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PSIQUIATRIA

TITULO : Epilepsia y Trastornos Mentales

AUTOR : Marchetti RL, Castro APW, Kurcgant D y colaboradores

TITULO ORIGINAL: [Transtornos Mentais Associados à Epilepsia]

CITA: Revista de Psiquiatria Clínica 32(3):170-182, 2005

MICRO : Los trastornos mentales asociados con la epilepsia constituyen un factor


significativo de deterioro de la calidad de vida; en algunas ocasiones tienen más
influencia en este aspecto que la propia epilepsia.

Introducción

La epilepsia es el trastorno neurológico serio más frecuente, el cual afecta a


aproximadamente 50 millones de personas en todo el mundo. Suele asociarse con
complicaciones graves, que incluyen muerte súbita, lesiones de diversos tipos, problemas
psicológicos y trastornos mentales; también se relaciona con problemas sociales y
económicos y se la considera un significativo problema de salud pública. Sus altas tasas
de incidencia en los países en desarrollo se atribuyen, en gran medida, a enfermedades
parasitarias (en especial neurocisticercosis), infecciones intracraneales virales o
bacterianas, trauma obstétrico, traumatismo craneoencefálico y enfermedades
cerebrovasculares.

Según los cálculos establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la


epilepsia provoca el 1% de los días de trabajo perdidos por enfermedad en todo el
mundo. Cerca de la tres cuarta parte de las personas afectadas por epilepsia pueden
volverse sujetos asintomáticos con el uso de drogas antiepilépticas (DAE); y alrededor de
dos tercios de los que reciben este tratamiento pueden interrumpirlo luego de un período
de aproximadamente 2 años y continuar en remisión. El índice de mortalidad de las
personas con epilepsia es dos a tres veces superior al de la población general. A pesar de
que los datos mencionados demuestran la importancia del tratamiento adecuado, la
mayoría de las personas con epilepsia en los países en desarrollo no lo reciben. La
epilepsia era considerada una enfermedad provocada por causas sobrenaturales y, como
consecuencia, las personas afectadas era alejadas de la sociedad. El estigma impuesto
sobre personas con epilepsia ha afectado a sus familias, la vida social, empleos,
perspectivas conyugales y la autoestima. Además, los epilépticos suelen ocultar su
condición.

En 1997, la OMS, la International League Against Epilepsy (ILAE) y el International


Bureau for Epilepsy (IBE) iniciaron una campaña global con la consigna de "sacar a la
epilepsia de las sombras" (out of the shadows). Sus objetivos consisten en: 1) aumentar
la conciencia pública y profesional de la epilepsia como una condición tratable; 2) mejorar
la aceptación pública de la enfermedad; 3) promover la educación pública y profesional
sobre ella; 4) identificar las necesidades regionales y nacionales de los portadores; y 5)
estimular a los gobiernos y departamentos de salud a considerar las necesidades
regionales y nacionales de las personas con epilepsia, lo que incluye concientización,
educación, diagnóstico, tratamiento, cuidados, servicios y prevención.

Trastornos mentales y epilepsia

Por los siguientes motivos la OMS incluye la epilepsia en el capítulo de trastornos


mentales en el contexto de la salud pública: históricamente la epilepsia ha sido
considerada como enfermedad mental en muchas sociedades; las personas con esta
enfermedad sufren discriminación y cuando no reciben tratamiento presentan graves
disfunciones; el tratamiento de la epilepsia se realiza con frecuencia en el área de los
profesionales de la salud mental debido a la relativa ausencia de servicios neurológicos
especializados, en particular en los países en vías de desarrollo. Además, muchos países
tienen leyes que impiden a estos individuos asumir ciertas responsabilidades civiles.

Importancia de los trastornos mentales asociados con la epilepsia como problemas de


salud pública

Los trastornos mentales asociados con la epilepsia comprometen la calidad de vida,


desfavorecen la capacidad de adaptación profesional, reducen la tasa de ocupación y
contribuyen a la internación hospitalaria recurrente y al incremento del riesgo de suicidio.
A pesar de ser frecuentes e importantes, los trastornos mentales están subdiagnosticados
en los pacientes con epilepsia. Además del estigma asociado con la enfermedad, los
pacientes que también tienen trastornos mentales asociados se enfrentan con lo que se
ha denominado "doble estigma".

Las causas para el subdiagnóstico de los trastornos mentales de los pacientes con
epilepsia suelen ser: 1) tendencia a minimizar los síntomas; 2) dificultad para el
reconocimiento de síntomas inusuales, atípicos en la población con epilepsia; 3)
tendencia por parte de los pacientes a minimizar las quejas por temor a ser
discriminados; 4) temor a que los psicofármacos disminuyan el umbral convulsivo, con lo
que se genera el problema de resistencia a la prescripción de estos medicamentos.

Clasificación de los trastornos mentales asociados con epilepsia

Se han propuesto diversos esquemas clasificatorios; todos han producido controversias.


El CID-10 y DSM-IV, los esquemas de mayor representación internacional, agrupan a los
trastornos asociados con la epilepsia bajo el concepto de trastornos mentales "orgánicos"
o "relacionados con condiciones médicas". La clasificación de estos trastornos mentales
podría basarse sobre una perspectiva etiológica: trastornos mentales asociados con la
epilepsia o su tratamiento, trastornos mentales no asociados con la epilepsia o su
tratamiento y trastornos mentales relacionados con la enfermedad de base que causa
tanto epilepsia como el trastorno mental.

Los trastornos mentales asociados con la epilepsia son tradicionalmente divididos en


perictales e interictales. Los perictales tienen estrecha relación temporal con las crisis
epilépticas, y ocurren inmediatamente antes, durante o luego de ellas; en los trastornos
mentales interictales no existe esta relación temporal. En general, los trastornos
mentales perictales tienen comienzo agudo o abrupto, corta duración (horas a días) y
remisión completa, con posibilidad de recurrencias.

También son más frecuentes las alteraciones en el electroencefalograma (EEG) de base


asociadas con estos cuadros, los cuales se dividen en preictales, ictales, posictales y
alternantes. Los trastornos mentales preictales se inician en el período prodrómico de las
crisis epilépticas (horas o días) y luego mejoran o desaparecen. Los trastornos mentales
ictales son manifestaciones psicopatológicas de los estadios de mal epiléptico no
convulsivos (estados de mal de ausencia parcial complejo) y estados de mal parcial
simples. Los trastornos posictales se inician después de la crisis epiléptica,
inmediatamente o después de un intervalo de "lucidez" de algunas horas o días. Los
trastornos mentales paraictales aparecen en períodos en los cuales la frecuencia de las
crisis aumenta y se resuelven con el retorno al patrón habitual de las crisis. Los
trastornos mentales alternantes se inician unos días después de la reducción significativa
o la interrupción espontánea completa de las crisis epilépticas o, con mayor frecuencia,
con el uso de DAE.

La clasificación de estos trastornos mentales asociados con la epilepsia según la relación


temporal con las crisis epilépticas tiene utilidad clínica, dado que sugiere aspectos
importantes del tratamiento. Se supone que la causalidad de los trastornos mentales
perictales involucra actividad epiléptica bajo la forma de fenómenos de activación o
inhibición neuronal agudos o ambas, lo que produce disfunciones neurofisiológicas o
neuroquímicas o ambas manifestaciones. Los trastornos mentales interictales
presentarían causalidad compleja y multifactorial o podrían involucrar la posibilidad de
asociaciones azarosas entre epilepsia y trastornos mentales "funcionales". En primer
término, el tratamiento de los trastornos mentales perictales está orientado al control
riguroso de las crisis epilépticas; el tratamiento de los trastornos interictales es
básicamente similar al de los trastornos "funcionales", aunque con algunas
especificidades.

Depresión y epilepsia

El ánimo depresivo es el síntoma psiquiátrico más común en los pacientes con epilepsia.
Aunque frecuentes, los trastornos depresivos se encuentran subdiagnosticados entre
estos sujetos. En general, la depresión perictal es poco reconocida por deficiencia y falta
de entrenamiento médico; es posible que por esta razón la depresión interictal sea
considerada bastante más frecuente y clínicamente importante que la perictal. La
depresión interictal ha sido definida como atípica, crónica y de intensidad moderada, con
más síntomas psicóticos, con más ansiedad, más irritabilidad y/o hostilidad, menos
síntomas melancólicos, variabilidad e intermitencia de síntomas y episodios de
irritabilidad y/o euforia paroxísticas de corta duración. Los mecanismos neuropatológicos
de la depresión propuestos son especulativos, sin evidencias concluyentes. La teoría del
desequilibrio emocional interhemisférico se relaciona con las evidencias de asociación
entre foco epiléptico izquierdo y depresión interictal. Según esta teoría, el hemisferio
izquierdo involucra afectos positivos y el hemisferio derecho afectos negativos. La
hipofunción izquierda o hiperfunción derecha causaría depresión.

Psicosis y epilepsia

La prevalencia de psicosis parece estar incrementada en pacientes con epilepsia. Como


ocurre con la depresión asociada con epilepsia, las psicosis perictales (en particular la
posictal, la más importante) son poco reconocidas, lo cual posiblemente se deba al
diagnóstico inadecuado. Es posible que esto explique la razón por la cual algunos autores
consideran a la psicosis posictal una entidad clínica relativamente rara, en tanto que otros
creen que es el evento psicótico epiléptico más común; esta discordancia se debe a la
dificultad de diagnosticar el evento psiquiátrico transitorio, a la variabilidad de criterios
diagnósticos y a la eventual dificultad de separarlo de otras manifestaciones psicóticas
asociadas con la epilepsia. Por lo general, la psicosis posictal ocurre luego de una crisis
parcial compleja polimorfa, con generalización secundaria o sin ella. Es común que los
pacientes se recuperen por completo después de estas crisis; el cuadro psicótico surge
una vez transcurrido un intervalo de lucidez de 24 a 48 horas. La presentación es
polimórfica: durante los episodios psicóticos los pacientes pueden sufrir delirios de
persecución, comúnmente seguidos de alucinaciones, con mayor frecuencia auditivas que
visuales.

Son habituales los síntomas afectivos y trastornos del pensamiento de tipo depresivo o
maníaco. Los cambios del estado de ánimo con presentación hipomaníaca seguidos de
religiosidad importante suelen estar asociados con actividad epiléptica en el lado derecho.
En la mayoría de los casos se observa remisión espontánea luego de unos días. Se han
informado recurrencias a lo largo de los años en el 50% a 70% de los pacientes, con las
cuales puede aumentar la duración de la sintomatología psicótica y, eventualmente, los
episodios se funden unos con otros y se produce un cambio hacia un cuadro psicótico
interictal crónico. Esta progresión de psicosis posictales a interictales ocurre en el 14% a
40% de los pacientes.

En la psicosis interictal generalmente la conciencia está preservada, aunque hay


excepciones poco comunes. Los episodios psicóticos interictales tienen comienzo
insidioso, cursan con delirios (religiosos o místicos, de persecución y de referencia),
alucinaciones, trastorno del pensamiento, conducta desorganizada, ausencia relativa de
síntomas catatónicos, cambios en el estado de ánimo transitorios e intensos,
apragmatismo y embotamiento afectivo. En general, evolucionan con persistencia de los
síntomas psicóticos, secuelas psicoorgánicas, intentos de suicidio, internaciones múltiples
y deterioro funcional.

Crisis no epilépticas psicogénicas

Las crisis no epilépticas (CNE) consisten en ataques o accesos recurrentes que se pueden
confundir con epilepsia debido a la similitud de las manifestaciones conductuales, pero no
son consecuencia de descargas cerebrales anormales. Pueden tener origen físico (CNEF)
o psicogénico (CNEP). Las condiciones médicas comunes bajo la forma de CNEF son el
síncope, el sonambulismo y el terror nocturno, la jaqueca, la hipoglucemia, la narcolepsia
y el ataque isquémico transitorio. Los trastornos mentales más frecuentes bajo la forma
de CNEP son los trastornos disociativos/conversivos, los trastornos somatoformes y el
ataque de pánico.

La prevalencia de CNEP en la población general se estima entre 2-33/100 000; y en los


pacientes evaluados en centros especializados de epilepsia es del 10% a 58%. Varios
estudios señalan que el diagnóstico temprano y apropiado de las CNEP, con el posterior
tratamiento adecuado, puede producir la remisión en el 19% a 52% de los casos o
mejoría del cuadro en el 75% a 95%. Un aspecto que dificulta el diagnóstico de las CNEP
es la alta prevalencia de la asociación entre CNEP y epilepsia. Se ha constatado que el
50% de los pacientes con CNEP también presenta epilepsia. Las CNEP tienen graves
consecuencias sociales y psicológicas; el paciente y su familia enfrentan los mismos
problemas que los pacientes con epilepsia: discriminación, bajo desempeño escolar,
desempleo, dificultades para la relación interpersonal y exclusión social.

Conclusión

La epilepsia es el trastorno neurológico serio más frecuente y constituye un importante


problema de salud pública. Su incidencia en los países en desarrollo duplica a la de los
países desarrollados. Aunque suele ser tratable, la mayoría de los pacientes permanece
sin recibir terapia. Los sujetos con epilepsia y trastornos mentales padecen un "estigma
doble". Es importante, concluyen los autores, la difusión de los conocimientos sobre
epilepsia y los trastornos mentales asociados para enfrentar los problemas de
discriminación y la falta de tratamiento adecuado.

Ref: NEURO

Resumen objetivo elaborado por el


Comité de Redacción Científica de SIIC
en base al artículo original completo
publicado por la fuente editorial.

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