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LAS COMPETENCIAS Y SU CONTEXTO EN EL AULA

En la actualidad el concepto de competencia está adquiriendo una mayor


importancia en todo ámbito. Un perfil profesional específico requerirá de competencias
específicas. Pero ¿qué entendemos por competencia? y ¿qué tipos de competencias
existen?.

Según el Diccionario RAE, se define competencia como: “Pericia, aptitud, idoneidad para
hacer algo o intervenir en un asunto determinado”.

En cuanto a las competencias podemos decir que son las actitudes, conocimientos y
destrezas necesarias para cumplir con éxito las actividades que componen una función
específica, según estándares definidos.

Para lograr un desempeño competente, se requiere de un equilibrio entre conocimientos


técnicos específicos y otros conocimientos más generales. Actualmente existe consenso
entre autores en diferenciar tres tipos fundamentales de competencias:

 Competencias Básicas: Son aquellas asociadas a conocimientos fundamentales y


que, generalmente, se adquieren en la formación general y que permiten el
ingreso al trabajo.

 Competencias Genéricas: Se relacionan con los comportamientos y actitudes


laborales propios de diferentes ámbitos de producción.

 Competencias Específicas: Se relacionan con los aspectos técnicos directamente


vinculados con la ocupación y que no son tan fácilmente transferibles a otros
contextos laborales
Tres grandes ámbitos a considerar en el logro de competencias también está dada dado
por: Competencias valóricas, competencias sociales y cognitivas.

Lo que la sociedad le plantea al sistema educacional implica lograr competencias y


objetivos de aprendizaje mucho más ambiciosos que los actuales y entre los cuales
podemos destacar por ejemplo, en cuanto a competencias valóricas la responsabilidad,
tolerancia, competitividad, compromiso, solidad entre otros. En relación a las
competencias sociales destaca la comunicación, adaptación al cambio, auto-control y muy
importante es el tomar decisiones en ambientes de incertidumbre. Finalmente en las
competencias cognitivas, se persigue lograr que se llegue a pensar creativamente,
aprender a aprender, pensar con visión sistémica, además investigar, sintetizar, averiguar,
interpretar, aplicar nuevas tecnologías y aplicar conocimientos.

Un cuestionamiento que surge es: ¿tiene el fomento y desarrollo de competencias a nivel


educacional ventajas para la formación integral del estudiante?.

Aplicado a la enseñanza, se puede establecer que una vez identificadas las competencias
que queremos desarrollar en los alumnos (básicas, genéricas y/o específicas) que están a
la base del diseño de un módulo de formación, procede realizar un proceso de traducción
formativa que permita estructurar cada módulo de enseñanza - aprendizaje, considerando
la respuesta a las siguientes interrogantes: ¿qué conocimientos tienen las alumnas y
alumnos y qué conocimientos requieren ser capaces de desarrollar?, también ¿qué
habilidades dominan los alumnos de tal nivel y qué habilidades deben ser capaces de
desarrollar?

Las competencias aportan considerablemente a que los contenidos sean funcionales y


significativos para los estudiantes, en este sentido, se puede dar un cúmulo de respuestas
a las interrogantes y cuestionamiento de los estudiantes, para ello, el docente debe
conocer a sus estudiantes, sus gustos, sus intereses, sus problemas, sus cualidades, etc.
En la medida que los estudiantes encuentran respuestas a diversas problemáticas, y
observan la utilidad de estas competencias, se fomenta en ellos una actitud abierta y
favorable ante el proceso educativo.
En el caso de las competencias requeridas para la educación técnica y/o superior, es
indudable que en las últimas décadas ha ocurrido un cambio de mirada en el contexto de
la educación superior. Lo que hoy en Chile se está llevando a cabo con más fuerza, es ir
de una educación teórica, a una formación que incorpore más horas de entrenamiento
práctico y al desarrollo de competencias transversales a las distintas carreras.

Si bien es cierto este modelo de competencias nos muestra ventajas en diversos


aspectos, también es cierto que una de las principales desventajas que presenta y que
también es reconocida por diversos estudios relacionados con el tema, se encuentra en la
dificultad de la evaluación por competencias; la literatura existente nos muestra que una
parte importante de los docentes en la actualidad no ven operativo el evaluar por
competencias.

Coinciden ellos, en una extrema burocratización de las rúbricas, o sea, la falta de


estandarización de criterios, a eso se le suma la falta de relación unívoca entre lo
cuantitativo y lo cualitativo y el hecho de que se sigue utilizando pruebas tradicionales,
basadas en contenidos, son argumentos que se repiten. Un docente que para evaluar
tenga que tener una multiplicidad de variables a medir, sencillamente lo rehuirá: no puede
en un trabajo de aula con treinta, treinta y cinco o incluso cuarenta alumnos, donde es
imposible aplicar esos sistemas de evaluación.

El cambio de paradigma de la enseñanza en el siglo XXI, es una educación basada en


competencias, y que en su base proponga herramientas y soluciones para los maestros
en el contexto de un aprendizaje activo, interdisciplinario e integral, que forme para la
convivencia, en la diversidad y en un mundo globalizado y en constante cambio, es lo que
hoy forma parte de un nuevo modelo educativo.

Para dar respuesta a las necesidades de este nuevo contexto, como la construcción de
mecanismos para comparar, relacionar, seleccionar, evaluar y escoger información
adecuada; enfrentar nuevos lenguajes científicos y tecnológicos entre otros; los docentes
hoy deberán preparase de una mejor forma para desarrollar en sus alumnos habilidades
meta-cognitivas y autonomía del pensamiento. Desarrollar también en ellos la capacidad
para resolver problemas planteados desde la interdisciplinariedad de lo real. Propiciar el
uso funcional y creativo de diferentes lenguajes (personales y tecnológicos).
La gran diferencia del enfoque por competencias, con respecto a lo tradicional, es que la
competencia no proviene solamente de la aprobación de un currículo basado en objetivos
cognitivos, sino de la aplicación de conocimientos en circunstancias prácticas.

Chile transita por un complejo momento en la evolución de la calidad educacional. Al


presente se constatan positivos logros en la creación de condiciones necesarias pero no
suficientes para el mejoramiento de los aprendizajes, (notorios progresos en materia de
insumos materiales y técnicos), con la constatación de lentos avances generales en los
resultados, estancamientos en determinadas áreas y también progresos en otros.

La gestión de aprendizajes basados en las competencias, es un factor preponderante en


el ámbito de la educación hoy en día. Este modelo ya está en marcha, su desarrollo y
evolución se sucede día a día.

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