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4/9/2017

Facultad de artes UC
Alumno: Gabriel Oñate
Interpretación musical mención guitarra clásica
Música en Chile y América

1 Durante el siglo XlX en Latinoamérica se generan diversas y propias maneras de


interacción social, en el caso de Chile las dos más populares formas de convergencia social
fueron las tertulias y las chinganas, en ambas se hace presente la manifestación de una cultura
e identidad propia reflejada en la música y danza presente en ambos tipos de reuniones.

Tanto la Chingana como la tertulia reflejan en su función social la importancia que cobra
para la cultura de salón Chilena la presencia de música, esta música se va a caracterizar por
su carácter criollo y en el caso de las tertulias por su mayor carácter Europeo y aristocrático.
Victoria Eli en su libro “música de baile y canciones en las sociedades americanas del siglo
XlX” (2010, p.101) se refiere a este fenómeno en los siguientes términos: “la cultura de salón
estaba asociada a las formas de comportamiento social derivadas de la Ilustración y era el
sitio privilegiado de encuentro para familiares y amigos en los que trataban los temas más
disímiles…”.

Generalmente en las instancias mencionadas previamente se solía tocar música de estilo


italiano, con influencia del bel canto, minuetos, gavotas, boleros, ritmos derivados del vals e
incluso algunas danzas con influencia afro (la que se nota en sus ritmos sincopados. Esta
forma de expresión nos permite ver la importancia del proceso de homogenización cultural
para la formación de una identidad nacional que se refleja en el folklore.

2 V. Eli plantea una definición de cultura que se basa en el intercambio de


representaciones simbólicas con un significado común para un grupo humano, y plantea la
identidad como un proceso en el que una persona por medio de la relación simbólica con otro
se construye (nótese que ambos conceptos son construcciones simbólicas, ya sea de lo
colectivo o de lo individual). Las personas se definen por sus relaciones con un colectivo y
ese colectivo se conforma por las relaciones de esas personas con él, en este sentido la autora
postula que un concepto no puede ser entendido sin el otro, no son procesos independientes.

Podemos ver que en la forma en que la aristocracia criolla buscó imitar la cultura Europea,
por medio del consumo de un arte con rasgos similares, la compra de objetos que los
relacionan con la elite artística del viejo mundo (tales como pianos y partituras), junto con
otros comportamientos consumistas de este tipo un intento por diferenciarse de los grupos
sociales más bajos por medio de la apropiación de rasgos pertenecientes a otro grupo social.
En esta dinámica podemos apreciar como fue parte del proceso de formación identitaria
nacional una muy marcada tendencia “Eurocentrista”, que al fijarnos en la fuerte inflencia
que produjo en nuestro folklore y en la identidad de nuestra cultura nacional comprueba la
tesis del autor previamente mencionado.

3 Las elites buscaban diferenciarse del resto del pueblo, por lo que a pesar de tener
ciertas similitudes en lo que respecta a las celebraciones de ambos grupos sociales, las clases
altas buscaron apropiarse de rasgos de la cultura Europea para acentuar la diferencia de
ambos grupos. La veracidad de estos argumentos la podemos confirmar tanto en el repertorio
presente en las chinganas y en las tertulias como en los instrumentos usados en ellas, por una
parte en la chingana se bailaba al son de la guitarra mientras que en las tertulias mujeres de
la alta sociedad entonaban melodías acompañadas por piano tal cual la escuela del “bel
canto”.

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