AMERICA UTWA
a un lado. Encuentran ú til y necesaria I
£H EL SEMANARIO “ MARCHA” SE PUBLICA W ARTICULO EN P E D} rj * ¡ ¡ | OCJ ÍOn¡J [ S f ¡ 5 L S
IROTSKISMO, ADOLFO M LLY, AFIRMA QUE EL CHE SALJD DE CUBA SUIDO A “ [SC™
CON FIDEL... ESTE SEÑOR TIENE LA VILLANIA DE ACUSAR A CU8A OE NO HABER DAD | UN
APOYO ACTIVO A IA REVOLUCION DOMINICANA." (FIDEL CASTRO, EN EL DISCURSO DE CLAUSURA
DE LA TRICONTINENTAL)
A D O L F
Respuesta a
Fidel Castro
C IU D A D M E X IC O
O N C L U ID A la Conferencia. Tricontinental de
C L a Habana» los asistentes pudieron, ser tes*
tigos de un extraordin ario espectáculo: F i­
d el Castro atacando furiosamente a un m ovim ien­
to guerrillero qu e lucha armas en mano, en las
montañas y en las calles de Guatemala, p or )a
revolución socialista. £1 ataque fu e hecho des­
pués de la Conferencia, fu era de toda posibilidad
de discusión o de respuesta, y tom ó de sorpresa
a los delegados no pertenecientes a los Partidos
Comunistas.
EL ataque de Fidel Castro aparece insensato
y descabellado. Acusa de “ agente del imperialis­
m o’ * a una dirección revolucionaria probada en
anos de lucha, por e l solo hecho de defender un
program a- P ero no dice cuál es ese programa»
s o menciona un solo punto d el programa, no r e ­
futa,. no discute, no argumenta nada. H ay una
ausencia total de ideas y de discusión política.
Es simplemente, una acumulación d e insultos y
d e calumnias concientes qu e ningún revolu cio­
nario en su honesto juicio puede aceptar.
E l ataque es la conclusión lógica y necesaria
d e toda la evolución de F id el Castro, acentuada
después de la desaparición d el Che Guevara: La
■liartza política con la dirección de la TÍnión So­
v iética , e l ap oyo a la p olítica gen eral d e coexisten­
cia pacífica y en consecuencia el respaldo al
pacto entre la dirección d el imperialism o yanqui
y la dirección soviética.
L a form a insensata d el ataque no obedece a
« n a particular falta de lógica d el dirigente cu-
i baño, sino a la posición insostenible en que se
\ *** visto colocado. F id e l Castro, qu e ha sido y
sigue siendo dirigente de una revolu ción socia­
lista, que es un hom bre con una trayectoria re­
volucionaria y con sentim ientos revolucionarios,
p ara defender la política soviética, debe lanzarse
a atacar y a tratar de destruir al m ovim iento
gu errillero de m ayor influ encia política en A m é-
Tica Latina, a la dirección «pzeniUera d el MR-13.
X s in evitable que. puesto en esa tarea, F id el Cas­
tro aparezca incoherente* fa lto de argumentos
I y de ló gica política, fuera, d e s í; y debe recurrir
I a la grosería* al insulto y a la calumnia.
|¡ E l discurso fin a l fu e la culminación del ír a -
I «aso d e una Conferencia qu e com enzó b ajo el
I signo d él ataque desleal y torcido a la política d e
I lo s chinos con el p retexto d él arroz, y term inó
I aprobando un texto sin ningún v a lo r político,
I Heno de declaraciones com pletam ente generales
I y que constituye un frau de a cualquier ra oví-
I fcúento revolucionario responsable. Basta le e rlo
I jApidam ente para v e r qu e no dice nada que no
I liaya sido dicho cien veces antes, pero sobre todo,
I.QCe no da ningún programa, ninguna orienta-
F ción, ninguna gnía para los m ovim ientos revo­
lucionarios.
b dfscBsíon en ía Conferencia
X a Conferencia fu e preparada e x form a bu­
rocrática. S i bien concurrieron serie de de­
legaciones — especialm ente de A fric a y A sia—
¡provenientes de m ovim ientos revolucionarios, no
Isn b c ninguna discusión p olítica p revia, ningún
tex to . E n e l caso d e Jas delegaciones latinoam eri­
canas, se im pone la decisión arbitraria, de lo s
'P a rtid os Comunistas pro-M oscó. L o s votos a r-
’fen írn o s los lle v ó e l P a rtí c?o ComsrrJsta argr?n-
tb io, un p artido aislado, repu diado p o r ics obre­
H 4 R C H 4 * 20
CIJ J
O G I L .l _ Y
ros peronistas a quienes en 19*5 llamaba “ fas­
cistas” mientras apoyaba al candidato d el im ­
perialismo yanqui contra Perón, y que desde
entonces ba seguido acumulando una negra his­
toria de traiciones y soledad política. Los votos
uruguayos los llevó e l llam ado Frente Izquierda
de Liberación, máscara parlamentaria de un
Partido Comunista pacifista y reformista que tie­
ne e l descaro y la insolencia de atacar, desda
sus mullidas poltronas parlamentarias, a l M ov i­
miento Revolucionario I I de N oviem bre que so
bate armas en mano contra la dictadura guate­
malteca. En la delegación colombiana fu e e l
Partido Comunista pro-Moscú, muchas veces acu­
sado de entregador y delator de revolucionarios
y guerrilleros. En la delegación guatemalteca,
fu e u delegado del P artido Comunista guate­
malteco, separado hace más de un año d el MR-13.
En la delegación mejicana fueron los políticos
burgueses d el P artido Socialista Popular, que
apoyan al gobierno capitalista de D íaz Órdaz.
Y la lista sigue igual, con algunas excepciones
como e l M.IK del Perú y e l MTR de Venezuela,
que por otra parte se pronunciaron contra la
lín ea oficial de la Conferencia en la única v o ­
tación política que hubo.
Esa votación política, sobre la inclusión o no
de la consigna de coexistencia pacifica, fu e una
batalla perdida para los organizadores soviéticos
y cubanos de la Conferencia. Lograron hacer
aprobar la consigna p or treinta y un votos. P ero
tu vieron muchas abstenciones. Y sobre todo, en
esa votación pudo unirse y manifestarse la opo­
sición a la línea de coexistencia a través de un
fren te que incluye a las tres delegaciones latino­
americanas que tienen un m ovim iento gu errillero
en sus países (incluida Guatemala). T.ac n ueve
delegaciones que votaron contra la coexistencia
pacífica fueron China, Corea, V ie t K am d el N o r­
te, V ie t Ham del Sur, Japón. Indonesia, V en e­
zuela, Perú y Guatemala. (E l hecho de que e l
guatemalteco Turcíos, aliado del Partido Comu­
nista que apoya a la coexistencia, h aya votado
en contra, indica la fuerza política del MR-13,
que en Guatemala lucha abiertamente contra la
línea de coexistencia pacífica de ios comunistas,
y que e l mismo Turcios debe respetar para n o
quedarse sin ninguna base en su país).
P ero aun esa votación fu e confusa y lim itada.
Pues el rasgo dominante de la Conferencia, fu e
que, existiendo dos lineas opuestas en pita jk>
hubo en realidad ninguna discusión política y
program ática clara, ningún balance de experien­
cias revolucionarias. L a misma delegación china,
que encabezó la lucha contra la consigna de
coexistencia pacifica, n o planteó en cambio nin­
gún program a revolucionario y de medidas con­
cretas antiimperialistas qu e perm itiera Trta dis­
cusión y una clarificación política.
Sin embargo, el centro d e la discusión que
estalló en form a retorcida en los insultos d el
díscuxso fin al d e F id el Castro, es e l mismo aue
domina, toda la discusión en e l m ovim iento ’ -evo-
lueionaiio mundial y en particular la discusión
chino-so viéticE.
¿Cuál es e l program a para, ei avance d“ la
revolución mundial?
Las masas, los m ilitantes revolucionarios, los
m ilitantes de partidos obreros, los guerrilleros,
encuentran sin sentido una discusión, a base s e
insultos y acusaciones calumniosas donde no se
«p o rta 2iin¿£una prueba, rechazan, la hac^zs.
bio, una discusión sobre e l programa deN*14®' I
volución. L a reclam an. En esa d iscu sió n 16- I
pueden in terven ir, pueden cotejar lat 411m I
— no los insultos— , pueden apoyar c o n S 0'*1 I
tos basados en su experiencia y en la ‘T{rn *HL- I
posición qu e s ign ifica un impulso a l a ^ v 1* I
revolucionaria. Eso es lo que hay que d J - T 1 I
qué program a, qu é medidas, qué m étod «T '
lucha son necesarios para impulsar la rev i I
ción, cuáles son correctos, cuáles no v -
* j i
Ei programa del MR- 1 3
Eso es lo que han salido a discutir los a
temaltecos, e l M R-13. Han expuesto su pto&T
ma socialista, luchan p or él. Proponen v o S '
tean la expulsión d el imperialismo, la exprmh'
ción sin in dem n ización de sus propiedades v d
las grandes empresas capitalistas, la entrega de
la tierra a los campesinos, la expropiación sin
pago de los latifu n dios, la escala móvil de a
laríos y el salario v ita l m ínim o, una central únU-
ca de trabajadores, los derechos y libertada
democráticas para el pueblo de Guatemala, la
libertad de prensa, de reunión, de organización,
el control obrero sobre la producción, el arm£
mentó de la población, la disolución del ejértito
de la dictadura, el cese de las torturas y los
crímenes policiales, la ruptura de todo pacto
m ilitar o de cu alqu ier tipo con el imperialismo,
el derribam iento de la dictadura por la ludia
armada de las masas, e l establecimiento de un
gobierno obrero y campesino. P or ese programa
llam an a las masas a organizarse en comités
campesinos, com ités obreros, comités de estu­
diantes, y a luchar, y p or ese programa luchan
con las armas las guerrillas del MR-13 en la
montaña y la ciudad.
L a respuesta de F id e l Castro ha sido decir
que ha^ trotskistas en e l MR-13 y arrojar in­
sultos contra ese program a, pero sin discutirlo,
sin dem ostrar p or qué está mal, sin dar un solo
argumento.
E l ataque descabellado d e F id el Castro mues­
tra la exasperación sin lím ites de sus aliados,
los dirigentes soviéticos, contra la influencia cre­
ciente de ese p rogram a en los movinúentos re­
volucionarios latinoam ericanos, y su impotencia
política para com batirlo con argumentos. Pero
en la misma form a d e l ataque está su condena:
no puede p roba r nada n i puede infLuir a nadie,
aunque pueda p ro vo car algún daño pasajero..
L a exasperación d e qu ien aparentemente tima
una fu erza m a te ria l inmensam ente superior al
MR-13, es típ ica d e una batalla defensiva- Ea
la misma C onferencia, se h izo presente la pre­
sión en fa v o r d él M R-13. E l MR-13 es conocido
extensam ente a través de su programa de re­
volución socialista y de su concepción de masas
de la lucha gu errillera. Era natural —y asi fue—
que más de una delegación de distintas partes
d e l mundo pregu n tara p o r él, quisiera, ver a sus
delegados y p id ie ra explicaciones por su ausen­
cia. Como e l m ism o F id e l Castro dijera en otra
ocasión a los norteam ericanos, no hay bloqueos
n i barreras qu e puedan d eten er a las ideas. Las
ideas socialistas de la gu errilla guatemalteca sa
han abierto camino fu e ra de Guatemala. L a au­
sencia d él M R-13 no ten ía justificación. Muy
grande tu vo qu e h ab er sido esa presión cuando
en e l discurso fin a l los revolucionario* guate­
maltecos ocuparon é l lu g a r central.
P ero e l ataque a l program a del MR-13 —pu«s
Fidel Castro n o hace ninguna acusación concre­
ta contra e l M R-13. sólo lo ‘'acusa” de haber
aprobado un p rogram a qu e é l mismo no mencio­
na n i discute— tie n e un significado mucho más
profundo. Q uiere d ec ir que en toda Am érica La­
tina está abierta la b a ta lla entre dos líneas: la
linea de la coexistencia p acifica y la línea da
la revolución socialista mundiaL F id el Castro
ha tomado p artido p o r la coexistencia pacífica*
n o sólo en la v ota ció n de la Conferencia, sino
sobre todo utilizando su autoridad para abrir el
fu ego contra é l p rogram a d e la revolución so­
cialista. Esa au toridad la ganó F id e l Castro
con lo s métodos d e la coexistencia pacífica, sino
en la lucha g u errillera y en la revolución socia­
lista, como la ga n ó e l gra n ausente de la Con­
ferencia, Ernesto (C h e ) Guevara. Esa autoridad
es buena y es aceptada cuando s irv e para un-
pulsar la revolu ción . Cuando se la usa par»
contenería, no. U n de la pérdida de aa»
ioridad de la línoa soviética en A m erica Latía*
es que la dirección soviética h aya tenido
aceptar de todos m odos la protección de Fidel
Castro, qu e es una dirección de origen gu eirf-
Hero. Quiere d ecir q u e con sus propios partidos
y a n o tiene ninguna influencia. P ero tampoco
la tendrá F id e l Castro con esa pttós las
masas no apoyan la "a u torid a d " pasada sano
cuando ésta s irve para la Im ea d e sus Luchas
presentes.
21 interés d e la d irección soviética en la
ferencia se deb ía claram ente a. la necesidad da
establecer cierto c on tro l sobre e l desarrollo
los m ovim ientos revolu cion arios de Africa, A si*
y Am érica Latin a- N ecesita establecer ferinas
¿e conciliación. e l impulso
 . _ j - pjoj movimientos — y tobre iodo
* de esos países— y 1*. política ge-
* “ E x is te n c ia coa «1 im perialismo. L a
* » “ “ sov¡ética no puede suprim ir esos mo-
6reí° <:“ _0 puede negociarlos, no puede apa-
su <Ainámica Propia, estimula-
¿guarios. insurgencia j e las masas coloniales.
* X a a n a los ParÜdos Comunistas y poner.
~Ti¿ro toda la estructura de la coexistencia.
81 ^ Verdad especialmente en el caso de Am é-
* » * ya que una de las bases del acuerdo
" - J 5 de coexistencia es que la dirección so-
S f i í onezca "garantías” contra el desarrollo
T la lucha revolucionaria en A m erica Latma,
«•nrioal base de apoyo del imperialismo norte-
pricano Y la dirección soviética no quiere
Wi D'iedé— suprimir esa lucha, pues la nece-
como un punto de apoyo, pero sí quiere tra-
« r de “reglamentarla", que no pase de los li­
mites de la presión general controlable.
Para esta tarea, la dirección soviética nece-
riia aooyarse en sus partidos comunistas latino­
americanos. Pero estos no tienen peso n i auto-
Sad. El mayor servicio que F id el Castro le
cresta a la política soviética, no es hablar de
Mtxiítencia pacifica. Es presionar a los m ovi­
mientos revolucionarios y guerrilleros de Am e-
rl-a Latina sobre todo, utilizand-o la autoridad
<je¡ Estado obrero cubano, para que éstos vuel­
van a aceptar la alianza que habían roto con los
parUdos comunistas. Es pretender otorgar pa­
téate de “revolucionarios” a partidos y aparatos
con aüos de conciliación, traiciones, delaciones,
repudiados y desbordados por los nuevos m ovi­
mientos revolucionarios. Con e l pretexto de la
“unidad”, la dirección cubana quiere imponer a
los movimientos guerrilleros esa alianza. Preten­
de que estos rehabiliten a los partidos comunis­
tas y en consecuencia se sometan a su política de
conciliación.
El ataque al MR-13, y sobre todo la preten­
sión burocrática y prepotente de querer cam­
inar sus dirigentes desde L a Habana, ha querido
ser im escarmiento para todos los que no acep­
ten esa presión. P ero como le ha respondido el
MR-13. los dirigentes de la revolución guatemal­
teca sé deciden en la lucha armada en las ca­
lles y las montañas de Guatemala, no en el ho­
tel Habana Libre. F id el Castro ha querido apli­
car al MR-13 la misma politiea de gran potencia
que !a Unión Soviética ha ejercido sobre Cuba.
Fracasará, como fracasará e l intento de rehabi­
litar a los partidos comunistas pro-Moscú.
Al escribir sobre la lucha y e l programa de
las guerrillas guatemaltecas, Huberman y Ewee-
zy decían que cuando fueran ampliamente cono­
cidos, “han de sacudir inevitablem ente a toda la
izquierda latinoamericana con fuerza enorme, y
este sacudimiento además propagará sus pode­
rosas vibraciones a otras regiones del mundo".
Por un camino quizá no sospechado por los au­
tores de la predicción, este sacudimiento se ha
producido. El MR-13 se ha visto colocado en el
centro de la batalla política p or él programa de
la revolución mundial y en e l centro de la rup­
tura abierta de F id el Castro con la dirección
china. No es la fuerza de sus armas, sino la
fuerza de su programa socialista lo que ha colo­
cado allí a un m ovimiento guerrillero ¡en desa­
rrollo en un país pequeño de Am érica Latina,
y se ha visto colocado, además, en e l centro de
la crisis de la dirección cubana, con la desapa­
rición del Che Guevara y la lucha y la presión
inmensa de las masas cubanas p or una explica­
ción política de este hecho y , en definitiva^ en
cefensa de Guevara.
la liquidación de Guevara
Ahora es claro completamente que una de las
condiciones de esta alianza, con la dirección so­
fistica, y de esta Conferencia, era la desapari­
ción de Guevara de la dirección, cubana- Una
cusma linea une el retiro de las armas a las
milicias cubanas, la desaparición d el Che, las
negociaciones con Estados Unidos, la suspensión
ce los viajes de estudiantes norteamericanos a
Cuba por decisión del gobierno cubano, e l si­
lencio sobre Jais luchas de las masas norteame­
ricanas. las presiones sobre e l dirigente negro
pro-chino norteamericano Stobert W illiam s (asi­
lado en Cuba), el Térmico de v ia je a los contra­
rrevolucionarios cubanos a Estados Unidos, el
ataque al MR-33r el ataque a los trotskistas, e l
ataque a los chinos.
^En la misma Conferencia hubo una bataOa
sobre el Che Guevara. N o sólo e l paradero de
Guevara, sino su suerte política, fu e lezna fre ­
cuente de discusión extraoficial entre los dele­
gados. L a presión de la Conferencia venía a su­
marse a la presión cotidiana d el pueblo cubano
A g ie n d o explicaciones sobre e l Che. N a ca hu-
,b;era sido más lógico que un mensaje o una car-
de Guevara, dirigido aun desde cualquier lu­
gar secreto, saludando a 3a Conferencia y mani-
z^síando su solidaridad con ella o sus opiniones
potincas. S i en alguna, patrie tenia su lugar la.
intervención d e Guevara, e l hombre de la re­
volución. mundial en la dirección cubana, era
precisasaezale a l comienzo o durante «2 desarro»
ce esla Conferencia. ¿Por qué no la hubo?
iQ u é impedia al Che manifestarse, aun desde
-®jos y por escrito, como hacía L en in en 1917,
císhq hacía 35ars cuando ?a-s policías europeas
Impedían sus v h j«a * 1 * inquietud d t los dele-
milicias, como el ataque a los chinos y la prohi­
gados era muy grande, aunque no se manifesta-
da abiertamente. Uno de los delegados venezola-
nos, en una sesión plenaria, pronunció un en­
cendido discurso saludando y elogiando a Gue­
vara como revolucionario, discurso que fue se­
guido de pie y aplaudido por toda la Conferen­
cia.
Es completamente lógico que Fidel Castro,
en e l mismo momento en.que se lanzó & atacar
de frente a l programa de ia revolución, socialista
del MR-13, tuviera que perder el control de sus
nervios y lanzarse a refutar en la misma forma
insensata, sin probar nada, a los que pedían
cuentas sobre la. suerte dei ^he Guevara. Fidel
Castro ataca a un artículo ds G illy y a otro ar­
tículo de Fosadas, dirigente Ce la" Cuarta Inter­
nacional (trotsldsta). Ambos plantean que Gue­
vara fue eliminado por su linea de apoyo a la
revolución mundial; a la extensión de la revolu­
ción cubana, a los chinos. E l dirigente trotsldsta
no sólo analiza las razones políticas de la desa­
parición de Guevara, sino que las relaciona con
el desarme de las milicias y plantea que Gue­
vara ha sido asesinado o que está preso» pues
está fuera de toda su linea de lucha hacia la
izquierda el haber renunciado repentinamente.
Fidel Castro estalla frenéticamente sobre es­
tos puntos. Pero, nuevamente, no refuta nada.
N o da ninguna explicación política. Insulta. Dice
que sólo al imperialismo le interesa saber qué
pasó con Guevara, cuando es todo tí pueblo cu­
bano y todos los revolucionarios de todo el mun­
do quienes lo están preguntando. Su ataqúe al
trotskismo es un franco terrorismo ideológico
contra el pueblo cubano. En síntesis, dice esto:
todos los que preguntan por el Che, son trots­
kistas; los trotskistas son ‘‘mercenarios del im ­
perialismo” ; en consecuencia, todos los que pre­
guntan por el Che son “ mercenarios del impe­
rialismo” . Sustituye 1a explicación política por
la calumnia y la amenaza.
Fidel Castro puede decir lo que quiera. Pero,
¿qué paso con Guevara? Fidel Castro está obli­
gado a dar una explicación política. N o basta
gritar o tratar de usar sai autoridad — autoridad
también tiene Guevara— para acallar a la gente.
N o es al imperialismo, es a los revolucionarios
de Am érica Latina a quienes interesa saber qué
hicieron con Guevara, por. qué a la desaparición
de Guevara sigue el ataque desleal al MR-13, a
los chinos, a los trotskistas.
La lucha por la reorientacidn
Toda la evolución polática vertiginosa de los
últimos meses de la dirección cubana, autoriza
a pensar que sí; a Guevara lo han asesinado o le
impiden p or cualquier medio expresarse politi­
camente. T od o lo dicho antes, también. ¿Por qué
no hubo n i una carta suya a la Conferencia?
¿Por qué no se explican las diferencias políticas?
¿Qué hicieron con. Guevara? N o basta acusar de
miserables a los que preguntan por Guevara.
Miserables son los cobardes políticos que hasta
no hace mucho adulaban a Guevara como un
gran revolucionario, y ahora se callan por soli­
daridad y complicidad con la política antichina
y pro-soviética de Fidel Castro. También el
MK-13 preguntó que pasó con Guevara. Otros lo
hicieron, y otros lo harán. Todo e l pueblo cuba­
no lo pregunta. Fidel Castro y los comunistas
pro-soviéticos de Cuba no podrán seguir jugan­
do a las escondidas con esta crisis profunda de
la dirección cubana y con la suerte política de
Guevara- El margen que tienen es muy estrecho.
L a misma mistificación contiene el discurso
cuando dice que Cuba apoyó a la revolución
dominicana y que pedir ‘‘apoyo activo'’ es una
provocación. N o cabe ninguna duda de que Gue­
vara y sus amigos pidieron apoyo activo. Y apo­
yo activo no significa, como maliciosamente
quiere hacer creer Fidel Castro para contener e l
descontento de las masas cubanas_ que no com­
prenden por qué Cuba no se movió, enviar sol­
dados y armas. Eso es absurdo. Apoyo activo
significa m ovilizar a las masas en Cuba por to­
dos los medios para manifestar su apoyo a los
dominicanos, no simplemente hacer declaracio­
nes p or radio. Significa llamar a las masas lati­
noamericanas a movilizarse, darles orientaciones
de lucha en defensa de la República Dominica­
na. d ar un centro desde Cuba a toda la m ovili­
zación espontánea que hubo en. América Latina.
Nada de eso hizo la dirección cubana. Y cuando
reacciona furiosamente a rebatir a un lejano p e­
riodista que escribe en _ Montevideo, es porque
ese m5smo reclamo lo hicieron los cubanos y es
con ellos con quienes discute.
T od o esto indica que hay una tremenda Ju­
cha política en Cuba. Un vixaje_como el presente
2.0 se puede hacer en fríe. N i Guevara puede
desa-oax-»cer en frío. H ay todo una eorrienie que
aooya a Guevara, que defiende sus posiciones
d ística s. Fidel Castro está enfrentado a e jg ten­
dencia política, guevarista y pro-china. E i co­
rresponsal de L e Monde en L a Habana cace que
cada v e z oue aparece la figura del Che una
alusión al Che en un cine habanero, el puobco
estalla en atronadores aplausos y vivas, ns la
manera de luchar del pueblo cubano. Y esos no
son, ciertamente, "mercenarios del im penalis-
■*120r>- .
L a Conferencia Tricorríírcsr^al- como arues ¿a
desaparición de Guevara y e l desarme c e as
bición absurda, anti-xnarxista, de que circulen
los materiales chinos, es parte de la lucha polí­
tica por una reorientación revolucionaria de Cu­
ba ^que toda una tendencia, organizada o no,
está desarrollando en la isla. Es parte de la lu­
cha por e l programa de la revolución mundial.
Una misma línea une a l programa de revolu­
ción socialista de las guerrillas guatemaltecas
con las posiciones de los chinos y las posiciones
de los partidarios del Che en Cuba. Es la línea
de la extensión de la revolución mundial con­
tra la linea de coexistencia pacifica, y por eso
FideL Castro acude a la lucha contra el trotskis-
mo, creyendo que este es un argumento defini­
tivo. Los únicos argumentos que valen en esta
discusión son los que F id el Castro no se atreve
a usar: demostrar por qué esa línea está mal,
y cuál es la correcta en su lugar.
L a lucha abierta en Cuba es parte de la lu­
cha en todo el movimiento revolucionario mun­
dial por el programa de la revolución. En esta
batalla* Fidel Castro se ha aliado con los sovié­
ticos. En esa alianza, ha recibido e l apoyo en­
tusiasta de los partidos comunistas latinoameri­
c a n a (los mismos que lo llamaron “ aventurero'*
y ‘putehista” en 1957 cuando comenzó su lucha
guerrillera). Los P.C. de Venezuela y Guatema­
la, siempre dispuestos a negociar la existencia
de las guerrillas a cambio de garantías parla­
mentarias para ellos, apoyan sin reservas a Fidel
Castro. Todas las viejas camarillas reformistas,
burocráticas, pacíficas, que dirigen los Partidos
Comunistas, son las que se dedican a divulgar
y ensalzar sus discursos contra el MR-13, los
chinos, los trotskistas, los guevaristas y todos los
adversarios de la coexistencia pacífica. Pero ade­
más, los grandes voceros del imperialismo, como
e l Times de Londres, han recibido los ataques a
los chinos como una señal de cordura de parte
del dirigente cubano. Y nada menos que el m i­
nistro del Interior de Venezuela ha saludado este
ataque desde Caracas como un cambio de linea
en el apoyo concreto, directo, a la revolución
latinoamericana. El imperialismo ha sabido me­
d ir muy bien la realineación de Fidel Castro,
que mientras dedica sus últimos ‘discursos a ata­
car a l MR-13 y a los comunistas chinos, no ha
encontrado una sola ocasión para expresar su
solidaridad con los obreros del transporte en
huelga en Nueva York o con el comunista pro­
chino norteamericano B ill Epton, del Progressi­
ve Labour Party, condenado por los jueces nor­
teamericanos por Uamar a la lucha a la pobla- •
ción negra de Haxlem durante los disturbios de
1964 y por llam ar a organizar la defensa armada
contra la represión policial y por e l derrumba­
miento del orden capitalista e imperialista.
EL gobierno de Estados Unidos intensifica la
guerra de Viet Nam y se prepara para una gue­
rra general contra China y contra todo e l cr as­
po socialista. Los chinos' no *sólo denuncian esta
preparación. Se preparan ellos mismos, por cien­
tos de millones, para un conflicto próximo, con­
vencional y nuclear. A sí lo han declarado ter­
minantemente- L a caída del B-52 en España
muestra en qué condiciones v iv e el mundo. En
esa situación, Fidel Castro elimina a Guevara
de la dirección, se suma abiertamente a la es­
peranza de la coexistencia pacífica, ataca a los
chinos y corta lazos con la revolución latinoame­
ricana atacando con calumnias y sin argumentos
a l movimiento guerrillero guatemalteco, van ­
guardia socialista de Am érica Latina.
L a tensión inmensa d el enfrentamiento global _
entre revolución y contrarrevolución <sa el mun­
do, la miden los que hacen cotidianamente las
masas de V ie t Nam, focó''.de la revolución mun­
dial. Ellas muestran lo qfre se prepara mundíal-
mente: no son la excepción, sino la punta en­
cendida y visible del estado de ánimo del resto
d e los pueblos del mundo. En esa tensión tiene
lugar la batalla por el programa de la revolu­
ción mundial. Una virtud que Fidel- Castro no
sospecha de su discurso final en- la Conferencia,
es haber planteado los términos de la alternativa:
e l programa de 1a coexistencia pacífica o el pro­
grama de la revolución socialista. A l alinearse
con la coexistencia, Fidel Castro ha dado un
golpe a la revolución cubana y a la revolución
latinoamericana. P ero la revolución es, ha pro­
bado m il veces ser más fuerte que todas las va­
cilaciones y los retrocesos de los dirigentes.
L a tensión, inmensa de las fuerzas ha obliga­
do a l centrista F id el Castro, el partidario per­
manente de la “ unidad” , a romper la llamada
'•vnidád” y a definirse hacia la derecha. H a re­
cibido el apoyo de todos los reformistas, paci­
fistas, comunistas pro-Moscú y del ministro del
interior de Venezuela.
Esa misma tensión ha colocado en el centro
c_e la discusión a l programa del movimiento gue­
rrillero de un pequeño país dé Centro Am érica.
Es porque ese program a representa, histórica­
mente, fuerzas infinitam ente superiores a las de
la guerrilla guatemalteca. S i Fidel Castro no
puede ni podrá, destruir a la guerrilla guatemal­
teca es porque esas fuerzas infinitamente supe­
riores, aun indirectamente por un tiempo, aun
inconscientemente, sostienen, a los guerrilleros
d el MR-13 en su seguridad de que e l camino es
la revolución socialista. Y porque además lo »
{"Pasa s -í)
21 * M 4C.CIU

RESPUESTA A...
( V ¡ « d« «le p *f- 21)
sostiene e l pueblo de Guatemala, rao los apara­
tos d e M oscú o de L a Habana.
Discutir y defender el programa
Las direcciones de ios partidos comunistas
— cayos métodos im ita F id e l Casero en esla ba­
talla— qu ieren encerrar la discusión en los in­
sultos, en las calumnias o en el arroz. Fracasa­
rán. N o es eso lo que está en discusión.
L o que se discute, lo que debe discutirse, 3o
que las masas d el mundo están discutiendo y
decidiendo ya , arm as en mano, es el program a
de la revo lu ció n mundial- E n la linea central
del m o vim ien to revolu cion ario mundial- N o h ay
d iez lineas. E n resumen, en síntesis d efin itiva,
ha y ctbs líneas, y los partidarios de una y otra,
impulsados p or sus propias fuerzas, term inarán
p or encontrarse, com o se encontró eL centrista
F id e l Castro con los derechistas soviéticos. Esas
lineas son revo lu ció n mundial o coexistencia pa­
cífica. Cada una d e ellas sign ifica un program a
de puntos concretos. Está abierta la discusión
sobre ese program a.
EL MR-13 llam a a apoyar e l program a de la
revolu ción socialista. L o expone, lo divulga, lo
aplica y lo defiende. Ese llam ado ha pasad'-» las
fronteras de Guatemala, ha t'****’ **' ^ cialista de Guatemala, al M ovim ien to E evolu cio-
en Venez»-*''1^. en
R E M I T i & Q
INTIMACION AL PERSONAL
Personal administrativo, inspectivo y
obrero de la Administración ha iniciado
en el día de hoy una huelga por tiempo
indeterminado.
Las causales que se invocan son las
gestiones que realiza el personal afecta­
do al servicio de transporte colectivo
de pasajeros en el Departamento de
Montevideo, para obtener un aumento
previo al Consejo de Salarios que opor­
tunamente podrá convocarse para las
e n í c i esas privadas. (Grupo 7 ). así como
la fijación del beneficio de Hogar Cons­
tituido de S 300.CO.
En cuanto se refiere al primer punto,
las tramitaciones del caso son completa­
mente ajenas a la Administración. P o r
su propia naturaleza de organismo es­
tatal está fuera 3e las normas corres­
pondientes a la institución de los Con­
sejos de Salarios. No obstante y en cum­
plimiento de la le y nacional y decretos
municipales vigentes, la Administración
homologa automáticamente los aumen­
tos que se laudan, para las empresas pri­
vadas, a fin de que las remuneraciones
de su personal obrero y administrativo
sean las mismas que las que rigen e n
dichas empresas.
En cuanto s e refiero s í beneficio
H ogar Constituido, dd>c ¿(estacarse que
el personal d « 1* Administración es al
■único que ya goza del mismo desde bace
tiempo. Y que si las autoridades p e r t i­
nentes acuerdan extender e s e beneficio
► O R O U * 24
•lado» Unidos, en Honduras, a través de muchas
otras fronteras; porque a través da todas esas
fronteras estaban ya en m ovim ien to fuerzas en
esa misma dirección- E l ataque d e la dirección
soviética, a través de F id e l Castro, con el apoyo
de los partidos comunistas parlam entario* y p a­
cíficos, indica que la fuerza de ese p rogram a se
extien de sin cesar y que, cada v e z más, la in­
fluencia de la revolución china en toda A m érica
Latin a tenderá a fundirse con la influencia de
ese programa.
Sobre esa línea debe definirse y centrarse la
discusión, no en los insultos o en las calumnias
o en las delaciones policiales de ios burócratas.
Sobre esa línea deben discutir y definirse, en
apoyo a los guerrilleros socialistas gu atem alte­
cos, los revolucionarios, los m ilitantes socialis­
tas y comunistas, los antiimperialistas de toda
A m éric a Latina, de Estados Unidos y d e otros
paises. Sobre esa lín ea deben apoyar a la ten­
dencia revolucionaria que sostiene las posiciones
do G uevara en Cuba y deben e x ig ir una e x p li­
cación sobre la suerte de Guevara. A s í la dis­
cusión no servirá, p or el camino insensato de las
diatribas, a los turbios intereses de la alianza
en tre la dirección burocrática de la U nión So­
viética y la dirección del im perialism o yanqui
— pacto con el cual se com plica ahora F id el Cas­
tro— . sino a los intereses de la lucha revolu cio­
naria de los pueblos del mundo.
H ay q u « apoyar al m ovim ien to gu errillero so­
— ••«•o. q-te es h oy el c?*“ t ,v> de
tiaa
a los otros empleados y obreros de em­
presas privadas, o, aun, acrecentar el
monto que hasta el presente ya sirve la
Administración, ello tendrá vigencia
también dentro del organismo, por las
razones de homologación a que ya se
ha hecho referencia.
Tío puede pues el personal que injus­
tificadamente ha paralizado los servíeos
a cargo de la Administración, invocar
ninguna circunstancia que pudiera ser­
v ir de asidero a tan grave medida, que
perjudica profundamente al organismo
a que pertenecen y que provoca los más
serios trastornos -a toda la población.
La decisión sobre planteamientos qu«
han formulado ante las autoridades
competentes, no entra en la órbita d «
este organismo. Este procederá, en s u
oportunidad, a realizar la homologación
que corresponda conforme a k> actoado
en todos los casos previos.
P o r lo expuesto, e l D irectorio, e s so
deber de garantizar la eo*tin a íd a d de tm
servicio tan esencial, intínw i a l peraoewd,
para q » « , d * im nediato, 9* rein tegre tá
n orm al cum plim iento d e stts tareas, b olo
ejtpreso apercibim iento qne, rW ’ acuerdo. Cuando bos apRnoaaOf
cerio, se apH oarin Isa n ñ
didas.
M o a fe v fa fe o , 10 d »
Z L D O tS C S O B S O
la lucha p o r la revo lu ció n social;^ ,
r ic a m . H a y q u . defenderlo
precxjaa para t i avan ce del ¿ ¿ L k ? «
t i con tinenta, n o rte y sur, ^
ta do* Unidos. E l M R -13 ha r e S l ^ ^ J
qu e* d « F id e l Castro, pero ha *<*«
tip m p o que d efien d e üiconchciontw L
;us medios al Estado o b r e r o ^ ! * » *
----------- — j "•••'-vt.jr COW11U13Q* Irte
t o . revolu cion arios de Am érica r L ? 0
m undo tien en una gran deuda - .
las gu errillas d e Guatemala. Porau^fn ^
h an luchado valien tem en te y b i ^ < ^ “ loa<
j o r tradición revolu cion aria P o r s o W ? ^
cosas han ten ido el coraje moral °
— cu alidad mas ra ra qu e el coraje
rech azar los dogm as aceptados y
“ autoridad estab lecid a " luchando a h S r tl| « l
gu ijosam ente p or la revolución sodaürtt»1 * !
Ese coraje m oral e intelectual los ha J L
e n e l centro de esta lucha, con s u T l S 1!
fuerzas y fren te a poderosos enemieos-
talism o guatem alteco, e l imperialismo 'vmJP'I
la dirección burocrática de la Unión Sori*£Jl
sus aliados. Están enfrentando a
m en te y b ien . V encerán , porque el
la revolu ción socialista y a ha prendido « 1 1
lucha arm ada y revolu cion aria de Amérirav I
tina, com o p ren d ió antes en Cuba s o S iítl
Pues, corno es sabido, nada hay tan pcArnT I
e l muntío com o una idea cuyo tieraDa r I
gado. *“ “ « 1
ULTIMAS...
(V ie n e Je p ág. 17]
con versar con un emisario norte,
am ericano, en Birmania, Alguien »
W ash ington insistió en que esta ts-
ta tiv a debía postergarse hasta ds.
pués d e la elección preaden¿
Cuando la elección pasó, ü Thar.
in sistió en el asunto: Hanoi seg¿
deseando e l envío de sa hocúbrt I
P e r o e l S ecretario de Defensa íó*
b e rt M c N a m a r a — prosiguió Aálai—s*
opuso term inantem ente a la poafci.
lidad. D ijo qu e e l gobierno sudriet-
n am ita d eb ería ser enterado ¿r <jk
esto te n d ría un efecto .desmoraEa.
d or sob re e l mismo; qué ese i
b ie ro o y a era bastante inestable ,p¿
ra c on m o verlo más, todavía.
Steven son m e contó que TJ Thaii
se en fu reció p o r este fracasó de’ <
pacientes esfuerzos, pero que no di­
jo nada públicam ente. Pasó él tien-
po, la gu erra siguió expandiéndose -
Las presiones sobre U Thant, su­
puestam ente el Pacificador Nómsa
Uno d el glo b o, aumentaron desdeto­
dos los ángulos d e las Naciones TJs>
das hasta que se v io obligado a ico-
p on er un fran co cese del fuego, tos.
una lin ea demaxcatoria de tregua io
solam ente a través de V iet líam, fi­
no tam b ién en Lsos. U Thant efec­
tuó entonces una importante suge­
ren cia : la s autoridades norteames-
canas d eb erían redactar los ténsa­
nos d e la o ferta de cese del íuef^
exa ctam en te com o la creían posible
y éí, U Th an t, la anunciaría exacta­
m en te e n las mismas palabras. T&s
v e z m ás, según m e expresó' Stevea-
son, M cN a m a ra rechazó el asuní® ?
n o hubo respuesta de parte del Se­
cretario R usíl, hasta donde Steve-
son p u d o saberlo.
L a noche d e veran o iba Heganflo
a su fin ; y a era medianoche.
a S teven son qu e hiciera lo qoe
c iera después d e d eja r la ONU, era
im p orta n te qu e escribiera sus fflt*
m orías.
" L o sé, l o sé*', dijo. ‘ Tero, demo­
nios, nunca, lie lle va d o diarios 0
anotaciones com o otros troos to
cen. 3V£e resulta, d ifíc il escribí*- 5®
puedo e n ten d er cóm o A r t Sauesa-
gec, p o r e jem p lo , puede llevar a <*■
bo sus obras.** ,
Luchaba para mantenéis»
pierio. M e levanté, y él estovo»
mo* a la puerta del haE, *
cjnr&n hombre rubio coe
r*cft6 en « i ▼estíbalo am o is^ S *]"
lo babíam o» oído Eegar. AdW
prawaté. K m Tnan aa C e p o ** *
flow H ata, otro Inésped da w
c*. IX jo y A<9eí y yo
» » V » d ln e e n a o B .
« w f t t t w n lUW M ltfe
a a H o rm s a e r o lib r o croe 1«
gm am r d o s a f f i o s e f ds Jú| I" 1 &
í m h a n gteá rte to *?