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La revolución industrial
Hacia el año 1780, en Inglaterra, se produjo un cambio económico y social que originó la sociedad
capitalista o Revolución Industrial.
En el Siglo XIX, desde Inglaterra, la Revolución Industrial se fue extendiendo a otros países,
aunque en ellos se hablaba de industrialización para indicar que fue un proceso más lento influido
por Inglaterra.
En la Revolución Industrial se crea una fuerte industria y se extiende el ferrocarril.
La Revolución Francesa de 1789 fue el fenómeno más importante y que más trascendencia tuvo
en la Europa del siglo XVIII y es tal su importancia que marca el inicio de la Historia
Contemporánea. Desde el punto de vista político supone la eliminación del Antiguo Régimen, la
monarquía absoluta fue sustituida por la parlamentaria o, incluso, por la República; en general
supone el ascenso al poder de la burguesía. En lo social se rompe con la división estamental, serán
abolidos los privilegios de nobleza y clero y el campesino liberado de la servidumbre; pero no
nos engañemos, el grupo social más favorecido fue la burguesía. En lo económico se acaba con
el Antiguo Régimen, al llegar la burguesía al poder imponer como principios fundamentales los
del liberalismo económico (iniciativa individual, el Estado no debe participar en economía, la ley
de la oferta y la demanda regulan el mercado…)
REVOLUCIÓN FRANCESA
CAUSAS
La Revolución Francesa fue el cambio político más importante que se produjo en Europa, a fines
del siglo XVIII. Esta revolución significó el triunfo de un pueblo pobre, oprimido y cansado de
las injusticias, sobre los privilegios de la nobleza feudal y del estado absolutista. Durante el
reinado de Luis XIV (1643-1715), Francia se hallaba bajo el dominio de una monarquía
de Luis XV (bisnieto de Luis XIV), y que tocó fondo durante el reinado de Luis XVI, gobernante
bien intencionado, pero de carácter débil, por lo que se lo llamaba el buen Luis.
“Los gastos militares y un lustro de malas cosechas crearon una gravísima situación social. La
mayoría de la población se vio en la miseria mientras el lujo y el despilfarro del rey y la nobleza
continuaban como si nada. Luis XVI se negó a realizar cualquier tipo de reforma y defendió los
privilegios de la aristocracia frente al hambre de sus súbditos, que se estaban hartando de la
injusticia.” Fuente: Felipe Pigna.
Han sido muchos los intentos de los historiadores por explicar las causas de la revolución
basándose exclusivamente en un solo factor, la realidad es bien distinta y realmente es un
complejo entramado de causas las que determinan el estallido revolucionario de 1789. Veamos
las más importantes.
Las ideas de los ilustrados del XVIII serán las que den soporte y justificación intelectual a los
revolucionarios franceses, esto se puede ver en las peticiones, notas, exigencias y quejas de estos
revolucionarios, se puede decir que sin estas ideas el movimiento revolucionario habría carecido
de base ideológica. Las ideas de los ilustrados suponen el golpe de gracia a la concepción del
mundo del Antiguo Régimen, y suponen el acta de nacimiento del Régimen Liberal o burgués.
Los ilustrados franceses atacan al sistema tradicional y al Antiguo Régimen, pretenden una
modernización de todo y ponen la felicidad del hombre por encima de cualquier principio. Los
reyes del XVIII adoptan muchas ideas de estos ilustrados (despotismo ilustrado), pero no todas,
había muchas ideas que limitaban su poder, esas serán muy importantes para los revolucionarios.
Veamos cuáles son esas ideas y cómo influyeron en la revolución.
Para Voltaire la Iglesia era una institución anacrónica y que coartaba la libertad del individuo, no
es un ateo pero propone un nuevo tipo de religión más natural que reconozca la existencia de un
Ser Supremo, pero que no esclavice al hombre, según él, así se lograría una sociedad más justa.
Estas ideas fueron copiados por los revolucionarios, que eran, en general, anticlericales,
llegándose a proponer un tipo de religión similar a la propugnada por Voltaire, y a elaborar un
calendario que no tuviera que ver con el calendario tradicional (religioso). Los revolucionarios
son anticlericales en gran medida porque la Iglesia es antirrevolucionaria y no quiere verse
privada de sus privilegios.
Causas económicas
Son fundamentales, algunos autores han hecho de las causas económicas la clave para explicar el
inicio de la revolución. Lo que sí se sabe es que en los años inmediatos a 1789 hay una crisis
económica tremenda debido a sequías y otras catástrofes naturales, así, por ejemplo, Ernest
Labrousse señala que en 1788 el trigo alcanza su precio más alto de todo el siglo, esto significa
que en una sociedad preindustrial como la francesa un gran número de personas se acercara a los
límites de la desnutrición y el hambre, y que en esa situación se arriesgara a movimientos
revolucionarios. La subida de precios se da también en la ciudad y afecta a todos los productos.
En el campo podemos señalar un hecho de gran trascendencia, en el siglo XVIII los señores
(nobles y clero) van a redoblar sus esfuerzos por recaudar impuestos del campesinado
reinstaurando en algunos casos tributos ya olvidados, tratan con ello de sobreponerse a la crisis,
pero la presión fiscal sobre el campesinado, que ya vive al límite de la subsistencia, hace que el
campesino se encuentre receptivo a la propagación de las ideas de los ilustrados que harán suyas
los revolucionarios.
Causas políticas
Régimen, el rey gobernaba sin contar con nadie, seguía teniendo todo el poder político y
justificando su poder a través de argumentos religiosos, evidentemente el sistema era anacrónico.
Ante este sistema anquilosado hemos de señalar que la nobleza y la Iglesia (estamentos no
productivos) se alejan de la monarquía porque ésta cuestiona su privilegio de no pagar impuestos;
el campesinado se ve sacudido por la crisis y la burguesía, aprovechando la situación aspira a
imponer un nuevo modelo de sociedad, de economía y de gobierno de acuerdo con los principios
de los ilustrados de los que ya hemos hablado.
El rey se encuentra solo y se puede decir que el Antiguo Régimen tenía sus días contados. Por si
fuera poco Luis XVI es un rey indeciso y de carácter débil.
Las ideas y el ejemplo de la Revolución Francesa se extenderán por toda Europa, lo que provocará
el fin del sistema del Antiguo Régimen a lo largo del siglo XIX en, prácticamente, todo el
continente. Esta es la importancia fundamental de este hecho y por eso su inicio significa el fin
de una era histórica.
Gran parte de las ideas en que se sustenta el sistema político, económico, social e ideológico
dominante en los países occidentales desarrollados hoy en día, son herederas de las que surgieron
durante la Revolución Francesa. Por tanto, nuestro sistema de vida actual debe mucho a este
acontecimiento histórico.
La Revolución sustituyó al Estado absolutista del Antiguo Régimen, fundado sobre la teoría del
derecho divino y que garantizaba los privilegios de nobleza y clero, por un Estado liberal y laico,
fundado sobre los principios de la soberanía nacional, de la separación de los tres poderes y de la
igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. Estos principios, junto con los derechos y
obligaciones de los ciudadanos aparecerán recogidos en textos constitucionales.
El nuevo Estado que aparece es un Estado burgués que garantiza el predominio de la burguesía.
Por tanto, la clase burguesa consigue el poder político y se convierte en la clase dirigente de los
siglos XIX y XX.
El sistema económico feudal, propio del Antiguo Régimen, es sustituido por el sistema económico
capitalista, que es el que sigue predominando en gran parte del mundo actual.
Surge el concepto de nación. Durante el Antiguo Régimen, el territorio de un Reino era patrimonio
del rey; con la Revolución Francesa, la patria será de todos los ciudadanos (soberanía nacional).
De aquí deriva el nacionalismo como ideología política que surgirá en el siglo XIX.
Surge el concepto de ciudadano. Durante el Antiguo Régimen, los habitantes de un Reino eran
súbditos del rey, es decir, individuos cargados de deberes y obligaciones. El ciudadano que
aparece con la Revolución Francesa será, por el contrario, un individuo con derechos.
Aparecen las milicias voluntarias formadas por ciudadanos en defensa de la patria, frente a los
ejércitos mercenarios al servicio de un rey propios del Antiguo Régimen. De aquí deriva la idea
de defensa nacional.
La Revolución dejará como legado la existencia de la libertad de expresión y de la libertad
religiosa, y abrirá el camino a la separación Iglesia-Estado, requisito imprescindible para el buen
funcionamiento de un régimen liberal o democrático. Esto supondrá una disminución del control
de la sociedad por la Iglesia, que pierde buena parte de sus prerrogativas.