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Introducción

Las fiestas populares tradicionales, enmarcadas dentro de las tradiciones, son


una muestra característica de la cultura y por ende de la identidad, por tanto,
sigue siendo un objeto de estudio candente, a pesar de vivir en una sociedad
secularizada y en un momento en que las líneas de investigación se
encaminan por otros derroteros.

Según Virtudes Feliú Herrera (2001) “(…) la globalización cultural establece


como uno de los factores principales, el rescate y formación de las nuevas
generaciones en el amor a su cultura sobre todo de aquellas tradiciones que
conforman su identidad.” 1 En este sentido se considera que con los cambios
y el auge socioeconómico de estos tiempos, resulta difícil enmarcar
contextos sociales, como absolutamente modernos o tradicionales, pues
todo desarrollo cultural representa transformaciones cualitativas inevitables
que defienden aspectos valiosos de etapas de generaciones anteriores, que
al interesarse en el desarrollo actual en poca o gran proporción no se
desprenden de sus marcos culturales auténticos de manera absoluta.

Por otra parte, María Teresa Linares Savio (2008) planteó que “(…) la
interacción cultural va estableciendo transformaciones históricas en las
sociedades como proceso de comunicación constante”2 ; no obstante, se
resalta que en las comunidades tradicionales también se operan cambios,
pero estos, cuando no alteran en lo esencial la identidad, mantienen el
sistema de valores, normas y creencias que a pesar de haber evolucionado
sustentan su identidad. Así, Juan A. Alvarado Ramos (2008); Jesús Guanche
Pérez (2008) expresaron que la sociedad no permanece absolutamente
aislada ni ajena a los cambios que acontecen en la actualidad, debido a la
interacción entre los individuos y contextos sociales que en algunos casos,
llegan incluso a cambiar la identidad de algunas regiones o pueblos.
A consideración de la autora del presente artículo, si se parte del criterio de
que a la identidad cultural le es inherente la comprensión consciente de la
memoria histórica, bien puede considerarse la posibilidad de rescatar lo más
auténtico de las tradiciones a partir del conocimiento y defensa del legado
cultural que tanto cuesta a un pueblo crear, preservar y transmitir de
generación en generación.

De acuerdo con lo planteado por la DrC. Haideé Rodríguez Leyva, “(…) la


identidad cultural de un pueblo se expresa en las simples manifestaciones de
la vida cotidiana: prácticas culinarias, ajuares domésticos, se refleja en las
diferencias, la personalidad, relaciones familiares, sociales, costumbres y
tradiciones; se define a través de las producciones artísticas, literarias,
históricas, pedagógicas, políticas y científicas en general”.3
De ahí que constituya un reto para los países latinoamericanos, sometidos a
largos procesos de colonización, la orientación de las nuevas generaciones
hacia la construcción de un modelo en defensa de las raíces culturales, un
modelo que garantice el sostenimiento de la identidad cultural de los pueblos
a partir de lo planteado por Carlos Córdova Martínez (2000) cuando aseveró
que esta “(…) se expresa en las simples manifestaciones de la vida cotidiana:
prácticas culinarias, ajuares domésticos, vestuarios. Se refleja en las variantes
lingüísticas, idiosincrasia, relaciones familiares y sociales. Se afirma en las
costumbres, tradiciones, leyendas, folclor. Se define a través de las
producciones artísticas, literarias, históricas, pedagógicas, ideológicas y
políticas propias, para alcanzar niveles superiores en la formación de la
nacionalidad; expresadas en un sistema humano que sustenta, como sujeto
histórico cultural, aspiraciones a una determinada cuota de poder y llegar a
su madurez con la consolidación de una nación soberana”. 4
Entonces se hace necesario, asomarse a la identidad cultural a través del
prisma de las tradiciones, y en especial a las fiestas populares tradicionales
que sea esta una vía para asegurar la cultura y garantizar una existencia digna
a los individuos a partir de la reafirmación de sus valores más auténticos. Ya
que las fiestas integran creadoramente elementos tales como: la música, los
bailes, los cantos, creencias religiosas, comidas, bebidas, vestimenta… de la
cultura popular tradicional; los cuales encarnan de diversos modos en el
arraigo de quienes lo conservan y transmiten, la fisonomía y temperamento
del pueblo, por lo que es de meritoria importancia la necesidad de investigar
el tema en cuestión.
Según López Ramos, Belkis (2006) en América Latina las festividades son una
tradición muy significativa, resultan una revelación de la riqueza cultural de
sus pueblos, donde se conjugan brillantemente los ingredientes de la
transculturación, su creatividad y comunicación constante. Este
acercamiento permite entrar en la vida de una comunidad de individuos,
conocer sus sentimientos, costumbres, vivencias, emociones, cultura;
formular críticas a problemas sociales, como la desigualdad, la delincuencia,
el desempleo, etc., y orientar hacia la transformación social a través de la
reflexión en torno a temas de gran importancia, como pueden ser las
conductas responsables, el cuidado de nuestras raíces culturales, del medio
ambiente, la sexualidad, la educación formal, entre otros.
Por otra parte, Feliú, Virtudes (2003) planteó que la fiesta, como parte del
folklore social, constituye una costumbre, una manera de hacer lo
transmitido, mientras que la tradición es la forma de pensar y sentir lo que se
transmite. Esto, a su vez, está representado por la práctica de muchos
hábitos en cada uno de los aspectos de una sociedad o grupo social
determinado. Las mismas contienen en sí las distintas tradiciones, creencias y
ritos religiosos, la música, las danzas, los juegos o competencias, las comidas
y bebidas relacionadas con ellas, la ornamentación, expresiones de literatura
oral, vestuario, medios de transporte y otros aspectos de la cultura espiritual
y material del pueblo. Estas pueden estar vigentes o no y poseer un
contenido religioso o laico. Su realización puede ocurrir en el medio urbano o
rural.

Por lo antes mencionado se puede afirmar que las fiestas constituyen un


suceso de obligada mirada en el tiempo, pues construyen una visión integral
como catalizadora de las expresiones identitarias. Resume en su figura
prácticas y ritos que son reflejo de una época, son el escenario ideal para
estudiar la cultura integralmente concebida, vinculada a sucesos de la vida
cotidiana de los hombres. Además los conduce a una salida de esa
cotidianidad. Las fiestas expresan huellas del tejido social que representan y
cuyos intereses simbolizan y constituyen reflejo de la identidad cultural de un
pueblo según su tradición (López Ramos, Belkis M, 2006).5
En el ámbito internacional numerosos investigadores han tratado el tema de
la fiesta desde diferentes perspectivas como son los latinoamericanos Bajtín
(1999), Brisett (2011), Escobar (2000), (1998) García Canclini, (2000) Escobar,
(2005) Mari Ángeles Sánchez, (2003) García-Borés, (2001) Bruner; entre
otros. Los cuales coinciden en que la fiesta es un tema colectivo de aspectos
éticos y estéticos. Se destaca su trascendencia en los imaginarios sociales ya
que arraiga y niega lo social, y se vincula tanto con la conservación de la
memoria como con las rupturas que inventan futuros posibles.

En el caso de Cuba se han realizado investigaciones desde diferentes aristas,


tal es el caso de: (2002) Ana Julia García Dally, (2002) Juan A. Alvarado
Ramos, (2001) Manuel Antonio Díaz, (2001) Pedro Luis Córdova Armenteros,
Dennis Moreno Fajardo, (2003) Virtudes Feliú Herrera, (2008) Martha
Esquenazi Pérez, (2005) Caridad B. Santos Gracia y (2005) Marta del Carmen
Victoria Ramos,6 los cuales aportaron los aspectos relacionados con las
fiestas populares tradicionales cubanas, su ubicación geográfica, los
antecedentes étnicos y religiosos así como, las características que debe
poseer una fiesta para ser popular tradicional.

En la actualidad los problemas que presentan las fiestas populares


tradicionales en Cuba vienen desde el triunfo de la Revolución, la cual
provocó cambios en la estructura económica, social, cultural y política del
país. Como las restantes actividades, las fiestas populares tradicionales
comenzaron un proceso de transformación de forma paulatina que desvirtuó
las formas originales, que se sustituyeron por otras o convivieron
simultáneamente. Desde nuestro punto de vista, las fiestas tradicionales han
desaparecido casi en su totalidad en Cuba. Muchas de estas festividades en
sus inicios tenían un carácter religioso, y al paso del tiempo han sido
convertidas en eventos mercantilizados que han perdido muchas de sus
características fundamentales.
Lo antes expuesto incide en que las fiestas populares tradicionales hayan
perdido muchos de los elementos socioculturales que desde antaño las han
caracterizado y han motivado la participación de los pueblos en estas
celebraciones festivas tales como tradiciones, creencias y ritos religiosos, la
música, los juegos con un carácter competitivo, las comidas típicas
relacionadas con ella, expresiones de la literatura oral, confección de objetos
artesanales y otros aspectos de la cultura material y espiritual de la
comunidad.; pues sólo se han limitado en gran medida a la venta de
productos comerciales y gastronómicos, además, las actividades planificadas
no cuentan con la calidad requerida.

Según José Antonio Almenares Díaz (1999) desde 1995 - 1996 se consolidó el
estudio de las festividades y la puesta en práctica de acciones para
revitalizarlas; fortaleciendo la identidad cultural de los pueblos. Estas fiestas
se desarrollaban en los meses de principio de año, principalmente en los
meses de cosechas y siembras de productos, o sea, prevaleciendo su
marcado carácter económico porque están estrechamente ligadas al campo y
a la labor productiva. 7
Pereira Valarezo, José (2009) considera que las fiestas populares están "…
cargadas de hechos y personajes simbólicos, mediante los cuales cada pueblo
en particular reactualiza la visión que tiene de sí mismo y del mundo que le
rodea, la fiesta reordena y orienta cíclicamente las relaciones al interior del
grupo, redistribuye instancias de poder y prestigio y, sobre todo, se
reproduce a sí mismo, comunicándole a sus miembros los símbolos
portadores de su identidad. Se dice, además que toda acción teológica,
política, social o cultural, no se piensa hoy como verdaderamente lograda si
no termina en una fiesta. En tal sentido, ésta es una promesa política,
cultural, social”. 8
Para José Pereira Valarezo los ecuatorianos siempre tienen algo que celebrar
y están dispuestos a hacerlo; menciona que el calendario festivo revela no
sólo la diversidad de fiestas registradas, sino también la existencia de
variaciones en la forma de celebración, dependiendo de dónde, qué y
quiénes las celebren.
Teniendo en cuenta las diferentes definiciones abordadas por los diferentes
autores se considera que son muchas las actividades desarrolladas en estas
celebraciones, donde algunas coinciden y otras no. A pesar de la generalidad
estas fiestas tienen sus características propias, de acuerdo a su fundación o
surgimiento.
En países de habla inglesa celebran festividades como Halloween, día de
acción de gracia, la navidad. En países de habla hispana celebran día de los
reyes, navidad, los carnavales, día de los santos, día del agua, de la madre
tierra (Pacha Mama) ejemplo en Bolivia, en México la celebración del día de
los muertos.
Las fiestas populares tradicionales en Cuba fundamentalmente están
asociadas al periodo de conquista y colonización por los españoles, pues en
ese proceso de “pacificación” y luego de asentamiento, los grupos de
inmigrantes de diferentes partes de la península ibérica trajeron consigo sus
hábitos y costumbres con la intención de mantenerlas en su nuevo hábitat.
Esto no sólo se manifiesta en Cuba sino que ocurrió con otros países de
Latinoamérica y el Caribe con la mezcla de las culturas africanas, francesas,
en el caso de España con la invasión de los musulmanes, romanos y griegos.

En Cuba las fiestas populares tradicionales que se celebran son los


carnavales, las parrandas de Santi Espíritus, las charangas de Bejucal, las
Romerías de Mayo en Holguín, la fiesta del fuego en Santiago de Cuba, en
Guantánamo “La fiesta a la Guantanamera” y en Baracoa la “Fiesta de las
aguas”, “del cacao”, “del coco”, entre otras.

Los preparativos para la fiesta comienzan en horas tempranas donde los


pobladores elaboran los platos típicos, recolectan frutas y viandas, organizan
los objetos artesanales, las pinturas de artistas aficionados, los grupos
musicales, las representaciones teatrales, el encuentro de desimistas y se
preparan las diferentes áreas donde se realizarán los juegos tradicionales.

La primera parte dedicada al culto religioso y más tarde se celebraban los


bautizos, bodas y la misa a la que asisten personas de todas las comunidades
cercanas. En la segunda parte de la celebración comienzan a desarrollarse las
actividades populares tradicionales, libres de matices religiosos en las que
están insertados los pobladores de las diferentes comunidades. Se elaboran
platos típicos que son combinados con carnes, vegetales y condimentados.
Los artesanos realizan exposiciones de su propia creación y los artistas
aficionados realizan sus presentaciones.
1.1 Elementos socioculturales que identifican las fiestas populares
tradicionales.
Para referirse a los elementos socioculturales que identifican las fiestas
populares tradicionales hay que mirar en varias direcciones, es decir, hacia
España, África, el Caribe antillano, Francia, incluso otras minorías étnicas que
al arribar a costas cubanas trajeron su cultura, y todas ellas al mezclarse se
fueron creando según el credo de cada una de las diferentes festividades,
algunas coincidían con los santos que profesaban la iglesia católica. De esta
forma fueron surgiendo diferentes elementos socioculturales que luego con
el paso de una generación a otra se fueron identificando con ellos.

En Colombia los elementos socioculturales que la identifican tienen orígenes


muy diversos. Realizan ritos pre cristianos traídos por los españoles,
ceremoniales aborígenes prehispánicos y ritos seculares africanos. Por otro
lado los asentamientos negros del Pacífico realizan la ceremonia del santo
patrono que tiene más rasgos de carnaval pagano que de fiesta cristiana.
España la fiesta popular es la ocasión en que se expresa la identidad a través
de la música. En esta fiesta se encuentra lo que podría llamarse el carácter o
personalidad del pueblo.
En Cuba la misa, los bautizos y la procesión es una ceremonia que desde sus
inicios era netamente religiosa, presidida por la iglesia católica, que dirigía la
celebración, de ahí que al frente de la misma estuvieran las principales
figuras jerárquicas de la iglesia quienes vestían de blanco, portaban
pendones y otros atributos; detrás iban los fieles seguidores. Era una
ceremonia cargada de solemnidad desde la iglesia hasta el lugar donde se
realizarían diferentes actividades entre las que se destacan la lectura de
pasajes bíblicos y la respuesta de la multitud a través de cantos y alabanzas,
se llevaba la imagen del santo para el río se le encendían velas, se le hacían
peticiones y luego se regresaba para la iglesia.
Se exponen platos típicos en el caso de Cuba se destacan los dulces y el ajiaco
criollo o caldosa que es de preferencia de los pobladores. Además se realizan
los juegos tradicionales como: atracción de la soga, montar a caballos y toros,
el palo encebado, arrancarle la cabeza al pato, juegos de pelota, pelea de
gallos. Sin embargo en países del primer mundo hay marcada tendencia al
consumo de productos naturales.

Uno de los elementos más importantes que integran la base cultural de los
territorios son las décimas populares que fue traída de España, las cuartetas,
los mitos y las leyendas, los cuentos folklóricos, las adivinanzas y los
trabalenguas fueron incorporadas por los cronistas en el período de
conquista y colonización. La mayoría de estas composiciones abordan temas
dedicados fundamentalmente al amor, al paisaje, los asuntos sociales y al
choteo.

Para los niños se realizan juegos tradicionales como la competencia de zanco,


atracción de la soga, el juego del pañuelo, tesoros escondidos, los disfraces y
la corrida de cintas. La calle y fachada de las casas se adornan para la ocasión
con pencas de cocos y otros motivos florales. También se pintan los frentes
de las casas con pintura o cal, se construyen enramadas a la entrada de la
población, de uno y otro lado de la calle se cuelga adornos variados
confeccionados por los vecinos.

Entre los elementos propios para animar las fiestas se encuentran los bailes
tradicionales, los cantos populares, los disfraces, carrozas, comparsas y
desfiles, entre otros. Predomina la conga como música que arrastra a la
multitud, que va creciendo a medida que la misma se va desplazando.
Las bebidas son un elemento que se aprecia con mayor frecuencia,
anteriormente era indispensable la presencia de jugos y refrescos, hoy se
hace casi imprescindible la presencia de bebidas alcohólicas que se ingieren
en el trayecto y en el lugar de la celebración. En países latinoamericanos se
bebe el aguardiente y en países europeos el vino.

A manera de resumen las fiestas populares tradicionales tienen sus


antecedentes y fundamentos en el proceso migratorio que hubo en Cuba. Los
elementos socioculturales permiten afirmar que las fiestas populares
tradicionales son reflejo de la identidad de los pueblos. Pues constituyen un
recurso cultural puesto en función de la defensa de dicha fiesta y un
instrumento de afirmación identitarias, al realizar aportes significativos en
función de la identidad cultural de las comunidades. Las fiestas populares
han desempeñado un papel muy importante en la conservación de
las tradiciones, pues muestran las principales costumbres, hábitos y
comportamientos de los diferentes territorios que se realizan.
Además de la preservación de los elementos socioculturales de
generación en generación.
Bibliografía:

1. Alfaro González, Georgina. “Axiología para la identidad”. En: La


polémica sobre la identidad. Pensar en Cuba. La Habana: Ciencias
Sociales, 1997. 234p.
2. Almenares Díaz, José Antonio, Fiestas Tradicionales del municipio El
Salvador. Cultura y Desarrollo. 1999 pág. 3.
3. Almazán, Sonia: Revista Temas, "Controversia Cultura Popular,
identidad y comunidad", Cultura Ideológica Sociedad, No 20-21/ Enero
– Junio 2009, Ciudad de La Habana, Cuba.
4. Boti, Regino Eladio. Guantánamo, Breves apuntes acerca de los
orígenes de esta ciudad. Santiago de cuba: Editorial Oriente. 1988.
5. Córdova Martínez, Carlos. Proyecto del Centro de Estudios sobre
Identidad y Educación, p.11.
6. Dra. C. Haydee Rodríguez Leiva. Asistente –CP
http://conrado.revistas.rimed.cu/articulo/mostrar/las-tradiciones-
populares-como-recurso-para-la-formaci-n-de-la-identidad-cultural-de-
los-escolares-primarios
7. Dra. Feliú Herrera Virtudes. Fiestas Populares Tradicionales.
http://www.lajiribilla.cu/2001/n14_agosto/etno/fiestastxt.htm.
8. Escalona Velásquez, A.: "La cultura popular tradicional como elemento
esencial para la transformación sociocultural", en Contribuciones a las
Ciencias Sociales, Enero 2012, www.eumed.net/rev/cccss/17/.
9. García Canclini, Néstor. Gramsci y las culturas populares en América
Latina, p. 5-20.
10.Linares Sabio, Martha Teresa. Fiestas populares tradicionales cubanas
y cultura popular.
11.López Ramos, Belkis M. Las Verbenas en las Tunas. Su papel en la
formación de la memoria histórica de la región en el siglo XX.
12.Martha Teresa Linares Savio. Fiestas populares tradicionales cubanas y
cultura popular tradicional cubana.
http://www.archivocubano.org/fiestas.htm
13.Rafael Cerezo López: «Parrandas y charangas», en Fiestas populares
tradicionales cubanas, Ed. de Ciencias Sociales, La Habana, 1998.
FE Y DEVOCIÓN A LA BOLIVIANA

Bolivia es un país rico en cultura y tradiciones, una


mezcla hermosa entre creencias ancestrales propias
de las culturas precolombinas y el cristianismo traído
por los conquistadores españoles, siglos de
imposiciones, mezclas e imbricaciones dieron como
resultado un sincretismo religioso el cual se manifiesta
diariamente en el vivir del boliviano común, son
expresiones de una religiosidad popular fuertemente
arraigadas en el sentir de las personas en toda Bolivia.

Con el pasar de los años estas manifestaciones de Fe


y Devoción fueron mutando, cambiando,
lastimosamente en muchos casos alejándose
radicalmente tanto de las creencias precolombinas
como del cristianismo, el folclore y la devoción se
encuentran unidas en una especie de sociedad no
para acercar al devoto hacia la divinidad o la
trascendencia sino más bien para conformar una
alianza extremadamente lucrativa la cual genera miles
de dólares libres de impuestos a favor de los
llamados “devotos”.

En Bolivia existen literalmente miles de entradas


folclóricas ligadas a alguna iconografía religiosa, desde
advocaciones a la virgen, pasando por los diferentes
apóstoles hasta llegar a las distintas figuras que se
tiene sobre Jesucristo, cada una de estas entradas
grandes o pequeñas se encuentra auspiciada por
alguna de las grandes empresas cerveceras de
Bolivia, logrando así un lucrativo negocio tanto para las
distintas cerveceras como para los “devotos”, lo cual a
llevado a la cultura, fe y a la devoción a un segundo
plano ya que lo que prima es el consumo de bebidas
alcohólicas con todo lo que esto conlleva, peleas,
asaltos, violaciones, asesinatos, etc., cada entrada
folclórica ligada a alguna figura religiosa termina en
una “divina” borrachera.

La ostentación de poder y de recursos económicos se


constituye en otro fenómeno de la cultura religiosa
popular, mientras más sea la suntuosidad de las
llamadas “fraternidades” más reconocimiento y elogio
reciben, y no hablo solo de la entrada folclórica en si,
esto va desde su preparación en ensayos, fiestas,
invitaciones, trajes, etc., de esta forma vemos
fácilmente artistas de la talla de Bronco o Ana Bárbara
entre otros cantando de forma exclusiva para distintas
fraternidades en sus fiestas o ensayos, mientas más
se gaste y se demuestre un poder económico
ostensible mucho mejor, de esta forma se gastan
millones de dólares en algunas entradas como ser la
de JESÚS DEL GRAN PODER donde la FE y la
DEVOCIÓN pasan a ser una excusa para ostentar
poder y dinero y para generar riquezas libres de
impuestos.

Pero la FE y la DEVOCIÓN en Bolivia no solo se


demuestran mediante bailes folclóricos en fiestas
patronales, también existen varias peregrinaciones
religiosas, se realizan caminatas inclusive de días para
cumplir promesas o pedir favores a determinadas
iconografías religiosas, la mayoría de estas
advocaciones de María, la Madre de Jesús, las más
importantes son ya una tradición religiosa boliviana,
familias enteras emprenden caminata hacia los
distintos santuarios en el país, inclusive llega gente del
exterior para hacer dichas peregrinaciones, en estas
manifestaciones religiosas nos encontramos con una
simbiosis de religión, turismo y lastimosamente
también el consumo de bebidas alcohólicas, en menor
grado si, pero pareciera que nuestra fe muchas veces
es vencida por el alcohol.

Como vemos la Fe y la Devoción en Bolivia ha ido


trasformándose con el paso del tiempo, en muchos
casos alejándose tanto de tradiciones y costumbres
ancestrales como del cristianismo, me atrevería a decir
que muchas de estas manifestaciones van más ligadas
a una cultura esotérica donde el poder y el dinero son
las máximas a conseguir.

Punto aparte merece el tratamiento del excesivo


consumo de alcohol en fiestas religiosas, una sociedad
alcoholizada es fácil de controlar, engañar y estafar,
emborracharse no es religión, es simple estupidez.

https://entrefeyrazon.blogspot.com/2014/03/fe-y-devocion-la-boliviana.htmlPublicado
por Marcelo Miranda en 18:06:00

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Etiquetas: Opinión, Religiosidad Popular, Sociedad, Sociología

Marcelo Miranda
Marcelo Miranda Loayza, Teólogo, Abogado, Músico y Bohemio, un
opinador de la vida con una mirada de FÉ
LOS SALUDOS anteriores son varios ejemplos de los que se presentan
durante las festividades que celebramos durante el año. ¿Pero que hay de las
personas que no las celebran? En cierta ocasión dos amigas, Karen y Cindy,
hablaban juntas en un cena de negocios que se realizaba, a pocos días de la
fiesta del Día de la Madre. Cuando Karen le preguntó a Cindy sobre que le
regalaría a la suya, ella le contestó: "Yo no celebro el Día de la Madre." ¿Por
qué? -cuestionó Karen-, "Soy testigo de Jehová, y nosotros no celebramos las
fiestas mundanas." le contestó Cindy.

¿Ha pasado por un caso parecido? Tal vez le puede parecer a usted curioso el
por qué se les prohibe a ellos el celebrar las festividades. Según ellos "Jehová
no acepta ninguna celebración que exalte a personas o a instituciones
humanas" (Del libro ¿Qué enseña realmente la Biblia?, publicado en 2005)
¿Será cierto esto? ¿De verdad enseña la Biblia que a Dios le desagraden las
fiestas?

¿Qué es una costumbre?

El Diccionario de la Real Academia Española lo define como: "Hábito, modo


habitual de obrar o proceder establecido por tradición o por la repetición de los
mismos actos y que puede llegar a adquirir fuerza de precepto." (Diccionario de
la Real Academia Español, vigésima segunda edición).

El capítulo 29 de Génesis, recoge una costumbre que tenía que ver con la
negociación que se efectuaba para pedir la mano de una hija. Jacob tuvo que
trabajar siete años para Labán antes de recibir a su esposa, pero cuando se
cumplieron estos siete años, y Jacob fue a recoger a Raquel, fue engañado por
Labán. Éste no le dio a Raquel, sino a su hija mayor, Lía. ¿Por qué?. La Biblia
dice que "Labán le respondió: «En nuestro país no se acostumbra a casar a la
menor antes que a la mayor." (Gén 29:15-28.)

Sí, era "costumbre" pagar cierta dote por la novia, que se establecía y
acordaba con el padre de ella, -en este caso, siete años de trabajo- y en el
caso de las familias de aquél tiempo, era costumbre el casar primero a la
mayor. Jacob tuvo que someterse a dicha costumbre.
Algunas costumbres son sumamente agradables, interesantes, muy
placenteras, y contribuyen al disfrute de la vida. Otras son pesadas cargas que
atribulan a las personas. Por otro lado, no todas las costumbres son
agradables a Dios. Todos comprendemos este hecho, y deseamos que nuestro
proceder refleje siempre una buena moralidad, unos buenos modales, y una
dignidad que alabe a Dios.

¿Hay razones para prohibir costumbres?

Con facilidad llegamos a pensar que pensamos como Dios, a pesar de que él
realiza lo que él quiere (Isaías 55, 11) y tratamos de determinar las
costumbres, los hábitos o las formas de actuar que son objeto de atención por
parte de Dios, y que le ofenden sobremanera. Esto lo hacemos a pesar de que
las mismas están arraigadas en lo más profundo del ser humano, son
procederes que no están prohibidos en la Biblia, y son absolutamente
inocentes, inofensivos para quien los realiza.

Este modo de pensar no es nuevo, pues el pueblo judío, escogido de Dios, con
el transcurso de los siglos fue creando una Ley aparte de la que Dios les
impuso, y en ella fue reflejando sus propias opiniones sobre lo que gustaba y
disgustaba a Dios. Esta ley era conocida como Talmud, era un claro reflejo de
la estrechez de miras que el pueblo judío había utilizado para adoptar
costumbres que se suponía "agradaban o desagradaban" a Dios. En realidad
era un reflejo de lo que agradaba y desagradaba a ellos mismos, que se auto
proclamaban 'maestros' de ley.
Es por eso, que Jesús condenó a estos hombres, que estaban muy
preocupados por cosas pequeñas, ínfimas, de poca importancia, diciéndoles:
"¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que pagan el diezmo de la
menta, del hinojo y del comino, y descuidan lo esencial de la Ley; la justicia, la
misericordia y la fidelidad! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello. ¡Guías
ciegos, que filtran el mosquito y se tragan el camello!" (Mt 23:23, 24.)

Cuando nos ponemos a pensar en que es lo que agrada y desagrada a Dios,


con facilidad caemos en el error de pensar que a Dios desagradan cosas que a
nosotros nos desagradan. Cuando esto se impone a un grupo, y transcurren
los años, llega a convertirse en ley de vida a quien lo ha venido rechazando por
años. Se crea en él entonces, una conciencia de que tal costumbre o práctica
es incorrecta y desagrada a Dios, de tal modo que solo con mencionarla,
provoca reacciones adversas.

San Pablo razonó del siguiente modo: "Estoy plenamente convencido en el


Señor Jesús de que nada es impuro por sí mismo; pero si alguien estima que
una cosa es impura, para él sí es impura." (Romanos 14,14)

San Pablo dijo esto en relación con alimentos, pero es un principio que se
extiende a muchas cosas, especialmente a cosas que por tiempo se nos han
prohibido -como pasaba por ciertos alimentos en el pasado- a causa de trazar
una línea entre lo que está permitido y lo que está prohibido. Algunos han
venido rechazando cierta práctica por años, a pesar de los argumentos a favor
que se exponen, siguen reaccionando en contra, siguen creyendo que tal
costumbre, inofensiva en sí, es un detalle que le preocupa a Dios, como si el
reino de Dios significara comer, o beber, o celebrar tal o cual fiesta.

Por otro lado, algunas religiones que se autoproclaman 'organización de Dios' y


'único medio de comunicación entre Dios y los hombres', se dedican a trazar
líneas de lo permitido y lo prohibido, cayendo a menudo en contradicción al
aceptar unas y rechazar otras. Olvidan que estamos tratando un tema muy
serio. Estamos determinando lo que gusta o disgusta a Dios. Él no nos ha dado
una larga lista identificando tales costumbres.

Para determinar esto, dependemos de la opinión que nos hemos hecho de él,
de los conceptos que hemos absorbido en los muchos años que hemos estado
asociados con cierto grupo, y en contacto con sus ideas.

¿Cómo determinan si una fiesta es 'mala'?

Como los "testigos de Jehová" consideran 'religión falsa' a todas las religiones,
no es extraño que, entre la lista de costumbres populares, que ellos deducen,
desagradan a Dios, se encuentren todas las fiestas religiosas, que tengan que
ver con el Catolicismo, dígase Semana Santa, Navidad, Pascua, etc. Así lo
dicen en sus folletos: "Dios no aprueba las que provienen de la religión falsa"
(Del folleto '¿Qué exige Dios de nosotros?' de 1996)

Los criterios utilizados por los testigos de Jehová para determinar si una
costumbre desagrada a Dios, son básicamente cuatro:

1 .- Sus orígenes. Suelen mencionar los orígenes de la costumbre. Que


hacían, quiénes lo realizaban, porqué y para quién. Para ello, suelen
mencionarle a usted lo que se hacía en el pasado y tratan de relacionarlo con
lo que se hace en la actualidad. Por lo general, citan alguna Enciclopedia de
renombre que diga: 'Esta costumbre es de origen pagano'.

2 .- Su veracidad. Según esto, la costumbre está mal, si hay algún personaje


de fantasía o elemento de falsedad. Si los hay, usan la Biblia para justificarse,
repitiendo que Dios es "el Dios de la verdad", y que "los que le adoran tienen
que adorarlo con espíritu y verdad". Esto lo hacen, a pesar de que la creencia o
costumbre sea absolutamente infantil, inocente o insignificante.
3 .- Su centro de atención. Si el centro de la fiesta tiene que ver con alguna
persona o institución que no sea Jehová, y se utiliza un acto, imagen o
persona, se considera que a esa persona o entidad se le "está adorando" y por
tanto se rechaza tal práctica.

4 .- Sus efectos. Generalmente buscan resultados de los excesos que


provocan. Buscan ejemplos de gente que utiliza tal fiesta para entregarse "a
toda clase de desenfrenos, a los malos deseos, a las borracheras, a los
excesos en la comida, a las orgías y al culto ilícito de los ídolos." (1Pedro 4, 3.)
Esto, junto con las estadísticas de crímenes, accidentes y muertes de tales
fiestas, los lleva a decir, que lo que desagrada a Dios es la fiesta, y no las
personas que realizan estos actos.

A continuación analizaremos, junto con el relato de Karen y Cindy, estos 4


criterios para saber si son válidos a la hora de descartar una fiesta.

¿De verdad importa el origen?

¿Y por qué ustedes no celebran las festividades?, preguntó Karen a Cindy.


"Verás Karen, la Biblia no dio origen a las fiestas religiosas o civiles que se
celebran hoy día en muchas regiones del mundo".
"¿A qué te refieres?" dijo Karen. "Si, muchas fiestas se basan en tradiciones
paganas", contestó Cindy.

IMAGINE usted, casi todas nuestras costumbres o actos provienen o


sobrevivieron desde las épocas del paganismo hasta nuestros días, solo que
ahora sin sus características paganas o religiosas. Sin duda, si cada quien se
pusiera a "fijarse en qué origen tiene" cada actos, costumbre o cosa, sin duda
encontraría una indeseable conexión con el paganismo antiguo. Si deberíamos
abstenernos de seguir realizando tal cosa por su origen, entonces cada
persona debería abstenerse de hacer u usar casi cada cosa que existe.

Karen preguntó si esto era una pauta para no celebrar las fiestas. Cindy le
respondió: "Exacto, la Biblia dice 'huyan de la idolatría, 'no toquen nada
impuro', y Jesús nos dijo' Ustedes no son del mundo', por tanto estaría
incorrecto participar de fiestas mundanas." Karen añadió: "Pero Cindy, sabías
que la Biblia también dice 'No quiero decir que se aparten por completo de los
deshonestos de este mundo [...] de ser así, tendrían que abandonar este
mundo. (1 Corintios 5, 10)"

Que en el pasado, tal signo, o acto, o costumbre tuviera que ver con el
proceder de un pueblo pagano, nada tiene que ver con lo aceptable o
desagradable para Dios, porque no era la práctica lo que la hacía
desagradable, sino el significado que se le daba, el sentido que tenía para los
que lo practicaban, y para los que observaban tal proceder.

Y es que si uno indaga detenidamente en las costumbres de cualquier pueblo,


y en especial, el pueblo judío, encuentra que muchas de sus costumbres y
hábitos tenían orígenes paganos, sin que Dios los condenara por este motivos.
El uso del incienso, la vestidura de los sacerdotes, muchos de los sacrificios...,
¡Hasta los meses judíos tenían nombres de dioses paganos!, como el cuarto
mes lunar (última parte de junio y primera de julio) llamado Tamuz, que era el
nombre de una ¡deidad babilónica! (Ezequiel 8, 14) Así, cuando un judío
estaba en el mes cuarto, estaba en el mes del dios Tamuz, y no pasaba nada.
Dios no encontró motivo para que se dejara de utilizar dicho nombre ni
condenó a los judíos por este motivo.

Es más, profundizando detenidamente en costumbres religiosas babilónicas y


egipcias, encontramos muchas similitudes de lo que luego fue el gran sistema
de adoración judío. Ernest Renan, en su Historia del pueblo de Israel, 1 parte,
pág. 69, de Ediciones Orbis, S.A. 1985, nos cuenta que en el culto de Egipto
había mucha idolatría. El dios habitaba en un lugar determinado, bien fuese un
templo, un arca, o tuviese estatuas. Tenían arcas y tabernáculos en los que,
resguardada por alas de gavilanes, estaba la imagen del dios, invisible para los
profanos.

En el rito egipcio, esta capillita cerrada y portátil estaba siempre encima de una
barca llevada en hombros por sus sacerdotes en las procesiones y
peregrinaciones. Era un nave portátil, gracias al cual, los dioses podían hacer
largos viajes sin que se dejara de tributarles en todo el camino los honores que
se les debían. Colocar panes sagrados en una mesa delante del dios, era una
de las bases del culto egipcio. El dios serpiente estaba muy presente en su
adoración.
Seguramente recordará con esto los relatos del pueblo judío peregrinando por
el desierto, todas esas figuras fueron utilizadas para adorar a Dios con
pequeñas modificaciones y matices. El arca de la alianza, la serpiente de
bronce, el tabernáculo, etc. Entonces, si una "clave para determinar si una
fiesta religiosa agrada o no a Dios es fijarse en qué origen tiene", ¿Cómo pudo
Dios haber usados todos estos actos en su adoración? Sin duda por qué el
origen no es una clave, más bien la intención o el significado que se le de.

El apretón de manos
Un ejemplo muy peculiar de los muchos símbolos paganos que
utilizamos en la actualidad, tiene que ver con el estrechar la
mano.

Entre los dioses de los babilonios se encontraba Marduk que


Nabucodonosor convirtió en el dios más poderoso porque: "fue
dotándole de los atributos que caracterizaban a los demás.
Llegó a ser el símbolo de Babilonia, y de hecho, costumbres
como la del APRETÓN DE MANOS provienen del rito anual en el
que el rey daba la mano a una estatua de Marduk para que le
confiriera autoridad con la cual gobernar un a o más"
(Revista "Muy Interesante, Año XII Nº 4, pág. 72).

Otra revista española añadió: "El uso más antiguo que se conoce
de este gesto de saludo data del tercer milenio antes de Cristo,
en Egipto. Entonces significaba la transmisión de poder de un
dios a un gobernante terrenal. Esto está reflejado en el verbo
egipcio dar, cuyo jeroglífico representa una mano extendida. En
Babilonia, alrededor del 1800 a. de C., se exigía que el rey
estrechara las manos de una estatua de Marduk, la deidad
principal de la civilización. Este acto tenía lugar en el año nuevo
y servía para transferir autoridad al soberano durante un año o
más. Los asirios, tras tomar Babilonia, continuaron este rito, por
temor a ofender a alguien muy poderoso". (Conocer, nº 85, feb
1990, pág. 36).

Si todos siguiéramos el criterio de "fijarse en el origen" y de


rechazar las que "provienen de religiones falsas antiguas"
entonces ya nadie volvería a saludar de mano. En esto vemos,
que el origen no es clave para rechazar una costumbre, más bien
es su significado.

Ahora, hasta los mismos testigos de Jehová caen en diversas contradicciones.


Pues algunas practicas no las rechazan por su origen, pues dicen que "el
usarlas no envuelve el llevar a cabo prácticas religiosas falsas" (La Atalaya del
1 de octubre de 1972, pág. 606) y hay otras que las condenan, a pesar de que
quienes lo practican y quienes lo observan desconocen absolutamente lo que
significa en realidad tal costumbre.

"¿Y sería algo malo que tuvieran un pasado pagano?", preguntó Karen.
"¡Claro!, tu no quisieras ser repudiada por Dios al participar en costumbres
paganas, ¿verdad?" respondió Cindy. "¿Y entonces no celebran nada?"
cuestionó Karen. "Bueno, si celebramos las bodas y los aniversarios de boda -
contestó Cindy- pero, no lanzamos el arroz a la salida pues 'algunos pueblos
creen que el arroz es alimento para alejar de los novios las influencias malas.
Algunos dicen que asegura fertilidad a la pareja.' (Citado de La Atalaya del 15
de junio de 1969, pág. 378)

"Bien Cindy, pero deberías saber que las bodas contienen


muchas más costumbres paganas." "¿Enserio?" contestó Cindy. "¡Claro! -dijo
Karen- por ejemplo el velo. Aunque para nosotros representa pureza e
inocencia, ''[...] era uno de muchos rituales adoptados debido a la
preocupación por la felicidad, seguridad y fertilidad de la novia y del
novio [...]para defenderlos en contra de los espíritus malignos'' (Citado del libro
"Algo antiguo, algo nuevo—Bodas étnicas en América, p. 8). Igual el uso de las
damas de honor, '[...] se vestían exactamente igual que la novia y el novio,
para proteger a la pareja al confundir a los espíritus malignos' (Obra citada).

"Vaya, no imaginaba que las bodas tuvieran tantos elementos paganos" dijo
Cindy. "Pues si -contestó Karen- el libro 'Una historia breve del
matrimonio', página 201 dice que 'No hay ni un sólo punto relacionado con el
matrimonio que no esté cubierto con supersticiones innumerables, algunas de
las cuales se originaron en tiempos muy remotos de la antigüedad'"
"¿Ustedes usan anillos en sus bodas?" preguntó Karen. "Claro, representa el
símbolo de unión de la pareja" contestó Cindy. "Qué curioso que esto no
lo prohíban, como el arroz, pues resulta que los anillos eran usados desde los
romanos, pues 'La gente antes pensaba que una vena o un nervio pasaba
directamente de este dedo al corazón' (The World Book Encyclopedia, vol. 13,
2000, p. 221) dijo Karen. "¡Oh! Yo no sabía eso!" dijo Cindy muy sorprendida.

De pronto, recordando que estas dos amigas están en una cena de negocios
de la empresa donde trabajan, dieron aviso que en unos minutos sería el
brindis por las buenas ventas que se registraron en el último trimestre.

Cindy declaró: "Creo que yo no participaré en el brindis Karen", "¿Por qué?".


preguntó Karen. "Bueno, los testigos de Jehová no brindamos pues 'De
acuerdo con la Asociación estadounidense de bibliotecas, hace miles de años,
la gente tenía la idea ridícula de que, cuando bebían algo el Diablo podía entrar
en su cuerpo cuando abrían la boca. Y en realidad creían que podían asustar a
este espíritu maligno mediante hacer ruido. Por eso, para evitar dicho peligro,
hacían chocar sus copas para producir ruido'." (Despertad! del 8 de enero de
1985, pág. 27 ). "Cindy, honestamente, respondeme -dijo Karen- ¿Crees tú,
que nuestros demás compañeros piensan que asustan al Diablo al chocar las
copas? ¿Crees que conozcan el origen del brindis?". "Bueno, creo que no. De
hecho parece importarles más el significado con el que lo van a realizar"
contestó Cindy.

Así es. Tal como dijo Cindy, importa más el signifcado que actualmente tiene
tal fiesta, costumbre o acción. Solo considere que aún en la actualidad existen
costumbres y hábitos que se originaron en el pasado antiguo. Considere por
ejemplos los nombres de los días de la semana o los meses del año. La
palabra Lunes, viene de Dies Lunae, día de la Luna, o Junio, nombre que
proviene de Juno, la diosa del matrimonio y reina de los dioses. (Diccionario
enciclopédico popular ilustrado Salvat.) La cortaba la usaban ya los egipcios y
romanos, "solían anudarse al cuello una soga con un buen tejido de forma
triangular", mientras que la sombrilla o paraguas se desarrolló en China hace
4,000 años desde donde se extendió a Persia, Egipto y Grecia. Si
nos fijáramos en el origen de todo, tendríamos que abandonar este mundo.

¿De verdad importa la veracidad de la fiesta?

"¡Ves Cindy! El origen de las fiestas no importa, más bien importa el significado
actual."
"Bueno, tal vez tengas razón Karen, pero algunas fiestas deforman la realidad
o contiene elementos de falsedad"
"¿A que te refieres?" dijo Karen. "Si, por ejemplo en el Día de los 'Reyes'
Magos el 6 de Enero, en la Biblia no se menciona que fueran tres, ni mucho
menos reyes, mientras que en otras ocasiones algunas creencias como el
Hada de los Dientes, la cigüeña o el conejo de pascua engañan a los niños" le
contestó Cindy.

¿SERÁ la veracidad de una fiesta o creencia una excusa para no celebrarla?


Por ejemplo, con el mito del Hada de los Dientes, o el conejo de pascua. Los
testigos aseguran que mentirle con estas creencias a los niños hacen que,
cuando se enteren de la verdad, "¿No habrán perdido la confianza en sus
padres?."

Sin duda este no es argumento válido. Solo piense, ¿Qué padres han tenido
dificultades para explicarles a los niños sobre estos temas? De hecho, muchos
niños jamás hacen preguntas por qué viven en la fantasía, y solo uno que otro
que pregunta, si es capaz de entender las respuestas.
"Cindy, me pareces que exageras, muchos niños no se trauman por descubrir
que algún personaje no sea real."
"Tal vez Karen, pero pierden la confianza en sus padres, pues estos le
mintieron." replicó Cindy.
"¿Y has visto algún caso?." preguntó Karen. "Pues no, nunca he visto un caso
así, pero si la revista 'La Atalaya' así lo dice, es por que tiene que ser verdad."
"Cindy, deberías saber que estas creencias fantasiosas no tienen importancia,
de hecho muchos niños dejan de creer en estos personajes conforme crecen, a
otros les enseñan desde muy chicos que no existen, y existen otros niños más
listos que no creen en fantasías."
"Pues, puede que tengas razón, pero la verdad es importante." contestó Cindy.
"En casos como Santa Claus donde la mentira exige gastar en regalos, es
importante decir la verdad, pero en casos como la cigüeña, ¿Cómo le
explicarías a un niño pequeño la reproducción humana?." replicó Karen. "Pues
si, es cierto" admitió Cindy.

La veracidad del relato no tiene nada que ver con lo aceptable de una
costumbre o comportamiento a los ojos de Dios, como tampoco es un factor a
evaluar para dar por válida dicha costumbre. El paso de los años desvirtúa los
hechos, y existen serias dudas sobre muchos de los relatos que nos han
llegado en nuestro tiempo. Es por eso que en todas las celebraciones de
hechos o acontecimientos pasados, hay factores que no corresponden a la
realidad, sin que los mismos desvirtúen la validez o no del hecho.

"Veras Cindy, a Dios no le preocupan creencias o costumbres inocentes,


insignificantes o erróneas."
"Pero Karen, la misma Biblia dice que Dios es 'el Dios de la verdad' (Juan 4,
23) por tanto va a rechazar alguna creencia falsa por insignificante que sea."
"¿Sabías tu Cindy, que en algunas partes del Oriente siempre se ha creido que
la mandrágora ayuda a la fertilidad humana?, ¿Y que en la Biblia, Raquel, la
esposa de Jacob, creía también en esto y por eso las utilizó para darle hijos a
Jacob (Génesis 30, 14-15)?"
"Pues, no, no sabía eso" dijo Cindy. "Y nunca encontraremos que Dios la haya
recriminado por esa creencia errónea, pues era totalmente insignificante"
agregó Karen.
"Bueno, parece que tienes razón, pero en fiestas como la Navidad por ejemplo,
'Jesús nunca mandó a los cristianos que celebraran su nacimiento. Lo que sí
les dijo que conmemoraran, o recordaran, fue su muerte."

La gran mayoría de las iglesia cristianas celebra la Navidad el 25 de Diciembre


pese a que en la Biblia no se menciona explicitamente la fecha ni hay algún
mandato de Jesús para celebrarla, pero ¿Sería esto un impedimento para no
celebrarlo?

"Cindy, ustedes dicen que si conmemoran las bodas y los aniversarios de


bodas, ¿Cierto?"
"Si, ¿por qué?" preguntó Cindy. "¿Y en que parte de la Biblia mandó Jesús
celebrar bodas o los aniversarios de boda?" le objetó Karen.
"Bueno, en ninguna parte, pero en la Biblia 'los primeros cristianos no
celebraban la Navidad."
"¿Y los aniversarios de boda?" preguntó Karen. "Bueno, pues tampoco"
contestó Cindy.
"Exacto -dijo Karen- 'la práctica familiar de celebrar los aniversarios de bodas
parece haberse formado en Europa occidental, alrededor del siglo XVII' (The
American Encyclopedia)"

El hecho de que Jesús o Dios Padre no dieran un mandato de celebrar


Navidad no quiere decir que este mal celebrarla. Por ejemplo, las Escrituras
mencionan también que la fiesta de la Dedicación del Templo, no fue mandada
a celebrar por Dios sino que "Judas, de acuerdo con sus hermanos y con toda
la asamblea de Israel, determinó que cada año, a su debido tiempo y durante
ocho días a contar del veinticinco del mes de Quisleu, se celebrara con júbilo y
regocijo el aniversario de la dedicación del altar." (1 Macabeos 4, 59). Dios no
mandó celebrarla y nunca recriminó nada. De hecho ésta fue una de las fiestas
a la que Jesús asistió (Juan 10, 22-23.) y nunca recriminó a nadie el celebrarla.

Los mismos Testigos efectúan acciones y tienen costumbres que ni Jesucristo


mandó, ni los primeros cristianos practicaban. Se reúnen en "Salones del
Reino", a pesar de que los primeros cristianos jamás llamaron así a sus lugares
de culto. Sus salones son cómodos según ellos, pero los primeros cristianos
usaban catacumbas.

Ellos asisten tres veces a la semana a sus reuniones a estudiar sus revistas,
realizan las mismas de una forma determinada, cuentan la asistencia, informan
su labor cada mes, se reúnen tres veces al año en asamblea, y ni Cristo
mandó todas estas costumbres, ni los primeros cristianos lo practicaron jamás
así.

¿De verdad importa su centro de atención?

"Ves Cindy, como el hecho de que alguna fiesta o costumbre tenga alguna
fantasía no quiere decir que debamos rechazarla"
"Buen punto, pero algunas fiesta 'le roban adoración a Dios' como la Navidad o
Pascua Florida que se centran en Jesucristo; de igual manera cuando estas
fiestas se centran en recordar a un santo, un famoso, algún vivo o muerto, a
una institución o un acontecimiento"

LOS testigos de Jehová creen que dedicarle un día a alguien, vivo o muerto,
un santo, un famoso, una institución o algún hecho memorable está mal visto
por Dios pues, según esto, estaremos adorando a alguien o a algo por unos
momentos, minutos o horas. Y cómo Dios es un 'Dios celoso' estará molesto
con quien lo haga.

"Cindy, el conmemorar un acontecimiento no le roba 'adoración a Dios', para


nada. De echo, Dios mismo manda conmemorar la salida de Egipto (Éxodo 12,
17), así como el hecho de que los judíos vivieron en chozas (Levítico 23, 42-
43), y de igual forma los judíos por su cuenta conmemoraban el hecho de que
se había rededicado el Templo (1 Macabeos 4, 59). Y no vemos que con esto
se adoraba a algo que no fuera Dios.
"Cierto, - dijo Cindy- pero la Biblia dice que 'huyamos de la idolatría', y 'las
celebraciones de cumpleaños tienden a dar excesiva importancia a un
individuo', tan solo observa como se le regalan cosas, se le alaba y se le
'enaltece el ego.'
"¿Por qué razón creen ustedes que es bueno celebrar los aniversarios de
bodas?" preguntó Karen.
"Pues claro está que 'el día del casamiento es una ocasión gozosa' que debe
ser recordada, además 'refuerza el enlace' entre los casados. ¿A qué viene la
pregunta con el tema?"
"Entonces -dijo Karen- ahí si no se preocupan de que en el aniversario de boda
'se enaltece el ego' de la pareja o que se les da 'excesiva importancia' por qué
se les felicita. ¿Verdad?"
"Pues, supongo que no lo había visto de esa manera." dijo Cindy algo
incómoda.

¿De verdad "adoramos" a alguien al dedicarle una fiesta? La respuesta la tiene


usted mismo. ¿Acaso usted adora a su madre o a su padre el Día de la Madre
o el Día del Padre? ¿De verdad se siente usted como "un dios" el día de su
cumpleaños? Los verdaderos cristianos no adoran a nadie en los días de
fiesta, más bien los felicitan y le desean un buen año. Tampoco adoran nada
en días festivos, sino que conmemoran hechos o instituciones memorables.

Incluso algunos cristianos celebran su cumpleaños de manera distinta que


otros. Algunos gustan de realizar alguna fiesta o convivencia. Otros deciden
pasar el día con familia y amigos. En otras fiestas civiles se puede decir lo
mismo. Lo importante no es el centro de atención, sino que tanta atención se le
presta.

¿De verdad importan sus efectos?

"Cindy, la Biblia claramente dice 'el hombre ve las apariencias, pero Dios ve el
corazón' (1 Samuel 16, 7), por tanto, cuando honramos a alguien, no lo
adoramos, por qué nuestra intención no es el de adorarlos, sino el respetarlo o
desearle lo mejor.
"Pues, creo que tienes razón Karen, pero eso sí, algunas fiestas y costumbres
inducen a los vicios y la inmoralidad"

LA BIBLIA condena toda clase de hábitos mundanos, y aconseja siempre ser


moderados en todo. Y este principio se extiende literalmente a todo. ¿Pero que
hay de los excesos que pudieran presentarse en las fiestas? Los testigos de
Jehová ponen dos ejemplos: la fiesta de Año Nuevo y el Carnaval.

Los excesos que se cometen en tales fiestas son siempre objeto de discusión
entre los testigos, para esto prohíben a sus adeptos el celebrar familiarmente la
entrada de un nuevo año, o el disfrazar tan siquiera a los niños para los
festivales escolares, etc.

"¿A que te refieres Cindy?" preguntó Karen. "Si, las costumbres relacionadas
con fiestas como Año Nuevo o hasta los eventos deportivos como el Super
Tazón 'tienen todos los vicios de las fiestas religiosas!' (De la
revista Despertad! del 22 de diciembre de 1981, pág. 21-24)." contestó Cindy.
En Año Nuevo por ejemplo, aunque la gran mayoría de la familias lo celebra de
manera sana, divertida y en familia, algunas otras usan esta ocasión como
excusa para emborracharse o cometer actos delictivos. Por otra parte algunos
elementos se les ha añadido a ciertas costumbres, que como supersticiosas,
no deben formar parte de la celebración cristiana. Como en Año Nuevo, donde
el tomar doce uvas, regalar lencería de color rojo y cuantos otros ritos no
deben imperar en la fiesta cristiana. (Véase Año Nuevo, ¿Cómo lograr que sea
próspero?) En estos casos, solo estos elementos de superstición no agradan a
Dios.
Por supuesto, el que en tales fiestas se cometan excesos,
en nada cambia la ocasión de pasar un buen rato con los amigos en sana
diversión. Y lo hermoso de respetar y ser respetado, nos lleva a certificar el
hecho de que aunque observemos que en nuestro círculo más inmediato, los
excesos y el desenfreno pudieran perjudicar nuestra salud o la de nuestros
allegados, no debemos por qué imitarlo ni permitirlo. Sin embargo, para los
Testigos, esto no es posible. Ni siquiera el celebrar ese día como una ocasión
especial y excepcional sería permisible para ellos. Aseguran que "puede
afectar su propia reputación ante Dios y los hombres."

Con respecto a fiestas como los carnavales. Aunque Carnaval viene de la


palabra italiana carnelevare y literalmente significa "Adiós a la carne."
Corresponde con el período de tres días que preceden al Miércoles de Ceniza,
en donde se podía comer carne, ahora se ha convertido en una fiesta que ha
derivado en majestuosos desfiles, en donde la fantasía y la vistosidad
sobresalen por encima de lo demás, y aunque esto no es malo, en otros, tales
desfiles se han convertido en verdaderos bacanales, en donde se excita al
sexo, la borrachera, y el desenfreno.

"Bueno Cindy, en casos donde pueden incitarse al vicio o otros actos, lo que
nos motivará como cristianos, deben ser lo que nos lleve a decidir, hasta qué
grado podemos involucrarnos en la celebración de tal fiesta. El mismo San
Pablo aconseja: 'Todo me está permitido, pero no todo es conveniente. Todo
me está permitido, pero no me dejaré dominar por nada.' (1 Corintios 6, 12)
"Pero, algunas fiestas incitan a hacer el mal, por eso Dios las rechaza"
contestó Cindy.
"Y si alguien bebiera en exceso durante una reunión familiar, ¿Serían malas las
reuniones familiares, o el excederse en alcohol?" preguntó Karen.
"Pues, creo que el excederse en alcohol." dijo Cindy. "Así es Cindy, el
problema no está en la fiesta, sino en las personas que participan de ella."
¿Estará mal celebrar alguna de las fiestas?

"Creo Cindy, que tus razones para no celebrar las fiestas no eran del todo
sólidas."
"Bueno, tal vez Karen, pero aún pienso que a Dios le desagrada celebrar
fiestas mundanas."

INTERESANTE es el tema de la prohibición de celebrar las fiestas en los


testigos de Jehová. ¿Y se ha puesto a pensar en los niños testigos? Sus
padres privan a los niños de las diversiones que son comunes en su edad.
Muchos de estos niños tienden a sentir que son "extraños y diferentes."

Cierta maestra de primaria expresó: "Es importante que en los festivales


participe todo el grupo, pero sabemos que puede llegar quién no puede por
qué 'se lo prohíbe su religión."
Ante esta situación llegan a parecer antes sus maestros, compañeros y amigos
como "extraños." Sin mencionar cuando son reprendidos por sus padres
cuando aceptan dulces o caramelos que sus amigos repartieron en su
cumpleaños, o cuando llegan a dibujar tarjetas del Día de la Madre o del
Padre.

Algunos otros padres testigos encuentran ilógicas estas interpretaciones, no


suyas, sino las del "Cuerpo Gobernante" de los testigos de Jehová. Por tanto
los caramelos que decomisan se los entregan otros días en fiestas donde
invitan a amigos de la escuela, aclarando que "no es por ningún cumpleaños o
santo en particular", sino que es sin ninguna razón. Ahí los amigos traen
regalos y hasta usan piñatas -prohibidas en la revista Despertad! del 22 de
septiembre de 1971, págs. 23-24- como si fuera un cumpleaños.

"Sabes Cindy, si Dios expresó su desagrado por ciertas costumbres como


sacrificar a los hijos, adivinación, astrología, magia y hechicería, así como
evocación de espíritus (Deuteronomio 18, 10-11), ¿No crees que hubiera
prohibido el celebrar fiestas o dedicarle días a alguien o algo si de verdad le
desagradara?"
"Bueno, creo que ese es un bueno punto." dijo Cindy. "Así es Cindy, en la
Biblia jamás encontraremos una cita bíblica que diga: 'Y Dios dijo: No
dedicarás un día a nadie ni a nada para honrarlo, ni para conmemorar nada,
porqué, Yo tu Dios, lo veo como cosa detestable.'
Simplemente por qué él no encontró algo malo en tal práctica."

¿Cuál es la verdadera razón por la que les prohíben celebrar las festividades?
La verdad es que la prohibición de fiestas no es más que el resultado del
control que la Organización la Atalaya ejerce sobre sus adeptos. La prohibición
de participar y celebrar en fiestas, así como otras, tiene como objetivo evitar
que los testigos sientan nostalgia por las remembranzas de cuando antes las
celebraban. Así se evita que los testigos puedan llegar a abandonar la
"organización" para volver a su antigua religión. Sin duda toda una
táctica psicológica.

Para esto, solo les basta con desviar la verdadera razón a argumentos como
los "orígenes paganos" de la celebración, a lo incierto de algunos hechos o
personajes, a su centro "idolatríco" de atención o al uso inmoderado que
algunos hacen de ella.

Las verdaderas costumbres que desagradan a Dios


(Veasé Costumbres que desagradan a Dios)

¿CUÁLES serían las verdaderas costumbres que desagradan a Dios? A


continuación como identificarlas:

A) Debe estar prohibida expresamente en la Biblia.


La Biblia prohíbe el dar adoración a las imágenes y tratarlas como ídolos con
poder (Veasé ¿Importa si le rezo a la "Santa" Muerte?), o el consultar a
médium espiritistas, o a pronosticadores oficiales de futuro. También prohíbe la
fornicación o inmoralidad sexual, el asesinato, las borracheras, el robo, la
avaricia, la extorsión. Estas prácticas no deben imperar en la vida del cristiano.

B) Daño físico o mental a quien lo realiza o a terceros.


Si alguien considera negativo la celebración de un día de fiesta que no lo
imponga a los demás. Lo contrario también es cierto. Esto es fácil descubrirlo
por los resultados o efectos que tal costumbre provoca. El fumar provoca
cáncer de pulmones. La circuncisión femenina es una práctica cruel y lleva a la
impotencia de muchas mujeres. La fiesta de los toros, pone en peligro la vida
de personas, y provoca sufrimiento innecesario a los animales, algo parecido
ocurre con la práctica inglesa de la 'caza del zorro'. Los deportes de riesgo
matan todos los años a miles de personas. Los videojuegos de alta violencia
fomentan más violencia en la mente de los niños y jóvenes.

Ninguna de estas costumbres populares están prohibidas expresamente en la


Biblia, pero el sentido común, y el observar los efectos de tales costumbres
deben de llevar a las personas a determinar si las mismas, por muy populares
y divertidas que sean, deben ser un elemento a incluir en la vida cristiana.

C) Si la costumbre contradice el cristianismo


Los orígenes del Halloween se remontan a la costumbre celta del Samhain.
Los espíritus tanto buenos como malos regresaban de mas allá. Aunque
algunas celebraciones no tienen ninguna relación con el paganismo antiguo,
esta fiesta conserva muchos rasgos, entre ellos los rituales satánicos que se
realizan ese día, así como misas negras y otras practicas relacionadas con el
Demonio. Además de fomentar el satanismo y el gusto por lo
oculto. (Véase Halloween, ¿Está bien celebrarlo?)

De manera cristiana, sana y en familia

"Parece ser Cindy, que la Biblia nunca prohíbe celebrar las fiestas, pues con la
muerte y resurrección de Cristo se acabaron las leyes e las imposiciones de
normas y restricciones sin importancia."
"¿Pero Karen, para 'agradar a Dios' es importante rechazar las costumbres
falsas?"
"Pero Cindy, si San Pablo dijo: 'Ciertamente, no es un alimento lo que no
acerca a Dios' (1 Corintios 8, 8), ¿Crees tú que el no celebrar una fiesta nos
acerca a Dios?"
"Pues, creo que no." dijo Cindy. "Así es, de echo es muy loable el hecho de
que te abstengas de días festivos como sacrificio a Dios, pero nada de eso ni
nos recomienda más ni menos a Dios."
"Entonces, ¿Dios no se preocupa tanto si celebramos las fiestas?" preguntó
Cindy.
"No Cindy, a Dios le preocupa más como actúas cuando participas en ellas.
(Job 1, 4-5)."

Nadie pues debe volver a imponer a los cristianos restricciones sin importancia.
Por eso San Pablo dijo: "Que nadie los critique por cuestiones de alimento y de
bebida, o de días festivos, de novilunios y de sábados." (Colosenses 2, 16) Y
añade: "Estas doctrinas tienen una cierta apariencia de sabiduría por su
«religiosidad», su «humildad» y su «desprecio del cuerpo», pero carecen de
valor y sólo satisfacen los deseos de la carne." (Colosenses 2, 23). El cumplir
con normas sin valor para creer que por esto nos salvaremos es cosa de la
Antigua Ley Ceremonial (Galatas 4, 9-10), aún así, debemos respetar a todo
aquél que -aún estando equivocado- cree que ofende a Dios.

"Como hemos visto Cindy, los cristianos no tenemos que estar excesivamente
preocupados por investigar las raíces ni la veracidad de las fiestas o
costumbres de antaño."
"Puede que tengas razón Karen, pero aún así no estoy segura del todo."
"Verás Cindy, lo que importa es que las fiestas son ocasiones para convivir en
familia o para dar regalos."
"Puede que sí Karen, pero 'los cristianos verdaderos mejor hacen regalos y
pasan buenos ratos juntos en otras ocasiones durante el año."
"Pudiera ser Cindy, es válido, no es necesario ser día de fiesta para reunirse o
regalar algo, pero en este mundo tan agitado de hoy en día, los días festivos
son un buen recordatorio de no olvidar el amor a ciertas personas o rememorar
hechos que no debemos olvidar."
"Tal vez Karen, pero 'nosotros no necesitamos de días festivos, o de espíritu
navideños, para ser amorosos, bondadosos con nuestra familia, más solidarios
con nuestro prójimo."
"¿Puedo preguntarte algo Cindy?" preguntó Karen. "Claro! Adelante!" -
contestó Cindy.
"Con el Día de la Madre tan próximo, ¿Cuándo fue la ultima vez que le
regalaste flores a tu mamá o le dijiste que la amabas?"
"Pues... la verdad no recuerdo."
Más bien que preocuparnos por cada costumbre que
nos rodea, como otros personas que se sienten autorizados a determinar lo
correcto e incorrecto de las cosas, que no son felices con las normas bíblicas y
la libertad que gozan los cristianos desde que Cristo nos trajo la libertad, (Juan
8:32) debemos ante todo actuar de manera cristiana, con nuestro ejemplo.

"Cindy, ¿Crees que Dios quiere nuestra felicidad?" preguntó Karen.


"Pues claro!, 'Jehová es el “Dios feliz” y quiere que sus siervos también lo sean'
(De la revista La Atalaya del 1 de abril de 2009).
"Bueno, entonces no creo que sea capaz de privarnos de divertirnos en una
fiesta."
"Tienes razón Karen, creo que este Día de la Madre le regalare flores a la mía."

Dijo San Pablo: "Por lo tanto, hermanos, no somos hijos de una esclava, sino
de la mujer libre. Esta es la libertad que nos ha dado Cristo. Manténganse
firmes para no caer de nuevo bajo el yugo de la esclavitud." (Galatas 4,31)
(Galatas 5,1.)

No hay entonces que preocuparnos del origen ni de nada más. La misma


Atalaya reconoce: "Aunque tal vez haya razones para examinar el origen de
una costumbre, hay casos en los que importa
más qué significa para las personas de la época y el lugar donde uno se halla."
(De la revista Despertad! del 8 de enero de 2000, págs. 26-27). Por eso, cada
cristiano, tiene la obligación de mantener su conciencia limpia, de distinguir lo
correcto de lo incorrecto, y recordar que lo más importante es que "sea que
ustedes coman, sea que beban, o cualquier cosa que hagan, háganlo todo
para la gloria de Dios." (1 Corintios 10, 31)
25 de julio se celebra festividad del Tata
Santiago
El 25 de julio se celebrará el Día del Rayo (Illapa), también conocido como la festividad
del Tata Santiago, una de las festividades más importantes dentro del calendario de las
culturas ancestrales.

“Es una fiesta muy importante, es la fiesta de la vida”, sostuvo Cancio Mamani, jefe de la
Unidad de Antropología del Viceministerio de Descolonización al referirse a la fiesta que
se realizará este sábado en varias regiones del país, pero principalmente en la zona
altiplánica, en la denominada Ruta de Tunupa, comprendida entre el lago Titicaca y el salar
de Uyuni.

El antropólogo explicó que esta festividad pone de manifiesto la convivencia de la cultura


occidental y la ancestral en nuestro medio, evidenciada en la celebración de la fiesta y los
elementos que la componen.

La celebración

El antropólogo y filósofo experto en pensamiento andino Jorge Miranda explicó que lo que
se vive durante la celebración del 25 de julio es una superposición de la devoción a
Santiago Apóstol sobre la divinidad Illapa, configurando una celebración en la que hay
misas, procesiones, entradas folklóricas y prestes, en los que, si bien se celebra al santo
católico, también se está festejando a la divinidad ancestral que representa el rayo y la
energía.

Explicó que los festejos originales (antes de la Colonia) fueron extirpados por los
españoles, y reemplazados por la devoción, pero que esta fiesta conserva las dos facetas:
católica y originaria.
Por su parte, Mamani describió la forma de celebración habitual en su pueblo natal (Achiri,
en la provincia Pacajes), donde días antes del 25 de julio los residentes viajan en caravana
al pueblo. En el camino realizan ritualidades en distintas apachetas. El día 24 en la noche se
realiza una verbena con fogatas y fuegos artificiales, al día siguiente se celebra una misa,
un ritual ancestral y posteriormente se continúa el festejo. Después se realiza la diana y las
actividades de cierre de fiesta. Mamani destacó que de esta forma se mantiene una
coexistencia de las culturas occidental y ancestral.
Decodificando la tradición

El investigador cultural y sociólogo David Mendoza identificó una yuxtaposición del Tata
Santiago a través de la deidad Illapa, la que fue aprovechada por los españoles en la colonia
para ingresar en un mundo mitológico y así dominar a los pobladores originarios de esta
región.
Mendoza indicó que esta asociación se dio a través de la pólvora y las armas de fuego de
los colonizadores, las que fueron consideradas por los indígenas como manifestaciones de
Illapa, creyendo que el poder de Illapa (el rayo) se manifestaba en esas armas, lo que les
generó temor. Remarcó que esta circunstancia dio lugar a la dominación a través de la
catequización mediante los santos católicos.

Tanto Mendoza como Miranda recordaron que el Santo Santiago es llamado ‘matamoros’,
en base a crónicas medievales que narran su intervención en combates bélicos entre
cristianos y musulmanes, por lo que su presencia en América en tiempos de la Colonia y la
dominación, que se ejerció a partir de su imagen, le dio el calificativo de ‘mata indios’.

Sostuvo que las fiestas que se realizan en diferentes regiones tienen ahora un tinte más
católico, tomando en cuenta lo global de la fiesta devocionaria y patronal a Santiago
Apóstol, aunque todavía existen celebraciones rituales. Al respecto, Mamani destacó
algunas de las localidades donde esta festividad tiene más fuerza, siendo la principal
Guaqui, además de Callapa, Santiago de Ojje y de distinta dimensión a lo largo del
altiplano. (Cambio)

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