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2018-3-28 15

Sobre la novela policial .

La novela policial ha nacido al mar gen de la literatura sobre las “cau sas célebres”. A
ésta se liga, por otro lado, la novela del tipo de El Conde de Montecristo; ¿no se trata
también aquí de “causas célebres” noveladas, coloreadas con la ideología popular en
torno a la administración de la justicia, especialmente si se entrelaza con ella la pasión
política? ¿Rodin en El Judío errante no es un tipo de or ganizador de “i ntrigas malvadas”
que no se detiene ante cualquier delito o asesinato y por el contrario, el príncipe Rodolfo
no es el “amigo del pueblo” que descubre las intrigas y los delitos? El pasaje de este tipo
de novela a las novelas de pura aventura está señalado por un proceso de
esquematización de la intriga pura, depurada de todo elemento de ideología democrática
y pequeño-burguesa. Ya no más la lucha entre el pueblo bueno, sim ple y generoso y las
fuerzas oscuras de la tiranía (jesuitas, policía secreta ligada a la razón de Estado o a la
ambición de cada uno de los príncipes, etc.), sino únicamente la lucha entre la
delincuencia profesional o especializada y las fuerzas del orden legal, privadas o
públicas, sobre la base de la ley escrita.

La biblioteca de las “causas célebres” en la afamada colección francesa, ha tenido su


equivalente en los otros países: fue traducida al italiano, al menos en parte, en los casos
de procesos de fama europea, como el de Fualdès [1817, fiscal imperial degollado], por el
asesinato del correo de L yon [1796, se ejecutó a inocente], etc.

La actividad “judicial” ha interesado siempre y continúa interesando. La actitud del


sentimiento público hacia el aparato de la justicia (siempre desacreditado y de allí, por
consiguiente, el éxito del policía privado o diletante) y hacia el delincuente ha cambiado
frecuentemente, o al menos ha adquirido diferentes matices. El gran delincuente ha sido
representado con frecuencia como superior al aparato judicial, directamente como el
representante de la “verdadera” justicia: influencia del Romanticismo, Los Bandidos de
Schiller; los cuentos de Hof fman, Ana Radcliffe, el Vautrin de Balzac.

El tipo de Javert de Los Miserables es interesante desde el punto de vista de la


psicología popular: Javert es injusto desde el punto de vista de la “verdadera justicia”,
pero Hugo lo representa de manera simpática, como “hombre de carácter”, vasallo del
deber “abstracto”, etc. De Javert nace quizá una tradición según la cual el policía también
puede ser “respetable”.

Rocambole de Ponson du T errail. Gaboriau continúa la rehabilitación del policía con el


“señor Lecocq”, que abre el camino a Sherlock Holmes. No es verdad que en la novela
“judicial” los ingleses representan la “defensa de la ley”, mientras los franceses
representan la exaltación del delincuente. Se trata de un pasaje “cultural” debido a que
esta literatura se difunde también en ciertos estratos cultos. Recordar que Sue, muy leído
por los democráticos de las clases medias, ha escogido todo un sistema de represión de la
delincuencia profesional.

En esta literatura policial han existido siempre dos corrientes: una mecánica, de intriga,
la otra artística. Chesterton es hoy el mayor representante del aspecto “artístico”, como lo
fue en su tiempo Poe. Balzac con V autrin, se ocupa del delincuente pero no es,
“técnicamente”, un escritor de novelas policiales.
http://www.gramsci.org.ar/TOMO5/94_novela_policial.htm 1/2
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www.gramsci.org.ar

http://www.gramsci.org.ar/TOMO5/94_novela_policial.htm 2/2

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