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VOL. II
Distrito Federal
Primera Parte
Adán Echeverría
Armando Pacheco
Compiladores
Ediciones Zur
Catarsis Literaria El Drenaje
Mérida, Yucatán
Agosto de 2008
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 321
Del silencio hacia la luz:
Mapa Poético de México. Poetas nacidos en el período 1960 - 1989
Adán Echeverría
Armando Pacheco
Compiladores
Ediciones Zur
Catarsis Literaria El Drenaje
Este es un documento de consulta, su propósito primordial es la difusión de la poesía que se escribe y publica
en México, pero también busca contribuir a la formación de la capacidad de apreciación y escritura poéticas de
los lectores. La compilación de los poemas fue obtenida de dos formas: por el envío de los propios autores vía
correos electrónicos y de las fuentes documentales, mismas que aparecen al pie de los poemas cuando se da el
caso.
322 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
LOS POETAS QUE HABITAN EL DISTRITO
FEDERAL EDIFICAN UTILIZANDO VERSOS
QUE HABLAN DE SUS DOMINGOS
FAMILIARES, DE LAS PUERTAS QUE GRUÑEN
Y LAS SOLEDADES A QUIEN NADIE SIRVE
Distrito Federal
UN PLATO DE SOPA. - A.S.O.
87 autores
Primera Parte
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 323
Siempre es ineludible cuestionar los límites. ¿Por qué desde un borde y no
desde otro? ¿Por qué desde una esquina y no desde la otra? Es preciso acotar con el
fin de aprehender la información. El espacio en el cual conviven las diversas
manifestaciones de la cultura es amplio. Y ello no signifique que todo lo que está
contenido ahí pueda, con el tiempo, convertirse en referencia obligada. Existen los
criterios que definen a la poesía —tanto temporales como universales— así como la
legítima apropiación que las sociedades ejercen sobre los productos culturales que
originan; la cual, de manera afortunada, está por encima, incluso, de modas e
imposiciones, casi siempre subjetivas, dictando así la última palabra en cómplice alianza
con el tiempo.
Jair Cortés, poeta nacido en 1977, dice que “poesía es aquello que está más
allá de lo que está, es la puesta del sol”; pero ¿quién dice donde está, realmente, lo
que está? Todo depende de la percepción y de la clara, u opaca, visión del que observa.
En ocasiones hay tanta oscuridad que no es posible vislumbrar ni, mucho menos,
valorar el sol más esplendoroso. Sin embargo, también en las tinieblas está la claridad
hiriente que muestra lo que a veces preferiríamos no ver, porque en función de las
sombras se define la transparencia. Los dos espacios conviven y se confabulan para
conducir al poeta al ámbito de las posibles respuestas. A este respecto dice Mónica
Braun: “Hoy sólo en lo inverso de la luz me reconozco.”
324 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
He escuchado a mis colegas quejarse a menudo de una falta de atención
hacia las generaciones de los sesentas, setentas y ochentas. Es por ello que se ha
tratado de atender esta carencia compilando y publicando antologías como “La luz que
va dando nombre”, “Eco de voces” y, más recientemente, “Animales distantes” en lo
que toca a la generación de los sesentas a la cual pertenezco. Y así, cada generación
hace lo conducente con respecto a su labor trabajando por generaciones, de manera
separada y separadora. Es por ello que me alegra encontrar aquí un amplio panorama
que pretende incluir a los escritores que, desde 1960 hasta el año de 1989, trashuman
por el devenir histórico de la poesía en México. Con toda seguridad, porque siempre
sucede lo mismo, habrá quien se quedó fuera. Pero la razón, me parece, tendrá que
ver más con limitantes relacionadas con el acceso a las fuentes documentales que con
criterios discriminatorios porque los autores han dejado bien claro que no pretenden
erigirse en “gurús” de la poesía lo cual, en primera instancia, se agradece.
Los poetas que habitan el Distrito Federal edifican utilizando versos que hablan
de sus domingos familiares, de las puertas que gruñen y las soledades a quien nadie
sirve un plato de sopa. De las “ideas que son capullo” y de los ombligos “donde se
abonan todos los vientos”. Ofrendan su música a las raíces “que no tienen canto” y
afirman que “este siglo alumbra el lado opuesto del porvenir”. El tiempo y el espacio
van a la poesía y se trepan en las palabras para hacerse visibles; para develar los
muros y los instantes que el poeta toca con su palabra y luego desparrama sobre una
hoja en blanco en el mejor de los casos o en algún papel sucio y arrugado que recogió
en alguna calle luego que se percató de que no llevaba consigo algo sobre lo cual
escribir.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 325
Se dice que el tiempo en las ciudades se desliza veloz entre los cuerpos y las
ideas y esto tiene su parte de verdad, pero también de mentira. Es cierto que las
ciudades envuelven al hombre en su vorágine obligándolo a moverse al ritmo vertiginoso
de un ente que no puede detenerse so riesgo de volverse vulnerable ante los millones
de seres que lo habitan. Sin embargo, hemos sido ingratos al definir al tiempo. El
tiempo pasa a cada instante y está ahí para que lo vea quien pueda y quiera verlo.
Quien se atreva a detener su paso para intentar apresar alguna de las minúsculas
partículas con que el tiempo nos mantiene siendo, podrá saber que, como dice Zambrano,
el tiempo es lo que no nos abandona, lo que “nos sostiene, nos envuelve”, lo que “eleva
al ser humano sobre la muerte que siempre está”. Pero, de manera paradójica, para
poder detenerse hay que moverse sin tregua en la banda veloz de la historia.
326 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
que prometa su corazón como una ofrenda habrá que recordarlo”. En esta muestra
está el corazón de una buena parte de los poetas del Distrito Federal quienes se han
arriesgado a ser leídos, como señala Adán Echeverría; quienes han atrevido la pluma a
pesar de sentir, en ocasiones, ser “una palabra que debería de retirarse”.
Queden para la reflexión acerca de esta muestra poética los versos de Jesús
Gómez Morán:
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 327
ABREU FLORES, ZARÍA, (1973).
I
MAR EN TEMPESTAD
estalla en aullidos
se retuerce
yo sé
le duele su grandeza
le duelen los costados que no tocan la tierra
algo le duele
lo sé
no escapo a su dolor
me sumerjo en su estómago crepitante
en sus largas manos retorciéndose los dedos
estalla
estalla
estalla
en fragmentos de todos los tamaños
furiosas moléculas
devoran los pueblos que habitan sus orillas
furiosas moléculas
como el corazón de una hormiga
relampagueante
desconocida
328 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
furiosas moléculas
invisibles
milimétricas
tan diminutas
ínfimas
imperceptibles
furiosas moléculas
devorando hombres
devorando playas
devorando embarcaciones
(estalla…)
cuando a mi mar
le toca la larga noche de la angustia
ante su ira me estremezco
me acuno en su desgaste de coraje
y duermo en su regazo
II
te beso:
me sumerjo
te beso:
cada río se pone a variar su cause
te beso:
a mi oído izquierdo
le nacen raíces de agua
III
recuerdo:
te perpetuaste en la orilla de la muerte
te recostaste complaciente en mis dolores
la mesa la alfombra
y la cal de las paredes
recuerdo:
dueles
recuerdo
tu risa
tu risa
tu risa
armada de diminutas navajas
tu boca
de microscópicos cuchillos afilados
—bisturís de la casa de muñecas
en la que jugaba cuando niña—
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 329
tu boca
donde 24 guerreros de metálica armadura
libran sus batallas
tu boca
donde van a morir estaqueados
por tus brillantes espadas
los temores de mi lengua
330 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
AGUILAR, JOSÉ LUIS, (1964).
AUREOLA
Hacia el orificio y su estructura de crisálidas,
lumbre circular, alumbre que llama.
Silencio de todos los tiempos,
almendra en la que se guarece la plegaria.
Lámparas espigan cáñamos desvalidos,
el Carnero de los Siglos pende sobre garras.
Vean el cruce de lunas cómo almidona la ventana.
Voz ardida de luz, sublimación de cristales,
esperanza de ninguna palabra: óvalo de nardo sereno.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 331
AGUILERA CAMPILLO, RAÚL, (1966).
OSCURA COMO INASIBLE
Oscura como inasible
susurras tu nombre.
No sabe el agua mejor
murmurarse inaudible,
inasible tocarme,
sin verla exhibirse.
Sólo queda negarte
—y conforme te niego,
brotas y creces,
creces, floreces.
332 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
AGUILERA GARCÍA, FLOR, (1971).
LA NOCHE SERÁ MI CATEDRAL
En este libro de las horas
dibujo yo mi jardín de delicias:
fruta sedienta entre telarañas tejidas
por agujas sonoras.
Todo suena a himno en la soledad
SEDUCCIÓN
Descarna mi nombre,
ven,
derrámate,
ya es de noche,
acerca tus mejillas;
toma de mi cuenca
el agua que han de beber tus lirios;
posa tus manos
sobre las cúpulas del pecho,
ven
deja que la luz descanse
en tus pupilas dilatadas,
devora la vigilia,
apriétame,
algo se esconde en nuestro lecho,
prueba mil veces de mi boca,
cierra los ojos
cuando el cansancio nos fustigue
pero toma los frutos
nacidos en mi vientre.
Cubre tus manos,
que nadie te las mire,
marcha conmigo,
encájame en tus piernas,
escucha los latidos
de las altas caricias de mis senos;
marca mis hombros,
quiéreme,
existimos ¿verdad?
Tú entiendes el amor,
el silencio es sangrante,
escóndeme,
sácame el corazón,
colócalo en tu pubis,
rema en mí con el ansia,
jadea
y si quieres
después duerme.
Tomado de http://www.magogris.com/
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 333
ALANÍS, SALVADOR, (1964).
LOS DOMINGOS
Los domingos
acostumbro comer con mi padre.
Platicamos de Marruecos,
de las puertas de Lisboa
y súbitamente cuenta
del día que pidió la mano de mi madre.
Apenas recordamos
esta corta vida.
334 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
ALATORRE, GUSTAVO, (1979).
Poemas de Bufón para Doncella
I
LA HIJA DEL INCENDIO
MADAME PURGATORIO
Bien pudo escoger el cielo o
El infierno
De mujer íntima y regocijante,
Pero madame caricia
Sabe lo vicioso que es el ángel
En un tugurio como este.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 335
Un pésimo cliente;
Con esos versos
Que no llenan los bolsillos de los reyes,
Ni los yambos de una sonrisa fértil o la lluvia
Que enternece y que no alcanza.
*
Bueno le viene al hambre acostarse con hermosas.
Bueno le es sentir el dientecillo fiero,
La flor brillando sobre la espalda como un estigma,
Como un velamen.
Entrar o salir
Del suyo remolino macabro y quedarse
Con la mirada puesta en el viento,
En ese aire de su voz que trastorna como Calipso
Divino e infernal.
*
Cómo quitarla de mis ojos si ella conoce al viento.
Si ella misma es el lamento del bandoneón callado en el arrabal.
Cómo seducirla con este labio mortal, con esta lengua
Que le versara el reino de su belleza pagana,
La soledad tirana de su cadera peregrina.
336 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
A qué santo leproso bendecirle esa figura terrena,
Esos muslos como la puerta de un cielo,
El huracán poseso de sus labios quemados,
La urna donde se guarda la risa como una lluvia
Que no entristece,
Como una tarde que se amuralla
Con el derrumbe de las rosas.
PARAÍSO CLOWN
La luz que asciende de ti, hasta esos ojos
De carcajada y tormenta,
Calavera será para este Bufón que se emborracha
Con esas piernas de cortesana romántica,
Viciosilla de Baudelaire y Celán.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 337
ALONSO, ALEJANDRO, (1962).
BALAM
(FRAGMENTO)
para Rufus,
I
Sol
enciende fuego
palpitante en la hoguera
vive en mí
corazón pebetero
Dios arcano
guerrero
II
Cada amanecer regocijo
cuando atardece una fiesta
entonces sucede
cantera piel de camaleón
oruga mariposa
espina asoma la flor
también el quetzal
tumbago
de música y canto
guiña al universo
máscara polícroma
noche del día
oro plata
luna sol
III
Inicia el festín
despierta la selva
los sonidos revelan color
parece que gime
una sola garganta
bramido de jungla
grillo sonaja
canto esmeralda
del chéreje zope tucán
y al acecho de la sinfonía
ruge la furia del oro
Balam
338 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
IV
Todo arde
la selva una pira
el universo una hoguera
la flama devora del follaje
raíz semilla flor
misterio
Y ese dorado
amanecer de tierra
a través del fuego
bestias del inframundo
revela
V
Sólo quedan cenizas
quebranto de oro
eco y trueno
del cometa que estalla
Cenizas
memoria del roble
que incendiara el astro
en su arco iris de oscuridad
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 339
ALONSO YODÚ, ODETTE, (1964).
TERCER PISO
Lloro porque no encuentro la puerta de mi casa.
Alrededor hay fiesta
hombres encapuchados
mujeres harapientas
música enrarecida.
Soy un niño llorando en la escalera
una pareja ríe
y yo digo señor
tengo hambre
¿y mi mamá?
En algún sitio mi madre está llorando
tengo un extraño miedo de que nada me salve
ni siquiera mi madre que ahora veo más lejos
todavía llorando
(quizás ella tampoco encuentra lo que busca).
Hay un gato que corre tras mi zapato verde
buscamos puerta a puerta
y en cada una un niño tiene mi misma cara
sentados al umbral de casas que no existen
que nunca fueron de ellos
casas prestadas donde los desalojan
para hacer esta fiesta de falsos disfrazados
y trajes polvorientos.
Otros serán los dueños
y qué haremos tan solos
donde nadie vendrá a tomarnos de la mano
y a decir hijo mío
la sopa está servida.
EL TÚNEL
Como la placidez de un rostro familiar
no tiene fin
y creo que tampoco hubo principio.
Tanteo el aire la luz que me rodea
tenue y blanquísima como en un nacimiento.
Estoy flotando
acaso soy una burbuja
y acaso estallaré para ser aire luz
la extraña placidez de un rostro familiar
o un fuego fatuo.
Tomado de http://www.magogris.com/
340 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
AMARA, LUIGI, (1971).
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 341
ARGOYTIA MIRANDA, JOSÉ ENRIQUE, (1970).
BÚSQUEDA INCONCLUSA
(FRAGMENTO)
Levantando puentes
bajo al infierno,
y entre el vaivén de gnomos
te busco ángel maldito;
quiero arrebatarte el secreto
de mi vida, incubado en tu geografía.
Quiero mirarte el rostro
y arrancarte la sonrisa,
darte un beso en las entrañas
y violarte.
Voy por mis catacumbas
preguntando por tí,
el caos responde
dando tumbos
que desgarre otro poco,
pero el eco anuncia el engaño,
pregona que eres incognoscible;
agotó su palpitar en el aire
y marcho en pos de tus negras alas.
(...)
342 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
ARISTA, CUAUHTÉMOC, (1966).
LA EDUCACIÓN EN CIRENE
En Cirene —¿quién recuerda?,
¿quién podría decirlo?—
muchachas fallecen a diario
y otras nacen idénticas
menos por un día. En Cirene
árboles de instantes y noches eriales,
llano silenciado a punto del murmullo.
Los viejos quisieran abismos
en su casa, en vez del zumbido.
—Cada uno se contempla
sin consecuencia, pero hay habitaciones
que atrapan música filtrada
por lo respiraderos
—que inaudible desespera a quien siente el golpeteo
y la llama sentimiento de la muerte,
sueño de cactos extranjeros, deseo de estar loco
y extraviarse en los bosques desgreñados
que circundan Cirene.
Quien ahí sigue su reciente huella
fascinado en la impresión de algo propio
se acostumbra al grano mínimo
y absorto en su giro sostenido, un día tropieza,
oye todo, envejece y despierta.
Nadie ha muerto en Cirene.
Nadie levantó sus muros.
Nubes que no llegan, ríos que no pasan.
Muchas niñas se pierden
en el mismo lugar donde despiertan
y si el otoño suscita
de entre piedras música,
van al agua enloquecidas,
la agitan con las manos
y dicen ser aquellas que murieron,
menos por un día.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 343
ARÍSTIDES, CÉSAR, (1967).
GESTOS
El gesto de mi padre se hunde en los escombros
así lo dicta su sangre artillera
mezclada con el agua y los cementerios
Navega en el oleaje del aire
expectación de anhelos en estrofa delirante
sentencia del terrible acantilado
Cruel zozobra
dibujó en su vieja mirada el placer del mirlo
ojo con azufre infinito
reflejado en los confines de las ínsulas
ANSIEDAD
El marfil de tus muslos invocados
por los dientes voraces del tormento
maduraron serenos el portento
subversivos en tus bordes almendrados
344 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
ARMENTA MALPICA, LUIS, (1961).
REINUM
La luz no muestra las cosas como son. Las reviste,
se diría que las viste, para que se les vea.
Sin este vestido no serían visibles.
Pero no son este vestido.
Roger Munier
Duerme. Todos sus herederos murieron en el bosque
pero él duerme. Sudor de miel y musgo
alquitrán a la sombra del peligro. Cae en tiza
su ronca ensoñación, su vegetalidad de crín y de heno.
Tendones, ligamentos, cascos sin herradura.
Galope hacia la luz
el aliento del árbol no es el tiempo ni el fruto.
Este bosque tiene un resto de mundo que lo habita.
Por lo oscuro es azul
como el canto del mirlo en las alturas
pero también espacio.
Donde duerme hay un papel y lápices:
enramada y zarzal, acequia, esquejes, los rumores
de las vincapervincas.
Con maleza de pájaros
en un rosal de voz
enjaeza corceles en el invernadero de su boca.
Cuando florece un mirlo cambia el árbol
y el aliento del hombre se congela.
Dejamos de respirar la noche que está detrás del tronco
para inventar la lluvia.
Fermentación del odre y los herbarios
de las enredaderas en zarcillos
el cielo moja de azul el bosque de los sueños.
En la raíz se calla lo que no tiene canto.
Mejor dicho, es como si durmiera.
¿si Dios hablara
volvería a hacerse el hombre en su silencio?
Aunque dormido dice:
nunca supe de mí en el nacimiento
y no sabré mi muerte
¿por qué la luz oculta las tinieblas?
Esa hierba que crece entre las tumbas ha callado
los siglos que ahora miro desde el árbol.
¿Quién consuela a la muerte?
Hasta unas hojas caen para que el hombre conozca
la transparencia con la que se ha vestido.
Yo me miro en el árbol
en su media naranja de la luna
como hoja que no sabe de la rama
y no desea ser fruto, sino pájaro
o lo que escucha adentro.
¿Qué refleja la luna de lo oscuro?
¿Deja de ser espejo cuando nadie la mira?
Ahora que pienso en mí
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 345
imagino el pasado que abre sus cortinajes
para que yo me vista.
Dejo que entren las sombras
hasta cerrar mis ojos.
Y vuelvo a ser un árbol: el punto
de donde parte el sueño a las alturas.
La luz que hace que mire el canto
no escucha ni puede darle nombre a lo que vuela.
La verdadera luz desaparece todo.
Porque llamar al mirlo no es conocer su ruego:
es el silencio lo que levanta al ave.
Qué somos sino un vergel umbroso
colmado de palabras cuando un árbol nos calla.
Y cantamos el fruto
no su mosto.
Adán nunca fue niño.
Le faltó una navaja para rasgar su carne
y nombrar con su sangre al otro
que sabía la partitura.
Preferible dejar que venga otro hombre
a coser mi madera con su mano
o inventar a la mujer que muerda el fruto.
La última luz hace el ruido más alto: aquel
que ya no se oye, pues iguala al silencio y recomienza
el mundo.
Allí donde Dios reina
y los mirlos resguardan su secreto.
Dios no calla.
Simplemente no tiene la palabra para decir al árbol.
Posee la huella de una luz que no existe.
Respira de la luz. Se ahoga
en la sombra.
Agoniza de olvido.
Cae adentro del árbol infinito
y no sabe que cae
como en un sueño.
El árbol muere sostenido por sus propias raíces
y suda miel y musgo para ser recordado.
No deja hueco
ni tumba en los jardines.
Lo que oprimía su voz estalla en hojas.
Es el edén lo que ya no reposa sin el árbol.
Es la muerte la que nunca termina de morir
cuando se acaba el verde
de los mirlos.
346 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
SEIS INCENDIOS PARA APAGAR UN MIRLO
Una transparencia increíble, en su recóndita profundidad,
I
Los recuerdos nos han dado la espalda
ese vaho que asciende de los bosques
con sus grillos a cuestas
será todo el pasado.
No hay más cal para erigirnos horizonte
por un jirón de nube.
Aquello que en soledad mezclé
nos lo arrebata el pan
las aves de la luz y su pureza.
El que sin lágrimas deambula por el bosque
con un crujir de labios se despide.
Por un mordisco de hoja corre el día.
Nos faltan otros siete para la eternidad
y no hay un árbol:
su pequeño cordero
se mantiene de pie y acechado por los grandes
felinos de la duda.
Una soga de esparto lo ata al tronco de la noche
y se le oye gemir en sus arterias
una miel incendiada y el musgo más intenso.
Alguien escribe sobre su corazón con un cuchillo
el nombre de su padre.
Bala también la primogenitura
del que es sacrificado
para que no arda el bosque.
II
Para que no arda el bosque
exhumo el calcio de mis viejas palabras.
Leño anterior, pero también lechuza
el soplo de mis labios anticipa la sangre y sus navajas.
Verde oración que alimenta a la mantis
guarda recuerdos la ceniza de ese azufre
del que podría contarles.
El silencio que sostiene la noche había huido
en la mitad del cielo y de los pájaros.
Menos el gris de un mirlo.
III
Y de los pájaros, menos el gris
de un mirlo llama la voz coccígea
la serpiente espinal dentro del árbol
Crece para el amor.
Su viento es más pesado por cargarlo.
Pero menos
si canta.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 347
IV
Árbol también
sin pájaros
esta melancolía me recibe
en el rojo donde las flores mueren
y el silbido del corazón oficia su dominio.
Soy mi padre y bastón.
Hijo que estudió la caída de la manzana
en lugar de morderla.
Nieto del nunca está, porque esconde
el paisaje de otros mirlos.
Abdicación del canto que contiene la sangre
para que no arda en bosque.
V
Al desliz del amor solo
nos queda el temblor de unas hojas.
Va su vivir desmigajándose
y en lágrima de Dios
conmueve su recuerdo con el aceite impío
de otra sombra.
De memoria aterida y aspereza
su pobrente latir de mano en mano
es la flor en el mirlo
esta carne de recia vestidura
aquel mirar agónico que descansa
tal vez
porque eres hombre y eres
de cielo
párpado al que le hubo crecido el corazón
muy pronto
la sonrisa cuando se piensa beso
y no alcanzó para decir tu nombre
el nombre que abra el día
tatuado en una lápida.
No lo puedes callar. No debes. No concluyas
la raíz que nos crea
si la llama se apaga para que no
arda el bosque.
VI
Busca un temblor que no haya sido piel
porque tal vez
muy pronto
el aceite sea escaso
para encender al hombre.
Busca un sitio en el árbol
que no haya sido tallado con su olvido.
Tal vez
lo que tú llamas Dios
solo es un ave
que ha perdido su canto entre las aguas
con las que apaga el mundo.
Del libro inédito Última luz, beca 2006-2007, del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Jalisco
348 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
ARRIETA MUNGUÍA, ADRIANA, (1966).
Tomado de http://www.poesiabreve.com/adrianamunguia.html
MENTIRAS A LA CRÈME I
El teléfono no suena nunca
y es la hora que miente – ha sonado
cien veces interminables – viene
ahora el sueño también con sus dos
ecuaciones de apariencia más la
incógnita ceñida al desvelo
Vagamos sin brújula entre lo que
nombramos compasión y mentira
ORÍGENES I
Mis sentimientos son lo único que poseo.
El mar
me resguardó entre espiral
y secreto
El cielo
tomó de un vuelo mi pasado aliento
para mostrar las monedas al sol
para conquistar otra ave vigía
en su torre de verdad
Un faro en el peñasco inalterable
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 349
FUNERAL NEGRO
Si te nombra la oscuridad
no es porque el bosque pierda
su sombra o al caminante
ni porque el fuego consuma
la mano de arcilla a polvo
ni porque el viento levante
menos el oriente breve
ni porque la tarde time
su rumbo cuando antes eras
tú el extraviado – sólo se
mecen ciertas palabras con
la inquieta bruma de la alborada
FUNERAL TRASLÚCIDO
La figura humana precipita
el final cuando el principio aún no
ha llegado al umbral de la puerta
El encierro duerme en sus entrañas
y en la tierra de cada mañana
reposa la guerra sobre el sueño
FUNERAL S/COLOR
En el olvido
no hace falta imaginar
que no existimos
En ese canto sin voz
mis piernas no resistieron
el embate del viento
Buscaba tus manos
en la oscuridad impenetrable
mientras toda idea
se evaporaba
en la memoria
350 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
LIBRO DE TRANSPARENCIAS
en el libro de transparencias
efímero es
el vuelo de aves que portan el sur
como cristalina
la historia de otros
NADIE E ÍCARO
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 351
EL SIGLO DE NEÓN
Este siglo ya no pertenece a nadie
Manto de aves que cae del cielo
Árboles de raíz arcilla
352 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
CONJETURAS TRISTES
I
En el infortunio habitan las horas
blandiendo el destino en desvarío
En desvarío también se oyen los pasos
cercanos como eco
de gotas que caen
de gotas cayendo
en cuentas sin sentido
y cuando ya no parece haber nada
tu imagen se perpetúa
sabiendo que no estás en sitio alguno
de mente alguna
II
Y después
cuando vuelva el silencio
cuando la soledad sea casualidad
nos recordaremos llenos de vacío
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 353
ASIAIN, AURELIO, (1960).
SÍLABA SECRETA
Para Fernanda Solórzano
354 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
BALDERAS, GABRIELA. (1963)
TROPICAL
Para Socorro Trejo S.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 355
TULIPANES
A las dolls*
ARCA
Antes del diluvio
edificamos en madera de acacias
el arca del corazón
Allí entramos a perpetuar el fuego
En lo alto y lo ancho del espacio
era una llama doble
Eran aceite las pasiones
Se quemaron todos los recintos
en la linfa candente
Más de cuarenta lluvias
y el mar en la llaga
Brotaban relámpagos de los ojos
cegando su destello
Así ardieron los nombres
lebreles en el bajel de la carne
En medio de la adversidad
íbamos flotando como un nido
en su ramaje líquido
Se abrió la quietud
en un arco de alianza sobre el agua
Estamos de cara al sol
descienden peces en el aire
sellos en las puertas se desgajan
356 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
LA ARAÑA
A Elva Macías
Invisible al ojo
tan clara en el pensamiento
la araña extrae de sí misma
rayos de oro
Urde laberintos
Trepa el horizonte
y devora su rastro
Cumple su historia concéntrica
Acordona formas
que ata en un hálito
Segrega luz y penumbra
Trenza reflejos
el tiempo entre sus manos
Resuelve signos
los descifra
y los sorbe
Enlaza una y otra línea
Hila obsesivamente la ficción
ORQUÍDEAS
Ideas
que son capullos
sustraídas de tiestos pensantes
son brezo carbón de fragua
Se adhieren sus rizomas a la página
y son
cuando más viven
de raíces aéreas
Las palabras
hurtan las superficies húmedas:
acianto
canto
floresta en lo gris
llevan tatuada su espesura
crepitan en nemorosa lengua
Tubérculos de fuego
hoguera momentánea
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 357
BARANDA, MARÍA, (1962).
ÁNGELES DE PROA
(FRAGMENTO)
I
Hemos llegado
y no es del mar donde somos,
aquí hace tiempo estaba nuestra casa,
en el Oriente de los vientos;
las mujeres veían pasar las nubes lentas,
había plantas muy distintas
arraigadas al sol que tanto se recuerda,
y era la voz de helechos y largos chayotillos
lo que a diario nos llamaba,
antigua era la casa de húmedas entrañas,
de árboles de sangre y pájaros,
1qs cerros y los montes
Se alzaban bruscamente,
altas las pendientes y el estanque frío
pero la historia
de la tierra se borraba, así,
tan solas nos quedamos
con el honor y la excelencia al hombro,
entonces por boca de la anciana
supimos de extrañas ceremonias
donde se guarda a Dios
y se lame su palabra,
árboles se erguían en los sueños
y no había
olor de azahar, de acanto o de albahaca,
los pies eran ligeros, y la lluvia...
cantaba un gallo muy lejano,
de esos guardados entre pastas
de viejas biblias ya olvidadas,
hermosos los ojos que leían, ¡ah!,
los labios, los sueños de las otras,
las olas eran altas, grandes
las piedras donde ningún sonido era eterno
en las regiones de las aguas;
luego,
vestidas con las telas
y las flores,
llegaba el momento de rezar y de llenar la noche
con palabras, porque las horas,
las horas no se escapan,
todas están habitadas,
358 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
eran puestas al paso de los templos, los ángeles
con las manos abiertas, decían el Bien decían
el Mal
hasta la hora en que una estrella
aparecía en el firmamento
y toda exclamación se disipaba,
el Padre en el abismo
que ruega por el sol y su blanca marejada,
el Padre en el principio que todo lo reclama,
el todopoderoso que guarda de noche
su ejército de dioses,
caballos de viva sangre eran su primer coro,
y la palabra pura
en el mundo
libre al aire y al mar;
de allí los hombres, los mineros,
cocina de pan y de miel
donde el Padre decía los oráculos,
y el cielo tan azul,
y su murmullo, la voz del Pez
y la derrota de aquello no escuchado,
el Tiempo decía que lo borrara de su libro
pero él, el único, el todo roca y puro para siempre,
cerró su corazón, lamió
los márgenes del terebinto y dijo al ermitaño
tu será de niña pero tu acción...
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 359
engendrados tan alegres
y siempre luminosos,
que una ráfaga marina
hizo estallar en las semillas
bajo el sol;
llorosas estaban las Parteras,
las algas y las flores rojas de la mar
eran mecidas cual frutos muertos
bañados de un antiguo secreto,
toda la bondad de las raíces
en las barbas de la mujer del mar,
nosotros
decíamos la oración
sobre los dulces corazones del espliego,
sin otra cosa por hacer
que dar la vida más íntima a la tierra;
grandes eran los álamos
que acogían la ofrenda
de buena voluntad y de hermosas maneras
fermentadas en monasterios
o acaso en frías iglesias,
o en el amor que escupe el invisible pordiosero
en esos muros
hace siglos ya de pena,
y la tumba del Señor —el nuestro—
abierta como abierta está la playa
al extranjero,
su sombra ha quedado aquí
porque este mundo de tan ajeno
es una página,
una violencia jamás escrita,
es la luz,
la humillación suprema,
la gloria
donde se hablan y no se miran
el minero y su propia sombra,
el Uno que sigue al Otro,
ellos, los memoriosos, decían un día
haber oído al perro
y sus ladridos, de las casas
salieron sordos ruidos, hombres
vestidos de negro,
blancos por dentro,
como la noche caída en el barranco;
allí un ataúd de encino
pasaba con su cortejo de estériles mujeres,
y no sus manos y no sus rostros
eran la ofrenda de los patios
donde pálidas las rosas y dulces en su fuerza
guardaban el sueño de los hombres de la costa;
360 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
de verdes barrios y de plazas
donde vírgenes ancianas adularon la Visitación,
y las mujeres
tan rojas como azules
en la mirada de la mar,
dóciles en las esquinas de la noche
y lentas,
más lentas y profundas,
avanzaban con el canto perdido entre los peces,
yeguas magníficas
eran cobalto
en los caminos bárbaros,
y un viejo sacristán
de pie en el muelle
decía de Dios y los insectos
a tres días de la muerte,
¡guerreros de hermosas manos
y cuerpos de árbol!, desnudos van
pero gloriosos,
a ver al mediodía tallar sus frentes,
y toda la congregación de guardias,
federales, soldados viudos desde el alba,
esperan ya la gracia
en las rejas de algas de la mar,
en las jaulas de oro que costean a los sepulcros,
¡lágrimas derramamos
por los hombres incrédulos de sueños
y amarillos en la fiebre!,
y el día de San Patricio,
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 361
gemidos,
y Dios,
errante y elevado,
también perdido entre la confusión;
362 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
BECERRA SALAZAR, MANUEL, (1983).
ROSARIO
¿Para qué esperarla a ella si sólo se llama Rosario,
la que se detiene y se vuelve inmóvil y marmórea?
¿Para qué buscar a la virtuosa que sabe estallar
en cada golpe de lámpara en los parques?
¿Para qué dejarse morir en su cabello de medusa
o en su respiración de mediterráneo?
¿Qué hay que extrañar de cada dríade o estrella marina
que nacía donde ella recargaba la mirada,
de sus ojos astillados de pestañas,
del diciembre violento que le seguía
o de su voz como de nieve cayendo?
¿Qué hay que guardar en la memoria,
su piel clara o la ciudad que amanecía en su piel clara,
su alterada rosa de los vientos,
su corazón imantado hacia los astros,
su escalinata al frío, su dios, su pulso asombrado. . .?
¿Qué hay que extrañar, por qué, para qué buscar a Rosario?
EURÍDICE
Cuando entré a la habitación de Eurídice también entró una serpiente. Me arrastré con
movimientos mudos por sus noches de matrimonio, me interné hasta su boca, rampante,
llegué por el río desvelado de la alfombra hasta ella. Lentísimo la saqué del mar de sus sueños
y así me la llevé: húmeda, igualada al violín, a un accidente ingrávido en el aire, con la mesura
de la clepsidra. Rompí el cristal de sus ojos con grietas sordas y me arrojé a ellos con la
agresiva parsimonia del basilisco. Me destruí en sus caderas con esa enfermedad tan parecida
al tango, con el serpeo del rayo en el tiempo de los remolinos, apagado como un fantasma,
entrando y saliendo por los sueños de su esposo, sin moverlo, entrando y saliendo con el dolor
en voz baja, jadeando con una corona de fuego abrazada a la cintura de Eurídice, en silencio;
entrando y saliendo, casi virtuoso, como un asesino.
GONZALO ROJAS
La firma de Gonzalo Rojas
se escribe siempre sobre una arena
azulada por el paso del Mediterráneo.
Cada vez que firma lo hace en una alfombra marina.
No es de sorprenderse que donde lo haga
antes haya sido un alud o un huracán
sea esto, ahora, una página o una mujer del sur.
La G de Rojas se escribe antes
de la aparición de la espuma.
Los trazos de la R y la J son más furiosos
porque son caligrafiados en Verano,
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 363
justo cuando la isla se encuentra en mortal silencio.
Pero cuando llega el mar
y deslava la playa y los intervalos incisivos de sus grafemas
y se los lleva como una rosa ardiendo,
una sirena muerta,
nadie recuerda en su totalidad
su altitud vocálica ni la sílaba en combustión,
pero la podrían reconocer, infaliblemente,
entre la piel de los tigres,
o en una pared lastimada
después de un choque de espadas.
364 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
BERNAL GRANADOS, GABRIEL, (1973).
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 365
BERNAL, RICARDO, (1962).
TROPOS
Siempre es más tarde de lo que parece: el cosmos se apresura a terminar sus asuntos. Soy
arcano sin número. Danzo en el vientre acuático del aire y mis manos se transforman en
estrellas, en peces trágicos o en palomas picoteando la superficie de las apariencias. Si cierro
los ojos soy un punto en el centro exacto del mapa. La esfera crece en todas direcciones y
sus límites tocan otras esferas que no me atrevo a imaginar. Mi vida es un ancla y mi corazón
un puño de tierra que me jala hacia la tierra. Por eso vuelo: recorro las situaciones y los días,
conozco las escaleras y los atajos. En el agua, hay frente a mí una puerta de cielo invisible;
en el cielo, hay frente a mí una puerta de agua donde la muerte es siempre un vuelo interrumpido,
un acontecer de silencios y palabras deshojadas.
http://sehadetenidounpajaroenelaire.blogspot.com/2006/03/tropos-r-bernal.html
366 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
BERNÁRDEZ, MARIANA, (1964).
EL NOMBRE PRONUNCIA TRANSPARENCIA
Traza de un templo antiguo
cuya senda se perdió
entre el verde de la huerta
dioses sin nombre
desbrozan el filo del sosiego
SE ME AGOLPA EL MIEDO
¿podré desatarme?
¿ir hacia el viento?
¿lejos lejos lejos?
SIETE Y MEDIA
la tarde se enllueve
deshabitada de mí
recorro el espacio
donde algo de ese tu rostro
vertió su seña
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 367
NUEVE Y MEDIA
Sigue lloviendo
Ahora
Aquí
Sigue lloviendo
y espero
entre jazmines blancos
un tiempo que se invoca
en el contorno de tu-mi cuerpo.
368 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
BLANQUETO, RAÚL, (1974).
SUPONGO
Supongo/ que la carbamazepina fue el experimento cuando las ansias y la muerte llegaron
el martes y el jueves/ Supongo/ que nos sentábamos y colocaba mi cabeza en sus piernas/
y dormía con las alas en sus manos
Supongo/ que jugábamos al abismo entre los que pasaban y lentos nos olvidamos/ Algún día
de las bancas se sacudirá el polvo y ya no dirán nada
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 369
CUANDO SUPE DE TU MUERTE
pensé renunciar a todo y cantar el tedio del autobús,
pensé contratar perros para llorar tu destierro, llevar amapolas
y flores tristes pero no hallé la hora indicada.
Mentí para dormir y entre bien y el desvelo pensé hacer la guerra de los pobres,
ser el terrateniente de las larvas.
370 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
BOBADILLA, JOSÉ LUIS, (1974).
FRENA EL COCHE
hay luna
fogatas
recuerda
es noche de san Juan
camina el monte
los surcos secos
siente la sed
lluvia
es lo que falta…
un hombre
un fuego
una estación…
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 371
BONILLA, DIEGO, (1969).
INSOMNIO
Te frecuento,
aunque apenas presente
no puedes dejar de estar conmigo todo el tiempo,
o casi todo el tiempo,
quién sabe.
372 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
BRAUN, MÓNICA, (1965).
EL ESPEJO
Virgen de catorce años, fiera insomne: él dijo que tu placer tenía colmillos: tu miedo es suyo,
pero lo llevas desde entonces dentro, embozalado. Flor violenta a pesar de ti misma humedecida
y roja: esas espinas, ese rostro abofeteado que encontraste en el espejo del baño de tu casa
y que miraste sin prisa para no olvidar. Cómo quisieras volver al callejón sin nombre, al reflejo
atónito en el que fijaste desde entonces la mirada, y abrir las piernas y dejar caer el espejo
en el vacío de esa calle sucia en que vagabas de noche con aquellos cuyos nombres no recuerdas
o nunca supiste, cervezas en las manos, hablando de nada haciendo nada.
Entonces te dolía la belleza, el augurio de algo que nunca llegaría y que era tuyo y que dejaste
clausurado en algún sitio por si alguien, algún día, alguna vez. Hoy, boca sin grito, abismo
sin salida, ola que rompe sus cristales en blandos cementerios. Ahí dentro se pudre un animal
de mandíbulas trabadas, solo.
EL ARTISTA
Dejaba caer voces de lluvia sobre las paredes de un edificio en cascajo, como su corazón.
Aplaudía la sangre ofrecida en espectáculo pues le temía a la navaja del barbero, a un simple
cuchillo de cocina. Podía meter un ojo mecánico en su jaula, pero no sacar sus ojos de su
encierro.
Vino suplicando un incendio y luego huyó con sus muecas de espanto su hermana sorda su
padre esquizofrénico su madre de ojos secos. Buscaba la aridez del jardín bucólico para sembrarlo
en su pantano, la perfecta facilidad para tomar un fruto. Era una planicie sin eco, un círculo
de perfecta inmovilidad. No era sino el reflejo sordo de mi propio incendio, estrellas muertas.
Dejó un rastro de alfileres rotos. Desfiguró con su voz el aire pronunciado, le quitó su redondez
a las palabras. Todo lo empañó su turbia respiración. Le di una cobija y me devolvió una
madeja de sucia lana.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 373
SEROTONINA
Privado de su ración de serenidad y tolerancia por dos días
mi cerebro se niega a obedecerme.
En días como éste no me basta el amor
ni me consuela que todo esté bien en mi vida, o casi:
el alimento en mi lengua, el agua que sobre la mesa tiembla.
DEJARLO SER
Dejar que brote este dolor sin lágrimas,
repartido y circulante, inevitable.
A él, que no pide nada y trae la punta de su aguja
repleta de regalos: estas palabras que me hurtó el día.
Otra vez aquí: lo dejo ser:
luz inversa catarata, vidrio roto en la garganta,
peces imposibles.
Mañana voy a olvidar otra vez esto.
Ahora tiendo los puentes
entre una y otra orilla de los seres que he sido
al que soy: sólo este diálogo es posible.
Me dejo caer sobre mis ojos sin sueño.
Hoy sólo en lo inverso de la luz me reconozco.
374 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
ENTRAR EN LA LUZ
Para entrar en la luz sobre sí mismo tenías que girar tu cuerpo, irremediable. Remover mis
entrañas a tu paso, que las horas debían decantar con ingobernable dolor. Todo dentro de mí
debía expulsarte, menos yo.
¿Qué mano iba a abrir mis huesos para esta inversa posesión? Tú penetrarías el mundo desde
mi vientre. Con los pies y las piernas hundidos en la tierra yo debía ser un volcán de linfa y
agua abierto en el dolor más puro. Y tú debías asomarte entre mis piernas rotas con tu
ensangrentada hermosura triunfadora y oler por fin el aire, su indefinible sustancia.
Pero tuve miedo y te esperé temblando debajo de un bisturí. Entraste en la luz como sin
darnos cuenta. Eras verdadero.
LA LUZ POSIBLE
La luz posible eras tú. Lo siempre buscado. No el semen de agua endurecida, no los días en
que me senté en el quicio de mi puerta a comer a puñados mis monedas, no tu padre que
no pudo cerrar por dentro las puertas de la casa.
La luz posible era el latido de tu carne. Todo ocurrió desde el principo para que ese pacto de
encharcada sangre se rompiera. Eras la flama para sostener el sueño, la marea solar.
Porque existe la luz, su mirada que interroga y espanta, su muda palabra. Hay una luz posible
que te habita.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 375
BRAVO VARELA, HERNÁN, (1979).
RECONCOMIO
L.I.H. (1962-2003)
CHILLIDA
A Nicolás Pinkus
376 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
para quitar los ojos
de la llave
que abría el agua
en dos, los que quedamos
desviviéndonos
por llegar a salir.
Consistiera el quehacer
en no tapar el sol
con la palabra
que tuvo a bien
darnos en sombras
su acero sin forjar,
la voz de su incendiarse.
Ayer,
no movimos un dedo:
el alabastro estaba,
el peine que peinaba,
ese camino
de volver
a tomar el camino.
Ahora
que se le hace de noche
al mundo y a la puerta,
pasa de largo, estate
tú también,
como una aldaba. Pasa.
Quiero caracoles,
borlas de azafrán.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 377
CALDERÓN, ALÍ, (1982).
Mi muchacha es el verano
el vestido exacto en que se ciñe el día.
378 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
CALDERÓN, LAURA, (1972).
En la luz de su aro,
relampaguean las sombras,
su olor como látigo en mi memoria
—Lázaro saliendo de la tumba—,
una y otra vez cuando es verano.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 379
CALVO MEJÍA, SIRAC, (1980).
Dibujando
II
Llovió, sí
y nunca secará
el misterio de la humedad
La lluvia hace una herida y deja la cicatriz donde surgen los árboles, las aves de mi boca.
La sangre es un colorido olor a pájaro que huye con la humedad de mi lengua
380 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
PALABRA MAR QUE HACES UN MAR
de la palabra que hace del mar
una imagen, mi pensamiento salado
PI3EDAT DE PIEDRAS
en la piedra de río
de calcáreas huellas prenatales
absorbido por su líquida presencia pongo mi mano
en la ingravidez sin tacto
en su sólida presencia
en la piedra que se nombra por sí sola
en ella que es palabra y tiene agua por dentro porque la bebo
bajo el sol que seca hierba, hongos, hace la hojarasca
piedra de río
en tu lenguaje, piedra, escribir agua
en esta lúcida materia he memorizado el tacto con ella,
éstas las palabras
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 381
CANO MÁRQUEZ, RODRIGO, (1984).
LOLA
Laberinto letal los labios
Lúdico lienzo llama letras lujuriosas
Llueven luciérnagas lacran la locura
Luna: licor luminoso lía latidos lejanos...
TAXONOMÍA
(FRAGMENTO)
I
Las palabras se vuelven opacas,
polvosas,
cansadas.
Se arrastran hasta llegar a los oídos.
Están inválidas,
mutiladas,
deformes.
II
Tomo un alfiler,
lo clavo en el centro de la
palabra,
y miro en sus alas
los estertores.
382 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
CANTÚ, GUIOMAR, (1973).
MEXICANAS
Las mujeres mestizas cantan y llenan sus cántaros de agua
ordeñan a sus hombres en la madrugada
y entre las enaguas guardan semillas y hojarasca.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 383
Flechas de jade y plumas de serpiente
se ofrecen a la luna el día del sacrificio
y la Catrina bendice nuestra ofrenda de pan.
LOS POETAS
Los poetas son
mueren, evolucionan y nacen
se van haciendo en los ojos de la lluvia
en el amor que existe en un planeta imaginado
están solos
suspendidos en voces que inventan y conocen
tienen la carne cocida de recuerdos
se deslizan sobre arenas movedizas
persiguiendo el horizonte
no avanzan
saltan
su vientre los empuja
caminan en el agua
se disuelven haciéndose palabras.
desentierran su voz
384 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
hablan en lenguajes que no existen
y conocen
escriben
lo que pudo haber sido -sin el miedo-
lo que existe debajo de las manos
adentro de la lengua
en un milímetro alegre del ombligo
y en los pezones azules del aullido
persiguen el augurio
invocan al oráculo en el signo
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 385
HABLA LA TIERRA
Fecúndame
que en mis montañas te está esperando el cielo
y quédate a encontrar poemas abajo de mis piedras
despósame
dame tu nombre
deja que en mi garganta crezcan las aguas que llegan a tus mares
y quédate conmigo
sálvame
que en mis arterias mil semillas están ya palpitando
ven
prende un millón de velas en mi nombre
desata una guerra
y recupera los pergaminos antiguos de las leyes sagradas
para hacer culto a mi origen
para invocar al cometa mi resurrección en cada primavera
386 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
no me dejes morir
soy una hembra
soy un milagro con forma de planeta
CANTA EL AGUA
Escúchame
de mis ojos nace la voz de las evoluciones
soy las reverberaciones de la vida
la savia que fluye en las arterias
la sangre de la naturaleza.
Mírame
soy cascada salvaje entre los muslos del bosque
líquida risa en cristalización y deshielo
gota de plata en la boca de las flores.
Bébeme
para volver a ser tu misma carne
la conciencia que activa la energía
el sagrado fluir de eternidades
sustancia acuñada por el amor infinito de los dioses.
Despierta
salta del sueño de la muerte.
Levántate
tiempo es de sembrar el paraíso
de restaurar el planeta y reforestar el universo
porque el niño-árbol corre gran peligro
y la niña-selva llora al no ser virgen.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 387
Abrázame
habita mi canto milenario
en alientos de luz danza la diosa
en mi lengua, dialectos de nereidas
en mi vientre de océanida, una perla
el amor de un dios a una sirena
es el beso del cielo derramado en la tierra en primavera.
Quédate
vamos a llovernos hasta volver a ser mar, vapor, espuma
navégame
nádame
bucéame
percibe en mis transparencias la inteligencia de las emociones.
Protégeme
que no se agoten mis fuerzas
la pureza que lava y resucita
el origen del reino que palpita.
Ámame
y yo seré la luz que te recorra
la caricia que calme tu memoria
el amor que alimente tus jardines
el vapor de canela en la cocina
humedades de piel bajo la luna
el oleaje, la nieve, los hervores.
388 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
CASTELLANOS, JADE, (1973).
TONALMITL
RAYO DE SOL (NÁHUATL)
Un rayo de luz
vierte dorados en mí;
lúbricos contornos ardientes
de quien al cielo viste.
DECIR ADIÓS
Decir adiós sin conocerte todavía,
cuando tan sólo comenzaba a imaginarte mío
Y antes…
decir te quiero con la caricia muda,
sentirte mío por la caricia interna…
¡mío!
mío…
hoy lo único que es mío es el recuerdo
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 389
No tuve tiempo para amarte,
pero hoy daría con gusto
varias horas
en otros brazos
en otros momentos
por compartir cualquier otoño
crepúsculo
plenilunio
lluvia de enero
ARENA
Arena ... Te diluyes
en un ocaso sin rastro,
en un trueno interminable
de castañuela triste.
Muralla de seda,
la mirada y manantial
de tus ojos tigres
germinó en cipreses,
llantos de sol
de palpitar metálico.
Limbo dorado,
ausente de ti
transformo
en mieles el aroma
a bugambilia negra
que sembró
tu despedida.
Me engaño una vez más,
y te vislumbro agridulce
como una sonrisa abatida,
con una excusa plegada
entre tus labios de humo.
390 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
EL PRINCIPIO
En el principio fue el Verbo,
la acción de crearte
bajo los fuegos cruzados
de mis palmas.
El deseo de inventarte
como un corcel salvaje
redoblando su paso tibio
entre las venas.
En el principio la Luz,
el otoño que tu mirada oficia,
el suave latido inaugural de tus pupilas,
cetros de luz acariciando el verde;
el instante en que fuimos luz diamantizada.
MATERNIDAD
Yo quería derramarme en leche – me dijo -,
Yo quería darte la vida, la conciencia.
Coatlicue:
Te mueves con tu falda de serpientes
más allá de las sombras y del día.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 391
Tu tiempo es otro, moradora del sol
y de la tierra fértil.
ÁNGELUS
(EL SUEÑO III)
A Ricardo Muñoz, in memoriam
392 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
CASTILLEJA, DIANA, (1969).
LAS MOULES*
Es muy fácil conocer las manías de un hombre al hacer el amor, basta con verlo comer las
«moules»...
...hay quienes tienen el tenedor en una mano, y temerosos, con la otra agarran las conchas;
es tanto su cuidado por dominar la técnica que no notan que se les ofrecen así, abiertas, listas
para tomarlas. Al terminar su trabajo, culpables dejan en el plato las vacías conchas de su
antojo.
...otros, toman una concha como pinza y van robando el fruto con prisa, como para demostrar
que están en terrenos conocidos. Dejan el plato limpio coleccionando las conchas motivo de
su impaciencia. Al final, ayudados de una cuchara, roban el jugo en que se regocijaban las
«moules» antes de su violación.
...Los terceros, los conocedores, los que sí saben comerlas, toman también una concha como
pinza. Abren una por una, miran su pulpa, sus formas, sus hendiduras, reconociendo otros
sitios humanamente femeninos; y con astucia —no con prisas—, arrancan el fruto con todo
su sabor, lo llevan a su boca y lo hacen pasar por labios, lengua y paladar; permiten que la
pulpa también conozca el lugar a donde va, dejando su esencia en dientes, papilas, garganta.
Toman otra y el ritual comienza de nuevo: la mirada, las caricias, el arrebato, el dulce arrebato,
reconociéndola viva, deliciosa, distinta. Al terminarlas quedan con la mirada tranquila, con el
placer en la boca, con el recuerdo de un juego parejo, con la conciencia cautiva; porque saben
reconocer que una concha abierta tiene vida.
(*Mejillones en francés)
Yo era de esas personas que olvidaban olvidar, que recordaba recordar y por ende, de las que
perdía varias veces el mismo objeto aun y cuando seguía perdido. De hecho, si mal no recuerdo,
había perdido unas cinco veces la virginidad. Todo dependía de quién y cómo hiciera la pregunta.
Yo era de esas personas que perdía la confianza varias veces, incluso, antes de recuperar la
pérdida de confianza anterior, ya estaba perdiéndola de nuevo. Así, en ese momento de mi
vida fue como me encontraste. Perdiendo mis pérdidas. Olvidando mis olvidos. Y como si el
discurso de mi vida no te fuera suficiente, te instalaste en mi espíritu, con tus botas en mi
clóset, con tus lociones junto a mis perfumes, con tus silencios junto a mis palabras. Y como
si el discurso de tu vida no me fuera suficiente, me metí hasta lo más desconocido de tu alma,
hasta la inconsciencia de nuestra conciencia, hasta que ya no quedaba más que un sólo cuerpo
que tenía nuestros dos nombres y se rebautizaba por las noches. Antes de que llegaras, yo
era de esas personas que alababan la libertad y buscaban al mismo tiempo quién quisiera
quitársela. Tú, me dijiste cuando llegaste, le habías dado rienda suelta a tu libertad y te
pareció haberla visto entrar hasta mi casa. Por eso, dijiste, estabas tocando a mi puerta,
porque había en ese espacio algo que te pertenecía. Y tal como yo lo sabía; tal y como tú
lo suponías; tal y como el mundo lo esperaba, te dejé entrar. Y contigo entró todo el equipaje
que conformaba tu vida. La maleta de raspones que te hiciste cuando eras niño la acomodamos
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 393
junto a mi caja de flores recogidas en mayo. Tu caja de pensamientos recortados de libros
y revistas la pusimos sobre mi maleta en donde guardaba el recuerdo del velorio de mi abuela.
Así, me dijiste, siempre que quisiera salirse, se toparía con la poesía de la vida y volvería a
esconderse en su lugar sin que me causara más lamentos a futuro. Tú fuiste quien escogió
el lado izquierdo de la cama. Y yo fui quien escogió el lado derecho que siempre había ocupado.
Ahí, nos dimos cuenta de que cada uno respetaba el sitio del otro. Nunca tomaste por error
mi taza de café, ya tenía, según dijiste, muchas palabras mías y por lo tanto no te pertenecía.
En cambio, tú, tomaste la que estaba más escondida en la alacena; a ella, me dijiste, habría
que llenarla de pensamientos y risas. Fue así como fuimos repartiéndonos la casa y sus objetos
todos. Tuyo el sillón, mías tus piernas sentadas en él. Tuya la labor de prender la chimenea,
mía la tarea de mirar intensamente el fuego. No faltó nada, ni alfombras ni clavos, nada que
no hubiera quedado repartido desde que llegaste. Repartimos, incluso, los renglones de los
libros. Tú leías tus líneas y cuando llegabas a las mías, tu silencio me hacía saber que yo debía
continuar con la lectura. Aprendí a indicarte tus renglones de la misma forma como me enseñaste
mientras lo hacías con los míos. Y un día, no sé cómo, tuve de pronto la sensación de que
te había perdido sin tenerte, de que te había fabricado y de que deseaba que todo lo que
compartimos no fuera solamente parte de un recuerdo que sólo me pertenecía a mí.
394 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
VIAJERA Y ETÉREO
No quería ver partir a aquél que nunca llegó. Así que se cambió de vestido, escogió para ese
día uno plagado de las flores que le hacían falta a los árboles, tomó su abrigo y salió a la calle.
La primavera en París se disfruta cuando el sol ya calienta, por eso llevaba su abrigo, porque
el mentiroso sol de ornato jamás prendió. Caminó diez cuadras buscando un lugar para sentar
su alma y charlar con un café. Él tendría que llegar para recoger sus maletas y su instante.
Aquel instante compartido e iniciado con una mirada y palabras susurradas al oído. Desde la
primera vez que se vieron ella supo que él le interesaba, que nunca se podría enamorar de
un hombre así, pero que bien le permitiría entrar a su cama... Desde que él la oyó hablar se
interesó por ella y fue entonces que recordó su nombre: Viajera.
Viajera y Etéreo se encontraron un día en un sueño que ambos soñaban. Ocurre que la gente
se conoce en bares, en museos o en la calle, pero en esta ocasión Viajera soñaba y en sus
sueños vio a Etéreo, quien también soñaba mientras conoció a Viajera.
Con el café consumiéndose al lado, Viajera vigilaba el reloj. Había pasado ya una hora desde
que dejó las llaves al conserje por si Etéreo iba por su equipaje... No quería verlo tomar sus
cosas, unas horas en su cuarto habían bastado para que en la pared se quedara su aroma.
Viajera sabía que algún día lo vería de nuevo, porque Etéreo le devolvió su sensualidad con
un gesto.
¡Qué noche fue ésa para Viajera! cuando semidesnudos, solamente charlaban, charlaban, hasta
que Etéreo le propuso que se soñaran de nuevo.
Dos horas y por la taza habían pasado ya cuatro cafés. Y aunque Viajera estaba sentada en
un restaurante, se había quedado -su mente- en el cuarto. Así que fácilmente llamó a su
pensamiento y vio cómo la mano de Etéreo abría la puerta, dejaba las llaves colgadas —como
le había visto hacer tantas veces, una de esas manías prestadas— y luego, tomaba su maleta,
volteaba y revisaba que no hubiera rastro alguno de su presencia en la casa de Viajera. Vio
cómo fue que Etéreo se detuvo frente al espejo y en la imagen de su cara aparecía una sonrisa,
una vez más, ganaba. Tomó las llaves, cerró la puerta y al regresar con el conserje le pidió
que diera a Viajera las gracias. En eso pensaba Viajera cuando su mente la llevó a otro sueño.
Un sueño en el que buscaba a Etéreo quien ya no estaba. Apuró el último trago del café,
suficiente tenía ya con no abrazar un cuerpo para no dormir, pero en esta ocasión echaría la
culpa a la cafeína. Caminó hasta su casa, sabiendo que en ella no hay conserje, que nunca
dejó sus llaves, que Etéreo no había estado, pero nunca supo de quién era la maleta que la
esperaba.
SE APRENDE
Se aprende a vivir
viviendo
y se aprende a amar
amando.
Se aprende a soñar
soñando
se aprende a olvidar
muriendo.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 395
PARA PODER
Diana Castilleja
ARDÍA TU ROCE
(FRAGMENTO)
A la distancia de aquel primer hombre, trató de verlo en relación a Ella y escribió:
Te preposiciono y te me desapareces en el espacio, en el tiempo.
Te preposiciono y te me figuras y te me apareces.
Te preposiciono y posiciono la historia, los amaneceres.
...uno a otro, uno ante otro, uno bajo el otro, uno con el otro, uno contra el otro, uno de otro,
uno desde el otro, uno hasta el otro, uno hacia el otro, uno para el otro, uno por el otro, uno
sin el otro, uno según el otro, uno sobre el otro, uno tras el otro.
Y comprendió que el amor era un juego de relaciones en perspectiva; donde no importa quién
es uno ni quién es otro, sino cómo está uno con respecto de otro. Pero aun cuando sabía esto
nunca más pudo decir: uno, sin pensar en otro...
396 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
CASTILLERO, SILVIA EUGENIA, (1963).
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 397
CASTILLO, RODRIGO, (1982).
) RESPIRADERO (
Decir del cuerpo, decir del cuerpo y el vértigo, decir cuerpo y vértigo y decir de la angustia,
decir de palabras, de la lengua que quema la inocencia en la última bala que nos queda; decir
de lengua, de vértigo; decir de lengua es decir de cuerpo y del cuerpo decir que es lengua,
cuerpo y ojo; círculo es decir vértigo, infancia, carne herida; agonía es decir cuerpo, es decir
de lengua vértigo, es decir de angustia despojado de mis vendas, filo de navajas, es decir:
tradición herida, de lengua, es decir del cuerpo herir lo más sagrado, es decir, de improperios
en la angustia, en la desesperación de lo no dicho, es decir, cristo mientras jugamos a hablarle,
es decir salvación, ira y ruego; implorar es decir: ansia de cenizas, aire, hiede la misericordia,
es decir, hiede la misericordia cuando hieden las palabras en los labios, es decir, vértigo, es
decir que el diámetro del cerebro sólo inserta soledades, es decir, inserta látigos en la epidermis
cuando la impaciencia paga el precio de la carne.
) RESPIRADERO (
Cristo es el viento, ahí donde hiede la misericordia está cristo, ahí me enseñaron de la
misericordia a cambiar los nombres, a decir de las verdades y a hacer de las verdades injusticias,
ahí donde es el viento es cristo, ahí donde hiede la misericordia es el viento, ahí está cristo
y hay un madero, ahí está cristo y se diría de él, que aún, hiede la misericordia y los días
con él y la misericordia con él, ahí hiede el viento irrespirable, los días de redención, las
mañanas sin ojos, se diría de las mañanas sin ojos, que los labios han puesto el nombre a
mis vértebras, a cada una de ellas inquebrantables e incurables en la pila, agua de pila como
mi nombre, se diría de mis vértebras que oscilan en el viento, ahí donde hiede, ahí donde es
el cuerpo figura de cristo y ramaje de lo inmediato, se diría de lo inmediato que son mis
vértebras, mi nombre a cada una de ellas, mis vértebras en agua de pila, se diría de los ojos
y de los labios y de mis vértebras que anudan en el viento, en el rostro del viento que hiede
a misericordia, que hiede a compasión, se diría de la compasión y del sufrimiento ajeno como
se diría de mis vértebras gastadas, de los ojos y los labios arrugados, de la vejez, que aún,
la vejez, se diría de ella en las carcajadas de la estirpe que se va regando por las hojas como
plaga, como viento que le lleva a oler a misericordia, a impregnarse de ella, que aún, los ojos
y los labios son partes inacabadas de mis vértebras como mi nombre a un costado de la pila,
como mi cabeza, aún, recién cabeza, recién existencia, se diría de la existencia como se diría
de las verdades injustas que han puesto en mis cabellos para ascender a la salvación, se diría
del cuerpo y del viento putrefactos en las alturas, que aún en las alturas, que aún en las
bajezas más hondas y en el vació más profundo, se diría de ello, que aún, cristo, el nombre
de pila, se diría de las cicatrices en las palmas de mis manos, se diría del recuerdo fallido,
que aún el aire carga su dosis de dolencia, de abandono, que aún, el aire va impregnado
de misericordia.
398 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
2:00 DOS DE LA MAÑANA
Oigo a lo lejos el mundo de mi madre, su andar entre las brasas,
pisoteadas.
Francisco Hernández
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 399
ella se refleja en mis ojos / ella / mi madre /
la gran puta que ha llorado a su cerdo /
supo que la carne
sólo es espectáculo cuando hay tragedia /
CASA DESIERTA
Su madre ha dicho:
—es hora.
Y los niños guardan sus máscaras antigases
y se adentran en la pecera especial
que su padre dejó en testamento.
400 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
CATALÁ, TONATIÚH, (1962).
ODA A NETZAHUALCÓYOTL
I
Ven a sentarte en tu trono de maíz,
descansa en la cabaña de agua y de viento;
tu estirpe te espera, guerrero,
los hijos del árbol, nietos de la lluvia
y de las salamandras.
El incienso y el cacao,
los Águilas y los Jaguares,
el amaranto y el maguey,
la soledad sin ternura ni caricias,
la sonrisa en los labios de agua del poeta.
Todos te aguardan,
guerrero,
en las montañas donde se bañan
los corazones emplumados.
II
Las palabras se preñan de árboles.
En el susurro de la cascada,
asciende
tu voz húmeda y terrestre.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 401
La noche de barro rojinegra
y ese día primordial
que tu estirpe espera.
III
¿Qué han hecho de tus palacios,
de tus jardines y de tus calles?
¿Dónde están tus veredas de agua
y los ombligos sin hambre?
402 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
ODA A OMETEOTL
¿Quién a mí se acerca?
¿Quién conmigo crece?
¿Quién ha nacido que yo
No haya estado ahí?
¿Quién ha muerto que su grito
Yo no haya escuchado?
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 403
CÁZARES, IBET , (1977).
LA NUEZ
La desnuda duerme.
Sueña un pez
evaporado entre sus manos,
paisajes de sal
y espinas que se hunden
en la nieve.
404 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
HALLAZGO DE LUZ
Mi cuerpo te observa
como luz desnuda de mis ojos,
y como luz me derramo
en la onda de tu espalda.
Tu espalda iluminada es un espejo:
te toco y tu cuerpo me prolonga.
En ti comienzo
y vuelvo a ti multiplicada,
por la vía incandescente de tus manos
vuelvo al centro de mi enigma.
Y el enigma se desnuda al fin,
-agua, sangre, muerte, sueño-
alumbrado por tu cuerpo que me mira.
VIENTRE MARINO
Nadie vive en mí.
Nadie vive en mi cuerpo
y no caen escamas de mis manos,
ni la leche mítica
de mi seno izquierdo
y aún mi sangre es roja.
Hay en mi cuerpo un vacío
anterior al de mi madre,
al de las doncellas y las flores.
Me llena un vacío luminoso,
un vacío de cuentas blancas,
diamantes opacos
que se abren paso entre mi carne.
En mi cuerpo se fermenta
el canto muerto de los peces.
Dentro de mí,
los espasmos del árbol,
de una nuez electrizada.
Se forma en mi interior
el oro caliente de las precipitaciones.
Nadie vive
y no llevo ceñido a la piel
un anhelo
que justifique mis pecados.
Nadie espera dentro mío.
Mi vientre es un espejo,
un fruto marino.
Insomne murciélago,
los trazos de tinta china
sobre el pubis.
Mi vientre,
habitado por insectos
de agridulces aguijones,
ocupado
por velas encendidas.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 405
EPÍLOGO
Te sumerges desnuda en el iris del agua
y hoy, cuando ya de mi cuerpo convido a la vigilia,
eres mi sobra luminosa,
la otra yo,
la descalza,
la incompleta.
Ayuno de sueño
y esta noche
eres mi sobra luminosa,
la otra yo,
la descalza,
la incompleta.
406 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
CERDÁ, ALEJANDRO, (1964).
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 407
CERÓN, ROCÍO, (1972).
HABITACIÓN 413
Que nadie contradiga cuan abierto es el deseo
de estar así, bajo las sábanas de otoño,
mirando destejer del día a las sombras.
(de Soma)
(INSISTENCIA...)
Insistencia. Aquella palabra caía en la copa de los fresnos. Esa, la que mordía los contornos
de un día de asueto; donde los restos de un almuerzo sacudían las viejas letanías de familia.
Esa, la impronunciable por vergüenza y decoro. En la insistencia de la palabra traducida a
gesto no escucho ya los viejos reclamos, las traiciones, la verdad de aquel invierno que terminó
en silencio.
Insistencia del deseo: aquello no pronunciado es velo sin cierre de parpadeos sobre
nuestras espaldas. Recae la verdad sobre las piedras.
Insistencia de muerte. Nada calla bajo los efectos del sueño. Cada noche el recuerdo de aquel
invierno induce bajo la nuca su primera tentativa de estancia. Y el fresno cabizbajo serpea
sus altas hojas: indica en su verde oleaje la tragedia de tu nombre. Insistencia.
Nada quedará cuando el invierno haya vuelto. El agua nunca pierde su cauce. Ni su rigor.
408 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
(DENTRO...)
dentro
en el estómago
un bramido un vapor que calcina las paredes
ocultación de lo indescifrable
dentro
en el declive del líquido en la célula más ácida
el destino verdadero
inmersión en la astucia del hígado en su revolvente fuego
atracción cuesta abajo
(de Basalto)
VACÍO
1.
deslumbrante en sus dunas contornos hendiduras
el desierto enceguece a quien no sabe mirarlo
sólo él comprende su rumor sosegado de gavias y palabras
ahí
el mundo es urdimbre de tajos trabes y tramas del alma
7.
transcurre el viaje por la misma órbita se repiten las ondas
palabras y líneas cuelgan del mismo vilo
hay prisa por regresar a las cenizas a las rosas basálticas
a la ronda del fósforo
en el lance de lo eterno hay una respuesta de claridad negra
una inteligencia devota que doma cuevas y aire
una tibieza de verbo que no tiene muerte nacimiento
sólo sucesión
respuesta
8.
intacto
él horada en el vórtice del suelo
anida en los cimientos
baja y sube por hilos impregnados de mielgas y sangre
lleva en la frente la historia de la brisa la madurez del musgo
ha hallado aquí la consumación de la deriva el traspatio de las horas
el revés del relámpago la conquista del exilio
en la fijeza vesperal un sueño se ensancha y desafía al mundo
(de Basalto)
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 409
(DESATAR LOS NUDOS...)
Desatar los nudos. Me destazo para saber de las franjas fronterizas, de los abetos que han
desprendido de sí el último canto y graznido de los cielos. Ya las partes serán testigos del idilio
vesperal de los sueños y la tierra. Desatar las flores, las lilas, las astromelias y ocultar en el
vertiente de los deseos una semilla de padecimiento.
No juzgo los elementos caídos, son los restos de un atardecer que no trae noticias ya de tierra.
Pretendo desatar a las vocales de su alegría, devolverles su sentido de bolo alimenticio, de
granujada estomacal. Desato los nudos de la locura e invoco, en nombre de todos los nudos
ciegos, un recuerdo que ancle a tierra a los suicidas.
Depredación: permanencia en la fugacidad.
SUBLINGUAL
A Ehitel Silva Zegarra
(de Soma)
410 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
LADERA NORTE
las que prometen día luces en los anuncios luces en los edificios evacuados
luces que atraviesan los aires luces toda la noche luces
luces de fuego y artillería
(inédito)
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 411
LA SUCESIÓN DE LAS COSAS ESPLÉNDIDAS
d.
Es sei. La luz vacía. La masa delirante, arrastrada hacia el habitar, hacia tierra de lastras. La
tarde –nunca en abril– donde una palabra (minúscula, intacta, sólo tres letras) establezca su
reino. El tiempo donde los nombres regresen / yazcan / y salgan hombres al encuentro
de hombres. La llegada de la Raíz, la hora en que florezcan las sílabas y las piedras vuelvan
a su lugar entre los muros de las casas. Un yo, un tú, un nuestro, un aquí, un fulgor profundo,
una patria. Sea.
e.
Coloqué vestigios en las aguas (visibles sólo a los ciegos). En la oración escrita no había manos
tendidas sólo un templo destruido / petrificada palabra que cortaba el rostro / un puño
de tierra llevado por el viento:
Era resaca, hábito de malestar afincado,
angustia encadenada al cuerpo. Era hecho, trazo de aire entre brezales (si herida o mansedumbre
/ regazo o camposanto):
Era mi Padre quien sonreía. Era la sangre de vuelta en casa.
(inédito)
VISTAS DE UN PAISAJE
10:09 a.m.
En redor brama el ya no presagio sino hecho. Albergado entre la herida el no vestigio sino
filo, adquiere piel: gesto: tesitura. Es sangre / pústula / orificio. Pensamiento y negativa. Es
pacto para una estancia entre la sal y el fuego. Casa habitada por huestes que nada esperan.
10:17 a.m.
Noviembre. Nada asigna al sacrificio un lugar en la memoria. Nunca hubo petición, ni hombres
o mujeres comunes que dijeran sí. Habitar en este mundo de derruidas lozas, de fosas atestadas
de sangre no es respuesta, es presagio hecho carne. Y un hombre detuvo su tiempo para ver
en la espesura. Las palabras pesan más que el mundo.
10:25 a.m.
Estoy ante él. Ahí, en el vacío de sus ojos, la imagen del primer consuelo: el presagio ya carne,
ya frases de sangre que nada claman, ya reducido cuerpo que en su pureza guarda país —
patria— tierra atada a los costados. Estoy sentado frente a una ausencia (cuerpo / saliva /
osamenta) que lleva promesa de estaciones. Su mirada son todas las palabras / pabellón
del grito / que escriben, día a día, la historia de un Nombre.
412 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
CHINCHILLAS, ABRAHAM, (1974).
DOWNLOAD
Acecho tus temblores
buceando entre tus piernas
localizando el vínculo
que libere tu esencia
me arrastra / me conlleva
mi lengua es la estrategia
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 413
Apaguen todas las luces, incluyendo la noche
para no mirar esos ojos que me llaman desde una cuna
incansable para mi sediento tacto
prendan fuego a todos los bosques
usen el mar para borrar las cenizas
DIATRIBA EN B
¿Con qué b
se escribe bala
y se escribe bomba?
(puta infalible
que se esconde
en el vientre de los misiles)
414 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
¿es la b escondida
en hambre / en pueblo
que alza un grito diciendo
aquí estaremos
(a pesar de ustedes)
como muralla
aquí estaremos
(a pesar del silencio)
como plegaría
seremos el sol
mordisqueando sus huesos?
¿es la b camuflada
en peste / en pobreza
en país ensangrentado
en chapopote?
se escribe
con b
de bestia.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 415
el que enciende las farolas
descompuestas
OTRORA
Fui una voz
que se escucho en el templo
fui una caricia
que encontró piel
fui un verso
fui un hombre
de la mano de una mujer
un colibrí con flor
RÉQUIEM
Otra vida, al menos
una que se mire en un sólo tiempo,
no en mis miopes caleidoscopios.
El sitio en el que tendré mil nombres
inaudibles en el barullo de los zumbidos;
lo mismo todos los días
en la sagacidad de mi pesquisa.
Hasta que la misericordia
me alcance en un aplauso:
mortal tributo
de mi actuación.
416 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
SOLILOQUIO DEL DEPREDADOR (TOMA 3)
Paciente el anzuelo
que enturbia el arrecife,
lacerante moisés que abre
por la mitad la sal:
tripas de espuma blanca.
Deseosa la red
que divide la vastedad del mar,
sutura las orillas desde donde miran
la libertad absurda,
quienes deben resignarse a la asfixia
dulce del aire inmaculado.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 417
CISNEROS DE LA CRUZ, ANDRÉS, (1979).
VITRINA DE LA MATERIA Y LA NADA
Entre las telas miro la muñeca
delgada coyuntura
de la cual brota su mano
dedos de novia
que espigados
levemente torcidos
tocan mi lengua
los beso
en las ingles
los mojo
con mi voz inflamada que se frota entre sus labios
tenue olán libadamente violáceo
que se abre como pétalo que se reacomoda en el tallo
418 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
Detrás de los ojos el universo es blanco
una leche que se empieza a fragmentar
en intensos colores
de sensaciones nítidas
el todo (la blancura) empieza a desintegrarse
se transparenta y la luz lo atraviesa
los colores tocan
sacian las texturas
viajan acariciando por dentro los cuerpos
hasta que se estampan en la barrera del sonido
y la rompen
la perforan
con la punta de una aguja
se introducen al espacio exterior
salen invisibles y se adhieren
a esa carne desconocida
y la alumbran con su radiación
mutada sustancia
se transforman
y les duele placenteramente
cambiar de pigmento
y se empujan a iluminar
el nuevo recinto
a rellenar hasta el más leve vacío
con la tintura de un placer cálido
los colores se fragmentan hasta que desaparecen
en la oscuridad total de la caverna
y se vuelven materia
nada
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 419
VITRINA DEL NIÑO DORMIDO
vapor de burbuja
lo aromatiza
con el olor de su falda
lo besa bajo el pómulo junto a la boca
lo arropa junto a sí y lo calla
suavemente hasta ahumarlo
420 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
SEMBLANZA DEL VIAJERO QUE VIENE Y NUNCA LLEGA
Mas yo soy gusano, y no hombre, oprobio de los hombres
y despreciado del pueblo.
Salmo 22:6
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 421
Yo nací perro con el poder del perro,
fiera fiel domada formada por fuego,
crepúsculo gris, columna hecatombe.
422 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
y con los ojos en el suelo, el juego en blanco es
agua que se marcha, transparente,
en un cuerpo que viene, lento,
por un sendero, estrecho y largo.
Tomado del libro inédito Semblanza del viajero que viene y nunca llega .
Poema inédito.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 423
CLEMENT, JENNIFER, (1960).
NIÑOS DEL WISHBONE*
Cuando me sacaron y me levantaron en el aire
salió mi gemela muerta
asida a mi tobillo.
Tuvieron que desprender sus diminutos dedos
para que me soltara,
sus dedos que tenazmente trataron de retenerme
dentro.
Todavía siento
aquella mano codiciosa
jalando mi pie
por donde camino.
* Wishbone: espoleta de la pechuga de las aves que en algunas culturas se rompe en dos pedazos para pedir un deseo.
EN LA PLATA
I
La más pequeña estrella adentro de mí
fue fraccionada en dos
para ella.
II
En los oscuros dísticos
cimientos de catedrales de átomos,
en el panal de cada célula
y molécula elevada al cubo,
en la plata de mi cuerpo
mi gemela está ausente
pero está.
III
Si aún la tuviera a mi lado,
ella podría recoserme
así como yo vuelvo a coser mi ropa vieja
para quitarle los años.
IV
Si ella estuviera aquí,
nos pondríamos sombreros de paja
y nos iríamos a la feria.
Nos subiríamos al carrusel
22 veces.
424 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
EINSTEIN PIENSA EN LA HIJA QUE PUSO EN ADOPCIÓN Y LUEGO YA NO ENCONTRÓ
Quizás
usa sus dedos
como un compás,
dibujando círculos en el polvo.
Quizás
corta su mano
en la sombra
dividiendo un átomo
en la mitad de su palma.
Abraza su violín
como un pequeño cuerpo de madera.
* Isaac Newton.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 425
SIETE CARTAS ESCRITAS POR MARIE CURIE A PIERRE CURIE
DESPUÉS DE SU MUERTE
(FRAGMENTOS)
II
¿Dónde estás?
¿Dónde la rueda se torna en ala?
¿Ala de libélula,
o de mariposa o de ángel?
IV
Llévate la lluvia, llévatela,
ternura sobre el helecho gris y quieto.
Entre septiembre y el año nuevo,
yacen restos del otoño
en la turba.
La luz bordea mis manos…
Soñé contigo:
Leíamos que un niño apareció en las montañas
asfixiado por una mariposa.
Las alas, antenas y el polen
obstruyeron su tráquea.
Luego tú dijiste,
“una hoja tiene espina dorsal
también una pluma,
también un pez.”
426 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
CORNEJO ALTÚZAR, FERNANDO, (1976).
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 427
CORONA, DALÍ, (1983)
DESBARATADO GRITO
I
Abierta la jaula, de par en par las puertas, lo que ruge
es una sombra dolida por nostalgia, la soledad jalándose las trenzas.
Mordedura de insomnio;
la piel que se toca es una esquina desolada, un muro interminable
de llanto y de tristeza..
Ábrase el silencio, dijiste, y un grupo de cigarras comenzó a desbaratar el cielo,
ábrase la luna, y caí dolido en tanta lumbre.
De dónde esta mirada que agoniza
sale a quebrantar el sueño, de dónde estos harapos.
Abierta la jaula, mi epidermis llanto inagotable, algo como de grito se estremece
y quiebra el viento.
Ábrase la voz, todo cuanto haya de morir si esta noche no coagula,
ábranse los brazos, las piernas, la distancia.
Ábrase la luz, la completa cerrazón de estar dolido.
II
Hay un viento apretujado en la sonrisa,
una discreta soledad que cierne el desconsuelo.
Lo implacable de su voz, el frío que demora ésta sentencia: muerte...
muerte royendo mi fina sombra de naranjo,
muerte caminando sola por la tarde.
Lo que atrapa
esto como de odio cayendo de las hojas,
esto como de espanto que anega la conciencia, esto como si tu vinieras a talarme.
Esto como una flor, como un cardumen de silencio en el que viajan: mis manos,
mis dolores, mi tristeza abriendo hueco en todas partes.
Esto como un desfiladero.
Pero si aquí la sombra habita y, dentro de esta llaga
el corazón no asoma ni para calmar siquiera un poco la infección,
en que punto cardinal habré de hallar tu boca,
en que lado de la sombra será que habites junto con mi alma,
en qué extremo de éste mar de olvido
será que crezca un árbol que permita unir
mi calidad de espejo humeante y tu tristeza de oscuro vendaval.
III
Lo que muerde, lo que habita, lo que yace cautivo entre la sangre
como un ruido de pasos que se niega a abandonar la alcoba.
Lo que abruma. El sonido que revienta, el sonido que se escapa,
que yace dislocado y cae lento, baldío, solo.
El sonido y sus orillas, la región más delgada en que la mano palpa su propia soledad,
su propio invierno.
Esto como un embrujo, como un pequeño acantilado que se avista,
como si la muerte viniera a calzarme los zapatos.
Esto que traigo aquí metido entre la piel, entre la carne,
como un hoyo negro que se eriza, como una tristeza incontenible
428 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
que desborda en desaliento.
Esto que es calambre, puñalada, esto que es silencio;
muro de sombra inapagable, muro de espectro insostenible,
esto que eres tu: mi sangre, mi delirio, mi tristeza;
grieta en que la noche habita,
grieta en que la sombra cava.
IV
Desbaratado el grito – la caricia más delgada de un dolor
que se agolpa en la garganta.
Desbaratado el cielo, la mañana
como un racimo de gardenias muertas por el frío.
Desbaratadas las calles, las esquinas, las tiendas de abarrotes,
desbaratado el viento; la sombra de una herida abierta en surco;
desbaratado rayo, la grieta en que la noche siempre viene
a rascarse las estrellas.
Desbaratado yo y mi conjuro espantapájaros,
el beso, la mordida, la nada que se expande al pronunciar su tacto.
Bella e inapagable, todo cuanto mira
es un protón apunto ya de la fractura, una caída vertical hacia el desierto: demonios,
huracanes, nidos de voluptuosa magia negra
que se encarnan en el día:
derrumbe de sombras, la muerte dibujada en cada poro, en cada lágrima,
en cada minúscula fracción de llanto incandescente.
V
Demolida Sombra:
amarla, era como un derrumbe cotidiano de carne y de sonidos,
como si de cada rayo, de cada partícula silente de un relámpago
se fuera desprendiendo una bacteria.
Era comenzar a dibujar gaviotas siderales,
sacar de entre la ropa hormigas cósmicas,
congelar el aire.
Pero a fuerza de andar mordiéndome el insomnio
las palabras comienzan a mutar en aerolitos,
cometas que surcan el desvelo.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 429
CORONA, FERNANDO, (1978)
Tomados de Canto sobre la muerte del Menor Sabines. (Editorial Letras Vivas, 2003).
430 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
A
A donde vamos, amor, a donde vamos
sólo hay una región de intensidades.
Si te caes de mi brazo, no me culpes;
si te vence el hastío, no me observes
como auscultando una paloma herida;
si se cansan tus pies, no continúes
pues continuar sería como un pacto
cuya exigencia nos lacera el gesto;
si me fallas, amor, pues qué le hacemos,
ni modo de andar juntos para odiarnos;
pero si llegas conmigo adonde vamos
recuerda que el amor lo hizo el camino.
xiv
Yo soy aquel rufián del cuento triste
que por no mantener frente a la amada
la tímida sonrisa y la mirada
sepultó un tulipán cuando te fuiste.
Del libro Ángela México, Fundación de Trabajadores de Pascual y del Arte, 2002
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 431
INSTIGACIÓN A DAFNE
Si nunca han de juntarse nuestros labios,
no importa, caminemos río arriba,
cada cual su ribera, su silencio,
fingiendo que es lejano el mutuo olvido.
Iremos siempre juntos por la ruta:
tú en la huida tenaz, yo en cacería;
al fin el manantial arriba aguarda.
Cortemos esta flor, en ti la beso.
xvii
De noche todas las flores son negras.
El mundo es un icono abigarrado,
signo de las múltiples formas de la vida,
curva eterna con todos los colores,
mosaico de diversos trazados de arquitecto.
Por eso hay un severo revés de la apariencia:
la noche muestra al hombre vislumbres de la muerte.
Del libro Los trenos de la iglesia de piedra México, Ediciones del lirio, 2004.
432 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
CORONEL RIVERA, JUAN, (1961).
MADRID
La imaginación me impide ver la realidad
miles de caras yendo y viniendo todas con bocas
el margen de la acera me incitaba al suicidio
pero los semáforos no me lo permiten
las miradas secretas del oso se pierden en tus nalgas
la ciudad huele mal transpira demasiado
blanco azul y amarillo: cine tras cine y nada
REGRESO
Tengo la maleta sin desempacar
a la mitad de la recámara
no como testigo
sino como monumento
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 433
CORTÉS, JULIETA, (1973).
Tomado del libro Un personaje llamado Juliette, (Ediciones Urdimbre - ICY, 2004).
434 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
CRUZ, IVÁN, (1980).
GILGAMESH REDIME A ENKIDÚ
[Humbaba maldice a Gilgamesh y a Enkidú]
¡Que ninguno de los dos llegue a viejo,
y que por su amigo, Gilgamesh,
Enkidú no obtenga salvación!
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 435
CATULO A SÍ MISMO
Desdichado Catulo, deja de cometer locuras
y lo que ves perdido, dalo por perdido.
Catulo
436 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
CRUZ, MARÍA, (1974).
EL CUARTO DE LA TRAICIÓN
En el tiempo de la traición
devoré carne cruda,
comí la sal de mis hermanos,
arranqué pieles humanas para cubrirme
los helados huesos.
Temí que me abandonaran en los pastos vacíos
y los engañé.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 437
CRUZ PARCERO, LEONARDO, (1969).
Trae en su golpeteo
el xilófono de colores de mi infancia.
Trae la mano mía pequeña
que toca
una tecla sola
de blanca monotonía.
438 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
CUAUTLE, MANUEL, (1971).
PEQUEÑO
qué hijo de puta
te enseñó
a prostituir tu infancia
tus ojos
deberían ser
dos flores frescas
y no hierbas pasajeras
tu lengua indígena
hermosa canción
nacida al inicio
de todos los tiempos
se vuelve
terrible flagelo urbano
no te das cuenta
pero estás a punto
de caer
en un interminable abismo
SOY LA LIBERTAD
del hombre entumecido
las palmeras
hacen el camino perfecto
a la resurrección
hurtan
la miel
de mi apetito
y firmo indeleble
mi apellido y tu nombre
tiempo
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 439
DAVISON, MARCOS, (1969).
PIEDRA EN EL AGUA
La voz hecha de roca
se hunde en el silencio como en agua quieta.
Su trayecto sonoro incluye nuestro nombre:
somos una playa
donde cada granito equivale a una letra.
Menos de treinta signos
forman mares, peces, balsas, trampolines.
La voz es un clavado desde lo más alto.
Al hablar nadamos, decimos tiempo,
hondas palabras que brotan
iluminadas por el día:
ondas, piedra en el agua.
RETORNO
Cuando volvió la voz,
la voz abrió la boca.
Esperé el sonido puro que imaginaba,
esperé fiel como neurótico,
esperé años y segundos,
esperé inútilmente antes de volver a oírme.
SIN TÍTULO
La cetrería
devuelve al hombre
perdidas alas
de cera y sol,
visión aérea,
lejana presa
en lontananza,
cuerpo que vuela
y rompe el aire
con un agudo
grito que cae.
Llegan al guante
gritos, piruetas,
garras y sangre.
440 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
DE GUERRA, MARÍA, (1970).
DOCTOR ATL
¿Por qué Doctor Agua pintas
rosados y amarillos que encandilan,
cumbres, cielos, riscos, ramas
rojedades y azuluras?
GUSTO A LA VISTA
(RECETA 2)
Tiernos y rosados.
En el agua hirviente has puesto frescos camarones,
sal.
Nada más.
Al tiempo o helados,
usa tus dedos voraces.
Descascáralos
con el fervor que dan muchas horas de ayuno.
Úntalos de limón.
Tiernos y rosados
como besos yodados,
como carne marina,
cual tesoro de haloclina.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 441
LAS CUATRO Y CONSCIENTE
Sí corazón tamborilento
acompasado de la pena honda
de vivir sin la certeza de Dios.
En la noche no da un vuelco,
sólo pega contra la nada inmensa
y vuelve a la sístole
convencido de una soledad blanca inmaculada.
442 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
DE LA FUENTE, ALBERTO, (1966).
Tomado de http://www.cajondeletras.com/colaboradores/cajon_5/santodomingo_delafuente.htm
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 443
DE LUNA, LUCÍA, (1970).
PRESAGIO
Tú, tiempo.
Distancia de tu cuerpo
sobre el mío.
ECO
Renaces al fuego muerto.
Duende,
señor de arena dócil,
pecado que canta.
Mi seno,
hoguera de tu danza,
cándido revoloteo
que alimenta los frutos
suspendidos de la noche.
PERSUASIÓN
Juegas a ser mar,
cielo de agua.
Anido en tu ombligo,
pestaña de mi silencio.
Trágame,
como el verde atardecer
que devora a las gaviotas.
444 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
ASTILLA
Cada uno escribe lo que puede,
no lo que quiere.
Borges.
Llueve, que descansado amanecerá el cielo mañana después de vociferar y tirar gotas de luz.
Y yo miro llorar al cielo y no lloro.
Pronto llegará el alba, la luna morirá sus rizos en fuego de mañana.
Mi casa es diminuta pero las inmensidades se cuelan por la ventana y la noche se convierte
en aire frío y empapado que ronda la casa.
Es octubre, el mes de Xochiquetzal, la diosa luna, que vestida de sacerdotisa navega las almas
del sueño. En este mes, ella se deja caer, se desangra en partos de luz y así nos limpia la
mirada.
En la noche los segundos son largos y se repiten, se forman uno tras otro y yo busco algo
que no es ni la luna, ni tus ojos. Busco a Poesía, busco Tu nombre. El deseo es una voz esquiva
y cada ofensa es labio de la muerte.
Eres viento, fuga que no cesa y soy torpe, tartamudeo y los versos caen de mis manos, voces
de hilo roto que traza murallas.
La respuesta no llega, pregunt a los huecos nocturnos ¿cómo se le habla al que escribe?...
Sólo encontré silencios punzantes que golpean mis pisadas.
NEKAN SAKB’EL*
El quetzal navega, siempre nos navega el silencio. Sombra observa y despoja de gritos el alma
y las entrañas. Aquí el monte se deambula en sí mismo. Cada grito se disuelve en bruma
y cada arroyo se convierte en grietas que quiebran todo aire. Y la Voz del Viento enredada
a mariposas de aire violeta como astillas de niebla. Aquí donde el agua recorre la tierra,
esconde vapores y nos invade cada noche. Esta voz de viento que grita silencios y nos roba
la palabra.
Hay un olor cenizo que marca el rumbo y el calor en medio del camino anuncia el
alumbramiento del fuego. Llueve, debe ser el llanto de la tierra que está pariendo piedras.
Viento, extraviado, deambula, su alma se le hace huecos, se quiebra. No importa dónde vaya.
Hay un tiempo detenido más allá de la ventana, hay un llanto que se esconde entre muros
que no terminan de caer, pared de tiempo donde el maíz se refugia.
El campo es tiempo, sólo tiempo detenido, todo le gira, todo le cambia, de tanto moverse
se aquieta. Y yo aquí, frente al mar y grito... ¡CÁLLATE!!! Pero el mar continua con su llanto.
Los vacíos te penetran la garganta, se roban tus gritos y silencios. Yo voy a Tuxtla,
navego en las faldas de ésta anciana Sierra, sus canas de humo invaden la carretera. Una
lágrima de monte escurre en mi ventana, si fuera a mi raíz sólo encontraría la silla vacía,
Olvido debió partir hace tiempo. Todo lo que me queda de Salvatierra es el sabor de guayaba
en la boca, gritos de grillos enmarañados al cabello y el llanto de mi abuela que cuelga en
un infinito rosario frente a una pared con agujeros.
Noche invade el camino. Mi vista ha quedado cortada, sólo intuyo un silencio más allá...
Una voz cae sobre el monte de piel oscura que duerme, hay carreteras que marcan destinos...
Te soñé en el techo del mundo, soñé —pescando la luna y la nube inventa al monte que la
inventa. Ha penas un trazo, luz y, amanece.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 445
DE PABLO, ÓSCAR, (1979).
OFRENDA
¿entiendes este olor intenso
a hierba seca
bajo las líneas más íntimas del rostro?
¿vas a dejar
vas a dejar de veras
que se disuelva inexorablemente
en la estruendosa peste del vacío?
446 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
DEL TORO, JOSÉ DE JESÚS, (1971).
OSCURIDAD Y BAUTISMO
Una savia de oscura
me dice unas palabras
o tu nombre
más bien tu nombre.
Te impongo un nombre
con la penetración
y tu caudal.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 447
DÍAZ, JESSICA, (1974)
PREOCUPACIÓN
No me preocupa haber pasado la noche contigo
ni me preocupa que escribas historias de ovnis y abducciones
ni que comas fritangas y fast food
ni que veas televisión antes de dormir o cuando te levantas
ni que ronques
ni que midas metro y medio
lo que más me preocupa
es
que en vez de trabajar
te esté escribiendo un poema
448 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
DOMINGO, CLAUDINA, (1982).
FARMACIA DE DIOS
Se refugian ahí.
Como jóvenes gatos con ojos ávidos
ven pasar la repugnancia,
orinan discretamente junto a los transeúntes;
duermen, comen, pelean y descansan aquí:
en una esquina miserable de la Doctores,
junto a unas jardineras y a las bocas del metro.
Después de la jornada
(más al centro o dentro de tan acogedor barrio)
vienen a ver quién ha llegado,
si ha traído algo para compartir o si, acaso,
le debe a alguno algo.
A veces, para matar el tiempo
pelean
sólo con los puños,
la lengua mansa dentro de la boca;
no es bronca, sólo pasatiempo,
pues como jóvenes gatos, necesitan recreo:
todo un simulacro, como la noche y el día
que en vano los engañan con la idea de transcurso,
en realidad, sus horas no distinguen los horarios
y su tiempo no presta atención al tiempo que vuela,
cae, se revuelca y corre a su lado.
Hoy unas púberes se han venido a sentar enfrente,
a la distancia, y observan del otro lado de la calle
a los que no tienen casa ni familia:
incautas, su lástima sólo les estrangularía los débiles
pescuezos, les rompería los frescos hímenes, les mordería
en los jugosos labios.
A la sombra de la marquesina de la Farmacia de Dios,
mugre sobre mugre,
los días se acumulan en la piel morena y la hacen
de ese color que a veces toma el cielo a la distancia:
de cuando en cuando viene Dios en su auxilio,
con una jeringa,
a sacarlos de este mundo
que los mira impávido secarse como uvas
que todos los labios rehuyen;
o acude con los bolsillos repletos
de pastillas, pequeñas y grandes,
turgentes y lisas
que van descendiendo una a una,
en fila por las gargantas secas y ruinosas.
Ayer un perro cayó enfermo,
y durmió entre las cobijas hasta entrado el medio día:
le trajeron los restos de los restos,
las migajas de las migajas,
pero no las tocó:
quedaron ahí, impúdicas en el pavimento,
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 449
junto al vómito y las heces que hacen la guardia,
no del todo eficaz,
del territorio de los sin-nombre, sin-tierra, sin-casa.
¿Por qué son todos niños,
a lo mucho adolescentes?
La vida los ha de andar jalando en otras direcciones,
a lo más turbio del charco o a sus orillas,
a la cárcel o a los refugios de la caridad (con o sin vergüenza):
otros son blanco de la enfermedad:
jóvenes genitales para hambrientas sífilis,
dispuestos orificios para la prostitución y el sida
y abiertos pulmones para la inclemencia,
deliciosos estómagos para los gusanos,
frágiles huesos para el pavimento y sus ferocidades.
Nada les reserva piedad ni compasión,
salvo las marquesinas de la Farmacia de Dios
que los protege de la lluvia y de otras inclemencias.
450 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
DOMÍNGUEZ SOSA, BLANCA ESTELA, (1968).
GUERRERO
Es una lástima que hoy te encuentres lejos,
cabalgando quién sabe en qué parajes,
haciendo la guerra perfecta,
con cuerpos lisos de piel gastada.
No te reclamo,
sólo extraño la batalla que juntos libramos,
combatiendo quién sabe en qué noche
y sabiendo que lo menos importante es el enemigo,
cuando se es buen guerrero en el amor.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 451
ELVRIDGE-THOMAS, ROXANA (1964)
MUJER QUE GOZA AL PENETRAR EL HUMO
Vierte al fuego las resinas.
Inunda el claro con vapores de maderos, secreciones, asaduras.
Se pierde en ese pliegue que se orada en la montaña al elegir los animales, las breas, flores,
juncos, pulpas, raíces olorosas.
Danza jubilosa entre el humo.
Aspira.
Impregna los muslos, los pezones.
Siente penetrar por sus resquicios ese aroma que satura su delirio.
Regresa a la aldea cuando se ha extinguido la emulsión.
Pasa al lado de ese hombre que la embriaga aún más que sus mezclas vaporosas
y él se prenda del aliento que la envuelve.
Se entrega, rendido, a ese cuerpo ahumado, perfumado.
CIERVO
Como el ciervo huiste,
habiéndome herido;
salí tras ti clamando y eras ido.
San Juan de la Cruz
Ráfaga de fuego
hiere la memoria.
Arrobo que roba la paz al que atisba esa fuga de bestia que es árbol en llamas, que es río
palpitante de anhelos.
Consume el veneno a quien mira, al lejano aliento deseado.
Enfermo, llagado, el pozo que añora ese oscuro bramido, calcina en su flama la ausencia.
Adolece.
Lo turba el paso intuido, la búsqueda atroz del vaso que arde.
- Te anhelo como tú a las fuentes, esquiva melodía que es tan dulce por estar al otro
extremo.
Bello, inalcanzable, efímero clamor que surca mi dolencia.
Tu pliegue desgarra el tajo tan cruel del ensalmo.
Preña con tu vista mi impaciencia, sáciate bebiendo este delirio que tú mismo inoculaste tras la
marcha.
Quiero poseerte hasta los huesos, doblegar la cólera encendida de esa cuerna, abatir el lenguaje
de tus belfos, ser la letra de ponzoña que en tu lengua sobrevive.
Rasgo mis yemas al tocar tu argolla en llamas. Ansío tu imposible regreso, tu aliento que sacie en
mi sed el alma calcinada.
Soy la fuente y el veneno. Eres hiel y manantial.
Acaba ya, dulce, perdido, y llévate mi ser en tu carrera.
452 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
JABALÍES
Son legión y son la muerte.
La tierra se acongoja con su paso.
Trote ungulado, huellas que son cráteres exhaustos. Nada crecerá tras de su avance.
Siete veces siete ciclos han corrido. Fieras bajas, piara agreste con eréctiles pelajes.
Qué potencia dio el Porquero a esas patas.
Qué consigna de yermar y expeler entre colmillos los vapores.
Corren, queman. La furia de los dueños se perpetra, la sangre de los prados se calcina.
Quien coma hierba o fruto circundante, ve explotar sus vísceras, expira entre vómitos y
espasmos.
Toda agua agitada por un golpe de pezuña envenena con gases al que pasa.
Corren, bufan, arremeten, siete veces, siete ciclos.
Se acercan sus llamas.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 453
ENCISO, ANGÉLICA, (1971).
ENTRE LABIOS
En el cauce de la piel
sal acuosa de fuego
renace el agua
de caverna oscura
En el cauce de la piel
renace el alma
se colma la avidez
se olvida el tiempo.
454 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
ESCALANTE MENDOZA, GERARDO (1969).
SIGO.
Finalmente golpeado
perseguido por el deterioro de inasibles profetas
busqué en las ciénegas cósmicas del enemigo
Custodiado de amor
dormí
una espesa y medible excursión
a los bosques
cuando las probabilidades de ser atacado por el oso más
pequeño
eran sangrientas y góticas
Mi alma aprovechó la distracción de tu cuerpo
para sujetarse de alguna de sus ramas
como un dios mendigando
otra de tus imágenes
entre el peso de las aves
COMUNICADO.
Antes de dormir levanta
la ventana moderna de la ideología
y observa sus caminos
Eleva una plegaria
sobre los tejados del mundo
entonces cierra los ojos y duerme
en las manos del enemigo.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 455
ESPINOSA, ROSE MARY, (1969).
456 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
FABRE, LUIS FELIPE, (1974).
CARTEL
para Damián Flores Cortés
Hipótesis: después
de perder la máscara optó por perder
el resto en pulquerías y cabaretes de quinta: qué cliché:
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 457
FAESLER, CARLA (1967).
CARNICERÍA
Sangra la carne expuesta entre las moscas
Dentro de las vitrinas
Muestran los cerdos sonrisas
Estremecidos hasta el miedo
Y sus ojos son difíciles al ojo
Entro a los olores saturada
Y extiendo el dinero al del cuchillo
Tres monedas mojadas me devuelven sus uñas
Me llevo una cabeza para reconstruir
La oreja, el hocico, la sonrisa.
SOPORTE
Imagino el brassière semienterrado, pesando el lodo húmedo del orbe. Como de aurora el
cielo, como de alambre el árbol. Si lo hubiera llevado en el bolsillo resistiendo monedas,
abrochado en la pierna conteniendo la sangre, de antifaz que tolera las miradas. Lejos el aire
sube los motores. La tela vibra hojas y gusanos. En un cuarto el reloj se adorna con los brazos
de las horas. Suben y bajan y suben y bajan todo el tiempo los brazos. En la silla hay un suéter
entibiando el respaldo.
TENDENCIA
Notamos la mordedura del tiempo
en los cabellos. Los tintes azules
amarillos y rojos se colgaban
a punto de soltarse de las puntas.
Crecían blancas las cortas uñas negras,
los adornos del piercing habían sido
útiles en la pesca, en la palapa.
Preservábamos algunos tatuajes
que ya no contrastaban con las pieles
cada vez más oscuras por el sol.
Éramos extrañamente distintos.
Ahora el cuerpo original ganaba
y adquiríamos todos la igualdad
en un gesto común inevitable.
458 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
ACUCIAMIENTO
Y de entre la quietud y el pasmo,
se decretó prohibición de la cópula.
¿Cómo enfrentar el riesgo, reproducir la esencia y el hastío?
Unos talaban árboles menores.
Se acostaban bajo sus troncos para
sentir su peso y cerraban los ojos.
Otros se dedicaban a la recolección
de frutos y al estirarse las sombras,
los reventaban con uñas y manos
hasta sentir caliente su pulpa entre los dedos.
Cuando nos atisbábamos de lejos,
bajo la piel el recuerdo nos era suficiente.
CIRUGÍA PLÁSTICA
Primero hay que dejar pasar los años,
saber cómo funciona el mecanismo
de reacciones biológicas y humanas,
los complejos motivos que reclaman
la experiencia de la edad con armadura.
Los senos y la cara en un principio,
después hay que pensar en otras áreas,
completar el deseo que se ha gestado
de buscar aquel ser que espera adentro,
debajo de la piel que lo lapida.
Del dolor cicatrices y hematomas,
LIMBO
Todos se detuvieron.
No llevaban la sombra colgándoles del cuerpo
y no me decían nada.
Yo les hacía hablar como a espejos de carne.
Algunos me imitaban o contaban mi historia.
A todos conocía,
a unos desde siempre,
a otros no los había visto nunca.
En uno distinguí el color de mis ojos y mi pelo,
en otra la sonrisa de mi rostro, mis mejillas y dientes.
Alguien en un momento,
repitió lo que escribo,
leyó mis pensamientos en voz alta.
Después, todos rieron.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 459
FALCÓN, KARINA, (1984).
Como perforar el vahído y pedir de ahí un cristal que sea mutismo. La luz se deja
acariciar pero los brazos van hacia la brota calígine que teje sus olvidos; la luz, una
voz no: Roca frágil de ternillas formas tristes –sólo formas- que respiran en el seno
del verbo, un día curva y otro, abertura. Boca. Alas que son vuelo, pupilas de alba
y bajo éstas, formas indecidibles que andan hacia el abandono y en el cálido abandono
se refugian. El corazón se abisma. El corazón por vez primera se deja abismar.
Insomnes, nosotros. Hacia el campanario, hacia el esplenio que obsequia una noche
en alas que son labios nos movemos sordamente, la extrañeza de ojos: sino. Borde
vaporoso que conserva nuestra sombra. Impasible ocre que sustenta la rapiña; el
crepúsculo se tienta sibilante:
[APOSTILLAS]
... y los dedos
derrumban
el cielo, la rama
se
disloca -sesgo de aire- y
abandona el
círculo...
Desde la vuelta
exhala, su lengua cetrina
balbuce:
En la mutación del vuelo asilamos la voz nítida. Plegamos una manera de decirnos
para nombrar con ella otra suerte y hacer de ésta campanario; antes de habitar la
raíz, antes de los párpados. Mira nuestras alas exigen del mármol su impureza y
remolino. Nuestra palabra es bruta, titubeo, mascullamos: canta, cantamos, y nuestro
canto es el ovillo regurgitado que se precipita en cabellos negros, tendidos sobre
labios que se desdicen y son inaudibles para el hombre en el erial.
Por vez primera lo nombramos y decimos nada.
460 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
[APOSTILLAS]
Sentado
frente al abismo , el profeta
duda:
Entre robles
habita el misterio,
vastas hojas
fría luz de sol
a los labios de esta noche que
no
ostenta
densidad
alguna. El profeta
[APOSTILLAS]
niega el rostro,
simula no decir, miente
su condición:
forma...
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 461
Pero el profeta había dejado de
contemplar
su cuerpo, lo había
abandonado
para ir
tras el sol:
ese que no
habitaba norte o día.
En la aguja se alivia el dorso en que de soslayo las flores trazan sus crestas,
ramajes por lengua de aroma que encomian más brazos, son tibios al verde si se
palpan las hojas. Punza la espalda cuando rasga la vista. Mejor cerrar los ojos para
descansar bajo el mármol, mejor habitar el dormitivo aliento hacia el cual se diluye
un fardo de azures para ser incienso. Friable tapia en que sépalos son cielos y en
los cielos hay estambres y de estambres se teje el sueño. Efluvios. Sol bulboso en
verticilos: hebras y aliento de ámbar. Una voz: en la piedra, una grieta: adentro.
La sien nevada observa.
[APOSTILLAS]
Nombre en
cantos
de calles, busca:
lengua contusa,
obtusa,
imposible -impasible-
en ella misma. Bajo el velo
la tierra
límite, tierra que
462 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
FERNÁNDEZ, MARIANO (1964).
CUBILETE
Crótalo excitado,
furioso se revuelve en el cubil,
fustiga el cúbico veneno,
la realeza se inclina mentirosa.
OCASO
Volverá la tragedia del horizonte,
el sol tragado por su sangre
dónde manó el sueño.
La noche yaciente
entre diáfanas, tímidas estrellas,
fugitivas tachonan el azul tibio del cielo,
azul hermano del mar.
MENTIRA
Trasciende
la lámpara, el cristal,
la flama,
no la luz.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 463
LAS DOS FRIDAS
Esta mujer que siempre fue doble
imágenes disímiles
una misma sangre
una misma ternura
Dos que son un sólo rostro y
Una sola pena
Ceja continua
existencia continua
Quizás la vida después de la vida
Quizás la muerte después de la muerte
ese pescado que en el mercado mira fijamente hacia atrás adentrándose en nuestras mentes,...
TIBURONERO
Esto me dijo un tiburonero con escorbuto, piel de cartón, músculos de cáñamo; ojo enrojecido
mira a la colina sobre el mar, fuma tabaco de hoja: desde aquí veo una hilera de peces
dorados, por la tarde avanzan cima arriba.
Bordean la pendiente uno por uno; el que trastabilla cae a la rompiente, se hunde; en el oleaje
resurge alado buscando el sol y vuelve a tomar su lugar en la fila.
Alguien piensa: esos peces no deberían estar ahí y caen muertos, exhalando una pestilencia
que baja enjambre de moscas y obscurece la playa.
Puerto Ángel, Oaxaca, 1991
De: “Lo que puede Verse” (en proceso de publicación)
464 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
CABIZBAJO
Ha soñado y duerme poco
la visión,
la voz ahogada,
el tiempo en espera del amanecer;
la luz nuca emerge.
Empuña su pincel,
incontables cerdas de escritor,
esculpe en la piedra
corazón ansiado,
un par de alas perdidas,
escarabajo blanco,
una palmera se inclina amarilla
y flamea al aliento de la noche.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 465
DOS MUJERES SE BESAN A LA ENTRADA DE AQUEL CAFÉ,
yo me pregunto ¿De qué realeza son las flores?
¿De qué metal sus coranas blandas?
Dos mujeres se besan descampado,
frenético beso, su humedad nos toca,
lenguas eléctricas.
El aire las besa de pies a frentes con labios de tormenta.
El aire nos besa con saliva ácida.
466 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
FERNÁNDEZ GRANADOS, JORGE (1965).
LOS DISPERSOS
unas veces no
los hallaremos más nadie diría petrificados
sus jardines su reloj sus herramientas
su triste manera de mirar algo tan lejos
muy algo tan lejos
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 467
ruido
ruido en el corazón
de los dispersos
eso
debe pasar porque enmudecen
gritan cantan
sufren se despiertan
porque se van a pie distancias
que nadie quiere caminar
y no se cansan
sólo se mueren a veces
porque en su respiración hay un murmullo que parece canto
una razón
que no los deja vivir que no los deja quedarse
y cómo hacer cómo decirles
que ya no
hay casi lugar
en esta cárcel para ellos
LA HIGUERA
metros de locomoción por ese camino de tierra acelerados sólo por la gravedad
y el transparente combustible del sol en nuestros ojos
fija para siempre en esas ramas nudosas y desnudas
nuestra insignificante meta
468 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
en la milpa donde no éramos más que criaturas inquietas y salvajes aún ahí
en el lugar que ya no existe
sino en la memoria
de gente común como nosotros
que fuimos tanta velocidad
aquel verano de la higuera la furia y la primera vez
de las heridas y el vértigo y como si abriéramos allí acaso una alegría
primitiva de rodar por la tierra y no sé es parecido a gritar es como si alguien pusiera en esa
carrera
su juventud su miedo su amor su orgullo
con todo el cuerpo
bajo el cielo y el torturado esplendor
de aquella vieja higuera
donde pintamos un verano nuestra meta
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 469
RECONCILIACIÓN
y caminábamos y caminábamos
como si bajo los pies la tierra obedeciera a una
lucha última
a una laboriosa lectura de su indiferente polvo
a golpe de huellas
porque en cada paso leíamos el vestigio
de un sueño que se acorta
como este primer día del otoño de otro siglo en que transcribo
lo que supongo una carta por demás demorada
remitida a nosotros (los de entonces) los casi adolescentes espectros
desvelados por las voces de lo venidero
470 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
FLORES, JORGE LUIS, (1986).
CANTO DE PÁJAROVERSO
(FRAGMENTOS)
I
He comido
metáforas
en abundancia...
... estoy a punto de
vomitar poesía.
II
Escribo este canto
sentado en el lucero
que forma tu mirada,
entintando mi pluma
en el frasco en que
descansa la noche.
III
La eternidad
avienta del buró
al tiempo
—lo descompone—.
X
Eres diosa que ordena
caóticamente los astros,
la luna es algún
retrato de tus ojos,
tu ambrosía tiene
sabor a labios,
un canon cantado
por las sirenas
es tu voz...
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 471
FLORES, MALVA, (1961).
TODO ES PERFECTO
Todo es perfecto si lo miras de golpe,
en un vistazo. Perfecto. Con esa perfección
de las cosas silentes. Recto como la vía
del tren; la simetría entre tus ojos recortando
la neblina y ella misma; o aquel paralelo
entre el vocablo “azul” e “inmaculada transparencia”.
Todo así, lineal, o con volumen de esfera. Perfecto
acuerdo entre memoria y ojo. Felicidad de los juncos y el bañista
en el paisaje. Hasta que te detienes
y observas.
472 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
FLORES SÁNCHEZ, RODRIGO, (1977).
EL TERCER HOMBRE
Miedo. Tiene miedo de encontrarlo. De encontrar al que habla. Atrás de él hay uno que va
en su búsqueda. Va hablando y va en su búsqueda. Él sólo espera y sigue hablando del que
lo busca. Del que va en su búsqueda. Habla para esperarlo. Habla para que su boca no se
queme mientras espera. Al hablar cobra conciencia de que lo buscan. Sabe que si calla no se
percataría de que es buscado. El que lo busca habla para encontrarlo. Para encontrar al que
habla esperándolo. Hablando busca al que espera. Tal vez busca sin saberlo pero hablar es
una forma de buscarlo. El que espera tiene miedo de encontrar al que lo busca. Tiene miedo
de encontrarlo pero habla para que lo encuentre. Habla esperándolo para que su boca no se
queme. Sabe que cuando sea encontrado por el que lo busca su boca se quemará. Pero habla
para esperar. Habla para prolongar la espera. En cambio el que lo busca difiere la búsqueda
hablando. Habla del que lo espera. Hablando de él difiere la búsqueda. Habla para no astillarse
el paladar. Sabe que si calla ya no lo buscaría y no se astillaría el paladar. Adelante está el
que espera. El que espera habla. El que busca habla. Hablan solos. Esperan y buscan y hablan.
Hablan con bocas quemadas. Sus paladares se astillan mientras hablan. Prolongan la espera.
Miedo. Tienen miedo.
Tomado de http://laseleccionesafectivasmexico.blogspot.com/2006/12/rodrigo-flores.html
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 473
FONZ DE TANYA, MARCO, (1965).
474 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
nos hace cerrar los ojos
un personaje surge del fondo
verde fantasma marino con su cementerio
soy un hombre busco un juicio
dice el espectro
soy un hombre busco el júbilo
dice el espectro
sale por la puerta
dejo a mis amigos
y sigo el alma en pena se detiene mira al cielo
miro con él su señal de bienvenida
la gente se mueve como aleta de tiburón
es Dylan el auténtico borracho
señala con lo que queda de dedo
nos hemos despegado tanto
sólo quiero ser un hombre común
trabajador honrado productivo con señales y número en
mi frente.
Mi poesía por un trabajo.
Hay un barquito de guerra de paz para quien no sabe
leer entre líneas.
Para estar en paz es que destrozaron todos esos
cuerpos
y así con esa paz se golpean esas carnes frías.
Para estar en paz para que mi hocico de hijo de hiena
esté en paz
Para que mi hocico hijo de chacal pueda comer esa cosa
rica de una lata
para eso es que se matan para estar en paz.
Para eso son esas filas de trabajadores
filas interminables como legiones del cielo
como legiones del infierno
para eso es la masa interminable con esas largas caras
de sufrimiento alegre
para eso son esas bombas.
Mételo
en tu cabeza cabeza cabeza
para eso naciste tú para esa bala en particular
no odies no odies
por favor quítame esa visión de la cara
quítame esa visión
esa visión
que ya no quiero.
Barcelona 2004
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 475
LAMENTACIÓN Y FUGA DEL EXTRISTE
Yo también tengo miedo
y no sé cómo se come eso.
Nadie me invitó, llegué solo a la mesa
en donde los insultos se sientan.
Abro con horror mi boca
y mi espíritu llora por mí.
Comida marga de flores cursis.
Luz de voces pasan por mis manos
lamentos se acurrucan en mis pies
pájaros fúnebres cantan a mis oídos
y yo digo en voz baja: —Aquí hay un hijo de la sangre.
476 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
Todo huele a lima y naranja
hay manzanas al final de los olvidos
y hay olivos esperando en la mañana.
Tengo entonces la visión que estoy solo
en la mesa nadie existe
mi mujer y mi fe me miran de reojo
remojo el pan en el vino y a los labios de ella lo
acerco
ella abre su boca para recibir el cuerpo
pero sus dientes salen lunares y me muerden
hay sangre en medio de esto.
Es una alegría difícil
es una belleza terrible
es lo maldito que disfruto
con todo el susto de lo siniestro.
Los demás no me importan
y sigo mi propio consejo: —Despacio al vértigo.
Quemo mis ojos
estoy con ellos los siento por sus burlas
nada entienden pero sonríen
los deformo otra vez para verte
y los escucho con sonido de oído bajo el agua.
Los olfateo muertos frescos son
hay olvido flotando en el aire como corona de flores
inmortalidad le llaman los eruditos.
Me comí dos la semana pasada dijo el enano capuchino.
Yo también se temblar.
Vea el movimiento de mis pasos
como se circundan por el abismo
como se limitan a los acantilados
como el mar llega hasta el cuello
y me sacudo como serpiente emplumada.
Yo también se desaparecer
desaparece entonces dijeron
y desaparecí.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 477
Tuve una realidad y era rara y era mía.
Y todos me abrazaban y me felicitaban y me oían y me
querían.
Era lo raro mi vida y era azul y era mía.
Tuve una muerte amarilla y era mía y un corazón negro
y era mío.
Nada más que eso tuve.
Nada que envidiar me dijo un pordiosero.
Y los demás se volvieron a burlar
detrás de la mesa hasta que mi mujer gritó su fe.
Hubo otras explosiones en nuestro abrazo
celebramos el año caníbal
y partimos el mundo por mitad
alguien se había quedado fuera pero no lo extrañamos.
Yo también fui todos
en su lugar y en sus afueras
sonreía nada más quedaba
saludaba con mi mano herida
bendecía a los llorones y el Poeta me dijo:
Tú eres un Extriste
eres un Extriste
un Extriste
Extriste.
478 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
¿Alguien cuenta los minutos?
Yo cambiaré el mundo
cuando mi nombre pierda su significado.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 479
¿Habrá descubierto ¿Es palabra
que fui palabra? porque se
pronuncia?
Yo me traje aquí
no vine porque me dijeran nada
no tengo la fortuna de escuchar
no vine a buscar a nadie
hoy no quiero ser amable conmigo.
(con el suicida morimos todos)
480 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
FORCADA, ALBERTO, (1969).
TU GUIJARRO, TU CANTO,
tu sedienta golondrina,
fue jugando a la tablita
por mis ríos,
que se arqueaban
sin aguantar los mordiscos
de tu sol, de tu rabioso sol,
que persiguió mis cosquillas
por todo el cielo
hasta desplumarlas,
ahí donde se hunden los barcos.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 481
FRANCO ORTUÑO, ANA, (1969).
BABEL
Qué hacer con este sol
si en el discurso se abre la lluvia y brota
un árbol de manzanas
Trinan
aves mucho más ilusorias
las he visto volar hacia otras direcciones
y convertirse en nube
también he visto el río
la sangre que se mece
Tú estás de pie
mirándote las manos conducir el recuerdo
y surge
el mito que rompió los sueños
Callas
haces de este silencio
llamas
de flores que se secan
Inicia entonces:
miras adentro de tu sombra
(que gime como rama rota)
Siente el principio:
el hágase la luz
y su caída
Eres testigo del comienzo del mundo
y has guardado el silencio necesario para volverte piedra
482 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
Entonces se confunden los dioses
y te ignoran
piensan que eres un grillo más
otra paloma
así
nunca dirás el color de la fruta
ni la llave del huerto
que tu sonido es letra entumecida
Sueñan
(equivocadamente)
CONTESTADOR
Informa que la luz se apagó
luego de haber callado un par de días:
no hubo más que decir
sólo fue un accidente en lo sonoro
un pedazo de silencio colado del roto de un espejo
Pero fue suficiente para oír los rumores de la duda
o la muerte
y nos morimos
(la entrepierna mantiene la humedad de un exilio)
Fue una luz pequeñita
de animales que vuelan
y relucen su código de cobre nocturnal
pero lo interrumpimos como columpio seco
y todo se detiene incluyendo los bordes y las penetraciones
Yo vivo del aúllo
como una suplicante
Ando
Hago la vida
(y sigue la humedad entre mis piernas
como trozo de río
como gusano)
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 483
NO LO LEÍSTE ENTONCES
este tejido
Hablaste
de la ficción en lo poético. Dijiste
que yo sabía – y que sé
que formas parte
de un v(u)elo
re construido
(hablo de una revirginización)
como si el paso tuyo fuera un paso de araña
contrario a la
(violencia)
—una sutil
re
instalación
nido de cabellos
engarzado
de semen de miradas
sí nido
o filigrana
Preferiste
que nunca te mimara
mientras en esa típica escena de sillón
anduve sorda el semen que sembraba de sueños
Me largué
para ver la ciudad que me mostraste
—ciudad amada en ruinas
nadie antes caminó mis barriales o me llevó a su cama
de hotel A
medias y sucia de deseos.
Nadie (en) jugó
con aquél
vino
dulce
484 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
llaga
Aunque hubo rumbos que tomaran un acento más dulce
—más puente de semillas—
contra-la-púa de tu abrazo
verde y
amoratado
PRIMERA PARADOJA
Oscurece
(pensé que llovería)
no es nada sino el tiempo de la noche
No lo sentí llegar,
el oscurecimiento me vino de sorpresa
Vino
dulce
que llueve
Construyes lo complejo
y yo me rompo náufraga en un barco de plumas
(poescribes
de lejos el instante
que se deshace en el instante mismo)
Primera paradoja:
crezco decrezco
vigilia en que se mece la esperanza:
botella que llega – que se marcha
contorno que se incumple
Si mi decrecimiento es el instante,
si estar en la caída es indigencia
de luces
o las luces
viene lo oscuro
como anuncio de un tiempo arrebatado en sueños
(atardecer que dijo tu presencia)
Y si de lo contrario,
(precisión del instante)
crezco
¿crecería la sorpresa/la esperanza?
de que nos lleve el tiempo o el espacio
túnel
del sueño que despierta:
no el tiempo de la lluvia y su oscurecimiento repentino;
intiempo del abismo
nocturno que coneja un reloj
que reloja un conejo
instante regresivo de lo dulce:
decrezco crezco
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 485
I
Hay un pez que se escapa
de la red
uno solo suave
y asustado
respuesta de algún deseo de escamas
dúctil textura
limo
que lo llama o la piedra
marina
donde me come
II
Ha surgido un animal entre mis piernas
pasó
(primero y también)
ha caminado (ya)
por muchos otros sitios de mi cuerpo
Surge
de la manera en que narro un contenido
(ya no la barca)
como vida que sale del pantano
486 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
entonces
no sólo surge un huevo (ave de alas pequeñas pero fuertes)
o mínima tortuga
Tiene que ver con las ganas
una viejísima explicación de mí misma
ansias de totalidad
parecidas al animal rotundo que me habita
o la niña
que almacenó sus sueños de amapola durante un tiempo largo
Tiene que ver con su propia lisura
sus abismos salvajes
o la dulce jugohada de sus dientes (dentelladas, diría)
con la larga cadena de palabras que renueva el sentido de la tarde
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 487
GARCÍA SANTAMARÍA, INTI, (1983).
CIELITO LINDO
Como una madrugada
donde tú y yo
miramos el cielo
desde una hamaca roja
llegarán más poemas.
ALTER
No todo puede ser tan inmediato. Pato lucero. Después el miedo a salir a ala calle modela
en migas enemigos con pasos de seispiés y pasas en los ojos. Uno un trozo también en la
nariz. Es un álbum de arañas. Resuena en la cigarra lo que digas. Es un álbum de hormigas.
La libreta. El teléfono. Los vigilantes. Una que se peina con gelatina de mora. Vestida de civil,
es militar. Tiene mil páginas ocultas. Me tiene. Cada orden de aprehensión es mi contra. Detiene.
488 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
GÓMEZ, JUAN MANUEL, (1968).
CHICA MODERNISTA
En este momento
en que mi corazón te busca a ti,
dueña del único perfume
que hace enloquecer la brújula de mis emociones.
LA RESONANCIA DE LA MATERIA
Estás prisionera en el metal de mis labios.
Lo sé. Vendrás de dentro de mí a mis ojos cada vez que mire fijamente el inmenso mar o el
diminuto y fugaz resplandor que habita el diamante. Lo sé, y lo celebro, porque tú eres el
regocijo de mi corazón, aunque ausente esté mi corazón y de él el regocijo.
Eres, ausente, la ilusión de la sangre en su ir y venir imposible.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 489
GÓMEZ DEL CAMPO TRIGUEROS, ALBERTO, (1967).
SI TE HABLO
al oído,
si respiro
por tu nuca
solamente
y ya vas
a besarme,
qué sería
si pudieras
asomarte
a mi corazón.
490 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
GÓMEZ ESTRADA, GRISSEL, (1970).
BAJO MIS ALAS
Soy los dedos de un meteorito
Una bala expansiva
No me sirven las moronas de cuerpos muertos
Necesito la tempestad
Por eso,
su gran cuerpo se abriga
bajo mis alas.
LA CONDESA SANGRIENTA
(FRAGMENTO)
I
Los astros habían dibujado en el lienzo tu fortuna:
mandrágoras, hiedras, serpientes, a tus pies,
doncellas, a tu espalda, doncellas amontonadas
como racimos de uva,
dobladas, decapitadas, enroscadas,
doncellas a tu espalda, ordenadas como flores...
¿Qué secreto guardaba ese rostro,
qué muertes, qué hechizos, ese pecho,
ese cuello donde se distingue aún
el latido del corazón,
en el lienzo que palpita y respira y es tu casa todavía?
El lienzo adornaba tu casa,
el castillo en cuyas paredes estaba escrito:
«¡Loba, eres tú!»
Tu destino estaba ya dibujado:
Luna, Marte, Mercurio
danzando.
Y en lo alto, adornando tu cabello, tres colmillos de lobo
formaban la inicial de tu nombre:
Erzébeth,
eligieron los dioses,
para mostrar el poder del Escorpión.
Erzébeth,
siguen callando las ancianas,
ante tu castillo en ruinas,
al tiempo que sus manos
hacen la señal de la cruz.
III
Baños a medianoche,
desnuda,
en el balcón de un palacio enorme,
de molusco gris
y serpientes en ebullición.
Baños de luna
alimentados con gritos y hogueras,
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 491
la noche en tu castillo canta,
mejor dicho: aúlla.
Baños de luna, desnuda,
en el frío del infierno
y tu piel blanca,
presa del sortilegio
que es la soledad,
envuelta en dicha
al rozar la muerte
al tocar la muerte:
vértigo: felicidad de lobo,
tu piel: cielo púrpura,
tu voz: humo de invierno,
y la arpía vigilante.
Te esperaba un aposento de pieles,
un baño: cabra y mujer,
cabra y madre,
esencias, hierbas,
noche de luz:
cenit coronado por la diosa de plata
a quien venerabas
probando la sangre
que regaba tu cuerpo.
Probaste tu propia sangre
y tu piel fue teñida con el néctar
sólo concedido a los dioses;
probaste tu sangre
y las manos encontraron el camino:
senda de río carmesí,
gotas aterciopeladas
cascada
cascada carmesí
que fue creciendo
hasta convertirse en la tempestad
que inundó de sangre
el pueblo de Csejthe:
probaste tu sangre
y la voz
salió de tus labios
convertida en bestia.
Piel inventada por tus conjuros,
cuerpo desnudo, latente, enormemente vivo
como un gran corazón,
delineado por el líquido rojo,
que en la tina hervía.
Blanco, tu rostro en el espejo,
imantado con tu propia sangre,
sonrió.
V
Enlazadas, veneno entre sus lenguas corría.
Los cuerpos temblaban al ritmo
de las hojas llorosas de los árboles.
Para verlos se asomaba,
entre la puerta abierta,
492 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
la brisa.
Amor de los cuerpos,
pócima, sortilegio,
de este reino de lagartos fuga,
veneno entre figuras enlazadas,
piel lúbrica adherida,
densidad de unas manos
que se han batido,
atrayendo, una y otra vez,
de la Condesa, hacia su sexo,
la cadera,
extirpando los pechos,
que gimen cálidamente.
Un solo beso,
un solo abrazo
porque para salvarnos
no hay más ríos.
Corría veneno entre sus sexos enlazados
marea que crece, solloza, estalla,
penetración violenta
porque el sexo
no es la paz.
(El Conde está en la campiña
bebiendo la sangre de tigres paganos
y yo,)
¿qué hago con esta incertidumbre
en el pubis
con este vacío de gato negro
con esta ansiedad de araña
y me araña
y me envuelve
y me sacude,
qué hago con este cuerpo
ávido de sangre, ávido de piel?,
porque sólo es un revoltijo de carne y huesos
y olores,
sólo es un sexo desamparado,
como el amanecer y solitario,
como el amanecer, inmenso,
sólo soy un fragmento de ser
que bala,
que pierde trozos de piel
cada noche
y sangra y resucita
con este veneno.
(Clamor, confusión: somos dos, estallando...)
El lecho, acariciado
por la sutileza del plenilunio,
se ha vaciado.
(Una arpía, junto a la Luna,
mira la blancura
del cuerpo de Erzébeth.)
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 493
VI.
... después veía sus cuerpos.
Cárdenos pechos redondos
como el amanecer de aves
recorriendo un cuerpo;
lame un poco la uva pasa
del pezón
y tiembla.
De una niña,
la inmensidad trigal del pubis,
recorrida, en adagio, por los dedos
henchidos de Erzébeth.
Recuerda a las serpientes
de las piernas el temblor,
y los dedos
visualizan
un lunar, una marca,
las manos tiran
de los vellos bajos
con impotencia de gacela
a la que le estalla el sexo.
La Condesa muerde
la curva de la cintura,
marea nocturna amarajada,
como si fuera un espejo.
Qué hermosos esos cuerpos.
Cómo hubiera deseado, ella misma,
tener esos pechos, ese pubis, esa cintura:
ser ese cuerpo,
y para siempre,
ser guirnalda,
como esas flores blancas
desparramadas en el lecho.
Tomaba su baño tibio,
de agua roja,
con la que cumplía el destino
que le impuso el Escorpión:
ser bella,
a través de la fuerza
que otorga la sangre.
(Como pesadilla,
colgar esos cuerpos desnudos,
soportar los gritos
(¡qué armonía reina
después de coserles los labios!),
abrirles las muñecas
luchando contra los muslos,
desangrarlas...
después veía sus cuerpos.)
Las brujas lastiman por puro placer:
con agujas hacen orificios
para beberse las almas;
con hierros candentes
tatúan los rostros,
para poder olvidar los ojos de la muerte,
494 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
de las doncellas que fueron separadas, con engaños,
de aldeas
de montes lejanos
de casas donde nunca jamás
volverán,
de vidas interrumpidas
por el poder de los Señores...)
Tranquila, la viuda Condesa
se mira en el espejo:
también es muy bella.
Cada día más. Cada año más.
(Todos sabían que también era vampiro.)
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 495
GÓMEZ MORÁN, JESÚS, (1969).
HAZME UNA MÁSCARA
El día abre la mano
Tres nubes
Y estas pocas palabras.
Octavio Paz
ALTER EGO
Alonso Quijano
leyendo novelas de caballería
perdió el juicio.
496 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
Cuando Alonso Quijano
se olvidó de las novelas de caballería
recuperó la cordura.
el tiempo.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 497
la dirección que persigue la muerte
y sus emisarios:
los colmillos y las garras
que royeran carnes rollizas y frescas
acabarán sepultados bajo la erosión de la tierra,
convertidos en polvo como la espina
y aun la rosa.
CORONA DE ESPINAS
Absuélveme de haber sufrido,
de haber ignorado lo que eras
de no haber sido el que quisiste.
Rubén Bonifaz Nuño
498 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
DONDE SILBE EL OLVIDO: LUIS CERNUDA
A Vicente Quirarte
O poeta é um fingidor
Éste es el drama,
no de quien vive para contarlo,
sino de quien cuenta para no vivirlo,
haciendo una ética
hasta de un paisaje en la playa
Ésta es la comedia
que debe representar uno
para que lo tomen en serio.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 499
GÓNGORA, OMAR, (1982).
PODRÍAMOS SER BUENOS AMIGOS DE LAS JERINGAS CUANDO ÉSTAS SE NOS ACERCAN A PEDIR
UN AVENTÓN
enfrente de la avenida desfilan cuadros rojos cuadros negros
cuadros rectangulares y redondos
nadie sabe que estamos acabados
viendo pasarlas y dejarlas de lado
invítame otro six necesito un nuevo fix
déjame chupártela entre metales ciegos en la plancha del hospital
déjame acercarme a tu sonido de metal rasgando las pupilas
cortando lenguas para ponérselas en los oídos
estoy un poco despejado de persianas y metadona
demasiada literatura beat en los oclayos
pero estoy
cayendo en este ruido cuando me la encontré acelerando las partículas
=)(/&“”!
después de venirse todo ha terminado
vuelves a la indiferencia y el hastío
el bajón de la droga tiene un efecto triste
gordo, desnudo en la fuente del placer miserable
linternas como espadas como lanzas como rayos
flechas eléctricas, con el pene goteando rosas de humedad
nuevas maquinarias acelerando el pavimento-cielo
Ángeles-tijeras rota en su equidad
el tiempo del silencio es el espacio
delgado foco verde
iluminando la otredad del espejo
mientras me ensaño en el teclado
igual paréntesis paréntesis diagonal porciento comillas exclamación
500 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
incluso días...
incluso noches...
incluso tardes...
(no volveré a escribir jamás aquí
agonizando en vidrio y arroz blanco)
vidrio
arroz
y blanco
(las ruedas de esta bicicleta giran igual que el ce-de en el reproductor portátil
a la misma velocidad pausada, como un cántico gris)
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 501
con la cabeza perforada de silencios
mordiéndome los codos hasta astillar la habitación rentada
en la melodía estrellada contra las paredes de mi locura
en la-ese-e-ene-ese-a-ce-i-o-ene de una vida de-e-ese-ge-a-ese-te-a-de-a
en las cicatrices de la infancia en la gran ciudad donde perdimos la felicidad que no teníamos
es esto un poema? es este escrito realmente lo que quiero decir?
escribo lo que puedo
escribo
en el calor de esta ciudad
en el agotamiento que produce ser obeso
en el vaso de suicidio que espera ser bebido
en la cabeza perforada de silencios
en el cabello azul encapsulado en resina
en el intento de decirte algo
VIENTO EN ROSTRO
1
Ola sexual mi viento arde.
Polvo en el cabello hirviente,
soledad del cráneo, euforia del día
moribundo entre la estepa de la tarde y un grito
en la cornisa
aplasta el tiempo.
2
Manos hojean periódico
lentos ademanes, sutileza hambrienta
de piel nueva y juventud ingenua.
Mi sonrisa caza giros
de rostros hacia mí volteados.
502 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
miro ese adolescente rostro iluminado
por negras lunas y lo atraigo hacia mi boca.
3
¿Hacia donde, hacia donde, corrían y corren
los alientos, las voces, los cuerpos confundidos,
el despertar vacío y húmedo en la madrugada
junto a un cuerpo extraño que no es el nuestro y sin embargo
poco tiempo hace que estaba fundido con nosotros?
Calcinados lentamente.
4
Aquí
el sueño:
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 503
perforadoras en pupilas, párpados de acero,
pestañas afiladas, labios eyaculados,
fluidos prestados, vidas recicladas, dolor,
adolescencia virgen:
cuando el cuerpo no necesita más vitamina
que drogas electrónicas
ni más viento que el humo dulce de un cigarro,
no mas piedras en la nariz, no mas sexo en el lote baldío huyendo de la realidad:
sonrisas Canderel, angustias Tupperware,
estúpido beso verde en la avenida,
vagina que imagino, cervicales,
la espalda del fraccionamiento se arquea de malestar
cuando fumamos hasta enrojecer los pensamientos
y quebramos la música en casa del verano,
pisamos con furia cada huella ardiente de cerveza y caos
individual y colectivo,
—coger sin esperanza, coger sin ganas
masturbando al tiempo, frente al muro
terminar, limpiarse,
caminar, comprar helado y sentarse en una banca,
dejar largarse al día temeroso que nos mira quietos
morir con la electricidad del rayo
cagar el alma poco a poco hasta quedar sin ella,
ser un papel que alguien arrugó y desechó
en la plaza principal, cuando caminaba
creyendo ser el día
sintiendo, sólo sintiendo
viento en rostro
504 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
MUÑECA ROTA
rotas
en el silencio de la noche-masomenos
esta noche que se extiende al día y lo ilumina de negruras
de dientes de labios de vellos despertándose
de un largo sueño
después del sexo fácilmente adjetivable
muñeca rota
rotas
en la cuesta de enero en la llegada en tenis después de los zapatos
después de la infección intestinal que me infectó el recuerdo de la estancia
después de los gritos y el olor a pólvora
después de las palabras no escogidas forzadas a entrar en esta hoja
después de su imprudencia
después de su osadía
después de su si-len-cio
después de este poema que trato de escribir
después de esta escritura que trata de ser poema
después de tu gemido almidonado en mi camisa
MUCHACHA LEJOS
significas la humedad
significas el silencio en un representamen de modo incorporal
significas la avenida glorificada con travestís
muchacha labio
te mueves en mi lengua entre mis dientes en mis párpados
me muerdes con la oreja izquierda el nudo de mis huesos
la humedad de mi pupila
muchacha siempre
te conviertes en el nunca
te conviertes en a veces cuando quiero estar contigo desde antes
te transformas en la imagen pixeleada de un e-mail
muchacha hombre
te despiertas desnuda en una hamaca hecha de escrotos
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 505
GONZÁLEZ, OBED, (1969).
PERRA HAMBRE DE TI
I
Yo, perro iracundo
miro tu noche
soy el loco de la luna
cuidador celoso de tu pensamiento
sueño ácueo en la intimidad de tus sábanas
¡Soy colmillo de perro rabioso!
II
Hay un perro viandante en tu lecho
ladra tu olvido
en el letargo del pensamiento
rasca tu almohada
el espejo
tu diario
las sombras… su tumba
III
Y fue la rabia
camino que me llevó
a encontrarme con tus brazos
ríos que emanan de tus senos
turgentes de veneno
IV
Se entreabre el silencio
la noche escapa entre las ramas
negro escarabajo con caparazón de luna
Tus labios llanuras en llamas
invitan a la luz del ansia
donde el lobo duerme
un páramo
un remolino
unas pisadas que marcan la tierra
506 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
mientras un suspiro se eleva
Las sombras entran
no hay tiempo
el licán despierta
corre por el valle de tus piernas
V
Lamo tu mano
y te muevo la cola
Te miro con ojos
abiertamente callados
me coloco a dos patas
para llegar a tus senos
te adoro y te soy fiel
soy animal cariñoso
bestia mansa que espera
Te ladro mi amor
te ladro mi sueño
te ladro mi cariño
Y tú… lentamente…
me rompes el hocico
SEIS
Hoy me mordió un perro, zarandeó mi pierna hasta hacer con ella un garabato; así como tú
lo hiciste conmigo. Penetraste tu colmillo en mí, cortando tendones, arterias y músculos donde
existías.
Me está dando calentura, estoy temblando. Debes ir al médico –me dicen-; pero no tengo
tiempo más que para pensar en ti. La lluvia me duele y mi garganta se agrieta. Estoy empapado
de dolor. Te tengo en mis vísceras, en mis epiplones y en mis huesos. El sudor encharca mis
párpados. Esta herida es profunda y mis ojos se fijan en ella buscándote; sé que estás aquí,
dentro.
Me tengo que vigilar cuando me acuesto, me espanta saber que pueda quedar dormido. Los
trasgos suben por la escalera del sueño y me asfixian.
Seis, siete horas pensando en todo y nada a la vez. Escucho el crepitar de las paredes y
quisiera escribir mi testamento. Tomo una pluma y la dejo correr por el papel puro de la nada
y nada. Quisiera que sol aparezca y gire a mi rededor; pero el sol no sale por ningún lado.
Mi cama se compadece de mí. Llevo en la espalda las huellas de las patas de los jinetes del
Apocalipsis. Se ha ido la luz y las sombras juegan a esconderse. Parece que está amaneciendo;
sí, creo, que hoy la muerte me da vida otra vez.
Hoy cruje mi cuerpo y en mi cabeza gira el tornado del tiempo. Te fuiste no sé a dónde, no
sé con quién. Has enterrado tu cáncer en mi corazón ¿Y piensas que no he de fallecer? Con
mis venas sin tu sangre no podré vivir, no podré morir.
Te espero, el cuarto se ha convertido en tierra, el amor es tan dulce como una borrachera y
tan cruel como una resaca. Te he buscado todo el tiempo, estoy fatigado, encajado a esta
cama que levanta a mis muertos. Ya no puedo sostener abierto los ojos; pero morir es retirarse
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 507
de la pelea ¿Se sobrevive al desamor? Mujer, hoy todo está enfermo: la tarde, el viento, la
pluma, la taza, el cenicero la botella el perro mi cuerpo ¡Hasta Dios!.. hasta nunca.
Me he vuelto rabia, y me quemas. Te bebo sangre de las sombras, sí mujer, tú, te me has
trepado en la nuca, desorbitas mis ojos, mientras mi corazón gruñe. Soy el demonio en cuatro
patas. Abro los sueños con un colmillo; pero yo, yo sólo deseo el amor que me llueve dentro.
Cielo templado, cielo rojo, cielo esbelto y solitario ¿Quién eres tú? Lamento de muerte que
se traga a la garganta en un hilo de silencio.
En la boca de la muerte estoy, como bolo alimenticio que ha de ser tragado. Estoy muerto
todos los días, y vuelvo a fumar mientras mis seres queridos lloran por el que se va. Yo soy
un cuerpo vacío, donde no hay siquiera huesos huecos. No hay calor poesía, vino o mujer que
me resucite. Mi carne se ahoga en su propio vómito. El rencor, la lujuria, el amor, la angustia,
el dolor, la pasión, la mordida del perro, tú y muchas cosas más; corren a través de la cerradura
de la puerta del olvido. Me desmorono cada vez más. No, no me quejo, de veras, ya estoy
en un pedazo de la cama donde sueña Dios…
Textos retomados de “Hidrofobias” (Fundación Trabajadores de Pascual y del Arte, México, 2001) y
“Otra vez los perros” (Colección Nuevos Poetas Mexicanos, Editorial Tres Haches, Argentina, 2007)
508 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
GONZÁLEZ GOTTDIENER, NATALIA, (1984).
PARÉNTESIS
El tiempo anda con una lupa
tras nuestras huellas
tomando su medida
a cada marca de suela
que se adhiere, invisible,
al asfalto.
Encorvado
a fuerza de inclinarse
para no perder la línea de su trabajo;
pisa sus barbas sin caer,
cauteloso de que no se le sospeche
y logre, así, adelantarse.
El tiempo, ese que cava
la sepultura del que todavía vacila
frente a los últimos rayos del día.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 509
GONZÁLEZ TORRES, ARMANDO, (1964).
510 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
GONZÁLEZ VELÁZQUEZ, MÓNICA (1973).
PRESAGIO 2
Rumor del aire
Silencio
Avanza la noche
se ahogan alaridos
llueven gatos de uñas afiladas
los pies un lodazal
el cuerpo difuso entre el torrente
y un páramo de concreto
¡Ah! La brevedad
malsana resistencia (la existencia)
Silencio.
PRESAGIO 4
Todo es querer moverse, hacer cosas, dejar huella.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 511
que bordan en las manos
destinos imposibles
Hay puertas
camas silentes
madejas de lamentos
Hay sombras
plagadas de recuerdos
libros viejos
plantas sin regar
platos sucios
colillas, humo
y la ventana
sostenida
por un
endeble
marco
Hay treguas
que no sirvieron
lecciones a partir del olvido necesario
512 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
I
Una vez más
El crepúsculo en los ojos
¡El incendio!
Y con ella
sus sombras altas
II
Te dejo las palabras
para que abreves de ellas
Manos y brazos
para tus horas más largas
Lengua y besos
para tu desierto o manantial
Voz para repetir
las letras de tu nombre
El viento estival
de la hojarasca en danza lenta
Que yo me guardo de ti
los espirales de tu boca
la piel magra y mulata
la danza de tu cuerpo
las piernas altas
y el brillo de todos tus astros.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 513
DEHEISHE*
Ahí al lado del almendro, estaba la casa de tu abuelo...
Detonaciones de carne
sobre la carne
514 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
GUERRERO, CÉSAR, (1978).
Tomado de http://www.geocities.com/cesarguerrero.geo/Poesia/Purezazul/Arboles.htm
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 515
GUERRERO, MARICELA (1977).
ENTONCES
Un día, muy jóvenes, entonces
naranjas verdes esmeraldas, verdes
naranjas agrias de principio de año, escurríamos
516 Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. Echeverría, A. (2008).
querer ir contra la Pacha Mama y niñas
a las que por promiscuas (dicen Usos y Costumbres) apedrean,
les arden el sexo en la sierra: naturaleza social de bestias, xenofobia:
violencia del fragor, ¿eso corazón?, ay,
Están:
la cocina, el inodoro, dos recámaras
la estancia de TV, un falderillo,
elígase el exprimidero personal:
picar la piedra,
un señor Rajuela con dientes, garras y colmillos,
presente eterno en la cocina las dos recámaras,
sobretodo en el inodoro,
dejad la sala de tv para el sano esparcimiento
la educación elemental el silabario y las tablas de multiplicar.
Bendita ley, aceptemos el sudario
picar la piedra
que todo esfuerzo satisface;
picar la piedra por un par de mozalbetes
rollizos y grandes como el amor de dios
y las ganancias del señor Rajuela, mal que nos pese:
firma la incapacidad, el hospital, cuidados maternales, y gotea
contante sobre la piedra de un retiro esplendoroso.
Picar la piedra, fondo de ahorro de los años fuertes,
para el retiro al Waterloo en la estancia de tv,
con la fotografía de un señor Rajuela
satisfecho.
Los rollizos infantes, ya eligirán su exprimidero
las dos recámaras, su cocina, el inodoro y
una sala multimedia.
Echeverría, A. (2008). Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México. 517