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Como subraya el teólogo Von Balthasar, el seguimiento “únicamente puede realizarse en un acto de
incondicional entrega de quien es llamado con plena sumisión de su persona”, pues ante la llamada de
Jesús que exige una entrega tan incondicional, sorprende que no se le ofrezca al discípulo, explicación o
motivación alguna. Solo son sus palabras claras y contundentes, “Sígueme”, “ven detrás de mí”. No
existe más contenido para el discípulo, Jesús es el único contenido, suficiente para decidirse ir tras de
Él (Bonhoeffer). Lo que implica, diría, Schillebeeckx “quemar las naves para ponerse a su servicio”.
Esta radicalidad que exige la implantación del reino, ahora por medio de los discípulos de Jesús, es el
fundamento de la causa de Dios, proyecto de fraternidad y liberación de las víctimas de la historia.
De este modo la identificación existente entre seguimiento y discipulado empieza a hacerse presente,
de forma cada vez más generalizada, en la teología actual. Donde la verdadera fe se verifica en forma
real, en la praxis real del seguimiento de Jesús. Basándose en esa identidad los teólogos son rotundos:
“ser cristiano significa seguir a Jesucristo” (L. Boff); “los evangelios presentan la fe como llamamiento a
seguir a Jesús” (J. Moltmann); “es creyente el que sigue a Jesús y no lo es el que no le sigue” (J. Mª.
Castillo).
Vincular pues, el seguimiento a una élite aristocrática de “selectos”, desde el punto de vista social,
cultural o incluso moral, no parece ser coherente con la verdadera intención de Jesús, ni tiene nada
que ver con la radicalidad de su llamada a seguirle.
El seguimiento hace referencia al Jesús histórico y al Espíritu derramado con su exaltación
(dimensiones “cristológica” y “pneumatológica” del seguimiento). En Jesús se nos ha dado lo que
podríamos llamar “la estructura fundamental y vinculante” del seguimiento.
En este sentido, la misión que se asume después del encuentro con Cristo Resucitado, continua vigente
y quiere ser el tema que anime este año la experiencia de Pascua Juvenil en nuestro país, siguiendo la
orientación de la Pastoral Juvenil de México, que con la reciente visita del Papa Francisco ha dado el
banderazo de salida para ponernos a todos en marcha con la Misión Joven.
Como hemos mencionado anteriormente, queremos hacer eco al mensaje tan rico que el Papa
Francisco ofreció a los jóvenes en Morelia, queremos vivir la Misión RED, como una expresión de hacer
realidad y manifestar con hechos concretos, que:
Los jóvenes somos la RIQUEZA de nuestro país y de la Iglesia, transformando nuestras vidas desde el
interior, podemos transformar esa riqueza en ESPERANZA, la cual estamos llamados y enviados a
comunicar como signo de fraternidad, en el encuentro con el hermano necesitado, caído, marginado,
en peligro de todo tipo, nos hacemos cercanos respetándolo le ayudamos a recuperar su DIGNIDAD
Misión RED
Porque tiene el color del corazón misericordioso de Jesús
Porque es en colaboración y corresponsabilidad de todos como lo lograremos. Todos la construimos
Porque debe ser comunicado el mensaje de salvación por todos los medios y redes sociales
Porque es el medio por el cual nos convertimos en pescadores de hombres
Porque salimos a las calles, dejamos todo atrás, y nos lanzamos a anunciar la Buena Nueva de salvación
Porque me invita a vivir mi ser discípulo misionero “ad gentes”, es decir, ofreciendo un tiempo de
servicio en tierra de misión, o para toda la vida.
Juntos unidos con el ¡CRISTO VIVE! Vivamos la misión para despertar y alimentar la esperanza en
nuestras diócesis, movimientos, familias, en nuestras calles, es decir a todos los rincones de nuestra
patria, porque somos “Misión Joven”.
La invitación en esta Pre Pascua, es muy concreta, que siguiendo la invitación que el Papa ha hecho
constantemente, de ser una “Iglesia en salida”, queremos invitarte a ser un “joven misionero en
salida”, es decir que puedas hacer una experiencia de misión, o de voluntariado, ofreciendo un tiempo
de tu vida al servicio de los demás, especialmente a los más necesitados, pobres, marginados y
excluidos.
De este modo el vivir la misión permanente, se hará realidad, no como un imaginario, sino
como una experiencia real de conversión personal y social, dando lugar, a la Civilización
del Amor.
Lema Pascua juvenil 2017
Con este lema, deseamos animar a los jóvenes de nuestra patria, especialmente, a experimentar ese
llamado de parte de Dios, que habla a sus corazones con fuerza e insistencia, a salir de sí mismos, a salir de
sus seguridades, de sus áreas de confort, de sus estructuras rígidas que sofocan la fe, a salir de sus casas,
etc., e ir al lado de los hermanos que sufren a causa de la pobreza, marginación, exclusión, debido a la
injusticia y violencia generalizada en nuestro México. De tal manera, que sea la juventud quien a través de
su vivencia de encuentro con Cristo Vivo, transformen su riqueza en signos de esperanza, especialmente
para aquellos jóvenes alejados, desorientados y atrapados en el consumismos y drogas.