo desfigurado i amagado mui seriamente por sus propios ministros i
por los hombres que finjen defenderlo, i que en realidad especulan a su sombra
57.,
En Chile, como en todos los demás países del Universo eso a que se ha dado el
nombre de escuela clerical, ultramontana, retrograda o conservadora tiene su
razón de ser. Hai tradiciones, intereses, i sentimientos ultramontanos, hai
ambiciones que sin la escala del ultramontanismo no podrían jamás llegar a la
superficie, i hai creyentes sinceros, pero exaltados que, colocando su relijión a la
altura de las industrias que principian, juzgan que solo puede prosperar y
conservarse a la sombra del monopolio. 58.
57
Gesuit. Erasmo (1871). Saludables advertencias a los verdaderos católicos y al Clero Político. Cartas sobre
los Jesuitas. Santiago. N° 39. Pp.5
58
Gesuit. Erasmo (1871). Saludables advertencias a los verdaderos católicos y al Clero Político. Cartas sobre
los Jesuitas. Santiago. N° 39. Pp.20
59
Prospecto. El Porvenir del Artesano. N°1. Santiago. 5 de abril de 1862. Pp. 1.
60
Velasco. Fanor. La idea liberal y la idea ultramontana. Valparaíso. Editorial de la Patria. 1871. Pp. 32.
No es posible que en todas partes, donde haya un hombre que necesite instruirse
se abra una escuela para satisfacer esa necesidad, i sin embargo, si todos se
empeñasen en difundir el saber en la medida de sus fuerzas, si procurasen
inspirar en el pueblo el amor por los conocimientos útiles, si hubiese más
jenerosidad a este respecto en las clases elevadas, se daría un rápido vuelo hacia
un brillante porvenir61,
61
Congregación de apoderados. En La Mañana. N°3. Santiago. 09 de julio de 1872. Pp. 1.
62
Congregación de apoderados. En La Mañana. N°3. Santiago. 09 de julio de 1872. Pp. 1.
63
La educación del pueblo. En La igualdad. N°8. Concepción. 26 de mayo de 1872. Pp. 2-5
Mirad a Chile, patria amada, que por el sendero de la educación del pueblo,
eterno viajero del progreso, marcha a la conquista de todos los beneficios de la
libertad. Aquí en Chile avanza el progreso, a la par de la educación del pueblo
(…)
Por medio de la educación se adquiere aquella delicadeza i cultura que tanto
brillo i realce comunica a las cualidades intrínsecas del alma. Proporciona el más
alto grado de desarrollo a que la humana intelijencia pueda alcanzar. ..
Por medio de una buena educación, se aprende a observar los hechos, a investigar
las causas, a conocer los efectos i a descubrir las leyes con que procede la
naturaleza; se penetra, por decirlo así, en ese vasto horizonte, que se llama
ciencia…
Si estudiamos, perfeccionaremos nuestro ser, conseguiremos nuestra felicidad,
seremos hombres cultos i civilizados i marcharemos por la senda del progreso al
paso del vapor i de la electricidad, al cumplimiento de nuestro fin64
64
La educación del pueblo... En La igualdad. Año I. N°2. Concepción. 26 de mayo de 1872. Pp. 2-5
65
Educación social. En La igualdad. Año I. N°3. Concepción. 9 de junio de 1872. Pp. 2-5
…entro en moneda corriente considerar educada en toda su extensión a la mujer
que sabe el formulario majadero de los saludos que repite sin saber lo que
pregunta, ni lo que ofrece, aturdiendo a más de un “corto de jenio” que cae en los
lazos de su conversación mil veces estudiada; a la vez que posee un poco de
francés para mejor aprender la explicación del ultimo figurín de moda66,
Con la educación del pueblo, las artes i las industrias se implantaran vigorosas
en nuestro suelo i el trabajo será más productivo, nacerá la riqueza publica, la
ciencia misma tendrá más dilatado horizonte; i la nación habrá conquistado el
alto puesto que merece69,
66
E. lobos. Director colejio. En La Mañana. N°8. Santiago. 13 de agosto de 1882. Pp. 1-2
67
Luis Valenzuela. Profesor. En La Mañana. N°8. Santiago. 13 de agosto de 1882. Pp. 1-2
68
Luis Valenzuela. Los dos conflictos. En La Mañana. N°8. Santiago. 13 de agosto de 1882. Pp. 1.
69
Luis Valenzuela. Profesor. En La Mañana. N°8. Santiago. 13 de agosto de 1882. Pp. 2
reconocido en nuestra constitución esta anatematizado en el Syllabus. Lo que
pretenden es que no se enseñe el Estado para que se enseñe solo la teocracia. 70
El niño aprende en el catecismo que las facultades constitutivas del alma son la
memoria, la intelijencia y la voluntad; y el joven que ha conseguido rectificar un
criterio extraviado en el estudio del catecismo, tiene todavía que marchar,
espada en mano o fusil al hombro, escoltando la procesión de San Isidro o del
señor de Mayo. ¡La emancipación del espíritu debe principiar en el barco de la
escuela y el Estado no debe interrumpirla en ningún instante de la vida! 71,
70
Víctor Hugo. Discurso sobre la libertad de enseñanza. Edic. El Sur. Comercio. N° 133. Concepción. En
Letelier, Valentín (1893). Ellos I nosotros, Ósea, los liberales i los autoritarios. P. 11.
71
Velasco. Fanor. La idea liberal y la idea ultramontana. Valparaíso. Editorial de la Patria. 1871. Pp. 36-37.
72
Víctor Hugo. Discurso sobre la libertad de enseñanza. Edic. El Sur. Comercio. N° 133. Concepción. En
Letelier, Valentín (1893). Ellos I nosotros, Ósea, los liberales i los autoritarios. P. 11.
73
Víctor Hugo. Discurso sobre la libertad de enseñanza. Edic. El Sur. Comercio. N° 133. Concepción. En
Letelier, Valentín (1893). Ellos I nosotros, Ósea, los liberales i los autoritarios. P. 11.
edificio social (…) Se niega a Dios, eliminándolo del orden público, a nombre de
la pretendida soberanía absoluta del hombre en el gobierno de la vida social. 74,
74
Varela. Ramón. Pastoral colectiva sobre relaciones entre la Iglesia I el Estado. “El Correo”. N°39. Santiago.
1884. Pp. 3.
75
Varela. Ramón. Pastoral colectiva sobre relaciones entre la Iglesia I el Estado. “El Correo”. N°39. Santiago.
1884. Pp. 4
76
Krebs, Ricardo (1982). Algunos aspectos de la historiografía chilena del siglo XIX. Citado en “Cuadernos
de la Universidad de Chile”. N°1 (1842-1982). Santiago. 1982. Pp. 163-164.
El debate giró fundamentalmente en torno del problema de la libertad. Todos
comprendieron la libertad, básicamente en el mismo sentido.
La libertad fue para ellos la libertad liberal, la libertad formal y constitucional
del siglo XIX. Pero cada uno interpreto y aplicó esta libertad a su manera. El
conservador ultramontano defendió la libertad de la Iglesia y luchó por la
libertad de la enseñanza particular. El liberal librepensador y el radical
positivista lucharon por la libertad de conciencia y pensamiento, por la tolerancia
y por el progreso mediante el avance de la razón y de la ciencia.
El debate sembró a veces la división y el conflicto, pero también sirvió para
enriquecer y enraizar la noción de libertad. A través de ese debate se definieron
los criterios y valores en función de los cuales se creó la organización política de
la nación… 77,
77
Krebs, Ricardo (1982). Algunos aspectos de la historiografía chilena del siglo XIX. Citado en “Cuadernos
de la Universidad de Chile”. N°1 (1842-1982). Santiago. 1982. Pp. 166-167
78
Reforma de la Constitución II. En “La Revista Católica”. Año XXI. N°826. Santiago. 16 de julio de 1864.
P. 568.
79
República de Chile. Congreso Nacional. Leyes promulgadas en Chile. artículo 2°. Santiago. 27 de junio de
1865. P. 200.
Se declara que por el artículo 5° de la constitución, se permite a los que no
profesan la relijión católica, apostólica, romana, el culto que practiquen dentro
del recinto de edificios de propiedad particular80,
Esto parece ser lo que algunos intentan en Chile, dictando unas tras otras, con
una impaciencia febril, leyes opresoras de la conciencia i reformas que han de
dar por resultado la completa secularización de las instituciones sociales, o sea,
el reinado público de la impiedad en sustitución del reinado social de Jesucristo82
En Valdivia se había fundado por aquellos años una escuela, y como entre sus
alumnos había católicos y protestantes, se acordó excluir la enseñanza religiosa,
a fin de no herir susceptibilidades83,
Las aulas del Estado no deben ser un centro de propaganda religiosa, y menos
todavía de tiranía religiosa. La enseñanza religiosa es de la familia y del párroco,
como en Estados Unidos, o se enseña a cada cual la religión que profesa cuando
se cuenta entre las religiones que el Estado reconoce84,
80
República de Chile. Congreso Nacional. Leyes promulgadas en Chile. artículo 1°. Santiago. 27 de junio de
1865. P. 200.
81
La Iglesia i el Estado I Shylock. Semi Diario Diojenes. Año I. N°3. Santiago. 6 de junio de 1884. P.4
82
La Iglesia i el Estado I Shylock. Semi Diario Diojenes. Año I. N°3. Santiago. 6 de junio de 1884. P.7
83
S.n. La separación de la Iglesia y el Estado: El poder eclesial, Influencia de la Iglesia chilena. _____ impreso
en Uruguay. P. 44.
84
S.n. La separación de la Iglesia y el Estado: El poder eclesial, Influencia de la Iglesia chilena. _____ impreso
en Uruguay. P. 49.
A pesar de las disposiciones de la ley del 65´, no dejaron de suscitarse tropiezos
en su aplicación, provenientes del clero batallador, que deseaba imponer la
enseñanza de las doctrinas de la religión católica en las escuelas establecidas por
los colonos alemanes. 85,
85
S.n. La separación de la Iglesia y el Estado: El poder eclesial, Influencia de la Iglesia chilena. _____ impreso
en Uruguay. P. 43.
86
S.n. La separación de la Iglesia y el Estado: El poder eclesial, Influencia de la Iglesia chilena. _____ impreso
en Uruguay. P. 49.
87
S.n. La separación de la Iglesia y el Estado: El poder eclesial, Influencia de la Iglesia chilena. _____ impreso
en Uruguay. P. 50.
Hai, por tanto, que perseguir un fin moral que se refiere al individuo mismo i
otro que lo considera en sus relaciones con el prójimo88
No olvidemos que un niño al aprender una respuesta del catecismo, retiene una
serie de palabras, cuyo sentido no comprenderá muchas veces, i que si ha
encomendado a su memoria las respuestas del libro, ha sido con el solo objeto de
cumplir con la obligación que se le impone, por temor al castigo i sin que sus
demás facultades intelectuales hayan entrado en actividad ¿I es este el fin que
persigue la educación? No, ella quiere al mismo tiempo desarrollar las facultades
del espíritu i habilitar al educando para estudios superiores. 91
88
Domingo Villalobos. Profesor auxiliar de la escuela Normal de Preceptores de Santiago habla sobre La
educación relijiosa en las escuelas. En El Educador. N° 1. Santiago. 15 de noviembre de 1890. P. 138.
89
Domingo Villalobos. Profesor auxiliar de la escuela Normal de Preceptores de Santiago habla sobre La
educación relijiosa en las escuelas. En El Educador. N° 1. Santiago. 15 de noviembre de 1890. P. 138.
90
Domingo Villalobos. Profesor auxiliar de la escuela Normal de Preceptores de Santiago habla sobre La
educación relijiosa en las escuelas. En El Educador. N° 1. Santiago. 15 de noviembre de 1890. P. 140.
91
Domingo Villalobos. Profesor auxiliar de la escuela Normal de Preceptores de Santiago habla sobre La
educación relijiosa en las escuelas. En El Educador. N° 1. Santiago. 15 de noviembre de 1890. P. 141.
Muchos de nuestros colegas habían observado con nosotros el poco gusto con que
los alumnos estudian las lecciones de catecismo que se les señalan en el texto. 92
Muchos de nuestros colegas habían observado con nosotros el poco gusto con que
los alumnos estudian las lecciones de catecismo que se les señalan en el texto
¿Será esto porque su misma naturaleza los inclina a dejar de la mano estos
estudios? ¿No será porque ellos se desalientan ante el inmenso trabajo que se les
impone, teniendo que estrellarse ante el sentido, muchas veces, i casi siempre
oscuro de las respuestas del catecismo?93
Donde está la mayor influencia es en el maestro mismo. Cuando los niños ven en
su maestro una persona moral, una persona que cumple con los deberes que le
corresponden como creatura del Todopoderoso, ellos se sentirán arrastrados a
imitarlo. No debemos olvidar que el niño mira a su maestro como una persona
infalible, bastándole oírle algo para creer que ello es cierto. Se comprende
entonces cuanto cuidado se necesita cuando se quiere formar al niño en medio de
la educación de que nos venimos ocupando. 94
92
Domingo Villalobos. Profesor auxiliar de la escuela Normal de Preceptores de Santiago habla sobre La
educación relijiosa en las escuelas. En El Educador. N° 1. Santiago. 15 de noviembre de 1890. P. 141.
93
Domingo Villalobos. Profesor auxiliar de la escuela Normal de Preceptores de Santiago habla sobre La
educación relijiosa en las escuelas. En El Educador. N° 1. Santiago. 15 de noviembre de 1890. P. 150
94
Domingo Villalobos. Profesor auxiliar de la escuela Normal de Preceptores de Santiago habla sobre La
educación relijiosa en las escuelas. En El Educador. N° 1. Santiago. 15 de noviembre de 1890. P. 151,
de que en la escuela no llegará a revestir la oscuridad i abstracción que la
caracterizaban en la actualidad95
Mal que nos pese, debemos reconocerlo: los grandes esfuerzos que desde cuarenta
años atrás se hacen para establecer i mejorar nuestros establecimientos de
educación, poco o nada han mejorado las condiciones morales de nuestro pueblo:
el relajamiento de las costumbre se nota por doquiera; la sobriedad, la
honestidad, la sinceridad, la honradez, son virtudes que casi no se conocen. Yo
sé que el día domingo el ejemplo que dan muchos padres a sus hijos es la
embriaguez; he visto en las paredes letreros que rechazan la decencia, i en los
labios de muchos niños palabras que ensucian su candor; el engaño lo
encontramos en todas partes. Todo esto revela indudablemente un gran descuido
en la educación moral96
Lección de catecismo
Primer mandamiento de la Santa Madre Iglesia
I. Lugar donde debe oírse la misa
II. Lo que representa i como debe oírse
III. Días obligatorios para oírla
IV. Quienes están obligados a oír misa i quienes no
V. Resumen Jeneral97
95
Domingo Villalobos. Profesor auxiliar de la escuela Normal de Preceptores de Santiago habla sobre La
educación relijiosa en las escuelas. En El Educador. N° 1. Santiago. 15 de noviembre de 1890. P. 152.
96
Salvador Cárdenas. La dirección moral de la escuela En El Educador. N° 19. Santiago. 10 de abril de 1892.
P. 290.
97
Lecciones de Catecismo. El Educador. Año III. N° 29. Santiago. 20 de julio de 1892. P. 109.
La educación laica les robaba a los niños la religión y la fe; y les entregaba una
educación sin una orientación correcta98.
Ya no era posible que, en una nación como Chile, en que las ciencias i las artes
se difunden, en que el libre pensamiento se enseñorea, en que, para concluir,
todo lo bueno i todo lo bello, se eleva i engrandece, quedase la mujer sin recibir
conocimientos más avanzados99
Una madre de familia, que en el día no tiene tiempo de aprender los medios de
educar i guiar a sus hijos i sus sirvientas, agradar a su marido, conocer su
relijión, su territorio, la historia de su país i el vecino, etc; de noche alcanza el
colejio, esta una o dos horas; cuando ya han cesado sus atenciones i en pocas
lecciones se instruye i cambia admirablemente el todo de su casa. 101
98
Revista Filia Luminis. Dic. 1925-abril 1926. Citado en: Hevia Pilar, Casanueva Carlos. La educación de la
juventud. Pp. 1891
99
Alfredo Varela. Instrucción. En revista Juvenil. Año I. N°5. Vallenar. 17 de abril de 1879. Pp. 1.
100
Educación Popular. En El Artesano. Año III. N° 9. Santiago. 3 de julio de 1869.
101
Educación Popular. En El Artesano. Año III. N° 9. Santiago. 3 de julio de 1869.
Cuando impera la buena educación en una casa, sociedad o gobierno, es
sorprendente el efecto, tan agradable como benéfico que uno experimenta, i
cuantas personas son desgraciadas sin otra culpa que la de no haber tenido la
dicha de educarse como es debido.
¡Cuántos gobiernos se hunden para no levantarse más! ¡Qué multitud de
desgracias no tienen lugar por el mismo motivo! 102
¡Es incuestionable que la buena educación es el mejor dote o patrimonio de un
individuo i la grandeza i gloria de una Nación i siendo así,! ¿Qué hacen los
gobiernos que no afrontan tan noble tarea de sustituir lo bueno por lo malo, lo
digno por lo indigno, lo feliz por la desgracia más completa?
¡Manos a la obra i el porvenir de Chile será hermoso i risueño!
Nace el hombre i es la mujer quien la recibe de las manos del hacedor, es ella la
que atiende sus primeras necesidades, i es ella por fin quien enjuga sus lágrimas
(…) El hombre no olvida jamás las primeras ideas que ha recibido su intelijencia,
ni los primeros sentimientos que conmovieron su corazón (…) Ahora bien, siendo
tan alta la misión de la mujer ¿será suficiente la educación que hasta hoy ha
recibido? 103
102
Educación Popular. En El Artesano. Año III. N° 9. Santiago. 3 de julio de 1869.
103
Varela. Alfredo. Instrucción. En la Revista Juvenil. N° 5. Vallenar. 10 de abril de 1897. P. 6.
104
Vargas, Héctor; Torres, Sergio. Naser, Sergio (2008). Acerca de la misión de la educación católica. En
Revista Pensamiento Educativo. N°42. Santiago. Pp. 14
Al predominar corrientes secularistas, especialmente en los liceos del Estado por
influyo del Instituto pedagógico, creado en 1889 en la Universidad de Chile, la
sociedad centro cristiana, creada en 1894 por el Arzobispo Mariano Casanova,
multiplicó los colegios secundarios católicos105.
105
García. Enrique (2000). Las congregaciones religiosas en la historia de la educación chilena. En Revista
Pensamiento Educativo. Pp. 43-56. Vol. N°42. Santiago. Pp. 53
106
Editorial. “En Marcha”. La Época. N° 1. Santiago. 15 de noviembre de 1881.
107
Los tiempos. Santiago. En el estandarte católico. Nº2. Santiago. 5 de marzo de 1881
Así Chile es un pueblo esencialmente conservador, esto es, afecto al orden y que realza el
progreso paulatinamente sin atentar a las bases orgánicas de la sociedad108
108
El heraldo. Santiago. En el estandarte católico. Nº2. Santiago. 22 de abril de 1881
109
Carvajal. Jorge (2006). Laicismo político. Cartagena de Indias. P.5
110
El encuentro con la Iglesia Católica de Santiago. Año N°8. N° 87. Santiago. Mayo de 2014. P.
111
Valentina Gatica. Estudiante. En El encuentro con la Iglesia Católica de Santiago. Año N°8. N° 87.
Santiago. Mayo de 2014. P.
Trabajar en educación con sectores vulnerables es una opción que requiere
mucho compromiso y profesionalización. El Papa Francisco lo ha pedido
reiteradamente, tenemos que salir a las periferias materiales y existenciales
para evangelizar. Y eso es lo que desde la SECST estamos haciendo. 112
Cerca de mil establecimientos activos, que representan más del 16% del total
nacional, son el aporte concreto de la Iglesia al proceso educativo en Chile113
112
Entrevista a Sandra Urrutia. Profesora y actual Directora Ejecutiva de la Fundación Educacional Sociedad
de Escuelas Católicas Santo Tomás de Aquino (SECST), con motivo de la celebración de 144 años de existencia
de la institución. En El encuentro con la Iglesia Católica de Santiago. Año N°8. N° 87. Santiago. Mayo de
2014. P.
113
El encuentro con la Iglesia Católica de Santiago. Año N°8. N° 87. Santiago. Mayo de 2014. P.
114
Entrevista a Benito Baranda en El encuentro con la Iglesia Católica de Santiago. Año N°8. N° 87. Santiago.
Mayo de 2014. P.