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IGUALDAD DE OPORTUNIDADES

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BLOQUE 4
BLOQUE 4. LA LUCHA POR LA IGUALDAD.
EL MOVIMIENTO FEMINISTA.

INTRODUCCIÓN

En este bloque estudiaremos la historia del movimiento feminista, desde


su origen hasta la actualidad. Es necesario, conocer como surgió, cómo se
desarrolló, y cómo ha ido evolucionando, al igual que importante es cono-
cer los nombres de la multitud de revolucionarias, autoras, poetas y escri-
toras que han formado parte de este movimiento.

TEMA 1. Introducción.
TEMA 2. Orígenes del Feminismo.
TEMA 3. Raíces del Feminismo; La Revolución Francesa. «La primera olea-
da» (1673 - 1792).
TEMA 4. Feminismo liberal sufragista. «La segunda oleada» (1848 - 1948).
TEMA 5. Feminismo en la Europa Mediterránea.
TEMA 6. Feminismo sesentagochista «tercera oleada del movimiento fe-
minista» (a partir de finales de la década de los sesenta hasta
la actualidad). Conquistado el voto aparece «El problema que
no tiene nombre».
TEMA 7. Últimas tendencias (feminismo árabe, cristiano, lesbiano, de
mujeres negras, etc.)

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TEMA 1. INTRODUCCIÓN.
Hablar del movimiento obrero o de la revolución francesa es fácil, los habremos
estudiado con seguridad en algún momento de nuestra formación, sin embargo,
qué sabemos del movimiento feminista, ¿quiénes han destacado en la lucha por
la igualdad?, ¿cómo se origina?, ¿cuántas corrientes hay?. Son preguntas que
probablemente muchas personas aún no puedan responder. Sin embargo, no son
pocos los logros que las feministas han conseguido para las mujeres y para el
conjunto de la sociedad. Por eso, en este curso de Igualdad de Oportunidades
queremos dedicar un capítulo a las mujeres y hombres que han contribuido a la
mejora de la condición de vida de las mujeres, formando parte o no del denomi-
nado movimiento feminista.

Hoy día hablar de feminismo sigue produciendo cierto rechazo, la percepción que
muchas personas tienen del término es peyorativa, se oyen incluso frases como
«yo no es que sea feminista pero me parece fatal que los hombres...» como si el
ser feminista fuera algo extremadamente perverso o lo que es peor como si ser
feminista fuera «lo contrario que machista». Estas connotaciones negativas del
término no son más que una parte más del desprestigio que nuestra sociedad
androcéntrica y patriarcal sigue ejerciendo sobre las mujeres, los movimientos
de mujeres, los estudios de mujeres y las llamadas en general «cosas de mujeres».

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Sin embargo, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española,
Feminismo proviene del latín femina, mujer, hembra, e –ismo y tiene dos
acepciones:

ƒ Doctrina social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos


reservados antes a los hombres.
ƒ Movimiento que exige para las mujeres iguales derechos que para los
hombres.

En cualquier caso, veamos qué dicen algunas investigadoras sobre un movimiento


tan rico, complejo y que lleva, al menos, tres siglos de historia:

Victoria Sau (1989): «El feminismo es un movimiento social y político que se


inicia formalmente a finales del S XVIII y que supone la toma de conciencia de las
mujeres como grupo o colectivo humano de la opresión, de la dominación, y
explotación de la que han sido y son objeto por parte del colectivo de varones en
el seno del patriarcado bajo sus distintas fases históricas de modelo de producción,
lo cual las mueve a la acción para la liberación de su sexo con todas las
transformaciones de la sociedad que aquélla requiera».

Como podemos observar, Sau establece el fin del feminismo como movimiento
político y denuncia el orden de cosas que quiere subvertir, esto es, el patriarcado.

Por su parte, Celia Amorós (1997) expresa: «Entendemos por feminismo, de


acuerdo con una tradición de tres siglos, un tipo de pensamiento antropológico,
moral y político que tiene como su referente la idea racionalista e ilustrada de
igualdad entre los sexos».

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En esta definición Amorós señala el origen filosófico del feminismo, la Ilustración.


El feminismo, en este sentido es un movimiento político derivado del racionalismo
y del positivismo propio de la Ilustración.

Por otra parte, Simone de Beauvoir (1945) señala otro elemento importante, esto
es, el feminismo, además de ser un movimiento político, conforma una manera
de entender el mundo y de actuar sobre él, esto es, constituye una ética, así dice:
«El feminismo es una manera de vivir individualmente y de luchar colectivamen-
te».

Entre los objetivos del feminismo se encuentra el conseguir la corresponsabilidad


por parte de las mujeres y de los hombres en todos los ámbitos (privado y públi-
co), crear un nuevo sistema de valores, que rescate todo lo positivo de los valores
y capacidades asignados a través de la educación tradicional, tanto a hombres
como a mujeres, además de superar, por tanto, el sistema de géneros.

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TEMA 2. ORIGENES DEL FEMINISMO.
En todas las sociedades que nos preceden las mujeres han ocupado una posición
subordinada a la de los hombres motivada por la estructura que asigna roles
diferentes en función del sexo. Para situarnos en la historia, diremos que aunque
no con esta denominación, siempre ha existido feminismo, porque siempre ha
habido quienes individual o colectivamente han luchado contra esta dominación.
De hecho se puede decir, que ha habido una gran cantidad de personas a lo largo
de la historia hasta la actualidad, que han luchado por una igualdad entre muje-
res y hombres y que no sabían o no se consideraban feministas.

Aunque no se encuadren dentro del denominado Movimiento Feminista destaca-


mos la lucha de mujeres que en tiempos hostiles han expresado su opinión y
criticado el orden establecido, son las llamadas por Adrienne Rich, (Baltimore,
EEUU, 1929) las «feministas de acción». También Virginia Wolf, (Londres, 1882)
denominó «las hijas de los hombres educados», a aquellas mujeres de los siglos
XV al XVIII que se revelaron contra sus hermanos y padres, que les abrieron las
puertas a un conocimiento que no les era útil en una sociedad que las discrimina-
ba. Con el avance de la historia cada día se descubren mujeres que han destaca-
do en la lucha por conquistar la igualdad, presentamos algunas de ellas.

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Christine de Pizan, nació en Venecia en 1364 y escribió en 1405 «La ciudad de
las damas» adjudicada durante mucho tiempo a Bocaccio. En ella hace una crítica
a la sociedad misógina de la época y escribe «Huid damas mías, huid del insensa-
to amor con que os apremian. Huid de la enloquecida pasión, cuyos juegos pla-
centeros siempre terminan en perjuicio vuestro.»

Sor Juana Inés de la Cruz nació en Nepantla (México) en 1651. Desde 1689,
año de la publicación en Madrid de la primera edición de su poesía «Inundación
Castalida», se le denomina y se la conoce como «la décima musa». Desde muy
temprano, representa una actitud feminista al exaltar los derechos de las muje-
res.

Dentro de sus obras se pueden destacar: «Inundación Castálida» (1689); «Se-


gundo volumen de las obras de sor Juana Inés de la Cruz» (1692) y «Fama y
obras póstumas del fénix de México y décima musa» (1700).

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En una de sus obras, escribe sobre cuánto le disgusta al hombre la inteligencia de


la mujer y escribe:

«Claro honor de las mujeres,


De los hombres docto ultraje,
Que probáis que no es el sexo
De la inteligencia parte»

Inundación Castálida (1689)

En 1691 escribe una carta titulada «Respuesta a Sor Filotea», en la que reivindi-
caba entre otros aspectos, la igualdad de oportunidades educativas para las mu-
jeres. Esta carta se considera una obra definitiva de la literatura feminista.

Sor Juana Inés de la Cruz, cuyo misterio de amor no ha sido desvelado, es la


primera en izar la bandera feminista en América y sus redondillas en defensa de
la mujer:

«Hombres necios que acusáis


a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis.

Si con ansia sin igual


solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo


de vuestro parecer loco,
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.

Queréis, con presunción necia,


hallar a la que buscáis
para, pretendida, Tais;
en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro


que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?

Con el favor y el desdén


tenéis condición igual:
quejándoos si os tratan mal;
burlándoos, si os quieren bien.

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Opinión ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.

Siempre tan necios andáis,


que, con desigual nivel,
a una culpáis por cruel
a otra por fácil culpáis.

¿Pues cómo ha de estar templada


la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata ofende
y la que es fácil enfada?

Mas entre el enfado y la pena


que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere,
y quejaos enhorabuena.

Dan vuestras amantes penas


a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas

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las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido


en una pasión errada:
la que cae de rogada
o el que ruega de caído?

¿O cuál es más de culpar


aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?

¿Pues para qué os espantáis


de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.

Dejad de solicitar,
y después, con más razón,
acusaréis de afición
de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo


que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesas e instancia
juntáis diablo, carne y mundo».

En 1974 se le concedió a Sor Juana Inés de la Cruz, el título de Primera Feminista


de América por la defensa que ha hecho de las mujeres en sus obras.
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Poulain de la Barre, filósofo cartesiano escribe en 1673, «Sobre la Igualdad de


los sexos», una importante obra que se considera el precedente más importante
del feminismo. En ella se rompe con la discusión de la época (la constante compa-
ración entre hombres y mujeres) para centrarse en la demana de Igualdad Sexual.
A partir de este momento, comienza la reflexión sobre la Igualdad.

Con la obra de Poulain de la Barre, los movimientos de mujeres y feministas de la


Revolución Francesa, se arranca con el feminismo moderno. Por su parte Amorós
encuadra la obra de Pouolain en el contexto más amplio de la Ilustración.

Mary Astell, educadora y feminista británica reconocida por sus creencias


revolucionarias sobre las mujeres y el matrimonio. Entre sus obras más importantes
se encuentra: «La proposición formal dedicada a las damas para el mejoramiento
de sus verdaderos y más grandes intereses, 1ª parte» (1694), «las letras referentes
al amor de Dios» (1965), «La proposición formal dedicada a las damas para el
mejoramiento de sus verdaderos y más grandes intereses, 2ª parte» (1697) en
la cual da instrucciones a las mujeres sobre cómo pensar de forma clara y lógica.

«... Dado que los historiadores pertenecen al sexo masculino, rara vez se dignan
a registrar las grandes y nobles acciones realizadas por mujeres; y cuando de
ellas dan noticias, lo hacen añadiendo esta sabia observación: aquellas mujeres
han actuado situándose por encima de su propio sexo. Y con ello podemos intuir
aquello que quieren hacer entender a sus lectores: ¡¡las grandes acciones no
fueron mujeres quienes las realizaron, sino hombres con faldas!!...»; La proposi-
ción formal dedicada a las damas para el mejoramiento de sus verdaderos y más
grandes intereses (1694)

Josefa Amar, ilustrada española, escribió numerosas obras, entre las que desta-
can aquellas dedicadas a valorar el papel de la mujer en la sociedad y a defender
su igualdad de talentos ante el hombre. Autora de las obras «Importancia de la
instrucción que conviene dar a las mujeres» de 1784 y «Discurso sobre la educa-
ción física y moral de las mujeres» de 1764.

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TEMA 3. RAÍCES DEL FEMINISMO; LA REVOLUCIÓN
FRANCESA. «LA PRIMERA OLEADA». (1673 - 1792).
FEMINISMO ILUSTRADO.
La cuna del movimiento feminista se fecha en el siglo XVIII, en plena Revolución
Francesa. Sabemos que ésta significó el tránsito de la sociedad estamental a la
sociedad de clases. La burguesía, desplazó del poder a la aristocracia y a la mo-
narquía absoluta. Las revolucionarias y revolucionarios franceses no sólo crearon
un nuevo modelo de Sociedad y Estado, sino que difundieron un nuevo modo de
pensar para la mayor parte del mundo, basado en las ideas de la Ilustravción,
cuestionando los privilegios «de cuna» en defensa de los derechos humanos. Sin
embargo, en esta vorágine de progreso, razón y defensa universal de derechos el
lema de «Igualdad, Libertad y Fraternidad», sonaba hueco a muchas mujeres.

En su libro «Los desafíos del feminismo», Amelia Valcarcel (2000) afirma que el
feminismo es el hijo no querido de la Ilustración, que nace como resultado de la
polémica ilustrada sobre la igualdad y la diferencia entre sexos y que compara la
situación de privación de bienes y derechos de las mujeres con las propias de las
declaraciones universales, de manera que muestra las contradicciones del propio
movimiento revolucionario.

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Rousseau (Ginebra 1712 - 1778), gran ideólogo de la Revolución, defensor de la


igualdad. Aunque si analizamos su obra con profundidad nos sorprenderá.

Para él las mujeres eran un sexo secundario obligado a las funciones domésticas
de atención y cuidado, «(...)para ellas no estaban hechos ni los libros ni las tribu-
nas(...)», afirma en su libro «Emilio» (1762) sobre los sexos que «(...) El uno
debe ser activo y fuerte, el otro pasivo y débil. Es indispensable que el uno quiera
y pueda y es suficiente con que el otro oponga poca resistencia. Establecido este
principio, se deduce que el destino especial de la mujer consiste en agradar al
hombre... El mérito del varón consiste en su poder, y sólo por ser fuerte agrada
(...) A vosotras corresponde con vuestro estimable e inocente imperio y con vuestro
espíritu insinuante, el amor a las leyes en el Estado y la concordia entre los
ciudadanos (...) Sed, pues, siempre lo que sois, las castas guardianas de las
costumbres y los dulces vínculos de paz (...)».
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Entre la multitud de pensadores revolucionarios también encontramos defenso-


res de la mujer, Mostesquieu, Diderot, Voltaire. Entre todos destaca el Marques
de Condorcet (Ribemont 1743 – 1794), quien reclama el papel social de la mujer,
y escribe:

«(...) ¿Acaso los hombres no tienen derechos en calidad de seres sensibles, capa-
ces de razón, poseedores de ideas morales? Las mujeres deben pues, tener abso-
lutamente los mismos y, sin embargo, jamás en ninguna constitución llamada
libre ejercieron las mujeres el derecho de ciudadanos (...)

(...) O bien ningún miembro de la raza humana posee verdaderos derechos, o


bien todos tenemos los mismos; aquel que vota en contra de los derechos de
otro, cualesquiera que sean su religión, su color o su sexo, está abjurando de ese
modo de los suyos». Sobre la admisión de las mujeres en el derecho de la ciudad,
(1790).

Además, fue desestimada la petición de Condorcet de que la nueva República


educase igualmente a las mujeres y los varones.

Las francesas de la Ilustración barruntaban un sentimiento igualitarista que sur-


gió en plena Revolución Francesa a través de clubes y asociaciones donde pode-
mos destacar importantes pensadoras. En los «Cuadernos de Quejas» enviados a
los Estados Generales las mujeres como colectivo reivindicaban derechos funda-
mentales como la educación y el empleo. Fueron redactados en 1789 para hacer
llegar a los Estados Generales, las quejas de los tres estamentos: Clero, Nobleza
y Tercer Estado. Las mujeres quedaron excluidas de la Asamblea General y en-
tonces elaboraron los Cuadernos de Quejas, donde hicieron oír sus voces, desde
las nobles hasta las religiosas pasando por las mujeres del pueblo.

Olimpia de Gouges (1748 – 1793), mujer del pueblo y de tendencias políticas


moderadas, escribe en 1791, dedicada a la Reina María Antonieta «La Declaración
Universal de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana», semejante al contrato
social de Rouseau y a la «Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano» (1789). Además de exigir igualdad de derechos y deberes para el
varón y para la mujer, libertad de opinión y de expresión, derecho a voto, propo-
ne sustituir el matrimonio por un contrato social.

Dice textualmente «(...) Las madres, las hijas y las hermanas, representantes de
la nación, piden ser constituidas en Asamblea Nacional. Considerando que la ig-
norancia, el olvido o el desprecio de los derechos de la mujer son las únicas
causas de las desgracias públicas y de la corrupción de los gobiernos, han resuel-
to exponer en una solemne declaración los derechos naturales, inalienables y
sagrados de la mujer (...) Sobre el hombre dice (...) Extraño, ciego, hinchado de
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ciencias y degenerado, en este siglo de luces y de sagacidad, en la ignorancia
más crasa, quiere mandar como un déspota sobre un sexo que recibió todas las
facultades intelectuales y pretende gozar de la revolución y reclama sus derechos
a la Igualdad, para decirlo de una vez por todas (...)».

Con su obra, contribuyó al reconocimiento de la personalidad jurídica de la mujer


como parte integrante de un pueblo soberano, a su equiparación de derechos y a
la reivindicación del sufragio, sin embargo, murió en la guillotina en 1793, por
haber osado exigir que los derechos que la Revolución Francesa había ganado
para los hombres libres y ciudadanos fuesen aplicados también para las mujeres.

Simultáneamente en Inglaterra también destaca Mary Wollstonecraft (1759 –


1793). Escritora inglesa y una de las primeras teóricas feministas.

Una de sus obras más importantes, la llamada «Vindicación de los derechos de la


mujer», fue publicada por primera vez en 1792 y considerada la obra fundacional
del feminismo. En ella, hace una vigorosa crítica al «Contrato Social» de Rousseau
(1762) y condena la educación que se daba a las mujeres.

Wollstonecraft, en «La vindicación de los derechos de la mujer», potencia la auto-


nomía de las mujeres y el derecho a ser dueñas de su propia vida y reivindica el
derecho a la educación. Afirma que la asimetría entre los sexos se debe a la
educación y a los hábitos sociales recibidos y que las desigualdades de clase y de

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sexo se fundamentan ambas en el abuso de poder. Con esta obra, Wollstonecraft
inaugura la crítica de la condición feminista.

Es radicalmente moderna, ya que establece dos conceptos que en la actualidad


siguen utilizándose, estos son, el concepto de género, ya explicado en el bloque
uno y la necesidad de que se diseñen medidas políticas tendentes a favorecer la
participación pública de las mujeres. En este sentido, afirma: «(...) Y si se decide
que naturalmente las mujeres son más débiles e inferiores que los hombres ¿por
qué no establecer mecanismos de carácter social o político para compensar su
supuesta inferioridad natural?(...)» «Feminismo para principiantes», Wollstonecraft,
Mary, op.cit., pág 159.

Tras la Revolución Francesa se produce un retroceso en los derechos políticos y


civiles. Con el Código Napoleónico se consolida la relación de subordinación de las
mujeres con respecto a los varones de sus familias y se destruye la última posibi-
lidad de que éstas fueran ciudadanas de derecho y de hecho.

Se vuelve a una etapa de sometimiento especialmente para las mujeres casadas


a quienes se les niega toda autonomía e independencia personal. Por ejemplo, no
podían testar, iniciar cualquier actividad empresarial, participar en la vida pública,
se anuló el divorcio, etc., el Código Napoleónico ubicaba a las mujeres en el hogar
y en las responsabilidades de cuidado como ámbito exclusivo de actuación.

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TEMA 4. FEMINISMO LIBERAL SUFRAGISTA.


«LA SEGUNDA OLEADA» (1848 - 1948).
El Sufragismo es uno de los más conocidos periodos del feminismo, aunque gene-
ralmente sólo se conoce del sufragismo que demandaba el derecho al voto para
las mujeres. Fue una reivindicación internacional, presente en todas las socieda-
des industriales, que tomó dos objetivos concretos: el derecho al voto y los dere-
chos educativos y consiguió ambos en un periodo de ochenta años.

El Sufragismo se inició a través de las manifestaciones, la interrupción de orado-


res mediante preguntas sistemáticas, la huelga de hambre, el autoencadenamiento,
la tirada de panfletos reivindicativos. Todos éstos fueron sus métodos habituales.
Innovó las formas e inventó la lucha pacífica, de los que surgieron luego movi-
mientos políticos posteriores como el sindicalismo y el movimiento en pro de los
Derechos Civiles.

Destacamos actuaciones importantes en los Estados Unidos y en Europa, espe-


cialmente en Inglaterra.

En Estados Unidos vino unido a movimientos protestantes de reforma religiosa


que propugnaban la regeneración moral de la sociedad y la abolición de la escla-
vitud, asemejando las discriminaciones que sufrían las mujeres a las de las per-
sonas esclavas.

Destacamos a Sojourner Truth (Nueva York 1797 - 1883) cuyo nombre significa
Verdad Viajera, que reivindicó los derechos de las mujeres negras afirmando que
también ellas eran mujeres. Era una esclava liberada, que no sabía leer ni escribir
pues estaba prohibido y castigado con la muerte para los esclavos pero fue la
única mujer negra que consiguió asistir a la Primera Convención de Derechos de
la Mujer en Worcester, en 1850. Al año siguiente pronunció un discurso en la
Convención de Akron y con él enfocó por primera vez los problemas que tenían
las mujeres negras, asfixiadas entre la doble exclusión: la de la raza y la del
género.

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En 1848, convocados por Elizabeth Cady Stanton (Nueva York 1815 – 1902) un
grupo de sesenta y ocho mujeres y treinta y dos hombres de talante liberal y del
movimiento abolicionista, se reunieron en la capilla metodista de Séneca Falls,
con el objeto de analizar las condiciones y derechos sociales de las mujeres. Tras
dos días de reuniones firmaron lo que se ha venido a llamar el primer documento
de filosofía feminista de la historia, «Declaración de Séneca Falls», basado en el
modelo de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos.

«(...) Decidimos que todas las leyes que impiden que la mujer ocupe en la socie-
dad la posición que su conciencia le dicte, o que la sitúen en una posición inferior
a la del varón, son contrarias al gran precepto de la naturaleza y, por lo tanto, no
tiene fuerza y autoridad.» Declaración de Séneca Falls (...)»(1848)

La declaración se aprobó por unanimidad, pero no la cláusula que establecía el


derecho al voto. Sin embargo, las mujeres siguieron luchando por su causa, uni-
das al movimiento abolicionista, que les traicionó en ultima instancia, ya que tras
el triunfo del bando nordista en la guerra de secesión (1861 – 1865), que apoya-
ba el abolicionismo, se aprueba el derecho al voto de los esclavos libres, pero en
contra de lo esperado, se prohíbe expresamente que lo hagan las mujeres. Se
crea entonces la primera asociación del feminismo radical americano, indepen-
diente de partidos políticos y de cualquier otro movimiento de reforma, la llamada
Asociación Nacional por el Sufragio de las Mujeres (NWSA), de la cual, Stanton
fue presidenta.

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En 1919, el presidente demócrata Wilson apoyó el sufragio femenino y por fin en
1920 se aprueba la XIX Enmienda de la Constitución, llamada Anthony por el
nombre de su redactora, por la que se otorga el derecho al voto femenino.

La escritora Stanton fue coeditora, junto con Anthony, de la revista semanal La


Revolución; publicó en 1895 «La Biblia de las mujeres», y en 1898, cuatro años
antes de su muerte, una autobiografía titulada «Ochenta años y más».

Otros nombres que destacaron dentro de las sufragistas en EEUU, estando muy
vinculadas al movimiento abolicionista son: Lucrecia Mott y Lucy Stone.

En Europa implantado el capitalismo las mujeres tenían dos papeles, las proleta-
rias se incorporaron al trabajo industrial y a las mujeres burguesas les quedó el
trabajo doméstico, la sumisión a su papel de esposa y madre, la falta de acceso a
la educación, al ámbito político, no tenían derecho a la herencia, ni a propiedades,
surge de esta manera el movimiento sufragista, en la idea de que una vez alcan-
zaran el derecho al voto, podrían cambiar el resto de leyes e instituciones que las
marginaban.

Destacamos en Inglaterra la figura de John Stuart Mill (1806 – 1873), en 1866


presentó una reclamación al Parlamento Inglés a favor del sufragio femenino, su
rechazo provocó el nacimiento en 1867 de la Asociación Nacional para el Sufragio
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de la Mujer. En 1869 escribe junto con su esposa Harriet Taylor Mill «El someti-
miento de la mujer», elemento clave para la expansión del Sufragismo y se cen-
traron en los problemas de las mujeres burguesas.

En Gran Bretaña el movimiento sufragista tiene dos vertientes:

- Sufragismo Moderado. Cuyas intervenciones se desarrollaban a través de


propaganda política, mítines y campañas de persuasión, todas ellas dentro de la
legalidad. La figura más importante de este movimiento fue Millicent Garret Fawcett
(1.847 – 1.929), líder de la Unión Nacional de Sociedades de Sufragio Femenino.

Veamos un fragmento de su discurso político: «(...) Nosotras queríamos mostrar


que podíamos avanzar o conseguir la libertad humana a la que aspiramos sin
utilizar violencia alguna. Hemos sido decepcionadas en esta ambición pero toda-
vía podemos dar a nuestras almas el consuelo de que la violencia registrada no ha
sido formidable y de que las más fieras de las sufragistas están más preparadas
para sufrir daño que para infligirlo (...)» Millicent Garret Fawcett (1912).

- Sufragismo Radical (Suffragettes). Con un cambio de estrategia centrada


más en la lucha directa. Se dedicaron a interrumpir los discursos de los ministros
y a plantear sus demandas en diferentes foros por lo que muchas fueron encarce-
ladas. Cuando eran encarceladas no obtenían la condición de presas políticas
como reivindicaban, por ello decidieron poner en marcha huelgas de hambre a las
que el Estado respondió con alimentación forzada. Esto provocaba situaciones
proclives a la tortura y la humillación. Así comienza una cadena de violencia entre
la policía británica y las feministas. El parlamento aprobó entonces la «Ley del
gato y el ratón», por la que se liberaba a las mujeres que se encontraran en una
situación muy precaria de salud (los ratones) y se las volvía a detener nada mas
recuperarse físicamente.

Dentro de este movimiento destacamos a Emmeline Pankhurst (1858 – 1928) de


la Unión Social y Política de las Mujeres y a Emily W. Davison.

Aquí os ofrecemos otro fragmento de un discurso de Davison: «(...) Nos tienen


sin cuidado vuestras leyes, caballeros, nosotras situamos la libertad y la dignidad
de la mujer por encima de todas esas consideraciones, y vamos a continuar esa
guerra como lo hicimos en el pasado; pero no seremos responsables de la propie-
dad que sacrifiquemos, o del perjuicio que la propiedad sufra como resultado. De
todo ello será culpable el Gobierno que, a pesar de admitir que nuestras peticio-
nes son justas, se niega a satisfacerlas» Emmeline Pankhurst (...)» «Mi propia
historia» (1914).

Aparece también un fuerte movimiento antisufragista, en 1908 con la Liga Nacio-


nal de Mujeres Antisufragio, que argumentaban que este derecho traería muchos
problemas y que era una amenaza para la familia. Lady Jersey afirmó en un mitin
«(...) no pongáis sobres nosotras esa carga adicional (...)». Lo componían tanto
mujeres como hombres, y destaca la novelista Mary Ward.

En la Primera Guerra Mundial hay una tregua en el conflicto entre Gobierno y


sufragistas y es en 1918 cuando se aprueba el voto para las mujeres mayores de
30 años. Diez años después se aprueba la ley Equal Franchise Act, voto para las
mujeres mayores de edad.

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Durante la Primera Guerra Mundial, los objetivos del movimiento fueron:

- Derecho al voto.
- Mejora de la educación.
- Capacitación profesional.
- Apertura de nuevos horizontes laborales.
- Equiparación de sexos en la familia como medio para evitar la subordinación
de las mujeres y la doble jornada laboral.

En el siglo XX es cuando el movimiento sufragista comienza a tener resultados.


Los países nórdicos son los primeros en consagrar la Igualdad de Oportunidades.

En 1830 en Noruega se conseguiría una igualdad política. En 1910 se establece el


Sufragio Universal en el país y finalmente en 1912, las mujeres pueden ser elegi-
das para todos los cargos.

En Finlandia se establece el Sufragio Universal en 1906, es el primer país en el


que triunfa el movimiento sufragista y un año después ya cuenta con 19 diputa-
das en su parlamento.

En España, se consigue el Sufragio Universal en 1931 y, finalmente, en Francia en


1945.

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El feminismo estuvo hasta entonces representado por mujeres de clase burgue-
sa. A pesar de que los planteamientos feministas eran interclasistas, las mujeres
de clase obrera no habían participado, si bien se curtían en la lucha de clases.

El movimiento obrero tenia ideas contradictorias respecto a la Igualdad de dere-


chos de las mujeres. No defendían el derecho al trabajo que ya lo tenían, sino el
derecho a un trabajo digno. Una de las personalidades más destacadas es Flora
Tristán.

«(...) A vosotros, obreros que sois las victimas de la desigualdad de hecho y de


la injusticia, a vosotros os toca establecer al fin sobre la tierra el reino de la
justicia y de la igualdad absoluta entre la mujer y el hombre. Dad un ejemplo al
mundo (…) y mientras reclamáis la justicia para vosotros, demostrad que sois
justos, equitativos; proclamad, vosotros, los hombres fuertes, los hombres de
brazos desnudos, que reconocéis a la mujer como vuestra igual, y que, a este
título, le reconocéis un derecho igual a los beneficios de la unión universal de los
obreros y obreras(...)» «La Unión Obrera», 1843.

A raíz de un viaje a Londres, donde Flora Tristán consigue penetrar en la cámara


de los Lores disfrazada de hombre y donde entra en contacto con los obreros que
malviven en una sociedad que les da la espalda, decide dedicar sus esfuerzos en
un futuro sobretodo a la clase obrera. Antes de empezar a gestarse las ideas de
Marx y Engels, viaja por toda Francia dando apoyo a los trabajadores de su país.

En 1844 fallece dejando plasmadas sus ideas y sus vivencias en su prolífica obra,
de la cual destacan «Peregrinaciones de una paria» (1883), «La emancipación de
la mujer» (1846), «Unión Obrera» (1843) así como otros dos libros a favor del
divorcio. Tristán imprime a su feminismo un giro de clase que en el futuro daría
lugar al feminismo marxista.

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IGUALDAD DE OPORTUNIDADES

Dentro de los Misóginos del Movimiento Obrero, destacaron los primeros ideólogos:

Ferdinand Lassalle (1.825 – 1.864). Político y pensador alemán.

Pierre – Joseph Proudhon (1.809 – 1.864). Para él, una mujer igual al hombre
significaría «(...)el fin de la institución del matrimonio, la muerte del amor y la
ruina de la raza humana(...)» Para Proudhon las cosas estaban claras: «(...) no
hay otra alternativa para las mujeres que la de ser amas de casa o prostitutas
(...)». Se le consideró «el padre» del anarquismo. Tenía un odio feroz, no solo al
Estado y los grandes capitalistas sino al colectivismo en todas sus formas, inclu-
yendo los sindicatos, las huelgas y expresiones similares de la colectividad de la
clase obrera.

Otros pensadores del movimiento obrero que destacan por sus aportaciones a
favor de los derechos de las mujeres:

karl Marx (1.818 – 1.883). Pensador socialista y activista revolucionario de ori-


gen alemán. El pensamiento de Marx quedaría asentado sobre la dialéctica de
Hegel.

Friendrich Engels (1.820 – 1.895). En su obra «El origen de la familia», «La


propiedad privada y el Estado» afirma que el sometimiento de la mujer no se
debe a causas biológicas como la reproducción, sino que su origen se encuentra
en la aparición de la propiedad privada y la exclusión de las mujeres del ámbito
productivo.

August Bebel (1.840 – 1.913). Dirigente socialista alemán. Primer teórico mar-
xista que escribió de forma específica sobre la mujer en su libro «La mujer y el
socialismo» (1879).

Considera que las desigualdades entre mujeres y hombres son una extensión de
las desigualdades de clase, de manera que las mujeres deberían unirse a la revo-
lución socialista contra el capitalismo para lograr su emancipación. También cree
que el sometimiento de las mujeres a los hombres es motivado por el acceso al
trabajo, de manera que su única solución será la incorporación al mercado labo-
ral.

El problema del Socialismo es que a pesar de la teoría, no todos los socialistas


defendían la igualdad entre mujeres y hombres, de manera que también había
quien argumentaba que el salario de los hombres se vería reducido con la incor-
poración de la mujer al ámbito productivo, o que el número de abortos y la mor-
talidad infantil aumentarían. Por otro lado existía otra división basada en la clase
social, ya que aunque defendían las demandas de las sufragistas, las considera-
ban enemigas por olvidar la situación de otras mujeres proletarias.

Clara Zetkin (1.857 – 1.933). Socialdemócrata alemana. Promotora del 8 de


marzo. Propulsa el feminismo en la Segunda Internacional Socialista. Fue quien
puso las bases para un movimiento socialista femenino. Fue un nombre que se
escuchó más en la práctica feminista que en la teórica. La intención de ella era
persuadir a las masas y hacer una tarea de educación. Pensaba que el sufragio
femenino no era suficiente para eliminar la subordinación de las mujeres. Planteó
la internacionalización del movimiento socialista de las mujeres.

118
TEMA 5. FEMINISMO EN LA EUROPA MEDITERRÁNEA.
En Francia en 1860 tiene un intenso desarrollo. Pero su conexión con el movi-
miento republicano anticlerical hizo que la mayoría de las mujeres influenciadas
por la iglesia católica se mantuvieran al margen. Algunas de las figuras más
representativas fueron:

- Nelly Roussel (1872 – 1922). Librepensadora, anarquista y feminista fran-


cesa.

- Madeleine Pelletier (1874 –1939). Psiquiatra, feminista y socialista fran-


cesa. Consiguió en 1906 convertirse en la primera mujer que se presentaba a los
exámenes para ser psiquiatra, y la primera también en conseguir un puesto de
interina en los sanatorios estatales. A parte de su vida profesional, fue una acti-
vista comprometida. Desde su adolescencia se relacionaba con grupos anarquistas
y feministas. Editó la suffragiste (la sufragista). Escribió mucho sobre el derecho
de las mujeres como: «La femme en lutte pour ses droits» (Las mujeres en la
lucha por sus derechos) (1908), «L’émancipation sexuelle de la femme» (La eman-
cipación sexual de la mujer) (1911), y «L’éducation féministe des filles» (La edu-
cación feminista de las niñas) (1914).

En Italia, el movimiento tuvo poca importancia por la presencia de la iglesia cató-

BLOQUE 4
lica. Destaca en el movimiento sufragista Anna Mª Mozzoni (1837 – 1920), femi-
nista que luchó contra los modos discriminatorios hacia las mujeres que se pro-
ducen en la época y en su país. Librepensadora que lucha por el sufragio femeni-
no.

En España el feminismo se presenta en su vertiente más social. Reivindica dere-


cho al trabajo y a la educación (a principios del S XX, la tasa de analfabetas en
España era del 71 %) y no se centra tanto en las luchas políticas. Pensaban que la
adquisición de estos derechos les daría poder para cambiar otras leyes
discriminatorias. El modelo de género establecido mantenía el sometimiento de
las mujeres por dos vías, la legislativa y la social.

Entre otras mujeres destacamos a:

Concepción Arenal (1820 – 1893) que fue la primera española que cursó estu-
dios superiores de derecho en Madrid, aunque para ello tuvo que ir disfrazada de
hombre. El rito era el siguiente: acompañada por un familiar se presentaba en la
puerta del claustro donde era recogida por un bedel que la trasladaba a un cuarto
en el que se mantenía sola hasta que el profesor de la materia a impartir la
recogía para las clases. Sentada en un lugar diferente del de sus aparentes com-
pañeros seguía sus explicaciones hasta que la clase concluía y de nuevo era reco-
gida por el profesor que la depositaba en dicho cuarto hasta la clase siguiente.
Pero aún así Concepción, terminó sus estudios.

De la misma forma, usando el nombre de su hijo Fernando, obtuvo el premio de


la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas por su obra «La beneficencia, la
filantropía y la caridad» en 1860, otras obras de esta autora son «Cartas a los
delincuentes» en 1865, «La mujer del porvenir» en 1868 o «El estado actual de la
mujer en España» de 1884.
119
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IGUALDAD DE OPORTUNIDADES

Emilia Pardo Bazán (1851 – 1921), destaca en su época como escritora, muy
criticada por escribir sobre temas como la maternidad impuesta o la educación
diferenciada y por el hecho de escribir siendo mujer y madre. Se separa de su
marido con el que tiene tres hijos y decide continuar con su profesión para ganarse
la vida. Sus obras más importantes, «La tribuna» (1882), «Los pazos de Ulloa»
(1886) y «La mujer española» (1907).

Suceso Luengo de la Figuera (1864-1931), maestra y escritora era gran admi-


radora de Arenal y de Pardo Bazán. Destaca por su propuesta de renovación
pedagógica a través de la cual propone nuevos modelos y nuevas expectativas
para las mujeres. Una de sus obras más importantes es «Pedagogía social» de
1902.

Dolors Monserdá (1845 – 1919), escritora y feminista. Nacionalista catalana.


Sus obras gozaron de una perspectiva femenina. Entre sus obras que vieron la
luz, fueron «Poesies catalanes» (1888) y «Poesies» (1911). El libro más destaca-
do fue la novela «La fabricanta» (1904), retrato de una mujer que medra en la
escala social gracias al trabajo y a su realismo. De igual forma, escribió artículos
sobre la situación de la mujer, con una gran efectividad a la hora de mejorar la
condición de las mujeres trabajadores del siglo XIX.

Teresa Claramunt (1862 – 1931), obrera, anarquista, sindicalista. Es de las


primeras obreras con discurso feminista en una época en la que las mujeres se
habían incorporado al trabajo en la industria en condiciones infrahumanas y es de
suponer que sus obligaciones en casa continuaban siendo las mismas. Reivindica
el papel de la mujer como trasmisora de valores y educadora, le otorga el poder
de cambiar la sociedad trasmitiendo otros valores.

María Echarri (1878 – 1955), Concejala del Ayuntamiento de Madrid. Feminista


y católica. Inspectora de Trabajo del Instituto de Reformas Sociales. Instaura la
«ley de la silla» en 1912, los empresarios debían proporcionar una silla a todas
las mujeres que trabajaran en la industria o el comercio.

En 1918 se crea la Asociación Nacional de Mujeres Españolas, que comienzan a


plantear la necesidad del sufragio femenino, junto con la Unión de Mujeres de
España, destacamos figuras como: María Espinosa, María de Maeztu, Benita Asas
Manterola, Clara Campoamor, Victoria Kent.

Clara Campoamor (1888-1972). Fue modista, dependienta, empleada de Telé-


grafos hasta 1914 que se hace profesora de adultas, pero sólo puede enseñar
taquigrafía y mecanografía. Pertenece al colegio de Abogados y fue delegada del
Tribunal de Menores. Formó parte del Partido Radical, a través del cual defendió el
derecho al voto como cuestión de justicia. En 1931 salió elegida diputada por
Madrid. Formó parte del grupo que estaba elaborando la constitución y defendió
los derechos de las mujeres. A partir de 1932, una vez aprobada la ley del divor-
cio en las cortes dedicó gran parte de su actividad en este tipo de causas. La
nombraron directora general de Beneficencia, pero en 1934 abandonó su cargo.
Al comenzar la guerra se exilió y ya no pudo regresar a España antes de su
muerte. Entre sus obras destaca: «Mi pecado Mortal», «El voto femenino y yo»,
«El derecho femenino en España».

120
Victoria Kent Siano (1892?-1987)1 (1 aunque su fecha de nacimiento está sujeta a cierta
controversia, por hallarse datada de distinta manera según las fuentes, 1892?, 1897?, 1898?),
abogada, republicana y escritora malagueña. Primera mujer española que inter-
vino como abogada ante los tribunales. Se enroló en el partido Radical-Socialista,
a través del cual se opuso al voto femenino por una razón de oportunidad política,
suponiendo que las españolas se inclinarían por el voto conservador. Directora de
Prisiones, hasta 1934. Por primera vez en el mundo una mujer es nombrada para
un cargo público tradicionalmente masculino. Fue designada para formar parte de
la candidatura republicana a las Cortes por Madrid, resultando elegida diputada,
junto con Clara Campoamor, de las Cortes Constituyentes de 1931. La exiliaron
cuando terminó la Guerra Civil, y se fue a Francia. Desde la revista Ibérica realizó
una importante labor intelectual. Publicó también obras como «Cuatro años en

BLOQUE 4
París» (1947) y «Cuatro años de mi vida» (1978). En 1978 regresó a España,
aunque siguió manteniendo su residencia en Nueva York, ciudad donde murió.

María de Maeztu (1881-1948), mayor activista de la instrucción de la mujer a lo


largo del siglo XX. Impulsó y dirigió la «Residencia Internacional de señoritas»,
donde comenzó a trabajar con su madre. Uno de los objetivos de esta residencia
era dar la oportunidad a jóvenes mujeres, de cualquier nacionalidad, de estudiar
en un ambiente adecuado. Fue responsable de la «Sección Primaria del Instituto
Escuela». Fundó junto a Clara Campoamor, la «Asociación de Mujeres Universita-
rias» y por último fue presidenta del «Lyceum club femenino», en el que se fo-
mentaba un espíritu colectivo de las mujeres, y se les proporcionaba un espacio
abierto en el que tuvieran cabida también las mujeres casadas con más objetivos
en sus vidas que las paredes de sus hogares. Participaron Victoria Kent, Margarita
Nelken, Zenobia Camprubí, Mabel Pérez de Ayala y la presidencia honorífica la
ostentaba la reina Victoria Eugenia y la Duquesa de Alba. El Lyceum Club, en
1939, fue confiscado por la Falange y la Sección Femenina.

Carmen de Burgos. Periodista. Destaca su compromiso político dónde defendió


los derechos de las mujeres. Fué presidenta de «La Cruzada de Mujeres Españo-
las», primera organización feminista y de la Liga Internacional de Mujeres Ibéri-
cas e Iberoamericanas. Responsable de la primera manifestación callejera en
mayo de 1921, donde se distribuye un manifiesto firmado por una variedad de
mujeres de diferentes clases, desde Pastora Imperio hasta las Federaciones Obreras
de Alicante.

A partir de 1920 el feminismo en España comienza a reivindicar no solo cambios


sociales sino también políticos.
· 1921 se organiza en España la primera manifestación pro sufragio.
· 2ª Republica Española. (1931 – 1936)
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IGUALDAD DE OPORTUNIDADES

Todos los partidos eran de la opinión que el voto femenino sería sobre todo con-
servador, influenciado por la Iglesia.

Algunas diputadas en las Cortes de 1931 rechazan el voto femenino porque afir-
man que las mujeres no estaban preparadas, como son:

- Margarita Nelken (1896 – 1968) socialista. Diputada por la provincia de


Badajoz (elegida de la lista del partido socialista). Fue la única mujer que logró
renovar su candidatura por la provincia de Badajoz, en las tres legislaturas repu-
blicanas: 1931, 1933 y 1936.

Durante la guerra civil se afilió al partido comunista (1937). Fue una de las repre-
sentantes del movimiento feminista en España. Fue contraria a otorgar derecho
de voto a la mujer, posición compartida también por Victoria Kent.

«(...) Las mujeres españolas —decía—, espiritualmente emancipadas, son hoy


todavía insuficientemente menos que las que irán a pedirle la orden al confesor o
se dejarán dócilmente guiar por los que explotan su natural conservadurismo
familiar femenino(...)». (1931).

- Victoria Kent (1892? – 1987) radical socialista. No estaba de acuerdo con


el sufragio femenino, sin desmerecer a las mujeres, no consideraba que fuera el
momento más adecuado para luchar por esa causa.

La República fue un gran avance para los derechos de las mujeres, además del
sufragio y la posibilidad de ser elegidas en el Congreso dentro del ámbito político,
las mujeres lograron muchos derechos en el ámbito social, la Ley del Divorcio
aprobada en 1932 (fue una de las más progresistas), reformas de los Códigos
Civil y Penal que permitieron a las mujeres ser testigos en testamentos y matri-
monios civiles, tutoras de menores e incapacitados, conservar su nacionalidad si
el marido tenía otra, compartir con el marido los bienes conyugales y la patria
potestad de los hijos o tener contratos de trabajo sin cláusulas de despido por
matrimonio, entre otras muchas medidas.

Es importante destacar La Constitución de 1931, que entre multitud de artículos,


establece:

«(...) Artículo 23. No podrán ser fundamento de privilegio jurídico: la naturaleza,


la filiación, el sexo, la clase social, la riqueza, las ideas políticas, ni las creencias
religiosas».

Artículo 36. «Los ciudadanos de uno y otro sexo, mayores de veintitrés años,
tendrán los mismos derechos electorales conforme determinen las leyes (...)».

Durante la etapa franquista, los derechos adquiridos por las mujeres después de
la lucha republicana volvieron a rescindirse con la llegada de la dictadura y hasta
la Constitución democrática de 1978.

Durante esta etapa la participación de las mujeres se vuelve a limitar al ámbito


doméstico, se prohíbe el matrimonio civil o el divorcio y se instaura el Código Civil
de 1889 y las mujeres casadas no tienen opción a abrir cuentas corrientes, dispo-
ner de los ingresos de sus trabajos u obtener pasaporte sin el consentimiento del
marido.
122
En este periodo apenas hubo movimiento feminista, aunque sí resistencia, a me-
nudo individual. Después, la lucha por la Democracia fue la principal reivindica-
ción de mujeres y hombres.

A continuación os ofrecemos algunos textos publicados durante la dictadura fran-


quista:

«(...) El movimiento feminista, la aspiración de la mujer a disfrutar de los mismos


derechos sociales que el hombre, es un intento absurdo y que desprestigia a la
mujer como ser inteligente ¿No se da cuenta que al pedir una igualación sale
perdiendo? ¿No ve que esto, además de ser imposible, porque no somos iguales,
la perjudicaría? La única explicación posible de semejante disparate es la falta de
feminidad entre quienes plantearon tales reivindicaciones y con pertinencia si-
guen persiguiéndolas. Las que acaudillan este movimiento suelen ser solteronas
o mujeres psíquicamente viriles(...).»

(A. Clavero, médico, «Antes de que te cases», 1946)

Menos mal: la mujer es un ser inteligente. No todo está perdido: puede ser reha-
bilitada.

BLOQUE 4
«(...) Un feminismo absurdo aleja a muchas mujeres de su destino en pos de
entretenimientos y libertades que no condicen con el decoro y sus deberes de la
maternidad. Un ambiente de excesiva libertad doméstica permite a los hijos y a
las hijas ausentarse del hogar demasiadas horas y hasta días enteros. Su padre,
haciendo dejación de su autoridad paterna, que es don divino y base de la familia,
no es reconocido en ella como representante de Dios, ni como cabeza de la mu-
jer, según la expresión de San Pablo, ni como primer maestro dado por Dios a
sus hijos. Y no es caso raro que los mismos padres con su mal ejemplo, arrastren
a sus hijos al pecado (...).»

(Documentos colectivos del Episcopado español,


«Instrucción sobre la moralidad pública», 31 de mayo de 1957.)

El representante de Dios y cabeza de la mujer se fuma un puro mientras sus hijas


llegan a las tantas. Al representante de Dios habría que retirarle la patria potes-
tad.

«(...) El feminismo moderno quiere que la mujer escale las más altas cumbres de
las ciencias y de las letras, pero cae, señoras, en la vaguedad y superficialidad
cuando lo intentan. No tiene fuerza en sus alas para remontar el vuelo a esas
inaccesibles alturas. Existen sí, celebridades femeninas en literatura, en la poesía
y aún en la filosofía, pero la profundidad de sus obras es superficial, sus pensa-
mientos poco profundos, por lo que sus obras no pueden equipararse a las del
hombre (...).»

(Ricardo Delgado, mercedario, La mujer en la vida moderna, 1941)

Sí, conviene no equipararla al hombre. No le conviene al hombre.

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IGUALDAD DE OPORTUNIDADES

Podemos observar en los textos el interés del franquismo por ridiculizar y demonizar
al movimiento feminista, para así conseguir que las mujeres españolas se consa-
graran al «oficio» de ser madres y esposas. No obstante, son de destacar los
esfuerzos de algunas autoras y hechos sobresalientes en el progreso de las muje-
res, los cuales a continuación referenciamos:

- María Campo Alange. Escritora y autodidacta. Vivió las transformaciones


de la situación de las mujeres. Escribe en 1948 «La secreta guerra de los sexos»
y en 1961 «La mujer como mito y como ser humano» y «La mujer en España,
Cien años de historia». Funda en 1961 el Seminario de Estudios Sociológicos
sobre la Mujer.

- Creación en 1956 de la asociación Amistad Universitaria, formada por tres


asociaciones religiosas con la intención de fijar las bases de un feminismo cristia-
no en una línea progresista respecto a la postura de la Iglesia.

- En 1960 se aprueba la Ley de derechos Políticos, Profesionales y de trabajo


de la mujer, por la que se eliminan muchas discriminaciones en el acceso al
empleo de la mujer, en gran parte promovida por el despegue económico de
España y los Planes de Desarrollo que requieren una ampliación de la mano de
obra.

- En diciembre de 1975, dieciséis días después de la muerte de Franco se


organizan en Madrid las «Primeras jornadas de liberación de la Mujer», celebra-
das aún en la clandestinidad, porque pasaban pocos días después de la muerte
del dictador.

- En 1976 se celebran en Barcelona «I Jornadas Catalanas de la Donna».


Asistieron unas 4000 mujeres. Fue un lugar donde por primera vez, pudieron
hablar con libertad, de ellas mismas y profundizar en aquellas cuestiones con
respecto a la emancipación de la mujer. Uno de los objetivos que se plantearon
era la necesidad de diseñar una estrategia para lograr la emancipación de la
mujer al tiempo que esta estrategia estaba dirigida a conseguir una sociedad
socialista.

- En 1976, surgió el Frente de Liberación de la Mujer en Madrid. Se caracterizó


fundamentalmente desde una perspectiva ideológica, por la preocupación por
una concepción totalizadora de la opresión a la mujer. De esta forma se orientó a
un sector de sus militantes hacia una concepción del feminismo como alternativa
global de sociedad frennte al patriarcado o los «elementos patriarcales».

- El 6 de diciembre de 1978 se aprobaba por referéndum la nueva Constitu-


ción democrática y como 47 años atrás se reconocía la plena Igualdad de sexos.

- En 1979 se celebran en Granada «Jornadas Feministas». Marcaron el declive


del feminismo como tal. A partir de este momento vienen celebrando periódica-
mente las Jornadas de Feminismo Independiente.

- Después de la Constitución, se reformó el Estatuto de los Trabajadores y la


Ley del Divorcio, así como la más tímida y poco efectiva despenalización de la
interrupción voluntaria del embarazo, que actualmente sigue siendo objeto de
debate. Así, las mujeres españolas, con alguna excepción todavía, tienen recono-
cidos ya sus derechos, pero sin duda no hubiera podido ser posible llegar hasta
124 aquí, sin la incesante lucha del movimiento feminista.
TEMA 6. FEMINISMO SESENTAGOCHISTA «TERCERA
OLEADA DEL MOVIMIENTO FEMINISTA»
(A partir de finales de la década de los sesenta hasta la actualidad)

A grandes rasgos y a modo de resumen, se puede decir que el desarrollo histórico


del movimiento feminista permite identificar tres tipos de posiciones prácticos
discursivos como son:

- Feminismo de la Igualdad.
- Feminismo de la diferencia sexual.
- Feminismo posthumanista o Neofeminismo.

1.- Desde Poulain de la Barre hasta Simone de Beauviour se constituyen los pila-
res del «feminismo de la igualdad».

Los años 60 y 70 fueron momentos de reivindicación social y teórica. Betty Friedan


descubre «el problema que no tiene nombre», de carácter político, que identifica
a la mujer con la madre y esposa fiel, cerrando la posibilidad de autorrealizarse
personalmente. Se crea el NOW (organización nacional para las mujeres), de
acuerdo con el feminismo liberal.

El feminismo radical constituyó otro modo de entender la tarea y la crítica femi-


nista.

BLOQUE 4
Mientras las feministas liberales se ocupaban de cuestiones laborales y relativas a
lo público, las radicales se centraron en las prácticas familiares y sexuales popu-
larizando que «lo personal es lo político». Tanto el feminismo liberal como el
radical tenían en común la persecución del logro de la Igualdad entre los sexos.

El feminismo liberal considera que la falta de participación de las mujeres en el


ámbito público es el principal problema, por eso se dedican a promover la inclu-
sión de éstas en el mercado laboral y en el ámbito político. Sin embargo, las
feministas radicales consideraban que en el activismo político de las primeras,
seguían reproduciendose los estereotipos que les marcaba la sociedad, al menos
esto es lo que afirma Robin Morgan:

«(...) Como quiera que creíamos estar metidas en la lucha para construir una
nueva sociedad, fue para nosotras un lento despertar y una deprimente constata-
ción descubrir que realizábamos el mismo trabajo en el movimiento que fuera de
él: pasando a máquina los discursos de los varones, haciendo café pero no políti-
ca, siendo auxiliares de los hombres, cuya política, supuestamente, reemplazaría
al viejo orden (...)».

Todas estas actuaciones tuvieron su fruto en los 70, cuando se comienza a legis-
lar la igualdad ante la ley y la igualdad en las actividades económicas y se ponen
las bases para las políticas de acción positiva. Algunos ejemplos son la Ley del
divorcio o los cambios en la mentalidad sobre la violencia de género.

Las feministas radicales, no es que fueran anti-izquierdas, pero estaban en contra


de cualquier subordinación y más aún de la subordinación a los partidos políticos
que estaban dominados por los varones y que menospreciaban los problemas de
las mujeres. Este feminismo radical, formado por jóvenes activistas bien prepara-
125
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IGUALDAD DE OPORTUNIDADES

das, se organiza de manera autónoma y claramente antisistema. Cuestionaron


con herramientas como el marxismo o el psicoanálisis las relaciones de poder
dentro de la familia, el matrimonio, la sexualidad y sacaron a la luz dominaciones
dentro del ámbito privado, lo que resumieron en el eslogan «lo personal es políti-
co».

Tres pilares básicos del feminismo radical son los grupos de autoconciencia, el
activismo y la creación de centros de atención a mujeres.

Los grupos de autoconciencia se crean para que las mujeres pudieran expresar la
opresión desde su propio sentir no se basaban en ninguna teoría sino en su vida
diaria y cotidiana. De esta manera se crean explicaciones basadas en sus expe-
riencias, revalorizando de este modo el sentir y expresar de las mujeres.

El conocido activismo de las feministas radicales tiene un gran impacto en la


sociedad y consigue hacerlas visibles y que sus reivindicaciones fueran escucha-
das en toda la sociedad norteamericana y después en el resto del mundo. De
manera muy sutil saca a la luz diferentes formas de opresión que ocultaba la
sociedad tradicional.

Además, y no menos importante, el feminismo radical se dedica a crear centros


especiales de atención a mujeres, tanto de orientación e información sexual como
de acogida para mujeres victimas de violencia.

Como obras fundamentales del feminismo radical que se desarrolló en Estados


Unidos entre 1967 y 1975, destacamos en 1969 «Política Sexual» de Kate Millett,
que define el patriarcado como «(...) una institución en virtud de la cual una
mitad de la población (es decir las mujeres) se encuentran bajo el control de la
otra mitad (los hombres) (...)» y en 1970 «La dialéctica de la sexualidad» de
Shulamith Firestone.

La falta de jerarquías dentro del movimiento radical tuvo varias consecuencias,


una de ellas que el avance se hizo muy difícil, nadie estaba por encima de nadie
de manera que cualquiera podía cuestionar todo y quienes se incorporaban de
nuevo al movimiento paralizaban el avance del mismo ya que su posicionamiento
de partida no era el mismo que el de quienes llevaban ya años trabajando el tema
y se enfrascaban en ocasiones en un interminable debate interno. Por otro lado,
esta organización sin estructura unido a los grupos de autoconciencia permitieron
la creación de nuevas y diferentes visiones sobre el feminismo y es el momento
en que el feminismo se expande en multitud de movimientos diferentes.

2.- A partir de los años 70 comienza a desarrollarse el «feminismo de la dife-


rencia».

El feminismo de la diferencia, en contraposición al feminismo de la igualdad pone


el énfasis en afianzar las diferencias entre mujeres y hombres. Mantiene que
hombres y mujeres somos diferentes, pero que esto no tiene que implicar des-
igualdades, sino identidades propias. Considera que las mujeres no deben entrar
a intentar imitar a los hombres sino buscar la valoración de la identidad femenina.
Plantea hacer una nueva organización desde lo femenino, revalorizando la mater-
nidad, el trabajo domestico, lo no-racional, es decir, el mundo de los sentimientos
en contraposición al mundo masculino.
126
La pionera de este feminismo, es Luce Irigaray, filósofa y psicoanalista belga.
Junto a ella, podemos señalar a Annie Leclerc y Héléne Cixous que son las más
destacadas representantes del feminismo francés de la diferencia. En Francia
surgió el movimiento de la diferencia sexual, que explicaba lo que caracteriza a
las mujeres en sí mismas, no en comparación con lo masculino.

En Italia surgió una importante corriente del feminismo de la diferencia. Italia fue
uno de los países más activos dentro del movimiento feminista. Se crearon mu-
chos grupos de autoconciencia: La Librería delle Donne de Milán y la biblioteca
delle Donne de Parma. Se puede destacar a Carla Lonzi, con su obra «Escupamos
sobre Hegel», que fue una crítica a la cultura patriarcal. Luisa Muraro es una de
las principales aportaciones filosóficas del feminismo.

El feminismo de la diferencia revitaliza los vínculos entre las mujeres. Se valora lo


que históricamente han hecho, y han sido. Se trata de valorar el mundo femeni-
no.

3.- «Neofeminismo». Feminismo que ensaya una tercera posibilidad.

Movimiento contracultural que exige derechos que aún hoy en día continuamos
reivindicando:

BLOQUE 4
- Reformas legales en educación.
- Acceso a estudios universales.
- Igualdad de salario en el empleo.
- Derecho al voto en los países que aún no lo habían conseguido.
- Y de manera genérica igualdad de condiciones para acceder a todos los
ámbitos y niveles de la vida.

Se muestra crítico de una autoconciencia racional y universal y cauto ante los


ideales ilustrados. Descarta cualquier enfoque esencialista de los seres humanos.
Dentro de un pensamiento postmoderno, destacan autoras como Donna Haraway
y Judith Butler.

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IGUALDAD DE OPORTUNIDADES

TEMA 7. ULTIMAS TENDENCIAS.


EL ECOFEMINISMO es el movimiento que surge de la unión del movimiento
feminista y la ecología. Es un movimiento con muchas tendencias, dependiendo
en gran medida del lugar geográfico donde se desarrolla. Plantea una alternativa
a la crisis de valores de la sociedad consumista e individualista actual. Es destacable
porque entiende que la falta de respeto por el medio ambiente aumenta la brecha
de desigualdad entre las personas y entre las regiones, aumentando en gran
medida la pobreza de las personas más pobres. Las mujeres por ser las más
pobres entre los pobres por un lado, y por su especial relación con la naturaleza
por otro, intentan desde el ecofeminismo atajar estos dos problemas que les
atañen directamente.

En 1974, Francoise d’Eaubonne, es una de las precursoras de este movimien-


to, además de adoptar por primera vez el término de ecofeminismo. A principios
de los 90, cuando el concepto todavía tenía aceptación, surgieron las primeras
investigaciones y estudios, lo que conllevó nuevas líneas de pensamiento sobre la
interacción mujeres-medio ambiente- recursos naturales- desarrollo sustentable.
Se basa en un movimiento que teoriza las conexiones entre mujeres y naturale-
za.

En el libro «Feminismo para principiantes», Nuria Varela afirma que en los países
del sur, son las mujeres quienes controlan todas las fases del ciclo alimentario,
que en América Latina y Asia, las mujeres producen mas del 50 % de los alimen-
tos disponibles, cifra que en África llega al 80 %, que son quienes se encargan de
conseguir agua y leña y que sin embargo, estas mujeres son dueñas del 1 % de
la propiedad y su acceso a créditos, ayudas, educación y cultura está tremenda-
mente restringido.

En los años 80, el movimiento ecofeminista adquiere poder a través de acciones


políticas, concretamente iniciativas de mujeres sobre armas nucleares, pestici-
das, ingeniería genética, conservación del agua y de los bosques, además de su
rechazo por los aditivos cancerígenos en los alimentos, sobre todo en Europa y
Estados Unidos.

En 1991, hubo una conferencia en Miami (EEUU), donde participaron represen-


tantes de todo el mundo, para celebrar el Congreso Mundial de Mujeres por un
planeta sano. Participaron 1.500 mujeres de 83 países.

La «Conferencia de Mujeres Europeas por un Futuro sostenible», celebrada en la


República Checa en 2002, asistieron 120 mujeres de 30 países europeos para
debatir temas como agricultura y desarrollo, globalización, comercio, consumo y
producción sostenible.

Dentro del ecofeminismo podemos destacar:

Petra Kelly, muy importante dentro del movimiento pacifista y ecologista en el


mundo. Participó en movimientos por la paz y por los derechos civiles en EEUU.
Fundadora del partido alemán Los Verdes en Alemania. En 1983 organizó protes-
tas antinucleares y por los derechos humanos en Berlín y Moscú; En ambos lados
fue arrestada. En 1992 fue hallada sin vida. Su muerte nunca fue esclarecida.

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Ráchel Carson, autora en 1962 de «Primavera Silenciosa», contribuyó a la puesta
en marcha de la moderna conciencia ambiental. En su obra anunciaba cómo los
avances tecnológicos iban adelantar una crisis ecológica.

Vandana Shiva, perteneciente al movimiento Chipko en la India (significa abra-


zar, porque las mujeres se abrazaron a los árboles para evitar su tala). Física,
teórica de la India y pacifista. Fundadora de Mavdaya, un movimiento social de
mujeres para proteger la diversidad y la integridad de los medios de vida, espe-
cialmente semillas.

Wangari Maathai del movimiento Cinturón Verde (green belts) de Kenia, que
fue una campaña para proteger y sembrar millones de árboles en Kenia y el resto
del continente africano. Nombrada Viceministra de Ambiente y Recursos Natura-
les por el presidente Mwai Kibaki. Ha sido víctima de hostigamiento, persecución
y arrestos.

Bina Agarwal, representante del Ecofeminismo en India. Para ella, el lazo que
ciertas mujeres sienten con la Naturaleza tiene su origen en sus responsabilida-
des de género en la economía familiar.

«(...) Hemos de forjar nuestras culturas y nuestras vidas desde principios que
tejan el mundo como un sitio de cooperación, generosidad, con nuevos principios

BLOQUE 4
universales mediante la solidaridad, no la hegemonía (...)». Shiva, Vandana.(2001)
cit en Conferencia dictada por Dolores Limón durante las IV Jornadas de Mairena
Solidaria.

Hoy día, cabe también hablar del Ciberfeminismo como una de las tendencias
mas modernas del feminismo. Surge a raíz del desarrollo tecnológico en que
estamos viviendo y se centra en la utilización de estas nuevas tecnologías, espe-
cialmente Internet, con tres objetivos, el activismo, la información alternativa y la
creación de cibercomunidades o espacios en los que las mujeres puedan recons-
truir su propia identidad.

Otras definiciones que encontramos del término son:

«(...) El ciberfeminismo es una cooperación entre mujer, máquina y nuevas tec-


nologías. La relación entre la tecnología de la información y la liberación de la
mujer viene de antiguo(..)». Sadie Plant.

«(...) Se podría decir que el ciberfeminismo está todavía en su fase vanguardista


de desarrollo. La primera ola de exploradoras, amazonas e «inadaptadas» han
deambulado por un territorio que generalmente es hostil, y ha encontrado una
nueva tierra necesitada de descolonización (...)». Faith Wilding.2 (2 Cit. Mujeres,
género, feminismo. Comunicación. Ciberfeminismo. E-leusis.net)

Como han señalado Faith Wilding y el Critical Art Ensemble en su reciente estudio
sobre ciberfeminismo: «(...) el territorio del ciberfeminismo es extenso. Los obje-
tivos de su lucha son el ciberespacio, el diseño industrial y la educación: es decir,
todos aquellos campos en los que el proceso tecnológico presenta un sesgo sexista
por el cual se excluye a las mujeres de las posiciones de poder dentro de la
tecnocultura (...)».

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IGUALDAD DE OPORTUNIDADES

Ha habido muchas mujeres a lo largo de la historia que han contribuido a la


invención de las computadoras y la programación de las mismas, y aún siguen
siendo una minoría a la retaguardia. En la primera década del siglo XX Ada Byron,
fue pionera en el campo de la informática con sus aportaciones a la «máquina
analítica», sus programas para cálculos matemáticos avanzados, sus trabajos
sobre el primer lenguaje en la historia de la computación y sobre la matemática
de la función cerebral (Rosseti y Jodar, 2004).

Siguiendo a la socióloga inglesa Nadie Plan (1998), «(...) cuando las máquinas de
escribir, las multicopistas, los sistemas de conmutación, las calculadoras y los
ordenadores llegaron a la oficina, los trabajadores fueron reemplazados por nue-
vas redes de mujeres y de máquinas... Si escribir a mano había sido manual y
masculino, escribir a máquina era dactilar: rápido, táctil, digital y femenino (...)».

Shulamith Firestone en 1972 defendía la tesis de la cibernética aunque hasta


1991 con Donna Haraway y su categorización del cyborg como «un híbrido de
máquina y organismo» cuando comience de verdad la liberación del corsé biológi-
co y social de los cuerpos, ya que el cyborg es un ser ontológico que aspira a
superar la lógica binaria de género de la cultura occidental (Elizondo 2005).

En 1997 se celebró el Primer Encuentro Internacional Ciberfeminista en la Docu-


menta X de Kassel, Alemania, y en él se pretendió definir y establecer los objeti-
vos de esta nueva corriente del feminismo, que aún hoy en día no está del todo
determinada por su multitud de vertientes.

Lo que intenta desenmascarar el ciberfeminismo, son los presupuestos machistas


y patriarcales que hay detrás de la Red, buscando que Internet sea un lugar
mucho más amigable y útil para las mujeres. Se han creado también las
cibercomunidades, dónde las mujeres encuentran un espacio en el que recons-
truir su identidad al margen de las influencias patriarcales. De esta forma se
intenta conseguir que la igualdad de sexos sea una realidad también en el
ciberespacio.

El feminismo cultural de Estados Unidos se basa en la idea de la diferencia,


mientras los hombres son cultura, las mujeres son naturaleza y esto nos hace
fuertes para transformar el mundo en que vivimos. Esta corriente se relaciona
con el lesbianismo por considerar la heterosexualidad base del patriarcado.

El feminismo socialista surge también en los años 70, por parte de las mujeres
que militaban en los partidos de izquierdas. corriente de pensamiento, que trata
de manejar, simultáneamente, todas las contradicciones básicas de la sociedad
regida por el patriarcado-racismo-capitalismo.

Algunas feministas socialistas que se pueden destacar como por ejemplo, Iris
Young, Nancy Fraser o Sheila Benhabib han criticado lo desacertado de separar el
patriarcado y el capitalismo como sistemas de opresión diferentes.

El feminismo institucional se manifiesta de diferente manera en cada país,


surgen a partir de las conferencias mundiales sobre la mujer que pone en marcha
la ONU, es el gran salto del Feminismo a la agenda política. Hay quien critica que
no es tal feminismo, que el movimiento siempre se ha desarrollado fuera de los
ámbitos de poder, e incluso que este movimiento puede paralizar el activismo de
muchas mujeres, pero en apenas dos décadas de existencia a conseguido impor-
130
tantes logros, la creación de organismos de igualdad como el Instituto de la Mu-
jer, la ocupación por parte de mujeres de puestos en los partidos políticos y en el
Estado o el salto del feminismo al ámbito académico, entre otros.

Ya en los años 80 los movimientos feministas comienzan a apostar más por la


diversidad, no se centran en la mujer como categoría sino que empiezan a traba-
jar las diferentes situaciones de grupos de mujeres. Se le critica al feminismo de
la diferencia que se centra exclusivamente en la deconstrucción de la diferencia
entre mujeres y hombres, dejando de lado por ejemplo, a las mujeres que for-
man parte de grupos minoritarios y que sufren el abuso de poder por parte de los
grupos dominantes, en ocasiones también de mujeres. Éstas teorías si son lleva-
das al extremo impiden el desarrollo de una organización ya que no es posible
generalizar ni siquiera tratándose de un subgrupo.

Algunos movimientos surgieron de la unión de mujeres en función de la raza, el


país, la condición sexual, etc. son los denominados por algunas autoras feminis-
mos de tercera generación.

El feminismo de las mujeres negras: la lucha de las mujeres negras contra la


opresión de género y de raza provoca una acción política y feminista y anti-
racista. De esta forma, se cubría tanto la cuestión racial como la de género. Este
nuevo mirar feminista y anti-racista se integra a la tradición de lucha de los
movimientos negros como a la del movimiento de mujeres, y afirma esta nueva

BLOQUE 4
identidad política que resulta de la condición específica de ser mujer y ser negra.

Dentro de este movimiento, se pueden destacar las siguientes pensadoras femi-


nistas: bell hooks, Barbara Omalode, Diane Nash, Kathleen Cleaver, Ella Barker, ,
Bárbara Smith, Audre Lorde, Ángela Davis … etc.

Ángela Davis, feminista, comunista y activista de la causa negra. Para ella, la


liberación de la raza negra y la liberación de la mujer no podían separarse de la
lucha de clases. A través de 13 ensayos aborda el sexismo en las luchas por la
abolición de la esclavitud, el racismo en el movimiento sufragista y la articulación
de la raza y la clase en los primeros momentos de la lucha por la emancipación de
las mujeres.

bell hooks (seudónimo de Gloria Watkins) pensadora africana-americana femi-


nista. Sus escritos están centrados en estudios de género, raza, enseñanza y
medios masivos actuales. Ha publicado sobre 30 libros y artículos: «No soy una
mujer: Mujeres negras y feminismo» (1981); «Teoría feminista: Del margen al
centro» (1984); «Replicando con insolencia: Pensando como feminista, pensando
como negra» (1989); «Anhelo: Raza, clase y política cultural» (1990);

Audre Lorde: Se define a sí misma como lesbiana, negra y feminista. Fue poeta,
novelista y maestra.

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IGUALDAD DE OPORTUNIDADES

«(...) En este país las mujeres Negras siempre han sentido compasión de todos
menos de sí mismas. Hemos cuidado a los blancos porque de ello dependía nues-
tro salario o nuestra posibilidad de sobrevivir; hemos cuidado a nuestros hijos, a
nuestros padres, a nuestros hermanos y a nuestros amantes. La historia y la
cultura popular, así como nuestras vidas personales, están plagadas de relatos
sobre mujeres Negras que han mostrado «compasión hacia los hombres negros
descarriados». Nuestras hermanas marcadas por cicatrices, apaleadas, destroza-
das y muertas dan un mudo testimonio de esa realidad. Necesitamos aprender a
cuidarnos a nosotras mismas y a inspirarnos compasión (...).» (Audre Lorde,
1984).

Feminismo árabe, se centra especialmente en analizar el papel de la mujer en


el Islam, y hace una crítica a las interpretaciones misóginas del mismo. Hay
diferentes formas de feminismo, que se corresponden al tipo de opresión que la
mujer percibe en diferentes partes del mundo.

«(...) El mundo árabe está a punto de desaparecer. Esto no es una profecía. Es


una intuición femenina, y Dios, que lo sabe todo, sabe que la intuición femenina
rara vez se equivoca. Va a desaparecer por la sencilla razón de que todos, con los
fundamentalistas a la cabeza, quieren el cambio. El hecho de que propongan
avanzar yendo hacia atrás no altera el hecho de que quieren ardientemente el
cambio. Hay un deseo muy fuerte en este rincón del mundo de ir a otra parte, de
emigrar colectivamente a otro presente (...)». (Fátima Mernissi)

Estos movimientos que surgieron en el mundo árabe, llevaron a cabo, por ejem-
plo en Marruecos, una reflexión profunda sobre el código de la familia. En 1993
hubo un gran empujón cuando las asociaciones de mujeres pidieron un millón de
firmas para cambiar ciertos artículos en el Código del Estatuto Personal, la
Mudawana.

En 1998, el partido socialista impulsó un nuevo plan de integración de la mujer.


Este plan fue combatido por los islamistas. En el 2003, Marruecos tuvo el primer
Código del Estatuto Personal que instaura la Igualdad entre el hombre y la mujer
y es el primero que define el matrimonio como un contrato para crear una familia
que está bajo la responsabilidad de ambos cónyuges, ya que anteriormente sólo
estaba bajo la responsabilidad del esposo.

El feminismo egipcio desde que comienza hasta finales del siglo XIX, todo lo que
se ha realizado a favor de los derechos de la mujer, se hizo a través de asociacio-
nes que unían sus discursos y actividades al nacionalismo. El feminismo se consi-
deraba en su mayoría, y más por sus enemigos, algo occidental y extranjero, lo
que se ha convertido en un estigma hasta la actualidad.

Para las feministas islámicas, lo que está oprimiendo a la mujer, son las exigen-
cias de una ideología occidental y culturalmente no auténtica, por lo que según
ellas, se hace a expensas de las enseñanzas islámicas.

«(...) El ataque contra los derechos feministas sólo puede contrarrestarse con un
discurso feminista y no con uno islámico. Creemos que los derechos de la mujer
forman parte de los derechos humanos y que la lucha por ellos sólo deberá reali-
zarse en el seno de un discurso laico(...)». (Entrevista con la Sra. A. Seif al
Dawla. El Cairo Junio 93).

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Dentro del feminismo árabe, podemos destacar:

Fátima Mernissi: Escritora marroquí nacida en Fez, luchó para dar a conocer
una cultura humanista, alejada de los estereotipos y de la manipulación política.
Se ha especializado en el estudio de la condición femenina en las sociedades
musulmanas. Sus obras más destacadas son: «Sexo, ideología e Islam» (1975),
«Marruecos a través de sus mujeres», «Memorias de una niña del harén», «Sultanas
olvidadas» (1990), «El harén político» y «La mujer en la otra orilla».

Nawal Al-Sa’dawi, psiquiatra y escritora feminista. Ha sido una mujer persegui-


da por sus posturas políticas y su implicación en defender los derechos de las
mujeres. Es una luchadora feminista que ha denunciado durante toda su vida la
situación de las mujeres en el mundo árabe, reconociendo públicamente su pro-
pia mutilación sexual para denunciarla.

Feminismo lesbiano: Las ideas fundamentales de este movimiento se refieren


al feminismo que se desarrolla en Estados Unidos, dOnde se ubican muchas de
las principales pensadoras feministas. Señala el lesbianismo como una relación
social y política, que incluso tiene ritos propios de autoconciencia, como son el
«salir del armario» o mostrar públicamente la orientación sexual.

Según Milagros Rivera Garretas (1994: 118 y 122), el Feminismo Lesbiano ha


realizado dos procesos: primero, dar forma a una identidad colectiva en la cual

BLOQUE 4
reconocerse; y la segunda, dar a esta identidad una dimensión política.

El feminismo lesbiano en España tiene su desarrollo en la transición, en los


años ochenta existen grupos feministas y entre ellos, están los Colectivos de
Feministas Lesbianas. De los debates y de las inquietudes de estos colectivos
quedan algunos textos como la revista del Colectivo de Feministas Lesbiana de
Madrid: «Nosotras que nos queremos tanto», las noticias de las jornadas feminis-
tas en las que es patente la presencia de estos colectivos, entrevistas, ponencias,
etc.

En Febrero del 2007, se desarrolló el VII Encuentro Lésbico Feminista de


Latinoamérica y el Caribe (ELFLAC) en Santiago de Chile. Fue una de las activida-
des más importantes dentro del ámbito del activismo lesbiano feminista, que
registró a más de 150 personas de países extranjeros para asistir al evento.

Podemos destacar a algunas activistas feministas de este movimiento:

Adrienne Rich, feminista activa, luchadora por los derechos civiles y por la paz,
sentimientos y pensamientos que refleja en las poesías que escribe. En 1980,
escribió su ensayo más controvertido: «Compulsory Heterosexuality and Lesbian
Existence». Entre 1981 y 1983 coeditó el diario lesbiano-feminista Sinister
Wisdom.

Denuncia la heterosexualidad obligatoria como norma social que exige y causa la


invisibilización del lesbianismo, incluso en el mismo movimiento feminista. Para
Rich, el heterocentrismo estaba invisibilizando a las lesbianas, incluso dentro del
mismo feminismo o la academia, ya que no había discutido los elementos de raza
y sexualidad, acusándoles de practicar endo-discriminación (Sáez, 2003: 118-
120).

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IGUALDAD DE OPORTUNIDADES

Monique Wittig, escritora francesa de vanguardia. Autora de artículos políticos,


novelas, obras de teatro..., es una representante destacada del feminismo euro-
peo. Ha sido una aférrima defensora del derecho a la libre determinación. Afirma
que el sexo es una categoría política que inventa el pensamiento heterosexual.
Trata de establecer vínculos entre el orden de clase, la idea esencialista de mujer
y el valor político del lesbianismo. Esta autora plantea que la existencia de un
régimen político que se basa en la heterosexualidad es la variable con mayor
poder explicatorio de las relaciones de poder actuales. Sienta las bases de una
teoría lesbiano autónoma.

El feminismo académico contemporáneo es un movimiento amplio y heterogé-


neo. No sólo tiene efectos políticos y sociales sino que también genera resultados
en el campo del conocimiento (Collins,1993), hecho que propició la aparición de
los «Estudios de Mujeres», a los que Mary Evans, califica como la parte académi-
ca del feminismo (Evans, 1998:9).

Los estudios de mujeres aparecen en los EE.UU cuando muchas profesoras uni-
versitarias desde diferentes disciplinas, empezaron a creare nuevos cursos en los
que ocupaban un importante lugar la reflexión sobre la experiencia femenina y
las aspiraciones feministas. El feminista social y el académico van necesariamen-
te unidos. Las pioneras de este movimiento, querían mantener un diálogo perma-
nente entre profesoras y alumnado en una dinámica activa y participativa que tan
novedosa resultaba en comparación con la jerarquía universitaria.

En España se iría organizando más lentamente.

Feminismo cristiano Tiene como punto de partida la identidad misma de la


mujer, a partir de la cual debe brindar un aporte a la familia, Iglesia y a la socie-
dad. Desde este movimiento, se considera que otros movimientos feministas se
han equivocado de camino, ya que lo que han promovido, es que la mujer siga los
mismos patrones que el comportamiento masculino. Por lo que, de esta forma se
llega a considerar de manera negativa la maternidad, como un limitante de las
posibilidades de realización de la mujer, y por razones prácticas y estéticas se
rechaza la lactancia materna.

El feminismo cristiano puede datarse en la fecha de publicación de The Church


and the Second Sex, de Mary Daly (1968).

Las premisas básicas son las siguientes:

- Iguales en dignidad, diferentes en su identidad: masculina y femenina.


- Realización de la mujer: ser ella misma en la complementariedad con el
varón.
- Si a la naturaleza femenina, como la maternidad, la lactancia... etc.
- Prioridad: integrar familia y trabajo.
- Asume el papel de transmisora de códigos de conducta: civilizar antes que
producir.
- Libertad en el «don de sí» a los demás.
- Sana autonomía de la responsabilidad.
- Sexo como medio para el «don de sí» y la realización personal.
- Mujer: sujeto de cambio social.

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BLOQUE 4
CONCLUSIÓN.

En este bloque hemos hecho un recorrido por la historia del feminismo


desde su origen hasta la actualidad, junto con los nombres de las autoras
y feministas que han participado dentro de este movimiento.

Hemos resumido los distintos tipos de ideología dentro del mismo movi-
miento, aunque todos ellos con un objetivo común, la Igualdad de Oportu-
nidades entre mujeres y hombres.

Hemos considerado muy importante realizar este bloque, para que, de


esta manera, las lectores y lectores del mismo, puedan valorar y reflexio-
nar sobre este movimiento, muy infravalorado actualmente por la socie-
dad.

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IGUALDAD DE OPORTUNIDADES

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