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mismos.
Bien, primeramente antes de señalar en específico cuales son las funciones del estado en
nuestro País, considero necesario señalar dos acepciones sobre este tema, de la viva
escritura de dos autores expertos en la materia.
“Los fines del Estado son básicamente variables y diferentes entre uno y otro, y aun
dentro del mismo ente estatal, entre una y otra épocas. En todo caso, tales fines los
determina la parte dominante de la población, aun cuando haya alguna influencia de las
demás, pero se pueden señalar como finalidades comunes de todo un Estado. Además
de la de procurar su propia supervivencia mediante la satisfacción de las necesidades
públicas, las de alcanzar el bien común, preservar el orden público, así como las
libertades y derechos de sus habitantes, quienes a la luz de la tesis contractualista
sacrifican una parte de ellos para asegurar el disfrute de los restantes, la de satisfacer las
necesidades individuales de carácter general y la de atender al interés público
(Fernández, 2011).
Sin embargo en su libro Teoría del Estado, Heller lo plantea de otro modo, pues el
manifiesta que:
Entonces, derivado de estas dos acepciones podemos resumir que el Estado es la forma
en la que una sociedad asume la responsabilidad de organizarse para llevar a cabo su
vida comunitaria que les permita alcanzar sus fines comunes y al final les permita que
todo funcione a la perfección, esto mediante la unión del pueblo, de los ciudadanos, y de
las instituciones. Esa es la función específica y objetiva del Estado pues de acuerdo al
mandato Constitucional, el verdadero fin que tiene o más bien, debería tener el Estado es
el de servir a la comunidad, servir a la población, ser garante de la paz, garantizar
prosperidad y derechos de los ciudadanos, así como también velar porque se cumplan los
deberes de los mismos. Promover que el pueblo tenga participación directa en los asuntos
que competan a la Nación.
Bien, pero ¿qué se necesita o de qué forma puede el Estado alcanzar estos fines
anteriormente descritos? Pues para eso existe la bien llamada división de poderes que
fueron creadas para poder alcanzar tales fines, tales ramas del poder jurídico con la
Legislativa, la Ejecutiva y la Judicial, la cual a pesar de estar integradas por diversas
personalidades con variadas funciones, siempre deben mantener la coordinación y
trabajar en conjunto para poder lograr los objetivos generales y particulares del Estado.
En cuanto al Legislativo, en el caso mexicano está integrado por dos cámaras, a saber, la
de Senadores y la de Diputados, las cuales en conjunto conforman el Congreso de la
Unión. La función del congreso de suma importancia y vitalidad, pues es quien tiene la
máxima responsabilidad de realizar reformas a la Carta Magna, así también crear leyes y
ejercer control y moderar los actos del Ejecutivo así como de su Gobierno.
Soberanía es una cualidad del poder sobre la que Jellinek expresó: “La evolución histórica
de la soberanía nos demuestra que ésta significó la negación de toda subordinación o
limitación del Estado por cualquier poder.
Poder soberano de un Estado es, por tanto, aquél que no reconoce ningún otro poder
superior a sí; es, por consiguiente, el poder supremo e independiente”.
Autonomía es una voz que proviene del griego y significa la posibilidad de darse la propia
ley.
El profesor Dana Montaño definió a la autonomía como “una cualidad específica de la
corporación, que la distingue de otras corporaciones: su capacidad de gobierno propia y,
con más precisión, su facultad de organizarse, en las condiciones de la ley fundamental,
de darse sus instituciones y de gobernarse por ellas con prescindencia de todo otro
poder”.
Este término alude a un cierto poder de autonormación y autogobierno, poder atribuido a
entes no soberanos de emitir normas jurídicas equiparadas a las normas de un ente
soberano.
La autonomía es una forma de división del poder, sin que ésta deba ser entendida como
soberanía, es decir, debe entenderse como la distribución de competencias sobre
determinadas materias