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15/03/2018
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Por UST-Venezuela
Todos los días amanecen nuevos precios. Y los productos de primera necesidad
siguen escaseando. Prácticamente nos vemos sometidos a un calvario diario para
conseguir efectivo para pagar pasaje o comprar las bolsitas de café o azúcar que
es lo que podemos pagar. Hay una escala de precios que no obedece a ninguna
lógica tradicional. Ya ni siquiera dependen los precios del Dólar Today. Hay un
precio en efectivo con billetes viejos, otro en billetes nuevos, otro por pago
electrónico (cuando las comunicaciones permiten hacer transferencias, pagos
móviles o pagos con tarjetas), ¡es todo un calvario! y la crisis no para de avanzar.
El gobierno haciendo alardes de supuestos “aumentos” de salarios irreales,
paupérrimos, que terminan comiéndoselos la hiperinflación.
Como si no fuera suficiente emplear más del 70% de nuestro día a día en trabajar,
conseguir efectivo, alimentos o medicinas, lo cual nos impide pensar,
organizarnos y ocuparnos en torno a cómo resolver definitivamente esta
insoportable situación, el Gobierno de Maduro pretende distraernos del objetivo
de conseguir esa solución con show tras show: nos alerta de una inminente
invasión, pero luego organiza los “mejores Carnavales en muchos años”, acusa a
Lorenzo Mendoza de malversar dólares otorgados, para luego concederle más
millones, acusa a diestra y siniestra de complot, sabotaje, golpe y todo cuanto se
le pueda ocurrir, pero no abre ningún juicio, anuncia tener pruebas de la
injerencia estadounidense, colombiana, española, etc., pero no muestra ni una.
Toda una tramoya para influir sobre sus cada vez más escasos seguidores y
distraer a la población en general del verdadero tema en el que hay que
concentrarse, salir de la crisis, porque sabe que la conclusión será fatal para su
permanencia en el control del Estado, cuando los trabajadores lleguen a la
conclusión de que no habrá solución a la crisis mientras Maduro siga ostentando
el poder.
Hoy día se están generando protestas diarias de trabajadores del sector público y
privado demandando mejores salarios y condiciones laborales. A pesar del papel
traidor de las direcciones sindicales gobierneras, la infiltración de la guardia y el
SEBIN en los centros de trabajo, la clase obrera comienza a reorganizarse para
la pelea. Trabajadores de la salud, cementeros, petroleros, entre otros, luchan
para que les ajusten los salarios por contrato colectivo o por vía extraordinaria,
para que les doten de alimentos y transporte, ante el empobrecimiento inaudito
que estamos padeciendo. Trabajadores del sector público y privado, de diferentes
sectores de la economía (comercio, industria, agricultura, etc) somos sometidos a
las mismas privaciones. Pero luchamos dispersos, a pesar de que compartimos el
drama de tener que sobrevivir con un mísero salario y padecer la misma
hiperinflación y la misma escasez de alimentos, medicinas, efectivo, etc.
Muy distinto sería si nos uniéramos en una sola manifestación nacional contra el
hambre y por un plan económico de emergencia que permita salir de la crisis
actual. Pero, a estas alturas, exigirle al Gobierno que rectifique es como pedirle
que se suicide, y no lo hará. La crisis hoy vivida tiene un rostro y es el mismo de
un Gobierno que hoy le propone nuevamente al pueblo que voten en las
venideras elecciones, porque “ahora sí” solucionará todos los problemas. Este
gobierno miente y por ello debemos exigir su renuncia: Maduro se debe ir,
porque ha demostrado en los hechos su imposibilidad de gobernar en función de
las necesidades del pueblo.
No para que se monte la MUD, o su Frente Amplio ligado a la burguesía más
vendida al capital internacional. Sino para darle paso a un Gobierno de los
Trabajadores y el Pueblo Pobre, basado en las organizaciones sindicales,
gremiales y comunales democráticamente constituidas y coordinadas entre si a
nivel nacional. Sin confiar en ningún líder, sólo en el control, vigilancia y
accionar de nuestras fuerzas colectivas.
Los trabajadores somos los creadores de toda la riqueza material e intelectual del
país. Todos los productos y servicios, la infraestructura, la educación y
producción agropecuaria e industrial son creados por trabajadores del campo y la
ciudad, trabajadores manuales e intelectuales. Toda la habladuría de la necesidad
de los empresarios es para mantenernos dominados. Pero la realidad es ésa: el
empresario paga hasta para que le administren la empresa. Sólo en empresas
pequeñas el dueño es el administrador.
De lo que se trata es dar el paso más decisivo e importante de nuestras vidas, que
es el de tomar el destino en nuestras manos. La crisis no aguanta a que nos
engañe otro líder “buena gente” o un empresario “exitoso”. Las riendas de la
justicia y la economía las debemos tomar en nuestras manos, pero para ello no
debemos darle la confianza a ninguno. ¡Que se vayan todos! Organicemos el
poder sobre la base de nuestras organizaciones democráticas, controladas,
revocables, para implementar un Plan Económico de Emergencia y planificar la
economía en función de los intereses nuestros y no de los empresarios y
politiqueros de oficio. No es fácil, pero tampoco imposible, y si no lo hacemos,
será peor. Debemos movilizarnos y sacar a este gobierno que nos mata de
hambre.
NACIONALIZACIÓN DE LA BANCA
La crisis del transporte público, por la falta de repuestos e insumos, así como la
fuerte dependencia del transporte privado para la distribución de productos
esenciales, el cual especula y desvía productos, obliga a nacionalizar este sector
estratégico, el cual debe priorizar las rutas y rubros prioritarios, de acuerdo a las
necesidades reales de la población, atendiendo a un Plan concertado a nivel
nacional por las organizaciones de los trabajadores y el pueblo.
El ingreso de los trabajadores debe ser suficiente para satisfacer las necesidades
básicas de nuestras familias, por lo que debe revisarse y ajustarse el salario
mensualmente. Esta medida debe ir conjunta con una congelación de precios,
abolición del secreto empresarial, obligatoriedad de publicar la contabilidad
empresarial, control obrero de la producción y distribución, etc.
Los trabajadores no tenemos nada que perder y sí un mundo qué ganar. Por
un Gobierno de los Trabajadores y el Pueblo
https://litci.org/es/menu/mundo/latinoamerica/venezuela/venezuela-las-elecciones-no-la-salida-
ante-la-crisis/