Del esperado ocaso de las referencias circulares.

Sorprendidos por el mundo que construimos - Retrato desnudo de nuestra propia lógica.

Aún recuerdo, lastimosamente ya no con la misma claridad, la primer vez que me animé a hacer
uso de la opción que ofrece MS Excel para crear fórmulas; al principio fue una pesadilla traumática
evitar caer en errores de lógica básica huyéndole a los cuadros de información señalando dicha falla
cuando de manera arriesgada y optimista me aventuraba a hacer uso del tiempo y
sacrificio invertido en las clases matemáticas en el bachillerato.
Una de las primeras estocadas a mi ego de matemático fue ese fatídico mensaje “error: referencia
circular”. La referencia circular no era otra cosa que la inclusión de un valor de una celda (que haces
las veces de la celda de origen) en el cálculo de la fórmula que se pide arroje resultado en esa
misma celda (celda de destino), es decir la celda en mención hace las veces de celda de origen y de
destino simultáneamente.
Sin ser la persona con la actitud política que debiera lo cierto es que en días recientes, “la cosa
política” me ha sacudido de formas diversas: El brexit, el no del plebiscito por la paz en Colombia,
los resultados presidenciales estadounidenses han bastado para volver mi interés sobre un
escenario al que había sido indiferente por mucho tiempo y buscando solución al enigma y la lógica
que sustenta todos estos sucesos atípicos creo haber encontrado en las incertidumbres,
limitaciones de la comunicación humana, la renuncia del hombre común a la opinión/juicio y
sobretodo a la carencia/ausencia de vida espiritual (que regale discernimiento y evite las dos
primeras) una explicación aceptable y condensable en el concepto de las referencias circulares.
Tengo la fe que este fenómeno político reciente es la resultante de un virus comunicacional, como
ya lo mencionamos, que data de mucho tiempo atrás y es asociable a la historia misma del medio
de comunicación rey por excelencia hasta hace poco que la internet empezó a sacudir y amenazar
su trono al punto que hoy en día, creo yo, se lo usurpó; nos referimos a la historia de la TV.
La tv en sus inicio fue un escenario que imputaba a los que de ella participaban cierta condición
moral o perfil ético, era un espejo de lo social y aunque aún lo sigue siendo de alguna manera, lo
cierto es que antes ella (la TV) mostraba lo que era correcto, verdadero, de alto nivel
ético, moral, autentico, verdadero, legítimo, en pocas palabras “algo digno de ser visto” y ese
digno de ser visto por la sociedad de hace un tiempo era todos estos atributos que recién
mencionamos (y hay una razón para ello pero es harina de otro costal que bien vale la pena ser
explorado en otro momento).
El criterio y entendimiento organizador de contenidos y transmisiones de los medios de
comunicación (la tv en este caso) creemos cambió por haber pasado una de dos cosas, la primera
que el ciudadano de a pie se haya frustrado por no poder alcanzar los referentes que se le
presentaban y la segunda que los mismos medios escasearon de insumos con atributos dignos de
ser tomados por referencia por un lado y atractivos por el otro, para divulgación; en el primer
caso los ciudadanos juzgaron los referentes (de peso, belleza, condición intelectual y atributos
morales) eran lejanos e inalcanzables haciendo esto un abismo gigantesco entre los medios de
comunicación, sus contenidos y metodologías y los ciudadano de a pie (ello era insostenible pues
para comunicar se necesita quien comunique tanto como quien reciba lo que se comunica) para los
dos casos los medios juzgaron conveniente nutrirse de contenidos con los mismos “sustanos” del
común (celdas de origen); lo cotidiano tomó el lugar de lo referencial, lo perfectible de lo perfecto,
de modo que la celda de origen, no necesariamente auténtica y verdadera por reglamentación,
se convirtió en aquello que se transmitía por los medios (ahora abiertos a cualquiera a causa de las
bondades tecnológicas), se volvió en lo público y con ello gozaba en ocasiones de atribuciones que
muchos encontraban y encuentran lógico estén asociadas a ello (lo público) como Autenticidad Y
Legitimidad… si cambiamos el lenguaje tendríamos que decir que estamos probando el amargo de
la referencia circular: Desde los reality Shows y la opinión de sus protagonistas teniendo mas peso
respecto un hecho político que el parecer de alguien que ha dado evidencias de mayores facultades
para ello, hasta publicaciones en twitter, posts en Facebook o videos en youtube que se expanden
como una pandemia.

Los alcances de las redes sociales son una muestra clara de que tan volcada está la comunicación
masiva sobre el ciudadano de a pie que se permite reportar al mundo desde el sabor y color de los
frijoles que recién comió en el almuerzo hasta su lectura y análisis socio-político internacional de
una situación delicada… y atribuirse la misma autoridad del mas virtuoso y crítico analista político
diplomado “que no es lo mismo”. Fue a través de estas vías (redes sociales) casi al borde del colapso
que circulan las informaciones desde celdas origen (o celdas destino también) que desarticulan
estados, trastornan multitudes quienes apelando a la economía cognitiva resisten a pensar de
manera concienzuda y responsable. La culpa es inimputable a las vías pero si debe serlo a aquellos
que bebemos de ellas en muchas ocasiones acríticamente olvidando que por ellos circulan
producciones de celdas de origen. (por cierto un escenario parecido es ilustrado de forma
aceptable por la producción “ EdTv” protagonizada por Kate Hudson y Matthew McCounaghey)
El propósito de estas líneas no es que no se valore la cotidianidad pero es necesario aprender a
diferenciar la celda de destino en medio del universo que se nos ofrece (en su mayoría celdas de
origen, cotidianidad) pues para el pensamiento del hombre común las versiones se convirtieron en
verdades y las posiciones parciales en referentes absolutos (el posmodernismo peleó porque no
hubiesen verdades sino versiones y ahora nos encontramos que se nos quieren vender versiones
por verdades) esto obliga a que cada cual forje un espíritu crítico, capaz de buscar (y encontrar) la
referencia, lo cierto, lo beneficioso porque no hay en este punto quien se encargue de comunicar,
mostrar, ilustrar, la referencia, lo correcto, la verdad!!.