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La aprobación de las leyes laicas, referidas al matrimonio, los sepelios y, en

general, actos de la vida privada, tuvieron la abierta y a veces feroz oposición del
catolicismo. Ello no impedía que la Iglesia continuara unida al Estado y el
catolicismo la religión oficial de la república. 1

En materia de educación primaria, en los campos existía todavía una fuerte


influencia de los párrocos, frecuentemente con el apoyo de los patrones de fundos
de la zona. 2

Puede argumentarse de hecho, que la naturaleza del sistema político ayudó en


muchos sentidos, a determinar las principales líneas del debate político a través
del periodo, concentrándose las mentes Conservadoras en el asunto del orden, y
las mentes liberales en el tema de la libertad. 3

En prácticamente todo el mundo occidental el credo liberal habría de imponerse


en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX. 4

Cuando se aprueba la ley de libertad de cultos (1865) que autoriza a los


disidentes a practicar su religión dentro de los edificios de su propiedad y a
sostener colegios privados. La escuela popular de Valparaíso (1860), la escuela
alemana de Valdivia, el Santiago College (1880), el Iquique College (1884) y
varios otros atraen, amén de los extranjeros, al elemento liberal chileno,
proporcionándole un tipo de educación que complementaba, en cierto modo, la

1
Gazmuri. Cristian. Historia de Chile 1891-1994. Política, economía, sociedad, cultura, vida privada,
episodios. Santiago. RIL. 2012. P.42
2
Gazmuri. Cristian. Historia de Chile 1891-1994. Política, economía, sociedad, cultura, vida privada,
episodios. Santiago. RIL. 2012. P.96
3
Collier Simón. La construcción de una república. Políticas e ideas. Santiago. Ediciones Universidad Católica
de Chile. 2005. P.57
4
Blancarte, Roberto (2008). Laicidad y Laicismo en América Latina. Revista Estudios Sociológicos. Vol.
XXVI. N°1. P 139-164. México. P.156
que recibía del ambiente y le disponía a adoptar actitudes de mayor tolerancia
en cuestiones políticas y religiosas5.

Como en todos los gobiernos de la república, la instrucción pública mereció


especial atención en esta época. A fines de su periodo, el Presidente Santa María
confió las Escuelas Normales de Preceptores de Santiago a un grupo escogido de
maestros alemanes que contrató en Europa el notable educador don José
Abelardo Núñez. Desde entonces, la pedagogía alemana ha ejercido poderosa
influencia en los colegios de Chile. 6.

Santa María se inspiró en la corriente liberal, que desde el gobierno de


Errazuriz Zañartu juzgaba necesaria la liquidación de las relaciones jurídicas y
políticas entre la Iglesia y el Estado. Los choques continuos entre una y otra
autoridad hacían imposible la continuación del mencionado connubio. 7.

El artículo 153 establecía que la educación es una atención preferente del


gobierno8

El enfrentamiento de la tradición católica con el liberalismo revolucionario se dio


en la tribuna parlamentaria, en las cátedras universitarias, en las aulas de los
colegios, en las columnas de prensa diaria y en la interpretación del pasado
histórico. 9

5
Labarca. Amanda. Historia de la enseñanza en Chile. Santiago. Ediciones U. de Chile.1939. PP., 151.
6
Amunategui, Domingo. El progreso intelectual y político de Chile. Santiago. Nascimiento. 1936. PP., 129.
7
Amunategui, Domingo. El progreso intelectual y político de Chile. Santiago. Nascimiento. 1936. PP., 125.
8
Constitución política de 1833 en González Le Saux. Marianne. De empresarios a empleados. Clase Media y
Estado Docente en Chile. 1810-1920. Santiago. LOM. 2011. P. 274.

9
Barrios Valdés. Marciano. Tendencia de la historiografía chilena durante el siglo XIX (1848- 1918). En El
laico en la Iglesia. Revista Teología y vida. Vol. XXVIII. N° 2-3. Santiago. Facultad de Teología Pontificia
Universidad Católica de Chile. 1986. P. 192.
El Estado Docente fue erigido como un medio para impedir que la Iglesia
reprimiera la posibilidad de hallar la verdad por caminos distintos a los que ella
había ensayado en el pasado…10

Las relaciones entre la Iglesia y el Estado de Chile fueron altamente conflictivas


en la segunda mitad del siglo XIX. 11

La Iglesia chilena adoptó como estrategia defensiva la organización política de


los laicos, de modo de poder hacer sentir su influencia desde dentro de la
institucionalidad republicana liberal12

El que la Iglesia condenara al liberalismo no complicaba a los conservadores


chilenos que se entendían anti.liberales en la medida en que constantemente se
enfrentaban al partido liberal chileno por cuestiones doctrinarias, especialmente
referidas al carácter secular de la sociedad13

Por su parte, la Iglesia se aboco a crear instituciones católicas paralelas a las del
Estado, especialmente en el ámbito educacional. No es casualidad que la
Universidad Católica se haya fundado a los pocos años de aprobadas las leyes
laicas 14

10
Barrios Valdés. Marciano. Tendencia de la historiografía chilena durante el siglo XIX (1848- 1918). En El
laico en la Iglesia. Revista Teología y vida. Vol. XXVIII. N° 2-3. Santiago. Facultad de Teología Pontificia
Universidad Católica de Chile. 1986. P. 193. .

11
Correa Sutil. Sofía (1997). La opción política de los católicos en Chile. Departamento de investigaciones
científicas y tecnológicas (DICYT). Santiago. Universidad de Santiago de Chile. . p. 191

12
Correa Sutil. Sofía (1997). La opción política de los católicos en Chile. Departamento de investigaciones
científicas y tecnológicas (DICYT). Santiago. Universidad de Santiago de Chile. . p. 191

13
Correa Sutil. Sofía (1997). La opción política de los católicos en Chile. Departamento de investigaciones
científicas y tecnológicas (DICYT). Santiago. Universidad de Santiago de Chile. p. 191.

14
Correa Sutil. Sofía (1997). La opción política de los católicos en Chile. Departamento de investigaciones
científicas y tecnológicas (DICYT). Santiago. Universidad de Santiago de Chile. p. 192. .
Desde la última década del siglo XIX, los conflictos entre ambos poderes bajaron
en intensidad y se concentraron en la esfera de la educación, sobre todo con
respecto a la enseñanza religiosa que debían dar los establecimientos públicos, y
en cuanta libertad habrían de tener los colegios de las congregaciones religiosas15

1.2 . Perspectiva educacional del conflicto clerical – anticlerical, y su


expresión en la sociedad chilena.

(Apocalipsis) El mundo pertenece exclusivamente al Estado, la Iglesia tiene su


propio campo de acción, que en cierto sentido, es “ultramundano” 16

A partir de la ruptura entre la Iglesia y el Estado que se inicia en 1847, con la


salida del partido conservador del gobierno, los sectores más conservadores
dentro de la elite prefirieron educar a sus hijos en colegios católicos privados,
pues la educación pública se fue asociando con una enseñanza laica y
anticlerical17

Por el contrario, predominaban las escuelas elementales en las que solo se


enseñaba lectura, escritura, aritmética, práctica, “doctrina moral y cristiana” y
sistema de “pesos y medidas”; lo básico para formar personas morales y
adaptadas a los nuevos requerimientos de la economía. 18

15
Correa Sutil. Sofía (1997). La opción política de los católicos en Chile. Departamento de investigaciones
científicas y tecnológicas (DICYT). Santiago. Universidad de Santiago de Chile. . p. 192.

16
Afirma Juan Pablo II en Memoria e Identidad. Citado en. Carvajal. Jorge (2006). Laicismo político.
Cartagena de Indias. P.1
17
González Le Saux. Marianne. De empresarios a empleados. Clase Media y Estado Docente en Chile. 1810-
1920. Santiago. LOM. 2011. P. 308.

18
González Le Saux. Marianne. De empresarios a empleados. Clase Media y Estado Docente en Chile. 1810-
1920. Santiago. LOM. 2011. P. 276.
Las leyes de secularización fueron cumplidamente obedecidas en toda la
extensión del territorio; pero no sin que el clero dejara de tomar peligrosas
represalias19.

Es verdad que en la superficie de las cosas y hasta muy entrado en siglo XIX, la
religión católica aparecía dominando en Chile sin contrapeso. La sociedad
aristocrática, vinculada estrechamente al alto clero y mejor instruida en los
principios religiosos, continuaba siendo casi en su totalidad católica. La devoción
del bajo pueblo, aunque instintiva y un tanto supersticiosa, no parecía menos
viva. El indiferentismo a la irreligión comenzaba, sin embargo, a hacer prosélito
más o menos declarados, sobre todo en la clase media y entre los artesanos que
habían adquirido cierto barniz de la Ilustración. 20.

Se regulaba la forma en que debían comportarse los alumnos entre una clase y
otra: el reglamento establecía que al “abrirse y cerrarse las clases se cantaba un
himno religioso 21

En definitiva, quienes lograron insertarse en el sistema educacional en


expansión y, colocarse, gracias a ello, en una posición de “clase media”, no
pudieron ser las capas propiamente populares, los peones gañanes y la gran
mayoría de los inquilinos, por la estructura excluyente del sistema educativo.22

La verdad, es aquella que se muestra al espíritu racional23

19
Amunategui, Domingo. El progreso intelectual y político de Chile. Santiago. Nascimiento. 1936. PP., 125.
20
Edwards, Alberto. La fronda Aristocrática de Chile. Santiago. Universitaria. 1928. Pp. 95
21
Reglamento 1883. En González Le Saux. Marianne. De empresarios a empleados. Clase Media y Estado
Docente en Chile. 1810-1920. Santiago. LOM. 2011. P. 277.

22
González Le Saux. Marianne. De empresarios a empleados. Clase Media y Estado Docente en Chile. 1810-
1920. Santiago. LOM. 2011. P. 267.

23
Carvajal. Jorge (2006). Laicismo político. Cartagena de Indias. P.2
Los asuntos de la fe, pertenecen al orden de la creencia personal, son religiosos,
y están en el orden privado; en cuanto al clero, institución dedicada a instruir
conciencias en el plano de la fe, esta debe dedicarse a tratar su misión de manera
autónoma, sin inmiscuirse en los asuntos de la política y de sus instituciones: la
educación pública es una educación política. 24

Los conservadores atribuyeron a la acción “perniciosa” de los liberales en la


organización nacional, las causas de todos los trastornos: inestabilidad,
desorden, anarquía, guerras civiles, etc. 25

Fue durante la presidencia de José Joaquín Pérez (1861-1871) y hasta la mitad


del periodo del gobierno de Federico Errazuriz (1871-1876), en que se
mantuvieron los gabinetes fusionistas, pues los conflictos políticos alrededor de
la cuestión de la educación, dividieron a los conservadores y liberales. 26

La tesis conservadora se sustentará en la idea de que los liberales estarían


trayendo al país la “corrupción”, la “impiedad” y la “postración moral” 27

Los liberales son mostrados como una enfermedad que estaba corrompiendo al
cuerpo social desde las posiciones del Estado y envenenando la vida pública del
país.28

24
Carvajal. Jorge (2006). Laicismo político. Cartagena de Indias. P.3

25
García Naranjo. Francisco (2004). Conservadurismo católico y “maldad liberal” en Chile a finales del siglo
XIX. Instituto de Investigaciones Históricas. Universidad Michoacán. México. P. 2.

26
García Naranjo. Francisco (2004). Conservadurismo católico y “maldad liberal” en Chile a finales del siglo
XIX. Instituto de Investigaciones Históricas. Universidad Michoacán. México. P. 2.

27
García Naranjo. Francisco (2004). Conservadurismo católico y “maldad liberal” en Chile a finales del siglo
XIX. Instituto de Investigaciones Históricas. Universidad Michoacán. México. P. 2.

28
García Naranjo. Francisco (2004). Conservadurismo católico y “maldad liberal” en Chile a finales del siglo
XIX. Instituto de Investigaciones Históricas. Universidad Michoacán. México. P. 14.
La era secular estaba ya instalada en Chile, con todas sus consecuencias, y
estaban tan presentes las ideas del liberalismo en el tono de la época. 29

El liberalismo, que pretende civilización, modernidad y progreso como en sus


mayores realizaciones…30

Solamente ciertas iniciativas privadas suplían la deficiencia de la educación


secundaria femenina, pero se trataba de colegios exclusivos, como colegios de
monjas, o iniciativas laicas como los de “Las señoras Le Brun de Pinochet o
Antonia Tamago”, y en la mayor parte de los casos no se trataba de estudios
conducentes a un grado académico como el bachillerato o aún menos a la
Universidad; sino simplemente para formar a señoritas de sociedad. Solamente
en 1877 se permitió que las mujeres pudiesen optar a los grados académicos y,
por tanto, a la Universidad, a condición de someterse a los mismos requisitos que
los hombres. 31

Los alumnos han sido examinados sobre las dos primeras partes del Catecismo
del Bdo. P. Benítez, i han contestado mui satisfactoriamente, no tan solo las
preguntas contenidas en el libro, sino también a las explicaciones que se les han
pedido. 32

29
García Naranjo. Francisco (2004). Conservadurismo católico y “maldad liberal” en Chile a finales del siglo
XIX. Instituto de Investigaciones Históricas. Universidad Michoacán. México. P. 16.

30
García Naranjo. Francisco (2004). Conservadurismo católico y “maldad liberal” en Chile a finales del siglo
XIX. Instituto de Investigaciones Históricas. Universidad Michoacán. México. P. 22

31
González Le Saux. Marianne. De empresarios a empleados. Clase Media y Estado Docente en Chile. 1810-
1920. Santiago. LOM. 2011. P. 309.

32
Revista Annales. Universidad de Chile. Boletín de Instrucción pública. Informe sobre los exámenes de
catecismo de relijión en el Liceo de Valparaíso. Santiago. Enero de 1863. P. 177.
Quien recuerde la vida de joven en nuestros colejios no muchos años ha,
comprenderá la causa del atraso en los estudios i de la poca contracción de los
jóvenes. Bien raros eran los que estudiaban por convicción, por nobles principios,
con la esperanza de ser útiles a la patria. El mayor número vegetaba en las aulas,
pasaba uno i muchos años sin saber más que traducir maquinalmente alguno
de los clásicos latinos, i toda su aspiración se reducía a salir bien en los
exámenes33.

Por conclusión, tres alumnos declamaron una acción de gracias a la Divina


Providencia por los favores concedidos a la República, a la Iglesia chilena i al
Seminario en el año que, terminaba en ese día, cantando al fin una preciosa
plegaria en que contrastaban admirablemente la delicadeza de una voz anjelical
con los robustos acentos de un bajo profundo34.

El laicismo, en su expresión genérica, como principio esencialmente humanista


presento en sus comienzos, y como base de su vertebración posterior, el respeto
a la libertad de conciencia y la autonomía de la voluntad como derechos
inherentes a la condición del hombre. 35

Los conservadores fueron los más críticos a la expansión del Estado y los más
sensibles a la definición de sus límites, mientras los liberales le dieron al Estado
un rol civilizador y democratizador que los llevo a defender sus prerrogativas.

Laicismo, doctrina o filosofía que postula la separación del Estado respecto de la


religión y las Iglesias que administran las religiones, es decir, la neutralidad del

33
Revista Annales. Universidad de Chile. Boletín de Instrucción pública. Solemne distribución de premios en
el seminario conciliar de la Arquidiócesis el 11 de enero de 1863. Santiago. Enero de 1863. P. 179

34
Revista Annales. Universidad de Chile. Boletín de Instrucción pública. Solemne distribución de premios en
el seminario conciliar de la Arquidiócesis el 11 de enero de 1863. Santiago. Enero de 1863. P. 181-182.

35
Carvajal. Jorge (2006). Laicismo político. Cartagena de Indias. P.7.
Estado respecto de las religiones e Iglesias, ni a favor ni en contra, ni privilegios
ni persecuciones. 36.

Los conservadores, como hemos visto, perdieron esa batalla lo cual los llevó a
consolidar la educación católica dentro de la educación particular37

Para los defensores de la laicidad esta es la mejor garantía para el ejercicio de la libertad
de creencias y de culto, mientras que para sus detractores el laicismo es un régimen de
persecución anticlerical que atenta contra las libertades religiosas. 38

La laicidad está estrechamente emparentada entonces con el liberalismo, con la


democracia, con la separación de esferas entre lo religioso y lo político, con la
tolerancia religiosa, con los derechos humanos, con la libertad de religión y de
creencias y con la modernidad política, sin asimilarse a ninguna de estas. 39

La educación laica en general se constituyó desde entonces en la columna


vertebral de los esfuerzos por construir instituciones políticas libres de
influencias eclesiásticas libres de influencias eclesiásticas directas, como
corresponde a sociedades plurales. 40

36
Carvajal Muñoz. Jorge. El laicismo como principio indispensable de la democracia. P. 2

37
Serrano. Sol. La estrategia conservadora y la consolidación del orden liberal en Chile. 1860-1890. En
Carmagnani, Marcello. Constitucionalismo y orden liberal. 1860-1890. Roma. Otto editore. P. 140.

38
Blancarte, Roberto (2008). Laicidad y Laicismo en América Latina. Revista Estudios Sociológicos. Vol.
XXVI. N°1. P 139-164. México. P.139

39
Blancarte, Roberto (2008). Laicidad y Laicismo en América Latina. Revista Estudios Sociológicos. Vol.
XXVI. N°1. P 139-164. México. P.140

40
Blancarte, Roberto (2008). Laicidad y Laicismo en América Latina. Revista Estudios Sociológicos. Vol.
XXVI. N°1. P 139-164. México. P.142
Desde mediados del siglo XIX, y hasta la crisis mundial en el presente siglo en
Chile, puede considerarse que el liberalismo lleva un desarrollo ascendente 41.

Sus postulados centrales constituyen la aspiración de la nación, especialmente


la democracia, la libertad en todas sus expresiones y el progreso material42.

Desde mediados del siglo están específicamente las influencias europeas del
liberalismo romántico, de los movimientos del 48, tanto liberales como sociales43.

Idea que vemos prevalecer durante el siglo: la del progreso indefinido por acción
del individualismo, que obliga a las naciones a realizar reformas cada cierto
tiempo, que le permitan coordinar progreso y realidad con la doctrina, para ir
acercándose así a un mejor desarrollo de las aspiraciones liberales en economía
y en política. 44.

Si bien el proceso se orienta cada vez más hacia el liberalismo, especialmente


desde la consolidación de las reformas liberales, tendientes principalmente a
modernizar el Estado, el siglo pasado no llegará sino a una democracia
restringida y a una economía de enfoque liberal45.

41
Fariña Carmen. Huerta. María Antonieta. El liberalismo chileno en sus orígenes. Una aproximación a sus
tesis. Revista Estudios Públicos. Santiago. P. 428

42
Fariña Carmen. Huerta. María Antonieta. El liberalismo chileno en sus orígenes. Una aproximación a sus
tesis. Revista Estudios Públicos. Santiago. P. 428

43
Fariña Carmen. Huerta. María Antonieta. El liberalismo chileno en sus orígenes. Una aproximación a sus
tesis. Revista Estudios Públicos. Santiago. P. 429

44
Fariña Carmen. Huerta. María Antonieta. El liberalismo chileno en sus orígenes. Una aproximación a sus
tesis. Revista Estudios Públicos. Santiago. P. 430.

45
Fariña Carmen. Huerta. María Antonieta. El liberalismo chileno en sus orígenes. Una aproximación a sus
tesis. Revista Estudios Públicos. Santiago. P. 430.
La reforma constitucional reconoce la más amplia libertad de conciencia y
asegura y ampara el libre ejercicio de todos los cultos. Ella rompe las barreras
de necesidades, preocupaciones o tradiciones que de otra época levantaron para
embarazar el desenvolvimiento de la igualdad y de la libertad civil46.

La Iglesia católica, señores, marcha en sentido inverso a la corriente liberal del


siglo. A medida que más se ensancha el régimen liberal en el Estado, más
restringe la Iglesia su flexibilidad política, llegando hasta producir declaraciones
en los últimos años, que son la negación del progreso moderno o un disentimiento
radical y absoluto con las ideas y el liberalismo que hoy impera sobre la tierra47.

La influencia intelectual, los progresos del siglo, la experiencia y la previsión


política señalan el campo de instrucción pública como el punto cardinal en el que
el liberalismo chileno habrá de probar su inteligencia, la superioridad de su
doctrina, y su positivo anhelo por los intereses del pueblo48.

La enseñanza no debe ser escéptica ni intolerante; debe ser sencillamente


respetuosa de la conciencia individual.

46
Discurso presidencial de Domingo Santa María al Congreso Nacional en 1885. En Fariña Carmen. Huerta.
María Antonieta. El liberalismo chileno en sus orígenes. Una aproximación a sus tesis. Revista Estudios
Públicos. Santiago. P. 448

47
Discurso presidencial de Domingo Santa María al Congreso Nacional en 1885. En Fariña Carmen. Huerta.
María Antonieta. El liberalismo chileno en sus orígenes. Una aproximación a sus tesis. Revista Estudios
Públicos. Santiago. P. 449

48
Discurso presidencial de Domingo Santa María al Congreso Nacional en 1885. En Fariña Carmen. Huerta.
María Antonieta. El liberalismo chileno en sus orígenes. Una aproximación a sus tesis. Revista Estudios
Públicos. Santiago. P. 451
Es necesario aplicar las fuerzas vivas del Estado y desterrar de los recintos de la
enseñanza pública, todo espíritu de intolerancia o secta49.

Los hijos de las elites socioeconómicas asistieron al sistema católico; este admitía
niñas solo para enseñarles a tejer, cocinar, rezar, tradición heredada de la
España medieval50.

La Iglesia frustró los intentos liberales de incorporar el sistema educativo en un


solo proyecto histórico para construir un estado postcolonial caracterizado por el
desarrollo capitalista y formas políticas liberal-democráticas. 51.

A partir de la década de 1850, empezaron a imponerse en la educación pública


las tendencias laicas que querían desterrar de la enseñanza toda influencia de
la Iglesia, y que deseaban entregar al Estado el monopolio o, al menos, el control
total de la educación. 52.

Los espíritus timoratos i tímidos creen ser en la escuela laica, el gran coloso
destructor de la humanidad. Los principios que ella proclama son inmorales i
sediciosos. Quita al obrero las creencias que su madre le ha enseñado en la

49
Discurso presidencial de Domingo Santa María al Congreso Nacional en 1885. En Fariña Carmen. Huerta.
María Antonieta. El liberalismo chileno en sus orígenes. Una aproximación a sus tesis. Revista Estudios
Públicos. Santiago. P. 451.

50
Illanes. María Angélica. Ausente señorita. Austin Robert. Cap. “Estado y pobladores”. 1842-1952. Santiago.
Biblioteca Nacional. 1991. P. 8

51
Illanes. María Angélica. Ausente señorita. Cap. “Estado y pobladores”. 1842-1952. Santiago. Biblioteca
Nacional. 1991. P. 12

52
Illanes. María Angélica. Ausente señorita. Cap. “Estado y pobladores”. 1842-1952. Santiago. Biblioteca
Nacional. 1991. P. 13.
infancia; i dejándolo abandonado a sí mismo, sin Dios ni leí, pone en peligro la
vida de la sociedad53.

El individuo que no cree en Dios no puede cumplir deberes que no tendrían razón
de existir. I, dejándose llevar de sus pasiones no tendrá más leí que su capricho.
¡Tal es la doctrina que la escuela laica enseña!
¡Predica el ateísmo! ¡El ateísmo es el azote de la humanidad! 54.

La sociedad propende i debe propender siempre a un desarrollo moral tanto más


intenso cuanto mayor sea su importancia i valor material.
Desarrollo moral que se manifiesta espléndidamente en los hábitos i costumbres
de los que son sus miembros, en la justicia de las leyes, en el triunfo del derecho,
en el desarrollo de la libertad, precioso don del ser humano, i en el predominio
de la verdad que cual foco que irradia, ahuyenta las tinieblas i hace desaparecer
las vanas sombras i los temores infundados, los senderos oscuros i los tortuosos
pasos del error.55.

Los espíritus exaltados i legados por el fanatismo ven en la escuela laica más que
un enemigo de sus creencias, un enemigo de sus intereses. Se arman contra un
vano fantasma que atormenta su acalorada imajinación; i como el tigre, espían
el momento oportuno para lanzarse contra su presa i consumirla.
- Los espíritus moderados esperan conocer el árbol por sus frutos i sin
pronunciarse en pro ni en contra, tienen fe en la experiencia.
¡Sólo unos pocos la sostienen! 56.

53
La escuela laica i el ateísmo. En “La Escuela”. N°13. Santiago. 25 de junio de 1876. Pp. 8
54
La Escuela. N°13. Santiago. 25 de junio de 1876. Pp. 12.
55
“Las clases sociales” en La Escuela. N°13. Santiago. 10 de julio de 1876. Pp. 2
56
La escuela. N°13. Santiago. 25 de junio de 1876. Pp. 15.
No soi político ni soi literato, pero tengo verdadero amor i respeto por mi país i
por mi relijión, así que no puedo menos de condolerme de la situación a que
hemos llegado. Diviso para Chile, un porvenir bien negro, a la vez que veo el
catolicismo desfigurado i amagado mui seriamente por sus propios ministros i
por los hombres que finjen defenderlo, i que en realidad especulan a su sombra
57.,

En Chile, como en todos los demás países del Universo eso a que se ha dado el
nombre de escuela clerical, ultramontana, retrograda o conservadora tiene su
razón de ser. Hai tradiciones, intereses, i sentimientos ultramontanos, hai
ambiciones que sin la escala del ultramontanismo no podrían jamás llegar a la
superficie, i hai creyentes sinceros, pero exaltados que, colocando su relijión a la
altura de las industrias que principian, juzgan que solo puede prosperar y
conservarse a la sombra del monopolio. 58.

Jamás tal vez la sociedad ha presentado un aspecto más propicio para la


manifestación franca y abierta del pensamiento: nunca tampoco el precioso
derecho a la libertad (…) ha podido ser mejor ejercido que hoi, que vemos francas
las puertas del porvenir 59.

La libertad de enseñanza merece en la actualidad toda su solicitud y todas sus


simpatías. La prensa clama sin cesar por su advenimiento; y el Independiente,
si no ha sido el primero, tampoco ha sido el último en pedir la supresión de un
privilegio que puede ser ruinoso para la industria particular y que entorpece
considerablemente la marcha de las inteligencias aventajadas60,

57
Gesuit. Erasmo (1871). Saludables advertencias a los verdaderos católicos y al Clero Político. Cartas sobre
los Jesuitas. Santiago. N° 39. Pp.5

58
Gesuit. Erasmo (1871). Saludables advertencias a los verdaderos católicos y al Clero Político. Cartas sobre
los Jesuitas. Santiago. N° 39. Pp.20

59
Prospecto. El Porvenir del Artesano. N°1. Santiago. 5 de abril de 1862. Pp. 1.
60
Velasco. Fanor. La idea liberal y la idea ultramontana. Valparaíso. Editorial de la Patria. 1871. Pp. 32.
No es posible que en todas partes, donde haya un hombre que necesite instruirse
se abra una escuela para satisfacer esa necesidad, i sin embargo, si todos se
empeñasen en difundir el saber en la medida de sus fuerzas, si procurasen
inspirar en el pueblo el amor por los conocimientos útiles, si hubiese más
jenerosidad a este respecto en las clases elevadas, se daría un rápido vuelo hacia
un brillante porvenir61,

Un interés mayor debiera tener mayor número de defensores y prosélitos. El


progreso intelectual de la clase ignorante es para los verdaderos amantes de la
patria, i el gran problema que deben aclarar i resolver favorablemente es: ¿Por
qué entonces se ve con desaliento que las luchas de partidos absorben toda la
actividad de las personas ilustradas, marcando un rumbo fatal a los deseos i a
las aspiraciones del pueblo?
Nuestra esperanza está cifrada en la civilización de esa multitud ignorante e
inconsciente. Infundirle amor al estudio, impulsarla por el sendero del bien
propagar los hábitos de moralidad, de orden i de economía, es el más sagrado
deber de todo ciudadano62,

No olvidemos que somos miembros de una nación, que se dice republicana, de


una nación en que el pueblo es soberano; para que el pueblo gobierne es necesario
que sea ilustrado; porque solo la ilustración, hermana con la virtud, que es la
fundamental de todo gobierno libre y gobierno republicano. ¿Queréis prueba de
eso? Consultad las páginas de nuestra historia i veréis que, cuando en nuestras
selvas vírjenes se abría la ignorancia, sentó sobre ella el despotismo. 63,

61
Congregación de apoderados. En La Mañana. N°3. Santiago. 09 de julio de 1872. Pp. 1.
62
Congregación de apoderados. En La Mañana. N°3. Santiago. 09 de julio de 1872. Pp. 1.
63
La educación del pueblo. En La igualdad. N°8. Concepción. 26 de mayo de 1872. Pp. 2-5
Mirad a Chile, patria amada, que por el sendero de la educación del pueblo,
eterno viajero del progreso, marcha a la conquista de todos los beneficios de la
libertad. Aquí en Chile avanza el progreso, a la par de la educación del pueblo
(…)
Por medio de la educación se adquiere aquella delicadeza i cultura que tanto
brillo i realce comunica a las cualidades intrínsecas del alma. Proporciona el más
alto grado de desarrollo a que la humana intelijencia pueda alcanzar. ..
Por medio de una buena educación, se aprende a observar los hechos, a investigar
las causas, a conocer los efectos i a descubrir las leyes con que procede la
naturaleza; se penetra, por decirlo así, en ese vasto horizonte, que se llama
ciencia…
Si estudiamos, perfeccionaremos nuestro ser, conseguiremos nuestra felicidad,
seremos hombres cultos i civilizados i marcharemos por la senda del progreso al
paso del vapor i de la electricidad, al cumplimiento de nuestro fin64

Por medio de la razón (el hombre) distingue lo bueno de lo malo, lo justo de lo


injusto, lo que le conviene de lo que le daña, la verdad del error, amando siempre
la verdad, por que la razón i el corazón del hombre ama lo verdadero i justo que
es la base fundamental de su moralidad, como ama a su mayor bien, a Dios
De suerte que el hombre, para que pueda llamarse tal, miembro social, es
necesario que conozca, ame i practique la verdad que es todo lo que constituye
su perfección moral.
Alcanzaremos, pues nuestra perfección moral, estudiando nuestra propia
naturaleza en relaciones con Dios, con nosotros mismos, con nuestros semejantes
i con las cosas creadas. De estas relaciones nacen los deberes morales que
debemos cumplir para realizar nuestro bien65

64
La educación del pueblo... En La igualdad. Año I. N°2. Concepción. 26 de mayo de 1872. Pp. 2-5
65
Educación social. En La igualdad. Año I. N°3. Concepción. 9 de junio de 1872. Pp. 2-5
…entro en moneda corriente considerar educada en toda su extensión a la mujer
que sabe el formulario majadero de los saludos que repite sin saber lo que
pregunta, ni lo que ofrece, aturdiendo a más de un “corto de jenio” que cae en los
lazos de su conversación mil veces estudiada; a la vez que posee un poco de
francés para mejor aprender la explicación del ultimo figurín de moda66,

Las dificultades entre la autoridad civil i el clero han ido desarrollando


paulatinamente la antipatía entre los dos poderes. La mitra arzobispal,
pretendida tal vez por algunos, i el empeño del gobierno por hacer triunfar la
elección de sus consejeros, es el primer origen de la controversia67,

La cuestión relijiosa conmueve los ánimos y las conciencias en el interior. El clero


resiste a las exijencias del gobierno i el gobierno resiste a los deseos del clero. El
poder moral al frente del poder material: ¿Quién sostiene la verdad?, ¿De quién
será la victoria?, ¿Cuál será la situación que produzcan esos acontecimientos? 68.

Con la educación del pueblo, las artes i las industrias se implantaran vigorosas
en nuestro suelo i el trabajo será más productivo, nacerá la riqueza publica, la
ciencia misma tendrá más dilatado horizonte; i la nación habrá conquistado el
alto puesto que merece69,

Cuando ellos piden, verbigracia, la llamada libertad de enseñanza, no tratan de


conferir al hombre un nuevo derecho de enseñar libremente: Este derecho

66
E. lobos. Director colejio. En La Mañana. N°8. Santiago. 13 de agosto de 1882. Pp. 1-2
67
Luis Valenzuela. Profesor. En La Mañana. N°8. Santiago. 13 de agosto de 1882. Pp. 1-2
68
Luis Valenzuela. Los dos conflictos. En La Mañana. N°8. Santiago. 13 de agosto de 1882. Pp. 1.
69
Luis Valenzuela. Profesor. En La Mañana. N°8. Santiago. 13 de agosto de 1882. Pp. 2
reconocido en nuestra constitución esta anatematizado en el Syllabus. Lo que
pretenden es que no se enseñe el Estado para que se enseñe solo la teocracia. 70

El niño aprende en el catecismo que las facultades constitutivas del alma son la
memoria, la intelijencia y la voluntad; y el joven que ha conseguido rectificar un
criterio extraviado en el estudio del catecismo, tiene todavía que marchar,
espada en mano o fusil al hombro, escoltando la procesión de San Isidro o del
señor de Mayo. ¡La emancipación del espíritu debe principiar en el barco de la
escuela y el Estado no debe interrumpirla en ningún instante de la vida! 71,

Reclaman la libertad relijiosa; ¿Pero, acaso entienden por libertad relijiosa el


derecho de cada cual a profesar i enseñar la creencia de su amaño i fantasía?
Evidentemente, no… 72
La lucha, pues, está trabada entre el Estado, que representa a toda la sociedad,
i la teocracia que no representa más que una parte de la sociedad. En cuanto al
individuo, desaparece en ambas filas, absorbido por uno i otro poder. 73

La historia nos recuerda otras épocas en que la Iglesia ha soportado hostilidades


en sus bienes i en sus pastores; pero en ninguna, como en la presente, se había
osado penetrar con ánimo hostil en la santa ciudadela de los principios,
costumbres e instituciones relijiosas, firmes columnas en que descansa en el

70
Víctor Hugo. Discurso sobre la libertad de enseñanza. Edic. El Sur. Comercio. N° 133. Concepción. En
Letelier, Valentín (1893). Ellos I nosotros, Ósea, los liberales i los autoritarios. P. 11.

71
Velasco. Fanor. La idea liberal y la idea ultramontana. Valparaíso. Editorial de la Patria. 1871. Pp. 36-37.
72
Víctor Hugo. Discurso sobre la libertad de enseñanza. Edic. El Sur. Comercio. N° 133. Concepción. En
Letelier, Valentín (1893). Ellos I nosotros, Ósea, los liberales i los autoritarios. P. 11.

73
Víctor Hugo. Discurso sobre la libertad de enseñanza. Edic. El Sur. Comercio. N° 133. Concepción. En
Letelier, Valentín (1893). Ellos I nosotros, Ósea, los liberales i los autoritarios. P. 11.
edificio social (…) Se niega a Dios, eliminándolo del orden público, a nombre de
la pretendida soberanía absoluta del hombre en el gobierno de la vida social. 74,

Nos obliga a pensar así el proyecto de separación de la Iglesia i el Estado que


está en vía de realizarse; proyecto que al mismo tiempo que despoja a la Iglesia
de toda garantía solida de respeto por sus derechos, la deja reducida a una
esclavitud que sería su muerte, si las promesas divinas no le asegurasen la
inmortalidad75,

Si bien la Iglesia siguió defendiendo la unidad de Estado e Iglesia, trató de


restringir y aun de eliminar la ingerencia del poder laico en los asuntos de la
Iglesia y, reforzando cada vez más los vínculos con Roma, lucho por la
Independencia del poder episcopal (…) La lucha se concentró con especial
vehemencia en el campo educacional, donde chocaron los defensores de la
libertad de enseñanza y los propugnadores del Estado docente.
La defensa de los intereses y las pretensiones de la Iglesia se hizo
fundamentalmente en el nombre de la libertad. La Iglesia se presentó como la
más sólida garantía de la libertad y afirmaba que los liberales solo llevaban la
libertad en la boca, mientras que, de hecho, robustecían cada vez más el poder
del Estado, y lo convertían en un Leviatán, verdadero monstruo que lo devoraba
todo. 76,

74
Varela. Ramón. Pastoral colectiva sobre relaciones entre la Iglesia I el Estado. “El Correo”. N°39. Santiago.
1884. Pp. 3.
75
Varela. Ramón. Pastoral colectiva sobre relaciones entre la Iglesia I el Estado. “El Correo”. N°39. Santiago.
1884. Pp. 4
76
Krebs, Ricardo (1982). Algunos aspectos de la historiografía chilena del siglo XIX. Citado en “Cuadernos
de la Universidad de Chile”. N°1 (1842-1982). Santiago. 1982. Pp. 163-164.
El debate giró fundamentalmente en torno del problema de la libertad. Todos
comprendieron la libertad, básicamente en el mismo sentido.
La libertad fue para ellos la libertad liberal, la libertad formal y constitucional
del siglo XIX. Pero cada uno interpreto y aplicó esta libertad a su manera. El
conservador ultramontano defendió la libertad de la Iglesia y luchó por la
libertad de la enseñanza particular. El liberal librepensador y el radical
positivista lucharon por la libertad de conciencia y pensamiento, por la tolerancia
y por el progreso mediante el avance de la razón y de la ciencia.
El debate sembró a veces la división y el conflicto, pero también sirvió para
enriquecer y enraizar la noción de libertad. A través de ese debate se definieron
los criterios y valores en función de los cuales se creó la organización política de
la nación… 77,

Si el Estado no ha de proteger a la Iglesia Católica, sancionando su exclusivismo


e impidiendo la propaganda de los cultos disidentes, la calidad de la Iglesia oficial
no vendría a servir sino que para que el Estado le dictase leyes, trabaje su
régimen i la tuviese siempre i en muchísimas cosas bajo su ojo i su mano. . 78,

Es permitido a los disidentes fundar y sostener escuelas privadas para la


enseñanza de sus propios hijos en la doctrina de sus relijiones. . 79,

77
Krebs, Ricardo (1982). Algunos aspectos de la historiografía chilena del siglo XIX. Citado en “Cuadernos
de la Universidad de Chile”. N°1 (1842-1982). Santiago. 1982. Pp. 166-167
78
Reforma de la Constitución II. En “La Revista Católica”. Año XXI. N°826. Santiago. 16 de julio de 1864.
P. 568.
79
República de Chile. Congreso Nacional. Leyes promulgadas en Chile. artículo 2°. Santiago. 27 de junio de
1865. P. 200.
Se declara que por el artículo 5° de la constitución, se permite a los que no
profesan la relijión católica, apostólica, romana, el culto que practiquen dentro
del recinto de edificios de propiedad particular80,

Se pervierten las costumbres colocando bajo el amparo de la leí instituciones tan


inmorales como el matrimonio civil; se ofende a la religión expulsándola de las
leyes, del gobierno, de la enseñanza, por medio del ateísmo político 81

Esto parece ser lo que algunos intentan en Chile, dictando unas tras otras, con
una impaciencia febril, leyes opresoras de la conciencia i reformas que han de
dar por resultado la completa secularización de las instituciones sociales, o sea,
el reinado público de la impiedad en sustitución del reinado social de Jesucristo82

En Valdivia se había fundado por aquellos años una escuela, y como entre sus
alumnos había católicos y protestantes, se acordó excluir la enseñanza religiosa,
a fin de no herir susceptibilidades83,

Las aulas del Estado no deben ser un centro de propaganda religiosa, y menos
todavía de tiranía religiosa. La enseñanza religiosa es de la familia y del párroco,
como en Estados Unidos, o se enseña a cada cual la religión que profesa cuando
se cuenta entre las religiones que el Estado reconoce84,

80
República de Chile. Congreso Nacional. Leyes promulgadas en Chile. artículo 1°. Santiago. 27 de junio de
1865. P. 200.
81
La Iglesia i el Estado I Shylock. Semi Diario Diojenes. Año I. N°3. Santiago. 6 de junio de 1884. P.4

82
La Iglesia i el Estado I Shylock. Semi Diario Diojenes. Año I. N°3. Santiago. 6 de junio de 1884. P.7

83
S.n. La separación de la Iglesia y el Estado: El poder eclesial, Influencia de la Iglesia chilena. _____ impreso
en Uruguay. P. 44.
84
S.n. La separación de la Iglesia y el Estado: El poder eclesial, Influencia de la Iglesia chilena. _____ impreso
en Uruguay. P. 49.
A pesar de las disposiciones de la ley del 65´, no dejaron de suscitarse tropiezos
en su aplicación, provenientes del clero batallador, que deseaba imponer la
enseñanza de las doctrinas de la religión católica en las escuelas establecidas por
los colonos alemanes. 85,

Si es necesario hacer obligatorios los estudios religiosos, respondía el diario


liberal de Santiago, para que las aulas religiosas sean frecuentadas, caemos
lógicamente en una de estas conclusiones: O importa muy poco la enseñanza
religiosa a la mayoría de las familias, o la mayoría de las familias no cree en las
ventajas de esa enseñanza. 86,

En cuanto al curso de religión, se ha conservado, a fin de garantizar la libertad


de conciencia, la disposición por la cual se manda que sea obligatorio solo para
aquellos alumnos cuyos padres o guardadores no soliciten que sus hijos o pupilos
sean eximidos de dicho curso87,

No solo corresponde a la escuela educar física e intelectualmente al niño, sino


que también debe atender su educación moral. Esta tiene por objeto hacerlo
poseedor de los buenos sentimientos que lo coloquen en condiciones de ejecutar
buenas acciones i llevar, por tanto, una vida honorable i, al mismo tiempo, que
señalarle el camino que debe seguir a fin de mantener la armonía con sus
semejantes.

85
S.n. La separación de la Iglesia y el Estado: El poder eclesial, Influencia de la Iglesia chilena. _____ impreso
en Uruguay. P. 43.
86
S.n. La separación de la Iglesia y el Estado: El poder eclesial, Influencia de la Iglesia chilena. _____ impreso
en Uruguay. P. 49.
87
S.n. La separación de la Iglesia y el Estado: El poder eclesial, Influencia de la Iglesia chilena. _____ impreso
en Uruguay. P. 50.
Hai, por tanto, que perseguir un fin moral que se refiere al individuo mismo i
otro que lo considera en sus relaciones con el prójimo88

Baste recordar que el hombre no se ha dado la existencia a sí mismo, para que


se comprenda la obligación que hai que tributar homenaje al hacedor supremo.
Aun cuando los pocos años de vida no permitan una libre i madura reflexión, una
voz interna nos habla de una existencia superior i nos hace reconocer en ella al
autor del Universo. 89

Al educar al niño debemos enseñarle a elevar su corazón a Dios, a tributarle los


honores que le son debidos i a poner cuanto este de su parte para vivir en amistas
con el Omnipotente. Haciéndolo, daremos al niño una educación relijiosa a la
cual se le dé también el nombre de moral relijiosa.90

No olvidemos que un niño al aprender una respuesta del catecismo, retiene una
serie de palabras, cuyo sentido no comprenderá muchas veces, i que si ha
encomendado a su memoria las respuestas del libro, ha sido con el solo objeto de
cumplir con la obligación que se le impone, por temor al castigo i sin que sus
demás facultades intelectuales hayan entrado en actividad ¿I es este el fin que
persigue la educación? No, ella quiere al mismo tiempo desarrollar las facultades
del espíritu i habilitar al educando para estudios superiores. 91

88
Domingo Villalobos. Profesor auxiliar de la escuela Normal de Preceptores de Santiago habla sobre La
educación relijiosa en las escuelas. En El Educador. N° 1. Santiago. 15 de noviembre de 1890. P. 138.

89
Domingo Villalobos. Profesor auxiliar de la escuela Normal de Preceptores de Santiago habla sobre La
educación relijiosa en las escuelas. En El Educador. N° 1. Santiago. 15 de noviembre de 1890. P. 138.

90
Domingo Villalobos. Profesor auxiliar de la escuela Normal de Preceptores de Santiago habla sobre La
educación relijiosa en las escuelas. En El Educador. N° 1. Santiago. 15 de noviembre de 1890. P. 140.

91
Domingo Villalobos. Profesor auxiliar de la escuela Normal de Preceptores de Santiago habla sobre La
educación relijiosa en las escuelas. En El Educador. N° 1. Santiago. 15 de noviembre de 1890. P. 141.
Muchos de nuestros colegas habían observado con nosotros el poco gusto con que
los alumnos estudian las lecciones de catecismo que se les señalan en el texto. 92

Muchos de nuestros colegas habían observado con nosotros el poco gusto con que
los alumnos estudian las lecciones de catecismo que se les señalan en el texto
¿Será esto porque su misma naturaleza los inclina a dejar de la mano estos
estudios? ¿No será porque ellos se desalientan ante el inmenso trabajo que se les
impone, teniendo que estrellarse ante el sentido, muchas veces, i casi siempre
oscuro de las respuestas del catecismo?93

Donde está la mayor influencia es en el maestro mismo. Cuando los niños ven en
su maestro una persona moral, una persona que cumple con los deberes que le
corresponden como creatura del Todopoderoso, ellos se sentirán arrastrados a
imitarlo. No debemos olvidar que el niño mira a su maestro como una persona
infalible, bastándole oírle algo para creer que ello es cierto. Se comprende
entonces cuanto cuidado se necesita cuando se quiere formar al niño en medio de
la educación de que nos venimos ocupando. 94

Perseguida la educación relijiosa de otra manera que la actual, i que tenemos el


pensamiento de dar a conocer en estas mismas columnas; abrimos la esperanza

92
Domingo Villalobos. Profesor auxiliar de la escuela Normal de Preceptores de Santiago habla sobre La
educación relijiosa en las escuelas. En El Educador. N° 1. Santiago. 15 de noviembre de 1890. P. 141.

93
Domingo Villalobos. Profesor auxiliar de la escuela Normal de Preceptores de Santiago habla sobre La
educación relijiosa en las escuelas. En El Educador. N° 1. Santiago. 15 de noviembre de 1890. P. 150

94
Domingo Villalobos. Profesor auxiliar de la escuela Normal de Preceptores de Santiago habla sobre La
educación relijiosa en las escuelas. En El Educador. N° 1. Santiago. 15 de noviembre de 1890. P. 151,
de que en la escuela no llegará a revestir la oscuridad i abstracción que la
caracterizaban en la actualidad95

Mal que nos pese, debemos reconocerlo: los grandes esfuerzos que desde cuarenta
años atrás se hacen para establecer i mejorar nuestros establecimientos de
educación, poco o nada han mejorado las condiciones morales de nuestro pueblo:
el relajamiento de las costumbre se nota por doquiera; la sobriedad, la
honestidad, la sinceridad, la honradez, son virtudes que casi no se conocen. Yo
sé que el día domingo el ejemplo que dan muchos padres a sus hijos es la
embriaguez; he visto en las paredes letreros que rechazan la decencia, i en los
labios de muchos niños palabras que ensucian su candor; el engaño lo
encontramos en todas partes. Todo esto revela indudablemente un gran descuido
en la educación moral96

Lección de catecismo
Primer mandamiento de la Santa Madre Iglesia
I. Lugar donde debe oírse la misa
II. Lo que representa i como debe oírse
III. Días obligatorios para oírla
IV. Quienes están obligados a oír misa i quienes no
V. Resumen Jeneral97

95
Domingo Villalobos. Profesor auxiliar de la escuela Normal de Preceptores de Santiago habla sobre La
educación relijiosa en las escuelas. En El Educador. N° 1. Santiago. 15 de noviembre de 1890. P. 152.

96
Salvador Cárdenas. La dirección moral de la escuela En El Educador. N° 19. Santiago. 10 de abril de 1892.
P. 290.

97
Lecciones de Catecismo. El Educador. Año III. N° 29. Santiago. 20 de julio de 1892. P. 109.
La educación laica les robaba a los niños la religión y la fe; y les entregaba una
educación sin una orientación correcta98.

Ya no era posible que, en una nación como Chile, en que las ciencias i las artes
se difunden, en que el libre pensamiento se enseñorea, en que, para concluir,
todo lo bueno i todo lo bello, se eleva i engrandece, quedase la mujer sin recibir
conocimientos más avanzados99

En todos los países civilizados del mundo hai establecimientos fiscales i


municipales de educación; divinos para los niños i niñas, i nocturnos para los
grandes de ambos sexos; en los mismos locales, es decir, en los establecimientos
masculinos diurnos se aturnan los nocturnos de personas grandes que, por sus
ocupaciones no pueden asistir, sino de noche a recibir el único bien, que
constituye la verdadera importancia individual, cual es la educación. 100

Una madre de familia, que en el día no tiene tiempo de aprender los medios de
educar i guiar a sus hijos i sus sirvientas, agradar a su marido, conocer su
relijión, su territorio, la historia de su país i el vecino, etc; de noche alcanza el
colejio, esta una o dos horas; cuando ya han cesado sus atenciones i en pocas
lecciones se instruye i cambia admirablemente el todo de su casa. 101

98
Revista Filia Luminis. Dic. 1925-abril 1926. Citado en: Hevia Pilar, Casanueva Carlos. La educación de la
juventud. Pp. 1891
99
Alfredo Varela. Instrucción. En revista Juvenil. Año I. N°5. Vallenar. 17 de abril de 1879. Pp. 1.

100
Educación Popular. En El Artesano. Año III. N° 9. Santiago. 3 de julio de 1869.

101
Educación Popular. En El Artesano. Año III. N° 9. Santiago. 3 de julio de 1869.
Cuando impera la buena educación en una casa, sociedad o gobierno, es
sorprendente el efecto, tan agradable como benéfico que uno experimenta, i
cuantas personas son desgraciadas sin otra culpa que la de no haber tenido la
dicha de educarse como es debido.
¡Cuántos gobiernos se hunden para no levantarse más! ¡Qué multitud de
desgracias no tienen lugar por el mismo motivo! 102
¡Es incuestionable que la buena educación es el mejor dote o patrimonio de un
individuo i la grandeza i gloria de una Nación i siendo así,! ¿Qué hacen los
gobiernos que no afrontan tan noble tarea de sustituir lo bueno por lo malo, lo
digno por lo indigno, lo feliz por la desgracia más completa?
¡Manos a la obra i el porvenir de Chile será hermoso i risueño!

Nace el hombre i es la mujer quien la recibe de las manos del hacedor, es ella la
que atiende sus primeras necesidades, i es ella por fin quien enjuga sus lágrimas
(…) El hombre no olvida jamás las primeras ideas que ha recibido su intelijencia,
ni los primeros sentimientos que conmovieron su corazón (…) Ahora bien, siendo
tan alta la misión de la mujer ¿será suficiente la educación que hasta hoy ha
recibido? 103

La educación la queremos concebir, fundamentalmente, como un proceso de


formación integral, mediante la asimilación sistemática y critica de la cultura, y
esta entendida como un rico patrimonio a asimilar, pero y también, como un
elemento vital y dinámico, del cual forma parte. 104.

102
Educación Popular. En El Artesano. Año III. N° 9. Santiago. 3 de julio de 1869.

103
Varela. Alfredo. Instrucción. En la Revista Juvenil. N° 5. Vallenar. 10 de abril de 1897. P. 6.

104
Vargas, Héctor; Torres, Sergio. Naser, Sergio (2008). Acerca de la misión de la educación católica. En
Revista Pensamiento Educativo. N°42. Santiago. Pp. 14
Al predominar corrientes secularistas, especialmente en los liceos del Estado por
influyo del Instituto pedagógico, creado en 1889 en la Universidad de Chile, la
sociedad centro cristiana, creada en 1894 por el Arzobispo Mariano Casanova,
multiplicó los colegios secundarios católicos105.

Hagamos obra de políticos, aprovechando de la unión realizada en la altiva lucha


para constituir de una manera definitiva i estable el gran partido liberal, que
acá en el gobierno firme baluarte de las leyes e instituciones que aseguran el
ORDEN; que sea en las decisiones elemento tranquilo de reforma, sin violencia
para las opiniones contrarias, sin prisa ni premura para la práctica de sus
propósitos, realizando el verdadero PROGRESO POLITICO, que consiste en
hacer aceptables i deseables los principios que van a convertirse más tarde en
leyes del Estado. (…)106

El liberalismo está en pleno cisma, exclama sin querer entrar a averiguar


quiénes son los promotores de ese cisma se limita a deplorarlo107

Los conservadores más recalcitrantes son los más exaltados enemigos de la


reacción social, los más vehementes propugnadores del restablecimiento político
del país “aun los llamados por mal nombre clericales entre los cuales se cuentan
todos aquellos que vuelven la mirada a la Edad Media como la edad de oro de la
vida religiosa de la humanidad, no han manifestado jamás aspiraciones
definidas a romper nuestra armazón constitucional y rehacerla en conformidad
al caduco ideal antiguo”

105
García. Enrique (2000). Las congregaciones religiosas en la historia de la educación chilena. En Revista
Pensamiento Educativo. Pp. 43-56. Vol. N°42. Santiago. Pp. 53
106
Editorial. “En Marcha”. La Época. N° 1. Santiago. 15 de noviembre de 1881.
107
Los tiempos. Santiago. En el estandarte católico. Nº2. Santiago. 5 de marzo de 1881
Así Chile es un pueblo esencialmente conservador, esto es, afecto al orden y que realza el
progreso paulatinamente sin atentar a las bases orgánicas de la sociedad108

1.3 Modelo educativo chileno en la actualidad: evaluación de ambas


formas de enseñanza, y su proyección.

La influencia religiosa en la educación y su complementación con el poder de los


medios de comunicación han llegado a dominar las áreas educacionales de
nuestros países. 109

Desde la larga tradición y experiencia pedagógica de la fe, creemos que la


laicidad no es un contenido filosófico anti- religioso, sino una disposición mental
de estar siempre abierto a las verdades del otro. Por ello, el miembro del pueblo
(laos), es el laico que se aproxima a la diversidad como expresión de riqueza, y
que ve en la diferencia un motor de vida, y un genuino pluralismo110

Lo que siempre me llamó la atención fue el compromiso de los profesores. Se


entregaban en cuerpo y alma a dar lo mejor de ellos para que sus alumnos
aprendan y sean personas de bien. Realmente se la juegan por enseñar, por
entregar una educación y formación de calidad (…)
Se nos inculcaba el respeto por el otro y el servicio al prójimo. Siempre se nos dio
libertad para actuar porque se sabía que respondíamos con responsabilidad. 111

108
El heraldo. Santiago. En el estandarte católico. Nº2. Santiago. 22 de abril de 1881
109
Carvajal. Jorge (2006). Laicismo político. Cartagena de Indias. P.5

110
El encuentro con la Iglesia Católica de Santiago. Año N°8. N° 87. Santiago. Mayo de 2014. P.

111
Valentina Gatica. Estudiante. En El encuentro con la Iglesia Católica de Santiago. Año N°8. N° 87.
Santiago. Mayo de 2014. P.
Trabajar en educación con sectores vulnerables es una opción que requiere
mucho compromiso y profesionalización. El Papa Francisco lo ha pedido
reiteradamente, tenemos que salir a las periferias materiales y existenciales
para evangelizar. Y eso es lo que desde la SECST estamos haciendo. 112

Cerca de mil establecimientos activos, que representan más del 16% del total
nacional, son el aporte concreto de la Iglesia al proceso educativo en Chile113

Sin lugar a dudas, la formación católica en el periodo escolar es determinante,


en especial si esta apoya los principios y valores del Evangelio que viven en el
hogar. Fue lo que me paso en la infancia y adolescencia. Sin embargo, si el
ambiente cultural es extremadamente materialista, arribista y clasista, los
obstáculos para vivir el evangelio son grandes. 114

112
Entrevista a Sandra Urrutia. Profesora y actual Directora Ejecutiva de la Fundación Educacional Sociedad
de Escuelas Católicas Santo Tomás de Aquino (SECST), con motivo de la celebración de 144 años de existencia
de la institución. En El encuentro con la Iglesia Católica de Santiago. Año N°8. N° 87. Santiago. Mayo de
2014. P.

113
El encuentro con la Iglesia Católica de Santiago. Año N°8. N° 87. Santiago. Mayo de 2014. P.

114
Entrevista a Benito Baranda en El encuentro con la Iglesia Católica de Santiago. Año N°8. N° 87. Santiago.
Mayo de 2014. P.

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