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Los delitos de coacción, amenazas, revisten una suma importancia atendiendo al bien jurídico
que se tutela como lo es la libertad individual del ser humano, por constituir esta uno de los
derechos fundamentales de la persona. Por tal motivo cabe resaltar la trascendencia que
tiene la regulación de estos tipos penales, no solo en la legislación nacional sino en el derecho
comparado atendiendo a la necesidad de impedir la comisión de estas figuras delictivas por
las consecuencias que pueden producirse en las víctimas, por ello es necesario conocer como
surgieron estas infracciones, cuales son los derechos que se ven transgredidos, la forma en
que se materializan, y las consecuencias jurídicas que conlleva cometer dichos delitos,
Así mismo dentro del desarrollo del presente trabajo de investigación y análisis estudiaremos
el Capítulo III De la inseminación Artificial y la Experimentación partiendo del hecho de que la
inseminación artificial revoluciono los principios e ideas tradicionales sobre la procreación al
cambiar de manera substancial los sistemas naturales conocidos de reproducción humana,
sin embargo Guatemala como el derecho comparado, desde hace ya varios años ha abordado
la inseminación artificial como método para la solución de grandes problemas originados de la
infertilidad de algunas parejas, es por ello necesario la profundización del tema y el análisis
exhaustivo de los elementos configurativos que permiten establecer los tipos penales que
protegen estos mecanismos de reproducción asistida para garantizar la protección de la mujer
y su maternidad en el caso de que resulte embarazada o de las consecuencias que pueden
sufrir si se practican con otros fines de manera fraudulenta, por lo cual es imperante conocer
cuáles son los derechos que se ven transgredidos, la forma en que se materializan, y las
consecuencias jurídicas que conlleva cometer dichos delitos.
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OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL
OBJETIVOS ESPECIALES
Dar a conocer el Antecedente histórico, los sujetos, conducta típica, tipo subjetivo,
fases de ejecución y jurisprudencia en relación a los Delitos de Coacción, Amenazas,
Amenazas, Agravantes Especiales, Inseminación Artificial y el delito de
Experimentación, previstos y Sancionados en el Código Penal Salvadoreño.
Dar a conocer cuáles son los derechos que se ven transgredidos, la forma en que se
materializan, y las consecuencias jurídicas que conlleva la ejecución de los delitos de
Coacción, Amenazas, Agravantes Especiales, Inseminación Artificial y el delito de
Experimentación, previstos y Sancionados en el Código Penal Salvadoreño.
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MARCO TEORICO
CAPITULO II
LA COACCION
ANTECEDENTE HISTORICO
El antecedente más antiguo respecto a este delito, según lo manifiestan los autores De León
Velasco y De Mata Vela, es “La violencia mediante la cual se constriñe a una persona para
que realice un acto contra su voluntad o deje de realizarlo, y se hallaba en el antiguo Derecho
Privado de Roma, pero no fue introducida en el campo penal hasta la segunda mitad del siglo
XVII.
Este delito fue reglamentado especialmente por la Lex Julia de vis pública y por la Lex Julia de
vis privata. Esta penaba el tomarse la justicia por su mano en vez de recurrir al ordo
iudiciorum y otros casos de violento ejercicio del propio derecho”. Es notable que la Lex Julia
de vis pública y la Lex Julia de vis privata fueron los instrumentos legales que inicialmente
regularon el Delito de Coacción entre los reinos y las provincias de la Antigua Roma,
procurando evitar que el ser humano recurriera a la justicia por sí mismo, impidiendo de tal
manera que se realizare un daño mayor al causado.
El tratadista Cuello Calón, hace referencia al Fuero Juzgo, cuando dice “que en el antiguo
derecho español, ya se penaban hechos caracterizados por el empleo ilícito de la violencia
para imponer la ejecución de determinados hechos.
CONCEPTO Y DEFINICIÓN
A) DOCTRINA
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Acertadamente el Licenciado Mazariegos Escobar, complementa la definición anterior
sosteniendo que el delito de coacción consiste en “Impedir a otro, con violencia y sin estar
autorizado por la ley, realizar lo que el ordenamiento jurídico no prohíbe, o imponer una
conducta no deseada, sea justa o injusta. Con su tipificación, se pretende defender la libertad
de obrar según una decisión previamente adoptada.”
Finalmente los autores De León Velasco y De Mata Vela, indican que la Coacción es “La
fuerza o violencia que obra sobre el ánimo de una persona, y por lo tanto sobre la libertad del
hombre pudiendo ser de dos clases: Física (vis absoluta) y Moral o Intimidación (vis
compulsiva). Dicho término es más que todo referido a la violencia moral, de acuerdo con
nuestra ley, la coacción puede realizarse en cualquier forma, ya sea física o moral.”
El Código Penal de la República de El Salvador, establece en su artículo 153 que por el delito
de coacción se entiende lo siguiente:
“El que por medio de violencia obligare a otro a realizar, tolerar u omitir alguna acción,
será sancionado con prisión de uno a tres años.
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ELEMENTOS DEL TIPO OBJETIVO
En este delito lo que realmente se lesiona es la libertad del sujeto, entendiéndose por libertad
la facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra y de no obrar, por lo
que es responsable de sus actos, y se produce desde el momento en que una persona actúa
en forma intimidatoria o de cualquier otra índole obligando a otra a hacer o dejar de hacer algo
que va en contra de su voluntad.
Para los tratadistas Donna, Cervelló Donderis, citado por Donna, Trejo Miguel y otros, y
Serrano Gómez, el bien jurídico protegido es la libertad, puesto que lo que se pretende es que
cualquier persona se encuentre en la posibilidad de hacer o no hacer lo que desee, en cuanto
no esté prohibido por la ley, y es que se vulnera la voluntad del individuo anulando su
capacidad en la toma de decisiones y se le imponen motivos extraños que lo hacen actuar en
el sentido que se le impuso, en la realización de un acto no querido, y por tal motivo es la
libertad de obrar del individuo con carácter inmediato y excluyente, la que constituye el bien
jurídico protegido en este delito, ya que cuando se trata del proceso de formación o
motivación de tal voluntad se estaría en el seno de las amenazas.
El sujeto debe hallarse en la eventualidad de poder decidir su forma de actuar tanto activa
como omisiva, es decir de hacer o no hacer algo.
Por su parte los tratadistas Moreno Carrasco y otros, establecen que si bien es cierto el bien
jurídico que se protege es la libertad de obrar, es decir hacer o no hacer algo, no existe aún
un consenso sobre el contenido mismo de esa libertad de obrar, y para lo cual manifiestan
que existen tres sentidos a dicha expresión:
a) “La libertad en sentido psicológico es un atributo de la voluntad, por lo que para que una
persona pueda ejercitar su libertad de obrar es necesario que pueda disponer de su voluntad.
Por eso decimos que quien no tiene voluntad no puede ser libre.
b) En segundo lugar, cabe decir que una persona ejercita su libertad cuando pesa los
aspectos positivos y negativos de una cuestión y decide sobre la actitud a tomar sobre la
misma. Decimos que alguien es libre cuando toma una decisión sin influencias exteriores.
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c) Por último una vez tomada la decisión de realizar una acción o de omitirla, la persona debe
ejercitar su libertad llevando a cabo una decisión. Decimos se es libre cuando se puede hacer
lo que se ha decidido”.
Respecto a estas tres fases puede indicarse que para un determinado sector doctrinal el bien
jurídico protegido en el delito de coacción, está compuesto por la capacidad de decidir del
sujeto pasivo, como la libertad en la formación de la voluntad y el ejercicio externo de dicha
voluntad ya formada, siendo así el bien jurídico la total libertad de obrar.
Según otros autores, el bien jurídico tutelado esta constituido por el primer y el tercer
supuesto, porque el individuo no solamente toma la decisión de ejecutar una determinada
acción u omitir la misma, ejercitando su libertad al llevar a cabo la decisión, sino también se
ven castigados los ataques de alta gravedad que son realizados contra la libertad del sujeto
pasivo, privándole en su totalidad de su conciencia, y no se encuadra la segunda fase, porque
la manera de atacar la libertad de obrar es mediante la intimidación que es propia de las
amenazas.
Posterior al examen de las diversas fases de las que se compone el bien jurídico protegido de
este delito cabe resaltar que el mismo se encuentra solamente en la última de ellas, porque a
una persona a quien se le priva de la capacidad de tomar decisiones se le está impidiendo al
mismo tiempo formar propiamente su voluntad y según el texto del artículo que regula este
delito en el Código Penal se prohíbe tan solo el impedir que se realice esa misma voluntad.
Finalmente según el autor Carlos Creus, el bien jurídico protegido del delito de coacción es “la
autonomía de las voliciones y las acciones, la protección se extiende desde la libertad para
determinarse a hacer o no hacer, hasta la libertad de obrar según esa determinación. En las
coacciones la ilicitud consiste en la prevalencia ilegítima de la voluntad ajena sobre la propia,
la cual puede verse eliminada tanto en su etapa de formación como en la de ejecución”.
El delito reclama la existencia de una voluntad contraria a la del agente: el consentimiento del
sujeto pasivo, prestado sin tener en cuenta la imposición de aquél, queda al margen de la
tipicidad, por tal motivo el delito de coacción esta encaminado a garantizar la libertad de los
actos humanos, penando a los individuos que incumpliendo con la norma establecida, tiendan
a coartar la libertad de actuar mediante el uso de la violencia o medios intimidatorios,
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brindando así la protección necesaria a la determinación de la voluntad, manifestada en la
posibilidad de expresar la misma libremente.
B) SUJETO ACTIVO
Según lo establecen los autores Creus, Trejo Miguel y otros y Moreno Carrasco y otros, el
sujeto activo del delito de coacción puede ser cualquier persona, excepto un funcionario,
empleado o servidor público que este en el desempeño de sus funciones, pues estos se ven
sometidos al artículo 320 del Código Penal Salvadoreño, relacionado a los actos arbitrarios.
C) SUJETO PASIVO
Puede ser también cualquier persona que pueda tener la voluntad, que sea susceptible de ser
modificada o alterada por la violencia, de modo que no pueden serlo los carentes de toda
voluntad, como los catatónicos o las personas dormidas, pero pueden serlo los menores o los
enfermos mentales , con tal de que puedan tener voluntad en uno u otro sentido.
D) ACCIÓN TÍPICA
Se castiga en la ley obligar a otro con violencia, siendo necesario que entre estos dos
términos exista relación de causalidad. Es necesario examinar por separado cada uno de
estos tres términos.
Obligar a realizar, tolerar u omitir alguna acción. Significa forzar a otra persona a adoptar un
comportamiento contrario a su voluntad, comportamiento éste que puede tener un significado
activo, cuando se obliga a realizar una acción, u omisivo, en los casos en los que se obliga a
tolerar una acción de otra persona o a omitir algún comportamiento propio. No existen dentro
de la descripción típica referencias a la licitud o ilicitud de la acción a cuya realización u
omisión se fuerza al sujeto activo. La conducta de quien impide a otro hacer algo prohibido por
la ley penal no es constitutiva de coacción, al estar justificada por concurrencia de la
circunstancia 1ª o 2ª del artículo 27 del Código Penal. Por contra, incurre en coacción quien
emplea la violencia para evitar que otra persona realice un ilícito civil o administrativo o de
cualquier otro orden no penal. Igualmente, en principio, impedir a otro que realice un acto
típico y antijurídico aunque no culpable, como impedir a un enajenado que golpee a otra
persona, podría ser constitutivo de este delito, pero, al igual que en el supuesto en el que se
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impide a otro que se suicide, partiendo de que el suicidio no es un hecho prohibido por la ley,
en la práctica totalidad de los casos concurriría una circunstancia eximente.
Los resultados a los que se acaba de hacer referencia deben ser conseguidos mediante el
uso de la violencia. La violencia es el denominador común de todas las coacciones y en todas
debe estar presente, pero el concepto de violencia presenta problemas, aunque hoy el
consenso mayoritario acepta un concepto amplio de violencia, incluyendo la fuerza física, la
intimidación y la fuerza en las cosas que tenga efecto en el sujeto pasivo.
Inicialmente violencia era tan solo vis corporis corpori afflicta, la violencia física como fuerza
material empleada sobre el cuerpo del sujeto pasivo que le impedía o le obligaba a hacer algo,
sea aplicada por el propio sujeto activo de las coacciones o mediante el empleo de terceras
personas. Posteriormente, al entender que respecto de la libertad de actuar de las personas la
fuerza física y la fuerza psíquica tienen el mismo alcance, diferenciándose tan solo en que una
afecta a la actuación y otra a la motivación, se incluyó en el concepto la vis compulsiva, fuerza
psíquica o intimidación (aunque, como se ha dicho al considerar el bien jurídico protegido, no
se puede olvidar que muchos autores sostienen que no hay coacción cuando se usa la
intimidación, pues, para ellos, esta afecta a la motivación de las decisiones y da lugar a
amenazas).
Por último, el sector mayoritario incluye también la vis in rebus o fuerza en las cosas que
tenga efecto en las personas, de modo que, al final de este proceso de espiritualización, se
entiende por violencia toda abierta negación por el sujeto activo de la libertad de realizar su
voluntad por el sujeto pasivo.
Entre el uso de la violencia por el sujeto pasivo y la consecución del resultado consistente en
la realización u omisión por el sujeto pasivo de una acción, debe existir un nexo causal, de tal
modo que esta sea objetivamente imputable a aquella, en los términos de relatividad que
supone valorar todos los elementos en los que actúen los sujetos activo y pasivo.
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E) TIPO SUBJETIVO
Hay unanimidad en que el delito es de resultado, por lo que, en primer lugar, como ya se ha
dicho, será necesario acreditar la relación de causalidad entre la acción realizada por el sujeto
activo y este resultado, y, en segundo lugar, la consumación requerirá la constatación de ese
resultado, presente cuando el sujeto pasivo omite la acción, tolera la de otra persona o lleva a
cabo una acción no derivada de su voluntad, por lo que caben las formas imperfectas de
ejecución.
G) TIPO AGRAVADO
El inciso segundo eleva la pena en el caso de que la coacción tuviera por objeto impedir el
ejercicio de un derecho fundamental.
Al ser un tipo derivado del básico deben cumplirse todos los elementos de este y, pudiendo
cometerse la coacción tanto cuando se impide hacer algo como cuando se obliga a realizar
una acción, el tipo agravado se puede cometer impidiendo a alguien ejercitar un derecho
fundamental como cuando se le obliga a llevar a cabo un comportamiento que afecta al
derecho fundamental, siempre que se emplee la violencia ya definida como medio para tal
resultado.
Por derechos fundamentales hay que entender aquellos consagrados de tal modo en la
Constitución.
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JURISPRUDENCIA
AMENAZAS
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Según lo manifestado por el Licenciado Ortiz Gómez, la figura de las amenazas ha existido
desde el comienzo mismo de la humanidad, proveniente de las relaciones sociales de los
miembros de una familia, de una comunidad y de una sociedad, dicho supuesto trata de
obtener el poder sobre los demás individuos, obteniendo el dominio sobre los más débiles,
violando así un derecho inherente al ser humano como lo es la libertad al menoscabar las
condiciones dentro de las cuales una persona se desenvuelve sin condicionamiento alguno, el
gran problema de las amenazas radica en que no solamente se producen entre miembros de
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una sociedad, sino también entre grupos sociales e incluso entre Estados, por lo cual el
hombre se ha visto en la necesidad a lo largo del tiempo de tipificar las amenazas como un
tipo penal, para la protección de la libertad de la persona.
Tal como lo establece el tratadista Eugenio Cuello Calón “El antecedente más antiguo al que
se puede hacer mención acerca de este delito se encuentra en el Código Penal español de
1,822, en donde se regularon preceptos de extremada minuciosidad muy diversos de los hoy
vigentes. Y se establece la caución como medio de evitar la ejecución del mal amenazado,
disposición que ha sido acogida por los Códigos posteriores”.
Asimismo el penalista Federico Puig Peña, indica que fue hasta el año de 1,882 que se
introdujo en la legislación penal de España, el delito de Amenazas como tal, pero “El delito era
regulado en forma casuística, es decir era un precepto legal especial con aplicación exclusiva
a casos particulares, sin poseer valor general y cuyo fundamento estaba en la teología moral,
por ser este delito analizado dentro de los casos prácticos de los que se ocupaba la teología
moral o derechos”.
CONCEPTO Y DEFINICIÓN
A) DOCTRINA
Indica Manzini citado por Carlos Creus50 que la Amenaza es “La Manifestación de voluntad
del agente de ocasionar o de concurrir a ocasionar al sujeto pasivo del daño futuro de que se
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trate, queda pues fuera de la significación típica, la simple expresión de deseos de que a
alguien le ocurra un mal”.
Hecho: Es todo lo que se refiere al verbo hacer, y hacer es: Producir una cosa fabricar,
formar una cosa dándole figura. Poner por obra una acción o trabajo. Por lo tanto hecho, es
todo aquello que el hombre es capaz de realizar, lo cual indica que incluye movimientos,
señales, símbolos, códigos, dibujos, etc., capaces de dar a entender una idea. Con el dicho o
hecho, se va a dar a entender el propósito más o menos inmediato de causar un mal; mientras
que el indicio puede ser cualquier medio que nos da a entender algo y anuncio, es estar
anunciado o enterado de algo, que debe ser un perjuicio que sea cercano”.
Muy acertadamente Rodríguez Devesa, complementa lo anterior indicando que dicho mal o
daño grave es en sí un ataque dirigido a la persona, honra o propiedad del sujeto pasivo, o
bien a su familia, definiendo amenaza en su acepción jurídica-penal, como “La manifestación
hecha por un individuo a otro del propósito de causarle a él o a su familia, un mal en sus
personas, honra o propiedad”.
Finalmente el tratadista Francesco Carrara, establece que “Amenaza es cualquier acto por el
cual un individuo, sin motivo legítimo y sin pasar por los medios o por el fin a otro delito, afirma
deliberadamente que quiere causarle a otra persona algún mal futuro”. Se dice cualquier acto,
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porque la fuerza física subjetiva de este delito no exige especiales condiciones materiales, y
es indiferente la naturaleza del acto, con tal que sea idóneo para infundir temor o para
expresar la idea del peligro.
Por su parte el tratadista Carlos Creus, afirma tajantemente que la figura de las amenazas
constituye un delito subsidiario, porque este es absorbido por otro principal, y así el hecho de
la amenaza es solamente una circunstancia agravante; sin embargo este delito puede
convertirse en otro distinto, atendiendo a las circunstancias en que este sea producido, y a la
capacidad de la víctima en cuanto a la percepción de la amenaza; aunque si resaltaren
incidencias que distingan considerablemente la amenaza del otro delito, pueden concurrir
ambos.
Posterior al examen de las distintas formas de definir la figura de las Amenazas, puede
instituirse que la misma consiste en el anuncio que se hace de un mal que puede ser o no
delito, por atentar contra el derecho de libertad y seguridad de las personas, perturbando su
confianza de acuerdo a la protección que debe realizarse según el ordenamiento jurídico
establecido, tomando en cuenta que la libertad es un derecho inherente al ser humano, y es
precisamente la existencia de dichas normas las que deben brindar dicha protección.
El Código Penal Salvadoreño, tipifica el delito de Amenazas en su artículo 154, así “El que
amenazare a otro con producirle a él o a su familia, un daño que constituyere delito, en
sus personas, libertad, libertad sexual, honor o en su patrimonio, será sancionado con
prisión de uno a tres años”.
En sentido ordinario amenazar significa dar a entender a otro con actos o palabras que se le
quiere causar algún mal. Pero, en el Código Penal, el término amenaza tiene un contenido
menos amplio, porque es necesario que el mal se dirija solo a la persona o familia del
amenazado.
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ELEMENTOS DEL TIPO OBJETIVO
La libertad como bien jurídico es eminentemente relativa y disponible, y en cada caso, entre
los delitos que la afectan, habrá que considerar si la conducta del sujeto activo es o no
conforme con el ordenamiento jurídico y deberá considerar si el sujeto pasivo tenía interés en
disponer de ese bien.
La postura mayoritaria sostiene que el bien jurídico es el mismo que en las coacciones: la
libertad de obrar y la diferencia con este delito estaría en que en las amenazas se ataca ese
bien jurídico durante su fase de determinación, durante la fase interna, introduciendo nuevos
motivos en la consideración del sujeto pasivo, mientras que las coacciones incidirían en una u
otra fase, según el tipo de violencia empleado. A la hora de diferenciar entre coacciones y
amenazas y, especialmente, en los casos de vis fisica compulsiva, aquellos supuestos en los
que la violencia típica de las coacciones se emplea también como amenaza, para esta
postura, al tratarse de ataques a un mismo bien jurídico, la solución se encuentra en el
artículo 7 del Código Penal, en el concurso de normas.
B) SUJETOS
El delito puede ser cometido por cualquier persona que pronostique la producción del mal,
siendo indiferente que anuncie que lo va a causar él mismo u otra persona.
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entendida según el concepto civil. En general se acepta que los inimputables pueden ser
sujetos pasivos, siempre que sean capaces de determinar su voluntad y de modificar esa
determinación por la amenaza recibida.
C) CONDUCTA TIPICA
El mal pronosticado debe constituir uno de los delitos mencionados en el propio artículo 154,
regulados en los cuatro primeros Títulos del Libro II del Código Penal, en el Capítulo primero
del Título VI y en el Título VIII del mismo Libro. Por tanto no constituye delito de amenazas
pronosticar a otro que se va a cometer en su contra otra clase de delito o cualquier falta.
D) TIPO SUBJETIVO
La descripción legal no deja lugar a dudas acerca de que el delito sólo puede ser cometido
con dolo directo, pues se castiga una acción eminentemente intencional.
Es un delito de mera actividad, que se consuma cuando el anuncio del mal llega a
conocimiento del sujeto pasivo, por lo que las amenazas que no llegan a conocimiento del
amenazado, son atípicas, salvo supuestos excepcionales en los que el anuncio del mal llegue
a conocimiento de otras personas. Es indiferente para la consumación que el sujeto activo
tenga o no verdadera intención de cumplir la amenaza.
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JURISPRUDENCIA.
“…Además de ser injusta la amenaza debe reunir alguna características como: La seriedad y
gravedad. 1.- La amenaza es seria cuando representa un mal injusto y es posible. Además el
mal amenazado debe depender de la voluntad de la persona que realiza la amenaza; si el mal
no depende de la voluntad del agente, no hay amenaza. 2.- La Amenaza también debe ser
grave; no basta con el mero anuncio: es necesario que este sea capaz de alarmar o
amedrentar al sujeto pasivo. Por otro lado se exige posibilidad de idoneidad de la amenaza
pues si la amenaza no se puede realizar y el sujeto pasivo lo sabe , no hay delito. De igual
forma, si la amenaza no es idónea para atemorizar o turbar el ánimo del sujeto pasivo, no se
configura el delito.”
El delito de Amenazas está clasificado dentro de los delitos de mera actividad, por tanto, el
delito se consuma cuando se le manifiesta a otra persona y ésta conocedora del daño
inminente para él o su familia; de ahí que, las amenazas que no llegan al conocimiento del
sujeto pasivo se vuelven atípicas. (T.S. 1° Santa Ana, 13-01-00)
AGRAVACION ESPECIAL
En los casos de los artículos anteriores se considerarán agravantes especiales que el hecho
fuere cometido con arma o por dos o más personas reunidas o si las amenazas fueren
anónimas o condicionales. En estos casos la sanción se aumentará hasta en una tercera
parte de su máximo.
Las agravaciones recogidas en el artículo 155 del Código Penal Salvadoreño, diez en total,
son aplicables por igual a la coacción y a las amenazas, en este análisis profundizaremos en
las primeras cuatro agravaciones, las cuales son:
Por arma debe entenderse todo objeto cuya finalidad propia sea el ataque o la defensa,
incluyendo armas de fuego, armas blancas o de cualquier otra clase. La ley no hace
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referencia a objetos distintos a las armas pero cuya peligrosidad pueda ser equivalente, como
los bates de béisbol o las jeringuillas. Aunque estos instrumentos puedan significar un riesgo
para las personas similar al de ciertas armas, la necesidad de realizar una interpretación que
no signifique una analogía prohibida en contra del reo debe excluir la agravación cuando se
usen.
La coacción o las amenazas deben ser cometidas con las armas, lo que implica su uso,
bastando la mera exhibición, sin que sea necesario la realización de disparos o intentos de
agresión.
La agravación obedece a la mayor intensidad de la violencia o del pronóstico del mal en estos
casos.
Es necesario que los sujetos activos actúen de común acuerdo, sin que sea preciso que todos
ellos ejerzan la violencia o formulen la amenaza, siendo suficiente que su comportamiento
externo muestre su colaboración en los hechos.
La agravación obedece a un doble motivo: en primer lugar, la mayor perturbación que puede
causar en el sujeto pasivo la ignorancia acerca del origen de la violencia o intimidación
ejercidas contra él, y, en segundo lugar, la imposibilidad de aprestarse para la defensa contra
un ataque del que se ignora el origen.
Es tradicional la discusión acerca de cuál sea la distinción entre las amenazas condicionales y
la coacción si se acepta, como hace la doctrina mayoritaria, que dentro de la violencia,
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esencial a la coacción, está incluida la intimidación. La solución debe venir de la aplicación de
los criterios del concurso aparente de normas del artículo 7 del Código Penal Salvadoreño, al
que nos remitimos.
JURISPRUDENCIA.
“..La figura penal de Amenazas con Agravación Especial, Artículos 154 y 155 ambos del
Código Penal, sancionado con la pena mínima de un año de prisión a una máxima de cuatro
años de prisión, en razón que el legislador especifica que en la agravación especial la sanción
se aumentara hasta en una tercera parte de su máximo, entiéndase que se mantiene la pena
del delito tipo, con el aumento de la tercera parte sobre la misma...” (T.S. Sensuntepeque, 12-
08-02).
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CAPITULO III
LA INSEMNIZACION ARTIFICIAL
De acuerdo a lo establecido por la Licenciada Gil Mayen, En algunos países como Guatemala
la práctica de inseminación artificial se viene realizando desde la década de los sesenta. En
1,978 se inicia formalmente la práctica de la inseminación artificial por parte del Dr. Haroldo
López Villagrán, realizando no solo inseminaciones, sino también fertilizaciones in Vitro,
contando para ello con un amplio laboratorio, banco de gametos y todo lo indispensable para
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la práctica de Técnicas de Fertilización Asistida, contribuyendo para el efecto en el campo de
la medicina guatemalteca.
CONCEPTO Y DEFINICIÓN
A) DOCTRINA
Por su parte los Licenciados Aragón y Gálvez, concuerdan en indicar que la inseminación
artificial es un procedimiento utilizado en programas de reproducción asistida por medio del
cual se deposita semen en el tracto reproductor femenino, generalmente en el interior del
útero, y para lograr que el semen tenga una mayor potencialidad fertilizante se realiza
previamente una capacitación espermática seleccionando los espermatozoides con mayor
movilidad, todo esto como alternativa al manejo de problemas de infertilidad y/o esterilidad en
parejas que de una forma u otra no han podido procrear hijos por los métodos naturales.
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Consiste esta forma de inseminación, en el acto por el cual el espermatozoide y el óvulo de
la mujer se acoplan fuera del cuerpo, en un tubo de ensayo, y ya fecundado el óvulo este se
instaura en el útero.
También llamada Hetero inseminación, consiste en la fecundación de la mujer por medio del
esperma de un tercero (que no es su cónyuge), puede ser una mujer soltera, casada, ó unida;
pero el esperma proviene de una tercera persona llamada Donador o Donante, quien debe ser
desconocido por los esposos, convivientes, o la mujer sola a inseminar.
Se utiliza el esperma de este tercero o Donante, por imposibilidad del hombre o marido de
poder procrear, es decir por ser estéril, o por el deseo de una mujer soltera de querer tener un
hijo sin tener ningún tipo de relación sentimental o legal con el padre biológico del niño.
Los objetivos actuales de los procesos de inseminación artificial van dirigidos concretamente
al propósito de la procreación, en parejas que desean tener hijos”.
El Código Penal Salvadoreño, establece en su Libro Segundo, Título III, Capítulo III “De la
Inseminación Artificial y la Experimentación”, Articulo 156, que la Inseminación Artificial no
Consentida consiste en “El que inseminare artificialmente a una mujer sin su
consentimiento, será sancionado con prisión de dos a cuatro años”.
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El que inseminare mujer soltera menos de catorce años, será sancionado con prisión
de de tres a seis años”.
B) SUJETOS
Sujeto activo puede ser cualquiera, aunque, naturalmente, el delito, en la práctica, sólo lo van
a poder cometer personas con la suficiente formación y conocimientos para efectuar una
inseminación artificial, mientras que el sujeto pasivo puede ser, exclusivamente, una mujer, la
cual, si es soltera y menor de catorce años, dará lugar a la aplicación de la penalidad
agravada prevista en la parte final del artículo. Parece criticable no haber equiparado a estos
casos los de mujeres incapacitadas, cuya falta de capacidad no es subsanable por ninguna
vía.
C) CONDUCTA TIPICA
EI deIito sóIo puede ser cometido por acción, no siendo admisibIe Ia omisión.
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de sentido, por encontrarse inconsciente por estar sedada, anestesiada, drogada, embriagada
o por otro motivo, o, bien, privada de razón por estar enajenada, o bien, su oposición ha
tenido que ser vencida mediante eI uso de vioIencia, física o mentaI, pero no eI engaño o
fraude, que es castigado en eI artícuIo siguiente.
D) TIPO SUBJETIVO
EI deIito se puede cometer con doIo directo y con doIo eventuaI, aunque éste, en Ia práctica,
será de difíciI presentación.
F) CONCURSOS
Los hechos en Ios que eI consentimiento de Ia mujer no sea váIido, por haber sido
conseguido por vioIencia o amenaza deben ser castigados a través de un concurso de
normas entre eI deIito que estamos considerando y Ios de coacciones o amenazas, a resoIver
en favor deI primero por especiaIidad.
En los supuestos en los que se haya usado la violencia y ésta haya producido resultados
lesivos para la vida o la salud de la mujer, existirá un concurso ideal de delitos entre el ahora
comentado y el correspondiente de homicidio o de lesiones.
Esta conducta que en el fondo atenta contra la libertad y dignidad de la mujer y su derecho a
nos ser considerada como un mero receptáculo reproductor de la especie humana.
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Muñoz Conde analizando la legislación española indica que los supuestos de inseminación
articula punible encajan en los casos de permisión de aborto.
Aunque el texto que se actualiza al analizar el inciso segundo refiere a una protección penal a
partir de los dieciocho años, desde en ángulo penal la regulación es a partir de los catorce
años y no de la mayoría de edad; en el sentido anterior no es punible la inseminación
consentida sin fraude en mujer de catorce o más años.
INSEMINACION FRAUDULENTA
CONCEPTO Y DEFINICIÓN
A) DOCTRINA
Por lo tanto el delito de inseminación fraudulenta puede definirse como el acto por el cual se
alteran las condiciones que se pactaron con anterioridad de una forma fraudulenta para la
práctica de una inseminación artificial, logrando mediante ello propósitos propios del sujeto
activo valiéndose de engaños y medios ilícitos para alcanzar sus fines.
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ELEMENTOS DEL TIPO OBJETIVO
El artículo castiga de manera atenuada los supuestos en los que hay consentimiento de una
mujer mayor de edad y consciente, pero tal consentimiento se encuentra viciado al haber sido
prestado por engaño. La redacción del precepto es redundante, pues todas las posibilidades
que cita se reducen al uso de un engaño bastante para lograr el consentimiento de la mujer
para ser inseminada artificialmente.
El resto de los elementos son comunes con los del artículo anterior.
Como ejemplos cabe indicar cuando se le hace ver a la mujer que el semen con que se
fecunda es de su marido, siendo de otro.
BASE LEGAL
Código Penal de El Salvador en su LIBRO SEGUNDO, TITULO III, CAPÍTULO II, DE LOS
DELITOS RELATIVOS A LA AUTONOMÍA PERSONAL, ARTICULOS 153, 154 Y 155
El que por medio de violencia obligare a otro a realizar, tolerar u omitir alguna acción, será
sancionado con prisión de uno a tres años.
Cuando la coacción ejercida tuviere por objeto impedir el ejercicio de un derecho fundamental,
se impondrá la pena de prisión de dos a cuatro años.
“El que amenazare a otro con producirle a él o a su familia, un daño que constituyere delito,
en sus personas, libertad, libertad sexual, honor o en su patrimonio, será sancionado con
prisión de uno a tres años”.
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1) Que el hecho fuere cometido con arma;
5) Si las amenazas fueren motivadas por odio racial, étnico, religioso, político, a la identidad y
expresión de género o la orientación sexual.
“El que inseminare artificialmente a una mujer sin su consentimiento, será sancionado con
prisión de dos a cuatro años”.
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El que inseminare mujer soltera menos de catorce años, será sancionado con prisión de de
tres a seis años”.
“El que alterare fraudulentamente las condiciones pactadas para ejecutar una inseminación
artificial o lograre el consentimiento mediante engaño o falsa promesa, será sancionado con
prisión de seis meses a dos años”.
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CONCLUSIONES
Las amenazas tiene un contendido residual, pues pueden constituir actos preparatorios
de otros delitos: conducción a punta de arma de la víctima al lugar de la violencia
sexual.
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BIBLIOGRAFIA
REFERENCIAS ELECTRONICAS
http://biblio3.url.edu.gt/Tesis/2012/07/01/Giron-Max.pdf
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