Cuando aparece alguna cinta cinematográfica en la que tenga que ver Guatemala, la misma

cobra relevancia entre la audiencia, además que esta película contaba con buenos
comentarios dignos de premios internacionales, observarla a manera de análisis era
obligatorio.

Desde la primera escena, el rostro de una joven mujer que evoca la perfecta escultura maya,
ensimismada en lo que a su corta edad ha vivido, como presintiendo el futuro que le espera,
representa mercancía de sus padres, cuya propia madre le arregla el rostro y el cabello con
esmero para el momento del compromiso haciendo parecer lo inusual como normal.

Una escena que detona en el argumento se concreta cuando la joven después de ver unos
cerdos en pleno acto sexual y escuchar a sus padres por la noche, María es invadida por la
curiosidad por saber que se siente hacer lo que ellos hacen. En una noche en que "Pepe" el
joven del que ella cree estar enamorada se emborracha, ella le entrega su virginidad.

Pepe se va hacia Estados Unidos un día antes de lo previsto para no tener que llevársela sin
saber que ella quedó embarazada de él. Tras muchos intentos para lograr que María
abortara, Juana, madre de María, se ilusiona con el nieto que se anuncia; un niño en
gestación es “la luz de la vida”, comenta. Controla el enojo del padre y durante un baño,
ofrece consejos para un parto feliz a la joven.

Ignacio, el capataz de la finca y prometido de María, amenaza con desalojarlos de la casa

que ellos ocupan dentro de la finca, pues ha sido “burlada su honra”. Juana le dice a su hija
que una mujer embarazada lleva la vida consigo. “Hasta las serpientes huyen con solo
sentir su olor”. Intentando salvar a la familia del desalojo, María camina por un camino
lleno de serpientes para ahuyentarlas, pero una de ellas la muerde. Ella sobrevive, en el
hospital capitalino, donde le indican que su bebe murió; le manifiestan a sus padres en
contubernio con Ignacio que el Estado otorga ayuda para el sepelio en estos casos, y se
necesita que la madre acepte la donación firmando o colocando su impresión digital en caso
de no saber escribir. En virtud de que María esta inconsciente le toman la huella en los
papeles en los que hace constar que recibió a conformidad su bebe y la ayuda
gubernamental. Sin embargo no era así, se trataba del consentimiento de renunciar a su
hijita, la cual nunca estuvo muerta.
Se da el entierro pero María no puede aliviar su tristeza, sintiendo una corazonada la joven
desentierra el ataúd y, adentro, solo encuentra ladrillos: ha sido víctima del robo de su hija
realizado por el personal hospitalario e Ignacio, quien es la única persona en la película que
habla el español y la lengua con la que se comunica la familia de María. Ignacio y el padre
de María llegan a un acuerdo y mediante un pago que incluye la permanencia en la parcela
a cambio de la unión con María.

La historia termina con la madre que arregla el tocado de María antes de celebrar la boda, le
coloca un velo blanco sobre su rostro.

El mensaje ideologizado lo constituye una fuerte crítica a las situaciones que se viven en
Guatemala; el racismo, la discriminación, la pobreza, los matrimonios forzados, el
machismo, ignorancia y el tráfico de bebés.

Su mensaje es claro, muestra la vida de una adolescente de 17 años, la vida de una de las
muchas niñas y mujeres que viven en situación similar. María es la protagonista.

María representa a miles de niñas y adolescentes que por el mismo machismo en el país,
deben contraer matrimonio con alguien a quien no aman, que no conoce y que les duplica la
edad. Ese sentimiento que por ser mujer, un hombre las puede tratar como objeto de
intercambio o para satisfacer necesidades.

Pero no es solo el machismo que provoca estas situaciones, María y su familia viven en
pobreza, se dedican a trabajar en una finca que no es suya, cortan café y cuando pueden
siembran maíz. En donde vive María no hablan otro idioma más que su lengua natal y no
tienen acceso a los servicios básicos.

La película demuestra cómo es la vida de estas personas en el campo, en esas áreas rurales
en donde no hay oportunidad de desarrollo.

La película no tiene mensajes subliminales, son claros y directos pero solo pocos
entenderán porque se necesita sensibilidad para captar que esto no se trata solo de un
material ideográfico sino de la historia real de muchas niñas y adolescentes en nuestro país.
Quizá muestra algunos estereotipos, como el que en Estados Unidos la vida es mejor y
tendrán mucho dinero. Cuando la realidad es otra, porque los migrantes se enfrentan a
vejámenes y a situaciones difíciles.

El objetivo de la cinta es mostrar las consecuencias del analfabetismo, los vicios, el

sincretismo a manera de sacar propias conclusiones, ya que la creencia de confiar
plenamente en los guías espirituales no tiene fundamento, pues en este caso la situación se
agravó y le dio un rumbo aún más complicado a la historia.

Desde el punto de vista legal, si bien es cierto, los papeles indican que María legalmente
recibió el cuerpo de su hija, fue mediante un acto jurídico lleno de vicios, pues ella no
estaba consciente de la declaración de voluntad que estaba otorgando. Existió violencia y
falsedad en dicho acto, ilegal a todas luces.

Al sentir que su causa estaba perdida, sus padres optaron por no accionar legalmente, y es
que en un sistema de justicia cooptado de corrupción es incierto el desenlace de un largo
proceso, esta situación indigna, pues estos casos se dan todos los días, sin que los medios
de comunicación le den cobertura, pues se trata de personas que no le importan a la
sociedad.

El filme cumple su objetivo definitivamente, es importante recordar que organizaciones

dedicadas a la lucha de género y planificación familiar se involucraron en el rodaje de la
producción. La historia no tiene un final feliz como muchas otras, la vida de María y su
familia no cambia. La película no vende una falsa idea que todo será mejor. Al contrario es
la cruda realidad de una joven que no puede hacer nada más en su vida más que resignarse
a vivir así.