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Ernst Jünger

LA ESPERANZA CONDUCE
MAS L JOS QUE EL TERROR
Traducción de Pedro Schneider

A
Agradezco de corazón a los presentes. interiorizaron decenio tras decenio; mis lectores lo
Agradezco especialmente a la antigua y renom- saben.
brada ciudad en el Main y al jurado que Como la discusión lo ha mostrado, ustedes no pasan
preside el primer Alcaide Dr. Wallmann el por alto a Goethe y de ninguna manera a la literarura.
haberme encontrado digno de esta distinción, y con Volveré entonces a los aspectos de la paternidad litera-
esto cosechado alguna contrariedad. Pero ustedes tam- ria tales como la existencia del autor en nuestro tiempo.
bién habrán recibido vivos aplausos mientras yo acepto Podría yo pensar que nuestro \ venerable patriarca no
las copiosas felicitaciones. sólo se asoma por encima de mis hombros, sino que de
Nunca imaginé que alguna vez se me permitiera cuando en cuando también sobre ustedes llama, y yo me
tomar la palabra en este venerable recinto. Mientras pregunto por todos si é1, de frente a los tiempos actua-
tanto, en una larga, movida existencia, vive uno todo y les, veía con buenos ojos su ciudad natal.
también lo contrario. Junto a mis camaradas franceses, Desde hace años acompañan a mis lecturas noticias
ciegos de guerra, me fue permitido, sesenta años des- sobre el autor y su obra. Yo me topo con hechos que se
pués de la batalla, evitarme el desfile de la guarnición repiten desde que existen escritores, pero también con
por Amblard, en Verdún, en ciernes capital de la paz. algunos que a nuestro fin de milenio le son propios.
Sesenta años. Es una larga marcha que de la guerra A continuación esta pequeña cosecha. Me permito
conduce a la paz. Casi tan largo es el camino del nacio- comenzar.
nalista revolucionario a la iglesia de San Pablo. Pero El autor esta destinado a la libre vía salvaje y tiene
no es un rodeo, ni mucho menos un extravío. Hecker y que asumir sus riesgos. El podría no sentirse a sus
Garibaldi, Engels y los jacobinos lo aprobarían. anchas en el parque de protección de la naturaleza, aún
La iglesia de San Pablo y la ciudad de Verdún, con el cuando perteneciera al grupo de animales sobre los que
acuerdo de repartición del 843, se encuentran, para mí, no está permitido disparar.
dentro de los lugares trágicos de nuestra historia; a La fatuidad de los papeles. ¿Qué serán en cien años,
pesar de fuerzas benévolas y buenas voluntades, en este en mil, en diezmil? Esto es así desde el principio. Pero
recinto se malogró una gran tarea. Hablé varias veces también Tú hubieras escrito solo en una isla. Ahí se
con mi padre y mis hermanos y con amigos como Ernst delata la sacra vocación independiente de las circuns-
Niekisch y Valeriu Marcu acerca de esto (de los primeros tancias.
procede el libro Diutsche Daseinverfehlug y Die Ge- El autor vive en el pueblo, en el Estado, en la sociedad
burt der Nation de los segundos). de su tiempo y a la vez recluido en el bosque, sobre
Frecuentemente, y sobre todo durante la Reforma y Patmos, en el Sinaí. Lo que allá suceda es más impor-
después de las guerras de liberación, lo que ha fracasa- tante que su propia intervenciòn. Quizá regrese con tas
do es el intento de dar a la entidad alemana, con el manos vacías.
consentimiento general. una forma sólida; esto no ha Evidente es el peligro, engranado al mundo econó-
corrido aquí con suerte. mico, de ser pulverizado o condenado a una semicómi-
Por ahora estamos inmersos en otros y mayores mo- ca o semideplorable existencia marginal. De ahí que los
vimientos, los cuales han comenzado a agitarse en las padres se inquieten apenas se manifiesta en el hijo una
profundidades de la historia universal, y nuestro siglo, inclinación a las Musas que amenaza volverse poderosa.
casi transcurrido, esconde otras sorpresas en su seno. Ellos hacen todo para alejarlo de ello, o al menos
Con más fuerza nos obliga entonces, a la vuelta del para dirigir su impulso en una dirección que prometa
milenio, la sentencia de Lutero: “Con nuestro poder provecho. Es preferible que el joven se divierta en los
nada se hace”. Así también, si ustedes me permiten una bailes del pueblo a que como Hölderlin “con el canto
rita propia, la esperanza nos conduce más lejos que el puro” se consagre a las Musas.
terror. El embate de las ideas puede volverse muy fuerte. Los
Me hubiera gustado en esta lectura hablar de mi colores comienzan a resplandecer, los contornos reve-
relación personal con Goethe y su obra. Es difícil, pues lan su sentido. Son el germen de imágenes, alguna se
yo fui cultivado con él. No pasaba un día sin que mi logra.
madre citara sus poemas amorosos, y apenas un año sin Pitágoras vio en esta disposición algo más que Un
que frecuentara los lugares de su vida en Weimar. Pron- mero triángulo, Newton más que una manzana callen-
to nos llevó con ella para compartir su alegría con do, Bohr el modelo atómico.
nosotros. “Voila un homme”: “He aquí un hombre” Goethe logró esta fase después de visitar la galería de
4 -Mi amor por él, y mis ocupaciones para con él se Dresden. Cada frase será una máxima - u n c o m i e n z o
quejarse, sino verlo como una prueba de su libertad. Es
mejor que si un tirano, un partido o c u a l q u i e r c e n á c u l o
pusiera u n a m a n o sobre usted.
Están sentados en 1a casa de cristal en la que no puede
arriesgarse uno a lanzar piedras”
Después de Goethe, la crìtica ha sido en parte insensi-
ble. Esto es la contraparte, en l a
correcto y se constanta en
medida en que el amor a la crítica es menos oportuno.
Del mismo modo, para el crítico es tan i m p o s i b l e
pronunciarse sobre sí mismo, c o m o para el d e l i n c u e n t e
no dejar huellas tras é1.
El hombre de talento que ofrece su vida a la obra, ha El efecto más poderoso de la crítica, aún cuando casi
de estar de acuerdo con Gide. El autor no se plantea el nunca se observa, es que el autor le rinda cuentas a SU
p r o b l e m a moral. ni social ni hedonistamente. Para é1 demonio.
puede ser tan obligatorio y necesario, y hasta terrible, Parece haber gente que lee libros tan sólo para fasti-
exponer la propia desgracia tanto como la ventura diarse.
propia. Se lo encuentra uno en todos los mercados:, curio-
Todavía nos consuela Boccio desde el calabozo. seando aquello de lo que todos opinan, de lo que todos
El palacio del lector es tan perdurable como cua1- hablan -entonces establece a partir de ahí Su ethos.
quier otro. Sobrevive a pueblos, culturas, cultos, y a la Por otro lado, él espera que se le respete su osadìa.
misma lengua. Ni terremotos ni guerras lo mueven un También la inquisiciòn se ha secularizado. Alguna
á p i c e . ni siquiera la quema de bibliotecas. C omo la de vez las pesquisas fueron confesionales, ahora son polí-
Alenjandría. Pueblos de peleteros. mercados, colosos, ticas.
rascacielos, crecen a su alrededor y desaparecen como, s i Aquí y allá, la figura central no es el que sufre, sino el
la lluvia los disolviera. culpable.
IA puerta permanece abierta al m u n d o m á g i c o . Ambivalencia de la fama. Con su incremento la ofen-
Paul Léautaud: “Yo creí haberlo escuchado -para siva aumenta necesariamente. Proporcionalmente, ca-
mí el mejor halago es qué Un escritor pueda ser recibido da uno tiene SU propio perseguidor de oficio.
por un lector.” El autor ha de complacer al lenguaje, no al crítico
Esto da qué pensar -entonces no al juicio sino a la ley. La mayoría de las
Más fuerte aún es la presencia acallada del autor que discusiones pertenecen ahora al ámbito de la política y
súbitamente agraciada, serenada. o t a m b i é n asustada, no al del a r t e .
se legitimiza. El debió estar ya algo tiempo en el e s p a - Los periodistas apenas conocen el alodial con que
cio )’ ahora regresa a los sueños. cuenta el autor. Este se mueve entre los sueños de los
El autor tiene su ley, él tiene SU totalidad; las partes se lectores y sus secretas aportaciones.
sostienen por la c o n e x i ó n . Mi juicio no Ita ha basarse en que un autor p i e n s e
Si uno a cada lector, contemplador o crítico, le per- distinto a mí, sino e n que sobre todo piensa y tal v e z
mitiera hacer una reducción, ahí caería todo. m e j o r q u e y o . YO tengo que colocarlo dentro de S U
El viejo bardo. Al joven se le dice que él todavía nada, sistema. De cualquier manera puedo rechazar esto. Con
y al viejo, que ya nada puede. ello no se escatima el respeto.
También e1 autor tiene una cotización y tiene que Una vez que el autor ha logrado cierto distancia-
arreglárselas con eso. miento de los temas actuales, los ataques le sirven antes
El material del poeta es la palabra. que las aprobaciones para que ya no tenga nada que ver
De ahí que nunca pueda ser tan abstracto como un con el a m b i e n t e .
pintor 0 como un c o m p o s i t o r . ‘¿Sabe usted lo que sucede después de estos poe-
En el lenguaje siempre hay historia. Substancia lija. mas? vienen tres u n i f o r m a d o s ” . l e d e c í a u n a c a u d a l a d o
El oficio simple sobre el lenguaje siempre se r e c o m - redactor en Moscú al poeta Ossip Mandelstam (1891-
pensaráde por sí, y tanto más. S i c a e e n l o s o j o s s i n s e r 1983). Esto lo vivió también mi hermano el poeta Frie-
advertido. drich George luego de publicar su poema: Der Mohn.2
De un libro que merezca este nornbre, se espera| que Ha alcanzado la voz cierta magnitud. entonces gana
halla transformado al lector. Después de la lectura. éste también fuerza anecdótica. Se, le adjudican al i l u s t r e
ya no es más el m i s m o . palabras que él nunca pronunció. y se le imputan
La soledad no cuenta entre los sufrimientos del autor, hechos que é1 no ha cometido.
pero sí cuenta para su capital. Esto le sucede también al no ilustre, que es converti-
El lenguaje como “La casa del Sur‘.. do en chivo expiatorio.
El lector debería encontrar en la obra del autor su
patria, justo cuando e1 exterior se torna hostil. En tales
tiempos, el libro de los Libros es consulado más asi-
dua e interiormente‘.
La crítica más dura para con uno mismo: “si otro lo Se ha vuelto extraordinario el-gozar-con-el-otro su
hubiese escrito, estaría bien”. condición, su riqueza, su suerte.
Para con un colega: “ E l h e c h o e s q u e u s t e d e s t á El derecho la libertad. la democracia, tienen un homenaje
expuesto a una desconsiderada crítica; no debería usted en la letra, asegurándolos tan sólo los libros y los honrados. 5
Una resolución, acertada y auténtica, tundamentada
en la experiencia. presupone, en electo, un amplio
círculo de amistades que se mueven en el terreno de la
espiritualidad. Vale aquí e1 dicho: A donde están la5
palomas vuelan otras palomas.
Tempranamente, el autor experimenta un malestar
general ante la técnica. No le basta con ella. Al princi-
pio, siente que lo amenaza a él y a su mundo. Ella será
relegada por él al sitio de la chatarra, diabolizada, y
quedará su andamiaje al descubierto. Hieronymus
Bosch, Piranesi. Meryon, Kubin, luego surrealistas co-
no Max Ernest, René Magritte. Narradores como Swift,
Aldous Huxley, Edgar Allen Poe. Pensadores como
Martin, Heidegger y Friedrich Georg. Una ronda por la
torre babilónica.
La preocupación de Nietzsche sobre lo que para nos-
otros sería lo peor, dudar de la voluntad de la Tierra,
se ha concretado con cl tiempo en la pregunta: ¿No que-
rrá todavía?
Algunos duran más que los muñecos de nieve. La técnica ha conseguido la fisión nuclear a costa de
Al tiempO deI que blanquea, le sigue el del que terribles pérdidas, en las que se espejean antecedente5
ennegrece. metafísicos. Si al final del siglo debío lograrse la fusión
Cuando los alemanes se reúnen para celebrar una nuclear, significaría un nuevo cambio de sentido, una
fiesta. en vez de ello se muestran mutuamente sus herida. nueva modificación del interior de la naturaleza.
Quien no toma partido se hace sospechoso por doquier. El hombre de talento podría adherirse al reclamo que
Así. a quien no le incumbe el arte de la repartición la historia universal habrá de transcribir. El podría
está en contra del mundo económico en su totalidad. presentar la historia de los pueblos como un collar de
“Entre más genio tenga el siglo, más se fomenta la perlas, como una m á s o m e nO S lograda obra de arte.
individualidad“ (Grillparzer). Entonces, ciudades como Lascaux, Atenas, Florencia,
A esto se le puede añadir : Weimar, serían más importantes para el desarollo de
“Y entre más escasea el genio en un siglo, más difícil la humanidad que el avance técnico y sus titánicas
es su manifestación.” De cualquier manera es meritorio. maquinaciones.
Uno se preguntará: ¿Cómo puede existir un cuadro, Esto es suficiente. Yo sC que parte de mi vida, propen-
un poema, una prosa consistente, en una época que sa a durar más que la de Goethe, fui un fastidio para
comenzó con alambre de púas y esquirlas y culminó en muchos. Esto comenzó ya en la escuela, donde a mis maes-
el quebrantamiento? tros les irritaba yo tanto como el mejor y el peor de los
a l u m n o s . C o n t i n u ó p a r a l o s prusianos que me otr-ga-
ron su más alta orden, y para quienes yo era un molesto
subordinado que no podían ver ni en pintura. Tipos así
aparecen frecuentemente en sus anales.
¿De qué depende el éxito de un diario? De lo afortu- La ambivalencia me acompaño a lo largo de más d e
nado del s o l i l o q u i o . sesenta años de mi producción, y me trajo adversarios
E 1 diario es el trabajo de la soledad. Sustituye, como de todas partes, y es de esperarse que esto no va a
en el autoexamen pietista, el rezo. La tensión se deja en cambiar mucho.
las hojas, donde cada uno puede decir todo, y aumenta Aun así encontré en la vida simpatizantes.
con la contensión. Finalmente, el propio pensamiento Me alegra especialmente hablar ante ustedes de mis
se vuelve. peligroso para uno y uno quema los apuntes. últimas aventuras de combate de la primera guerra
El barbero de Midas se arriesga a susurrarle a los mundial, y saber de muchos lectores fieles, y, desde este
.juntos que el rey tiene orejas de burro. Pero el viento lugar, agradezco a los muchos que en las últimas sema-
extiende el rumor. n a s m e a n i m a r o n con sus b u e n o s consejos y aprobaron
mi obra.
En suma: Uno debe vivir con su constelación. Bajo el
lo sostendré yo en
designio con el que uno comenzó. Así
“Un buen p e n s a m i e n t o que leímos, algo e x c é n t r i c o el futuro tan los verbos de nuestro mayor poeta, a cuya
que escuchamos, dia-
lO pasamos con gusto a nuestro honra nos hemos reunido este día:
r iO . Pero si a1 d e
momentO no5 tomáramos la molestia Así has de ser,
apuntar peculiares observaciones, opiniones originales no puedes evadirte.
de las cartas de nuestros amigos, mucho nos enriquece- Así lo han dicho las Sibilas,
ríamos. así los profetas,
Uno guarda las cartas para no volver leerlas; uno
y ningún tiempo, ningún poder
las destruye en algún momento por discreción, y así se destrozarán ta sellada forma
pierde, el más bello y aliento vital, irrecuperable que viviente se desarrolla
para nosotros y para otros. Yo me p r o p o n g o r e p a r a r
6 esta omisión” Les agradezco de todo corazón.

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