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LA DROGADICCIÓN: UNA MIRADA DESDE STUART MILL

Es preciso afirmar que, en el primer capítulo de su ensayo Sobre la Libertad Stuart Mill
establece la separación entre lo que es responsabilidad del propio individuo y lo que le
corresponde a la sociedad en conjunto, expresa concretamente su idea de hasta dónde
debe llegar la libertad del individuo y hasta dónde la autoridad de la sociedad puede
ejercer sobre este. La drogadicción hoy día es un problema que no solo afecta a los
consumidores, también tiene repercusiones muy fuertes, muy marcadas, en los individuos
que repelen el consumo. Entonces, si hay drogadicción es porque existen redes de
microtráfico, narcotráfico, fabricación, producción, etc. Para nadie es un secreto que estos
puntos de filtración son el pan de cada día de la sociedad colombiana, se supone que
nuestro país es un Estado fuerte, un estado paternalista, que interviene y que busca la
mejoría y la mayor comodidad para cada individuo que hace parte de él, pero al parecer
solo se queda en eso, en palabras, en ideales rotos, efímeros.

Mill dice que la sociedad no puede obligar al individuo a hacer aquello que esta considere
beneficioso para él, si se hace en contra de su voluntad, la conducta individual solo se
debe ver restringida cuándo esta afecta a los demás; entonces nos hallamos ahora en un
gran dilema ético y moral, es sabido que el consumo regular o adicción a cualquier droga,
es perjudicial para la salud, no solo física sino mental del sujeto; ¿debería el estado
intervenir en la libertad individual en este caso?, existen diversas acciones que el
individuo puede realizar indistintamente sean o no sean correctas, porque perjudican
solamente al individuo, en este caso, la persona es libre de hacer lo que quiera, ya que la
decisión que tome únicamente le afecta a el mismo. Desde luego esa cuestión genera un
corto circuito, porque, cómo puede ser posible que el Estado no intervenga al individuo
si está degenerando su existencia misma, es como si el individuo no tuviera tanta
repercusión o importancia y que lo más ético sería aislarlo de la sociedad para que no
pueda perjudicarla; pero no podemos ser tan radicales, puede haber acciones beneficiosas
para el individuo pero que perjudican a otro, por esto debe ser permisibles, ya que puede
atacar la libertad de los demás sujetos involucrados en sus decisiones y el estado o la
sociedad tendrá la mirada más fuerte y fija en el colectivo, en la comodidad de las
mayorías.

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