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La sustitución de cultivos de uso ilícito: Una solución al

borde del fracaso

Rubén Zamora / Jueves 15 de marzo de 2018

Ministro de Posconflicto, Rafael Pardo recibe matas arrancadas por campesinos de la


vereda Caño Indio, Tibú región del Catatumbo en Norte de Santander.

Cuando suscribimos el acuerdo sobre la solución al problema de las drogas ilícitas veíamos
en el horizonte una solución cercana, hoy, la realidad nos muestra indicadores poco
alentadores. ¿Qué ha pasado después de todo? Que el Estado no está cumpliendo fielmente
lo pactado.

Después de un año ni se ha iniciado el tratamiento del consumo como lo señala el Acuerdo,


ni se ha desarrollado la estrategia contra las estructuras criminales del narcotráfico y del
lavado de activos, ni se tiene la ley de tratamiento penal diferencial para productores y la
sustitución de cultivos de uso ilícito no está ofreciendo los resultados esperados.

Hay problemas nodales que están afectando la implementación del Programa Nacional
Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito: en primer lugar, hay una implementación
desigual (en tiempos, recursos, prioridades…), fragmentada y desarticulada de lo acordado,
en segundo lugar, están in crecentes los problemas de seguridad para los líderes sociales y
para los delegados de las FARC en el PNIS; y, en tercer lugar, el incumplimiento del
gobierno a las familias comprometidas a dejar los cultivos de coca, que en algunos
municipios ya retiraron totalmente sus plantíos y no ven aún los proyectos productivos
alternativos para sustituir los ingresos.

En los municipios piloto de sustitución de cultivos, que fueron declarados así por la
Presidencia de la República, creíamos ver florecer pujante la nueva esperanza para resolver
el problema de la producción de las drogas ilícitas. Después de un año, no se han
implementado ni los proyectos agroalimentarios de un millón ochocientos mil pesos.

Lo más preocupante, por decir un ejemplo, es que en municipios como Uribe, Meta, han
pasado seis meses luego de que más de 400 familias cultivadoras de coca retiraran sus
plantaciones y hasta ahora no hay proyectos productivos que sustituyan los ingresos
derivados de la producción de la pasta base de coca, manifestándose el riesgo de que estas
familias retornen a la producción ilícita.

En lo que corresponde a los recolectores estos no han recibido un solo peso quedando en
total orfandad al perder sus ingresos derivados de la raspa de hoja de coca. Para agravar el
asunto y generar más incertidumbre el gobierno ha cancelado los pagos a familias no
cultivadoras que de alguna manera dependían su economía familiar de actividades conexas
a la producción de drogas o son familias que les fueron erradicados sus cultivos
manualmente o por aspersiones aéreas en años anteriores quedando en la extrema
pobreza.

Amén de lo anterior, donde quiera que hay cultivos de uso ilícito hay graves problemas de
seguridad por la presencia de estructuras criminales al servicio del narcotráfico que vienen
amenazando a quienes promovemos el PNIS ya sean líderes sociales o ya sean integrantes
de la FARC. Según lo ha señalado el Doctor Diego Mora, director de la Unidad Nacional de
Protección UNP, la mayor solicitud de protección de líderes sociales proviene de aquellos
que se encuentran en zonas cultivadoras de coca que están dentro del PNIS y la mayoría de
líderes sociales muertos son precisamente en esas áreas. Urge el diseño e implementación
de medidas especiales de prevención y protección para garantizar las condiciones de
seguridad para las comunidades y territorios afectados por los cultivos de uso ilícito.

Todo lo anterior pone en evidencia que si no hay efectivamente políticas integrales, sino la
sola sustitución de las plantas de coca, el programa está definitivamente al borde del
fracaso. Atacar estos problemas demanda políticas públicas que se complementen y sean
efectivas. Del mismo modo establecer mecanismos de monitoreo y seguimiento de impacto
local, regional, nacional e internacional sobre el desarrollo del PNIS.

La solución al problema de las drogas ilícitas requiere de un gran esfuerzo de inversión y de


apoyo institucional bajo una estrategia clara y transformadora de los territorios afectados
por los cultivos de coca. Requiere de la planificación estratégica efectiva para revertir las
causas del problema y de la voluntad política para implementarla. De lo contrario, seguimos
dando palos de ciego.

Así mismo, es imprescindible cumplir lo pactado en La Habana sobre el desmonte de las


estructuras criminales sucesoras del paramilitarismo y sus redes de apoyo, acciones
efectivas contra la corrupción generada por el narcotráfico y la persecución de esas
estructuras y de los grupos de poder nacional y transnacional encargados del lavado de
activos.

Avanzar rápidamente para cumplir la deuda histórica del Estado con las comunidades es
una responsabilidad de primer orden de la Dirección de Sustitución de Cultivos de Uso
Ilícito PNIS y de la Oficina del ministerio del Pos Conflicto. En ese sentido, es necesario que
la cooperación internacional se articule también con la FARC y las comunidades para darle
mayor integralidad a los compromisos, propósitos y garantía de cumplimiento.

Al ritmo y de la manera que vamos nos desbordará una realidad que apenas se interviene
superficialmente.

Lanzamiento programa de sustitución de cultivos de uso ilícito en ZVTN de Caño Indio,


mayo de 2017:

https://prensarural.org/spip/spip.php?article22833

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