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En un auto Fenómeno
a- se inyecta gasolina en un carburador, Físico
b- se mezcla con aire, Físico
c- la mezcla se convierte en vapor, Físico
d- se quema ( y los productos de la combustión ) Químico
e- se expanden en el cilindro Físico
Reacciones químicas
Por experiencia, sabemos que un trozo de
hierro se oxidará si lo dejamos a la
intemperie, y lo sabemos aunque no
poseamos conocimientos de química.
Sin embargo, hay otros cambios químicos en que la adición de otra sustancia provoca la
obtención de la sustancia original y en ese caso se trata de un cambio químico reversible.
Así, pues, para producir un cambio químico reversible hay que provocar otro cambio
químico.
Todo cambio químico involucra una reacción entre diferentes sustancias produciendo la
formación de sustancias nuevas.
• emisión de gases
• efervescencia
• cambios de color
• emisión de luz
• elevación de la temperatura
3 H2 + N2 ® 2 N H3 formación de amoníaco
De Sustitución o de reemplazo
Zn + 2HCl ® ZnCl2 + H2
Mg + H2 SO4 ® Mg SO4 + H2
Reactantes y productos
Tomaremos como ejemplo el agua, las sustancias reactantes son el hidrógeno (cuya
fórmula es H2) y el oxigeno (cuya fórmula es O2), al combinarlas se produce una reacción
química y obtenemos como producto el agua:
Dos moléculas de hidrógeno (2H2) reaccionan con una molécula de oxigeno (O2) para
formar dos moléculas de agua (2H2O).
Cuando hacemos ejercicio aeróbico (correr, nadar por tiempo prolongado, etc.) la energía
la obtenemos por medio del oxígeno que respiramos. El oxígeno llega a las fibras
musculares a través de la sangre, donde se produce una serie de reacciones químicas
con los nutrientes que nos entregan los alimentos, produciéndose la energía.
Cuando hacemos ejercicio anaeróbico (saltos, levantar pesas, carreras cortas y rápidas,
etc.) necesitamos energía en un corto periodo de tiempo, y esta la obtenemos por medio
de los hidratos de carbono y las grasas, que al descomponerse químicamente suministran
la energía anaeróbica, llamada de esta manera porque toda esta reacción química se
produce sin la presencia de oxígeno.
Metabolismo
Muchos problemas de sobrepeso derivan de su mal
funcionamiento
Una persona puede comer poco, hacer ejercicio y engordar, mientras que otra, por el
contrario, puede mantener su peso sin problemas a pesar de adquirir hábitos mucho más
sedentarios. ¿A qué se debe? Cada persona tiene un metabolismo propio y diferente al resto.
Lo que en unas personas adelgaza, engorda en otras. El desconocimiento sobre nuestro
metabolismo y algunas malas costumbres en la dieta pueden alterarlo y provocar
consecuencias perniciosas para el organismo.
El primer metabolismo que se pone en marcha es el de los hidratos de carbono. Una vez que
los alimentos han pasado por los procesos de masticación y de acción enzimática, se
transforman y despedazan en el aparato digestivo. Ya disgregados en moléculas, son
absorbidos en el intestino delgado por la sangre que los transporta hasta el hígado. Allí tiene
lugar la mayoría de los procesos metabólicos. El producto final de la transformación de los
hidratos es la glucosa, base sobre la que se cimientan las reacciones de las proteínas y las
grasas. Estas últimas moléculas tienen una importancia capital, ya que muchas de ellas, las
conocidas como esenciales, sólo se obtienen de forma exógena, es decir, a través de los
alimentos. La combustión de ambas es más compleja y necesita de un mayor volumen de
energía para sintetizarse.
La glucosa puede quemarse para producir energía o ser almacenada en forma de grasa en el
cuerpo. Si el metabolismo funciona correctamente es más que probable que ésta se queme y
no se guarde en el organismo. En el caso contrario, aunque se haya ingerido poca cantidad
de alimentos, el proceso concluirá con la acumulación de grasa, y un bajo nivel de energía.
Para que el metabolismo funcione con eficiencia, es fundamental la presencia de enzimas y
cofactores. Son proteínas especiales responsables de catalizar, facilitar y acelerar los
procesos químicos internos. A su vez, dependen del buen funcionamiento del tiroides, que es
la glándula que las regula adecuadamente. Existen miles, y cada una desempeña una función
concreta.
Metabolismo
Muchos problemas de sobrepeso derivan de su mal
funcionamiento
¿De qué depende la eficiencia del metabolismo?
En principio, todas las reacciones bioquímicas que se producen en el interior de un
organismo responden a la carga genética del individuo. Estar predispuesto a ciertas
disfunciones o a adquirir peso por el mejor aprovechamiento de las grasas, por ejemplo, no
dependen de la voluntad de las personas. Sin embargo, hay que tener en cuenta una serie de
factores que también influyen sobre el metabolismo. Son los siguientes:
Condición y ejercicio físico: Cuanto mejor es la forma, el organismo consumirá más
grasa con la misma actividad.
Dieta diaria: Sin hidratos de carbono, por ejemplo, el organismo se queda sin glucosa
y no puede metabolizar las grasas.
Género: Las mujeres ahorran más glucosa y usan menos proteínas. Es debido a las
hormonas.
Condiciones climáticas: Esfuerzos en días calurosos provocan un mayor consumo de
glucosa.
Morfología del individuo.
Además de los mencionados, para entender cómo se dan los procesos metabólicos conviene
tener en cuenta la denominada acción dinámica específica de cada alimento ingerido. Es un
parámetro que define la cantidad de energía que necesita cada alimento para ser
metabolizado. Los mejor aprovechados son los hidratos de carbono, ya que requieren menos
energía para su obtención final, aunque también son las moléculas de las que menos reservas
hay en el organismo. El caso contrario es el de las proteínas, que son las menos rentables.
Las grasas, por su parte, están de forma amplia en los almacenes orgánicos. Por ejemplo,
cuando comemos pan, legumbres o patatas estamos comiendo mucha glucosa; cuando
comemos un filete estamos tomando principalmente proteínas y grasa.
A medida que un ser humano crece, su metabolismo disminuye de intensidad. Los procesos
químicos se ralentizan porque cada vez necesitan menos energía. Está demostrado que los
niños, al estar en pleno proceso de crecimiento, consumen alrededor de 60 kilocalorías por
cada kilo de peso, cuando la media de este parámetro en los adultos es de entre 35 ó 40.
Gen ahorrador
Al respecto, cabe hablar de la teoría del 'gen ahorrador'. Rafael Ezquerra explica que los
hombres están preparados genéticamente para soportar cíclicamente periodos de
hambrunas. De hecho, hasta hace escasas décadas, incluso en el occidente desarrollado,
existían estas épocas de necesidad. Según los postulados de esta aproximación biológica, el
ser humano está predispuesto a almacenar alimentos con los que soportar los periodos de
escasez. Sin embargo, en la actualidad existe una disponibilidad casi absoluta de nutrientes
en los países modernos. La explicación teórica indica que no hemos evolucionado al mismo
ritmo que la sociedad actual. "Puede ser que con el tiempo, este 'gen' desaparezca y
podamos comer y vivir con hábitos más o menos sedentarios sin engordar", afirman desde la
sección de Endocrinología del Hospital de Santiago.
Metabolismo
Muchos problemas de sobrepeso derivan de su mal
funcionamiento
Planteamiento erróneo de ciertas dietas
Es evidente que cada ser humano necesita su propia cantidad de calorías para vivir. El
metabolismo es un proceso personalizado y, por ello, no hay dos iguales. Para saber cuáles
son las necesidades de energía de un organismo es necesario tener en cuenta varios factores.
Son los siguientes:
Una conclusión válida a todo lo dicho hasta ahora es que una correcta alimentación debe
contemplar los tres elementos fundamentales. Una dieta sana y natural es aquélla con el 55%
de hidratos de carbono en el aporte calórico. Además, debe incluir proteínas entre 0,8 y 1
gramos por kilogramo de peso y día. El resto, deberán ser grasas, según afirma el experto.
Cualquier alteración de esta ponderación, por ejemplo, a través de programas para
adelgazar, puede trastocar el ritmo del organismo.
Habitualmente, las dietas para adelgazar se basan en la relación entre la ingesta de calorías
y la combustión de éstas, por ejemplo, a través del ejercicio físico. Es decir, si se come más
de lo que se gasta, el organismo engorda. Pero éste es un planteamiento erróneo: hay
personas que comen poco, hacen ejercicio y engordan, mientras que otras que mantienen su
peso estable sin muchos problemas. Si la operación aritmética de las calorías fuese tan
simple como parece, perder peso sería cuestión de días. Si cada día, un hombre deja de
comer 100 calorías, cada año perdería cerca de los 5 kilos. Y en cuestión de 20 años
desaparecería.
Para lograr un peso sano, es necesario que las enzimas y cofactores estén presentes en las
cantidades precisas en el organismo. Esta disposición se consigue sólo con una alimentación
equilibrada, es decir, con hidratos de carbono, proteínas y lípidos, además de con una buena
digestión. Para que la actividad enzimática se produzca, es necesario también el aporte de
ciertos minerales, como el hierro, el calcio o el cobre, entre otros, vitaminas, ácido fólico y
la coenzima Q10.
Los expertos aseguran que sin estos nutrientes, el metabolismo no funcionará como debe.
Por lo tanto, ante el deseo de perder peso, resulta mucho más efectivo estimular el
metabolismo que reducir las calorías de una dieta moderada, según señala Cala Cervera,
nutricionista ortomolecular.
Normalmente, los regímenes bajos en calorías cumplen su misión al principio. Sin embargo,
éstos se estancan. De ahí que las personas regresen a sus hábitos de alimentación y
recuperen todo el peso perdido, más unos cuantos kilos extras. El fracaso de estos procesos
de pérdida de peso se debe a que los individuos desconocen unos hábitos alimenticios sanos,
hecho que deriva en un desequilibrio bioquímico.
Otro tipo de dietas que evitan la ingesta de alguna de las tres moléculas vitales son igual de
perniciosas para el organismo. Sin una de ellas, el metabolismo se resiente y puede causar la
acumulación de ciertas sustancias que, en demasía en el organismo, son nocivas.
En el Universo todo está sometido a una evolución permanente. Desde los seres vivos
hasta las montañas o las estrellas, todo obedece a una dinámica de cambio.
La razón de estas modificaciones continuas hay que buscarla en la delicada relación entre
materia y energía, y en virtud de ello podemos clasificar todos los cambios que ocurren en
la naturaleza en dos categorías:
Los cambios químicos que llevan implícita una transformación de la estructura atómico-
molecular, como en el caso del fraguado del cemento o en la oxidación del hierro.
A veces, la distinción entre ambas categorías no siempre resulta evidente y los estudios
de los fenómenos físicos y químicos se superponen con frecuencia, tal es la situación de la
disolución del cloruro de hidrógeno en agua.
Una reacción muy estudiada es la que tiene lugar entre el yodo y el hidrógeno gaseoso
para producir yoduro de hidrógeno, también en estado gaseoso, pudiéndose expresar la
reacción química de la siguiente forma:
H2 + I2 — 2 Hl
H-H+I-I — 2H-I
Los enlaces que se rompen son los de hidrógeno-hidrógeno (H—H) y yodo-yodo (1—1),
para originar 2 moléculas de yoduro de hidrógeno, cada una de las cuales con un enlace
hidrógeno-yodo (H—I).
Cada átomo y cada molécula de una sustancia posee una determinada energía química o
energía interna característica, que depende de las energías cinética y potencial de las
partículas constituyentes: átomos, electrones y núcleos. Por tanto, se puede afirmar que los
reactivos de una reacción química poseen un determinado contenido energético propio
(energía interna) y los productos otro diferente.
La energía de una reacción es la energía que se pone en juego en la reacción y, por tanto,
es igual al balance de energía interna entre los productos y los reactivos.
Dadas las dimensiones de los átomos, moléculas o iones, en una reacción química toman
parte tal número de partículas que sería impensable un choque simultáneo (al mismo
tiempo) y adecuado de todas las partículas de los reactivos.
En la formación del Hl a partir de la reacción del con el 12, cada molécula de hidrógeno
existente debe chocar con una sola de yodo para originar dos moléculas de yoduro de
hidrógeno. De esta forma, para que puedan reaccionar las cantidades existentes de
reactivos, toda reacción química requiere un tiempo, que se denomina tiempo de reacción.
1.- Que los átomos, moléculas o iones de los reactivos posean suficiente energía (cinética),
para que al chocar, puedan romperse sus enlaces y formarse otros nuevos.
2.- Que el choque se verifique con una orientación adecuada, pues aunque los átomos,
moléculas o iones tengan la suficiente energía, puede suceder que el choque no sea eficaz,
por tener lugar con una orientación desfavorable.
Por tanto, para que una reacción química tenga lugar, es necesario que los átomos,
moléculas o iones existentes entren en contacto, es decir, choquen, y mediante la colisión,
se rompan los enlaces de las sustancias reaccionantes y se establezcan los nuevos enlaces.
Según la primera condición, a la energía mínima requerida para efectuar una reacción se
la llama energía de activación.
De esta forma, se puede imaginar que una reacción química transcurre por un cierto
camino de reacción, parecido a la carrera de un atleta que debe efectuar un salto de pértiga.
La altura de listón se asemeja a la barrera energética que constituye la energía de
activación, y que debe superarse para que la reacción química tenga lugar.
No se deben confundir los conceptos energía de reacción con energía de activación, pues
hacen referencia a aspectos distintos de una reacción química.
De esta forma, el papel comienza a arder cuando la cerilla encendida comunica la energía
de activación suficiente al papel y al oxígeno para iniciar la combustión.
VELOCIDAD DE REACCIÓN
Hemos visto que para que tenga lugar una reacción química se necesita un tiempo, y de
esta forma puedan reaccionar las cantidades que existan de reactivos.
Por ello, se define el tiempo de reacción como el tiempo en el que transcurre una
reacción química.
Según sea el valor del tiempo de reacción, las reacciones químicas se pueden dividir en:
Reacciones rápidas.
Reacciones lentas.
Lo cual nos lleva a definir otro concepto, el de velocidad de reacción como la cantidad
de una sustancia que se transforma en una reacción química en la unidad de tiempo.
Puesto que en una reacción la sustancia transformada de reactivos produce otra cantidad
de productos, la velocidad de reacción se puede representar tanto por la cantidad de uno de
los reactivos que desaparece en la unidad de tiempo, como por la cantidad de uno de los
productos que se forman en la unidad de tiempo.
Cualquier propiedad física que varíe durante el curso de la reacción sirve para hallar la
velocidad de reacción, siempre que esté asegurada una proporcionalidad directa entre la
propiedad física y la cantidad de sustancia transformada.
Por otro lado, el carbonato cálcico, que se encuentra en la naturaleza como piedra caliza,
yeso o marmol, se puede descomponer mediante el calor, a una temperatura de 1 200 0C, en
óxido cálcico (cal) y dióxido de carbono, mediante la ecuacion:
De esta forma, podemos afirmar que hay reacciones químicas, como la descomposición
del carbonato de calcio, que una vez formados los productos de reacción, éstos pueden
combinarse entre sí para dar nuevamente los reactivos primitivos. La transformación
química será, en estos casos, incompleta. denominan a este tipo de reacciones químicas
reacciones reversibles y se presentan de la siguiente forma:
A±B C+D
que quiere decir que el reactivo A reacciona con el B para dar los productos más D.
TIPOS DE REACCIONES QUIMICAS
Modernamente, desde un criterio basado en la naturaleza de las reacciones éstas se
clasifican en dos grandes grupos:
a) Reacciones ácido-base.
b) Reacciones de oxidación-reducción.
Por ejemplo:
2HC1±Ca(OH)2 CaC12+2H2O
y se afirma que la reacción de neutralización entre un ácido y una base es una reacción de
formación de sal más agua.
b) Reacciones de oxidación-reduccion:
De forma que:
Reacciones de síntesis
Son las reacciones en la que unos reactivos se combinan para dar lugar a un nuevo
producto. De forma genérica se pueden representar mediante:
A+B -> C
Reacciones de descomposición
a) Descomposiciones simples
A -> B±C
AB + C —* AC + BC
AB + C —> AC + B
que indica que el compuesto de fórmula AB reacciona con C para formar el compuesto AC
y dejar libre B.
Mediante este tipo de reacción, los elementos más reactivos toman el puesto de los que
son menos.
AB + CD -* AC ± BD
ELECTRÓLISIS
Puesto que en una reacción de oxidación-
reducción se produce un flujo de electrones,
su canalización puede aprovecharse para
generar electricidad, como ocurre en las pilas
elécticas, a través de dos electrodos externos.
Cu2- + 2 e- Cu (reducción)
2 Cl C12 + 2 c (oxidación)
De esta forma, en la parte sumergida del cátodo aparecerá un recubrimiento de una capa
de color rojizo, debido al cobre metálico; y en el ánodo aparecerán unas burbujas de cloro
gaseoso, que subirán a la superficie de la disolución.
Estas dos leyes se pueden resumir en una única expresión. La cantidad de electricidad
necesaria para liberar un equivalente de cualquier sustancia se ha determinado
experimentalmente, y es igual a 96500 C/equivalente, que recibe el nombre de constante
de Faraday.