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VIVIENDA SOCIAL EN MÉXICO Y SU FRAUDE

INMOBILIARIO.

“La vivienda social nace de un interés de las empresas constructoras por meterse en un campo
donde antes no hacían negocio. Lo que hacen es bajar los estándares, pero siguen con sus
mismos preconceptos de clase media. Está enfocado desde la oferta, no desde la necesidad”
-Joan Macdonald

“Lo que pasa es que el Gobierno parte de un error enorme, y es pensar que la gente pobre lo
único que necesita es un lugar para dormir” (Viviescas, 2014)
Es cierto que hoy en día la vivienda social es uno de los problemas con una importancia cada
vez mayor. El contante crecimiento de las grandes urbes, sin algún orden urbanista, trae
consigo problemas como es el abandono de casas. Tan solo en 2015 el Infonavit tenía
registradas 200 mil viviendas abandonadas.
¿Pero es este el principal problema al cual se enfrentan los complejos habitacionales? ¿Es
este el principal problema que obliga a los propietarios a querer abandonar su propiedad? Sin
duda este es un problema que esconde un problema peor.
En el siguiente ensayo, considero importante enmarcar e investigar a fondo los principales
problemas que ha traído consigo la vivienda social, los fraudes y el desmesurado negocio de
venta de casas en donde el precio de venta supera los estándares de calidad creando un
préstamo hipotecario que siempre aumenta, aun cuando estos hacen sus pagos a tiempo.

Para empezar, recordemos que dieciséis años atrás, México se embarcó en una
campaña monumental para elevar el nivel de vida de sus masas trabajadoras, convirtiéndose
esto en un momento clave para México.
De acuerdo con un artículo publicado por The Los Angeles Times, en donde se
presentó un reportaje de investigación sobre el boom de la vivienda social en México de 2001
a 2012, sus fallos y la crisis social que se generaron con el mismo, nos permite analizar el
gran fracaso de la política de vivienda del gobierno federal.
Entre los principales problemas que plantea el artículo se encuentra, la perdida de
vivienda. Lo más grave en la crisis económica es que miles de personas que recibieron
créditos hipotecarios, perdieron por completo sus viviendas y su patrimonio, no sin antes
haber dado enormes cantidades de dinero a los prestamistas, quienes recuperaban las
viviendas y la revendían.
Estos créditos eran malintencionadamente dados a personas pobres, personas que no
calificaban para préstamos del Infonavit. Esto dio consigo los problemas ya mencionados,
ocasionando que muchos de ellos terminaron viviendo con amigos o familiares, o emigraron
fuera de México e incluso quedando en la calle. Esto es una gran tragedia de la que nadie
habla. Incluso, quienes la han denunciado han sido acosados, sobornados y hasta
encarcelados. Hoy en día aún se ven las consecuencias que la vivienda trajo consigo, creando
un ciclón de ejecuciones hipotecarias el cual continúa mostrando en cámara lenta, el camino
de la destrucción financiera por todo México.
“El constructor y los prestamistas nos engañaron para comprar estas casas, y todos se fueron,
o están esperando a ser desalojados en cualquier momento’’. María De Jesús Silva (Marosi,
2017) Quien es uno de los miles de víctimas de las inmobiliarias y Bancos.
Por otro lado, entre algunos otros de los problemas que se presentan en los complejos
habitacionales, se encuentra el incumplimiento de calidad en las viviendas. Hasta hoy en día
se han vendido un número indeterminado de viviendas que carecen de los estándares de
calidad mínima, estos recintos habitacionales cuentan con numerosos fallos que a la primera
lluvia salen a relucir y que incluso han tenido que ser demolidos.
“Algunas viviendas presentan desgaste similar al que, si tuvieran más de 60 años de
uso, cuando no superan los 10 años de ser habitadas. Esto es un fraude que tendría que ser
perseguido de oficio.” (Medina, 2018).
Otro problema encontrado en estos desarrollos urbanos es la carencia de servicios
básicos que por ley las empresas deberían de poner. Entre este problema se encuentra los
sistemas de agua no funcionales; los propietarios tienen que salir con sus cubetas en mano
para buscar agua en los camiones repartidores.
Tal es el caso de Anahid Figueroa, residente del desarrollo Santa Teresa, aunque
llamada por sus habitantes como “Santa Pobreza” en donde los residentes de ahí carecen de
agua debido un mal cálculo por parte de Homex, una de las desarrolladoras más grande que
había en México, creando una sobreexplotación en la capacidad del pozo de agua, el cual
comenzó a agotarse poco después de que se abriera en 2007.
Es tal la realidad de este problema que hoy en día los residentes llenan 2 botes de
agua a través de una pipa que pasa 2 veces a la semana, dándoles suficiente agua como para
que cada una de ellas se bañe dos veces a la semana.
Igualmente, la falta de redes eléctricas o su mala instalación ha provocado incendios.
Es así como los mismos habitantes se han visto obligados a comprar combustible para
generadores de energía eléctrica, en algunos desarrollos, los apagones pueden durar varios
días, es bastante grave esto a tal punto que cuando se va la luz, los paramédicos se apresuran
a llegar a los hogares de personas enfermas y ancianas que dependen de la electricidad para
operar dispositivos médicos o refrigerar la insulina.
“En esos desarrollos sin servicio de recolección de basura, las personas queman los
desechos en lotes baldíos para evitar la infestación de ratas.” (Marosi, 2017)
Finalmente, dentro los servicios que carecen estos desarrollos familiares es el mal
mantenimiento de las calles y ductos de agua pluviales, dentro de los fraudes encontrados la
aprobación de diseños defectuosos para desagües pluviales. Causando que las fuertes lluvias
arrastren los bordes y las aceras, convirtieron las calles en verdaderos ríos.
Un ejemplo de esto es lo que viven personas como López todos los días con el
deterioro de las calles y los charcos de aguas residuales, al salir de sus viviendas sostiene un
limón en la nariz para bloquear el hedor de la planta de tratamiento de aguas negras que no
sirve. “Vivimos como en un chiquero, pero vivimos peor que los cerdos, porque además
tenemos que pagar por esto” — Adela Blanco
Todos estos problemas se derivan de la negligencia y participación de autoridades en
todos los niveles, desde las autoridades municipales, hasta los organismos federales de
vivienda y de impartición de justicia. Puesto que la baja supervisión en la construcción de
los conjuntos habitacionales, los permisos de desarrollo en zonas alejadas, peligrosas o no
aptas para vivienda, el ocultamiento y bloqueo de quejas de sus habitantes y el
encarcelamiento de activistas.
Igualmente se habla de fraudes por parte de las empresas vivienderas un caso claro es
la empresa Homex, que una vez fue el mayor desarrollador de Méxic, la cual había inflado
sus ingresos 3,300 millones de dólares, se cree que es el mayor fraude en la historia de
México.
Los programas, plagados de corrupción y falta de supervisión desde el inicio, ha
alcanzado niveles de crisis en medio de la indiferencia y la impunidad del gobierno. Las
autoridades rara vez han investigado las denuncias generalizadas de fraude. Y los
desarrolladores, en algunos casos, han intentado obstaculizar los esfuerzos de los propietarios
para solucionar los problemas.

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