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FACULTAD DE LETRAS
LICENCIATURA EN HISTORIA DEL ARTE
DEPARTAMENTO DE GEOGRAFÍA FÍSICA, HUMANA Y ANÁLISIS
GEOGRÁFICO REGIONAL
ÍNDICE
Pag
4. EL RELIEVE PENINSULAR……………………………………. 21
4.1. Introducción........................................................................ 21
5.1. Introducción…………………………………………............... 35
7. BIBLIOGRAFÍA………………………………………………….. 45
La Península Ibérica se extiende entre los 43º 47´ (Estaca de Bares) y los 36º
00´ N (Tarifa), presenta situación periférica y meridional en la zona de circulación
atmosférica del Oeste. La Península tiene una extensión de 581.600 km2: 88.790
km2 pertenecen a Portugal, 453 km2 de Andorra y 492357 km2 de España. Su altitud
media alcanza los 660 m, duplicando a la altitud media de Francia y sólo superada
en Europa por Suiza (Fig1).
Son estas cuencas extensas y definidas las que constituyen las unidades
geográficas fundamentales, desde sus rasgos naturales a los límites administrativos.
Ello obliga a una primera división geográfica entre estos dos espacios, muy
desproporcionados en cuanto a su extensión superficial, pero de una dualidad
evidente.
1) De la complejidad del relieve, que hace distinguir por un lado una alta
meseta central, encuadrada por una serie de sistemas montañosos y una
periferia constituida por una serie de regiones costeras.
Las otras áreas corresponden a las depresiones lacustres del Ebro y del
Guadalquivir.
A partir del análisis litológico podemos concluir que la Península Ibérica está
compuesta por tres grandes unidades morfológicas: penillanuras antiguas,
alineaciones de montañas calizas y las depresiones sedimentarias arcillosas.
4.1. Introducción
Figura 16. Esquema de los grandes ámbitos morfoestructurales de la Península. 1) cordilleras tipo
pirenaico y alpino. 2) cadenas de pliegues de cobertera y bloques de zócalo. 3) cadenas de bloques
de zócalo. 4) cadenas de bloques de zócalo y relieves apalachienses. 5) zócalo. 6) depresiones
terciarias (cuencas sedimentarias) y 7) conjunto del ángulo alpino.
5.- Conjuntos mixtos, cuyo mejor ejemplo, que reúne estructuras de cordillera
en bloque y con apalachismos, es la Cordillera Cantábrica.
1.- Cordillera Cantábrica. Es una cadena de gran desarrollo lineal, con gran
diversidad interior, desniveles fuertes y altitudes elevadas. Está compuesta por el
Macizo Asturiano (Peña Labra, Peña Ubiña, Cueto de Arbás, Picos de Europa,
Curavacas, etc.). Podemos definirla morfoestructuralmente:
6.- Sierras interiores de la Meseta sur. Son relieves medios en materiales del
zócalo conformando paisajes característicos de montaña moderada. Dominan los
relieves apalachenses y en bloques del zócalo (Montes de Toledo, Montes del
Campo de Calatrava, Sierra de Guadalupe, etc.).
Llevant) de bloques elevados con una fosa intermedia. Estos bloques están
compuestos por roquedo calcáreo carstificado.
formado por rocas cristalinas poco plásticas que ante los empujes orogénicos no se
pliegan sino que se fracturan. En los lugares donde se fracturó dio lugar a una
tectónica de bloques levantados y hundidos. Las fosas se rellenaron de sedimentos
y los bloques levantados originaron el Sistema Central constituido por bloques
graníticos que se elevan a más de 2000 m. (Somosierra, Guadarrama y Gredos)
separados por fosas como la del Lozoya.
4.- Las cordilleras exteriores. Tenemos: los Pirineos, las Cordilleras Béticas,
los Montes Vascos, las Cordilleras Costeras Catalanas y el Macizo Gallego.
forma parte de la Iberia silícea. Aquí se encuentran las alturas mayores en su parte
central: Posets (3375 m), Monte Perdido (3355 m) y Aneto (3404 m). Está muy clara
la huella del glaciarismo. A ambos lados de esta alineación se encuentran los
Prepirineos, en estos abundan los estratos de calizas plegados en la orogenia
alpina.
2.- En las altas montañas y en los valles con suficiente altitud e innivación se
manifiestan formas de modelado glaciar y periglaciar. En los lugares más favorables
se desarrolló un glaciarismo peninsular en el Pleistoceno reciente, con dimensión
variable, según los macizos, desde glaciares de circo (Guadarrama), a glaciares con
largas lenguas (Pirineo). Son especialmente destacables los modelados glaciares
de: Picos de Europa, de Sanabria, Gredos, Pirineo y Sierra Nevada. En estos altos
macizos hubo un pequeño avance de los glaciares durante la conocida Pequeña
Edad del Hielo (Siglos XIV-XIX). La fecha de 1860 marca en la península (al igual
que en los Alpes) el inicio severo del retroceso glaciar.
4.- Modelado litoral. Este tipo de modelado es muy diverso, dinámico y con
peculiar evolución pliocuaternaria de variaciones regresivas-transgresivas del nivel
marino. J. Díez (1996) distingue como unidades geográficas costeras diferenciables
geodinámicamente: a) las costas cantábricas; b) las rías gallegas; c) las costas
atlánticas de Huelva, Cádiz y Portugal; d) las del Mar de Alborán; e) del
Mediterráneo bético; f) de Baleares; g) del borde oriental; y h) las de canarias. Son
característicos como elementos morfológicos del litoral cantábrico y gallego, las
rasas y su acantilado, las rías, etc. En el golfo de Cádiz los elementos característicos
son las playas y las marismas, dunas, etc. En el litoral mediterráneo, las albuferas,
dunas, costas rocosas, acantilados y deltas (Ebro).
5.1.- Introducción
acaban en el Cabo de La Nao, y que está separada de las costas catalanas por un
canal de más de 1000 m de profundidad.
entre ambas, caracterizado por la escasa altitud y las formas suaves que en muchos
lugares tienden a la horizontalidad (Fig.25).
Figura 28. Pautas estructurales de la organización insular de Canarias, de las formas generales de las
distintas islas y del reparto de los focos eruptivos históricos. Se representan los tres ejes estructurales
mayores y los tres grupos de islas asociados a ellos. Las estrellas señalan las islas con eruptividad
más reciente.
7- BIBLIOGRAFÍA
Comba, J.A. et al (1983): Geología de España. Libro Jubilar J.M. Ríos. Madrid,
Instituto Geológico y Minero, 2 tomos, 656 y 752 pp.
Díez, J. (1996): Las Costas. Guía Física de España. Madrid, Alianza, 715 pp.
López Bermúdez, F. y Thornes, J.B (1992): Jornadas sobre Geomorfología del Sur
de España. Murcia, Universidad de Murcia, 139 pp.
Quirantes, F. (1993): “El Teide y las Cañadas”. Geografía de Canarias. Las Palmas,
Ed. Prensa Ibérica, pp. 853-868.