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SUPERVISOR
Específicamente el Supervisor:
Hay pocos trabajos que incluyen tantas responsabilidades. No es fácil dar una
lista de más de un centenar de responsabilidades y deberes específicos. No
obstante, las principales responsabilidades del supervisor apuntan hacia cinco
direcciones y lo obligan a desempeñar eficientemente cinco papeles distintos:
¿Qué ayuda se puede esperar que den otros para aprender a ser mejores
supervisores?
Ser optimistas.
Habilidades para las relaciones humanas: Son las que adquieren al cultivar
relaciones eficaces con otras personas. Es evidente que las habilidades para
las relaciones humanas desempeñan una función vital para facilitar el trabajo
en equipo y son en especial valiosas para supervisar empleados con diferentes
antecedentes culturales. De hecho, si a usted no le gusta interactuar con las
personas, no se convierta en supervisor.
Las relaciones humanas constituyen algo que se produce entre personas: entre
un hombre y su jefe, un trabajador y otro, un especialista del personal y un
supervisor de línea, o un gerente y su supervisor. Se llevan a cabo entre un
individuo y sus compañeros de trabajo, entre una persona y un grupo. Las
interacciones humanas se producen entre un ejecutivo y su departamento,
entre un gerente sus asociados. O bien, a la inversa, entre un trabajador y la
administración en general. Se produce también entre dos o más grupos.
Pueden tener lugar entre el departamento de ventas y la oficina de
contabilidad, entre el departamento de producción y el de mantenimiento o
entre dos facciones de un mismo grupo. Como se puede ver con facilidad,
desde un punto de vista puramente estadístico, el lado individual de las
relaciones humanas ofrece docenas de posibilidades de situaciones a las que
se debe enfrentar cualquier líder promedio.
Es natural que un supervisor piense que permitir a los miembros del grupo
intervenir en la toma de decisiones puede resultar perjudicial para su autoridad;
pero no tiene que ser así. Ante todo, anuncie con claridad que conservará el
derecho de veto sobre cualquier decisión del grupo (pero no lo ejerza a menos
que sea absolutamente necesario). En segundo lugar, establezca reglas claras
y anticipadas para su participación y exprese en forma clara esas limitaciones.
Finalmente, proporcione a los miembros del grupo suficiente información para
que puedan apreciar la situación al igual que usted mismo. Las personas se
rebelan contra la autoridad cuando no tienen conocimiento suficiente de los
hechos.
Al afrontar grupos de trabajo, los supervisores deben tratar de hacer que su
papel sea similar al del entrenador de un equipo deportivo. Por ejemplo, ayude
a los empleados a entender las razones por las cuales la reducción de costos
es necesaria para evitar una situación en la que sea preciso despedir
trabajadores. Reciba sus sugerencias con beneplácito. Trate de encontrar
modos de aplicar incluso las ideas insignificantes. Y presente al grupo
información frecuente acerca de las realizaciones. Haga hincapié en que los
buenos logros constituyen el resultado de los esfuerzos unidos del grupo y que
no se deben a sus propias ideas brillantes.
(Por supuesto, es evidente que ciertas decisiones, como las relativas a las
normas de trabajo o las especificaciones de calidad, pueden estar fuera del
control del grupo o de los mismos supervisores. Por consiguiente, es preciso
explicar claramente, desde el principio, cuáles son las condiciones de trabajo
de las que no se puede ocupar el grupo en absoluto.)
Los supervisores que tienen mayor éxito para obtener la cooperación de sus
empleados son los que más han progresado al tratar de descubrir las razones
por las que los trabajadores piensan y actúan como lo hacen. Sin embargo,
será un error pensar que esa comprensión se puede obtener con facilidad. No
es así. Sin embargo, si se tienen grandes deseos de adquirirla, se puede lograr.
Poco a poco, con sólo escuchar y demostrar interés sincero por un empleado,
se pondrán de manifiesto las razones de sus actitudes. No habrá necesidad de
tratar de darle consejos o mostrarse demasiado lleno de simpatía por él en sus
asuntos. De hecho, eso podrá resultar peligroso. Para la mayor parte de las
personas el oído dispuesto a escuchar es suficiente.
En el caso de la mayoría de las personas, es un error utilizar el método directo:
el preguntarles por qué son sus actitudes como son. Por ende, lo mejor es
tomar un rodeo para descubrir las actitudes ocultas de un empleado y la razón
de que las tenga.
Sinergia: Los empleados que trabajan juntos pueden hacer más de lo que
lograrían trabajando por separado, es decir un conjunto de acciones
simultáneas por distintas personas que tienen un efecto total que es más que la
suma de sus partes.