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INSTRUCCIONES:
Escriba su nombre completo, curso y fecha.
Lea atentamente cada una de las preguntas planteadas y asegúrese de comprenderlas a
cabalidad.
Lea con mucha atención cada una de los enunciados y marque la alternativa correcta. (1 punto
cada pregunta)
No omita respuestas.
Haga las preguntas sólo al profesor(a).
TEXTO 1
La prisión de la garza
Sebastián y Fabiola no imaginaron esa mañana de domingo encontrarse con lo que sus ojos
vieron. Como todos los fines de semana, acompañaron a su padre hasta la Plaza de Armas de
San Bernardo, donde acostumbraban esperarlo jugando en el césped, entre los centenarios
árboles o en alocadas carreras de bicicletas mientras él hacía las compras del almacén, muy
cerca de allí. Sin embargo, ese domingo fue diferente a los anteriores…
Desde lejos divisaron el carro de los bomberos. Los niños se encaminaron a la escena de los
hechos y se unieron al grupo de curiosos. Cuatro bomberos intentaban unir dos escalas bajo un
espigado sicomoro. Allí, en lo más alto de su copa deshojada, una alba y delicada garza luchaba
por soltar una de sus patas aprisionadas entre las semillas colgantes del árbol. Sebastián
permanecía concentrado en la maniobra bomberil.
Los hombres levantaban con esfuerzo la escala y luego, inexplicablemente para el niño,
comenzaron a retirar las cuerdas que la sostenían. Al parecer, suspendían el rescate y se
retiraban por un costado de la plaza, perdiéndose por la calle principal.
—¡Hay que salvarla! —exclamó alterado el niño.
—¡Si no, va a morir! ¡Mira esos otros árboles… cuelgan tres garzas muertas que también
quedaron atrapadas!
Sebastián y su hermana recordaban cuando las garzas llegaron, a fines de junio, después de
tantos años, de paso por ahí camino del Maipo. Junto con Fabiola habían contado más de
trescientas.
El carrobomba hizo su entrada otra vez a la plaza, interrumpiendo el recuerdo de los niños y, sin
embargo, recuperando la esperanza en los ojos que miraban angustiados al ave.
Los bomberos amarraron una escala y a ella ataron unas cuerdas, enrollando los extremos a sus
cinturas, dejándolas tensas como vientos de una tienda de campaña. Uno de los bomberos subió
y le mandaron un azadón colgando de una cuerda. Después de varios intentos, el bombero
sacudió la rama con todas sus fuerzas y, repentinamente, la garza quedó libre. Luego dio un salto
corto a otro gancho y, en un rápido movimiento de cabeza de derecha a izquierda, abrió las alas y
se elevó en medio de los aplausos espontáneos de los presentes.
—¡Se salvó! ¡Se salvó! —gritó con alegría la niña.
La alegría había invadido los corazones de los niños. Sebastián se acercó a los bomberos y
mirándolos con un brillo de admiración en sus ojos, les agradeció en silencio. En ese instante
apareció el padre cargando la bolsa de las compras.
—¿Se entretuvieron? —preguntó a los niños.
—¡Sí! —fue la respuesta a dúo de sus hijos.
—Vimos —agregó Sebastián— un salvataje de una garza hecho por los bomberos.
El padre los miró sonriendo, incrédulo como ante las numerosas historias inverosímiles inventadas
por sus hijos.
—Vamos —dijo—, y tomó las bolsas seguido por sus hijos que, de tanto en tanto, miraban el cielo
en busca de una diminuta nube blanca.
Manuel Gallegos, en Cuentos de príncipes, garzas y manzanas
Santiago, Chile: Ediciones SM, 1991 (adaptación)
1.- ¿Cuál es el acontecimiento inicial que sorprende y llama la atención de los niños?
A. Absurdas.
B. Infantiles.
C. Difíciles de creer.
D. Fáciles de predecir.
4.- ¿Por qué el padre de los niños no creyó lo que ellos relataban?
A. Incidental.
B. Secundario.
C. Protagonista.
D. Antagonista.
TEXTO N° 2
Las gafas
(Juan Valera)
Como se acercaba el día de San Isidro, multitud de gente pobre había acudido a Madrid
desde las pequeñas poblaciones y aldeas de ambas Castillas, y aun de provincias lejanas.
Llenos de curiosidad circulaban los forasteros por calles y plazas e invadían las tiendas y
los almacenes para enterarse de todo, contemplarlo y admirarlo.
Uno de estos forasteros entró por casualidad en la tienda de un óptico en el momento en
que allí una señora anciana quería comprar unas gafas.
Tenía muchas docenas extendidas sobre el mostrador; se las iba poniendo sucesivamente,
miraba luego en un periódico, y decía:
–Con estas no leo.
Siete u ocho veces repitió la operación, hasta que al cabo, después de ponerse otras
gafas, miró en el periódico, y dijo muy contenta:
–Con estas leo perfectamente.
Luego las pagó y se las llevó.
Al ver el hombre lo que había hecho la señora quiso imitarla, y empezó a ponerse gafas y a
mirar en el mismo periódico; pero siempre decía:
–Con estas no leo.
Así se pasó más de media hora, el hombre ensayó tres o cuatro docenas de gafas, y como
no lograba leer con ninguna, las desechaba todas, repitiendo siempre:
–No leo con éstas.
El tendero entonces le dijo:
–¿Pero usted sabe leer?
–Pues si yo supiera leer, ¿para qué había de comprar las gafas?
http://www.cuentocuentos.net/cuento/741/las-gafas.html
10.- Numera del 1 al 10 los siguientes acontecimientos según el orden en que ocurrieron en la
historia.
La anciana se probó muchas gafas, pero siempre decía: “Con estas no leo.
TEXTO N° 3
La diosa Minerva paseaba un día por las montañas del Olimpo, cuando se desencadenó
una fuertísima tormenta. Entre la lluvia torrencial y los cegadores relámpagos, el viento soplaba
con una gran fuerza: ya parecía oírse un lamento, ya un débil siseo o una suplicante imploración...
escuchándolos, nació en la mente de la diosa el deseo de imitar aquellos sonidos. Cuando
pensaba en ello, vio tirado en el suelo un huesecillo de ciervo, y lo recogió. Estaba hueco, y la
diosa hizo en él varios agujeritos sirviéndose de una aguda piedra, cual si fuera un taladro. Luego
acercó a sus labios el rudimentario instrumento y sopló en él. Modulando una sencilla melodía. ¡La
flauta estaba inventada!
11.- Los acontecimientos, personajes y ambiente del texto anterior, son propios de:
A. Un mito.
B. Una leyenda.
C. Un cuento.
D. Una fábula.
A. En la tormenta.
B. En el cielo.
C. En el Olimpo.
D. En el bosque.
A. Un anónimo.
B. Una diosa.
C. Minerva.
D. Olimpo.
TEXTO N° 4
16.- ¿Qué tienen en común los textos La invención de la flauta y Los payachatas?
17.- ¿Qué consecuencias tuvo para las tribus enemistadas no aceptar el amor de los jóvenes?
TEXTO N° 5
Los mapuches se preparaban para la guerra haciendo todo tipo de ejercicios. Se pasaban
ocho días ejercitando sus fuerzas, comían poco y dejaban de beber alcohol. Esto los hacía bajar
de peso y recuperar agilidad.
Antes de entrar en batalla, se rasaban la cabeza para que el enemigo no pudiera cogerlos
por el cabello.
Se comunicaban las fechas de reuniones, las de comienzo de las ofensivas y también el
número de lanzas que llevaría cada jefe a la batalla.
Para esto se servían del pron, que era un manojo de cordones de lana de diferentes colores y
gruesos, con nudos que indicaban el número de días.
Fuente: Un día en la vida de Quidora, joven mapuche.
Jacqueline Balcells y Ana María Güiraldes. Zig-Zag, 1992.
21.-¿Qué es el pron?
A. Una calculadora.
B. Una táctica de guerra.
C. Un calendario de lana.
D. Un manojo de cordones de lana.