Sie sind auf Seite 1von 17

Cambios químicos en la materia

En la naturaleza y en la vida diaria, nos encontramos constantemente con fenómenos


físicos y con fenómenos químicos.

Fenómeno físico es aquel que ocurre sin


que haya transformación de la materia
involucrada. En otras palabras, cuando se
conserva la sustancia original. Ejemplos:
cualquiera de los cambios de estado de la
materia y también acciones como patear una
pelota, romper una hoja de papel.

En todos los casos, encontraremos que hasta


podría cambiar la forma, como cuando
rompemos el papel, pero la sustancia se
conserva, seguimos teniendo papel. (Ver:
Cambios físicos de la materia).
El mejor ejemplo de cambio químico:
Fenómeno químico es aquél que, al ocurrir, combustión.
tiene como resultado una transformación de
materia. En otras palabras, cuando no se conserva la sustancia original. Ejemplos:
cuando quemamos un papel, cuando respiramos, y en cualquier reacción química. En
todos los casos, encontraremos que las sustancias originales han cambiado, puesto que
en estos fenómenos es imposible conservarlas.

Para entender claramente la diferencia entre fenómeno físico y fenómeno químico


veremos lo que ocurre en un proceso natural como la fotosíntesis.

Durante el proceso de fotosíntesis Fenómeno


a- la hoja toma CO2 del aire (también llega el H2O tomada del Físico
suelo por la raíz)
b- el agua se transforma en Hidrógeno y Oxígeno, Químico
c- el Oxígeno se desprende de la planta y vuelve a la atmósfera Físico
d- el Hidrógeno reacciona con el Dióxido de Carbono para formar Químico
Almidón.

Ahora veamos qué ocurre en el motor de un auto cuando está en movimiento.

En un auto Fenómeno
a- se inyecta gasolina en un carburador, Físico
b- se mezcla con aire, Físico
c- la mezcla se convierte en vapor, Físico
d- se quema ( y los productos de la combustión ) Químico
e- se expanden en el cilindro Físico

Reacciones químicas
Por experiencia, sabemos que un trozo de
hierro se oxidará si lo dejamos a la
intemperie, y lo sabemos aunque no
poseamos conocimientos de química.

Lo que ocurre es una reacción química en


la cual el hierro se combina con el oxígeno
presente en el aire para formar una sustancia
distinta a las originales, un óxido de hierro.

El origen de una nueva sustancia, como el


óxido de hierro en nuestro ejemplo, significa
que ha ocurrido un reordenamiento de los
Un clavo se oxida con el aire: reacción electrones dentro de los átomos, y se han
química creado nuevos enlaces químicos. Estos
enlaces químicos determinarán las
propiedades de la nueva sustancia.

La mayoría de los cambios químicos son irreversibles. Al quemar un trozo de madera ya


no podremos volver a obtenerlo a partir de las sustancias en que se ha convertido:
cenizas y gases.

Sin embargo, hay otros cambios químicos en que la adición de otra sustancia provoca la
obtención de la sustancia original y en ese caso se trata de un cambio químico reversible.
Así, pues, para producir un cambio químico reversible hay que provocar otro cambio
químico.

Todo cambio químico involucra una reacción entre diferentes sustancias produciendo la
formación de sustancias nuevas.

Entonces, una reacción química es un proceso en que una o más sustancias se


transforman en otra u otras sustancias de diferente naturaleza.

Las reacciones químicas se manifiestan en alguna de estas formas:

• emisión de gases

• efervescencia

• cambios de color

• emisión de luz

• elevación de la temperatura

• formación de nuevas sustancias.


La respiración de los animales y la digestión de los
alimentos constituyen ejemplos importantes de
reacciones químicas; por eso se dice que el
cuerpo humano es como un laboratorio químico.

El estudio metódico de las reacciones químicas ha


permitido a los científicos transformar los
productos naturales y obtener toda clase de
sustancias, tales como: fibras sintéticas, plásticos,
insecticidas y detergentes, todo ello tan útil en
nuestra vida diaria.

Tipos de reacciones químicas

Es necesario reconocer, que una reacción química


sólo puede corresponder a un fenómeno químico
que se verifique en condiciones adecuadas; es
decir, no se debe proponer una reacción química Manifestaciones de una reacción
inventada o que no sea una reacción real. Sin química.
embargo, no siempre es posible predecir sí, al
poner en contacto ciertas sustancias, se llevará a cabo la reacción o cuales serán los
productos.

Ahora bien, en miles de experimentos realizados en el mundo, debidamente repetidos y


controlados en el laboratorio, las reacciones químicas se pueden clasificar en los
siguientes tipos:

De síntesis o Combinación: Es un fenómeno químico, y a partir de dos o más


sustancias se puede obtener otra (u otras) con propiedades diferentes.Para que tenga
lugar, debemos agregar las sustancias a combinar en cantidades perfectamente definidas,
y para producirse efectivamente la combinación se necesitará liberar o absorber calor
(intercambio de energía).

La combinación del hidrógeno y el oxígeno para producir agua y la del hidrógeno y


nitrógeno para producir amoníaco son ejemplos

2H2 + O2 ® 2 H2 O formación de agua

3 H2 + N2 ® 2 N H3 formación de amoníaco

De descomposición: Es un fenómeno químico, y a partir de una sustancia compuesta


(formada por dos o más átomos), puedo obtener dos o más sustancias con diferentes
propiedades.

Ejemplos: al calentar óxido de mercurio, puedo obtener oxígeno y mercurio; se puede


hacer reaccionar el dicromato de amonio para obtener nitrógeno, óxido crómico y agua.

Para que se produzca una combinación o una descomposición es fundamental que en el


transcurso de las mismas se libere o absorba energía, ya que sino, ninguna de ellas se
producirá. Al final de cualquiera de las dos, tendremos sustancias distintas a las
originales. Y ha de observarse que no todas las sustancias pueden combinarse entre sí, ni
todas pueden ser descompuestas en otras.

De Sustitución o de reemplazo

En este caso un elemento sustituye a otro en un compuesto, ejemplos:

Zn + 2HCl ® ZnCl2 + H2

Mg + H2 SO4 ® Mg SO4 + H2

De Doble Sustitución o de intercambio

En este tipo de reacciones se intercambian los patrones de cada compuestos, ejemplo

2 CuOH + H2SO4 ® Cu2 SO4 + 2H2O

3BaCl2(ac) + Fe2(SO4)3 (ac) ® 3BaSO4 + 2FeCl2 (ac)

Reactantes y productos

Para entenderlas y analizarlas, las reacciones químicas se


representan, como ya vimos en los ejemplos
anteriores, mediante ecuaciones químicas.

Una ecuación química es la representación escrita de una


reacción química. En toda reacción química debemos
distinguir los reactantes y los productos.

Los reactantes son sustancias que al combinarse entre ellas a


través de un proceso llamado reacción química forman otras
sustancias diferentes conocidas como productos de la
reacción. (Ver: Velocidad de una reacción química)

En una ecuación química, los reactantes y productos se


escriben, respectivamente, a la izquierda y a la derecha,
Agua: reacción química separados mediante una flecha. El sentido de la flecha indica
de síntesis. el transcurso de la reacción y debe leerse como: da origen a

Reactantes —› dan origen a Productos

Tomaremos como ejemplo el agua, las sustancias reactantes son el hidrógeno (cuya
fórmula es H2) y el oxigeno (cuya fórmula es O2), al combinarlas se produce una reacción
química y obtenemos como producto el agua:

Dos moléculas de hidrógeno (2H2) reaccionan con una molécula de oxigeno (O2) para
formar dos moléculas de agua (2H2O).

Reacción química aeróbica:


Es un proceso que requiere de la presencia del oxígeno para llevar a cabo la producción
de energía.

Reacción química anaeróbica:

Es un proceso que a diferencia del aeróbico, se lleva a cabo en ausencia de oxígeno.

Cuando hacemos ejercicio aeróbico (correr, nadar por tiempo prolongado, etc.) la energía
la obtenemos por medio del oxígeno que respiramos. El oxígeno llega a las fibras
musculares a través de la sangre, donde se produce una serie de reacciones químicas
con los nutrientes que nos entregan los alimentos, produciéndose la energía.

Cuando hacemos ejercicio anaeróbico (saltos, levantar pesas, carreras cortas y rápidas,
etc.) necesitamos energía en un corto periodo de tiempo, y esta la obtenemos por medio
de los hidratos de carbono y las grasas, que al descomponerse químicamente suministran
la energía anaeróbica, llamada de esta manera porque toda esta reacción química se
produce sin la presencia de oxígeno.

Metabolismo
Muchos problemas de sobrepeso derivan de su mal
funcionamiento
Una persona puede comer poco, hacer ejercicio y engordar, mientras que otra, por el
contrario, puede mantener su peso sin problemas a pesar de adquirir hábitos mucho más
sedentarios. ¿A qué se debe? Cada persona tiene un metabolismo propio y diferente al resto.
Lo que en unas personas adelgaza, engorda en otras. El desconocimiento sobre nuestro
metabolismo y algunas malas costumbres en la dieta pueden alterarlo y provocar
consecuencias perniciosas para el organismo.

 Por CÉSAR MARTÍN PARA CONSUMER.ES


 25 de marzo de 2004

Reacciones químicas de importancia vital


Se llama metabolismo al conjunto de reacciones químicas que se producen en el interior de
los seres vivos para aprovechar energéticamente los alimentos que éstos ingieren. En los
humanos, estos procesos derivan finalmente en la disgregación de los nutrientes en
moléculas útiles para el organismo -hidratos de carbono, proteínas o aminoácidos y grasas o
lípidos-. Estas transformaciones biológicas constituyen la base de la vida de cualquier
organismo, tal y como explica Rafael Ezquerra, jefe de la sección de Endocrinología y
Metabolismo del Hospital de Santiago, en Vitoria.

No existe un único metabolismo, sino tres diferentes. Éstos se corresponden, precisamente,


con la transformación de los hidratos de carbono, las proteínas y las grasas, elementos que
constituyen la energía que consumen las células del organismo. Pese a responder cada uno
de estos procesos a reacciones propias, están estrechamente interrelacionados. Tanto es así,
que una tara en uno de ellos deriva en el malfuncionamiento del conjunto y, por ende, en la
proliferación de patologías diversas, como ciertos tipos de diabetes, la obesidad o el
incremento de colesterol en el organismo. Pese a su diversidad biológica, los tres confluyen
finalmente en el denominado Ciclo de Krebs. Éste es el punto en el que se desprende el
combustible que requiere cualquier ser vivo para cumplir con sus funciones vitales. La
combustión de las tres moléculas, según las necesidades de cada momento, facilita las
calorías para el mantenimiento constante de la actividad vital. Gracias a ello, las personas
pueden respirar, pensar, ver o moverse, entre otras muchas funciones.

Lógicamente, la vida requiere que los procesos metabólicos se desarrollen de forma


constante. Éstos son el sistema de recarga de la energía que se consume de forma
permanente, incluso cuando el organismo está en reposo o durmiendo. Y es que las células
del aparato digestivo, del corazón, o de los músculos, por citar sólo algunas, necesitan
combustible permanentemente. De ahí que los procesos químicos internos no guarden una
relación causa-efecto con la ingesta de comida. En realidad, el cuerpo humano no necesita
comer constantemente, ya que, después de la digestión, el organismo sólo utiliza una
pequeña parte de los combustibles. El resto se guarda como reserva en diferentes órganos y
tejidos de nuestro cuerpo, como en los músculos.

El primer metabolismo que se pone en marcha es el de los hidratos de carbono. Una vez que
los alimentos han pasado por los procesos de masticación y de acción enzimática, se
transforman y despedazan en el aparato digestivo. Ya disgregados en moléculas, son
absorbidos en el intestino delgado por la sangre que los transporta hasta el hígado. Allí tiene
lugar la mayoría de los procesos metabólicos. El producto final de la transformación de los
hidratos es la glucosa, base sobre la que se cimientan las reacciones de las proteínas y las
grasas. Estas últimas moléculas tienen una importancia capital, ya que muchas de ellas, las
conocidas como esenciales, sólo se obtienen de forma exógena, es decir, a través de los
alimentos. La combustión de ambas es más compleja y necesita de un mayor volumen de
energía para sintetizarse.

La glucosa puede quemarse para producir energía o ser almacenada en forma de grasa en el
cuerpo. Si el metabolismo funciona correctamente es más que probable que ésta se queme y
no se guarde en el organismo. En el caso contrario, aunque se haya ingerido poca cantidad
de alimentos, el proceso concluirá con la acumulación de grasa, y un bajo nivel de energía.
Para que el metabolismo funcione con eficiencia, es fundamental la presencia de enzimas y
cofactores. Son proteínas especiales responsables de catalizar, facilitar y acelerar los
procesos químicos internos. A su vez, dependen del buen funcionamiento del tiroides, que es
la glándula que las regula adecuadamente. Existen miles, y cada una desempeña una función
concreta.

Metabolismo
Muchos problemas de sobrepeso derivan de su mal
funcionamiento
¿De qué depende la eficiencia del metabolismo?
En principio, todas las reacciones bioquímicas que se producen en el interior de un
organismo responden a la carga genética del individuo. Estar predispuesto a ciertas
disfunciones o a adquirir peso por el mejor aprovechamiento de las grasas, por ejemplo, no
dependen de la voluntad de las personas. Sin embargo, hay que tener en cuenta una serie de
factores que también influyen sobre el metabolismo. Son los siguientes:
 Condición y ejercicio físico: Cuanto mejor es la forma, el organismo consumirá más
grasa con la misma actividad.
 Dieta diaria: Sin hidratos de carbono, por ejemplo, el organismo se queda sin glucosa
y no puede metabolizar las grasas.
 Género: Las mujeres ahorran más glucosa y usan menos proteínas. Es debido a las
hormonas.
 Condiciones climáticas: Esfuerzos en días calurosos provocan un mayor consumo de
glucosa.
 Morfología del individuo.

Además de los mencionados, para entender cómo se dan los procesos metabólicos conviene
tener en cuenta la denominada acción dinámica específica de cada alimento ingerido. Es un
parámetro que define la cantidad de energía que necesita cada alimento para ser
metabolizado. Los mejor aprovechados son los hidratos de carbono, ya que requieren menos
energía para su obtención final, aunque también son las moléculas de las que menos reservas
hay en el organismo. El caso contrario es el de las proteínas, que son las menos rentables.
Las grasas, por su parte, están de forma amplia en los almacenes orgánicos. Por ejemplo,
cuando comemos pan, legumbres o patatas estamos comiendo mucha glucosa; cuando
comemos un filete estamos tomando principalmente proteínas y grasa.

A medida que un ser humano crece, su metabolismo disminuye de intensidad. Los procesos
químicos se ralentizan porque cada vez necesitan menos energía. Está demostrado que los
niños, al estar en pleno proceso de crecimiento, consumen alrededor de 60 kilocalorías por
cada kilo de peso, cuando la media de este parámetro en los adultos es de entre 35 ó 40.

Muchas costumbres sociales influyen de manera directa e indirecta en la eficiencia del


metabolismo. Las costumbres alimenticias y el sedentarismo, por ejemplo, pueden provocar
o agravar dolencias relacionadas con estos procesos. Es evidente que el cuerpo del ser
humano responde a una morfología y a una fisiología determinadas, 'diseñadas' para la
adaptación al medio natural que le vio nacer. Con el desarrollo tecnológico, muchos
requerimientos vitales han cambiado y se han 'dulcificado'.

Gen ahorrador

Al respecto, cabe hablar de la teoría del 'gen ahorrador'. Rafael Ezquerra explica que los
hombres están preparados genéticamente para soportar cíclicamente periodos de
hambrunas. De hecho, hasta hace escasas décadas, incluso en el occidente desarrollado,
existían estas épocas de necesidad. Según los postulados de esta aproximación biológica, el
ser humano está predispuesto a almacenar alimentos con los que soportar los periodos de
escasez. Sin embargo, en la actualidad existe una disponibilidad casi absoluta de nutrientes
en los países modernos. La explicación teórica indica que no hemos evolucionado al mismo
ritmo que la sociedad actual. "Puede ser que con el tiempo, este 'gen' desaparezca y
podamos comer y vivir con hábitos más o menos sedentarios sin engordar", afirman desde la
sección de Endocrinología del Hospital de Santiago.

Metabolismo
Muchos problemas de sobrepeso derivan de su mal
funcionamiento
Planteamiento erróneo de ciertas dietas
Es evidente que cada ser humano necesita su propia cantidad de calorías para vivir. El
metabolismo es un proceso personalizado y, por ello, no hay dos iguales. Para saber cuáles
son las necesidades de energía de un organismo es necesario tener en cuenta varios factores.
Son los siguientes:

 El metabolismo basal, que es el mínimo de energía necesario para mantener las


funciones vitales básicas.
 El esfuerzo al que se puede ver sometido.
 La acción dinámica específica de los alimentos
 Coeficiente de desaprovechamiento de los alimentos: Por ejemplo, la fibra se
desaprovecha casi por completo. La glucosa, no.

Una conclusión válida a todo lo dicho hasta ahora es que una correcta alimentación debe
contemplar los tres elementos fundamentales. Una dieta sana y natural es aquélla con el 55%
de hidratos de carbono en el aporte calórico. Además, debe incluir proteínas entre 0,8 y 1
gramos por kilogramo de peso y día. El resto, deberán ser grasas, según afirma el experto.
Cualquier alteración de esta ponderación, por ejemplo, a través de programas para
adelgazar, puede trastocar el ritmo del organismo.

Habitualmente, las dietas para adelgazar se basan en la relación entre la ingesta de calorías
y la combustión de éstas, por ejemplo, a través del ejercicio físico. Es decir, si se come más
de lo que se gasta, el organismo engorda. Pero éste es un planteamiento erróneo: hay
personas que comen poco, hacen ejercicio y engordan, mientras que otras que mantienen su
peso estable sin muchos problemas. Si la operación aritmética de las calorías fuese tan
simple como parece, perder peso sería cuestión de días. Si cada día, un hombre deja de
comer 100 calorías, cada año perdería cerca de los 5 kilos. Y en cuestión de 20 años
desaparecería.

Para lograr un peso sano, es necesario que las enzimas y cofactores estén presentes en las
cantidades precisas en el organismo. Esta disposición se consigue sólo con una alimentación
equilibrada, es decir, con hidratos de carbono, proteínas y lípidos, además de con una buena
digestión. Para que la actividad enzimática se produzca, es necesario también el aporte de
ciertos minerales, como el hierro, el calcio o el cobre, entre otros, vitaminas, ácido fólico y
la coenzima Q10.

Los expertos aseguran que sin estos nutrientes, el metabolismo no funcionará como debe.
Por lo tanto, ante el deseo de perder peso, resulta mucho más efectivo estimular el
metabolismo que reducir las calorías de una dieta moderada, según señala Cala Cervera,
nutricionista ortomolecular.

Normalmente, los regímenes bajos en calorías cumplen su misión al principio. Sin embargo,
éstos se estancan. De ahí que las personas regresen a sus hábitos de alimentación y
recuperen todo el peso perdido, más unos cuantos kilos extras. El fracaso de estos procesos
de pérdida de peso se debe a que los individuos desconocen unos hábitos alimenticios sanos,
hecho que deriva en un desequilibrio bioquímico.

Además, el organismo tiende a acostumbrarse a las condiciones a las que se le somete. Si se


reduce la ingesta, por ejemplo, el metabolismo se amoldará a ello, aprovechando la energía
de otra manera. El cuerpo, ante una dieta baja en calorías, actúa aminorando el
metabolismo para no gastar. Por este motivo, las dietas con pocas calorías no funcionan. El
mismo caso se da en aquellas situaciones en las que se evita el desayuno o la cena para no
engordar. En lugar de adelgazar, el efecto obtenido puede ser el contrario.

Otro tipo de dietas que evitan la ingesta de alguna de las tres moléculas vitales son igual de
perniciosas para el organismo. Sin una de ellas, el metabolismo se resiente y puede causar la
acumulación de ciertas sustancias que, en demasía en el organismo, son nocivas.

LAS REACCIONES QUÍMICAS

En el Universo todo está sometido a una evolución permanente. Desde los seres vivos
hasta las montañas o las estrellas, todo obedece a una dinámica de cambio.

La razón de estas modificaciones continuas hay que buscarla en la delicada relación entre
materia y energía, y en virtud de ello podemos clasificar todos los cambios que ocurren en
la naturaleza en dos categorías:

Los cambios físicos, que no implican una alteración en la naturaleza atómico-molecular


de la materia, como en el caso de la dilatación del mercurio en un termómetro.

Los cambios químicos que llevan implícita una transformación de la estructura atómico-
molecular, como en el caso del fraguado del cemento o en la oxidación del hierro.

A veces, la distinción entre ambas categorías no siempre resulta evidente y los estudios
de los fenómenos físicos y químicos se superponen con frecuencia, tal es la situación de la
disolución del cloruro de hidrógeno en agua.

Los cambios químicos ocurren mediante la existencia de reacciones químicas,


pudiéndose definir una reacción química como un proceso en el que unas sustancias se
transforman en otras por la reordenación de sus átomos mediante la rotura de unos
enlaces en los reactivos y la formación de otros nuevos en los productos.

Una reacción muy estudiada es la que tiene lugar entre el yodo y el hidrógeno gaseoso
para producir yoduro de hidrógeno, también en estado gaseoso, pudiéndose expresar la
reacción química de la siguiente forma:

H2 + I2 — 2 Hl

Todas las especies que intervienen en la reacción son compuestos de naturaleza


covalente, y la reacción consiste en un proceso de ruptura de unos enlaces y el
establecimiento de otros nuevos. Para averiguar los enlaces rotos y formados, escribiremos
la reacción mediante:

H-H+I-I — 2H-I
Los enlaces que se rompen son los de hidrógeno-hidrógeno (H—H) y yodo-yodo (1—1),
para originar 2 moléculas de yoduro de hidrógeno, cada una de las cuales con un enlace
hidrógeno-yodo (H—I).

LA ENERGÍA DE LAS REACCIONES QUÍMICAS


La humanidad ha utilizado desde el principio de su existencia reacciones químicas para
producir energía. En primer lugar mediante la combustión de madera o de carbón, pasando
por las que tienen lugar en los motores de explosión de los coches y llegando hasta las más
sofisticadas, que tienen lugar en los motores de propulsión de las naves espaciales.

Las reacciones químicas van acompañadas en unos casos de un desprendimiento y en


otros de una absorción de energía, pero ¿de dónde procede esta energía?

Cada átomo y cada molécula de una sustancia posee una determinada energía química o
energía interna característica, que depende de las energías cinética y potencial de las
partículas constituyentes: átomos, electrones y núcleos. Por tanto, se puede afirmar que los
reactivos de una reacción química poseen un determinado contenido energético propio
(energía interna) y los productos otro diferente.

Si en una reacción química disminuye la energía interna del sistema, se desprende


energía. Si, por el contrario, aumenta la energía interna, se absorbe energía.

La energía de una reacción es la energía que se pone en juego en la reacción y, por tanto,
es igual al balance de energía interna entre los productos y los reactivos.

Si existe desprendimiento de energía, la reacción se denomina exoenergética y, por el


contrario, si para que se efectúe la reacción, se requiere el aporte de energía, la reacción se
llama endoenergética.

La energía desprendida o absorbida puede ser en forma de energía luminosa, eléctrica,


etc, pero habitualmente se manifiesta en forma de calor, por lo que el calor desprendido o
absorbido en una reacción química, se llama calor de reacción y tiene un valor
característico para cada reacción, en unas determinadas condiciones da presión y
temperatura. Las reacciones químicas pueden entonces clasificarse en: exotérmicas o
endotérmicas, según se dé desprendimiento o absorción de calor.

TEORIA DE LAS COLISIONES LAS REACCIONES


QUIMICAS
El modelo actual que explica cómo tiene lugar una reacción química es la teoría de las
colisiones, desarrollada por Lewis y otros químicos en la década de 1920. Según esta
teoría, para que ocurra una reacción química, es preciso que los átomos, las moléculas o los
iones de los reactivos entren en contacto entre sí, es decir, que choquen.

Dadas las dimensiones de los átomos, moléculas o iones, en una reacción química toman
parte tal número de partículas que sería impensable un choque simultáneo (al mismo
tiempo) y adecuado de todas las partículas de los reactivos.

En la formación del Hl a partir de la reacción del con el 12, cada molécula de hidrógeno
existente debe chocar con una sola de yodo para originar dos moléculas de yoduro de
hidrógeno. De esta forma, para que puedan reaccionar las cantidades existentes de
reactivos, toda reacción química requiere un tiempo, que se denomina tiempo de reacción.

Por otro lado, generalmente, no toda la masa de reactivos se transforma íntegramente en


productos, porque no todos los choques que se verifican dan lugar a la ruptura de enlaces;
puede ocurrir como en el juego del billar, que el choque de las bolas produzca únicamente
el cambio de dirección de las mismas. Por eso para que tenga lugar una reacción química
los choques deben ser eficaces y cumplir las dos condiciones siguientes:

1.- Que los átomos, moléculas o iones de los reactivos posean suficiente energía (cinética),
para que al chocar, puedan romperse sus enlaces y formarse otros nuevos.

2.- Que el choque se verifique con una orientación adecuada, pues aunque los átomos,
moléculas o iones tengan la suficiente energía, puede suceder que el choque no sea eficaz,
por tener lugar con una orientación desfavorable.

Por tanto, para que una reacción química tenga lugar, es necesario que los átomos,
moléculas o iones existentes entren en contacto, es decir, choquen, y mediante la colisión,
se rompan los enlaces de las sustancias reaccionantes y se establezcan los nuevos enlaces.

Según la primera condición, a la energía mínima requerida para efectuar una reacción se
la llama energía de activación.

De esta forma, se puede imaginar que una reacción química transcurre por un cierto
camino de reacción, parecido a la carrera de un atleta que debe efectuar un salto de pértiga.
La altura de listón se asemeja a la barrera energética que constituye la energía de
activación, y que debe superarse para que la reacción química tenga lugar.

No se deben confundir los conceptos energía de reacción con energía de activación, pues
hacen referencia a aspectos distintos de una reacción química.

La energía de reacción proporciona el balance energético que acompaña a una reacción


química, independientemente de cómo se verifique la reacción.
La energía de activación se refiere a la barrera energética que hay que vencer para que
tenga lugar la reacción química.

Veamos un ejemplo: La combustión de un trozo de papel es una reacción exotérmica y


pudiera parecer que, al ser el contenido energético de los productos menor que el de los
reactivos, todas las reacciones exotérmicas deberían ocurrir de una forma espontánea. Pero,
afortunadamente el papel no arde de forma espontánea en contacto con el oxígeno del aire.
Todos sabemos que hace falta prender con una cerilla el papel para que éste se queme.

De esta forma, el papel comienza a arder cuando la cerilla encendida comunica la energía
de activación suficiente al papel y al oxígeno para iniciar la combustión.

VELOCIDAD DE REACCIÓN
Hemos visto que para que tenga lugar una reacción química se necesita un tiempo, y de
esta forma puedan reaccionar las cantidades que existan de reactivos.

Por ello, se define el tiempo de reacción como el tiempo en el que transcurre una
reacción química.

Según sea el valor del tiempo de reacción, las reacciones químicas se pueden dividir en:

Reacciones rápidas.

Reacciones lentas.

Lo cual nos lleva a definir otro concepto, el de velocidad de reacción como la cantidad
de una sustancia que se transforma en una reacción química en la unidad de tiempo.

Puesto que en una reacción la sustancia transformada de reactivos produce otra cantidad
de productos, la velocidad de reacción se puede representar tanto por la cantidad de uno de
los reactivos que desaparece en la unidad de tiempo, como por la cantidad de uno de los
productos que se forman en la unidad de tiempo.

En muchas reacciones, las distintas sustancias que intervienen (reactivos y productos)


suelen formar una mezcla homogénea, por lo que como medida de la cantidad de sustancia
se suele utilizar la concentración, expresada en unidades de Molaridad:

¿CÓMO SE MIDE LA VELOCIDAD DE UNA REACCIÓN?


La determinación de la velocidad de una reacción pasa por la medida de la variación de
la cantidad o concentración de uno de los componentes con el tiempo.

Para ello se acude normalmente a un método indirecto, mediante la medida de una


propiedad física que guarde una relación directa con la variación de la cantidad o
concentración del componente a estudiar de la reacción.

Cualquier propiedad física que varíe durante el curso de la reacción sirve para hallar la
velocidad de reacción, siempre que esté asegurada una proporcionalidad directa entre la
propiedad física y la cantidad de sustancia transformada.

REACCIONES REVERSIBLES E IRREVERSIBLES


La combustión de un trozo de papel es una reacción exotérmica que proporciona CO2 y
vapor de H2O, como productos más significativos. A alguien se le podría ocurrir
aprovechar la energía desprendida y regenerar el papel a partir de los productos obtenidos.
Pero esto es imposible porque la energía desprendida se gasta en calentar el aire
circundante, volviéndose inaprovechable. Por otro lado, los gases producidos (CO2 y vapor
de H2O) se dispersan, imposibilitando las colisiones entre sus moléculas para formar de
nuevo papel.

Por otro lado, el carbonato cálcico, que se encuentra en la naturaleza como piedra caliza,
yeso o marmol, se puede descomponer mediante el calor, a una temperatura de 1 200 0C, en
óxido cálcico (cal) y dióxido de carbono, mediante la ecuacion:

CaCO3 CaO + CO2

Pero si la reacción se efectúa en un recipiente cerrado y se deja despúes enfriar, el óxido


cálcico y el dióxido de carbono formados se vuelven a combinar entre sí, regenerando el
carbonato de calcio.

De esta forma, podemos afirmar que hay reacciones químicas, como la descomposición
del carbonato de calcio, que una vez formados los productos de reacción, éstos pueden
combinarse entre sí para dar nuevamente los reactivos primitivos. La transformación
química será, en estos casos, incompleta. denominan a este tipo de reacciones químicas
reacciones reversibles y se presentan de la siguiente forma:

A±B C+D

que quiere decir que el reactivo A reacciona con el B para dar los productos más D.
TIPOS DE REACCIONES QUIMICAS
Modernamente, desde un criterio basado en la naturaleza de las reacciones éstas se
clasifican en dos grandes grupos:

a) Reacciones ácido-base.

b) Reacciones de oxidación-reducción.

a) Reacciones ácido-base, en donde:

La reacción de un ácido con una base se denomina reacción de neutralización, y es


una reacción de transferencia de protones.

Por ejemplo:

2HC1±Ca(OH)2 CaC12+2H2O

y se afirma que la reacción de neutralización entre un ácido y una base es una reacción de
formación de sal más agua.

b) Reacciones de oxidación-reduccion:

En un principio se definió oxidación como toda reacción de combinación de cualquier


sustancia con el oxígeno, y reducción como la reacción inversa, de pérdida de oxígeno de
una sustancia.

Actualmente se considera que Oxidación es un proceso de pérdida de electrones y


Reducción es el proceso inverso de ganancia de electrones.

De forma que:

Cu —> Cu2~ ± 2 e es una oxidación

2 Ag~ + 2 e —> 2 Ag es una reducción

Ambos procesos no existen de forma independiente, de forma que todo proceso de


oxidación va unido necesariamente a otro de reducción. Una reacción de oxidación-
reducción es una reacción en la que hay transferencia de electrones desde la sustancia
que se oxida a la que se reduce.

De esta forma se tendrá que:

Cu + 2 Ag~ —> Cu2~ + 2 Ag


Puesto que los cationes deben ir acompañados de un anión, se podrá escribir dicha
reacción de la siguiente forma:

Cu±2AgC1 —> CuCl2+2Ag

Reacciones de síntesis

Son las reacciones en la que unos reactivos se combinan para dar lugar a un nuevo
producto. De forma genérica se pueden representar mediante:

A+B -> C

donde el reactivo A se combina con el B para producir C.

Reacciones de descomposición

Dentro de estas reacciones existen dos clases de descomposiciones:

a) Descomposiciones simples

Este es un tipo de reacción química inverso al de síntesis, en donde una sustancia


reaccionante se descompone en dos o más productos. Genericamente estas reacciones se
pueden representar mediante:

A -> B±C

donde la sustancia A da origen a los productos B y C.

b) Descomposiciones mediante un reactivo

En este caso, para que se efectúe la descomposición de una sustancia, se require el


concurso de otro reactivo, y se pueden representar mediante:

AB + C —* AC + BC

donde la sustancia AB es transformada mediante C en otras dos distintas, ACyBC.


Reacciones de sustitución o desplazamiento

En este tipo de reacciones un elemento o grupo de elementos que forman parte de un


compuesto son desplazados por otro compuesto, y se pueden representar por:

AB + C —> AC + B

que indica que el compuesto de fórmula AB reacciona con C para formar el compuesto AC
y dejar libre B.

Mediante este tipo de reacción, los elementos más reactivos toman el puesto de los que
son menos.

Reacciones de doble sustitución

En estas reacciones se da un intercambio entre los elementos o grupos de elementos de


las sustancias que intervienen en la reacción, y se pueden representar mediante:

AB + CD -* AC ± BD

ELECTRÓLISIS
Puesto que en una reacción de oxidación-
reducción se produce un flujo de electrones,
su canalización puede aprovecharse para
generar electricidad, como ocurre en las pilas
elécticas, a través de dos electrodos externos.

En una pila eléctrica, al liberarse una


corriente eléctrica, se produce una reacción
exoeléctrica. Dado que muchos procesos
químicos son reversibles, podríamos
preguntarnos: ¿existe el proceso inverso? Nos
referimos a la producción de una reacción
química mediante el aporte de energía
eléctrica. La respuesta es afirmativa y así, una
electrólisis no es más que la producción de
una reacción de oxidación-reducción
mediante una corriente eléctrica exterior, por
tanto, esta reacción es endoeléctrica.
Por ejemplo, la descomposición del CuCl2 en Cl2 + Cu requiere el aporte de energía
eléctrica. Para ello, se introduce en la disolución acuosa de CuC12 dos electrodos unidos a
una pila o batería, y al hacer pasar la corriente eléctrica tiene lugar los siguientes procesos:

Los iones Cu2~ se mueven hacia el electrodo negativo (cátodo) y se venfica:

Cu2- + 2 e- Cu (reducción)

Los iones Cl- se desplazan hacia el electrodo positivo (ánodo) y se verifica:

2 Cl C12 + 2 c (oxidación)

De esta forma, en la parte sumergida del cátodo aparecerá un recubrimiento de una capa
de color rojizo, debido al cobre metálico; y en el ánodo aparecerán unas burbujas de cloro
gaseoso, que subirán a la superficie de la disolución.

En 1832 el inglés Michael Faraday (1791-1867) redujo el desarrollo de la electrólisis a


expresiones cuantitativas, anunciando lo que hoy se llaman las dos leyes de la electrólisis,
cuyos enunciados son:

La masa de un electrólito descompuesto durante la electrólisis es proporcional a la


cantidad de electricidad que atraviesa la di-solución.

La masa liberada por una corriente dada es proporcional a su peso equivalente.

Estas dos leyes se pueden resumir en una única expresión. La cantidad de electricidad
necesaria para liberar un equivalente de cualquier sustancia se ha determinado
experimentalmente, y es igual a 96500 C/equivalente, que recibe el nombre de constante
de Faraday.

Das könnte Ihnen auch gefallen