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A día de hoy, solo se conocen dos tipos de tratamientos del agua que realmente reducen la
estructura molecular del agua. Y de esto es de lo que se trata aquí. Por un lado, tenemos
el remolineado dirigido hacia el interior (fuerza centrípeta) y, por otro lado, la electrólisis. En el
primer caso, se
Aunque esta modificación solo es posible a corto plazo, parece tener grandes efectos terapéuticos
en función de los electrodos de metales particularmente nobles. El objetivo de ambos métodos es
la producción por reducción de pequeñas estructuras de agua hexagonales que aseguran la salud,
la armonía y el bienestar.
No solo la energía eléctrica juega un papel importante en el cuerpo, sino sobre todo la propia
estructura. La química, la estructura y la funcionalidad del agua viva difiere significativamente de
lo
Por lo tanto, mientras que el remolineado reconduce el agua al estado hexagonal establecido por
la
El agua remolinada por un vórtice implosivo es capáz de cambiar su estructura interna diluyendo
sus clusteres.
los electrodos de metales nobles y la corriente continua del proceso de electrólisis liberan fuerzas
que tienen un breve pero potente efecto terapéutico. Las frecuencias desordenadas se disuelven.
El remolineado dirigido hacia dentro conduce a un agua natural, mientras que la electrólisis con
metales nobles ofrece una forma terapéutica, sin efectos secundarios de ningún tipo. El agua se
descompone durante un breve periodo de tiempo en oxígeno e hidrógeno activo para, después,
volver a convertirse en agua normal. Una vez que el hidrógeno dona el electrón obtenido gracias a
este proceso para la regeneración de los procesos patológicos en nuestro organismo o en la
naturaleza, se vuelve a obtener el mismo agua normal que había anteriormente.
El agua viva en cambio interactúa estructuralmente con los líquidos y proteínas de nuestro cuerpo.
La idea de que el agua solo es una sustancia genérica (vulgar o general) con una estructura más o
menos arbitraria es una observación demasiado superficial. La preservación de la estructura
ordenada del agua es una energía autosostenible en el agua que debe tener una función corporal
central con consecuencias de largo alcance.
La electrólisis por su parte tiene la capacidad de
modificar la condición de la carga eléctrica. Puede asimilar electrones adicionales o cederlos. Lo
sorprendente es que el agua puede comportarse como un desinfectante (Anolyte) o como un
antidesinfectante (Catolyte). Un parámetro medible bien conocido por los físicos, químicos y
biólogos es el potencial de oxidación-reducción, es decir, el valor ORP. Con cuánta mayor facilidad
ceda su electrón el agua hidrogenada (Catolyte), mejor para el organismo. Esta agua tiene una
carga negativa con un valor ORP negativo. El agua activa ácida pierde electrones. Su potencial es
de +800 mV o superior. Esta agua es un potente antioxidante. Cuando entra en contacto con
bacterias o virus los destruye inmediatamente.