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¿Cómo impregnan los nuevos dispositivos tecnológicos

(comunicacionales) y de relación social en la subjetivación actual,


el deseo y la realidad virtual?
Por:
Ramírez Pérez Ana Karely y Rodríguez Ceballos Nicte-Há

INTRODUCCIÓN

El mundo actual en el que se vive busca destacarse por su individualización, en


donde la constitución subjetiva toma diversos y bastos caminos para su
construcción y deconstrucción; los individuos buscan salirse del colectivo, de lo
imaginario grupal y crear referentes de vida muy propios.

Una de las formas que se usan para ésta individualización es el empleo de ciertas
tecnologías, las cuales conforman éstas nuevas subjetividades. Esto es importante
tenerlo en consideración debido a que los cambios en los referentes personales y
contextuales avanzan tan rápido como las nuevas tecnologías, pensemos entonces
que la práctica clínica tendría que avanzar y evolucionar también. La psicología, y
específicamente el psicoanálisis ¿cómo intervienen ante ello?

El presente ensayo, pretende abordar cómo es que el “deseo” se ha estado


adaptando a las condiciones de cada época. La palabra deseo se pone
entrecomillado debido a que éste nunca es sabido en su plena totalidad, sin
embargo, se toman en cuenta las situaciones normativizantes de la cultura, en lo
que está bien y en lo que está mal, siendo éste un posicionamiento de vida, de
deseo y que rige de alguna manera al ser humano.

Aunado a ello, también encontramos que el mundo ha tenido un movimiento y


cambio muy preciso, guiado por la tecnología y que de alguna manera u otra ha
cambiado las formas de subjetivación de las personas en donde nos hacemos la
interrogante de ahora, cómo es que el súper yo es vivido y si es que se da pauta a
la simbolización.
Con el discurso tecnológico han aparecido dos situaciones que son importantes de
considerar, y que es como a partir de éste mundo tecnológico se ha creado una vida
virtual, escapando o dejando a un lado la vida real, la vida en relación con otro
dentro de lo real también. Dentro de este nuevo entramado que se da, podríamos
conjeturar diversas cosas, pero qué es lo que escapa y a su vez, qué ganancia
tendría. Bien es cierto, que todo esto parte de meramente construcciones que se
dan de la vida, de las realidades, de los otros, en este sentido, la sociedad cumple
una función muy específica, ya que por ella, se enferma, se hace síntoma, se hace
locura.

Aristóteles definió a la techne como una acción que realiza el hombre para producir
una realidad que antes no existía. Se puede pensar entonces que la tecnología nace
como una necesidad de nuevas realidades con más y diferentes posibilidades, ya
que si bien antes era un dispositivo al que muy pocos tenían acceso a él (siendo
esta población de un nivel económico alto), hoy en día es tan indispensable para
toda la población siendo de su uso incluso a edades muy tempranas como lo puede
ser la primaria o el nivel preescolar. Así pues coincidimos con lo que Castoriadis,
menciona acerca de que las sociedades crean necesidades para sus nuevas
realidades. Siguiendo ésta lógica las realidades virtuales crean nuevas
necesidades, entonces cabría realizar las siguientes interrogantes ¿Qué lleva a los
sujetos a crear nuevas realidades virtuales? ¿Por qué la realidad de la vida cotidiana
deja de ser suficiente? ¿Se podría decir que las realidades virtuales se transforman
en nuevas realidades cotidianas de la vida virtual?

El ser humano al comienzo de la vida se encuentra en un posicionamiento de


desvalimiento (Freud lo menciona en el Proyecto para neurólogos) por ello, no
puede sostenerse sólo, requiere de la ayuda de otro “El organismo humano es al
comienzo incapaz de llevar a cabo la acción específica. Esta sobreviene mediante
auxilio ajeno: por la descarga sobre el camino de la alteración interior, un individuo
experimentado advierte el estado del niño” (Freud, (1895 - 1950)). Queriendo decir
que, para el cuidado e incluso la sobrevivencia del otro, es necesario que alguien
tenga una capacidad de sensibilidad para poder dar cuenta de las necesidades que
vaya requiriendo, no se habla de un cualquiera, sino de alguien semejante a él y
que tenga una especie de experiencia en torno a la vida y el transcurso de la misma.

Así pues podríamos decir que el ser humano es por sí y para si en sociedad. Pero,
¿cómo es que esta se construye? Podemos partir del comienzo de la vida humana,
en cada tiempo, y cada forma, planteando que la situación recae en un marco socio
histórico, sin embargo Castoriadis nos menciona que “la historia no puede ser
pensada según el esquema determinista…porque es terreno de la creación”
(Castoriadis: 1989:72) es decir, se va formando a través del tiempo pero a su vez,
para que la sociedad pueda ir fungiendo y tomando forma es que se requieren de
ciertas pautas de “normatividad” mismas que se construyen a través de una
colectividad, no se da de forma natural, sino más bien “la sociedad inventa y define
para sí, tanto nuevos modos de responder a sus necesidades como nuevas
necesidades” (Castoriadis: 1989:186). Y con ello, crea sus formas de habitar en el
mundo, haciendo algo que podríamos llamarlo como una “realidad colectiva” en
tanto construyen significaciones que instituyen a dicho colectivo sin embargo como
lo puede mencionar Bourdieu (1972) , cada persona, aunque no lo sepa o quiera,
es productor y reproductor de un sentido, dado que sus acciones son el producto de
un modo de actuar específico, en donde él nos es productor inmediato, ni tiene un
dominio completo del mismo, sin embargo este autor menciona que “el individuo es
portador pasivo de tradiciones”.

Así pues podríamos mencionar que la realidad resulta ser un constructo del Yo en
lo social, no se puede dejar de lado el aspecto social ya que todo está impregnado
de ello. Una de las partes fundamentales de la subjetividad de cada individuo es
precisamente el aspecto social, por esta razón la realidad cotidiana es un constructo
social. “La vida cotidiana se presenta como una realidad interpretada por los
hombres y que para ellos tiene el significado subjetivo de un mundo coherente”
(Berger & Luckmann, 2012, pág. 34).

A partir de ello, Castoriadis( , nos comenta que para tratar de especificar lo que la
sociedad es, nos encontramos con un entramado de significaciones imaginarias que
ésta misma sociedad crea, construye y organiza y que cobra razón de ser en tanto
inviste de sentido en un llamado “exterior” que da cuenta de un tiempo y un espacio
específico, es decir, en torno a un marco historicosocial, se podría analizar que la
realidad es algo que se va tejiendo con el devenir del tiempo mismo, en el que se
pueden seguir cosas ya establecidas o bien, establecer nuevas, mismas que
comentábamos anteriormente, pueden partir desde los mismos miembros de la
sociedad, que poco a poco se va instaurando, pasa a ser instituida, para ser
instituyente, “la sociedad, en tanto que siempre ya instituida, es auto-creación y
capacidad de auto-alteración, obra del imaginario radical como instituyente que se
autoconstituye como sociedad constituida e imaginario social cada vez
particularizado” ( Castoriadis, 1997:1), así pues nos encontramos que la los
individuos están hechos por la misma sociedad, que ellos a su vez la hacen y
dehacen e incluso, podríamos mencionar que el tiempo y el espacio también vienen
a ser construcciones mismas que poco se van vinculando a relaciones, o modos de
ser, de vivir, específicos, estos es lo que da cabida al ser-así del mundo, que este
mismo autor nos menciona, y que es precisamente considerado y sostenido desde
ciertas propiedades o características, en donde incluso se pueden ir adoptando
grupos específicos. ¿Pero cómo es que se van dando éstas? Uno de los
argumentos del que damos cuenta es respecto a la creación de nuevas
necesidades, en donde estas se establecen y van cobrando un lugar particular como
el dispositivo tecnológico.

Victoria González en su artículo Tecnología Digital: Reflexiones Pedagógicas y


Socioculturales, vislumbra un cambio de época, no una época de cambios, que tuvo
cierto auge en los últimos 50 años a partir de tres revoluciones: la sociocultural, la
tecnológica y la económica.

Así pues “la sociedad en Red” como lo nombra Castells (2005a), se moldea como
una nueva forma de organización social en la cual González analiza que lo que
encontramos es una sociedad en la cual la identidad personal se “define a partir de
la conexión a una red, antes que por la ubicación dentro de una familia, clan, tribu
o estado” (González, 2005) ésta misma se va consolidando como una necesidad
de la cual hablamos anteriormente.

La tecnología se ha implementado desde épocas antiguas con el fin de mejorar la


vida, con el paso del tiempo y de la mano del hombre la tecnología ha ido
evolucionando, ésta evolución significan nuevos matices, funciones y significados.

Las nuevas tecnologías no sólo nos dan una mejora en la vida humana, existen
también diversas funciones tecnológicas, una de ellas es la función simbólica que
lo único que aporta es estatus y poder, actúan de forma simbólica únicamente.
Aunque podría pensarse que ésta función simbólica dentro de lo tecnológico no
tiene espacio, la verdad es que si.

Lo tecnológico al formar parte de la cotidianeidad del ser humano pasa por lo real,
lo simbólico y lo imaginario. En referencia a lo simbólico, los recursos tecnológicos
se usan para adquirir un posicionamiento mayor dentro de lo social, y no es algo
que se dé sólo en lo actual, desde que se empezaron a crear recursos tecnológicos
el hombre peleo por ellos y quien lograba dominar mejor dicho recurso se ganaba
el respeto de los demás. En la actualidad las peleas por lo tecnológico van más en
torno a la adquisición, quién tenga mayor poder adquisitivo y posea más recursos
tecnológicos se gana el reconocimiento del otro.

Hablar de un auge tecnológico sería entrar en debate, ya que las tecnologías


siempre son nuevas y siempre están en constante renovación, si acaso podríamos
mencionar la revolución industrial, momento histórico en el que se sistematizan un
sinfín de procesos de fabricación y transportación. Éste punto en la historia
definitivamente marca un antes y un después, los recursos tecnológicos no hacen
más que evolucionar y crecer; sin embargo existen otros puntos en la historia de la
tecnología (como la creación de la computadora, el internet o la fibra óptica) que
también marcan un antes y un después.

Ahora bien, ¿qué pasa con el ser humanos con todos estos devenires tecnológicos?

Las tecnologías al ser algo tan normalizado en la vida cotidiana provocan cambios
en la vida del hombre al momento de evolucionar (por poner un ejemplo, ¿cuantas
personas sienten como necesidad el cambiar el teléfono celular cada vez que sale
un nuevo modelo? Estas personas cambian rutinas y se adecuan al devenir
tecnológico). Los cambios y evoluciones tecnológicas crean nuevas necesidades,
problemas, y estructuras.

Todas las nuevas necesidades partirán siempre de un deseo. Lacan ahonda en el


deseo más específicamente, comentado que el deseo se conforma de las pulsiones,
tenemos para empezar que el deseo jamás será satisfecho, es un todo grande
formado por partículas pulsionales, las cuales son específicas, pueden ser
saciadas, sin embargo siempre nacerán nuevas pulsiones que sostengan el deseo.

Ahora bien ¿por qué el deseo jamás se cumple? Lacan dice que “el deseo es el
deseo del Otro”, pensándolo fríamente se puede pensar que cumpliendo la fantasía
del Otro cumpliríamos nuestro deseo, sin embargo el Otro también es un ser
deseante que se amolda, jamás permanecerá estático y por consiguiente nuestro
ideal jamás será alcanzado.

Así pues encontramos que el deseo choca con lo moral o lo social y las pulsiones
que de él se desprenden, a diversos caminos. ¿Cuál sería el camino del deseo de
una realidad virtual? ¿Qué se busca, o bien, qué se esconde?

Las realidades virtuales abren una puerta a un espacio ligeramente libre de


constructos sociales, aunque aquí vendría a darse cierta analogía, porque las
realidades virtuales son construidas por los mismos sujetos en qué momento y de
qué manera se van realizando éstos son preguntas que cabría analizarlas, porque
incluso, podemos encontrar dos grandes espacios en éstas: uno como un espacio
un tanto más permisivo y más flexible, no sólo para el cumplimiento de nuestros
deseos, sino también para darles rienda suelta y llegar más lejos de lo que se podría
llegar la realidad tangible, por esta razón no es difícil imaginar lo atractiva que suena
una vida virtual para muchas personas. Y la que en esta realidad virtual se puede
usar como dispositivo, de absolutamente todo lo contrario, más allá de ser algo
flexible, da ciertas pautas de sometimiento, no sólo de un ser para hacer y quizá
pertenecer, sino que esta línea en ocasiones hasta puede ser confusa y que incluso
se le puede ver desde esos dos momentos, uno en donde el dispositivo tecnológico
es más bien visto desde una herramienta para diversas cuestiones como lo podría
ser conocer a gente de distintos lados, como un medio de información, un medio en
donde se comparten experiencias o momentos diversos, en los cuales hacemos
participes a un otro que nos puede leer o ver. Posteriormente, el otro vino a cobrar
una figura importante, dado que podríamos nombrar que más allá de la creación de
una lazo, éste fue tomando como la deconstrucción de ciertos lazos, al no aceptar
a todas las personas dentro de un grupo, mismas que tienen que modificar su
manera de ser y estar que se “acople” al de la mayoría, paso a ser un medio en
donde se le invertía mucho tiempo, ya no visto desde como un hobbie, sino como
algo necesario e indispensable de hacer (publicar imágenes, selfies, videos) hasta
de estar ( si obtienes muchos likes, se presta especial atención a lo que la
comunidad cibernética demanda, personalidad, imagen, un estar siempre al tanto
de todo, al pendiente de otro e incluso para diversos fines propios como el bulllyng,
el acoso, el secuestro, etc.) Así pues damos cuenta la velocidad de los cambios
impuesta por un neoliberalismo ha producido diversos efectos, Stigliz en el malestar
en la globalización los denomina como devastadores. Araceli Colín, lo enfoca
respecto a los lazos sociales y con una predominancia especial en los cuerpos,
además agrega “Esta velocidad del mercado aunada a la velocidad cibernética, ha
acelerado la vida humana; le impone un estrés adicional a los seres humanos e
incrementan una exigencia brutal a la supervivencia” (Colín, 2009) ¿ a qué se vive
hoy en día? O, ¿a qué supervivencia se refiere?, ¿ésta vendría a enmanar, a lo que
una vida virtual podría otorgar (Moda, imagen, aceptación, individualización,
pasividad)?

Pensemos en la idea de perfección, Zizek dice que esa idea de perfección es


precisamente lo que hace al humano deseable, el saber que se está con alguien y
pensar que cualidades de más o de menos lo haría perfecto es precisamente lo que
mantiene el interés de las demás personas, ahora, pensemos en una realidad
virtual, en la cual el “avatar” o la presencia virtual de la persona real se crea en
muchas ocasiones cubriendo esas necesidades de perfección “me construyo para
gustarle a otro”, sin embargo incluso con constantes modificaciones nunca llega a
ser perfecto, sigue siendo esa imagen que puede, con esto y aquello, llegar a ser
perfecto, pero que nunca lo será.

Jamás llegaremos a la perfección, incluso aunque nos destruyamos y construyamos


constantemente, existen cosas conocidas que desconocemos, como prejuicios
aprendidos grabados en nuestro inconsciente, prejuicios que incluso podemos
aplicar a diario y sin embargo desconocemos su existencia

Esto se podría ver como un continuo cambiar de máscaras, y sin embargo como
dice Zizek “existe más verdad en la máscara que adoptas que en tu yo real interior…
la verdad sale al exterior disfrazada de ficción”. Y que lo puede ilustrar Adrián
Barilari en su canción vida virtual “Una pantalla es hoy mi identidad” o Gioconda
Belli lo ilustra así:

“En el misterio interior de la máquina


imagino una ciudad donde soy oráculo y diosa,
principio y fin. Donde la electricidad fluye con mi deseo de vivir
y el ordenador es el puerto hacia el espacio
donde mi cuerpo es el palpitar del cursor
que se agita imitando la frecuencia de mi aliento.”

Pensando en esto cada vez más personas optan por realidades alternas en las que
no sea tan complicado el cumplimiento del deseo. “Tengo conciencia de que el
mundo consiste en realidades múltiples. Cuando paso de una realidad a otra,
experimento por esa transición una especie de impacto. Este impacto ha de tomarse
como causado por el desplazamiento de la atención que implica dicha transición”
(Berger & Luckmann, 2012, pág. 36), y esto ¿qué efecto o impacto cómo podría
tener en las formas subjetivas?

Si bien han acontecido más cuestionantes que preguntas, creemos que hay una
fragmentación de la realidad en la vida cotidiana lo que nos lleva a preguntarnos
¿qué sucede entonces con la vida de realidades virtuales? Alrededor de este escrito
hemos podido elucidar que el “avatar” funge como un cuerpo imaginario, dando
de ésta manera una realidad virtual atemporal, que incluso distintos blogs o páginas
de internet pueden ofertarnos como algo que da un estatus y sobre todo un poder
de hacer y deshacer, pero esto lo vemos dentro del campo de lo imaginario, en
donde lo real queda suelto y deslindando de ésta, se ve más una construcción
simbólica pero tal parece estar carente de significantes que lo puedan consolidar,
podríamos estar ahora en estos tiempos, en vidas vacías, liquidas, carentes de
simbólicos para la propia subjetivación.

Una posibilidad respecto al duelo: en el ámbito virtual el duelo podría ponerse en


acto, la persona decide apartarse de lo cotidiano para pasar a lo virtual, quizás ese
hecho sea la misma puesta en acto, ese es el nuevo duelo en los tiempos virtuales

Podríamos concluir planteando el fin de la era simbólica, la vida virtual abre paso a
la nueva era, la era de lo imaginario y quizá después venga la era del real.

BIBLIOGRAFÍA

Castoriadis, C. (1989). La institución imaginaria de la sociedad.

Castoriadis, C. (1997). Poder, política y autonomía.

Castoriadis, C. Sujeto y verdad en el mundo histórico social

Colin, A. (2009). “ Del cuerpo, la ley y el lazo social en San Ildefonso Amealco, Qro. Presentado en
el 2º Congreso Regional de Estudios de Género “ Cuerpos, tráficos y poder”

Barilani Canción “Vidas Virtuales”

Freud, S. (1895-1950). Proyecto para neurólogos. Amorrotu.

De Souza, M. Capítulo 9. La palabra, interacciones y representaciones sociales. En la artesanía de


la investigación cualitativa (CITA DE BORDIUE).

González, G. V. (2005) Tecnología Digital: Reflexiones Pedagógicas y Socioculturales. En: Revista


Electrónica "Actualidades Investigativas en Educación", vol. 5, núm. 1, enero-junio, 2005.
Universidad de Costa Rica San Pedro de Montes de Oca, Costa Rica

Lacan, J. (s.f.). El deseo, la vida y la muerte. En Seminario II (pág. 335). Paidós.

Entrevistas en video a Slavoj Zizek


Berger, P., & Luckmann, T. (2012). La construcción social de la realidad (1 ed.). Buenos Aires:
Amorrortu.

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