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Introducción
La evolución de la protección judicial de los derechos fundamentales en el orden
jurisdiccional laboral es, ciertamente, "original" en comparación con lo acontecido en
los estudiados órdenes civil, penal y administrativo. En el ámbito laboral no existió
desarrollo del tantas veces citado art. 53.2 CE hasta prácticamente la Ley de
Procedimiento Laboral de 1990, luego derogada por la vigente LPL de 1995.
Para resolver estos supuestos fronterizos será necesario acudir, en primer lugar, a las
normas de determinación de la jurisdicción previstas, de un lado, en la LOPJ (art. 9) y,
de otro, en las Leyes procesales administrativa y laboral; y, en segundo, a la abundante
jurisprudencia existente sobre esta materia dictada por las Salas 3ª y 4ª del TS.
Regulación legal
La LPL regula el proceso de amparo laboral en los arts. 175 a 182, dentro del Capítulo
XI "De la tutela de los derechos de libertad sindical", del Título II "De las modalidades
especiales", del Libro II; para lo no previsto en el Título II, regirán con carácter
supletorio "las disposiciones establecidas para el proceso ordinario"; del mismo modo,
en defecto de regulación específica rigen las normas comunes de la LEC.
Finalmente, el art. 182 prevé que "no obstante lo dispuesto en los artículos anteriores,
las demandas por despido y por las demás causas de extinción del contrato de trabajo,
las de disfrute de vacaciones, las de materia electoral, las de impugnación de Estatutos
de los Sindicatos o de su modificación y las de impugnación de convenios colectivos en
que se invoque lesión de la libertad sindical u otro derecho fundamental se tramitarán
inexcusablemente, con arreglo a la modalidad procesal correspondiente". Por
consiguiente, al tenor de la citada norma, las demandas a que se refiere habrán de
tramitarse por los siguientes procesos especiales, todos ellos contenidos en el Título II
del Libro II LPL, toda vez que, sólo a través de ellos se tutelan los derechos
fundamentales.
Como puede observarse, la amplitud de las materias a las que alude el art. 182 es tal que
implica, de hecho, reducir el amparo laboral del Capítulo XI a lo fielmente recogido en
su rúbrica, es decir, a la tutela del derecho fundamental a la libertad sindical. Los demás
derechos fundamentales habrán de tramitarse a través de sus respectivos procesos
especiales. Ello provoca no pocos problemas a la hora de determinar las normas
aplicables al específico proceso en el que se invoca la lesión del derecho fundamental.
El titular del interés legítimo respecto del derecho fundamental conculcado puede
iniciar directamente el amparo laboral para beneficiarse de la preferencia y de la mayor
rapidez en comparación con el proceso ordinario. Sin embargo, los inconvenientes que
se le presentan, al escoger esta modalidad procesal, son los comunes a todos los
amparos, es decir, la necesidad de que el actor "encorsete" su demanda sólo invocando
derechos fundamentales, pues, de lo contrario, su petición será rechazada mediante una
resolución interlocutoria que aprecie la inadecuación del procedimiento (art. 177.4 LPL)
o mediante resolución de fondo desestimatoria por inexistencia de la pretendida lesión.
Así, también los procesos especiales del art. 182 basados en posibles vulneraciones de
derechos fundamentales han de gozar de preferencia en su tramitación, ha de intervenir
el MF como parte imparcial, también será posible la presencia sindical en calidad de
coadyuvante del trabajador activamente legitimado como parte demandante principal, y
las demás especialidades relativas a la medida cautelar de la suspensión del acto
impugnado, el agravamiento de la carga de la prueba del empresario demandado, los
específicos efectos de las Sentencias estimatorias y la viabilidad del recurso de
suplicación por razón de la materia de amparo.
Del mismo modo, el demandante de amparo puede optar por acudir al proceso común,
en lugar del amparo, para acumular en su pretensión tanto las pretensiones basadas,
tanto en normas reguladoras de los derechos fundamentales, como en cuestiones de
legalidad laboral ordinaria. Además, si bien es cierto que el proceso ordinario no es
preferente y no es de tramitación tan acelerada, también lo es que, ello no obstante, se
trata de un procedimiento rápido inspirado en los principios de oralidad, inmediación y
concentración. Todas estas razones aconsejan acudir a este tipo de proceso para no
sufrir la antes mencionada limitación del objeto procesal.
En conclusión, puede afirmarse que al actor no le resultaría útil acudir a ambos procesos
al mismo tiempo, tanto por el coste que le representa iniciar dos procesos en lugar de
uno solo, como por la facultad del tribunal de acumular de oficio ambos procesos o la
posibilidad del demandado de oponer la excepción de litispendencia en el acto del juicio
oral. Sin embargo, desde un punto de vista teórico, la cuestión es discutible. Por un
lado, la propia LPL no prohíbe esta posibilidad y, así, podríamos citar, tanto el art.
175.1 (el actor "podrá" acudir al amparo laboral), como el art. 182, en una interpretación
a contrario. En cuanto al problema de la litispendencia, ésta no se produciría si el actor,
que insta simultáneamente ambos procesos, se ciñera en el amparo a invocar derechos
fundamentales y, en el proceso ordinario, a fundamentar su pretensión en cuestiones
distintas de aquéllas basadas en normas de mera legalidad ordinaria laboral. Finalmente,
en relación con la inseguridad jurídica que provocaría el riesgo de resoluciones
contradictorias, entendemos que no existe tal riesgo, pues la causa petendi es distinta en
ambos procesos; y tampoco existiría cosa juzgada por diferir las pretensiones
esgrimidas en los dos procesos.
Art. 182 LPL "No obstante lo dispuesto en los artículos anteriores, las demandas por
despido y por las demás causas de extinción del contrato de trabajo, las de disfrute de
vacaciones, las de materia electoral, las de impugnación de estatutos de los sindicatos o
de su modificación y las de impugnación de convenios colectivos en que se invoque
lesión de la libertad sindical u otro derecho fundamental se tramitarán
inexcusablemente, con arreglo a la modalidad procesal correspondiente".
Conclusión
En el ámbito del proceso laboral de amparo es posible sostener las tres posibilidades, es
decir, la utilización alternativa y sucesiva (con el visto bueno de la Sala 4ª del TS) y, por
las mismas razones que admiten esta última vía, también con carácter simultáneo del
proceso de amparo y el ordinario. Sin embargo, a efectos prácticos y lógicos, el
problema del procedimiento aplicable debería decantarse por la utilización con carácter
alternativo de uno u otro proceso. En este sentido se pronuncia un sector de la
jurisprudencia que nos parece el más correcto.
Objeto
La LPL regula el objeto del proceso de amparo laboral: el art. 176 "Derecho a la libertad
sindical", el art. 181 "Demanda de tutela de otros derechos fundamentales" y el art.
180.1 al referirse al contenido de la Sentencia estimatoria de la demanda de amparo.
Como quiera que la pretensión de amparo laboral coincide con la del amparo civil, a su
estudio nos remitimos (ver lección 1ª, epígrafe II.2). En este momento nos limitaremos a
destacar las especialidades recogidas en la Ley procesal laboral.
Llama la atención la contradicción existente entre los arts. 176 y 181, ya que el primero
limita la individualización jurídica de la pretensión de amparo al derecho fundamental a
la libertad sindical, mientras que el segundo la extiende a todos los demás derechos
fundamentales.
El citado art. 176 (en relación con el 181) insiste en la necesidad de que toda pretensión
de amparo se limite, tanto desde el punto de vista fáctico, como jurídico, a solicitar la
preservación o el restablecimiento de los derechos fundamentales, "sin posibilidad de
acumulación de acciones de otra naturaleza o con idéntica pretensión basada en
fundamentos diversos a la tutela de la citada libertad".
La sanción, para el caso de que el actor incumpla esta carga procesal, será o la
inadmisión de la demanda o su desestimación mediante Sentencia.
Legitimación
Activa
A tenor del art. 175.1 LPL "Cualquier trabajador o sindicato que, invocando un derecho
o interés legítimo considere lesionados los derechos de libertad sindical podrá recabar
su tutela a través de este proceso cuando la pretensión sea de las atribuidas al orden
jurisdiccional social".
Personas físicas
Partes principales los trabajadores (art. 175 LPL), pero también cualquier otra persona
que, sin ostentar dicha condición, alegue ser titular del derecho fundamental que invoca
como violado, dentro del ámbito del derecho laboral.
El DP, pese al silencio de la LPL, está legitimado para interponer demandas de amparo
ante el orden jurisdiccional laboral (art. 126.1.b CE), como así lo ha hecho en varias
ocasiones, sobre todo durante los años ochenta y principios de los noventa.
Pasiva
Según el art. 180.1 LPL, la Sentencia estimatoria de la demanda de amparo declarará la
nulidad radical de la conducta del "empleador, asociación patronal, Administración
Pública o cualquier otra persona, Entidad o corporación pública o privada".
Consiguientemente, está legitimado pasivamente la persona causante de la lesión del
derecho fundamental, que puede ser una persona física o jurídica, privada o pública, o
ente sin personalidad jurídica, es decir, un empresario, una Administración Pública
(como, v.gr., una Universidad o Ente Pública RTVE o, incluso, un Sindicato o el
Comité de Empresa).
La STS "la legitimación deriva de la especial situación de la parte litigante con respecto
a la relación jurídico material llevada al proceso. Se ostenta la pasiva cuando quien ha
sido demandado es pasivamente titular de dicha relación o, dicho de otro modo, cuando
en función de la posición que ocupa en una determinada situación jurídica, cabe exigirle
el contenido de la pretensión interpuesta, en tanto que titular del deber cuyo
cumplimiento con aquélla se pide".
Competencia
La competencia objetiva y territorial la tiene, con carácter general, el Juzgado de lo
Social en cuya circunscripción, provincial se haya producido la lesión del derecho
fundamental; cuando dicha lesión excede el ámbito provincial, pero no supera el de la
Comunidad Autónoma en donde se ha producido, conocerá en primera y única instancia
la Sala de lo Social de ese TSJ; por último, cuando la lesión supera los límites
territoriales de la Comunidad Autónoma conocerá, también en instancia única, la Sala
de lo Social de la AN (art. 8 LPL).
La competencia funcional la tienen las Salas de lo Social de los TSJ para conocer del
recurso de "suplicación" (un recurso devolutivo y extraordinario) respecto de las
Sentencias dictadas por los Juzgados de lo Social de su circunscripción y la Sala Cuarta
del TS para conocer del recurso de casación contra las Sentencias dictadas en única
instancia por los TSJ y la AN (LPL).
Procedimiento
Iniciación: la demanda de amparo
La LPL no regula un plazo común para el ejercicio de la acción de amparo, sino que se
remite en su art. 177.2 a los plazos comunes de prescripción o de caducidad de la acción
previstos para la conducta o acto sobre los que se concreta la lesión del derecho
fundamental. Excepcionalmente, por la trascendencia del objeto litigioso, el mes de
agosto se considera hábil para el cómputo de los días para el ejercicio de la acción (art.
43.4 LPL).
El actor debe expresar "con claridad" los hechos constitutivos de la vulneración del
derecho o derechos fundamentales que alega. En todo lo demás, rige lo previsto en el
proceso común respecto del contenido de la demanda (art. 80 LPL).
Lo que no aclara dicho precepto es, si esta excepcional medida cautelar sólo puede
solicitarse respecto del derecho fundamental a la libertad sindical del art. 28 CE o, por
el contrario, si es extrapolable a las demás vulneraciones de los derechos fundamentales,
vía el art. 181 LPL. La jurisprudencia menor extiende la tutela de "todos" los derechos
fundamentales.
Con independencia de esta medida cautelar, el actor podría también solicitar cualquier
otra (así, el embargo preventivo previsto en el art. 79 LPL). También serían de
aplicación con carácter supletorio las normas previstas en la Ley procesal civil en
materia de medidas cautelares (arts. 721 y ss.)
Fase de admisión
El art. 177.4 LPL ha creado una fase dedicada al control de la admisibilidad de las
demandas deducidas para la tutela de los derechos fundamentales. Este filtro es, sin
embargo, más estricto que el administrativo, pues el Juez o la Sala resuelve en el acto
(sin citación a las partes a una vista para el debate contradictorio de tan crucial
decisión).
Contra el auto de archivo cabe interponer recurso de reposición si ha sido dictado por un
Juzgado o de súplica si lo ha sido por un Tribunal (arts. 184 y ss. LPL).
La inadmisión de la demanda procede sólo cuando el juzgador tiene la certeza de que no
existe vulneración de derecho fundamental alguno, por tratarse de un problema de
legalidad ordinaria, o cuando el actor ha obrado en fraude de Ley o de mala fe. Pero
salvo en esos casos, no cabe tal declaración cuando se ejercita formalmente una acción
de tutela de un derecho fundamental, siendo obligado entrar a resolver sobre la lesión
denunciada, sin que tal resolución de admisión prejuzgue el futuro contenido de la
Sentencia.
Una vez admitida la demanda y, en su caso, resueltas las peticiones relativas a las
medidas cautelares, el juzgador convoca a todas las partes (demandante, demandado y al
MF) a una Vista. De conformidad con el principio de "sumariedad" (o aceleración del
procedimiento de amparo), el art. 179.1 reduce los plazos para la celebración de dicha
audiencia, que habrá de celebrarse en el plazo "improrrogable" de los 5 días siguientes
al de la admisión de la demanda.
Una vez concretados los hechos discutidos (el objeto o tema de la prueba) y el derecho
aplicable, el actor tiene la carga procesal de probar la existencia de "indicios" de la
vulneración del derecho fundamental, pues, de lo contrario el tribunal desestimará su
demanda. Si el juzgador estima la concurrencia de tales indicios, el demandado tiene la
carga de probar la "justificación objetiva y razonable" de las medidas adoptadas y de su
proporcionalidad.
Una vez superada la carga probatoria del actor, recae sobre el demandado la carga de
acreditar que su actuación "tiene causas reales absolutamente extrañas a la pretendida
vulneración de derechos fundamentales, así como que aquéllas tuvieron entidad
suficiente como para adoptar la decisión, único medio de destruir la apariencia lesiva
creada por los indicios". En el supuesto de que el demandado no cumpla con la citada
carga o que dicho cumplimiento sea insuficiente como para desvirtuar los indicios
acreditados por el actor, el tribunal dictará Sentencia estimatoria de la vulneración por
éste alegada.
Tras la finalización del juicio oral, el Juzgador dictará Sentencia en el plazo de 3 días.
El contenido de la Sentencia habrá de ser congruente con la pretensión de amparo y con
la resistencia opuesta por el demandado y, de conformidad con lo dispuesto en el art.
180.1 LPL, "declarará o no la existencia de la vulneración denunciada".
Contra las Sentencias dictadas por los Juzgados de lo social sólo cabe interponer recurso
de suplicación ante las Salas de lo Social de los TSJ. La Sala 4ª del TS conocerá del
recurso de casación contra las Sentencias dictadas en única instancia por los TSJ y la
AN.
En materia de costas, rige el principio de la temeridad o mala fe (art. 97.3 LPL), con dos
particularidades: el importe máximo de la condena no podrá exceder los 600 euros en la
instancia y, si el condenado en amparo fuera el empresario, deberá abonar, en su caso,
también los honorarios de los abogados.