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INTRODUCCIÓN
LEYES DEL SISTEMA TRIBUTARIO
Código Tributario
Impuesto Sobre la Renta
Impuesto al Valor Agregado
Impuesto de Solidaridad
Impuesto Único Sobre Inmuebles
Impuesto de Timbres
Impuesto Específico a la Primera Matrícula de Vehículos Automotores Terrestres
• Leyes de Incentivo Fiscal
Ley Nacional de Aduanas
Reglas de Precios de Transferencia
En el caso del IVA, al existir exenciones y tasas cero se modifican ciertas decisiones
económicas de consumo, producción e inversión de los agentes económicos. Sin
embargo, la existencia de tasas diferenciadas, distorsiona también los patrones
productivos de las empresas porque no todas las ramas pueden acreditar el IVA de
sus insumos como es el caso de las exenciones. Como la repercusión del impuesto no
es homogénea, se alteran los precios relativos y los patrones de compra venta de la
economía en su conjunto. Así, quienes pueden acreditar el IVA de sus insumos reciben
de facto un subsidio monetario de parte del Estado. Aparte de su impacto sobre los
precios relativos, la existencia de tasas diferenciadas del IVA puede alterar la
recaudación tributaria, por lo cual se cuestiona la deseabilidad que existan tales
diferencias.
En general existen dos problemas fundamentales en el diseño del IVA en los países
centroamericanos que erosionan la base del tributo, inducen distorsiones en la
economía, atentan contra la equidad y dificultan la administración: las excesivas
exenciones y el uso de la tasa cero. Los bienes y servicios más comúnmente exentos
del IVA en los países centroamericanos son los productos de la canasta básica de
consumo y el transporte, los servicios médicos y educativos, las transacciones
financieras y de seguros, la energía y combustibles, entre otros. Al igual que en el caso
del ISR, aparte de estas exoneraciones objetivas, también existen exoneraciones
subjetivas sobre diversos contribuyentes (ONG, municipalidades, instituciones sin
fines de lucro, etc.) y sobre el sector agrícola y empresas establecidas en Zonas
Francas. Estas distorsiones se agravan por la aplicación de la tasa cero a bienes
destinados al mercado interno. Si bien esta práctica es adecuada en el caso de
exportaciones, a fin de no restarles competitividad a los productores locales, en el caso
de bienes destinados al consumo interno, no sólo se erosiona la base del tributo sino
que también se abre una importante vía de evasión (e incluso corrupción).
En Guatemala, el decreto 117-97 derogó todas las exenciones y exoneraciones,
concedidas por cualesquiera leyes de la República, excepto las establecidas en la
Constitución y en el decreto 27-92 y sus reformas. Sin embargo, la recaudación en los
años posteriores al de la sanción del decreto 117-97, no mostró que éste haya tenido
efectos significativos sobre la recaudación del IVA. Las exenciones más significativas
que no fueron afectadas por este decreto son las contenidas en los artículos 7 y 8 de
la Ley del IVA. Estos artículos establecen exenciones en función de quienes
intervienen en las transacciones (cooperativas, centros educativos públicos y privados
y universidades, el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, diplomáticos y
organismos internacionales) y otras en función de los bienes objeto de las
transacciones (exportaciones, vivienda popular, servicios financieros, ventas por
menos de Q.100 en mercados cantonales).
El artículo 21 del Convenio, apartado “A” establece que los Estados únicamente
otorgarán exenciones en los siguientes casos:
• Del menaje de casa para las personas domiciliadas que hayan estado
ausentes del país los 24 meses anteriores a su regreso definitivo
El Impuesto Sobre Productos Financieros, creado por medio del Decreto 26-95 del
Congreso de la República de Guatemala, es un impuesto específico que grava los
ingresos por intereses de cualquier naturaleza, así como los que provengan de títulos
valores, tanto públicos o privados, que se paguen o que se acrediten en cuenta a
personas individuales o jurídicas domiciliadas en Guatemala, y que no se encuentran
sujetas a la fiscalización de la Superintendencia de Bancos.