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previa al viaje, lo cual evitaba que lograra conciliar el sueño. Nunca había salido
mayores. El ruido del vagón y el frío que calaba la madera del mismo, se
de la vía férrea que cruza la cordillera de Los Andes. Gracias esto, la problemática
se logra solventar de buena forma. Con el correr de los minutos, los oídos se
metal contra metal. El viaje sería más llevadero si el vagón fuese insonorizado,
cosa difícil en un vagón de madera, con rendijas que dejan entrar el frío, y con un
derrotados por el sueño. Rocky Flores, ciertamente, espera que sea lo único que
- Señor despierte, debe descender del tren. Señaló un tipo tras su frondoso bigote
y una aceitosa cabellera, mientras Rocky Flores caía sentado al suelo asustado
Ferrocarriles del Estado frente a su cara y con la poca claridad de no saber aún
Puede ser Valparaíso, próspero puerto chileno donde el boxeo es furor o también
puede ser Santiago, ciudad capital mucho más grande, más poblada y con más
Nescafé con un sándwich de jamón, tiempo suficiente para decidir que su camino
Luego de ganar la pelea contra el gran boxeador argentino Hugo Pastor Corro,
internacionalizarse.
sonrisas en los niños que los veían llegar, y transportaban diferentes sueños de
Logró averiguar con algunos verduleros de la Vega Central que todo lo que un
Lo que más le gustó fue que la plaza ubicada frente a la Estación Central de
con los brazos abiertos. Ahí, entre matarifes, huasos buenos para el ala, y
su mente que, a través del esfuerzo y del dolor se logra aprender de verdad. Nadie
con una serie de borrachos que también vivían en el lugar, quedaba cerca del club
Los matarifes que entrenaban en el club vieron a Rocky Flores como carne fresca
trasandino. Los demás púgiles del club eran buenísimos y varias veces, en los
entrenamientos, Rocky Flores recibió golpes que realmente lo tuvieron por las
cuerdas. Hernán “Cabezón” Nilo era uno de ellos, que incluso le ofreció trabajo a
Durante su trayectoria como pugilista, Rocky Flores ya había sufrido una fractura
nariz estaba deformada por los golpes recibidos. El “Cabezón” Nilo comenzó a
llevarlo temprano al Matadero a beber sangre de toro con agua ardiente, para
“Cabezón” Nilo–
Esta era una práctica habitual entre varios pugilistas que, de madrugada, llegaban
a sangre que de ahí emanaba, le golpeaba duramente la nariz, pero aun así,
mate. La que venden en Chile no era la que habitualmente tomaba y nunca logró
encontrar alguna que fuera de su completo agrado. A pesar de las veces que iba a
rumbo. Extrañaba mucho tomar con regularidad un mate de buena calidad y sus
que más añoraba eran los parajes cercanos a la ciudad de Mendoza, donde él
creció.
espaldas medio vacuno y trasladarlo a los frigoríficos era una faena agotadora
púgil igualmente es duro, pero combinado con el trabajo de cargador del Matadero
perder la respiración, casi al borde de tirar la toalla, pero el solo hecho de recordar
carrera, lo mantenían con la ilusión de seguir adelante aunque por momentos era
dado. Para los matarifes ésta es una pócima infalible que los vuelve inmunes a
cualquier enfermedad.
Todas las mañanas, el frío se veía incrementado al ver las calles sembradas de
hojas sobre los adoquines cubiertos de hielo que acompañan a Rocky Flores
rumbo al club. La cordillera cubierta de nieve, que simulaba un gran muro blanco
que separa Chile de Argentina, se hace parte de esta escenografía que colabora
8… 9… y 10... ¡Knockout! Gritó a viva voz el árbitro tras su frondoso bigote y una
Rocky Flores yacía tendido en el suelo, con escalofríos, encandilado aún producto
de los golpes y desorientado sin saber dónde estaba. Los duros golpes recibidos
propio antojo.
Hugo Pastor Corro, ofreció una pelea que nunca se olvidará en la ciudad de
Mendoza, porque fue la primera vez que esa ciudad vio morir un púgil en el
cuadrilátero.